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    Leticia Heras Gmez, Cultura poltica: el estado del arte contemporneo Reflexin PolticaAo 4 No 8 ISSN 0124-0781, UNAB,Colombia/Convergencia N 30, 2002, ISSN 1405-1435,UAEM. Mxico.

    Reflexin Poltica Ao 4 No 8, ISSN 0124-0781, UNAB,Colombia/Convergencia N 30,ISSN 1405-1435, UAEM. Mxico, diciembre de 2002.

    levar a cabo una revisin conceptual de la cultura poltica demanda enprimer lugar un gran esfuerzo de sntesis. La cantidad y calidad de los

    Cultura Poltica: El estado del Arte Contemporneo

    Leticia Heras Gmez

    Resumen: El concepto de cultura poltica si bien nace como tal en los aos sesenta, sucontenido ha venido variando desde entonces en muy diversos grados, generando un arduo ya veces infructuoso debate entre politlogos, socilogos y hasta antroplogos. El propsitode este ensayo es incursionar en el debate desde dos perspectivas tericas aparentementeopuestas: la sociologa interpretativa, que busca entender los significados y cdigos de laaccin social, y los ms recientes aportes de la poltica comparada que buscan explicar elcambio de valores y actitudes polticas en las sociedades actuales.Palabras claves: cultura poltica, participacin poltica, poltica comparada, accin social,significados.Abstract:Although the concept of political culture was born in the 60s, its content has beenvarying in different scale since, and has produced a difficult and quite often pointless argumentamong political scientists, sociologists and even anthropologists. The purpose of this essay isto enter into debate from two apparently conflicting theoretical perspectives: the interpretativesociology, which seek out the meaning and codifications of the social action; and the morerecent comparative politics advances, which attempt to explain the values and political attitudeschange in contemporary societies.Key words: political culture, political participation, comparative politics, social action,meanings.

    Universidad Autnoma del Estado de Mxico Centro de Estudios de la Universidad

    LIntroduccin

    central era la cultura poltica, tanto en trminos tericos, como empricos; quehaba alrededor de 100 artculos dedicados al tema en revistas especializadas;y ms de 1000 citas en la literatura correspondiente (Almond, 1990:143).

    En segundo lugar realizar dicha revisin carecera de sentido si ello notuviese un propsito especfico. Por ello, intentamos en este ensayo unaaproximacin terica que nos permita entender, analizar y explicar la culturapoltica contempornea y tener la posibilidad de acudir a su contenido

    materiales que han contribuido al estado del arte actual es enorme. Unestudioso sealaba en 1990 que haba ... entre 35 y 40 libros cuyo tema

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    Leticia Heras Gmez, Cultura poltica: el estado del arte contemporneo Reflexin PolticaAo 4 No 8 ISSN 0124-0781, UNAB,Colombia/Convergencia N 30, 2002, ISSN 1405-1435,UAEM. Mxico.

    conceptual al momento de estudiar la cultura poltica de un estado o gruposocial en particular.

    La primera parte de este ensayo es una revisin de la corriente inicial delestudio de la cultura poltica, iniciada por G. Almond y continuada por lacorriente de la poltica comparada. En sta dominan los estudios europeos ynorteamericanos. En la segunda parte se revisa la contraparte conceptualque est constituida por una crtica a sta desde la sociologa interpretativa yque presenta un enfoque distinto de cultura poltica. Intentamos integrar dosenfoques conceptuales, aparentemente irreconciliables, la interpretativa y lacomparatista en su versin ms reciente1.

    La idea central es que mediante la recuperacin del bagaje derepresentaciones, smbolos e instituciones de una sociedad, estudiadas por lasociologa interpretativa, es posible establecer las bases o races de la culturapoltica; pero que ello no es suficiente para explicar las cotidianas percepcionesy actitudes de la sociedad hacia la poltica. Que para ello se requiere el estudiocomparativo y estadstico, como el que se plantea desde la poltica comparada.Con ambos, eventualmente podremos tener una visin general de la forma enque se percibe y se acta en trminos de lo poltico en una sociedaddeterminada.

    El Estado del Arte en Cultura Poltica

    El estudio de la cultura poltica ha sido un tema largamente abordado porpolitlogos desde la aparicin en 1963 del libro The Civic Culture (Almond,G. And Verba, S.). La sugerente idea de analizar el comportamiento polticoen grandes ncleos de la poblacin (Behavioural analysis), utilizando tcnicascuantitativas, enraiz en buena parte de las escuelas dominantes de cienciapoltica de los aos sesentas y setentas, llegando a formar todo un programade investigacin especialmente en los Estados Unidos. Sin embargo, dichaaproximacin result en el mediano plazo ampliamente cuestionada,especialmente por socilogos y antroplogos, que la consideraban parte deun modelo occidental de orientacin norteamericana capitalista y democrtico-liberal e insistan en reubicar el estudio de la cultura poltica dentro del ampliocampo de los valores, significados e instituciones de la cultura general.

    1 Almond seala, adems de stas dos, una lnea psicolgica dentro de la tradicin delestudio de la cultura poltica, representada por Wallas, G; Lippman, W; McDougall y otros(Almond, G. 1990). No obstante su importancia, esa lnea de anlisis no ser revisada eneste ensayo.

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    Leticia Heras Gmez, Cultura poltica: el estado del arte contemporneo Reflexin PolticaAo 4 No 8 ISSN 0124-0781, UNAB,Colombia/Convergencia N 30, 2002, ISSN 1405-1435,UAEM. Mxico.

    Este debate dio origen a nuevos enfoques de ciencia poltica cada vez mssofisticados cualitativa y cuantitativamente que ahora intentaban explicar noslo el comportamiento poltico en la sociedad, sino que empezaban a abarcartodo el espectro del cambio poltico en stas. As surgen, entre otros, losestudios de Poltica Comparada que hoy en da constituyen un campo tericode gran consenso en los medios acadmicos. Autores como R. Inglehart de laUniversidad de Michigan, L. Diamond, de la John Hopkins University, J,Gibbins apoyado por el European Consortium for Political Research, y S.Welch y otros forman ya un grupo acadmico con importantes avances en elnuevo enfoque de la cultura y participacin poltica de las sociedadescontemporneas.

    Pero veamos ms de cerca las primeras propuestas, para ofrecer un mejorbalance de la situacin actual.

    El legado de Almond y Verba

    Una buena parte de la investigacin que hasta la ltima dcada del siglo XXse llev a cabo en relacin con el tema de la cultura poltica, se llev a cabo apartir de la obra de G. Almond y S. Verba, Civic Culture (1963). Tanto suscrticos, como sus apologistas dedicaron varios volmenes a analizar una quefue, sin duda, la obra pionera de la poltica comparada. Ha sido catalogadacomo la obra clsica y ms influyente en el tratamiento de la cultura poltica(Chilcote,1994). Sin embargo, cuatro dcadas despus ha sido ampliamentesuperada. Conviene detenerse un poco en esta obra para sustentar mejor elanlisis.

    Situada dentro de la perspectiva de la naciente poltica comparada la obraconsisti en un estudio sobre las actitudes de la poblacin hacia sus respectivossistemas polticos. Los pases sujetos de anlisis fueron los Estados Unidos,Gran Bretaa, Alemania, Italia y Mxico. Se eligi una muestra de 1000habitantes en cada uno de ellos, con objeto de aplicar un detallado cuestionario,que intentaba abarcar tres aspectos de dichas actitudes: los conocimientossobre el tema poltico, la identificacin del individuo con su sistema poltico yla evaluacin sobre ste; es decir una dimensin cognoscitiva, una afectiva yuna evaluativa. El estudio considera al sistema poltico, como el lugar endonde se lleva a cabo la asignacin autoritaria de valores (Easton, 1965) y sereconoce como el centro receptor de demandas (inputs) y de donde emananlas respuestas (outputs). Pretende establecer una imagen-objetivo dedemocracia frente a la cual se establece la comparacin entre pases.

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    Leticia Heras Gmez, Cultura poltica: el estado del arte contemporneo Reflexin PolticaAo 4 No 8 ISSN 0124-0781, UNAB,Colombia/Convergencia N 30, 2002, ISSN 1405-1435,UAEM. Mxico.

    La idea que gua todo el estudio es buscar en qu medida la cultura cvica-poltica posibilita el desarrollo de la democracia en un pas, pero sobre todotiende a procurar su estabilidad. De este modo, Almond y Verba presentantres tipos de cultura poltica: parroquial, de sbdito y participativa, e incluyensu posible combinacin. Finalmente entienden que el mantenimiento delsistema poltico democrtico est soportado en el desarrollo concreto de lacultura cvica. En otras palabras, la cultura cvica era considerada como aquellaque exige de los ciudadanos una participacin activa dentro del sistema poltico,basndose en un clculo racional e informado y no emocional.

    En el estudio se examinan las distintas orientaciones de los individuoshacia las estructuras y procesos polticos en el plano cuantitativo, pero conescasos apuntes sobre los orgenes o la sustancia de la accin poltica, esdecir no se trat de un anlisis valorativo ni cualitativo. Un estudio como steltimo, segn palabras de los propios autores: Tendra que relacionarsistemticamente tipos de orientaciones de accin poltica con tipos deestructura social y valores culturales, lo mismo que con los procesos desocializacin, con los cuales estn relacionados (Almond,1970:46). No fueese el caso de Civic Culture, cuya ambicin central no era de orden valorativo.

    La obra intenta un acercamiento a cinco naciones a partir de una particularidea de cultura, de poltica y de democracia, pero lo que en dicha obra sedesarrolla es especficamente la variable educativa, a travs de un enfoquems afn la Psicologa, que a la Antropologa o Sociologa.

    Los autores de Civic Culture, al trabajar los conceptos tuvieron queespecificar sus contenidos, dentro de los cuales se presenta la variableeducativa como la de mayor importancia en la formacin de la cultura poltica.As, llegan a la siguiente definicin de cultura poltica: La cultura poltica deuna nacin consiste en la particular distribucin de las pautas de orientacinhacia objetos polticos entre los miembros de dicha nacin (Almond,1970:31).

    Ms adelante Almond y otros autores llevan a cabo una revisin de lainvestigacin inicial. En The Political Culture Revisited (1980) se reconocenalgunas de las debilidades de la primera, pero concluye que lo importante fueel comienzo de una metodologa de investigacin en el mbito de la cienciapoltica, en particular el desarrollo de la tcnica de encuestas. Lo cual escierto. A partir de esta obra, se difundieron ampliamente las posibilidades deaplicacin de dicho mtodo a la investigacin de los fenmenos polticos, cuyacreciente complejidad rebasaba las teoras existentes. A propsito Almonddice: Ahora era posible establecer si existan marcas nacionales distintivas ycaracteres nacionales; si, y en qu medida y grado, se dividan las naciones

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    Leticia Heras Gmez, Cultura poltica: el estado del arte contemporneo Reflexin PolticaAo 4 No 8 ISSN 0124-0781, UNAB,Colombia/Convergencia N 30, 2002, ISSN 1405-1435,UAEM. Mxico.

    en subculturas distintivas; si las clases sociales, los grupos funcionales y laslites especficas tenan orientaciones distintivas hacia la poltica y la polticapblica y el papel que jugaban los agentes de socializacin en el desarrollo deestas orientaciones (Almond,1980: 27).

    Sin embargo y a pesar de un importante desarrollo ulterior en esta lneametodolgica, no se lleg a tanto. Lo que s debe reconocerse es, que fue elpunto de partida de la preocupacin sobre la cultura poltica, no solamentedentro del campo de la ciencia poltica sino desde el ms amplio de la cienciasocial.

    Desde ese momento dos han sido las corrientes ms importantes queanalizan la cultura poltica: la corriente behaviorista y la interpretativa. Laprimera caracterizada por ...sus aspiraciones cientficas libres de valores,por sus tendencias expansionistas y dentro de la investigacin de cultura poltica,por el uso de metodologa de apoyo y su subjetividad concomitante o definicinpsicolgica de cultura poltica (Welch,1993:6), evidentemente ste fue elresultado de la obra de Almond: una base de datos enorme, pero un cuestionablesustento terico, al punto que fue motivo de un segundo desarrollo tericosobre cultura poltica, esta vez desde la sociologa interpretativa. La cual...hace uso de las pruebas de plausibilidad y construye la cultura polticacomo significado; es evidentemente omnvora, al contener una definicincomprensiva de cultura poltica (Welch,1993:6).

    En trminos de investigacin, se habla del uso comparativo y el usosociolgico de cultura poltica (Welch,1993). La distincin central entre amboses, adems de la matriz terica, en un caso la teora behaviorista y en otro lasociologa interpretativa, precisamente el uso de cada una. Mientras en elprimer caso el anlisis de la cultura poltica atiende al comportamiento de losindividuos frente a la estructura y proceso poltico y los resultados de lainvestigacin son susceptibles de comparacin, por ejemplo al comparar lacultura poltica de distintas naciones o al comparar sus distintas expresiones alo largo del tiempo en una misma nacin, o bien al comparar la cultura polticaque se establece desde distintos tipos de regmenes polticos; en el segundocaso, es decir en el uso sociolgico, la comparacin no se puede dar, en virtuddel grado de profundidad y detalle al cual se puede llegar, cuando pensamosen la cultura poltica como parte de los significados culturales propios de unacolectividad. Bajo este ltimo esquema, no es posible comparar, pero tampocoes el objetivo. Por eso se habla del uso que se busque. La sociologainterpretativa intenta conocer los significados, smbolos, cdigos de la accinsocial (la accin poltica incluida), pero no aspira a una comparacin entre

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    Leticia Heras Gmez, Cultura poltica: el estado del arte contemporneo Reflexin PolticaAo 4 No 8 ISSN 0124-0781, UNAB,Colombia/Convergencia N 30, 2002, ISSN 1405-1435,UAEM. Mxico.

    culturas. Ya que entre ms detallado y complejo sea el acercamiento a lacultura poltica, menos comparable puede ser (Welch, 1993: 7)

    Por otro lado, se encuentra la gran diferencia conceptual de sociedad.Para los comparatistas, la sociedad podra presentarse como un sistema quetiene funciones y est formado por la suma de individuos en continua y aveces, conflictiva relacin. Aqu la cultura poltica, sirve como medio paramejorar las reglas de funcionamiento del sistema, a travs de un mejor ymayor conocimiento del tipo de rgimen poltico que lo sostiene, peroespecialmente por la participacin individual que promueve entre los miembrosdel sistema.

    Para la sociologa interpretativa, en cambio, la sociedad no es la suma deindividuos, sino las relaciones invisibles que los individuos establecen entre sy que a lo largo del tiempo forman estructuras e instituciones, cuyasedimentacin, da significado a la accin social, en lo que podramos llamaruna rpida sntesis de la teora (Ritzer, 1993). De manera que aqu la culturapoltica forma parte de esa sedimentacin y se expresa a travs de la accinpoltica. Se puede decir que, segn esta teora, la cultura poltica no es diferentea la cultura general, no se tiene una y no la otra, no hay pueblos que tengancultura poltica sin tener cultura. Para la sociologa interpretativa, la culturapoltica no tiene sentido conceptual tal y como est definida en el esquemacomparatista. De ah que las crticas ms contundentes a la obra Almond ysus sucesores provengan de la sociologa interpretativa. La ms aguda destas es la que considera que la teora de Almond niega el papel de las litesdominantes en la difusin de los mitos democrticos, argumentando que lacultura cvica y otros estudios de civismo sirven para describir los valoresdominantes y por lo tanto, la teora finalmente no llega a explicar la estabilidadde los sistemas sociales (Welch, 1993). En otras palabras se desconoce todovalor explicativo a la obra de Almond y Verba, e incluso se cuestionaseveramente el trabajo de los llamados tericos empricos.

    En general a la obra de Almond se le ha exigido mucho ms de lo que sucontenido estaba en posibilidades de ofrecer. Los mismos autores establecenlos alcances conceptuales de la obra, desde el primer captulo: Lo que hemoshecho consiste en una serie de experimentos, con el fin de probar algunas deestas hiptesis. Ms que inferir las caractersticas de una cultura democrticade instituciones polticas o condiciones sociales, hemos intentado especificarsu contenido, examinando actitudes en un nmero determinado de sistemasdemocrticos en funcionamiento (Almond,1970:28).

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    Leticia Heras Gmez, Cultura poltica: el estado del arte contemporneo Reflexin PolticaAo 4 No 8 ISSN 0124-0781, UNAB,Colombia/Convergencia N 30, 2002, ISSN 1405-1435,UAEM. Mxico.

    Con todo es posible afirmar que, como concepto, la cultura poltica ha sidomuy til para entender las actitudes de las personas hacia su sistema poltico,que saben de l, como se identifican con l y como lo evalan. Y con todo ellotambin es posible comparar distintas orientaciones polticas en las diferentessociedades. Al menos as lo han entendido los ms recientes desarrollos tericosen esta lnea. La cual ha tenido un avance ulterior destacado. Ejemplos deello son los textos de John R. Gibbins, titulado Contemporary Political Culture(1989) y el de Larry Diamond cuyo ttulo es Political Culture and Democracyin Developing Countries (1993). El primero de ellos se aboca al estudio delcambio poltico en las sociedades postindustriales, a partir del paradigma dela postmodernidad pero fundamentado en la tradicin de cultura polticacomparatista, la cual sita a la coleccin de ensayos, dentro del debate sobrela cultura poltica contempornea, en su vertiente comparatista. Ya que ademsincluye acercamientos hacia la cultura poltica en las sociedades comunistasy post-comunistas.

    El segundo texto ofrece una revisin del desarrollo de la cultura poltica enel mundo subdesarrollado y algunos pases de Europa oriental. ste, con unaperspectiva tambin de poltica comparada, enriquece el legado de Almond,ampliando bastante su panorama analtico, e incluye aspectos culturalesdecisivos como la religin y otras variables culturales importantes que nofueron contempladas por la multicitada Civic Culture.

    Estamos hablando ya de un nuevo enfoque de cultura poltica, el que nospresenta de manera integral estudios de inferencia estadstica sobre cambiosde valores en las sociedades contemporneas. Se trata de investigacionesque ya no observan la fuerte carga ideolgica pro-capitalista y de reproduccindel sistema democrtico-liberal estadounidense, pero que sin duda aportansubstanciales hiptesis sobre el cambio socio-poltico de las sociedadescontemporneas.

    De estos ltimos trabajos de cultura poltica con fines comparatistas,destacan por alcance del programa de investigacin en el que se sustenta ypor la vastedad de datos que maneja, los trabajos de Ronald Inglehart de laUniversidad de Michigan (Inglehart,1988; 1997). Este autor comenz suprograma de investigacin en poltica comparada a partir justamente de unareconsideracin de los valores culturales como elemento para explicar lasdiferentes actitudes polticas. En The Renaissance of Political Culture(1988) este autor nos dice que: las diferentes sociedades se caracterizan engrados muy diferentes por un especfico sndrome de actitudes culturales enla poltica; que stas diferencias culturales son relativamente perdurables,

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    Leticia Heras Gmez, Cultura poltica: el estado del arte contemporneo Reflexin PolticaAo 4 No 8 ISSN 0124-0781, UNAB,Colombia/Convergencia N 30, 2002, ISSN 1405-1435,UAEM. Mxico.

    pero no inmutable con consecuencias polticas mayores, estando altamenteligadas a la viabilidad de las instituciones democrticas. (Inglehart, 1988:1203)

    Habra que agregar de paso que la criticada tcnica de las encuestas, hasuperado la fase elemental de recopilacin de datos gruesos y superficiales, yayudada por la inferencia cientfica aplicada a la investigacin cualitativa (King,et al: 1994) es posible ya avanzar notablemente en el terreno de datos finosde grandes poblaciones y proporcionar evidencias de mayor validez a latarea comparativa.

    Hasta aqu lo relativo a la cultura poltica, bajo la mirada de la polticacomparada. Pasaremos ahora a revisar la propuesta de la sociologainterpretativa. Vale la pena, sin embargo, hacer una breve incursin a la teorade la Eleccin Racional rational choice y ver hasta que punto sus aporteshan sido tiles o importantes en el camino conceptual de la cultura poltica.

    En sta corriente se asume que todos los individuos llevan a cabo susdecisiones en forma racional, incluidas sus decisiones o elecciones sobre elmundo poltico. Esta teora tiene sus races en una obra de Gordon Tullock(Chilcote,1994)2, cuya lnea es en cierta medida continuada por JamesBuchanan dentro de la economa y por Anthony Downs por el lado de lasociologa y ciencia poltica3. En ambos el argumento central es que un anlisisdel mercado debera estar basado en el individuo racional que persigue suspropios intereses y elige en consecuencia. En ese sentido la preocupacincentral era la eficiencia de las instituciones gubernamentales en el diseo delas preferencias individuales sobre los bienes y las polticas pblicas.

    La obra que marca la decisiva entrada de la Rational Choice a la teorapoltica es de Mancur Olson: La Lgica de la accin colectiva(1992)4 As, hacia los aos sesenta y setenta esta teora intent, basndoseen la economa y los modelos formales, describir el ambiente poltico, incluidaslas actitudes hacia la poltica. Almond, fue un gran crtico de la misma. Lacalificaba de reduccionista y en cierto modo lo era. ..el anlisis de la eleccinracional puede conducir a distorsiones empricas y normativas, si no es utilizado

    2 The Politics of Bureaucracy ( 1962) Public Affairs, Washigton, D.C. Citado por Chilcote(1994)3 Las obras respectivas son: Buchanan, James. (1962) The Calculus of Consent, Univ. ofMichigan, Michigan y Downs, Anthony (1957) An Economic Theory of Democracy, Harper& Brow, New York.4 La edicin en espaol en la editorial Limusa data de 1992 , pero la obra original en inglses de 1965, con el ttulo de The Logic of Collective Action: Public Goods and the theory ofGroups Cambridge, Mass: Harvard University Press.

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    en combinacin con las ciencias histricas, sociolgicas, antropolgicas, ypsicolgicas, las cuales consideran los valores y servicios de la gente, losintercambios culturales y nacionales, a travs de los estratos sociales, y en unespacio temporal dado (Almond, 1990:121).

    La teora de la eleccin racional tiene una muy relativa utilidad si tratamosde buscar significados sobre lo poltico. Es poco factible, de acuerdo a todo lodicho, que un individuo acte frente al mundo poltico, basado solamente enun clculo racional individual. Es posible aplicar la teora, con ciertas reservas,si pensamos en la fase ltima de la accin poltica, como podra ser el sufragio;pero la eleccin racional, para ser considerada en trminos culturales, tendraque adentrarse en otros mbitos diferentes a los que sus estudiosos loconcibieron. La historia, la ideologa, la religin son factores no abordadospor sta teora. Todos, sin duda, explican mucho de la cultura poltica de lospueblos.

    De todas maneras, es importante mencionar dicha aproximacin terica,porque el impacto del mercado en la dinmica social contempornea es talque ha removido el mbito poltico en amplia medida. Si bien, es evidente, queen ella se considerara lo poltico como un bien pblico, susceptible de serintercambiado, en trminos del mercado y que los individuos al elegirdeterminada oferta poltica, lo hacen en principio eligiendo la mejor del mercado.Pero ello de entrada implica la mediacin del mercado, con escasasconsideraciones histricas o ideolgicas, de espacio o tiempo. Una imagende individuo calculador y fro al momento de elegir polticamente.

    Hasta aqu parece difcil encontrar en la Teora de la Eleccin Racionaluna veta de investigacin en cultura poltica.

    De tal manera que, excluyendo la teora de la eleccin racional, podemosdefinir dos grandes campos tericos a partir de los cuales se ha estudiado lacultura poltica: el comparatista y el interpretativo. El primero -ya esbozado-de la escuela behaviorista cimentando, en buena medida, el desarrollo de lapoltica comparada. El segundo tiene que ver con varias escuelas tericas, laantropolgica y los enfoques sociolgicos del interaccionismo simblico yfenomenologa. Corresponde ahora revisar con mayor detenimiento sta ltimapropuesta.

    La cultura poltica en la investigacin interpretativa

    El conjunto de autores que representan la tradicin en investigacin sociolgicainterpretativa constituye una importante fuente terica, primero por la crticaque ejercen hacia la concepcin original de cultura poltica; y despus como

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    Leticia Heras Gmez, Cultura poltica: el estado del arte contemporneo Reflexin PolticaAo 4 No 8 ISSN 0124-0781, UNAB,Colombia/Convergencia N 30, 2002, ISSN 1405-1435,UAEM. Mxico.

    punto de partida de un distinto desarrollo terico sobre la misma. La corrientedel interaccionismo simblico y su vertiente de la fenomenologa en particularnos proporcionan algunas ideas consistentes para lo que podramos llamaruna teora interpretativa de la cultura poltica. Max Weber, pero sobre todoClifford Geertz constituyen la mayor influencia en el interpretivismo poltico-cultural (Welch,1993).

    Segn esta corriente dentro de la investigacin de la cultura poltica, elrasgo que define la interpretacin es un concepto de cultura poltica comosignificado de la vida poltica, o el aspecto significativo de la poltica (Welch,1993:5)

    Como teoras, mientras la corriente behaviorista recurre al criterio deverificacin, los estudios interpretativos lo hacen con relacin a su plausibilidad.En el primer caso el tema de las encuestas sirve para verificar teoras, en elsegundo caso la investigacin ha de conducir a la plausibilidad de las mismas.

    La sociologa interpretativa como campo de investigacin para la culturapoltica nos presenta dos instrumentos de anlisis bsicos: el sentido ysignificado de la accin social. La idea central aqu es que detrs de lasacciones de los hombres subyacen ciertos sentidos, que las acciones de losindividuos no son casuales o meramente accidentales. En el terreno de lopoltico ello significa que las acciones polticas no se sitan en el nivelsuperficial, o externo, sino que tienen un determinado sentido anterior, unsentido que se va adquiriendo a partir de los usos y costumbres de la comunidad.Ese sentido acumulado crea significaciones entre los miembros de lacomunidad, que a su vez se reproducen y forman cdigos intersubjetivos. Elproblema de investigacin aqu es llegar hasta esos cdigos y para esto latcnica de las encuestas a grandes poblaciones no es til. Los significadosintersubjetivos (de una sociedad) deben distinguirse de las actitudes comunes(de esa sociedad), que son las que la tcnica de las encuestas es capaz deexponer (Welch, 1993: 5). Claramente la mirada conceptual es diferente.

    Todo lo anterior tiene su origen en la obra de Alfred Schutz TheFenomenology of the Social World (1932) quien desarrolla la fenomenologahacia el campo del mundo social. De este modo el problema original de lafenomenologa que era la explicacin del proceso mediante el cual los elementosde experiencia perceptual son entendidos como objetos, distancias ymovimientos distintos, se extiende con Schutz hacia una filosofa que atribuyesignificado y forma a la experiencia humana.

    Las personas desarrollan y usan tipificaciones en el mundo social. Encualquier situacin que se da en el mundo de la vida cotidiana, una accin

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    Leticia Heras Gmez, Cultura poltica: el estado del arte contemporneo Reflexin PolticaAo 4 No 8 ISSN 0124-0781, UNAB,Colombia/Convergencia N 30, 2002, ISSN 1405-1435,UAEM. Mxico.

    viene determinada por un tipo constituido de experiencias anteriores (VerRitzer,1993: 268-269).

    Esas tipificaciones, resultado de los hbitos y patrones construidospreviamente, las utiliza el individuo en su accin social cotidiana y se conviertenen instituciones. De manera que la bsqueda por el origen de las prcticaspolticas tiene que ver con esos hbitos, patrones, tipificaciones e instituciones.Cuando hablamos de la teora social fenomenolgica hacemos referencia auno de sus postulados centrales: la intersubjetividad como origen de la accinsocial. Siguiendo este orden de ideas el origen de las prcticas polticas de losindividuos hemos de situarlo en el plano intersubjetivo, referido a la forma enque los miembros de una colectividad piensan lo que piensan con relacin alo poltico. Y el hecho de enfatizar la colectividad es importante por la funcinrelacionante de la poltica, punto que ser ampliado ms adelante.

    Para puntualizar, tomemos en este orden los conceptos del enfoqueinterpretativo hacia la cultura poltica: para conocer el sentido de la accinpoltica debemos poder interpretar los cdigos a travs de los cuales se danlas relaciones entre individuos propias y distintivas a cada grupo social. Paradescodificar debemos reconocer el significado de esos cdigos y para estatarea habremos de buscar el sedimento o la estructura del bagaje comn delos sentidos propio del grupo social en estudio o sea el acervo social del quelos miembros de dicho grupo echan mano a la hora de actuar.

    Esta corriente pretende ampliar el espectro de anlisis en lo que se refiereal individuo, considerado en sus mecanismos de conciencia, significacin,simbologa y cosmovisiones como individuo que hace la sociedad. Dichasacciones individuales, como acciones sociales, poseen ciertos significados,que a su vez provienen de un depsito comn de sentidos, compartidos porlos integrantes del grupo social. Es decir, por ideas o nociones que se hanfijado generacionalmente y de las cuales echan mano los miembros de unacomunidad para responder a las situaciones cotidianas. El bagaje designificados y sentidos que los hombres dieron y siguen dando a sus accionesforma una tradicin, la tradicin de los sentidos que es compartida por todoslos miembros de la comunidad y fuente de la accin social de stos. Y si bien,dichos sentidos parten del mbito subjetivo, importa mucho reconocerlosporque nos permiten averiguar por qu los hombres responden como lo hacenen momentos o ante problemas determinados; en nuestro caso, porquresponden como lo hacen en el mundo de lo poltico.

    Las ideas fuertes en esta corriente son: sentido, significado, cdigo, acervoe interpretacin. Habremos sin embargo, de observar que tanto el sentido

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    Leticia Heras Gmez, Cultura poltica: el estado del arte contemporneo Reflexin PolticaAo 4 No 8 ISSN 0124-0781, UNAB,Colombia/Convergencia N 30, 2002, ISSN 1405-1435,UAEM. Mxico.

    como el significado de la accin social son todava muy generales paracomprender la accin poltica, en virtud de que abarcan todo el espacio de losocial, mientras que el campo de lo poltico es en principio ms restringido,an si lo consideramos como el espacio donde tienen lugar la toma de decisionesentre individuos. De manera que el sentido de la accin poltica se podraempezar a buscar ya en el acervo social o sistemas de significado de lo polticopara los miembros de una sociedad, los cuales segn Crespi ...habindoseformado a travs de la experiencia individual y colectiva, mediansimblicamente en las relaciones del sujeto con s mismo, en las relacionesentre los actores sociales, adems de en las relaciones entre stos ltimos ylas condiciones materiales de su ambiente de vida (Crespi, 1997:12). Veresquema 1.

    Este orden de ideas coloca el anlisis de la cultura poltica del lado delindividuo en su vida cotidiana. En consecuencia, la accin poltica de losindividuos no est siempre orientada desde las estructuras de poder externas,sino que responde y es objetivacin del conjunto de ideas sobre la autoridady el poder que estn contenidas en el acervo social y que se fueronsedimentando histricamente en l. Las consideraciones que los hombreshacen a s mismos y con los otros hombres, sobre la autoridad y el poder enel grupo social, se obtienen principalmente de dicho acervo, pueden cambiary se pueden negociar en cada accin poltica, pero una buena parte se preservay hereda. En otras palabras, lo poltico no se encuentra en el sentido inmediatode la accin social, no es tan esencial, tan prximo al individuo, se sedimentapaulatinamente y puede objetivarse o no en accin poltica. De ah que todoindividuo, an sin reconocerlo, tenga un acervo cultural de lo poltico. Es decirtenga una determinada cultura poltica, an hacindola objetiva o no.

    La fuerza de dicho acervo permite la reproduccin del orden poltico, locual significa que son las acciones individuales de los hombres quienes lohacen, es su acto cotidiano el mecanismo de preservacin de dicho orden;siendo, al mismo tiempo, la accin individual la que puede cambiarlo, porquesegn Crespi, Berger y Luckman, en cada accin individual se negocia elorden vigente. Por eso la cultura poltica no est dada para siempre, una partela reproducen los hombres y otra se negocia y cambia. Esta es una forma, deentender tanto la cultura poltica como el cambio poltico, a travs del anlisisde las acciones individuales.

    En este orden de ideas, estamos colocando al individuo en toda su amplitudsocial. Esto es, mirar que estas acciones tienen un fuerte ingrediente subjetivo,que debemos rastrear en la tradicin de los sentidos de la comunidad objeto

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    Leticia Heras Gmez, Cultura poltica: el estado del arte contemporneo Reflexin PolticaAo 4 No 8 ISSN 0124-0781, UNAB,Colombia/Convergencia N 30, 2002, ISSN 1405-1435,UAEM. Mxico.

    de nuestro estudio, partiendo de la consideracin de que la subjetividad de losagentes sociales es intersubjetiva cuando aflora y se objetiva ante los otros,formando de este modo verdaderos cdigos intersubjetivos. Y si queremos irms al fondo, podramos acudir a la memoria, la percepcin e imaginacin delos individuos, es decir en su conciencia social, para saber cmo han construidodicha tradicin de sentidos, aqu referida al tema de lo poltico. La tarea siguientees descodificar la cadena de significados, para estar en condicin deinterpretarlos. Puesto que segn el grupo social o etapa de anlisis, los cdigosintersubjetivos llegan a ser demasiado complejos y una mirada superficial noda pistas slidas para la tarea interpretativa, punto al que el investigadorquiere llegar. Segn este enfoque, es de este entramado intersubjetivo dedonde provienen las prcticas polticas de determinada comunidad o gruposocial.

    La accin poltica en consecuencia, no empieza con la consideracin delhombre como miembro de una comunidad poltica, recin ah ya se han formadola mayor parte de los cdigos intersubjetivos con los que se acta en la vidapoltica. Su conjunto permite que se conformen estructuras histricasespecficas de depsitos sociales de sentido, dentro de las cuales una partedel acervo es accesible a todos, como conocimiento de sentido comn y otracorresponde al conocimiento especializado de acceso restringido. Esjustamente con el conocimiento general de sentido comn con el que el individuoresponde polticamente, pero ante contingencias desconocidas, es decir anteacontecimientos que no se encuentran en su acervo y a los que no saberesponder, busca con mayor o menor xito, el conocimiento de losespecialistas.

    De manera que la investigacin sobre el origen de la cultura poltica consisteen averiguar la estructura histrica especfica de los depsitos de sentidos, ycules han sido las relaciones dominantes, para ir descodificando los cdigosintersubjetivos relevantes en nuestra sociedad bajo estudio. La interpretacinde stos constituye el paso final.

    A pesar de lo sugerente de este enfoque, resulta notoriamente difcilrecuperar el nivel de anlisis que demandara la cultura poltica en grandespoblaciones, porque nuestra bsqueda conceptual tendra un mayor desarrollopero hacia grupos muy pequeos, o incluso a individuos. Y si como dice HannahArendt la poltica est referida a los asuntos pblicos y hablar de poltica eshablar de pluralidad (Arendt, 1997), entonces lo poltico es ante todo unconcepto relacionante, busca estudiar asuntos que relacionan a los individuosen torno a un orden pblico. En este sentido la sociologa interpretativa tienesus lmites.

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    Leticia Heras Gmez, Cultura poltica: el estado del arte contemporneo Reflexin PolticaAo 4 No 8 ISSN 0124-0781, UNAB,Colombia/Convergencia N 30, 2002, ISSN 1405-1435,UAEM. Mxico.

    No obstante, se podra arriesgar una definicin de cultura poltica bajoesta mirada: la cultura poltica como el acervo de cdigos que los hombreshan construido histricamente acerca de su orden poltico vigente. Y podramosagregar, que la accin poltica es la objetivacin de dicha cultura. La tarea deinvestigacin comienza entonces con el estudio del grupo social de maneraque se puedan emprender las indagaciones sobre su particular acervo socialy deslindar de ste, los cdigos mediante los cuales los hombres objetivan sucultura poltica.

    Hay que reconocer que a pesar de no ser abundantes los aportesinterpretativos sobre cultura poltica, esta lnea ha sido considerada comouna alternativa de anlisis para el estudio de la misma. Un libro muy sugerenteen este sentido es el titulado The Concept of Political Culture de StephenWelch (1993) el cual deja abierta la posibilidad de un abordaje terico de lacultura poltica desde un ngulo interpretativo. El texto estudia a profundidadlos distintos enfoques analticos de que ha sido objeto la cultura poltica yrecupera algunas aproximaciones sobre la cultura poltica de los pases ex -socialistas. Este ltimo apartado, nos sugiere una idea muy valiosa para elestudio de la cultura poltica como acervo poltico: sta no se puede imponer.Podra ser muy aventurada la afirmacin, pero el fracaso en la permanenciade los sistemas socialistas se debe, en una buena medida, a la imposicinforzada e inmediata de una cierta cultura poltica conveniente al rgimenpoltico. Si consideramos a la cultura poltica como un acervo de lo polticoconstruido por los hombres histricamente, es claro que la imposicin no vaa eliminarla, siempre habr resistencias al nuevo acervo. Y si bien, una partede ste puede negociarse, el proceso es paulatino, y no siempre responde a lainmediatez de las necesidades de implantacin de un nuevo orden poltico.

    En los regmenes liberales sucede lo mismo. Las transiciones entre distintostipos de rgimen, digamos de autoritario a democrtico o viceversa, encuentranrelativamente fcil el cambio de las estructuras de poder, pero tienen un serioobstculo: la cultura poltica que les precede. Por esa razn, ni los gobiernosni los pueblos, es decir los hombres, pueden volverse democrticos pordecreto. En ambos se mantiene la cultura poltica anterior, el acervo de lopoltico no cambia mediante la receta democrtica. Si larga fue la etapa deautoritarismo de un rgimen, y en consecuencia de implantacin de undeterminado acervo de lo poltico, ms larga ser su transicin a un rgimendistinto, a menos que se haga uso de la violencia.

    Es evidente que estas ltimas afirmaciones reclaman un desarrollo mspuntual. Dejamos apuntadas solamente estas reflexiones, porque parecen

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    Leticia Heras Gmez, Cultura poltica: el estado del arte contemporneo Reflexin PolticaAo 4 No 8 ISSN 0124-0781, UNAB,Colombia/Convergencia N 30, 2002, ISSN 1405-1435,UAEM. Mxico.

    mucho ms congruentes con el enfoque interpretativo de la cultura poltica ycomplementan el anlisis de la cultura poltica vista comparativamente.

    Conclusiones

    El concepto de cultura poltica, no obstante su carcter controvertido, ha sidofuente de crecimiento de la ciencia poltica y se ha nutrido incluso de otrascorrientes de investigacin principalmente sociolgica. Si bien los dos campostericos desde los cuales se ha abordado el tema estn constituidos por lapoltica comparada y la sociologa interpretativa, la literatura ms recienteapunta en una direccin mucho ms comprensiva, que abarca ya el cambiode valores de la sociedad contempornea, como ya se seal. Este ya cuenta,por un lado, con un desarrollo enormemente significativo de la tcnica y validezde las encuestas de opinin; y por otro con un avance conceptual importanteen materia de comparative politics (Ladman, T. 2000; Murray, F. 1994;King, et al, 1994) . Es decir, si el legado de Almond ha rendido frutos, stos sehan ido afinando y constituyen desde la dcada de los noventas una nuevaveta de investigacin politolgica, que incluye aspectos - tambin mucho msafinados- de cultura poltica. Se ha ido abandonando el paradigmaetnocentrista del proyecto de Almond, y se ha empezado a concretar en temasde cambio de valores en sociedades en transicin, o entre sociedades, y anen diferentes etapas dentro de una misma sociedad.

    No obstante, una conclusin importante de acuerdo con los textos aqurevisados es que los estudios de carcter interpretativo, tienen bastante quedecir en el mbito de la cultura poltica. Podra decirse que son, en muchossentidos, la base analtica sobre la que ha de sustentarse el ms acabadodesarrollo de la cultura poltica desde el mbito comparativo. Es la accinpoltica, pero tambin el sentido de la accin poltica lo que debera contenerun programa de investigacin en cultura poltica.

    Hemos visto como el viejo contenido conceptual de cultura poltica se haenriquecido. La cultura no es nicamente lo ya sedimentado en y por unasociedad, sino que constituye un proceso, en el cual la cultura poltica hacereferencia precisamente a los aspectos polticos (Welch, 1993: 164), bien merecela pena abordar el tema.

    Es posible concluir que bajo esta doble mirada terica es posible yaaproximarnos a entender, explicar y analizar la cultura y participacin polticade diversos pases, y en diferentes etapas y adems aventurar algunascomparaciones.

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    Leticia Heras Gmez, Cultura poltica: el estado del arte contemporneo Reflexin PolticaAo 4 No 8 ISSN 0124-0781, UNAB,Colombia/Convergencia N 30, 2002, ISSN 1405-1435,UAEM. Mxico.

    Este marco terico no solo demanda una revisin de las conductasprevalecientes en materia poltica, que sera la parte susceptible de compararo de medir. Si no que requiere una amplia revisin histrica que recuperesignificados, cdigos, y tradiciones de la cultura poltica. Sin ambos slo esposible contar la mitad de la historia. Sin ambos slo es posible hablar delpasado, pero no del presente. Sin ambos slo se pueden llevar a cabo estudiosetnogrficos, al tomar historias polticas a profundidad; o datos en seco (value-free) si medimos actitudes polticas. Pero al final de cuentas no habremosexplicado mucho. Y no tendremos posibilidades de aventurar hiptesis delcomportamiento poltico.

    Resumiendo este esquema terico diramos que se debe utilizar la sociologainterpretativa para la recuperacin histrica de los valores poltico- culturalesde una sociedad y hacer un mapa de la cultura poltica hasta el presente apartir de la poltica comparada.

    Por otro lado este marco terico nos permite analizar conjuntamente culturay la participacin poltica en trminos de proceso de investigacin. Es decir,establecer las bases histrico-poltico-culturales, e ir articulando sobre staslas formas de participacin poltica correspondientes presentes.Tradicionalmente cada uno de estos elementos demanda un programa deinvestigacin separado. El intento de conjuntarlos responde a la idea de quela cultura produce las actitudes, y difcilmente se explican independientes. Enresumen: a toda actitud poltica corresponde una pauta cultural previa. Elsufragio no es un acto casual, responde a un esquema de valores sedimentadoen el grupo social bajo estudio. La participacin en marchas, mtines etcterano son acciones sin sentido, son ms bien producto de pautas establecidas deun comportamiento poltico anclado histricamente. Su estudio ha de constituirel nuevo programa de investigacin e cultura y participacin poltica.

    [email protected]

    Leticia Heras Gmez.Maestra en Latin American Government andPolitics en la Universidad de Essex en el Reino Unido. Llev a cabo estudiosinternacionales en el Centro de Investigacin y Documentacin Internacionales(CIDOB) de Barcelona en Espaa. Es candidato a doctor en CienciasSociales por la Universidad Iberoamericana en Mxico e Investigadora en elCentro de Estudios de la Universidad de la Universidad Autnoma del Estadode Mxico

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    Leticia Heras Gmez, Cultura poltica: el estado del arte contemporneo Reflexin PolticaAo 4 No 8 ISSN 0124-0781, UNAB,Colombia/Convergencia N 30, 2002, ISSN 1405-1435,UAEM. Mxico.

    Recepcin: 06 de octubre del 2002Aprobacin: 31 de octubre del 2002

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