EL ANILLO MÁGICO En un poblado de la selva africana vivía Aku. Aku era un niño simpático y quiso un buen día para ayudar a su madre ir a la orilla del mar a comprar sal, con el fin de venderla en su poblado. Su madre le dio todo lo que poseía: tres medidas de oro molido. En el camino, Aku se encontró con tres hombres. Al primero le compró un hermoso perro de caza. Al segundo un gato blanco. Y al tercero una paloma muy bonita. Es que le gustaban mucho los animales. Después de pagar todas estas compras, Aku no había llegado aún a la orilla del mar, que era la meta de su viaje y, además, no le quedaba ni un granito de oro. Con un poco de vergüenza, volvió donde la madre. Ésta, aunque era buena y cariñosa, le castigó severamente por haber malgastado toda su pequeña fortuna. Aku se puso muy triste por haber fracasado y no sabía cómo salir del apuro. En esto, la paloma se posó en su hombro y le dijo al oído: -No tengas pena, Aku. Yo no soy una paloma. Soy el jefe de una tribu poderosa. Un mal brujo me ha hechizado. Pero si me llevas a la tribu, recobraré mi verdadera forma y tú recibirás una buena recompensa. Y así fue. Cuando llegaron a la tribu, el pájaro se transformó en hombre y la tribu gritó con alegría: -¡El jefe! ¡Ha vuelto nuestro jefe! 42

Aku fue recompensado como se merecía. Le regalaron varios saquitos de oro molido y joyas para su madre. Además, el brujo del poblado le entregó un anillo que al que lo llevaba le hacía todopoderoso. Aku regresó a su casa, lleno de felicidad, con sus tesoros. Impaciente por probar el poder del anillo, marchó a un gran claro del bosque y pidió: -Anillo, levanta aquí mismo un pueblo muy grande, muy grande. Y en un instante, se levantó una gran ciudad, llena de gente. Aku llegó a ser jefe. Pero un hombre envidioso se enteró del milagro y quiso apoderarse del anillo. Aku se lo quitaba siempre cuando se iba a bañar, y el ladrón supo aprovechar el momento propicio para robárselo. Aku, desesperado por la pérdida de su anillo, consultó al genio de la selva y éste le dijo: -Envía tu perro y tu gato a recoger el anillo allí donde se encuentra. El ladrón se enteró y les tendió una trampa a los dos animales. Dejó en el camino un apetitoso trozo de carne, espolvoreado de polvos mágicos. El gato, que era cuidadoso, dijo: -Esta carne huele mal. No la toquemos. Pero el perro más voraz, se la comió de un bocado, y quedó profundamente dormido. El gato continuó solo el camino. Se las arregló muy bien y con mucha habilidad para recobrar el tesoro de su amo. Luego volvió donde el perro en el momento en que éste se despertaba tranquilamente. De regreso se encontraron con un río muy ancho. El perro, mejor nadador, se puso el anillo en el hocico; pero con tan mala suerte, que se le escapó. 43

El gato sumergió rápidamente su zarpa en la corriente y atrapó un pez: -¡Devuélveme el anillo que ha caído al agua, o te mato! -le amenazó. El pez, asustado, cumplió la orden y trajo el anillo. Al llegar al pueblo, el perro corrió donde su amo Aku y le dijo con mucha hipocresía: -El gato ha comido carne envenenada, y se ha pasado durmiendo todo el tiempo que yo he estado buscando el anillo. Luego lo ha dejado caer al río, y yo he tenido que recuperarlo gracias a mi astucia. . Pero Aku sabía toda la verdad por el genio, y dijo muy severo al perro. -Eres un mentiroso. Has sido tú el que ha hecho esas tonterías, y no el gato. Te voy a castigar. Desde entonces los perros duermen fuera, los gatos tienen derecho a dormir muy calentitos en casa.1

1 Autor: Adaptación del cuento popular africano. Título: El anillo mágico Edit.: Tmún Más

Fecha: 1979 44