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Honorables Magistrados CORTE SUPREMA DE JUSTICIA Sala de Casación Penal M.P.: Dr. Julio Enrique Socha Salamanca Bogotá, D.C. REF.: Concepto Demanda de Casación (Rad. 22.825) El Tribunal Superior de Bogotá confirmó sin modificación alguna la sentencia por medio de la cual el Juzgado Treinta Penal del Circuito del mismo Distrito Judicial, condenó a Feliciano Ruiz a la pena principal de 264 meses de prisión como autor responsable del punible de Homicidio El defensor del procesado, en ejercicio del derecho de impugnación, interpuso el recurso extraordinario de casación y sobre la viabilidad de la demanda que presentó, procede el Procurador Cuarto para la Casación Penal, Delgado del Procurador General de la Nación, a emitir el respectivo concepto en cumplimiento del mandato previsto en el artículo 213 de la Ley 600 de 2000. 1.- HECHOS Y ACTUACIÓN PROCESAL. Cerca de la media noche del 31 de julio de 2002, luego de haber ingerido algunas bebidas embriagantes, Melquicedec Murillo decidió dirigirse a su residencia ubicada en la Calle 74B No. 109A-22 de esta ciudad, y transcurridos algunos minutos luego de que abordó la calle, fue agredido por delincuentes provistos de arma corto-punzante, quienes le causaron una herida a la altura del tórax. No obstante la gravedad de la lesión, consiguió Melquicedec llegar hasta su vivienda y una vez llamó la atención de sus familiares, fue trasladado al CAMI del Barrio Garcés Navas, donde falleció “…POR CHOQUE HEMORRÁGICO, POR

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En definicin de las SSTS de 3 de octubre de 1995 RJA 1995, 7589 y 18 de julio de 1996 RJA 1996, 5919, "testigo es la persona fsica que, sin ser parte en el proceso, es llamada a declarar, segn su experiencia personal, acerca de la existencia y nat

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Honorables Magistrados

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA

Sala de Casacin Penal

M.P.: Dr. Julio Enrique Socha Salamanca

Bogot, D.C.

REF.: Concepto Demanda de

Casacin (Rad. 22.825)

El Tribunal Superior de Bogot confirm sin modificacin alguna la sentencia por medio de la cual el Juzgado Treinta Penal del Circuito del mismo Distrito Judicial, conden a Feliciano Ruiz a la pena principal de 264 meses de prisin como autor responsable del punible de HomicidioEl defensor del procesado, en ejercicio del derecho de impugnacin, interpuso el recurso extraordinario de casacin y sobre la viabilidad de la demanda que present, procede el Procurador Cuarto para la Casacin Penal, Delgado del Procurador General de la Nacin, a emitir el respectivo concepto en cumplimiento del mandato previsto en el artculo 213 de la Ley 600 de 2000.

1.- HECHOS Y ACTUACIN PROCESAL.

Cerca de la media noche del 31 de julio de 2002, luego de haber ingerido algunas bebidas embriagantes, Melquicedec Murillo decidi dirigirse a su residencia ubicada en la Calle 74B No. 109A-22 de esta ciudad, y transcurridos algunos minutos luego de que abord la calle, fue agredido por delincuentes provistos de arma corto-punzante, quienes le causaron una herida a la altura del trax.

No obstante la gravedad de la lesin, consigui Melquicedec llegar hasta su vivienda y una vez llam la atencin de sus familiares, fue trasladado al CAMI del Barrio Garcs Navas, donde falleci POR CHOQUE HEMORRGICO, POR HEMOTORAX MASIVO SECUNDARIO A SECCIN DE LA VENA CAVA SUPERIOR POR ARMA CORTOPUNZANTE.

Con fundamento en la diligencia de Inspeccin y levantamiento del Cadver, as como en el testimonio rendido por Oliva Valero Can, compaera permanente de la vctima, se orden el inicio de investigacin preliminar, en cuyo desarrollo se obtuvo el 23 de septiembre de 2002 informe de la Polica Nacional mediante el cual se puso de presente que en razn de las labores investigacin adelantadas, se logr entrevistar a Martha Janeth Caldern Oliveros, residente en el lugar de ocurrencia de los hechos, quien manifest que aproximadamente a las 11:00 de la noche del 31 de julio, su compaero sentimental, Feliciano Ruiz, lleg a su casa con un cuchillo ensangrentado, pidindole que lo lavara porque le haba pegado a una persona, acto que ejecuto en compaa de otros dos sujetos conocidos como Mauricio y Mogolla.

Sostuvo igualmente la declarante ante los funcionarios de Polica, que al da siguiente vio la sangre y pudo comprobar que la persona herida haba fallecido y responda al nombre de Melquicedec Murillo quien laboraba en un taller de mecnica ubicado en el parqueadero La Perla del barrio Garcs Navas.

Con fundamento en dicho informe dispuso el funcionario instructor escuchar en declaracin a Martha Janeth Caldern Oliveros, diligencia en que ratific la acusacin en contra de su compaero permanente y ampli los detalles de su relato.

Dichas diligencias sirvieron de fundamento para declarar abierta la investigacin penal y ordenar la captura de Feliciano Ruiz, a quien una vez escuchado en indagatoria, le fue resuelta su situacin jurdica provisional con medida de aseguramiento consistente en detencin preventiva sin beneficio de excarcelacin, como presunto autor del punible de Homicidio Agravado.

Perfeccionada en lo posible la investigacin se orden su cierre, y el mrito probatorio del sumario se calific el 6 de febrero de 2003 con Resolucin de Acusacin en contra del acusado como presunto autor de la conducta punible de Homicidio Agravado, descrita y sancionada en el Libro Segundo, Ttulo I, Captulo II, Artculos 103 y 104, Numeral 7, del Cdigo Penal.

Con ocasin del recurso de apelacin interpuesto por la defensa contra la anterior determinacin, la Fiscala Delegada ante el Tribunal Superior de Bogot, mediante providencia del 26 de marzo de 2003 la confirm en su integridad.

La etapa del juicio la adelant el Juzgado Treinta Penal del Circuito de Bogot, y una vez vencido el traslado a los sujetos procesales de acuerdo con lo estipulado en el artculo 400 del Estatuto Procesal Penal de 2000, verificada la audiencia preparatoria y realizada la vista oral, se profiri la sentencia del 28 de agosto de 2003, mediante la cual se conden a Feliciano Ruiz a la pena principal de 264 meses de prisin como autor responsable del delito de Homicidio Simple, as como a la accesoria de interdiccin de derechos y funciones pblicas por lapso de 10 aos.

Se impuso igualmente al procesado la obligacin de cancelar el equivalente a sesenta y cinco (65) salarios mnimos legales mensuales en favor de los herederos de la vctima como indemnizacin por los perjuicios ocasionados con el delito

No concedi el juzgador al sentenciado la suspensin condicional de la ejecucin de la pena.

Impugnada en apelacin la sentencia condenatoria, el Tribunal Superior de Bogot la confirm en su integridad el 10 de diciembre de 2003. Posteriormente, el 10 de marzo de 2004, corrigi oficiosamente la parte resolutiva respecto del nombre correcto del procesado.

La sentencia de segundo grado igualmente fue impugnada por la defensa mediante el recurso extraordinario de casacin, y presentada la demanda correspondiente, se declar ajustada a los requisitos de forma por la Corte Suprema de Justicia.3.- LA DEMANDA-

Por haber incurrido en violacin indirecta de la ley sustancial debido a un falso raciocinio, se postula un solo cargo contra la expresada sentencia de segunda instancia con fundamento en la causal primera de casacin, cuerpo segundo, yerro que en criterio del demandante se origina en la errnea apreciacin de los hechos, que condujo a la aplicacin indebida del artculo 103 del Cdigo Penal, y a la consecuente falta de aplicacin del artculo 29 de la Constitucin Poltica y de los artculos 7 y 232 del Cdigo de Procedimiento Penal, debido a la violacin medio de los postulados descritos en los artculos 266 y 277 ibdem.

En esencia, cuestiona el Libelista que los juzgadores de instancia hubieran asumido los hechos de acuerdo con el relato ofrecido por la declarante, sin someterlo a los criterios propios de la apreciacin de la prueba testimonial acorde con las reglas de la sana crtica.

Luego de transcribir los requisitos que en su criterio deben concurrir para obtener certeza, sostuvo que solamente se puede llegar a dicho estado mental cuando concurre plena seguridad en relacin con el sujeto a quien se le atribuye el delito, quien adems de capacidad mental, debe tener pleno conocimiento de la existencia del ilcito con comprensin de todo el aspecto circunstancial, y aceptar libremente su realizacin.

Cuestiona que en los fallos de instancia no se hubiere realizado un anlisis integral acerca de la certeza, limitndose los juzgadores a estimar como acreditada su existencia sin desvirtuar el principio de in dubio pro reo.

Agreg el casacionista que la versin de Martha Janeth Caldern Oliveros no fue analizada en conjunto con las dems pruebas obrantes en el expediente, adems que su relato no se ajusta a la realidad de lo ocurrido, por las siguientes razones:

a) No es cierto que el 31 de julio de 2002 su representado se encontraba en el lugar de ocurrencia de los hechos, como lo asegura la declarante, toda vez que acorde con lo narrado por Jos Leopoldo Pulido Jimnez, logr acreditarse su permanencia en una finca localizada a varios kilmetros del lugar, trabajando en horas nocturnas, relato avalado en declaracin rendida bajo la gravedad del juramento por Maria Gladis Vega Padilla, ta del procesado a quien reconoce como su madre de crianza, al igual que por Blanca Edith Barragn Vega, prima del procesado; por su novia Johanna Carolina Donato y por su posterior empleador Jos Mara Higuera Roncancio, apreciacin equivoca que sin lugar a dudas condujo a los funcionarios a un error en la valoracin probatoria.

b) Pese a tratarse de un testimonio de odas y ser la nica prueba de cargo en contra de su representado, su relato no fue corroborado por otros medios probatorios y/o testimonio presencial, pese a lo cual se le otorga plena credibilidad, sin tener en cuanta las contradicciones, falencias y falsedades en que incurre, como tampoco los aspectos amaados de su relato por el deseo de venganza, valoracin que dej de lado los principios fundamentales de presuncin de inocencia, buena fe e in dubio pro reo.

c) Se encuentra probado que para el da de los hechos, Martha Janeth Caldern y el procesado ya no convivan, debido a una serie de inconvenientes de pareja, especialmente por los antecedentes morales y de prostitucin de la mujer, quien acostumbraba andar por la calle en altas horas de la noche, con ciertas amistades y en fiestas en general, lo que devino en maltratos verbales y fsicos entre la pareja y determin la ruptura de la unin marital, situacin acentuada al conocerse la nueva relacin de Feliciano Ruiz con la menor de edad Johanna Donato, debido a que dicho vnculo afectivo gener celos y orgullo en Martha Janeth Caldern Oliveros,

Asegura el demandante que dichas eventualidades se encuentran demostradas con las versiones de Mara Gladis Vega y su hija Blanca Barragn Vega.

En razn de lo anterior, calific de falsa la versin de la mencionada declarante, y asegur que el origen de la denuncia lo fue su intencin de vengarse de la ofensa recibida, intencionalidad errneamente valorada por los juzgadores de instancia.

d) En sentir del libelista, tampoco amerita credibilidad el relato de Martha Janeth Caldern Oliveros respecto de la existencia del arma blanca, toda vez que la nica caracterstica cierta que se puede extraer de su relato para hacerla coincidir con la utilizada para cometer el delito es que era cortopunzante, en razn a que la describi como de tipo china, de acero, de abrir y cerrar, con un dragn labrado en la cacha de colores negro y plata, con una hoja de 10 centmetros aproximadamente, sin contar la empuadura; particularidades que no concuerdan con el arma empleada para lesionar a la vctima, lo cual se desprende del anlisis del protocolo de necropsia, donde se da cuenta que la herida causada presenta orificio de entrada en forma oblicua de 2.7 centmetros, con una profundidad aproximada de 15 centmetros, caractersticas que en manera alguna podran haberse presentado si en realidad se hubiera utilizado una navaja cuya longitud mxima es de 10 centmetros y el ancho no supera el centmetro y medio;

En consecuencia, el arma usada pudo haber sido un cuchillo, y en ningn caso una navaja como la detallada por Martha Janeth Caldern, lo cual indica la falsedad contenida en su declaracin.

e) Asegura que igualmente emerge duda sobre el relato de Martha Janeth Caldern Oliveros respecto de la presencia de sangre en el arma blanca pero no en la mano ni en las ropas del procesado, pese a que el examen mdico legista ensea que la lesin interes la vena cava superior, lo cual implica que el flujo sanguneo debi ser explosivo y abundante, siendo lo ms lgico que Feliciano Ruiz resultara manchado, no solo en la mano sino en sus prendas de vestir.

Adicionalmente, anota el Letrado que el instinto natural lleva al ser humano a ocultar el arma utilizada en un delito a la vista de terceros, por lo que resulta extrao que en dicha operacin y dado el volumen de la misma, los rastros de sangre no involucraran las manos o la ropa.

En tales condiciones, sostiene que lo manifestado por la declarante se opone a las reglas de la lgica y la experiencia, motivo por el cual al aceptar los juzgadores de instancia la declaracin como prueba de cargo, incurrieron en una apreciacin errnea de las pruebas.

f) Resalt el casacionista que la mentira y mala intencin de la ex-compaera del procesado se evidencia al tratar de generar el mvil de la agresin en el hurto, para anunciar que esa es su forma de vida, en oposicin a lo manifestado por Oliva Valero Can, esposa de la vctima, quien declar que a su compaero no lo despojaron de nada, al punto que no fue factible que los sentenciadores le endilgaron la causal de agravacin punitiva relacionada con el hurto, lo que demuestra la inexistencia de ese delito.

Por todo lo anterior, en sentir del Libelista, no cumplieron los juzgadores de instancia con los requisitos de la valoracin y apreciacin de la prueba bajo los principios de la sana crtica, inconsistencia que les impidi reconocer la presencia de duda respecto de la responsabilidad de su representado, por lo que solicit a la Corte Suprema de Justicia casar la sentencia impugnada, y en su lugar dictar la de reemplazo mediante la cual se decrete la absolucin de Feliciano Ruiz.4.- CONCEPTO.

Es bien sabido que el proceso penal es el instrumento de que se vale el Estado para la realizacin del derecho penal material, y en tal virtud, una vez se tiene conocimiento, o incluso una simple sospecha sobre la comisin de un delito, surge la necesidad de su represin y de la reparacin del dao irrogado como consecuencia de la vulneracin del bien jurdico protegido.

Acorde con dicha pretensin, el proceso penal, al lado de su inters en la efectiva realizacin de la ley penal sustantiva, ha de encaminarse la bsqueda de la verdad como uno de sus fines esenciales, en la medida en que la bsqueda de la verdad se ha considerado siempre como objetivo natural y necesario del proceso penal y, de contera, de la actividad probatoria, como presupuesto ineludible para la aplicacin de la sancin penal.

Por tal motivo, la realizacin del proceso penal pretende la bsqueda de la verdad a travs de la reconstruccin de los hechos tal cual sucedieron, es decir, mediante la reconstruccin de la verdad histrica o material que resulte relevante en trminos de la debida aplicacin del Derecho Penal, que nos permita un mximo de acercamiento a la realidad de los hechos.

En dicha tarea, corresponde a los funcionarios judiciales valorar la prueba y decidir conforme a las reglas de la sana crtica, con la finalidad de alcanzar la certeza que le permita adoptar decisin en un sentido determinado.

Ocurre sin embargo que el trmite que se surte al interior del proceso penal, se encuentra revestido de diversos principios y garantas procesales, que buscan la materializacin del derecho que se protege, y en tal sentido, el derecho al debido proceso, previsto en el artculo 29 de la Constitucin Poltica, implica el respeto y efectivo cumplimiento de todas las garantas judiciales instituidas en beneficio de las personas.

Dentro de las diversas garantas fundamentales que se encuentran consagradas en el mencionado artculo 29 de la Constitucin Poltica, merece especial mencin al derecho a la presuncin de inocencia, reconocido en el inciso 4 de la mencionada disposicin en los siguientes trminos:

Toda persona se presume inocente mientras no se la haya declarado judicialmente culpable.

Se trata, como es bien sabido, de un postulado que no admite excepcin alguna, y, consecuencialmente, que impone a los funcionarios judiciales la necesidad de dar estricto cumplimiento a las orientaciones acorde con las cuales las actuaciones han de adelantarse con la totalidad de los requisitos y exigencias legales, cindose estrictamente a las normas vigentes de procedimiento, cuidando no extralimitarse en sus funciones y teniendo claro que la finalidad del proceso penal se concreta en establecer la verdad efectiva o material, mediante el despliegue de la actividad probatoria, que permita adoptar una decisin fundamentada en la certeza.Se justifica la presencia de este principio en le ordenamiento jurdico, en la medida en que al iniciarse el trmite del proceso penal, se esta ante a una verdad provisional que surge cuando se pone en conocimiento de la justicia la existencia de un hecho que reviste caracteres de delito y, eventualmente, de quienes participaron en su comisin, y por consiguiente, acorde con la reglamentacin vigente en la actualidad al respecto, corresponde al Estado por medio de sus agentes la carga de probar, para que dicha afirmacin se transforme en una verdad definitiva.

De esta manera, el derecho a la presuncin se convierte en una gua para el adelantamiento de la actuacin, de tal manera que seala perentoriamente que no est obligado el sindicado a presentar prueba alguna encaminada a demostrar la incertidumbre sobre su inocencia.

Sobre el particular, la Corte Constitucional ha expresado lo siguiente:

"La presuncin de inocencia en nuestro ordenamiento jurdico adquiere el rango de derecho fundamental, por virtud del cual, el acusado no est obligado a presentar prueba alguna que demuestre su inocencia y por el contrario ordena a las autoridades judiciales competentes la demostracin de la culpabilidad del agente. Este derecho acompaa al acusado desde el inicio de la accin penal (por denuncia, querella o de oficio) hasta el fallo o veredicto definitivo y firme de culpabilidad, y exige para ser desvirtuada la conviccin o certeza, mas all de una duda razonable, basada en el material probatorio que establezca los elementos del delito y la conexin del mismo con el acusado. Esto es as, porque ante la duda en la realizacin del hecho y en la culpabilidad del agente, se debe aplicar el principio del in dubio pro reo, segn el cual toda duda debe resolverse en favor del acusado.

"La Declaracin Universal de los Derechos Humanos en su artculo 11, reafirma el carcter fundante de la presuncin, por virtud del cual: "Toda persona acusada de un delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley y en juicio pblico en el que se hayan asegurado todas las garantas necesarias para su defensa "Subrayado por fuera del texto original.

"Igualmente la Convencin Americana sobre Derechos Humanos o Pacto de San Jos, ratificado por Colombia a travs de la ley 16 de 1974, establece: "..Toda persona inculpada del delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se establezca legalmente su culpabilidad..."(artculo 8).

"El Decreto 2700 de 1991 seala en su artculo 2: "En desarrollo de las actuaciones penales prevalece el principio de la presuncin de inocencia segn el cual toda persona se presume inocente, y debe ser tratada como tal, mientras no se produzca una declaracin definitiva sobre su responsabilidad" Igualmente la ley 600 de 2000, en su artculo 7 expresa: " Toda persona se presume inocente y debe ser tratada como tal mientras no se produzca una sentencia condenatoria definitiva sobre su responsabilidad penal. En las actuaciones penales toda duda debe resolverse a favor del procesado..." (Sentencia C- 774 de 2001 M.P. Rodrigo Escobar Gil).

Implica lo anterior que la sentencia emitida en las instancias, debe ser producto de una investigacin completa y sin prejuicios, de manera tal que resulte una garanta para el condenado, en funcin de que se haya logrado probar concluyentemente su culpabilidad a travs de la acreditacin en el expediente de la verdad efectiva.

En el evento objeto de examen, un anlisis detenido de la prueba obrante en el expediente permite llegar a la conclusin de que no consiguieron los jueces de instancia alcanzar la certeza en torno a la participacin de Feliciano Ruiz en los hechos materia de investigacin al punto que permitiera desvirtuar el principio de presuncin de inocencia que milita en su favor, tal y como lo resalta en defensor en su escrito de demanda.

En efecto, segn el libelista, el testimonio de la seora Martha Janeth Caldern no puede servir como fundamento de la sentencia condenatoria por cuanto no slo los funcionarios de instancia no lo sometieron a una valoracin guiada por los criterios propios de la apreciacin de la prueba acorde con las reglas de la sana crtica, sino que adems su relato no se ajusta a la realidad de lo ocurrido,Previamente a examinar en detalle los cuestionamientos del Letrado, se impone realizar algunos comentarios respecto de la incidencia del testimonio de odas, tambin conocido como de referencia, mediato o indirecto, en el curso de la actuacin penal.Este tipo de testimonio ocurre cuando una persona da cuenta del relato que sobre los hechos objeto de investigacin o que se pretenden demostrar ha hecho otra persona, es decir, no se trata de una representacin directa e inmediata de los acontecimientos, ya que el declarante narra no las circunstancias por el presenciadas, sino el relato de terceros.

En trminos generales, por razones de justicia material, es factible otorgar validez a lo declarado por el testigo de odas, es decir de personas que sin haber presenciado los hechos han escuchado su narracin de quienes efectivamente lo hicieron, en razn a que no siempre es posible obtener y practicar la prueba directa, que en muchos casos, como el objeto del presente estudio, puede resultar imposible, y, en tales casos, la contundencia del testimonio de odas como elemento probatorio, depender del ponderado anlisis que sobre el mismo realicen los funcionarios competentes, atendiendo a los principios de credibilidad y oportunidad contradictoria, tal y como acontece con los dems medios de prueba.

En dicha pretensin, ha de tener en cuenta el juzgador con mayor ahnco determinadas circunstancias o factores inherentes en la personalidad del declarante que afecten negativamente su credibilidad como persona, y por consiguiente, su relato sobre los hechos. Por consiguiente, le corresponde examinar si se presenta o no algn motivo para mentir, si tuvo oportunidad real de escuchar o percibir los hechos que son materia de la declaracin, determinar el periodo transcurrido entre los hechos percibidos y la declaracin, con el fin de determinar si existi opcin u oportunidad para la confabulacin, adems de buscar otorgar consistencia a la declaracin con otras pruebas.

No se discute, en consecuencia, que el testimonio de odas pueda resultar suficiente para derribar la presuncin de inocencia. Ocurre sin embargo en el presente evento, que el relato ofrecido por Martha Janeth Caldern presente diversas inconsistencias, que impiden otorgarle plena credibilidad, y en consecuencia, que conduzca a la certeza sobre la participacin del procesado en los hechos investigados.

Adicionalmente, concurre en el expediente como prueba tendiente a corroborar las manifestaciones del procesado respecto a que el da de los hechos no estuvo en la residencia de la declarante Martha Janeth Caldern no slo porque para ese fecha resida en casa de su ta Maria Gladis, sino tambin por encontrarse laborando en una finca ubicada en las afueras del nor-occidente de la ciudad donde se quedaba en las noches, no slo la declaracin rendida bajo la gravedad del juramento por Blanca Edith Barragn Vega, prima del procesado, en cuanto asegura que Feliciano trabajaba en una finca ubicada en Siberia de propiedad de Jos Mara Higuera Roncancio, antes de caer en la crcel, expresando que mientras estuvo en la hacienda vivi all de tiempo completo, sino tambin lo manifestado por Jos Leopoldo Pulido Jimnez y Jos Mara Higuera Roncancio.El primero de ellos afirm que Feliciano Ruiz trabaj con l en 2002 desde la ltima semana de mayo hasta la ltima semana de agosto, aclarando que a mediados de julio le solicit que trabajara de noche para cuidar el ganado, lo que efectivamente hizo desde los primeros das de julio hasta la primera o segunda semana de agosto.

A su vez, Jos Mara Higuera Roncancio acredita que Feliciano Ruiz ingres a laborar en su finca el 13 de agosto de 2002 despus de trabajar para Jos Leopoldo Pulido Jimnez, hasta el 3 4 de Octubre de 2002, arrojando ms credibilidad a lo atestiguado por Pulido Jimnez y concordando con la respuesta que el incriminado diera a la pregunta que le hizo el Fiscal del conocimiento en la diligencia de indagatoria, de manera imprecisa.

El Tribunal Superior al conocer en segunda instancia de la apelacin a la sentencia condenatoria, estim que las declaraciones de Blanca Edith Barragn Vega, Jos Leopoldo Pulido Jimnez y Jos Mara Higuera Roncancio no expresan aspectos concretos que puedan ser tenidos en cuenta para la investigacin, y les rest contundencia probatoria en orden a demostrar la ausencia de responsabilidad reclamada por el sindicado. No ofrece sin embargo el Juez Colegiado, argumentos slidos que permitan entender como acreditado que efectivamente el examen global de los citados medios de prueba, nos conducen a la presencia de contradicciones de magnitud tal que las desacrediten de plano y por completo.

Contrario a lo argumentado por la Colegiatura, no concurren razones suficientes para dejar sin valor probatorio las mencionadas declaraciones, que si bien no conducen a adquirir certeza respecto del lugar donde se encontraba el procesado la noche de los acontecimientos, si estn revestidas de importancia en la medida en que aportan elementos de juicio que conducen a inferir que el procesado estaba impedido materialmente para estar en el sitio de los hechos el 31 de julio de 2002, y generan por lo menos duda o incertidumbre respecto de la versin incriminatoria ofrecida por Martha Janeth Caldern.De otra parte, obran en el expediente elementos de juicio que indican igualmente la posibilidad de que el testimonio rendido por Martha Janeth Caldern pueda calificarse de sospechoso por tener un inters desmedido en perjudicar a su antiguo compaero permanente, circunstancias que indudablemente conducen a entender que de su declaracin no poda obtenerse certeza para proferir un fallo condenatorio.

En tal sentido, aparte de lo manifestado en indagatoria por le sindicado, se tiene que Johanna Carolina Donato Vega en declaracin rendida bajo la gravedad del juramento, se refiri a la relacin amorosa que sostuvo con el procesado y sobre el escndalo y las amenazas que le hizo Martha Janeth Caldern Oliveros, al punto que lleg a las agresiones fsicas y verbales.Argument el sentenciador respecto de dicha declarante, que slo informa aspectos relacionados con las costumbres de Feliciano Ruiz, esto es, que es una persona trabajadora, y tacha su versin de contradictoria, que no da cuenta de hechos concretos que puedan tenerse vlidamente como elementos de juicio que arrojen mayores luces al asunto, sin explicar las razones en que fincan la contradiccin.

Sin embargo, examinada a profundidad esta prueba testimonial, se observa como entrega datos concretos acerca de la fecha en que inicio sus relacin amorosa con el sindicado, esto es, el 8 de mayo de 2002, y agreg que en el mes de junio tuvo un altercado con Martha Janeth Caldern Oliveros, siendo objeto de persecucin por parte de aquella, de lo cual son testigos su ta Emma Luz Vega Rodrguez y su mam Magda Leonor Vega Rodrguez, adems de su hermana; agrega que Martha Janeth Caldern, los amenaz de muerte a su novio y a ella. Se destaca de su declaracin la forma desprevenida como afirma que cuando Feliciano Ruiz, entr a trabajar de celador a una finca se vean de da, posteriormente se le interroga acerca del horario de trabajo del procesado y contest que de da era de 7 de la maana a 4 o 5 de la tarde y fue cuando se conocieron y empezaron a ser novios, de noche, era de 6 de la tarde a 6 de la maana, y empez como a los 20 das del problema con Martha Janeth Caldern.

Se desprende de dicho relato, a si sea en trminos de conjetura, la existencia de un mvil que pudo incidir en la voluntad de la testigo de cargo para lanzar incriminaciones falaces en contra de Feliciano Ruiz, eventualidad que por lo menos genera duda acerca de la real participacin del procesado en los hechos por los que se le sindica.

En trminos generales, lo manifestado por Johanna Carolina Donato Vega es corroborado por la misma testigo Martha Janeth Caldern Oliveros, en cuanto informa la manera como averigu donde viva y estudiaba la nueva pareja del procesado, el nmero telefnico de la misma, y a que horas sala del colegio, en fin, que dedic tiempo a hacer seguimientos a Johanna Carolina Donato Vega, aspectos que denotan su carcter de mujer celosa y conflictiva.

Adicionalmente se aprecian en las diligencias las declaraciones de Maria Gladis Vega Padilla, ta del procesado, y su hija Blanca Edith Barragn Vega, respecto a que Martha Janeth Caldern, persona con la que convivi Feliciano Ruiz por cortos meses, lo haba amenazado en el sentido de que prefera verlo en la crcel que con otra mujer, eventualidad que las llev a pensar que lo implic en la muerte de Melquicedec Murillo, por venganza.

Expresa el Tribunal, que la declaracin de Martha Janeth Caldern Oliveros, coincide ampliamente con la versin de Oliva Valero Can, compaera de la vctima, pero del anlisis integral de las pruebas, se concluye que Martha Janeth, es una mujer con agudos problemas de celos, que averigu donde vive y estudia la nueva pareja del procesado, el telfono de la misma y a que horas sale del colegio, en fin, que dedic tiempo a hacer seguimientos a Johanna Carolina Donato Vega, tambin pudo dedicarse a averiguar las circunstancias temporo-espaciales sobre la muerte de Melquicedec Murillo, lo cual le facilitara adems implicar a su ex-amante en el homicidio.

An el tiempo que dej transcurrir Martha Janeth Caldern desde el momento en que presuntamente su compaero permanente le confes su participacin en los hechos delictivos y el instante en que concurri ante las autoridades a ofrecer su versin de los hechos, se constituye en factor que despierta sospechas sobre la sinceridad de su relato, pues bien pudo dedicarse a averiguar las circunstancias temporo-espaciales sobre la muerte de Melquicedec Murillo, lo cual le facilitara adems implicar a su ex-amante en el homicidio, eventualidad que cobra mayor relevancia si se tiene en cuenta la manera pormenoriza en que se refiere a detalles relativos a la vida personal de la vctima, como por ejemplo identificar el sitio donde laboraba, que era un buen ciudadano y un seor trabajador, tena sus esposa y sus hijos, datos a los que solamente pudo tener acceso mediante labores de inteligencia, tal y como las realizadas para identificar plenamente los datos personales y actividades realizadas por la nueva compaera del procesado, aspectos que imponan a los funcionarios encargados de la investigacin un trabajo mucho ms riguroso para poder auscultar la verdad en bsqueda de la culpabilidad o de la inocencia del investigado.

De otra parte, se observa tambin que herida causada a la vctima acorde con la descripcin realizada en la necropsia, arroja dudas acerca de si la misma pudo haber sido causada con el arma descrita por la declarante como aquella entregada por el procesado con la manifestacin de haberla utilizado para asesinar a alguien, toda vez que segn la necropsia, se trata de una HERIDA ABIERTA, oblicua de 2.7 centmetros,...PROFUNDIDAD. APROXIMADA: de 15 centmetros., mientras que el arma descrita por la declarante, apenas si alcanza una longitud aproximada de 10 centmetros, de donde se desprende que la herida que presentaba la vctima, pudo no haber sido causada con esta clase de armas, si se tiene en cuenta que una lesin de 15 centmetros de profundidad, difcilmente puede ser causada con un arma cuya hoja apenas alcanza los 10 centmetros.

Podra argumentarse igualmente en orden a generar duda en el relato de la testigo de cargo, el hecho de que la forma como ocurrieron los hechos y la clase de herida causada, implicaran la presencia de sangre no slo en la navaja y parte de la empuadura, como lo evidenci Martha Janeth Caldern Oliveros, sino tambin en otras partes de la humanidad o la ropa del procesado, sin que esto se diera, de conformidad con lo expresado por la testigo.

Se hubieran logrado obtener mayores elementos probatorios sobre la culpabilidad o la inocencia de Feliciano Ruiz, de haberse contra-interrogado a la testigo de odas Martha Janeth Caldern Oliveros, pero fue imposible su conduccin. Tambin se echan de menos importantes elementos de valoracin, como determinar la distancia entre la casa de Mara Gladis Vega, en Villa Amalia y la de Martha Janeth Caldern Oliveros, en el Garcs Navas, para fijar la duracin aproximada de traslado entre las dos viviendas y as establecer si los tiempos en que se movi el procesado permiten endilgarle el delito.

Es claro que el ejercicio del poder discrecional conferido al Juzgador por la propia Ley, puede otorgarle credibilidad a unas declaraciones y negarla a otras, no obstante lo cual, ante la presencia de elementos de juicio que slo conducen a la incertidumbre respecto de lo realmente acontecido, se impone la absolucin en virtud a las exigencias del principio in dubio pro reo.

Al respecto, la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia, se ha pronunciado en los siguientes trminos:

...El artculo 247 del Cdigo de Procedimiento Penal exige, para que se profiera sentencia condenatoria, que obren en el proceso pruebas que conduzcan a la certeza del hecho punible y de la responsabilidad del procesado, que no se logra en este asunto, al haberse debilitado la fuerza de conviccin de las atestaciones en las cuales se fund el pliego de cargos, segn se ha venido analizando.

En recuento, subsisten severas dudas sobre el comportamiento denunciado contra (...), pero al no haberse superado ese nivel, la ley ordena resolver la incertidumbre en su favor, dando aplicacin al principio in dubio pro reo, consagrado por el artculo 445 del estatuto procesal penal.

As las cosas, en opinin de esta Procuradura Delegada, se impone en el presente evento la revocatoria de la condena emitida en contra de Feliciano Ruiz, y en su lugar absolverlo en aplicacin del principio de in dubio pro reo.

En todo caso, el evento de que la Corte Suprema de Justicia comparte el criterio de los juzgadores de instancia en el sentido de que efectivamente logro derribarse la presuncin de inocencia que ampara al procesado, deber tomar en consideracin que como la concurrencia de otras personas en la comisin de la conducta punible prevista como circunstancia de mayor punibilidad en el artculo 58, numeral 10 del Cdigo Penal, no fue deducida en la Resolucin de Acusacin, se registra que su invocacin por el juzgador para ubicarse en el cuarto mximo, vulnera el principio de legalidad en dicho aspecto. Se equivocaron igualmente los juzgadores de instancia al tomar en cuenta los antecedentes penales como circunstancia de mayor punibilidad, toda vez que si bien la carencia de ellos es una circunstancia de menor punibilidad prevista en el numeral 1 del artculo 55 ibdem, ningn precepto del ordenamiento jurdico actualmente vigente prev dicha eventualidad como circunstancia de mayor punibilidad, motivo por el cual su invocacin vulnera igualmente el principio de legalidad de la pena.

En tales condiciones, de mantenerse en firme el fallo condenatorio, corresponde a la Corte Suprema de Justicia, de oficio, casar parcialmente la sentencia impugnada, en orden a redosificar la pena impuesta al procesado.Finalmente, conviene resaltar que la pena de interdiccin de derechos y funciones pblicas, impuesta en la sentencia, es propia del anterior Estatuto penal (artculo 50 del Decreto 100 de 1980), de manera que lo estipulado en el numeral 1 del artculo 43 de la Ley 599 de 2000, es La inhabilitacin para el ejercicio de derechos y funciones pblicas.

5.- PETICIN.

Con fundamentos en las reflexiones que anteceden, la Procuradura Cuarta Delegada sugiere a la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, CASAR el fallo condenatorio impugnado, y en su lugar mita el de reemplazo por medio del cual absuelva al procesado en aplicacin del principio in dubio pro reo.

De manera subsidiaria, en el evento de mantener en firme la condena, de oficio, CASAR PARCIALMENTE la sentencia y en consecuencia fije la pena excluyendo las causales de mayor punibilidad indebidamente esgrimidas pro el juzgador de primer grado, y confirmadas sin ningn anlisis por el Juez Colegiado. Atentamente,

RODOLFO MANTILLA JCOMEProcurador Cuarto Delegado para la Casacin Penal

Bogot, D.C. 1 de diciembre de 2008 Ver a folio 49 del cuaderno 1 del proceso.

Ver a folio 88 del cuaderno 1 del proceso.

Ver a folio 222 del cuaderno 1 del proceso.

Ver a folio 224 del cuaderno 1 del proceso.

Ver a folio 222 del cuaderno 1 del proceso

Ver a folios 224 y 225 del cuaderno 1 del proceso

Ver a folio 249 y 250 del cuaderno 1 del proceso

Ver a folio 248 del cuaderno 1 del proceso.

Ver a folio 249 del cuaderno 1 del proceso.

Ver a folio 52 del cuaderno 1 del proceso.

Ver a folio 52 del cuaderno 1 del proceso.

Corte Suprema de Justicia, Sentencia del 19 de julio de 2001, M.P. Nilson Pinilla Pinilla, Rad. 13633.