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    12-03-2005 Resea del ltimo libro de Octavio Rodrguez AraujoDerechas y ultraderechas en el mundoHctor Daz-PolancoMemoria

    El ltimo libro de Octavio Rodrguez Araujo, Derechas y ultraderechas en el mundo, es una obra querefleja la madurez intelectual de su autor. Si bien puede leerse como la continuidad de su libroanterior ( Izquierdas e izquierdismos: de la Primera Internacional a Porto Alegre, Siglo XXI Editores,Mxico, 2002) , es un texto con perfil propio.

    El mbito en que el autor intenta desplegar su anlisis es, de suyo, abrumador: el mundo. Pero eldicho de que "el que mucho abarca, poco aprieta" no se aplica en este caso. El autor aprieta entodos los captulos y aprieta bien, pues lo que se propone Rodrguez Araujo, si he entendidocorrectamente, no es tanto elaborar un estudio detallado (y menos definitivo) sobre lascaractersticas, tendencias, etctera, de las derechas y ultraderechas en las diversas regiones delplaneta, sino ms bien construir un cuadro en el que los perfiles de ambas puedan discernirse.

    Un esfuerzo de esta naturaleza se justifica por dos razones muy importantes. La primera,destacada en el libro y que sin duda es una preocupacin del autor, radica en que las derechas yen menor medida las ultraderechas, quiz si exceptuamos a la corriente bushiana en USA (y vayaexcepcin) estn ganando terreno en el mundo en los ltimos lustros. Esta percepcin se acentu,sobre todo, a partir de finales de los ochenta del siglo pasado y, marcadamente, despus de lacada de los Estados llamados "socialistas" o del tambin llamado "socialismo realmente existente".As, pues, el estudio de las derechas y ultraderechas estara justificado por este slo hecho.

    La segunda razn es igualmente importante. En los ltimos tiempos es cada vez ms fuerte lacorriente de opinin que proclama que ya no es relevante la distincin entre izquierda y derecha.Las razones que se dan para ello son diversas y, segn creo, todas sin fundamentos. Ms an, unopuede estar casi seguro de que cuando alguien insiste enfticamente en que las "geometras" deizquierdas y derechas no funcionan, no sirven para comprender la realidad poltica, esa persona esde derecha. En efecto, la negacin de las izquierdas y las derechas, una demarcacin histrica ycrucial en el anlisis de la poltica, intenta desesperadamente borrar perfiles claves y,paradjicamente, se hace desde una posicin poltica y una percepcin poltica: el sentido de unade ellas (precisamente la derecha) de que va ganando la batalla contra la izquierda. Para remataresta tendencia, no hay mejor recurso que argumentar que ya no existen ni las izquierdas ni lasderechas. Se busca con ello que la izquierda, ya sin identidad propia, abandone la lucha.

    Se puede observar un hecho ms, que remarca el valor del trabajo de Octavio. Me refiero a losdesesperados esfuerzos (tambin incrementados ltimamente) de sectores polticos por ocupar elcentro. Efectivamente, a ltimas fechas, constelaciones polticas o grupos diversos se disputanferozmente el centro. Ocurre, por supuesto, con las derechas que buscan ocupar el"centro-derecha"; pero tambin con ciertas agrupaciones que ya no se encuentra cmodas en laizquierda y que prefieren colocarse en lo que han llamado "la izquierda del centro". Este es el casode la llamada "tercera va", que en Mxico arranc tantos suspiros a grupos que otrora seenorgullecan de estar en la izquierda. Como se recordar, la "tercera va" fue el esfuerzo alentadopor Tony Blair y Bill Clinton, apoyado en las elaboraciones acadmicas de Anthony Giddens, con el

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  • fin de separarse tanto de la derecha, ya marcada por el thatcherismo y el reaganismo, como de laizquierda histrica que reivindicaba el proyecto socialista.

    El trabajo de Octavio permite colocar en su justo lugar estos dos ltimos intentos (la negacin delas derechas y las izquierdas y los afanes de refugiarse en el centro). Se trata de uno de losaspectos ms valiosos de la ms reciente aventura intelectual de Octavio, en tanto aportaelementos, si bien polmicos y abiertos a la crtica, para mantener la orientacin en una etapaespecialmente confusa. Los criterios de demarcacin que se desprenden de la obra que nos ocupa,en efecto, hacen menos difcil discernir si un enfoque y una prctica es de derecha o deultraderecha (o por contraste, de izquierda).

    Pero antes de entrar en esos criterios, vayamos al libro en su conjunto. A grandes rasgos, la obraincluye tres partes fundamentales. En la primera, el autor nos ofrece un marco conceptual. Allencontramos los instrumentos analticos que se proponen para entrar, con un mnimo decoherencia y sentido, en el bosque de los posicionamientos polticos contemporneos. La segundaparte est dedicada a abordar a las derechas en el mundo. Aqu ya hay novedades desafiantes,pues Octavio no slo estudia en esta parte a las derechas en Europa y en Amrica Latina, sinotambin en lo que llama los pases "no occidentales". Una audacia nada frecuente. A este intento,de alto grado de dificultad, se agrega una decisin que podemos calificar de osada: el estudio delas derechas en la experiencia de los llamados "pases socialistas". Hace apenas unos aos esto sehara considerado una provocacin. Debo decir, por mi parte, que aprecio este largo pasaje del librocomo el ms interesante e incluso el ms logrado. No se trata de cultivar la paradoja, pero tengo lasensacin de que aprendemos ms de la naturaleza de la derecha mientras estudiamos susexpresiones en el marco de estas experiencias que se autoproclamaban de izquierda, que en elcampo mismo de las derechas histricas.

    Finalmente, por lo que hace a las piezas integrantes de la obra, la tercera parte se ocupa de lasultraderechas en el pasado y en el presente. A propsito de la ultraderecha, el autor encuentra queen el caso de Amrica Latina hay una especial simbiosis entre sta y la derecha, por lo que seocupa de ella en la segunda parte.

    Cul es, segn el autor, el principal criterio de demarcacin, el crucial, entre derecha e izquierda?La posicin, y la prctica en su caso, por lo que hace a la igualdad y la desigualdad. La izquierda,especialmente la asociada con el socialismo, como meta y como lucha, pone el nfasis en la "tendencia a la igualdad". El autor est especialmente interesado en subrayar el trmino"tendencia", pues en este caso "igualdad no quiere decir eliminacin de los desiguales, que es unprincipio totalitario, sino la igualdad que respeta las diversidades, la que en las diferencias acepta yrespeta a todos como personas o grupos en un marco de no dominacin". En suma: "El elementoque mejor caracteriza las doctrinas y movimientos que se han llamado de izquierda es eligualitarismo, siempre y cuando ste sea entendido no como la utopa de una sociedad donde todossean iguales en todo sino como tendencia. Es decir, exaltar ms lo que convierte a los hombres eniguales y no lo que los convierte en desiguales, por un lado, y por otro, mediante la prcticafavoreciendo las polticas que tiendan a convertir en ms iguales a los desiguales". Por contraste, laderecha (o las derechas, incluyendo su fraccin ultra) es aquella que favorece la desigualdad, quecree incluso que las desigualdades son algo as como consustancial a la organizacin de la sociedadcivil o poltica, y que por lo tanto orientan sus prcticas (polticas pblicas, cuando estn en elpoder) al mantenimiento y, si es posible, a la acentuacin de las diferencias sobre todo

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  • socioeconmicas.

    Concuerdo con esta formulacin, aunque no estoy seguro de que sea necesario incluir en ella,hablando de la izquierda particularmente, un nfasis tan fuerte en la "tendencia" a la hora dedefinir la igualdad como meta. Es claro que la consecucin de la igualdad ha de implicarnecesariamente fases intermedias, grados, etc., que estarn determinados por la realidad misma.Pero no debe quedar dudas de que la izquierda, histricamente, sobre todo a partir del siglo XIX(socialismo marxista) se propone alcanzar la igualdad en todas sus expresiones y en toda suprofundidad, tanto como esto es posible en una sociedad humana. Entiendo la preocupacin delautor: quiere prevenirnos contra las tendencias (que son, ms que una utopa, una pavorosatentacin recurrente en la historia de cierta izquierda) a la homogeneizacin ("totalitarismo"), queirrespeta o ignora la diversidad humana. Pero entonces, la izquierda si quiere eliminar lasdesigualdades, todas dira yo, slo que no confunde ni igualdad con homogeneidad, ni desigualdadcon diferencias, o mejor dicho: no cree que la igualdad que procura deba contradecir o excluir ladiversidad en todas sus expresiones. En suma, y este es un valioso alcance relativamente reciente,la izquierda es aquella que tiene una clara idea de que su principal meta, su desidertum, es laigualdad; pero no excluye la diversidad (que no es lo mismo que desigualdad, la que combate, estas, con todas sus fuerzas) de su visin igualitarista.

    Pero para comprender toda la riqueza y el vigor del punto de vista de Octavio, hay que agregarque su visin de la igualdad (y su contrario, la desigualdad) como la piedra angular para evaluarizquierdas y derechas se enmarca en un cuadro terico y analtico que incluye otras nocionesclaves: clases sociales (o ms precisamente, "inters de clase", lo que me parece muy acertado),dominacin y democracia. Asimismo, el autor agrega otras nociones que permiten definir losperfiles polticos con ms precisin: conservadurismo, reaccionarismo, etc. A partir de todo ello,procede al estudio de lo que llama "confusiones" que regularmente se expresan comoidentificaciones inadecuadas o arbitrarias. Ejemplos de ello son las identificaciones de la derechacon el conservadurismo o de la izquierda con el progreso, o de cada una de ellas con la"democracia", segn el enfoque. El autor intenta mostrar que no hay necesariamente identidadunvoca entre estas nociones y las posiciones polticas, pues a menudo en la historia la derecha nose reconoce en la conservacin sino en el "progreso", y ste ha sido enarbolado como bandera porla derecha y por la izquierda. En relacin con la "democracia" (se refiere particularmente a laformal), el autor advierte sobre la confusin de identificar "la mayor o mejor democracia [...] comoindicador de izquierdismo o derechismo. No tiene nada que ver", afirma. En realidad, "Lademocracia, sobre todo la formal, es decir la electoral, no hace, por s misma, ms de derecha o deizquierda un rgimen..."

    Estoy de acuerdo con este punto de vista. Pero, como se desprende de todo el cuerpo de libro(especialmente del estudio de los pases llamados "socialistas") la democracia no slo formal (estoes, la que implica, simultneamente, participacin poltica de los ciudadanos, formas de controlsocial de stos sobre las estructuras de poder, diversidad, tolerancia y otros rasgos que el autorprecisamente destaca en diversos pasajes) es un factor crucial para la consecucin de la igualdad(que, por cierto, no slo est referida al plano socioeconmico, sino tambin al poltico y, losubrayo, al sociocultural). Me parece que la obra se enriquecera con una reflexin ms explcita entorno a este punto, con lo que se vera que una concepcin participativa y pluralista de lademocracia es consustancial a una visin de izquierda del mundo (ausente en la derecha), y que,por consiguiente, el logro de la igualdad est ntimamente vinculado a la democracia as entendida.En este sentido, para discernir a la derecha de la izquierda la democracia tiene mucho que ver.

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  • Por lo dems, slo quisiera puntear algunas cuestiones cruciales. Todas estn referidas a lainsistencia del autor en un punto que, en principio, considero acertado: que derecha e izquierda sontrminos relativos. Las dudas me asaltan, en cambio, cuando de ah se pasa a sostener quetambin son relativas ciertas nociones (que alegadamente implican posiciones), como es el casodel mencionado conservadurismo versus progresismo, la pluralidad y, a ltimas fechas, elecologismo o la defensa del medio ambiente. El punto de partida del autor es que "Muchas de lasposiciones polticas que ahora consideramos de derecha fueron de izquierda en otro momento";una clase que fue revolucionaria en una poca (la burguesa es el ejemplo por antonomasia), esconservadora en otra. Lo que Rodrguez Araujo quiere subrayar, correctamente, es que una buenaevaluacin no debe perder de vista el momento, ms precisamente los contextos. De acuerdo. Perohay el riesgo de que esto pueda conducir a un exceso de relativismo a la hora de hacer talesevaluaciones; como, por ejemplo, cuando el autor se refiere al conservadurismo y a la derechacomo trminos relativos que "dependen tanto del momento en que quiere ubicrselos como de laperspectiva poltica, moral o ideolgica del observador", sobre todo si se observa que las nocionesque aparecen aqu y all como comunes a izquierda y derecha, en su respectivo contexto son enrealidad nociones distintas, a veces radicalmente distintas, que slo tienen en comn el uso de losmismos trminos, pero no los mismos contenidos, orientaciones y enfoques socioeconmicos,polticos o socioculturales.

    Para ilustrar lo que quiero decir, se pueden tomar como ejemplos la democracia, el progreso y la pluralidad. Ya observ que la democracia, con la caractersticas sealadas, s puede serconsiderada como un criterio vital de demarcacin entre izquierda y derecha, pues la democraciaformal, de hecho prcticamente la nica que conoce la derecha, est asociada a su fundamentacinpoltico-econmica y filosfica: el liberalismo; mientras la otra democracia (participativa, pluralista,etc.), es incompatible con cualquier rgimen de derecha, lo que puede sostenerse justamente apartir del anlisis que realiza Octavio a lo largo de su libro. As, pues, la derecha y la izquierdapueden referirse indistintamente a la democracia, pero en cada momento estn aludiendo aregmenes diferentes.

    Por lo que hace al progreso, me parece que terica e histricamente debe asociarse con la derechay no indistintamente con derecha e izquierda. La nocin de progreso (como conceptohistrico-poltico; no como nocin de sentido comn) que arranca con la Ilustracin a finales delsiglo XVIII y se desarrolla durante el siglo XIX (en su doble formulacin positivista primero yevolucionista despus) hasta convertirse en elemento central del pensamiento y la prctica detodos los regmenes polticos (y desde luego, de las clases que los sostienen), debera vincularsecon la derecha, incluso (quizs sobre todo) en los trminos en que el autor caracteriza a estaltima. Es verdad que en diversos momentos la izquierda hace alusin al "progreso", pero estetrmino puede distinguirse del que maneja en su caso la derecha (con sus fases necesarias yascendentes, visin homogeneizadora, etc.). En una ocasin, me refiero al debate en el seno de la IIInternacional, se lleg a proponer la adopcin de una visin evolucionista del progreso, pero fueuna posicin minoritaria y fuertemente combatida por los principales tericos de izquierda deentonces. Como norma, en todo caso, "progreso" parece significar cuestiones diferentes paraderecha e izquierda en cada momento.

    Histricamente, es difcil vincular a la derecha con la pluralidad. En trminos generales, sin olvidarlas recadas, la izquierda en cambio es partidaria del pluralismo y la diversidad. En la construccindel Estado sovitico, por ejemplo, la izquierda perdur con Lenin mientras se defendi el derechode los pueblos a la autodeterminacin; se desvi a la derecha en cuanto el stalinismo liquid lapoltica pluralista de Lenin a este respecto y someti a las nacionalidades a la dominacin poltica y

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  • sociocultural gran rusa, con los consiguientes efectos sobre la igualdad de las partes componentesde la URSS. El liberalismo nunca ha sido pluralista, excepto por lo que se refiere al reconocimientode la pluralidad de las individualidades, fundada especialmente en la "autonoma de la voluntad"kantiana. Pero, como ha recordado en uno de sus libros John Gray, esta no es la pluralidad de quese trata: la pluralidad no se refiere slo a la diversidad de visiones morales, a las diversasconcepciones metafsicas en competencia, sino fundamentalmente a la diversidad de "modos devida". Y esto es lo que nunca ha aceptado cabalmente el liberalismo, y por lo que puede versenunca aceptar, a menos que el modo de vida diferente acepte los principios liberales, lo queequivale a negar la pluralidad. Sospecho que juicios similares pueden expresarse sobre elecologismo en la actualidad: si bien derechas e izquierdas apelan a la defensa de la naturaleza, lohacen desde concepciones y propsitos muy diferentes.

    Todo lo dicho no hace ms que resaltar el valor y las cualidades de Derechas y ultraderechas en elmundo, pues es un mrito del libro el despertar en el lector sus propias reflexiones sobre loscomplejos temas que aborda. No me resta ms que invitarlos a la lectura de este libro interesante,polmico, bien escrito, y felicitar a Octavio por este magnfico regalo para el espritu.

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    Octavio Rodrguez Araujo, Derechas y ultraderechas en el mundo, Siglo XXI Editores, Mxico, 2004.Una versin de esta resea fue leda durante la presentacin de la obra en la Feria del Libro delZcalo, Ciudad de Mxico, el 16 octubre de 2004.

    El autor es profesor-investigador del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores enAntropologa Social (ciesas). Obras recientes: Indigenous peoples in Latin America. The quest forself-determination (Westview Press, Colorado/Oxford, 1997); Mxico diverso (Siglo XXI Editores,Mxico, 2002), sta con Consuelo Snchez, y El canon Snorri. Diversidad cultural y tolerancia (UCM,Mxico, 2004).

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