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EN EL TRIBUNAL SUPREMO DE PUERTO RICO Número del Caso: CC-2011-191 Fecha: 7 de octubre de 2013 Tribunal de Apelaciones: Región Judicial de Caguas Abogados de la Parte Peticionaria: Lcdo. Russell del Toro Lcda. Myriam Matos Bermúdez Abogado de la Parte Recurrida: Lcdo. Alejandro Torres Rivera Materia: Derecho Laboral – Art. 3 Ley 80-1976: Orden de retención de empleados por antigüedad en la empresa Zoraida Reyes Sánchez Recurrida v. Eaton Electrical H/N/C Eaton Electrical Las Piedras; Fulana de Tal Peticionarios Certiorari 2013 TSPR 108 189 DPR ____

2013 TSPR 108

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EN EL TRIBUNAL SUPREMO DE PUERTO RICO

Número del Caso: CC-2011-191 Fecha: 7 de octubre de 2013 Tribunal de Apelaciones:

Región Judicial de Caguas Abogados de la Parte Peticionaria: Lcdo. Russell del Toro Lcda. Myriam Matos Bermúdez Abogado de la Parte Recurrida: Lcdo. Alejandro Torres Rivera Materia: Derecho Laboral – Art. 3 Ley 80-1976: Orden de retención de empleados por antigüedad en la empresa

Zoraida Reyes Sánchez Recurrida v. Eaton Electrical H/N/C Eaton Electrical Las Piedras; Fulana de Tal Peticionarios

Certiorari

2013 TSPR 108

189 DPR ____

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EN EL TRIBUNAL SUPREMO DE PUERTO RICO

Zoraida Reyes Sánchez

Recurrida

v.

Eaton Electrical H/N/C

Eaton Electrical Las

Piedras; Fulana de Tal

Peticionarios

CC-2011-0191

Opinión del Tribunal emitida por la Juez Asociada señora

Rodríguez Rodríguez

San Juan, Puerto Rico, a 7 de octubre de 2013

Este caso nos brinda la oportunidad de expresarnos en

torno al orden de retención de empleados por antigüedad que

establece el Artículo 3 de la Ley Núm. 80 de 30 de mayo de

1976, 29 L.P.R.A. 185a-185m, conocida como la Ley de

Indemnización por Despido Injustificado (―Ley Núm. 80‖).

Particularmente, debemos determinar si la antigüedad de un

empleado debe computarse a base del tiempo que éste ha

trabajado en la clasificación ocupacional en que se

desempeña o si este cómputo debe comprender la totalidad

del tiempo que el empleado ha trabajado en la empresa.

Asimismo, tenemos la oportunidad de expresarnos sobre el

orden de retención de empleados por antigüedad que deben

realizar aquellas empresas que tienen más de un

establecimiento.

Pasemos, entonces, a resumir los hechos que sirven de

trasfondo a la controversia ante nuestra consideración.

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I

Eaton Electrical de Puerto Rico, Inc. (―Eaton‖) es una

corporación que realiza negocios en Puerto Rico. El 16 de

febrero de 2001, la señora Zoraida Reyes Sánchez, quien

posee un bachillerato en Ingeniería Industrial, comenzó a

trabajar como Gerente de Calidad en la planta de Coamo de

Eaton, haciendo negocios como Cutler-Hammer.1

Posteriormente, fue ascendida al puesto de Gerente de

Ingeniería y Calidad. En marzo de 2006, Eaton, a través

del programa ―Eaton Jobs‖,2 publicó electrónicamente un

anuncio de vacante para el puesto de Gerente de Servicios

Técnicos en la planta de Las Piedras.

En respuesta al referido anuncio, la señora Reyes

Sánchez solicitó y fue seleccionada para ocupar el puesto

vacante. Al ser nombrada Gerente de Servicios Técnicos,

ésta pasó a pertenecer al grupo ocupacional de ―Staff‖

(―grupo de Staff‖) en la planta de Las Piedras. El grupo

de Staff estaba compuesto por empleados asalariados que se

reportaban directamente ante el Gerente General de la

planta de Las Piedras. En abril de 2008, Eaton anunció

que, debido a una disminución en la demanda del producto,

tendrían que tomar medidas de reducción de personal. A

tales fines, Eaton inició un programa de separación

1

Para efectos de la controversia ante nuestra

consideración, no está en controversia que Eaton y Cutler-

Hammer son una misma empresa. 2 ―Eaton Jobs‖ es un programa de la empresa que consiste en

publicar oportunidades de empleo para sus empleados en las

distintas plantas de Eaton a nivel internacional. Conforme

a este programa, el empleado interesado solicita y es

evaluado por la planta que pretende llenar la plaza o

vacante.

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voluntaria en la planta de Las Piedras. La empresa, sin

embargo, excluyó del programa de separación voluntaria a

los empleados del grupo de Staff que laboraban en el

proyecto Lightspeed, proyecto en el cual trabajaba la

señora Reyes Sánchez.

En mayo de 2008, mientras el programa de separación

voluntaria estaba en vigor, el señor Eddy Del Carmen Tave,

quien había trabajado para Eaton desde el 24 de mayo de

1994,3 fue ascendido al puesto de Gerente de Lightspeed.

4

Debido al ascenso, el señor Del Carmen Tave también pasó a

formar parte del grupo de Staff en la planta de Las

Piedras. Concluido el programa de separación voluntaria,

la señora Linda Jane Littke, Gerente de Recursos Humanos de

Eaton de Las Piedras, anunció al grupo de Staff que la

cantidad de personas acogidas al programa de separación

voluntaria no fue suficiente y que, por ende, la empresa

procedería a cesantear empleados de forma involuntaria.

Consiguientemente, el 27 de junio de 2008 se le notificó a

la señora Reyes Sánchez que sería cesanteada y que su

posición sería eliminada por razón de problemas económicos

de la empresa.5 La fecha efectiva del despido fue el 15 de

julio de 2008. En cambio, el señor Del Carmen Tave

permaneció trabajando en la planta de Eaton de Las Piedras.

3 Las partes estipularon la fecha de comienzo del señor Del

Carmen Tave en la empresa. 4 Con anterioridad al ascenso, el señor Del Carmen Tave

había trabajado en varias plantas de la empresa, ejerciendo

funciones en distintas clasificaciones ocupacionales. 5 Además de la señora Reyes Sánchez, en la misma fecha

fueron cesanteados tres (3) empleados: Rolando Cartagena,

Cándido Rivera y Roselyn Aponte.

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A raíz de estos hechos, el 23 de enero de 2009, la

señora Reyes Sánchez presentó una acción por despido

injustificado ante el Tribunal de Primera Instancia, Sala

Superior de Caguas.6 En su reclamación, la señora Reyes

Sánchez señaló que el señor Del Carmen Tave era el empleado

de menor antigüedad en la clasificación ocupacional del

grupo de Staff y que, por ende, el despido de ésta fue

injustificado. Adujo, además, que al calcular la

antigüedad, Eaton debió tomar en consideración el tiempo

que los empleados habían trabajado dentro del grupo de

Staff, y no la totalidad del tiempo que éstos habían

trabajado en la empresa. A su vez, planteó que conforme al

inciso (b) del Artículo 3 de la Ley Núm. 80, Eaton debió

calcular la antigüedad de los empleados en el grupo de

Staff en todas las plantas de la empresa por razón de que

era práctica usual y regular de Eaton trasladar empleados

entre sus plantas y que las distintas plantas operaban de

forma sustancialmente integrada en cuanto a los aspectos de

personal.7

Luego de la presentación del Informe de Conferencia

Preliminar Entre Abogados, el 1 de octubre de 2009 Eaton

6 La señora Reyes Sánchez presentó una querella bajo el

procedimiento sumario de la Ley Núm. 2 de 17 de octubre de

1961, 32 L.P.R.A. sec. 3118. 7 En la teoría expresada por la señora Reyes Sánchez en el

Informe con Antelación a Juicio entre Abogados, ésta narró

y alegó una serie de percances con el señor Rick Rattliff,

Gerente General de Eaton, y con la señora Linda Jane

Littke, Gerente de Recursos Humanos. No obstante, la causa

de acción de la querellante se presentó al amparo de la Ley

Núm. 80 y se fundamenta en que su despido fue injustificado

por razón de que ella no era la persona con menor

antigüedad en la empresa.

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presentó una moción para solicitar sentencia sumaria. En

esencia, Eaton planteó que el despido fue justificado toda

vez que hubo una reorganización de la empresa y, en

cumplimiento con el orden de retención de empleados por

antigüedad, la señora Reyes Sánchez era la empleada de

menor antigüedad en su clasificación ocupacional en la

planta de Eaton de Las Piedras.8 Oportunamente, la señora

Reyes Sánchez presentó un escrito en oposición a la moción

de sentencia sumaria en la que alegó que el señor Del

Carmen Tave era el empleado de menor antigüedad, pues él

era la persona que menos tiempo llevaba trabajando en el

grupo de Staff en la planta de Las Piedras. A su vez,

reiteró que Eaton tenía la práctica usual y regular de

trasladar a sus empleados de una planta a otra y que, por

ende, Eaton debió establecer un orden de retención de

empleados por antigüedad a base de todas las plantas de la

empresa. Por tal razón, arguyó que no procedía dictar

sentencia sumaria a favor de Eaton toda vez que existían

hechos esenciales en controversia.

El Tribunal de Primera Instancia declaró sin lugar la

moción de sentencia sumaria. Sin embargo, en

reconsideración dictó sentencia sumaria a favor de la parte

querellante, declaró ha lugar la causa de acción de despido

injustificado y ordenó el pago de la mesada. El tribunal

fundamentó su determinación en que al calcular la

8 Cabe señalar que, en la controversia ante nuestra

consideración, no está en disputa la identidad de la

clasificación ocupacional que ocupaban la señora Reyes

Sánchez y el señor Del Carmen Tave.

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antigüedad de un empleado para propósitos de establecer el

orden de retención por antigüedad, sólo debe tomarse en

consideración el tiempo que el empleado ha trabajado en la

clasificación ocupacional en que se desempeña al momento de

la reducción de personal, y no la totalidad del tiempo que

éste ha trabajado en la empresa. Sobre la base de esta

interpretación de derecho, concluyó que la señora Reyes

Sánchez había sido despedida injustificadamente por ésta

llevar más tiempo laborando en el grupo de Staff que el

señor Del Carmen Tave, a pesar de que este último llevaba

más tiempo trabajando en la empresa. Insatisfecho, Eaton

presentó una oportuna apelación ante el Tribunal de

Apelaciones, el cual confirmó la sentencia del foro

primario.

Inconforme con tal determinación, Eaton recurrió ante

este Tribunal y alegó, en lo pertinente, que erró el foro

apelativo al concluir que para determinar la antigüedad de

un empleado sólo se calculará el tiempo que el empleado

haya trabajado en la clasificación ocupacional en que se

desempeña al momento de la reducción de personal,

excluyendo el tiempo que el empleado haya trabajado en

otras clasificaciones ocupacionales en la empresa. Además,

adujo que procedía dictar sentencia sumaria a su favor al

no haber controversias de hechos esenciales y proceder

esta como cuestión de derecho.

Planteada así la controversia, el 17 de junio de 2011

expedimos el auto solicitado. Con el beneficio de la

comparecencia de las partes, procedemos a resolver.

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II

La sentencia sumaria es un mecanismo procesal cuyo

propósito es proveer una solución justa, rápida y económica

de los litigios. Regla 36.1 de Procedimiento Civil, 32

L.P.R.A. Ap. III R. 36.1; Quest Diagnostics v. Mun. San

Juan, 175 D.P.R. 994 (2009). Es decir, el mecanismo de

sentencia sumaria permite al tribunal dictar sentencia sin

necesidad de celebrar una vista evidenciaria o juicio,

cuando de los documentos no controvertidos que se acompañan

con la solicitud —y de la totalidad de los autos— surge que

no existe controversia sobre los hechos esenciales o

materiales, y sólo resta aplicar el derecho. Partido Acción

Civil v. E.L.A., 150 D.P.R. 359 (2000).

El tribunal no deberá dictar sentencia sumaria cuando:

(1) existan hechos esenciales controvertidos; (2) haya

alegaciones afirmativas en la demanda que no han sido

refutadas; (3) surja de los propios documentos que se

acompañan con la moción una controversia real sobre algún

hecho esencial o material; o (4) como cuestión de derecho

no procede. González v. Multiventas, 165 D.P.R. 873, 889

(2005); PFZ Properties, Inc. v. General Accident Insurance

Co., 136 D.P.R. 881, 913–914 (1994).

Para efectos de la sentencia sumaria, un hecho

esencial o material es aquel que puede afectar el resultado

de la reclamación de acuerdo con el derecho sustantivo

aplicable. Ramos Pérez v. Univisión, 178 D.P.R. 200 (2010).

Queda en la parte promovente acreditar que no existe

controversia sobre los hechos esenciales del litigio y

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procedería, como cuestión de derecho, dictar sentencia

sumaria. Id. en las págs. 217-218.

Para evitar que se dicte sentencia sumaria, la parte

que se opone a la solicitud está obligada a exponer en

detalle y especificidad los hechos esenciales en

controversia que ameriten que el pleito deba dirimirse

mediante juicio en los méritos; no puede descansar en las

aseveraciones o negaciones contenidas en sus alegaciones.

32 L.P.R.A. Ap. V., R. 36.3(c). A su vez, cuando la

solicitud de sentencia sumaria se sustente en declaraciones

juradas u otra prueba, la parte promovida no puede

descansar en meras alegaciones y debe presentar evidencia

sustancial sobre los hechos esenciales que están en

controversia. Ramos Pérez, 178 D.P.R. en la pág. 215.

En caso de que las partes hayan realizado un adecuado y

apropiado descubrimiento de prueba, procederá dictar

sentencia sumaria cuando: (1) el provente demuestre que es

innecesaria la vista en su fondo; (2) el promovido no ha

presentado evidencia suficiente para probar un elemento

esencial de su caso; y (3) como cuestión de derecho procede

la desestimación de la acción. Id. en las págs. 217-218;

Véase además Medina v. M.S. & D. Química P.R., Inc., 135

D.P.R. 716, 732-733 (1994).

Por su parte, el tribunal apelativo, como foro

revisor, utilizará los mismos criterios que el foro

primario al determinar si procede la solicitud de sentencia

sumaria. Vera v. Dr. Bravo, 161 D.P.R. 308, 334 (2004).

Sin embargo, el foro revisor está limitado a considerar

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aquellos documentos presentados ante el foro primario y

determinar si existe o no una controversia de hechos

esenciales, y si se aplicó el derecho correctamente. Vera,

161 D.P.R. en la pág. 335. El foro revisor no dirime

credibilidad; debe presumir ciertos todos los hechos no

controvertidos que surjan del expediente del caso.

González, 165 D.P.R. en la pág. 889.

III

A

La Ley Núm. 80 tiene dos propósitos principales. Por

un lado, pretende, mediante sanción, desalentar la práctica

de los patronos de despedir a sus empleados sin que medie

justa causa. Por otro lado, tiene un fin reparador al

proveerle a los empleados remedios consustanciales a los

daños causados por despidos injustificados. Beauchamp v.

Holsum Bakers of P.R., 116 D.P.R. 522, 526 (1985); véase

además Exposición de Motivos Ley Núm. 80, 29 L.P.R.A. sec.

185a, 1976 Leyes de Puerto Rico 268. El Artículo 11 de la

Ley Núm. 80 establece que es al patrono a quien le

corresponde rebatir la presunción de que el despido se

efectuó sin mediar justa causa.9 29 L.P.R.A. sec. 185k.

Esto es, el patrono viene obligado a probar que el despido

9 Según establecimos en Rivera Figueroa v. The Fuller Brush

Co., 180 D.P.R. 894 (2011), el Art. 11 presupone que el

empleado haya demostrado que: (1) fue empleado de un

comercio, industria u otro negocio; (2) su contrato era por

tiempo indeterminado; (3) recibía remuneración por su

trabajo; y (4) fue despedido de su puesto mediante un

despido directo o en su modalidad constructiva o tácita.

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fue justificado para quedar eximido del pago de la mesada.

29 L.P.R.A. sec. 185k.

Aunque la Ley Núm. 80 no define qué es un despido

injustificado, el Artículo 2 de la Ley establece una serie

de situaciones bajo las cuales se entenderá que un despido

fue justificado. 29 L.P.R.A. sec. 185b; Véase Srio. del

Trabajo v. GP Inds., Inc., 153 D.P.R. 223, 242–245 (2001).

Éstas se dividen en dos áreas: las situaciones que son

atribuibles al empleado y las que son atribuibles al

patrono. La controversia que nos ocupa requiere que

repasemos aquellas circunstancias que se consideran

atribuibles al patrono, a saber:

Se entenderá por justa causa para el despido de un empleado

de un establecimiento:

. . .

(d)Cierre total, temporero o parcial de las operaciones del

establecimiento. Disponiéndose, que en aquellos casos en

que la empresa posea más de una oficina, fábrica, sucursal

o planta, el cierre total, temporero o parcial de las

operaciones de cualquiera de estos establecimientos,

constituirá justa causa para el despido a tenor con esta

sección.

(e) Los cambios tecnológicos o de reorganización, así como

los de estilo, diseño o naturaleza del producto que se

produce o maneja por el establecimiento y los cambios en

los servicios rendidos al público.

(f)Reducciones en empleo que se hacen necesarias debido a

una reducción en el volumen de producción, ventas o

ganancias, anticipadas o que prevalecen al ocurrir el

despido.10

10 Las atribuibles al empleado son las siguientes:

(a) Que el obrero siga un patrón de conducta impropia

o desordenada.

(b) La actitud del empleado de no rendir su trabajo en

forma eficiente o de hacerlo tardía y negligentemente

o en violación de las normas de calidad del producto

que se produce o maneja por el establecimiento.

(c) Violación reiterada por el empleado de las reglas

y reglamentos razonables establecidas para el

funcionamiento del establecimiento siempre que copia

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29 L.P.R.A. sec. 185b.

En los incisos señalados se describen situaciones que

tienen que ver con actuaciones del patrono relacionadas a

la administración de su negocio en el curso y operación

diaria de las empresas y que son resultado, principalmente,

de razones de índole económica. Díaz Fontánez v. Wyndham

Hotel Corp., 155 D.P.R. 364,376 (2001). Es decir, se

plantean situaciones ―que no son imputables al obrero pero

son de tal naturaleza que su despido resulta prácticamente

inevitable dentro de las normas usuales y ordinarias que

imperan en el manejo de los negocios‖. Informe Conjunto,

Comisiones de Trabajo y Derechos Civiles y Servicio

Público, P. de la C. 1112, 23 de abril de 1975, pág. 3.

Por consiguiente, se considerará ―justa causa para el

despido aquella que tiene su origen, no en el libre

arbitrio o capricho del patrono, sino aquella vinculada a

la ordenada marcha y normal funcionamiento de la empresa en

cuestión‖. Díaz Fontánez, 155 D.P.R. en la pág. 376. Ahora

bien, en casos donde se despida empleados por razones

atribuibles al patrono, éste tiene el deber de cumplir con

el orden de retención preferente de empleados que establece

el Artículo 3 de la Ley (―Artículo 3‖), 29 L.P.R.A. sec.

185c.11

Por lo tanto, aun cuando el patrono pueda

escrita de los mismos se haya suministrado

oportunamente al empleado.

29 L.P.R.A. 185b.

11

La Ley exceptúa al patrono de seguir el orden de

retención de empleados por antigüedad en aquellos casos en

que, al compararse a los trabajadores, haya una diferencia

clara o inconcusa en la eficiencia y capacidad entre unos y

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justificar la necesidad de realizar despidos amparándose en

los incisos (d), (e) y (f) del Artículo 2 de la Ley Núm.

80, éste debe seguir el orden de retención de empleados que

dispone el Artículo 3 de la Ley. Al respecto, el Artículo

3 dispone lo siguiente:

En cualquier caso en que se despidiesen empleados por las

razones indicadas en los incisos (d), (e) y (f) de la sec.

185b de este título, el patrono estará obligado a retener

con preferencia en el empleo a los empleados de más

antigüedad siempre que subsistan puestos vacantes u

ocupados por empleados de menos antigüedad en el empleo

dentro de su clasificación ocupacional que puedan ser

desempeñados por ellos.

29 L.P.R.A. sec. 185c (énfasis nuestro).

Consecuentemente, en caso de despidos por razones

atribuibles al patrono, éste deberá retener a aquellos

empleados con más antigüedad en la clasificación

ocupacional en la cual se dispone a efectuar los despidos,

siempre y cuando subsistan puestos vacantes u ocupados por

empleados con menos antigüedad. De esta manera, el

legislador aclaró que el orden de retención de empleados

por antigüedad se efectuará a razón de la clasificación

ocupacional de los empleados. Así, proscribió que en las

reducciones de personal tramitadas bajo las disposiciones

de la Ley Núm. 80 se efectuaran desplazamientos de

empleados entre diferentes clasificaciones ocupacionales

(―bumping‖).12 Además, mediante el precepto antes citado,

otros. 29 L.P.R.A. sec. 185c. Tal excepción no está en

controversia en este caso. 12 Esta aclaración, además, tuvo efecto de evitar que un

empleado con más antigüedad pero no capacitado para ejercer

una función ajena a su clasificación ocupacional,

desplazara a empleados de menos antigüedad en otras

clasificaciones ocupacionales. Véase Informe a la Cámara de

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el legislador estableció el deber del patrono de retener

con preferencia a aquellos empleados con más antigüedad en

el empleo, dentro de la clasificación ocupacional objeto de

los despidos.13

La Guía para la Interpretación y Aplicación de la Ley

Núm. 80 (―Guía‖), gestada en virtud del poder conferido al

Secretario del Trabajo y Recursos Humanos de adoptar y

promulgar la reglamentación necesaria para la

administración de la Ley Núm. 80,14 interpreta el Artículo 3

de la siguiente manera:

En caso de que surja la necesidad de despedir empleados

dentro de alguna o algunas clasificaciones ocupacionales,

el patrono estará obligado a retener con preferencia en

tales clasificaciones, a los empleados de más antigüedad en

la empresa. Esto siempre que subsistan puestos vacantes u

ocupados por empleados de menos antigüedad en el empleo

dentro de su clasificación ocupacional, que pueden ser

desempeñados por éstos. A tales fines se considerará todo

el tiempo trabajado continua e ininterrumpidamente para la

empresa, independientemente de las clasificaciones

Representantes de la Comisión de Comercio e Industria, 26

de mayo de 1975; véase además Consulta del Procurador del

Trabajo Núm. 12,179, Departamento del Trabajo y Recursos

Humanos de Puerto Rico, 22 de febrero de 1983. 13 La inobservancia por parte del patrono del requisito de

establecer un orden de retención de empleados por

antigüedad conlleva la imposición de responsabilidad por

despido injustificado. Por tal razón, establecer el orden

de retención de empleados por antigüedad ―resulta ser una

materia que debe ser objeto de ponderación cabal‖. Alberto

Acevedo Colom, Legislación Protectora del Trabajo Comentada

155 (8va ed. 2005). 14

Mediante la Ley Núm. 67 de 3 de julio de 1986, 29

L.P.R.A. sec. 185m, la Asamblea Legislativa enmendó la Ley

Núm. 80 para autorizar al Secretario del Trabajo y Recursos

Humanos (―Secretario‖) a adoptar y promulgar la

reglamentación necesaria para la administración de la Ley

Núm. 80. A tales fines, en el año 1979, el Secretario

aprobó la ―Guía para la Interpretación y Aplicación de la

Ley Núm. 80 de 30 de mayo de 1976, según enmendada‖. El 21

de septiembre de 2000 el Departamento del Trabajo y

Recursos Humanos publicó la ―Guía revisada de la Ley Núm.

80 de 30 de mayo de 1976‖.

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ocupacionales que se hayan desempeñado.

Departamento del Trabajo y Recursos Humanos del Estado

Libre Asociado de Puerto Rico, Guía para la Interpretación

y Aplicación de la Ley Núm. 80, pág. 39 (2000).

Específicamente, en lo concerniente a la

controversia ante nuestra consideración, la Guía añade lo

siguiente:

Para computar la antigüedad de un trabajador a los efectos

de determinar su derecho a retención y reempleo preferente,

debe considerarse todo el tiempo que éste ha trabajado para

la empresa desde la última vez que fue reclutado sin

limitarse al tiempo trabajado en el último puesto que

ocupa.

Departamento del Trabajo y Recursos Humanos del Estado

Libre Asociado de Puerto Rico, Guía para la Interpretación

y Aplicación de la Ley Núm. 80, pág. 39 (2000).

Finalmente, para una mejor comprensión del Artículo 3,

la Guía establece el siguiente ejemplo:

[U]n trabajador, denominado ―A‖ que comienza a

trabajar para la empresa como despachador y así trabaja por

dos (2) años. De despachador pasa a vendedor donde trabaja

por tres (3) años y luego es ascendido a gerente donde

trabaja por cinco (5) años. En caso de que la empresa se

vea en la necesidad de despedir uno o más gerentes,

reteniendo a otros, ―A‖ tiene una antigüedad de diez (10)

años y en caso de que la empresa tenga un gerente,

denominado ―B‖, que lleva, digamos, ocho (8) años como

gerente, pero sólo lleva nueve (9) años trabajando para la

empresa, ―A‖ tiene derecho a ser retenido preferentemente

por sobre ―B‖ a base del criterio de antigüedad.

Departamento del Trabajo y Recursos Humanos del Estado

Libre Asociado de Puerto Rico, Guía para la Interpretación

y Aplicación de la Ley Núm. 80, pág. 39.

Conforme a lo anterior, la antigüedad de un empleado

se debe computar desde que éste comienza a trabajar para la

empresa, independientemente del movimiento del empleado

entre distintas clasificaciones ocupacionales en la

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empresa.15 A tales fines, la empresa deberá identificar el

grupo de empleados en la clasificación ocupacional en donde

operará una reducción de personal y dentro de ese grupo,

calculará la antigüedad acumulada de cada empleado desde

que comenzó a trabajar para la empresa.

Coincidimos con la interpretación de la Guía que

reconoce la intención legislativa de proteger el

acrecentamiento en el valor del empleado que progresa y

permanece en su lugar de trabajo. Tal interpretación es

cónsona con lo dispuesto en el Artículo 1 de la Ley Núm.

80, el cual dispone que ―[l]os años de servicio se

determinarán sobre la base de todos los períodos de trabajo

anteriores acumulados que el empleado haya trabajado para

el patrono antes de su cesantía‖. 29 L.P.R.A. sec. 185a. A

su vez, es afín con los valores subyacentes de la Ley Núm.

80 de promover la estabilidad del empleado en su empleo a

no ser que medie justa causa para su despido. Véase

Historial Legislativo del P. del S. 1112, que se convirtió

en la Ley Núm. 80 de 30 de mayo de 1976, Diario de Sesiones

de la Asamblea Legislativa, 24 de mayo de 1975; véase

además Ruy Delgado Zayas, Apuntes para el estudio de: La

Legislación Protectora del Trabajo 162 (1988 rev. 2007).

Interpretar lo contrario nos conduciría a un resultado

injusto y absurdo contra aquel empleado que a lo largo de

15

Así también se ha reconocido por practicantes y

académicos del Derecho Laboral en Puerto Rico. Véase

Alberto Acevedo Colom, Legislación Protectora del Trabajo

Comentada, 5 (8va ed. 2005); Charles Zeno Santiago, El

despido y la política social en nuestro estado de derecho,

34 Rev. Jur. U.I.P.R. 213, 225 (2000).

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CC-2011-0191 16

los años ha sido ejemplo de lealtad, superación y

perseverancia.

B

El Artículo 3 de la Ley Núm. 80, además, establece

ciertos elementos adicionales que deben cumplir aquellas

empresas que tienen más de un establecimiento en Puerto

Rico al determinar el orden de retención de empleados por

antigüedad. Ello a raíz de que de que durante los primeros

diez (10) años desde la aprobación de la Ley Núm. 80

existió una laguna jurídica respecto al orden de retención

de empleados por antigüedad en empresas que tenían más de

un establecimiento para hacer negocios en Puerto Rico. En

ese entonces, la Ley guardaba silencio sobre si, al

realizar una reducción de personal en uno de los

establecimientos de la empresa, el orden de retención de

empleados por antigüedad se tenía que realizar a base de

todos los empleados de la empresa o sólo a base de los

empleados que laboraban en el establecimiento en que se iba

a efectuar la reducción de personal. Por varios años el

Departamento del Trabajo y Recursos Humanos interpretó que

en las reducciones de personal de una empresa que tenía

varios establecimientos, debía establecerse el orden de

retención de empleados por antigüedad a base de todos los

empleados de los distintos establecimientos de la empresa

en Puerto Rico. Véase Informe de la Comisión de Trabajo y

Asuntos del Veterano a la Cámara de Representantes sobre el

Sustitutivo del P. del S. 908 de 30 de mayo de 1986.

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Al hacer tal interpretación, el Departamento del

Trabajo y Recursos Humanos pretendía evitar que, por

ejemplo, una empresa con varios establecimientos trasladara

a empleados que deseaba cesantear a establecimientos en los

que iba a haber reducciones de personal. Id. pág. 2. Por

tanto, bajo la interpretación hasta entonces prevaleciente,

en las reducciones de personal los empleados de más

antigüedad en la empresa siempre desplazaban a empleados de

menor antigüedad, sin importar la distancia o la relación

entre los distintos establecimientos de la empresa. Al

cabo de un tiempo, sin embargo, el Departamento del Trabajo

y Recursos Humanos modificó su interpretación debido al

efecto que tenía en los empleados de un establecimiento que

no tenían relación alguna con el establecimiento objeto de

una reducción de personal. Id. págs. 2-3.

A tales fines, mediante la Ley Núm. 146 de 18 de julio

de 1986, 20 L.P.R.A. sec. 185c (―enmienda‖), se enmendó la

Ley Núm. 80 para añadir dos (2) incisos al Artículo 3 de la

Ley, dirigidos precisamente a aclarar el proceso de orden

de retención de empleados por antigüedad en empresas que

tienen más de una oficina, fábrica, sucursal o planta

(―establecimiento‖).16 Mediante la enmienda, el legislador

pretendió limitar las circunstancias en las que un empleado

16La Asamblea Legislativa acogió la interpretación que había

ido hilvanando el Departamento del Trabajo y Recursos

Humanos sobre el orden de retención de empleados por

antigüedad en empresas con más de una oficina, fábrica,

sucursal o planta. Véase Informe de la Comisión del Trabajo

al Senado sobre el Sustitutivo del P. del S. 908 de 21 de

mayo de 1986.

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de una empresa que tiene varios establecimientos en Puerto

Rico se vea afectado por reducciones de personal en

establecimientos de la empresa con los cuales el empleado

no haya tenido relación alguna. Véase Informe de la

Comisión del Trabajo al Senado sobre el Sustitutivo del P.

del S. 908 de 21 de mayo de 1986. Ello sin dejar de

proteger el derecho de retención preferente por antigüedad

de empleados que laboran en empresas en las que sus

distintos establecimientos sí mantienen vínculos

empresariales estrechos. En ese balance de intereses, se

dispuso lo siguiente:

(a) En el caso de despidos o reducciones de personal por

las razones contempladas en los incisos (d), (e) y (f) de

la sec. 185b de este título en empresas que tienen varias

oficinas, fábricas, sucursales o plantas, y en las que la

práctica es que usual y regularmente los empleados de una

oficina, fábrica, sucursal o planta no se trasladan a otra,

y que dichas unidades operan sustancialmente de forma

independiente en cuanto a los aspectos de personal, la

antigüedad de los empleados dentro de la clasificación

ocupacional objeto de la reducción de personal, se

computará tomando en cuenta únicamente los empleados en la

oficina, fábrica, sucursal o planta en la cual se va a

hacer dicha reducción de personal.

(b) En el caso de empresas con varias oficinas, fábricas,

sucursales o plantas en las cuales existe la práctica usual

y regular de que sus empleados se trasladan de una unidad a

otra y que las distintas unidades operan de forma

sustancialmente integrada en cuanto a los aspectos de

personal, la antigüedad se computará a base de todos los

empleados de la empresa, o sea, tomando en consideración

todas sus oficinas, fábricas, sucursales o plantas, que

están en la clasificación ocupacional objeto de la

reducción de personal.

20 L.P.R.A. sec. 185c (énfasis nuestro).

A tenor con lo anterior, y en lo pertinente a la

controversia ante nuestra consideración, para que una

empresa que tiene varios establecimientos compute la

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antigüedad de empleados únicamente entre aquellos empleados

que trabajan en el establecimiento en el que se efectuará

una reducción de personal, debe establecer que no existen

traslados frecuentes de empleados entre sus

establecimientos.17

Además, debe demostrar que sus

establecimientos operan de forma independiente en cuanto a

los aspectos de personal, entiéndase, principalmente, en el

reclutamiento, despido y retención de empleados. 18

De esta

forma, el legislador limitó las circunstancias en que, para

efectos de establecer el orden de retención de empleados

por antigüedad, se tenga que considerar a todos los

empleados de los distintos establecimientos de la empresa

en la clasificación ocupacional en que se llevará a cabo

una reducción de personal. Esto sin afectar el derecho de

retención preferente por antigüedad de aquellos empleados

que laboran en empresas entre cuyos distintos

establecimientos en Puerto Rico se realizan traslados

frecuentes o que operan de forma sustancialmente integrada

en cuanto a los aspectos de personal.

17

Adviértase que traslados aislados, inusuales o

irregulares no serán suficientes para concluir que los

establecimientos de una empresa operan de forma integrada.

Este análisis, sin embargo, amerita que se adecúe a las

particularidades de la clasificación ocupacional del

empleado cesanteado y conforme a las circunstancias de cada

controversia. 18 Para propósitos de la Ley, ―[e]l término ‗aspectos de

personal‘. . . se refiere principalmente a la fase de

reclutamiento, despido y retención de personal y no

necesariamente se refiere a la cuestión de preparación de

nóminas y beneficios marginales‖. Informe de la Comisión de

Trabajo y Asuntos del Veterano a la Cámara de

Representantes sobre el Sustitutivo del P. del S. 908 de 30

de mayo de 1986, pág. 3.

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CC-2011-0191 20

IV

Discutida la normativa aplicable, pasemos a resolver

la controversia ante nuestra consideración.

En este caso, el señor Del Carmen Tave comenzó a

trabajar en Eaton el 24 de mayo de 1994, siete (7) años

antes que la señora Sánchez Reyes, quien comenzó a trabajar

en Eaton el 16 de abril de 2001. Sin embargo, el señor Del

Carmen Tave comenzó a trabajar en la clasificación

ocupacional grupo de Staff después que la señora Reyes

Sánchez. A base de estos hechos, el foro apelativo

intermedio determinó que procedía resolver mediante

sentencia sumaria a favor de la señora Reyes Sánchez por

entender que Eaton no cumplió con el orden de retención de

empleados por antigüedad que establece el Artículo 3 de la

Ley Núm. 80. El foro apelativo intermedio estimó que, en

virtud del Artículo 3 de la Ley, la señora Reyes Sánchez

tenía mayor antigüedad que el señor Del Carmen Tave al

haber trabajado por más tiempo en la clasificación

ocupacional grupo de Staff y, por ende, su despido fue

injustificado. No tiene razón.

Conforme a las disposiciones del Artículo 3 de la Ley

Núm. 80 y la interpretación que establece la Guía que hoy

adoptamos, la antigüedad de un empleado debe calcularse

sumando la totalidad del tiempo que éste ha trabajado en la

empresa, independientemente del movimiento del empleado en

distintas clasificaciones ocupacionales. Por tal razón, a

pesar de que el señor Del Carmen Tave había trabajado por

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menos tiempo en el puesto de grupo de Staff que la señora

Reyes Sánchez, éste había trabajado más tiempo en la

empresa. Por consiguiente, el señor Del Carmen Tave tenía

más antigüedad en el empleo que la señora Reyes Sánchez.

Actuó correctamente la empresa al determinar que el señor

Del Carmen Tave tenía más antigüedad que la señora Reyes

Sánchez en la clasificación ocupacional grupo de Staff.

Resuelto lo anterior, resta por determinar si existen

hechos esenciales en controversia que impidan la resolución

de este caso por la vía sumaria.

Según surge del expediente de este caso, Eaton es una

empresa a nivel internacional que tiene varios

establecimientos en Puerto Rico. Por ende, debe probar,

además, que ha cumplido con las disposiciones del Artículo

3 de la Ley Núm. 80 relativas a aquellas empresas con más

de un establecimiento.19 A tales efectos, en la solicitud

de sentencias sumaria, Eaton sostuvo que no realiza

traslados y que sus plantas operan sustancialmente de forma

independiente en cuanto a los aspectos de personal.

Apéndice de la petición de certiorari, págs. 94-95. Por

consiguiente, sostuvo que cumplió con el orden de retención

de empleados por antigüedad al computar la antigüedad entre

los empleados en la clasificación ocupacional grupo de

Staff en la planta de Eaton en Las Piedras y determinar que

19 Esto es afín con el Artículo 11 de la Ley Núm. 80, 29

L.P.R.A. sec. 185k, que exige que en toda reclamación

entablada por un empleado al amparo de esta Ley, el patrono

viene obligado a probar que el despido fue justificado.

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la señora Reyes Sánchez era la empleada con menor

antigüedad. Id.

En la moción en oposición a la solicitud de sentencia

sumaria, la señora Reyes Sánchez, además de sostener que

para efectos de establecer el orden de retención de

empleados por antigüedad el señor Del Carmen Tave tenía

menos antigüedad que ésta, sostuvo que Eaton tenía la

práctica usual y regular de trasladar a sus empleados de

una planta a otra, y que operaba de forma sustancialmente

integrada en cuanto a los aspectos de personal. Apéndice de

la petición de certiorari, págs. 154, 164-165. Por ende,

arguyó que Eaton debió establecer un orden de retención de

empleados por antigüedad a base de todas las plantas de la

empresa. Para fundamentar tal alegación, la señora Reyes

Sánchez alegó que bajo el programa ―Power of One‖ de Eaton

(Eaton Jobs), los empleados de las distintas plantas de

Eaton podían competir para posiciones que se publicaran en

cualquier planta de la empresa a nivel mundial. Además,

mediante declaración jurada que acompañó a su solicitud en

oposición a la sentencia sumaria, sostuvo que seis (6)

empleados, incluyéndose, habían sido trasladados entre las

distintas plantas de Eaton, cuatro (4) de los cuales habían

sido trasladados de plantas de Eaton en otras

jurisdicciones a Puerto Rico. 20

Apéndice de la petición de

20 Estos son: Zoraida Reyes Sánchez, de la planta de Eaton

de Coamo a la planta de Eaton de Las Piedras; Eddy Del

Carmen Tave, Kevin Pimentel y Jorge Tarafa, de la planta de

Eaton de Haina, República Dominicana a la planta de Eaton

de Las Piedras; Samuel Rivera, de la planta de Eaton de

Haina, República Dominicana a la planta de Eaton de Coamo;

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certiorari, pág. 169. Tales alegaciones son insuficientes

para rebatir los hechos esenciales en controversia. Veamos.

En la solicitud de sentencia sumaria, Eaton sostuvo

que como parte de una política interna de la empresa, tiene

un programa llamado ―Eaton Jobs‖ en el cual sus empleados

pueden competir por vacantes o plazas en cualquier planta

de Eaton a nivel mundial. Apéndice de la petición de

certiorari, págs. 92-95. Según descrito, la empresa, a

través de un sistema electrónico, publica oportunidades de

empleo para sus empleados en las distintas plantas de la

empresa en el plano internacional, incluyendo las plantas

de Eaton en Puerto Rico. De esta manera, los empleados de

Eaton, dentro de su prerrogativa e interés, pueden

solicitar a las vacantes o plazas que se anuncian a través

del sistema electrónico. Luego de evaluadas todas las

solicitudes, la gerencia de la planta a la que el empleado

solicitó, determina quién es el candidato a cubrir la plaza

o vacante. Así las cosas, si bien bajo el programa ―Eaton

Jobs‖ distintos empleados de la empresa compiten por plazas

o vacantes, la planta tiene la discreción y potestad de

escoger, dentro de las solicitudes, al empleado de su

predilección.

A tenor con las características antes descritas del

programa ―Eaton Jobs‖, entendemos que el movimiento de

empleados a través del programa no constituye traslados

para efectos del Artículo 3 de la Ley. La protección que

y Jeannette Tripory, de la planta de Eaton de Cabo Rojo a

la planta de Eaton de Las Piedras.

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quiso ofrecer el legislador no se extiende al movimiento de

empleados que participan voluntariamente en un programa

competitivo de solicitud de empleo como lo es ―Eaton Jobs‖.

Por lo tanto, es insuficiente la alegación presentada por

la señora Reyes Sánchez de que la empresa realizaba

traslados frecuentes bajo el programa ―Eaton Jobs‖ para

establecer hechos esenciales en controversia. Pasemos

entonces a considerar los seis (6) traslados específicos

que alegó la señora Reyes Sánchez.

Según surge de los hechos de este caso, el movimiento

de la señora Reyes Sánchez de la planta de Coamo a la

planta de Las Piedras fue a través del programa ―Eaton

Jobs‖. Por tanto, según establecimos, el movimiento de la

señora Reyes Sánchez no se considera un traslado para

efectos del Artículo 3 de la Ley. En cuanto a los

traslados alegados que provenían de establecimientos en

otras jurisdicciones, entendemos que el Artículo 3 de la

Ley no requiere que se realice un análisis del movimiento

de personal entre establecimientos de la empresa a nivel

internacional. Tal análisis se limita a determinar la

frecuencia de traslados de empleados entre los

establecimientos de la empresa en la jurisdicción de Puerto

Rico.

En consecuencia, no se consideran traslados, para

propósitos de establecer la frecuencia de traslados entre

establecimientos de la empresa en Puerto Rico, el

movimiento de personal o traslados provenientes de plantas

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de Eaton en otras jurisdicciones.21 Así las cosas, sólo uno

(1) de los traslados entre plantas de Eaton en Puerto Rico

que alegó la señora Reyes Sánchez podría considerarse como

un traslado para efectos de la Ley.22 Ello no es suficiente

para controvertir el hecho de que Eaton no efectuaba

traslados frecuentes de empleados entre sus plantas en

Puerto Rico.

Finalmente, según discutimos, Eaton detalló que sus

plantas operan independientemente en cuanto a los aspectos

de personal. Por ende, alegar que por razón del programa

―Power of One‖ (Eaton Jobs) las distintas plantas de Eaton

operan de forma sustancialmente integrada en cuanto a los

aspectos de personal, es insuficiente para controvertir el

hecho de que las distintas plantas de Eaton operaban

sustancialmente de forma independiente en cuanto a los

aspectos de personal. En esta etapa de los procedimientos,

habiendo concluido el descubrimiento de prueba, la señora

Reyes Sánchez debió presentar aquella prueba que

controvirtiera sustancialmente los hechos alegados por la

empresa. En cambio, descansó en las alegaciones en su

demanda y se limitó a reproducir sus alegaciones en una

declaración jurada que acompañó a su escrito en oposición a

que se dictara sentencia sumaria.

21 Los traslados de Eddy Del Carmen Tave, Kevin Pimentel y

Jorge Tarafa, de la planta de Eaton de Haina, República

Dominicana a la planta de Eaton de Las Piedras, y el

traslado de Samuel Rivera, de la planta de Eaton de Haina,

República Dominicana a la planta de Eaton de Coamo. 22 El traslado de Jeannette Tripory de la planta de Eaton

de Cabo Rojo a la planta de Eaton de Las Piedras.

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Por tal razón, somos del criterio que no existe razón

que impida la disposición sumaria de la reclamación de

despido injustificado. Eaton presentó prueba de haber

cumplido con el orden de retención de empleados por

antigüedad que establece el Artículo 3 y con las demás

disposiciones de la Ley Núm. 80. Tales alegaciones no

fueron controvertidas. Al no existir controversia de

hechos esenciales en cuanto a la reclamación de despido

injustificado, procedía dictar sentencia sumaria, como

cuestión de derecho, desestimando la reclamación de despido

injustificado

V

Conforme a lo anterior, resolvemos que, según las

disposiciones de la Ley Núm. 80, la antigüedad de un

empleado debe calcularse sumando la totalidad del tiempo

que ha trabajado en la empresa, independientemente del

movimiento del empleado en distintas clasificaciones

ocupacionales. Al no existir hechos esenciales en

controversia, procede dictar sentencia sumaria y desestimar

la reclamación de despido injustificado. Se revoca la

sentencia del Tribunal de Apelaciones que sostuvo lo

resuelto por el Tribunal de Primera Instancia.

Se dictará Sentencia de conformidad.

Anabelle Rodríguez Rodríguez

Juez Asociada

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EN EL TRIBUNAL SUPREMO DE PUERTO RICO

Zoraida Reyes Sánchez

Recurrida

v. CC-2011-0191

Eaton Electrical H/N/C

Eaton Electrical Las Piedras;

Fulana de Tal

Peticionarios

SENTENCIA

San Juan, Puerto Rico, a 7 de octubre de 2013

Por los fundamentos expuestos en la Opinión que

antecede, los cuales se incorporan íntegramente a la

presente, se dicta Sentencia y resolvemos que, según

las disposiciones de la Ley Núm. 80, la antigüedad

de un empleado debe calcularse sumando la totalidad

del tiempo que ha trabajado en la empresa,

independientemente del movimiento del empleado en

distintas clasificaciones ocupacionales. Al no

existir hechos esenciales en controversia, procede

dictar sentencia sumaria y desestimar la reclamación

de despido injustificado. Se revoca la sentencia

del Tribunal de Apelaciones que sostuvo lo resuelto

por el Tribunal de Primera Instancia.

Así lo pronunció, manda el Tribunal y certifica

la Secretaria del Tribunal Supremo. La Jueza

Asociada señora Pabón Charneco y el Juez Asociado

señor Rivera García concurren con el resultado sin

opinión escrita.

Aida Ileana Oquendo Graulau

Secretaria del Tribunal Supremo