18
go Press, J 986), p. x i. JJruno Lutour ele lünn<1 s imiJ:- w que lo po r· el hech o ele que ulgu icn es tud ie un detcnnin<1do lema no signifi ca que esté mttomá ti came ute en contr a el e él. Se prcgunt« si «(.Son los biólogos los astníno mos los ÍlllllUnó l ogos ant i-cueq JOs?» en l'muloru's 1-lope: Essays 011 the l<eality o{ Scien ce Suulies (C<tmlnidge: ll ar- va rd Univcrsi ty Pr-css, 1 999), p. 2 [La esperanza de l 'a ndom: ensarus la renlidtJd d e los estudios de la ciencia, 200 ll 1 ú. Langdoa Winner·, «Conllict ing ln le resL" in Seience ;md Te<.: hllology Stuclics: So me Persom;l Rell cc lions», Tecfmologv i11 Stxiety. 11 ( 1989), p. 436. 1 7. Ci l<Jdo eu Albe rt ll . Te idt, ed ., Tedm ology anrl Man\ Futnre, 4." ed. (Nueva York: S I. Ma rl in's Pt-css, 1986), p. 3. J 8. E mmanu el Mesthene, llan•nrd Universill' l'rogrant un Tedmology ami Society, 1964-1972: A Final !?.eview (Cambridge: Univ. de J.l;¡ ¡var d. 1<:172). 1 Y. l'nutkli n A. Long. 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A Dilt!CIUI)' o{' Progmn ts ami Cuurse5 in tite Fi eld o( Ethi c <tl llalues in Science mul Tedmo- logy, Document 78-6 (Was hi ngton, D.C.: AmeJi ca n Associatiou for thc Adv;,n- CCI nelll o[ St:ience, 1 Y78). Rustrum Ro.v y Josh11a Lclller hi cieron 'uw breve profumli wdón en l os estudios de ll eilowil en 1982- 1 . 9R3: Roy Lctne r, « Th e Sta111s o[ STS ActiviL ies al U.S. nullt!titt u(Science, Tedtno- logy arul Society, 3, n." 5 (1 983), pp. 417-432, y, m ás r ecien te111entf', la Jw11a Di nxtiva ele los Program as de Ci encia y las Polfticas ele Actuación ['¡'rblica, de la Asociaci ón Ametica 11a pat<l el Desanollo de la Cie 11ci<1. publicado la ra ed ición de Nbctt II. Teicl r, cd .. Guide lo Gmduate I':Liucatio11 in ,<;cimce. Dtgineering a111l Public Policy (Wa shington, D.C.: AAAS, 1995). q ue i11cluye irúom1 ació n sobr e los vei nt i ocho pmgr; un as de li cc rl cialLna en Unidos y otms ca ton:e li.rel'a de EE.UU. so bre esta pa11ic ul ar htcela de CTS. La Asocia- ción Na cio nal de Ciencia, Tecnología y Soc iedad, bajo la dir ecció n de Cod Mitcltan1 y S te phe n IJ. CutcliiTe, him una segtu rúa edi 11 de s 11 STS Directmy (Univ. de Par k, Pa.: Nt\STS, 1996) un es- ludio, que rt. 'Conoccn es incompleto. sobt -c unos sesenta de CTS en Jos U U. e i11t emacional cs . Recien- leJnenle, la Comisión Eu r opea Ita la guía Eumpeou Guide to Science, Teclmologv, attd lnttOI'alion Srurli es, de Pa ul Woulers, .Jan A11ner sledt y Loet Leydesdodi (Br uselas: Comisión Europea, I WY). dispo11i ble en la p:'igi na web: bltp:l/www.con:l is.lu!LseJi home.html. A pesar de que couliencn c ril t<ldas t'rli.lcs solm : muchos de l os pmgmmM e rt Estad os Unidos, Gran Br elar ia, Eu r opa y Oll<ls part es del mundo, estos itúi.nmes no lisian los ci entos de que conldbuyeron t;unbién viabili d<1d del C<II11JX> de CTS. 24 CAPÍTULO 2 CONTEXTUALJ.ZACTÓN SOCIAL EN LA FILOSOFÍA, LA SOCIOLOGÍA Y LA 1- ITSTORTA DE LA CIENCIA Y LA TECNOLOGÍA L.n t ec11ologfa 110 es ni bueno, ni 1//{/la; f/1'/'U tant- JIOCO neutral. MELVIN KRA NZUERG, Llls leyes de Kmt¡ z./Jerg La lécnic<l ... no fo rm a tl ll s.i stenra iJJdc pendicn- le . como el del exis te como el e le m e n - to en la culrum hum;1n:1 que p rom11eve e l bien o el mal segú n los gn.r pos que la ex plotan progm- mcn el bien o el mal. LF.Wls MuMrORD. Técnica v Civi/iz.aciún El s ur gimie nto de Ciencia, Tecnología y Sociedad corno disci- plina académi ca de estudio, hace tres décadas, reOejaba, en gran medida, la necesidad perci bida de una comprens ión tn ás co mple- ta del contexto social de la ciencia y la tec nol ogía. Como seiialo en el capflulo 1, uno ele l os resu ltados de. l as tensiones produ cidas en la d écada de 1960 y p1incipios ele la de 1970 fue una crítica de la ciencia y la L ecnologfa, a medida que los analistas c mpe:wmn a concentrar-se en aque ll as externali dades negativas de dichas activi- dades, que eUos percibían que estaban afectando al mundo mo- derno. Como co nsecu encia de esta co nfusión, surgió un campo de es tudio ac ti vista. interdisciplinario y o ri ent ado a problem as que trataba de ente nder y respon der a l as co mpleji clacles de la ciencia modem a y la tecnologfa en la soci edad conte mporá nea. Aproximad ame nte al mis mo tie mp o que CTS estaba sw·- g iend o, tambié n se produje •·on camb i os afines en los e nfoques c.le alg un os ca mpos de est udio mús estrech amen te orientados a una sola di sciplina. La enorme in!lucncia de La estructura de las revoluciones científicas de Thomas Ku hn, publicado po1 · p1·ime- 25

2003 CUTCLIFFE - Ideas Máquinas y Valores CAP 2

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  • go Press, J 986), p . x i. JJruno Lutour ~rgumeul;1 ele lnn
  • ra vez en 1 Sl62 ,1 ilustr y contribuy a es tos cam bios. Ms o menos de forma independien te, los filsofos, socilogos e h isto-riadores de la ciencia y In tecnologa se alejaron de los estud ios internalistas, pasando a reaUzar n teq)re taciones ms contex-tuales. El co mn denominador entre estos seis campos de es tu-d io fue la cl'ft ica a las nociones tradicionales de ob je tividad dentro del conocimienro cient l'ico y tecnolgico y ele la accin, una crtica q ue pona nfasis en el carcter con tingen te de la carga valorativa de es tas ac tividades. Esta es la t
  • ~--:._:._- ~ - ~ - - .

    cer ciencia . Kuhn y otros, observando de cerca la evidencia his-trica, descubrieron que la formacin de las teoras cientfficas no era tan racional ni t~n progresivam ente acumulativa como imaginar-on los positivistas; de hecho, la prcti ca cientfica era m:; desordenada y mucho ms arbitrada. Aunque esa no fue la intencin del propio Kuhn, su trabajo introdt~o una interpreta-cin relativista en la filosofa de la ciencia (y en la historia y la sociologa), la cuai, en manos de otros y en su presentacin tm1s extrem a, se convirti en una postura a n tirrealis ta.

    E l anlisis de Kuhn sug it; que el conocimiento cientfico evolucionaba, de forma sim ilar a como lo hace el arte a lo largo de su historia, bas tante m s discontinuamente de lo que haba sugerido el modelo positivis ta, el cual descd bia un inctemento pr-og resivo de la acumulacin del conocimiento que reOejaba cada vez en m aym medida la realidad o la verdad referida a la na turaleza. Ms que centrarse en el anlisis de teoras madu-tas y explicaciones cientficas, como haban hecho los positivis-tas, Kuhn dirigi su a tencin a la prctica cotidiana de la cien-cia. Argument que la ciencia est o rganizada al rededor ele lo gue denomin paradigmas, o patrones de o rga nizaciu de creencia:; y prcticas. Aunque cualquier nuevo campo cientfico pasa por un periodo formativo en el que puede haber confusin terica y diferentes escuelas de pensamien to confrontadas, fi-nalmente s iempre surge un paradigma que define la pdctica de la

  • leza. Que una teoia c ientfica xnezca exitosa empica mente se debe o bien a la sue11e, o bien a l hecho de que el xi to se haya definido de tal manera qt 1e haga a la teoia adecuada, incluso si no la hace lite ralmente c ie11 a. Aunqu e l mismo se senta incmodo con estas implicaciones rt>laLivistas, la inte1prc tncin d e la ciencia orientada al pamdigma realizada por Kuhn puso en entredicho la reaJidad ele la naturaleza, y de ese modo abri an ms la puetia a puntos de vista antirrealistns, que han s ido camcted zados gene-ralmente como constn1ctivism o socia l Y

    Socio1o6>a de la ciencia

    Aunque el planteamiento y la perspectiva constntctivista han influido a la mayora de las discipl inas relacionadns con los estu-dios de ciencia, su mayor intluencia se produjo e n el rea de la sociologa. Antes d e la Segunda Guen, 1111 posean podt>r explicativo comple to, 1rgunwnta11Clo que, en Vt:l'. de esto, las C

  • Los soci logos a menudo se han dado cuenta de que el estu-dio de las con troversias cientficas es pmticularmen te revela-dor de aquellos in tereses sociales y poHticos mantenidos por los c ienlfficos y que innuyen en el -csultado de sus t rabajos. A m odo ele eje mplo, Harry Collins ha examinado debates sobre temas ta n diversos como la construccin de los l:'seJ-es TEA, las ondas gmvitacionales y la pl rapsicologfa para demostnu que los cientficos, lejus ele segui r eltiguroso modelo cientfico de la fa lsacin expcdmental de Popper, frente l una determina-da controversia, usan una a m plia gama ele creencias negocia-das y mediatizadas socialmente para llegar a un consenso. La obra ele Trevor Pinch sobre la detecci n ele neutrinos solares tiene una perspectiva rela tivista similar. 13 Algunos socilogos ele la encia ha n reconocido, segn sus propios c1itetios, que sus estudios sobre el c-onocimiento cientfico son ta mbin construc-ciones o
  • pone que, para lleg:n a comprender sociolgica mente este pro-ceso, debemos estudiar la c iencia en acci611 y no la ciencia o la tecnologa ya acabadas; para conseguirlo, llegamos antes de que los hechos y las mq uinas queden e ncerradas en cnjas ne-gras, o seguimos las controversias que n:abren esas cajas>> . A pe-sar de que esl"e breve reSLtmen apenas hace justicia a la contri-bucin e influencia real de la obra ele Latour, s que muestra la lnea a rgumental cnda vez ms relativista dentro de la Sociolo-ga del Conocimiento Cientfico (SCC). E5ta es una perspectiva que ha suscitndo una gran polmica en algunos sectores, espe-cialmente entre cientficos y tcnicos, aunque tambin entre fi-lsofos e historiadores que pretenden defender una concepcin ms realista de la cienc ia y la tecnologa, incluso aunque reco-nocen su dependencia del entorno socia l. 15

    El inters en la sociologb de la ciencia no se institucionaliza-rn hasta mediados de la dcada ele 1970. Antes ele esa poca. con tan slo algunas excepciones como Merlon, Bernard Barber y Joseph Ben-Davicl, los socilogos no especializados no conside-raron que la ciencia y la tecnologa fnemn Lemas que suscitaran demasiado inters . Sin embargo, a fina les de la dcrtante en el ntA de estud ios de cie ncia y tecnologa. En ptimetlugar, han resultndo

    34

    valiosos sus am'\lis is de la cienc ia y la lc nologia, a las que con-sideran matet"ias in teresa tttes por s mbmas y ach::nt ;\s dignas de estudio. En segundo luga r, han proporcionndo 11n lrasfondo histrico para muchos ~stucl ios sociulgicos d e casos mk1icos y para la renexin filosfica.

    La historia de la c ienc ia se inici, al menos en el mundo de habla inglesa, con el 11abajo de Willinm Whewdl, di rector del Trinity College de la Universidad de Cambridge. W hewell escri-bi sobt-e muchos temas, pero se concentr en la investigacin ele la h is to ri a de lns c ienc ias exactas, espt'Cialmenl.e en el estu-d io en l. res voll!tnenes qt te esctibi en 1837, flis/01)' o( 1lu: ln-dur-tive Scieuces. 17 De hecho, fue l quien acuf'i e l ti\rmi no cient l"ico seis aos antes, en el curso de la fundacin dC' la 13rilish Associ

  • ----- ~ - -

    A pesar de que en el pedodo entre las dos guerras mundiales se adoptaron algunas influencias e ideas marxistas, como se manifiesta en la obra del cientffico-histotiador de Cambridge J.D. Bemal o, con anterioridad, en el trabajo del socilogo-his-toriador alemn Max Weber, la mayol'fa ele los historiadores, despus de la Segunda G uerra Mundial, continuamn viendo la c iencia como una bllsqueda intelectualmente abstracta y teri-ca de la verdad. IY Entre los defensores de esta pers pectiva esta-ba Alexandrc Koyr. 20 Inspirados por el poder visible y creciente de la ciencia, los his toriadores ele la ciencia creyeron q ue su disciplina podra a traer a estudiantes de carreras cientficas y . a l mismo tiempo, promover el valor de la ciem:ia entre el pllbli-co ms general. Recurriendo a menudo a personas original-mente fonnadas en el mbito cientfico, la histOt-i

  • apoyo partid ista ft>rmr~da por sus colegas, as como por otros def;:nsores ms tarclfos de su posic in, sus :1listados>>, porto-mar prestado un trmino ele Latou r. Los ~1utores argumt: n tan que con una peruefia redist ribucin d el apoyo, Hobbes podra ha ber resultad o vencedor . En su conclus in , "La organizaci n poltica ele la ciencia>>, d estacan que somos nosotros y no b rea lidad los responsables de lo q ue conocemos. El conocimien-to, en la misma med ida q ue e l Es tado, es el producto de las acciones hu mnnas>>. Los esl11diosos est uvieron lejos ele acept a r un ifo rmemente las concl11s iones ele S ltapin y Scl sa ffe r; sin em-l.Ja rgo, este es tud io an spliamentc c itado !m sido de una gran importancia por la forma en q ue ha reenl"oc>, qul.! promete el bien o el mal de b tnisrna l"omsa que los grupos sociales gue la explo ta11 lo l1aces127

    A xsar de las profuncl izaciones contextua les de: a1 t1 ores como M untford y G iedio11, no sera hasta fi n

  • quien se iba a mantener como director varios anos. En este caso , la eleccin del titulo es signilkativa, pues to que podra haberse elegido un ttulo mucho ms r utinario, como Joumal jor the Hislo1y o{ Tecl111ulogy, si no fu era por el hecho de que desde el p rincipio, los fundadores ele la SllT intenta ron llevar a cabo una aproximacin mns cultu ral o contextua! . De esta manera, tuo la SHT como s u Teclwology a11d Culture se han ocupado no tan slo de la historia ele los artefactos y procesos tecnolgicos, sino tambin las relaciones de la tecnologfa con la ciencia, la poltica, los cambios sociales, las mtcs y las humani-dades y la economa. Los primeros nmeros ele la revista ten-dan a inclu ir m uchos a rlfculos que podan set considerados con1o intenmlistas; pot ejemplo, un nt.'tmero entero de 1960 se dedi c a l anl is is de la ffislu1y o{Techo11ology de Singer el al. y de diversos trabajos nacionales similares, cleclicados a otros pases. Sin embargo, adopt muy pronto una perspec ti va y una orientacin Contextuales.28

    Una de las primems obras de este periodo y representativa del g iro contextua! fue Medieval Teclmolugy ami Social Cha11ge, de Lynn Whitc jr. (1962), que explicaba la relacin entre el ele-mento tcnico (pot ejemplo, el estribo) y su contexto social (los ton1eos y el auge del feudalism o y la caballera). E l trabajo ele Ruth Schwartz Cowan es representa tivo de estudios contextua-les ms recientes. Cowan explica en trminos contextuales, pti-m ero en 1976 en un artculo en Techuolugy aml Culture y poste-riormente en el libro Mure Work (or Mothcr (1983), la ax1rente pa radoja entre la prolire racin ele nuevas tecnologas para la realizacin de tareas domsticas - p lanchas, aspit-acloras, lava-doras- y el hecho de que no redujeron en realidad la; horas de trabajo r ealmente dedicadas a la casa. La explicacin es t en los factores culturales y sociales - un menor nmero de s irv ien tes, mucha m s ropa sucia que lavar ahora q ue pat1.e del tr-abajo ms pesado se haba eliminado y la aparicin de nuevas tareas con1o, por ejemplo, la ele it a comprar a1tculos que antes se reciban d irectamente en casa. Para Cowa n, su es tudio se cen-tra en la din{unica social, ms que en la dinmica tcnica. e :.:Htrndose ms en la parle tcnica, Thomas P. 1-Iughcs, en 5'~:

    .~.'2:~ !'orles o{ r ower (1983), examin com parativam ente el clesz.-rrollo tcnico de los elc tricos en Estados Unidos, Gran Bntalia y Alemania ent re 1880 y 1930 y se perca t ele que

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    estaban ta n ligados a las restricciones y los factores polflicos y econmicos como a cua lqu ier aspecto tcnico. Aunque el traba-jo ele Hughes se coloca ms cerca del extremo tcnico dentro de irl amolia gama de posiciones contextualistas, tambin rencja y se clit.ige al contexto social en el que los s istemas tcnicos se insertan. La obra de 1 Iug hes, a travs ele sus ideas sobre los sistemas tecnolgicos, 1ambin ha p ro porcionado un puente hacia el campo en desarrollo de la socio loga ele la tecnologa y

    J 1 el f ' . 1 ' 29 su inters por as rec es e actores tecmcos y 1umanos.

    Sociologa de la tecnologa

    La socio loga ele la tecnologa, en cuanto diferenciada de su prima cientfica, tiene una historia mucho ms corta. Aunque Kad Marx escribi ciertamente sobre el papel de la tecn ologa e n la sociedCid, especialmen te en relacin con los s istem as eco-nmicos y el lugar de trabajo, no es taba interesado fundam en-talmente en la tecnologa. El ptimero en interesarse por ella fue el terico social William Ogburn, quie n en s u obra de 1922, Social Cluwge wilh Respect 10 Culture and Original Nat ure, in-tent entender y m edi r el cambio cultural. Es taba interesado sobre todo en el proceso de la invencin, que entenda en tmli-nos de evolucin, y sus impactos en la sociedad, impac tos a los que ms tarde la sociedad se adaptaba. Cuando las innovacio-nes tecnolgicas superaban la capacidad de adaptarse rpida-mente de la sociedad, Ogburn conceba dicha situaci n como evidencia de lo que l denomin

  • nunho de: los estudios sociolgicos acr~diiJico'> posteriores dis-minuy, q uizs debido a la c1eciente inAuencia de la escuda merton iana de pe nsamien to y el t1abajo postt>rior de Kuhn so-bre las revol ucion es cientficas. Cualesquiera qt lt! fue1 an las m-zones, la sociologa ele la tecn ologa cay en un vaco inte lectua l durante una generacin, resurg iendo tan slo en la dcada ele 1980, e ll lo qtle algunos esr ecialis tas han d enominado el g iro hacia la tecnologa.10

    En realidad, durante la en.\ ele posgue tTa hubo numerosos es-tudios sobre lt!cnologa q ue podr-e~n ser conside rados de orien-tacin sociolgi c~'; tan slo hace falta p ensa r en r a rte de: la obra de l socilogo industrial Georgcs Frieclmann, e l terico social Jacq11es E lull, arnbos franceses, y del hi stori ~,cl or y c rt ico so-cial Tvnn fll ich3 1 Sin emb::~rgo, no fue h.t s1::~ la apnric i n de l volumen edit ado e n J!)HS po1 Do nalcl MncKenzic y Jt1dy Wajc-man, TI u' Sucia/ Slwpiu.~ o{ Tcclnwlogv, y del an 111\s in !luyen-te Social Con si rucl ion n{ Terllllologicol Svslcn1 ~. ed i tadn por Wiebc: Bijkc:r, Thomas Hughes y Trevor Pinclt dos a1'os mns ta rde, cuando los socilogos empezaro n a p restat u na n~novada atenc in a la tecnologa. Ta l g iro hac ia b tecnologa no debe-ra h aber SOlprendiclo a n:ulie, excepto q uizns a los soc ilogos acadmicos atr:1p:1dos en su entusi:1smo por la soc iolog:1 del conocimie nto cient lko (SCC); c ie rtamen te. Jos his to ri;tdorcs y filsofos de la tecnologa. as como otros escritores sobre CTS ms ac tivistas, haban conside.-ado dt1ranre nlgn tiempo lo tec-nolgico como algo dis tinto, aunque igualme11le importa1t te, de lo c ientfico. S in emb> estamos experimentando? >>. De for-mn simi lar, Pinch y Bijker q tlis ieron abrir lo q t1e se conoce como la caja negra que aloj a el funcionami ento de la tec nolo-g a, un tema co n1prtrable a l esLtJd io de Lllour apuntndo mns arrih:1 en este capftu!o.32

    Como era de esper. Puesto que tales redes involuc l-a lJ ca ntidades cadn vez mayXt:s cll! ge ll lc: y reSllclve n problem> tie ne m> de s1 1s icltas II.!SJ1t'L' tn a los tema .:; de s tgtwiclncl, ve luciclad y vihr

  • lante. En este caso, el concepto clave es el de la red de actores - un grupo de enl idades que incluye, adems de personas, teo-ras , artefactos tcnicos, i nsti Luciones y a el uacioncs polticas, e incluso el enta mo natural. En su totalidad, este co nju nto orga-nizado de actores animados y actan tes inanimados consti-tuye un >. Como debera quedar claro a pa1tir de las breves referencias ele casos expuestas, el enfoque construclivista tiende a pensm la tecnologa dentro del marco ele sis temas o redes en los que los componentes Sociales modelan o construyen el resu ltado tcnico que a su vez, pm supuesto, puede influir en los valores culturales e institucionales . Este enfoque destaca la elec-cin humana y la contingencia, en vez de centrarse en el c
  • ra de vivir e n el mu ndo, una maner:~ que te na conno tac io nes trasce nde ntes, ca s i m orales y re ligiosas . Ms recie n te m ente , el argcntino-can, clu -mnte las t'1 lt imas dcadas, es ta disciplina se ha c:1racferizado po r 11 na filosofa de l:ts ltunJanida dcs >> tns contextua! que cnfati 7.a la dime nsin no tcnica . La ta mbi n lla m ad> trad i-c io nal. Po r su parte, Ort eg. A con-tinuaci n se cele br e n 1 9~ el s im pos io de f'i losol'a ele la le-e-nologa en la l''lt ll i n a nu al de b Soc ied ad p:ll'a la Tl is to r ia de la Tecn ologa , e n 1973 un s imposio inte rn:-tcional sobre historia y filosofa ele la tecno loga en la Universidad ele fllino is en Chi-cagu, y las con l'erencias, o rganb:adas en 197"i y 1977, en la Uni-versidad d e Delaware, por Pa u l Durhin q u ien ;:de ms l'undar:-t y ed it a d
  • estas tecnologas --electric idad, automviles, telfonos, ordena-dores- sera ya casi impensable. Con relacin a este lema, mantielle adems que todas las tecnologas o artefactos tienen su
  • c r ipc1on del estado nct11al de b disci plina. induycndo un brcvl! purnlesis para disc111 ir la nalltra lezn de la inlrclisciplinaticdad y lo que s ignifica para la CTS como campo ele es tudio.

    NOTAS

    l. Thomas S. Kuh11. 71te Sirucfltre n( Scie111iji'c l?ctolulinus (Chic~tgo: Unive1sity o[ Chicago l'ress, 1962, 2:' ctl., 1970) IL() c~IIIIC/IIW de las rolu-ciwres cieul(icas. fo'ondo de Cult1 11

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    filsolo~-c ieutlicos, en A Socialllistory o{ Truth: Cil'ilitv m1tl Sc icnce in So!-vellleent/r-(e llllll)' Englm ul (Chit-ago: lJnivetsiLy of Chicago l'rl'ss. 19'J-I).

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