209958966 Poderes Facticos Medios y Democracia en Mexico

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  • Poderes fcticos Medios y democracia en Mxico

    Seleccin de textos publicados en la Revista Mexicana de Ciencias Polticas y Sociales Universidad Nacional Autnoma de Mxico

    Nueva poca, Ao LVIII, nm. 217 enero-abril de 2013 ISSN-0185-1918

  • ndice

    - Poderes fcticos mediticos: una agenda de investigacin. Alma Rosa Alva de la Selva - Poderes fcticos, problemas drsticos. Ral Trejo Delarbre - Los poderes fcticos mediticos y el surgimiento del Estado hbrido en Mxico. Javier Esteinou Madrid - Medios electrnicos de comunicacin, poderes fcticos y su impacto en la democracia en Mxico. Israel Tonatiuh Lay Arellano - Poderes fcticos, comunicacin y gobernabilidad: un acercamiento conceptual. Francisco Aceves Gonzlez

  • Revista Mexicana de Ciencias Polticas y Sociales Universidad Nacional Autnoma de MxicoNueva poca, Ao LVIII, nm. 217 enero-abril de 2013 pp. 215-222 ISSN-0185-1918

    PODERES FCTICOS MEDITICOS: UNA AGENDA DE INVESTIGACIN 215

    Poderes fcticos mediticos: una agenda de investigacin e Media Factual Powers: a Research Agenda

    Alma Rosa Alva de la SelvaRecibido el 21 de septiembre de 2012

    Aceptado el 08 de octubre de 2012

    Doctora en Ciencias Polticas y Sociales, Universidad Nacional Autnoma de Mxico. Profesora-investigadora en el Centro de Estudios en Ciencias de la Comunicacin, Facultad de Ciencias Polticas y Sociales de la misma Universi-dad, (Mxico). Miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Ex presidenta de la Asociacin Mexicana de Investi-gadores de la Comunicacin. Destacan sus recientes publicaciones: Los medios electrnicos de difusin y la Sociedad de la Informacin (coautora, 2011); Brecha e inclusin digital en Mxico: Hacia una propuesta de polticas pblicas (2012). Sus principales lneas de investigacin son: desarrollo de los medios de comunicacin y las telecomunicaciones en Mxico, legislacin de la radio, televisin y telecomunicaciones. Correo electrnico: [email protected]

    RESUMEN

    A partir del reconocimiento de la importancia de los llamados poderes fcticos en la vida poltica mexicana, y en espec co de una de sus vertientes, el poder meditico, este artculo advierte sobre la escasez de anlisis y estudios sobre la cuestin y enfatiza la necesidad de asumir el tema como ob-jeto de estudio de forma sistemtica y rigurosa, con base en una agenda de investigacin. En el trabajo se identi can los puntos fundamentales de dicha agenda y se propone para el anlisis un abordaje multidisciplinario. Se sugiere que los resultados de tales estudios pueden aplicarse a la construccin de acotamientos a los ejercicios del poder meditico, lmites imprescindibles para un desarrollo nacional democrtico.

    Palabras clave: medios electrnicos de comunica-cin, poderes fcticos, poder meditico, telecracia.

    ABSTRACT

    Based on the recognition of the importance of the commonly referred to as factual powers in Mexicos political life, and speci cally in the me-dia power, the author calls upon our attention the insu cient analysis and research on the subject and underscores the need to overcome this de -cit by systematically and rigorously approaching it as a subject of inquiry and as part of a research agenda. is article brings to the fore the basic points of such an agenda and proposes a mul-tidisciplinary analytical approach to develop it. e author argues that the studies ndings can be applied to constructing limits for the exercise of media power, which are indispensable for na-tional democratic development.

    Keywords: electronic media, factual powers, media power, telecracy.

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    A lo largo de los ltimos aos incluso en los ltimos das han emergido numerosas expresiones indicadoras de las capacidades de accin de uno de los componentes de los llamados poderes fcticos de mayor peso e in uencia en nuestro pas: el poder meditico. Si bien en Mxico la ruta de poder de los medios, en especial de los electrnicos, puede rastrearse desde los orgenes de la radio hasta la actualidad tiempo en el que se han construido las bases de la llamada sociedad de la informacin es especialmente en los ltimos diez aos que pueden observarse en nuestro pas sucesivos episodios de sometimiento de los poderes constitucionales que han colocado a ese vector con notable ascendencia en el bloque dominante. Se ha hecho mani esto que las lites polticas dependen cada vez ms de los poderes fcticos, y an ms signi cativamente, del poder meditico.

    Con las televisoras en el centro de la escena, en la segunda dcada del siglo XXI, el poder meditico se encuentra en el ncleo de la vida poltica y social mexicana. Es se un notable poder poltico, pero tambin un poder econmico e ideolgico que opera con e ciencia al tiempo que exhibe su enorme potencialidad.

    A lo largo de las ltimas dcadas, mltiples y diversos acontecimientos han hecho patentes en el panorama poltico, econmico, social y cultural del pas, los continuos avances de un poder de grandes ambiciones y claros objetivos que es preciso acotar, en la perspectiva de fortalecer el frgil proceso de la construccin de la democracia en Mxico. En este sentido, el foco analtico debe dirigirse a lo que bien puede denominarse la transferencia de la toma de decisiones a los poderes fcticos. En muchos episodios de la vida nacional, se han hecho evidentes entre otras prcticas las interferencias de estos actores en los procesos polticos, la utilizacin de los medios electrnicos para colocar los asuntos de su inters en la opinin pblica o incluso para orientarlos hacia una direccin determinada.

    En esa lnea, comprender y analizar los ejercicios de ese poder es tarea obligada. Es preciso asumir el tema como objeto de estudio y, con base en una agenda de investigacin, generar un conjunto de re exiones y acciones orientadas al establecimiento de lmites claros y frenos efectivos a esa fuerza cuyas prcticas rebasan los mbitos e instituciones formales, con un ritmo expansivo que puede llegar al punto de obstaculizar la gobernabilidad democrtica del pas.

    Contrario a lo que pudiera esperarse en funcin de la importancia del asunto y sus crecientes repercusiones en la vida nacional, no existe un acervo su ciente de trabajos que de forma sistemtica hayan revisado el tema. De hecho, si bien desde el campo de la ciencia poltica el anlisis sobre factores y grupos de poder se ha mantenido y es tema de discusin permanente, hacen falta anlisis que profundicen en aspectos espec cos de tal fenmeno poltico en nuestro pas. En este sentido, es posible identi car varios itinerarios de investigacin.

    El primero tiene que ver con la importancia de teorizar sobre los llamados poderes fcticos en general y sobre el poder meditico en particular. Es importante contar con una de nicin capaz de re ejar ms claramente las caractersticas de tales ejercicios de poder. Cul es la naturaleza, de qu se compone ese poder de hecho que utilizando todo tipo

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    de recursos se inmiscuye para in uir e incluso dirigir las decisiones estatales? Estos son algunos de los interrogantes fundamentales por develar.

    Por cierto, existen diversos acercamientos sobre el tema en cuestin. Entre ellos se destacan aquellos que enfatizan algunos de los rasgos distintivos de los denominados poderes fcticos. Por ejemplo, aquel relacionado con su condicin de perniciosos e inaceptables, o bien el de su progresiva injerencia en el espacio pblico; caractersticas ambas cuya combinacin ha hecho pensar en ciertos casos que se trata ya de poderes imposibles de regular o al menos, y en ello coincidimos, que cada vez resulta ms costoso acotarlos en tanto que se ha permitido la reproduccin y ampliacin de su poder, sin frenos o contrapesos.

    As, como parte de lo que constituye una primera vertiente de investigacin, se encuentra una necesaria caracterizacin del poder fctico meditico en s mismo y en su vinculacin con otros poderes de su mismo gnero.

    Partiendo de las bases conceptuales del anlisis del poder, es necesario preguntarse tambin cul es la especi cidad, la esencia del poder meditico; re exionar sobre qu clase de poder es el de los medios. Es el poder meditico un poder de bajo octanaje o constituye ms bien un conjunto de prcticas so sticadas? Cul es su lgica de dominacin? Por otro lado, considerando su faceta de poder simblico es por ello que el meditico es un poder tan e ciente, aunque poco perceptible? Y luego, es pertinente concebir al poder meditico como la con guracin del poder protagonizado por los consorcios televisivos caracterizados por una sostenida actividad poltica beligerante?

    En este orden de ideas, es importante la revisin de un concepto propuesto hace aos que, contrastado con las realidades de hoy, ha visto refrendada su pertinencia, pero que a la luz de hechos sucesivos conviene ampliar o reforzar. De nido por Henderson en 1997 como una nueva forma de gobierno, dominada por los medios de masas, el concepto de mediocraciafue ganando terreno a nivel mundial, en la misma medida en que tomaba mayor cuerpo el poder poltico, cultural, ideolgico y econmico alcanzado por los medios, con una in uencia en tales esferas que crecientemente fue rebasando la de otras instituciones.

    No debe perderse de vista la necesidad de anlisis de las caractersticas de la mediocraciaen Mxico, tarea iniciada por algunos investigadores (Trejo, 2004; Esteinou, 2011, entre otros). Asimismo, cabe re exionar si en el caso nacional es ms pertinente referirse a la existencia de una telecracia (que podra de nirse como la con guracin del poder meditico protagonizado por las empresas de televisin de mayor envergadura con una sostenida actividad como actores polticos beligerantes, in uyentes en la vida social, poltica y cultural y con capacidad para doblegar a los poderes institucionales).

    En el contexto del desarrollo de la convergencia, que entre otros procesos supone la transformacin de los medios en conglomerados de telecomunicaciones, los alcances de los consorcios en tanto poderes fcticos se estn viendo ampliados, fenmeno que es necesario estudiar desde la perspectiva citada.

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    As pues, para intentar responder a sas y otras preguntas es necesario partir de una re exin sobre los procesos de construccin del poder en el presente y considerar el papel de la comunicacin como factor fundamental de ejercicio del poder; analizar sobre cmo se adquiere el poder para actuar sobre los fenmenos sociales, con la mira en un objetivo concreto y discernir con mayor claridad cmo actan las nuevas formas de dominacin (Castells, 2009). En ese indispensable anlisis habr de considerarse tambin el hecho de que se trata de un poder econmicamente concentrado.

    Otra lnea de investigacin es la que apunta a discernir los nes ltimos de esos poderes: cules son sus objetivos y proyectos, son preguntas cuyas respuestas seguramente pueden ofrecer explicaciones de fondo sobre actos o decisiones con metas de aparente corto plazo, pero que en realidad se adscriben a metas de largo alcance. En esta direccin, una pregunta bsica a plantearse sera hasta dnde pretende llegar ese poder? Cules son sus metas en lo econmico y lo poltico?

    El anlisis de cmo acta el poder fctico meditico se presenta como otro frente necesario de acometer por la investigacin. Es necesario conocer con qu estrategias se han ido edi cando las relaciones de poder puestas en prctica por los agentes mediticos. Ello considerando que, como anota Castells (2009), tales relaciones aplican acuerdos de diverso tipo ( nancieros, polticos, comerciales), con diferentes niveles de prctica e instituciones, es decir en los planos global, nacional y local.

    El reto analtico entonces no es poco, pues asumirlo supone comprender e identi car las relaciones de poder de cada uno de los agentes involucrados en los diferentes niveles, formas y escalas de la prctica social y en sus resultados estructurados. Habrn de revisarse tambin, en lo que representa un amplio captulo para la investigacin, las articulaciones (medulares en su con guracin) del poder meditico con el sistema poltico. Se requiere de anlisis y estudios para lograr desentraar los mecanismos precisos que ese poder ha aceitado y pone en marcha para conseguir sus nes, establecer con claridad cmo opera, se mantiene y expande su dominio.

    Una veta ms es la marcada por el anlisis de la ubicacin del poder meditico en la estructura del bloque dominante. En este sentido, vale preguntarse cul es el sitio que le corresponde al poder meditico en el contexto de la jerarqua de los poderes fcticos, as como cul es el estatuto del poder televisivo con respecto al poder meditico, y en un sentido ms amplio, en su trnsito hacia el sector telecomunicaciones.

    En lo que se considera una ruta por dems prol ca, la investigacin puede dirigirse hacia los actores participantes y los roles que desempean. Se trata de adentrarse en el terreno de quines, a partir de su posicin y papel en la estructura social, construyen las relaciones de poder necesarias a favor del objetivo buscado.

    Cabe anotar que, entre otras perspectivas metodolgicas tiles para ese propsito, se encuentra el anlisis histrico-estructural, con cuyas herramientas es posible conectar las

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    biografas con los factores econmicos y polticos, para develar el entramado de mltiples aspectos inditos del desarrollo de la comunicacin en Mxico y la in uencia o intervencin del poder meditico en el curso o rumbo dado a los mismos. Mas no concluye ah dicho ln de estudio, que ms all de los actores individuales, puede extenderse a las acciones de poder de actores colectivos, empresariales o institucionales.

    Sin duda, una veta ms muy importante para la investigacin en el tema es la del anlisis del impacto de las intervenciones polticas de ese poder fctico meditico en diferentes dimensiones de la vida nacional. Las preguntas se agolpan: Cules han sido y en qu momento se han ejercido esas capacidades de accin en determinados procesos polticos y sociales del pas? Qu repercusiones han tenido sus intervenciones en el proceso hacia la democracia, la pluralidad de los medios, el derecho a la informacin y el desarrollo de la sociedad de la informacin? Cabe tambin ahondar en la fuente de anlisis en que se ha convertido el ascenso de los medios en la escala de poder, con las atribuciones que ello les conlleva.

    Desde la perspectiva de Ignacio Ramonet, los media habrn de considerarse en los tiempos que corren como algo ms que el llamado cuarto poder: En la prctica seala el periodista espaol se da cada vez ms una especie de confusin entre los media dominantes y el poder () y esto hace que no cumplan la funcin de cuarto poder (Ramonet, 2002: 34). Luego de sealar la conveniencia de preguntarse hoy en da cules son realmente los tres poderes y advertir que stos no son ya precisamente aquellos registrados en la clasi cacin tradicional: legislativo, ejecutivo, judicial, Ramonet re ere al poder econmico como el primero de todos, al poder meditico como el segundo y al poder poltico como el que ocupa la tercera posicin. Y subraya: Si se quisiera clasi car los poderes () se vera que los media han ascendido, han ganado posiciones y hoy se sitan como instrumento de in uencia por encima de un buen nmero de poderes formales para el funcionamiento de las sociedades (Ramonet, 2002: 34).

    As pues, es claro el imperativo de particularizar en varios aspectos de este tema, tan complejo como importante. Uno de ellos, identi cado por Exeni (2005: 44-45), es el de la relacin entre el poder meditico y el sistema poltico, misma que puede abordarse desde tres niveles. El primero es el uso de la informacin como instrumento de poder. Se trata de un rubro que se vincula directamente con las pugnas entre quienes controlan la propiedad, acceso y participacin de los procesos comunicacionales e informativos mediatizados (empresarios, periodistas, editores), frente a otros actores (por ejemplo la clase poltica) que buscan una cobertura favorable o hasta el control de los medios.

    En un segundo nivel (igualmente de acuerdo con Exeni) se ubica la capacidad de in uencia del sector de los medios sobre las acciones y decisiones del poder poltico. Una tercera lnea de anlisis es la representada por una posible con guracin de los medios como un poder poltico cuyos alcances lo haran comparable al poder estatal.

    No habr de desestimarse en la agenda, el tema de las repercusiones de ese poder meditico en el mbito de la comunicacin poltica, donde su predominio (entre otras resultantes) ha

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    logrado in uir e incluso imponer sus lgicas y pautas a los procesos y ejercicios de aqulla. En el terreno de lo que ompson (1998) ha llamado la mediatizacin de la poltica, habrn de revisarse las transformaciones de las prcticas de poder en las sociedades actuales a partir de la ascendente presencia de la comunicacin meditica, como tambin de las formas de interaccin social y de la produccin, circulacin e intercambio de formas simblicas, ideolgicas y culturales que aqulla proyecta.

    Por otra parte, en el caso nacional es imprescindible el abordaje del fenmeno de concentracin como uno de los ms importantes pilares del poder meditico en tanto poder fctico. En nuestro pas, el poder de los medios es un poder concentrado, de carcter estructural. La presencia dominante de oligopolios y virtuales monopolios en el terreno de los medios y las telecomunicaciones, de cara a su trnsito hacia los nuevos escenarios digitales, tiene implicaciones varias, que van desde lo econmico y lo poltico hasta el plano de la sociedad y la cultura, pasando desde luego por el propio terreno de los medios, donde existe un conjunto de impactos que se re ejan, por ejemplo, en los grupos participantes o en los sectores representados en sus espacios. As, se impone un anlisis del tema desde el enfoque de la economa poltica de la comunicacin.

    Es necesario tambin estudiar el proyecto poltico de ese poder a travs del azaroso proceso hacia la democracia en Mxico, con la etapa de la llamada transicin como el perodo a lo largo del cual ha conseguido avanzar y fortalecerse notablemente, al asumir un papel protagnico, por ejemplo en materia de polticas pblicas, legislacin de medios e incluso en la sucesin presidencial del 2012, entre otros asuntos de primer orden para el pas.

    Como se aprecia, la agenda de investigacin es tan amplia como compleja. Ello impone la realizacin de investigaciones rigurosas, sistemticas y de carcter multidisciplinario. Los resultados de tales anlisis pueden ponerse al servicio de una til aplicacin prctica: la de servir de andamiajes para construir acotamientos a esos ejercicios de poder, lmites imprescindibles para un desarrollo nacional democrtico hoy puesto en riesgo.

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    Bibliografa

    Castells, Manuel, (2009) Comunicacin y poder. Madrid, Alianza Editorial. Exeni, Jos Luis, (2005) Comunicacin poltica e in/gobernabilidad en democracia. Bolivia,

    Plural Editores. Ramonet, Ignacio, (2002) La tirana de la comunicacin. Barcelona, Editorial Debate. omson, John, (1998) Los media y la modernidad. Una teora de los medios de comunicacin.

    Barcelona, Paids. Trejo Delarbre, Ral, (2004) Poderes salvajes. Mxico, Cal y Arena.

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    PODERES FCTICOS, PROBLEMAS DRSTICOS 223

    Poderes fcticos, problemas drsticos

    Factual Powers, Drastic Problems

    Ral Trejo DelarbreRecibido el 21 de septiembre de 2012

    Aceptado el 08 de octubre de 2012

    Una primera versin de este texto fue presentada en el Seminario Democracia, paz y derechos: Ejes de un pensamiento ilustrado. En el centenario del nacimiento de Norberto Bobbio, Instituto de Investigaciones Jurdicas de la UNAM, 2 de febrero de 2010. Doctor en Sociologa por la Facultad de Ciencias Polticas y Sociales de la Universidad Nacional Autnoma de Mxi-co, Maestro en Estudios Latinoamericanos y Licenciado en Periodismo por la misma Facultad. Investigador titular en el Instituto de Investigaciones Sociales de la unam desde 1974 y profesor en la Facultad de Ciencias Polticas y Sociales de la misma Universidad, (Mxico). Miembro del Sistema Nacional de Investigadores, Nivel 3. Autor de 17 libros y coordinador de ms de una docena de publicaciones. Destaca su libro reciente: Laicidad y medios de comunicacin (2013). Sus principales lneas de investigacin son: tecnologas de informacin y comunicacin; ciudadana, sociedad de la informacin y redes digitales; medios y democracia. Correo electrnico: [email protected]

    RESUMEN

    El artculo reconstruye sistemticamente una de nicin analticamente densa de los poderes fcticos. Colocando el foco sobre las implican-cias de su vigencia en Amrica Latina, se inda-ga sobre la resistencia de los poderes fcticos al Estado de derecho, poniendo as en evidencia su propensin a promover e imponer sus inte-reses particulares sobre el resto de la sociedad. Por ltimo, ensaya un diagnstico acerca de la expansin cultural de los poderes fcticos en la sociedad mexicana, concluyendo que su in uen-cia denota carencias polticas, vacos jurdicos y penurias culturales, identi cando especialmente la preponderancia ideolgica de las televisoras privadas.

    Palabras clave: poderes fcticos, legalidad, Te-levisa, macropoder, Estado de derecho.

    ABSTRACT

    e article reconstructs systematically a de nition analytically dense of the factual powers. By focusing on the implications fac-tual powers in Latin America, the article in-quiries into the resistance of these powers to the State of law, evidencing their propensity to promote their own private interests and impose them on society at large. On its turn, the author elaborates a diagnosis of the cul-tural expansion of factual powers in Mexican society, demonstrating that their in uence expresses and reinforces political de cien-cies, legal voids and cultural paucity, identify-ing the ideological preponderance of private television.

    Keywords: factual powers, legality, Tele-visa, macro-power, Rule of law.

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    RAL TREJO DELARBRE224

    Todos sabemos de qu se habla cuando alguien menciona a los poderes fcticos, pero su de nicin a menudo es insu ciente, escurridiza casi. Los poderes fcticos exceden los lmites del Estado, su in uencia la ejercen precisamente para desplegar sus intereses ms all del inters legtimo que representan o debieran representar las instituciones polticas, se mani estan por cauces a menudo informales e incluso extralegales, quebrantan cartabones legales y polticos, son incmodos tanto para los gobernantes como para los estudiosos, irritan a los juristas porque atropellan la disciplina de los sistemas legales, importunan a los politlogos cuando se brincan las trancas de los regmenes polticos tradicionales. Ninguna de nicin los comprende a todos porque los poderes fcticos son, valga la redundancia, manifestaciones de hecho; surgen ms all de las concepciones tericas y las desbordan, se imponen por la fuerza de la realidad a la cual intentan modelar segn sus conveniencias.

    Los poderes fcticos debilitan y en ocasiones incluso anulan la capacidad del Estado para garantizar el inters de los ciudadanos. Los lmites que en atencin a ese inters y que para salvaguardarse a s mismo impone el poder estatal, resultan estorbosos para los propios poderes fcticos. Trtese de corporaciones eclesisticas vidas de in uir en decisiones polticas, grupos empresariales afectados por las regulaciones estatales o medios de comunicacin cuyos propietarios acaparan el espacio pblico, los poderes fcticos regatean autoridad a las instituciones estatales cuando no funcionan de acuerdo con sus intereses. En otros casos, se trata de fuerzas delincuenciales, como las del narcotr co, que directamente tratan de quebrar o paralizar la capacidad del Estado para hacer cumplir las leyes.

    Al margen de las normas democrticas

    En Amrica Latina, los poderes fcticos se han constituido en uno de los atascos ms im-portantes para las transiciones polticas. La construccin de la democracia ha supuesto el establecimiento de reglas y de compromisos por parte de todas las fuerzas sociales y polticas en torno al cumplimiento de las normas necesarias para la competitividad y la representacin electorales. Los poderes fcticos, que en ocasiones han alentado los procesos de transicin, en algn momento buscan valerse de ellos con secuelas tan signi cativas que, Manuel Antonio Garretn, uno de los politlogos latinoamericanos ms prestigiados, ha considerado:

    que desempean un papel crucial en los casos de mayor descomposicin del sistema poltico en la regin, nos referimos a entidades o actores que procesan las decisiones propias a un rgimen poltico es decir, poder poltico, ciudadana, demandas y con ictos, al margen de las reglas del juego democrtico (Garretn, 2001: 61).

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    PODERES FCTICOS, PROBLEMAS DRSTICOS 225

    Por lo general, a los poderes fcticos se les ubica fuera de las instituciones. Pero hay quienes los identi can, adems, entre actores de la vida institucional que rompen con cauces o normas formales. El mismo Garretn establece la siguiente distincin cuando explica que los poderes fcticos:

    pueden ser extra institucionales, como los grupos econmicos locales o trasnacionales, la corrupcin y el narcotr co, grupos insurreccionales y paramilitares, poderes extranjeros, organizaciones corporativas o medios de comunicacin. Pero tambin existen actores que constituyen poderes de jure o institucionales, que se autonomizan y asumen poderes polticos ms all de sus atribuciones legtimas, transformndose en poderes de facto, como es el caso de presidentes (hiperpresidencialismo), parlamentos, poderes judiciales, tribunales constitucionales y las mismas fuerzas armadas en muchos casos (Garretn, 2001: 61).

    Con un enfoque similar, aunque menos generalizador, el investigador mexicano Enrique Snchez Ruiz, interesado fundamentalmente en los medios de comunicacin, ha considerado que el poder fctico es el que se ejerce fuera de los mbitos formales, que no coincide con el aparato del Estado. El poder fctico se ejerce de hecho tcitamente no de iure legalmente. Sin embargo, no necesariamente es ilegal o ilegtimo (Snchez, 2009: 196-197).

    As que, ya sea con asidero en la ley o declaradamente al margen de ella como sucede con la delincuencia organizada la resistencia de los poderes fcticos al Estado de derecho, ha sido identi cada de muchas maneras desde que se extendi la re exin poltica acerca del Estado mismo. Ya omas Hobbes, en su conocido captulo X del Leviatn, se refera a los poderes naturales e instrumentales que adquiran los hombres y, aunque entenda al poder del Estado como el ms vigoroso porque concentra el de muchos hombres, apuntaba otras fuentes y manifestaciones de ejercicio del poder. Mucho tiempo despus, hay autores que encuentran la diferencia entre poder de hecho y poder de derecho en el modo en el cual Max Weber se re ere a los conceptos autoridad y poder (Pin, 2000: 543).1

    Derecho y poder tendran que estar indisolublemente vinculados en una sociedad de poder tendran que estar indisolublemente vinculados en una sociedad de poderciudadanos responsables y con un orden jurdico de plenos consensos. Como esa situacin ideal no existe, Norberto Bobbio, al referirse a la justi cacin del poder, recordaba la distincin entre aquello que es posible y lo que es lcito, y entre la efectividad y la efectividad y la efectividad legitimidad (Bobbio, 1989: 117 y ss.). Las diferencias entre el mbito de la normatividad y el mundo del poder, le

    1 En su monumental Economa y sociedad, Weber alude, con una connotacin distinta a la que tiene hoy en da, al aspecto fctico en el ejercicio del poder; con ese trmino, el pensador alemn distingue entre el poder que se deriva de una norma jurdica, de la capacidad de una autoridad para que sus rdenes tengan consecuencias relevantes: el poder de mandar fctico suele exigir el complemento de un orden normativo legal, y opera as forzosamente en relacin con el sistema de nociones jurdicas (Weber, 1984: 700).

  • Revista Mexicana de Ciencias Polticas y Sociales Universidad Nacional Autnoma de MxicoNueva poca, Ao LVIII, nm. 217 enero-abril de 2013 pp. 223-232 ISSN-0185-1918

    RAL TREJO DELARBRE226

    parecan al pensador italiano, un tema de encuentro insoslayable entre el Derecho y la Filosofa Poltica. En una carta a varios de sus colegas en la Universidad de Turn, Bobbio apuntaba:

    Siempre he considerado la esfera del derecho y la de la poltica, por usar una metfora que me es familiar, dos caras de la misma medalla. El mundo de las reglas y el mundo del poder. El poder que crea a las reglas, las reglas que transforman el poder de hecho en un poder de derecho (Citado en Bovero, 2005: 56).

    Esas precisiones nos permiten recordar que, como todos sabemos y a menudo padecemos, el poder no es privilegio de las instituciones refrendadas por la ley. La amplia variedad de intereses que no son o que no debieran ser satisfechos por la accin estatal, a menudo se organizan y expresan no slo en legtima reivindicacin de sus intereses sino, en ocasiones, en contra del Estado y la sociedad. Si el poder es, de acuerdo con Weber, la probabilidad de imponer la propia voluntad, dentro de una relacin social, aun contra toda resistencia y cualquiera que sea el fundamento de esa probabilidad (Weber, 1984: 43), entonces resulta posible reconocer una amplia variedad de poderes ms all de los que se derivan legtimamente de la soberana popular. Los linderos entre legalidad, alegalidad2 e ilegalidad, son frecuentemente transpuestos por corporaciones empresariales que buscan hacer ms negocios y pagar menos impuestos, iglesias que infringen las reglas del estado laico, medios de comunicacin que convierten en causa y prctica el rechazo a las regulaciones, pandillas delincuenciales que agreden y atemorizan a la sociedad.

    Poder de hecho, en busca de sus propias reglas

    Los poderes fcticos promueven y, cuando estn en condiciones, imponen sus intereses par-ticulares al resto de la sociedad. En otros tiempos, en circunstancias no siempre idnticas, se les ha denominado grupos de presin o grupos de inters. Sin embargo entre tales grupos puede haber corrientes u organizaciones que acten dentro del marco legal y cindose a las normas. De hecho, la existencia de organizaciones capaces de ejercer contrapesos al poder del Estado puede ser saludable, necesaria incluso, en cualquier sociedad democrtica. Los pode-res fcticos eluden o soslayan las normas, son ms propensos a la coaccin que al consenso.

    En Mxico, hace casi medio siglo, Pablo Gonzlez Casanova distingua entre poderes formales y reales al hacer la diseccin de los factores de poder que entorpecan La democracia en Mxico (Gonzlez Casanova, [1965] 1969: 45). Ese autor enumeraba a los verdaderos factores de poder en este pas, as como en otros de Hispanoamrica: caudillos y caciques regionales, el

    2 Por alegalidad, entendemos aquello que no est regulado por las leyes.

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    ejrcito, el clero, los latifundistas, los empresarios nacionales y extranjeros (Ibid., [1965] 1969: 45-46). Hoy nuestro elenco de poderes reales se ha globalizado, en algunos casos adquiere cierta so sticacin tecnolgica, en otros a anza y expande su discurso pero, antes que nada, ha ganado in uencia poltica e ideolgica.

    En algn otro momento habr que hacer un diagnstico cabal acerca de la expansin cultural de los poderes fcticos en nuestras sociedades. En algunas regiones del pas pareciera tener arraigo la cultura del narcotr co que lo mismo sirve de cobertura ideolgica que como parapeto incluso poltico de los grupos delincuenciales. En otro plano, distinto desde luego, podemos identi car la preponderancia ideolgica de las televisoras privadas, por lo menos en el plano de los medios de comunicacin.

    La in uencia de los poderes fcticos denota carencias polticas, vacos jurdicos y penurias culturales. Mara Amparo Casar ha encontrado en tal ascendiente una de las caractersticas ms notables, y socialmente costosas, de la transicin mexicana:

    La transicin mexicana logr democratizar la esfera de lo poltico en lo que se re ere al acceso a los cargos de eleccin popular y a la pluralidad de los rganos de gobierno, pero no tuvo el mismo xito en reducir la posicin e in uencia de ciertos grupos de poder. Al respecto, hay que distinguir entre el poder poltico de jure y el poder poltico de facto. El primero es el que otorgan las instituciones polticas: la Constitucin, las leyes, el sistema electoral. El poder de facto es el que surge de la accin colectiva y del despliegue de recursos privados, trtese de mecanismos como el cabildeo y la corrupcin, o el simple uso de la fuerza (Acemoglu y Robinson, 2006, citados por Casar, 2009: 47).

    Aade Casar:

    Las transiciones polticas democrticas cambian el poder poltico de jure pero no nece-sariamente, o no en la misma proporcin, el poder de facto. Las instituciones polticas pueden pasar de ser no democrticas a democrticas y cambiar la distribucin del poder poltico de jure. Pero esto puede tener poco impacto en el mbito del poder poltico de facto porque, ante ese cambio, las elites tienden a invertir ms en su poder real mediante el cabildeo, el control del sistema de partidos, la corrupcin, la intimidacin o las amenazas y, finalmente, en el uso de la fuerza (Casar, 2009: 48).

    Arrinconar al gobierno, des gurar al Estado

    El efecto que tiene el desarrollo de los poderes fcticos en la formacin o distorsin de la cultura cvica esto es, en la apreciacin que los ciudadanos tienen acerca de las institucio-

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    nes polticas y de sus propias capacidades para in uir, expresarse y defender sus derechos entre muchas otras implicaciones puede ser devastador. Los medios de comunicacin no son culpables de todas las indigencias e insu ciencias ciudadanas en ese terreno, pero tampoco resultan ajenos a ellas. Pensando en ellos, la investigadora Rossana Reguillo de ni, con precisin:

    Poderes fcticos, se les llama hoy da, para caracterizar a aquellos poderes capaces de operar y actuar de facto, es decir, como aquellos poderes capaces de instalar normas (aceptadas) y de dirigir las orientaciones y decisiones de la sociedad, en una direccin determinada; estos poderes fcticos, operan muchas veces, al margen del derecho, e incluso al margen de la legalidad (Reguillo, 2008: 155).

    Hace ya ms de un cuarto de siglo, varios investigadores escribimos el libro Televisa, el Quinto Poder (Trejo, 1985) que tena como epgrafe una cita del periodista Manuel Buenda, sin duda el columnista ms in uyente en aquellos aos y que haba sido asesinado un ao antes, en 1984:

    En esta tctica de arrinconar al gobierno y de hacer retroceder histricamente al Estado, nada comparable al caso de Televisa. Esta empresa, que en el fondo depende de la voluntad de un slo hombre, se ha erigido en el Quinto Poder, y quiz aspira a ser llamada en Mxico simplemente El Poder. Todos los medios, absolutamente todos, hasta el diario ms importante, dependen de Televisa de una forma u otra. Si, por ejemplo, el gran cacique decide mostrar su disgusto contra un diario y ordena que se suspenda la transmisin de su campaa publicitaria o el sorteo para los suscriptores, aquel diario tiembla de pies a cabeza, por poderoso que sea o parezca. Los polticos y funcionarios se disputan las ocasiones de rendir pleitesa a Televisa (Buenda, 1984, citado en Trejo, 1985).

    Por eso, cuando tres lustros ms tarde conocimos la de nicin del profesor Luigi Ferrajoli para designar a los poderes extralegales que se han enquistado en Italia, lo mismo que en Mxico desde las ma as criminales hasta los emporios de la comunicacin no dudamos en denominar Poderes salvajes a los consorcios mediticos de nuestro pas. Entre esos grupos privados que asumen conductas extralegales, adems de ma as criminales y redes de corrupcin se encuentran, de acuerdo con el profesor Ferrajoli:

    sobre todo los macropoderes econmicos que, en ausencia de lmites y de controles legales, tienden a desarrollarse con dinmica propia, arrollando las garantas de los derechos de los trabajadores, los principios de transparencia y concurrencia, los intereses pblicos y los derechos

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    sociales, condicionando fuertemente la esfera de los poderes pblicos (Ferrajoli, 2000: 128-129, citado en Trejo, 2005: 192).

    Los poderes fcticos cuestionan, acotan y en ocasiones debilitan al poder de las instituciones estatales. Pero, salvo en situaciones de crisis poltica generalizada, no suplantan al Estado.

    Poderes ocultos, refractarios a la transparencia

    El mismo Ferrajoli, ms recientemente, ha sealado que una de las pretensiones de los poderes interesados en inhabilitar al Estado es la ilusin de una democracia sin derecho, que sera:

    una poltica y un mercado sin reglas, dominados por poderes polticos y econmicos que no toleran lmites ni controles. Pues qu otra cosa signi can el ataque actual a la Constitucin en Italia, las agresiones a la magistratura y la idea en relacin con el rea del gobierno, pero no slo de la omnipotencia de la mayora, sino un retorno a la opcin por el gobierno de los hombres contra el gobierno de las leyes? (Ferrajoli, 2005: 33).

    Por su parte, Norberto Bobbio se haba referido a los que llam poderes ocultos. Lo hizo cuando re exion acerca del papel que ha de desempear la transparencia en la construccin y el mantenimiento de la democracia. Los actos del poder pblico, estableci, deben ser, precisamente, abiertos y sujetos al ms amplio escrutinio. Lo contrario, es el poder invisible que se contrapone con el ideal democrtico (Bobbio, 1986: 65 y ss.).

    El peso de los poderes extra institucionales, estn o no al margen de la ley, ha sido considerado como una de las limitaciones fundamentales al ejercicio de la democracia. En su clebre indagacin sobre las condiciones de la democracia en Amrica Latina, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo realiz una ambiciosa encuesta entre lderes polticos y sociales, al cabo de la cual encontr: El 79.7% de los dirigentes consultados en Amrica Latina resalta la in uencia sobre los gobiernos de los empresarios y el sector nanciero. Un 65,2% hace hincapi en el poder de los medios de comunicacin (pnud, 2004a: 79).

    La misma institucin internacional concluy, en el balance de aquella indagacin:

    En el mapa del poder que trazan nuestros consultados se destaca el gran peso de ciertos poderes fcticos, en particular del sector econmico- nanciero y de los medios de comunicacin. Entre nuestros consultados existe la percepcin de que los condicionamientos impuestos por estos poderes conducen a la existencia de gobiernos que tienen serias limitaciones para responder

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    a las demandas de la ciudadana. Ellos tambin recalcan que los partidos no logran formular proyectos colectivos que les permitan convertirse en expresin autntica de la ciudadana, as como la in uencia de poderes extraterritoriales que, entre otros aspectos, se expresa en la importancia relativamente baja que se asigna en la agenda a la integracin entre pases de la regin (pnud, 2004b: 176).

    La ndole antidemocrtica de los poderes fcticos no radica nicamente en la reivindicacin de privilegios para alguna o algunas corporaciones o grupos de inters sino, junto con ello, en su desempeo al margen o a pesar del orden jurdico. La solidez de un sistema poltico se puede aquilatar en su capacidad para circunscribir a los poderes fcticos al marco legal. El Estado mexicano, a juzgar por su vulnerabilidad ante tales poderes, est perdiendo tambin esa batalla.

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    Revista Mexicana de Ciencias Polticas y Sociales Universidad Nacional Autnoma de MxicoNueva poca, Ao LVIII, nm. 217 enero-abril de 2013 pp. 233-252 ISSN-0185-1918

    Los poderes fcticos mediticos y el surgimientodel Estado hbrido en Mxico

    e Media Factual Powers and the Emergenceof the Hybrid State in Mexico

    Javier Esteinou MadridRecibido el 21 de septiembre 2012Aceptado el 8 de octubre de 2012

    Doctor en Sociologa por la Universidad Nacional Autnoma de Mxico, Maestro en Sociologa por la Universidad Iberoamericana. Investigador Titular del Departamento de Educacin y Comunicacin de la Universidad Autnoma Metropolitana, Unidad Xochimilco, (Mxico). Expresidente (y fundador) de la Asociacin Mexicana de investiga-dores de la Comunicacin. Premio Nacional de Periodismo 2010. Autor de diversas obras como Economa Poltica y Medios de Comunicacin: Acumulacin, Ideologa y Poder (1985) y Medios de Comunicacin: Acumulacin, Ideologa y Poder (1985) y Medios de Comunicacin: Acumulacin, Ideologa y Poder La Ley Televisa y la Lucha por el Poder en Mxico(coautora, 2010). Sus principales lneas de investigacin son: medios de comunicacin y transformacin del Estado, reforma legal de medios y polticas de comunicacin. Correo electrnico: [email protected]

    RESUMEN

    El proceso de traslape institucional que se dio entre los tradicionales poderes constitucionales formales y el funcionamiento de las tecnologas electrnicas de difusin masiva, que gradual-mente alcanzaron posiciones fcticas desde la mitad del siglo XX y principios del siglo XXI, ocasion que el Estado nacional sufriera nuevas modi caciones sustanciales que cambiaron su naturaleza y sus funciones rectoras bsicas. As, la accin del poder meditico a lo largo de varias dcadas, dio origen a un novedoso fenmeno de naturaleza mixturada que gener un nuevo tipo de Estado hibrido. La correspondiente nue-va Repblica histrica, de naturaleza altamente meditico-poltica, modi c la estructura y el escenario del convencional Estado-nacin con-temporneo en Mxico. La evolucin de dicha realidad histrica no ha concluido, sino que con-

    ABSTRACT

    e process of institutional overlapping that developed in Mexico between formal tradi-tional constitutional powers and mass elec-tronic technologies, which gradually attained factual positions in the second half of the 20th century and the beginning of the 21st, chan-ged the nature and basic governing functions of the national State. us, mass media pow-er gave rise to a novel mixing phenomenon that generated a new type of hybrid State. e corresponding new historical Republic with a highly political and media oriented nature modi ed the structure and scenar-io of the conventional contemporary nation state. e evolution of this historical reality has not yet come to an end, but instead con-tinues to develop with an enormous amount of dynamism and force towards new stages

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    El origen histrico del Estado mexicano

    A lo largo de los ltimos doscientos aos la sociedad mexicana luch incansablemente para conquistar condiciones de mayor autonoma y humanidad que le permitieran vivir con ms independencia, equidad, dignidad y paz social. Con este n, la comunidad nacional decidi enfrentar a travs de la guerra de la Independencia de 1810 a la dominacin del poder imperial de la Corona Espaola que se haba instalado violentamente desde haca muchos siglos en Mxico. Fue tambin mediante el levantamiento de la Revolucin mexicana de 1910 que encar al poder autoritario terrateniente del por riato, para formar un nuevo orden nacional, ms justo y equilibrado que posibilitara la coexistencia sana y pac ca de los diversos conjuntos sociales que componan al pas.

    De esta forma, a travs de dichos procesos sociales emancipadores, paulatinamente se crearon en Mxico novedosas jerarquas polticas, acuerdos colectivos, instituciones de estabilizacin y nuevos marcos jurdicos que le permitieron conseguir la edi cacin de un nuevo orden de paz y convivencia comunitaria ms equilibrado para las mayoras sociales. Dentro de las innovaciones estructurales que se introdujeron para estabilizar a la sociedad, la realidad histrica ms trascendente que se construy en estos ltimos dos siglos fue la edi cacin de la gura del Estado-nacin mexicano como la ins tancia rectora que cre un nuevo sistema de estabilidad y direccin nacional.

    tina desarrollndose con enorme dinamismo y fuerza hacia nuevas etapas de transformacin del Estado, del espacio pblico y de la sociedad en su conjunto, sin saber hasta dnde llegar su deve-nir, pues los poderes fcticos mediticos se forta-lecen crecientemente en el pas al tiempo que los poderes pblicos se debilitan paulatinamente. Por ello, con mayor razn la sociedad debe sostener un permanente anlisis crtico que describa obje-tivamente las nuevas caractersticas que adquiere este fenmeno estratgico, las fases de transforma-cin a las que asciende y las alternativas de retorno que existen para rescatar el proyecto de un creci-miento nacional.

    Palabras clave: Estado, poderes fcticos medi-ticos, repblica meditica, telecracia.

    of transformation of the State, public space, and society as a whole, without knowing its nal out-come due to the strengthening of factual media power while the major branches of government are gradually weakening. Consequently, society needs to critically engage in an objective analysis of this strategic phenomenon, its phases of trans-formation and the viable alternatives for recover-ing the national development path.

    Keywords: State, de facto media power, media republic, telecracy.

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    En su larga dinmica de consolidacin histrica, el Estado mexicano no oreci a prioridesde su origen a la fecha como una realidad jurdico-poltica totalmente acabada, de nida o cerrada, sino que se conform homeopticamente a travs de una progresiva dinmica de construccin poltico-institucional, mediante la cual adquiri su sentido, personalidad y funciones civilizatorias espec cas que ejerci en cada fase por la que atraves hasta llegar al actual perodo de la modernidad nacional en el siglo XXI. De esta manera, el proceso histrico convencional de edi cacin del Estado mexicano cruz por tres etapas histricas fundacionales, cada una de las cuales se materializ con la aprobacin de una constitucin jurdico-poltica o marco normativo espec co con el cual se consolid un tipo de Repblica exclusiva para cada ciclo de su evolucin civilizatoria y sus diversos instrumentos estructurales de poder poltico con los cuales gobern a la sociedad.

    Dichas etapas histricas centrales fueron la fundacin de la Primera Repblica Nacional, la edi cacin de la Segunda Repblica Nacional y la conformacin de la Nacional y la conformacin de la Nacional Tercera RepblicaNacional.

    As, en un primer momento, la conformacin del Estado-nacin emergi lentamente en Mxico como producto del movimiento de insurreccin civil que explot en 1810 contra la dominacin del poder absoluto del imperio espaol que reinaba en nuestro territorio. En esta fase emergente, el Estado cobr vida como una nueva fuerza poltica derivada del movimiento de la Independencia a travs del cual se liber de los poderes tirnicos coloniales e integr a la poblacin peninsular, criolla e indgena, en un mismo proyecto de desarrollo econmico, poltico, cultural, lingstico y educativo. Este nuevo proyecto de desarrollo le dio ms autonoma, justicia, estabilidad, integracin e identidad colectiva que la que tenan anteriormente como colonia de la Corona espaola. Para apuntalar ideolgicamente esta etapa fue esencial la aportacin de la losofa de los Sentimientos de la Nacin de Jos Mara Morelos y Pavn en el Congreso de Chilpancingo de 1813, en Guerrero, a travs de la cual se conform el espritu de la Primera Repblica Nacional que contribuy a proporcionarle a la Primera Repblica Nacional que contribuy a proporcionarle a la Primera Repblica Nacionalsociedad mexicana una primera atmsfera de derecho jurdico para la convivencia colectiva armnica. Con ello, se reorganizaron a las comunidades sociales del momento alrededor de un nuevo proyecto de desarrollo nacional soberano que ofreci un nuevo futuro de esperanza colectiva para el pas y no de explotacin esclavista para la poblacin.

    En un segundo momento, en 1821 continu el movimiento de liberacin nacional y Agustn de Iturbide proclam el Acta de Independencia frente al imperio espaol que cristaliz con la elaboracin de los principios de la Constitucin del 5 de octubre de 1824.Este proceso se perfeccion polticamente cuando en 1836 el Congreso Federal pre gur la Constitucin de las Siete Leyes que sirvieron de base para que en 1857 se jurara la Constitucin Federal de los Estados Unidos Mexicanos, que le dio el triunfo de nitivo al sistema federal y congresional sobre los movimientos internos desintegradores (Nuestras Constituciones, 2000; Morelos y Pavn, [1813] 2001). Dichos procesos dieron origen al

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    establecimiento de la Segunda Repblica Nacional que le dio al pas un segundo nuevo orden normativo de convivencia nacional ms civilizado.

    En un tercer momento, despus de funcionar el Estado-nacin en las fases histricas anteriores como la jerarqua rectora del desarrollo de la poblacin mexicana, la accin de ste no fue capaz de resolver democrticamente la enorme cantidad de contradicciones estructurales que se acumularon durante ms de cien aos en Mxico, especialmente en el sector rural. Esto provoc gradualmente la emergencia de multitud de revueltas masivas, urbanas y campesinas que generaron, en 1910, el estallido de la Revolucin Mexicana como un segundo movimiento emancipador que luch por liberarse del sometimiento del modelo autoritario por rista concentrado en el poder terrateniente de los hacendados y en sus rganos despticos de poder poltico aliado.

    Concluida la Revolucin Mexicana en 1917, qued un gran desastre social en todos los mbitos internos de operacin del pas y fue indispensable la construccin de un nuevo orden hegemnico que organizara el caos resultante del movimiento insurgente. Para ello, fue necesario refundar la fuerza rectora del poder pblico fortaleciendo con mayores capacidades regentes al Estado-nacin, y as se cre un nuevo pacto nacional de paz, de gobernabilidad, de ejercicio poltico y de crecimiento social que se concretiz en la Constitucin Poltica Mexicana de 1917, fundamento jurdico para el surgimiento de la Tercera Repblica Nacional.

    Adems de contar con los diversos elementos constitutivos de poder central, para alcanzar sus nes rectores como Estado-nacin mexicano, ste dise su forma de gobierno autnoma bajo la modalidad de la Tercera Repblica Nacional. La nueva Repblica qued conformada con un nuevo modelo o paradigma jurdico-poltico provisto con la accin de tres poderes pblicos federales soberanos, complementarios y divididos entre s, para autorregularse y ejercer una gobernabilidad ms virtuosa que resolviera los fuertes antagonismos acumulados durante tanto tiempo en el pas: El Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo y el Poder Judicial.

    En este sentido, la Tercera Repblica qued estructurada histricamente bajo el paradigma tripartito compuesto por el Poder Ejecutivo para darle direccin poltica rme al devenir de la comunidad nacional; el Poder Legislativo para crear una representatividad social plural que creara el entramado jurdico de derechos y obligaciones bsicos para normar la convivencia de los conjuntos sociales; y el Poder Judicial para aplicar correctamente el sistema de justicia en todos los niveles para hacer respetar el orden jurdico establecido. Dichos poderes pblicos republicanos quedaron slidamente legitimados con los postulados centrales de la Constitucin Poltica Mexicana de 1917, las diversas leyes que posteriormente se anexaron, los decretos emanados del Poder Ejecutivo y los mltiples reglamentos que ulteriormente se derivaron de ella para operacionalizar cotidianamente el nuevo gran acuerdo de concordia y de crecimiento social que requera el pas para despegar hacia otro modelo de desarrollo colectivo ms virtuoso. As, el modelo formal ms acabado del Estado-nacin mexicano es el que cobr vida a travs del dibujo jurdico que la sociedad mexicana realiz sobre la naturaleza

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    de la Tercera Repblica, mediante el contenido plasmado en la Constitucin Mexicana de principios del siglo XX y los cambios normativos que posteriormente se introdujeron para que sta se actualizara peridicamente.

    De esta forma, despus de muchos aos de enfrentamientos internos entre fracciones liberales y conservadoras del poder nacional, con objeto de establecer la paz interna y alcanzar otro proyecto de desarrollo, se cre un nuevo consenso nacional basado en los siguientes ocho postulados que formul la Constitucin Poltica Mexicana de 1917 sobre el Estado mexicano posrevolucionario y que son los fundamentos jurdico-polticos del paradigma dominante que formalmente imperan hasta nuestros das:

    1. La soberana nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder pblico dimana del pueblo y se instituye para bene cio de ste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modi car la forma de su gobierno (Constitucin Poltica, 2007: 41).

    2. Es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una Repblica representativa, democrtica, federal, compuesta de Estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su rgimen interior; pero unidos en una federacin establecida segn los principios de esta ley fundamental (Ibid., 2007: 41).

    3. El pueblo ejerce su soberana por medio de los Poderes de la Unin, en los casos de la competencia de stos, y por los de los Estados, en lo que toca a sus regmenes interiores, en los trminos respectivamente establecidos por la Constitucin Federal y las particulares de los Estados, las que en ningn caso podrn contravenir las estipulaciones del Pacto Federal (Ibid., 2007: 41).

    4. Para su ejercicio el Supremo Poder de la Federacin, se divide en tres poderes: Poder Legislativo, Ejecutivo y Judicial (Ibid., 2007: 49).

    5. El Poder Legislativo de los Estados Unidos Mexicanos se deposita en un Congreso General que se dividir en dos Cmaras, una de Diputados y otra de Senadores (Ibid., 2007: 50).

    6. El ejercicio del Supremo Poder Ejecutivo de la Unin se deposita en un slo individuo, que se denominar Presidente de los Estados Unidos Mexicanos (Ibid., 2007: 74).

    7. El ejercicio del Poder Judicial de la Federacin se deposita en una Suprema Corte de Justicia, en un Tribunal Electoral, en Tribunales Colegiados y Unitarios de Circuito y en Juzgados de Distrito (Ibid., 2007: 80).

    8. Para establecer su rgimen interior, los Estados adoptarn la forma de gobierno republicano, representativo, popular, teniendo como base de su divisin territorial y de su organizacin poltica y administrativa, el Municipio Libre (Ibid., 2007: 107).

    En esta ltima fase histrica de existencia de la Tercera Repblica Nacional, el diseo jurdico de tal estructura de gobernabilidad qued constituida slo por la intervencin de los poderes pblicos

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    tripartitos de la Repblica constitucional, debido a las siguientes tres causas: primero, debido a que esta directriz se fund cuando la sociedad mexicana estaba compuesta demogr camente por multitudes y no por hiper-masas como sucede en la actualidad, para lo cual fue su ciente la presencia de esas tres autoridades institucionales para nuevamente reconducir de manera e caz a las comunidades fragmentadas del momento hacia un nuevo pacto de coexistencia y crecimiento social. Segundo, debido al grado de complejidad que enfrentaba la recomposicin de la sociedad mexicana de esa fase histrica, el proceso de gobernabilidad del Estado nicamente exiga la accin de esos tres slidos poderes pblicos para generar un nuevo orden hegemnico de direccin del pas postrevolucionario que haba quedado desestructurado en todos los niveles del funcionamiento de la vida privada y pblica de los ciudadanos por el desgaste y el caos interno que dej el estallido de las dos guerras libertarias anteriores. Y tercero, debido a que los ideales internacionales de libertad, justicia y democracia que sirvieron como losofas libertarias para el estallido de los movimientos insurgentes en 1810 y 1910 en Mxico, slo contemplaron la existencia de tres poderes republicanos para refundar a la sociedad.

    Por consiguiente, dicha conformacin poltico-gubernamental bajo el paradigma de estructuracin con poderes tripartitos republicanos fue la modalidad poltica adecuada para refundar civilizatoriamente al nuevo Estado-nacin en tales momentos histricos de emancipacin que requeran liderar al pas por rumbos alternativos de evolucin democrticos, especialmente cuando arrastraba la existencia de jefaturas polticas severamente erosionadas, instituciones pblicas muy corrodas, fuertes enfrentamientos internos de fracciones de poder, aguda erosin de los poderes pblicos, grandes grupos sociales desorientados, corrupcin desatada, enorme desintegracin comunitaria y acumulacin de agudos problemas estructurales de crecimiento que deban resolverse para alcanzar la concordia y la paz social.

    De esta manera, despus de un largo proceso de luchas, deterioros, anarquas, recons-trucciones y profundos cambios en el mbito del po der pblico que dej el paso violento de los movimientos libertarios durante los siglos XIX y XX, la comunidad nacional conform paulatinamente al Estado mexicano como una nueva fuerza pblica hegemnica que desempe entre otras las siguientes siete funciones orgnicas: enfrent a los poderes dominantes que durante siglos esclavizaron a la gran mayora de los habitantes para defender a la poblacin; gestion un proyecto con diversas posibilidades de desarrollo inte gral para la mayora de los mexicanos; cre un nuevo pacto poltico-social de equilibrios ms justos para vivir en concordia colectiva y superar el clima de inestabilidad e inseguridad prevaleciente; fund un nuevo orden jurdico para de nir los derechos y las obligaciones bsicas de los individuos, siguiendo los principios de los Derechos Universales del Hombre; innov las instituciones necesarias para darle estabilidad a la vida social; aglutin a los individuos alrededor de un novedoso proyecto de justicia y de garantas ciudadanas fundamentales que les aport otro estatus civil, estableciendo un avanzado sistema de derecho que los elev al grado de ciudadanos y, nalmente, estableci otro modelo de cultura e identidad nacional, con especial nfasis en

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    la mitologa posrevolucionaria, que sirvi como cemento mental y afectivo para integrar a la poblacin alrededor del modelo de la nacin mexicana.

    As, el Estado-na cin mexicano encabez el re surgimiento de diversos procesos econmicos, polticos, sociales y culturales, que dieron origen a la emergencia de un nuevo proyecto de desarrollo colectivo: una economa con absorcin intensiva de mano de obra, un sistema poltico con mayor representatividad ciudadana, una amante Constitucin Poltica plural, una democracia liberal en formacin, una moderna existencia urbana, una atmsfera cultural abierta, una educacin o cial incluyente y una calidad de vida ms completa. Es decir, se abri paso a una nueva sociedad nacional moderna emancipada de los poderes despticos que la haban subordinado durante varios siglos en el pasado, y cuyas bases se convirtieron en los fundamentos para el crecimiento del Mxico moderno del siglo XXI.

    En el proceso histrico de formacin del Estado-nacin, a travs de sus diversas fases de evolucin histrica, fue de nitivo que ste se consolidara maduramente con sus respectivos instrumentos de poder, pues la actuacin del Estado lleva consigo necesariamente la existencia de rganos de poder sin los cuales no le es posible darle la vida (Jellinek, 2004: 16). En este sentido, el poder es un supuesto del Estado, al punto que no hay Estado sin medios de poder (Ibid., 2004: 28); en otros trminos, un Estado sin rganos de poder es una representacin incompleta, que equivale a la anarqua, lo cual signi ca una contradictio in adjecto (Ibid., 2004: 36). Por consiguiente, todo ello, exigi que el Estado mexicano gradualmente se dotara de los elementos de poder rector necesarios para conducir exitosamente a la sociedad mexicana a lo largo de las dcadas.

    En este sentido, para darle concrecin y fuerza al Estado mexicano, ste se conform gradualmente con los elementos estructurales de poder necesarios para ejercer su naturaleza como un rgano rector central del resto de la sociedad. Por ello, los factores histricos propios que constituyeron al Estado mexicano a lo largo de sus diversas etapas de evolucin por la que atraves su consolidacin histrica fueron, entre otros, los siguientes nueve: contar con un territorio, una poblacin, una forma de gobierno establecida, una organizacin jurdica, una capacidad de aplicacin legtima de la fuerza o de la coercin, una lengua o idioma, una cultura o ideologa, una identidad y una moneda de intercambio econmico, con los cuales se produjo una forma histrica espec ca de soberana, integracin, identidad y hegemona poltica para gobernar al pas.

    El surgimiento del Estado hbrido

    No obstante la conformacin histrica de la realidad estatal de la Tercera Repblica en Mxico, con sus diversos elementos de poder constitutivos para gobernar al pas, este proceso no fue esttico, rgido, ni de nitivo, sino que se transform activamente en base al ritmo del surgimiento

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    de las nuevas fuerzas de poder que emergieron en la nacin y que modi caron la estructura hegemnica tradicional de sta mediante la evolucin de cada uno de sus elementos de poder conformadores de la gobernabilidad. En consecuencia, para entender con claridad la realidad del Estado-nacin mexicano en el siglo XXI, es necesario abandonar las posiciones ideolgicas doctrinarias u o cialistas que han de nido al mismo actuando como camisas de fuerza mental para entender el nuevo suceso histrico en la fase moderna de la historia nacional y reconocer que ste hecho no es una realidad acabada, sino que es un producto social en constante mutacin que se ha edi cado de forma distinta segn han sido los diversos momentos de progreso por los que han atravesado la combinacin de las fuerzas de poder dominante que de nen el proyecto de direccin de la sociedad mexicana.

    En este sentido, siguiendo la lgica constitutiva del Estado moderno, podemos decir que en la medida en que un sector o grupo social de poder es capaz de crear los mismos elementos rectores bsicos que conforman al Estado clsico (contar con un territorio, una poblacin, un aparato de gobierno, una organizacin jurdica, una capacidad de aplicacin de la fuerza o de la violencia, una legitimidad, una lengua, una cultura, una identidad, una hegemona, una forma de obtener recursos econmicos, una moneda, entre otros factores) sta entidad se convierte de facto en parte constitutiva del Estado real. De esta forma, ya sean reconocidos doctrinariamente o no por la teora tradicional establecida sobre el mismo, o por los representantes o ciales del Estado formal (abogados, ministros, juristas, magistrados, legisladores, etc.), en la realidad cotidiana tales entidades de fuerza pasan a formar parte de facto del Estado concreto o del Estado real que funciona e cazmente todos los das en nuestras vidas. Esta transformacin puede real que funciona e cazmente todos los das en nuestras vidas. Esta transformacin puede realdarse bajo dos modalidades: por una parte, en la medida en que slo se modi can algunos de sus elementos constitutivos, la nueva entidad de poder que surge se convierte en una nueva rea o faceta de ampliacin del Estado tradicional concreto sin que llegue a alcanzar el grado de consolidacin de un nuevo Estado maduro; y por otra parte, en la proporcin en que se transforman la mayora de sus factores conformadores avanzando como instancias regidoras de la sociedad, dan origen a otro nuevo tipo de Estado concreto de naturaleza mestiza o mezclada con sus propios elementos de fuerza y funciones espec cas que cambian la estructura propia del Estado jurdico convencional.

    La contundencia de accin del nuevo Estado o de una nueva rama postiza que se crea de ste, segn sea uno u otro caso depender del grado de consolidacin que alcancen cada uno de los elementos estructurales que con guran al Estado como entidad rectora del conjunto social. Es decir, quedar en funcin del nuevo nivel de a anzamiento que obtenga la realizacin de su territorio, de su poblacin, de su capacidad de aplicacin de la violencia genuina, de su legitimidad jurdica, de su aparato de gobernabilidad, de su cultura, de su ideologa y de su moneda, como nuevos elementos de poder rector para gobernar al conjunto social. Este fenmeno signi ca que en la medida en que evolucionen slidamente en conjunto tales elementos de poder pblico rectores, estaremos ante el surgimiento de un nuevo Estado

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    concreto o slo frente a un nuevo rasgo estructural del mismo que impactarn relevantemente sobre el proceso global de la direccin del pas, sobre la formacin de la hegemona, sobre la maduracin de la gobernabilidad y sobre la de nicin del proyecto de desarrollo nacional, colocando en cuestin la existencia pura del Estado jurdico convencional que se cre desde las etapas de la Independencia y la Revolucin en Mxico.

    Por lo tanto, mediante un fenmeno histrico de cruzamiento o mixturamiento institucional que se dio entre los poderes constitucionales formales y el funcionamiento de las tecnologas electrnicas de difusin masiva que gradualmente alcanzaron posiciones fcticas, desde la mitad del siglo XX y principios del siglo XXI, se provoc que el Estado nacional sufriera nuevas modi caciones sustanciales que cambiaron su naturaleza y sus funciones rectoras bsicas. As, las transformaciones graduales que a lo largo de varias dcadas experiment el Estado-nacin posrevolucionario en cada uno de sus elementos estructurales constitutivos, con la accin del poder meditico dieron origen a un nuevo fenmeno de naturaleza mestiza, mixturada o cruzada que gener un nuevo tipo de Estado hbrido,1 con su correspondiente nueva Repblica histrica de naturaleza altamente meditico-poltica que modi c el escenario del convencional Estado contemporneo en el pas.

    De esta manera, el Estado hbrido naci en Mxico como aquel fenmeno que mestiz o Estado hbrido naci en Mxico como aquel fenmeno que mestiz o Estado hbridocombin el poder rector nacional que surgi en la etapa moderna de evolucin de la sociedad mexicana a travs de la suma de la estructura jurdico-poltica del Estado formal tradicional, Estado formal tradicional, Estado formalcreado a travs de los movimientos de la Independencia de 1810 y la Revolucin de 1910, y el gradual agregado de los modernos procesos mediticos poltico-culturales que a oraron desde 1950 en adelante con la introduccin de las tecnologas electrnicas de difusin colectivas en el pas. Este trascendental cruce o mixtura de poderes rectores nacionales gener una nueva realidad histrica mezclada que produjo al Estado hbrido compuesto por la conjuncin del Estado jurdico-poltico convencional ms la fuerza del poder meditico avanzado en Mxico.

    En este sentido, el surgimiento del Estado hbrido en Mxico no corresponde a una simple faceta ms de evolucin natural de la misma trayectoria del Estado tripartita republicano convencional que surgi desde la Tercera Repblica Nacional, sino que se re ere a una nueva

    1 La realidad mestiza del Estado contemporneo no la entendemos desde la conceptualizacin antropolgica o histrica tradicional del trmino que lo de ne como la fecundacin que se produce en el mbito racial por la mezcla de la cultura espaola con la cultura indgena o entre la poblacin blanca y la poblacin negra, originando otra situacin racial combinada, sino regresando al origen primigenio del proceso mixturante del mestizaje, lo asimilamos en un sentido sociolgico como la suma de diversas fuerzas de poder totalmente distintas que se amalgaman entre s, dando origen a una nueva realidad hbrida con diferentes caractersticas y funciones, que repercuten de manera diferente sobre la conformacin y direccin rectora de la sociedad. En este sentido, a nivel de gobernabilidad de los poderes rectores nacionales, el fenmeno del mestizaje lo comprendemos como el hecho histrico que se genera en Mxico por la mezcla de la Tercera Repblica Nacional derivada de la posrevolucin mexicana con la fuerza del Tercera Repblica Nacional derivada de la posrevolucin mexicana con la fuerza del Tercera Repblica Nacional Poder Meditico Electrnico contemporneo, alumbrando una nueva realidad de poder dominante hbrido que puede denominarse como el surgimiento del Estado hbrido en Mxico.

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    etapa de mutacin completamente nueva que dio origen a otro novel fenmeno histrico donde la rectora de la nacin, adems de continuar siendo conducida por los habituales tres poderes pblicos constitucionales, ahora tambin es combinada, compartida o disputada cotidianamente por la intervencin del poder fctico meditico. De esta forma, los poderes fcticos mediticos ya no slo actan como instrumentos externos de presin sobre el Estado tradicional, como sucedi hasta el ltimo tercio del siglo XX, sino que a partir del intento de la transicin a la democracia en Mxico, del ao 2000 en adelante, su fuerza rectora sobre la sociedad avanz de tal forma que ahora ya son parte de la misma estructura, de la dinmica y del ncleo del Estado real que acta informalmente todos los das en el pas. As, lo novedoso Estado real que acta informalmente todos los das en el pas. As, lo novedoso Estado realy central del Estado hbrido es que los medios no slo actan como poderes fticos para in uir o presionar sobre el Estado tradicional, sino que ahora ya evolucionaron a formar parte de corazn del mismo. Es decir, sin ser reconocidos o cialmente como parte constitutiva de la mdula del Estado, se convirtieron paulatina y silenciosamente en elementos centrales del mismo.

    As, con la actuacin de los medios electrnicos de difusin colectivos privado-comerciales sobre el espacio pblico en Mxico, naci un nuevo poder virtual que transform la divisin poltica ancestral de los poderes pblicos republicanos del Estado-nacin que fueron creados por los movimientos sociales de emancipacin de la Independencia y la Revolucin para gobernar equilibradamente a la sociedad mexicana. De este modo, se introdujo un nuevo poder mediticopblico que particip cotidianamente por la va fctica en la direccin renovada del pas. Con ello, a principios del tercer milenio, el funcionamiento cotidiano de la Repblica nacional evolucion de la formacin de la divisin de los tres poderes pblicos de nidos por la Constitucin Poltica Mexicana, a la creacin de una nueva divisin de cuatro poderes pblicos reales: tres podres constitucionales formales (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) y un reciente poder fctico mediticono formal impuesto por el avance tecnolgico y la organizacin empresarial privada del mismo.

    En consecuencia y en ltima instancia, con la actuacin de los medios de difusin electrnicos no se dio en Mxico un simple proceso de presin coyuntural de importantes fuerzas de coaccin sobre el Estado, sino que se gest histricamente, por la va informal, un cambio de rgimen poltico de gobierno o de rgimen republicano de gobernabilidad hacia una nueva fase mestiza de combinacin de poderes constitucionales y mediticos, aunque sta etapa todava no sea reconocida o cialmente por la doctrina formal del Estado, por la conceptualizacin de la Reforma del Estado, por la Reforma Electoral o por las ciencias polticas y sociales.

    Una de las formas de repercusin de esta nueva realidad histrica fue la generacin de la hegemona mestiza y de la gobernabilidad hbrida que son aquellos hechos de direccin colectiva de la sociedad que ya no son creados slo por la accin dominante del Estado jurdico convencional derivado de la Tercera Repblica nacional que se fortaleci despus de la posrevolucin mexicana, sino que son realidades que se gestaron por la conjuncin de las acciones del Estado jurdico tradicional, sumadas a las acciones derivadas de las mediaciones

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    polticas que introdujo o impuso el nuevo poder meditico a partir de la segunda mitad del siglo XX en adelante. Es decir, son un conjunto de fenmenos poltico-sociales-ideolgicos de naturaleza privado-comerciales vinculados con la rectora nacional que poseen, cada vez ms, las mismas caractersticas rectoras que le corresponden ejecutar al Estado convencional, pero con los agregados meditico-polticos que introdujo el avance de las tecnologas electrnicas de comunicacin avanzadas en Mxico.

    Es por ello que para entender a principios del siglo XXI la nueva etapa de evolucin en la que se encuentra el Estado mexicano heredado desde los movimientos de la Independencia de 1810 y de la Revolucin de 1910, ahora es indispensable examinar el fenmeno del nuevo Estado hbrido con su correspondiente nueva Republica meditica que surgi en el pas con los cambios estructurales que paulatinamente introdujeron las tecnologas electrnicas de difusin colectivas en la vida cotidiana del Mxico contemporneo. Esto es, debido a las capacidades tcnico-culturales que gradualmente conquistaron las industrias culturales, stas se convirtieron en poderes fcticos de carcter meditico que actuaron sobre el espacio pblico de la sociedad transformando al Estado nacin republicano, generando una nueva realidad en el campo de la gobernabilidad nacional.

    Slo as comprenderemos que estamos en otra fase de desarrollo histrico del Estado nacional que ya no corresponde a la losofa, ni a la concepcin, ni a los ideales de los movimientos emancipadores anteriores que le dieron vida en siglos pasados; sino que a comienzos del nuevo milenio, estamos ante la accin de un amante Estado hbrido que es el nuevo paradigma histrico real que domina la gobernabilidad cotidiana de la nacin y que, por consiguiente, es urgente que precisemos analticamente cules son sus caractersticas, su estructura, sus procesos de accin, sus tendencias, las consecuencias sociales que provoca, sus crisis y la direccin autntica hacia dnde conduce el futuro del pas.

    En este proceso es importante tener en cuenta que la conformacin histrica del Estado hbrido no slo es un fenmeno que se gesta a travs de la accin de los medios electrnicos de difusin colectivos, sino tambin se produce mediante la intervencin de todos los poderes fcticos que operan compitiendo por la rectora y el usufructo de la sociedad, como son el narcotr co, la iglesia, los sindicatos, los organismos empresariales, entre otros. Debido a que los medios masivos han alcanzado una expansin, una forma de organizacin y un impacto preponderante sobre la edi cacin de la vida contempornea, stos desempean un papel estratgico en la construccin de esta nueva forma de poder civilizatorio. Por ello, aunque el planteamiento central de esta re exin puede aplicarse con sus adaptaciones espec cas a cada una de las fuerzas sociales anteriores que se disputan la direccin de las comunidades nacionales y que colaboran a edi car al Estado hbrido y debido a la in uencia superior que ejercen los medios de difusin electrnicos sobre la estructuracin de la sociedad, es necesario crear una nueva teora del Estado contemporneo a partir del particular peso que tales empresas privado-comerciales ejercen sobre el espacio pblico, sobre

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    la transformacin del poder, la fabricacin del conocimiento cotidiano, el moldeamiento de la emociones y la reproduccin de la sociedad en general.

    De lo contrario, arrastraremos una vieja concepcin formal decimonnica del Estado que ser incapaz de explicar el verdadero fenmeno del Estado real rector que acta diariamente Estado real rector que acta diariamente Estado realen el Mxico contemporneo del siglo XXI.

    La incidencia de los medios electrnicos de difusin masivos en la emergencia de la Cuarta Repblica Meditica

    Pese a que la sociedad mexicana constituy a lo largo de ms de dos siglos al Estado-nacin como la principal cabeza rectora de la sociedad, y pese a que la presencia de ste le dio una nueva estabilidad y desarrollo histrico a las comunidades nacionales, con la existencia del nuevo espacio pblico meditico de naturaleza netamente virtual, que lentamente construye-ron las industrias culturales electrnicas, particularmente audiovisuales, a lo largo del siglo XX y principios del XXI, se modi caron las reglas y las dinmicas tradicionales con las que nuestra sociedad nacional antao se articulaba, organizaba y participaba colectivamente.

    Mediante ello, se produjo un profundo cambio en la jerarqua de poderes y fuerzas que conformaban el esqueleto del poder y de la movilizacin diaria de nuestra sociedad convencional, donde los medios de difusin masivos paulatinamente se convirtieron en el centro del poder poltico, cultural, mental, emocional, energtico y espiritual cotidiano de la Repblica: los medios se transformaron en los grandes sistemas nerviosos y los cerebros colectivos edi cadores de la nueva plaza pblica y las principales redes neuronales centrales edi cadoras de la conciencia diaria que organizan y dirigen a la sociedad.

    De esta manera, a travs del nuevo posicionamiento estratgico que alcanzaron los medios de difusin colectivos especialmente los electrnicos dentro del conjunto de fuerzas que inciden y luchan para edi car la dinmica de poder con el n de dirigir a la comunidad nacional, stos se convirtieron de facto y gradualmente en instituciones nodales para conformar al Estado real, a la Repblica cotidiana y a la sociedad mexicana ordinaria. Es decir, a diferencia de las etapas histricas anteriores en las que el tradicional Estado-nacin mexicano se form a partir la realizacin de sistemticos procesos polticos, ideolgicos, jurdicos, movilizaciones de masas, ejecucin de grandes consensos colectivos, formacin de fuertes clientelismos, legitimaciones histricas, etc. a nales del siglo XX y principios del siglo XXI, adems de seguir operando las dinmicas reguladoras anteriores para consolidar al Estado mexicano, la construccin de ste tambin se dio paralelamente a travs de la expansin de las tecnologas de informacin electrnicas y cibernticas masivas, as como de sus respectivos modelos de culturas mediticas espec cas que se introdujeron en nuestro territorio. Ello debido a que mediante el desarrollo de dichos recursos tecnolgicos modernos se gest la construccin

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    de un nuevo conocimiento colectivo que dio origen a un nuevo tejido social que cre un nuevo espacio pblico o plaza pblica virtual, el cual permiti el funcionamiento de otra forma de participacin social, en primera instancia, va el nuevo espacio pblico meditico,y en segunda instancia, a travs del ciberespacio del Internet. Esto gener el surgimiento de nuevas zonas ampliadas de poder que impactaron sustancialmente sobre las estructuras y dinmicas tradicionales creadas por el Estado formal convencional y por otros procesos de Estado formal convencional y por otros procesos de Estado formalreproduccin cotidiana de las comunidades mexicanas.

    As, a partir del crecimiento de estos nuevos espacios virtuales, las estructuras de poder del antiguo Estado burocrtico posrevolucionario de principios del siglo XX lentamente entraron en perodos de crisis estructurales, y va las novedosas tecnologas de informacin masivas que se incorporaron al territorio de lo pblico, emergieron nuevas dinmicas de expansin, complementacin, oposicin, o incluso, anulacin de las tareas tradicionales que ejecutaba el Estado-nacin. Esto significa que paralelamente al desarrollo de la televisin, la radio, los satlites, las redes informticas, la Banda Ancha, el Cudruple Play, la bra ptica, los celulares, los sitios Web, los derivados interactivos, etc., que introdujo la presencia de las industrias culturales y la revolucin de la sociedad de la informacinen el pas, lo que se produjo fue la creacin de un nuevo tejido tecnolgico informativo de las comunidades, a la vez que se constituy la ampliacin o formacin de un nuevo entramado de poder meditico colectivo que alcanz una e cacia muy relevante para dirigir, organizar y construir diariamente a la sociedad, y en consecuencia, para edi car el nuevo Estado real contemporneo.

    Esta transformacin histrica basada en la modernizacin de las tecnologas de difusin fue sumamente vertebral, pues en ltima instancia, lo que introdujo fue la renovacin de los aparatos ideolgicosaparatos ideolgicosa del Estado-nacin moderno que actualizaron los mecanismos del poder rector tradicional. En consecuencia, el cambio y la innovacin tecnolgica no slo signi caron la introduccin de mecanismos de e ciencia, rapidez, abundancia, intensidad y modernidad para ejecutar las dinmicas informativas, sino fundamentalmente represent la metamorfosis del esqueleto y de la mecnica de operacin del Estado republicano convencional, de sus formas de poder y de las vas concretas para dirigir a las comunidades.

    De esta manera, el profundo cambio histrico de la estructura y esencia del Estado mexicano tradicional se dio por el surgimiento del fenmeno del Estado ampliado que se gener a partir de la expansin de los medios electrnicos de difusin sobre el tradicional tejido social que articulaba a las clulas sociales y la proyeccin del resto de las instituciones a travs de nuevas infraestructuras virtuales de representacin de la realidad y de interaccin comunitaria.

    En este sentido, a partir de la expansin de la nueva realidad meditica, despus de la Revolucin Mexicana d