Upload
others
View
2
Download
0
Embed Size (px)
Citation preview
Expediente N° 2016-330 Sentencia N° 2016-395
Voto N° 2016-449
Sentencia 2016-395. Tribunal Aduanero Nacional. San José, a las nueve horas con cincuenta y cuatro minutos del tres de noviembre de dos mil dieciséis.
Recurso de apelación por RAS, cédula 02-0000-0000, contra la resolución de la Aduana de
Peñas Blancas número RES-APB-DN-363-2015 del 16 de noviembre de 2015.
RESULTANDO:
I.- Que la Aduana de Peñas Blancas en la persona de su Subgerente licenciado Juan Carlos
Aguilar Jiménez y mediante la resolución impugnada número RES-APB-DN-363-2015 del 16 de noviembre de 2015 encontró al encartado RAS, culpable de cometer una infracción
tributaria y le impone una multa de ¢2.517.861.44. (Ver folios 107-112)
II.- Que Ronald Acuña Salas, contra la resolución mencionada en el resultando anterior
interpuso recurso de apelación para ante esta instancia sin especial petitoria más que la de
trámite ante el superior. (Ver folio 117)
III.- Se apersona la recurrente para ante esta instancia y solicita se declare la nulidad del
procedimiento incoado y sus actos. (Ver folios 125-128)
IV.- En la tramitación del asunto se han respetado los procedimientos legales.
Redacta el Máster, Licenciado Dick Rafael Reyes Vargas y,
CONSIDERANDO:
1
Expediente N° 2016-330 Sentencia N° 2016-395
Voto N° 2016-449
I.- Objeto del recurso. Radica la inconformidad de la recurrente RAS, con el hecho de que
se le encuentre culpable de cometer una infracción tributaria y le impone una multa de
¢2.517.861.44, a contrapelo, según su argumento, de los principios de legalidad y tipicidad.
II.- Admisibilidad del recurso de apelación El artículo 198 de la Ley General de Aduanas
regula los presupuestos procesales, de legitimación y término de interposición del recurso de
apelación. En tal sentido dispone el citado artículo que contra la resolución dictada por la
Aduana, incluyendo el resultado de la determinación tributaria, cabe recurso de
reconsideración y apelación ante este Tribunal, el cual debe interponerse dentro de los
quince días siguientes a la notificación. Así las cosas, siendo en el caso la resolución
recurrida se notificó el día 15 de mayo de 2016, y el recurso de apelación interpuesto el día
26 siguiente, (Ver folios 113-117) se cumple el requisito de temporalidad. Asimismo la
impugnación la interpone el recurrente en su condición de parte, razón por la cual se
cumplen los requisitos para tener por admitida la apelación.
III.-Hechos ciertos. De interés para lo que se resuelve, se tienen por demostrado los
siguientes hechos:
1.- Con resolución número RES-APB-DN-AP-028-2014, del 06 de junio de 2014, la
Aduana de Peñas Blancas, en la persona de su Gerente el licenciado Wilson Céspedes
Sibaja, inicia procedimiento administrativo al señor RAS, cédula 02-0000-0000. Consta
así en la resolución de cita en el encabezado de la misma, Considerando III y la parte
dispositiva.
2.- Al dictar el acto final mediante resolución número RES-APB-DN-363-2015 del 16 de noviembre de 2015 encontró al encartado RAS, culpable de cometer una infracción
tributaria y le impone una multa de ¢2.517.861.44. Consta así en la citada resolución
visible a folios 107-112)
2
Expediente N° 2016-330 Sentencia N° 2016-395
Voto N° 2016-449
3.- Que la multa pretendida en el acto inicial, e impuesta en el acto final y, señalada en
el hecho probado anterior, tiene como sustento el tipo penal contenido en el numeral
242 bis en concordancia con el 211.a) de la Ley General de Aduanas.
IV.- Nulidad de lo actuado. En primer término debe avocarse el Colegiado a revisar la
actuación administrativa, determinando si en la especie se respetan los principios procesales
esenciales de todo proceso administrativo, el cual debe regirse por los principios de
legalidad y debido proceso, porque se debe garantizar la defensa plena de los intereses del
administrado, dado que el agente solicita la nulidad por carecer el ajuste de los criterios
técnicos y motivación requerida para tales efectos. En este sentido se analizará en el caso la
existencia o no de nulidades, puesto que el acto debe ser dictado conforme el ordenamiento
jurídico, tanto en sus elementos esenciales como formales, puesto que lo contrario
provocaría vicios que afecten su validez. En línea con lo indicado y respetando la
jurisprudencia de la Sala Constitucional, que señala que no se puede declarar la nulidad por
la nulidad misma, si no que antes de anular un acto, debe evaluarse y considerarse si
ocurren errores procedimentales, que imposibilitan el ejercicio de defensa, ya que es el
presupuesto válido para tener que declararla según lo ordena el artículo 223 Ley General de
la Administración Pública.
Hechos acusados. Se endilga y condena al recurrente por eludir el control aduanero al ser
quien introdujo ilegal o ilícitamente a/y en territorio aduanero nacional el vehículo marca
Mitsubishi, modelo Montero, estilo Sport XS, año modelo 2001, VIN JA4MT31R21P063093.
Conducta que, al ser contraria a lo dispuesto en los numerales 37 del CAUCA III, 2 y 79 de
la Ley General de Aduanas y 211 del Reglamento a esta última, se sanciona en conformidad
con los numerales 242 bis y 211 incisos a) de la Ley General de Aduanas con una multa que
debe equivaler a su valor en aduana. Consta lo anterior en las resoluciones de inicio y final
del procedimiento que se conoce.
3
Expediente N° 2016-330 Sentencia N° 2016-395
Voto N° 2016-449
Tipo penal aplicado. En razón a los hechos la Administración estima que tales configuran o
encuadran en el tipo penal contenido en el artículo 211 en sus incisos a) y b) pero que en
razón a la cuantía de los tributos evadidos aplican las disposiciones del numeral 242 bis,
ambos de la Ley General de Aduanas.
En efecto, conforme los hechos endilgados y por lo cuales la Administración condenó el
asunto puede ser tipificado en el numeral 211 de la Ley General de Aduanas en su inciso a)
en tanto el mismo sanciona la introducción a territorio nacional de mercancías eludiendo el
control aduanero y en su inciso b) sanciona el transporte dentro del territorio nacional de
mercancías introducidas en él eludiendo el control aduanero. Por su parte el artículo 242 bis
sanciona estas mismas conductas, solo que en razón a la cuantía cuando el valor aduanero
de las mercancías no supere los $50.000 pesos centroamericanos, el legislador decidió
aplicar otra pena, a saber la de multa, equivalente al valor aduanero de las mercancías y
además al calificar el ilícito como infracción tributaria entendemos que dispone el ente
legislativo además que la mismas sean juzgadas en sede administrativa de conformidad con
la norma del artículo 231 ibídem.
En efecto, el inciso a), que es al cual más hace referencia el A Quo, requiere que tal
introducción se realice eludiendo el control aduanero, verbo que implica según la Real
Academia “Evitar con astucia una dificultad o una obligación”. Tal acción de eludir una
obligación, a saber la de hacer aduana, eludiendo o evadiendo a la autoridad y sus
controles, es lo propio del delito de contrabando. Así las cosas, la culpabilidad es
necesariamente dolosa, se busca el resultado dañoso y por ello es obligación de la
administración acreditar los elementos esenciales del delito, o para el caso, de la “infracción
tributaria aduanera” y para ello debe no solo desarrollar la forma y los medios “el inter
criminis” sino y además demostrar los aspectos esenciales.
Para el caso y contestes con el elenco de hechos tenidos por demostrados por el A Quo en
dicho acápite que corresponde a la tercera de las consideraciones es que su representante,
no el directamente (y recordemos aquí que en materia sancionadora se es, autor, que
incluye al intelectual, coautor o participe pero no se comete el delito mediante representante)
el agente de aduana solicita se le autorice la cancelación de los tributos de importación y
4
Expediente N° 2016-330 Sentencia N° 2016-395
Voto N° 2016-449
que es a nombre del imputado, de quien se nacionaliza la mercancía y que bien se puede
aceptar en razón a los documentos aportados que tal es el Propietario y titular de la
mercancía. Para el caso no se tiene por acreditado en ninguno de los hechos tenidos por
demostrados quien y cómo introdujo la mercancía al país mucho menos que haya sido el
endilgado Acuña Salas. En efecto no se investigó o no consta en expediente que se haya
hecho investigación alguna para verificar el lugar de introducción, si fue por el propio puesto
de frontera de Peñas Blancas (aguja Norte) y como evadió allí el control, si declaró o no su
salida en la Aduana Nicaragüense y quién lo hizo, si cruzó furtivamente frontera por otro
lugar y entonces cómo logró evadir el puesto de control de la aguja sur para ingresar al área
de trabajo y control de la Aduana, si llegó al país por otra aduana mediante un certificado de
importación temporal o fue remitido a Peñas Blancas mediante algún tránsito y no hizo
salida, etc., nótese que incluso al decomisarse el vehículo los empleados de la agencia de
aduana que laboran en las instalaciones en que se efectuó el decomiso claramente indican
que es el guarda de dichas instalaciones quien tiene conocimiento de quienes ingresaron el
vehículo, por demás lógico, sin que nadie intentara siquiera tomar declaración a dicho
guarda para verificar cuando cómo y en la persona de quien se dio el arribo del vehículo.
Por lo señalado es claro que la resolución inicial y final no se ajustan a los hechos, sino y
además la motivación resulta contradictoria y carente de prueba en los aspectos
configurativos del ilícito y por ello es que el Tribunal resuelve en conformidad, admitiendo el
recurso con sustento en el numeral 175 de la Ley General de la Administración Pública y
declarando la nulidad de lo actuado.
Hace notar el Colegiado que en autos se configura el defecto procedimental, que lesiona el
debido proceso e indefensión del recurrente, y por ello se considera una obligación tener
que declarar la nulidad de todo lo actuado hasta el momento mismo de la comisión del vicio,
o sea al momento en que la Aduana decide iniciar el presente procedimiento en razón del
tipo penal aplicado y del sujeto mencionado como responsable. Lo anterior sin duda genera
indefensión y resulta inaceptable y por ello debe castigarse con la nulidad de lo actuado en
conformidad con los artículos 136, 165 a 172, 223 de la Ley General de la Administración
Pública.
5
Expediente N° 2016-330 Sentencia N° 2016-395
Voto N° 2016-449
POR TANTO:
De conformidad con los artículos 198, 205 a 210 de la Ley General de Aduanas, demás
normativa citada en sentencia, por mayoría este Tribunal declara la nulidad de todo lo
actuado a partir del acto inicial inclusive y se ordena la devolución del expediente a la oficina
de origen. Voto salvado de la licenciada Contreras Briceño quien otorga audiencia oral y
privada a las partes para que formulen conclusiones finales. También salva el voto el
Licenciado Soto Sequeira quien declara la nulidad del acto final, resolución número 363-
2015 del 16 de noviembre, inclusive.
Notifíquese al recurrente en cualquiera de los medios señalados a saber los correos electrónicos [email protected] o [email protected]; y a la Aduana de Peñas Blancas por el medio disponible.
Loretta Rodríguez MuñozPresidenta
Elizabeth Barrantes Coto Alejandra Céspedes Zamora
Dick Rafael Reyes Vargas Desiderio Soto Sequeira
Luis Alberto Gómez Sánchez Shirley Contreras Briceño
6
Expediente N° 2016-330 Sentencia N° 2016-395
Voto N° 2016-449
Nota de la Licenciada Rodríguez Muñoz. Comparte la suscrita el por tanto al cual se arriba
en la especie, de declarar la nulidad de todo lo actuado a partir del acto inicial inclusive, pero
considera que deben establecer una serie de aspectos en los cuales resulta omisa la
actuación de la Autoridad Aduanera, máxime al encontrarnos ante el ejercicio de la potestad
sancionadora otorgada a la Administración, mediante la cual se pueden imponer sanciones a
los administrados por las transgresiones que del Ordenamiento Jurídico éstos cometan, pero
únicamente cuando previamente se encuentren tales conductas tipificadas como infracción a
través de un tipo legal, siendo la imposición de una sanción administrativa el resultado de la
transgresión de una norma previamente establecida, con la anterior verificación y respaldo
de los elementos fácticos y normativos que justifiquen dicho accionar.
De esta forma, al tratarse el objeto de la presente litis de la posible aplicación de una
sanción, al estimar la Aduana que se ha cometido una infracción contraviniendo o
vulnerando las disposiciones del régimen jurídico imperante en la materia, debe tenerse
presente que si bien la normativa aduanera faculta para imponer sanciones a quienes
resulten responsables de su comisión, en específico los artículos 6, 13, 24 inciso i), 231 a
235 LGA y concordantes de su Reglamento (en adelante RLGA), dentro del procedimiento
sancionatorio aplicable en sede administrativa deben respetarse una serie de principios y
garantías constitucionales del Derecho Penal, pero con sus respectivos matices. Dentro de
dichos principios se encuentran como fundamentales la tipicidad, antijuridicidad y
culpabilidad, como delimitadores de las normas del Derecho Penal.
Los referidos principios obligan a que se haga un análisis jerarquizado de sus componentes,
partiendo de la tipicidad, pues solo la conducta típica puede servir de base a las posteriores
valoraciones, correspondiendo seguidamente el examen de antijuridicidad, es decir, si la
conducta típica fue realizada o no conforme a derecho violentando un bien jurídico protegido,
y si existiera alguna causa de justificación se excluye la infracción, finalmente, una vez
justificado que la conducta es típica y antijurídica, se debe comprobar si el sujeto activo de la
infracción imputada poseía las condiciones mínimas indispensables para atribuirle el hecho y
7
Expediente N° 2016-330 Sentencia N° 2016-395
Voto N° 2016-449
haber podido ajustar su conducta a lo establecido por el Ordenamiento Jurídico, es decir, su
culpabilidad; por lo que en autos debía demostrarse, además de la calificación legal del
hecho, (tipicidad objetiva) al menos la culpa del infractor para efectos de determinar si se
cumple o no en la especie con la tipicidad subjetiva.
De esta forma, la Administración puede imponer sanciones a los administrados por las
transgresiones que del Ordenamiento Jurídico éstos cometan, pero únicamente cuando
previamente se encuentren tales conductas tipificadas como infracción a través de un tipo
legal y se hayan cumplido a cabalidad el debido proceso con absoluto resguardo del derecho
de defensa. Por lo tanto, la imposición de una sanción administrativa será resultado de la
transgresión de una norma previamente establecida y de la necesaria violación del bien
jurídico protegido por la misma, todo lo cual ha de encontrarse debidamente justificado por parte del ente que pretende aplicar la potestad sancionadora, situación que no se
cumple en relación a la imposición de la sanción de marras.
Para el caso concreto, el A Quo estaba en el deber de establecer de forma clara y precisa
los hechos, conductas u omisiones atribuibles en relación al tipo sancionador, precisamente
para permitirle al imputado, formular una defensa adecuada y atinente al cuadro fáctico
acusado, con el fin de respetar el debido proceso y el derecho de defensa que rigen este tipo
de procedimientos administrativos, tal y como se señaló supra.
Contrariamente a lo expuesto, en la especie la Aduana obvia establecer las justificaciones
de las circunstancias de modo, tiempo y lugar que respaldan el hecho de que el vehículo de
referencia se encontraba estacionado en el parqueo del auxiliar de la función pública Rafael
Loría Campos, básicamente cómo ingresó dicho automotor al país, aspecto trascendental
para la imputación de referencia, siendo que la Autoridad Aduanera se limita a establecer
que el mismo estuvo por varios meses en el referido parqueo, y que dicha mercancía se
adquirió sin haber cumplido las formalidades de importación y evadiendo el control
aduanero, pero sin brindar los motivos que llevan lógicamente a tal conclusión, y que
precisamente en ellos radica la imputación.
8
Expediente N° 2016-330 Sentencia N° 2016-395
Voto N° 2016-449
Nótese que las omisiones justificadoras de la Aduana, repercuten al momento de establecer
el elemento subjetivo del tipo imputado, dado que al no tenerse claridad de cómo ingresó el
vehículo, se carece de seguridad jurídica para lograr una valoración de la conducta del
posible infractor, entendida como la voluntad del sujeto que cometió la conducta tipificada,
su intención o bien la previsibilidad que él mismo tuvo del resultado final. Es importante
recordar que dada la naturaleza del procedimiento que nos ocupa, la carga de la prueba no
corresponde al investigado, sino a la Administración, máxime que en la especie se le está
imponiendo una sanción al administrado.
Todo lo anteriormente expuesto respalda la inconsistente e insuficiente motivación que le ha
provocado indefensión a partir del inicio mismo del procedimiento sancionatorio, donde dicha
actuación vicia de nulidad todo el procedimiento, por lo que no puede este Colegiado ante
tales insuficiencias, dejar de advertir el vicio grave en las presentes actuaciones del A quo y
declarar la nulidad de todo lo actuado a partir del acto inicial inclusive.
Loretta Rodríguez Muñoz
Voto salvado del Licenciado Soto Sequeira. Con el debido respeto salvo el voto número
449-2016 de las 09:54 horas del 03 de noviembre de 2016, dictado en expediente 330-
2016, resolución 395-2016 dentro del procedimiento sancionador instruido por la Gerencia
de la Aduana Peñas Blancas contra el señor RAS, con el siguiente razonamiento.
Mediante escritos presentados los días 26 de mayo de 2016, y 21 de setiembre de 2016,
según consta a folios 116, 117, 125-128, el señor AS, apela la resolución número RES-APB-
DN-363-2015 del 16 de noviembre de 2015, por medio de la cual la Gerencia de la Aduana
fronteriza le impone una multa por la suma de ¢2.517.861.44, con base en el numeral 242
bis de la Ley General de Aduanas (en adelante LGA), por presumir que ingresó a territorio
9
Expediente N° 2016-330 Sentencia N° 2016-395
Voto N° 2016-449
nacional eludiendo controles aduaneros el vehículo marca Mitsubishi, Montero, año 2001.
(Ver folios 107-113 del expediente administrativo)
Consecuentemente al revisar los autos estimo que incurre la aduana en nulidad por falta de
motivación del acto final, misma que declaro en este momento procesal, en razón de que la
autoridad aduanera instruye, intima e imputa cargos contra la persona llamada a rendir
cuentas dentro del procedimiento sancionatorio, siguiendo el rito establecido en los artículos
234 de la LGA, y concordantes del Reglamento artículos 533 a 535; reconociendo el plazo
para que administrado presentara argumentos, probanzas y defensas pertinentes en
cumplimiento del debido proceso. Sin embargo al adoptar el acto final incurre en ausencia de
motivación a la hora de conocer todos los alegatos, probanzas y argumentos para decidir,
aspecto que conlleva la nulidad del acto recurrido. Ello tomando en consideración que en
este tipo de procesos cuya finalidad es reprimir conductas de personas que incumplen
deberes y obligaciones dispuestas por el régimen jurídico aduanero, se deben satisfacer las
reglas del principio de legalidad, tipicidad y culpabilidad del infractor.
Por consiguiente estimo necesario recordar a la aduana que esta cámara al tutelar la
legalidad de los actos dictados por el Servicio Nacional de Aduanas, ha venido desarrollando
resoluciones en materia sancionadora, que se rige por el principio de legalidad, procurando
respetar principios penales con ciertos matices, propias de la actividad administrativa.
Aspecto avalado y complementado por Tribunales Contencioso Administrativo, quienes por
ejemplo en la sentencia No.041 de 22 de mayo del año 2014, hace referencia la
jurisprudencia dictada por los jueces constitucionales en la sentencia 8193-2000 del 13-09-
2000 de la siguiente forma: “VI. SOBRE EL PRINCIPIO DE RESERVA DE LEY EN LA TIPIFICACIÓN DE FALTAS Y SANCIONES EN EL RÉGIMEN SANCIONATORIO ADMINISTRATIVO. Conforme lo ha sostenido de manera reiterada éste Tribunal, en materia sancionatoria administrativa los principios del derecho penal, son aplicables, pero de manera tamizada en función del principio de legalidad, de toda suerte que su aplicación es parcial en aquellos supuestos en que resulten armónicos o congruentes con la dinámica de la gestión administrativa, particularmente, en la tutela del debido proceso. El derecho administrativo sancionatorio, es entendido como la normativa que utiliza la Administración Pública ante la presunta conducta o hecho que vincula a la trasgresión de una disposición administrativa como
10
Expediente N° 2016-330 Sentencia N° 2016-395
Voto N° 2016-449
supuesto de hecho, una pena o sanción administrativa. Actualmente, los postulados de orden penal son utilizables dentro del procedimiento administrativo de manera matizada, esto es, su aplicación no es plena como sí ocurre en los procesos penales. Lo anterior se justifica en la naturaleza y fines diversos que se presenta entre la potestad sancionatoria penal y la administrativa. Al efecto la Sala Constitucional en la resolución No. 8193-2000 del 13 de septiembre del 2000, ha considerado lo siguiente: " IV.-
Extensión de los principios de la materia penal al campo de las sanciones administrativas. Como reiteradamente ya ha señalado esta Sala, al menos a nivel de principios, no puede desconocerse una tendencia asimilativa de las sanciones administrativas a las penales, como una defensa frente a la tendencia de liberar –en sede administrativa- al poder punitivo del Estado de las garantías propias del sistema penal. Siendo innegable que las sanciones administrativas ostentan naturaleza punitiva, resulta de obligada observancia, al menos en sus líneas fundamentales, el esquema de garantías procesales y de defensa que nutre el principio del debido proceso, asentado principalmente en el artículo 39 de la Constitución Política, pero que a su vez se acompaña de las garantías que ofrecen los artículos 35, 36, 37, 38, 40 y 42 también constitucionales. Así, ya esta Sala ha señalado que "todas esas normas jurídicas, derivadas de la Constitución Política como modelo ideológico, persiguen ni más ni menos que la realización del fin fundamental de justicia que es el mayor de los principios que tutela un Estado de Derecho, en la que se incluyen reglas –principios generales- que tienen plena vigencia y aplicabilidad a los procedimientos administrativos de todo órgano de la Administración, se reitera, pues, los principios que de ella se extraen son de estricto acatamiento por las autoridades encargadas de realizar cualquier procedimiento administrativo que tenga por objeto o produzca un resultado sancionador." (Resolución No.1484-96) "...las diferencias procedimentales existentes entre las sanciones aplicables a infracciones y a delitos, no pueden conducir a ignorar en el ámbito del procedimiento administrativo las garantías de los ciudadanos, en efecto, los principios inspiradores del orden penal son de aplicación, con ciertos matices, al derecho administrativo sancionador, dado que ambos son manifestaciones del ordenamiento punitivo del Estado."(Resolución N° 3929-95). Así, la tendencia inequívoca de este Tribunal ha sido pronunciarse a favor de la aplicación, aunque ciertamente con variaciones, de los principios rectores del orden penal al derecho administrativo sancionador, de manera que resultan de aplicación a las infracciones administrativas mutatis mutandis los principios de legalidad, tipicidad y culpabilidad propios de los delitos." Las anteriores premisas permiten concluir, que ni la aplicación plena de los principios del derecho penal -y mucho menos la norma sustantiva penal-, se presenta en los procedimientos para la aplicación de las sanciones administrativas. Conforme se ha considerado en la doctrina, el principio de legalidad penal comprende una serie de
11
Expediente N° 2016-330 Sentencia N° 2016-395
Voto N° 2016-449
exigencias que se han sistematizado en las siguientes: 1. La garantía criminal (nullum crimen sine lege), expresiva de la necesidad de que sea una norma jurídica, de rango legal, el único vehículo formal capaz de determinar con carácter previo cuándo una conducta merece ser calificada como delito o como infracción administrativa. 2. La garantía penal (nulla poena sine lege), mediante la cual se excluye la imposición de cualesquiera penas o sanciones administrativas que no se hallen predeterminadas legalmente. 3. La garantía jurisdiccional (nulla poena sine iudicium o nemo damnetur nisi per legale iudicium); exigencia que impone el desarrollo de un proceso penal (para los delitos y faltas) o de un procedimiento administrativo sancionador (en el caso de las infracciones administrativas), legalmente establecidos como presupuestos de la imposición de sanciones penales o administrativas. 4. La garantía de ejecución, según la cual no puede ejecutarse ninguna pena o sanción sino en la forma, por los procedimientos y por orden de la autoridad previstos en la Ley. El principio de legalidad en materia sancionatoria implica como garantía material la necesidad de una precisa tipificación de las conductas consideradas ilícitas y de las sanciones previstas para su castigo y como garantía formal, que se encuentren contenidas en una norma con rango de ley formal. Lo anterior, sin perjuicio de que no se encuentra excluida la posibilidad de que cuando la ley defina el núcleo básico calificado como ilícito y los límites impuestos a la actividad sancionatoria, el reglamento desarrolle tales previsiones, actuando como complemento indispensable y dentro de los límites fijados por la norma legal. (Garberí Llobregal (José) y Buitrón Ramírez (Guadalupe). EL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO SANCIONADOR. Volumen 1, 4a edición ampliada y actualizada. Editorial Tirant Lo Blanch. Valencia, 2001. p. 51, 52 y 56). Los citados principios son de aplicación plena a la potestad sancionatoria de la Administración Pública, la cual podrá ser ejercida cuando haya sido expresamente atribuida por una norma con rango de ley, con aplicación del procedimiento previsto para su ejercicio, lo cual dimana de la protección a los derechos constitucionales contenidos en los artículos 39 y 41 de la Carta Magna.”
Tales preceptos normativos son reconocidos por el Poder Legislativo en materia aduanera,
ordenando el procedimiento administrativo por medio del cual la autoridad aduanera, puede
imponer sanciones cumpliendo los presupuestos ordenado en la norma y garantizando a
través de las reglas del debido proceso, tanto el pleno conocimiento de la causa-hechos y
pruebas- como otorgar al presunto infractor los plazos dispuestos por ley a efecto de que
realice una defensa oportuna y adecuada al cuadro fáctico que le haya comunicado
12
Expediente N° 2016-330 Sentencia N° 2016-395
Voto N° 2016-449
En la especie la aduana toma como base legal para imponer la sanción el numeral 242 bis,
que a la letra expresa: “Artículo 242 bis.-Otra infracción administrativa. Constituirá
infracción tributaria aduanera y serán sancionadas con una multa equivalente al valor aduanero
de las mercancías, las conductas establecidas en el artículo 211 de esta ley, siempre que el valor
aduanero de las mercancías no supere los cinco mil pesos centroamericanos o su equivalente en
moneda nacional, aunque con ello no cause perjuicio fiscal y no configure las modalidades de
contrabando fraccionado o defraudación fiscal fraccionada.(Así adicionado por el artículo 5° de la
ley N° 9069 del 10 de setiembre del 2012, "Ley de Fortalecimiento de la Gestión Tributaria") (Así
reformado por el artículo 1° de la Ley para mejorar la lucha contra el contrabando, N° 9328 del 19
de octubre de 2015)”
Sin embargo al dictar la resolución RES-APB-DN-363-2015, cita mínimos motivos de
sanción en el considerando V, folios 109-111 del expediente, constatando el suscrito
defectos evidentes y manifiestos en cuanto a la motivación del acto, privando al investigado
conocer de manera clara, precisa y circunstanciada las razones por las cuáles le impone la
sanción pecuniaria en conformidad con el cuadro fáctico y tipo sancionador tomado como
base por la aduana para reprimir las conductas u omisiones reprochables, así como los
elementos probatorios en que se sustenta y las consecuencias represivas que en cada caso
conllevan, de acuerdo a cada tipo sancionador 242 bis, y con ello se produce la ausencia de
motivación adecuada que exigen estos procesos configurándose la nulidad en los términos
aludidos por el numeral 223 LGAP. Por ello dentro del ámbito de la tipicidad y culpabilidad
que conlleva la en materia sancionadora, resulta indispensable que el órgano público
individualice la acción u omisión que señala el tipo infraccional 242 bis LGA, siendo que el
elemento que determina el sujeto contra el cual se incoará el proceso, viene dado por la
necesaria tipicidad de su conducta ordenada en el numeral 211 de este cuerpo normativo,
distinguiendo quien introduzca o extraiga, mercancías del territorio nacional eludiendo el
control aduanero, transporte, almacene, adquiera, venda, mercancía cualquier clase
eludiendo el control aduanero, por lo que es preciso determinar en cada caso si la conducta
endilgada se adecua a la persona investigada y que le sea atribuible a título dolo o culpa, sin
que concurra ninguna eximente de responsabilidad. Todo ello por cuanto la responsabilidad
13
Expediente N° 2016-330 Sentencia N° 2016-395
Voto N° 2016-449
que se determina en los procedimientos sancionatorios sigue siendo personal, la cual viene
definida por lo que establece el tipo sancionatorio específico. Por todo lo dicho estimo que el
acto final carece de los elementos legales para imponer la sanción investigada en la especie,
a tenor de lo regulado en los artículos 230 a 234, 242 bis de la Ley General de Aduanas y
concordantes de su Reglamento 533 a 535, y 136, 165 a 172, 223 de la Ley General de la
Administración Pública, teniendo que declarar la nulidad del acto final aportado en resolución
RES-APB-363-2015 inclusive.
Desiderio Soto Sequeira
Voto salvado de la Licenciada Contreras Briceño: Me separo del voto de mayoría en el
presente caso, que corresponde a la sentencia número 395-2016, expediente Nº330-2016 de este Tribunal, toda vez que a efecto de una mayor comprensión del planteamiento de
las partes, respecto al asunto sometido a discusión, y en virtud del principio de verdad real
de los hechos establecido por el artículo 214 de la Ley General de la Administración
Pública, la suscrita, en aplicación supletoria del artículo 196 inciso c) de la Ley General de
Aduanas, estima pertinente otorgar a las partes audiencia oral y privada para formular
conclusiones finales.
Shirley Contreras Briceño
14