2014 49 ANIVERSARIO DEL PLANTEL “SOR JUANA INÉS DE LA …web.uaemex.mx/identidad/docs/cronicas/TOMO_XIII/aniversarioSorJ.pdf · Sor Juana Inés de la Cruz de la Universidad Autónoma

M en D. Noé Jacobo Faz GoveaCronista del Plantel “Sor Juana Inés de la Cruz”

201449 ANIVERSARIO DEL PLANTEL

“SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ”

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MÉXICOSECRETARIA DE RECTORÍA

DIRECCIÓN DE IDENTIDAD UNIVERSITARIA COLEGIO DE CRONISTAS

2014 49 Aniversario del Plantel

“Sor Juana Inés De La Cruz”.

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M en D. Noé Jacobo Faz Govea Cronista del Plantel “Sor Juana Inés de la Cruz”

• 1965 Escuela Preparatoria de Amecameca.

• 1994 Plantel “Sor Juana Inés de la Cruz”.

• 2013 Primer Plantel de Educación en el Nivel Medio Superior Certificado a Nivel Nacional.

• 2014 49 Aniversario

• 2015 Cincuenta Aniversario

El ejercicio de rememorar todo aquello que se ha vivido en nuestro

Plantel, es un buen indicador que muestra la calidad moral que posee

quien busca en el pasado la forma de satisfacer las necesidades del

presente. En este contexto, testimoniar, documentar, difundir con

libertad, de manera oportuna, transparente y completa, los sucesos que

le han dado forma al quehacer humano de la institución a la que

pertenecemos, ponen en juego la confrontación de ideas, propiciando,

por los resultados que se obtengan, la utilidad del pensamiento en la

construcción del presente y del futuro y en la cotidiana elaboración colectiva de su memoria histórica.

Hasta hoy, nadie discute la importancia del trabajo educativo que el

Plantel ha realizado durante cuarenta y nueve años, y si bien, en su

momento fue pionero de la Educación Media Superior en la Región

Oriente del Estado de México, en la actualidad se muestra orgulloso por

ser innovador y líder en la producción y reproducción de la cultura, con

consciencia clara del papel decisivo que ha jugado en la promoción del

desarrollo municipal, regional y estatal. Por esta razón, el registro de lo



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acontecido queda plasmado y disponible en este documento que hoy

se pone a tu disposición y que, siendo un intento serio dedicado a

recuperar la memoria histórica de quienes estamos identificados con nuestra institución, forma también un patrimonio colectivo.

La búsqueda de la memoria histórica, debe permitirnos narrar los

hechos más sobresalientes que resaltan la figura del Plantel “Sor

Juana Inés de la Cruz” de la Escuela Preparatoria de la Universidad

Autónoma del Estado de México. Por esta razón, el compromiso

institucional al conmemorar 49 años de su fundación, implica fortalecer

su proceso y desarrollo histórico, resignificando cada uno de los

momentos por los que, a través del tiempo se ha destacado, y por la

labor educativa que presta, misma que ahora se ve coronada al tener

en sus archivos los documentos de más de cuarenta y seis generaciones de alumnos que han transitado por sus instalaciones.

Este solo hecho justifica que es preciso dejar asentado, a través de la

palabra escrita y desde la perspectiva de la complejidad que esto

representa, lo que todos deben conocer, aquello que dio forma a lo que

ahora es y que, permanentemente, se transforma y se proyecta hacia

el futuro.

Hasta ahora, nuestra historia sólo se encuentra en archivos

académicos, que muy poco rescatan de su pasado. El pensar histórico,

las experiencias del hombre en el pasado y en el presente para el

futuro, el producto del tiempo, el espacio, la causalidad y los personajes que la hicieron posible no han quedado registrados.



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El recuerdo del pasado reciente, el de los iniciadores y el de todos

aquellos que se aventuraron a crear, fundar e impulsar el desarrollo de

nuestro Plantel, seguramente ha quedado guardado celosamente, sin

publicarse. Así, la realidad completa no existe, y si existe, solo se

manifiesta en la mente de quien lo recuerda; pero las realidades que

van configurando a las Instituciones, son más amplias que el universo

simbólico creado sobre ellas, y si bien, hay que considerar que éstas se

refieren sólo a una parte, y no necesariamente a lo más importante de

lo que ocurre en el escenario de la vida, son las que dan forma y

sentido a su existencia, y ahí están, aun cuando no se vean, surgiendo

cuando uno de los protagonistas que les dieron forma, las recuerda.

Hasta ahora, sólo algunos intentos muy valiosos se han realizado para

construir la memoria del Plantel y esto implica el riesgo de puntualizar

vagamente lo que ha pasado durante cuarenta y nueve años, sin

embargo, son años vividos y se relatan según testimonios de quienes los vivieron.

Breve Reseña de Ayer y de Hoy

Sin duda, quien conozca las instalaciones de lo que ahora es el Plantel

Sor Juana Inés de la Cruz de la Universidad Autónoma del Estado de

México, no podrá imaginarse que en 1965 se iniciara esta institución

educativa en una pequeña escuela secundaria, cuyo edificio prestado

dio albergue a un puñado de jóvenes que ansiosos deseaban iniciar una nueva etapa de su vida.



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Apenas fue ayer, han transcurrido 49 años y en ese tiempo la labor de

un grupo de padres de familia quienes sembraron la semilla, se ve

reflejada en las nuevas generaciones quienes tomando como guía

este impulso en la educación media superior se proyectan hacia

nuevos horizontes. De esta escuela han egresado alumnos que se han

destacado en la educación superior, en el comercio, en la política, pero sobre todo en su formación como hombres y mujeres de bien.

Aquellos hombres que culminaron una idea y la hicieron realidad, no

alcanzaron a ver lo grande de su obra… que se inicia de una forma

modesta como nacen todas las grandes obras en donde se antepone el

servicio a los demás sobre los intereses particulares. No… ellos

deseaban un mejor futuro para sus hijos y han alcanzado el desarrollo

de toda la Zona Oriente del Estado de México. No… ellos deseaban

que hubiese profesionistas en su comunidad y los egresados de la

Escuela Preparatoria de Amecameca – nombre con el que nació

nuestro Plantel- han traspasado fronteras en todos los ámbitos

educativos: licenciaturas, maestrías, especialidades, doctorados, son

la muestra de quien algún día tránsito por las aulas de una humilde

secundaria prestada para sin saberlo iniciar la transformación de este bello girón de la Patria Mexicana.

Pero así como podemos exaltar las bondades de 49 años de existencia,

sin duda lo que hace grande esta magna obra, es el sentido de

pertenencia a la Universidad Autónoma del Estado de México, este

sentido de pertenecía se manifiesta desde el momento mismo en que

se solicita por primera vez desde 1964 la creación de una Escuela

Preparatoria ante el H. Consejo Universitario de la U. A. E. M. Desde

ese momento en 1965, se sella el compromiso de identidad



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universitaria, 46 generaciones de universitarios así lo testifican, 46

generaciones que llevan tatuado en su corazón el sentimiento de

pertenencia e identidad cuando se entona el Himno Institucional,

cuando la Bandera de la Universidad ondea con el viento, cuando el

Estandarte del Instituto Científico, Literario Autónomo en sus pliegues

nos muestra la Historia, cuando José Ma. Luis Mora, Ignacio Ramírez

Calzada, Ignacio Manuel Altamirano, Felipe Sánchez Solís, Horacio

Zúñiga, Adolfo López Mateos y tantos otros nos dejan un legado por el

cual caminamos a su lado, cuando Palas Atenea y Minerva son

símbolos que nos impulsan a la ciencia y al conocimiento, cuando el

Lema PATRIA, CIENCIA Y TRABAJO con los Colores Verde y Oro,

despiertan y le dan fortaleza al compromiso de ser y pertenecer a la Universidad Autónoma del Estado de México.

49 Años han transcurrido, el Plantel “Sor Juana Inés de la Cruz” es

un ejemplo claro de Identidad Universitaria y de Humanismo que Transforma.

La Escuela preparatoria vista por un ex alumno.

Entrevista al Ing. Quím. Roberto Galicia García

Catedrático del Plantel “Sor Juana Inés de la Cruz”

El año de 1965 fue crucial en la vida de muchos de los jóvenes

egresados de la Escuela Secundaria Sor Juana Inés de la Cruz de

Amecameca, y aún de aquellas localizadas en los municipios

circunvecinos. Se tenía que tomar la decisión de continuar estudiando

y la siguiente etapa era el Bachillerato, ¿Cómo conseguirlo?, ¿A quién

teníamos que recurrir? La respuesta a estas preguntas se concretó al



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darle forma a la idea acariciada hacía ya algunos años por nuestros

padres y algunos profesores como Leoncimo Maya, Benjamín

Hernández Castro, los señores Daniel Constantino, Federico Figueroa,

el Doctor Moisés Arenas apoyados por el Sr. Presidente Municipal

Arnulfo Ramos López. Se tendría que crear una escuela de ese nivel de estudios.

Por lo tanto, a partir de 1964 se inician los trámites visitando las

instalaciones de nuestra Máxima Casa de Estudios en el Estado. Fue

tan convincente el interés mostrado por los involucrados en este

proyecto que convencieron al Doctor Mario C. García Olivera Rector de

la Universidad Autónoma del Estado de México, quien acepta una

invitación para conocer la comunidad y de manera palpable dar fe de

la necesidad que tenía no solo Amecameca sino toda la región de

contar con estudios superiores a los del nivel medio básico. A partir de

ese momento se hizo una propuesta formal, se dieron indicaciones a la

comisión que encabezaba el presidente municipal y por consecuencia,

se inicia todo un procedimiento que culminó con el otorgamiento por

parte del H. Consejo Universitario en el mes de enero de 1965, de la

creación de la segunda escuela Preparatoria para Bachilleres de la

Universidad Autónoma del Estado de México fuera de la ciudad de

Toluca. En ese año correspondió al Rector Dr. Jorge Hernández

García quien sucedió en el cargo al Dr. Olivera dirigir la sesión

ordinaria en donde se trató y aceptó la fundación de la Escuela Preparatoria de Amecameca.

Así fue como el 15 de febrero de 1965 se inician las clases,

correspondió al Profr. Leoncimo Maya Jiménez facilitar las

instalaciones de la Secundaria Sor Juana Inés de la Cruz y al Profr.

Benjamín Hernández Castro ser el primero en cruzar el umbral del



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único salón en donde esperábamos nerviosos, ansiosos y con una gran

expectación, los alumnos que integramos la primera generación. Debo

aclarar que nuestra preparatoria no contaba con un edificio propio y

existían grandes carencias que fueron subsanadas con la buena

voluntad de profesores, alumnos y padres de familia. Realmente los

problemas y obstáculos fueron muy grandes, entre ellos, conseguir

profesores en las diferentes especialidades para impartir las

asignaturas del plan de estudios, y lo más grave el recurso económico para cubrir sus sueldos.

Aún en estas circunstancias se inician actividades académicas y

empieza la gran aventura. Uno de los riesgos que tuvimos que enfrentar

fue el de la continua amenaza por parte de la Universidad Autónoma del

Estado de México de “cerrar la escuela”, si no se ajustaba en forma

efectiva tanto administrativa como académicamente al perfil que se

había señalado para su funcionamiento. No obstante el entusiasmo y la

determinación de continuar surge de los alumnos, aproximadamente 30,

los cuales nos organizamos y empezamos por preparar eventos del tipo

de rifas y kermeses para obtener dinero y apoyar para el pago de

sueldos a profesores, actividad que se convierte en costumbre de todos los fines de semana.

Ahora comprendo el sacrificio que implicó por parte de los docentes

trabajar sin cobrar sueldo y con la incertidumbre de que la fuente de

trabajo fuera cerrada echando abajo el trabajo que ya se había

realizado. Así transcurrió un año, en tanto se trabajaba en otro gran

proyecto, conseguir un predio apropiado para la construcción del

edificio y los permisos correspondientes, pero también el recurso

económico para la compra de material y el pago de mano de obra.

Cabe mencionar que el extraordinario trabajo y la buena disponibilidad



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del Patronato Pro Construcción que se integró a instancias del

Presidente Municipal Arnulfo Ramos López superaron las expectativas

que se esperaban.

En tanto, la vida académica seguía su curso en el único salón prestado.

Cuando se impartió la asignatura de química el laboratorio de la

secundaria también fue prestado y las prácticas fueron improvisadas o

eran las mismas que se impartían en ese nivel. Para el tercer año

utilizamos también un salón de la Escuela Primaria “Alfonso Caso” de donde era director el Profr. Benjamín Hernández Castro.

Para la generación 65-67 los tres años transcurrieron rápidamente y los

problemas graves se fueron resolviendo paulatinamente, por lo que

dejaban de ser graves para ser tolerantes. Recuerdo que en una

ocasión durante una “tardeada”, decidimos vender ponche en una olla

de 20 litros y le pusimos el famoso piquete (alcohol del 96), para

sorpresa nuestra en aproximadamente una hora se terminó y el

ambiente apenas estaba comenzando, nos dimos cuenta de las

ganancia que estábamos teniendo y la pregunta que surgió fue: ¿Qué

hacemos ahora?, se nos ocurrió llenar la olla con agua nuevamente y

comprar esencias de frutas y agregárselas, no tenía el sabor adecuado

pero aun así se terminó, la operación la repetimos tres veces,

obtuvimos “jugosas ganancias” y todos contentos. El dinero obtenido lo

donamos absolutamente todo para la nómina de los profesores; todos

nuestros compañeros que participaron en el evento con sus diferentes

actividades como el registro civil, la venta de tamales y atole, venta de

globos, tostadas y todo tipo de antojitos mexicanos; hicieron lo mismo,

esta actividad la repetíamos cuando menos 2 veces por mes, es decir

cada quincena.



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Es bonito saber que nuestro esfuerzo tuvo grandes satisfacciones

inmediatas, al darnos cuenta de que nuestros profesores no eran

exigentes en su pago quincenal y se trabajaba fuertemente para que se

les pagara puntualmente, sin embargo, había ocasiones en que su

sueldo se atrasaba hasta tres quincenas pero ellos se solidarizaban al ser tolerantes en ese sentido.

La fiesta de graduación fue excepcional. La organizaron el patronato, la

sociedad de padres de familia y el presidente municipal Arnulfo Ramos

acompañado de su ayuntamiento. Este evento fue presidido por

personalidades de la Universidad Autónoma del Estado de México, se

entregaron diplomas de 1ra. Generación y a cada alumno un anillo de

oro de 18 kilates con el escudo de la Universidad, para el gran baile se

contrató a las orquesta de Alfredo Urdiain y la de “Paco Solis” que en esa época estaban de moda. Fue una noche inolvidable.

De este gran recorrido de lo que sucedió en tres años, la parte

nostálgica fue la despedida, habíamos terminado el bachillerato en

instalaciones prestadas por una secundaria y por una escuela primaria,

no tuvimos la oportunidad de estudiar en el nuevo edificio ubicado

frente a la Estación del Ferrocarril Interoceánico que se estaba construyendo y que ya lo sentíamos nuestro.

El futuro de cada uno de los que terminamos el bachillerato en la

Escuela Preparatoria de Amecameca en 1967 estaba decidido. Nuevos

espacios con una visión diferente de la de vida se abrieron para todos,

se puede decir que el 50% de los egresados ingresamos a la UNAM o

al POLITECNICO y muy pocos en escuelas particulares. Lo importante

y satisfactorio para nosotros, es ver en la actualidad una institución bien

fundamentada, con una infraestructura envidiable y con un prestigio

académico excepcional, como producto de casi 50 años de vida que se



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inicia con los pioneros que a imitación de los creadores de grandes obras dejan testimonio de su presencia.

De la “Preparatoria de Amecameca” al Plantel “Sor Juana Inés de la Cruz”

Ante la necesidad de crear una Escuela Preparatoria en Amecameca,

desde 1963 los padres de familia coincidieron en buscar formas, acudir

a padrinos políticos, visitar a personas que pudiesen auxiliar en la

consecución de ese fin. A este respecto se cuentan anécdotas muy

variadas, por las que pasaron los que ahora conocemos como

iniciadores, algunos ya fallecidos, otros, ofreciendo, de muy buen

agrado sus recuerdos, unos defendiendo su primacía como impulsores

de este proyecto, los más, de manera más humilde, apareciendo como

colaboradores. A raíz de este proyecto surge un puñado de padres

deseosos de encontrar una solución: Federico Figueroa Hernández,

Moisés Arenas Amaya, Daniel Constantino Calderón, Leoncimo Maya

Jiménez, J. Jesús Díaz Gutiérrez, Gustavo Hernández Santamaría,

Roberto Estrada Ortega. Ellos sembraron la semilla de lo que,

posteriormente, fue un movimiento social, que dio como resultante lo

que ahora, después de cuarenta y nueve años, es el centro educativo

con mayor trascendencia en la región; pero sobre todo, el eje que une

el querer ser con la proyección del joven hacia su comunidad. Algunos

fragmentos de actas del H. Consejo Universitario nos dan fe del momento en que fue creada la “Escuela preparatoria de Amecameca”.



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Acta del 12 de diciembre de 1964

Quizá, de los fragmentos de las actas anotados, éste reviste mayor

importancia:

“Se pasó al siguiente punto del orden del día y el señor Rector informó que ya se había presentado la delegación del Patronato para la construcción de la Escuela Preparatoria de Amecameca y que, habiéndose cubierto ya todos los requisitos que se fijaron para establecer dicha Escuela, somete a la consideración del Consejo la proposición de que se establezca, en la inteligencia de que el costo de su sostenimiento será cubierto íntegramente por el patronato en el presente año.

El Ingeniero Martín Robles pregunta cómo se cubrirá dicho sostenimiento a partir del año entrante.

El señor Rector le manifiesta que el interés y el esfuerzo del patronato merecen todo el apoyo y estímulo y que, si en el año entrante se requiere impartirle alguna ayuda, considera que deberá hacerse.

Puesta la proposición a Votación fue aprobada por unanimidad.

Acto seguido el señor Rector propone como Director de dicha Escuela al señor Profesor Alfredo Peruyero Sánchez, explicando que, como se trata de un Plantel de nueva creación, todavía no se integra su Consejo Técnico y, por tanto, no era posible solicitar su opinión sobre el particular. Sometida a votación la propuesta es aprobada por UNANIMIDAD y, encontrándose presente el señor



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Peruyero Sánchez, el señor Rector le tomó desde luego la protesta de Ley y pasó a ocupar su lugar como miembro del Consejo Universitario”. (Acta de Sesión del H. Consejo Universitario con fecha 12 de diciembre de 1964).

Por último, para configurar la estructura institucional en donde la

Escuela Preparatoria de Amecameca quedaba indubitablemente

ligada a la Universidad Autónoma del Estado de México, como

organismo dependiente de esa institución, el día 8 de marzo de 1965

tomaron protesta el Profr. Juan Manuel Islas Ricaño y Manuel Díaz

Torres, como representantes maestros y alumno de la Escuela.

Integrándose junto con el director al H. Consejo Universitario.

28 años después en el año de 1993, a sugerencia del Rector M. en D.

Marco Antonio Morales Gómez, se invitó a las preparatorias foráneas –

ubicadas fuera de Toluca- de la UAEM, a consultar con los Consejos

de Gobierno y Académico para adoptar un nombre que las identificara.

Esta fue la razón por la cual se instó a la comunidad de Amecameca,

para que seleccionaran el nombre que a partir de la aprobación del Consejo Universitario llevaría nuestro Plantel. Aquí surge la pregunta:

¿Porque Sor Juana?

Al hablar de Sor Juana, no se trata de inquirir en la historia, ni de

forzar el presente hacia los valores que, en su tiempo fueron fecundos

y que, para algunos en la actualidad, ya no lo son. El hablar de “Sor

Juana”, nos permite hacer una reflexión para entender que las obras

de la especie humana que han trascendido tienen derecho al

reconocimiento, respeto y la veneración de los que interesados en



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conocer, son capaces de provocar que lo aprendido sea vivo, actuante

e imperecedero. Este texto nos brinda la oportunidad de comprender

por qué nuestra Escuela lleva ese nombre.

Una sencilla remembranza nos traslada hasta el año de 1965, cuando,

por primera vez, se crea una institución educativa del Nivel Medio

Superior en la región oriente sur del Estado de México. Años en que

imperaba la angustia, no sólo económica, sino también del saber de las

letras que ofrecieran a los alumnos la oportunidad de alcanzar estudios

que los convirtieran en profesionales, egresando de alguna Universidad

o del Politécnico. Así nació nuestro Plantel, como una respuesta que, la

Universidad, daba a la demanda urgente de padres de familia, que se

veían imposibilitados de brindar a sus hijos estudios que ofrecieran mejores expectativas para el futuro.

Ahora, a cuarenta y nueve años de su fundación, las experiencias que

durante este tiempo han quedado plasmadas en su historia, nos hacen

revivir cada momento; desde aquella Escuela secundaria que acogió

con benevolencia a la Escuela Preparatoria de Amecameca de la

UAEM, en donde las primeras generaciones tuvieron la oportunidad de

egresar para enfrentarse con una nueva visión a los retos y

oportunidades que la vida les ofrecía; hasta los esfuerzos permanentes

que nuestra “Alma Mater” realiza a través de las gestiones que cada

una de las administraciones del Plantel ha realizado, para ofrecer a las

nuevas generaciones espacios limpios, acogedores, pero sobre todo,

didácticos, para una mejor atención que se refleje con la participación

de los docentes, en la calidad académica que los tiempos actuales exigen si queremos participar en la sociedad del conocimiento.

Cuarenta y nueve años de trabajo y satisfacciones, primero por

consolidar el prestigio del Plantel, después por acrecentar lo logrado,



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cuarenta y nueve años que han permitido a la región sur-oriente del Estado de México su propio desarrollo.

Ha transcurrido el tiempo, pero nuestro Plantel no ha envejecido, sino

que ha adquirido madurez, fortaleza y consolidación. Desde el Lic.

Alfredo Peruyero Sánchez, primer director de la Escuela, pasando por

Juan Manuel Islas Ricaño, Javier Rosales Moctezuma…., hasta llegar al

actual director, Mtro. en E. S. José González Torices. Han estado al

frente de la institución, doce directores con un periodo intermedio en

donde la dirección estuvo en manos de dos secretarios encargados del

despacho, cada uno le ha dejado un sello distintivo en donde se ve la

provocación al cambio y al desarrollo sostenido, cada uno con su

particular forma de hacer las cosas ha renovado en todo momento la

vida escolar. Este es nuestro legado, nuestras satisfacciones, nuestra historia personal.

Ahora bien, esta breve exposición de lo que fuimos y de lo que ahora

somos, se enmarca con una bella imagen que transmite sabiduría,

inteligencia, coraje, rebeldía, tal como en alguna ocasión lo escribió el

Profr. Julián Rivera López evocando a este personaje: “Grandeza

aprisionada en cuerpo de mujer”, me refiero a “Juana Inés de Asbaje y

Ramírez de Santillana”, mejor conocida como “Sor Juana Inés de la

Cruz”, “Hija de la Iglesia”, que así se nombraba a una persona cuando

era registrada en la pila bautismal como hija natural, que recibió del

poder divino de los dioses las condiciones excepcionales que fueron motivo de su gran desarrollo intelectual.

Sor Juana vivió y murió en una época en donde la cultura estaba en

manos de los hombres, sobre todo de los clérigos, (se dice que las

primeras universidades fueron creadas para ellos), por lo tanto, la mujer

quedaba normalmente al margen de aquello que implicara cultura. Sin



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embargo, su espíritu la impulsó siempre a desempeñarse con

desenvoltura, elegancia, acierto y erudición en las diversas cuestiones

que le propusieron, por esta razón, “los cuarenta sabios” que en su

momento la cuestionaron en la corte, quedaron desconcertados y maravillados.

Ante esto Sor Juana escribe:

“Inclinéme a los estudios desde mis primeros años, con tan ardientes

deseos, con tan ansiosos cuidados, que reduje a tiempo breve fatigas

de mucho espacio. Conmuté el tiempo, industriosa, a lo intenso del

trabajo, de modo que, en breve tiempo, era el admirable blanco de

todas las atenciones; de tal modo que llegaron a venerar como infuso lo que fue adquirido lauro”.

O bien, …

“¿En perseguirme, mundo, qué interesas? ¿En qué te ofendo, cuando

sólo intento poner bellezas en mi entendimiento y no mi entendimiento en las bellezas?”

Sor Juana no tiene edad ya que su obra es inmortal, murió en una

celda del Convento de San Jerónimo, en la ciudad de México, víctima

de la peste, ofreciendo su vida, acaso mártir, atendiendo a sus

compañeras. Fue llamada “Fénix de México”, “Poetisa de América” y

“Musa Décima”. Esta última distinción enaltece su figura, ya que al

igual que los griegos, a decir de Platón, este mismo título le habían

dado a Safo, y muestra cómo, a través del tiempo su magna obra se ha

significado no sólo para quien lee literatura, sino para los que reconocen en ella parte de su historia.



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Sor Juana Inés de la Cruz una poetisa primigenia que supo luchar y

vencer; una feminista noble y valiente, cuya “grandeza aprisionada en

un cuerpo de mujer”, se adelantó a su tiempo al luchar por la equidad de género.

El Plantel “Sor Juana Inés de la Cruz” de la Escuela Preparatoria de la

Universidad Autónoma del Estado de México, orgullosamente lleva ese

nombre a partir del 15 de febrero de 1994.

1965

2014



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“2014, 70 Aniversario de la Autonomía ICLA-UAEM”

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2014 49 ANIVERSARIO DEL PLANTEL “SOR JUANA INÉS DE LA …web.uaemex.mx/identidad/docs/cronicas/TOMO_XIII/aniversarioSorJ.pdf · Sor Juana Inés de la Cruz de la Universidad Autónoma