4 Eso. Textos de Galdos y Clarin Comentados

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TEMA 2

LITERATURA. EL REALISMO Y EL NATURALISMO. 4 E.S.O.Comentario de textos:

Localizacin Tema resumen estructura (externa e interna): muy completo.

Tipo de narrador personajes lenguaje y estilo rasgos del periodo o movimiento conclusiones.BENITO PREZ GALDS: FORTUNATA Y JACINTA. FragmentoSe consideraba Fortunata en aquel caso como ciego mecanismo que recibe impulso de sobrenatural mano. Lo que haba hecho, hacalo, a juicio suyo, por disposicin de las misteriosas energas que ordenan las cosas ms grandes del universo, la salida del Sol y la cada de los cuerpos graves. Y ni poda dejar de hacerlo, ni discuta lo inevitable, ni intentaba atenuar su responsabilidad, porque esta no la vea muy clara, y aunque la viese, era persona tan firme en su direccin, que no se detena ante ninguna consecuencia, y se conformaba, tal era su idea, con ir al infierno.

Esto de alquilar la casa prxima a la tuyadijo Santa Cruz, es una calaverada que no puede disculparse sino por la demencia en que yo estaba, nia ma, y por mi furor de verte y hablarte. Cuando supe que habas venido a Madrid, me entr un delirio...! Yo tena contigo una deuda del corazn, y el cario que te deba me pesaba en la conciencia. Me volv loco, te busqu como se busca lo que ms queremos en el mundo. No te encontr; a la vuelta de una esquina me acechaba una pulmona para darme el estacazo... ca.

Pobrecito mo!... Lo supe, s. Tambin supe que me buscaste. Dios te lo pague! Si lo hubiera sabido antes, me habras encontrado.

Esparci sus miradas por la sala; pero la relativa elegancia con que estaba puesta no la afect. En miserable bodegn, en un stano lleno de telaraas, en cualquier lugar subterrneo y ftido habra estado contenta con tal de tener al lado a quien entonces tena. No se hartaba de mirarle.

( Qu guapo ests!.

Pues y t? Ests preciossima!... Ests ahora mucho mejor que antes.

Ah!, norepuso ella con cierta coquetera. Lo dices porque me he civilizado algo? Qui!, no lo creas: yo no me civilizo, ni quiero; soy siempre pueblo; quiero ser como antes, como cuando t me echaste el lazo y me cogiste.

Pueblo!, eso esobserv Juan con un poquito de pedantera; en otros trminos: lo esencial de la humanidad, la materia prima, porque cuando la civilizacin deja perder los grandes sentimientos, las ideas matrices, hay que ir a buscarlos al bloque, a la cantera del pueblo.

Fortunata no entenda bien los conceptos; pero alguna idea vaga tena de aquello.

Me parece mentiradijo l, que te tengo aqu, cogida otra vez con lazo, fierecita ma, y que puedo pedirte perdn por todo el mal que te he hecho....

Quita all... perdn!exclam la joven anegndose en su propia generosidad. Si me quieres, qu importa lo pasado?

En el mismo instante alz la frente, y con satnica conviccin, que tena cierta hermosura por ser conviccin y por ser satnica, se dej decir estas arrogantes palabras:

Mi marido eres t... todo lo dems... papas!.

Elstica era la conciencia de Santa Cruz, mas no tanto que no sintiera cierto terror al or expresin tan atrevida. Por corresponder, iba l a decir mi mujer eres t; pero envain su mentira, como el hombre prudente que reserva para los casos graves el uso de las armas.

COMENTARIO

Ten en cuenta que se trata de un texto narrativo, por lo que tendrs que atender a elementos que no suelen aparecer en la poesa lrica (tipo de narrador, personajes, tiempo y espacio). Por el contrario, no hay comentario mtrico, aunque s del estilo.LOCALIZACIN

Se trata de un fragmento de la novela Fortunata y Jacinta, de Benito Prez Galds, autor enmarcado en el realismo, movimiento literario de la segunda mitad del siglo XIX que dio sus mejores frutos precisamente en el gnero novelstico. Dentro de la produccin de Galds, quiz uno de los mejores narradores y de los ms prolficos de la literatura espaola, la obra se sita entre sus novelas espaolas contemporneas. As llam el propio autor a sus obras escritas a partir de La desheredada, en las que logra crear personajes con mucha fuerza y maneja el lenguaje con maestra, como se puede apreciar en el texto elegido, que pertenece al captulo 7, con el que se cierra la segunda parte de las cuatro que tiene la novela.TEMA

El reencuentro de dos amantes: Fortunata, una muchacha humilde, y Juanito Santa Cruz, un seorito casado.RESUMEN

El texto reproduce un dilogo entre infantil y pretencioso que tiene lugar cuando Fortunata y Juan Santa Cruz se reencuentran tras un tiempo sin poder verse. En la sala de una casa alquilada por el joven para estar cerca de su amante, reconocen ambos su deseo de permanecer juntos, si bien la intensidad del sentimiento amoroso parece en la mujer irrefrenable, hasta el punto de desafiar la moral establecida y sus propias creencias, y ms tibia en el galn, que utiliza grandes palabras pero huye del compromiso.ESTRUCTURA

El fragmento consta de varios prrafos entre los cuales encontramos texto del narrador (con l se abre y se cierra, adems de aclaraciones y observaciones intercaladas en el dilogo) e intervenciones de los personajes en estilo directo. En el primer prrafo (lneas 1-9) el narrador explica, en tercera persona, cmo Fortunata justifica sus actos achacndolos a una forma de actuar irreflexiva, fruto de una especie de destino incuestionable. Sabe que su conducta carece de moral y asume su culpa.

Lneas 10 a la 19: dilogo en el que los personajes conversan sobre sus desencuentros anteriores. Santa Cruz le explica su desesperacin al no encontrarla y ella justifica su ausencia.

Lneas 20-24: texto del narrador y discurso indirecto libre. Fortunata observa la estancia y piensa en la intensidad de los sentimientos que en ella despierta Juanito.Lneas 25-38: se retoma el dilogo. Los jvenes se alaban mutuamente y despus hablan acerca de la condicin social de Fortunata, slo que desde diferente perspectiva: la chica se reconoce ineducada pero orgullosa de ser como es, mientras Santa Cruz intenta ensalzar su figura de una forma artificial, mediante conceptos elevados que, como asegura el narrador, ella no llega a entender.

Lneas 39-51: de nuevo palabras de amor y perdn entre ambos. El narrador (lneas 43-45), con cierta irona, intercala sus apreciaciones sobre Fortunata, que acaba presentndose ante su amante como absolutamente dependiente de l, por cuanto nada ms le interesa en la vida. Por ltimo, el narrador valora la postura cobarde e hipcrita del seductor ante el atrevimiento de la mujer.ELEMENTOS DE LA NARRACIN

TIPO DE NARRADOR

Se trata de un narrador en tercera persona, omnisciente: presenta la situacin desde fuera, sin participar como personaje ni como testigo directo, pero conoce lo que piensan y sienten los personajes, sobre cuyas actitudes se permite hacer valoraciones:Se consideraba Fortunata en aquel caso como ciego mecanismo

pero la relativa elegancia con que estaba puesta no la afect. En miserable bodegn

Elstica era la conciencia de Santa Cruz, mas no tanto que

PERSONAJES

En este caso intervienen dos de los protagonistas de la novela, que Galds nos presenta mediante las observaciones que de ellos hace el narrador y a travs de su lenguaje y comportamiento:

Fortunata es una joven humilde, con una educacin deficiente (Lo dices porque me he civilizado algo? Qui! No lo creas), orgullosa de su clase, pese a ello (soy siempre pueblo; quiero ser como antes, como cuando t me echaste el lazo), y absolutamente entregada a su amor por Santa Cruz (Mi marido eres t todo lo dems papas!) hasta el punto que la hacen desentenderse de sus prejuicios morales (y se conformaba, tal era su idea, con ir al infierno). Fortunata se enfrenta a la moral dominante, bastante frrea en la Espaa decimonnica. Antepone su felicidad a las convenciones sociales; incluso entiende civilizarse como un hecho negativo que la hara perder su espontaneidad, aburguesarse.Santa Cruz se nos muestra como el tpico seorito acaudalado (se permite alquilar una casa para tener cerca a la chica), atractivo y conocedor de su capacidad de seduccin. De hecho, Fortunata alaba su aspecto y l, por su parte, sabe jugar con las palabras para mantenerse ante ella querido e inalcanzable a la vez. Tan pronto se expresa de forma que la chica apenas logra entenderlo como coquetea con ella mediante un registro ms coloquial: lo esencial de la humanidad, la materia prima, porque cuando la civilizacin, Me parece mentira que te tengo aqu, cogida otra vez con lazo, fierecita ma. Pero adems, Galds se sirve de la fina irona para diseccionar la figura de Juanito: a diferencia de Fortunata, que, segn el narrador, acta como lo hace porque se ve arrastrada por misteriosas energas que ordenan las cosas ms grandes del universo, su amante maneja su vida y sus sentimientos segn le conviene, como se aprecia en el ltimo prrafo. Es un personaje mucho menos fresco y espontneo que Fortunata, un hombre convencional e hipcrita.LENGUAJE Y ESTILO

Como es habitual en esta etapa, el mayor mrito del escritor es adecuar el lenguaje al personaje que lo usa: son los llamados dilogos veristas. Pero no slo en funcin de su clase social y sus conocimientos, sino tambin de su diferente temperamento. Apreciamos diferencias entre el tono natural y espontneo de Fortunata, en cuyas expresiones encontramos rasgos propios del registro coloquial (interjecciones que intensifican la negacin - qui!, Quita all, papas! diminutivos apreciativos - pobrecito!- entonacin exclamativa, frases hechas - Dios te lo pague!, Me echaste el lazo, - formas intensificadoras - Qu guapo ests!), y el uso de Santa Cruz que, aun siendo tambin coloquial en el proceso de seduccin amorosa, se caracteriza por el empleo de vocablos abstractos (demencia, delirio, furor vase la intensidad amorosa que pretende dar a entender- civilizacin, humanidad, ideas matrices) e incluso metforas: la cantera del pueblo, darme el estacazo Un registro, pues, ms retrico, incluso algo relamido.No olvidemos que los que hablan son, en todo caso, dos enamorados, de ah los diminutivos, las exclamaciones, las expresiones pueriles.

En el texto del narrador cabe sealar sus observaciones irnicas, a veces sustentadas en metforas y smiles: pero envain su mentira, como el hombre prudente que reserva para los casos graves el uso de las armas.

Dentro de las TCNICAS NARRATIVAS, adems del ya mencionado narrador omnisciente, destacamos el empleo de diferentes puntos de vista: por ejemplo, cuando se describe la sala, se hace desde la perspectiva de Fortunata. Esta cesin del foco llega en algn momento a convertirse en estilo indirecto libre (lneas 8-9, lneas 21-24).

En cuanto al ESTILO, recordemos que la novela realista huye de la retrica innecesaria. Se busca una prosa exacta, no engolada ni ornamental. De hecho, las figuras empleadas (algunas metforas, ya mencionadas, alguna hiprbole anegndose en su propia generosidad algn smil como el hombre prudente que-, algn hiprbaton En miserable bodegn, en un stano) tienen como propsito precisar actitudes y sentimientos, en esa observacin minuciosa de la realidad tan querida por los novelistas del Realismo. RELACIN DEL TEXTO CON SU CONTEXTO

Se pueden apreciar diversos RASGOS REALISTAS / NATURALISTAS en este fragmento. Mencionaremos los ms destacables:

(Podis obtenerlos del comentario, una vez hecho; si ya habis mencionado ejemplos a lo largo del mismo, no es necesario volverlos a citar aqu) Ya por el hecho de estar ante un fragmento de una novela, nos movemos en el terreno preferido por los realistas. Es la novela el mejor gnero para diseccionar la sociedad de su tiempo, en especial la clase media enriquecida, representada por Juanito Santa Cruz.

El propsito de crtica social, desde una perspectiva ideolgica progresista en el caso de Galds, se aprecia en la forma de ironizar acerca del comportamiento del don Juan, falso y pedante. La preferencia por el narrador omnisciente, habitual en muchas novelas de la poca y del propio Galds.

El uso magistral de los dilogos, en los que se reproduce el habla adecundola al tipo de personaje, es uno de los rasgos fundamentales del realismo galdosiano. Sobre todo destaca la soltura con que se reproduce el registro coloquial. La observacin y descripcin minuciosa de la realidad. En el fragmento que nos ocupa predomina la etopeya sobre la prosopografa: son los propios personajes los que ensalzan mutuamente su aspecto fsico; es el narrador quien analiza su comportamiento. El estilo sencillo y sobrio, que huye de la retrica.

Por otra parte, pese a la deseada objetividad del relato realista, a Galds le resulta inevitable mostrar su cercana con los personajes ms desfavorecidos, aunque, como en este caso, se trate de una mujer atrevida y que propicia un adulterio. Fortunata es espontnea, fresca, apasionada y sufridora, lo que la convierte, a los ojos del narrador, en un personaje mucho ms interesante que el pedante de Juanito Santa Cruz.

LEOPOLDO ALAS CLARN: LA REGENTA. FragmentoEch a correr monte arriba. Pero ese hombre est loco!, pensaba Quintanar, que le segua jadeante, con un palmo de lengua colgando y a veinte pasos otra vez. El Magistral procuraba orientarse, recordar por dnde haba bajado pocas horas antes de la casa del leador. Se perda, confunda las seales, iba y vena... y don Vctor detrs, librndose de las araas como de leones, de sus hilos como de cadenas. Lo mejor es subir por la mxima pendiente, ello est hacia lo ms alto... pero arriba hay meseta, vaya usted a buscar.... Se detuvo. Como si nada hubiera dicho don Vctor, con cara amable y voz dulce y suplicante advirti: Seor Quintanar, si queremos dar con ellos tenemos que separarnos; hgame usted el favor de subir por ah, por la derecha... Don Vctor se neg, pero el Magistral insistiendo, y con alusiones embozadas al miedo positivo de su compaero, logr picar otra vez su amor propio y le oblig a torcer por la derecha. Entonces, en cuanto se vio solo, De Pas subi corriendo cuanto poda, tropezando con troncos y zarzas, ramas cadas y ramas pendientes... Iba ciego; le daba el corazn, que reventaba de celos, de clera, que iba a sorprender a don lvaro y a la Regenta en coloquio amoroso cuando menos. Por qu? No era lo probable que estuvieran con ellos Paco, Joaqun, Visita, Obdulia y los dems que haban subido al bosque?. No, no, gritaba el presentimiento. Y razonaba diciendo: don lvaro sabe mucho de estas aventuras, ya habr l aprovechado la ocasin, ya se habr dado trazas para quedarse a solas con ella. Paco y Joaqun no habrn puesto obstculos, -447- habrn procurado lo mismo para quedarse con Obdulia y Edelmira respectivamente. Visitacin los habr ayudado. Bermdez es un idiota... de fijo estn solos. Y vuelta a correr cuanto poda, tropezando sin cesar, arrastrando con dificultad el balandrn empapado que pesaba arrobas, la sotana desgarrada a trechos y cubierta de lodo y telaraas mojadas. Tambin l llevaba la boca y los ojos envueltos en hilos pegajosos, tenues, entremetidos. Lleg a lo ms alto, a lo ms espeso. Los truenos, todava formidables, retumbaban ya ms lejos. Se haba equivocado, no estaba hacia aquel lado la cabaa. Sigui hacia la derecha, separando con dificultad las espinas de cien plantas ariscas, que le cerraban el paso. Al fin vio entre las ramas la caseta rstica... Alguien se mova dentro... Corri como un loco, sin saber lo que iba a hacer si encontraba all lo que esperaba..., dispuesto a matar si era preciso... ciego... Jinojo! que me ha dado usted un susto... grit don Vctor, que descansaba all dentro, sobre un banco rstico, mientras retorca con fuerza el sombrero flexible que chorreaba una catarata de agua clara. No estn! dijo el Magistral sin pensar en la sospecha que podan despertar su aspecto, su conducta, su voz trmula, todo lo que delataba a voces su pasin, sus celos, su indignacin de marido ultrajado, absurda en l.

COMENTARIO

TEMA

La bsqueda infructuosa de Ana Ozores por parte de su marido y el magistral.

RESUMEN

El fragmento recoge la desesperacin de don Fermn de Pas, Magistral de Vetusta, al no encontrar a Ana Ozores, a la que supona a solas con lvaro Mesa, su rival. Se describen las actitudes opuestas y sorprendentes de don Vctor, marido de Ana, y el propio Fermn durante la bsqueda por el monte: moderada y tibia, la del primero; obsesiva y angustiada la del segundo.

ESTRUCTURA

El texto se presenta dividido en once prrafos de diferente extensin. En ellos se alternan el texto del narrador que recoge los pensamientos de Fermn- y las intervenciones de los personajes, en estilo directo. De todos ellos el prrafo ms largo es el octavo (Entonces, cuando se vio solo), que recoge los pensamientos del Magistral, cuya desesperacin es, en realidad, el motivo temtico fundamental del fragmento.Lneas 1-13: Se inicia la bsqueda. En estas lneas se describe lo intrincado del camino y se nos dan a conocer las diferentes posturas del esposo y el confesor ante la desaparicin de Ana. Es el sacerdote quien dirige las operaciones, pese a no saber realmente por dnde buscar, mientras don Vctor se muestra sorprendido y a duras penas lleva el ritmo de su compaero, quien al final logra deshacerse de l envindolo por otra senda.

Lneas 14-24: Ya en soledad, Fermn no tiene que disimular su zozobra: est desesperado porque teme que Ana est siendo enamorada por don lvaro. Contrasta la lucidez de su razonamiento con lo atropellado de su proceder. Destaca la minuciosa descripcin de su aspecto, que resulta casi cmico.

Lneas 25-35: Don Fermn llega a lo ms alto del monte, no encuentra a la Regenta, oye ruidos en la cabaa, irrumpe en ella enloquecido y asusta as a don Vctor, que se hallaba en ella descansando. El Magistral se muestra indignado, sin reparar en lo sospechoso de su conducta.TIPO DE NARRADOR. TCNICAS NARRATIVASSe trata de un narrador en tercera persona, omnisciente, tan del gusto de los escritores realistas. El narrador conoce los pensamientos ms ntimos de los personajes, tal como se aprecia en todo el texto, fundamentalmente en el prrafo ocho.Adems del texto del narrador (El Magistral procuraba orientarse, recordar por dnde), encontramos estilo directo (Pero este hombre est loco!, pensaba Quintanar; - Seor Quintanar, si queremos dar con ellos, etc.) y estilo indirecto libre, que aproxima la perspectiva del narrador a la del propio personaje, indagando ms profundamente en sus reflexiones: Por qu? No era lo probable que estuvieran con ellos Paco, Joaqun, Visita, Obdulia y los dems que haban subido al bosque?PERSONAJES

Adems de los aludidos, que no llegan a intervenir (la propia Ana, Obdulia, Joaqun, etc.), en el texto hay dos personajes:

Don Vctor Quintanar, esposo de Ana Ozores. Se presenta como un hombre tranquilo que se ve superado por las circunstancias. Se deja arrastrar por Fermn, sin llegar a comprender el motivo de su prisa y de su rabia. En algn momento nos puede parecer un hombre dbil, sin carcter, vctima de su propia bondad.Don Fermn de Pas: vehemente, celoso, colrico y apasionado. Su inquietud, su nerviosismo se muestran en sus acciones (iba y vena, se perda, confunda las seales). Pero es capaz de disimular su desasosiego para librarse de don Vctor, presentar una cara amable y una voz dulce y suplicante, con lo que apreciamos su hipocresa, su capacidad de manipulacin. Sabe ser fro, pues, cuando es preciso para obtener sus fines. Es tenaz, hbil y astuto (aludiendo al miedo hace que don Vctor acte como a l le conviene), pero su propia pasin lo ofusca, su excitacin le quita eficacia y le hace comportarse como un loco enajenado e impulsivo. Hay un obstculo para sus deseos: su condicin de eclesistico, simbolizado este obstculo en su balandrn, que no le permite moverse con libertad.

Clarn se sirve, pues, de varios procedimientos para presentarnos a sus personajes:

Sus pensamientos, sus reflexiones. En el caso de Fermn, personaje ms importante del fragmento y a quien dedica especial atencin; por ello su caracterizacin es ms profunda. Es un personaje ms complejo que Vctor.Sus intervenciones: apreciamos en ellas la inocencia del esposo y la falsedad, la doblez y la astucia de Fermn.

La descripcin de su aspecto se convierte en smbolo de su personalidad: encontramos a un sacerdote que no se arredra ante ningn obstculo en su camino hasta la mujer que desea y lo descubrimos precisamente en su lucha por alcanzar lo alto del monte pese a las dificultades del camino y a su propia vestimenta, que dificulta su avance.

LENGUAJE Y ESTILOCon su forma de narrar, Clarn logra crear un magnfico retrato de De Pas, en contraste con el inocente Quintanar, a la vez que consigue dotar de cierta intriga al fragmento, con indicios que suscitan la curiosidad del lector por saber si el sacerdote ver confirmadas sus sospechas.El primer objetivo, el retrato realista, se logra mediante la adjetivacin precisa (jadeante, ciego; los ojos envueltos en hilos pegajosos, tenues) aunque no muy abundante, que se completa con smiles y metforas clarificadores, y la narracin de las acciones (se perda, confunda seales, iba y vena; subi corriendo, tropezando con troncos), arrebatadas y confusas, como su propio pensamiento.Para generar la intriga se sirve de los verbos, que muestran acciones sucesivas mediante los matices aspectuales: ech a correr, subi corriendo, sigui, corri Lleg, se haba equivocado. Tambin mediante la suspensin en el momento culminante, reforzada por el uso de puntos suspensivos. Veamos que la situacin ridcula en que queda don Fermn al final es mayor cuanto ms notable haba sido la expectacin previamente creada, por lo que tambin la intriga contribuye a perfilar la figura del Magistral.

En cuanto al registro empleado, se trata de un uso culto, en general, salpicado de algunas expresiones coloquiales, tpicas de personajes en situacin de confianza: vaya usted a buscar, Jinojo! El propio narrador se aproxima al sentir de sus personajes con frmulas de este tipo: con un palmo de lengua colgando, le daba el corazn.Como es caracterstico de la novela realista, los recursos literarios no son nunca mero ornamento, sino que contribuyen a la descripcin minuciosa de ambientes y personajes. As ocurre con la hiprbole y los smiles hiperblicos (un palmo de lengua colgando, el corazn que reventaba de celos, las espinas de cien plantas ariscas, el sombrero flexible que chorreaba una catarata de agua clara, librndose de las araas como de leones, de sus hilos como de cadenas), que inciden en lo dificultoso de la bsqueda. La enumeracin es otra de las frmulas descriptivas, donde se procede por acumulacin: de acciones (se perda, confunda seales, iba y vena; tropezando sin cesar, arrastrando con dificultad el balandrn) o de rasgos (su aspecto, su conducta, su voz trmula, todo lo que delataba a voces su pasin, sus celos, su indignacin de marido ultrajado).Cabe sealar, por ltimo, el recurso al simbolismo, ya mencionado: Las dificultades y peligros que entraa el camino, hiperblicamente descritos, no son sino reflejo simblico de los que De Pas ha de hallar en su deseo de conseguir el amor de Ana: ella est casada y l es sacerdote.

El atuendo del Magistral est enlodado, mientras del sombrero de Quintanar chorrea una catarata de agua clara. Personaje moralmente reprobable el primero y cndido e inocente, el segundo.

RELACIN DEL TEXTO CON SU CONTEXTO

Sealaremos, por ltimo, para concluir, algunos propios de la novelstica realista y, en este caso, de Leopoldo Alas, Clarn: El narrador omnisciente. La minuciosa descripcin de personajes y ambientes: en este caso, adems, perfectamente enlazadas ambas.

La caracterizacin psicolgica de los personajes. La sobriedad en el estilo, exento de alardes ornamentales.Convendra que, en lugar de mostrarlos en una enumeracin (como acabo de hacer para que los veas ms claramente), redactes una conclusin en la que los puedes mencionar.

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