19228541 La Vuelta de Pedro Urdemales

5/13/2018 19228541 La Vuelta de Pedro Urdemales

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Grupu Santillan. de Edicion~ S .A .Tort..lag''''. 60, 28043 Mad"d, hp"h~

Aril.u, Alta., TIlUt\U, AIf .gua" . , SA de C,V .! \~ ,. h. ..U t\ ;" '( .~ 1 1 3 7. C .< >t.&1\{1. l \ ! : . ,M exico O .F. C .P: 03100 .. . .. ,. .ilar. Akn, Taurus, A1~ant, S .A . .. .. FAlClon~.Bea:dey 3!t60, 107 Bueno,Aires, A'lIenllJla

Santi Uan. S . . . . . . . .Avda. San Fdil '"' 731 , J C l 6 . s Mar!a 11. Lima, Peru E d ia . . . . . . . SantiJl , . . , . S,A.C.(>nariruciOn 1889. 11800 Monr~vid~o. tJ 'Uf!uay

s.uri U ar ul S .A .D Rio de Janeiro, 1218 esquina Frutcs pa""Aound6n, Pafll8u.y

SantiUa . .. de .dido "eo S.A.Avda. Aoc e 2333 ... nrre Ro s eu do (;Uli.!rl"(:~y Ik I i!I~rio Sa l inas, L a Paz. B o l i v iaISBN: 956-239..(181-0lnscripo:i6n Na I 10A9~P r im e r. e d ic i en en Chile: sepriembr e 1')9 1C .....ta ."fici6,,: noviemhre 2002Imp""... .. n Chile/PrinlW in Chi IeDiteIode~}odCtnpo. Rm.. MuiR. l"".h San?

La vuelta dePedro Urdema fesFloridor P~rez


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Ped ro Urdema le s,un buaso del campo~

pero no de la s cbacras

Cuando yo era nino, conocl aPedro Urdemales en m i Libra d l ! Lee-tura, donde era el cartero del otromundo. A la salid a de L a escu ela mevo/via lentamente a casa, deteniendo-m e en cada esquina, sin perder L a espe-ranza de uerlo entrar al pueblo man-tado a t reves en un burro, mirandoh acia atrds ...

;Urde - males . .. ! Can e r e a p e l l i d .ol e resulta bien diftcil neg ar su foma tkpil lo. S in embarg o, II a seg ura q ue n o en -gana a n adie. jO tra cosa muy distinta esque no se deJe enganarf

Y yo diria que junto con algu-nas d iablu ras suele dar les un merecido


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escarmiento a los auaros, que qUISte-ran tener una ollita que caliente sin'fuego l 0 un drbo! que en uez de [rufnsdt dinero, 0 un sombrerito que paguesus gastos . ..

Pedro Urdemales les dire no,senores: si quieren gattar menos, (Co-nomic en combustib le , gdnen se el dine-ro con el tudor de su fente y paguenIUS deudas.

Pero fa opinion m as im portan-te es La que cada uno Sf form e despu tsd e conocer las auenturas y desuenturasde este rota sufrido y diuertido, de estehuasito que, segun dicen que dice, v ie-ne del campo, peru no de las cbacras: ..

Floridor Perez


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Una verdad del porte de un cerro

Un pueblino de esos que creensaberlo todo, se encontr6 con Pedto Ur-demales en un polvoriento camino rural.A l verlo de chupalla, pan~ 'talon arremangado y ojotas, se leocurrio burlarse de ese huasiro,

A poco de entablar conversa-cion, le dijo:

-~ Y que tal es para calcular,amigo?-Me defiendo no mas, senor

-respondi6 Pedro, con humildad.-Bueno pues, digame en-

tonces, ~de cuantas camionadas cal-cula listed que podrfa llevarrne a laciudad aquel cerro?


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Y le m ostraba el cerro mas al-to del lugar, en cuy a cumbre unaenorme cruz pareda ahrazar al valle,Pedro se acomod6 la chupallacon aire pensativo:

-Eso depende del tarnafio desu carnion, caballero. S i su cami6n esde la rnirad del cerro, va a necesitardos camionadas. Pero si se consigueun carnien del porte de l cerro, id euna carnionada se )0 lIeva!

La apuesta con un campeen

U na he lad a m anana d e inv ie r-no, camino de la ciudad, Pedro Ur-demales enconrro un gorri6n casiescarchado, que ni podia carninar,mucho menos volar.

Compadecido, 10 recogi6, y se1 0 echo al bolsillo. '

Entrando a la ciudad pasopor e l estadio, donde se entretuvomirando a un arleta que se entrenabaen ellanzamiento de la bala.

Pedro pareda tan interesado,que el deporrista penso jugarle unabroma y 1 0 llama a la pista.

-Pareces un huaso forzudo-!c dijo a modo de saJudo- y si me


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ganas a lanzar la bala, te invitare auna parrillada en e I resraurante delfrente ...De una cancha vecina hablacaldo una destefiida pelota de ten is,y ellanzador la tomo, simulando quepesaba como las balas de fierro conque se esraba entrenando. Luego, (0-rnando impulse, la lanz6 con taltuerza, que fue a caer debajo de lasgalerias de la cancha de tutbo!.

-iLejazos la tiro! =comentoPedro agachindose a recoger alga-.AlIi en el campo s610 lanzo pefiasca-ZOS -explic6-, de modo que lanzareesta piedra.

Y mientras eI arleta aprobabasin preocuparse de 1 0 que lanzara,Urdemales cambia la piedra por e lgorrion que lIevaba en e l bolsillo.

-iAlli va! =exclarno Pedrolanzando elpajarillo que, repuestas


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sus energias y recobrada su l iberrad,v oI6 , v ol6 y volo en Hnea recta.

E) arleta no sal fa de su asom-bro, mientras eso que erda una pie-dra eruzaba sobre la p ista , las g ale rfasy hasta Lasblancas murallas del Esta-dio Municipal.

Por un memento ternio que e lpefiascazo fuera a caer jusro en ]05ventanales del restauranre del frente,donde ahora deberla if a pagar suapuesta a Pedro Urdemales, que y a 1 0esperaba con u n harn bre ollrnpica,

L as tees Bores

EI fund o Las tres fiores era laadmiraci6n de rodos en la comarca.A los agricultores se les hada agua laboca ver sus rubios trigales, y a loshuasos jovenes, las rubias t renzas dela s rres hermosas hijas d e su propie-tario: Ro sa , Margarita y [azrnin ..

Sea porque e I pad re no se con-solara de su temprana viudez, sea quepensara que en la zona no habla arnis-tades d ig nas d e e l, 1 0 cierto e s que rarav e z s ali a d e su propiedad, (Y las nifias?jApenas podfa verselas algunas veces ,tras un velo de polvo levanrado por sucaballo cochero trotando rumbo a laciudad! Si la s nifias se animaban a


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pedir permiso para paseos 0 fiestas larespuesta del padre era siempre: ino!

Era difkil creer, entonees, quePedro Urdemales pudiera presentarsecon las rres senoritas en la inaugura-cion de las proximas ramadas de Fies-tas Parr ias , Pero as! 1 0 habla as;gura-do e l en unas carreras a la chilena. Ylas apuestas no se hicieron esperar ...La mas sonada fue f a de unconocido agriculror, que le prornerioun caballo ensillado si Ilegaba con lastres nifias ... Pero si no 1 0 consegula,deberia coseeharle a echona, sin ayu-da y gratis. una cuadra de rr igo.Como vfspera de fiesta, en lascasas de l fund o Las tres flores ese 17d e s ep riembre Sf almorzo cazuela depava y empanadas de horno. Hastauna jarra de vino de su propia mesamando e l patron a la cocina, peeoaunque rodo esraba sahroso y rodos


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gozaban la comida y la bebida, PedroUrdemales andaba desabrido. ; .C6-rno haria para ganar la apuesta?

La inauguracion oficial de lasramadas seria a las siere de la tarde, ya las cinco, metido y a en su panralonde mezclilla Y Sll camisa a cuadros ,Pedro recibio la orden de acompafiaral patron a la lorna. Dos lefiadoreshabian descubierto alll un derrumbeen un canal de riego, y era urgenteremediarlo. Como para ese caso denada servian las hachas de los lena-dores, e l patron Ie dijo a Pedro:

-Te veo demasiado elegantepara esto: te puedes ir a esas rarna-das, pero antes ruandame a Rupertocon las tres palas grandes.

[l.as tres ... b), penso feliz Pe-dro y volo cuesta abajo.

Ya en la casa. se planro lrenrca las tres herrnanas:

-EI patron se ha arrepentidode negarles perm iso, sefioritas, y memanda que las Ileve a las tres a 1ainauguraci6n de las ramadas.

Y como a las bellas nifias, contoda razon, les costaba creer 10 queoian, les dijo:

-As6mense a esa puena y 1 0verano Acto seguido se para en me-dio de l patio y . haciendo bocina conlas manos, grit6 hacia la lorna:

-jPatr60oon ...!~Me dijo queIleve las treeees ... ?

Y eI patron, impaciente, res-pondi6:-iSiiii ... las rreees ... y pronp,rooo....-Va ven -Ies dijo Pedro-, y a

el no [e gusta repetir las 6rdenes.Y eso S 1 1 0 sabian muy biensu s hijas.


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Y rnientras Ruperto subia l alorna cargando las tres palas, por lapuerta del fondo Pedro subla su pre-ciosa carga al coche. Y no paro e ltrote hasta ver las banderas de las ra-madas ondeando al vieruo.

Los cerdos empantanados

Aburrido de su fama de hom-bre poco serio, Pedro Urdemales se de-cidi6 a buscar trabajo, y 1 0 encontr6 enuna granJa.

Y sucedio que e l granjero, des-conrento con su crianzade cerdos, sedecidio a vender e l ultimo pifio,

-Dan pocaganancia =dijo e l.-ymuy mal olor -agrego su

mUJer. Como Pedro se habia ganadopronto su contianza, no dudo en man-darlo a vender eI pifio a la feria masproxima. Fijo d precio de cada cerdo yd ijo a Pedro:

-Este sera tu primer negocio,


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si le sacas mejor preClo, tendras unahuena cornision.

Eso le parecio muy bien a Pe-dro, que ya empezaba a comprenderque rener ganancias era parte de laspreocupaciones de todo hombre serio.

Arrear media docena de cerdosno era tarea fadl, ya Pedro I e costabaevitar que se rnetieran a un gran pan-tano que habla justa allado del cami-no. En eso estaba, rabiando (on loscerdos, cuando 1 0 alcanzo un jineteque pareda hombre de negodos.

-Bonitos sus cerdos, arm-go ... ~L os llev a a 1 a fe ria?-. P ara alla voy.

-Si es a51, yo se los comproaqu f m ism o -propuso e l jinere, ofrc-ciendole e l misrno prec io fijado pOTel granjeTo.

-AHa pagan mas -(Omentl1Pedro, hacicndose el dcsinrcrcsado.

~-Seguramente =replico elcomercia nre=, pero los compran alpeso, ,y ha pensado cuanros kilos ba-jaran en el viaje?

Pedro no 1 0 habfa pensado nipensaba pensarlo, pero puso cara depensativo. Lo que en realidad calcu-laba era cuanto mas se cansarla elmismo en el resto d e l viaje.-Yo se los venderfa, misefior-dijo por fin Urdemales con exage-rada humildad-, pero con unacondici6n.

-Si es por e l pago, piensohacerlo en efectivo ...-No es cuestion de dinero-aclar6 Pedro-. Es algo m a s impor-(ante ... Es que he criado a esros chan-chiros desde pequerios, y me gustarfaguardar sus colitas de recuerdo ...

E I jinere penso que era 1 0 masdescabellado que habla ofdo en su


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-.-~

vida, peru d ncgocio era bueno y comoel querla d pifio para hacer cecinas, na-d ie le rec lam arfa una rid fcu la cola.Echando pie a t ierra y mano alpunal que llev aba en su rnontura, fuecortando cada cola de cerdo que Pe-dro iba guardando cuidadosamenteen un pafiuelo, tal como las senorasantiguas guardaban la s monedas demas valor.

Hecho e l negocio, PedroUrdemales se sento sobre una piedracon cara de hombre que veta partiralgo muy querido,

Pero apenas e l comprado r seperdio rras un monte . se paro agil-mente y se dedico a pegar cada colitade cerdo en la zona mas endurecidade l pantano. No bien rerrnino tan cu-riosa labor. aparecio otro jinete en lamisma direccion del anterior. Tanpronto 1 0 vio, Pedro se puso a caminar

. . .

"..~. . . . . .


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de un lado a otro, can adernanes dehombre desesperado.

-(Puedo ayudarle en algo,hombre por Dios? -dijo a manera desaludo e l recien llegado.

-Va no hay rernedio, amigo-exclam6 Pedro, mostrandole elpantano-. Un ana engordando me-dia docena de cerdos, y ahora que lo sllevo a la feria, un perro me los es-panta y se van de cabeza al panta-no ... No mas la s colitas se yen, comohaciendorne burla.

5610 entonces e l jinete obser-v6 e l pantano. tratando de recompo-ncr la escena ocurrida. Entre frasesde consuelo fue averiguando eI ra-mafio de los cerdos y calculandocuanto producirfan convertidos enm anteca, jarnon y lo ng an iz as ...

-En fin -dijo el jincre, siern-pre con tono de consuelo-; mejor es

perder menos que mas, y si parades enel camino su s cerdos vaHan mucho, enel fonda del pantano no valen nada.Por suerte para usted yo iba a cornprarcerdos a la feria y me atrevo a ofrecer-I e unos buenos pesos ahl m ism o don ...de esran, aver si recupero algo.

Pedro no dijo ni sf ni no, perocuando el [inere Ie extendio lo s b ille -res, se los echo al holsillo con cara deresignaci6n. y part ie .

El comerciante volvio al galo~pe a buscar gente que le ayudara asacar del pantano aquellos cerdosque tan barato le habfan costado.Pedro Urdemales regres6donde el granjero, y rindio detalladacuenta de la venra de la media doce-na de cerdos que l levo a fa feria.

Pero nada mas ... porque ne-gocios de colitas de cerdo nadie lehabia encornendado ...


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E I cha rqui pa' Julio

Sf.:'cucn ra de una viejecira quesiempre andaba guard ando un rnon-ton de cosas, como hacen rodos losanc ianos, V iv ia con su niera, una ni-riira qu e rod o 1 0 rraj inaba y todo 1 0pregunraba, como hacen todas lasnifiitas,

Entre los rnuchos objetosguardados de la abue1 a se contabauna bo lsa de charqu i, que cu idahacomo hucso de santo.

L a nina so lia pregunrar!c:-2Y pa' que guard a esa holsa,

abuvlita?--La gllardo pa' julio ---rcs-

pondi~l la anci.ma.


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32 .-B

Y en v erd ad la g u ard aba paracomer charqui tomando mate en lasl luviosas naches de ju lio ... pe ro lanieta entendla orra cosa.

Yo no s e como llego a oidosde Ped ro U rd emales la h is to ria d e es-ta bo lsa , pe ro eI caso es que un d laque v ia salir a la anc iana , llam6 a lapuena de cal le .-C6mo kva, senori ta =salu-d6 muy atento a la n ina que v ino aahrir le .

-~(~_l1e se le o frece , jo v en?-pregunr6 dmidamente e lla .

-Solo paso a v e r a su abue -

-iYo soy Julio ... pa' servir asu rnercel

-Enronees espere un poco-dijo la inocente nina, que no tardeen vo lve r con la famosa balsa de laabuela .

=-Adios, buena senorita -di-jo Pedro , tornando la bo lsa-, IY mu-c ha s g ra cia s!Y en v e rd ad harto agradeci6su pobre est6mago, s iempre mediovac lo , aquelta sabrosa porci6n d echarqui ,

l ir a . ..-La sientopero acaba d e sa lir.-Bueno, pues , que I e vo y a

hace r. D igale qu e le d e je muchos sa-ludos , y que despues vendre,

-Muy bien -diio la nina-,pero ~qu it{n es listed. para dcci rle?


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El cartero del otro mundo

A I IIegar a las pr irneras casas deun poblado, Pedro Urdemales vib jun-to al camino un burro flaco mordis-queando e l pasto de un potrero.Pensando en c6mo ganarse e l sustentoese dla, se acerco a l animal y se mont6a 1 reves, mirando para arras) cosa queno preoeup6 a l borrico, Le hinc6 losralones y el burro cornenzo a caminar.AI pasar frente a las primerascasas, Pedro se lanz6 a pregonar~

-jEt cartero del otro mundoljAqui va el cartero del orro rnundol

Los aldeanos estaban acos-tumbrados a esos forasteros que pa-salan comprando lana 0 charqui y


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vend iendo sal 0 cochayuyo, perc ja-_mds habian vista a un carrero de lotro rnundo, ni tampoco de estemundo, par la simple razon de quealli no habla correo.jQue raro este pregon y quetaros ese jinere y burro! A pesar de irjuntos paredan avanzar en distintasdirecciones, i f y venir, alejarse y re-gresar al mismo tiempo.

-(Quien riene cartas para elmas alii? -voceaba Pedro Urdernales-,j5 e va.e l carte ro d el otro mundo!

Hombres, mujeres y nifios lededi caban un momenta de atencion,y una vez satisfecha su curiosidad,volvlan a sus trabajos y Su s juegos.

Cuando Pedro comenzaba aperder toda esperanza, una anciana ves-tida de riguroso luto le sali6 a I camino:

-(Es verdad que viene delotro mundo, senor?

-iPara alia voy. senora! =dijoPedro, sin mentir casi nada, pues yase senna rnorir de hambre.-iLastima no haberlo sabidoantes para escribirle unas letras a miJuancho -se lamenro la anciana-,peeD al menos espere un minute pa,-fa enviarle algunas cositas ... !

Pedro espero gustoso y canm a s gusto aun recibi6 un gran pa-quete y dos biUetes de los mas gran-des, con eI encargo de enrregarselotodo personal mente a juancho, sinolvidar decirle que ella 1 0 tenia muypresente en sus oraciones,Urdemales le asegur6 que asl1 0 haria. Puso en marcha al burro yse alejo pregonando:

-jSe va el cartero del otromundo! jSe fue el carrero del otromundo ... !Tras la ultima casa del poblado


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se manto como es debido, y mas a H ase detuvo junto a un arroyo.

Las cosi tas enviadas resulta-ron ser un traje y un par de zapatosde l finad o , que le quedaron a la me-dida, ademas de una tortilla al rescol-do. jam6n ahumado y huevos duros.

Pedro Urdemales se puso tra-je y calzado y , muy contento, se echo1 0 demas al cuerpo.

La ollita de virtud

Vagando por esos mundos, aPedro Urdemales le l lego la hora delmediodia. Encendi6 un pequefiofuego entre unas piedras, y puso acalentar una ollira con su modestoalrnuerzo.

Cuando este hervia que dabagusto, vio ala distancia venit a un ji -nete, Pronto reconod6 en el a un se-nQ t fa m os{) en 1 a " CQ m arca pc.r ~ {) 'A va -ro y negociante. Tap6 can tierra eIfuego. y se traslado can su ollira jun-to al cam ino . d ando la espalda al ji-nere, como S 1 no 1 0 hubiera visto.Torno d os v arilla s y se puso a tarnbo-rile ar sobre la tapa. repiriendo :


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41.:t '.

,

.':."#'. - 1 1 . "Hierue, hierue, ollita her v ido ra,

que no is para manana,sino para ahara ...

Muy intrigado, el jinete sederuvo a conternplar la extrafiaoperacion.

-iQue haces, buen hombre?-Lo que usted ve, patron-

cito: cocer rni comida.Sospechando que se trarara deun vagabundo chiflado, comenr6:

-V, ino crees que serla bue-no prenderle fuego primero?

-No se preocupe, patron,que esta olli ta es de virtud, y bastacon pedirle, gnlpeandola con muchocarifio:

Hierue, hierue, ollita heruidora.que no espara manana,

sino para ahora ...A todo esro e I jinete y a hahlaechado pit' a tierra y esraba junto a la


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41 43o lla . A l d e staparla , inc red u lo rod a-via. se quem6 los dedos, Tentado porla avaricia, pens6 que seria un des-perdicio dejar tarnafio milagro enmanos de un vagabundo.

-"Mira, hombre -dijo con ai-re compasiv o--, no tiene s para quesacrificarte preparando tu comida.Yo te cornprare la o11a y podras co-mer bien por m ucho tie rnpo .

-jNi pensarlo! =respondioUrderuales, sentandose a corner-,mire qu e e sta o llira me alimentadonde sea, sin rrabajo de acarrear le-n a ni encender fuego .

EI jinete pens6 entonces quele re su lrarla id eal para su s largos v ia-je s d e neg oc io , y metiendose la m anoal bo lsillo I e o fre c io un bille te d e lo sg rand e s. . ..

-Ni nunca, parronClto =dijoPedro, meneando la cabeza.

S in decir nada, eI jine re rnos-tro un se gu nd o hille te .

Tamhien en silencio, Pedromeneo la cabeza.EI jinete agreg6 otro billete y

Ped ro v o lv io a menear la cabeza.EI avaro monro a caballo. si-

rnulando que parrla, pero antes mos-rro un bil1ere mas.-Tal vez can OUo me ten ta-ria +exclarno U rd em ales, hac iend oseel distraido.

EI jinere ag rego o tro biller- y .mientras P ed ro guardaba e l d inero .merio 1 3 olla a las prevenciones yparrio al galore, sin despedirse. te-meroso d e que e l inocenre- vende -dor se arrepinriera de desprendersed e una olla tan prod ig iosa .

Pero eI arrepenrido Iuc e l,cuando al llegar a casa qu iso rno ,o ;;trara todos lo s presenre s las hond ad es d e


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su ollira de virrud cornprada tanbarara,

Y d icen qu e esru vo largo ratoazorando la v ie jfsirna cacero la dePedro:

Hierue, hierue, ollita heruidora,que no espara manana.

sin o p ara ah ora ...Pero ni ahora ni manana ntnunca, porque la verdadera magia de

la ollita fue darle a Pedro Urdernalesel dinero suficiente para tener comi-da caliente varies dlas. Y hasta unpar de zapatos usados se compro pa-ra seguir sus incansables andanzaspor esos mundos.

Ganar mucho y perderlo todo

Una manana Pedro Urde rna-les arraveso una chaera de pororos.Distraldarnente rorno un capi, 1 0apret6 y se quedo con sus cinco gra-nos en la mano, porque habia oidodecir que es malo borar los frutosque Dios nos da.

A poco andar lIeg() frrnt!: auna casa donde una anciana barrfa e lcorredor, y se le ocurrio pasar a dejarcncargados su s POfO[O'S, (01110 unascmilla muy especial.

-Dejelos sohre la mesa -dijoella, ql1e POf vivi r junto al caminocsraba acosllllllhrada ;1 recihir t.'11-cargos.


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Y Sl' h u h i c r . r nlvidado paLlsitmprl._ de .h.}lIcllos poroti.)s, SI a lamall;lll.1 s igu il._ l1 ll' n o hlll)it'~'J pas;htoPedro;t huscar xu '(l'Ilt.:,HguIlO)).

-Ah, csos 1'ororos- rccordI . . .uuianu-. jaqudLt g a l l i n a p a r o ja S~Ins cumio'. pcro ahi ticne lIllsaco lle-no lk po ro to s ... , c lija lo s qu e quiera.

---No pues. su merce =dijoP cd ro --, po rqu c nus poro(os eran devirrud, y en la gallina ha qucdado.iY o a 1 < 1gallina m e la l l e v o ! . '

~iC6mo se va a \Ievar lUI g J _ ~ -lI in


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49. .. .;__ .~ T" - EI hacendado tenia una hija,

una joven rnuy he rmosa. Y muy con-sentida, al deci r del ama de llaves, la scocineras y nanas, pues su padre ja-mas Ie d e d a no en nada.

Y ese dia, apenas via el cerdoa Ja nina se Ie antojo comer sopaipi-Ilas can chicharrones.

El padre no 1 0 penso dosveces, y pronto el cerdo estuvo con-verrido en una lata de manteca, me-tros de longaniza y una pinimide dechicharrones.

Cuando al Otro dia Pedro fuea bus car su chancho, eI hacendado ]0hiz o pasar a la c oc in a y I e o fre c i6 unjarro de cafe de trigo y sopaipil lascon chicharrones, mienrras le expli-caba eI anrojo de la nina.

-iPero no te apcnes! -10consnlo->, pues si quieres te pucdcxllevar dos de rnis cerdos pOl' cl ruyo,


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'S o ' ) 1

----N i dos u i c ien -d ijoPedro-, pO[(..ue mi cerdo era de vir-rud , y en la nina ha quedado , io a lanina me la l I evo!

~jEso SI que no! -1 0 inte-rrurnpio e l patron, so rprend ido parrarnafia ocurrencia.

Pero Urdernales pareda renerargumentos muy atendibles: hablo dehonradez , de confianza y de honor. EIcaballero Sf sentfa indeciso. Lleg6 lahora de alrnorzar, y la discusi6n con-tinuo. Vino la tarde y tornaron once.Anochec i o y cenaron.

A la hoca en que parecia pru-denre irse a dormir, e l caballero dioSlI ultima palabra:

-Mira, Pedro -Ie dijo-, siesa virrud es tu y a y en mi hija qlle-d o, hay una so la forma de que la cui-des, y es que te qucdes en mi casa,trabajando para mf.

A Pedro le parec io un buenarrcglo y acepto.

Paso unos dlas muy tranqui-10; nunca en su vida habia sido me-jor atendido, pero como dice el re-fdn, el que nace chicharra, muerecantando, y pronto Urdernales co-menzo a urdir rnaldades, que aS I sehabra ganado ese ape llido .

Se Ie vela siempre demasiadocerea de la senorita, por ver -segt'indeda- que no escapara la virtud desu cerdo, que en ella habra quedado .

Una tarde en que ella pidiou na lirno nad a desde e l esranque queusaba CQUl..Q piscina, Pedro se ap u t6 . allev arsela. L a joven le dio las gracias ycon aire muy inocente, le pidio queprobata si estaba tibia el agua.

En tanto Pedro se agach() pa-ra rocar!a, e lla d e un empu jon 1 0m.lI1d() de l';lbcci ra ;1 1 (,S(~l11(_l tit'.


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Y micu rras U rdemalcs chapo-re .rba hac ia la o rill.r, la n ina, sin piz -ca de enojo, Iededa:-Mira, Pedro, yo me acabode bafiar, de modo que la virrud detu cerdo en el agua ha quedado. Siquieres, te tomas roda e l agua d e l es-ranque 0 te largas ahora mismo bienempapado en tu virtud.-Maldita sea mi suerre -selamentaba Pedro, marchando cabiz-bajo por el camino-, ganar tanto yperderlo todo. Par un pufiado de po-roros tuve una gallina, por una galli-_ na tuve un chancho, par un chanchoI legue a una nina, por la nina tuvecasa ... Y d e la casa, ~que tuve? iSolala puerra de calle ... !

.. ~

~ l r i : '

El arbol de la plata

Yo no S f donde ni como lasobtuvo, pero es el caso que PedroUrdemales tenia un pufiado demonedas de plata. de esas que losartesanos les hacen un hoyiro parapasarles un alarnbre dorado y con-v errirlas en pulseras are te s ...

Esraban tan pulidas y brillan-res, que se le ocurrio una idea.Corro una rama d e un espi-nudo arbusto, la acomodo en untarro vaclo , a modo de macerero. yfu e ensarrundo en sus esp inas cad;luna de las monedas ahuecadas.

1,1Icgo Pedro sc echo al cami-no COil s u c xrr.rfia carg;l a l liomh ro .


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EI so l re lumbraba en e I metald ando a la pobre rama e l aspecro d eun arbo l d e N av id ad .No es raro entonces que un co-merciante qu e v olv la de l pueblo en ca-brita se asom brara ante aqu el prod ig io .

-;_ Y que planta tan rara e sesa, am igo? -dijo el viajero ajusran-do al paso d e P ed ro la marcha d e sufino caballo cochero.

-EI arbol de la plata le lla-man en la s lejanas rierras donde Sfcu ltiv a =re spond io U rd emales conaire d e hombre expe rim en tad o . '

-Bonita se ve' la planta-cornento dvia)ero-. Y usted se e nmycansad o co n e lla al hom bro . iV end am e-l a r ne jo r, y a si te n dra plata sin tener queesperar que flort"l.cade nuevo su pbnla!

Como SI fuera haciendocalculos. Pedro camino varios pasosantes dc responder:


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-~ "M afiana me voy pa'l su r,senor. .. , s610 por eso la vende r l a -yagrego-: jclaro que si alguien me pa-gara 10 que vale!

Y en verdad no fue faeil po-nerse de acuerdo sobre el valor de 1aplanta, p~ro al final pudo mas la co-dicia del viajero, que ya esraba pen-sando en la posihilidad de un culr ivoen g ran esca la .

e Par fin. convenido el precio ypagado~I dinero, el ~ismo. PedroUrdernales acornodo la planta en laparte rrasera 'del coche, y el caballeroPllSO a trore largo eI caballo. mien-tras Pedro agitaba su mano en serialde amistosa despedida.

Pero e l viajero ni se digno arnirarlo, pues toda su mente esrabapu esta en la qu in ta d e arbo le s d e laplata qu e y a se imag inaha plantando .

El huevo de yegua

Esto le ocurri6 a un gringoque venia de alguna de esas 1110-dernas ciudades del mundo, dondesus habitantes no ven vacas mas queen eI zoo log ico , y arvej iras s610 enconserva,

Descendiendo por Ia faida deuna lorna, se CfUZO con Pedro Urde-males, que subia penosamenre, conu.n ~\"\Q.rme 1""tY,~.1~o.~ ht).mh'."u.

Muy intrigado, e ' I gringo le dijo:-Yo querer sabe r que ser eso,

my arrugo ...--Lo que s(,.vc, plies "rl'pu.so

P ed ro-: it's u n huevo de yCgl\;l~--~ Y cu.inro (, :ostar?


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-Cien dolares, mister -fes-pondi6 Urdemales, pensando queeso valdria un zapallo como ese enNueva York.

Y 1 0 misrno d ebi6 pensar eIgringo , pue s se los pago de inrnediato ,

No alcanz6 e l caballero a darveinte pasos, cuando se le eay6 el za-pal1 o . R odo lo rna abajo unos cienmetros, se esrrello contra un roble, yse partio ruidosamente. Una liehreque dorrni taba junto al arbol arrancoespantada.

Ante esa re pe ntin a aparic io n,el gringo supuso qu e la liebre habtasalida de su huevo de yegua , ) , y co-rri6 detras gritando : .

-iAtajen rn i potrillal iAtajcnr n i portilla'


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EJ sombrerito buen pagador

Yo no sf: si habra sombrerosde tre s cachito s, pe ro la tradici6ncuenta que Pedro Urdemales consi-gu i6 uno asf, Y es eI caso que Ped rose d ispu so a sacar provecho de su ex -trafio sombrero.

Con u na p larita que habCa ga-nado en esos dlas, se fu e a la c iud ad .P as6 a una zaparerla y a un restau -rante. Pero no sali6 con zapatos nue-vos ni alrnorzo,~Que h iz o e nto ne es?

Hizo algo muy curioso: en lazapate rfa e lig i6 unos zaparos, lo spag6 y le dijo al vendedo r quemanana vend rfa a l levarselos . En e l

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resraurante pregunt6 01


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que tanto ... hasta que al fin el som-brero fue vendido en un precio quealcanzarla para comprar zapatos, tra-je, sombrero y guantes.

Y cuenta la tradici6n que e lnuevo duefio del famoso sombrerode tees cachitos invito a un lujosorestaurante a un cornerciante muy ri-co, con quien pensaba hacer buenosnegoclOs.

Despues de almorzar, se toc6disirnuladamente el ala d el sombreroy dijo por lo bajito:

-Ahora paga ni, sombrerirobuen pagador.Luego llama al garzon:

-~Esd pagado el almuerzo?-~Comova a estar pagado sino ha pagado? -dijo e l garzon concara de pocos amigos mientras Ie en-tregaba una carisima cuenra.

y ~c6mo rerrnino este cuento?

Pedro Urdcmales nunca ~o supo,porque a esas horas y a iba muy lejos,por alguno de esos carninos que He-van y traen a los eternos aventureros.


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GLOSARIO

B alas bo la d e fierro usada en la prue-ba de atlerismo Hamada lanzarnienrode la b ala.Casas: se llama las casas)' de un fun-d o . a la habitac i6n e insta lac io nespatronales, donde v iv en los ductios.Capi: vaina de algunas semillas, co-1110 eI POfo tO .Cabrita: coche t rad ic ional de dosruedas Y li n asicnro, tirade por uncaballo.Chanchito: en los campos, y

~. "i..- ....

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e spec ialm enre en e l sur, e l cerdo s610se llama chancho. Echona: hoz; se usa para cosechartrlgo a mana.Charqui 0charques carne de vacu-no, caballo, cordero, erc., conada enrebanadas, salada y desecada al sol.

Finado: muerto, deudo.

Chicharra: cigarra; e l que nace chi-charra, muere canrando: refran queadvierte 1 0 dificil que suele ser aban-donar los malos habi tos,

Gringo: persona extranjera, espe-cialmente ingles, aleman 0 estado-unidense.

Consentida: persona demasiado mi-mada, muy regalona.

Lata: en la ciudad la lIamarian sirn-plemente tarro, pero en este caso,se trata de uno especial para envasar013fl reca (grasa de cerdo).

Cuneta: zanja de desague; en e l cam-po puede conducir tambien aguas dertego.

Ojotas: calzado campesino hechoantiguamente de cuero de vacuno yhoy, d e n eu rn aric o.Andres Sabella la define asl:O jo t{!, lim ite en tre el hombrey I n t ie rra.De las chacrasi ser de las chacras:

ser persona simple 0de poco enren-Jimienro. Parr i l lada: as:ldo de carnes a las brasas,


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Pueblino: hombre de ciudad, pocoentendido en las cosas del campo.

Urdemales: es decir, que urde maleso planea maldades.En Espana se llama Urdemalas y enChile y o rras parte s ram bie n U rd im ale .

Pino: conjuuro y cspcciulnieruearre o d e anim alc .s.

Plat ita: poco dinero, generaImentejuntado con sacrificio.

Venir de las chacras: se r sim plo n,(0I1torr60, facil de engafiar .

Virtud: magia, poder sobrenatural.Prevenciones: alfo rjas que eI jmerelle va en la rnonrura,Ramadas: fondas. especialmente lasde Fiestas Patrias.Su mercer su merced: antiguo trata-rn ienro d e corresia.Tortilla al rescoldo: sabroso panrrad ic ional, que se cocina enterradoen ceniza cal iente.


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INDICE La ollira de v irtud 39

G anar mucho y perderlo tndo ...... 451 : " , 1 arbol de l a plata - 53

Pedro Urdernales, un huaso de lcampo , pe ro no de la s chacras .. -..... 7

E I hu ev o de yegua 57

EI sornbreriro buen pag ad o r ........ 61U na verdaddel pone de un cerro 11 Glosar io 67L a apue sra con un carnpeon ........ 1 3

L as [res flores 1 7Los ce rdos empantanados 23E I cha rqui pa ' Julio 31

EI carrero def otro mundo j5

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19228541 La Vuelta de Pedro Urdemales