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EL HERALDO BARRANQUILLA 27 DE NOVIEMBRE DE 2005 PAG 16A 16A ELHERALDO Reportaje Regional DOMINGO BARRANQUILLA. 27 DE NOVIEMBRE DE 2005 Foto Mas conocido como “Panamá”, Joaquín Valdés se la pasa cantando por todo el pueblo Foto Benicio Torres, uno de los descendientes del gran “Batata”, el ilustre músico de San Basilio de Palenque Las grandes “cositas” de Palenque La cultura palenquera va más allá de la música, la lengua y la religión. Hay una serie de detalles que enaltecen a los habitantes de este poblado que desde hoy en adelante vivirá con la honra de ser patrimonio de la humanidad. Foto Leovigilda Torres, una palenquera que levanto a sus 22 hijos con el fruto de su trabajo vendiendo cocadas y alegrías, entre otras delicias Por JUAN CAKLOS DÍAZ M. Cartagena Una a una, entrelazadas como las cadenas que rompieron hace varios siglos los cimarrones africanos, las riquezas culturales de San Basilio de Palenque se van acoplando entre sí, de manera armónica y acompasada, hasta conformar esa revolución de las pequeñas cosas que hacen mítico este paraje incrustado como un cuchillo en las faldas de las montanas de María. Una lengua primitiva y sabrosa, una música frenética y sensual, unos ritos veleidosos y desgarradores, funden sus sonidos Interiores con el sabor de la alegría con coco y anís, con la energía ancestral que legó Benkos y heredó Pambelé su corte, con la picardía un el cantaito que los hace únicos y que gente como Batata y Evaristo Márquez se han encargado de llevarlo por el mundo. Hay que oír hablar a Raúl Salas para comprender al palenquero. Él, con la figura física de un Buda agreste, se

27 de Noviembre de 2005-El Heraldo, Barranquilla-Las Grandes -Cositas- De Palenque

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EL HERALDO BARRANQUILLA 27 DE NOVIEMBRE DE 2005 PAG 16A

16A ELHERALDO Reportaje Regional DOMINGO BARRANQUILLA. 27 DE NOVIEMBRE DE 2005

FotoMas conocido como “Panamá”, Joaquín Valdés se la pasa cantando por todo el puebloFotoBenicio Torres, uno de los descendientes del gran “Batata”, el ilustre músico de San Basilio de Palenque

Las grandes “cositas” de Palenque

La cultura palenquera va más allá de la música, la lengua y la religión. Hay una serie de detalles que enaltecen a los habitantes de este poblado que desde hoy en adelante vivirá con la honra de ser patrimonio de la humanidad.

FotoLeovigilda Torres, una palenquera que levanto a sus 22 hijos con el fruto de su trabajo vendiendo cocadas y alegrías, entre otras delicias

Por JUAN CAKLOS DÍAZ M.CartagenaUna a una, entrelazadas como las cadenas que rompieron hace varios siglos los cimarrones africanos, las riquezas culturales de San Basilio de Palenque se van acoplando entre sí, de manera armónica y acompasada, hasta conformar esa revolución de las pequeñas cosas que hacen mítico este paraje incrustado como un cuchillo en las faldas de las montanas de María.Una lengua primitiva y sabrosa, una música frenética y sensual, unos ritos veleidosos y desgarradores, funden sus sonidos Interiores con el sabor de la alegría con coco y anís, con la energía ancestral que legó Benkos y heredó Pambelé su corte, con la picardía un el cantaito que los hace únicos y que gente como Batata y Evaristo Márquez se han encargado de llevarlo por el mundo.Hay que oír hablar a Raúl Salas para comprender al palenquero. Él, con la figura física de un Buda agreste, se cree el hombre mas importante de la tierra porque todo el mundo lo ha tenido que ver en un video Institucional que la televisión pública difunde a cada rato."Aquí estoy sabroso, consigo todo lo que necesito para vivir, y además todo el que vine a Palenque tiene que hablar conmigo, o si no es como si no hubiera venido", dice en el cantario castellano de los palenqueros. Un instante después, dialoga con un coterráneo y dice una retahíla de cosas que ninguno de los visitantes le entiende "Por mucho que quieran no pueden hablar, ni vivir como nosotros", dice que dijo en lengua bantú y que tradujo sin que nadie se lo pidiera, con una risa que de socarrona pasó a estridente en cuestión de segundos.Joaquín Valdés, 'Panamá', pasa por la esquina varias veces, cantando a viva voz. Quiero que lo escuchen y quiere que le paguen para que lo escuchen. "Mi abuela decía que yo cantaba bonito, como un panameño, pero si ustedes

quieren que les cante, tienen que soltar unas monedas", afirma y se marcha. Minutos después aparece de nuevo, con la misma canción en los labios, pero esta vez pasa de largo.Panamá vive de eso. Todas las mañanas, antes de que cante el gallo, se para en las ventanas de sus amigos y les dedica unos versos, a veces en castellano, a veces en “lengua”, en un romántico y enaltecedor oficio que hace suspirar a Solmery Cásseres."Esas son las pequeñas cositas que hacen grande a Palenque", dice emocionada Solmery, ella misma también una de las “cositas” grandes de San Basilio con su diccionario afro-palenquero.

LA ESPERA DE EVARISTO

Está sentado en el patio de su casa, esperando que llegue la Ministra para recordarle el compromiso que se hizo con él y que no le han cumplido.Es Evaristo Márquez, leyenda viva de San Basilio de Palenque, quien a sus 68 años conserva muy poco del halito poderoso que emanaba y que hizo que Guillo Pontecorvo se impactara en su figura cuando buscaba a una persona que representara a un negro libertario en la película “La Quemada” protagonizada nada más y nada menos que por uno de los dioses tutelares del séptimo arte: Marlon Brando.A pesar de que después filmó varías películas, es 'La Quemada' la que marcó para siempre a este padre de 18 hijos y abuelo de 44 niños."La Quemada me dio prestigio, plata, valor, pero como en la vida todo se acaba, de aquello sólo queda el recuerdo", dice Evaristo como si estuviera cantando una ranchera.De Brando recuerda todos los días dos momentos: La primera escena que grabaron, que era una trompada que le daba el famoso actor, y la vez que se emborracharon en el Hotel El Prado, en Barranquilla, cuando Pontecorvo le encomendó a Evaristo que le trajera a Brando de regreso a Cartagena."El mono pegaba duro, así que me tocó aprenderme a la fuerza el dialogo inicial, así que la escena se repitió sólo en tres ocasiones; y del viaje a Barranquilla recuerdo que en el equipaje le llevé unos cuantos puchitos de marihuana, y así fue la única manera de convencerlo de que regresara a terminar de filmar”, señala el campesino que una vez fue actor Desde hace tres años, cuando se cayó al momento de montar una bestia, Evaristo ha reducido sus labores agrícolas. Dice que no está arrepentido de nada y que sólo espera la pensión que le ofreció el Gobierno para tomarse con tranquilidad los traguitos."Ahora que somos más famosos, tango que atender a los amigos que vengan a visitarme", advierte.

LOS HEREDEROS

Dice Evaristo Márquez que si se lo propusieran, muchos jóvenes palenqueros estuvieran triunfando en el cine o en cualquier otro arte.

Caminando a pies descalzos por las calles del pueblo, hay decenas de niños que se bailan solitos, que brincan de júbilo con sólo escuchar el ruido de una puerta, mientras que en el patio de cualquier casa, otros tantos jóvenes luchan a golpe batiente con el cuero del tambor para arrancarle los sabores de sus vidas.Benicio Torres Reyes, quien se llama a si mismo Batata 5 por ser heredero directo de la dinastía que inició Pedro Salgado a principios del siglo pasado, con el rótulo de Batata 1, es uno de ellos."Margarita tu no llores, dale, pégale / porque no le dan café, dale, pégale”, dice una voz con sabor a pregón. Es la abuela de Benicio, Graciela Salgado, una menuda señora que ha viajado por todo el mundo con los grupos de bullerengue de PalenqueAsí es la vida en Palenque, viejos y niños, jóvenes y adultos hacen de la vida una fiesta con su música a flor de piel, y expanden las semillas de talento por cada rincón de pueblo."Yo aprendí a tocar el llamador cuando tenia dos años, y aquí en los callos de mis manos está la muestra”, dice Benicio orgulloso.

FABRICA DE ALEGRIA

Dos rusticas hornillas, troncos de leña regados un el piso, varios cocos, guayabas, ramos de millo y payuelas colgadas en unos recipientes de totumo seco, adornan el espacio decoroso de Leovigilda Torres Salgado, la gran matrona del dulce en Palenque, y que orgullosamente llama a su sitio de trabajo "la fabrica de la alegría"."La llamo así porque la alegría es el dulce que representa a las palenqueras y porque entre todos es el mas difícil de hacer”el mas difícil de hacer", dice y explica a detalle cada paso, desde que se abre el millos hasta cuando se embola. “A veces el millo no abre, entonces nos fregamos”. A punta de alegría con coco y anís, de caballitos, de enyucados, cuajaderas y demás dulces, Leovigilda completó la proeza de parir 22 hijo», criarlos todos y construir la casa-quinta donde vive cómodamente."No me gusta vender en la playa, porque allí se burlan de uno, en cambio camino los barrios y vendo todo lo que llevo", dice.Con Leovigilda son 35 las mujeres de Palenque dedicadas a la fábrica de los apetecidos dulces, aunque hay otro tanto en diferentes ciudades del país, donde llegan y ellas mismas hacen los dulces."A uno nadie le vende dulces hechos, tenemos que fabricarlos nosotras mismas, además, por donde usted se meta hay coco y azúcar", dice sonriendo.Leovigilda ya tiene listas las cien alegrías, los 80 enyucados, las 90 cocas y los 100 caballitos que venderá este fin de semana en varios barrios de Cartagena, donde todos la conocen por su pegajoso pregón, "Quiérame, ámame, quién quiere", repetido una y mil veces, es una canción que llevara su sello por siempre

FotoEvaristo Márquez actuó al lado de Marlon Brando en la película “La Quemada”FotoRaúl Salas, una de las personas mas conocidas en San Basilio de Palenque, porque habla en su lengua nativa, carga en su regazo a Jefferson, un hijo de santandereanos