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1 FICHA TÉCNICA La doble vida de Verónica Película Dirección: Krzystof Kieslowski Guión: Krzysztof Kieślowski, Krzysztof Piesiewicz País: Polonia Año: 1991 Duración: 98 minutos Música: Zbignniew Preisner Montaje: Jacques Witta Fotografía: Sławomir Idziak Interpretación: Irène Jacob Premios Festival de Cannes 1991 (Francia) Premio a mejor actriz (Irène Jacob) Premio FIPRESCI (Krzysztof Kieslowski) Premio del jurado (Krzysztof Kieslowski) LAFCA (Estados Unidos) Mejor música original (Zbigniew Preisner) National Society of Film Critics Awards (Estados Unidos) Premio a mejor película de idioma extranjero Sinopsis: Weronika vive en Polonia y tiene una brillante carrera como cantante, pero padece una grave dolencia cardíaca. En Francia, a más de mil kilómetros, vive Véronique, otra joven idéntica que guarda muchas similitudes vitales con ella, como sus dolencias y su gran pasión por la música. Ambas, a pesar de la distancia y de no tener aparentemente ninguna relación, son capaces de sentir que no están solas.

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FICHA TÉCNICA La doble vida de Verónica

Película Dirección: Krzystof Kieslowski Guión: Krzysztof Kieślowski, Krzysztof Piesiewicz País: Polonia Año: 1991 Duración: 98 minutos Música: Zbignniew Preisner Montaje: Jacques Witta Fotografía: Sławomir Idziak Interpretación: Irène Jacob Premios Festival de Cannes 1991 (Francia) Premio a mejor actriz (Irène Jacob) Premio FIPRESCI (Krzysztof Kieslowski) Premio del jurado (Krzysztof Kieslowski) LAFCA (Estados Unidos) Mejor música original (Zbigniew Preisner) National Society of Film Critics Awards (Estados Unidos) Premio a mejor película de idioma extranjero Sinopsis: Weronika vive en Polonia y tiene una brillante carrera como cantante, pero padece una grave dolencia cardíaca. En Francia, a más de mil kilómetros, vive Véronique, otra joven idéntica que guarda muchas similitudes vitales con ella, como sus dolencias y su gran pasión por la música. Ambas, a pesar de la distancia y de no tener aparentemente ninguna relación, son capaces de sentir que no están solas.

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Federación Internacional de Mujeres Universitarias

Federación Mexicana de Universitarias Universidad Nacional Autónoma de México

Museo de la Mujer Bolivia 17 Centro Histórico, Ciudad de México.

Cine-Club de Género, 20 septiembre de de 2016

La doble vida de Verónica

Mtra. Delia Selene de Dios Vallejo♣♥  Con la película La Doble Vida de Verónica , el director Krzysztof Kieslowski parecía dar un paso más en la búsqueda constante de una realidad intangible, a través de lo más íntimo, en este caso, las emociones puras y la mística.  

Krzysztof Kieslowski desarrolló, como muchos otros grandes cineastas, su talento en el terreno del documental, donde realizó numerosos trabajos retratando ciudadanos de la clase obrera en algunos grupos sociales puntuales. Su primera obsesión cinematográfica comenzó tratando de retratar de forma objetiva la realidad que le rodeaba, a veces con tono de denuncia social o política –siempre sutil ante la censura del régimen

comunista-, y a veces simplemente como muestra de otra mirada, que el cristal del objetivo de la cámara era capaz de capturar sin dejar de ser parte de la misma realidad; siempre a través del cristal –motivo de vital importancia en La Doble Vida de Verónica-; cristales, en este caso del objetivo, pero en muchos casos más adelante en el resto de su filmografía, de todo tipo.  La mirada a través de espejos y cristales, pareció ser una constante vital para la filmografía de Kieslowski, desde sus orígenes en el documental. Kieslowski fue un hombre que llevó al límite sus inquietudes, atreviéndose a retratar en el medio cinematográfico conceptos cada vez más complejos, y de nuevo siempre, a través

♣  Catedrática  de  la  Facultad  de  Ciencias  Políticas  y  Sociales-­‐UNAM  *Secretaria  General  de  la  Unión  Nacional  de  Mujeres  Mexicanas  Asociación  Civil.  ♥  Se  agradece  el  apoyo  de  las  licenciadas:  Eva  Calderón,  Eurídice  Román  de  Dios,  Adriana  Romo  Sotres,  Pamela  Jiménez  Romo  y  Rosalinda  Cuéllar  Celis.  

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de lo que consideraba la otra realidad, el otro lado, o las muchas posibilidades que abría el espacio cinematográfico.  Su primera pasión, por lo tanto, fue el documental con su toma objetiva de la realidad. Sin embargo, esa pasión, se tornó subjetiva, en sus propias palabras, al intentar documentar momentos extremadamente íntimos de la vida de las personas que retrataba; casi, de forma “voyeur”;algo que Kieslowski parecía no poder remediar en su búsqueda de una intimidad casi tangible.  Por otra parte, con el desencanto hacia el documental llegó a comprender que sus intenciones eran simplemente especulares, pues junto a mecanismos externos propios de la edición cinematográfica, los documentales conseguían en el propio Kieslowski un simple reflejo de intenciones; su propia mirada, subjetiva realidad de lo que le rodeaba. Kieslowski dejó el documental, y continuó en la ficción, con las mismas premisas y obsesiones, pero esta vez sin interrupciones inesperadas. En la ficción todo estaba bajo su control, incluso su propia intimidad y, evidentemente, el reflejo especular de su mirada a la realidad como buen documentalista. El azar, la causalidad, el destino, las vidas cruzadas, encuentros y desencuentros, múltiples posibilidades y paralelismos narrativos. Son varios de los ingredientes básicos en las películas de Kieslowski, unidos a la capacidad de elección, al sentido de la justicia y responsabilidad de sus personajes en los escenarios en los que viven. A partir de su ruptura con el documental, Kieslowski pareció abrir todas las puertas narrativas posibles en la ficción, en su búsqueda de una objetividad colectiva; algo que parecía obsesionarle, y que sin embargo, no dejaba de reflejar su propia introversión de manera contradictoria. Así llegó el filme La Doble Vida de Verónica, un filme muy complejo, de difícil resumen escrito, y que significó el comienzo de una segunda vida profesional en Francia para el director polaco. Y de la segunda oportunidad de documentar una realidad, esta vez virtual, y, por lo tanto, mucho más íntima para el cineasta, donde reflejar su experiencia como cineasta y su enorme sensibilidad, a través de emociones puras. Kieslowski, que no dominaba ningún idioma extranjero, y mucho menos el francés, no tuvo problemas para adaptarse a un sistema de producción y un país en el que se sentía tan cómodo como si hubiese nacido allí mismo. Tal vez, la cálida acogida en Francia tuvo su repercusión en la elaboración del guión de La Doble Vida de Verónica, con la idea sobre el mito del Döppelganger, o la existencia del

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doble. Según dicha leyenda, ver al doble puede resultar fatídico para una de las dos identidades. También existen varias versiones que afirman que los actos de uno de los dos redimen los actos del otro, tal vez, a través de las premoniciones, o los famosos “Déjà Vú”. Con todo esto, Kieslowski utilizó todo su arsenal plástico y sus obsesiones e ideas protagonistas en su anterior filmografía, solventando lo político, para conformar una auténtica pieza de orfebrería, de bellísima factura y delicado tratamiento. Kieslowski se rodea para conseguir este ambiente íntimo de sus más fieles colaboradores: su habitual co-guionista Krzysztof Piesiewicz de quién partían principalmente las primeras ideas-, y del fabuloso compositor Zbigniew Preisner. Preisner fue otra de las claves del éxito del cine de Kieslowski, desde que comenzó su colaboración a mediados de los 80. Un compositor clave en la historia del cine europeo, que supo entender como nadie la sensibilidad del autor polaco. Las piezas compuestas para La Doble Vida de Verónica, son simplemente espectaculares, protagonistas por valor propio de la película, y auténtico motor de las múltiples conexiones.

La idea germinal de La Doble Vida de Verónica esta brevemente descrita en el noveno episodio del Decálogo, donde aparece uno de los típicos personajes secundarios de Kieslowski a priori sin conexiones con la trama. En este caso, una muchacha con problemas cardíacos que debe someterse a una complicada operación para poder seguir

cantando. Kieslowski, parecía utilizar a esos secundarios de sus anteriores películas para comenzar nuevas historias, que al tiempo, serían parte de ese universo complejo donde todos los personajes fluyen entre una y otra película. Esto, es una de las características más notables de la forma de entender su propia filmografía, como un todo donde cada película cuenta la historia de los secundarios de otras, y viceversa; algo que veremos notablemente en la elaboración de la trilogía Tres Colores, en la que la idea de las múltiples conexiones, una especie de teoría sobre la causalidad y la predestinación, es mucho más evidente.

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Sin embargo, en La Doble Vida de Verónica, esta teoría sobre la causalidad, y de alguna manera sobre la responsabilidad, está constantemente reflejada en las acciones de ambas protagonistas o, tal vez, de la única protagonista, según se mire; Weronika y Véronique, interpretadas por una bellísima Irène Jacob, una de las claves del éxito internacional de La Doble Vida de Verónica. Pero es, sobre todo, con la inclusión de la figura de Alexandre Fabbri (Philippe Volter), con sus títeres, sus cuerdas y cuentos, y la única subtrama lineal de toda la película, con lo que la idea del azar pierde protagonismo a favor de la idea de causalidad, de la predestinación. Alexandre representa para Weronika y Véronique, un emotivo punto de encuentro que tan siquiera ellos saben nombrar; simplemente sienten. En dicha subtrama, que balancearía a la película hacia un tono mucho más comercial, Véronique conoce a Alexandre Fabbri a partir de una función de títeres en el colegio en el que ella enseña. De nuevo, lo conoce realmente a través de un espejo, a pesar de haber coincidido brevemente antes. Tras esta primera toma de contacto "real" Véronique recibe varios objetos enviados por Alexandre para iniciar una nueva toma de contacto, sin saber exactamente por qué motivo. Es a partir de la recepción de estos objetos cuando la película se torna excepcionalmente sensible y compleja, a pesar de la sencilla subtrama de fondo.

 La Doble Vida de Verónica, puede ser un filme muy controvertido, según se mire. Y esa, pienso, era la idea inicial de Kieslowski al adentrarse en la temática de la película. Aceptando la teoría “de las cuerdas”, o de la predestinación, se acepta la idea de un motor divino o sobrenatural. Esto es parte de las constantes atribuciones religiosas al

film, que Kieslowski siempre intentó desviar, pues entendía su película simplemente sobre reacciones emocionales de difícil comprensión racional. Sin embargo, animaba al espectador a dejarse llevar por sus creencias, por sus propias emociones derivadas con carácter religioso o simplemente místico. Como afirmaba el propio Kieslowski, sus creencias religiosas eran algo muy íntimo y no parece que La Doble Vida de Verónica fueran el campo de experimentación en ese sentido; y si lo hubiese, desde luego tendría que ver más con las sensaciones que despierta la fe, más que el hecho en sí mismo.

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De todas formas, hay otros muchos detalles en la película considerables dentro del terreno emocional que desvían la atención hacía lo sensitivo, hacia el éxtasis sensorial prácticamente, como punto de conexión espiritual. Es el caso de la sexualidad de ambas chicas, que Kieslowski reflejó como nadie para expresar varios de los clímax de la película. Tal es así, con la muerte de la joven polaca, Weronika, cuando la joven francesa, Véronique siente su pérdida haciendo el amor. En uno de los planos más extraños y surrealistas del filme, Weronika tiene un primer fallo cardíaco tras asistir a su prueba de acceso al coro en una calle de Cracovia; la chica corre a refugiarse en un banco y casualmente un exhibicionista (otro de los personajes que se cruzan sin sentido aparente) se exhibe ante ella en un curioso plano volcado. La reacción de Weronika es una más de las numerosas reacciones de ambas chicas imposibles de describir, y sin embargo, sabemos que existe la conexión. Otra posibilidad es que toda la historia sea uno de los cuentos del misterioso Alexandre Fabbri, que hacia el final de la película cuenta a Véronique el inicio de su nuevo cuento basado en la vida de ambas chicas: “El 23 de noviembre de 1966 fue el día más importante de sus vidas. Ese día a las tres de la mañana nacieron las dos en dos ciudades distintas de dos continentes diferentes. Las dos tenían el pelo oscuro y ojos verdes. Cuando ambas tenían dos años y ya sabían caminar una se quemó la mano en un horno. Unos días más tarde la otra estuvo a punto de tocar el horno pero apartó la mano justo a tiempo aunque no podía saber que estaba a punto de quemarse…” Como explicaba el propio Alexandre Fabbri en su cuento homónimo, en La Doble Vida de Verónica se narra la historia de dos chicas nacidas el mismo día, idénticas, en diferentes países, ambas huérfanas de madre, con la misma pasión por la música y con la misma deficiencia cardíaca. A partir de este hilo argumental, las absolutas protagonistas de la película serían otras similitudes mucho más complejas; las derivadas de los presentimientos, conexiones emocionales o místicas. Una de estas claras conexiones en la película es la causalidad de las decisiones de Weronika en Véronique, cuyas acciones siempre están adelantadas en el tiempo asumiendo una relación de causa-efecto protectora para Véronique. Desde la muerte de Weronika, con la subsecuente decisión de Véronique de abandonar su pasión por cantar hasta lo sobrenatural de algunas escenas donde Véronique es explícitamente guiada hacia ciertos objetos. Como dato curioso, en varias escenas, Irène Jacob, como Weronika y como Véronique, mira a la cámara directamente, en una relación prácticamente metafísica con el espectador; tal vez,

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nexo de unión emocional y de identificación de presentimientos. O, tal vez, es una simple mirada al propio Kieslowski, como creador omnipresente de ambas chicas. Esta puede ser una opción más viable de lo que aparenta, tras explicar la obsesión de Kieslowski por separar las diferentes realidades a través de los objetos especulares, como el propio objetivo. De hecho, todo el film está tintado con un filtro dorado, que, según el propio Kieslowski, realzaba la belleza de todos los escenarios. Es un filtro bellísimo que nos sumerge en una película única. Una abrumadora experiencia estética, incluso para todos aquellos que se acerquen a visitarla esperando encontrar más conexiones dramáticas y narrativas.1  Las dos Verónicas son presentadas en sorprendente paralelismo, no sólo y definitivamente, porque son interpretadas por la misma actriz (Irène Jacob), sino porque las semejanzas son sus vidas narradas de forma correlativa son numerosas. Ambas tienen un especial don para el canto, ambas padecen una cierta dolencia cardíaca, ambas sienten que no están solas, ambas tiene un padre artista y su madre muerta, ambas son presentadas en el prólogo con sus respectivas madres que les muestran el misterio del universo y de la vida. Y así podríamos seguir en gestos y referentes cruzados. La propia protagonista confiesa que tuvo que hacer un severo esfuerzo de interpretación para establecer la peculiaridad diferencial de cada Verónica. Nos fijamos en cuanto al interés teológico que nos asiste, en el tema de la apertura a la dimensión espiritual en ambas, de la apertura “sobrenatural”. En la Werónika polaca, tanto en la escena inicial de la lluvia sobre su rostro como en la escena de la lluvia de polvo amarillo al lanzar su bola al techo; se destaca la disposición a recibir el don y la alegría desbordante de acogerlo. Así lo “sobrenatural” no es lo extraño sino que es lo ordinario hecho extraordinario, lo natural portador de sobrenatural. El que viene de fuera, Dios en definitiva, a través de lo creado, “lluvia” pero también el simple polvo de pintura desprendido de un techo envejecido. Esta presencia de la gracia, digámoslo ya con palabras teológicas, adquiere una sorprendente significación en el canto, en la voz de Weronika. Una voz extraña, sorprendente, escasamente cultivada, más fruto de un milagro que de la educación. La voz en Weronika es un sorprendente don. La lluvia está referida a la voz, y el polvo de pintura, también. Como si lo exterior se hiciera interior en la voz trascendente de la Weronika, mostrada como plenamente humana y bellamente carnal. El canto está además ligado a la muerte, para Weronika cantar es morir, pero no puede dejar de cantar Como si morir fuera

1 http://lafilmotecadesantjoan.blogspot.mx/2011/03/la-doble-vida-de-veronica-de-krzysztof.html

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también la posibilidad de cantar, como más adelante veremos. Esta presencia misteriosa aparece también en la Verónica francesa. Su manifestación es más implícita y se relaciones con la cadena de misterios que le rodean y le ligan a la otras Weronika. Sin embargo, en la escena de la luz misteriosa, la intriga marca la misma dirección. Hay una presencia misteriosa de una luz que persigue a Verónica en su habitación. El espectador está ya predispuesto a interpretarla en clave sobrenatural, nuevamente la presencia misteriosa. Sin embargo, hay una buena y objetiva causa. Un joven con su espejo lo refleja sobre la protagonista. Cuando es descubierto, el juego termina y entra cerrando la ventana. La sorpresa es que la extraña luz sigue ahí, con lo que la narración ha querido subrayar de forma rotunda que no tienen un carácter natural y evidente. ¿De dónde viene la luz? Kieslowski nos quiere.

La muerte de la primera se hace definitiva. Algún crítico se ha inclinado por ver una cierta reencarnación, la misma Weronika está en Verónica. Pero el misterio es más sútil, la escena del cruce de ambas despeja esta interpretación. Ambas son idénticas y distintas, orígenes

e historia distintas y distantes, coinciden allí. Sólo Weronika reconoce a Verónica, la segunda lo hará más tarde y gracias el mediador-guía. El hecho diferencial se afirma también en la consideración que ambas tienen de no estar solas, o en la percepción extrasensorial de Verónica tiene del momento de la muerte de Weronika, precisamente en la circunstancia en la que somos introducidos en la segunda parte narrativa. Pero a la vez que afirmamos la diferencia tenemos que confirmar la unidad misteriosa entre ambas. En alguna forma Weronika vive en Verónica y le ayuda, así deja de cantar evitando el peligro mortal. Hay una ayuda de la Weronika difunta a la Verónica vida. En clave cristiana esta relación se establece desde la comunión. El cauce de la comunión es el misterio al que ambas están abiertas. Ellas no son el misterio, su unidad no es el misterio, el misterio les antecede y les convoca a esa extraña unidad. Toda la trama narrativa rodea a las protagonistas y las conduce, como en un plan perfectamente diseñado, se trata del deseo del director, pero que no violenta sus libertades y su capacidad de amar sino que despliega. Alexandre, el escritor-constructor de marionetas, ha creados dos Verónicas idénticas y ha escrito un libro que habla de la historia de las dos Verónicas, es él quien ha descubierto a Verónica su hermana distinta-idéntica. Ha mostrado que esta comunión es posible, el presentimiento

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está confirmado. Lo subjetivo se hace una fotografía objetiva. Este está postración del misterio surge el llanto de Verónica. Esto nos permite recordar el valor significativo de Verónica en la tradición cristiana. Verónica es la que recibe el rostro de Cristo, el verdadero rostro. Y ambas llevan ese nombre como si su unidad tuviera que ver con el personaje tradicional cristiano, referente del icono y de toda imagen. La unidad que sostiene las diferencias está en la misma imagen, la misma actriz, el mismo rostro. Son dos personajes pero son una actriz. La paradoja de un tema teológicamente esencial ya que describe la relación nueva con Cristo. No está dicho es Kieslowski, simplemente está presentido, lo que lo hace más sugerente: hay una relación en que siendo dos se es uno. La música trae a Weronika que canta a Veronique. Es la música un territorio espiritual que comunica la nueva vida desde más allá. Y la palabra se hizo canto y el canto viene de más allá, en ese sentido las misteriosas llamas de Alexandre señalan esta dirección. Dos observaciones complementan la confesión en otra vida de Kieslowski. En primer lugar la extraña aceptación de la muerte de Weronika. Hay una renuncia significativa a la atención médica cuando además hemos asistido a varios ataques, en el parque tras la carrera, o durante el sueño. Además hay una conciencia en Weronika de la relación canto-muerte, que se agudiza en su empeño de seguir cantando con el dolor hasta que cae desplomada y muerta. No está dicho pero parece que Weronika está dispuesta a morir cantando porque en el fondo cree que este final no es final. Si ésta no es la explicación, entonces hay que proponer alguna explicación a este comportamiento casi suicida, añadamos en este sentido sus carreras que dadas las circunstancias no dejan de parecernos una inconsciencia que pensamos que hay que leer desde la ingenuidad de su fe. La segunda referencia la recogemos en la historia del titiritero, la bailarina que muere bailando y cuyo cuerpo muerto se transforma en una bailarina mariposa. En la metáfora, por otra parte, tradicional en las religiones para hacer analogía sobre la vida más allá de la muerte, tenemos una imagen poderosa de resurrección. Continuidad de la misma bailarina, discontinuidad trasformación alada, espiritualizada. Y no hemos de olvidar que en la muerte de Weronika se nos ha situado en la experiencia del vuelo del alma. Como confirmaciones otros indicios, así los niños son los espectadores que creen y que tocan su música y la furgoneta muestra el icono de la bailarina-mariposa, algo así como nuestra Weronika.2

2 http://www.riial.org/espacios/cinecat/cinecat_ficha032.pdf

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Director del filme Krzystof Kieslowski

Nació en Varsovia el 27 de junio de 1941 y falleció 13 de marzo de 1996. Se crió en el seno de una familia de clase modesta. Poco después de finalizar el primer ciclo de estudios, ingresó en la escuela de bomberos pero algunos meses más tarde la abandonó con la intención de volver a estudiar. En 1957, se inscribió en la Escuela de Cine y Teatro de Łódź.

Su primera producción cinematográfica estuvo centrada en la vida de los trabajadores y los soldados de su Polonia natal. A fines de los años 1980, realizó para la televisión una de sus obras más importantes: Decálogo. Esta es una obra basada en la estructura de los Diez Mandamientoscon la que Kieślowski tomó de la religión para hablar del ser humano y de sus contradicciones morales. Cada capítulo tiene una duración aproximada de una hora. Tras su paso por la televisión polaca, a principio de los años 1990 comenzó a trabajar en Francia, donde realizó su más importante trabajo, la trilogía Tres Colores, dedicada a la bandera francesa. Tras esto, decidió retirarse del cine aunque comenzó a escribir el guión de La Divina Comedia de Dante, mediante una trilogía titulada Paraíso, Purgatorio e Infierno, para llevarlo a la pantalla. Sin embargo, en 1996, sin concluir este guión, murió de un ataque cardíaco en su ciudad natal. Filmografía del director Año Título 1977 La cicatriz

1979 El aficionado

1985 Sin final

1987 El azar

1988 No matarás

1988 No amarás

1991 La doble vida de Verónica

1993 Bleu / Tres colores: Azul

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1994 Blanc / Tres colores: Blanco 1994 Rouge / Tres colores: Rojo3 Fuentes de consulta https://es.wikipedia.org/wiki/La_doble_vida_de_Ver%C3%B3nica http://lafilmotecadesantjoan.blogspot.mx/2011/03/la-doble-vida-de-veronica-de-krzysztof.html http://www.riial.org/espacios/cinecat/cinecat_ficha032.pdf https://es.wikipedia.org/wiki/Krzysztof_Kie%C5%9Blowski

3 https://es.wikipedia.org/wiki/Krzysztof_Kie%C5%9Blowski