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literatura y migración
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http://www.revistaixchel.org, Vol.2, 2010
Literatura y subjetividades migrantes1
Gabriela Chavarría Alfaro∗
Resumen: El siguiente artículo explora y analiza las subjetividades migrantes que se
construyen en dos novelas fronterizas Las aventuras de don Chipote de Daniel Venegas,
considerada la primera novela chicana en español y Al otro lado del San Juan de
Petronio Marcenado, considerada la primera novela nico-costarricense escrita por un
autor nicaragüense y costarricense a la vez. Ambos textos muestran lo que significa ser
un trabajador ilegal en tránsito perenne. Este artículo muestra además la necesidad de
usar la crítica literaria como una herramienta para la defensa de los derechos humanos.
Abstract: The following article explores and analyzes the migrants subjectivities
created by two novels: Las aventuras de don Chipote, which is considered the first
Chicano-novel written in Spanish by Daniel Venegas and Al otro lado del San Juan,
which is the first Nico- Costa Rican novel, written by a Nicaraguan- Costa Rican writer.
Both texts show what means to be a bi-national non legal worker in two countries. This
article also shows the need to use literary critic as a tool for defending Human Rights.
1 Una primera versión de este artículo fue presentado como conferencia de clausura en Argentina, en el
IX Congreso de Literatura Comparada realizado por la Asociación Argentina de Literatura Comparada en
Santa Fe en el 2009. ∗ Gabriela Chavarría Alfaro, Ph.D. Profesora catedrática de la Universidad de Costa Rica en humanidades
y literatura. Presidenta fundadora de la Asociación de Literatura Comprada en América central y el
Caribe.http://www.gabrielachavarriaalfaro.com
El tema de este artículo señala una búsqueda por rastrear nuevos mapas literarios
y culturales. Como ha mostrado muy bien Claudio Guillén la categoría de literatura
nacional es excluyente desde su formación pues responde a los mitos del origen de cada
Estado-nación, por tanto, este artículo persigue los caminos alternativos que marcan
literaturas escritas por autores biculturales y binacionales.
La literatura de migrantes implica desde su mismo nombre atravesar fronteras,
salirse de los confines de la patria, ubicarse en lo transnacional y por tanto, apela a la
actividad comparatista de mirar más allá de los límites nacionales para conocer e ir al
encuentro de otros. Como actividad humana y motivo literario ha existido desde hace
mucho tiempo, es tan antiguo como la literatura de viajes o como el tema del exilio
sobre los cuales se han escrito muchos estudios comparatistas pienso- por ejemplo- en el
lúcido y exquisito desarrollo que hace Claudio Guillén sobre la literatura y el exilio en
Múltiples Moradas (1998) o en el artículo del crítico italiano Dominico Nucera sobre El
viaje y la literatura (2001), sin embargo, los ejemplos tratados por estos dos autores y
otros, por lo general, son análisis sobre textos y autores pertenecientes al canon
literario.2 Los textos a los que me referiré hoy no son textos canónicos y tampoco
pertenecen a ninguna literatura nacional son más bien textos transnacionales,
transfronterizos, representantes de esos espacios en medio de los que habla Homi
Bhabha, porque no se ubican ni en el grupo de los colonizadores ni de los colonizados
sino que serían –como dice Francesca Neri- “los representantes de una variedad de
voces que están en el interior de esos grupos y que exigen una reformulación de las
cuestiones identitarias” Neri 2001: 414) y que han sido estudiados bajo el enfoque
teórico de los estudios descoloniales.3 Me refiero a la novela Al otro lado del San Juan
(San José, Costa Rica, 2007) escrita por el nico-costarricense Petronio Marcenaro y Las
memorias de don Chipote o cuando los pericos mamen (California, 1928) del escritor
chicano Daniel Venegas. Aunque ambos textos son muy distantes en el tiempo
comparten, sin embargo, el hecho de que son las primeras novelas sobre los trabajadores
2Quisiera recordar brevemente que en Literatura y exilio, Claudio Guillén en relación con la tradición
greco-latina, reúne la tradición del tema del exilio bajo dos actitudes 3 Entiendo el término siguiendo la división que hace Spivak, en la interpretación de Neri. Spivak habla de
una etapa posterior a los estudios postcoloniales, donde ya el estudio no se limita a la referencia a las
colonias o a los procesos de colonización sino a todo el sistema cultural mundial a principios del siglo
XXI. Según Neri a partir de esto, los intelectuales deben ocuparse de la tarea de la descolonización, en
nuestro caso, la descolonización de la critica literaria por ejemplo. (cfr. Neri 2001:414-415)
clandestinos mexicanos en Los Estados Unidos y sobre los trabajadores clandestinos
nicaragüenses en Costa Rica. La primera semejanza entre estos dos textos, entonces, es
de perspectiva narrativa porque sus autores adoptan el enfoque de los grupos sociales
más humildes de sus culturas de origen, para quienes la emigración es una condena a la
explotación o la muerte.
Tanto Daniel Venegas como Petronio Mercenaro son intelectuales y activistas
culturales. En el caso de Daniel Venegas fue dramaturgo, escribió e hizo teatro, además
fue periodista, fundó y dirigió un periódico popular El Malcriado con el deseo de
construir un espacio social para los mexicoamericanos. Petronio Marcenaro, llegó muy
joven a Costa Rica estudió sociología en la Universidad de Costa Rica. Es videasta y
productor audiovisual y trabaja en el Ministerio de Cultura del gobierno costarricense.
Ambos escritores vivieron en algún momento situaciones económicas difíciles como
inmigrantes que los hicieron experimentar de alguna manera los mismos oficios de los
inmigrantes clandestinos y conocer por experiencia propia su situación.
En realidad, hay varias categorizaciones y clasificaciones para las literaturas de
inmigrantes o literatura del exilio y a veces incluso esas fronteras son borrosas. De
hecho creo que pueden continuarse y multiplicarse las clasificaciones, porque esta
temática se ha agudizado bajo el fenómeno de la globalización. En el caso de los dos
textos que tomo como ejemplo tienen en común la construcción de una subjetividad
migrante particular: la de los trabajadores ilegales y siempre en movimiento. Los
protagonistas de estos textos emigran de sus países por necesidad económica, puesto
que no hay ninguna posibilidad de mejorar en sus países de origen y son recibidos por
empresas o corporaciones que están organizadas para explotar este tipo de trabajador
clandestino, son entonces una buena representación de la transnacionalización de la
fuerza laboral.
Las memorias de don Chipote o cuando los pericos mamen es la historia de un
agricultor -don Chipote- que emigra a Estados Unidos seducido por las falsas historias
que le cuenta un vecino que estuvo allí. Parte con su fiel amigo su perro Sufrelambre
con el objetivo de hacer mucho dinero para regresar y mejorar la situación de su familia,
pero al llegar va descubriendo el mundo injusto que solamente lo explota sin permitirle
quedarse con nada.
El texto tiene rasgos de picaresca urbana pues el personaje va pasando por
diferentes espacios sociales donde tiene varios trabajos que le van permitiendo apenas
sobrevivir. Como trabajador es explotado, luego se enamora de una mujer
norteamericana que se aprovecha de él también, finalmente su esposa llega a buscarlo
con sus hijos y toda la familia es deportada a México. Don Chipote regresa
decepcionado y con la conciencia de que un mexicano nunca se hará rico en Estados
Unidos. Este texto incorpora canciones, refranes y elementos de la cultura popular así
como el uso del Spanglish.
Las memorias de don Chipote ha sido analizado entre otros especialmente por el
crítico Nicolás Kanellos, quien ha dedicado sus investigaciones a rastrear los orígenes
de las literaturas de inmigrantes hispanos en los Estados Unidos. Este crítico afirma que
una de las diferencias entre la literatura escrita en Estados Unidos por inmigrantes en
español y la escrita por inmigrantes en inglés, es su percepción del sueño americano,
pues mientras la escrita inglés reproduce el mito del sueño americano, la escrita en
español desmitifa este sueño4 . Este crítico estudia un corpus representativo de esta
literatura de inmigrantes escrita en español y encuentra varias constantes que – en su
opinión-caracterizan este tipo de literatura como son: 1- un personaje hispanoamericano
ingenuo, con grandes aspiraciones hacia la metrópoli, que ha sido seducido por la visión
del sueño americano y llega a descubrir que es todo lo contrario a lo que se le dijo o
esperaba. 2- este ingenuo inmigrante es víctima de toda clase de abusos por parte de las
autoridades civiles, de los otros ciudadanos y en ocasiones de sus mismos paisanos
inmigrantes, 3-La trama es generalmente un pretexto para criticar la Metrópoli como el
espacio de la perversión y corrupción moral, pues es vista como Babilonia, Sodoma y
Gomorra y los anglosajones son vistos como quienes explotan y pervierten la inocencia
latina. La ciudad se construye como una Eva tentadora, inhumana, cruelmente
explotadora, 4- Prevalece en nacionalismo cultural y la patria lejana se idealiza a través
de la nostalgia. (cfr. Kanellos, 2005: 796) 5
4 “en oposición a lo que ocurre en la novela de inmigración escrita en inglés, la cual apoya el mito del
sueño americano como la esencia del Bildungsroman americano y cuyos ejemplos más claros son The
American de Howard Fast, The store of Honky Joel, The Original Sin of Anthony Quinn, Call It Sleep de
Henry Roth. Inclusive, los mismos hispanos que escriben sus autobiografías étnicas en inglés siguen al
pie de la letra este bildumgsroman que ilustra el mito del Sueño Americano. (Kanellos, :796)
5Este autor Kanellos señala la novela Lucas Guevara, del escritor colombiano Alirio Díaz Guerra, escrita
en 1914 en Los Estados Unidos como la primera novela de inmigración hispana en ese país, no obstante,
el personaje de Lucas Guevara aunque ingenuo y explotado por la Metrópoli como los otros personajes
inmigrantes es hijo de un hacendado y va a Estados Unidos a estudiar, en cambio los personajes en Las
memorias de don Chipote son inmigrantes pobres movidos por la necesidad económica y, al igual, que los
personajes de Al otro lado del San Juan son inmigrantes ilegales para quienes el viaje en sí mismo es ya
el inicio de una odisea, en donde aparecen los estafadores, los coyotes, el tráfico de personas, etc. Por eso
Las memorias de don Chipote sigue siendo el primer texto de inmigración clandestina o ilegal hacia los
Estados Unidos. Al investigar los orígenes de la literatura chicana, Kanellos realizó asimismo
investigación exhaustiva en el teatro chicano y en los periódicos hispanos de mediados y finales del XIX.
Al otro lado del San Juan, narra la historia de dos hermanos Yahaira y David
que vienen clandestinamente a Costa Rica para buscar ganar un poco más de dinero
para sobrevivir y mejorar la situación de su familia. Luego de pasar por varios trabajos
en donde son explotados- meseros, cantantes callejeros por ejemplo y de sufrir múltiples
humillaciones terminan prostituidos, él convertido en un travesti y ella en una bailarina
nudista. Entrelazada con esa historia se encuentran otras historias de personajes
marginados, lumpescos- justicieros como Capa Roja, defensor de los peatones que se
dedicaba a golpear a los taxis y carros que no respetaban las señales de tránsito. Pero
todos los personajes terminan fracasados. Esta novela elabora una interesante
intertextualidad con la Biblia en la figura de un ciego llamado Casimiro que tiene dotes
mágicas, que peregrina por el río con una misión desconocida que parecer ser la de la
fundación de un espacio, de una tierra prometida- evoca la imagen bíblica de Moisés
con su báculo pero a diferencia de él no encuentra jamás ningún lugar y ninguna tierra
prometida. Los elementos de cierto realismo mágico en esta novela no opacan el tono
testimonial y de denuncia sobre la violación de derechos de los personajes. Hasta el
momento esta novela ha tenido poquísima crítica un artículo en el periódico
nicaragüense y un comentario como parte de un proyecto de investigacón de un
estudiante de maestría en Alemania. No se ha dado a conocer y por eso también es que
forma parte de mi agenda de investigación.
A pesar de la distancia temporal la novela Al otro lado del San Juan comparte
varias de las características de literatura de migrantes expuestas por Kanellos como
la ingenuidad de los personajes que creen en sueños de prosperidad y acaban
desmitificando ese sueño, la critica a la metrópoli como símbolo de perversión y
explotación y los abusos que sufren los inmigrantes. Sin embargo, en la novela Al otro
lado del San Juan la subjetividad del migrante se construye a partir de un desarraigo
más pronunciado que el de don Chipote y por eso estas novelas ilustran el cambio
cultural en la construcción de esa subjetividad y la intensificación del desarraigo. El
crítico uruguayo Abril Trigo establece diferencias entre el inmigrante y el migrante que
son útiles para ubicar los personajes de estos textos. En el caso de don Chipote es claro
que su viaje es transitorio, él va con la intención de regresar a México, a su patria,
donde se encuentra su familia y cuando las cosas van saliendo mal en Estados Unidos el
ver “Cronistas and Satire in Early Twentieth Century Hispanic Newspapers” Melus 23.1 (Spring 1998):
3-25 por lo que demuestra cómo esta literatura de inmigrantes surge primero “en la cultura oral mediante
las historias personales narradas por los inmigrantes mismos, saturando después toda la expresión
popular, desde el chiste hasta la canción y el teatro” (Kanellos, 2002: 795)
contraste con su tierra es mayor aún, la nostalgia de su patria es constante en él. Su
sentido de pertenencia es claro, se siente mexicano, añora su patria que simboliza el
verdadero amor, el calor del hogar, las virtudes de la familia y al final regresa de nuevo
a laborar la tierra para el patrono. Cuando la lectura acaba queda implícita la idea de que
Chipote regresó para siempre, que nunca más pretenderá intentar el viaje a los Estados
Unidos nuevamente. Sin embargo, este personaje es el primero de una cantidad de
migrantes que cruzaran interminablemente la frontera norte de México.
En la novela Al otro lado del San Juan los personajes se sitúan ya en un viaje de
ida y vuelta que no se acaba nunca. Los trabajadores nicaragüenses de este texto no
idealizan ni sienten nostalgia por su patria a no ser la conciencia de que allá tuvieron
raíces alguna vez, hijos, padres o parientes con quienes no volverán a tener una
convivencia sino solamente encuentros temporales. Ellos saben que no tienen patria a la
cual regresar son ejemplos claros de esa subjetividad migrante que señala Abril Trigo
que se construye dentro de la fase transnacional del capitalismo. Este migrante “habita
el tiempo-espacio como un hábitat móvil porque su ir y venir siempre en tránsito
termina por disolver la identificación inalienable y certera con un espacio-tiempo
particular y por eso la promesa del regreso a casa se vuelve imposible” (Trigo, 2002:
326) 6 todo lo cual concuerda con la intensificación de la transnacionalización de la
fuerza laboral, la flexibilización de las leyes laborales, la desterritorialización de la
producción, etc.
El camino que don Chipote inicia y que termina en un regreso a su patria en la
novela no termina ahí en realidad. La trayectoria que se continua nos la ofrece la otra
novela nico-costarricense, Al otro lado del San Juan que es la repetición interminable
del un ir y volver que se convierte en cotidianeidad. Es la construcción de una
subjetividad migrante con un habitat móvil, con identidades negociadas y flexibles que
no caben para ser nombradas dentro de los parámetros de la nación o la ciudadanía, son
ciudadanos en todo caso desnacionalizados.
6 El debate teórico sobre las migraciones internacionales ha realizado una crítica a la teoría llamada de
“push-pull” que explicaba las migraciones a partir de zonas expulsoras y zonas receptoras, ya que
consideraban que las migraciones se producían por factores socioeconómicos o políticos que expulsaban a
los –las migrantes de países de origen hacia otros que las atraían como zonas receptoras pero esto no
explicaba por qué se daban migraciones entre países pobres y por qué tiende a concentrarse en unas
regiones y no otras, por ejemplo. Por tanto, actualmente se elaboran teorías que puedan dar cuenta de
mútliples factores y que hablan de migraciones norte-sur y sur-sur dentro de la cual caería el caso de
Nicaragua-Costa Rica (cfr.Olivares Ferrero, 2006: 17-18)
Por razones de tiempo no puedo detenerme ahora en ejemplos de la novela ni en
un análisis comparativo profundo pero sirva esto como ejemplo de un tipo de
subjetividad migrante transnacional que se va construyendo en varios textos literarios y
que nos invitan a establecer relaciones también con los estudios culturales, pues la
literatura es una riquísima experiencia de la otredad y uno de los textos culturales con
mayor poder de evocación, pues es capaz de señalar esos lugares que apenas empiezan a
dibujarse en los mapas, los espacios de en-medio y mucho más como dice Homi
Bhabha. La pregunta que debo hacer ahora para ser congruente con el tema de mi
exposición es ¿De qué manera, entonces, pueden textos como estos ayudar a construir
nuevas cartografías literarias?
Podría pensarse que el cuestionamiento del canon, la revisión de los parámetros
de la crítica literaria y la incorporación de las llamadas literaturas de fronteras- categoría
dentro de la cual también cabrían estos textos- en una nueva historiografía literaria es
suficiente para ir planteando nuevas cartografías literarias pero la verdad es que todo
eso es insuficiente si nos quedamos dentro del terreno de la literatura solamente. Como
propone el comparatista canadiense Steven Totosy es necesario conformar verdaderos
equipos de trabajo interdisciplinarios que nos permitan repensar las categorías en otras
disciplinas de las ciencias sociales también. Por ejemplo, a raíz de esta subjetividad
migrante transnacional que se dibuja en los dos textos que tomé como ejemplos podría
pensarse que existe una sociedad civil binacional o transnacional en la frontera pero
según el crítico Jonathan Fox para considerar esta posibilidad hay que analizar los
vínculos entre Estado-Estado, sociedad civil y Estado y también sociedad civil y
sociedad civil. La complejidad e interferencia de todos esos actores hace imposible
hablar de homogeneidad en la perspectiva de los problemas y en la búsqueda de
soluciones, por ejemplo “ redes transnacionales que parecen compartir valores políticos-
culturales básicos, como es el caso de movimientos ambientalistas, feministas o de
derechos humanos, a menudo consisten de actores que tienen visiones políticos,
objetivos y estilos muy distintos” (Fox 2001, 222). “Muchas asociaciones de
inmigrantes son iniciativas autónomas desde abajo o son inducidas desde arriba por
fuerzas de gobierno” (Fox 2001: 218) Además muchas organizaciones no
gubernamentales actúan para reforzar formas hegemónicas de autoridad y reproducir
legados culturales elitistas, por ejemplo, los medios de comunicación masiva en ambas
sociedades. Algunos autores lo definen en términos de comunidad: “La comunidad
fronteriza no es sólo una conexión o una conjunción de dos esferas sociales sino una
dinámica social organizada centralmente y basada en factores socioculturales,
económicos e históricos específicos.( Coubés 2000:112) Esta diversidad propia de las
zonas fronterizas da cuenta de la gran complejidad de un espacio transnacional.7
Desde la antropología se han venido realizando cuestionamientos al concepto
clásico de cultura y por supuesto de homogeneidad cultural hasta el punto que algunos
antropólogos afirman que no deberíamos estar hablando de multiculturalismo sino
contra el concepto clásico de cultura porque muchas veces estos conceptos racializan y
etnifican las diferencias. El concepto clásico de cultura nos lanza hacia la
homogeneidad y no nos sirve, por ejemplo, para nombrar los espacios móviles de esas
subjetividades migrantes en desplazamiento.
Quizás el concepto propuesto por Mary Louise Pratt sobre las zonas de contacto
sea útil a este propósito porque en las zonas de contacto se borran las nociones
tradicionales de lengua, ciudadanía y cultura. Dice ella: “uso el término zonas de
contacto para referirme a espacios sociales donde las culturas se encuentran, chocan y
forcejean entre ellas, a menudo en contextos de relaciones de poder asimétricas como
colonialismo, esclavitud o sus formas consecuentes que se viven en muchas partes del
mundo hoy. (traducción mía)8 En relación con la idea de zonas de contacto y
comunidad Mary Louise Pratt aclara :
la idea de zona de contacto intenta contrastar con las ideas de comunidad que subyacen
en la academia y su pensamiento sobre lenguaje, comunicación y cultura, pues parece
haber en su opinión una cualidad utópica que caracteriza los análisis lingüísticos, la idea
de que los lenguajes se caracterizan como entidades coherentes sostenidos por una
competencia homogénea o una gramática compartida idéntica e igualitariamente por
todos los miembros. Esto parece reflejarse, entre otras cosas, en la manera utópica en
que las naciones se conciben a sí mismas como comunidades imaginadas 9 (revisar
traducción)
7 Los estudios sobre la frontera México- Estados Unidos se intensifican en los años setenta y son
múltiples y diversos, pues tienen enfoques desde diferentes disciplinas. Algunos de estudios analizan la
frontera no como una línea divisoria sino más bien como un espacio transfronterizo o como una region.
Ver Laure Coubés, Fox, Saussen.
8I use the term contact zones to refer to social spaces where cultures meet, clash, and grapple with each
other, often in contexts of highly asymmetrical relations of power, such as colonialism, slavery, or their
aftermaths as they are lived out in many parts of the world today. Pp1 From Profession 91. New York:
MLA, 1991. 33-40.
9 The idea of the contact zone is intended in part to contrast with ideas of community that underlie much
of the thinking about language, communication, and culture that gets done in the academy . A couple of
years ago, thinking about the linguistic theories I knew, I tried to make sense of a utopian quality that
often seemed to characterize social analyses of language by the academy. Languages were seen as living
in “speech communities,” and these tended to be theorized as discrete, self-defined, coherent entities, held
together by a homogeneous competence or grammar shared identically and equally among all the
Pratt dice que autoetnografía, transculturación, crítica, colaboración,
bilingüismo, mediación, parodia, denuncia, diálogo imaginario, expresiones vernáculas
son algunas de las formas artísticas de la zonas de contacto que viven hoy entre
nosotros, en nuestras ciudades también y no solo en las fronteras. Tal vez para crear
nuevas cartografías literarias debamos asumir realidades más contaminadas y mirar
nuestras literaturas desde ahí y re- plantear también ciertas funciones de la crítica
literaria.
En este sentido, las subjetividades migrantes transnacionales que usé como
ejemplos literarios también son promovidas en gran medida por corporaciones y
empresas transnacionales que necesitan de esos trabajadores clandestinos y
estacionarios y que, por tanto, apoyan hasta cierto grado las redes que trafican y hacen
posible esa vida en desplazamiento constante que tanta muerte ocasiona pero que
también ofrece ganancias a otros. Tenemos muchos ejemplos de estas poblaciones en
América Latina y en el resto del mundo también que deberían ser parte de agendas de
investigación. No solo las migraciones norte-sur sino todas las migraciones sur-sur,
dentro de las que se encuentra el caso Nicaragua-Costa Rica, Panamá-Colombia, etc.
Los personajes de estos textos narrativos que son ingenuos, marginados y
explotados sin piedad marcan estas novelas con una particularidad testimonial y de
denuncia que nos motiva a pensar si la critica literaria no debería replantear su función
ética y convertirse también en una colaboradora en la defensa de los derechos humanos
como lo propone el crítico Hernán Vidal.
members. This abstract idea of the speech community seemed to reflect, among other things, the utopian
way modern nations conceive of themselves as what Benedict Anderson calls “imagined communities.”3
He querido plantear algunas líneas para agendas de investigación en literatura
comparada que podrían ser útiles en nuestra búsqueda de nuevos mapas literarios y
culturales. Cartografías que den cuenta del mundo globalizado y tremendamente
desigual en el que vivimos y que nos interesa replantear desde la América Central. Todo
esto debe ir de la mano con el cuestionamiento de nuestro propio campo de estudios,
quién lo forma, desde adónde y por supuesto con una clara conciencia sobre el lugar de
enunciación como plantea Walter Mignolo.
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