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145 Revista de Filología Alemana 2003, 11 145-156 ISSN: 1133-0406 Lotte in Weimar: Thomas Mann, Goethe y el exilio 1 Lotte in Weimar: Thomas Mann, Goethe and exile Ana PÉREZ Universidad Complutense de Madrid Departamento de Filología Alemana [email protected] La presencia de Goethe en Thomas Mann se puede encontrar ya en sus obras tempranas. Sin embargo, a partir de los años 20 Goethe empieza a cobrar un significado diferente para Mann como representante de los valores humanistas de la cultura burguesa, en un proceso que va adquiriendo perfiles más concretos a partir de 1933. En el contexto del exilio, «Lotte in Weimar» aparece como una novela histórica en la que Mann, con Goethe, se autodefine frente al nacionalsocialismo como parte de la tradición humanista y uni- versal de la cultura alemana, señalando asimismo críticamente aspectos problemáticos de esta cultura. RESUMEN PALABRAS CLAVE Thomas Mann Goethe Humanismo Exilio Antifascismo Cultura burguesa The presence of Goethe in Thomas Mann can already be traced in his early works. Nevertheless, starting from the 20s Goethe begins to acquire a different meaning for Mann, as a representative of the humanist values of the bourgeois culture, in a process that assumes more specific profiles from 1933 on. In the context of exile, «Lotte in Weimar» arises as a historical novel in which Mann, together with Goethe, defines him- self by facing nationalsocialism as part of the humanist and universal tradition of the German culture, critically featuring, at the same time, troublesome aspects of this culture. ABSTRACT KEY WORDS Thomas Mann Goethe Humanism Exile Antifascism Bourgeois culture 1 Este artículo es resultado de la ampliación de la ponencia titulada «Lotte in Weimar de Thomas Mann: con Goethe en el exilio» que fue expuesta en el V Congreso de la Asociación de Germanistas de Cataluña y I Congreso de la Sociedad Goethe en España (Tarragona, abril de 2003). SUMARIO 1. Acercamiento de Thomas Mann a Goethe. 2. Goethe y la tradición huma- nista nacional. 3. Lotte in Weimar como novela histórica del exilio.

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  • 145Revista de Filologa Alemana2003, 11 145-156

    ISSN: 1133-0406

    Lotte in Weimar: Thomas Mann, Goethey el exilio1

    Lotte in Weimar: Thomas Mann, Goethe and exile

    Ana PREZ

    Universidad Complutense de MadridDepartamento de Filologa Alemana

    [email protected]

    La presencia de Goethe en Thomas Mann se puede encontrar ya en sus obras tempranas.Sin embargo, a partir de los aos 20 Goethe empieza a cobrar un significado diferentepara Mann como representante de los valores humanistas de la cultura burguesa, en unproceso que va adquiriendo perfiles ms concretos a partir de 1933. En el contexto delexilio, Lotte in Weimar aparece como una novela histrica en la que Mann, con Goethe,se autodefine frente al nacionalsocialismo como parte de la tradicin humanista y uni-versal de la cultura alemana, sealando asimismo crticamente aspectos problemticosde esta cultura.

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    UM

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    PALABRASCLAVE

    ThomasMann

    GoetheHumanismo

    ExilioAntifascismo

    Culturaburguesa

    The presence of Goethe in Thomas Mann can already be traced in his early works.Nevertheless, starting from the 20s Goethe begins to acquire a different meaning forMann, as a representative of the humanist values of the bourgeois culture, in a processthat assumes more specific profiles from 1933 on. In the context of exile, Lotte inWeimar arises as a historical novel in which Mann, together with Goethe, defines him-self by facing nationalsocialism as part of the humanist and universal tradition of theGerman culture, critically featuring, at the same time, troublesome aspects of this culture.

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    CT KEYWORDS

    ThomasMann

    GoetheHumanism

    ExileAntifascism

    Bourgeoisculture

    1 Este artculo es resultado de la ampliacin de la ponencia titulada Lotte in Weimar de Thomas Mann: conGoethe en el exilio que fue expuesta en el V Congreso de la Asociacin de Germanistas de Catalua y I Congreso dela Sociedad Goethe en Espaa (Tarragona, abril de 2003).

    SUMARIO 1. Acercamiento de Thomas Mann a Goethe. 2. Goethe y la tradicin huma-nista nacional. 3. Lotte in Weimar como novela histrica del exilio.

  • Ana Prez Lotte in Weimar: Thomas Mann, Goethe y el exilio

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    Thomas Mann escribe la primera pgina de la novela Lotte in Weimar el 11 de septiembre de1936, pero la idea de una obra narrativa sobre Goethe vena de mucho ms atrs. Como testi-monian numerosas cartas, ya desde 1911 haba barajado esta posibilidad en relacin con eltema de la prdida de dignidad del artista, aunque la posterior plasmacin literaria de dichotema se alejara de la figura de Goethe. En 1915, ante la pregunta de una lectora sobre el origende Tod in Venedig, Thomas Mann recuerda esos proyectos iniciales: Ich hatte ursprnglichnichts Geringeres geplant als die Geschichte von Goethes letzter Liebe zu erzhlen, der Liebedes Siebzigjhrigen zu jenem kleinen Mdchen, die er durchaus noch heiraten wollte, was abersie und auch seine Angehrigen nicht wollten, - eine bse, schne, groteske, erschtterndeGeschichte, die ich vielleicht trotzdem noch einmal erzhle, aus der aber vorderhand einmalder Tod in Venedig geworden ist. (Heftrich 1990: 423).

    La referencia a esa idea no realizada se repite tan slo dos meses despus de haber empeza-do a escribir Lotte in Weimar, que en ese momento todava es calificada de Erzhlung: [...]etwasganz anderes: eine Erzhlung, 1816 in Weimar spielend, worin ich mir die phantastischeFreude mache, Goethen einmal persnlich auf die Beine zu stellen. Khn, nicht wahr? Abernachdem ichs mit 40 vermieden (beim Tod in Venedig, der aus der eigentlich ertrumtenUlrike-Geschichte wurde) will ich mirs mit 60 lustspielmssig gnnen. (Briefe 1962: 430).

    En 1940, meses despus de haber concluido la obra, en la conferencia autobiogrfica Onmyself, pronunciada en Princenton, vuelve a rememorar el antiguo proyecto, incidiendo encmo entonces le haba faltado el valor para abordar una empresa a la que por fin ahora, a lossesenta aos, se ha atrevido. Sin embargo, lo que separa la idea no realizada en la segunda dca-da del siglo y la novela terminada es bastante ms que la distancia temporal de los veinticincoaos transcurridos.

    En primer lugar, el asunto ha cambiado. Frente a la pasin amorosa del anciano Goethe porUlrike von Levetzow, 55 aos ms joven que l, el hecho real que ahora atrae la atencin deThomas Mann es el viaje que Charlotte Kestner, de soltera Buff, la Lotte de Werther, realiz aWeimar en 1816 y en el curso del cual haba vuelto a encontrarse con Goethe despus de cua-renta y cuatro aos, contando ella ahora sesenta y tres y l sesenta y siete aos de edad. Un suce-so ms bien trivial que no pareca muy apropiado para tratar das Problem der Knstlerwrde,etwas wie die Tragdie des Meistertums, como haba sido su objetivo veinticinco aos atrs.De aqu que tambin vare el tratamiento del tema. De hecho, ahora Thomas Mann acentarepetidamente desde el principio el Lustspielcharakter de la obra (cf. la ltima cita). En carta aHermann Kesten para agradecerle la crtica a la novela publicada en la revista del exilio DasNeue Tage-Buch (carta escrita poco antes de la conferencia de Princenton), afirma que ms quenovela, eine intellektuelle Komdie wre vielleicht der richtige Gattungsname para Lottein Weimar (Wysling 1979: 482)2.

    2 Los rasgos de comedia son evidentes en la novela desde el principio, con la llegada de Lotte a Weimar y elrevuelo que causa en la ciudad, el desfile de personajes, el juego con las convenciones y el lenguaje, etc. A ello hay

  • En esos veinticinco aos ha tenido lugar un largo y complejo proceso de reflexin y acer-camiento de Thomas Mann a Goethe, del que no est ausente ni la crtica ni la autoproyeccin.El fundamento de esta evolucin se encuentra en su afinidad con la fase ms productiva de laliteratura alemana del siglo XIX, especialmente con la Klassik y sus objetivos humanistas(Ludmann 1980: 133). Sin embargo, es como si hasta llegar a la elaboracin literaria de Goethe,a la unin mstica con l en Lotte in Weimar, Thomas Mann hubiese ido dando rodeos, acer-cndose a l indirectamente. Algo semejante al modo cmo en la novela, antes de que Goetheen persona aparezca en escena, otros personajes nos van aproximando a l.

    Ya a finales del siglo XIX (1897), en las cartas a su amigo de juventud Otto Grautoff seencuentra enunciado todo lo que fascinara a Thomas Mann de Goethe y lo que le impulsara apensar una y otra vez sobre l. En oposicin a la influencia dominante en esos aos de la tradaNietzsche, Schopenhauer y Wagner, como representantes de un romanticismo decadente yenfermo, Goethe significa la voluntad de clasicidad, lo sano y antidecadente. Se trata de unavisin de Goethe influida por la lectura de Gesprche mit Eckermann, a su vez sugerida por lavaloracin de Nietzsche, y que sobre todo a partir del alejamiento del joven Mann con respec-to a Wagner ira adquiriendo importancia como el necesario contrapeso. Frente a la embria-guez y el espiritualismo enfermo de Wagner, Mann exige ahora eine neue Klassizitt,etwas ausnehmend Logisches, Formvolles und Klares, etwas zugleich Strenges und Heiteres,[...] von khlerer, vornehmerer und selbst gesunderer Geistigkeit (Neumann 2001: 133).Ciertamente, si se tiene en cuenta que, como hemos mencionado, la idea origen de Tod inVenedig tena como protagonista a Goethe, habra que concluir que por estas fechas -1911- losprincipios de la nueva clasicidad, pese a todo, no deban inspirarle a Thomas Mann una exce-siva confianza. Con todo, la huella de la obra y personalidad de Goethe se manifiesta ya en rela-tos tempranos, desde Gefallen a Tonio Krger y Schwere Stunde, con la misma claridad que enBuddenbrooks, por no hablar de Tod in Venedig (Heftrich 1990: 425).

    Ahora bien, junto a las lecturas de obras de Goethe, repetidas a lo largo de toda su vida, loque verdaderamente le fascina es la figura humana, y a ella intenta acercarse desde diferentespuntos de vista. Si en la oposicin entre Wagner y Goethe hace suya la distincin entre dioni-saco y apolneo de Nietzsche, en el relato Schwere Stunde (1905) utiliza los conceptos deSchiller, sentimentalisch frente a naiv y naturhaft, para tratar la relacin entre ambos. A la lar-ga, lo que se va creando es una imagen de Goethe como quintaesencia de la grandeza artsticaen la que confluyen impulsos opuestos, pues a veces lo ve como expresin de una totalidadingenua de la que l carece, tal y como expresa en una carta de 1932 a Kte Hamburger, dondese autodefine como un sentimentalischer Gegentyp, como Schiller (Siefken 1982: 885);otras veces, Goethe es para Thomas Mann un modelo familiar y conocido: Das

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    que aadir la omnipresente irona y el tratamiento distanciado y desvelador, y con frecuencia cmico, de los perso-najes, patente en detalles como p. ej. el tic incontrolado de la cabeza de Lotte. La tcnica de alusiones y citas encu-biertas justifica la denominacin de intellektuelle Komdie o Bildungskomdie (Heftrich 1990: 428).

  • Verwandschaftsgefhl, das Bewusstsein hnlicher Prgung ist sehr lebhaft [...] Ich bin keinGoethe, aber einer von seiner Familie, schrieb Stifter. (Briefe 1962: 323).

    La reflexin sobre Goethe se intensifica a partir de 1918 y de la conclusin de lasBetrachtungen eines Unpolitischen, cuya elaboracin desencadena un proceso en el que se va per-filando en Thomas Mann una mayor conciencia de la responsabilidad del artista frente a lasociedad. En este proceso, que tambin es de autoconocimiento y autodefinicin, cobra unarelevancia especial la figura de Goethe y la posicin respecto a l. En el Zauberberg, que retomay concluye ahora, su huella se encuentra en las numerosas citas y alusiones as como en lasresonancias de la utopa goetheana de la provincia pedaggica en el Schneetraum.

    Pero es sobre todo en la obra ensaystica donde se va a manifestar la constante presencia deGoethe. En los aos veinte y comienzos de los treinta, hasta la llegada de Hitler al poder, ThomasMann va a asumir la defensa de la Repblica, a intentar despertar simpatas a favor de la demo-cracia y a apelar al pueblo alemn para que busque en ella su futuro. Son ensayos y discursoscomo Goethe und Tolstoi, en cuya segunda versin de 1925 ya se refiere al fascismo comoromantische Barbarei, Goethes Laufbahn als Schriftsteller y Goethe als Reprsentant des brgerli-chen Zeitalters, de 1932. Mann pretende atraer al pblico hacia un Goethe representante de la cul-tura burguesa, humanista y ciudadano del mundo. Un modelo que la Alemania de la Repblicade Weimar debe seguir antes de que sea demasiado tarde, para no sucumbir a la atraccin del fal-so mito de un pasado alemn pseudo-romntico para resolver los problemas. Incluso en su cle-bre discurso de contenido poltico Deutsche Ansprache (1930), en el que Mann realiza un duroataque al nacionalsocialismo, Goethe aparece como el mejor ejemplo de una tradicin nacionalhumanista y de una identidad alemana que se opone a un histerismo nacionalista e irracionalque reclama para s el monopolio de lo alemn.

    A partir de 1933, los ensayos y discursos fundamentales de Mann expresan una clara opo-sicin al fascismo, como Der Humanismus und Europa (1936), Brief an den Bonner Dekan (1936)y Vom kommenden Sieg der Demokratie (1938). Este proceso de desplazamiento del centro degravedad de Thomas Mann a la defensa a ultranza de los principios humanistas tiene comoconsecuencia una nueva orientacin de su concepcin literaria, que ahora se ampla a la his-toria del presente. Goethe es un punto de referencia fundamental, al que corresponde la fun-cin de valedor de las tradiciones progresistas. Todo ello va a alcanzar una ms compleja ela-boracin literaria en Lotte in Weimar, donde, entre otras cosas, Goethe se va a convertir endefensor de las posiciones antifascistas de un Thomas Mann que mientras se ha declaradoparte integrante del exilio. La expatriacin subsiguiente marca una ruptura irreparable delescritor con la Alemania del Tercer Reich, algo que requiere una elaboracin literaria en laque se documente de forma inequvoca su posicin, pero trascendiendo la mera experienciapersonal. La novela sobre Goethe es, en este contexto, el medio ideal para, a la luz de la situa-cin de 1816 y de su recreacin de la figura del genio de Weimar, examinar de manera crticalos aspectos negativos y positivos del desarrollo de la burguesa alemana, de la que ThomasMann se sabe parte.

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  • Los diarios dan testimonio del proceso de gestacin, de cmo ya desde 1933, tras la elabo-racin de los ensayos sobre Goethe, se expresa el deseo de interrumpir la redaccin de la tetra-loga de Joseph con dos Novellen, una sobre Fausto y otra sobre Goethe. En el caso de Fausto, setrata de un viejo proyecto de principios de siglo para combinar la leyenda medieval con laenfermedad y muerte de Nietzsche, es decir, con el antiguo tema de la decadencia. Ahora va aquedar en segundo plano, pero es revelador respecto al modo de trabajar de Thomas Mann elque una vez terminada Lotte en Weimar pronuncie en 1939 en Princenton una conferencia titu-lada ber Goethes Faust, aunque hasta 1943 no comience con la redaccin del Doktor Faustus.

    Volviendo al proyecto de la novela sobre Goethe, ste empieza a cobrar forma a partir de 1935.Una vez concluida en agosto de 1936 la tercera parte de Joseph se dedica plenamente a la nece-saria labor de documentacin. Aunque en un principio se habla de Novelle o Erzhlung, como entantas ocasiones el manuscrito va creciendo hasta convertirse en novela. Thomas Mann tardatres aos en escribir Lotte in Weimar, de principios de noviembre de 1936 a finales de octubre de1939. El manuscrito le acompaa en numerosos viajes, dos de ellos a Estados Unidos, as comoen el traslado definitivo a ese pas en 1938. Tambin es interrumpido varias veces para atenderla urgencia de escritos sobre temas de la actualidad poltica y la oposicin antifascista.

    Lotte in Weimar es una novela del exilio, y no slo por haber sido escrita en ese periodo. Comomuchas de las novelas histricas del exilio, Lotte in Weimar se hace eco del objetivo de llevar lalucha contra el nazismo al campo de la historia. Se trata de establecer paralelismos, analogas ocontrastes entre situaciones del pasado y la actualidad del presente que ayuden a comprenderste y a trazar alternativas para el futuro3. Asimismo, se tiene el objetivo de combatir la mani-pulacin de la historia y de la cultura alemana que los nazis estaban llevando a cabo, tambin enel campo de la literatura, difamando la tradicin progresista o distorsionndola para reclamar-la como antecedente histrico o ideolgico del nacionalsocialismo. La novela histrica antifas-cista pretenda pues recuperar los contenidos democrticos y progresistas del pasado, hacer-los suyos y utilizarlos como arma defensiva contra el totalitarismo, abriendo as la perspectivaa su superacin.

    En este sentido y dentro de estos objetivos comunes a la novela histrica antifascista del exi-lio, la novela de Thomas Mann contina adems una tendencia ya iniciada por l en los ensa-yos sobre Goethe, y que sin duda se ve tambin reforzada por la reflexin sobre lo mtico queha estado llevando a cabo en Joseph: enfrentar a la mitificacin manipuladora de la figura deGoethe por parte del nacionalsocialismo una imagen realista en la que se destaquen los aspec-tos humanistas y de progreso, sin negar por ello la visin crtica del genio de Weimar.

    En la novela, Thomas Mann opera con la mayor fidelidad posible con los datos histricos ybiogrficos. Slo los altera cuando as lo exige la intencin de la obra, recurriendo en esos casos

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    3 Sobre la discusin en torno al significado de la novela histrica del exilio, cf. p.ej.: Feuchtwanger, L., VomSinn des historischen Romans y Dblin, A., Der historische Roman und wir, ambos en: Loewy, E. (Hg.), Exil.Literarische und politische Texte aus dem deutschen Exil 1933-1945. Stuttgart: Metzler 1979, 872-882.

  • ms que a la invencin al montaje de elementos equiparables. Por ejemplo, en la realidad Lotteno se aloj en el hotel Zum Elephanten, aunque s lo hizo Grillparzer cuando visit a Goetheen Weimar en 1826 (Heftrich 1990: 427). Del mismo modo opera con la figura de Goethe, enun juego que se va complicando en la medida en que la identificacin del autor con su perso-naje se intensifica o distancia. As, muchas de las afirmaciones de Goethe en el gran monlo-go interior del sptimo captulo son citas textuales o testimonios de interlocutores de Goethe,pero Mann las saca de contexto y las combina con otras de modo que lo que resulta no es nece-sariamente Goethe, sino el Goethe de Thomas Mann. Son conocidas sus palabras durante laredaccin de este captulo: Ich schreibe sehr langsam an dem Kapitel und geniesse dieIntimitt, um nicht zu sagen: die unio mystica, unbeschreiblich. (Diersen 1975: 273).

    Este procedimiento permite que determinadas opiniones de Goethe o de los otros persona-jes adquieran un significado actual, aunque se refieran a hechos histricos. Se establece de estemodo una red de relaciones entre pasado y presente en virtud de la cual stos se iluminan rec-procamente, posibilitando una profundizacin en el anlisis de los orgenes histricos del pre-sente como factor que puede contribuir a su superacin. Por ejemplo, las guerras de liberacinfrente a Napolen son vistas como el nacimiento de un exarcebado sentimiento nacionalista,al que se une un espritu retrgrado y provinciano. El patriotismo despertado por este senti-miento nacionalista es ensalzado por el personaje de Adele Schopenhauer en tonos querecuerdan el estilo del nacionalsocialismo: [...] die heroische Reinigung des Volkskrpersvon allem Flitter und Tand der Gesinnung und der Sitten und seine Sthlung fr den einstigenTag des Ruhmes, der den Sturz der Fremdenherrschadt, den Aufgang der Freiheit bringenwrde. [...] es galt der Entsagung, der Bereitschaft zum Opfer, der zuchtvollen Gemeinschaft,dem Leben frs Vaterland (139)4.

    Goethe aparece como el gran contrapeso a este nacionalismo por su negativa a participar enla coartada ideolgica de los Dichter und Denker, algo que tanto Adele como el secretarioRiemer, que defienden esta ideologa y quisieran contar a Goethe entre los suyos, no puedendejar de criticar: Ich muss nicht sagen, dass unser Geistesheld, der Stolz Deutschlands, derden Ruhm der Nation so herrlich gemehrt, weder den Gram edler Herzen ber den Fall desVaterlandes, noch den Enthusiasmus, der uns anderen allen fast die Seele sprengen wollte, alsdie Stunde der Befreiung zum Schlagen ansetzte, je irgend geteilt hat, dass er sich gegen beideskalt abweisend verhielt und uns sozusagen vor dem Feinde im Stich liess. (149)

    Thomas Mann no silencia la admiracin de Goethe por Napolen, ni su defensa de la sobe-rana de los prncipes territoriales, ni otros aspectos ms negativos para el lector actual y parael coetneo, como por ejemplo la defensa de la censura. Pero paralelamente a esto, tomandocrticas de Goethe sobre los alemanes y el nacionalismo, o sus ideas sobre cosmopolitismo yentendimiento entre los pueblos, construye un discurso en el que se profetiza el desvaro del

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    4 Todas las citas de Lotte in Weimar se hacen segn la edicin incluida en la bibliografa, indicndose slo elnmero de pgina.

  • nacionalsocialismo. As, por ejemplo, ante las manifestaciones patriticas de un profesor deinstituto, el Goethe de Thomas Mann afirma:

    [...] aber der Freiheitssinn und die Vaterlandsliebe [...] laufen Gefahr und sind jeden Augen-blick im Begriffe, zur Fratze zu werden. [...] Der Deutsche, statt sich in sich selbst zu beschrn-ken, muss die Welt in sich aufnehmen, um auf die Welt zu wirken. Nicht feindselige Absonde-rung von anderen Vlkern darf unser Ziel sein, sondern freundschaftlicher Verkehr mit allerWelt, Ausbildung der gesellschaftlichen Tugenden, auch auf Kosten angeborener Gefhle [...]Ich weiss, Sie meinen es gut. Aber es gut und rein zu meinen, gengt nicht; man muss auch dieFolgen abzusehen vermgen seines Betreibens. Vor dem Ihrigen graut mir, weil es die nochedle, noch unschuldige Vorform ist von etwas Schrecklichem, das sich eines Tages unter denDeutschen zu den grassesten Narrheiten manifestieren wird [...] (151 s.).

    Ms adelante, entre los diferentes temas que pasan por la cabeza de Goethe en el largo mon-logo interior del sptimo captulo, est el de la Distanz vom Deutschen. Conviene aqurecordar que desde el principio del exilio, y pese al carcter profundamente heterogneo de stetanto en lo ideolgico como en las tendencias artsticas, s hay una conciencia general de que losexiliados son los representantes y continuadores de la verdadera Alemania y de su tradicin cul-tural, la del humanismo alemn representado universalmente de modo ejemplar por Goethe ySchiller, y no la Alemania de Hitler, que es la de la barbarie. Se trata de una afirmacin de iden-tidad nacional y cultural tanto ms necesaria cuanto que los exiliados haban sido despojados desu nacionalidad por el Tercer Reich, convirtindose as en aptridas, vaterlandslose Gesellen,segn un vocabulario ya utilizado en el siglo XIX. La autoafirmacin de identidad se haceimprescindible sobre el teln de fondo de su prdida.

    El monlogo interior de Goethe es expresin de este conflicto: Aber dass sie die Klarheithassen, ist nicht recht. Dass sie den Reiz der Wahrheit nicht kennen, ist zu beklagen, -dassihnen Dunst und Rausch und all berserkerisches Unmass so teuer, ist widerwrtig, -dass siesich jedem verzckten Schurken glubig hingeben, der ihr Niedrigstes aufruft, sie in ihrenLastern bestrkt und sie lehrt, Nationalitt als Isolierung und Roheit zu begreifen, -dass siesich immer erst gross und herrlich vorkommen, wenn all ihre Wrde grndlich verspielt, undmit so hmischer Galle auf die blicken, in denen die Fremden Deutschland sehen und ehren,ist miserabel. Ich will sie gar nicht vershnen. Sie mgen mich nicht - recht so, ich mag sieauch nicht, so sind wir quitt. Ich hab mein Deutschtum fr mich - mag sie mitsamt der bos-haften Philisterei, die sie so nennen, der Teufel holen. Sie meinen, sie sind Deutschland, aberich bins, und gings zugrunde mit Sumpf und Stiel, es dauerte in mir. Gebrdet euch, wie ihrwollt, das Meine abzuwehren, -ich stehe doch fr euch. [...] denn Deutschtum ist Freiheit, Bil-dung, Allseitigkeit und Liebe, - dass sies nicht wissen, ndert nichts daran. (299 s.)

    Es la visin del exilio de las dos Alemanias, trasformada aqu por Thomas Mann en una opo-sicin irreconciliable entre los alemanes, que errneamente creen ser Alemania, y la sim-biosis Goethe/Mann, que son Alemania, en una plena afirmacin de identidad nacional que es

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  • imposible no relacionar con las palabras pronunciadas por Mann al arribar a Estados Unidos,su nuevo pas de acogida: Wo ich bin, ist Deutschland.

    En una carta de 1946 a su hermano Viktor, reconoce Thomas Mann la alusin a Hitler enjedem verzckten Schurken como un descarado anacronismo que se haba permitidoconscientemente pues lo fundamental es la oposicin al fascismo a travs de la autoridad deGoethe. Por otra parte, la visin identificadora se ve favorecida por datos que Thomas Mannencuentra en la bibliografa consultada sobre el sentimiento de aislamiento experimentadopor Goethe en sus aos tardos, incluso ya a partir de la muerte de Schiller, en la hiertica socie-dad de Weimar y que le condujo a un alejamiento de cargos y responsabilidades en una especiede exilio. De aqu la repulsa expresada por Goethe al pueblo alemn que concluye con la dig-nificacin de los exiliados:

    [...] gross durch Verstand und Liebe, durch Mittlertum, durch Geist -denn Mittlertum ist Geist-, so sollten sie [die Deutschen] sein, und das ist ihre Bestimmung, nicht aber als Originalnationsich zu verstocken, in abgeschmackter Selbstbetrachtung und Selbstverherrlichung sich zu ver-dummen und gar in Dummheit, durch Dummheit zu herrschen ber die Welt. Unseliges Volk,es wird nicht gut ausgehen mit ihm [...] Was gilts, das Schicksal wird sie schlagen, weil sie sichselbst verrieten und nicht sein wollten, was sie sind; es wird sie ber die Erde zerstreuen wie dieJuden, -zu Recht, denn ihre Besten lebten immer bei ihnen im Exil, und im Exil erst, in der Zer-streuung werden sie die Masse des Guten, die in ihnen liegt, zum Heile der Nationen entwickelnund das Salz der Erde sein [...] (306 s.).

    El claro contenido antifascista de estos y otros pasajes dio lugar a un episodio que ThomasMann comenta en la Entstehung des Doktor Faustus. Ya durante la guerra circularon clandestina-mente por Alemania algunos ejemplares de la novela. De ella se entresacaron prrafos importan-tes por su crtica a los alemanes o por su contenido antifascista, se copiaron y se distribuyeron bajoel falso ttulo de Aus Goethes Gesprchen mit Riemer. Un ejemplar, o la traduccin de ste, lleg amanos del fiscal britnico en el proceso de Nrnberg, Sir Hartley Schawcross, que lo utiliz en sualegato creyendo que se trataba de afirmaciones autnticas de Goethe. El suplemento literario delLondon Times desvel que no se haba citado a Goethe sino la novela de Thomas Mann, ante lo cualste fue requerido por el embajador britnico en Washington para aclarar lo ocurrido. Y tuvo sinduda la inmensa satisfaccin de afirmar que aunque Goethe realmente no haba dicho lo que elfiscal haba puesto en su boca, sin embargo podra muy bien haberlo hecho, por lo que in einemhheren Sinne Sir Hartley also doch richtig zitiert [habe]. (Mendelssohn 1982: 467).

    Ahora bien, el que consideremos Lotte in Weimar como una obra en la que se refleja la pro-blemtica del exilio de Thomas Mann, no se debe tan slo a la dimensin antifascista evidentey ms inmediata de las afirmaciones, mezcla de Dichtung und Wahrheit como dice el pro-pio Mann (Mendelssohn 1982: 465) que se ponen en boca de Goethe y que convierten a steen autoridad legitimadora, y al tiempo en portavoz, del profundo rechazo de Mann al nacional-socialismo y a la Alemania del Tercer Reich.

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  • Las reflexiones sobre Alemania y la cultura alemana son constantes en el pensamiento deThomas Mann y, como la presencia de Goethe, le acompaan durante ms de medio siglo. Enla medida en que, a partir del proceso de autoindagacin y redefinicin que inician lasBetrachtungen, se va ampliando el espectro de contenidos de la literatura en su vinculacin aotros mbitos de la vida, la consideracin de Thomas Mann respecto a la cultura burguesa y alpapel de Goethe en la tradicin cultural alemana experimenta cambios de perspectiva. A estaevolucin ya se ha hecho alusin ms arriba en relacin con la obra ensaystica de los aos vein-te y treinta y la imagen y funcin de Goethe en esas reflexiones como representante de los valo-res humanistas de la cultura burguesa. En continuidad con esta lnea interpretativa, pero aho-ra desde el mayor compromiso impuesto por el exilio y por el Zwang zur Politik, estara ladimensin de defensa de las posiciones antifascistas de Mann que hemos estado examinando.

    Sin embargo, la experiencia misma del exilio y la expatriacin suscita la necesidad de refle-xionar tambin sobre los aspectos negativos y dficits de esa misma cultura burguesa, que lahistoria ms reciente haba puesto de manifiesto. Y es precisamente la figura de Goethe en Lottein Weimar la que tambin va a permitir, desde la perspectiva de los valores del humanismo, elexamen crtico del papel del artista en la cultura burguesa. Esta doble funcin de Goethe en lanovela se posibilita literariamente por un complejo juego de identificacin y distanciamiento,gracias al cual Thomas Mann lleva a cabo un retrato del gran hombre en el que van unidos laadmiracin y el desvelamiento de miserias. Se tratara de plasmar a Goethe desde lo que se hallamado el modelo del problematischer Heldenportrt (Neumann 2001: 135) llevando acabo una Entheroisierung, in der Geist und Erhabenheit auf ein alltglich gemeinesMenschliches zurckgestellt [wird] (Ludmann 1980: 137). Algo que ciertamente hace mscompleja la relacin entre identificacin y distancia crtica, pues en el estudio de las fuentesMann va encontrando una serie de aspectos problemticos en la personalidad de Goethe quetambin reconoce como propios, sobre todo los que se refieren a la frialdad, a la inhumanidaddel gran hombre y al comportamiento asocial respecto a los que le rodean.

    La estructura de la novela refleja perfectamente esta problemtica en la composicinescnica de los captulos, en los que diferentes personajes hablan de Goethe desde una pers-pectiva ms o menos cercana a ste antes de que l mismo aparezca en escena con el granmonlogo interior del sptimo captulo. Este poliperspectivismo del relato permite no sloun acercamiento paulatino e indirecto al gran hombre, sino tambin que se le vaya cono-ciendo a travs de los efectos y reacciones que genera esa grandeza en los que le rodean. A lolargo de los seis primeros captulos, por la habitacin de Charlotte Kestner en ZumElephanten van desfilando desde los ms lejanos, como el camarero Mager y la cazadora decelebridades Miss Cuzzle, hasta quienes disfrutan de una mayor cercana con el genio deWeimar: el secretario Riemer, Adele Schopenhauer y, finalmente, August von Goethe. Estostres ltimos se sienten utilizados y profundamente humillados por Goethe aunque tambinse encuentran en una relacin de dependencia respecto a l y se atemorizan al exteriorizarestos sentimientos.

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  • La grandeza de Goethe, tambin desde la perspectiva interior del sptimo captulo, se basaen su fantasa, en su inagotable capacidad de creacin, transformacin y renovacin, pero acosta del sacrificio de lo humano. Su reaccin ante la visita de una Lotte por la que han pasadocuarenta y cuatro aos es fra y casi de rechazo, pues viene a perturbar su juego del rejuveneci-miento potico, la imagen de la amada siempre joven, tal y como acaba de recrear en la figurade Marianne von Willemer. El Goethe de Thomas Mann es grande por su arte, pero es inhu-mano, incapaz de amar, transforma su amor en poesa para as ofrecerla al mundo pero no pue-de mantener un amor duradero y estable. (Lehnert 1987: 46 ss.).

    Lotte, que tambin ha sido utilizada como figura y amada literaria, ha tenido sin embargouna vida normal como esposa y madre, lo que la ha preservado de convertirse en una vctimadel juego del arte. Ahora bien, su pretensin de tener un reencuentro con Goethe como ciuda-dano normal y antiguo conocido est condenada al fracaso. En los dos ltimos captulos de lanovela la perspectiva dominante es la de Lotte, lo que en parte le restituye la importancia queparece anticipar el ttulo de la obra. A travs de ella, la representante de la vida normal, la cr-tica de Mann se extiende tambin a una concepcin de la cultura burguesa cuyos integrantesestn dispuestos a someterse a cualquier autoridad, tambin la del poeta, el gran hombre queslo puede serlo gracias a su egocentrismo social. El octavo captulo, en el que se desarrolla lafra y protocolaria comida con que Goethe obsequia a Lotte, es una muestra de este desconsi-derado egocentrismo as como del comportamiento servil de los integrantes del crculo deGoethe. Lotte, desde la superioridad moral de su vida sencilla, se pregunta si esas risas des-proporcionadas no pueden servir ein Bses zuzudecken, das in irgendeinem schrecklichenAugenblick verwahrlost ausbrechen knnte. (377)

    Ciertamente, Mann tambin hace ver la soledad del gran hombre en un entorno mediocre ymezquino, pero en conjunto al lector le resulta difcil identificarse con Goethe. El gran mon-logo interior, que pone de manifiesto su grandeza, tambin permite acceder a sentimientosntimos menos admirables como su satisfaccin por ser favorito de prncipes o por lo biensituado que ha estado respecto las clases altas, ya desde los aos del Werther. Incluso en los esca-sos dilogos de este captulo fundamental se expresa el mismo comportamiento egocntrico yfro que se repite en su trato con quienes le rodean. Es sta una imagen de Goethe en la que sepresenta la variante ms autoritaria y reaccionaria de la cultura burguesa y que tanto en 1939como hoy da despierta el rechazo del lector.

    Sin embargo, es precisamente Lotte la que en el noveno captulo tiende un puente, dandoautoridad a Goethe y abriendo una puerta para que el lector pueda reconciliarse con l. En la fic-cin literaria el acercamiento toma la forma, ciertamente en s problemtica, de un encuentroimaginario. Lotte vuelve del teatro, donde ha asistido a una representacin por invitacin deGoethe, aunque l no ha podido acompaarla. Una vez en el coche que l ha puesto a su disposi-cin, descubre en la oscuridad la figura de Goethe, sentado al fondo. El hecho mismo del dilo-go instaura eine gewisse Harmonie [...], wenn davon die Rede sein kann zwischen einem gros-sen Mann und einer kleinen Frau (399). Ahora bien, esta armona slo tiene lugar en la mente

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  • y en la imaginacin de Lotte, como el mismo Thomas Mann se vio forzado a admitir a disgusto enrepetidas ocasiones: Ich habe ja selber alles im Dunkeln gelassen, im unsicheren Halbdunkelder Wagenlaternen [...] Aber alles wohl betrachtet muss ich gestehen: ein wenig mehr neigt dieSchale nach der Seite des Irrealen (Mendelssohn 1982: 457). Desde el punto de vista del equi-librio estructural de la novela el Geistergesprch es sin duda necesario: Der Leser konntemit der Enttuschung, die das Wiedersehen in G.s Hause mit sich bringt, nicht wohl entlassenwerden; vor allem aber konnte Lotte selbst sich nicht damit zufrieden geben. Ich liess sie de ver-shnende Aussprache selbst aus sich hervorbringen [...] (Mendelssohn 1982: 456).

    El fundamento de la reconciliacin que termina con las palabras de Lotte Friede deinemAlter! (407) es la confesin por parte de Goethe de que el artista no slo sacrifica a su entor-no, sino que l tambin y en primer lugar es sacrificio y renuncia a la vida, consumindose enel mismo fuego en el que consume a los dems. Es, ciertamente, un viejo tema en ThomasMann y un aspecto central de la identificacin con Goethe, pero desde una nueva perspectiva,pues esa legitimacin del artista le viene dada en el dilogo imaginado por quien est repre-sentando a la vida normal. Desde este punto de vista, lo que aqu se est expresando es la con-viccin, madurada a travs del tiempo y la vivencia histrica, de la insoslayable vinculacinentre arte, humanidad y vida. El arte, en definitiva, necesita una legitimacin que slo le pue-de venir de la vida y de unos valores en cuyo centro se sita al ser humano, pues el arte no esalgo que pueda existir por s mismo.

    Thomas Mann no pretende presentar a Goethe como modelo. Pese a toda su admiracin porl, Mann mantiene una visin crtica, que tambin es autocrtica, ante una concepcin inhu-mana y egocntrica del artista, pero tambin respecto a una tradicin cultural que consideragrande a alguien que slo puede adquirir su grandeza al precio de la insuficiencia social. Es unatradicin cultural de la que Mann se sabe parte, pero tambin es la tradicin que le ha empuja-do al exilio. Su cuestionamiento en Lotte in Weimar habra de ser considerado pues como elcomienzo de un proceso crtico respecto a una determinada evolucin de la cultura y la pocaburguesa que culminar en el radical ajuste de cuentas que lleva a cabo con esa tradicin en suobra ms representativa del exilio, el Doktor Faustus. En este sentido, es tambin un paso msen el intento de Mann de construir su vida y su obra desde una comprensin del arte que noconduzca a un esteticismo egosta, y por tanto peligroso, sino hacia unos espacios de libertadartstica y humana compatibles con la exigencia tica.

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