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    CL UDE LECOUTEUX

    Hadas brujas hombres loboen la Edad edia

    Historia del oblePrefacio de Rgis oyer

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    CL UDE LECOUTEUX

    Hadas bru ashombres lobo

    en la EdadMediaistoria del oble

    Prefaciode

    Rgis oyer

    EL B RQUERO

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    Ninguna parte de esta publicacinpuede ser reproducida, almacenada o transmitida

    en manera alguna ni por ningn medio,ya sea electrnico, qumico, mecnico, ptico,

    de grabacin o de fotocopia,sin permiso previo por escrito del editor.

    Primera edicin: 1999Segunda edicin: 2005

    Ttulo original: Fes sorcieres t loups-garous au moyen ageTraduccin de Plcido de Prada

    1988, Editions mago, Auzas Editeurs, Paris 2004, para la presente edicin,

    Jos J de Olaeta, EditorApartado 296 - 07080 Palma de Mallorca (Espaa)

    Reservados todos los derechosISBN: 84-9716-381-8

    Depsito Legal: B-1061-2005Impreso en Limpergral, S.L. - Barcelona

    Printed n Spain

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    PREF CIO DE REGIS BOYER

    Paradjicamente, habra que comenzar por la conclusin la lectura deeste notable estudio que cierra la triloga cuyos dos primeros volmenes setitulaban Fant mes et Revenants au Moyen Age ( mago, 1986) /Fantas-mas y aparecidos en la Edad Media, Jos J. de Olaeta, Editor, 1999] yes Nains et les Elfes au Moyen Age ( mago, 1988) [ nanos y elfos enla Edad Media, fos J. de Olaeta, Editor, 1998]. Claude Lecouteux, en

    suma, se aplica aqu a demostrar que nuestra concepcin de la muerte noslo no debe entenderse, conforme a nuestras desoladoras nociones ultramodernas, como un fin en sino que sobre todo, si realmente queremosremontarnos a las fuentes de nuestra cultura, es decididamente desmentidapor nuestros testimonios antiguos y medievales, sean de la naturaleza quesean. Siempre me ha llamado la atencin, tras decenios de manejo frecuente de nuestros textos escandinavos antiguos pero no es cuestin de conferirles valor de exclusiva: las brillantes confrontaciones que nos propone Claude Lecouteux, que son su sello personal y en las que no tiene igual, bastanpara verificar que no se trata en absoluto del legado de una nica culturadeterminada-, siempre me ha llamado la atencin la inanidad de nuestrascategoras, dicotomas o exclusivas modernas. Acepto, puesto que se nos dicey se nos repite en este libro, que nuestras fuentes normnicas, por cristianizadas que estn, siguen estando ms cerca de una verdad fundamentalque se oscureci con el correr de los siglos: eso por supuesto, es el valor deestos documentos, por poco que se entiendan correctamente. Pues bien, desu estudio resulta con evidencia que son propiamente incapaces de trazaruna lnea clara de demarcacin entre este bajo mundo y el ms all, es decir

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    HADAS, BRUJ S Y HOMBRES LOBO N LA EDAD MEDIA

    entre vida y muerte. No es que no sean sensibles a lo que hay que lla-mar un cambio de estado, de estatuto, ni que no obedezcan a lo que es unaconstatacin obvia, a saber, que el daudi, el muerto, no tiene el mismo tipode realidad que el lifandi, el vivo. Sino que la distincin no trae consigoun irreversible cambio de estado en nuestras ideas de nada o de no ser, deno-minaciones para las que el antiguo normnico, por otra parte, simplemen-te no tiene vocablos adecuados. En todo momento, en esta mentalidad, elmuerto puede acudir a informar al vivo, este ltimo es capaz de hacer apa-recer al difunto, y entre los dos reinos se establece una asombrosa para noso-tros) circulacin, hasta el punto de que no siempre sabemos, cuando leemoscierta saga o cierto texto ddico, en qu mbito nos encontramos. Los Sue-os de Baldr Baldrsdraumar, Edda potica) deben ponerse deliberada-mente, como pudiera sugerir su ttulo, en el cajn de lo puramente onri-co, o bien hay que considerar que este plano es el nico admisible y ver quela ontologa se capta aqu en su propia fuente? Porque el argumento de estepoema no es aqu indiferente: es Odinn en persona quien suscita la apari-cin de una vidente para hacerle decir qu ha sido de Baldr, hijo de Od inn,muerto recientemente. A la inversa, el desfile impresionante de aparecidosen Eyrbyggja saga la Saga de Snorri l godi) es una sorprendente tramade una lejana temtica convencional y sacada de la hagiografa latina? peroentonces, cmo es que se ha retenido precisamente esta imaginera?), o biense remonta a arquetipos sin hogar ni domicilio fijo que nos remiten a losorgenes de nuestra condicin?

    Porque hay algo irrisorio, y Claude Lecouteux no cesa de demostrr-noslo, en nuestro pragmatismo, realismo y materialismo de hoy. Hay algodesconsolador en ese absurdo renegar de lo que durante tanto tiempo haconstituido el material de nuestros cimientos mentales. Seamos serios: quinde nosotros para parafrasear una cita de Andr Malraux admite ver-daderamente la nada para s mismo y se contentara con ella? Quin seatreve a negar, en buena antropologa e incluso en fenomenologa orto-doxa, esa fuerza vital livskraf, asu en snscrito, los dioses ases del nortedebieron de hacerse cargo de ello) que justifica tanto nuestra presenciacomo lo esencial de nuestros comportamientos? Las constataciones que cadauno de nosotros est en condiciones de hacer, hic et nunc, en su triviali-dad, van decididamente en contra. Ya deca muy bien Teilhard de Char-din, en sustancia, que la humanidad es perfectamente incapaz de quedar-se cruzada de brazos frente a las perspectivas de redencin que le esperan.

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    PREFACIO DE RGIS BOYER 7Y hay algo exactamente suicida en la fobia negadora que se apodera denuestro bimilenarismo tecnicista: y todava nos consuela decirnos que estafobia slo afecta a una parte de la humanidad. Porque, como proclamaesta vez un escandinavo moderno, la vida prosigue de hecho, Knut Hamsun dice: la vida vive men livet lever -. Ese es el punto de vista quetiene en cuenta este libro, sin que haya necesidad expresa de que se nosdiga, de tan evidente. No somos ms que una fase, un momento en uninmenso impulso que nos mueve, y el curso no tiene nada de gratuito: sesita en una trayectoria que existe desde siempre y del que, gracias a Dios,no vemos ni veremos el final.Afirmacin que nada tiene de axiomtico, ni de ingenuo. Porque disponemos de puntos de referencia, y aqu es donde notablemente este libroviene a colmar una espera, a responder a una de esas cuestiones crucialesque nos abruman.De estos testimonios, Claude Lecouteux ha escogido centrarse aqu enuno que, a decir verdad, es el ms significativo y el ms elocuente; y sobretodo el ms familiar, si aceptamos tomar conciencia de l. Lo denominael Doble: de acuerdo Igualmente hubiera podido hablar del andrgino ode los Dioscuros y hubiera equivalido a lo mismo, y lo sugiere de pasada;esperamos que vuelva sobre ello algn da. Por lo dems, es de lo ms notable que el rea cultural de la que toma preferentemente sus ejemplos seatambin aquella en la que creo que ms se llev adelante la investigacindel andrgino (Swedenborg, Almquist, Stagnelius, todos suecos , como lasimgenes gemelas, desde Freyr y Freyja hasta Fjorgyn/Fjorgynn, pasandopor esa pareja en la que el hombre tiene nombre de mujer para Tcito (Nerthus), y la mujer, nombre masculino (Skadi).

    Aqu, la idea rectora bien documentada y no slo por nuestras fuentes germnicas, hay que sealarlo- es que cada uno de nosotros posee unDoble, no slo espiritual, sino tambin, y aqu es donde obran maravillaslas referencias al escandinavo antiguo, fsico llegado el caso. Un Doble quetiene nuestra forma hamr), que nos acompaa fylgja), que nos informa hugr) y que en todo caso, por consiguiente, aniquila toda solucinde continuidad entre no s qu mundo oculto y la realidad. La demostracin me parece magistralmente conducida y dejo al lector el placer deseguirla. Precisando, para ampliar un poco el debate, que se puede ir msall del marco que el autor, como erudito escrupuloso, se ha fijado. Porqueme parece que topamos aqu con una de esas invariantes de nuestra iden

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    8 HADAS, BRUJ S Y HOMBRES LOBO N LA EDAD MEDIAtidad humana. No veo inconveniente en aceptar que la Iglesia, en su encarnizamiento por erradicar el paganismo, al incluir en la demonologatodo cuanto escapaba demasiado claramente de su magisterio, combatieselas representaciones que no coincidan exactamente con sus propias con-cepciones. Eso no quita que tambin ella profesase una especie de creenciaen un Doble esta vez exactamente espiritual-, ese ngel custodio que,con toda lgica, el antiguo normnico denominar fylgjuengill, el ngelfylgja. De hecho, para razonar de otro modo, ha existido nunca algunacultura que haya recusado, a no ser que se negase a s misma, esa prodigiosa imagen-realidad?

    Internmonos en el campo estricto de la historia de las religiones. Pongamos que toda religin, sea cual sea segn la etimologa que prefiramosdar por buena de la palabra religin que religa nuestro mundo a ununiverso sobrenatural, o bien que reorganiza nuestro mbito real enun sentido ms conforme con esa irresistible necesidad de absoluto o deperfeccin que llevamos en nosotros, re-ligere o re-legere), haya empezadotal vez con una adoracin de las grandes fuerzas naturales, o bien perocreo que esto, en realidad, equivale a aquello de los grandes ancestros, osea de los muertos que, por lo general, toman a su cargo los atributos delas fuerzas en cuestin, tanto en el plano fsico como en su acepcin intelectual o espiritual, siempre y en todas partes existe un fenmeno de reen-carnaciones, metempsicosis y transmigraciones que hace que lo que cree-mos, esperamos y amamos se remonte infaliblemente a esos grandesarquetipos o prototipos. Y, en consecuencia, que est asegurada la continuidad de lo que fue a lo que ser, pasando por lo que es. Porque, y esa esuna de las enseanzas de este libro clave, nuestra idea de temporalidad,que tanto nos acosa, no est fundada. Existe ese doble que nos precede, nosescolta o nos sigue fylgja admite todas estas connotaciones), que nos dejao se reintegra a nosotros casi a voluntad hamr tolera muy bien esta interpretacin) por medio de la catalepsia o de levitaciones en las que quedanabolidas todas nuestras representaciones de necrosis, que nos sumerge y nosilumina a peticin, por decirlo as es el papel de hugr, anima mundi omana, si se quiere), en una palabra, existe ese alter ego del que somos parteperceptora, sin duda, pero tan slo momentnea o espacialmente, porqueen verdad no participa realmente de estas categoras espacio-temporales. Elsueco Strindberg, que escriba hace tan slo un siglo, pone en boca de unode sus personajes: El que ve a su doble es que va a morir. Eso es con gran

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    PREFACIO DE RGIS BOYER

    exactitud lo que profesa el autor de la Hallfredar saga seiscientos aosantes y estoy seguro de que Strindberg nunca la conoci. Continuidad deuna certidumbre no razonada; nos encontramos en el centro mismo de unavisin del mundo.

    Y todas las culturas que invoca Claude Lecouteux aunque privilegiela germnica en sus diferentes manifestaciones estn de acuerdo en ellocon un consenso que deja atnito al escptico. Yo lo repito libro tras libro:la fuerza del autor no est en proponer teoras preconcebidas que luego sededique a verificar por medio de los textos; son demasiados los estudiososque caen en esa trampa incluidos los ms importantes; la fuerza del autorest en partir de los textos en un asombroso esfuerzo de erudicin y eclec-ticismo para que como de modo natural digan lo que en suma queranenunciar inconscientemente. De acuerdo: que no hay muerte que la nadaes tan slo una adivinanza perversa que existe en nosotros en cada unode nosotros un principio vi tal exactamente inmortal que se manifiesta deformas distintas segn la poca el nivel de cultura y el lugar considera-dos pero que nunca est ausente de nuestros textos. Los aparecidos eranencarnaciones limitadas y mensajeros del otro mundo los enanos y los elfosrepresentaban sus arcanos desvelados por su mediacin: he aqu el Dobleque resume y engrandece toda esta imaginera. En suma un libro uy her-moso y uy instructivo y tanto ms convincente cuanto que est siemprea la escucha no exactamente sobre la idea de vida sino propiamente sobrela de vida despus de la vida. Y nada puede complacernos tanto ..

    R. B.a Utrenne 25 de marzo de 1991

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    INTRODU ION

    Animal dotado de raz6n caa pensante el hombre nunca ha podido aceptar la muerte y el pensar en el morir ha sido y sigue siendofuente fecunda de su reflexi6n sobre s mismo sobre la existencia deun demiurgo de una trascendencia y de un ms all. Cada religi6n ycada civilizaci6n aportan su propia respuesta a estas interrogantes enlas que se refleja la angustia humana frente al regresar a la nada. Ladisoluci6n final nunca se ha aceptado y el deseo ms profundo delhombre ha sido siempre no morir totalmente para repetir las palabrasde Horacio y sobrevivir de una forma u otra. Pero la realidad es ineludible la vida cotidiana demuestra que el cuerpo es efmero perecedero muere y regresa al polvo. De modo que no puede ser l el quesobreviva. Entonces se desarrolla una idea expresada con mayor o menorfuerza y claridad segn los lugares las pocas y las etnias segn la cualel hombre no se reduce tan s6lo al cuerpo y que dice que este ltimono es ms que la envoltura carnal de otra cosa de un principio vitalde un aliento una fuerza un espri tu en fin de un alma.Desafo lanzado al tiempo al Cronos devorador rebeli6n contralo ineluctable contra la caducidad del cuerpo esta intuici6n sublimeporque en cierto modo pone fin a la angustia existencial y da sentidoa la vida al hacer saltar una chispa de esperanza no tom cuerpo bruscamente y x nihilo e apoya en fen6menos a priori inexplicables comolos sueos las premoniciones la segunda visin la impresin de lo yavisto y lo ya vivido fen6menos todos ellos que han confortado a lahumanidad en la creencia en lo que ahora llamamos alma por como-

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    didad, parte inmortal del individuo, lazo que une a la persona con elcosmos entero.Tras haber reprimido estas consideraciones en el espacio rec6ndito de los sueos y de la imaginaci6n fantstica, sobre todo en la pocade la Ilustraci6n y del racionalismo, el hombre vuelve a la carga en estefin del siglo XX y se entrega a las mismas especulaciones filos6ficas yreligiosas que sus antepasados lejanos. Hoy como ayer, se quiere penetrar el secreto de los secretos, el de la muerte, o ms bien de la vidadespus de la muerte, es decir, se quiere reflexionar sobre una dimensi6n del hombre que a la ciencia sigue escapndosele ampliamente, queno se deja aprisionar en leyes y que origin6, hace un centenar de aos,la poca dorada del espiritismo.Ese estado de nimo, esa curiosidad, se ha traducido en una floraci6n de obras de calidad muy diversa. Unas, eruditas y documentadas, se apoyan en observaciones clnicas y experimentaciones, y conviene citar aqu las investigaciones de la American Society or PsychicalResearch, as como el volumen de estudios titulado La continuacinde la vida despus de la muerte, con la contribuci6n, especialmente, deK. Osis y E. Haraldson: Observaciones hechas por mdicos y enfermeras junto a la cabecera de los moribundos 1 En lnnsbruck (Austria), el Instituto de los Fenmenos paranormales se esfuerza por encontrar una explicaci6n cientfica y racional a todo tipo de manifestacionesextraas, y lo mismo hace, en Friburgo de Brisgovia (Alemania), el Ins-tituto de los Campos extremos de la Ciencia. Otras obras tienen un carcter ms irracional, ms subjetivo, y emanan, o de personas convencidas de la realidad de los hechos por propia experiencia, o de autorespendientes de la moda. Los anglosajones se llevan aqu la parte delle6ny s6lo citaremos de memoria a Raymond A. Moody, La vida despusde la vida, y a Robert Monroe, Viajes fuera del cuerpo La aparici6n de la pelcula La Experiencia prohibida (Flatliners), deJoel Schumacher, acaba de atraer la atenci6n del gran pblico sobre estas

    K. Osis/E. Haraldson, Sterbebettbeobachtungen von Aerzten und Krankenschwestern, en: A. Resch, Fortleben nach dem Tode Innsbruck, 1981, p. 425-455.2 R.A. Moody, Leben nach dem Tod Hamburg, 1977; y: Nachgedanken ber dasLeben nach dem Tod 1978 Reinbeck, 1978. Cf. tambin, F. Holck, Life revisited: Parallels in Death Experiences, en E.S. Schneidman, Death, Current Perspectives, 1980,p. 398-408; E. Morin, L Homme et la Mort, Paris, 1976.

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    INTRODUCCIN 13interrogantes, y la prensa, al descubrir un tema prometedor, se ha hechoampliamente eco, amplificando el debate al hacer salir de la sombra lasN E (near death expe_riences exyeriencias sobre la muerte inminente) yla Association pour l Etude des Etats proches de la Mort (IANDS Francia,Pars). En una entrevista concedida al Fgaro del 11 de enero de 1991 elsocilogo Edgar Morin recordaba el papel que en tal complejo desempe-a la creencia en el Doble:

    As pues, veo tres elementos fundamentales en esta experiencia. Pri-mero, la disociacin entre el cuerpo [ .. ] un espritu o espectro inmate-rial; segundo, un viaje hacia otro lugar a travs del tnel; tercero, la granluz. En primer lugar, la disociacin entre el cuerpo material un Dobleinmaterial, que se convertir en espectro, fantasma, espritu, que conti-nuar viviendo despus de la vida, se encuentra en gran nmero de con-cepciones arcaicas de la muerte [ .. ]. Esta concepcin corresponde a unaexperiencia de la vida: los hombres arcaicos tornaron conciencia de su indi-vidualidad, su reflejo en el agua, su sombra, sus sueos (en los que el dobleviaja mientras el cuerpo permanece inmvil). Es ese Doble el que se libe-ra del cuerpo perecedero se va a vivir su propia vida. Es lo que mos-trbamos no hace mucho al estudiar el terna de los aparecidos.La experiencia del otro mundo forma parte de la vida, tiene quever con las seales, perceptibles aqu abajo, de una verdad ms pro-funda y ms vasta en la que las religiones ven la manifestacin de lodivino o, al menos, la prueba de su existencia. El 8 de julio de 1918,herido por un obs de mortero austraco, E. Hemingway sinti quealgo se evada de su cuerpo. Qu era?Quien examina los textos de la Antigedad clsica y de la EdadMedia, as como las tradiciones populares ms recientes, descubre enellos, dispersos, mil y un hechos curiosos que errneamente se clasifi-caran entre los temas y motivos simplemente fabulosos, los tpicos lite-rarios y lo maravilloso. Estos datos parecen relacionarse con estos mbi-tos porque ya no los comprendemos y no tenemos de ellos ms que unavisin doblemente deformada: nuestro desconocimiento de las mentali-dades antiguas y nuestra cultura judeocristiana son como una pantallaque impide toda comprensin. Adems, somos prisioneros de nuestrosiglo, del cartesianismo y las ideas recibidas, de los prejuicios sobre los

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    famosos cuentos de viejas e hecho, lo que nos falta es ante todo larelaci6n del elemento con el conjunto: tenemos unas cuantas piezas deun mosaico cuyo dibujo ignoramos. Lo que tena que ver con una cultura, una mentalidad y una creencia coherentes nos aparece ahora nicamente en forma fragmentada que ha sufrido el maltrato de los siglos.Nuestro trabajo, pues, guardando las proporciones, se parece al del arque6-logo que reconstituye una pieza de alfarera a partir de sus pedazos.

    Es pasmoso, con todo, ver que tantos autores procedentes de tantos horizontes distintos afirman con seguridad que l hombre no selimita a su cuerpo, que tantos autores ponen en escena personajes quese desdoblan y cuyo alter ego es a veces un animal, que tantos poetasnos hablen de nuestra sombra y de nuestro reflejo como si fuesen nuestra alma. Citemos, en desorden, a Edgar Allan Poe con William Wil-son Osear Wilde con el Retrato e Dorian Gray Dostoievski con elDoble Guy de Maupassant con y Alfred de Musset con Noche deDiciembre. La antigua religi6n egipcia nos habla del Ka los griegos noshablan del daimon los romanos nos informan de que todo hombreposee un genius y cada mujer una Juno el cristianismo nos atribuyeun ngel custodio, los antiguos escandinavos conocen la fylgja... Sinduda alguna resultara vano querer descubrir un lazo gentico entretodas estas civilizaciones, pero el parentesco de las creencias nos revela que, con el Doble, tenemos uno de los elementos constitutivos delpensamiento humano del orden de los arquetipos junguianos o de loque los folkloristas denominan psichic unity. No est documentadaesta creencia en todos los tiempos y en todas las latitudes?

    Precisamente hay todava una laguna en lo que concierne al Occidente medieval. Los indicios estn ah, pero nadie los vea, ocultos comoestaban, desnaturalizados, enmascarados, como todo lo que contradice eldogma del cristianismo, la religi6n dominante. Encontrarlos significa trabajar con un palimpsesto, releer los textos rechazando lo que sugieren eimponen y no tener en cuenta ms que los hechos. Descifrar l mensajellegado del pasado y disimulado en los escritos equivale a ir ms all dela interpretatio christiana a descubrir o redescubrir nociones que a vecesse les escapaban a los propios narradores, generalmente clrigos formadosen las escuelas monsticas. Jugando con el desfase de evoluci6n que oponedurante la Edad Media la civilizaci6n germnica a las civilizaciones romnicas y clticas, puede llevarse a buen puerto la investigaci6n.

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    INTRODUCCIN 15Tomar las tradiciones germnicas como eje rector inscribe esta obra

    en la lnea de nuestros anteriores estudios, pero es claro que podraninvocarse aqu otras zonas culturales. Nos parece incluso totalmentenecesario no limitarse a una sola civilizacin, si no, habra el peligrode aplicarse l conocido adagio: testis unus, testis nullus As pues, saldremos del marco geogrfico y temporal cada vez que eso permita hacerprogresar nuestras investigaciones.

    En efecto, erraramos si pensramos que la creencia a la que seguimos el rastro est confinada en los hielos escandinavos y los bosquesgermnicos. All las cosas estn claras, o casi, porque el cristianismonunca logr extirpar todo cuanto tena que ver con la muerte y el msall. Habiendo seguido una evolucin histrica ms lenta que las regiones meridionales, las tradiciones de estos pases sobrevivieron durante untiempo lo bastante largo para encontrar la va de lo escrito y por consiguiente, ser conocidas por nosotros. As, partiremos del postulado siguiente: los pases perfectamente cristianizados perdieron antes el recuerdo delsentido exacto de los hechos que estudiamos, pero eso no significa enmodo alguno que estos hechos no hubiesen existido entre ellos.Partiendo de esta posicin, hemos reledo las obras romnicas cuyoorigen cltico no presenta ninguna duda, y hemos podido encontraren ellos las huellas de la creencia que sacamos a la luz. Echando unamirada a los pueblos con los que estuvo en contacto permanente elOccidente medieval por medio de intercambios comerciales, guerras,invasiones o simples relaciones de vecindad, hemos podido descubrirla raz de la creencia en el oble y llevando las cosas ms a fondo, verque est estrechamente relacionada con las concepciones chamanistasdel alma 3 Pues bien, nuestra Edad Media siempre limit con pue-

    3 No entra dentro de nuestras intenciones el tratar del chamanismo, pero hayque conocer uno de sus datos esenciales referido a nuestro tema: su concepcin delalma. En todos los pueblos chamnicos turcotrtaros y siberianos), el alma es triple.El alma interior reside en los huesos y no abandona al hombre ms que en el momento de la muerte o, en los animales, permanece en el esqueleto; la segunda no est tanslidamente fijada en el cuerpo: puede dejarlo durante el sueo u otras ocasiones, sinque el durmiente lo sepa forzosamente; la tercera alma se separa del cuerpo en el momento de la muerte se muestra a los humanos en forma de fantasma. Segn las etnias,aparecen distintas variantes, pero el alma nunca es una e indivisible. Para todo ello, cf.M. Eliade, Le Chamanisme et les techniques archaiques de l extase, Paris, 1974.

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    16 HADAS, BRUJAS Y HOMBRES LOBO EN LA EDAD MEDIAblos en los que est bien instalado el chamanismo: al norte, los lapones, al este, avaros, magiares y pueblos de las estepas, al sudeste, losturcos ..

    Nuestro objeto es simple: escribir la historia del Doble en la EdadMedia, evidenciar la mentalidad en la que arraiga la creencia, ver sudifusi6n y su perennidad, descubrir sus implicaciones. Otros se han lanzado ya a esta peligrosa aventura, pero el marco de sus estudios solareferirse las ms de las veces a otros tiempos y otras civilizaciones, yestos estudios ya son antiguos En cuanto al fondo occidental, no existen ms que raros artculos, no demasiado accesibles. Fuera de los trabajos de Rgis Boyer, especialmente su riqusimo Monde du Double: laMagie chez les anciens Scandinaves (1986), la Edad Media brilla por suausencia. Sin embargo, no pueden tratarse razonablemente las creenciasy tradiciones populares de los siglos XVIII y XIX sin saber qu las precedi6, pues nos vemos confrontados con actitudes mentales que se inscriben en un margen muy largo de tiempo.

    La creencia en el Doble, es decir, en otro yo que posee una independencia bastante grande para permitirle viajar lejos, permite explicarmuchos fen6menos de los que todos conocemos ejemplos, como la ubicuidad o la bilocaci6n, la importancia del tema de los gemelos (Dioseuros) en las mitologas, los relatos de metamorfosis y muchas otrascosas. He aqu un texto que data de hace un centenar de aos y queilustra de maravilla uno de los avatares de esta creencia:

    Cerca de Filadelfia, no lejos de los molinos que se encuentran a orillas del Delaware, de los cuales ya he hablado, haba un hombre solitario. Viva en una casa aislada, era amable, pero callado y taciturno. Lagente contaba cosas curiosas de l, por ejemplo que era capaz de descubrir lo que te estaba oculto. El lector consultar con provecho: W.-E. Peuckert, Der Zweite Leib, Nie

    derdeutsche Zeitschriftf. Volkskunde 17 1939}, p. 174-197; Vera Meyer-Matheis, Die Vors-tellung eines lter go in Volkserzhlungen, Diss. Freiburg e/Br., 1974; G. Maspero,cHistoire des Ames dans l Egypte ancienne, y: cUne formule des steles funraires dela XXIIe dynastie, Bibliotheque Egyptologique, 1, Paris, 1893; O Rank, Der Doppelganger, mago, 111.2 1914}, p. 97-164; H. Gaidoz, L Ame hors du Corps et leDouble, Mlusine 11 1912}, p. 263-266; en el mismo volumen, cf Le double psychique, p. 385-391.

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    INTRODUCCIN 17Sucedi6 un da que un capitn tuvo que partir con su embarcaci6nen direcci6n a frica y Europa. A su mujer, que se quedaba en Filadelfia, le promet i6 regresar al cabo de cierto tiempo y escribirle varias veces.La mujer esper6 unas cartas que nunca llegaron. Pas6 el plazo fijado ysu querido marido no regres6. La invadi6 la pena y no saba qu hacer.

    Uno de sus amigos le aconsej6 que acudiese a casa del buen hombre solitario y le contase su tormento, y ella sigui6 el consejo.Cuando se lo hubo narrado todo a aquel hombre, l le pidi6 que esperara un instante a que volviera con la respuesta a sus interrogantes. Ella sesent6 y esper6. El hombre abri6 una puerta y entr6 en su gabinete de trabajo. La mujer, encontrando que estaba ausente mucho rato, se levant6, fuehasta la mirilla de la puerta, alz6 la cortinilla y mir6: el hombre estabaechado en un sof, o un canap, como muerto. Ella volvi6 corriendo a susilla. Volvi6 a entrar finalmente el hombre y le cont6 que su marido estaba en Londres, en un caf, y que pronto volvera; luego, le dijo las razonesque le haban impedido escribirle. La mujer, tranquilizada, volvi6 a su casa.Lo que haba dicho el solitario se produjo en la fecha precisa. Regres6 el esposo de la dama, y las causas de su retraso y de su mutismo eranexactamente las explicadas por el buen hombre. La mujer quiso saberqu pasara si lo visitaba junto con su marido. Se efectu6 la visita, pero,cuando el marido vio al hombre, se asust6. Poco despus, cont6 a suesposa que haba visto a aquel hombre tal da e l de la visita de la dama

    al solitario- en Londres, en un caf, y que le haba dicho que su mujerestaba muy preocupada por l. l, entonces, le haba contado las razones por las que se haba retardado su viaje y no haba escrito, aadiendo que pronto regresara. Entonces, aquel hombre, el solitario, se habaperdido entre la multitud 5.Son este tipo de narraciones otros relatos que nos hablan de lasexperiencias exsomticas los que vamos a examinar a explicar, puespresentan una de las ltimas formas en las que sobrevive la creencia en

    un Doble, verdadero calco fsico psquico del individuo del que emana.A comienzos de siglo, Ed Morell, tras haber sido indultado, cont6sus viajes fuera del cuerpo en El Vigesimoquinto hombre 1919), de donde5 H. Jung-Stilling, Theorie der Geisterstunde en: Samtliche Schriften t. VI, Stutgart, 1837 p. 413 ss.

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    18 HADAS, BRUJAS Y HOMBRES LOBO EN LA EDAD MEDIA

    sac Jack London El Vagabundo de las estrellas porque la literatura siem-pre est a la espera de lo extrao y lo inslito. Ms cerca de nosotros,la aventura de Erkson Gorique merece un instante de atencin, puesnos informa de otra manifestacin del otro yo:

    En 1955, E. Gorique acude a Oslo para estudiar las posibilidades deimportacin de porcelanas noruegas. Va al mejor hotel y el recepcionis-ta le dice que se alegra de volverlo a ver. Asombro de Gorique, que nuncaha estado en Noruega. A la maana siguiente se va a ver a un provee-dor llamado Olsen, que afirma estar encantado de verlo de nuevo tras lacorta visita que le haba hecho pocos meses atrs. Gorique, angustiado,se confiesa a su interlocutor, y ste lo tranquiliza dicindole que estefenmeno es muy conocido, que se llama vardiigr y designa una apari-cin que precede un tiempo corto a la persona real 6Liberndonos del peso de las interpretaciones clericales que oscu-

    recen el sustrato pagano y representan una verdadera dictadura, facili-tada por el monopolio de hecho que ejerce la Iglesia sobre el mundode lo escrito, y tratando de ponernos literalmente en la piel de loshombres de antao y de comprender sus reflejos mentales, admitien-do que esas voces llegadas del pasado contienen las verdades de enton-ces, que transcriben mal que bien los relatos conservados, que se encuen-tran en el punto de confluencia del lenguaje, de lo real y de la imaginera,y recogiendo por ltimo los vestigios dispersos, es posible, entonces,volver a encontrar una creencia importante para la historia de nues-tros antepasados. Pero entindasenos bien Reunimos un dossier, frutode larga investigacin y en estrecha relacin con nuestros estudios sobrelos fantasmas y los aparecidos, los enanos y los elfos 7, lo presentamos

    6 e Grand Livre du Mystrieux Paris/Montral Bruxelles/Zurich, 1985 (Slec-tion du Reader's Digest), p. 175 ss. Vase sobre todo T. Wereide, Doppelgangerers-cheinungen in Norwegen, Neue Wissenschaft: Zeitschrift der Parapsichologie 6 10 (1946).

    ' Este libro representa, provisiona lmente, la ltima entrega de nuestra explora-cin de las creencias europeas precristianas sobre la muerte, su mitificacin, diaboli-zacin recuperacin por la literatura maravillosa. Forma la continuacin de nuestrosestudios sobre los fantasmas los aparecidos, los enanos los elfos, los espritus losmuertos cf. la bibliografa al final del volumen). Nos quedar explorar ciertas vasevocadas en las pginas siguientes, especialmente la relacin entre el hombre losgenios; el estudio est en curso ..

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    INTRODUCCIN 9y aventuramos explicaciones pero nos negamos sin embargo a pro-nunciarnos sobre el grado de veracidad de los hechos medido por elrasero de los conocimientos de este siglo XX que termina. Tan slonos importa una cosa: nuestros abuelos crean en la existencia del Doblede otro yo (alter ego independiente liberado del cuerpo cuando steest entorpecido por el sueo paralizado por el trance menoscabadopor la enfermedad o petrificado por el coma. Y cada uno se forja supropia opinin a la luz de los documentos reunidos cada uno encuen-tra en ellos la confirmacin de sus convicciones ntimas o lo contra-rio. Los textos estn ah son ineludibles numerosos a fin de cuentasy ya no debemos seguir ignorando su mensaje por ms tiempo ni aca-llarlo aunque entorpezca y ponga en tela de juicio las conclusionesde muchos estudios anteriores sobre algunos de los puntos que abor-damos.As pues part iremos de hechos universalmente conocidos las visio-nes cristianas y paganas y despus mostraremos qu explicacin tie-nen. En un segundo momento seguiremos al Doble bajo sus diversosdisfraces literarios e histricos lo cual nos conducir a examinar lashadas las brujas y los hombres lobo. Finalmente abordaremos aspec-tos conexos con esta creencia. Como los materiales son abundantes ycomplejos trasladamos a anexos finales informaciones que a nues troentender son importantes puesto que incluirlas en el cuerpo de esteestudio habra obligado al lector a hacer malabarismos con siglos ylugares. Dejemos pues que el Doble nos arrastre por caminos inslitosy singulares pero cun enriquecedores porque para emplear unas pala-bras que suelen decir los anglosajones: It's a good tool to think with

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    rimera parteL LM FUER DEL UERPO

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    CaptuloL VIAJE EXTATICO

    Los escritos de los tiempos antiguos nos hablan de personas que,por una razn o por otra, por carisma o enfermedad, salen de s mismas y ven o se enteran de lo que est oculto para la mayora de losmortales. Los llaman los extticos, del griego ekstasis, que significaen primer lugar extravo del espritu, y designa luego, por extensin,el hecho de abandonar el propio cuerpo, es decir, una experiencia exsomtica. uy a menudo, sta se da en creyentes.La fe mueve montaas, todo el mundo lo sabe, pero tambin suscita xtasis y visiones. Cuando no se produce durante el sueo in som-nis), una visin se define, en palabras de los clrigos, como el viaje delalma al ms all, peregrinacin didctica donde las haya, porque, en laEdad Media, su objeto principal es revelar al dichoso elegido la exactitud del dogma cristiano y posiblemente la suerte que espera al hombre en el otro mundo 1

    1 Habra que citar aqu todos los trabajos de Peter Dinzelbacher; entre otroscon bibliografa): Vision un Visionsliteratur im Mittelalter Stuttgart, 1981 Mono

    graphien z. Geschichte des Mittelalters 23 ; }enseitsvisionen - Jenseitsreisen, en: V.Mertens/U. Mller, Epische Stoffe des Mittelalters Stuttgart, 1984, p. 61-80; Mittelalterliche Vision und moderne Sterbeforschung, en: J. Khnel et alii Psychologie in derMediavistik Goppingen, 1985, p. 9-49. Se encontrarn muchos textos con la traducci6n alemana en su antologa: Mittelalterliche Visionsliteratur Darmstadt, 1989.

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    24 HADAS, BRUJAS Y HOMBRES LOBO EN LA EDAD MEDIASi bien a comienzos de la Edad Media las visiones no estn estrictamente reservadas a los eclesisticos, y especialmente a los que pertenecen a las rdenes contemplativas, si bien se encuentran, por tanto,testimonios de campesinos iletrados, la Iglesia los va recuperando pocoa poco y se adjudica su monopolio. Hay que decir en su descargo que

    difcilmente puede tolerar que un mbito como ste se escape totalmente de su control, llmesele sueo o de cualquier otra forma. As,en los siglos XIV y XV predominan entre los visionarios los monjesy monjas en busca de la unin mstica.

    No obstante, cuando las visiones, esos relatos de xtasis, simplemente fueron transcritos por un clrigo y por consiguiente no tienenque ver directamente con la cultura eclesistica, percibimos otra actitud mental, otra cultura, otra concepcin de la vida y de la muerte.Los puntos en comn de stas con el cristianismo, sin embargo, sonsuficientes para fundirse con l a costa de un ajuste mnimo y de ligeras distorsiones. Presentemos de entrada algunos elementos importantes del dossier.

    1 Condiciones duracin de l visine entrada, el tono lo da Beda el Venerable t 735), a quien Jacques e Goff tiene por el fundador de las visiones medievales 2 Lasvisiones que refiere en la Historia eclesistica la de Furseo (III, 19), monje

    irlands muerto hacia el ao 650, y la de Drythelm V, 12), que termin sus das en Melrose, se producen en un contexto de enfermedad 3 eDrythelm, Beda llega a decir que muri llegada la noche y volvi a lavida a la maana siguiente, y luego cont lo que le haba sucedido. Eltema de la enfermedad es fundamental en la historia de las visiones,incluso es uno de sus elementos constitutivos, digmoslo claramente.

    Por su parte, Gregario Magno t 604) evoca el caso de Esteban,ciudadano romano, a quien la enfermedad puso a las puertas de la muer-

    2 Jacques Le Goff, La Naissance du Purgatoire Pars, 1981, p. 154.Beda Venerabilis, Historia ecclesiastica ed. C. Plummer, Oxford, 1896.

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    EL VIAJE EXTTICO 25te hasta el punto de que sus parientes ms cercanos haban mandadoya llamar al embalsamador cuando, felizmente, su alma regres6 a sucuerpo 4 Gregario de Tours (538-594) escribe en sustancia, sobre Salvi,obispo de Albi: habiendo cogido una gran fiebre, lo dieron por muerto; lo lavaron, lo vistieron, lo pusieron en una camilla y lo velarontoda la noche; a la maana siguiente, empez6 a removerse y, pocos dasdespus, narr su visi6n 5 Alberico de Settefratti, que haba entrado enel monasterio de Monte Casino hacia 1211-1213 a la edad de diez aos,tuvo una visi6n cuando la enfermedad lo sumi6 en un coma de nuevedas con sus noches Raras son las personas saludables a quienes les es dada una visi6n.Podemos citar a la madre de Guiberto de Nogent (1055-1125): echndose sobre un banco para descansar, se adormeci6: pareci6 entoncesque el alma se le sala del cuerpo de manera sensible sua ipsius nimde corpore sensibiliter sibi visa est egredi) 7 Hay que citar el caso delirlands Tondale, cuya historia fue confiada al pergamino en 1148 porun tal fray Marcos, monje de Ratisbona. La Visio Tnugdali, conservada en ms de ciento cincuenta manuscritos, insertada en las obras deunos treinta autores y traducida a quince lenguas, es un modelo quemerece atenci6n 8 No nos entretendremos en el viaje de Tondale al msall, sino que nos centraremos ms bien en la salida de su Doble.Tondale est sentado a la mesa cuando exclama que siente que semuere ego morior}; dichas estas palabras, se derrumba, privado de vida,como si su espritu lo hubiese abandonado, y su cuerpo presentaba todoslos signos de un cadver, ojos vidriosos, nariz pinzada, labios lvidos ymiembros rgidos. Lo hubieran enterrado, pero quienes lo palpan condiligencia sienten un ligero calor calor modicus) en el lado izquierdo desu pecho. Sigue sin dar signos de vida desde la dcima hora del mircoles hasta la dcima hora del sbado, momento en que, en presencia de

    Dialogi IV, 37, ed. y trad. de A. de Vogue y P. Antin, t. III, Paris, 1980.Historia Francorum, VII, 1.Visio Alberici, ed. M. Inguanez, Miscellanea Cassinense 11 1932), p. 81-103.Autobiographie, ed. y trad. por E.-R. Labande, Paris, 1981. Visio Tnugdali, ed. A Wagner, Erlangen, 1882. Sobre la difusin del texto: N.F.Palmer, The German and Dutch Translations of the Visio Tnugdali and their Circulationin the late Middle Ages, Munich, 1981 (MTU 76).

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    26 HADAS, BRUJAS Y HOMBRES LOBO EN LA EDAD MEDIAclrigos y laicos que se disponan a enterrarlo volvi su espritu, y Tondale empez a respirar con un dbil aliento durante aproximadamenteuna hora. Todos estaban maravillados, incluso los sabios, y se decan:No ha vuelto acaso su espritu spiritus), que haba partido? Entonces Tondale comulga, bebe, da gracias a Dios y cuenta su viaje al msall, periplo efectuado por su espritu o su alma: el vocablo empleadovara segn los textos, lo cual denota probablemente cierto apuro porparte de los copistas.

    Los textos sugieren que hay dos modos de permitir que el almaabandone el cuerpo. La ms antigua es involuntaria, es la enfermedadque nos pone a las puertas de la noche eterna; la otra, ms religiosa,trata de obtener del cuerpo menor resistencia, es decir, de hecho, tratade romper la envoltura carnal practicando la ascesis, el ayuno, la privacin de sueo, la disciplina (mortificacin), la exposicin al fro, etc.Todas estas prcticas apuntan a suprimir los lazos que unen el alma yel cuerpo, a reducir las funciones vitales de este ltimo para favorecerla visin que, huelga decirlo, depende tambin de la fe de la personaque se entrega a estos actos. Es muy larga la lista de los visionarios porascetismo. Citemos simplemente a Anscario de Bremen t 865), que tuvosu primera visin tras muchas oraciones y abstinencias, y a Sibilina Biscossi da Pavia (1287-1367), que se flagelaba hasta sangrar, privndose delsueo y cuyos sabaones supuraban .. El lector podr encontrar en LouisGougaud y en Peter Dinzelbacher muchos otros ejemplos 9El cuerpo tiene que estar en un estado crtico para que el almarecobre su libertad, cosa que se produce durante una catalepsia, unaletargia, un coma tan profundo que los testigos de la escena estn persuadidos de que la muerte acaba de dar su golpe definitivo. Cuando Siagrio describe el xtasis de Orm (1125), precisa que el cuerpo est totalmente fro, rgido y tiene toda la apariencia de un cadver {subito corpusfrigidum et inflecibile et simillimum mortuo efficiebatur) 1 Es esta rigidez cadavrica la que, en el invierno de 678-679, permite que los monjes que velan a Baronto reconozcan que ha dejado ir el alma.

    L. Gougaud, Dvotions et Pratiques asctiques u M oyen Age Pars, 1925. P. Dinzelbacher, Korperliche und seelische Vordebingungen religioser Traume und Visionen,en: T. Gregory, JI Sogno nel Medioevo Roma, 1985, p. 57-86.

    10 H Farmer, The Visio of Orm, Analecta Bollandiana 75 {1957), pp. 72-82.

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    EL VIAJE EXTTICO 27Cuando el alma o el espritu abandona el cuerpo, la duraci6n puede

    ir desde el lapso que transcurre entre el primer y el tercer Agnus Deide la misa hasta cinco semanas, caso de Nial 11 , hacia el ao mil. Cuan-do los visionarios vuelven en s, no tienen ninguna noci6n del tiempotranscurrido, cosa normal puesto que el tiempo del ms all, sea cualsea ste, por lo dems, en ningn caso se corresponde con el nuestro.Pero la pregunta que nos hacemos es esta: qu es lo que aban-dona el cuerpo? Los cristianos dudan entre dos trminos como mni-mo animus, spiritus e incluso mens), o bien salen de apuros sin preci-sar nada, como si la cosa fuese evidente. Tratemos de esclarecerlo

    2 Algunas observaciones relativas l lxicoNuestro anlisis se apoya en un centenar de visiones 2 El examen

    detenido de los textos pone de relieve un hecho curioso que estudiosms detallados debieran poder precisar. En los exempla, esos relatos cor-tos edificantes que a menudo servan de ilustraci6n en los sermones ode tema de reflexi6n en las lecturas espirituales monsticas, la evasi6nde la entidad que habita el cuerpo se expresa de unas cuantas formas,poco numerosas. Los menos precisos, por supuesto que a nuestro enten-der, dicen: fue llevado ante el tribunal de Dios [o de Cristo] raptusfuit d iudicium; d iudicium e ~ ad tribunal Christi}; en visi6n, vio ... in visione vidit; videbatur siquidem in visiones}; cay6 en xtasis o fuearrebatado en xtasis factus est in exthasi; raptus in exthasim); Se vioconducido(a) ante el juez)) vidit se duci ad iudicem}. Algo ms precisasson las locuciones: se sinti6 llevado en espritu)) sensit se raptum in spi-ritus) con las variantes: rapta spiritu vidit se, y: raptus spiritu- queprecisan que a veces sucede de noche quaedam nocte spiritus viri rap-tur) o cul fue el objeto del rapto spiritu ad thronum raptus .

    11 Referido por Wulfstano de York en su homila 43, ed. S. Napier, Berln, 1883Sammlung englischer Denkmaler 4 .

    12 Hemos tomado las visiones arriba citadas en las notas, las de J Klapper, Exem-pla aus Handschriften des Mittelalters, Heidelberg, 1911 Sammlung mittellat. Texte 2 ,as como la antologa de P. Dinzelbacher (1989).

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    28 HADAS, BRUJAS Y HOMBRES LOBO EN LA EDAD MEDIAEl vocablo anima est ausente de los textos ms antiguos que hemos

    examinado, y en una visi6n poltica y laica como la de Carlos el Gordo(hacia 889-890), dice una voz: Carlos, tu espritu va a abandonarteinmediatamente, y una visi6n te revelar el justo juicio de Dios y algunos presagios que te conciernen, pero tu espritu volver a continuaci6n, en una hora larga. Y parece ser que Carlos le dijo al narrador:E inmediatamente fui raptado en espritu 3

    De San Furseo, cuya visi6n se produjo sin duda hacia el ao 633,se dice que su alma sali6 de su cuerpo desde el anochecer hasta quecant6 el gallo. Anima est presente en las visiones que toman formade dilogo entre el alma y un ngel, como ocurre en la Crnica deHugo de Flavigny (1065-1140). Tambin encontramos el trmino en lasdeclaraciones de Tondale: anima mea corpus exueret. En los msticos esmucho ms frecuente, por ejemplo en Santa Catalina de Siena (1347-1380), que deplora que el alma no pueda fundirse realmente en Diosantes de la muerte. Parece que, por presi6n de los te6logos, hubieseuna especializaci6n: vindose reservada el alma, mucho ms que el espritu a los viajes al ms all, a las peregrinaciones extticas. Eso implica, sin embargo, un cortar con las tradiciones precristianas, que no pueden hablar de alma, pues el concepto les resulta ajeno, y se atienenms o menos al espritu -animus spiritus-, sea cual sea, por otra parte,el nombre que ste reciba en las lenguas vulgares, palabra comodn susceptible de satisfacer a unos y otros.

    El redactor de la visin de Thurkill, un monje ingls del siglo XIII,emplea alma una sola vez en relaci6n con el rapto o el xtasis. SanJulin se aparece a Thurkill y le dice: S6lo tu alma va a acompaarme sola enim anima tua mecum abibit) 14 Igualmente asombrosa es laintervenci6n del narrador, que hace gala de su conocimiento de la literatura de las revelaciones y cita el caso del caballero irlands Audoneus(Owein), que en el Purgatorio de San Patricio vio las torturas infligidas a los pecadores, y las vio con sus propios ojos oculis carnis), trashaber salido de su cuerpo eductus a corpore). Sealemos de paso lacontradicci6n Tambin el an6nimo autor resume la Visin de Edmun

    13 Referido por Hariulfo de Oudenburgh, ed. Migne, Patr. lat., 174 col. 1287 ss.14 Visio 1burkilli, ed. P.G. Schmidt, Leipzig, 1978.

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    EL VIAJE EXTTICO 29do en 1196), monje de Eynsham. n el caso de Thurkill, no empleams que el verbo salir de a corpore eductus fuerat), sin decir qu esextirpado del cuerpo durante el coma del visionario, que dura dos dasy dos noches. Para el regreso de Thurkill a su cuerpo, el clrigo diceque el hombre fue entonces devuelto a su cuerpo reduc Jestinantervirum hunc ad corpus suum).n Godeschalcus 15 , relato de la visi6n que Godescalco, un campesino de Holstein, tuvo del 12 al 17 de diciembre de 1190, y que losestudiosos designan con la letra A el redactor emplea una vez animuspara decir que las funciones cerebrales del visionario se detienen animonil cogitante}, y designa con anima lo que abandona el cuerpo: El almasali6 de la envoltura corporal de vase corporis anima effusa est). n laVisio Godeschalci = B , redactada poco despus de pero independientemente de l, tambin es el alma la que sale del cuerpo: En cuanto mi alma hubo abandonado el cuerpo dum anima mea corpore so/u-ta fuisset), declara el campesino. Esta visi6n, de la que tenemos dosrelatos directamente recogidos de labios del visionario, que era un illi-teratus, un rusticus, nos ofrece detalles muy singulares en los que nosdetendremos un instante.

    3 a visin de GodescalcoGodescalco, campesino de la parroquia de Neumnster, en Holstein, coge fiebre y sintindose enfermo, tiene que meterse en cama.Deja de comer. Un sacerdote le lleva la comuni6n, nico alimento ingerido durante cuatro das. De domingo a mircoles, perdi6 el conocimiento; palideci6, call6 su lengua, le disminuy6 el pulso, se detuvieron los pensamientos y todo su cuerpo daba la impresi6n de estar privadode alma. El mircoles, su alma abandon6 el recipiente del cuerpo, comodeclar6 el propio enfermo, para ver lo invisible y or lo inenarrable.Mientras que, en la misma situaci6n, San Pablo se pregunta si fue arre-15 Godeschalcus und Visio Godeschalci, ed. trad. de E. Assmann, Neumnster,1979.

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    30 HADAS BRUJAS Y HOMBRES LOBO EN LA EDAD MEDIAbatado en cuerpo y alma Godescalco no duda ni por un instante quesu alma se ha separado del cuerpo mientras duraba su visi6n es decirdurante cinco das y est persuadido de haber estado muerto duranteese mismo lapso. El clrigo anota segn la declaraci6n de testigos queDios no obstante permiti6 que el cuerpo tuviese cierto movimientopuesto que mientras que los miembros permanecan inm6viles s6lotemblaba la boca del exttico os solum palpitavit) para que no lo enterrasen hasta que hubiese vuelto a l el alma pues el alma es de unasola naturaleza natura simplex) y al no estar formada de distintas partes no puede dividirse y no puede abandonar l cuerpo y permaneceren l al propio tiempo si no el hombre no estara verdaderamentemuerto. As pues la catalepsia de Godescalco se interpreta conformea la tradici6n en vigor y el adjetivo exanimis resulta perfectamente adecuado al cuerpo. Sin embargo como en el caso de Tondale es perceptible un signo de vida cosa que contradice la afirmaci6n del narrador y del visionario: no hubo defunci6n. Claro nada es imposible paraDios esa es la explicaci6n a la que recurre el an6nimo clrigo.La redacci6n B mucho ms concisa dice: Godescalco estuvo enfermo siete das; al octavo fue sustrado a la luz del mundo y volvi6 asu cuerpo cinco das ms tarde ad corpus redit). Como los testigosobservan un leve movimiento de los labios mientras que todo el cuerpo est fro rgido y yaciente como un cadver no se atreven a enterrarlo pues piensan que an est en l el alma y que simplemente estadormecida. El redactor de B rehye plantear la cuesti6n esencial: S6loDios sabe si tuvo esa visi6n corporalmente o si estaba fuera del cuerpo dice agregando sin embargo que Godescalco trajo de su viaje pruebas argumenta) que pueden llevar fcilmente incluso a los paganos acreer en sus palabras. De qu pruebas se trata?y B estn de acuerdo en decir que el exttico recibi6 varias heridas durante su peregrinaci6n al ms all: tiene los pies desgarrados porlas espinas y las zarzas de una landa que tuvo que atravesar; recibi6una quemadura en el costado izquierdo y los vapores ftidos del infierno le causaron dolores de cabeza. La interpretaci6n que dan a estoshechos los clrigos es elocuente: y B constatan que Godescalco tienela piel de los pies que se despega que sufre dolor de cabeza cosa quese traduce en un derrame purulento que sale de la nariz y los odos yque dura seis meses y ms y que no puede acostarse sobre el costa-

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    EL VIAJE EXTTICO 3do. Adems el protagonista de la historia tiene gran debilidad y care-ce de apetito. Dos veces ms los redactores vuelven a la noci6n deprueba. En un comentario bastante abundante el autor de A nos comu-nica su parecer: La resurrecci6n de un muerto no es ni imposible ninueva y no tiene nada de extraordinario que el espritu se vaya y regre-se ire spiritum et redire}. Por qu no habla de alma cuando hasta aquha empleado siempre este trmino? Por lo que se refiere a la verdady la dignidad de la visi6n poco importa a mi entender -sigue dicien-do- que Godescalco la tuviese fsicamente o cuando estaba raptadoin corpore n extra corpus raptus}, pues fue raptado y eso es lo nicoque cuenta .. En qu forma lo fue es algo de lo que no hay que preo-cuparse demasiado. Curiosa forma de atajar las interrogantes y quesugiere que en Holstein en aquella poca se debata la cuesti6n puntoque B permite precisar.B se aplica tambin a las pruebas de la veracidad de la aventura deGodescalco seala que el hombre estuvo cinco semanas totalmente ago-tado privado de sentido y de raz6n y sin poder alimentarse pero unatorpeza hace que nos preguntemos si realmente haba regresado el alma.Porque el clrigo escribe esto: Cuando el alma de este hombre regres6al cuerpo estuvo cinco semanas agotado pero instantes despus dice:Al cabo de cinco semanas el alma volvi6 a descender poco a poco asu cuerpo anima paulatim corpori suo condescendens). Pero lo ms impor-tante son las dos observaciones del narrador cuyo alcance no podemossubestimar: Y sin embargo es absolutamente inexplicable que se mani-fieste en el cuerpo in corpore appareat) lo que sucedi6 en espritu inspiritu gestum). Esta idea preocupa al clrigo que vuelve a sacarla: Aqucomo en todas partes la raz6n est oculta: c6mo pudo sentir fsica-mente lo que sufra en su alma? quomodo in corpore senserit, quod inanima pertulit}. Ah radica toda la cuesti6n pero para plantearla hacafalta un espritu crtico a quien la fe no impidiese razonar sanamente.

    C6mo explicar que el cuerpo presente las marcas de los doloressufridos por el espri tu o el alma sin recurrir a Dios a Satn a laparapsicologa o a las teoras psicosomticas? C6mo pueden habervisto algunos el espectculo del ms all con sus ojos fsicos o no conlos ojos del coraz6n o del espritu? En una palabra c6mo salir delyugo de las tradiciones y las interpretaciones cristianas de las que nosda un excelente ejemplo la Visin e Thurkill?:

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    32 HADAS, BRUJAS Y HOMBRES LOBO N LA EDAD MEDIAThurkill est dormido; se le aparece San Julin, lo despierta a somp

    no excitavit y dice: Heme aqu tal como te haba prometido. Es horade partir. Cuando Thurkill se levant, quiso vestirse para el viaje adprocinctum itineris pero Julin le dice: Entretanto, tu cuerpo descansar tranquilamente en su lecho, pues slo partir conmigo tu alma. Paraque no crean que tu cuerpo ha muerto, sin embargo, voy a dejar en lun aliento que indicar que est vivo>>No huele tal pasaje a fabricaci6n, a copia, a transformaci6n dedatos indgenas en visi6n cristiana? El motivo del despertar no se tieneen p1e ...

    4 l problema de las pruebasn los lugares en los que las heridas del cuerpo sirven siemprede prueba formal de la veracidad de los fen6menos visionarios, stastienden a convertirse poco a poco en una constante de este tipo derelato.Sin embargo, hay que distinguir aqu entre visiones y aparicionesde muertos. Cuando un difunto visita a un vivo para darle a conocersu destino en la ultratumba, y cuando sufre en el purgatorio o en linfierno, deja casi siempre una prueba tangible de su paso. n la Leyen-da dorada, Santiago de la Vorgine 1225-1298) refiere lo que sigue:

    Maese Silo, es decir, Pedro el Chantre, de Pars, recibe la visita deuno de sus estudiantes, muerto pocos das antes y que sufre las penas delinfierno. El aparecido lleva una capa forrada de fuego. Deja caer una gotade sudor que atraviesa la mano de Silo {manum perforavit} 16

    16 Legenda aurea, cap. 158. Se leer con gran provecho el captulo que LeanderPetzold dedica a La Embajada venida del otro mundo: Psicologa e Historia de unrelato de Milagro, en su obra: Marchen-Mythos-Sage. Beitrage zur Literatur und Volks-dichtung, Marburg, 1989, p. 101-144. Otro aspecto de la cuesti6n lo aborda Felix Karlinger en su excelente librito, poco conocido en Francia, Zauberschlafund Entrckung,ur Problematik der fenseitszeit in der Volkserzahlung, Wien, 1986.

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    EL VIAJE EXTTICO 33Este motivo es frecuente en los relatos de apariciones de muertos,y por ejemplo lo encontramos en la Relacin de Reun (siglo XIII) 17 Enlos relatos de visiones, fenmeno inverso puesto que es el hombre elque, todo o parte, se traslada al otro mundo y no un difunto el queviene a este mundo son raras las heridas. En las visiones en sueo

    visio in sompnis) es asombroso ver las heridas citadas, puesto que noha existido traslacin. Una narracin de este tipo est ms cerca de lasvisitas llegadas del ms all o del infierno, como lo muestra el ejem-plo siguiente:

    En l monasterio de la Trinidad, en Caen, haba una monja que vivaocultando ciertos pecados vergonzosos, y muri6. Una compaera suya,cuando dorma en la habitaci6n en la que haba muerto la otra, tuvo unsueo en l que vio que la difunta arda y era torturada por espritusmalignos. Una chispa le dio en el ojo, y eso la despert6. Se confirm6que lo que haba visto en pensamiento -dice Guiberto de Nogent- lahaba herido de verdad fsicamente; l testimonio verdico de su heridavino a confirmar la autenticidad de la visi6n veritati visionis verax con-grueret testimonium laesionis) 18 Los clrigos, que obran para mayor gloria de Dios, construyen

    una tradicin edificante a partir de elementos preexistentes al cristia-nismo. Sin embargo, cmo son posibles tales hechos?De su viaje exttico, Furseo vuelve con una quemadura en la man-dbula y en el hombro. En el monasterio de Fly, distrito de Beauvais,

    un monje recibi, durante una visin que tuvo en 1104, una piedra queun demonio le lanz en todo el pecho; l siente un dolor tan intensoque durante cuatro das tuvo angustias que lo condujeron casi a laspuertas de la muerte 19 Una maana de 1197, Rannveig, concubina deun sacerdote, tuvo una cada en su casa y estuvo sin conocimiento hastala noche; una vez vuelve en s, narra la visin que acaba de tener y,habindose herido cuando atravesaba los campos de lava del ms all,

    17 Vorauer Novelle und Reuner Relation reproduccin fotogrfica de los manus-critos por H. Grochenig, Goppingen, 1981 Litterae 81 .18 Guibert de Nogent, De vita sua 1, 24, op. cit., supra.1 Ibd. 11 S.

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    34 HADAS, BRUJAS Y HOMBRES LOBO EN LA EDAD MEDIAsu cuerpo presenta huellas de las quemaduras 20 Al salir de su xtasis,que dura uno o dos das, Elisabeth Achler 1385-1420) suda sangre.Tambin podemos relacionar con estos hechos el abatimiento y la inmensa debilidad de los visionarios cuando despiertan, que recuerda la delos chamanes al salir del trance, o bien la violencia del choque psico-16gico recibido. Adn de Kendal t 1223), abad cisterciense de Hol-meculter, se vuelve loco de atar y muere inmediatamente despus dehaber tenido, en visiones, revelaciones de su destino en el otro mundo

    Si es raro que los clrigos refieran las heridas tradas de un viajeexttico, hay para ello una excelente raz6n: el alma es incorp6rea paralos cristianos, y no puede ser marcada de ninguna forma. El xtasis esun fen6meno espiritual y nicamente espiritual, quieren hacernos creerlos clrigos, puesto que los testigos tienen ante s el cuerpo en letargia. La reacci6n es exactamente la misma que la de los inquisidoresfrente a las brujas cadas en catalepsia. As pues, el tema de las heridasinfligidas al alma se inserta muy mal en el dogma, a menos que recurramos a la hip6tesis que formula Orgenes, exgeta y te6logo nacidoen Alejandra en el ao 185 y muerto en Tiro en el ao 254, en sutratado sobre la Resurreccin: las almas son espirituales por naturaleza,pero, al salir de su cuerpo terrestre, toman otro cuerpo sutil, de formatotalmente parecida al cuerpo grosero que abandonan y que para ellases como una especie de forro o de estuche 21 Orgenes, sin embargo,no habla en modo alguno de corporeidad de dicho cuerpo sutil, ni deenvoltura carnal en tres dimensiones, mientras que su descripci6n seaplica maravillosamente bien al desdoblamiento.

    As pues, la presencia de los pocos testimonios disonantes que hemoscitado nos incita a buscar quin tiene, en el Occidente medieval, el donde transportarse al ms all o de salir del cuerpo, pues es evidente queel punto esencial de la creencia cuya arqueologa estamos efectuando esrealmente la separaci6n del alma y el cuerpo, para emplear la terminologa cristiana; y del desdoblamiento, si nos atenemos a los datospaganos.

    20 G J6nsson, Byskupa Sogur II, Reykjavik, 1948, p. 243 ss21 Citado por Calmet, Dissertation sur l s Revenants en corps .. Paris, 1751, reed.Paris, 1986, p. 237.

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    EL VIAJE EXTTICO 355 Visiones sueos

    Toda la literatura medieval est llena de sueos, y en ella se superponen datos aut6ctonos y tradiciones llegadas de Roma, Grecia y Oriente. Transmitidos por mil canales, entre ellos la Biblia cuarenta y tresmuestras) y el Comentario del Sueo de Escipin de Macrobio hacia 360-422), estos datos tienen un formidable eco. Su xito en la literatura cristiana se debe a que se los considera manifestaci6n de lo divino o revelaci6n infernal. Si Satn enva los sueos falaces, Dios da los sueosveraces y profticos, y Tertuliano, entre 210-213, habla de los demoniosque dan sueos vanos, engaosos, turbadores, lbricos e inmundos.Sin embargo, es difcil distinguir los buenos sueos de los malos,y la desconfianza de la Iglesia se expresa ya en el ao 314, en l primer concilio de Ancira, en el que se prohbe la oniromancia. Adems,los sueos calificados de ciertos son denominados revelaciones y tienden a convertirse en patrimonio de los eclesisticos y nobleza obliga,de los reyes. o por ello dejan de soar los paganos ni de defender suvisi6n del mundo frente y contra todas las bulas, decretales, etc. Mientras el cuerpo de cristianos y paganos est dormido, se manifiestanotras funciones. o intentaremos dar de ellas una explicaci6n psico-16gica; sera un anacronismo, pues los hombres de antao razonabanen otros trminos; por lo dems, la explicaci6n suele ser lmpida.La distinci6n entre visiones y sueos es la de la cultura cristianade la Edad Media, y l hombre, sea cual sea su religi6n, puede teneruna visi6n exttica mientras su cuerpo est sumido en l coma o laletargia, o bien simplemente cuando suea. Si bien en el primer casoel alma abandona l cuerpo, no forzosamente lo hace en l segundo,puesto que los textos nos muestran que el durmiente puede recibir visitas de Dios, de santos, de parientes... Peter Dinzelbacher ha tratado,con xito moderado, de sacar en claro lo que permite distinguir entrevisi6n exttica y visi6n en sueos 22 Los nicos criterios pertinentesson la rigidez cadavrica y la insensibilidad total del exttico, as comosu apata cuando su alma se reintegra al cuerpo. Fuera de eso, noscuesta mucho trabajo llegar a una conclusi6n clara, y hay que servir-

    22 Vision und Visionsliteratur op. cit. supra p. 48 ss.

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    36 HADAS, BRUJAS Y HOMBRES LOBO EN LA EDAD MEDIAse entonces de distintos conceptos cuya clave y denominador comnes la revelacin. Disponer de escritos que reflejan las mentalidades precristianas permite clarificar las cosas.

    El sueo, en todas las culturas, es el gran medio de comunicacincon el ms all, con lo invisible, la cara oculta de las cosas. La prctica de la incubacin nos lo revela: se pasaba la noche en un santuarioa la espera de que el ocupante sobrenatural del lugar lo favoreciese auno con un sueo proftico. Por este medio se trataba de entrar enrelacin con las fuerzas superiores. Paganos y cristianos se entregaronpor igual a esta prctica, pues el conocimiento del porvenir siemprefue y parece seguir sindolo, vanse las revistas y las emisiones especializadas Madame Soleil )- una de las principales preocupaciones delhombre, como muestran claramente la mayora de los rituales de bru-Jena.Volvamos al cristianismo y tomemos a un autor muy cristiano,Guiberto de Nogent 1055-1125), monje de Saint-Germer-de-Fly. Narrasus sueos y los de su madre, y dice de s mismo: El demonio introdujo frecuentemente en mis sueos imgenes de personas difuntas quese presentaban a mi pensamiento)). Puede calificarse eso de visin? No,pues es la mente mens) la que es agitada por pensamientos, no haytransporte a otro lugar. Por el contrario, la madre de Guiberto tuvola siguiente visin. Le pareci que estaba en la iglesia de nuestra abada . Guiberto utiliza visio, pero, pocas lneas ms adelante, habla desomnium. En el mismo captulo de su Autobiografa, nos cuenta unode sus sueos de nio: Una noche, so que me encontraba en unaiglesia dedicada a Tu nombre [Mara]; a continuacin me pareci quese me llevaban dos demonios .. . El vocablo empleado esta vez es visum.Guiberto escribe tambin, a propsito de su madre: Frecuentsimasvisiones visiones) ... le permitan prever, con mucho tiempo de antelacin, lo que tena que suceder)), pero se trata ms bien de sueos profticos.

    Con ayuda de las dudas de Guiberto de Nogent, en las que creemos reconocer un reflejo de lenguaje corregido por su cultura cristiana, podemos precisar las cosas de la siguiente forma: la verdadera visin,la visin exttica, implica el viaje al ms all, y, a partir de los Dilo- os de Gregorio Magno se abre este campo. al sueo, y poco importaaqu la distincin entre sueo y catalepsia. El sueo, siempre segn la

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    EL VIAJE EXTTICO 37interpretacin cristiana, es peligroso: el alma no abandona el cuerpo,pero recibe imgenes por medio de lo que en aquella poca llaman visiospiritualis, aplicada a las cosas concretas, o visio intellectualis cuando sepermanece en el mbito de la abstraccin. Los clrigos tenan dificultades para efectuar cualquier distincin en este punto. En el siglo XRoberto de Mozat da fe de haber tenido en sueos esta visin (insompnis visionem hanc vidisser3 El sueo es sospechoso, de conformidad con el Eclesiasts V, 6), que dice: De la multitud de sueos, vienen en masa las vanidades. Comprendidos como acceso a Dios, los sueos pueden ser tiles, significativos, verdaderos, pero entonces tienenque emanar de la divinidad, salir por la puerta de cuerno (porta cornea) y no por la de marfil (porta eburnea), para emplear una imagen virgiliana (Eneida VI, 893 ss.). Los sueos Cortocircuitan al intermediarioeclesistico, dice Jacques Le Goff con precisin 4

    Qu piden, pues, los cristianos, para que la Iglesia haya instaurado por las buenas o por las malas su control sobre los sueos, lo cualse manifiesta en la edulcoracin o la mutilacin de los relatos que aellos se refieren? Nos lo dice un himno atribuido a San Ambrosio.Que retrocedan los sueos y los fantasmas de la noche El prlogode la Visin e Thurkill contiene un largo pasaje que esclarece un pocoel trasfondo de este debate: muchas personas ponen en duda las visiones, se burlan de los visionarios y los contradicen; hay casi tantos bur-lones y escpticos como personas convencidas y crdulas.

    6 pariciones onricasEn los sueos cristianos y paganos, el dato ms frecuente es unaaparicin. San Martn se aparece a Sulpicio en el momento de su muerte. Pedro el Venerable recibe en sueos (in somnis) la visita de Gui

    llermo prior de Cluny, tras su asesinato (De Miraculis II, 25). Los ere-

    23 Jbd. p. 48 SS.24 J e Goff, Le Christianisme et les Rhes (IIe-vne siecles), en L lmaginai

    re mdival, Paris, 1985, p. 265-316, aqu p. 294.

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    38 HADAS, BRUJ S Y HOMBRES LOBO EN L EDAD MEDIAyen es destinados a un prximo martirio son visitados por un santo ..Hagamos abstraccin de toda connotacin religiosa: qu queda, sinoque un individuo se aparece en sueos a otra persona? Que est vivoo muerto no tiene ninguna importancia, pues cada cual tiene su respuesta a esta cuestin, y la respuesta depende de las convicciones religiosas. Aqu se habla de alma, all se habla de espritu, y ms all, delDoble. Creemos ver aqu una inversin del tema del xtasis, del viajedel otro yo. Ya no estamos en la perspectiva de aquel que enva a suDoble a lo lejos cosa que el normnico expresa mediante el vocabloh mfor o cuyo lter go recobra su independencia y se va a realizar,por ejemplo, algo muy deseado; no de hecho, aqu nos encontramosal otro extremo de la cadena, en el punto de llegada, en el husped forzado, cerca del fin que se ha fijado el Doble. Nuestra lectura, que seapoya en los testimonios no cristianos, permite ver que sera vano empearse en querer disociar visiones y apariciones onricas, puesto que sondos aspectos de un mismo fenmeno. Al propio tiempo, percibimosmejor el trabajo de los clrigos, que, empleando las teoras de la Antigedad clsica transmitidas por los Padres de la Iglesia, operan unareduccin y una especializacin: reduccin del nmero y naturaleza delos personajes susceptibles de aparecer en sueos, y especializacin delmundo monstico sobre este modo de percepcin de lo divino.

    Las criaturas que pueblan el mundo onrico, tomemos buena nota,son hombres y genios, dioses a veces y a menudo santos, lo que confirma que el sueo es propicio para la comunicacin con el prjimo ycon el mundo. Cuando conocemos, gracias sobre todo a los estudiosde Rgis Boyer, que en las mentalidades paganas germnicas y clticasaunque este ltimo campo de estudios se encuentra sin cultivar en

    muchos aspectos el hombre sigue permanentemente en contacto conla cara oculta de la realidad por mediacin de su o sus Dobles, entonces las apariciones, las visiones y los sueos se transforman en pruebas de la realidad y no son fabulaciones dictadas por consideracionesticas, didcticas o religiosas. El conjunto remite a la idea fundamental de otro yo y es de una homogeneidad notable, perceptible ms allde todo intento de aculturacin.

    Los hechos que acabamos de exponer no adquieren su pleno significado ms que si se comparan a los de las tradiciones paganas queahora vamos a abordar. Los fenmenos son fundamentalmente los mis-

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    L VIAJE EXTTICO 39mos poseen incluso un valor idntico en ambas culturas; slo difieresu interpre tacin. As pues las visiones los viajes extticos cristianosde la Edad Media occidental no deben desarraigarse del suelo paganoque en parte las ha alimentado error cometido hasta aqu con granregularidad hasta tal punto es verdad que resulta extremadamente dif-cil hacer total abstraccin de la propia cultura la propia religin. Siel alma pone en contacto al hombre con Dios el Doble pone en con-tacto al pagano con el cosmos entero incluido el ms all. Pero el otromundo segn parece no es el de los dioses; es el de los muertos elde la ultratumba de donde viene todo conocimiento reserva de todaslas potencialidades de cada individuo y de cada familia.

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    CaptuloLOS EXTATICOS PAGANOS

    No hay a priori ninguna raz6n para que el viaje exttico est reser-vado a los adeptos de una sola religi6n que, adems, es importada ycuyo xito se explica tan s6lo porque concordaba en muchos puntoscon las creencias indgenas. En el campo de los sueos, apariciones yvisiones, el paralelismo entre la cultura pagana y la cristiana es asom-broso. omo ya hemos dado muchos ejemplos en el captulo consa-grado l alma, as como en nuestro libro Fantasmas aparecidos, sere-mos breves y s6lo tendremos en cuenta los hechos ms accesibles atodos.

    t l sueoEl sueo forma parte de la realidad cotidiana en el mundo paga-

    no. Todo el mundo conoce la historia del rey Harald el Negro: nuncasoaba, y pidi6 consejo para remediar lo que todos tenan por enfer-medad. En la aga de los Vikingos de jmsborg, redactada hacia 1200pero cuya acci6n se desarrolla en los alrededores del ao mil, la hijadel rey Harald dice a Gorm que no se casar con l si no suea. Porlo dems, varios textos dicen que nunca hay que despertar a una per-sona que se agita durante el sueo, sino dejarla gozar njta} de sus

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    42 HADAS, BRUJAS Y HOMBRES LOBO EN LA EDAD MEDIAsueos. El antiguo islands tiene un trmino para designar al hombreprivado de esta facultad: draumstolinn, a quien han quitado sus sueos, y dispone de dos palabras compuestas para calificar al individuoque suea mucho: draumamaJr, formado de sueo draumr} y hombre maJr}, y berdreymr, de sueos claros. Destaquemos que estafacultad puede ser hereditaria, como se desprende de una observacinde la Saga de los Hermanos jurados cap. 5), en la que una tal Thorgeirafirma: Veo claramente el porvenir en mis sueos; es una caracterstica de familia Las creencias recogidas por los etnlogos en la Alemania del Norte confirman la supervivencia de este rasgo.

    En la mentalidad precristiana, el sueo permite la libre circulacin de genios, espritus y Dobles sin que la distancia represente ninguna traba. Se establece una comunicacin inmediata entre personasalejadas, que a veces toma forma de semidilogo. En la Saga de los Her-manos jurados cap. 11 , Thormod recibe en sueos la visita de Thorbjorg,una de sus antiguas amigas, que le dice: Ests soando, pero lo quese te aparecer suceder como si te apareciese en estado de vigilia. Enla misma saga cap. 26), Thormod escaldo del rey Olaf el Santo 995-1030), se encuentra en apuros en un islote; no lejos de all, un tal Grimsuea que un hombre lo visita y le dice: Soy el rey Olaf Haraldssony quiero que vayas a buscar a Thormod [ .. ] y lo auxilies. Olaf interviene en la Saga de Hallfred cap. 9 ss.); se aparece en sueos a Hallfred y le exige que vaya a unrsele, y en otra ocasin lo disuade debatirse en duelo; incluso despus de muerto regresa para prodigar losconsejos a su escaldo. No nos asombremos. El Doble no desaparecemientras el cadver no est totalmente destruido, como mostrbamosya al estudiar los fantasmas y los aparecidos.Escuchemos, pues, lo que nos dicen los textos sobre los acontecimientos que sobrevienen a las personas dormidas. En muchos sueos,

    l durmiente cambia de lugar, aunque la distancia no supere unos pocosmetros. Ah tenemos a Glum que narra lo que ha soado: Sala dela granja, sin armas ... 2 Ah tenemos a Atli, que despierta y dice: Me

    1 FstbroeCJra saga cap. 23, ed. B.K. Thorolfsson/G. Jnsson, Reykjavik, 1943,IF 6 . Vig-Glms saga cap. 21.

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    W EXTTICOS PAGANOS 43pareca que sala de la habitaci6n .. 3 En cuanto a Bodvar, dirige a sumadre estas palabras: Has tenido un sueo agitado, madre, se te haaparecido algo?. Thordis respondi6: Esta noche he dado una cabalgada de bruja por muchos lugares, y me he enterado con exactitud delas cosas que antes ignoraba 4 La locuci6n Cabalgada de bruja traduce el normnico gandreiJ palabra compuesta por el verbo riJa cabalgar, y gandr cuyo sentido no est claro, pues el vocablo puede significar espritu, demonio y bast6n)). Aqu, el compuesto indica queel Doble de Thordis sali6 de viaje mientras ella dorma, y sin duda noes demasiado atrevido afirmar que gandr puede designar el otro yo puesste, en ltimo trmino puede tomar cualquier forma, incluida la debast6n 5 Constatamos de entrada el carcter indisociable del sueo yde las peregrinaciones nocturnas. Quienes ignoran que poseen un Doble-Glum Atli, Bodvar- interpretan que lo que han visto es un sueo,pero aquellos que, como Thordis, tienen ese conocimiento, saben queno han soado, sino que se han desdoblado.

    Frecuentemente el sueo es proftico y el durmiente percibe alDoble psquico de otro en forma animal. Gunnar dice a Kolskegg: Anteanoche tuve un sueo, y anoche tambin, y aunque no quiera proclamar quin ha cometido el homicidio, mis sueos me incitan a saberquin es. Anoche so que sala serpenteando de una granja una vbora y picaba mortalmente a Vesteinn. Y anteanoche so que sala corriendo de la misma granja un lobo y morda mortalmente a Vesteinn. Y anadie he contado mis sueos antes de ahora porque no quera que serealizasen)) 6 La serpiente y el lobo son de hecho los Dobles zoomorfos del asesino, que, preocupado por el homicidio que se dispone acometer, emite involuntariamente su otro yo.

    Contrariamente a un Godescalco, que se desdobla mientras estsumido en coma y permanece totalmente insensible e inm6vil, l hombre sano se agita en el sueo cuando hace descubrimientos a travs deHavardar saga isfirdings cap. 20.Fstbroedra saga cap. 20.Sobre el gandr: Rgis Boyer, e Monde du Double la magie chez les anciensScandinaves Paris, 1986, pp. 124-126, passim; P Buchholz, Schamanistische Zge in deraltislandischen berlieferung Diss., Mnster, 1968.

    6 BrennuNjls saga cap. 62

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    los sueos. Examinemos detenidamente el siguiente paso de la Saga deHavard del Fiordo de los Hielos

    Thorgrim, un hechicero, forma parte de la expedicin que proyecta ir a Otradal a matar a Havard. De camino, le coge una repentinasomnolencia y no puede seguir montado. Se duerme tras haber extendido un manto sobre su cabeza -aislamiento mgico- y tiene unsueo agitado. Cuando vuelve en s, tiene mucho calor y dice: Acabode estar en la granja [la de Havard] durante un momento, pero mi espritu se ha desorientado tanto que he perdido la conciencia. Mientrastanto, en Otradal, por la noche, nadie puede dormir de tanto como seagita Atli mientras duerme. Lo despiertan, cosa muy rara en los textos,y cuando le preguntan si ha visto algo, responde: Me pareca que salade la dependencia, y vea lobos que corran por el campo, procedentesdel Sur, dieciocho en total -es exactamente el nmero de los hombres conducidos por Thorgrim- Con una zorra corriendo al frente.Era un animal tan astuto que nunca haba visto nada igual [ .. ] Miraba por todas partes [ ..] S que con toda certidumbre son espritushumanos {cap. 19-21 .Sumemos dos y dos. La zorra que gua la tropa es el otro yo zoomorfo de Thorgrim y los lobos son los Dobles de sus compaeros.

    Sin embargo, la prueba de que Thorgrim ha dejado realmente corrersu alter go nos la proporciona su repentino sopor, pero no es este elcaso de los otros, que han permanecido bien despiertos. En el estadoactual de nuestros estudios, este detalle permanece sin explicacin. Unapunte temporal permite precisar un poco ms las cosas: Atli suea enla noche, mientras que Thorgrim suea al alba. As pues, el doble deAtli le sale al encuentro, de ah la somnolencia, y el encuentro de losalter go precede por poco el enfrentamiento real.

    No estar de ms un segundo ejemplo para penetrar bien en elsentido de estos singulares relatos. Gunnar est en camino con sus hermanos. Lo vence el sueo y pide hacer un alto. Se sume entonces enuna profunda somnolencia, se agita y quieren despertarlo, pero uno delos hermanos se opone. Al salir de su letargia, Gunnar dice: He soado que cabalgaba cerca de Knafaholar; all me pareca ver muchos lobosy todos me atacaban. Poco despus, cae en una emboscada en la que

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    LOS EXTTICOS PAGANOS 45halla la muerte su hermano Hjort como haba revelado el sueo. Aspues, los lobos eran los Dobles de sus enemigos 7

    Con estos testimonios en los que los animales desempean unpapel muy importante, hemos cruzado una etapa de la historia delDoble, y el vocablo empleado en las sagas antes citadas es fylgja elDoble psquico cf ms adelante, cap. III). Dicho de otro modo, loque tiene que ver a priori con el sueo no son sino los hechos de losque ha tenido conocimiento el otro yo espiritual al evadirse del cuerpo. Pero cmo se ha producido la evasin?

    2 Razones de l partida del DobleFuera de los casos en los que el otro yo parte espontneamentepara llevar a cabo un deseo de su poseedor, un buen ejemplo mixto,

    pagano y cristiano, nos permite ampliar nuestro conocimiento.Las Sagas de los Obispos Byskupasogur), poco conocidas en nuestropas, tienen la ventaja de presentar en forma relativamente clara el choque de paganismo y cristianismo y las fusiones y amalgamas que de lse derivan. As pues, estas sagas nos proporcionan mucha informacinsobre las mentalidades, pues tienen continuidad con las tradiciones locales y autctonas. Digamos que sus informaciones son comparables alas de los textos que hablan de la catequizacin de los paganos de laalta Edad Media. En la Saga del Sacerdote Gudmund A rason puede leerse un pasaje asombroso y muy revelador de la tcnica empleada porlos clrigos: las medias palabras, pero stas no alcanzan a enmascararel Doble que interviene:

    [ y aquel otoo sucedi que Gudmund dijo la misa para un hombre inmovilizado en la cama, y le llev las santas reliquias. Se acost sobreel banco, junto al enfermo, y se durmi rezando sus oraciones, segn lespareci a los all presentes. Su dicono estaba acostado sobre el bancocerca de l, y el sacerdote Gudmund se derrumb sobre l cuando se dur-

    7 Citado segn Rgis Boyer, Le Monde du Double .. op. cit. supra, p. 41

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    46 HADAS BRUJAS Y HOMBRES LOBO EN LA EDAD MEDIAmi. Cuando hubo estado echado un momento corto el dicono dej desentir que estaba acostado sobre l. Pero vio que realmente segua allacostado y tambin lo vieron otros. Eso dur un rato muy largo. Y cuan-do despert Gudmund el dicono pregunt por qu no lo senta cuan-do descansaba sobre su pecho pero Gudmund no se lo quiso decir.

    Aquel invierno desde el oeste hasta los fiordos corr a el rumor deque al oeste en Skalavik un hombre llamado Snorri estaba embrujadopor una giganta y que aquella mujer troll lo oprima tanto que pensabaque no podra escapar nunca de ella. Y aquella misma noche de que aca-bamos de hablar la del sbado al domingo- Snorri se fue solo al ser-vicio divino. El camino era muy largo. Lo ataca entonces la mujer trolllo oprime y lo empuja hacia la montaa. l ruega entonces a Gudmundque lo asista -si como l cree forma parte del consejo de Dios- y lolibre de aquella giganta. Y en aquel mismo momento le pareci que avan-zaba hacia l una luz y detrs vena un hombre con capa eclesistica ycon un hisopo en la mano con el que asperjaba a la giganta. Desapare-ci entonces la mujer troll como si se hundiese en el suelo. Y aquellaluz lo sigui todo el camino hacia la granja y le pareci reconocer quequien acompaaba a aquella luz era el sacerdote Gudmund Arason.Pues bien result que el momento en que Gudmund se apareci aSnorri era el mismo que aquel en que el dicono haba sentido que nopesaba nada.>> 8Slo una interpretacin se impone: el Doble de Gudmund dor-mido responde a la llamada de auxilio de Snorri y l signo exteriordel desdoblamiento del sacerdote es el hecho de que ya no pese nada.

    Gudmund se niega a dar explicaciones a su dicono pero eso tal vezno sea ms que una forma tpicamente clerical de emplear una creen-cia pagana sin decirlo. Tendremos en cuenta sobre todo que el pen-samiento hugr) de Snorri llega hasta Gudmund. la comunicacin esinstantnea- cuyo otro yo se materializa inmediatamente all dondees deseada su presencia. Esta comunicacin inmediata prueba que todoslos Dobles estn relacionados unos con otros en lo invisible.

    Hauks ttr hbrkar, en Flateyarbk, ed. S. Nordal 4. vol. Akranes 1944SS. t. 11 p. 67 SS.

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    LOS EXTTICOS PAGANOS 473 os profesionales del xtasis

    No todos los hombres saben que poseen un segundo yo, y notodos dominan la tcnica que permite liberarlo a voluntad. Si bien elsueo y la enfermedad que acarrean coma o catalepsia permiten queel Doble abandone el cuerpo y vague a su antojo, por propia inclina-cin o en respuesta a una peticin, tambin existen individuos cuyafuncin es, precisamente, cumplir las misiones que les impone unapersona o la comunidad, gracias a su alter ego. Estos personajes sonprofesionales del xtasis: saben romper los lazos que unen el cuerpoal Doble, pueden saltar fuera de su piel springa f harmi) o de suespritu springa f moeJi), dicen las sagas normnicas. Tomemos unejemplo:En la Saga de los Jefes del Valle del Lago (cap. 12 se narra que, habien-do perdido Ingimund su amuleto, pide a tres lapones finnar) que se loencuentren. lngimund mand a buscar a los lapones, y los trajo delnorte, tres en total. Dijo que quera hacer un trato con ellos. Quierodaros mantequilla y estao, y vosotros viajaris para m a Islandia parabuscar mi amuleto y decirme la naturaleza de aquel pas. Respondieronellos: Esa misin es peligrosa para los jvenes suomis, pero, puesto que

    t nos urges a ello, queremos tratar de hacerlo. Ahora tenemos que recluir-nos completamente solos en una casa, que nadie pronuncie nuestronombre , y as se hizo. Cuando hubieron transcurrido tres noches, Ingi-mund fue a verlos. Se levantaron entonces, suspiraron profundamente ydijeron: Los jvenes suomis han tenido dificultades, hemos tenidomucho trabajo; sin embargo, hemos regresado con tales signos que, connuestra relacin, reconocers el pas si vas all. Pero hemos tenido gran-des dificultades para buscar el amuleto ...Describen el viaje que han emprendido sus Dobles mientras suscuerpos estaban al abrigo de la casa.Aqu, la emisin del otro yo es cosa de magos lapones o fineses(suomis), pues en la Edad Media aquellas tierras septentrionales tenanfama por sus magos, que los cristianos llaman brujos. Hay que desta-car los siguientes detalles del relato:

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    48 HADAS, BRUJAS Y HOMBRES LOBO EN LA EDAD MEDIA1. los lapones se aslan;2. prohben que les hablen;3. suspiran profundamente cuando vuelven en s.Los dos primeros puntos corresponden a detalles prcticos: cuan-

    do el Doble est ausente, el cuerpo es extremadamente vulnerable ysobre todo no hay que moverlo ni tocarlo, cosa que acarreara lamuerte. El profundo suspiro es el signo tangible de la reintegracindel otro yo en el cuerpo. Completemos la informacin Cuando elDoble quiere partir, el hombre es presa de somnolencia; incluso aquy all se dice que bosteza; pues bien, este acto siempre ha sido laprueba de la partida del alter ego para aquellos que conocen las tra-diciones antiguas. Recordemos que una fbula de Esopo cuenta lo quesigue:

    Un pillo desea apropiarse de las hermosas ropas de un hostalero, demodo que va a sentarse a su lado, en un banco, y de pronto empieza abostezar. El posadero pregunta por qu lo hace, el otro le explica que,tras bostezar tres veces, se transforma en lobo, y dicho esto, bosteza porsegunda vez ..Esopo, que vivi entre el siglo VII y el VI antes de nuestra era,

    emplea aqu sin duda de forma pardica una creencia bien viva en supoca; ahora bien, qu dice esta creencia? Que la metamorfosis enlobo, esto es, la salida del otro yo zoomorfo, va pr