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127 EL POBLAMIENTO INICIAL DE LAS SIERRAS CENTRALES DE ARGENTINA. LAS EVIDENCIAS ARQUEOLÓGICAS TEMPRANAS. Diego Eduardo Rivero 1 Eduardo Enrique Berberián 1 * Laboratorio y Cátedra de Arqueología. Facultad de Filosofía y Humanidades. Universidad Nacional de Córdoba.- CONICET. Resumen La región arqueológica conocida como Sierras Centrales de la Argentina, incluye los sectores montañosos de las provincias de Córdoba y San Luis, y las planicies localiza- das al oriente y noroccidente de las Sierras de Córdoba. Constituyen el complejo más austral de las Sierras Pampeanas. El objetivo que se persigue en este trabajo es evaluar el registro arqueológico correspondiente a las evidencias más tempranas de la ocupación humana en esta región, resultado de recientes investigaciones de campo y el aporte de nuevas dataciones radiocarbónicas. En base a la información arqueológica regional reu- nida, se formula un modelo de exploración y colonización inicial de las Sierras Centrales que sostiene que la región fue poblada exitosamente durante la transición Pleistoceno- Holoceno (12.000 – 8.000 años AP) por poblaciones adaptadas a los ambientes de mon- taña, cuyos núcleos poblacionales eran originarios del sector andino central de Argentina. Palabras clave: Poblamiento, Sierras Centrales, Cazadores-recolectores, Cronología. Abstract The archaeological region known as Argentinean Sierras Centrales, includes the mountainous sectors of Córdoba and San Luis provinces, and the plain located in the east and north-west of Sierras de Córdoba, and constitute the southernmost complex of the Pampean Sierras. The main goal of this paper is to assess the archaeological record corresponding to the earliest evidence of human settlement in the Sierras Centrales Region, obtained from recent fieldwork research and new radiocarbon data. An initial exploration and colonisation model for Sierras Centrales is proposed based on the regional archaeological information gathered. The model suggests that human groups adapted to mountain environments, coming from the central Andean sector of Argentina successfully peopled the region during the Pleistocene-Holocene transition (12.000 – 8.000 years BP). Key Words: Peopling, Sierras Centrales, Hunter-gatherers, Chronology.

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EL POBLAMIENTO INICIAL DE LAS SIERRAS CENTRALES DEARGENTINA. LAS EVIDENCIAS ARQUEOLÓGICAS TEMPRANAS.

Diego Eduardo Rivero1

Eduardo Enrique Berberián1 * Laboratorio y Cátedra de Arqueología. Facultad de Filosofía y Humanidades.

Universidad Nacional de Córdoba.- CONICET.

ResumenLa región arqueológica conocida como Sierras Centrales de la Argentina, incluye

los sectores montañosos de las provincias de Córdoba y San Luis, y las planicies localiza-das al oriente y noroccidente de las Sierras de Córdoba. Constituyen el complejo másaustral de las Sierras Pampeanas. El objetivo que se persigue en este trabajo es evaluarel registro arqueológico correspondiente a las evidencias más tempranas de la ocupaciónhumana en esta región, resultado de recientes investigaciones de campo y el aporte denuevas dataciones radiocarbónicas. En base a la información arqueológica regional reu-nida, se formula un modelo de exploración y colonización inicial de las Sierras Centralesque sostiene que la región fue poblada exitosamente durante la transición Pleistoceno-Holoceno (12.000 – 8.000 años AP) por poblaciones adaptadas a los ambientes de mon-taña, cuyos núcleos poblacionales eran originarios del sector andino central de Argentina.

Palabras clave: Poblamiento, Sierras Centrales, Cazadores-recolectores, Cronología.

AbstractThe archaeological region known as Argentinean Sierras Centrales, includes the

mountainous sectors of Córdoba and San Luis provinces, and the plain located in the eastand north-west of Sierras de Córdoba, and constitute the southernmost complex of thePampean Sierras. The main goal of this paper is to assess the archaeological recordcorresponding to the earliest evidence of human settlement in the Sierras Centrales Region,obtained from recent fieldwork research and new radiocarbon data. An initial explorationand colonisation model for Sierras Centrales is proposed based on the regionalarchaeological information gathered. The model suggests that human groups adapted tomountain environments, coming from the central Andean sector of Argentina successfullypeopled the region during the Pleistocene-Holocene transition (12.000 – 8.000 years BP).

Key Words: Peopling, Sierras Centrales, Hunter-gatherers, Chronology.

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Introducción

La exploración y colonización denuevos territorios es una problemática queapasiona, especialmente a aquellos dedica-dos al estudio del poblamiento inicial ame-ricano. Se ha propuesto como uno de losmodelos, aquel que concibe para los mo-mentos exploratorios una dispersión en lasáreas desconocidas siguiendo un patrón queimplica el desplazamiento por las rutas na-turales de menor resistencia, ocupando losdistintos ambientes según una jerarquía re-lacionada con la productividad de cada unode ellos (Borrero 1989, 1994-1995). Cree-mos que combinando estos criterios con losderivados de los estudios acerca de la pre-ferencia de hábitat, puede formularse unahipótesis más aproximada de la coloniza-ción de nuevos territorios.

Steele (2002), ha resumido las prin-cipales aproximaciones evolutivas acercade la naturaleza de la preferencia dehábitat. Entre éstas, Potts (1998) sugiereque la predilección por ingresar en un nue-vo hábitat en lugar de otro no estaría con-dicionada por “preferencias innatas”, sinopor el grado de similitud del nuevo ambien-te con aquel al que los colonizadores yaestán adaptados.

La exploración y colonización dela mayor parte de Sudamérica se desarro-lló, de acuerdo al estado actual de los co-nocimientos, durante la transiciónPleistoceno-Holoceno entre el 13.000 y el8.000 AP. Las condiciones ambientales deeste período eran muy inestables y los nue-vos escenarios en los que ingresaban losgrupos humanos se caracterizaban por unalto grado de variación impredecible, tor-nándolos riesgosos (v.g. Borrero 1996). Engeneral, el registro arqueológico de variasregiones indica la generalización de estra-tegias adaptativas basadas en una alta mo-vilidad y el uso no especializado de los re-

cursos faunísticos, que incluía la apropia-ción oportunista de megafauna -caza y/ocarroñeo- y la captura de un amplio rangode especies entre los que se encontrabancamélidos, cérvidos y animales de menorporte (Borrero y Franco 1997; Jaimes 1999;Muscio 1999).

Borrero, en los trabajos arriba ci-tados, propone un modelo de poblamientopara Patagonia, que en líneas generalestomamos como referencia regional próxi-ma para las Sierras Centrales. Este mode-lo afirma que la ocupación de los nuevosterritorios habría consistido en un lento lle-nado de espacios vacíos, implicando el mo-vimiento de grupos hacia otros nuevos, nohabitados. Divide el poblamiento en dosetapas: una de exploración inicial, y unafase de colonización que implica la consoli-dación de grupos en una región con el es-tablecimiento de territorios más o menosespecificados y con una mayor visibilidadarqueológica de los sitios.

La etapa exploratoria es la queofrece mayores dificultades para su identi-ficación arqueológica, debido a que los si-tios generados poseen una visibilidad muyreducida. Se trata de un registro producidopor grupos pequeños con una gran movili-dad, que seguramente produjeron bajasdepositaciones de materiales, los que fue-ron posiblemente alterados o eliminados porreocupaciones posteriores y/o procesosnaturales.

El objetivo que nos proponemos, esevaluar el registro arqueológico tempranode las Sierras Centrales de Argentina y for-mular un modelo de poblamiento de la re-gión durante la transición Pleistoceno-Holoceno y Holoceno Temprano, teniendoen cuenta los aspectos tecnológicos y depreferencia ambiental que serían conside-rados por las poblaciones que ingresan enun nuevo territorio.

En el estado actual del conoci-

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miento, nuestra propuesta sostiene que lasSierras Centrales fueron pobladasexitosamente por poblaciones adaptadas alos ambientes de montaña, originarias delsector andino central de Argentina, durantela transición Pleistoceno-Holoceno (12.000– 8.000 años AP).

Las Sierras Centrales, geomorfologíay estructura de recursos

Las Sierras Centrales (Pcias. deCórdoba y San Luis), constituyen elcomplejo más austral de las SierrasPampeanas y están formadas por una seriede cordones principales que se extienden,más o menos paralelos y orientados conrumbo Norte-Sur, a lo largo de más de 600

km entre los 29º y 33º40’ de Latitud Sur(Figura 1). El más oriental y de menoraltitud lo constituye la Sierra Chica, cuyaaltura máxima corresponde al cerro Uritorco–1.949 m s.n.m-, desde donde se prolongahacia el noreste en una serie de cadenasmontañosas subparalelas de mediana altitud–no superior a 1.000 m- conocidas comoSierras del Norte. El cordón central, llamadoSierra Grande, es el más extenso y elevado,con su máxima altitud en el cerroChampaquí –2.800 m s.n.m.. Finalmente,la serranía occidental o Guasapampa, poseealgunas elevaciones que superan los 1.500m s.n.m., y en el extremo suroeste selocalizan las elevaciones correspondientesa las Sierras de San Luis, que en algunossectores superan los 1.700 m s.n.m.

Figura 1: Sitios mencionados en el texto, 1: Ayampitin, 2: El Alto 3, 3: Matadero 14, 4: San Roque 4,5: Arroyo El Gaucho 1, 6: Gruta de Intihuasi, 7: Agua de la Cueva, 8: Los Morrillos – Colorada de LaFortuna, 9: El Peñoncito.

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(Berberián 1999). Estas elevaciones seencuentran separadas entre sí por una seriede valles longitudinales, recorridos pornumerosos ríos y arroyos tributarios, quetienen sus nacientes en las cumbres yladeras de las sierras.

En la porción superior de lasserranías, se localizan amplios espaciosrelativamente llanos conocidos como“pampas de altura”. La más importante esla Pampa de Achala, en las Sierras Grandes,que se emplaza a 2.000 m s.n.m. y tieneuna extensión de 65 km de largo por 8 kmde ancho.

La vegetación predominante en laregión durante la transición Pleistoceno-Holoceno (13.000 - 8.000 AP), de acuerdoa estudios paleoclimáticos realizados en laúltima década, correspondería a la deambientes de sabana, con amplias praderasy vegetación arbórea dispersa (Adams yFaure 1997; Iriondo 1999). Por ello, grandespastizales cubrieron las llanuras y las

pampas de altura, con concentraciones devegetación arbórea, con especies deimportancia económica como el algarrobo(Prosopis sp.) y el chañar (Geoffreadecorticans), en los valles.

Las áreas ocupadas por pastizales,especialmente las pampas de altura, cons-tituyeron seguramente un hábitat apropia-do para varias especies faunísticas, comoel guanaco (Lama guanicoe), el venadode las pampas (Ozotoceros bezoarticus)y la taruca (Hippocamelus antisensis),que habitaron la región desde fines delPleistoceno (Bucher y Avalos 1979; Cabi-do 2003; Parera 2002).

Otro recurso de importancia paralas poblaciones cazadoras tempranas loconstituyen las materias primas líticas. Exis-ten diversas fuentes de aprovisionamientode rocas aptas para la talla, cuya localiza-ción es bastante acotada –v.g. ópalo, cal-cedonia, brecha, cuarcita y pórfiro- . Por elcontrario, el cuarzo, que presenta una re-

Tabla 1: Principales sitios tempranos identificados en el sector central de las Sierras de Córdoba.

El poblamiento inicial de las Sierras Centrales de Argentina 131

gular o buena calidad para la talla, se en-cuentra con amplia disponibilidad en todoel sector serrano.

Las evidencias más tempranas de lasSierras Centrales

A partir de las últimas décadas delsiglo XIX se ha sugerido la presencia hu-mana en las Sierras Centrales en los mo-mentos finales del Pleistoceno, principal-mente con motivo de hallazgos que mos-traban una supuesta asociación entre es-pecies de megafauna extinta y artefactoso restos humanos (Ameghino 1885; Caste-llanos 1922, 1926; Montes 1960). Sin em-bargo, estas investigaciones presentan al-gunas debilidades, relacionadas principal-mente con la dudosa asignación temporal

de los estratos que contienen los restos y laambigüedad de los presuntos artefactos aso-ciados con la fauna pleistocénica (Berberiány Roldán 2001).

Otras investigaciones realizadas enla misma época han registrado algunos ya-cimientos que pueden adscribirse alHoloceno temprano. Ameghino (1885), lo-calizó un sitio en los alrededores de la ciu-dad de Córdoba -yacimiento II del Obser-vatorio Astronómico- que contenía restoshumanos, instrumentos y desechos líticos,que asignó a una etapa paleolítica. Entrelos elementos que registró, se destaca lapresencia de puntas de proyectil de limbolanceolado.

A mediados del siglo pasado Mon-tes y González identificaron un sitio en laPampa de Olaén, denominado Ayampitín

Figura 2: Puntas de proyectil de limbo lanceolado con pedúnculo (arriba) y sin pedúnculo (abajo)provenientes del sitio El Alto 3.

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(Figura 1), que presentaba puntaslanceoladas, desechos de talla e instrumen-tos de molienda que ubicaroncronológicamente a principios del Holocenoen base a su localización estratigráfica(González 1952; 1960). Posteriormente, lasinvestigaciones en la Gruta de Intihuasi (Fi-gura 1) posibilitaron obtener dos datacionesabsolutas para un contexto al que se aso-ciaba este tipo de puntas y que dieron unaantigüedad de ca. 8000 años C14 AP(González 1960), confirmando que este es-tilo de artefacto era característico delHoloceno Temprano.

La presencia de puntas deproyectil apedunculadas de limbolanceolado, muy similares morfoló-gicamente a otros provenientes de diversossitios de la región Andina, posibilitó que sepostulara la existencia de un gran horizontetecnológico pan-andino. Esta fue la basepara identificar un poblamiento inicial de lasSierras Centrales por parte de grupos deorigen andino, provenientes del noroesteargentino (Bate 1983; González 1960;Schobinger 1988).

Investigaciones en curso en el sec-tor central de las sierras de Córdoba (Pam-pa de Achala y sur del valle de Punilla),dirigidas a comprender el uso del espaciode los cazadores-recolectores desde unaperspectiva ecológica, han permitido detec-tar 19 sitios arqueológicos conteniendo,entre otros artefactos, puntas de proyectillanceoladas y/o bifaces (Figura 2), que hansido ubicados temporalmente en elHoloceno Temprano y cuyo análisis de lasevidencias materiales es objeto de un tra-bajo en preparación. En la Tabla 1 se resu-men los principales sitios identificados enel área investigada.

Podría argumentarse que resultapoco aceptable establecer una posible cro-nología holocénica temprana basándose enla presencia de instrumentos como las pun-

tas de proyectil y bifaces, utilizadas como“marcadores temporales”. No obstante, si-guiendo los criterios de Bettinger et al.(1991) y Rondeau (1996), consideramosque se trata de un procedimiento válido sise toman ciertos recaudos.

Para nuestro análisis consideramosúnicamente aquellos sitios que contienenvarios ejemplares de puntas lanceoladascon y sin pedúnculo, así como evidenciasde su confección: bifaces en distinto gradode terminación y/o lascas de adelgazamientobifacial; lo que asegura que la presencia dedichas puntas no es un producto de la re-clamación (sensu Schiffer 1987) o elcarroñeo de artefactos. Por otra parte, noconsiderar a estos sitios debido a que aúnno pueden ser datados traería aparejado unapérdida de información que puede ser muyútil para la comprensión del poblamiento dela región.

En varias de estas localidades ar-queológicas, se han realizado excavacionessistemáticas y sondeos. Algunas de ellas,son lugares protegidos como fondos de que-bradas o valles, y la evidencia superficial yde excavaciones sugiere su utilización comolocalidades de actividades múltiples o sitiosmultipropósito (campamentos base).

Uno de ellos, El Alto 3 (Pampa deAchala, Córdoba) consiste en un abrigorocoso emplazado en una quebrada a 1650m s.n.m. (Figura 1). Posee 24m de frentepor 5m de profundidad. En su interior seencuentran 24 instrumentos pulidos en laroca base (i.e. 16 morteros y 8 conanas) y39 morteros sobre una roca en al exterior.Este asentamiento está siendo investigadodesde 1999 (Roldán et al. 2005) y se hanidentificando cuatro componentes cultura-les superpuestos estratigráficamente, co-rrespondiendo los tres inferiores a ocupa-ciones cazadoras-recolectoras, mientrasque el localizado en la parte superior es uncontexto agroalfarero.

El poblamiento inicial de las Sierras Centrales de Argentina 133

En este sitio los únicos materialesrecuperados fueron instrumentos y dese-chos líticos en todos los componentes co-rrespondientes a cazadores-recolectores,mientras que en el componente agroalfareroademás se obtuvieron restos de cerámica.Esta ausencia de registro arqueofaunísticoen todos los niveles es un problema que estasiendo evaluado, pero no se descarta quesea una consecuencia de la extrema aci-dez que poseen los sedimentos en la locali-dad.

Para el componente más antiguo,se obtuvieron dos dataciones radiocar-bónicas sobre carbón vegetal, que dieron9.790 ± 80 AP (LP-1420) y 11.010 ± 80(LP-1506) asociadas con 305 desechoslíticos, en su totalidad de cuarzo menos unalasca de adelgazamiento bifacial de brecha,

4 núcleos de cuarzo, y un instrumento deretoque marginal de ópalo (i.e. puntaburilante). En este conjunto no se obtuvie-ron puntas de proyectil (Rivero y Roldán2005). Los vestigios recuperados constitu-yen los más tempranos detectados hasta lafecha en la región, correspondiendo tem-poralmente a la transición Pleistoceno-Holoceno.

Superpuesto a este componente, enuna unidad sedimentaria diferente, se de-tectó un contexto de 15 puntas de proyectillanceoladas con y sin pedúnculo (2 de ópa-lo, 1 de calcedonia, 1 de pórfiro, 11 de cuar-zo), 53 artefactos de retoque marginal, 83núcleos de cuarzo, 1 placa de esquisto gra-bada, 3 artefactos líticos pulidos (i.e. ma-nos de molino) y 3845 desechos de talla.La materia prima utilizada fue casi exclusi-

Tabla 3: Sitios con dataciones correspondientes al Holoceno Temprano y que contienen puntaslanceoladas y lanceoladas con pedúnculo.

Tabla 2: Sitios con dataciones correspondientes a la transición Pleistoceno-Holoceno localiza-dos en el Centro Oeste argentino.

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vamente el cuarzo (99%), mientras el 1%restante se distribuye entre rocas no loca-les como ópalo, calcedonia y brecha. Eltamaño dominante entre los desechos espequeño (50%) y muy pequeño (21%), entanto que la mayor parte de las lascas soninternas de formatización (82%), identifi-cándose la presencia de lascas de adelga-zamiento bifacial (6%).

El conjunto de instrumentos poseegran similitud con el material recuperadoen los niveles inferiores de la Gruta deIntihuasi, y en base a su estudio se ha pro-puesto que la localidad fue empleada parael establecimiento de ocupacionesmultipropósito. Aunque aún no se cuentacon dataciones absolutas para este com-ponente, tomando en cuenta los fechadosdel componente inferior y la tipología de laspuntas podría ubicarse entre 8.000 y 6.000años AP.

En investigaciones en curso, reali-zadas con la colaboración de personal dela Administración de Parques Nacionalesen el Parque Nacional Quebrada delCondorito (Pampa de Achala, Córdoba) selocalizó el sitio Arroyo El Gaucho 1. Con-siste en un abrigo rocoso de unos 19m2

cubiertos localizado a 1860 m s.n.m. en elfondo de una quebrada (ambiente de pasti-zal de altura) (Figura 1). Se ha excavado el50% de la superficie con sedimentos en elabrigo, e identificado la presencia de doscomponentes arqueológicos superpuestos,correspondientes a cazadores-recolectores.El más reciente corresponde a grupos delHoloceno Medio-Tardío, y se caracterizapor la presencia de puntas de proyectil trian-gulares e instrumentos de molienda; poseedos dataciones absolutas sobre muestras decarbón vegetal provenientes de fogones:3590 ± 60 AP (LP-1599) y 3700 ± 70 AP(LP-1612).

En una unidad sedimentaria subya-cente se recuperó un contexto diferente

compuesto por artefactos y desechos líticosy restos arqueofaunísticos. Los artefactosde mayor formatización corresponden a 9puntas de proyectil lanceoladas con y sinpedúnculo, manufacturadas en cuarzo. Elanálisis lítico preliminar, indicaría que elabrigo fue utilizado para realizar múltiplesactividades, coherentes con una ocupaciónresidencial. Muestras de carbón obtenidasde un fogón asociado con las puntas de pro-yectil han sido enviadas para su datación, yestimamos que el componente correspon-dería al Holoceno Temprano.

San Roque 4 es otro de los sitiosmultipropósito identificados en el valle dePunilla (Córdoba) a 600 m s.n.m. (Figura1). Se trata de un asentamiento al aire libreque posee una gran extensión y contienenumerosos instrumentos de molienda (i.e.manos y conanas), artefactos de pizarra ypuntas de proyectil de morfologíaslanceoladas (manufacturadas en cuarzo ycalcedonia). Las materias primas líticasdominantes son distintas variedades decuarzo, aunque también se han recuperadodesechos e instrumentos de calcedonia yópalo, que son rocas no locales cuyas fuen-tes más próximas al sitio distan entre 20 y100 km.

Asimismo, se han identificado 6 si-tios en los pastizales de altura que se em-plazan en lugares a cielo abierto con altavisibilidad del entorno (v.g. bordes de que-brada) y se infiere, en base a los materia-les recuperados, que fueron empleadoscomo puntos de observación y taller (sensuAschero y Martínez 2002), vinculados conla realización de actividades de caza (v.g.monitoreo de las presas, manufactura yreparación de instrumentos).

Uno de estos sitios, Matadero 14,está ubicado en el borde de una quebradaa 1520 m s.n.m. (Figura 1). Entre los ma-teriales obtenidos mediante un muestreo,se han identificado 15 puntas de proyectil

El poblamiento inicial de las Sierras Centrales de Argentina 135

fracturadas por uso, correspondientes a di-versas tipologías, que incluyen la morfolo-gía lanceolada (N=5), así como bifaces enlas etapas medias y finales de formatización(N=3). Tanto en los desechos como en losartefactos se ha identificado la utilizaciónde materias primas no locales, como ópalo,brecha y calcedonia. Los primeros análisisindican que esta localidad fue repetidamen-te utilizada, posiblemente desde comienzosdel Holoceno hasta momentos muy tardíos,tal vez debido a que se trata de un empla-zamiento ideal para la realización de activi-dades cinegéticas.

En numerosos afloramientos natu-rales de cuarzo, se localiza otra clase desitios que pueden corresponder a este pe-ríodo. En estas localidades se han detecta-do evidencias de su utilización para la ex-tracción de materia prima y la confecciónde artefactos, recuperándose lascas, nú-cleos, bifaces y preformas lanceoladas, loque permite considerar a estas localidadescomo Canteras taller, de las cuales se hanidentificado 8 en el sector central de lasSierras de Córdoba.

La información arqueofaunísticadisponible para el período considerado esescasa, la mayor parte ha sido generadapor investigaciones anteriores (González1960), que aportaron no sólo la presenciade ciertas especies sino también su impor-tancia relativa en la dieta. En este sentido,resulta claro en los inicios del Holoceno, ladominancia absoluta de restos óseos decamélidos (i.e. Lama guanicoe), seguidospor un porcentaje mucho menor de cérvidos(i.e. Ozotoceros bezoarticus,hippocamelus sp.), mientras que losvertebrados de menor tamaño están muypoco representados (González 1960).

En las investigaciones que estamosrealizando en el sitio Arroyo El Gaucho 1,hemos analizado una muestra de 2446especímenes óseos, de los cuales el 16%

corresponde a lama sp., el 1% a cervidaesp., el 8% a artiodactyla, el 15% a mamí-feros grandes y el 4% a pequeñosvertebrados (i.e. caviinae sp., cricetidaesp., ctenomys sp., euphractinae sp. y aviasp. indet.). Estos resultados, si bien son pre-liminares, son coherentes con los primerosestudios citados, ya que confirman que losartiodáctilos, principalmente los camélidos,dominan las muestras arqueofaunísticas,mientras que los pequeños vertebrados ocu-pan un lugar secundario.

Discusión y consideraciones finales

Las recientes evidenciasarqueológicas obtenidas en el sector centralde las Sierras de Córdoba, han permitidoconfirmar la presencia humana en la regióna fines del Pleistoceno, aún cuando losmateriales recuperados son reducidos eimposibilitan, por el momento, obtener mayorinformación sobre las características de susmodos de vida. Asimismo, en un sitiolocalizado en el Norte de Mendoza,conocido como Agua de La Cueva, tambiénse han datado contextos del Pleistocenofinal (García 2003) pero, al igual que enSierras Centrales, los materiales sonreducidos y de escasa formatización (Tabla2), y no permiten discutir hipótesis referidasa las características de la exploración inicialen la región del Norte de Cuyo y SierrasCentrales.

En cuanto al registro arqueológicodel Holoceno temprano en las Sierras Cen-trales de Argentina, la información disponi-ble es mayor y se caracteriza por la pre-sencia de una variedad de sitios:multipropósitos (v.g. El Alto 3, Arroyo ElGaucho 1), de propósitos específicos (v.g.Matadero 14) y canteras taller (v.g. El Cón-dor 2, El Alto 5), así como evidencias de laelaboración de bifaces y puntas lanceoladasy el uso de materias primas líticas no loca-

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les para la confección de algunos de losartefactos de mayor formatización. Lasfuentes de éstas rocas alóctonas están muylocalizadas y proceden de distancias quevarían entre 40 km, - brecha-, y más de100 km –ópalo- en los casos estudiados enel sector central de las Sierras de Córdoba(v.g. Roldán et al. 2005). Su empleo sugie-re, por tanto, un gran conocimiento del pai-saje serrano y/o la existencia de redes deinteracción que permiten el acceso indirectoa estos recursos, por lo que sería posibleconsiderar que durante el Holoceno Tem-prano, las poblaciones que ocuparon el sec-tor serrano lograron la colonización del te-rritorio, en el sentido definido por Borrero(1989).

Los artefactos líticos recuperadosen éstos sitios de las Sierras Centrales(Pcias. de Córdoba y San Luis) presentanevidentes similitudes estilísticas y de diseño-especialmente en las puntas de proyectil-,con otros sitios localizados en las provinciasdel Oeste de Argentina, como San Juan yel Norte de Mendoza -Los Morrillos, LaFortuna o El Peñoncito- (Gambier, 1974;Berberián y Calandra 1984; Bate 1983;Bárcena 2001; Lagiglia 2002; García 2003),ubicados cronológicamente entre el 8.500y el 7.000 AP (Tabla 3; Figura 1).

Pueden señalarse, además, otrospuntos de coincidencia consistentes ensimilares comportamientos relacionados conla subsistencia, como la caza de camélidosy cérvidos y la presencia de instrumentalespecífico para el procesamiento devegetales (i.e. manos y molinos planos).

Desde una perspectiva regionalpuede proponerse la existencia, durante elHoloceno temprano, de poblaciones disper-sas en un amplio espacio que comprendeel sector Centro-Oeste de Argentina (Nor-te de Cuyo y Sierras Centrales), compar-tiendo una común adaptación a ambientesmontañosos y soluciones tecnológicas si-

milares. En base al registro arqueológico

disponible, resultado de las investigacionesrecientes, se puede afirmar que las eviden-cias apoyarían la idea de un procesoexploratorio proveniente de la regiónandina, que lograría la colonización efecti-va en las Sierras Centrales de la RepúblicaArgentina. La posibilidad de la presenciade grupos extra-andinos, no está aún suge-rida por ningún indicio demostrativo.

Nos permitimos suponer, sometien-do su verificación a investigaciones poste-riores, que el poblamiento de la región setrató de un proceso de dispersión de pobla-ciones que ocupaban los nuevos sectoresen base a la productividad del ambiente, latecnología disponible y la afinidad ambien-tal.

Para los comienzos del Holoceno,los numerosos sitios que poseen patronestecnológicos análogos desde un punto devista estilístico, algunos de los cuales hansido datados entre el 8.500 y el 7.000 AP(v.g. González 1960; Gambier 1974;Berberián y Calandra 1984), apoyan la pro-puesta de la existencia de un origen común,que sería viable localizar en la región AndinaCentral de Argentina.

Agradecimientos

Las investigaciones de campo fue-ron realizadas con el apoyo económico deun subsidio otorgado al Programa “Proce-so histórico y uso del espacio en los secto-res de sierra y piedemonte-llanura de laProvincia de Córdoba” (PIP 02443) por elConsejo Nacional de Investigaciones Cien-tíficas y Técnicas (CONICET). Los tra-bajos efectuados en el Parque NacionalQuebrada del Condorito, se realizaron enel marco un convenio con la Administra-ción de Parques Nacionales DelegaciónRegional Centro.

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