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    Moenia19 (2013), 45-61.ISSN: 1137-2346.

    Recibido: 27-10-2011. Aceptado: 21-11-2011.

    La semiosis: un regalo de Charles Sanders Peircepara el estudioso del lenguaje

    Mara Pilar BALLESTEROS PANIZO

    Perdemos al ganar,y al saberlo tiramos

    nuestros dados de nuevo.Emily Dickinson

    RESUMEN: Lo que aqu se sostiene es que la semitica peirceana constituye un campo de interspara los estudiosos del lenguaje en general y de la entonacin en particular. En el mbito de lafonologa suprasegmental, las teoras que gozan de mayor predicamento siguen partiendo deenfoques generativistas o estructuralistas. stos hunden sus races en la concepcin didica delsigno lingstico propuesto por Saussure y, en mi opinin, no logran ofrecer una teora de la en-

    tonacin que sea satisfactoria. En este artculo se propone un nuevo punto de partida: la semi-tica de Charles S. Peirce, que, al considerar el elemento interpretante y concebir la significa-cin como un proceso como semiosis, contribuye a esclarecer el camino para el conocimientodel papel que la entonacin desempea en la comunicacin. Se trata de demostrar que este re-torno a Peirce es posible y deseable a partir la relectura la obra Teora y anlisis de la entona-cinde Cantero Serena (2002). Se estima que la entonacin es un suceso tridico, dinmico,complejo y que adquiere significado desde el contexto en que aparece.PALABRAS CLAVE: Semiosis. Significado. Estructuralismo. Realismo. Abduccin.

    ABSTRACT: Here we sustain that Percian semiotics is a field of interest for language scholars ingeneral but even more particularly for those who deal with intonation. In the area of supraseg-mental phonology, the theories possessing higher prestige still stem form generativist or struc-turalist focuses. They are rooted in the dual perception of the linguistic sign as proposed bySaussure, and, in my opinion, do not manage to offer a satisfactory intonation theory. In thisarticle a new starting point is proposed: Charles S. Peirces semiotics. Since this perspectivetakes into consideration the interpretant element, and conceives meaning as a process likesemiosis, it helps to clear the way to understand the role that intonation has in communication.We attempt to demonstrate that this return to Peirce is possible and desirable after the rereadingof Teora y anlisis de la entonacinby Cantero Serena (2002). One considers that intonationis a triadic event, that is dynamic, complex and that it acquires meaning from the context inwhich it appears.KEYWORDS: Semiosis, Meaning, Structuralism, Realism, Abduction.

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    1. INTRODUCCIN

    El estudio del fenmeno entonativo ha presentado enormes dificultades que,incluso hoy, parecen insalvables. Desde principios del s. XX, el anlisis fonolgico dela entonacin ha seguido dos rutas paralelas en las que se han establecido diferentesescuelas. Se pueden distinguir dos teoras que han tenido gran impacto en el mundode la entonologa. Como se ver, se trata de paradigmas que buscan establecer unida-des fonolgicas superiores al fonema al considerar sus autores que los contornos en-tonativos estn conformados por una serie de puntos distintivos y estticos que fun-

    cionan como unidades contrastivas. Sin embargo, pienso, estas corrientes analticas noque no abordan adecuadamente la espinosa cuestin del significado.

    Distingamos dos modelos tericos y analticos que, siguiendo a Cantero Serena(1995), pueden denominarse anlisis por niveles meldicoy anlisis por niveles m-trico (en lo sucesivo, AN meldico y AN mtrico), que comparten el objetivo de tra-tar la entonacin como un fenmeno fonolgico. El primero es de corte estructura-lista, representado por la escuela norteamericana, y considera toda la frase como uni-dad entonativa completa, como morfema entonativo compuesto por fonemas supra-segmentales: acentos, niveles y junturas (Pike 1945, Trager & Smith 1951, Stockwell,Bowen & Silva-Fuenzalida 1956, Hockett 1958, Crdenas 1960 y Matluck 1965). Eneste modelo toda la frase entonativa constituye una unidad meldica definida en suconjunto. El AN mtrico, por su parte, nace con la irrupcin del generativismo y secaracteriza por una perspectiva en que la meloda es una dimensin superpuesta y ge-nerada por el esquema rtmico de la oracin. Es decir, para el AN mtrico, el ritmo nose considera fruto de la coarticulacin, sino que se concibe como una abstraccinmental (Chomsky & Halle 1968, Liberman & Prince 1977, Pierrehumbert 1987, Sosa1999).

    Aparentemente, las divisiones entre ambos grupos son tan serias que parecenirreconciliables. Pero si se procede a un estudio profundo de ambos enfoques se per-cibe de forma inmediata un punto de partida comn a ambos, a saber, la teora delsigno lingstico de Saussure1, segn la cual la persona y la realidad, aunque existen,no son relevantes en el estudio de la lengua.

    1 Ferdinand de Saussure fue el iniciador de la lingstica estructural con un propsito muydefinido: justificar el carcter verdaderamente cientfico de un anlisis gramatical del lenguaje siem-pre que se justifique de un modo experimental en virtud del vigente comportamiento del habla hu-mana. Al contrario que las tesis comparatistas, opt por concebir el habla humana como un instru-mento de comunicacin dentro de un sistema o estructura del lenguaje, que determina el valor con-creto que se ha de otorgar a cada uno de los elementos por separado ( cfr. Ibez Langois 1985).Tambin estableci una interaccin muy precisa entre lengua y habla, a saber: el domino del hablasiempre supone la posesin de una lengua o de un sistema comunicativo de signos lingsticos. As,estableci una separacin tajante entre la estructura superficial del habla (el de la praxis colectiva) yla estructura profunda, o pre-lingstica (cfr.Vitale 2004).

    A lo largo del s. XXha habido muchas formas de estructuralismo lingstico, ya sea de tipometodolgico, cientfico o filosfico. Chomsky, por ejemplo, recurri al mtodo estructural para

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    Los enfoques estructuralistas parten de la idea de que la lingstica solo tieneque estudiar los signos lingsticos, que son supuestas uniones sistemticas de sig-nificantes y significados (Trubetzkoy 1939). La lengua es, para Saussure (1916), larealidad abstracta que est en la mente de los hablantes; y el habla, el uso que cadaindividuo hace de una parte del sistema. As, el estructuralismo se propone estudiar elsistemafijode la lengua (Bloomfield 1933), y de ello resulta una visin sesgada delfenmeno lingstico2.

    Es innegable que el desarrollo del mtodo estructural ha trado consigo aporta-ciones metodolgicas muy valiosas que, en su mayor parte siguen vigentes, aunque

    tambin presentan un problema principal, a saber, la incapacidad de aprehender laconducta libre y espontnea. En el mbito de la lingstica esto es especialmente gra-ve porque es ah donde surgen los hbitos.

    En mi opinin, la insuficiencia explicativa del estructuralismo y del generati-vismo reside en el dualismo saussureano que separa entre el mundo de las ideas y elmundo de las cosas. Estas escuelas han tenido especiales dificultades en la determina-cin de las unidades fonolgicas. Se trata de unidades que no dicen de por s nada

    positivo, por lo que resulta imposible identificar sin ms significado y referencia; deah que las investigaciones sobre la entonacin se hayan ido desarrollando sin aclararla cuestin de la significacin (cfr.Garca Rivern 2005). Sin embargo, es evidenteque la entonacin desempea un papel articulante tanto en la construccin como en lainterpretacin del sentido de las emisiones. En otras palabras, los contornos entona-

    tivos son objetos que no tienen contenido semntico pero que s desempean un papelcentral en la construccin del significado (pretendido e interpretado).

    Pensamos que si se busca el acceso a un conocimiento profundo de la lenguaviva, el primer paso que hay que dar es el de reconocer que el lenguaje no es un ob-

    jeto autnomo de estudio de una rama de la lingstica. Las fronteras entre la semn-tica y la pragmtica, entre la semntica y la gramtica, entre la gramtica y la fonolo-ga suprasegmental, entre la gramtica y el lxico, entre el lxico y la fonologa seg-mental, y entre la fontica y la fonologa son borrosas. Lo nico que podemos hacer,

    abordar un problema estrictamente filosfico: el innatismo. En este caso trat de justificar la conver-gencia de un doble nivel de lenguaje y de conocimiento en los mltiples usos posibles del habla, asaber: la estructura superficial o la superestructura hablada que toma como un simple epifenmenode un nivel subyacente (cfr.Cruz Cruz 1974).2 Antes de seguir avanzando, es necesario hacer notar que al hablar de la escuela estructura-lista no estamos incluyendo la teora lingstica desarrollada por Coseriu. A pesar de su extensin,merece la pena transcribir una cita de Johannes Kabatek, director del Archivo Eugenio Coseriu: Laimagen del Coseriu estructuralista no solo es parcial, sino incluso falsa. Es falsa en cuanto que Co-seriu solo metodolgicamente parte de la discusin de las ideas saussurianas, y no de la doctrina en-tera de Saussure. Es decir, la lingstica de Coseriu no ha de ser entendida como una escuela lings-tica ms de todas aquellas que continan la doctrina del maestro de Ginebra. Coseriu, en su crtica

    simpattica de Saussure, concibe el lenguaje y el signo lingstico de manera diferente y no acepta

    la parcializacin de una lingstica con la languecomo nico y verdadero objeto, tal y como la pro-pone Saussure y tal como en la actualidad lo conciben las escuelas estructuralistas formales, here-deras del estructuralismo hermtico (Kabatek 2006: 9).

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    como estudiosos, es distinguir esos elementos, pero teniendo siempre muy presenteque se trata de una separacin artificial. Esto es, en parte, lo que pretendemos demos-trar aqu a partir del anlisis de la obra Teora y anlisis de la entonacinde CanteroSerena (2002).

    Lo se sostiene en este artculo es que la semitica peirceana constituye uncampo de inters para los estudiosos del lenguaje en general y de la entonacin en

    particular. En lo que sigue, vamos a tratar de demostrarlo a partir del anlisis de laobra Teora y anlisis de la entonacin de Cantero Serena (2002). Este autor tieneespecial importancia en el mbito de la entonologa porque ha desarrollado un valios-

    simo mtodo de anlisis fenomenolgico de la meloda.

    He escogido esta obra para argumentar que la semitica de Peirce es ms ade-cuada que la de Saussure para el estudio del lenguaje porque la conozco bien; pero

    podra haber elegido cualquier otra siempre que manifestara como punto de arranqueuna teora del signo dualista, como la de Saussure. Cantero Serena es de los pocosautores que yo conozco que reconocen, abiertamente, que la lingstica parte siemprede una teora semitica (pues el lenguaje es un hecho semitico) y en Teora y an-lisis de la entonacinse preocupa de establecer las bases de su estudio sobre una teo-ra del significado. Por otro lado, no quiero dejar de aclarar que, aunque en este tra-

    bajo solo estoy analizando la obra Teora y anlisis de la entonacin(2002), el pen-samiento de su autor ha experimentado una evolucin que ha quedado manifiestadesde la publicacin de dos artculos fundamentales: Complejidad y competencia

    comunicativa (Cantero Serena 2008) y Anlisis meldico del habla: complejidad yentonacin en el discurso (Cantero Serena & Mateo Ruiz 2011), aunque en estostrabajos Cantero elude establecer de forma explcita las bases semitico-pragmticasde su nuevo planteamiento.

    Quiero detenerme en la explicacin del modo en que el sistema categorial deChales Sanders Peirce arroja luz y permite hacer ms inteligible el fenmeno entona-tivo y su proceso de interpretacin. Pero, antes, considero oportuno exponer resu-midamente el contenido de la obra de Cantero Serena (2002).

    2. TEORA Y ANLISIS DE LA ENTONACIN DE CANTERO SERENA(2002)

    En la obra se afirma el carcter fonolgico de la entonacin, pero, a diferenciade los AN mtrico y meldico, se distinguen tres niveles de actuacin entonativa:

    prelingstico, lingstico y paralingstico. El primero tiene la propiedad de integrary delimitar el discurso, al segundo le es propia la funcin de distinguir significadosfonolgicos (opositivos) y el tercero aporta el contenido expresivo que en toda inter-vencin se manifiesta. Esto le permite:

    a) Establecer unas unidades fonolgicas suprasegmentales, los tonemas, que noson simples productos mentales (como ocurra en el AN), sino que tienen base fonti-

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    ca, concretamente estn fundados en la estructura acentual (entonacin prelin-gstica).

    b) Determinar un nivel de significacin estrictamente fonolgico, indepen-diente de otros niveles de significacin, y asociado a una forma fnica (no gramatical)definida (entonacin lingstica).

    c) Ubicar en el mbito de la fonoestilstica la descripcin del significado prag-mtico y actitudinal de la entonacin (entonacin paralingstica).

    1)Entonacin prelingstica. La propuesta se asienta en la realidad acstica de

    la meloda. El autor distingue dos tipos de acentos: elparadigmtico, que es la vocaltnica de las palabras lxicas, y el sintagmticoque es el ltimo acento paradigmticodel grupo, puesto de relieve sobre los dems acentos paradigmticos mediante una in-flexin tonal. Ambos conceptos son clave para entender que el acento y la entonacinestn estrechamente relacionados: forman parte de una misma realidad de manera quela estructura acentual constituye la estructura entonativa. Se trata de fenmenos quevienen informados por el mismo parmetro acstico, la frecuencia fundamental (F0),y que se funden para establecer lo que denomina jerarqua fnica. Esta tiene la fun-cin de cohesionar el discurso y de facilitar la identificacin de los grupos fnicos y lacomprensin del habla.

    Esta explicacin de la realidad meldica constituye una concepcin ms cer-tera de la realidad sonora del habla que la tradicional cadena fnica. Adems, frente a

    los anlisis nucleares de la entonacin, que solo tienen en cuenta la inflexin del finaldel contorno, este modelo toma en consideracin las inflexiones tonales de las demsvocales tnicas del grupo. Y, frente a los anlisis meldicos, la perspectiva de CanteroSerena (2002) permite seleccionar solo los puntos fnicamente relevantes (vocales,vocales tnicas y ltima vocal tnica).

    2)Entonacin lingstica. El segundo nivel de la teora es, segn el autor, elnico que es lingsticamente relevante. Cantero considera que la entonacin forma

    parte del nivel fonolgico y la relacin que mantiene con otros niveles (no solo sin-tctico sino tambin lxico, discursivo o pragmtico) se produce a partir de su propiaforma de significar, que consiste en establecer oposiciones.

    Si se parte de la concepcin estructuralista de la lengua, la particularidad de lossignos lingsticos fonolgicos reside en el carcter opositivo de su significado. As,

    Cantero Serena, influido por el concepto de aliedad de Muljacic

    (1969) y por la defi-

    nicin de fonema de la escuela de Praga (Trubetzkoy 1939), sostiene que la entona-cin lingstica es un signo lingstico formado por un contorno entonativo (signifi-cante) y un significado fonolgico estable que son las relaciones opositivas que seestablecen entre las unidades fonolgicas. En otras palabras, el autor establece unaunidad fonemtica superior al fonema: el tonema, cuyo significado, como en el casodel fonema, es un significado establecido por las oposiciones entre los diferentes con-tornos entonativos relevantes lingsticamente.

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    Los tonemas se definen por rasgos binarios de carcter exclusivamente fnico:/interrogacin/, /nfasis/, /suspensin/, rasgos que no son descriptivos sino clasifi-catorios, que se definen por oposicin y que, combinados, permiten distinguir losocho tonemas siguientes (que se corresponden con los signos de puntuacin que apa-recen a la derecha).

    1. /+ interrogativo, + enftico, + suspendido/ ...?!2. /+ interrogativo, + enftico, - suspendido/ ?!3. /+ interrogativo, - enftico, + suspendido/ ?4. /+ interrogativo, - enftico, - suspendido/ ?

    5. /- interrogativo, + enftico, + suspendido/ !6. /- interrogativo, + enftico, - suspendido/ 7. /- interrogativo, - enftico, + suspendido/ 8. /- interrogativo, - enftico, - suspendido/ .

    Los tonemas, adems, presentan unas melodas tpicas (patrones meldicos) yamplios mrgenes de dispersin que pueden definirse a partir de la descripcin acs-tica de los elementos estructurales del contorno.

    3) Entonacin paralingstica. El nivel paralingstico de la entonacin es elque transmite los contenidos de tipo expresivo, emotivo, sociolingstico y geogr-fico. Aporta, por tanto, informacin de carcter personal y contextual, desempea im-

    portantes funciones comunicativas (pragmticas) y obedece a ciertos cdigos socia-les inestables pero especficos de cada grupo (Cantero Serena 2002: 206). Sin em-

    bargo, para el autor este es un nivel que no parece sistematizable, por lo que no loconsidera lingsticamente relevante y, dice, la lingstica actual no contempla su es-tudio sino que es necesario establecer una nueva especialidad que, dentro de la disci-

    plina, se encargue del estudio de estos fenmenos:

    El estudio de los fenmenos fnicos que pertenecen al plano expresivo [] debe en-globarse en una nueva disciplina: la fonoestilstica. [] esta rama especial de la lin-gstica englobara el estudio de los rasgos del habla que no son relevantes lingstica-mente (Cantero Serena 2002: 187-8).

    En resumen, la teora de Cantero Serena constituye una aportacin de inesti-mable valor para el estudio fonolgico del fenmeno; sin embargo, en opinin dequien escribe estas lneas, tiene dos desventajas: por un lado, la de considerar que elobjeto de estudio de la lingstica es, tan solo, el signo entendido desde el dualismosaussuriano y, por otro lado, la de separar excesivamente los niveles que distingue. Lo

    hace hasta tal punto que parece que no considera que los niveles que seala cons-tituyan una nica unidad simblica.

    Ciertamente, las variaciones meldicas del nivel paralingstico de la entona-cin no modifican la comprensin del contenido en un primer y rudimentario nivel designificacin, pero, en la comunicacin, no solo importa la transmisin de informa-cin codificada; tan importante es la informacin como el objetivo que se pretendelograr al hacerlo: amenazar, advertir, reprochar, ser amable, etc. En ocasiones, in-cluso, resulta ms importante lo que se insina que lo que se expresa.

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    El propsito, adems de ser decisivo en la produccin de la seal, lo es tambin en lainterpretacin: en efecto, interpretar adecuadamente la seal pasa necesariamente porser capaz de reconocer la intencin comunicativa con que emisin (Escandell Vidal2005: 23).

    Por eso, reducir la descripcin de la entonacin al sistema fonolgico resulta,en mi opinin, descriptivamente inadecuado.

    Considero que sera interesante repensar la teora de Cantero Serena a la luz delas ideas del norteamericano Charles S. Peirce, pues su teora de la semiosis como lacirculacin social del sentido hace inteligible el fenmeno entonativo. Los tres nivelesde la entonacin que ha descrito Cantero no pueden representarse mediante el modelodidico porque hacerlo implica desatender al nivel paralingstico de la entonacin, yla estructura meldica que presentan los enunciados remite, casi inevitablemente, a re-flexiones de tipo pragmtico y social (cfr.Garca Rivern 2005, 2010).

    La entonacin es un suceso tridico irreductible: la manera de segmentar fni-camente las emisiones condiciona la interpretacin fonolgica que hace el usuario, yla emocin no es algo que se agregue a la representacin fonolgica, sino que muchasveces es lo que la suscita. En otras palabras, la entonacin no es un conglomerado deniveles porque la realidad lingstica y comunicativa no se encuentra dividida. Portanto, me parece ms til reconocer que si se llega a distinguir estos niveles es graciasa un proceso de anlisis y abstraccin creativo. Es un proceso que si bien ayuda ex-

    plicar como se ver ms adelanteel carcter sgnico de la entonacin, conlleva

    un elevado coste terico que consiste en perder de vista su interdependencia estructu-ral. Cualquiera que sea el nivel en que se realicen las observaciones, por muy deta-llado que resulte el anlisis, los tres son constituyentes de un todo unificado.

    Las categoras peirceanas enriquecen la descripcin de Cantero Serena porqueconcibe los niveles como reales e identificables; pero dependientes. Las dimensionesde la entonacin (entonacin prelingstica, entonacin lingstica y entonacin para-lingstica, segn su terminologa) no pueden actualizarse de manera independiente.

    3. OTRO PUNTO DE PARTIDA: LA SEMITICA PEIRCEANA

    Las categoras peirceanas constituyen un sistema complejo que facilita la cla-

    sificacin y la descripcin de las ideas que surgen de la experiencia ordinaria. Se tratade lo que sus estudiosos denominan condiciones de inteligibilidad (cfr.Barrena 2007),por las que se pueden conocer las cosas. Sin embargo, y a di ferencia de los sistemascategoriales de Aristteles o Kant, Peirce insiste en que las tres ideas presentan talcontinuidad que puede hablarse de proceso; es decir, no son tres elementos inde-

    pendientes, sino que se encuentran entrelazados. Con el deseo de expresar tal depen-dencia y la relacin entre las partes, el fundador del pragmatismo busc una denomi-nacin sorprendente que expresa esa sucesin: primero, segundo y tercero.

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    La Primeridad es el modo de ser de aquello que es como es, positivamente y sinreferencia a ninguna otra cosa.

    La Segundidad es el modo de ser de aquello que es como es, con respecto a unasegunda cosa pero con independencia de toda tercera.

    La Terceridad es el modo de ser de aquello que es como es, en la medida en quepone en mutua relacin a una segunda cosa con una tercera (PeirceDPP: 1904).

    Estas definiciones tan generales permiten que el sistema categorial peirceanosea aplicable en mbitos diferentes donde adquiere denominaciones ms concretas.As

    si nos referimos al sujeto puede hablarse de sensibilidad, esfuerzo, hbito. Si considera-mos el objeto: cualidad, realidad, ley. Si nos referimos a las formas de ser: posibilidad,realidad necesidad. En el mbito de la lgica: abduccin, induccin, deduccin. En elmbito de la semitica: signo, objeto, interpretante (Castaares 2006: 1318).

    Como se ve, estas relaciones triples son, para Peirce, el objeto de estudio de lasemitica. En otras palabras, el objeto de la semitica peirceana, ms que el signo, esla semiosis, y esta es la razn por la que pensamos que este autor3proporciona unateora del significado y la representacin que puede constituir un buen punto de par-tida para el estudio del lenguaje. Peirce parte de la conviccin de que la significacines siempre tridica, tal como lo es la meloda del habla. Para Peirce, esta tiene siem-

    pre tres elementos: signo, objeto e interpretacin.

    Peirce ofrece la siguiente definicin de signo:

    Un signo o representamen es algo que est por algo para alguien en algn aspecto o ca-pacidad. Se dirige a alguien, esto es, crea en la mente de esa persona un signo equiva-lente, o quizs un signo ms desarrollado. A ese signo que crea lo denomino interpre-tante del primer signo. El signo est por algo, su objeto (PeirceCP:2228).

    De este modo, un signo es algo que est por otra cosa en referencia a una men-te. Lo que Peirce denomina interpretante (el nivel paralingstico) es, a su vez, unnuevo signo (tridico) que el objeto crea en la mente del que usa el signo. As, laentonacin paralingstica co-determina la interpretacin fonolgica y la segmenta-cin formando una especie de estructura fractal o espiral. La entonacin supone, pues,la mediacin entre el signo y el objeto y cumple la funcin propia del signo. Si la en-tonacin no tuviera la capacidad de producir esos efectos interpretantes, no sera sig-nificativa.

    Con el mtodo4de anlisis de la entonacin que ofrece Cantero Serena (2002)es posible considerar el estudio de los rasgos meldicos que estn al servicio de las

    3 Muchas de las ideas del cientfico y filsofo norteamericano Charles Sanders Peirce (1839-1914) han sido revalorizadas y asimiladas en muchos campos del conocimiento y han tenido una fe-cundidad notable. El mbito de la Lingstica no es una excepcin. El descubrimiento de las ideas dePeirce llev a autores como Jakobson, Morris o Grice a cuestionar el estructuralismo heredado deSaussure y a dirigir sus teoras hacia enfoques ms pragmticos.4 Font-Rotchs (2005) ha implementado el mtodo de Cantero Serena (2002) y Mateo Ruiz(2010) lo ha automatizado.

    http://www.philosophica.info/voces/peirce/Peirce.html#CPhttp://www.philosophica.info/voces/peirce/Peirce.html#CPhttp://www.philosophica.info/voces/peirce/Peirce.html#CPhttp://www.philosophica.info/voces/peirce/Peirce.html#CP
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    variaciones estilsticas5. Esto, sin embargo, requiere que se modifique el punto de par-tida. El signo peirceano dinmico; el de Saussure, esttico (cfr. Vitale 2004). ParaPeirce el signo est en un proceso continuo de flujo, de incesante cambio.

    As pues, propongo interpretar el fenmeno entonativo como una unidad: unsigno con tres vrtices cuya funcin es dotar de sentido a las emisiones. Para lograr talefecto es necesario que un interpretante actualice la meloda integrada en bloquesfnicos. As, el sentido que aporta la entonacin paralingstica se realiza a travs deun uso significativo de la entonacin (lingstica) que no se identifica con lo real yempricamente analizable (pre-lingstica).

    La teora de la entonacin propuesta por Cantero Serena puede leerse, a la luzde Peirce, como un proceso en el que intervienen tres niveles. Un compuesto indivi-sible, sin partes y con modos de actualizacin ilimitados.

    A Peirce le gustaba enfatizar que no puede haber Segundo sin un Primero, yque no puede haber Tercero tanto sin un Primero como sin un Segundo. Es decir, laSegundidad necesita que aparezca la Primeridad, lo Tercero necesita tanto la Primeri-dad como la Segundidad para ser. Lo mismo ocurre con los niveles de la entonacin:no hay distincin fonolgica si no existe la expresin. Y no puede haber integracinfnica si no existe la expresin y la oposicin fonolgica. Por otra parte, el nivel ex-

    presivo produce distinciones fonolgicas y la expresin de los contenidos fonolgicosy pragmticos necesita de una base material, fontica, para que su aparicin puedamaterializarse. Queda claramente de manifiesto la solidaridad entre los aspectos inten-cionales, pragmticos, gramaticales, fonmicos y fonticos.

    Estimamos que esta es una manera de empezar sin renunciar a un plantea-miento global del problema de la significacin, porque la significacin es siempre unarelacin tridica. La entonacin no es la mera suma aditiva de sus partes, sino que seestructura con procesos dinmicos que se despliegan de acuerdo con la jerarqua fni-ca y que confluyen produciendo entidades fonolgicas que son representacionesabiertas que permiten la expresin de los ms diversos sentidos.

    Para definir el sistema de entonacin es preciso adoptar un enfoque []que permita enprimer lugar, segmentar las unidades de entonacin directamente del habla espontnea[] donde esta se realiza en situaciones comunicativas reales y donde es posible definirtoda la riqueza de las variaciones semntico-pragmticas que expresa al interaccionarcon diferentes estructuras lxico-gramaticales, gestos entre otros medios de comunica-

    cin (Garca Rivern et al.2010: 6).Cantero Serena (2002) propone una teora tridica del fenmeno entonativo,

    detecta y describe agudamente el nivel paralingstico de la entonacin, al que dedicados captulos excelentes del libro. Aparentemente, descarta su estudio por conside-

    5 De hecho, recientemente, Font-Rotchs & Mateo Ruiz (2011) han publicado un trabajo sobrela interrogacin absoluta en castellano que lo demuestra. Asimismo, el grupo de Fonoestlstica de laUniversidad de Valencia, que dirige el Dr. Hidalgo Navarro, est empleando el mtodo de anlisisque propone Cantero Serena en sus investigaciones sobre los efectos pragmticos de la entonacin.

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    rarlo muy variable y poco relevante de acuerdo con el enfoque de corte estructuralistadel que parte. Esto se comprende si se tiene en cuenta el hecho de que el autor escribela obra con la intencin de hacer una contribucin a la fonologa suprasegmental (poreso insiste en la definicin de signo lingstico y en el carcter fonolgico del signi-ficado entonativo). El de la fonologa es un mbito que todava hoy sigue encerradoen los lmites del dualismo. Un dualismo que provoca la caracterstica escisin entreel aspecto interior y exterior, y que se encuentra en la raz de la divisin de las dos po-tentes corrientes de pensamiento lingstico, a saber, el estructuralismo y el generati-vismo.

    Es necesario adoptar otro enfoque que ayude a entender al hombre y su len-guaje como relacin de ambos aspectos. Si se lee la teora de la entonacin de CanteroSerena (2002) a la luz de Peirce y se omite la argumentacin sobre el supuesto ca-rcter lingsticode la entonacin, es posible dar cuenta de la inevitable complejidadque presenta la sistematizacin del nivel paralingstico, determinado por cada ha-

    blante y cada contexto.

    Este tipo de acercamiento se ha empezado a llevar a cabo por autores comoGarca Rivern (2005) o Devs Herraiz (2011), y los resultados alimentan la espe-ranza de desarrollar una lingstica compleja que respete la naturaleza y el dinamismode la accin humana (Ballesteros Panizo 2011a, 2011b, 2011c).

    Se trata de una concepcin del lenguaje que encaja, perfectamente, con la pro-puesta de Fnagy (1983) segn la cual existe una tercera articulacin del lenguaje queengloba todos los rasgos fnicos segmentales y suprasegmentalesy gestuales quecompletan el sentido de los enunciados. Este planteamiento me parece ms acertadoque el de Martinet6 porque constituye una forma estimulante para no relativizar laimportancia de la codificacin paralingstica. Tambin se adapta bien a la separacinque Coseriu hace de los tres niveles del hablar: el universal, el histrico y el indi-vidual (cfr.Coseriu 1992: 80 y ss.).

    4. HACIA UNA TEORA NO REDUCCIONISTA

    La fonologa es posterior a la fontica, pero imposible si no se actualiza en lavoz de un alguien concreto. Umberto Eco ha dicho que sin gente que emita sonidosno existe la fonologa, aunque sin el sistema que postula la fonologa, la gente seraincapaz de distinguir los sonidos que emite (1990: 35). Aunque el autor se est re-firiendo a la fonologa segmental, esta idea es tambin perfectamente aplicable a lafonologa suprasegmental.

    Ciertamente, parte de la interpretacin del mensaje se basa en las oposicionesque la entonacin permite establecer; pero tambin en la gramtica, en las palabras,

    6 Como es bien sabido el lingista francs Andr Martinet aludi a la doble articulacin dellenguaje, a partir de la teora del signo propuesta por Saussure.

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    los gestos y, de forma inevitable, en las emociones e intenciones que actualiza laentonacin paralingstica. La interpretacin se basa, como se ve, en la propia na-turaleza humana, que es corprea, inteligente, emotiva y cultural (Yepes 1996). En miopinin, el nivel paralingstico de la entonacin es el ms interesante y difcil en elconocimiento de la actividad hablante del ser humano.

    El lenguaje es una de las caractersticas ms universales del comportamientohumano y la ms comnmente aceptada como especfica (Pinker 1994). Se trata deuna conducta que esconde una complejidad asombrosa que se va poniendo de mani-fiesto a medida que se amplan los conocimientos disponibles sobre su adquisicin y

    funcionamiento. Quizs sea, precisamente, esa combinacin de naturalidad y comple-jidad lo que explique el inters que siempre ha despertado su estudio, pues es un m-bito privilegiado de encuentro entre dos mundos: el de lo fsico y lo mental (Balles-teros Panizo, en preparacin). Por eso, cuando se estudia el lenguaje late siempre la

    pregunta sobre quin y cmo es el ser humano. Coincido con Tusn en la idea de quehay que dejar bien clara la pareja indisociable hablante-lengua (cfr.Tusn 2000). Estosignifica que no se puede estudiar el lenguaje como si pudiera vivir sin las personas yque no se puede estudiar al ser humano prescindiendo del estudio del lenguaje. Lasciencias humanas, sociales, no pueden responder a todos sus interrogantes mediantefrmulas matemticas sin desatender alguna de las dimensiones del objeto-sujeto queestudian.

    Podemos investigar el lenguaje desde su lado objetivo ( ergon): un conjunto

    unitario de estructuras fonolgicas, morfolgicas, sintcticas y lxico-semasiolgicasque se ponen de manifiesto en el uso lingstico (Briceo Guerrero 1970, 25), perodebemos acercarnos tambin al lenguaje desde su ngulo subjetivo (enrgeia), porqueel lenguaje es una actividad psicofsica que se sirve del sistema de signos ya des-crito, con el objeto de expresar estados de nimo, influir en la conducta de los otros ytransmitir contenidos intelectuales de ndole conceptual (Briceo Guerrero 1970,25). Pues

    El lenguaje no es, en primer trmino, empleo, sino creacin de significados y, por tanto,tampoco es simplemente produccin de signos materiales para significaciones ya dadas,sino que es creacin de contenido y expresin al mismo tiempo. [ ] El lenguaje comoenrgeiaes, en un solo acto, conocimiento y forma de fijacin y objetivacin del cono-cimiento mismo. (Coseriu 1977, 26-27).

    Aunque podamos distinguir estos planos de anlisis (objetivo y subjetivo), enrealidad, se co-determinan porque la accin humana pone en juego la totalidad deldinamismo de la persona. En otras palabras, lo fsico (lo puramente lingstico, si sequiere) es solouna de las condiciones de posibilidad de las acciones humanas;

    pero existen otras (vid.Ballesteros Panizo 2012). La lengua (las ideas) no est sepa-rada del habla (las cosas): lo abstracto, la lengua, es solo potencia y tiene una ciertaexistencia, pero no como un algo separado del habla, sino como un momento de lascosas, como un acto de habla (beda 2010).

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    5. SOBRE LA INFERENCIA DEL SIGNIFICADO

    Decamos, al comienzo, que tenamos la doble intencin explicar el modo enque el sistema categorial de Charles S. Peirce permite hacer ms inteligible, por unlado, el fenmeno entonativo y, por otro, su proceso de interpretacin. En los prrafos

    precedentes, a la luz de Peirce, hemos considerado la entonacin como una relacintridica no susceptible de ser descompuesta y que sirve al hombre para dar significadoa los enunciados. Esto nos ha llevado a cuestionar la tesis estructuralista (segn lacual el significado es una entidad abstracta que viene dada por la idea que suscitan las

    palabras en la mente) porque, con palabras del ltimo Wittgenstein fuera del uso, elsigno est muerto (1953: 432). Es decir, existe una gran conexin entre el signifi-cado y el uso; el uso de la lengua tiene lugar a travs de la entonacin, por lo que

    puede decirse que el significado de las palabras y de las oraciones viene condicionadopor la entonacin con que se enuncia. Si se adopta este enfoque realista y se consideraque el significado es un modo de acceso a lo real que responde al diverso modo enque se da la realidad misma (Nubiola & Conesa 2002: 142), resulta ms adecuadoconcebir los tres niveles de actuacin entonativa que distingue Cantero Serena comouna nica unidad simblica, lo cual, adems, explica que quepan infinitas variacionesen el significado de una expresin segn la entonacin que empleemos en un contexto(o, mejor, en un entorno7) determinado. Pero cmo se infiere el significado de la en-tonacin y en qu sentido ayuda el sistema categorial de Peirce a entender esa opera-cin? Las claves para responder a esta pregunta las he encontrado un texto escrito por

    el mdico y novelista Walker Percy en 1975, que dice as:La teora de la abduccin de Charles Peirce es una estrategia vlida y posiblemente tilpara aproximarse al lenguaje como fenmeno (Percy 1975: 320).

    Dicha teora consiste en desvelar que, adems de los modos de inferencia tra-dicionales, deduccin e induccin, hay un tercer modo al que llam abduccin o, msfamiliarmente,guessing.Esta operacin es espontnea y consiste en la generacin deuna hiptesis, una conjetura que, sin embargo, nos parece del todo plausible. Veamoslos ejemplos que proporciona Peirce para explicar estas distinciones (Peirce CP:1878):

    HIPTESIS / ABDUCCIONRegla.Todas las judas de esta bolsa son blancas.Resultado.Estas judas son blancas.

    Caso.Estas judas son de esta bolsa.INDUCCINCaso.Estas judas son de esta bolsa.Resultado.Estas judas son blancas.Regla.Todas las judas de esta bolsa son blancas.

    7 Pues, aunque los enunciados se construyen segn las pautas que marca el sistema fonolgicode las lenguas, la interpretacin que de ellos hacemos se ve enriquecida y completada al tomar enconsideracin la situacin y la meta comunicativa, por un lado, y el conocimiento del mundo y la in-tersubjetividad de los interlocutores, por otro.

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    DEDUCCINRegla.Todas las judas de esta bolsa son blancas.Caso.Estas judas son de esta bolsa.Resultado.Estas judas son blancas.

    As, la abduccin arranca de los hechos, sin tener, al inicio, ninguna teora par-ticular a la vista y busca una teora. La induccin, por su parte, busca los hechos quele sugiere la hiptesis. Por ltimo, la deduccin explora las consecuencias lgicas delos enunciados. Como se ve, tanto las inducciones como las abducciones no contienenen s la propia validez y requieren ser confirmadas, verificadas.

    Para Peirce, abduccin deduccin e induccin son tres clases de razonamientoque no discurren de modo independiente o paralelo, sino integradas y cooperando enlas fases sucesivas del proceso asignacin de significado.

    Pierce explica que a la abduccin viene asociada tipo de emocin, cosa quedistingue esta operacin de la induccin y la deduccin y que esclarece todava ms elmodo de inferir el significado de la entonacin:

    Cuando nuestro sistema nervioso es excitado de manera que existe una relacin entrelos elementos de la excitacin, el resultado es una alteracin simple y armoniosa quedenomino emocin. As, los diversos sonidos por los instrumentos de una orquesta im-presionan el odo, y el resultado es una emocin musical peculiar distinta de los sonidosen s. Tal emocin es, esencialmente el mismo fenmeno de inferencia hipottica, y to-da inferencia hipottica comprende la produccin de una emocin similar. Podemos de-

    cir, por consiguiente, que la hiptesis produce el elemento sensorio del pensamiento yla induccin el elemento habitual (Peirce CP: 2643).

    A la luz de estas ideas consideramos que los juicios perceptivos que se emitenen la interaccin son el resultado de un proceso no suficientemente consciente paraser controlado al que bien podemos llamar abduccin. Pensamos que el valor signi-ficativo de la entonacin se deriva de la decisin tomada como conjetura por

    parte del receptor de considerarla pertinente.

    En otras palabras, en la interaccin oral, los hablantes abducimos de maneraconstante y espontnea acerca de lo que el otro nos quiere decir. Nos fiamos de nues-tra interpretacin, aunque sabemos que se trata de una conjetura, porque nos parece

    plausible, y solemos acertar porque estamos guiados por una serie de hbitos proce-dentes de prcticas sociales extendidas, de los que somos ms o menos conscientes.

    Esta operacin abductiva es un instinto humano que depende percepcin in-consciente de conexiones entre diferentes aspectos del mundo una comunicacinsubliminal de mensajes (Peirce CP:5181). En el caso que nos ocupa, la conexin

    parece establecerse entre diferentes parmetros acsticos (Devs Herraiz 2011), losgestos (Torregrosa 2006) y la sintaxis (Garachana Camarero & Hilferty Longanecker2005). Son conexiones entre signos que tienen naturaleza sociocultural porque elsignificado es una unidad cultural cuya representacin puede ser solo entendida a

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    travs de otras unidades culturales ulteriores (Eco 1990: 74) Este tipo de conexiones,sin embargo, no estn todava suficientemente exploradas8

    El estudio de estas conexiones entre signos no consiste ni puede consistir en laenumeracin de serie de principios directivos como siempre ha pretendido el es-tructuralismo porque el significado es el resultado de un complejo proceso social. Lanocin de signo que maneja la semitica peirceana no se basa en la identidad, sino enla inferencia por lo que la significacin tiene siempre carcter interpretativo. Para lo-grar descripciones completas, complejas y satisfactorias no se puede recurrir a niconivel de anlisis (fonolgico o sintctico) sino que resulta imprescindible integrar to-

    das las facetas que sean pertinentes del acto de habla particular que se quiera estudiar.

    La explicacin terica ha de aspirar a descubrir fenmenos si no sistemticos,son suficientemente regulares; ha de procurar, en definitiva, una cadena de argumen-tos que no son necesariamente consecutivos los unos respecto de los otros, pero queson lo bastante fuertes y que suministran razones suficientes para garantizar la ade-cuada interpretacin del significado.

    Peirce consider que la abduccin estaba en el corazn no solo de la actividadcientfica, sino tambin de todas las actividades humanas ordinarias, y esta es la razn

    por la que consideramos que su teora de por qu la gente adivina tan a menudo,ilumina la cuestin de la construccin del significado ponindolo en conexin conotros cdigos expresivos y procesos inferenciales.

    6. CONCLUSIN:

    La lectura de la obra Teora y anlisis de la entonacin(2002) a la luz de Peir-ce sugiere que los niveles que seala Cantero Serena constituyen una sola unidadsimblica. Esto, sin embargo, exige que el lector se desvincule de la teora lingsticaestructuralista en la que el autor la enmarca. Desde una perspectiva estructuralista, loque interesa, sobre todo, es demostrar que el funcionamiento fonolgico de la ento-nacin es incuestionable.

    En este artculo se ha intentado mostrar lo interesante e inspirador que puederesultar repensar la obra de Cantero Serena (2002) desde las ideas del norteamericanoCharles S. Peirce. Considerar la semiosis como la circulacin social del sentido hace

    8 Pensamos es un campo de gran inters en el mbito de la enseanza de lenguas extranjerasporque al paralenguaje conforma junto con el lenguaje y la kinsica la estructura tripartita de la co-municacin: lo que decimos (lenguaje), cmo lo decimos (paralenguaje) y cmo nos movemos (kin-sica). Estas agrupaciones tridicas cumplen funciones definidas dentro de cada cultura: se trata designos que, al ser interpretados por alguien, ven incrementado su significado. La interpretacin es enuna parte personal, privada y subjetiva; pero cada cultura tiene un conocimiento compartido, es decir,unos criterios perceptivos que llevan a comprender la realidad en un determinado sentido; por eso, seha dicho que convertirse en un miembro normal de una cultura es, sobre todo, una cuestin de apren-der a percibir, pensar y comportarse como lo hacen los dems miembros de esa cultura (Janney &Arndt 1992: 30).

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    inteligible el fenmeno entonativo, objetivo que no alcanza la teora saussuriana delsigno. Los tres niveles de la entonacin que ha descrito Cantero Serena no puedenrepresentarse mediante el modelo didico porque hacerlo implica desatender al nivel

    paralingstico de la entonacin, y la estructura meldica que presentan los enun-ciados remite, casi inevitablemente, a reflexiones de tipo pragmtico y social. La en-tonacin es un suceso tridico irreductible.

    Pienso que la semiosis, tal como la entiende y explica Peirce, constituye unbuen punto de partida para la lingstica por dos motivos negativos, a saber, (1) no esdual y (2) no busca captar esencias puras, y por dos motivos positivos: (1) parte de la

    experiencia bruta de la lengua y de la comunicacin real y objetiva y (3) es capaz deexplicar la unidad del todo mltiple y la complejidad dinmica.

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