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EL JURISTA-CRIMINOLOGO EN PRISION: ¿CLINICO O BUROCRATA? Pablo María MARTINEZ LARBURU Jurista-Criminólogo Resumen: La figura del Jurista-Criminólogo en prisión ha sido cuestionada desde su aparición en España. Por ello, se presenta un análisis de la evolución histórica de dicha figura a través del ordenamiento peniten- ciario, su relación con el concepto de tratamiento imperante en cada momento y el reflejo de todo ello en el informe que dicho profesional emite de cara a la propuesta de clasificación inicial. Laburpena: Legelari-kriminologoak presolekuen eremuan duen eginkizuna ezbaian jartzen da figura hori Espainian sortu zenez gero. Horregatik, figura horrek historian zehar presolekuen antolamenduari loturik izan duen bilakaeraren azterketa, unean uneko tratamendu nagusiaren kontzeptuarekin duen erlazioa, eta profe- sional horrek hasierako sailkapen proposamenari begira ematen duen txostenean horrek guztiak duen eragi- na azaltzen zaizkigu. Resumée: La figure du juriste-criminologue en prison a été mise en question depuis son apparition en Espagne. A cause de cela, on expose ici une analyse de l’évolution historique de cette figure à travers l’ordre pénitentiaire, son rapport avec le concept de traitement dominant à chaque instant et le reflet de tout cela dans le rapport que ce professionnel-ci présente à l’heure de proposer une classification initiale. Summary: The figure of the Jurist-criminologist in prison has been discussed since its appearance in Spain. That is why it is presented an analysis of its historical evolution in penitentiary Law, its relation with the treat- ment conception prevailing in every moment, and the influence of all these questions on the report, aimed to the proposal of initial classification, which this professional gives. Palabras Clave: criminólogo, jurista, prisión, tratamiento, Reglamento Penitenciario, informe criminológico. Hitzik garrantzizkoenak: kriminologoa, legelaria, presolekua, tratamendua, presolekuei buruzko araudia, kriminologiako txostena. Mots clef: Criminologue, juriste, prison, trataiment, Réglement penitentiaire, rapport criminologique. Key words: Criminologist, Jurist, Prison, Penitentiary Treatment, Penitentiary Law, Criminological Report. 115 EGUZKILORE Número 11. San Sebastián Diciembre 1997 115 - 128

11 Jurista Criminologo Prisionqrtertq

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  • EL JURISTA-CRIMINOLOGO EN PRISION:CLINICO O BUROCRATA?

    Pablo Mara MARTINEZ LARBURUJurista-Criminlogo

    Resumen: La figura del Jurista-Criminlogo en prisin ha sido cuestionada desde su aparicin en Espaa.Por ello, se presenta un anlisis de la evolucin histrica de dicha figura a travs del ordenamiento peniten-ciario, su relacin con el concepto de tratamiento imperante en cada momento y el reflejo de todo ello en elinforme que dicho profesional emite de cara a la propuesta de clasificacin inicial.

    Laburpena: Legelari-kriminologoak presolekuen eremuan duen eginkizuna ezbaian jartzen da figura horiEspainian sortu zenez gero. Horregatik, figura horrek historian zehar presolekuen antolamenduari loturik izanduen bilakaeraren azterketa, unean uneko tratamendu nagusiaren kontzeptuarekin duen erlazioa, eta profe-sional horrek hasierako sailkapen proposamenari begira ematen duen txostenean horrek guztiak duen eragi-na azaltzen zaizkigu.

    Resume: La figure du juriste-criminologue en prison a t mise en question depuis son apparition enEspagne. A cause de cela, on expose ici une analyse de lvolution historique de cette figure travers lordrepnitentiaire, son rapport avec le concept de traitement dominant chaque instant et le reflet de tout celadans le rapport que ce professionnel-ci prsente lheure de proposer une classification initiale.

    Summary: The figure of the Jurist-criminologist in prison has been discussed since its appearance in Spain.That is why it is presented an analysis of its historical evolution in penitentiary Law, its relation with the treat-ment conception prevailing in every moment, and the influence of all these questions on the report, aimed tothe proposal of initial classification, which this professional gives.

    Palabras Clave: criminlogo, jurista, prisin, tratamiento, Reglamento Penitenciario, informe criminolgico.

    Hitzik garrantzizkoenak: kriminologoa, legelaria, presolekua, tratamendua, presolekuei buruzko araudia,kriminologiako txostena.

    Mots clef: Criminologue, juriste, prison, trataiment, Rglement penitentiaire, rapport criminologique.

    Key words: Criminologist, Jurist, Prison, Penitentiary Treatment, Penitentiary Law, Criminological Report.

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    EGUZKILORENmero 11.San Sebastin

    Diciembre 1997115 - 128

  • 1. INTRODUCCION

    En los ltimos aos, hemos contemplado muchos e importantes cambios en la eje-cucin de la pena privativa de libertad, y quizs uno de los ms importantes sera el dela finalidad resocializadora de la prisin. Para poder llevarla a cabo, es necesaria la pre-sencia de mltiples y especializados profesionales, y entre ellos, el jurista-criminlogo.

    Sin embargo, antes de conocer el mbito de actuacin de dicho profesional, pare-ce interesante conocer la figura del criminlogo y su formacin en prisiones en algu-nos otros lugares de nuestro entorno.

    Es curiosa la situacin de Italia, donde la figura del criminlogo se introdujo en lareforma del sistema penitenciario de 1975. Sin embargo, su funcin ha sido marginal,limitada a tareas de diagnstico, a pesar de que la ley contemplaba tambin tareas enel tratamiento. En 1987 se incluy un nuevo servicio de examen clnico de las perso-nas que ingresan en prisin, a efectos de prevenir suicidios y violencia, y tena unpapel importante la aportacin del criminlogo en dicho examen, si bien ste no per-teneca al personal estable de la Administracin penitenciaria, sino que sera un profe-sional del exterior al que se encargaran tareas especficas por parte de los directoresde los Centros penitenciarios, con la autorizacin del Ministerio de Justicia y que altener que actuar en el interior de la prisin ha provocado una serie de problemas yconflictos fcilmente imaginables, como apuntan CANEPA Y MERLO.

    De cualquier modo, para GATTI, el rol del criminlogo est an muy influencia-do por la orientacin clnica, a pesar de haberse aumentado el campo de actuacin,y de que a las actividades tradicionales de diagnstico y tratamiento se aada la pre-vencin, que pudiera convertirse en el terreno privilegiado de la intervencin del cri-minlogo.

    En Francia no existen en las prisiones criminlogos profesionales. LaCriminologa en prisin se entiende ms como la utilizacin de los tiles metodolgi-cos y conceptuales propios de sta en la comprensin de los hechos desviados y de lasrespuestas sociales e institucionales que pueden ser aportadas. Pero LABORDE con-templa dos modos de practicar la Criminologa en la administracin penitenciaria:

    Desarrollar un plan nacional de medios de estudio de las informaciones quedispone la Administracin penitenciaria, que podran ser operativas y permiti-ran realizar reajustes de la poltica penitenciaria por una reflexin y evalua-cin permanente y no por la presin de los acontecimientos.

    Desarrollar a nivel local el mismo tipo de trabajo. Hoy hay pocos centrospenitenciarios o comits de proteccin y ayuda a los liberados que sean capa-ces de presentar un discurso cientfico sobre la poblacin penal a su cargo.

    En Espaa, en la actualidad la Criminologa se estudia en Institutos Universitariosque dependen de Facultades de Derecho, y si bien la posesin de la Diplomatura o elMaster en Criminologa era valorada de cara a la promocin profesional en Cuerposde Polica y asimilados, slo exista un puesto de trabajo en el que era requisito impres-cindible estar en posesin de dicho ttulo: el de Jurista-Criminlogo del CuerpoTcnico de Instituciones Penitenciarias. Veamos la evolucin de dicha figura en nues-tro ordenamiento.

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  • 2. EL CRIMINOLOGO Y LOS ANTECEDENTES DEL TRATAMIENTO EN LAEJECUCION DE LA PENA PRIVATIVA DE LIBERTAD

    El inicio de dicha trayectoria lo ubico en el Reglamento de Prisiones de 1956,que no abordaba an el tratamiento en prisin. En su artculo 1 quedaba recogidocomo objeto de la Institucin Penitenciaria el ejercer sobre los internos una labor refor-madora, con arreglo a los principios y orientaciones de la ciencia penitenciaria, peroera slo una declaracin de principios.

    Si bien existan figuras que aminoraban los efectos negativos de la estancia endicha Institucin, se pretenda evitar la reincidencia y se facilitaba el acortamiento de lapena a travs de la redencin de penas por el trabajo, el cumplimiento de las penas notena como fin la reeducacin, rehabilitacin, readaptacin o modificacin de la con-ducta.

    Los artculos 48 y 49 del mencionado Reglamento recogan el sistema progresivode clasificacin para los penados y el artculo 28 impona a los Directores de losEstablecimientos la obligacin de remitir a la Direccin General, juntamente con lahoja de la condena de cada penado, una ficha clasificadora que se acompaaba delinforme de comportamiento y de los aspectos biotipopsicolgicos, pedaggicos,correccional, moral, social y psicotcnico, conforme al juicio de observacin realizadadesde el ingreso como preventivo. Con ello, el Centro Directivo resolva sobre elCentro Penitenciario de destino del interno.

    10 aos ms tarde, dado que el personal que en los centros penitenciarios seencargaba de estas tareas no estaba debidamente preparado y que la hoja de condenaera insuficiente, la Direccin General de Prisiones adopta dos decisiones:

    1. Organizar un curso de especializacin para la formacin de funcionarios queiban a pertenecer a los Equipos de observacin que se pensaban organizar enlos Centros para que colaboraran con los Directores en la funcin bsica de laobservacin antes mencionada.

    2. Dictar las normas para regir las propuestas razonadas de traslado a centros decumplimiento, basadas en la investigacin de la personalidad del interno.

    El 22 de Septiembre de 1967, se dicta una Orden Ministerial por la que se creala Central de Observacin, siendo ste un momento esencial en el proceso de inte-gracin del tratamiento y de las ciencias de la conducta en la ejecucin de las penasprivativas de libertad. La Central tendra como misin completar la labor en materia deobservacin respecto a aquellos internos en que sta y la clasificacin entraaren difi-cultades para los Equipos, as como la coordinacin, orientacin e impulso del funcio-namiento de stos. Se da, por tanto, un espaldarazo definitivo a la constitucin deEquipos en los centros penitenciarios.

    El siguiente paso del proceso lo encontramos en el Decreto 162/68, que modifi-ca parcialmente el Reglamento de 1956. Con dicha reforma se pretende introduciren la ejecucin penitenciaria mtodos nuevos para tratar los complejos problemas dela reeducacin y la reinsercin social de los delincuentes.

    La nueva redaccin del artculo 52.3 recoge que los Equipos de Observacin delos centros de detencin y las Juntas y Equipos de Tratamiento de los centros de cum-

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  • plimiento establecern un programa de tratamiento individualizado compatible al siste-ma progresivo, basado segn el artculo 22 en la observacin del sujeto con la consi-guiente determinacin del tipo criminolgico, recogiendo, con ello, el estudiocientfico de la personalidad del sujeto.

    Para poder poner en marcha dichos rganos, la Escuela de EstudiosPenitenciarios organiza varios cursos, pero queda clara la necesidad de contar con losoportunos cuadros de especialistas para poder aplicar las nuevas tcnicas. Por ello, laLey 39/70, de 22 de diciembre, reestructura los Cuerpos Penitenciarios, crendoseel Cuerpo Tcnico, con especialidades en Criminologa, Psicologa, Pedagoga,Psiquiatra, Endocrinologa, Sociologa y Moral, asignndoles la Ley las funciones pro-pias de la especialidad en materia de observacin, clasificacin y tratamiento, as comolas de direccin e inspeccin de las instituciones y servicios.

    Es, pues, esta Ley la que da carta de naturaleza a la figura del Criminlogo en elsistema penitenciario espaol. Y lo hace encuadrndola explcitamente en las tareasde tratamiento, y concretando su labor dentro de un esquema determinado deCriminologa Clnica.

    3. EL TRATAMIENTO EN LA CONSTITUCION Y EN LA LEY ORGANICAGENERAL PENITENCIARIA

    Llegamos, as, a la Constitucin de 1978, que en su artculo 25.2 establece quelas penas privativas de libertad y las medidas de seguridad estn orientadas hacia lareeducacin y la reinsercin social, y a la Ley Orgnica General Penitenciaria, querecogiendo el mandato constitucional en su artculo 1, desarrolla en el Ttulo III elmodelo de tratamiento a llevar adelante en los centros.

    El art. 64.2 establece que una vez recada sentencia condenatoria, se realizar unestudio cientfico de la personalidad, formulando una determinacin del tipo crimino-lgico, un diagnstico de capacidad criminal y de adaptabilidad social y la propuestarazonada de grado y destino. Vemos, por tanto, que el legislador introduce el esquemade actuacin de la teora de la personalidad de Jean Pinatel, segn la cual, el estadopeligroso aparece integrado por la interaccin de la capacidad criminal y la adaptabi-lidad social. Y el Tratamiento en prisin se concreta en aquellas actividades directa-mente encaminadas a la reeducacin y la reinsercin social del penado.

    4. EL JURISTA-CRIMINOLOGO EN EL ARTICULO 281 DEL REGLAMENTOPENITENCIARIO DE 1981

    Es el Reglamento Penitenciario de 8 de mayo de 1981 el que, restringiendo lafigura que se recoga en la Ley 39/70 de reestructuracin de los Cuerpos Penitenciarios,en su artculo 281 regula las funciones no del Criminlogo sino del Jurista-Criminlogo. As, no slo tendr la labor de participar en las tareas de observacin, cla-sificacin y tratamiento, sino que actuar como garante de la legalidad en la ejecucin dela pena, descargando, por tanto, una responsabilidad enorme sobre dicha figura.

    Dado el carcter dual de la figura recogida en el art. 281, cabe desdoblar las tare-as en dos campos: el jurdico y el criminolgico.

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  • Dentro del campo jurdico cabra citar un deber general de cuidado para que lapena que cumplen los internos se cumpla de acuerdo con las normas legales vigentesen materia de ejecucin. Deber, por ejemplo, velar por el conveniente clculo de laliquidacin de las condenas, recogiendo los indultos aprobados, as como los perodosde prisin preventiva y los diferentes beneficios penitenciarios de los que el interno sehubiera hecho merecedor.

    Adems, el apartado 5 del artculo 281 establece que el jurista-criminlogo infor-mar a los internos acerca de su situacin penal, procesal y penitenciaria, bien porpropia iniciativa o a solicitud del interno, y en concreto, si ste as lo requiere, durantela tramitacin de un expediente disciplinario. Para YUSTE CASTILLEJOS, (1997:18)actual Director General de Instituciones Penitenciarias, esta informacin tiene un efec-to colateral, que supone la mejora del clima social del Centro, como elemento que disi-pa incertidumbres y encauza ansiedades por frmulas legales, que de otra manerabuscaran caminos de expresin ms conflictivos.

    Por otro lado, el apartado 6 recoge que informar al Director de las instancias yrecursos cursados por los reclusos con respecto a sus derechos y situaciones jurdicas,y el apartado 7 establece que asesorar jurdicamente en general a la Direccin delEstablecimiento.

    Si bien en un principio podra parecer que el contenido de ambos mandatos es desimilar naturaleza, una lectura ms detenida nos presenta dos tareas de caractersticasbien distintas. En el apartado 6, es el interno quien plantea en una instancia o recur-so una situacin que entiende injusta, y la eleva al Director. Normalmente se referir acuestiones estrictamente penitenciarias, si bien en casos concretos se podran referirtambin a cuestiones laborales. Para YUSTE CASTILLEJOS, con la informacin delJurista se pretende aldabonar al responsable administrativo de las disfunciones quepotencialmente puedan producirse y que generan lesiones en los bienes jurdicos de losinternos, evidenciadas por las quejas o recursos de stos y que pueden subsanarse conactuaciones puntuales que economicen actividad administrativa.

    Sin embargo, en el apartado 7, la labor de asesora es general y se efectuar ainstancia de la Direccin del Centro. Pues bien, ello implica que los conocimientos jur-dicos del criminlogo han de ser vastos, ya que la Direccin de los Establecimientos seve inmersa en mltiples y variadas decisiones, que abarcan materias tan variadas comolas del Derecho Administrativo, la Funcin y Gerencia Pblicas, el Derecho Laboral, elDerecho Penal Internacional, sobre las cuales los Juristas han de tener formacin ade-cuada para poder asesorar convenientemente, ya que como YUSTE CASTILLEJOSapunta, no todos los Directores tienen la formacin jurdica necesaria.

    Curiosamente, adems, en los ltimos aos, se est realzando esta labor de ase-sora de la Direccin en detrimento de las tareas ms propiamente criminolgicas,como posteriormente analizaremos.

    Con la finalidad de dar al Jurista una preparacin tcnica adecuada que permitasatisfacer esta exigencia, se ha introducido en el programa de oposicin para el acce-so al Cuerpo Tcnico de Instituciones Penitenciarias una ampliacin del temario queacredite su formacin en temas como: contratacin, presupuesto, intervencin delgasto, etc...

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  • Dentro del campo estrictamente criminolgico cabra destacar el apartado 1del artculo 281, donde se recoge que estudiar toda la informacin penal, procesal ypenitenciaria recibida de cada interno, realizando la valoracin criminolgica necesariapara la clasificacin y la programacin del tratamiento del mismo, emitiendo los infor-mes propios de su especialidad.

    La redaccin de este artculo lleva al Profesor BERISTAIN a plantear que para ellegislador hispano, el criminlogo es una persona vidente, intelectual, con slida for-macin universitaria. Es un Homo Sapiens, estudioso, ya que el art. 281 exige, como1 funcin del criminlogo el estudiar toda la informacin. De este modo, busca la luz,se compromete a quitar la obscuridad, la ignorancia, en el rgimen y el tratamientopenitenciario (BERISTAIN, 1996:8).

    Si bien y aceptando la opinin del Profesor BERISTAIN, el legislador otorga a lafigura del Criminlogo una confianza enorme, con posterioridad la Direccin Generalde Instituciones Penitenciarias recorta dicha confianza, y ante la posibilidad de quedesde los centros se emitieran informes heterogneos e incluso heterodoxos, se elabo-ra un protocolo unificado de clasificacin inicial, que consta de un informe jurdico-criminolgico, informe psicolgico, informe pedaggico, un informe del educador y uninforme social, adems de una sntesis criminolgica que estudiaremos ms adelante.

    El informe criminolgico constaba de los siguientes apartados:

    A. DATOS PENALESa. Antecedentes

    - Penales- Policiales: s no constan

    b. Sntesis de la actividad delictivac. Responsabilidad en cumplimiento: refundidas? s no

    - n causa- delito- pena- reduccin de indultos- penas accesorias- circunstancias modificativas- preventiva abonable- fecha de firmeza de la sentencia- observaciones

    d. Otras responsabilidades penadas (de cada una: causa, delito, pena, indultos,accesorias, circunstancias mod., y preventiva).

    e. Datos de la totalidad de las condenas- suma de todas las condenas- por aplicacin art. 70 C. Penal- tercio de cumplimiento en que se encuentra- aos que le quedan por cumplir sin redencin: menos de dos, de dos a quince, msde quince

    - fechas de cumplimiento de la totalidad condenas:. s/r: . 3/4 s/r: . 1/4 s/r:. c/r: . 3/4 c/r: . 1/4 c/r:

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  • RESPONSABILIDADES PREVENTIVASOTROS DATOS PROCESALES DE INTERS

    B. DATOS PENITENCIARIOSN. INGRESOSEDAD PRIMER INGRESOLTIMO GRADO OBTENIDO ANTERIOR INGRESODISFRUT PERMISOS EN ANTERIOR INGRESODISFRUT DE LIBERTAD CONDICIONALFECHA DE LIBERTAD DE SU ANTERIOR INGRESOPRISIN ININTERRUMPIDATIEMPO EN ESTE LTIMO CENTRODESTINO DESEMPEADOREDENCIN ACTUAL. PERODOSFALTAS Y CONTENIDORECOMPENSASCONDUCTA PENI.: M. BUENA, BUENA, NORMAL, MALA, M. MALAOTROS DATOS DE INTERS

    C. BREVE DESCRIPCIN DE SU ETIOLOGA DELICTIVAANTECEDENTES DELICTIVOS EN FAMILIA DE ORIGEN. RELACIN CON ELINFORMADO: HERMANO O PADRESABSENTISMO O MAL APROVECHAMIENTO ESCOLARESTANCIA EN REFORMATORIOS: AOS:EDAD COMISIN PRIMEROS DELITOSCOMISIN DE LOS PRIMEROS DELITOS: SOLO O ACOMPAADOEDAD INICIO CONSUMO DROGASIRREGULARIDADES APRENDIZAJE LABORALINESTABILIDAD LABORALOTROS DATOS

    D. OBSERVACIONESANOMALAS PSIQUITRICAS APARENTESCONSUMO ACTUAL DE TXICOSMANIFIESTA TENER DEPENDENCIA:

    - GRADO: ALTO, MEDIO, BAJOTRATAMIENTO DE DESINTOXICACIN:

    - SIGUE, NO HA SEGUIDO, HA SEGUIDOCOMPORTAMIENTO EN ENTREVISTAS:

    - PARTICIPA, EXTROVERTIDA, CORRECTO, SINCERO, ANSIOSO- NO PARTICIPA, INTROVERTIDA, INCORRECTO, INSINCERO, TRANQUILO

    OTROS SIGNOS INTERNOS DE MARGINACINOTRAS

    Es curiosa la inclusin de estos dos apartados dentro del informe criminolgico,ya que el apartado c) se refiere, especialmente a cuestiones propias de un pedagogo, ylas del apartado d) a las de un psiquiatra. Una lectura optimista y complaciente nos lle-vara a reforzar la idea del Profesor BERISTAIN de mostrar al criminlogo como unHomo Sapiens, estudioso. Al tener una formacin universitaria multi- e interdiscipli-nar, recogera en su informe los aspectos pedaggicos y psiquitricos del interno.

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  • Pero la evolucin que en los siguientes aos ha tenido la figura del Jurista-Criminlogo ms nos hace pensar que el Centro Directivo al elaborar el Protocolo segui por parmetros exclusivamente pragmticos. Al ser conscientes de la prcticainexistencia de especialistas en Pedagoga y Psiquiatra en los Equipos Tcnicos delos centros, y dado que en la observacin, clasificacin y tratamiento dichos aspectoseran esenciales, consider que el criminlogo podra suplir a los especialistas antesmencionados.

    Por otro lado, tambin dentro del campo criminolgico, el apartado 2 del art-culo 281 determina que el Jurista-Criminlogo asistir como vocal a las reuniones delequipo, participando en sus actuaciones y acuerdos y una vez que sobre cada casohayan informado todos los miembros del mismo, har la propuesta global del diag-nstico criminolgico y en su caso de programacin del tratamiento. Redactar, ade-ms, la propuesta razonada de destino y el informe final que se remitir al CentroDirectivo.

    Dentro del Protocolo de Clasificacin, queda recogido en la seccin 6 denomi-nada: SNTESIS CRIMINOLGICA:

    A. CALIFICACIN CRIMINOLGICA

    B. DIAGNSTICO DE PELIGROSIDADa. Capacidad Criminalb. Adaptabilidad Social

    C. PRONSTICO DE COMPORTAMIENTO FUTURO- EN PRISIN- EN LIBERTADa. Datos Positivosb. Datos Negativos

    D. ESQUEMA DE TRATAMIENTO- GRADO- MOTIVACIN DEL GRADO PROPUESTO- DESTINO- PROGRAMA DE TRATAMIENTO

    Adems de todo esto, la labor compiladora e integradora tambin queda reflejadaen el artculo 281 cuando establece en su apartado 3 que el Jurista-Criminlogo deberedactar, previa discusin y acuerdo del Equipo, los informes solicitados por las autori-dades judiciales, el Ministerio Fiscal y el Centro Directivo. En este caso, el informe hade ser esencialmente criminolgico ya que exige un debate y acuerdo previo, lo quesera improcedente en caso de referirse a un informe jurdico, al no poder entrar adebatir y rebatir los otros especialistas dichos datos.

    En relacin a esta funcin, YUSTE CASTILLEJOS (1997:17) puntualiza que seevidencia cierta friccin entre la labor que puede desarrollar por su formacin deJurista y la asignacin, como soporte burocrtico, de una importante carga domsti-ca respecto a las decisiones del rgano colegiado.

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  • Por ltimo, el apartado 4 plantea la necesidad de que el Jurista-Criminlogocolabore en la medida posible y del modo que el Equipo determine con la ejecucin delos mtodos de tratamiento. En los artculos en los que se regula las funciones del restode los miembros del Equipo, el mandato es de ejecutar los mtodos de tratamientopropios de la especialidad. Sin embargo, en el caso de los criminlogos se limita aestablecer que colaborar en la medida de lo posible en la ejecucin.

    El Profesor BERISTAIN desprende de la redaccin del artculo que el criminlo-go ha de ser tambin Homo Faber, artfice de la repersonalizacin. Ha de ser el cata-lizador que fomenta la no-dualidad, la unidad, en las diversas tcnicas didcticas, y quefacilita la integracin de la educacin con la psicoterapia y con la accin social indivi-dual (BERISTAIN, 1996:8). Se convierte, por tanto, en la piedra angular en la ejecu-cin del tratamiento. Veremos cmo la Administracin Penitenciaria, sin alterarsustancialmente la redaccin del artculo, va cargando las tintas en las funciones jurdi-cas, debilitando as la faceta criminolgica del profesional.

    Antes hay que recordar que el artculo 281 acaba con un apartado de carcterresidual, que se convierte en un cajn de sastre al establecer que el Jurista-Criminlogo cumplir cuantas tareas le encomiende el Director concernientes a sucometido. Esta clusula residual se recoge al especificar las funciones de la mayora delos rganos unipersonales no directivos, y es un reflejo del principio de la jerarquaadministrativa y la potestad organizativa del servicio.

    Sin embargo, en la prctica comporta situaciones conflictivas ya que al no estarsuficientemente detallado el perfil y las funciones de cada profesional penitenciario,cuando surgen nuevas tareas a desarrollar se suscitan conflictos, ya que la Direccin seampara en la clusula residual para adjudicar la tarea a un especialista.

    Si esto lo unimos a la funcin de asesora jurdica del apartado 7, podemos con-cluir que en el caso de los Juristas-Criminlogos, la probabilidad de participar directa oindirectamente en decisiones conflictivas, para nada relacionadas con la Criminologa,es bastante alta.

    Las personas que en un principio empezaron a trabajar en los Equipos Tcnicoscomo Juristas-Criminlogos, tenan una slida formacin universitaria, complemen-tada por estudios diversos en las Ciencias de la Conducta y en Criminologa, por loque aceptaron el reto de llevar a la prctica, en un medio bastante hostil al trata-miento, las tareas propias de su especialidad, realzando la faceta criminolgica res-pecto de la jurdica.

    Pero con el paso del tiempo, y a medida que el espritu resocializador fue debili-tndose, con el consiguiente abandono del enfoque clnico criminolgico en el trata-miento penitenciario, la Administracin Penitenciaria consider que dispona en losEstablecimientos de unos recursos humanos desaprovechados que deba rentabilizar.

    As, a finales de los 80 se decidi alterar las RPT de los centros (relacin depuestos de trabajo), desapareciendo la figura del Jurista-Criminlogo, para pasar aser simplemente juristas de los centros.

    Algunos pensaron que el cambio se deba a una cuestin estrictamente economi-cista, ya que se estaba planteando que al exigirse en las oposiciones de ingreso alCuerpo estar en posesin de la licenciatura en Derecho ms el Diploma en Crimi-

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  • nologa, haba de retribuirse dicho plus. Para evitar este incremento retributivo sealteraban por tanto las relaciones de puestos de trabajo. Sin embargo, el cambio quese avecinaba era mucho ms profundo.

    Por primera vez, en la convocatoria de ingreso al Cuerpo Tcnico deInstituciones Penitenciarias de 1990 la especialidad a cubrir pasa a ser Jurista,si bien no se altera el temario respecto a la convocatoria anterior de Juristas-Criminlogos. Dejan, por tanto, de exigir la Diplomatura en Criminologa para poderacceder a las pruebas de acceso al Cuerpo.

    En 1991 no se convocan pruebas de acceso, y en 1992 se vuelven a convocarplazas de Jurista con el mismo temario, pero en la convocatoria de 1993 ste variasustancialmente. Se reducen los temas de la parte criminolgica, amplindose lostemas de Derecho Procesal Penal y apareciendo temas de OrganizacinAdministrativa y Funcin Pblica, Derecho Administrativo y Derecho Laboral,amplindose posteriormente el temario con una decena de temas de GerenciaPblica.

    A su vez, la prueba prctica antes de 1990 consista en la elaboracin de una pro-puesta de clasificacin. Pero con posterioridad a esta fecha, se solicita elaborar un dic-tamen jurdico sobre problemas que se plantean habitualmente en los EstablecimientosPenitenciarios, cuestiones no slo relacionadas con el Derecho Penitenciario y laCriminologa, sino tambin con las ramas del Derecho antes mencionadas.

    El resultado inmediato de estos cambios es que los Juristas de los Equipos no seencuentran preparados e interesados en recoger en el Protocolo de Clasificacin ini-cial los datos de los apartados C (etiologa delictiva) y D (observaciones), a los queantes nos hemos referido. La sntesis criminolgica deja de ser esencial en el trmiteclasificatorio.

    5. EL JURISTA EN EL REGLAMENTO PENITENCIARIO DE 1996

    Todo este proceso culmina con la aprobacin del Reglamento Penitenciario del9 de febrero de 1996. En su Exposicin de motivos se recoge que el nuevoReglamento consolida una concepcin de tratamiento ms acorde a los actuales plan-teamientos de la dogmtica jurdica y de las ciencias de la conducta, haciendo hincapien el componente resocializador ms que en el concepto clnico del mismo. Por ello,sigue diciendo, opta por una concepcin amplia del tratamiento que no slo incluye lasactividades teraputico-asistenciales, sino tambin las formativas, educativas, labora-les, socioculturales, recreativas y deportivas, concibiendo la reinsercin del internocomo un proceso de formacin integral de su personalidad, dotndole de instrumentoseficientes para su propia emancipacin.

    Es destacable que el concepto y las finalidades del tratamiento establecidas en elart. 59 de la L.O.G.P. no se recogen en el Reglamento de 1996, y en su artculo 110pasa directamente a definir los elementos del Tratamiento.

    El Consejo General del Poder Judicial valor esta decisin como acertada alentender que repetir en el Reglamento los elementos de la Ley introduce cierta distor-

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  • sin en la jerarqua normativa. El Consejo de Estado, sin embargo, discrep al recogerque desarrollar directamente conceptos de la Ley en el Reglamento sin reproducirloses un sistema demasiado abrupto. En un primer borrador del Reglamento se recogi elartculo 59, pero posteriormente se retir.

    La regulacin del tratamiento en el nuevo Reglamento supone un cambioimportante ya que se abandona formalmente el esquema clnico-criminolgico paradar paso a un enfoque ms modesto y meramente resocializador: se pretende suplirlas carencias y necesidades y conseguir que el interno se integre plenamente en lasestructuras dominantes en la sociedad. As, se intenta minimizar los efectos negati-vos de la prisionizacin y las terapias de modificacin de conducta se reducen almnimo.

    Y esto conlleva, desde mi punto de vista, la expulsin del criminlogo de la eje-cucin de la pena privativa de libertad.

    Como contrapartida, para los profesionales que actualmente desarrollamos el tra-bajo en los centros, la figura del Jurista se hace omnipresente, convirtindose en lapiedra angular del respeto a la legalidad de los diferentes rganos colegiados de laAdministracin Penitenciaria. As, el Jurista pasa a formar parte del Equipo Tcnico,de la Junta de Tratamiento, de la Comisin Disciplinaria y de la Junta Econmico-Administrativa. Se convierte, por tanto, en el asesor de la Direccin.

    Curiosamente, la Disposicin Transitoria 3 del Reglamento mantiene vigente,con rango de Resolucin del Centro Directivo toda la regulacin relativa a los servi-cios, unidades y puestos de trabajo de los centros penitenciarios, hasta que por elCentro Directivo se dicte resolucin que los modifique. Dentro de los artculos quesiguen en vigor se halla el 281 que anteriormente hemos analizado. Pero, desde estemomento, puede ser modificado o anulado por una mera Resolucin de la DireccinGeneral de Instituciones Penitenciarias, dejando a mi entender un tema esencial alcriterio de oportunidad que en cada momento se pueda plantear por el CentroDirectivo.

    La pregunta que queda en el aire es ver si realmente las personas que en estemomento trabajan en los Centros estn preparadas para dicha tarea. Dominar tantasy tan complejas reas del Derecho es difcil, mxime con la celeridad con que las nor-mas son modificadas en la actualidad. El esfuerzo de la Direccin General deInstituciones Penitenciarias ha de ser ingente si pretende formar y actualizar suficien-temente a los Juristas de los centros.

    De hecho, en 1997 exista el proyecto de organizar cursos centralizados de for-macin para los Juristas que formen parte de las Comisiones Disciplinarias y JuntasEconmico-Administrativas, as como a Juristas de los Centros con una alta tasa deinternos extranjeros. Sin embargo, por cuestiones presupuestarias y de infraestructu-ra, no se pudo llevar adelante dicho proyecto.

    La Direccin General de Instituciones Penitenciarias dicta el 16 de Diciembre laCircular 20/96, en la que se refunden las Instrucciones y Circulares anterioressobre clasificacin y destino de los penados, labor realizada por el mandato de laDisposicin Transitoria 4 del Reglamento Penitenciario.

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  • Dicha Circular establece la necesidad de unificar en un sistema coherente elcmulo de propuestas y resoluciones que ataen a la situacin, destino y tratamientode los penados y la homologacin en todos los establecimientos penitenciarios. En susanexos establece que la PROPUESTA DE CLASIFICACIN Y DESTINO constarde la siguiente informacin:

    I. IDENTIFICACIN- NOMBRE Y APELLIDOS- N.I.S- SEXO Y FECHA DE NACIMIENTO- NACIONALIDAD Y RESIDENCIA- Sealar si es una clasificacin inicial, una revisin con o sin cambio de grado y si es unarevisin con o sin cambio de destino.

    - Situacin penitenciaria actual, fecha de la ltima revisin, propuesta elevada.- Fecha de recepcin del Testimonio de Sentencia.- Fecha de acuerdo de propuesta

    II. DATOS PENALES1. ANTECEDENTES: SI NO

    - Fecha comisin Delito Condena2. CAUSAS PENADAS

    - Causa - Juzgado - Fecha Comisin - Delito - Condena3. CIRCUNSTANCIAS MODIFICATIVAS DE RESPONSABILIDAD4. SUMA DE TODAS LAS CONDENAS

    - Sin lmite: aos, meses y das- Aplicacin de lmite (CP): SI, NO (aos, meses y das)

    5. TIEMPO ABONADO DE PRISIN PREVENTIVA (en das)6. FECHA DE INICIO DE CUMPLIMIENTO7. FECHA DE CUMPLIMIENTO DE TODAS LAS CONDENAS

    - 1/4 PARTE, 2/3 PARTES, 3/4 PARTES Y 4/4 PARTES CON Y SIN REDENCIN.8. OTROS DATOS DE INTERS

    III. DATOS PENITENCIARIOS1. NMERO DE INGRESOS EN PRISIN

    - misma causa: s o no2. FECHA DEL PRIMER INGRESO Y DE LA LTIMA EXCARCELACIN3. SITUACIN AL EXTINGUIR LA LTIMA RESPONSABILIDAD4. FECHA DEL INGRESO ACTUAL EN PRISIN Y EN ESTE CENTRO5. INCIDENCIAS RESEABLES EN ANTERIORES INGRESOS

    Podemos observar que todos los datos recogidos hasta aqu son datos puramenteobjetivos, en el que se obvian los datos referidos a la trayectoria y sobre todo a la etio-loga delictiva. Curiosamente, no hace falta conocer al interno ni haberle realizado nin-guna entrevista. Con los datos que obran en el expediente son suficientes.

    Parece evidente que los redactores del Reglamento consideraban que el Jurista seha de convertir en un burcrata, centrando su labor en las tareas administrativas deinformacin y asesoramiento y ha de desarrollar su tarea alejado del sujeto central enla ejecucin de la pena privativa de libertad: el recluso. Nada ms alejado de la figura

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  • del criminlogo como persona consagrada al mundo enigmtico de las crceles pro-pugnada por el Profesor BERISTAIN.

    Volviendo a la nueva Circular, a partir de ahora se debe elaborar y adjuntar unPrograma Individualizado de Tratamiento, que firma el Subdirector de Tratamiento,que consta de los siguientes apartados:

    NOMBRE, APELLIDOS Y N.I.S.

    FECHA DE LA PROGRAMACIN Y DE LAS SUCESIVAS REVISIONES

    ANLISIS PRIORIZADO DE NECESIDADES- DE 1 A 4

    PROGRAMACIN- ACTIVIDADES, OBJETIVOS OPERATIVOS Y PLAZOS

    EVALUACIN- FECHAS Y RESULTADOS

    Por ltimo, se recoge un apartado para la motivacin de las propuestas, que sus-tituyen a la anterior sntesis criminolgica, que consta de 4 partes:

    FACTORES DE ADAPTACINFACTORES DE INADAPTACINPRONSTICO DE REINCIDENCIAVALORACIN DE ALTERNATIVAS Y MOTIVACIN DE LA PROPUESTA

    Vemos que desaparece la clasificacin o tipologa criminolgica y el diagnsticode peligrosidad, con los apartados de la capacidad criminal y la adaptabilidad social.YUSTE CASTILLEJOS (1997:23) calificaba como exigencia un poco rancia lanecesidad de elaborar la calificacin criminolgica en el anterior Reglamento, ya queconllevaba la inclusin del informado en alguna de las categoras de Clasificacin queformul E. SEELIG y estas categoras, entiende, ya no responden a la actual fenome-nologa delictiva, resultan hoy anacrnicas y han cado claramente en desuso. Pero, envez de hallar una nueva tipologa ms acorde con la realidad de nuestras prisiones, seopta por eliminar dicha categorizacin, perdiendo con ello, una parte esencial de latarea propia del criminlogo.

    Adems, en las clasificaciones iniciales a 1 grado y las regresiones al mismo,cuando se den las circunstancias recogidas en los apartados a), c) o e) del art. 102.5del Reglamento (naturaleza de los delitos cometidos a lo largo de su historial delictivo,o la pertenencia a organizaciones delictivas o bandas armadas, o la comisin deinfracciones disciplinarias calificadas de muy graves o graves), el Jurista deber adjun-tar el Historial penal y penitenciario, pero nunca un informe criminolgico.

    Qu nos depara el futuro? Cul puede ser el papel de los criminlogos en lasprisiones del futuro? Teniendo en cuenta que las modificaciones del Reglamentorefuerzan de un modo inquebrantable la figura del Jurista, considero que la nica posi-bilidad de revivir al criminlogo en prisin ser la disociacin de ambas tareas o disci-plinas en dos profesionales diferentes.

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  • As, el Jurista quedara vinculado al rea ms puramente administrativa de lasInstituciones Penitenciarias, en tareas de informacin, asesoramiento y vigilancia delcumplimiento de la legalidad. Para ello, no necesitara tener una formacin y enfoquemultidisciplinar sino solamente una slida formacin jurdica en las materias deDerecho Pblico.

    El criminlogo, a su vez, volvera a trabajar e implicarse activamente en losEquipos Tcnicos, convirtindose en el artfice de la repersonalizacin, volviendo a supapel catalizador, unificador de las reflexiones y propuestas del resto de los miembrosdel Equipo y con participacin efectiva en la ejecucin de las actividades teraputico-asistenciales, formativas, educativas, laborales, socioculturales, recreativas y deportivas.

    De este modo, podr nuevamente consagrar su vida y su profesin al mundoenigmtico de las crceles, quizs con una voluntad y dedicacin reforzada por buscarla luz, por quitar la obscuridad y la ignorancia, ayudando a todas aquellas personas quepermanecen en prisin a participar activamente en su proceso individual e irrepetiblede repersonalizacin e invitando e incitando a la sociedad civil a ayudar a estas perso-nas para conseguirlo.

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