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    MARC LIENHARD 

    LUTERO EN PERSPECTIVA CATÓLICA 

     Los investigadores católicos no siempre se han situado de la misma manera ante Lutero. En el momento actual se está dando una fuerte recuperación católica de su

     persona y de su doctrina El artículo de Lienhard nos muestra algo de dicharecuperación. Lo hace a partir de diversos aspectos muy sugerentes: la relación entrela existencia de Lutero y su doctrina, la pregunta por un posible «núcleo católico» en

    él, la doctrina de la actuación única de Dios en la obra de salvación, la justificación y sus relaciones con la eclesiología, etc. En último término se trata de ver si la

    investigación católica sobre Lutero tiene alguna aportación nueva a hacer dentro delespacio protestante.

     Luther en perspectiva catholique. Quelques observations, Revue d’Historie et dePhilosophie religieuses, 63 (1983) 167-177

    El juicio católico sobre la persona y la teología de Lutero ha sufrido cambios notablesen el s. xx. Diversos estudios han marcado las etapas de esta historia. Para poder situarla cuestión hay que partir siempre de la obra decisiva de Joseph Lortz: Historia de laReforma, aparecida en 1939-40. Para apreciar el cambio de clima que representa bastacon compararla con la obra que Janssen dedicó al tema del s. xix, por no hablar deDenifle. Lortz reconocía en efecto la legitimidad de la Reforma en el plano histórico.Así hablaba de las faltas de la iglesia tradicional, en particular de las de la jerarquía,mostrada los abusos de la vida eclesiástica y religiosa. Lortz reconocía a Lutero comouna personalidad religiosa.

    La polémica suscitada por esta obra cabe pues situarla en el plano histórico. Se trata deuna polémica que no ha terminado todavía, pues los principales temas abordados siguenteniendo capital importancia para el conocimiento del s. xvi. Así se habla delOccamismo, tanto en sí mismo como en su impacto sobre Lutero, sobre la realidad yconsecuencias de los abusos , la reacción de la iglesia institucional ante ellos, así comodel juicio que se merecen los controversistas católicos del s. xvi y el mismo Erasmo. Ladiscusión suscitada por Lortz se refería naturalmente también a Lutero, susmotivaciones e intenciones sin pasar por alto su persona, su psicología y su evoluciónintelectual y religiosa.

    Se podría mostrar sin grandes dificultades que las tesis de Lortz no se han impuestoenteramente. Así reina gran disconformidad en lo que se refiere al occamismo deLutero, sobre todo entre los especialistas protestantes. También parece que hay que

     juzgar más positivamente a los controversistas católicos. Ciertos historiadores yteólogos protestantes admiten el juicio positivo de Lortz sobre el rechazo de Erasmo por

     parte de Lutero, pero entre ambientes católicos se insiste recientemente en rehabilitar el proceso religioso y teológico de Erasmo. Más adelante hablaremos sobre el juicio queLortz hace del mismo Lutero. En trabajos posteriores Lortz mismo ha cambiado muchasde sus afirmaciones aparecidas en el citado libro.

    Dos artículos de O.H. Pesch aparecidos en 1966 podían haber hecho pensar que la fase

    inaugurada por la obra de Lortz podía ser superada. El mismo Pesch estimaba necesario

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    ir más allá de la persona de Lutero y su contexto histórico para pasar al estudio de lascuestiones teológicas planteadas por Lutero.

    Esta fase ya ha llegado. Últimamente han aparecido un gran número de trabajoscatólicos de gran valor que estudian cuestiones como la justificación por la fe o su

    doctrina sobre el "servo arbitrio". El tono de ciertas publicaciones recientes, en generalmucho más críticas con referencia a Lutero, no deja de impresionar y hace pensarincluso en la posibilidad de recaer en una fase que ya había sido superada por Lortz.

    En las páginas siguientes nos proponemos exponer algunas cuestiones más generalessuscitadas por estos estudios católicos más recientes.

    I. - PRESUPUESTOS Y MODALIDADES DE ESTOS ESTUDIOS  

    1. Relación entre el hombre Lutero y su teología 

     Notemos ante todo un hecho importante: Los trabajos protestantes de los últimosdecenios dedicados a Lutero estudian casi exclusivamente su obra teológica, dejando

     por tanto muy en segundo plano su persona. La investigación católica al contrario seinteresa mucho por su psicología y continúa ligando muy estrechamente la psicologíadel Reformador y la Reforma. Recordemos en este sentido una de las más importantestesis de Lortz. En su obra de 1939-40 afirma que Lutero había interpretado la Biblia enfunción de sus necesidades personales. De ahí su subjetivismo. Esta misma crítica lamantienen gran número de autores hasta fecha muy reciente, incluso 1. Congar.

    Llegados a este punto parecen necesarias algunas observaciones:

    a) Ante todo surge la pregunta: ¿Por qué en vez de dar tanta importancia a la crisisinterior de Lutero, atestiguada por otra parte únicamente por los testimonios del mismoLutero en los últimos años de su vida, no se centra el estudio sobre el contenidoteológico de sus primeras obras?

     b) La cuestión de si Lutero ha interpretado la Escritura de forma subjetiva no debería proponerse de forma psicológica ("Subjetivismo", "satisfacción de las necesidades personales"), sino como una cuestión hermenéutica. En realidad lo que está en juego, esla cuestión del centro de la Escritura.

    c) No cabe duda que en un plano estrictamente histórico la persona de Lutero, en particular su carácter, ha jugado un papel importante en el desarrollo de la Reforma asícomo ejercido un influjo considerable en el desarrollo posterior del protestantismo. Perohay que subrayar también como no menos importante el hecho que Lutero nunca quisoimponer a otros su propia experiencia religiosa. La norma era el Evangelio y no suexperiencia personal.

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    2. En perspectiva católica, ¿qué categoría religiosa se podría aplicar a Lutero?  

    a) Son muchas las razones que nos impiden hacerle "santo". Antes de poder calificar aLutero de santo, santo canonizado, habría de levantarse la excomunicación a que se lecondenó.

     b) Pero ¿se le podría llamar "profeta"? El hecho de que Lutero haya recusado para su persona tal designación no debe dejar de tener su importancia para el historiador. Dehecho encontramos tal designación en trabajos católicos. Según Oliver la confrontaciónentre Roma y Lutero representa el choque de dos concepciones irreductibles delcristianismo. Estas concepciones serían irreconciliables en tanto no se encuentre lamanera de reconciliar el pontífice con el profeta. Esta perspectiva ha encontrado muchascríticas de parte católica. La irreductible insumisión de Lutero a la institución, así comosu exclusión, impide a gran número de católicos el poder darle el calificativo de profeta.

    c) ¿Le convendrá mejor la categoría de reformador? Tampoco. El padre Congar ha

    subrayado con frecuencia en sus escritos que Lutero más que un reformador había sidoun innovador. Más que contentarse con reformar las costumbres y la vida religiosaLutero habría introducido innovaciones importantes en materia docrinal. Se trataría puesde algo más que de una reforma en el sentido tradicional del término.

    d) Peter Manns le aplica el calificativo paulino de "padre en la fe". Hay que entenderesta frase en el sentido de que Lutero en cuanto testigo de la fe, ha llevado a otros a la fey lo continúa haciendo.

    e) Nos encontramos también con la categoría de "doctor de la iglesia". De forma tímidahace uso de ella el cardenal Willebrands ante la asamblea luterana de Evian (1970).Algunos trabajos católicos recientes parten de la convicción de que la iglesia católicadebe escuchar a Lutero como teólogo y como doctor de la fe.

    3. Núcleo católico en Lutero

    Se podría establecer toda una tipología para clasificar las distintas formas como se haintentado conservar a Lutero dentro del catolicismo. Ya Denifle había subrayado que laconcepción luterana de "justicia pasiva" era conocida e integrada en la tradicióncatólica. Durante los últimos decenios los estudiosos católicos de Lutero se han

    esforzado en mostrar lo que se podría llamar el aspecto ontológico y objetivo en Lutero,oponiéndolo a las interpretaciones existencialistas de su pensamiento. Destacan en particular su adhesión a los dogmas de la iglesia antigua y su concepción de lossacramentos. Hay que mencionar también la distinción que se suele hacer entre losdistintos períodos de la vida de Lutero. En la línea de Lortz se hacen grandes esfuerzos

     para alargar lo más posible el período propiamente católico de Lutero. Según Lortzdentro de este período cae todavía el comentario a la carta a los romanos. SegúnIserloch incluso las 95 tesis son perfectamente ortodoxas. Ello no significa de ningunamanera que toda la obra posterior a 1517 deba ser considerada totalmente comoherética. También allí continúan existiendo muchos elementos católicos. Pero junto aestos elementos católicos aparecen otros que ya no lo son. El problema surge sobre todo

    en los escritos de 1520, en especial el  Preludio a la cautividad babilónica, cuando seconsidera que la confrontación de Lutero con los iluministas y otros disidentes le han

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    acercado de nuevo a la iglesia institucional, en particular por lo que se refiere al temadel ministerio.

    A partir de aquí aparecen con más claridad los problemas que debe afrontar todainvestigación de la obra de Lutero, a saber: ¿en qué consiste la unidad de su teología?,

    ¿qué escritos (y qué período de su actividad) deben servir de base para la interpretaciónde su pensamiento? Pero fijándonos ya más de cerca en la investigación católica vamosa limitarnos a tres tipos de cuestiones:

    a) ¿Es posible romper el proceso de Lutero y mantener solamente el lado objetivo yontológico en detrimento del lado existencialista, o también de mantener aquellos

     pasajes sobre el ministerio que son conciliables con la doctrina católica, dejando de ladoaquellos que la contradicen? Operar de tal manera, ¿no supone de hecho abandonar elverdadero Lutero con todas sus tensiones internas inherentes a su evolución, que son

     precisamente aquéllas que provocan el verdadero interés y le hacen actual? ¿Qué sesacará con manipular a Lutero para hacer posible su integración en una tradición

    determinadas?

     b) ¿Es correcto y legítimo aplicar a Lutero criterios teológicos y eclesiásticos queintentan anular el aspecto provocador y fecundante de su teología? ¿Es más necesario

     buscar ante todo el consenso, o más bien aceptar la interpelación de un proceso distintoal de la tradición en la que se sitúa el investigador mismo?

    c) ¿Qué criterio nos permitirá juzgar la obra de Lutero y decidir aquello que es católico?Algunos confrontan a Lutero con Tomás de Aquino, otros con el Concilio de Trento.¿Pero son únicamente posibles estas tradiciones? ¿Son las más adecuadas? ¿No debenser más bien también ellas interpretadas y actualizadas? En fin, se impone la cuestión desi es justo recurrir a estas categorías, p.e. el "existencialismo" de Lutero, cuando estasmismas categorías forman ya parte de la teología católica contemporánea.

    II. - PROBLEMAS DEL DIÁLOGO TEOLÓGICO CON LUTERO EN LOSINVESTIGADORES CATÓLICOS CONTEMPORÁNEOS 

    Con los trabajos de O. H. Pesch y alguno más se ha entrado en una fase nueva conrespecto a Lortz. Ya no se trata de resaltar la "herencia católica" de Lutero ni de laaplicación de unos criterios determinados de antaño para juzgar su obra. La nueva

    investigación católica entra en su proceso teológico y lo confronta con el dato bíblicocuestionándola en cuanto a su significado para la teología actual. Se considera el caminode Lutero como un camino legítimo para la teología católica actual. Queremos resaltarcuatro grupos de problemas a este respecto:

    1. Las estructuras de la teología de Lutero

    Este tipo de investigación no se contenta con designar simplemente los loci teológicosdonde se muestran tradicionalmente las divergencias entre la Iglesia católica y lateología luterana: eclesiología, ministerio, sacramentos, etc. El cuestionamiento va

    mucho más lejos. Se presta especial atención a las mismas estructuras de la teología deLutero, al proceso intelectual y manera de expresar el dato bíblico y de formular la fe

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    cristiana. Se compara su propio proceso con el de otros tipos de teología. Se sabe quePesch ha distinguido una teología existencial (Lutero) de otra de tipo sapiencial (Tomásde Aquino). Semejante procedimiento ha desbloqueado toda una serie de cuestionestradicionalmente combatidas, sobre todo en el campo de la justificación por la fe. Envistas a los resultados de una confrontación entre Lutero y Tomás de Aquino, Pesch

     puede llegar a afirmar la legitimidad cristiana e incluso católica de las dos estructuras de pensamiento.

     Nos parece además poder constatar una segunda orientación en las investigacionescatólicas y que presta especial atención a lo que se considera ya una diferencia teológica

     básica entre Lutero y la tradición católica. Esta diferencia se sitúa en la doctrina luteranade la sola actividad de Dios en el proceso de salvación. En un artículo muy importante,Congar había notado el mismo tipo de problema en la cristología de Lutero: devaluaciónde la cooperación de la humanidad de Cristo a la salvación en provecho de la divinidad.Le daba la impresión de que Lutero se quedaba en la teología antigua, sobre todo de sanAgustín, sin tener en cuenta las precisiones que había aportado en este terreno la

    teología medieval.

    Aquí interesa únicamente señalar la cuestión: la afirmación luterana de la"Alleinwirksamkeit" (actividad única) de Dios, ¿es ciertamente una diferenciafundamental y permanente con respecto a la teología católica?

    2. Relación entre justificación por la fe y eclesiología 

    ¿Cuál es la relación mutua entre la justificación por la fe y la eclesiología? Si se puedeconsiderar que hay acuerdo o por lo menos convergencia en cuanto a la justificación porla fe, hay que preguntar también por las consecuencias eclesiológicas de tal acuerdo. Aeste respecto hay que preguntarse dónde había que sentar las prioridades según elmismo Lutero. La afirmación según la cual lo esencial de su combate se dirigía contra el

     papado nos parece muy discutible. Pero conviene con todo esclarecer la relaciónexistente entre la afirmación de la justificación por la fe y un tipo determinado deeclesiología. Será igualmente necesario distinguir entre las raíces y motivacionessoteriológicas y teológicas de la crítica de Lutero contra el papado y la expresiónmitológica con que se presentó esta crítica. Es totalmente necesario ir más allá delacuerdo relativo a la justificación por la fe sola para estudiar las consecuenciaseclesiológicas que se podrían y deberían sacar de un tal acuerdo. Ello significaría sinduda la sumisión de la Iglesia a la Palabra así como la elaboración de una teología delministerio determinada. O. H. Pesch reconoce que "en la investigación católica sobreLutero apenas ha sido articulada la punta crítica frente a la iglesia que comporta la

     justificación por la fe sola.

     Nos da la impresión que los diálogos entre católicos y luteranos de los últimos años(Documento de Malta, Cena del Señor, el ministerio) han abierto algunas perspectivasen este sentido, justamente al tratar de la, relación entre la justificación por la fe sola yla eclesiología, a pesar de que la cuestión del papado es todavía, si exceptuamos eldiálogo en los Estados Unidos, un tema muy poco tratado.

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    3. ¿Inmutabilidad de las posiciones católicas? 

     Nos parece' de gran importancia la cuestión que ha planteado O. H. Pesch: las posiciones católicas ¿han sido determinadas una vez por siempre? No se trataúnicamente del criterio (Tomás de Aquino, Trento y otros concilios, etc.). La cuestión

    está en saber si los elementos considerados como católicos en el s. xvi lo continúansiendo hoy todavía. Algunos ejemplos pueden mostrar claramente que hay variacionesincluso a este nivel. El Occanismo, que era considerado como ortodoxo en el s. xvi esrechazado por eminentes especialistas católicos del s. xx. O el hecho de que algunasafirmaciones del Concilio de Trento, p.e. la condena del "simul justus et peccator"luterano están siendo revisadas hoy día en la medida en que teólogos católicos puedenintegrar en el progreso católico las ideas de Lutero sobre este punto. Tampoco ladoctrina de la transubstanciación se considera ya como la única forma adecuada deexpresar la presencia real de Cristo en la eucaristía. No hay la menor duda de que unamanera semejante de ver las cosas es eminentemente fecunda para el diálogoecuménico, sobre todo cuando esta revisión crítica tanto del siglo xvi como del presente

    católico abarca también el tema de la eclesiología.

    3. La diversidad de la unidad 

    La recepción católica de Lutero se ve por último confrontada con el problemafundamental de la unidad y de la diversidad dentro de esta unidad. ¿Somos capaces hoydía de poner las fronteras más allá de donde se pusieron en el s. xvi? ¿Dónde empiezadentro de una perspectiva católica actual el elemento herético en Lutero? ¿No sería hoydía aceptable una mayor diversidad tanto en teología como en espiritualidad dentro deuna cristiandad unida, cuya unidad queda por cierto todavía por precisar? En estesentido han sido emprendidas reflexiones muy interesantes por parte de K. Kretschmary R..Laurentin a propósito del culto a los santos. En este campo ven, bajo determinadascondiciones, la posibilidad de una diversidad aceptable que de ninguna forma deberíaconvertirse en un obstáculo a la comunión.

    III. - ACOGIDA DE LA INVESTIGACIÓN CATÓLICA DE LUTERO EN ELMUNDO PROTESTANTE 

    Es evidente que los especialistas protestantes de Lutero así como también las

    comunidades protestantes en su conjunto se ven directamente afectadas por lasinvestigaciones llevadas a cabo por los especialistas católicos.

    1. Recordemos ante todo que estas investigaciones han constituido un desafío para laciencia protestante. Debido a ello se ha visto obligada a profundizar con verdadero celoen un buen número de puntos. De esta forma la obra de Denifle ha suscitado lamultiplicación de los estudios luterológicos, estimulando de manera especial el estudiode las relaciones entre Lutero y la teología de la edad Media. Otros trabajos católicoshan obligado a los luterólogos protestantes a examinar más cuidadosamente lainterpretación que Lutero hace de la Biblia. Y así se podrían citar otros muchosejemplos.

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    2. Los trabajos católicos suscitan asimismo otra cuestión: la que hace relación al lazoque une Lutero con la iglesia que se dice suya. Ante todo hay que tener en cuenta que elinterés católico por Lutero interpela en nuestros días a buen número de protestantes quetienden a olvidar a Lutero y el s. xvi. Pero el cuestionamiento católico afecta también ala continuidad y discontinuidad entre las iglesias surgidas de la Reforma y Lutero. Los

     protestantes se dan, en general, poca cuenta de la discontinuidad. De hecho se podríamostrar fácilmente que el protestantismo actual está más condicionado por las corrientes posteriores al s. xvi, tales como el Pietismo y la Ilustración, que por la reforma misma.Los luterólogos católicos no se olvidan de recordárnoslo.

    3. La investigación católica con tribuye de forma útil a situar a Lutero en la historia. Nose gana nada con absolutizar a Lutero. Si el pasado tiene que ser fecundo será siempre a

     base de una recepción crítica de este pasado. En el caso de Lutero esta exigencia seconcreta en dos pasos:

    - confrontar las afirmaciones de Lutero con las de la Sagrada Escritura;

    - examinar atentamente las intenciones de Lutero por una parte y las condicioneshistóricas en las que obró y escribió por otra.

    En esta perspectiva una recepción crítica de Lutero no se fijará únicamente en la formade expresión de su pensamiento (las invectivas!) sino también en el tipo-de iglesia (y deorganización) en juego, en ciertas opciones socio-políticas, o incluso en ciertasconcepciones de Lutero sobre los judíos. De la misma forma se podrá plantear otro

     problema: ¿no se da ya en el mismo Lutero, y mucho más todavía en el desarrollo posterior, una tendencia a subrayar unilateralmente la dimensión pedagógica del cultoen detrimento de otras dimensiones?

    Estas, entre otras, son las cuestiones planteadas por la investigación católica. Y no hacefalta repetir la fuerza del estímulo que producen, a pesar de que sea necesario poner entela de juicio algunos de sus presupuestos o algunos de sus desarrollos.

    Tradujo y condensó: JOSEP CASTANYÉ