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  ESPACIO PÚBLICO ESPACIO PÚBLICO Variante republicana 

10) Accion y Espacio Público

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Arendt y el espacio publico

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  • ESPACIO PBLICOVariante republicana

  • Esquema histrico

  • En la filosofa poltica clsica, una manera de aproximarse a lo pblico es en forma de una tensin entre dos extremos opuestos: lo pblico y lo privado, ambos referidos a esferas de participacin ms o menos definidas y ms o menos conectadas. Esto ha generado algunos problemas para el anlisis. Primero, que la estrategia para definir lo pblico es autorreferente y est construida sobre la negacin de lo privado, cuestin que impide problematizar adecuadamente el concepto para ponerlo en un tono analtico. Segundo, dicha tensin parte de premisas estticas, como lo hace notar Rabotnikof, en funcin de un planteo crtico que lo ordena en tres ejes de oposicin: visibleoculto, accesibleinaccesible y colectivoparticular.

  • Arendt plantea que la sociedad occidental ha delimitado sus esferas de accin a travs de estructuras histricas que se han configurado, en algunos casos, desde la Grecia antigua hasta nuestros das. La esfera de lo privado y la esfera de lo pblico como espacios para la participacin humana forman parte de ellas. La referencia a la esfera privada considera las prcticas cotidianas y las econmicas. En la esfera pblica estn las prcticas de participacin y accin poltica ligadas a lo visibleinstitucional y a la administracin pblica.

  • Bobbio plantea que la gran dicotoma entre lo pblico y lo privado fue una idea que se integr al pensamiento poltico de occidente a partir de la consideracin, en el derecho romano, para establecer lo que corresponda a la condicin del Estado y lo que atae a la utilidad del individuo, es decir, la formulacin entre el derecho pblico y el privado. Esta dicotoma no slo ha permeado a las disciplinas jurdicas sino en general a las ciencias sociales e histricas, que la utilizan para delimitar, representar y ordenar su campo de investigacin.

  • Cambios histricos: tensin entre lo pblico y lo privadoHannah Arendt realiza un recorrido que la lleva del gora de las ciudadesestado de la Grecia antigua hasta la esfera pblica moderna contempornea, donde encuentra que ha habido un desplazamiento de lo poltico por lo social, es decir, de los asuntos del gobierno por los del bienestar, lo cual representa un cambio fundamental en el entendimiento de lo pblico desde su perspectiva. El recorrido de Arendt parte de su concepto de vita activa, que establece los condicionamientos a los que la humanidad est sometida a partir de tres actividades: labor, trabajo y accin, cada una de las cuales se relaciona con el proceso biolgico del cuerpo humano (labor), las necesidades bsicas para la supervivencia individual (trabajo) y la pluralidad humana que da origen a la poltica (accin). Es la plenitud de la vita activa la que llev a los ciudadanos de las polis griegas a establecer una vida dedicada a los asuntos pblicopolticos (Arendt). Este era el corazn de la polis, como organizacin poltica libremente elegida, y no slo una accin necesaria para mantener a los hombres unidos dentro de un rgimen.

  • nicamente dos actividades eran consideradas polticas y por lo tanto emanadas de la esfera de los asuntos humanos: la accin (que adems es la plenitud de lo que Arendt llama la vita activa) y el discurso como parte de esa accin. Despus, la accin y el discurso se separaron, hacindose cada vez ms independientes, y la organizacin poltica se centr en el discurso, por considerarse que la accin inclua formas de violencia que no corresponden a las relaciones dentro de la polis.

  • Labor: es la actividad correspondiente al proceso biolgico del cuerpo humano; cuyo espontneo crecimiento, metabolismo y decadencia final estn ligados a las necesidades vitales producidas y alimentadas por la labor en el proceso de la vida. La condicin humana de la labor es la misma vida.Trabajo: es la actividad que corresponde a lo no natural de la exigencia del hombre, que no est inmerso en el constantemente repetido ciclo vital de la especie, ni cuya mortalidad queda compensada por dicho ciclo. El trabajo proporciona un artificial mundo de cosas, claramente distintas de todas las circunstancias naturales. Dentro de sus limites se alberga cada una de las vidas individuales, mientras que este mundo sobrevive y trasciende a todas ellas. La condicin humana del trabajo es la mundanidad.La accin, nica actividad que se da entre los hombres sin la mediacin de cosas o materia, corresponde a la condicin humana de la pluralidad, al hecho de que los hombres, no el Hombre, vivan en la Tierra y habiten en el mundo. Mientras que todos los aspectos de la condicin humana estn de algn modo relacionados con la poltica, esta pluralidad es especficamente la condicin de toda vida poltica.

  • Lo que estaba en la otra parte, en la esfera privada, corresponda con las fases de la labor y el trabajo, es decir, lo biolgico (el nacimiento de los hijos, por ejemplo) y la satisfaccin de las necesidades indispensables para la supervivencia. Era el terreno del mbito familiar, donde el ciudadano mantena sus posesiones, incluidas la familia y los esclavos. La polis, en todo caso, era el resultado de la disposicin de los jefes de familia para organizarse como comunidad y organizar la proteccin de sus esferas privadas desde la esfera pblica (Arendt).

  • Segn plantea Bobbio, la organizacin de lo pblico y lo privado cobra matices diferentes en el Estado romano dado que se produce un desplazamiento de la esfera de lo pblico a una esfera social cuando Cicern plantea la idea de la res publica, de acuerdo con la cual es una cosa del pueblo cuando por pueblo no se entiende cualquier agregacin de hombres sino una sociedad que se mantiene integrada no slo por los vnculos jurdicos, sino por la utilitatis comunione [utilidad comn]. Es decir, los vnculos entre el Estado y los individuos.

  • El Estado romano inaugura entonces una nueva esfera pblica en la que ya no existe un gora en donde todos los ciudadanos se consideraban pares, o iguales, sino que ahora se concibe una sociedad de desiguales en donde hay gobernantes y gobernados, mientras que las relaciones entre iguales se colocan en la esfera econmica que corresponde a la nueva esfera privada de ese periodo (Bobbio) En este caso la desigualdad se plantea en trminos polticos y no en trminos econmicos. De esta consideracin nace la necesidad de establecer lo que corresponde al Estado y lo que corresponde a los particulares. (Iguales en el mercado, desiguales en lo poltico)

  • Posteriormente, en la edad moderna, las fronteras entre lo pblico y lo privado tienden a confundirse ms. Conforme las sociedades se han complejizado, los marcos jurdicos, institucionales e incluso la vida cotidiana misma generan condiciones de tensin que contribuyen a que existan desequilibrios entre lo que es considerado pblico y lo que se define como privado. Todo en funcin de la correlacin de fuerzas de los actores sociales y su colocacin en la estructura social.

  • Bobbio plantea que en determinados momentos histricos lo pblico ha cobrado mayor importancia, hasta el grado de llegar a suprimir lo privado por la va de la argumentacin del bien comn y de la irreductibilidad de ste ante los bienes particulares; esto supone, adems, la coaccin del Estado sobre los individuos. Un ejemplo corresponde al Estado interventor en la regulacin las actividades econmicas. Este proceso de ampliacin de lo pblico y disminucin de lo privado corresponde a una publicitacin de lo privado.

  • Por otro lado, tambin ha existido el movimiento contrario (neoliberalismo), en donde lo pblico se retrae y se evidencia una supremaca de lo privado en un proceso de privatizacin de lo pblico, como sucede en las fragmentaciones de la sociedad civil hasta el atomismo, o en los criterios que promueven el adelgazamiento del Estado y la no intervencin en asuntos econmicos.

  • Las diferentes formas de espacios pblicos histricamente construidos, desde el gora hasta la actualidad, contemplan una dimensin intrnseca de la comunicacin. Se puede decir que en el caso del gora griega la comunicacin era asumida como un intercambio horizontal entre un conjunto de pares (los ciudadanos); despus, la comunicacin asociada al espacio pblico transita a un modelo vertical con la divisin entre gobernantes y gobernados en el Estado romano. Al transitar a la modernidad se plantea como un espacio de debate (y por lo tanto de deliberacin racional) en la esfera pblica burguesa que distancia a la sociedad civil del Estado. Con la aparicin de los medios de comunicacin de masas aparece la construccin del espacio pblico en forma de temas (agenda) que inciden sobre la opinin colectiva (el conjunto de las opiniones privadas y su interaccin), soportado por una estructura tecnolgica de difusin de mensajes.

  • Los cambios sociales y urbanos ocurridos en el siglo XX, generaron transformaciones en el espacio pblico y dieron lugar a reflexiones crticas sobre las condiciones en que se desarrolla la vida pblica y los problemas que plantea a la sociedad y a las instituciones. Buena parte de estas reflexiones surgen durante la segunda mitad del siglo veinte y se distinguen por recuperar significados clsicos acerca de lo pblico que aluden a lo comn, a lo colectivo y a lo visible; por abordar las transformaciones y tendencias a su debilitamiento y degradacin y, por enfatizar la diferencia y la pluralidad socio-cultural y poltica como elementos esenciales en la construccin de una vida pblica democrtica. En este texto tomaremos algunos de los diversos enfoques que aportan claves para repensar el significado y el uso del concepto de lo pblico.

  • HANNAH ARENDT

    nadie puede ser feliz sin participar en la felicidad pblicanadie puede ser libre sin la experiencia de la libertad pblicay nadie, finalmente, puede ser feliz o libre sin implicarse y formar parte del poder pblico

  • Entre estos enfoques, se distingue a finales de la dcada de los cincuenta el anlisis de Hannah Arendt, quien desde una perspectiva filosfica entiende a lo pblico como el mundo comn y como espacio de aparicin que surge siempre que los hombres se agrupan por el discurso y la accin. En este enfoque, el contenido de lo pblico (diferenciado del lugar privado), se expresa en su carcter trascendente y potencial, en la pluralidad y la diferencia de situaciones y posiciones frente a un mismo objeto y, en la bsqueda de propsitos e intereses comunes que puedan unir a quienes lo habitan.

  • Sin embargo, ese mundo comn puede llegar a su fin cuando se destruye la pluralidad humana en sus diversos aspectos cuando se imponen condiciones de aislamiento y la realidad se ve y se presenta nicamente bajo una perspectiva como ocurre en las tiranas, en sistemas totalitarios y en dictaduras. En el debate actual se reconoce la vigencia de la perspectiva arendatiana que entre otras cuestiones, contribuye a re-pensar el significado de lo pblico como proceso donde los hombres intervienen en su construccin y como espacio de relacin en el que la pluralidad y la diferencia adquieren sentido pleno cuando aparecen articuladas a la bsqueda de lo comn como elemento cohesionador.

  • Hannah Arendt rescata la experiencia de la democracia clsica griega para hacernos ver, las inmensas diferencias que existan en su inicio entre la esfera del mercado y la esfera de la poltica. Estas dos actividades son radicalmente distintas. La capacidad del hombre para organizarse polticamente se opone a la asociacin de un hogar, de una familia o del mercado. Los griegos comprendan que la esfera del mercado era una esfera donde el hombre se encontraba sometido, en cambio la esfera de la poltica era una esfera donde el hombre ejerca su libertad. Su organizacin social se fundamentaba sobre la divisin radical entre la esfera pblico-poltica y la esfera privada, donde se interactuaba en la familia y se realizaban las actividades bsicas para mantener la supervivencia. La esfera pblico-poltica era regida por el principio de la libertad. Era accesible slo a aquellos hombres libres de estar sometidos a las necesidades de la vida. El no estar sometidos a las necesidades de la vida o a la coercin de otro hombre era la condicin objetiva de la libertad. Ser poltico y vivir en una polis significaba que todo se decida por medio de palabras y de persuasin y no con la fuerza o la violencia.

  • Para los griegos mandar en vez de persuadir eran formas prepolticas que se manejaban en el hogar y la vida familiar. En este mbito el jefe de familia ordenaba con poderes despticos. "La polis se diferenciaba de la familia en que aquella solo conoca iguales, mientras que la segunda era el centro de la ms estricta desigualdad." Los ciudadanos de la comunidad poltica ateniense, eran libres en tanto iguales. La igualdad era la propia esencia de la libertad. La libertad al igual que la felicidad era un estado objetivo de la vida del ciudadano ateniense. Ser libre significaba no estar sometido a las exigencias de las necesidades de la vida, libres de la fuerza, ni bajo el mando de alguien y no mandar sobre nadie, es decir ni gobernar ni ser gobernado en los trminos modernos que implican dominacin.

  • La esfera pblico-poltica cumpla con dos condiciones esenciales: a) Permita a los ciudadanos ser vistos y odos por todos, es decir la ms amplia publicidad para un hecho visible desde todas las perspectivas posibles. En este mbito la presencia de los otros asegura la realidad del mundo y la publicidad es lo que permite hacer brillar a travs de siglos cualquier accin que los hombres quieran salvar de la ruina natural del tiempo y b) Posibilitaba un mundo comn diferenciado del lugar que se posea privadamente en l. El mundo de los asuntos humanos comunes. Esta esfera era el lugar donde los hombres podan mostrar su unicidad, su distincin y alteridad a travs del discurso y la accin. Aqu ellos encontraban el recinto donde podan revelar quienes eran.

  • La esfera pblica era el sitio donde todo individuo tena que distinguirse constantemente de los dems, demostrar con acciones nicas o logros que era el mejor. La esfera privada en cambio era regida por la necesidad. Tena un rasgo privativo primordial: en ella, los hombres estaban privados de realizar algo ms permanente que la vida misma. Estaban privados de la presencia de los dems. Sobretodo significaba estar privado de las ms elevadas y humanas capacidades, el discurso y la accin. Pero cumpla por lo menos con dos condiciones: a) era el lugar que se posea privadamente, es decir un lugar propio en el mundo y b) donde lo que necesitaba ocultarse permaneca oculto. Aqu encontraban refugio las pasiones, los placeres de los sentidos, el amor , la muerte, el dolor.

  • Para Arendt el espacio pblico es un proceso que se construye a travs de lo que puede ser visto y escuchado por todos, difundirse y publicitarse, as como de las experiencias compartidas que permiten a distintos actores individuales y colectivos- expresar su identidad, aparecer de manera explcita en el mundo comn e intervenir en la vida pblica. En este proceso lo pblico, tratado como esfera, como espacio o como lugar, aparece como elemento constitutivo de los distintos aspectos de la realidad y adquiere significados mltiples asociados a los cambios en la vida pblica y en las formas de interaccin y de organizacin social.

  • Arendt tiene una particularidad muy importante al lograr unir tericamente las nociones de cooperacin y conflicto en el espacio pblico. Esta mirada florece en la vida pblica, en los valores ciudadanos y en la democracia participativa. Arendt deja de lado la perspectiva que busca el consenso moral, para focalizar la atencin en una mirada que incorpore positivamente el conflicto en clave deliberativa. El enfoque permite la teorizacin de un espacio pblico que permita la discusin, incorporando los valores de disenso democrtico, pero a la vez que sea proclive a la comunicacin plural y abierta.

  • Se plantea un espacio pblico concreto para una vida poltica que combina la poltica competitiva y adversativa con una deliberativa y argumental. Espacio pblico y racionalidad en un marco social de pluralidad se articulan para teorizar un espacio pblico en sociedades contemporneas.

  • Hannah Arendt afirma que la poltica se basa en el hecho de la pluralidad de los hombres y que sta, debe afrontar el problema del estar juntos los unos con los otros en medio de lo diverso [[1]]. Los hombres se revelan en el espacio pblico, iguales y distintos a la vez, por tal razn hay que tener en cuenta lo que nos iguala pero tambin lo que nos diferencia; () si los hombres no fueran iguales, no podran entenderse ni planear y prever para el futuro las necesidades de los que llegarn despus. Si los hombres no fueran distintos, es decir, cada ser humano diferenciado de cualquier otro que exista, haya existido o existir, no necesitaran el discurso ni la accin para entenderse. Signos y sonidos bastaran para comunicar las necesidades inmediatas e idnticas () (Arendt: 1993). [1] El choque de diferentes culturas y civilizaciones en espacios compartidos, la ruptura con las tradiciones, las diversas miradas del mundo, han generado que el respeto de la pluralidad y la diversidad sean el desafo primordial con el cual se enfrenta nuestra actual comprensin del espacio pblico.

  • Es a travs del discurso y de la accin que los seres humanos se revelan como seres nicos e irrepetibles; la aparicin de cada individuo particular en el espacio pblico enriquece al colectivo. El hecho originario de tal aparicin, en un marco de pluralidad, se sustenta en la libertad, algo esencial de la accin humana.

    Libertad implica para Arendt la posibilidad de dar existencia a algo que no exista antes, algo que estaba fuera del mundo, incluso que no era pensable.

  • La accin, entre y con otros, da lugar a la generacin de hechos inimaginables previamente. En contraposicin a la nocin de libertad moderna, que es concebida como una facultad de la voluntad que se ejerce en el mundo privado, la libertad para Arendt es libertad pblica y por tanto poltica. Lo significativo es que, justamente, en este poder hacer y actuar entre y con otros se funda la libertad, condicin sin la cual Arendt no acepta la posibilidad de ser libre. La libertad para Arendt, como facultad especficamente humana, es lo que nos vincula con un mundo plural, diverso y contingente.

  • Arendt cuestiona aquellas ciencias que han buscado homogeneizar al hombre y simplificarlo. As para defender la pluralidad y la diferencia, rechaza la nocin antropolgica de Hombre que borra la diversidad y la particularidad. Los hombres para Arendt son particulares. El todo solamente se hace inteligible al precio de negar la pluralidad de los individuos humanos concretos, con sus necesidades y sus historias particulares. Las miradas totalizantes sacrifican cualquier diferencia entre los individuos y anulan sus proyectos, su libertad y su responsabilidad y, con ello, se anula toda posibilidad real de pensar la poltica tal como Arendt la entiende. Cuando se piensa en la Humanidad, los seres humanos concretos desaparecen y el espacio pblico como lugar de aparicin de los sujetos pierde toda su razn de ser. sta es sin duda la crtica ms severa de Arendt a la comprensin moderna de la poltica.

  • La accin consiste en la interaccin poltica, que es fundamental para Arendt. La comunicacin, es decir, encontrar la palabra adecuada en el momento oportuno, ya es accin. Muda lo es slo la violencia y, ya slo por esa razn, la mera violencia jams podr reivindicar grandeza. Arendt recalca: a pesar de que el individuo sepa que es un ser humano, sin accin no ser reconocido como tal por los dems.

  • La accin se realiza en el espacio pblico. Para Arendt, la forma ms clara de su realizacin se encontraba en la polis griega, donde el trabajo y la labor transcurra en el espacio privado del hogar con todas las consecuencias de un despotismo , mientras que la accin transcurra en el espacio pblico del gora. Este lugar pblico era el de la vita activa, de la comunicacin, la conformacin y la libertad poltica entre iguales.

  • As para Arendt la poltica es un espacio intersubjetivo que se instituye exclusivamente como relacin entre los hombres. La existencia del ciudadano comienza desde el momento en que se presenta en pblico, adems esta aparicin funda su libertad, libertad de accin, de hacer y actuar entre y con otros, en un proceso libre, pblico y abierto para toda la ciudadana. En este espacio el individuo manifiesta su aparicin en el mundo, es el espacio donde su conciencia individual es arrojada, donde su ser coincide con su existir [[1]]; para Arendt ser es aparecer en el espacio pblico. La ontologa es eminentemente poltica. La accin que all se desarrolla es la nica actividad humana que no implica la necesidad de ninguna mediacin; el vnculo que se da es absolutamente directo. [1] Aqu vemos la influencia fenomenolgica y la existencialista.

  • El juicio democrtico requiere de algunos elementos que deben estar presentes. Requiere de una seleccin pblica, testigos libres y sin miedo, una lenta elaboracin del proceso, garantas contra la coercin, respeto de la letargia, etc. Todo esto es parte sustancial de un espacio donde los ciudadanos se dan el derecho a Isegora. Por Isegora se entiende el compromiso a construir un espacio nuevo donde todos aceptan el derecho a decir. En ese decir est para Arendt el nacimiento de la polis la cual genera la grandeza y el ennoblecimiento de ciudadanos. La Isegora esta dada por el otorgamiento mutuo de los ciudadanos de ser escuchados con veneracin y con un prestigio supremo. Esta Isegora en el espacio pblico determina que los ciudadanos muestren los que realmente son. En el espacio publico aparece lo que somos realmente, hace aparecer el ser autentico. (Dasein)

  • El ejercicio filosfico ms profundo de la autora nos remite a la necesidad de pensar la accin en un espacio plural retomando la clsica discusin pre-socrtica de oponer lo nico a lo diverso, lo necesario a lo contingente y la doxa frente a la epistem. Especialmente en este ltimo punto es que aparece como relevante el lenguaje en tanto que argumentacin racional persuasiva. No hay epistem ltima, como ya los sealamos, no hay verdades absolutas, pero s doxas bien fundamentadas.

  • La nocin de espacio pblico rechaza la coaccin que alguna postura dogmtica pudiera ejercer en perjuicio de la pluralidad de opiniones. Para Arendt la ideologa es la lgica de una idea y en esta nocin encuentra problemtica la pretensin de las ideologas de querer explicarlo todo deduciendo el universo de una sola premisa. Arendt ve en la ideologa una herramienta de movilizacin que tiene parte de cientficas y parte de filosficas. Una ideologa es para Arendt una pseudo ciencia y pseudo filosofa. Ella no concibe las ideologas como la base de la cual surjan los juicios polticos del ciudadano. El ciudadano que vive en el mundo moderno, en un espacio colmado ismos que explican todo, en un mbito cerrado de verdades acorraladas, se halla expuesto a intrpretes del mundo. Es decir que las ideologas pueden ser manipuladas por variaciones en la interpretacin y por tanto es un riesgo. El principal riesgo que ve Arendt es la emergencia de totalitarismos. Bajo este argumento la ideologa es presentada como un elemento de potencial peligro ya que puede nublar el juicio poltico del individuo.

  • Para Hannah Arendt la facultad de juzgar es la ms poltica de las facultades mentales del hombre:Juzgar es una actividad importante, si no la ms importante, en la que ocurre este compartir el mundo con los dems. En esa actividad de juzgar es que compartimos y comprendemos la diversidad. Aqu existe la posibilidad de hablar y emitir juicios, porque hay libertad para hacerlo. Estos juicios, que se construyen en el espacio pblico entre libres e iguales, tienen la facultad de desafiar el poder de las decisiones, es decir que esos juicios que se construyen en el mbito deliberativo tienen posibilidades reales de incidir en el curso de las decisiones porque no representan un choque de intereses sino un conflicto pblico de argumentos.

  • Esto brinda el poder de controlar las condiciones de nuestra existencia y permite que cualquiera pueda quebrar el curso de accin de las decisiones. Pero Arendt va ms all, no se contenta con que los ciudadanos pronuncien palabras hacia otros, sino que hace un esfuerzo para que las palabras sean escuchadas en el espacio pblico de libres e iguales, para que de esta forma se incorpore la pluralidad a la vida poltica. Para lograr tal fin es necesario un tipo especial de ciudadanos que tengan la capacidad de escuchar y de pensar con lo que Arendt denomina una mentalidad ampliada. Esta nocin, implica que los ciudadanos sean capaces de entender lo que piensa o siente otro ciudadano que est en el mismo espacio pblico. Pensar desde el lugar del otro no significa un otro abstracto (aludiendo al sujeto trascendental de Kant), sino desde un otro real y concreto quien junto a nosotros vive en este mundo compartido y contribuye a transformarlo. La ventaja de pensar desde el lugar del otro es precisamente la diversidad de perspectivas que incorporamos y los elementos que aade a nuestra capacidad y sentido de juzgar.

  • La mentalidad ampliada nos exige expandir nuestra imaginacin [[1]] para poder pensar desde el punto de vista de los dems, para ver las cosas desde los otros, desde la perspectiva de todos los que integran el espacio pblico y no slo desde la visin personal. Esta mentalidad es la que nos permite construir y emitir juicios incorporando lo diverso; la posibilidad de dar cuenta de lo plural est dada por esta capacidad de ocupar el lugar del otro, de entenderlo. Tal ejercicio implica escuchar con un espritu sensible las palabras de quien habla, y adems con un alto grado de aprobacin interna. Se trata de alcanzar un momento de concentracin en el cual el ciudadano abandona su posicin en el mundo, sus intereses privados, para ubicarse, ayudado por la imaginacin y la sensibilidad, en la posicin de otro ciudadano. Es sentir de verdad lo que el otro est expresando. [1] La imaginacin es una herramienta poltica central para Hannah Arendt.

  • Arendt escribe en el libro Entre el Pasado y el Futuro: Me formo una opinin considerando el asunto dado desde distintos puntos de vista, teniendo presentes los puntos de los que estn ausentes; es decir, me los represento. Este proceso de representacin no adopta ciegamente las opiniones reales de aquellos que estn en otra parte y por ello contemplan el mundo desde una perspectiva distinta; no es cuestin de empata, como si yo tratara de ser o de sentir como algn otro, ni de contar el nmero de narices y adherirme a la mayora, sino ser y pensar con mi propia identidad donde en realidad no estoy. Cuanto ms puntos de vista de personas tenga yo presente mientras estoy sopesando un asunto dado, y cuanto mejor pueda yo imaginar cmo sentira y pensara si estuviese en su lugar, ms poderosa ser mi capacidad de pensamiento representativo (pensamiento ampliado) y ms vlidas sern mis conclusiones finales, mi opinin

  • Esta dinmica poltica se genera cuando entre los ciudadanos se da el traspaso, de unos a otros, de fragmentos de vida [[1]]. Estos fragmentos se transmiten a travs de emociones, sentimientos e inteligencia que son parte de una argumentacin y que contiene carga afectiva. El pasaje de estos (poticamente llamados) fragmentos de vida, en realidad representa informacin que el ciudadano incorpora, y al capturar tales contenidos de esta forma tan particular (mentalidad ampliada), el juicio se enriquece y lo diverso se integra. [1] Un recurso que Arendt plantea para traspasar los fragmentos de vida de unos a otros es utilizar la metfora, que segn ella (y yo comparto) es el mayor tesoro que tiene el lenguaje porque nos permite acceder a aquello que es inefable, o indecible-intransmisible.

  • En el pasaje de esta informacin de ciudadano a ciudadano, la argumentacin [[1]] es enunciada a travs del lenguaje, un elemento determinante para lograr que esos fragmentos complejos de vida pasen de unos a otros. De esta forma, la poltica depende de la articulacin con el lenguaje. La posibilidad de articular lo necesario y lo contingente, la unidad y la multiplicidad, depende de que todo este proceso fluya sin barreras. La diferencia y no la identidad, es el rasgo especfico de lo poltico. [1] Arendt rechaza un exceso de abstraccin en la argumentacin que se olvide del sentido comn. El saber no puede divorciarse del sentido comn.

  • Modernidad segn Arendt

    En la Edad Moderna desaparece la brecha entre lo pblico y lo privado. Con el ascenso de la sociedad, esto es para Arendt del conjunto domstico o de las actividades econmicas a la esfera pblica, la administracin de la casa y todas las materias que anteriormente pertenecan a la esfera privada se han convertido en inters colectivo. El auge de lo social coincide histricamente con la transformacin del inters privado por la propiedad privada en un inters pblico. La sociedad cuando entr por primera vez en la esfera pblica adopt el disfraz de una organizacin de propietarios que en lugar de exigir el acceso a la esfera pblica debido a su riqueza, pidi proteccin para acumular ms riqueza. Otro de los aspectos a los que conlleva el auge de lo social, como lo llama Hannah Arendt es que la distincin y la diferencia han pasado a ser asuntos privados del individuo.

  • En la sociedad, se sustituye la accin por la conducta. En un tiempo relativamente corto la nueva esfera de lo social transform todas las comunidades modernas en sociedades de trabajadores y empleados, que quedaron enseguida centradas en una actividad necesaria para mantener la vida. Todas las actividades relacionadas con la pura supervivencia se permiten aparecer en pblico. El inconformismo de Arendt para con la sociedad moderna es que le quita al hombre no slo un lugar pblico donde puede revelar quien es sino a la vez su hogar privado donde en otro tiempo se senta protegido del mundo y donde en todo caso incluso los excludos del mundo podan encontrar un sustituto en el calor del hogar y en la limitada realidad de la vida familiar.

  • Un segundo aspecto del inconformismo de Arendt: la emancipacin de las clases trabajadoras y de las mujeres se hace slo a nivel formal. Si antes la condicin para la ciudadana era la propiedad privada con el auge de la sociedad se pierde la condicin objetiva de la libertad que era estar libres no slo de la coercin de otros hombres sino de las necesidades de la vida, y el tener un lugar privado propio. La abolicin de este requisito de la ciudadana, disfraza una falsa libertad de los ciudadanos modernos. No se puede ser libre sin tener las necesidades de la vida resueltas, un lugar privado propio y sin estar libre de la coercin de otros hombres. Este ltimo aspecto se configura como una crtica radical de las concepciones modernas y de la poltica como dominacin.

  • La crtica de Arendt acerca de la libertad moderna se refiere a que su fundamento no es ms, la igualdad. La libertad moderna admite precisamente aquellas condiciones que por su exclusin definan la libertad en la Grecia antigua: dominacin, fuerza, desigualdad. La libertad deja de ser un estado objetivo, evidenciado en la omisin por parte de las discusiones modernas de libertad, sobre la objetiva y tangible diferencia entre ser libre y estar obligado por la necesidad. Esta es una diferencia que para Arendt ha dejado de captarse. La importancia de la relacin entre propiedad y libertad reside en la concepcin de la propiedad privada en el sentido de tangible y mundano lugar de uno mismo, como condicin para la libertad, para lo cual lo ntimo-el descubrimiento ms grande de lo privado moderno, -no es un sustituto muy digno. El moderno concepto de propiedad privada se ha trasladado del lugar de uno mismo a la propia persona de uno mismo, que Marx llam la "fuerza de trabajo", traslado en el cual la propiedad pierde su carcter mundano, en detrimento del individuo.

  • Todos estos conceptos que maneja Arendt definan la poltica autntica y clsica, y nos permiten realizar crticas a la concepcin de la poltica moderna de la cual participamos en la actualidad: la inmensa desigualdad real de los ciudadanos donde en muchos casos ni las necesidades bsicas de la vida se encuentran satisfechas y mucho menos el tener propiedad privada, y por otra parte las decisiones polticas se toman no por los ciudadanos sino por unas lites ya transnacionales. Por ltimo la evidencia de que se ha gestado una transformacin en las esferas de lo pblico y lo privado que ha generado que en el consumo que estaba ligado al mbito de la vida privada ahora penetra y resignifica lo pblico. En consecuencia al ciudadano se le da un trato de consumidor sin resolver la inequidad y desigualdad real poltica, econmica y social que existe en la sociedad.

  • Nora Rabotnikof

  • Para la autora los lmites entre lo pblico y lo privado se han ido modificando histricamente y han alterando sus espacios. Adems ha existido una fuerte tensin entre ambos. Esto lo vemos en la actualidad al discutir el rol del Estado, la intervencin; o cuando aparecen nuevos fenmenos como lo pblico no estatal. El proceso marca las transformaciones que desde la Grecia clsica hasta nuestros das ha ido modificando y tensionando la relacin entre las esferas de lo pblico y de lo privado.

  • En su propuesta sobre la definicin del espacio pblico, Nora Rabotnikof habla de tres oposiciones fundamentales entre lo pblico y lo privado, a las que considera tres sentidos bsicos relacionados con el trmino pblico: En primer lugar, existe una prolongada tradicin del uso del adjetivo (pblico) que lo asocia a lo comn y lo general en contraposicin a lo individual y particular. El segundo sentido hace referencia a lo visible, manifiesto u ostensible en contraposicin a lo oculto o secreto. Un tercer sentido remite a la idea de lo abierto en contraposicin a lo cerrado. En este caso se hace destacar la accesibilidad en contraposicin a lo vedado.

  • a) Lo pblico como lo que es de inters o de utilidad comn, que atae a lo colectivo, que concierne a la comunidad, y por ende a la autoridad de ella emanada, contra lo privado como aquello que se refiere a la utilidad y al inters individual. Hablamos as de "seguridad pblica" o "salud pblica" para referirnos a una dimensin comn y general (la salud de todos y los aspectos generales de la salud o la seguridad, ms all de mis problemas particulares de salud o mi exposicin personal al riesgo). De all tambin que en algunas definiciones el trmino "pblico" aparezca como "lo perteneciente o concerniente a todo un pueblo, lo que emana del pueblo", de donde se desprende la referencia a la autoridad colectiva, al Estado . En oposicin, lo privado, en esta primera acepcin, designa lo que es particular e individual y aquello que, en su origen, pretende sustraerse a ese poder pblico (entendido como poder de la colectividad). La recuperacin de este primer sentido en trminos jurdicos ser bsica para la distincin entre derecho pblico y derecho privado y tambin para lo que se ha dado en llamar las dicotomas "derivadas": sociedad poltica y sociedad domstica, ley "pblica" y contrato privado, "voluntad general" y voluntad particular. Es tambin en este primer sentido como "pblico" se vuelve progresivamente sinnimo de "poltico" y, ms en particular, de "estatal".

  • b) Lo que es visible y se desarrolla a la luz del da, lo manifiesto y ostensible contra aquello que es secreto, reservado, oculto: lo que no puede verse, aquello de lo que no puede hablarse, que se sustrae a la comunicacin y al examen, histricamente vinculado con lo sacro, accesible slo al saber de los iniciados. Lo pblico en este sentido alude a la luz que vuelve visible aquello que se sustraa a la mirada y que incluso reivindicaba explcitamente el requisito del secreto.

  • c) Lo que es de uso comn, accesible a todos, abierto, contra lo cerrado, aquello que se sustrae a la disposicin de los otros. Lo pblico, en este caso, es aquello que al no ser objeto de apropiacin particular se halla abierto, distribuido. Las plazas, la calle, son lugares de "uso" pblico, abiertos a todos. Del otro lado, el signo ms ostensible de privada como apropiacin es la clausura (la cerca). Algunos lugares son pblicos (abiertos) porque son de todos (comunes), y por eso las actividades que en ellos se realizan son manifiestas y ostensibles (visibles). Sin embargo, algo puede ser pblico en el sentido de no oculto o no secreto, por desarrollarse a la luz del da, y no ser pblico en el sentido de accesible o disponible para todos. Los cdigos de caballera, la fiesta barroca, la liturgia eclesistica, las prcticas cortesanas combinan "visibilidad" con algn tipo de ocultamiento, apertura a la mirada y exclusin en su disponibilidad. Antes de la instauracin del sufragio universal, el carcter pblico de los procesos electorales (que apuntan a la autoridad comn y que se desarrollan a la luz del da) no coincida con la pblica accesibilidad. De alguna forma, este tercer sentido es el que ms relaciona el par pblico-privado con el de inclusin-exclusin.

  • Qu problemas aparecen en torno a esta delimitacin? Ni lo pblico como comn a todos ha sido siempre tratado pblicamente (ejemplo de esto son las decisiones en torno a diversas polticas que la clase gobernante toma sin el consenso general en el caso de las democracias representativas), ni tampoco siempre ha sido visible, pues hay negociaciones que tienen que ver con fines pblicos pero que se realizan de manera oculta, y estos dos sentidos no han coincidido histricamente. De ah que Rabotnikof reconozca que existe una permanente tensin entre la dimensin de lo pblico y la poltica. La definicin de lo pblico, entonces, tiene que superar las categoras establecidas por estos tres ejes de oposicin en aras de adquirir pertinencia emprica para practicar un acercamiento ms adecuado a la realidad de lo pblico y poderlo conectar con otros fenmenos sociales vinculados a los sistemas institucionales de comunicacin, agenda oculta, etc.

  • La herencia clsica La polis griega articulaba estos tres sentidos de lo pblico. Por un lado, la politeia inclua el tratamiento de los asuntos comunes por parte de los ciudadanos libres, su participacin activa en la construccin y defensa de la comunidad poltica. En el segundo sentido, la actividad pblica, en contraste con la oscuridad del mbito domstico, se desenvolva a la luz del da y en presencia de otros. Por ltimo, refera a un espacio potencialmente abierto a todo el demos, a la ampliacin progresiva del crculo de los iguales ante la ley. Lo colectivo, lo manifiesto y lo abierto se aunaran en una imagen paradigmtica de lo pblico que desde entonces no ha cesado de ejercer su influencia sobre la reflexin occidental.

  • La articulacin de estos tres sentidos trajo consigo una serie de caractersticas que hasta la fecha aparecen indisolublemente asociadas a la reflexin sobre el espacio pblico. En primer lugar, el predominio de la palabra sobre otros instrumentos de poder, o sea, la asociacin de las cuestiones y los espacios pblicos con mbitos de despliegue de la persuasin mediante la argumentacin. La palabra se erige en el instrumento poltico por excelencia, signo de autoridad, medio de direccin, pero siempre como una palabra que debe persuadir, convencer. La poltica toma la forma de agn, torneo azaroso guiado por una lgica de lo verosmil y lo probable en el que se juega la aceptacin o el rechazo, la victoria o la derrota. El papel de la retrica en el mbito de la deliberacin pblica, su funcin no instrumental, sino "constitutiva" de los temas pblicos, aparece desde entonces relacionada con esta idea clsica del tratamiento de lo pblico.

  • La organizacin del espacio social alrededor de la plaza, la referencia a un "lugar" de convergencia de todos los ciudadanos apunta a la delimitacin de un espacio propiamente poltico, que funciona como "centro" de referencia para todos. Se trata as, literalmente, de un espacio pblico delimitado frente a las moradas privadas. El espacio urbano se distribuye de manera que hay un centro donde se debaten los asuntos pblicos, y ese centro representa todo lo que es comn, la colectividad como tal. "Dentro" de dicho centro hay igualdad, nadie est sometido a otro. La identidad de los moradores del espacio pblico o "del pblico" se construye a partir de una igualdad ciudadana definida como isonoma, igualacin en la ley y en la participacin en el poder.La constitucin de la polis como mbito pblico lleva consigo la reivindicacin de la ley escrita. Al fijarla por medio de la escritura. La ley escrita "separa" lo visible de lo oculto.

  • Surge entonces la concepcin de una regla comn, de una norma racional pblicamente consagrada, que ya no depende de conocimientos secretos ni de saberes de iniciacin. El derecho romano consagrar las categoras de lo pblico y lo privado mediante aquello que remite, por una parte, a la condicin del populus y, por otra, lo que refiere a la utilidad del individuo. La res publica representa la propiedad umversalmente accesible al populus y, como tal, es extra commercio. Utilidad comn, ley comn y accesibilidad general se vinculan en esta caracterizacin de la res publica. La res privata se encuentra situada, en contraste, in commercio e in patrimonio, relacionada con un poder diferente, el pater familias, y se ubica en el mbito cerrado, replegado en s mismo, del domus, la casa. Actuar privadamente, en el lenguaje ciceroniano, significa actuar no como magistratum, es decir, no a partir de la investidura que emana del pueblo, sino como simple particular. Del mismo modo, significa actuar en otro territorio jurdico, ya no en el foro, sino en la intimidad.

  • La caracterizacin moderna Con la progresiva diferenciacin entre sociedad civil y Estado, lo pblico adquirir una de sus connotaciones contemporneas, que lo hace equivalente a lo estatal. El poder pblico se consolida como algo separado que se erige en entidad reconocible frente a los que permanecen fuera, entidad que encarna lo "comn a todos". Sin embargo, si el Estado encarna esta acepcin de lo pblico, al mismo tiempo reclama argumentadamente la libertad de sustraerse a la publicidad (entendida como visibilidad). El lugar de la decisin poltica est cerrado a la comunidad y el secreto de Estado justifica su exclusin del conocimiento pblico. El poder soberano encarna lo pblico en tanto es comn, pero no como abierto ni manifiesto ni accesible a todos.

  • Desde el punto de vista econmico, las polticas mercantilistas sentarn las bases para el desarrollo de una esfera privada volcada a los procesos de produccin e intercambio y amparada y controlada por el poder pblico. El mercado ocupa el lugar del oikos y otorga nueva relevancia pblica (en el sentido de inters general) al campo de la produccin. El uso poltico del adjetivo "pblico" en los siglos XVII y XVIII ir marcando un cambio en las relaciones de la sociedad y el Estado lo que dar lugar a una progresiva diferenciacin entre el Estado, la comunidad y el individuo. Primero en Inglaterra y luego en Francia, el "inters pblico" aparecer como la voz "desde abajo" que desafa las pretensiones del gobierno autocrtico. A la identificacin de lo "comn" con un Estado que parece sustraerse a la publicidad (en el sentido de manifestacin y de apertura) suceder el paulatino acercamiento de lo pblico a lo social. Es decir, progresivamente lo comn y general ya no se identifica con ese lugar secreto y cerrado (Estado), sino con la sociedad, que tiene que encontrar formas pblicas (visibles y manifiestas) de expresin.

  • Otra modificacin importante se refiere a la sociedad misma que, entendida cada vez ms como conjunto de individuos, busca expresin pblica. Hasta entonces, el inters de la comunidad no era problemtico. Primero se haba identificado con la comunidad "naturalmente" existente y luego con el Estado. En ambos casos (expresin de la comunidad o pretensin de los gobiernos absolutos), el inters pblico tena una dimensin "objetiva".

    A partir de la revolucin puritana, el inters pblico comienza a enfrentarse al del Estado autocrticamente definido. Por un lado, si bien el pueblo poda no tener esa particular "sabidura de lo pblico" (nacida de la informacin, de la visin de conjunto, de la percepcin desde el Estado, etc.), sufra las consecuencias de las decisiones: "El pueblo comn poda no ver, pero poda sentir". Paralelamente se abre camino la idea del inters pblico como la suma de los intereses individuales, con la particular relacin entre expresin de ese inters y participacin.

  • Lo pblico como asunto de "un pblico" (es decir, particulares reunidos en calidad de pblico) seguir diferentes caminos de desarrollo en la Europa del siglo XVIII. En el caso ingls, la temprana adopcin del parlamento en sentido moderno, el desarrollo de la prensa y la tambin precoz conquista de varios elementos del Estado de derecho hacen que la voz de ese pblico se traduzca primero en una opinin pblica que controla, cuestiona y se enfrenta a las medidas de gobierno, y que ms tarde lo hace en los public meetings y por medio de asociaciones polticas locales que otorgarn una base ms amplia y fuerte a los partidos como representantes del pblico.

    En Francia, el pblico se desarrolla en los mbitos literarios y en "el secreto" protegido de la censura y el control estatales. No ser sino hasta la Revolucin francesa cuando se intente dar forma institucional a la voz de ese pblico, a ese "espritu pblico" o a esa conciencia pblica (Saint-Just) que permitira re- construir la unidad social sobre las nuevas bases revolucionarias mediante la participacin en la vida colectiva.

  • En el vocabulario ilustrado, esta "esfera" de la publicidad se identificar progresivamente con el ejercicio pblico del raciocinio. Y el raciocinio pblico (RAZON) ser considerado como la base de la integracin normativa de la sociedad por medio de la neutralizacin de perspectivas particulares o de su reelaboracin en funcin de lo general. Lo "comn" se construye, as, a partir del inters global de los particulares, en la determinacin de aquellos que constituyen bienes y garantas pblicos y que, por tanto, deben ser objeto de normas generales. La accesibilidad general a esta "esfera" de raciocinio pblico pareca garantizada por los supuestos econmicos de un orden natural pensado como esfera libre de coercin y poder. Ello fundamentaba la pretensin de que un crculo social homogneo determinado representara al conjunto de la sociedad (y de la humanidad), as como la ilusin de la potencial accesibilidad de todos.

  • Por ltimo, y de manera ms fundamental, el principio de publicidad se erige contra el secreto de Estado y vuelve "pblicas" -en el sentido de desplegables a la luz del da, por un lado, y vinculadas a la legitimacin va razonamiento pblico, por otro- las leyes y medidas que afectan a la generalidad de los particulares.

    Los derechos fundamentales incorporados constitucionalmente harn referencia tanto a esta consideracin de los hombres y los ciudadanos como a la consagracin de los espacios pblico y privado en el mbito social: las instituciones y los instrumentos del pblico (prensa, asociacin, opinin), su expresin poltica (sufragio) y la autonoma de la esfera privada en lo que atae a las dimensiones de la libertad individual (derechos y garantas individuales) y a las libertades econmicas (contratos, herencia, propiedad, trabajo). (ESTADO LIBERAL CLSICO)

  • El supuesto social bsico es la diferenciacin entre sociedad civil y Estado. En la percepcin ilustrada, este mbito pblico no slo supone el procesamiento de las necesidades y los intereses de la sociedad civil primero "frente" y luego "en" el Estado sino, por encima de ello, el ideal normativo de hacer pasar la legitimidad de las leyes por la piedra de toque del raciocinio pblico. La publicidad, entendida como visibilidad, cognoscibilidad, accesibilidad y controlabilidad de los actos de quien detenta el poder supremo es, precisamente, la extensin de la metfora de las luces que consagra el contraste entre poder visible e invisible y establece definitivamente este sentido de lo pblico. (tribunal de la razn)

  • El raciocinio pblico en primer lugar ilustra, pero sobre todo es condicin de racionalidad de los resultados. La versin liberal insistir en el supuesto inters universal en la seguridad de la persona y la propiedad como medio de unir bien privado y bien pblico, y ante todo en la defensa de los derechos individuales contra los abusos del poder pblico. La versin republicana moderna har hincapi en la nocin de "felicidad comn" e intentar recuperar la idea de ciudadana activa como desafo a la distincin liberal entre "libertad de los antiguos y libertad de los modernos", privilegiando la participacin en la vida pblica y la formacin cvica. En un nivel normativo, "lo pblico" ser entonces alternativa o simultneamente el mbito de la argumentacin, de las garantas de la esfera privada o de la activa participacin ciudadana en la formulacin y defensa de las leyes.

  • El Estado social y su crisisSon comunes las referencias a la transicin del Estado liberal de derecho al Estado social de derecho como una dislocacin de los lmites ideales entre sociedad civil y Estado, entre lo privado y lo pblico. Trminos complejos como "publificacin de lo privado" y "socializacin del Estado" o "estatalizacin" de la sociedad hacen referencia a la ampliacin de las funciones interventoras del Estado en mbitos sociales tradicionalmente considerados "privados.Otra forma de caracterizar este proceso se refiere al predominio de relaciones de tipo contractual en el nivel superior de las relaciones polticas relevantes. Los contratos, negociaciones y compromisos entre grandes organizaciones polticas y econmicas (acuerdos interpartidarios y mecanismos neocorporativos) que desplazan a la representacin general ciudadana.

  • El antiguo problema de la visibilidad del poder parece reformularse como una tensin entre el control pblico y la autonoma de decisin tcnicamente fundada. El no aportar informacin para el debate y el control pblicos ya no se sustenta en una abstracta razn de Estado, sino en la urgencia de tomar decisiones, en la autonoma de ciertas instancias de gobierno y en el monopolio tcnico. Ello supone, adems, una transformacin fundamental en el campo jurdico en cuanto a la relacin entre ley general, decisin gubernamental y contrato. El predominio de estas dos ltimas formas sobre la primera supone de por s una redefinicin de lo pblico y de la relacin entre cuestiones colectivas generales, su debate pblico y su formulacin como leyes generales.

  • De igual modo, los derechos sociales redefinieron la adjudicacin de aquello que compete a los particulares. Precisamente el reconocimiento en trminos de derechos implic que tambin fueran instituciones pblicas las encargadas de garantizarlos y satisfacerlos. Al mismo tiempo, ese reconocimiento "abri" formalmente al pblico lugares y servicios antes considerados exclusivos de algunos grupos (educacin, salud, etctera).

    La crisis del Estado de bienestar trajo consigo, entre otras cosas, el cuestionamiento del estatuto mismo de los llamados derechos sociales, al ponerse en duda el porqu de la satisfaccin pblicamente (colectivamente) asumida de determinadas necesidades. Y, en cuanto al principio de publicidad, se comenz a criticar la manera en que la creciente complejidad de las funciones del Estado y la expansin de sus dimensiones tcnico-administrativas (burocracia) haban erigido canales de decisin que eludan "el principio de publicidad" por vas polticas y tcnicas ms complejas que las de la antigua razn de Estado.

  • Desde un punto de vista normativo, las democracias de masas y los medios de comunicacin colectiva pusieron en duda tanto la viabilidad de una recuperacin del modelo clsico de espacio pblico como la vigencia de los ideales de la vida pblica moderna. De ah las crticas que nacen de una promesa irrealizada de transparencia, democracia y participacin: se denuncia la manipulacin, la burocratizacin de la poltica, el avasallamiento de una verdadera opinin pblica informada por los medios, los partidos y los sindicatos, el reemplazo de un consenso racional pblicamente argumentado por la negociacin y la componenda.

  • La autora se pregunta: Cules problemas pueden y deben ser hoy colectivamente asumidos? Cules pueden y deben ser los temas de una argumentacin pblica? Podemos seguir identificando lo pblico con lo estatal? O ms bien deberamos pensar lo contrario, es decir, que en tanto "el pblico" moderno tiene su origen en los individuos autnomos y en la conformacin de una sociedad "separada" del Estado? Hay todava cuestiones "pblicas" para ser tratadas y asumidas pblicamente? Cul es el papel de los individuos, las comunidades, la llamada "sociedad civil" y el Estado en esta caracterizacin de lo pblico? Podemos hablar todava de un espacio de lo pblico en los tres sentidos que hemos sealado?

  • CONCEPCIONES DEL ESPACIO PBLICO Y FORMAS DE PENSAR LA POLTICA

    La autora toma, como "modelos", algunas concepciones del espacio pblico moderno que estn presentes en la teora poltica y social contempornea. Se centra en las posiciones que recuperan crticamente el modelo moderno de espacio pblico y no en aquellas que intentan revitalizar el modelo "clsico"(Ej. Arendt). Toma tres caracterizaciones polticas del espacio pblico teniendo en cuenta la ubicacin del espacio pblico en relacin con el par "sociedad civil-Estado", la diferente relacin entre espacio pblico y moralidad y las formas de pensar la poltica presentes en cada una de ellas. 1) El espacio pblico como expresin moral de la sociedad civil y la crisis de lo polticoinstitucional. (Argumento conservador)2) El espacio pblico como escenario de racionalizacin del poder administrativo o de generacin de poder comunicativo. (Argumento emancipador) 3) El espacio pblico como filtro del sistema poltico y la formacin de temas. (Argumento sistmico)

  • El argumento conservador: el espacio publico como expresin moral de la sociedad civil y la crisis de lo poltico

    El autor que impulsa esta perspectiva es Koselleck. Se plantea la oposicin Estado vs. sociedad civil, bajo el argumento de que frente al monopolio de la poltica por parte del Estado, el lenguaje moral parece haber sido el nico disponible para los excluidos, con lo que se gener un enfrentamiento de la legalidad contra la moralidad, donde desde la sociedad civil se denuncia la hipocresa, la impotencia poltica y el terror de Estado. La moralidad sirve entonces para cuestionar el estado de cosas.

  • La crtica apunta contra un Estado que monopoliza la responsabilidad poltica y crea, por exclusin, su otro indiferenciado: la sociedad civil. La voz de la nueva sociedad civil surge de una situacin de exclusin de la esfera de la decisin poltica estatal. Esta mirada del "espacio pblico" se produce en ocasin de la crisis de un Estado autoritario y excluyente, casos en que la moralidad parece ser la nica bandera y el nico recurso. Esta posicin podra esquematizarse con estas tesis:A) En situaciones en las que el aparato de Estado monopolizaba la poltica y concentraba toda la responsabilidad, el lenguaje moral parece haber sido el nico disponible para los excluidos.B) Cuando el espacio de lo pblico pretende encarnar el lenguaje de la moralidad, sta termina enfrentada a la legalidad, a la necesidad de decisin y a la responsabilidad.C) Ello conduce a que, al pretender actuar, la crtica moral a la poltica expresada en el espacio pblico se condene a la impotencia poltica.

  • El Estado encarn lo pblico como lo comn y lo general (por encima de los particularismos). Pero su funcionamiento y la fundamentacin de sus acciones no fueron pblicos (el secreto de Estado, el arte del gobierno y la discrecionalidad).La consigna del espacio pblico moderno supone que la verdad ,y no la autoridad, hace la ley. Y esa verdad viene del exterior y de abajo: es la fuerza de la "crtica" que expresa "pblicamente.

  • El conflicto entre la legislacin positiva y la legislacin moral no tiene solucin negociada politicamente. Desde este ngulo de crtica, el lenguaje moral del racionalismo ilustrado que inspir la idea moderna de espacio pblico no reconoce las diferencias (es decir, ocluye el conflicto poltico) o arrasa con ellas. Se produce as una dialctica perversa: el lenguaje moral niega tericamente las diferencias y, por lo tanto, es incapaz de asumir la pluralidad y el conflicto, reconcilia toda diferencia en una unidad abstracta (la razn) y se vuelve ciego ante la poltica y ante el peligro de la guerra civil. La emergencia de ese espacio pblico signific la "crisis" de lo poltico. El espacio pblico expres as la voz de una sociedad civil polticamente irresponsable que simboliz la crisis del Estado sin poder hacerse cargo de ella.

  • El espacio pblico ilustrado es visto exclusivamente como la manifestacin de la crtica moral a la poltica. El enfoque sita directamente el problema del espacio pblico en los trminos de "la sociedad civil frente al Estado", identificando a la primera con la moralidad. Ello parece predeterminar que el problema del espacio pblico sea el del choque entre "las razones del poder" y la moralidad societalmente encarnada. La ecuacin poltica-Estado versus moralidad-sociedad se transforma en el lmite ltimo para pensar lo pblico.Frente a ello, es posible afirmar que esta figura del espacio de lo pblico, considerada como la voz de la moralidad, pudo haber sido histricamente verdadera (y reaparecer intermitentemente en situaciones de crtica global al poder estatal). Tambin puede ser correcto afirmar que el espacio de lo pblico, en su gnesis, slo pudo afirmarse histricamente con el lenguaje de la moralidad. Sin embargo, nada autoriza a pensar que la moralidad es el nico "registro" posible de expresin o de crtica ni a temer que esa reivindicacin moral conduzca irremisiblemente a la hipocresa, ni mucho menos a pensar que cualquier voz que hable desde un lugar distinto al del ejercicio del poder est condenada a la ilusin de ser representacin moral del todo.

  • El argumento emancipador: el espacio pblico como escenario de racionalizacin del poder administrativo o de generacin de poder comunicativoQuien sostiene esta posicin es Jrgen Habermas, que comparte el mismo supuesto (de identificacin de la esfera de lo pblico con el lenguaje de la moralidad, aunque con una valoracin diferente. Sostiene que el espacio pblico burgus es (antes de su cada) la institucionalizacin de una crtica tica a la poltica. Dicha institucionalizacin alcanza mayor plenitud all donde puede establecerse una esfera pblico-poltica en su forma parlamentaria. La estructura terica del espacio pblico est representada por el concepto kantiano de publicidad segn el cual:

  • a) el "uso pblico" de la razn cumple funciones de ilustracin y es signo de una sociedad que ha salido de su "minora de edad"; b) con la frmula trascendental de la publicidad de que "son injustas todas las acciones relativas al derecho de otros cuya mxima sea incompatible con la publicidad" se traduce el imperativo categrico (universalizacin de la mxima de la accin) al plano de la exterioridad de las normas jurdico-polticas y se enuncia la exigencia del gobierno de la ley y la "visibilidad del poder", y c) bajo el supuesto de un "uso pblico" de la razn es posible alcanzar la coincidencia pblica, la elaboracin de la voluntad racional, es decir, la unidad, en la publicidad, de las conciencias empricas en un consenso racional que coincide o expresa la unidad inteligible de la conciencia trascendental.

  • El espacio pblico moderno, la reunin de los particulares en calidad de pblico para discutir pblicamente los asuntos comunes, signific la posibilidad de hacer pasar las decisiones colectivamente vinculantes por la piedra de toque de una argumentacin racional y pblicamente desplegada. Para Habermas, en el debate crtico que caracteriza a la esfera pblica burguesa, racionalidad y moralidad aparecen genticamente enlazadas: "Los resultados del raciocinio pblico reclaman racionalidad, la idea de una opinin pblica nacida del mejor argumento pretende estar en posesin de esa racionalidad con ambiciones morales que hace coincidir lo correcto con lo justo".

    La publicidad (pblico) es as la piedra de toque de la legitimidad y validez de las normas. El espacio pblico ilustrado encierra entonces, en esta perspectiva, un proyecto emancipador (la racionalizacin del poder pblico a travs de la discusin informada y el consenso razonado).

  • Este caso corresponde a lo que Habermas llama la esfera pblica burguesa, que se refiere a una configuracin aparecida en las ciudades de Europa en el siglo XIX y que consista en la reunin de los individuos, en calidad de pblico atento, para discutir sobre los temas de inters comn. La esfera pblica tiene su origen en el capitalismo temprano, entre otras cosas a causa del nuevo marco de relaciones: el trfico de mercancas y noticias creado por el comercio a larga distancia (Habermas) Esta esfera pblica burguesa est constituida por clases ilustradas que tienen como enfoque la discusin racional de los asuntos polticos.

  • La esfera pblica se presenta como una oposicin en donde el mbito de lo privado enmarca a lo pblico, y la familia es el sitio en donde se desarrolla una intelectualidad pequeo-burguesa que alcanza su presencia pblica a travs de la prensa, los clubes y el mercado de bienes culturales. El elemento central es que la opinin pblica ilustrada en tanto reunin de la opinin de los individuales, a pesar de ser plural, puede unificarse y enlazar, a travs de un circuito de la comunicacin racional, a la sociedad civil con las normas vinculantes que emanan de las instituciones formales del derecho, es decir, el Estado mismo.

  • Crticas al argumento conservador y al argumento emancipadorLa versin de Koselleck y, ms matizadamente, la de Habermas, colocan la temtica del espacio pblico en las coordenadas de "la sociedad civil frente al Estado" o "del Estado frente a la sociedad civil". Para uno, la dilucin de la decisin y la responsabilidad poltica, la necesidad de retrotraer la legalidad a fundamentos extrapolticos, el falso universalismo de la moralidad, etc., parecen poner en crisis la soberana, el Estado y, aun, lo poltico. Para el otro, slo reconectando normas y argumentacin racional pblicamente desplegada, decisiones y argumentos socialmente desplegados, es posible fundar legitimidad. Esto parece condenarnos a ver en cualquier expresin poltica socialmente arraigada un desafo a la autoridad y el orden, y caer en un societalismo ingenuo para el que la decisin, el orden y la responsabilidad son problemas "de otro". En un caso pareciera que lo pblico-poltico slo puede ser pensado en su radical autonoma, es decir, separado de las diferentes voces, entre ellas la de la moralidad, que pueden surgir de la sociedad. Cualquier transformacin o crtica supone crisis. En el otro, la ecuacin entre publicidad y moralidad lleva a que "lo pblico", en su "autntico" sentido, termine identificndose con lo no estatal y con la posibilidad de un punto de vista universal, ms all de los contextos particulares, de los requerimientos de la accin y de la decisin, de los elementos de contingencia que forman la trama de lo poltico.

  • En ese marco de anlisis, "el espacio pblico" es un subsistema que resulta de la diferenciacin interna del sistema poltico. No est "afuera", sitiando la ciudadela, ni constituye un sistema en s mismo. No est conformado por los hombres "socializados" en la esfera privada y dotados, precisamente por esa socializacin, de la capacidad de actuar como ciudadanos aun cuando conserven la referencia a su identidad particular y privada. Tampoco son los individuos irresponsables que desaforadamente instauran el reino de la crtica. Es un subsistema en el que el flujo de comunicacin se especifica en torno a temas que logran la aceptabilidad general.

  • Segn N. Luhmann, la opinin pblica nace como "contingencia poltica sustantivada, como un sustantivo al cual se le confa la solucin de reducir la multiplicidad subjetiva de lo poltica y jurdicamente posible". La definicin es de tipo funcional y se encuadra en el mbito de resolucin de un problema: es instrumento de seleccin y de reduccin de la contingencia, en este caso jurdica y poltica, y esta reduccin opera a nivel de la comunicacin que se estructura en torno a temas. Los temas reducen o limitan el abanico de lo polticamente posible y canalizan el escaso potencial de atencin consciente.

  • Estos "temas" son definidos como complejos indeterminados de sentido, susceptibles de desarrollo, en torno a los cuales se puede discutir y gestar consenso o disenso, es decir, opiniones comunes o diferentes. Aun antes de las opiniones, son los temas los que estructuran los procesos de comunicacin. La distincin entre "tema" y "opinin" resulta esencial en el contexto, y slo as cobra sentido hablar de consenso o disenso. La reduccin de la complejidad de los procesos de comunicacin que la "opinin pblica" lleva a cabo ocurre entonces a nivel de los temas y no de las opiniones, y depende de la capacidad de los temas para estructurar el proceso de comunicacin.

  • Cada tema puede corresponder a opiniones individuales y, cuando una opinin es compartida colectivamente, entonces se dice que se ha institucionalizado. El espacio pblico queda entonces constituido por la capacidad de institucionalizar temas en la comunicacin poltica y construir agendas. Por situarse en un circuito de comunicacin, esta concepcin moderna de lo pblico coloca en la mesa de discusin a un nuevo actor: los medios de comunicacin.

    La estructura del sistema poltico regula la opinin pblica sin determinarla de manera estable." Asimismo, el proceso de comunicacin desplegado en el espacio pblico no determina el ejercicio del dominio ni la formacin de las opiniones, pero establece los lmites de lo que es posible cada vez.

  • Esto nos lleva a la primaca de los temas sobre el consenso, a aquello que parece ser la preeminencia de la cuestin del sentido sobre la de la validez. La "razonabilidad" del contenido de la decisin parece estar dada por la referencia al tema, que supone una primera seleccin de la contingencia de lo jurdica y polticamente posible. Una vez estructurada la comunicacin en torno a temas, tiene sentido hablar de consenso o disenso.

    Se produce un distanciamiento respecto de la identificacin entre racionalizacin y argumentacin: "...la capacidad de llevar a cabo confrontaciones conscientes no basta para agotar las posibilidades de la racionalizacin". Luhmann parece afirmar que el debate razonado e informado no es suficiente para garantizar el contenido de la decisin racional correcta Es decir, el supuesto es que puede haber diferentes opiniones racionales sobre el contenido de una decisin y que la discusin no garantiza ni el consenso ni el triunfo de la opinin ms racional.

  • Afirmar el consenso como legitimador de la decisin parece pasar por alto lo limitado de la racionalidad de los participantes y los riesgos implcitos en la complejidad. El tema institucionalizado es el referente de la decisin, la condiciona pero no la determina ni la controla, parece slo "orientarla" hacia un campo con sentido. No hay en este caso ni causacin ni control de la decisin en sentido estricto, sino slo delimitacin de un campo de sentido y de posibilidades que fundamenta una pretensin de "razonabilidad". Esta razonabilidad est dada por la estructuracin del tema. A partir de aqu, la pluralidad de opiniones (acotada por el tema) pone de manifiesto la pluralidad de los puntos de vista, de las perspectivas especializadas, etc., y la decisin, que necesariamente dejar de lado alguna perspectiva u opinin, dejar tambin las alternativas en el campo de la visibilidad y en el horizonte de la posibilidad.

  • As, el carcter de lo "comn y general" versus lo "privado-particular" se redefine. Ya no es un dato objetivo, una propiedad de ciertos problemas, temas o cuestiones. Puede ser, en cambio, una caracterstica emergente de la constitucin del tema, es decir, de su capacidad de movilizar el recurso escaso de la atencin. Algo llega a ser "pblico" porque logra movilizar la atencin general, porque consigue institucionalizarse como tema. Esto es lo que constituye su visibilidad y carcter manifiesto (como opuesto al secreto). Finalmente, el carcter abierto y accesible depende de la capacidad de los actores para formular temas y lograr que stos penetren a travs de las compuertas del sistema poltico.

  • La opinin pblica y el espacio pblico no remiten al problema de la relacin entre moralidad y poltica (salvo en casos especiales de control, escndalos, etc.). La relacin entre moralidad y poltica vuelve a referirse a los problemas morales asociados a lo que en algn momento se llam el arte del gobierno. El sistema poltico funciona con base en el cdigo y los criterios polticos. El espacio pblico no es ni el lugar de despliegue de una poltica condenada a la hipocresa, de una poltica moralmente correcta que no pretende luchar por el poder, ni la expresin de la voz moral de la sociedad. Opera como reductor de la contingencia jurdica y poltica, como "contextualizador" de la decisin, etc., pero no tiene relacin privilegiada ni con una moralidad societalmente encarnada ni con una universalidad lograda o lograble por medio de la argumentacin.

  • De esta manera, la problemtica del espacio pblico se "descarga" de la cuestin de la integracin, del consenso en sentido fuerte, de su pretendida ligazn con la moralidad, y por otro lado apunta a un circuito de comunicacin que nos permite preguntamos por qu algo llega a ser tema de discusin, materia de decisin o fenmeno que amerita el juicio poltico. Nos permite, antes de condenar la irresponsabilidad o de exaltar la dimensin moral, pensar las condiciones de posibilidad de aparicin o de constitucin de los fenmenos o los temas polticos capaces de movilizar la sensibilidad y la atencin, precisamente porque ponen en juego las diferentes descripciones y tomas de posicin, es decir, la pluralidad.

  • LO PBLICO HOY

    La denominada apertura del horizonte postliberal parece traer consigo, ms que una nueva reflexin sobre lo pblico, una redireccin de esa bsqueda del lugar comn. Se podra decir que estamos asistiendo a la redefinicin de varias lneas. En primer lugar, a la maduracin de un proceso de desatanizacin del Estado, ya iniciado unos aos atrs. Esto supone volver a una concepcin amplia, que incluye no slo el aspecto burocrtico, sino su dimensin legal, su papel en el desarrollo econmico y social, y su reubicacin como referente simblico. En segundo lugar, a una redefinicin del espacio pblico (entendido como esfera pblica) que parece desprenderse de su adherencia al Estado o a la sociedad civil, para ser pensado, en trminos ms generales, como un espacio de comunicacin global.

  • Espacio donde confluyen medios de comunicacin nacionales y globales, opinin pblica, actores sociales y polticos, y Estado (en sentido ampliado). Por ltimo, a un retorno de la nocin de proyecto (de pas o de nacin), una orientacin poltica hacia el futuro (que haba desaparecido del horizonte poltico en las dos ltimas dcadas) que requiere la invocacin a algn tipo de comunidad poltica y parece redefinir los mapas de esa bsqueda del lugar comn.

  • La recuperacin de la figura estatal aparece luego de las reformas neoliberales. El debilitamiento del espacio pblico (como espacio de ejercicio de los derechos polticos y civiles) estuvo directamente asociado al desmantelamiento del Estado. En esta perspectiva, los aspectos de desregulacin econmica y de limitacin de las funciones del aparato estatal fueron puestos en relacin con el debilitamiento del Estado como orden legal sobre un determinado territorio (ODonnell 1997). La crisis del Estado como orden jurdico vigente en un determinado territorio se relacionaba as con la crisis de lo pblico. El desmantelamiento del Estado como orden jurdico, en lugar de fortalecer a la sociedad civil, pona en peligro la nocin misma de ciudadana.

  • Lo pblico se relacionaba con la plena vigencia del Estado de derecho y su erosin, con la ausencia de las garantas bsicas a los derechos y con la fragilidad del orden legal para tornar previsibles las acciones y orientar el clculo social. La ciudadana se pone en juego, por ejemplo, cuando en una relacin contractual, si una de las partes considera tener legtimo motivo de queja puede o no recurrir a la intervencin de una agencia pblica legalmente competente de la que pueda esperar un tratamiento justo para decidir la cuestin (ODonnell 1997:56). Esta capacidad de recurrir al orden legal y a las agencias especializadas marcaba esta dimensin inherentemente pblica de las relaciones privadas. Los procesos de privatizacin de lo pblico eran signo de la crisis del Estado entendido como orden legal.

  • El espacio pblico en el post-neoliberalismoEs necesario en el presente dar a nuestras democracias una base ms amplia, se trata de comprenderlas de otra manera, de enriquecer su significado. Ellas debern ser reinventadas. Desde esta ptica, tres dimensiones aparecen cmo esenciales: La extensin de los procedimientos ms all del sistema electoral mayoritario, el tomar a la democracia como una forma social, y el desarrollo de una teora de la democracia mundo. () .Es necesario partir primero de los lmites del sistema electoral mayoritario, porque ste conduce a multiplicar a los olvidados de la representacin () De ah la necesidad de inventar nuevas formas de representacin, no electorales. ()La eleccin en efecto, no garantiza que un poder est al servicio del inters general, ni tampoco que lo est todo el tiempo ().

  • Llega el tiempo de redefinir las cosas desde su raz y de definir la democracia como el ejercicio de una responsabilidad permanente y multiforme. () tomar o apropiarse de la democracia como una forma de sociedad, y no solamente como un rgimen. Sin avanzar en esta direccin, la democracia de los individuos solamente, conduce a la apata o a los separatismos ya sean abiertos o disimulados. ()La democracia-mundo no se impondr con el advenimiento de elecciones mundiales. Es bajo las formas de una apropiacin ciudadana que esta democracia ir tomando forma. ()La Europa no podr ser querida por sus ciudadanos si ella no se transforma en un proceso vivo de democracia pos-electoral. (Rosanvallon: 2010)