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UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PLATA FACULTAD DE PSICOLOGIA

CATEDRA: FUNDAMENTOS, TECNICAS E INSTRUMENTOS DE EXPLORACION PSICOLOGICA I

FICHA Nº 3 INSTRUMENTOS DE EVALUACIÓN PSICOLÓGICA TIPIFICADOS. LOS

TESTS. DEFINICIÓN. ASPECTOS QUE LO COMPONEN. VARIEDADES DE TESTS PSICOLÓGICOS

(Año 2009) Autor Prof. Telma Piacente

INTRODUCCIÓN En todos los campos de estudio científico, cuando se examina un dominio particular, de algún modo se intenta utilizar medidas. Para ello cada uno tiene su propio conjunto de instrumentos y unidades de medida. Los profesionales que los emplean conocen los usos potenciales, los beneficios y las limitaciones de los instrumentos utilizados para hacerlo y de las unidades de medida seleccionadas. Por lo tanto los usuarios actuales o potenciales en cada campo necesitan trabajar con familiaridad sobre el dominio a examinar, sobre los instrumentos y sobre las unidades de medida utilizados. Dicho de otro modo, deben poseer un conocimiento teórico y metodológico exhaustivo. En la Psicología, si bien el problema de las diferencias individuales es de largo alcance, las raíces de la evaluación psicológica actual se encuentran en los comienzos del siglo XX en Francia. Sin embargo las primeras tentativas para medir las diferencias individuales relativas a las características “mentales”, pueden ubicarse en el siglo XIX, en razón del contexto científico-histórico de la época. Por una parte la aparición de los primeros tests está signada por el nacimiento de una psicología científica, destinada a medir las características elementales de los procesos mentales. Por la otra, es tributaria de la influencia de la teoría de Darwin, que puso el acento sobre el rol que juegan las variaciones individuales en la evolución de las especies. Otros factores determinantes se encuentran en las circunstancias socioeconómicas y políticas que vienen de más atrás, relativas a la necesidad de generalizar la instrucción de las personas. En el primer laboratorio de psicología experimental, fundado en 1879 en Leipzing por W. Wundt, se realizaban investigaciones sobre los procesos sensoriales elementales. Se intentaba, por ejemplo, examinar cómo variaba la sensación en función de la intensidad de una estimulación o bien evaluar la diferencia más pequeña de intensidad de las estimulaciones que podía ser detectada por los sujetos, como por ejemplo umbrales de detección, tiempos de reacción, etc., y a partir de esas características se buscaba inferir la naturaleza de los procesos puestos en juego en la respuesta a la estimulación.

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James McKeen Catell (1860-1944), estudiante de Wundt, observó las variaciones que aparecían entre los sujetos sometidos a esas experiencias. Resultaba problemático establecer leyes generales de los procesos sensoriales y resolver tales variaciones en términos de “errores”. Cattell observó que esas variaciones eran por el contrario muy estables. En el año 1890, es el primero en utilizar el término “mental test”, en los trabajos realizados en los Estados Unidos, para referirse a los experimentos utilizados para estudiar las diferencias interindividuales. Contemporáneamente en Inglaterra, Francis Galton (1822-1911) utilizó situaciones del mismo tipo para estudiar la agudeza sensorial, los umbrales de discriminación y los tiempos de reacción, entre otros. Primo de Darwin, a partir de la aparición del “Origen de las Especies”, se interesó en mostrar que la teoría evolucionista se podía aplicar a la evolución de la inteligencia humana. De este modo en la Exposición Internacional de la Salud, realizada en Londres en 1884, propició la creación de un “laboratorio antropométrico”, en el que podrían obtenerse mediciones antropométricas de los visitantes (medidas del cuerpo humano y de sus diversas partes), con las pruebas a las que más tarde Cattell daría el nombre de tests mentales. Galton midió estas características en padres e hijos con el objetivo de mostrar que las diferencias interindividuales son hereditarias, circunstancia que lo condujo por otra parte a inventar el principio del coeficiente de correlación para cuantificar la magnitud de la relación entre las medidas efectuadas. Las demandas sociales de la época, relativas a las problemáticas ligadas a la enseñanza primaria obligatoria, en la que se observaba que no todos los sujetos aprendían de la misma manera, impulsó la necesidad de estudiar las razones de tal situación. En principio las pruebas adaptadas por Cattell de sus experiencias de laboratorio parecían ser las indicadas. Para comprender esta perspectiva se la debe enmarcar dentro de la concepción asociacionista imperante, según la cual las sensaciones elementales constituían los materiales de base a partir de los cuales se formaban los procesos mentales más complejos, concepción ampliamente superada a lo largo de la historia de la Psicología. Cattell aplicaba ese tipo de tests mentales a los universitarios que ingresaban a la universidad de Columbia, con el objetivo de apoyarse en ellos para esclarecer las decisiones de orientación y adaptar los programas de estudio. Como desde una perspectiva actual resulta obvio, sus intentos los condujeron a un fracaso estrepitoso: no existía relación alguna entre el éxito en tales pruebas mentales y el desempeño en los estudios. Otras tentativas similares con universitarios y escolares arribaron a los mismos resultados, “los métodos de evaluación del funcionamiento intelectual provenientes de la psicología científica naciente se revelaron incapaces para responder a la demanda social de la época en ese dominio” (Huteau & Lautrey, 1995). Una de las soluciones a las cuestiones planteadas en esa época se encuentra en la obra de Alfred Binet (1857-1911). Binet conocía la existencia de los tests mentales utilizados por Cattell, pero tenía un fuerte desacuerdo con la manera de enfocar el problema del examen de los procesos mentales superiores. Para él las diferencias en la capacidad intelectual debían ser examinadas a través de capacidades tales como la memoria, la imagen mental, el razonamiento y el juicio.

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En 1904, en relación con la demanda social de la época, una comisión ministerial encomienda a Binet estudiar el problema. Resultado de su labor investigativa es la aparición de la Escala Métrica de la Inteligencia en 1905 y sus sucesivas revisiones, realizadas por el mismo autor en 1908 y 1911 y por otros autores hasta la actualidad. Los trabajos de Binet tuvieron un éxito resonante y aportaron dos innovaciones de importancia. La primera reside en que su concepción jugó un rol fundamental en contra de las tesis asociacionistas, de raigambre empirista. La segunda en que contribuyó a la metodología de la medida, graduando los reactivos a utilizar según la edad de los sujetos examinados, de modo tal que, en el estudio de los débiles mentales, encuentra que las conductas de los retrasados se asemejan a la de los niños normales de menor edad (Reuchlin, 1980). Otra solución al problema del examen de los procesos psicológicos superiores se encuentra en la obra de Charles Spearman (1863-1945), psicólogo inglés, quien se apoya en el análisis matemático, el análisis factorial, para definir las dimensiones intelectuales sobre las cuales los individuos pueden ser comparados. El analiza las correlaciones entre los puntajes obtenidos por una muestra de sujetos en diversas pruebas (notas escolares, pequeñas pruebas, estimaciones de la inteligencia de parte de los enseñantes, etc.). Según su método de cálculo se podía dividir la varianza de esas puntuaciones en dos partes, un factor de variación general, común a todos los puntajes y un factor de variación específico de cada una de las pruebas. Ese factor común fue interpretado como un Factor General, el famoso Factor G. Esta primera forma de análisis factorial condujo a una concepción global de la inteligencia. Sin embargo Spearman no propuso una teoría muy elaborada de aquello que representa el Factor G. Consideró que correspondía a una “energía mental”, “sin que esta noción sobrepasara el estatuto de metáfora”.

LOS TESTS PSICOLÓGICOS

Definición A partir de estas consideraciones es necesario proporcionar una definición actual de test psicológico. Utilizaremos en principio la que proporcionan dos autores.

“Un test es un instrumento que permite medir (o examinar) de manera objetiva y tipificada una muestra de conducta en una situación controlada” Anastasi (1982).

“Un test es un dispositivo de observación de ciertas características psicológicas de los individuos que permiten situarlas en relación con las que han sido observadas en el seno de la población a la cual los individuos pertenecen” (Huteau & Lautrey, 1995).

Ambas definiciones contemplan las siguientes características: Un test es un instrumento que se utiliza para medir o examinar la variable psicológica seleccionada. En el caso de los tests psicométricos se aplican las propiedades del número a tal variable. Cuando se trata de instrumentos no psicométricos se pueden determinar las características psicológicas de los individuos calificándolas sin cuantificarlas.

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Esa medición se hace de manera objetiva, objetiva en tanto todos los sujetos son sometidos a los mismos requerimientos y los resultados que se obtienen se interpretan con independencia del juicio subjetivo del examinador. Tipificada (o estandarizada) porque existe uniformidad en los procedimientos de aplicación, puntuación e interpretación para todos los sujetos examinados, situación que permite comparar la actuación de un sujeto con la de su grupo de pertenencia. Esta comparación es posible a partir del establecimiento de las normas o baremos del test. Tales normas o baremos constituyen las puntuaciones obtenidas por los sujetos de la muestra de tipificación que indican la actuación promedio de los sujetos que integran dicha muestra así como “la frecuencia relativa de los diversos grados de desviación por encima y por debajo del promedio” (Anastasi, 1982). Un test mide una muestra de conducta (verbal o de ejecución) a través de la cual se pone de manifiesto el dominio psicológico que se desea examinar, que no puede ser abordado en todas las circunstancias en que se exprese el dominio seleccionado. Anastasi proporciona al respecto el ejemplo de un análisis de sangre1, en el que obviamente no se examina todo el torrente sanguíneo de una persona sino una pequeña cantidad y a partir de su composición puede inferirse el resto. Del mismo modo, por ejemplo un test que examina la inteligencia, no puede hacerlo con la totalidad de ese constructo ni con todas las manifestaciones de la inteligencia que pueden aparecer en todo momento. Mide en una situación controlada, es decir que la medición que se efectúa a través de este tipo de instrumento se encuentra inmersa en un dispositivo llamado examen psicológico, que se ajusta a ciertos procedimientos rigurosos. A partir de ese examen es posible inferir las propiedades de las características psicológicas, a las que no tenemos acceso de manera directa. Por ejemplo no se puede tener acceso directo al razonamiento, la atención, la memoria, la inteligencia, etc., pero se pueden examinar ciertos desempeños del sujeto que informan de manera indirecta sobre esas variables.

Aspectos que componen a un test Más allá de la diversidad y profusión de instrumentos disponibles en la actualidad, que asumen características variadas, pueden considerarse algunos de los aspectos que los componen. 1. Están compuestos de un cierto material, entre el que es posible discriminar:

1.1. El manual del test, en el que el autor informa sobre: a. Los propósitos y características de ese instrumento en particular. b. Las instrucciones para su administración y evaluación.

1.2. El material propiamente dicho (verbal, de ejecución, etc.). 1.3. Los protocolos u hojas de respuesta en los que se vuelca el registro de la actuación del sujeto examinado.

1 Se estima que en los humanos el torrente sanguíneo es de aproximadamente 4-5 litros de sangre (7% del peso corporal).

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2. Son instrumentos estandarizados, es decir que los procedimientos de administración y valoración así como el material del test resultan idénticos para todos los sujetos de un mismo rango de edades.

3. Poseen normas o baremos, es decir las puntuaciones que obtuvo la muestra de tipificación, que permiten situar la conducta de cada sujeto con relación a su grupo de referencia o grupo normativo (ver más adelante proceso de tipificación o estandarización). Un test se tipifica o estandariza sobre una muestra representativa del universo o población al que está dirigida su aplicación (ver más adelante semejanzas y diferencias con las técnicas proyectivas).

4. Poseen propiedades que permiten: Asegurar que miden lo que verdaderamente se proponen medir, es decir que la significación teórica y práctica de las medidas que proporcionan está precisada. A esta propiedad se la conoce como validez. Asegurar que las mediciones que se realizan a partir de su aplicación son precisas, es decir que se mantienen en el tiempo (estabilidad) o son congruentes entre sí (consistencia). A esta propiedad se la denomina fiabilidad o confiabilidad. Permiten estimar la magnitud de los errores sistemáticos de medición que los afectan (error estándar de medida).

Expansión y variedades de tests psicológicos El campo de la evaluación psicológica ha extendido considerablemente su dominio a lo largo del Siglo XX y en esta primera década del Siglo XXI. Solidaria de esta expansión es la proliferación de instrumentos de evaluación. En la actualidad resulta prácticamente imposible conocer el colectivo disponible. En razón de ello es necesario, al menos, poder clasificarlos y contar con criterios para evaluar su calidad, de modo tal de orientar la búsqueda de aquellos que se requieren en procesos de evaluación con propósitos determinados. La clasificación de tales instrumentos obedece a criterios múltiples y refiere a diferentes aspectos a ser considerados, tales como características estructura, objetivos, contenidos, tipo de administración, filiación teórica del instrumento, referencia a la norma o al criterio para su evaluación, entre otros. Es de interés a ese respecto hacer algunas precisiones a la luz de las cuales poder caracterizar adecuadamente al conjunto de los instrumentos elaborados, para poder seleccionarlos y utilizarlos de manera apropiada. Debe señalarse, en principio, que dicha selección obedece, por otra parte, a las razones y propósitos de la evaluación (por qué y para qué evaluar). Ello conlleva claridad y precisión respecto de la unidad de análisis a ser considerada así como de las variables a ser incluidas. El conjunto de estas consideraciones resultan relevantes en relación con los diferentes ámbitos de aplicación de la evaluación psicológica, puesto que en cada uno de ellos aparecen propósitos e interrogantes específicos, a partir de los cuales debe diseñarse dicho proceso, tomado en cuenta además la perspectiva teórica que se adopte, en cuya ausencia resulta difícil, cuando no estéril, el mismo proceso de evaluación.

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Snow (2008) sostiene al respecto que “Diferentes propósitos requieren diversos tipos de evaluación, y la base de la evidencia que apoya el uso de una evaluación para un propósito puede no ser conveniente para otra. A medida que las consecuencias de los resultados de la evaluación llegan a ser más fuertes, la exactitud y la calidad de los instrumentos usados para proporcionar resultados debe ser más segura”. Según esa investigadora, la selección de instrumentos de evaluación debe reflejar los mayores niveles de evidencia en tres dominios: las propiedades psicométricas de los instrumentos usados en el sistema de evaluación; la adecuación de los instrumentos de evaluación (según diferencias étnicas, raciales, comunidad lingüística, estatus socioeconómico, categoría de edad, entre otros); y los dominios a los que está dirigido el foco de la evaluación (unidad de análisis y variables a ser consideradas). A ello se adiciona dos requisitos externos a los instrumentos, pero indispensables para su aplicación. Por una parte se trata de la necesidad de entrenamiento intensivo de los evaluadores, no sólo en relación con la aplicación sino, además, respecto del análisis, interpretación e informe de los resultados obtenidos. Para ello, la formación debe incluir no solamente experticia en el denominado “Método de los Tests”, sino conocimientos acabados en Psicología. Por la otra, el uso de instrumentos de evaluación se encuentra indisolublemente ligado a las consideraciones deontológicas de la comunidad científica, pautada en estándares específicos. En relación con ese tema, un Grupo de Expertos en evaluación Psicológica designado por la American Psychological Association redactó un informe en el año 2000, acerca de las calificaciones que deben acreditar los usuarios de instrumentos psicológicos. El mismo contempla la serie de cuestiones referidas a tales calificaciones, a la intensidad del entrenamiento y a las características especiales que adquieren cuando se trata de la aplicación en ámbitos específicos de trabajo (ver Ficha Nº 25, con la traducción de dicho informe). Señalados estos aspectos, se intentará revisar en primer lugar a las características que identifican a los instrumentos de evaluación en la Teoría Clásica de los Tests (TCT) y en segundo lugar a algunos de los criterios promisorios que permiten arrojar mayor precisión al problema de la clasificación.

Características de los instrumentos de evaluación Una de las características de los instrumentos de evaluación en la Teoría Clásica de los Tests es que están tipificados o estandarizados. En razón de ello todos los instrumentos comparten las siguientes características 1. Uniformidad del material de examen y de las consignas de administración. Esta uniformidad está destinada a preservar la uniformidad de los procedimientos de administración, que hacen comparables las actuaciones del los sujetos examinados, en la medida en que permanecen idénticas las condiciones de examen. 2. Disponibilidad de información para la interpretación adecuada de los puntajes. En la TCT la interpretación de las puntuaciones puede hacerse de diferentes formas, en función de los interrogantes que se formulen, y que han sido

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considerados en la elaboración del instrumento. De este modo pueden distinguirse los tipos de información necesarios:

Interpretación referida a la norma. Cuando se pretende dar respuesta al interrogante acerca de cómo se sitúa la actuación de un sujeto respecto de la población normativa, se requiere contar con información respecto del grupo de referencia. Dicho de otro modo, con las normas o baremos del instrumento, obtenidas por la muestra de tipificación en el proceso de estandarización. Interpretación referida al criterio. En otros casos la interpretación de tales puntajes obedece al interrogante sobre cómo se sitúa un sujeto en relación con un criterio de logro u objetivo previamente especificado. En estos casos se trata de contar con información precisa sobre el criterio de logro u objetivo perseguido. Interpretación de la fuerza relativa de las puntuaciones. Se trata en estos casos de interpretar la información respecto de los puntos fuertes y débiles, obtenidos a partir del perfil de puntuaciones en pruebas de elección forzada, donde no pueden aceptarse o rechazarse al mismo tiempo las alternativas propuestas. En una escala ipsativa las puntuaciones finales el marco de referencia es el sujeto, en la medida que expresan el perfil de los aspectos fuertes y débiles del examinado, sin necesidad de referir su actuación respecto de la población normativa (Torninbeni, Pérez, & Olaz, 2008).

3. Indicadores de validez y confiabilidad. En la TCT se obtiene evidencia de la validez del instrumento, es decir información destinada a mostrar que mide o examina aquello para lo que fue diseñado. Asimismo se obtienen indicadores de confiabilidad que se refieren a la consistencia o estabilidad de las mediciones. Un instrumento válido y confiable examina la variable o variables a las que está dirigido y sus estimaciones están relativamente libres de errores de medida.

Los criterios de clasificación de los instrumentos de evaluación Es difícil circunscribir criterios (elementos de juicio) que permitan incluir todo tipo de instrumento de evaluación, en la media en que difieren en sus fundamentos, su estructura sus objetivos, sus materiales de examen, el tipo de respuesta que solicitan, entre otros.

A. Criterio referido al tipo de desempeño que se pretende evaluar A.1. Tests de ejecución máxima y de ejecución o respuesta típica, de dominio general o de dominio específico. Resulta útil, en primer lugar, analizar el criterio utilizado por Cronbach (1998) quien clasifica a los instrumentos de evaluación de acuerdo al tipo de desempeño del examinado que se desea evaluar, según se trate de obtener el rendimiento mayor del que es capaz o bien de obtener una información sobre las características que habitualmente lo identifican. Llamó a los primeros instrumentos de ejecución máxima y a los segundos instrumentos de ejecución o respuesta típica.

Pero ese criterio no agota las posibilidades clasificatorias y es necesario complementarlo con otro. En este caso se trata de tomar en consideración la indagación de aspectos de dominio general o de dominio específico. En el primer

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caso se pretende examinar características psicológicas aspectos globales, en tanto en el segundo características específicos. En el Cuadro 1 se ofrece una síntesis de los criterios enunciados, así como la ubicación en ellos de algunos de los tipos de instrumentos de evaluación, a título de ejemplo.

Cuadro 1: Instrumentos de ejecución máxima y típica, de dominio general y específico Ejecución Dominios

EJECUCIÓN MÁXIMA EJECUCIÓN TÍPICA

Aspectos salugénicos o psicopatológicos

DOMINIO GENERAL

Inteligencia- Desarrollo- Rendimiento

Tests de inteligencia Escalas de Desarrollo

Psicológico, pruebas de rendimiento

Personalidad

Psicométricos Proyectivos

Inventarios y cuestionarios de personalidad

Técnicas Proyectivas de evaluación de la personalidad

DOMINIO ESPECÍFICO

Habilidades y Conocimientos

Vocabulario, memoria, percepción, Función

Gestáltica Visomotora

Inventarios y cuestionarios de intereses, actitudes, estilo de afrontamiento,

estrategias de aprendizaje,

Técnicas Proyectivas de evaluación de relaciones objetales, de desarrollo

libidinal,

A partir de esos dos grandes criterios, pueden adicionarse otros que responden a cuestiones diferentes que tienen que ver con la estructura, contenidos, formas de administración, filiación teórica o empírica, modo de administración, entre otros.

B. Criterios referidos a otras características de los instrumentos Precisados los tipos de ejecución y los dominios que permiten identificar los instrumentos de evaluación, las clasificaciones más usualmente utilizadas permiten ubicarlos en las siguientes categorías.

1. Tests Psicométricos y Técnicas Proyectivas. a. Características diferenciales entre ambos tipos de instrumentos Una de las diferencias más usuales en el campo de la evaluación psicológica es distinguir entre Tests Psicométricos y Técnicas Proyectivas. Generalmente la diferencia entre ambas se adjudica a una variedad de criterios, que se examinarán a continuación. Material de examen. Las características del material de examen que utilizan, muchas veces denominadas características estructurales2, entendidas en este caso como el grado de estructuración de los estímulos utilizados. Según ese criterio, en la bibliografía especializada se atribuye a los primeros una estructuración fuerte y a los segundos una estructuración débil, a los fines de promover la proyección (más adelante se hacen consideraciones a apropósito de este término). Esta es una consideración que adolece de errores. Las diferencias se encuentran respecto de los tests de rendimiento máximo, cuyos diferentes reactivos prevén una respuesta satisfactoria o con distinto grado de exactitud, justamente en razón

2 Estructura: manera o relación que guardan los elementos de una cosa, en este caso los elementos de un test.

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de tener que estimarse ese desempeño del sujeto respecto de su población normativa. Los estímulos de las técnicas proyectivas, no solicitan respuestas que puedan considerarse correctas o incorrectas. Proporcionan elementos de juicio a ser considerados como indicadores para interpretarse desde el marco teórico que las fundamenta o que ha adoptado el examinador. A nuestro juicio, la diferencia entre ambos tipos de instrumentos se encuentra precisamente en las repuestas a obtener a partir de un determinado material y de una determinada consigna. De acuerdo a la primera clasificación proporcionada más arriba, los tests psicométricos de ejecución máxima organizan sus reactivos de modo tal de obtener una respuesta correcta prevista, corrección que en muchos casos admite algunas variaciones. Las respuestas reales pueden ajustarse en mayor o menor medida a la respuesta óptima. Así por ejemplo en la Escala de Wechsler para Niños y Adolescentes, en uno de los ítems del Subtest de Aritmética se pregunta, “Si corto una manzana por la mitad ¿Cuántos pedazos tendré?”, la respuesta obviamente es “2”. En cambio en uno de los ítems del Subtest de Vocabulario se pregunta ¿Qué es una bicicleta?, para la que se admiten diferentes respuestas de mayor a menor grado de corrección, por ejemplo “Un vehículo de dos ruedas”, “Uno anda en ella”, “Tiene ruedas, pedales, manubrio”. Las pruebas de dominio general generalmente se utilizan para evaluar la inteligencia general, el desarrollo psicológico y el rendimiento escolar, académico, laboral. Las de dominio específico indagan aspectos particulares, como es el caso de la memoria, la atención, entre otros. En todos los casos la finalidad de la evaluación es indagar los logros mayores de los que es capaz un sujeto. Cuando se trata de test psicométricos de ejecución típica los objetivos son otros. Se trata de indagar características habituales de los sujetos. En los de dominio general se trata de evaluar la personalidad global (normal o patológica), como es el caso del Inventario Multifásico de de Minnesota (MMPI) (Hathaway & McKinley, 2002), del MIPS (Millon, 1997) o del NEO-PI-R (Costa & McCrae, 1998). En los de dominio específico, de examinar aspectos particulares, como intereses, motivaciones, estrategia de afrontamiento, estrategias de aprendizaje, estrategias metacognitivas, entre otras (De Fuente Arias, & Justicia Justicia, 2003; Mokhtari, & Reichard, 2002; Frydenberg & Lewis,1997). Las técnicas proyectivas por el contrario presentan un material de manera tal que al organizarlo, interpretarlo o elaborarlo el sujeto proyecta sus contenidos psicológicos, que son interpretados a la luz dela teoría que los fundamente y de los criterios establecidos respecto de la población de referencia.

Interpretación de parte del examinado de la respuesta que debe proporcionar. Muchas veces se afirma que en el caso de las técnicas proyectivas el estímulo permite una interpretación variada de parte del sujeto de las respuestas a proporcionar, a diferencia de lo que ocurre en los tests psicométricos. Esto no es así, las tareas que se solicitan en ambos casos no admiten interpretaciones diversas de parte del examinado acerca de lo que se le solicita que debe responder.

Características de las consignas. Otra diferenciación que se hace respecto de ambos tipos de instrumentos es que en los psicométricos las instrucciones (consignas) son precisas, en tanto en los proyectivos se proporcionan breves

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instrucciones generales. Tal distinción es errónea, en la medida en que es tan preciso preguntar “¿Qué es una naranja?”, como solicitar “Dibuje una persona”.

Información que se proporciona al examinado. Suele hacerse otra aseveración según la cual en los tests psicométricos se proporciona información precisa. En cambio en los proyectivos se proporciona información de carácter más general. Esta consideración tampoco es acertada por cuanto en ambos casos el sujeto conoce que se le está examinando para conocer algunos aspectos psicológicos. Obviamente no conoce la interpretación que se dará a sus respuestas ni en las técnicas proyectivas ni en los tests psicométricos.

b. Variedad de técnicas Proyectivas Los términos técnicas proyectivas, aparecieron por primera vez en un artículo de Horowitz y Murphy (1938), quienes atribuyeron su origen a Lawrence Frank. Posteriormente, en el año 1948 este autor definió a las técnicas proyectivas como un método de estudio de la personalidad por medio de confrontar al sujeto con una situación en la que debía responder de acuerdo a lo que significaba para él y de acuerdo a los sentimientos que presentaba cuando respondía. Las características esenciales de las técnicas proyectivas refieren a la demanda de respuestas que de diversas formas expresan el mundo privado y los procesos de personalidad de las personas. Los fundamentos teóricos de estas técnicas son de raigambre psicoanalítica, de modo tal que persiguen, a través de los estímulos que se presentan, provocar respuestas que permitan interpretar lapsus, simbolismos, asociaciones. Estas técnicas pueden ser a su vez agrupadas en distintas categorías, de acuerdo al tipo de respuesta que requieren: asociaciones de palabras o imágenes, construcción de relatos, completamiento de oraciones, y expresiones de naturaleza pictórica o lúdica. El material que incluyen es acorde al tipo de respuesta buscada. En general se clasifica como material gráfico, verbal o lúdico. Las Técnicas Proyectivas Verbales demandan respuestas verbales temáticas y no temáticas. En las temáticas se solicita al examinado el relato una historia a partir de una lámina (por ej., Test de Apercepción Temática, Murray, 1975). En las no temáticas, que se proporcionen respuestas verbales a partir de estímulos visuales (por ej., Test de Rorschach, Rorschach, 1921; Cuestionario Desiderativo, Celener & Braude. 2001). Las Técnicas Proyectivas Gráficas requieren, predominantemente una respuesta no verbal, generalmente un dibujo (por ej., Dibujo de la Figura Humana, H.T.P, Machover, 1975), entre otros). En la mayoría de los casos se solicita además se den respuestas verbales a cuestionarios que clarifican la producción de los sujetos o bien que relaten una historia a propósito de su dibujo. Las técnicas proyectivas de ejecución típica de dominio general, según la clasificación adoptada en este trabajo, están destinadas a examinar aspectos habituales que caracterizan a un sujeto, como en el caso de los tests de personalidad, entre los que se encuentra por ejemplo el T.A.T. (Murray, 1975). Las de dominio específico, se destinan a su vez a la indagación de aspectos singulares o particulares, como es el caso del TRO, destinado a examinar las relaciones objetales (Phillipson, 2008).

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En ningún caso, como ya se señalara, se prevén respuestas correctas o incorrectas, sino solamente respuestas que pueden ajustarse o no a las producciones habituales de una población. No se evalúan por su grado de corrección sino que son merecedoras de una interpretación.

c. Comunalidad de los Tests Psicométricos y de las Técnicas Proyectivas como instrumentos de evaluación Más allá de las diferencias de las técnicas proyectivas respecto de los tests psicométricos, su pertenencia a la familia de los instrumentos de evaluación reside en que comparten con ellos algunos elementos.

Uniformidad del material de examen y de los procedimientos de administración: ambos tipos de instrumentos utilizan el mismo material e idénticos procedimientos de administración, que hacen comparables las actuaciones del los sujetos examinados. Comparación de la actuación del sujeto examinado con la actuación de la población normativa. En el caso de los test psicométricos se lo hace respecto de las puntuaciones o desempeños especificados en la prueba y contrastados con normas o baremos de la población normativa. En el caso de las Técnicas Proyectivas con las actuaciones en el dominio examinado respecto de la población de referencia, a partir de las interpretaciones elaboradas por el examinador de acuerdo a las elaboradas por el autor de la prueba o por las adicionadas a lo largo del desarrollo de la teoría que las fundamenta.

Un ejemplo particular en este sentido los constituyen la Técnicas Proyectivas Verbales Temáticas, como por ejemplo el test de Apercepción Temática de Murray (TAT). En ella se solicita al sujeto que cuente una historia a partir de láminas temáticas. Las respuestas de los sujetos se comparan con las normas perceptivas o a las normas cliché. Las normas perceptivas constituyen la síntesis que proporciona el autor respecto de la descripción común o compartida por el grupo normativo de aquello que se ve. Dicho de otro modo, se construyen a partir de las respuestas descriptivas comunes de un grupo cultural que refieren a un constructo cognitivo característico de ese grupo. De suyo surge que estas respuestas descriptivas comunes si bien corresponden a los aspectos textuales de la lámina, no se limitan a ellos. Suponen la interacción entre aquello que aparece en la lámina y lo que habitualmente los miembros de un grupo cultural ven en ella (Schwartz, 1995). A partir de las respuestas de parte del grupo normativo se construyen las normas cliché. Resultan en consecuencia de la elaboración que proporciona el autor de la historia típica significativa, a partir de las producciones del grupo normativo ante el estímulo presentado. “Constituyen la significación subyacente a la variedad de lo anecdótico, el entramado que se encuentra por debajo de las diversidades aparentes, que funcionan como parámetros de “normalidad” para cada cultura” (Schwartz & Piacente, 1998). De este modo las normas perceptivas y cliché constituyen para las técnicas proyectivas el equivalente de las normas o baremos de los instrumentos psicométricos, en cuanto a que en ambos casos posibilitan la comparación la actuación de un sujeto respecto de su grupo normativo o de referencia. Esto permite otorgar significación a los resultados individuales en tanto corresponden o no a dichas normas.

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2. Tests teóricos y los empíricos Otra distinción usual es clasificar a los instrumentos de evaluación según los fundamentos que subyacen a su construcción, que permiten distinguirlos entre teóricos y empíricos. Los teóricos son instrumentos derivados de una teoría particular, que permite su elaboración a partir de sus postulados. Tal es el caso de los tests de inteligencia basados en la teoría factorial, como por ejemplo el Test de Matrices Progresivas de Raven (Raven, Court, & Raven, 1993). La teoría factorial “trata de explicar las diferencias individuales que se observan en las aptitudes o rasgos humanos mediante el menor número de factores” (Tavella, 1966). Los instrumentos empíricos por el contrario no se apoyan en teorías elaboradas sino en concepciones de los autores que los construyen. En ellos generalmente aparecen una cantidad de elementos tradicionalmente vinculados, de manera empírica, con el constructo que pretenden medir. Tal es el caso por ejemplo de las Escalas Binet y sus revisiones (Thorndike, Hagen, & Sattler, 1986), o de las Escalas Wechsler (Wechsler, 1994, 2002). Debe notarse, sin embargo, que estas pruebas han incorporado a lo largo del tiempo el caudal proporcionado por las diferentes teorías de la inteligencia, de modo tal que sus últimas revisiones inducen a incluirlos entre las pruebas con fundamento teórico.

3. Tests Verbales y no verbales. La distinción referida al contenido de las pruebas y a las respuestas que demandan, es decir al tipo de material que utilizan y al tipo de respuestas que el examinado debe proporcionar, permite clasificarlas en verbales y los no verbales. Los tests verbales plantean problemas y situaciones que se enuncian verbalmente, de manera oral o escrita, debiendo los examinados responder de la misma forma, por ejemplo, el BAIRES, Test de Aptitud Verbal Buenos Aires (Cortada de Cohan, 2004). Los tests no verbales plantean problemas y situaciones que pueden enunciarse verbalmente, de manera oral, escrita o mímica. El material propiamente dicho no es verbal sino gráfico o de ejecución, es decir que el sujeto examinado debe realizar una tarea como dibujar, hacer diagramas o esquemas, señalar una alternativa o bien manipular material concreto para resolver una determinada cuestión, por ejemplo, el Test de Matrices Progresivas de Raven (Raven, Court, & Raven, 1993; el Test Gestáltico Visomotor de Bender II (Branningan, & Decker, 2003).

4. Test individuales y colectivos Otra diferenciación alude a la cantidad de sujetos a ser examinados. En este caso se clasifican los tests en individuales, en los que sólo es posible pasible evaluar a un sujeto por vez, y colectivos, destinados a examinar simultáneamente a un determinado grupo de sujetos. En general el material de los tests individuales, es complejo de modo tal que no resulta posible que los problemas que involucra admitan consignas3 que puedan 3 Consigna: instrucciones que se proporcionan a los examinados para realizar las tareas inherentes al test.

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responderse sin la presencia cara a cara del examinador. Asimismo la evaluación es compleja y demanda un tiempo que no hace posible ponderar un gran número de protocolos4 en un período breve. No obstante la disponibilidad actual de medios informáticos para la evaluación tiende a moderar esta característica. Ejemplos de este tipo de test es la Escala para la Medida de la Inteligencia de Wechsler (WISC II, WAIS III y WPPSI). Los tests colectivos organizan su material de modo tal que pueden ser administrados de manera simultánea a un grupo de sujetos. El material, las instrucciones para su realización y la forma de evaluación se organizan de manera sencilla. En general se administran con límites de tiempo. Su objetivo es obtener categorías amplias de los sujetos examinados. Por la índole de las tareas a realizar y de las respuestas que se proporcionan no pueden ser administrados a niños pequeños ni a adultos deficitarios, puesto que implican hábitos independientes de trabajo. El Test de Matrices Progresivas de Raven admite la administración colectiva, a partir de determinadas edades.

5. Objetivos de la evaluación psicológica También suelen diferenciarse instrumentos de acuerdo a los objetivos de evaluación que persiguen. Tale objetivos son diversos y están en consonancia con las unidades de análisis que se seleccionan y con las variables a ser consideradas. De este modo aparecen instrumentos destinados a la evaluación de sujetos, contextos, interacciones e intervenciones (ver Ficha Nº 1). En cada una de tales unidades de análisis las variables a incluir para identificar las características que se pretende evaluar son múltiples y responden a los interrogantes acerca de cuáles son las razones y los propósitos del plan o programa de evaluación que se persigue.

A manera de síntesis, los tests constituyen instrumentos de evaluación que presentan características específicas que los diferencias de otros recursos de indagación psicológica. Cuando se aplican a sujetos, los resultados permiten ubicarlos de acuerdo a la población normativa o a criterios establecidos para su interpretación. Cuando se aplican a otras unidades de análisis los resultados suelen interpretarse conforme al criterio, que debe ser definido con precisión. Los propósitos de la inclusión de los tests en la evaluación psicológica deben ser claros, estar en manos de usuarios con reconocida competencia y utilizados de acuerdo a los consensos deontológicos de la comunidad disciplinar.

Actividades

Examine en cada uno de los tests objeto de estudio de la cátedra y describa las características que se mencionan a continuación e incorpore esa descripción a su carpeta de trabajos prácticos.

1. Objetivos: qué miden. 2. Cómo define el autor la variable a medir. 3. Qué material lo compone.

4 Protocolo: hoja de registro de las respuestas que proporciona un sujeto cuando se le administra un test

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4. Si están adecuadamente aclaradas las condiciones de administración y evaluación.

5. Cuáles son las propiedades del test, especialmente: Características de la muestra de tipificación. Validez. Confiabilidad.

6. Ubique en los siguientes cuadros cada uno de los tests que se estudian, de acuerdo a sus características.

Nombre del Test: Cuadro 1: Instrumentos de ejecución máxima y típica, de dominio general y específico Ejecución Dominios

EJECUCIÓN MÁXIMA

EJECUCIÓN TÍPICA Aspectos salugénicos o

psicopatológicos

DOMINIO GENERAL

Psicométricos Proyectivos

DOMINIO ESPECÍFICO

Cuadro 2. Instrumentos según características particulares

DESEMPEÑO TEÓRICOS EMPÍRICOS VERBALES NO

VERBALES INDIVIDUALES COLECTIVOS

Ejecución máxima Dominio general

Ejecución máxima Dominio específico

Ejecución Típica Dominio general

Ejecución Típica Dominio específico

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