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202 Gramática de la argumentación mentativo. O sea, son pocos los IF para el nodo ARG. No existe un verbo del tipo: ahora yo argumento. Hay formas genéricas, discursivas y conversacionales del tipo: ahora te lo demuestro, ahora te explico. Véase, por ejemplo, un fragmento de la novela El misterio de la crip- ta embrujada. (4) Ahora, en cambio, lo veo todo claro, y para que ustedes también lo vean así, empezaré por el principio. Es evidente que Peraplana estaba, y debe de estar aún, metido en nego- cios sucios: drogas quizá, si no algo peor. Bastará para dilucidar este pun- to echar una ojeada a los libros mayores y menores, que los comerciantes ocultan con igual celo que las mujeres los labios homónimos. Hace seis años, seguramente al inicio de sus actividades delictivas, alguien descu- brió la naturaleza de tales manejos o, sabiéndola de antiguo, amenazó con hacerla del dominio público. No excluyo la posibilidad del chantaje e incluso me inclino por ella. Sea como fuere, Peraplana o sus sicarios mataron al individuo en cuestión. Peraplana era y es todavía un hombre influyente, pero no tanto que pudiera escapar impune a un asesinato si éste se descubría, como sin duda estaba a punto de suceder. Decidió en- tonces ocultar el crimen con otro crimen de naturaleza tal que las auto- ridades se avinieran a darle carpetazo, enterrando inadvertidamente con uno el otro, al que este último había de parecer vinculado. Creo que me explico con claridad. En el texto, el yo narrador se disculpa e indica al comisario cómo podrían haber ido las cosas, afirmando tenerlo todo claro y saber lo que había pasado y quién era el asesino. Comienza diciendo: «es evidente que Peraplana estaba metido en asuntos sucios». Lo de- muestran (<<bastaría para dilucidar este punto») los libros (<<mayores y menores») donde podemos encontrar trazas de actividades ilícitas por las que probablemente alguno intente chantajearlo. En cualquier caso (<<sea como fuere»), sostiene el yo narrador, haciendo un salto de razonamiento, Peraplana o sus sicarios mataron al personaje en cues- tión. El narrador crea aquí una tensión y hace un salto de razona- miento usando un modal casi deóntico «sea como fuere». Dicho esto por el narrador, observa éste que aunque Peraplana fuese un hombre influyente, no lo era en la medida (<<pero no tanto que») de quedar impune si se descubriese que él era el asesino. Por lo cual, (<<entonces») decidió esconder un crimen con otro crimen. Este he- cho se presenta como una tesis que se explica y demuestra con los eventos. Y sigue luego «creo que me explico con claridad» anun- ciando buenas intenciones de claridad argumentativa como para in- Los indicadores de fuerza 203 fluenciar en el proceso persuasivo. Narración y argumentación se combinan tanto aquí como en el cuento de los topos. Esto es válido para muchos textos argumentativos en generaL En este caso, algunos eventos ocupan el lugar de las tesis, mientras otros eventos y des- cripciones ocupan el sitio de los argumentos aportados en defensa de las tesis o para indicar las causas de ciertos hechos. También una des- cripción como la del personaje Vincenzo Hermafrodito Halfmann (cuyo apellido ya predispone negativamente) que se presenta como un «individuo de origen oscuro» y de este modo determina el pro- ceso de persuasión y, en consecuencia, un argumento en favor de la tesis sostenida. El fragmento es un ejemplo de argumentación en el que los pro- tagonistas toman posiciones contrastadas. El comisario anuncia de forma explícita que expone su contraargumentación sirviéndose del indicador «te vaya exponer el problema sin tapujos». Presenta, en efecto, una serie de contraargumentos (empezando con «ante todo») que intentan debilitar la tesis de inocencia del yo narrador. Pero la contraargumentación del comisario resulta también muy opinable y con tendencia a impresionar recurriendo a tesis que parecen falacias sutiles. A la objeción del yo narrador de haber cumplido con su de- ber (<<no hice más que cumplir: con mi deber») el comisario insinúa que el juez probablemente será de otra opinión y que no piensa que se libre de la «prisión mayor». Pero intentemos clasificar los tipos de indicadores de fuerza de un acto argumentativo directo en castellano (no sé si existen indica- dores de fuerza para actos lingüísticos argumentativos indirectos) sin pretensión de ser exhaustivos. 6.1.1. La naturaleza de los indicadores de fuerza Se puede distinguir entre indicadores de fuerza que: a. Introducen el macroargumento (ahora me explico, el razona- miento es éste, ahora se demuestra por qué); b. Introducen un argumento o un dato: justificadores (puesto que, porque, de hecho, en efecto, dado que, ya que, ya que es cierto que, también porque, considerando que, partiendo del hecho que, y la prueba es que, yeso es porque, luego, uso del ge- rundio);

2. Indicadores de Fuerza

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  • 202 Gramtica de la argumentacin

    mentativo. O sea, son pocos los IF para el nodo ARG. No existe un verbo del tipo: ahora yo argumento. Hay formas genricas, discursivas y conversacionales del tipo: ahora te lo demuestro, ahora te explico. Vase, por ejemplo, un fragmento de la novela El misterio de la crip-ta embrujada. (4) Ahora, en cambio, lo veo todo claro, y para que ustedes tambin lo

    vean as, empezar por el principio. Es evidente que Pera plana estaba, y debe de estar an, metido en nego-cios sucios: drogas quiz, si no algo peor. Bastar para dilucidar este pun-to echar una ojeada a los libros mayores y menores, que los comerciantes ocultan con igual celo que las mujeres los labios homnimos. Hace seis aos, seguramente al inicio de sus actividades delictivas, alguien descu-bri la naturaleza de tales manejos o, sabindola de antiguo, amenaz con hacerla del dominio pblico. No excluyo la posibilidad del chantaje e incluso me inclino por ella. Sea como fuere, Peraplana o sus sicarios mataron al individuo en cuestin. Peraplana era y es todava un hombre influyente, pero no tanto que pudiera escapar impune a un asesinato si ste se descubra, como sin duda estaba a punto de suceder. Decidi en-tonces ocultar el crimen con otro crimen de naturaleza tal que las auto-ridades se avinieran a darle carpetazo, enterrando inadvertidamente con uno el otro, al que este ltimo haba de parecer vinculado. Creo que me explico con claridad.

    En el texto, el yo narrador se disculpa e indica al comisario cmo podran haber ido las cosas, afirmando tenerlo todo claro y saber lo que haba pasado y quin era el asesino. Comienza diciendo: es evidente que Peraplana estaba metido en asuntos sucios. Lo de-muestran (

  • 204 Gramtica de la argumentacin

    c. Introducen la tesis o conclusin (de primer o segundo nivel): conclusivos (por consigUiente, as pues, por tanto, he aqu que, por eso, se sigue que, por lo cual puede sostenerse que, por ello, si . .. entonces);

    d. Introducen la regla general: generalizadores (a partir de ... , dado que ... , yeso porque ... , dice que ... );

    e. Introducen la modalidad o el calificador: modales [quiz, pro-bablemente, es probable que, necesariamente, poder + infinitivo, deber de + infinitivo, futuro (elemento morfolgico con fun-ciones modal y no de tiempo verbal)];

    f. Introducen la fuente, la autoridad: garantes (como dice, se-gn ... );

    g. Introducen una reserva: relativizadores (a no ser que, salvo que, a menos que, excepto que, si/si no, aunque);

    h. Introducen un refuerzo para la justificacin presentada: refuerzos (sin contar con, si se tiene en cuenta el hecho de que, observemos que, no obstante, a pesar de que, si bien, aunque);

    1. Introducen una contraopinin: alternantes (sin embargo, no obstante que, a pesar de que).

    Intentemos analizar de cerca el comportamiento de algunos in-dicadores ms importantes sin pretensiones de exhaustividad, sino con el deseo de iniciar y estimular algunas reflexiones lingsticas so-bre estas formas de nuestra lengua.

    6.2. Indicadores que introducen un argumento

    6.2.1. Ya que

    Ya que es una forma bastante usada en la lengua hablada, aunque sea estadsticamente menos frecuente que la forma sinnima porque. Por ejemplo:

    (5) Ya que no veo su coche frente a la casa, pienso que Juan ha salido.

    El indicador ya que no est subordinado a" condiciones de posi-cin; a pesar de ello es preferible usarlo a principio del texto. De he-cho, al menos segn mi opinin, resulta menos elegante decir:

    Los indicadores de fuerza 205

    (6) ?Pienso q~e Juan ha salido, ya que no veo su coche frente a la casa.

    Ya que es tambin sinnimo de dado que, y de como que. Estos dos indicadores de fuerza pueden sustituir a ya que en posicin inicial y tambin en posiciones intermedias.

    El ejemplo (5) permite, por el contrario, sustituir ya que sin pro-blemas por dado que, puesto que, infinitivo, etc., que son, de hecho, gramaticales y tienen el mismo significado:

    (5a) Dado que / como que/ su coche no est frente a la casa, pienso que Juan ha salido.

    (5b) Al no estar el coche frente a su casa, pienso que Juan ha salido.

    La eleccin de indicador depender de las preferencias y de la vo-luntad de estilo. .

    6.2.2. Porque

    Si el argumento se encuentra en posicin intermedia, es preferible el indicador porque, el cual raras veces se encuentra en posicin ini-cial. El ejemplo siguiente (7) Pienso que Juan no est en casa porque su coche no est frente a la

    puerta.

    est bien formado, mientras que resulta problemtica la eleccin in-versa, es decir,

    (8) ?Porque el automvil de Juan no est frente a la puerta, pienso que no est en casa.

    Quedan todava por hacer algunas observaciones sobre la se-mntica de porque y sobre la diferencia entre porque y ya que. En un enunciado del tipo:

    (9) Juan no viene porque su coche se ha averiado.

    es un poco difcil establecer si el indicador porque tiene valor causal o justificativo. Tendr valor causal slo si el enunciado Juan no viene

  • 206 Gramtica de la argumentacin

    es una pura comunicacin sobre la verdad de la cual nadie duda. Si en lugar de eso, en (9) se expresa una opinin y, por consiguiente, se hace una afirmacin inesperada sobre la que todava no hay contex-to, o si la situacin es tal que se est intentando adivinar por qu Juan no viene, entonces el indicador porque tiene valor argumentativo. De aqu que la interpretacin dependa de datos pragmticos sobre la comunicacin 1.

    Porque) adems, difiere de ya que tambin por el modo en el que puede vincularse en una coordinacin, de hecho, ya que acepta el co-ordinador y aunque rechaza el coordinador tambin. As, el indica-dor ya que exige y contiene cierta exclusividad. De hecho es posible decir:

    (10) No vale la pena ir al cine porque es caro y tambin porque los mensajes visuales daan el cerebro.

    usando ya que) en lugar de porque tendramos una secuencia acepta-ble si el orden fuera del tipo:

    (11) Ya que el cine es caro y ya que los mensajes daan el cerebro, no vale la pena ir al cine.

    mientras que resultara una secuencia inaceptable si se usara tambin ya que ya sea en expresiones del tipo (12) o del tipo (13). Corno ejemplo: (12) ~'? Ya que el cine es caro y tambin ya que los mensajes visuales daan el

    cerebro, no vale la pena ir al cine.

    o la secuencia

    (13) r' No vale la pena ir al cine ya que es caro y tambin ya que los mensa-jes visuales daan el cerebro.

    1 Otro ejemplo que nos permite ver la diferencia entre el porque causal y el porque argumentativo podra ser el siguiente:

    (1) Mara se ha levantado temprano porque llega su hijo. (2) Mara debe haberse levantado temprano porque tiene ojeras. En (2) el enunciado introducido mediante porque (las ojeras) no puede nunca ser la

    causa por la que Mara se ha levantado temprano, puesto que slo puede ser la con-secuencia.

    Los indicadores de fuerza 207

    Resumiendo, por lo que hace referencia al uso de porque y ya que se puede proponer las siguientes coordenadas argumentativas:

    o porque A ?O ya que A

    Al Y A2 luego O

    ya que Al

    ~'porque Al ~'ya que Al O porque Al

    ~'O ya que Al

    6.2.3. Pues

    ~, Porque A (entonces) oleo Ya que A (entonces) oleo

    o porque Al y A2

    - yya queA2

    - y porque A2

    - y tambin ya que A2

    - y tambin ya que A2

    - y tambin ya que A2

    oleo oleo oleo

    Tambin el indicador de fuerza pues est subordinado a restric-ciones distribucionales. No puede usarse en posicin inicial y, por consiguiente, se comporta, desde este punto de vista, corno el porque. Vase el siguiente ejemplo: (14) Juan no est en casa, pues su coche no est frente a la puerta.

    y el ejemplo: (15) ~'Pues el coche de Juan no est frente a la puerta, no est en casa.

    Puede concluirse as que mientras que la estructura [O pues AJ es gramatical, no lo es la estructura ["

  • 208 Gramtica de la argumentacin

    (16) Aristteles ... no intenta demostrar que una cosa es (extensin), sino qu cosa una cosa es (intensin). Ya que es cierto que en el silogismo que demuestra, los trminos no son convertibles, mientras que en las definiciones lo son ... 2.

    En este fragmento, el indicador ya que es cierto que introduce el argumento que debe convencernos de la tesis mantenida por Pl. Tal indicador puede ser cambiado sin problemas por el indicador pues aunque ello comporta algunas diferencias sutiles debidas ms bien a razones estilsticas. Ambos indicadores responden al signifi-cado: ello se demuestra del hecho que.

    Por lo que hace a la relacin entre pues y porque puede observar-se fcilmente que en (16) resulta menos feliz, si no imposible, usar porque en lugar de ya que es cierto que en tanto que en este contexto la conectiva porque no tendra el significado de y es prueba de, sino ms bien de es causa de.

    Quiz tal restriccin sobre la posibilidad de sustituir aparece ms clara en el siguiente ejemplo extrado tambin de U. Eco: (17) La definicin postula un sistema de dependencias incluso si quien res-

    ponde no da su consentimiento ... as pues se asume como indemostra-ble una premisa para un silogismo 3

    La restriccin que he sealado est probablemente determinada en el fragmento citado ms arriba por la presencia de la conjuncin y. En (18) Pero no nos detengamos demasiado en este punto porque, como vere-

    mos al final de nuestra argumentacin, una vez aclarado el problema de la diferencia, especie y gnero se convierten en irrelevantes4

    el indicador porque puede ser sustituido por pues en tanto que no tie-ne un significado de causa, sino un valor argumentativo.

    Consideremos los siguientes ejemplos: (19) Se ha trado el paraguas 5 pues llover.

    2 U. Eco, 1984, p. 92. J Ibdem, p. 92. 4 Ibdem, p. 93. 5 De lo observado hasta ahora puede concluirse de nuevo que hayal menos dos ti-

    pos de argumento:

    Los indicadores de fuerza

    (20) Se ha trado el paraguas porque llueve. (21) Llueve; pues Mara ha trado el paraguas.

    209

    En el enunciado (21) no est clara cul sera la funcin de pues: si causal o argumentativa, si es equivalente a dado que o bien a ello demuestra el hecho que, significado que se reencontrara en (21). Si el indicador pues en (19) tuviera significado causal entonces (19) sera preferible a (20) en tanto que sera ms explcito. La dificultad originada por el pues en (19) con significado argumentativo surge ms bien del hecho de que tal indicador marca un enunciado (

  • 210 Gramtica de la argumentacin

    (26) Mario lleva paraguas, entonces (significa que) llueve.

    Se deduce que en (23) el indicador porque es ambiguo aunque es preferible darle una interpretacin argumentativa, ya que en su significado causal podra llevarnos a suponer que la razn por la que llueve es que Mario lleve paraguas. En suma, nos encontramos en la situacin inversa, sealada por el indicador pues del ejem-plo (19). Por consiguiente, debera examinarse, cada vez que apa-rece el indicador porque, si efectivamente nos encontramos ante un argumento o si se trata solamente de la enunciacin de una rela-cin causa-efecto.

    Otro ejemplo -ste de argumentacin entremezclada con un discurso de tipo causal- en el que las citas de ciertos porqus, de ciertas causas, se confunden despus con argumentos destinados a justificar un sentimiento, una opinin, una tesis, etc. Es decir, es el problema de distinguir atentamente las causas de los argumentos (o datos) en favor de una tesis. En suma, para tener una argumentacin que requiere una tesis y no un dato de hecho de cuya existencia se busca indicar la causa.

    No se puede decir que el enunciado:

    (27) Vosotros, hombres, no me gustis porque sois volubles.

    presenta una argumentacin, en tanto que la expresin vosotros, hombres, no me gustis indica un dato cierto y no una opinin, sta indica el efecto causado por otro fenmeno los hombres son volu-bles. Argumentativa sera en cambio la relacin:

    (28) Los hombres son dbiles, pues apenas su chica deja de mirarlos, entran en crisis.

    donde la falta de atenciones por parte de la chica no es la causa de su debilidad, sino una prueba de ella. Se puede presentar como ejemplo el siguiente fragmento de prosa en el que los dos niveles (causal y argumentativo) en cierta forma se confunden e interre-lacionan:

    (29) Pablo, al da siguiente ... esper durante una hora que pasase Rodriga. A las doce pas ... Quieres saber por qu me gusta Vicente?, le dijo de repente parndose. Porque es un escritor. Has ledo su na-rracin en el diario de esta maana? Se titula La taza.

    "os indicadores de fuerza 211

    No la he ledo, gru Pablo. Dios mo, qu voz ms horrible! ... Pero dime, aadi ... Por qu estn tan mal hechos los hombres? Si te quisiera, me diras rpidamente que no deberamos complicar las co-sas, y que debemos divertirnos, y despus no pensarlo ms y seguir siendo buenos amigos. En cambio, como no te quiero ... pones cara lar-ga y pretendes de m un amor eterno. Yo no tengo amor eterno para re-galrselo a nadie. Tengo veinte aos y quiero divertirme hasta los trein-ta libremente y sin amos, debo desfogarme, porque siento en mi sangre mucho por hacer y si se me queda dentro morir envenenada ... Des-pus de que me haya desfogado me convertir en una buena esposa y podr tomar en consideracin tu propuesta de matrimonio, pero hoy por hoy los hombres me gustis demasiado, todos indistintamente, porque sois jvenes, e incluso t me habras apetecido, pedazo de bu-rro, si no te hubieras empeado en limitarme a una sola eleccin. Pues bien, ests servido: Elijo a Vicente6.

    6.2.3.a. Pues y sus sinnimos

    El indicador pues, sin embargo, contrariamente a su sinnimo porque, no puede repetirse ms de una vez para marcar los argu-mentos que forman parte de una justificacin; sirve solamente para introducir el nodo ]S, es decir, la cadena mltiple. Si tenemos: (30) Conviene no salir porque/puesto que/pues nos podemos resfriar, se em-

    papan los zapatos y te encuentras con gente indeseable.

    tambin se puede decir:

    (30a) Conviene no salir porque nos podemos resfriar, porque se empapan los zapatos y porque te encuentras con gente indeseable.

    pero no se puede decir:

    (JOb) ?Conviene no salir puesto que nos podemos resfriar, puesto que se empapan los zapatos y puesto que te encuentras con gente indeseable.

    y an menos:

    (JOc) * Conviene no salir pues nos podemos resfriar, pues se empapan los za-patos y pues te encuentras con gente indeseable.

    6 Brancati, Paolo il Caldo, p. 97

  • 212 Gramtica de la argumentacin

    (30d) 1, Conviene no salir puesto que nos podemos resfriar, pues se empapan los zapatos y puesto que te encuentras con gente indeseable.

    De la constatacin de que es imposible repetir el indicador pues se deduce que ste tiene la funcin de controlar (es decir, es el ope-rador de) todo el nodo justificativo JS y que, por tanto, se escribe de esta forma:

    0+ [js [pues [jSl Al] + [jS2 A2]]]

    mientras los dems exponentes pueden tener dos funciones y marcar directamente el enunciado o todo el componente justificativo:

    0+ [GS [porque [jSl Al] + [TS2 porque A2]]]

    o

    0+ [js [porque [jSl Al] + [jS2 A2]]]

    pues sera, por tanto, un indicador que marca slo nodos superiores. Por sus caractersticas, puede encontrarse, como hemos sealado, en posiciones diferentes respecto a los componentes de la frase, com-portndose como los modales. Adems, una frase marcada con pues y con funcin de argumento, no puede nunca hacer las veces de res-puestas en un dilogol.

    (31) -Te has comprado un coche? -En efecto.

    (32) _Juan se ha roto una pierna? -En efecto, camina con muletas.

    En (31) y (32) el indicador en efecto tendra slo valor de afirma-cin y ningn valor argumentativo. En el enunciado (32) camina con muletas es un argumento a favor de la hiptesis se ha roto una pierna y en efecto sirve slo para confirmar la hiptesis. En una es-tructura no dialgica del tipo:

    7 N. del T En italiano puede utilizarse el conector infatti para responder a una pre-gunta. Este uso queda recogido con nuestro en efecto, pero no con pues.

    Los indicadores de fuerza 213

    (33) Creo que Juan se ha roto la pierna, pues camina con muletas.

    pues sera, en cambio, el indicador de fuerza del argumento en una ar-gumentacin en la que O y A provienen del mismo sujeto enuncian te [a diferencia de (31) y (32) donde proviene de dos sujetos diferentes].

    Por lo que respecta a su distribucin, ya se ha dicho que pues como indicador argumentativo figura slo en un orden del tipo hi-ptesis-argumento, es decir, en un modelo O + A y no en modelo A + O. Pero s en el siguiente texto:

    (34) Puede suceder que el mdico recete sin saberlo un medicamento pa-recido al anterior. El mdico muy a menudo, pues, sabe poco ms que el paciente.

    Si insertramos el indicador porque en el lugar de pues daramos al enunciado un valor ms causal que argumentativo. La diferencia entre pues y porque se hace an ms clara y evidente en:

    (35) El primer signo de un fenmeno nuevo aunque preocupante ha venido hace pocos meses de Sudamrica. Se estaba, pues, a inicios de ao cuando se vieron millares de personas trepando a las montaas por miedo al terremoto.

    donde, an en el caso de que se unificasen las dos frases para hacer la concatenacin ms gramatical, sera extrao sustituir pues con porque. Este ltimo antes proporciona la causa que introduce un argumento a favor de una tesis dada. El indicador pues aqu, adems de dar un argumento para convencer de que es cierta la informacin de que algo preocupante vena de Sudamrica, sirve para explicar con ms precisin lo que se sostiene en la frase precedente.

    Pero entonces, qu distingue pues de porque? Reflexionando sobre la naturaleza semntica y el comportamien-

    to de pues tal vez pueda, sostenerse que sirve para confirmar la verdad del enunciado matriz explicando sus fundamentos ms que para proporcionar argumentos neutrales e independientes para la defensa de la tesis contenida en la frase matriz. Si se usa porque se viene a dar una motivacin de la frase precedente y no una confirmacin que ex-plique el origen de la afirmacin 8. En algunos casos, adems, parece

    8 Sera oportuno verificar posteriormente el rea semntica de uso de los dos in-dicadores y aportar elementos para establecer en qu casos son complementarios y no sinnimos.

  • 214 Gramtica de la argumentacin

    claro que no es posible sustituir uno por otro sin disminuir o au-mentar la fuerza argumentativa. Vase, por ejemplo, la diferencia que hay entre los dos usos en los siguientes ejemplos: (36) Vendr a buscarte porque te necesita.

    (37) Vendr a buscarte, pues te necesita.

    o

    (38) Juan no est en casa, pues las luces estn apagadas.

    (39) Juan no est en casa, porque/dado que/ya que las luces estn apagadas.

    Mientras para (36) no se puede decir que nos encontremos ante una argumentacin, para (37), como para (38) y (39), podemos afir-marlo sin problemas. Probablemente, la naturaleza argumentativa de porque se revela por la presencia de algunos datos contextuales: ti-pos de sujeto, tipos de predicados, reas semnticas, grado de certe-za del enunciado principal. Veamos los ejemplos: (40) Seguramente tengo fiebre, porque estoy malo.

    (40a) Debo tener fiebre porque estoy malo.

    (40b) Tengo fiebre porque estoy malo.

    Obsrvese que (40) es sinnimo de:

    (40c) Seguramente tengo fiebre: estoy malo.

    y que en (40b) la ausencia de un conector modal epistmico que controle el enunciado tengo fiebre hace que porque pueda inter-pretarse tambin como causal.

    6.2.3.b. Posicin en la frase

    Har falta tambin notar que pues se distingue de los dems in-dicadores por la posicin distributiva que puede asumir respecto de la frase que marca. Su posicin es fluctuante como lo es, a veces, la

    Lb~ indicadores de fuerza 215

    de la partcula modal y en particular, respecto a los sintagmas de la frase, la del adverbio temporal. Pues puede encontrarse al inicio de la frase (y de esta forma controlar todo el enunciado), pero tambin delante o dentro del sintagma verbal. A diferencia del adverbio tem-poral, no puede encontrarse al final de la frase. Veamos los siguientes ejemplos: (41a) Maana Juan va a Roma.

    (41b) Juan maana va a Roma.

    (41c) Juan va a Roma maana.

    (42a) Quiz Juan va a Roma. (42b) Juan quiz va a Roma.

    (42c) ~'? Juan va a Roma quiz.

    (42d) Juan va a Roma quiz.

    (43a) Pues Juan va a Roma.

    (43b) Juan, pues, va a Roma.

    (43c) Juan se ha ido, pues, a Roma.

    (43d) ?? Juan se ha ido con su madre, pues, a Roma.

    (43e) * Juan se ha ido con su madre a Roma pues.

    (43f) ?? Juan se ha ido con su madre a Roma, pues 9

    La relacin distributiva recproca entre pues, la partcula modal y el adverbio temporal es libre. Es necesario decir, sin embargo, que no siempre uno puede estar bajo el control del otro. Por ejemplo: (44a) * Ayer quiz pues Juan se fue a Roma.

    (44b) * Ayer pues quiz Juan se fue a Roma.

    9 N. del T Hemos eliminado uno de los ejemplos Gianni e in/atti andato a Roma, pues en castellano no podemos introducir un indicador de fuerza en el interior de un verbo compuesto o de una perfrasis.

  • 216 Gramtica de la argumentacin

    (44c) Pues quiz ayer Juan se fue a Roma.

    (44d) Pues ayer quiz Juan se fue a Roma.

    Es fcilmente observable que indicadores de fuerza como porque, ya que, dado que en relacin con la frase que marcan pueden estar slo en posicin inicial, no tienen la movilidad, aunque relativa, de pues. No se comprende, sin embargo, por qu otros indicadores como: excepto que, a menos que, ahora te explico no tengan la pre-rrogativa de ser mviles como lo es pues.

    6.2.4. ~n e;recto

    El indicador en decto es, en la mayora de las situaciones, sinni-mo de pues, con las mismas limitaciones aunque estilsticamente ms marcado. (Vase tambin nota 7.)

    Tanto pues como en decto pueden utilizarse para marcar un enunciado que se presenta como argumento, pero pueden servir tambin para marcar una conclusin. Vase, por ejemplo: (45) Pues/en efecto Juan se ha equivocado. No tena la cita con el mdico a

    las cinco, sino a las seis.

    En (45) los indicadores pues o en decto sirven para confirmar una opinin expresada anteriormente y a su vez argumentada y justifica-da por el enunciado que sigue (

  • 218 Gramtica de la argumentacin

    tambin hay restricciones con otros indicadores de fuerza que intro-ducen la opinin. Por ejemplo: (51) * Dado que el coche de Juan no est frente a su casa, por consiguien-

    te/por ello no est en casa.

    Quiz aqu haya una diferencia en el plano de la posicin jerr-quica entre la conclusin de (50) y la de (51). Podra ser que (50) sea un ejemplo de cuanto se ha dicho en el captulo precedente, a pro-psito de los casos en los que la conclusin no sea un elemento com-plementario de una opinin, sino que constituya una expansin de una argumentacin y, por consiguiente, se encuentre ante una es-tructura del tipo ARDEM.

    6.2.6. Como

    El indicador como se encuentra siempre al inicio de un razona-miento e introduce el argumento. Por ejemplo: (52) Como definir una sustancia significa establecer la causa, ser necesario

    analizar slo las determinaciones esenciales.

    (53) Como el cine es caro, no creo que venga.

    Por el contrario, invirtiendo el orden argumento-opinin (A + O) en opinion-argumento (O + A) si usramos como obtendramos una secuencia no gramatical.

    (54) "'No ir al cine como es caro.

    El indicador como a primera vista parece sinnimo de ya que. De hecho observa las mismas reglas distribucionales y de compati-bilidad con otras conectivas y acepta, al igual que ya que el coordi-nador y con preferencia en lugar del coordinador y tambin. Por ejemplo: (55) Como el cine es caro y como le duelen los ojos, no vendr. (56) ? Como el cine es caro y tambin como le duelen los ojos. no vendr.

    Los indicadores de fuerza 219

    Comparando como y ya que las diferencias sintcticas y semnti-cas no parecen' notables.

    Sigue siendo difcil comprender, en general, por qu algunos de los indicadores de fuerza examinados en prrafos precedentes pue-dan o deban encontrarse en posicin inicial, es decir, la posicin re-servada al tpico (o sea, al tema o, mejor an, a la informacin consi-derada sabida o dada) y otros no. Probablemente se trate de un problema pragmtico, peculiar de las lenguas castellana e italiana y no relacionado con principios universales. Para tener una respuesta a la cuestin sera necesaria una investigacin ms profunda que se sal-dra de los lmites del presente trabajo.

    6.2.7. Ya que es cierto que

    El indicador ya que es cierto que da un sentido marcado al argu-mento que introduce, lo hace indiscutible para probar la conclu-sin u opinin propuestas. Pero puede tambin figurar como un in-dicador en un modelo argumentativo del tipo opinin-argumento. Queda excluido el orden inverso A-O. Retomemos el ejemplo (16) que aqu transcribimos por comodidad como:

    (57) Aristteles ... no intenta demostrar que una cosa es (extensin), sino qu cosa una cosa es (intensin). Ya que es cierto que en el silogismo que demuestra, los trminos no son convertibles, mientras que en las definiciones lo son ... 10.

    Ya que es cierto que equivale en buena parte a pues, del cual es sinnimo, aunque no se comporta del mismo modo en el plano dis-tribucional. Tambin puede parafrasearse con se demuestra del hecho que.

    Ya que es cierto que es un indicador que puntualiza con fuerza el argumento y lo presenta como indiscutible, pertenece a un estilo no muy rebuscado, sino casi dialgico, coloquial. Se demuestra del hecho que es, por el contrario, propio de un discurso que se presenta, argu-mentativamente, como formal (pinsese en las demostraciones mate-

    ~ticas). Tambin aqu pueden buscarse sinnimos, ver, por ejemplo, SI ya que es cierto que es sustituible por porque o con otros indicadores

    10 U. Eco, 1984, p. 92.

  • 220 Gramtica de la argumentacin

    de fuerza pertenecientes a la categora que sirve para introducir un ar-gumento adems de pues. Tal sustitucin no es posible en todas las ocasiones. Por ejemplo, el uso de porque en su lugar creara ambi-gedad en algunos contextos, y sera difcil distinguir el significado ar-gumentativo del causal. Ya que es cierto que no presenta esta ambi-gedad, tiene slo valor argumentativo. Vase por ejemplo:

    1. argumento por causa

    (58) Me llevo el paraguas porque llueve

    (59) ? Me llevo el paraguas ya que es cierto que llueve.

    y 2. argumento por prueba

    (60) Llueve, ya que es cierto que est empapado

    (61) '" Llueve, porque est empapado.

    (61) es aceptable dado que el exponente lingstico porque puede usarse para introducir una prueba en un contexto en el que est cla-ro que el segundo enunciado no puede constituir, segn los conoci-mientos del mundo que tenemos, la causa del primer enunciado: el hecho de que est empapado no puede ser la causa del hecho de que llueva fuera. La ambigedad entre la naturaleza causal y la argu-mentativa es an ms evidente en el enunciado (58a)

    (58a) Llueve porque la temperatura ha bajado.

    6.2.8. As

    El trmino as introduce un razonamiento que presupone otro, o una parte de otro enunciado precedentemente. As puede servir para subrayar la continuacin de un razonamiento. En general est cercano al argumento y a regla general. Considrese el ejemplo siguiente: (62) As, es sabido que a una cierta temperatura el hielo se derrite, as pues/

    por consiguiente se puede estar seguro de que poco despus de aparecer el Sol este cubito de hielo se transformar en agua.

    Los indicadores de fuerza 221

    Observemos que el indicador as nos anuncia que anteriormente ha tenido lugar un razonamiento concluido de alguna forma en una de sus fases. Introduce un argumento y se corresponde a dado que. Se observa por el uso de esta forma en el fragmento descrito en el ca-ptulo precedente, que estaba extrado de un manual de jurispru-dencia (Pagliaro, 1981, p. 87 Y ss., Y que hemos citado en el ejemplo nmero 45).

    De esta manera el indicador as, al introducir un argumento, a di-ferencia de otros indicadores como, por ejemplo, dado que, permite, como muestra (62), que simultneamente otro indicador marque la opinin o la conclusin. Ello muestra la especificidad de este indi-cador, que probablemente contiene informacin pragmtica y pre-supositiva particular. De hecho no se puede iniciar un discurso argumentativo con el indicador as, sin que haya un contexto pre-cedente.

    6.3. Indicadores que marcan una opinin

    6.3.1. Por consiguiente, as pues

    Por consiguiente y as pues son sinnimos. Marcan la opinin si est presente en posicin secundaria, es decir, si se la considera como conclusin, a partir de las premisas ofrecidas por el argumento, a la que es necesario o posible llegar a partir de ciertas reglas genera-les. Se usan, por tanto, en modelos del tipo argumento-opinin. Por ejemplo: (63) ,', Por consiguiente, no hay nadie, la casa est a oscuras.

    (64) La casa est a oscuras; por consiguiente, no hay nadie.

    Pueden marcar una conclusin que preceda a la enunciacin del argumento o del dato si primero se ha dado la regla general y si el argumento, que se encuentra en posicin final, est marcado por el indicador si o por el indicador en el caso que, como demues-tra el ejemplo: (65) S que cuando salen apagan las luces; por consiguiente, ahora no debe

    haber nadie si/dado que/en el caso que la casa est/est a oscuras.

  • 222 Gramtica de la argumentacin

    6.3.2. Por tanto

    Por tanto es un indicador de fuerza que introduce una conclusin muchas veces parcial que reencontramos frecuentemente en la argu-mentacin matemtica. Tambin puede usarse en la argumentacin co-tidiana aunque en la lengua hablada no tiene la misma frecuencia que sus sinnimos (por consiguiente, as pues) . Vase, por ejemplo: (66) No creo que Hugo se vaya de vacaciones.

    Su mujer Mara est enferma, a su hijo Juan 10 han suspendido; por consiguiente, deber estudiar du-rante el verano, l mismo tiene que acabar unos trabajos, ya ha perdido una gran suma de dinero jugando, Por tanto, creo que 10 aplazar todo para mejor momento y que se quedar en casa.

    Por tanto, como en todos los casos en los que un texto argumen-tativo empieza con una conclusin, no puede estar al inicio de un tex-to. Pertenece en este aspecto a la misma clase que por consiguiente y pues. El indicador por tanto se usa, pues, en un modelo argumenta-cin-opinin.

    Aparte de esto, puede decirse en general que, a diferencia de lo que sucede con el argumento, no hay adverbios o partculas conecti-vas que puedan marcar la opinin si se encuentran en posicin inicial, ni, en general, una conclusin puede figurar en dicha posicin.

    La opinin, sin embargo, si se encuentra en primera posicin, puede estar marcada por indicadores de fuerza representados por se-cuencias argumentativas introducidas por verbos performativos del tipo: soy de la opinin que ... , en cuanto . .. , o debo suponer que ... , vis-to que/ a partir de . .. , en los que se marca el argumento o la regla ge-neral. Por lo que respecta a la conclusin, es raro que se empiece un discurso con podemos concluir que ...

    (66a) Soy de la opinin de que Hugo no se ir en tanto que su mujer est en-ferma.

    (66b) Soy de la opinin de que Hugo no se ir visto que su mujer est en-ferma.

    (66c) ? Podemos concluir/deducir que Hugo se ir en cuanto/del hecho de que de su mujer est enferma.

    Los indicadores de fuerza 223

    Volviendo a por tanto, tomemos ahora otro ejemplo. El fragmen-to est sacado de un ensayo en el que se intenta establecer qu rasgos semnticos estn en grado de indicar las diferencias de significado en-tre elementos lexicales pertenecientes a la misma clase semntica. El problema es, por ejemplo, el de decidir qu rasgos sirven para dis-tinguir hombre de caballo, o de asno, etc.

    (67) as, sera suficiente analizar los problemas que Aristteles debe afrontar en De Partibus Animalium para darse cuenta de que esta operacin no es tan simple como parece a primera vista, sino que basta, desde el punto de vista terico, con la obligacin de decidir dnde se pondrn el asno y el caballo en el rbol de la figura 3 [un rbol que indica la je-rarqua entre los rasgos semnticos] para ver surgir un problema muy serio. Buscamos distinguir entre el caballo y el hombre. Indudable-mente, ambos son animales. Indudablemente, ambos son mortales. Por consiguiente, lo que los distingue es la racionalidad. Por tanto, el rbol de la figura 5 es errneo, porque la diferencia mortaVinmortal debe figurar como comn al gnero animal, y slo en segunda ins-tancia se debera poner la diferencia, dividida, racionaVirracional. Pero vase cules son las consecuencias formales ... 11.

    Como se ve, tambin en este texto por tanto introduce una con-clusin basada en un argumento que a su vez es resultado conclusivo de un razonamiento (

  • 224 Gramtica de la argumentacin

    Tambin en este ejemplo parece que por tanto no hace ms que introducir una conclusin y reforzar la opinin ya enunciada

  • 226 Gramtica de la argumentacin

    6.4. Indicadores de las reglas generales

    Las reglas generales, en un discurso argumentativo, coI?o ya he-mos dicho raramente estn lexicalizadas. Se hacen explcItas sobre todo en lo; razonamientos apodcticos. En matemticas o en fsica, en cambio, se invocan frecuentemente. De cualquier forma, donde se hacen explcitas, dentro de un razonamiento, las re~las generales pueden estar marcadas por indicadores de fuerza del tipo:

    _ a partir de la regla que dice que ... o dado que ... , es cierto que ...

    y estar en una estructura del tipo:

    Teniendo la situacin S, dado que para todos los Xs (objetos) o las Y s (situaciones) es cierto que ... de ello se deduce que! luego ... Teniendo la situacin S, dado que para muchos (algunos) Xs segn Y (sujeto singular) en las situaciones Ys es cierto que ... se deduce que/entonces . ..

    En el texto argumentativo la regla general puede aparecer en posicin inicial y no estar marcada por un indicador de fuerza. Er: tal caso es necesario que el resto de los componentes argumentativos obligatorios, argumento y opinin se presenten o bien con d~ ello se deduce que o bien con si ... entonces, o bien con entonces ... Si ~onde la conectiva si marcara el argumento mientras que entonces llltro-ducira la opinin.

    Tendramos, por tanto, la siguiente composicin:

    - (dado que) RG ... de ello se deduce que si A entonces O - (dado que) RG ... entonces O si A

    la regla general puede introducirse tambin mediante. ~dicadores de fuerza del tipo es sabido que . .. el cual a su vez req.ue~ltla en el res-to de la argumentacin un indicador como por consigUiente.

    Vanse, por tanto, los siguientes ejemplos: (72) A partir de la regla que dice que (RG) la estabilidad econmica es di-

    rectamente proporcional a la poltica, se deduce que: dado que (D) nuestro pas est continuamente bajo crisis de gobierno, (O) nuestra economa es dbil.

    Los indicadores de fuerza 227

    (73) Dado que (RG) un padre protege siempre a sus hijos, (O) no pudo ser el padrede Mara quin la golpe, sino otra persona.

    (74) (RG) La estabilidad econmica es directamente proporcional a la po-ltica. Por consiguiente, [eo dado que (D) en nuestro pas se dan conti-nuamente crisis de gobierno, (de ello se deduce que) (CO) la economa es muy dbil].

    (75) Es sabido que (RG) la economa es directamente proporcional a la es-tabilidad del gobierno, por consiguiente Ceo, dado que (D) en nuestro pas las crisis son frecuentes, (O) la economa se resiente].

    (76) Es sabido que (RG) la economa es directamente proporcional a la es-tabilidad del gobierno; por consiguiente (O) la economa de nuestro pas es dbil dado que (ND) se producen continuamente crisis de go-bierno.

    Al iniciar un fragmento argumentativo con una RG resulta posi-ble usar simultneamente (algunos) indicadores de fuerza tanto para el dato como para la opinin (76) o conclusin o para el dato-opi-nin-conclusin (75).

    Si pasamos de la regla (RG) universal a la (RG) considerada po-sible o existente por su posicin, observaremos que recurrimos a indicadores modales de tipo epistmico como admitiendo que, asumiendo que, suponiendo que. Estos indicadores de fuerza, sin embargo, requeriran, en la parte que representa la opinin, tam-bin la presencia de un operador epistmico, quiz en la forma de un condicional. V anse los siguientes ejemplos: (77) Admitiendo por hiptesis que la economa es sensible a la estabilidad

    poltica, la economa italiana debera ser vacilante dado que el pas est continuamente bajo crisis de gobierno.

    (78) Asumamos que la economa es sensible a la estabilidad poltica; estando Italia continuamente bajo crisis de gobierno, su economa debera ser vacilante.

    (79) Asumiendo que la economa es sensible a la estabilidad poltica, debera concluirse que Italia estando/dado que est continuamente bajo crisis de gobierno, debera haber una economa vacilante.

    En un ejemplo como:

  • 228 Gramtica de la argumentacin

    (80) La economa italiana es vacilante, pues en Italia se dan continuamente crisis de gobierno.

    o

    (81) La economa italiana es vacilante; en Italia se dan pues continuamente crisis de gobierno.

    la tesis O (la economa italiana es vacilante) es aceptable a partir del argumento A (en Italia se dan continuamente crisis de gobierno) slo si se admite la regla general RG, sin expresar, segn la cual la economa es sensible a la estabilidad de un gobierno. Adems, la tesis es adecuada siempre si la RG es vlida en todas las ocasiones. Si fuera una generalizacin que, por el contrario, se aplicase slo a algu-nos casos, entonces la tesis sera probable pero no necesaria dado que pueden haber factores presentes en una determinada situacin que neutralizaran la aplicacin.

    Los indicadores de fuerza previstos para introducir los argu-mentos pueden marcar asimismo la regla general. Ello explica tam-bin la dificultad de distinguir a veces una categora de otra. En efecto, la justificacin de una tesis, opinin o conclusin est deter-minada por el dato o argumento vinculado a la regla general. Es esta ltima la que, en definitiva, hace plausible y justifica la conclusin, la tesis y/o la opinin, pero necesita asimismo del dato. No es por ca-sualidad que se haya propuesto considerar a ambos como unificados y dominados por el nodo superior JS. Ello est confirmado por el significado de indicadores de fuerza como ya que) pues que, como que o pues que hacen que sea difcil distinguir entre A y RG. Por ejemplo: (82) Puesto que/ (ya que/ como que) la economa est relacionada con la es-

    tabilidad poltica, dado que! (ya que/ como que) en Italia se dan conti-nuamente crisis de gobierno se podra /puede deducirse que la economa italiana es inestable. A menos que no existan otros factores que, como la iniciativa privada, teniendo relaciones y estabilidad internacionales ga-ranticen tambin la econmica a pesar de la crisis planteada.

    donde los indicadores mencionados (puesto que, como que, dado que) ya que) pueden figurar delante de A o delante de RG. Lo nico que hay que recordar es no usar el mismo indicador para las funciones A/DyRG.

    . Los indicadores de fuerza 229

    . La argumentacin que presenta un argumento que al mismo tIem~? es regla general tiene carcter apodptico, porque si el dato tambIen es regla general, se presupone que el proceso deductivo que lleva a la formu~aci?n de la tesis, no se basa en situaciones par~ tlculares y, por consIguIente, RG-Deduccin forman conjuntamente una regla superior.

    ~ste tipo de a~g~mentaci?n ~e marca con exponentes lingsticos partIculares. Conslderese el slgUlente texto (extrado de E. Lugarini y D. Bertocchi, 1982): (83) Ya que (asumido que, aceptando el postulado de que) dos figuras distin-

    tas en el espacio. son i~uales si se pueden pensar como posiciones dife-rentes de una misma lgura en un movimiento sin deformaciones, se si-gue que (se deduce que) todas las rectas son iguales entre s.

    El conjunto de los enunciados introducidos por ya que y si for-man en es~: fr.agm.ento una regla general que permite que se llegue a la c~nclusIon mevItable, formulada en el enunciado introducido por se stgue que. Todo razonamiento (83) sirve para introducir, en suma, una nueva regla general.

    En este tipo de argumentacin, adems, el orden de los compo-nent~s depende de leyes fijas de distribucin. No se puede invertir, por. ejemplo, el. orden, enunciando primero la conclusin, pero man-temen do los mIsmos exponentes lingsticos se sigue que o de ello se deduce que. Por ejemplo: (84) .~ De ello.se.deduce que todas las rectas son iguales entre s, puesto que dos

    l.guras d!stintas en el espac~o son !guales si se pueden pensar como posi-Clones diferentes de una misma figura en movimiento sin deformacin.

    En suma, se aplica la siguiente:

    REGLA DEL INCIPIT

    .U.n. ~exto argumentativo-demostrativo no puede iniciarse, por defmIcIon, con una conclusin.

    Un texto que aparezca introducido por puesto que requiere even-tualmente un c~mplemento mediante una frase introducida por un exponente del tipo entonces o se sigue (de ello se deduce) que . .. Por ejemplo:

  • 230 Gramca de la argumentacin

    Puesto que X ... de ello se sigue/se deduce que Y.

    Se puede tener tambin la secuencia:

    Puesto que X ... entonces (necesariamente/ o en el futuro) Z.

    Los indicadores discontinuos puesto que ... ) entonces o si ... en-tonces) sirven para formular una regla general definida por implica-cin. Puesto que introduce el dato o regla general y privilegia las partes iniciales del razonamiento, donde en la fase final aparece men-cionada la conclusin marcada por entonces o de ello se deduce que o de ello se sigue que. Un razonamiento de este tipo puede empezar con un enunciado marcado por si seguido en la parte final de entonces. Si y entonces forman, por consiguiente, una cadena discontinua de indicadores aportando obviamente las modificaciones necesarias para que las anforas sigan a su antecedente y no lo precedan. En el ejemplo

    (85) Si dos figuras distintas en el espacio se pueden pensar como posi-ciones diferentes de una misma figura en movimiento sin deforma-ciones, stas son iguales. Dada esta premisa (asumida esta premisa, aceptando tal postulado) de ello se sigue que todas las rectas son igua-les entre s.

    observamos que, para que el texto sea satisfactorio, es necesario cambiar el exponente puesto que por dada esta premisa, dado que la regla general se ha enunciado previamente. La enunciacin del ex-ponente puesto que o dada la premisa que es necesaria para poder per-mitir el uso del exponente de ello se sigue que con la funcin de in-troducir la deduccin. Si no hay un enunciado marcado con dada esta premisa o puesto que) es imposible usar de ello se sigue que y es pre-ferible por tanto) entonces.

    Recapitulando la estructura de un tipo as de argumentacin se obtiene el siguiente modelo:

    puesto que ... RG ... [si ... D ... ] de ello se deduce se sigue/ que ... O ...

    o el modelo con un orden diferente:

    o ... a partir de la regla que dice que . ..

    Los indicadores de fuerza

    6.5. Otros indicadores de fuerza: la reserva, el refuerzo y la alternativa

    6.5.1. Excepto que) a menos que) an si

    231

    La reserva se presenta mediante indicadores como excepto que o a menos que. No existen diferencias semnticas o sintcticas entre ambos. Deben estar al inicio de todo el componente reserva, ya empiece el texto con la enunciacin de la nueva regla general que justifica la opinin presentada como reserva, ya empiece con la enun-ciacin de la nueva tesis u opinin. Su comportamiento se ha anali-zado a lo largo del captulo precedente. Sirven para marcar el nodo superior R y, por consiguiente, toda una argumentacin con carcter de reserva, y no los componentes simples de la reserva. Se examinar ahora el comportamiento de otros conectores lingsticos que de al-guna forma estn relacionados con la reserva como si bien, no obstante, a pesar de que.

    6.5.2. Si bien, no obstante, en vez de, sin embargo

    Como se ha anunciado en el captulo precedente, si bien y no obs-tante son sinnimos y sirven para dar una indicacin opuesta a la que ofrecen los conectores a menos que y excepto que. Es decir, sirven para indicar que si es cierto que a partir de reglas generales disponi-bles y aplicables es oportuno en cierta situacin privilegiar una de-terminada opinin o conclusin ya enunciada, supuesta o esperada, en la situacin especfica se prefiere y se decide o sugiere privilegiar una conclusin diferente basada en reglas aparentemente menos ge-

    .. nerales. En otras estructuras argumentativas esta nueva opinin o conclusin aparecera presentada como reserva, es decir, como otra posibilidad y aparecera, por consiguiente, marcada por los indica-dores excepto que ya menos que.

    Los indicadores no obstante y si bien sirven para decir, en otros trminos, que en la situacin especfica se prefiere una conclusin que en principio debera ser menos evidente, menos presumible, en suma, secundaria, o menos privilegiada en relacin con otra con-clusin Y que debera inducirse a partir del enunciado introducido por si bien o no obstante. Haciendo esto se admite que la regla ge-neral que justifica la conclusin X que se quiere escoger es aparen-

  • 232 Gramtica de la argumentacin

    temen te ms dbil y, por consiguiente, menos general y universal, de aquell,a que por el contrario llevara a la conclusin anterior previs-ta Y. Esta, es decir, la conclusin que hay que sacar necesariamente, pero que se ha decidido no privilegiar, se revela inaplicable porque existen, en la situacin especfica, otros factores que la debilitan. Por ejemplo: (86) Considero que ha sido Juan el que ha golpeado a Mara (X), no obs-

    tante sepa que Juan es su padre y tambin una persona de naturaleza dcil (lo cual debera haber llevado a inducir la conclusin Y, es decir, pensar que Juan no es el homicida)

    o

    (87) Si bien tenemos motivos para suponer que Juan no ha golpeado a Ma-ra (Y) porque es su padre y de naturaleza dcil, sostengo que ha sido precisamente l quien le ha hecho dao (X), pues lo o pelearse con su hija

    que son la contraposicin de:

    (88) Juan no ha podido golpear a Mara porque es su padre y de naturaleza dcil, a menos que no haya sido l mismo, dado que lo o pelearse con su hija.

    Como puede verse, en (86) y (87), no obstante y si bien introdu-cen la opinin rechazada como no aceptable en la situacin especfi-ca, o bien (negativamente) introducen los argumentos que deberan haber llevado a otra conclusin, aunque en la situacin especfica aparecen debilitados por la presencia de otros factores.

    El indicador a pesar de sirve tambin, al igual que los precedentes, para marcar la opinin rechazada en favor de otra, que era origina-riamente menos plausible, pero que ahora est privilegiada. A pesar de, sin embargo, puede servir tambin para negar la pertinencia o la verdad de un argumento o dato:

    (89) A pesar de ser el padre de Mara, Juan es su amigo; por consiguiente, puede haberla golpeado.

    Lo mismo tiene validez cuando a lo largo de una discusin du-rante la cual se intenta averiguar, por ejemplo, si Juan ha golpeado a Mara -que ha sido asaltada por alguien- se dice:

    Los indicadores de fuerza 233

    (90) En vez de haberla golpeado, yo creo ms bien que la ha defendi-do, dado que Juan es el padre de Mara. Yo dira que habr sido otra persona.

    Parecera as que un enunciado marcado con en vez de sea un t-pico enunciado producto de una disputa, discusin, etc., por el pro-tagonista P2 ms que por el que ha propuesto la tesis, es decir, Pl. En otros trminos, sera la fase de reaccin, o perlocucionaria, en una disputa real o imaginaria.

    Se incluye tambin en este sistema el indicador sin embargo que, como ya se ha observado, sirve para afirmar que se privilegia una opi-nin X inesperada (alternativa) en relacin con una conclusin u opinin Y que los datos a nuestra disposicin deberan habernos inducido a preferir. Sin embargo realizar las mismas funciones que no obstante (indicar que se privilegia una conclusin inicialmente dbil) pero presenta la relacin en un orden diferente, y, por consi-guiente, con una fuerza distinta en el mbito pragmtico: Sin embar-go marca y subraya la conclusin que se prefiere. De hecho, si reto-mamos los ejemplos (86) y (87) e introducimos el indicador sin embargo, podramos tener:

    (86a) Juan es el padre de Mara, y por lo que parece es una persona de na-turaleza dcil (lo cual debera inducirnos a concluir Y, es decir, pensar que Juan no es el homicida); sin embargo, creo que ha sido l quien la ha golpeado.

    o

    (87a) Si bien debera concluirse que Juan no ha golpeado a Mara (y) por-que es su padre y de naturaleza dcil; creo, sin embargo, que ha sido l quien le ha hecho dao (X), porque o como se peleaban.

    6.5.3. Indicadores para los contraargumentos

    Llegamos al campo de los contraargumentos, es decir, al campo del adversario.

    La parte del opositor aparece expresada de la misma forma en que la expresa el que argumenta, aunque a los diversos indicadores se aaden los de tipo modal en negativo del tipo: no pienso que, no me parece que) no estoy de acuerdo con) no me convence tu tesis de que) me podras decir por qu~ etc. En suma, como hemos visto anteriormente,

  • 234 Gramtica de la argumentacin

    si P2 no colabora en la bsqueda de argumentos en defensa y justifi-cacin de la misma tesis/opinin propuesta por PI, sino que adopta el papel de adversario en posicin de disputa, debe realizar actos de habla interrogativos (