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LIBROS Y NOMBRES DE CASTILLA-LA MANCHA CUADRAGÉSIMOQUINTA ENTREGA 2 de diciembre de 2011 Mineros en La Mancha 1880-1936 Carlos Fernández Pacheco Biblioteca de Autores Manchegos, 2011 El pasado 24 de noviembre tuvo lugar la presentación de este libro en La Solana. Reproducimos ahora el prólogo del mismo, a cargo del catedrático de la Univ. Complutense, y paisano, Fernando del Rey Reguillo: El conocimiento histórico de las provincias castellano-manchegas viene experimentando un progreso más que notable en los últimos años. Sin duda, ello tiene que ver con la institucionalización de los estudios universitarios en la Región tras la construcción del Estado autonómico y el consiguiente acceso a los mismos de un número cada vez más importante de estudiantes. Así, la mirada al pasado ha dejado de ser en esta tierra patrimonio casi exclusivo -o como mínimo preferente- de los aficionados y curiosos locales, que, hasta hace unos 25 años, eran casi los únicos que se adentraban por unos horizontes de investigación a los que tardaron en llegar los profesionales de la Historia. Ello era buena muestra del atraso intelectual padecido por estos lares durante demasiado tiempo. Por fortuna, ese lastre nefasto, fuente de todo tipo de carencias, se ha superado en nuestros días. Ciertamente, un historiador no se improvisa de la noche a la mañana, ni el oficio se halla al alcance de cualquiera. Para adquirir ese estatus se requiere una formación especializada a la que sólo los estudios universitarios permiten acceder. En tanto que disciplina académica seria, la Historia se ajusta a unos parámetros complejos propios de una materia como ésta, perteneciente al campo de las llamadas Ciencias Humanas. El libro que el lector tiene en sus manos es un trabajo maduro escrito por Carlos Fernández-Pacheco, un historiador de gran vocación -licenciado en Geografía e Historia por la UNED- que se ha curtido ya en distintas lides como investigador. Sus páginas nos introducen en el apasionante relato sobre el que fue el principal enclave industrial de la provincia de Ciudad Real a caballo de los siglos XIX y XX: la cuenca minera de Puertollano, sólo equiparable en importancia, si acaso, con la vecina comarca de Almadén. Un enclave industrial y minero surgido en medio de un territorio caracterizado por el peso abrumador de las actividades agrarias dentro de su estructura productiva. Más en concreto, a partir de un elenco variadísimo de fuentes, extraídas trabajosamente de archivos y hemerotecas locales, provinciales y nacionales, en este libro se nos cuenta el surgimiento y evolución del movimiento obrero al hilo del descubrimiento e inmediata explotación de los yacimientos de hulla en este

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MinerosenLaMancha1880-1936 CarlosFernándezPacheco Elpasado24denoviembretuvolugar lapresentacióndeestelibroenLa Solana.Reproducimosahoraelprólogo delmismo,acargodelcatedráticodela Univ.Complutense,ypaisano, FernandodelReyReguillo: BibliotecadeAutoresManchegos,2011 2 UNAHABITACIÓNENROJO JUANRAMÓNMANSILLA ElTorodeBarro.Lapiedraquehabla Cuenca,2011.64páginas LOSSUMERGIDOS MIGUELÁNGELCURRIEL Almud.BibliotecaAñilLiteraria CiudadReal,2011.80páginas 3 4

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LIBROS Y NOMBRESDE CASTILLA-LA MANCHA

CUADRAGÉSIMOQUINTAENTREGA2 de diciembre de 2011

Mineros en La Mancha 1880-1936Carlos Fernández PachecoBiblioteca de Autores Manchegos, 2011

El pasado 24 de noviembre tuvo lugarla presentación de este libro en LaSolana. Reproducimos ahora el prólogodel mismo, a cargo del catedrático de laUniv. Complutense, y paisano,Fernando del Rey Reguillo:

El conocimiento histórico de lasprovincias castellano-manchegas vieneexperimentando un progreso más quenotable en los últimos años. Sin duda,ello tiene que ver con lainstitucionalización de los estudiosuniversitarios en la Región tras laconstrucción del Estado autonómico yel consiguiente acceso a los mismos deun número cada vez más importante deestudiantes. Así, la mirada al pasado hadejado de ser en esta tierra patrimoniocasi exclusivo -o como mínimopreferente- de los aficionados y curiosos

locales, que, hasta hace unos 25 años,eran casi los únicos que se adentrabanpor unos horizontes de investigación alos que tardaron en llegar losprofesionales de la Historia. Ello erabuena muestra del atraso intelectualpadecido por estos lares durantedemasiado tiempo. Por fortuna, eselastre nefasto, fuente de todo tipo decarencias, se ha superado en nuestrosdías.Ciertamente, un historiador no seimprovisa de la noche a la mañana, ni eloficio se halla al alcance de cualquiera.Para adquirir ese estatus se requiere unaformación especializada a la que sólolos estudios universitarios permitenacceder. En tanto que disciplinaacadémica seria, la Historia se ajusta aunos parámetros complejos propios deuna materia como ésta, perteneciente alcampo de las llamadas CienciasHumanas. El libro que el lector tiene ensus manos es un trabajo maduro escritopor Carlos Fernández-Pacheco, unhistoriador de gran vocación -licenciadoen Geografía e Historia por la UNED-que se ha curtido ya en distintas lidescomo investigador.Sus páginas nos introducen en elapasionante relato sobre el que fue elprincipal enclave industrial de laprovincia de Ciudad Real a caballo delos siglos XIX y XX: la cuenca minerade Puertollano, sólo equiparable enimportancia, si acaso, con la vecinacomarca de Almadén. Un enclaveindustrial y minero surgido en medio deun territorio caracterizado por el pesoabrumador de las actividades agrariasdentro de su estructura productiva. Másen concreto, a partir de un elencovariadísimo de fuentes, extraídastrabajosamente de archivos yhemerotecas locales, provinciales ynacionales, en este libro se nos cuenta elsurgimiento y evolución delmovimiento obrero al hilo deldescubrimiento e inmediata explotaciónde los yacimientos de hulla en este

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enclave del suroeste de la provincia deCiudad Real. En tal empeño, como en eldesarrollo de tantas otras iniciativasindustriales de nuestro país durante lasegunda mitad del ochocientos, elcapital extranjero jugó un papelfundamental, si bien, aunque mástardías y de menor envergadura inicial,tampoco faltaron las iniciativasinversoras autóctonas.De ser un modesto pueblo agrícola yganadero como tantos otros en sugénero, Puertollano se constituyó comoun islote industrial en medio de unpáramo agrario más bien atrasado ydominado por los grandes latifundiostípicos del Valle de Alcudia y de lacomarca de Los Montes. Un isloteindustrial que fue capaz de atraercontingentes importantes de poblaciónprocedentes de otros puntos de laprovincia o de las provincias vecinas,hasta el punto de experimentar uncrecimiento demográfico vertiginosoque, a la altura de 1930, situó a laciudad en el quinto puesto provincialpor número de habitantes. En términosrelativos, su incremento poblacional a lolargo de las primeras tres décadas delsiglo fue con mucho el más importantede la demarcación manchega: los 7.548vecinos de 1900 pasaron a ser 19.275 envísperas de la República, lo que supusoun salto del 155,36 por ciento (a grandistancia de su inmediato perseguidor,Alcázar de san Juan, cuyo incrementofue del 110,49 por ciento). Esteindicador resulta sobradamenteelocuente y lo dice todo sobre lapujanza económica que disfrutó laciudad minera en aquella época. Unapujanza no exenta de problemas y declaroscuros, de frustraciones yesperanzas, de avances y retrocesos, ensuma, hijos de las distintas coyunturaspor las que atravesó la minería delcarbón en aquellos decenios, pero queen cualquier caso confirió a Puertollanoun perfil marcadamente industrial que

ha condicionado su trayectoria vital,económica y sociológica hasta hoy.Las etapas de la historia del movimientoobrero de Puertollano hasta la guerracivil quedan perfectamente delineadasen el libro. Si bien los primerosconflictos mineros e iniciativasasociativas se perciben a finales delsiglo XIX, el verdadero punto deinflexión en la historia del obrerismoautóctono se produjo en torno a 1910, elaño en el que se constituyó el primersindicato minero propiamente dicho enla zona. La segunda década del sigloXX, de hecho, asistió a la conformaciónde una identidad obrera sólida y biencohesionada, que mostró su fuerza enlas grandes huelgas protagonizadas porlos trabajadores durante el período de laPrimera Guerra Mundial y los añosinmediatos a la dictadura de Primo deRivera. Conforme a las secuencias quese palparon por entonces en otrasprovincias, también en esta cuenca losanclajes políticos iniciales de aqueljoven sindicalismo tuvieron más que vercon el republicanismo que con otrasopciones ideológicas. De hecho, lossocialistas -que a la postre serían lacorriente hegemónica- y los anarquistas-aunque importantes, siempreminoritarios aquí- llegaron bastantedespués que los republicanos, lo cual nofue óbice para que los acabarandesplazando.Fueron aquellos años de conflictos y dereivindicaciones, de protestas y luchaspor el reconocimiento colectivo en losque incluso no faltaron pequeñosconatos de violencia. Pero fuerontambién años en los que se estableció eldiálogo entre el capital y el trabajo alamparo del permanente arbitraje de lasautoridades, tirando por tierra lasexpectativas pro revolucionarias de lasminorías más radicalizadas. Es más, unade las aportaciones principales de esteestudio es la constatación de cómo en lacuenca minera de Puertollano latransacción entre las partes se impuso

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mayoritariamente a los desencuentros, alas posiciones extremistas y a losenfrentamientos. De hecho, a principiosde la década de los 20, cuando depronto se le cerró al carbón nacional elciclo expansivo inigualable que trajo laneutralidad durante la Gran Guerra,aflorando súbitamente el paro y todasuerte de dificultades, los habitantes dePuertollano reaccionaron todos a una(autoridades, trabajadores yempresarios) en defensa del sectorminero. Esa suerte de constructivocorporativismo territorial permitióaplacar las diferencias ideológicas ypolíticas, ayudando de forma decisiva asuperar la depresión de posguerra y asentar los cimientos de la posteriorrecuperación durante los años de ladictadura, a la sombra esta vez de laprotección arancelaria, del cierre delmercado nacional y delintervencionismo estatal.La proclamación de la República en1931, en coincidencia con los efectos dela crisis económica mundial y lassecuelas inherentes a la intensapolitización que experimentó el país,abrió un período de grandes luchas y nomenos grandes desencuentros, porencima de los muchos anhelosdemocratizadores y reformistas que ensus principios suscitó el cambio derégimen. Naturalmente, la cuencaminera de Puertollano no pudosustraerse al nuevo marco político yeconómico nacional. De hecho, en losaños republicanos la confrontaciónideológica lo impregnó todo. Porsupuesto, las luchas y los desencuentrosse produjeron entre el capital (lascompañías mineras) y el factor trabajo(los asalariados), pero tambiénsurgieron choques y desencuentrosgraves -a veces muy enconados- entrelas organizaciones sindicales(socialistas y anarquistas), no exentosde violencia y sangre, sin olvidar losconflictos que se plantearon entre todas

ellas, las fuerzas de orden público y lasautoridades gubernamentales.De todo esto y de muchas máscuestiones se nos da cuenta en esteestudio que tengo el honor de prologar.El mejor tributo que le puedo rendir almismo es la afirmación de que el lectorse quedará con la miel en los labios,ávido de saber mucho más y detraspasar la frontera donde nos deja suautor. Es lo mínimo que se le puedepedir a una buena investigación: quenos abra nuevos horizontes alconocimiento histórico al mismo tiempoque nos suscita la suficiente curiosidadpara animar a su artífice a que sigaadelante.

Fernando del ReyUniversidad Complutense de Madrid

Resonancia poética

LOS SUMERGIDOSMIGUEL ÁNGEL CURRIELAlmud. Biblioteca Añil LiterariaCiudad Real, 2011. 80 páginas

UNA HABITACIÓN EN ROJOJUAN RAMÓN MANSILLAEl Toro de Barro. La piedra que hablaCuenca, 2011. 64 páginas

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Los poetas Miguel Ángel Curiely Juan Ramón Mansilla tienen una edadsimilar y una cosecha equiparable deexperiencias vitales. Ambos soncastellano-manchegos y aunque elprimero lleva viviendo en Galicia desdehace ya bastantes años, su vinculacióncon nuestra región es intensa ycontinuada. Salvo inevitables yparticulares diferencias formales, lapoesía de estos dos autores avanza enun discurso resultante parejo, tantoverbal como metapoético. Y su manerade trasvasar su visión del mundo alpapel encendido por las palabras delpoema, también. Manejan un castellanodotado de las mismas característicaslingüísticas: pertenecen los dos al hablallamada “de Toledo”, sobria,económica, ceñida, confrontada a la “deSevilla”, preciosista y difusa. Y no seolvide que el poema es,primordialmente, un acto de habla,siendo el registro específico de lalengua que cada uno utiliza la justavisión del mundo para cada hablante. Yesta manera de operar poéticamente deMiguel Ángel Curiel y Juan RamónMansilla tiene grandes similitudes.Ellos naturalmente creen en el poemacomo espacio autónomo, dandoprimacía al conocimiento sobre lacomunicación. Pero también sonconscientes de que el primer elemento,fundamental y necesario para laconformación del poema, radica en larealidad que observan, convirtiéndolaprimeramente en imagen para acontinuación transformarla en laspalabras del poema, llegando a ser eseazaroso entramado de versos y cláusulasun hermoso efecto resonador de laconfrontación dialéctica establecidafrente a la realidad, en lo cual laauténtica poesía se convierte.

El conjunto de piezas del librode Curiel está escrito en poemas enprosa y en poemas en verso deescansión muy delgada conformandoambos una apariencia elegante y juncal.

En todas las composiciones de estetalaverano nacido en Korbach(Alemania), un paralelismo entre loobjetivo y lo subjetivo, revelando lagran metáfora, alcanza las más altascotas de sugerencia, como podemosapreciar en sumo grado: “Hierba deMarzo / donde arde el último frío. //También yo despeinado / y vacilante /con mi herida llena de hierba. // Laarranco / para aliviar de mi fuerza / almundo.” En su libro, Mansilla (nacidoen la Tacita de Plata conquense,Tribaldos) muestra también inclinaciónpor una delicada contención verbal yentra, como Curiel, en equiparacionesentre la manifestación natural, indómita,y nuestro sentimiento, domeñado:“Dormida frente a mí, inmune / alespino malva / de la angustia, inmune, /a la brisa fría de la rabia, / al óxido de laenvidia.” Quizá las frases poéticas enCuriel, cómo diríamos, sean másafiladas y ancestrales: “Cristales, aveces los cristales en el camino, opalabras rotas”, como ésta puramentenominal, tal un lenguaje originario, y enMansilla tal vez más distendidas: “Hasvisto / las grullas / que retornan / ypides un poema / para ir / y no volver”,donde la proyección de los abundantesverbos constituyen un verdaderocontrapunto debatiéndose con losescasos objetos: grullas, poemas (denuevo la tensión metafórica) que en laestrofa se muestran como acentos en elcompás.

Hemos de celebrar la apariciónde estos dos poemarios escritos porquienes manejan un oficio tan lúcido yde quehacer tan experimentado, taldemiurgos que saben exprimir depuraday mágicamente la cotidiana observaciónde lo que a todos nos rodea sin que, ay,sepamos alambicarla como ellos hacencon tan holgada pericia.

AMADOR PALACIOS; en ABC Artesy letras de CLM; 26 de nov 2011

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SANZ, Javier, Historia de laBotica del Hospital de San Mateode Sigüenza,Guadalajara, Aache Ediciones (col.Scripta Academiae, 28), 2011, 108 pag.

Javier Sanz es académico correspondientede la Real Academia Nacional de Medicina.

Estamos ante un libro sencillo peroprofundo y ameno en su contenido, cuyoíndice, perfectamente estructurado, nosinvita a su lectura.El interesante y documentado prólogo conel que da comienzo al libro, debido a lapluma de F. Javier Puerto Sarmiento,Catedrático de Historia de la Farmacia de laUniversidad Complutense de Madrid yDirector del Museo de la Farmacia Hispana,constituye toda una lección acerca de laevolución de la Farmacia y su relación conla Medicina. Le sigue una “Introducción”,en la que Sigüenza ya contó con unaFacultad de Medicina en su antiguoColegio-Universidad de San Antonio dePortaceli, nada menos que desde 1551, en laque dejaron huella de su saber profesores dela categoría intelectual de Huarte de SanJuan o Pérez Cascales y que en ella segraduaron médicos de fama mundial comoSorapán de Rieros, Diego Cisneros, Juandel Castillo o Antonio Pérez de Escobar…

Facultad que, dicho sea de paso, sirvió amuchos galenos de trampolín de acceso alservicio de la Casa Real española, alCabildo catedralicio o a la mismísimaciudad episcopal, por lo que, sin duda,muchos de ellos, si no todos, estuvieron encontacto constante y directo con el Hospitalde San Mateo, un hospital fundado en 1445por el chante Mateo Sánchez, al que conposterioridad se irían agregando otroshospitales de menor importancia que, casiquinientos años más tarde, sucumbiría bajoel bombardeo de la aviación en pasadacontienda del 36-39.Javier Sanz dedica el primer capítulo alHospital de san Mateo y otros hospitalesseguntinos que, lo mismo que tantos otros,surgieron del afán cristiano por atender alos enfermos como lugar de acogida yprotección; caridad que también se extendíaa los necesitados, menesterosos y baldadosy que solían construirse en lasinmediaciones de iglesias, catedrales ycentros monásticos, por lo que Sigüenzacontó con establecimientos de estascaracterísticas desde el siglo XII hastatiempos bien modernos, como así consta enel mismísimo Catastro del Marqués de laEnsenada (1753), en una de cuyascontestaciones se dice que Sigüenza cuentacon “dos hospitales, el uno para curarpobres enfermos y alimentar y criar niñosexpósitos llamado de san Mateo… y el otro,llamado de la Estrella que sirve parahospedar pobres pasajeros y peregrinos.”El hospital de Nuestra Señora de la Estrella,segundo de los arriba mencionados, fuefundado gracias a la donación de unas casasque el obispo Don Rodrigo donó en 1197que, al parecer se encontraba ubicado frentea la fachada sur de la catedral, hasta que enel siglo XIV fue trasladado definitivamentea la calle de la Estrella y cuyos primerospasos dependieron del Cabildo de laCatedral seguntina, aunque después pasaseal cuidado de la cofradía de Nuestra Señorade la Estrella y a la Casa de Misericordia yque, según todos los datos, más parecía unsimple albergue que un hospital según elconcepto renacentista (más evolucionado ymédicamente, asistencial).El otro hospital que hemos visto citado enel Catastro es el de San Mateo, posterior enla fecha de su fundación y al que se agregóel de Nuestra Señora de los Remedios, cuyo

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cometido consistió en la recogida y crianzade niños abandonados. Pues bien, el de SanMateo fue fundado por el chantre MateoSánchez, que lo dedica a la advocación desu patrón y en cuyo testamento deja comopatronos al Deán y Cabildo de la catedralde Sigüenza, al que pertenecía. Estosucedió “antes del 25 de octubre de 1445”.(El lector puede ver en el Museo Diocesanode Arte Antiguo de Sigüenza un interesantebajorrelieve tallado en alabastro, de granbelleza artística, en el que se representa alchantre fundador arrodillado bajo laprotección de San Mateo).Así que, desde esa fecha de1445 el hospitalcomenzó su labor, adaptándose al correr delos tiempos, prestando atención médica,quirúrgica y de enfermería y separando,más adelante, a los enfermos que solamentenecesitasen cuidados médicos, de los quenecesitaran el uso de métodos quirúrgicos,llegando incluso a la disección de cadáverespara conocer mejor el origen de lasenfermedades… o a la instalación deaparatos de Rayos X a partir de 1931.Para contribuir a su sostenimiento estehospital contaba con las propiedades yrentas que dejó establecidas su fundador,además, claro está, de numerosasdonaciones con que los obispos seguntinoscontribuyeron.Como ejemplo de lo anterior podemos vercomo fray Lorenzo de Figueroa y Córdoba,le hizo donación, en 1597, de 3.500ducados para que, invertidos en renta, sedestinasen a la instalación y mantenimientose seis camas para convalecientes, o comoaños más tarde, en 1649, fray Pedro deTapia también le hizo merced de otros6.000 ducados más para ampliar la obra deFigueroa, construyendo “dos cuadras consus camas y todo lo necesario paraconvalecientes”, de la misma manera que elobispo Juan Díaz de la Guerra ordenóconstruir el barrio de San Roque y elmolino de papel de Gárgoles de Abajo, paracon sus rentas poder dotar este hospital,hasta la “desamortización”, en que elEstado vende las casas y el molino citado,entregando al hospital algunos títuloscrediticios.También se ofrecen algunos datos de otroshospitales como el de Nuestra Señora de losRemedios y “el de los clérigos”, que másbien debía ser una simple casa de acogida.

El tema que da título al libro constituye elsegundo capítulo del mismo: “1663:fundación de la Botica”.Hasta entonces el hospital se había estadosurtiendo de las medicinas que proveníande las farmacias instaladas en Sigüenza porparticulares, pero dado el elevado númerode enfermos, así como el de capitulares,familiares y empleados de dichacorporación, amén del necesario ahorro engastos farmacéuticos, se pensó en lainstalación de una botica propia, como asíconsta en los libros de Actas Capitulares a30 de junio de 1656: “Este dicho día elseñor Deán propuso que convendría que enel Hospital de Señor San Mateo se pusieseuna Botica. El Cabildo habiéndolo oído loremitió a la Diputación para que conasistencia d los señores Juan de Molina,Juan Pacheco y Mateo Bravo confieransobre ello y hagan relación.”El caso es que hasta 1663 no se da cuentade la decisión de crear la tan importante ynecesaria botica (dado que hasta esa fecha,el hospital se había estado surtiendo de lospreparados que le servía la botica quellaman de Montero), decisión que toma elcanónigo Mateo Bravo -del que, poco másadelante, se ofrecen numerosos datos, entrelos que se indica que “Fundó y dotó á sucosta y expensas el cuarto y botica delHospital de San Mateo de esta ciudad”-,así que su construcción no tardó en llevarsea cabo y parece ser que ya estabafuncionando el 16 de mayo del añosiguiente, puesto que ya no se habla de lasboticas de la ciudad y sí de la “Botica de elhospital” que, aparte de la oficinapropiamente dicha, contaba con un jardíncon plantas medicinales, una huerta y otrasdependencias anejas.Gracias a los historiadores de farmaciaBlanco Juste y Mas Guindal, que pudieronvisitar el hospital en 1932, se conserva unadescripción de sus dependencias que ennada, o en muy poco, cambiarían la visiónque de ellas pudiera tenerse en el sigloXVII y más aún si la completamos conotras descripciones que se hicieron, comopor ejemplo una de 1665, realizada conmotivo de una de las escasas VisitasEclesiásticas. (Véanse páginas 36 a 42).Respecto a las visitas a la botica delhospital de San Marcos conviene saber quelos sucesivos cabildos siempre fueron

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recelosos con los visitadores, a los que ennumerosas ocasiones prohibieron laentrada, aduciendo para ello que seencontraba en lugar “privado” y a pesar dela ley dictada por Felipe III en 1617, quepermitía la entrada a protomédicos yjusticias que podrían clausurarlas en casode hallar medicinas en mal estado. Demodo que, entre dimes y diretes, hasta lasegunda mitad del siglo XVIII las boticasno se vieron sometidas al acatamiento delas visitas de inspección a que obligaba elConsejo Supremo de Castilla.Las visitas a la botica de nuestro hospitalmás bien fueron escasas: la primera tuvolugar el 18 de julio de 1665 y en ella sehace constar que todo estaba en orden;después, en octubre de 1671, por sorpresa,encontrándose todo correctamente; otramás, en octubre de 1679, que giró elboticario de Berlanga de Duero Juan deJubera, y dos intentos más fallidos: enoctubre de 1744 y en el mismo mes de1750, gracias a los obstáculos aducidos porel Capítulo seguntino. El cuarto apartadoestá dedicado a los boticarios, diez hasta1861, de los que se aporta una reseña de suvida y obra, así como a los mancebos queles ayudaron. Igualmente merecen capítulo“Los medicamentos”, que el autordistribuye en cinco apartados: Minerales,Partes o productos animales, Partes oproductos vegetales (el más numeroso, conplantas o partes de plantas, polvos vegetalesy semillas), Especies químicas yPreparaciones galénicas, alguno de ellosmuy llamativo como cabezas de víbora,cuernos de ciervo, dientes de jabalí, ojos decangrejo, etc. propios de una farmacopeamedieval, empírica. El apartado final sededica a la “Clausura de la botica”, quetuvo lugar como consecuencia de lasdisposiciones legales publicadas el día 24de abril en la Gaceta de Madrid, según unReal Decreto para el Ejercicio de laProfesión de la Farmacia del 18 del mismomes, cuyo artículo 28 (Capítulo II) decíaque “Los hospitales solo podrán tenerbotica para el servicio particular.Continuarán, sin embargo, con su despachoabierto al público las boticas de lospresidios militares”. Ante lo que el cabildoseguntino pretendió conservar sus derechos,ordenando la creación de una comisión queredactase un escrito con destino al

Gobernador de la Provincia (y al mismotiempo a la Reina) solicitándole podercontinuar prestando sus servicios mediantedespacho público; lo que fue denegado.A pesar de todo el hospital no podía dejarsin ayuda farmacéutica a los enfermos en élacogidos mientras se resolvía elprocedimiento, lo que le valió al Cabildocierta fama de rebeldía, como así se poníade manifiesto en las páginas de la prensaprofesional y más concretamente en las deEl Restaurador Farmacéutico. Esto y unacarta del por entonces boticario del hospital-que vio el asunto un tanto feoprofesionalmente hablando- en la que lecomunicaba su retirada del serviciocapitular por haber montado oficina propiaen Sigüenza, hicieron que la botica secerrara -tapiándose las puertas que daban ala calle- y que el hospital se surtiera de lastres farmacias existentes en Sigüenza.Después, gran parte de los objetos ypreparaciones, 88 en total, fueron expuestosen el Palacio del Senado con motivo de lacelebración del X Congreso de Historia dela Medicina que tuvo lugar en Madrid, del23 al 29 de septiembre de 1935, es decir,poco antes del comienzo de la últimaguerra. Parecía que el fin de dicha boticaiba a ser el Museo de la Farmacia Hispana,quizás el mejor del mundo en la actualidad,pero el bombardeo de la aviación“nacional” lo impidió y una gran parte delpatrimonio cultural que nos había sidolegado desapareció para siempre. Unasencilla y suficiente bibliografía, que abarcafuentes archivísticas, la mayor parteconservadas en el Archivo de la Catedral deSigüenza, en sus Libros de Actas yAcuerdos Capitulares (volúmenes 25 a 50)y algunos otros libros de contenido críticocompleta este trabajo, digno de ser leído.

José Ramón LÓPEZ DE LOS MOZOS

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Símbolos históricos de la ciudadde ToledoVentura LeblicEdiciones Covarrubias. Toledo, 2011.

Este verano Ventura Leblic nos havuelto a sorprender con un nuevo libro.Se trata en esta ocasión de desentrañarel valor simbólico de los escudos yenseñas que se exhiben a diario en laspuertas de la ciudad y en otros lugarespreeminentes. También da minuciosacuenta de la historia y significado de lasbanderas, estandartes, sellos y pendonesque realzan procesiones, ceremonias,actos y escritos de carácter oficial. Sonéstos valores y símbolos que escondenpáginas de historia que, a pesar deverlas a diario, a pesar de estarhabituados a verlas pasandesapercibidas para el gran común delos ciudadanos. En efecto, “Alciudadano de a pie se le escapa enmuchos casos distinguir entre armas,escudos, emblemas; cuáles son loselementos genuinos, los puramenteornamentales, etc., y crea un mundoconfuso y subjetivo que se refleja en lasdistintas composiciones del “escudo” deToledo que desean representar”, comodice el autor. Y esto es lo quedesentraña Ventura Leblic y pone alalcance del lector en este libro incluidoen la colección Cronicón de la editorialCovarrubias, en el que no faltanfotografías, dibujos y textoscomplementarios que corroboran,amplían o justifican las explicacionesdel autor y que, en cualquier caso, nosayudan a comprenderlas. Así pues,Ventura pretende introducir al lector“en los orígenes históricos de nuestrossímbolos municipales, su evolución yordenamiento conforme a la cienciaheráldica o vexilológica, para descifrary utilizar correctamente los signos quenos identifican como institución”, con elfin de que conozca y descubra las claveshistóricas que muestran, pero ocultaspor ignoradas para el común de los

ciudadanos. Y es lo que hace en nuevesucintos capítulos, cerrados por unApéndice de tres apartados y elcorrespondiente a la Bibliografía.Empieza deslindando lo “fabuloso, lotradicional y lo documental” en lasprimitivas armas de la ciudad, para loque se remonta a tiempos prerromanos ytermina esta incursión en el “periodocristiano”, tiempos medievales en losque aún nuestra ciudad carecía deheráldica determinada, pues Toledo,después de 1085, volvió a serconsiderada “ciudad regia”, es decir quedependía directamente de la protecciónreal. A continuación, se hace ecoVentura de un contencioso histórico –unsupuesto “privilegio” concedido aToledo por Alfonso VII (1135) yconfirmado por Pedro I, pero queningún historiador ha visto. El supuestoprivilegio hace referencia a que AlfonsoVII concede “el sello e insignia ypendón real y armas (a Toledo) quefueron un emperador en su tronomajestuoso, en las manos estoque ycetro con un orbe, y por respaldo unáguila tendidas las alas”, y es lo queviene a confirmar Pedro I. Aporta otrosdatos Ventura –“la tumba de AlfonsoVII en la catedral”, la sigilografíaprimitiva-, que reafirman la carencia dearmas propias por parte de Toledo, porlo que usa distintivos pertenecientes alrey. Y como en estos distintivos regiosy cancillerescos se impone “el reymayestático” sentado en su tronoempuñando una espada con la diestra yen la izquierda un cetro, terminaimponiéndose como verdadero símbolode la ciudad de Toledo, de lo que ofreceVentura varios testimonios, incluso unorecogido en Ventas con Peña Aguilera.Este periodo preheráldico se prolongahasta mediados del siglo XVII, a pesarde que desde el siglo anterior proliferenlos escudos con el águila bicéfala comoenseña ciudadana, de muy difícilinterpretación simbólica por ser muchasy muy diversas las propuestas: “En el

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occidente europeo, el águila de laslegiones romanas pasó a constituir laimagen emblemática central de losemperadores, tanto orientales comooccidentales, de acuerdo con la idea de“restauratio imperi”. Al recaer en unosolo –oriental- la condición honoríficade ambos imperios, debería usar unáguila por cada uno, quedandosimplificado este concepto en uno, perocon dos cabezas”. El ejemplo másantiguo de enseña con águila bicéfalaconservado en Castilla lo introdujoBeatriz de Suabia, descendiente de lafamilia real bizantina y esposa deFernando III y, a su vez, madre deAlfonso el sabio, que la soberana trajoentre su ajuar. Pero quien lo introdujode manera definitiva es Carlos I, pues sien 1516 hereda el reino de España y en1519 es nombrado rey de los romanos,por lo que pudo usar como soporte de suescudo el águila de una sola cabeza,desde 1530, fecha en que logró que loselectos alemanes le alzasen con el títulode Emperador del Sacro ImperioRomano Germánico, introduce en laheráldica española el águila bicéfala,acompañado de otros distintivos, tal ycomo hoy lo conocemos y muestra suexuberante estampa la Puerta deBisagra: ahí lo colocó la ciudad paraagradecer al monarca la devolución aToledo su condición de “urbs regia” eimperial. Y despojado de varioselementos, entre ellos las columnas deHércules, pero siempre acompañado delos reyes sedentes en sus respectivascartelas, se erige en la fachada principaldel Ayuntamiento en 1612, momento enque se oficializan las armas de laciudad, y así permanecen hasta laactualidad y se exhiben en puentes,puertas y fachadas de edificios nobles yemblemáticos de la ciudad.En los capítulos siguientes, trata todos ycada uno de los elementos heráldicosque integran el escudo real: lascolumnas de Hércules, el Collar delToisón de Oro y la corona, elementos

que, como he señalado, desaparecen ellas armas actuales de la ciudad,reducidos al águila bicéfala y a los reyeso emperadores sentados con cetro yespada.El capítulo VIII lo dedica Ventura aexplicar la simbología de “la banderamunicipal”, cuyos orígenes,tradicionalmente, se vienen localizandoen el mismo privilegio de Alfonso VII,y de los estudios dedicados al llamadoPendón Real de Toledo o PendónMunicipal de Toledo (de D. HilarioGonzález Hurtado, de D. Juan Moraleday Esteban, de Francisco de Borja y SanRomán, García Rey, el conde deCedillo, etc.), habla en las páginassiguientes. La conclusión al respecto esque Toledo nunca tuvo otro pendónheráldico que el real, usado desde losmás altos siglos medievales, lo queconfirma Pedro I, y era de colorcarmesí, como el de las armas delmonarca. Y al desaparecer el caráctermilitar o guerrero de las banderas yestandartes, fueron transformadas ensímbolos civiles de representaciónmunicipal, como prueba la desaparicióndel escudo real en el estandarte de 1881,en el que sólo flamean las armas de laciudad: el águila bicéfala y los dos reyeso emperadores. En el último capítulo, elIX, Ventura habla del himno de laciudad y de sus antecedentes históricos.Con este librito, pues, el académicoVentura Leblic nos ilustra con detallesobre los diversos distintivos heráldicosciudadanos, que vemos todos los días,pero de los que desconocemos susorígenes y, sobre todo, su simbología;es decir, su valor y sentido.

Juan José Fernández Delgado enwww.librosdetoledo.org

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Ciudadanos, propietarios yelectores en la construcción delliberalismo español. El caso de lasprovincias de CLM (1854-1868)Juan Antonio Inarejos

Ed. Biblioteca Nueva, 2008; 366 pags.;22 €

Es justo subrayar que las provincias queactualmente constituyen Castilla-LaMancha, no sólo tienen historia sino quesus respectivos territorios hanconstituido importantes espacios depoder en la organización del Estadocentral, por más que la proximidad deMadrid, de la capital del Estado, hayaeclipsado de forma sistemática loocurrido aquí. Se las ha silenciado porser provincias rurales, pero justamentepor esta característica las heconsiderado arquetipo de la Españaagraria que protagonizó la construccióndel Estado liberal. Considero queconstituyen, por tanto, un magníficoejemplo y banco de comprobaciónhistórica.

Sobre todo predominó en estas décadasla organización del poder electoral através de unas redes caciquiles cuyodesvelamiento ocupa una parteimportante de la investigación. Sedetallan las relaciones de este poder conel territorio, con institucionesrepresentativas, con partidos políticos,con clientelas y con redes deparentesco. La ligazón trabada entre las

elecciones locales y generales haconstituido uno de los puntos de partidaa la hora de abordar el estudio delentramado caciquil. Una perspectivametodológica orientada a examinar lacapacidad gubernamental para dirigir elresultado de las elecciones a través deluso partidista de la centralizadaadministración.

El escudriñamiento de las comiciostambién permite atestiguar -o no-supuestos usos políticos de los recursosproductivos, incidir en los significadosdel fraude electoral, dilucidar el gradodeferencial o coactivo que revistieronlas consultas y calibrar la injerenciaeclesiástica en las votaciones. Lasrelaciones entabladas entre elcatalogado como caciquismogubernamental y el caciquismo localaportan las claves explicativas paraentender los factores que determinaronla dosificación de la influenciaministerial en las elecciones, el peso dela cultura política del pacto y el arraigode la figura del diputado cunero comopresunto corolario de unas provinciasdominadas por la subordinación.

Juan Antonio Inarejos Muñoz (CasasIbáñez, Albacete, 1980), licenciado conpremio extraordinario y doctor enHistoria por la Universidad de Castilla-La Mancha, ha sido investigadorpostdoctoral en L’École des HautesÉtudes en Sciences Sociales de París,en la actualidad es investigador delprograma “Juan de la Cierva” en elGrupo de Estudios Internacionales delInstituto de Historia del CSIC.Especializado en el estudio delliberalismo y en sus distintasorganizaciones en la sociedadoccidental, ofrece en este libro unasólida investigación de la revolución delvoto desarrollada en unos territoriosaparentemente alejados de los centrosde poder del Estado. Efectivamente, elvoto articuló una nueva legitimidad

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política cimentada en torno a la idea deciudadanía.Se estudia cómo se desplegó esarevolución liberal en unas provinciasque son arquetipo de la España agrariadel ochocientos. Se derrumban tópicossobre esa España rural, sobre todo el dela desmovilización del campo castellanoy también el de la atonía y desinterés dela clase política “de provincias”. Sonaspectos inéditos de nuestro pasado quese abordan con una propuestametodológica incardinada en losparámetros de la nueva historia política.

Del Prólogo del libro y web de Ed.Biblioteca Nueva

Francisco AyalaLa noche de MontielFundación Francisco Ayala /Universidad de Granada 2011; 120pags.

Se publica ahora un ensayo deFrancisco Ayala que permanecíaolvidado desde su aparición original, en1940, en una revista colombiana.

La noche de Montiel es un ensayo quetoma como pretexto la aparición de unabiografía novelada del mercenariofrancés Bertrand du Guesclin, que fueenviado a España junto a sus mesnadaspara apoyar la causa de Enrique deTrastámara contra el rey legítimo, suhermanastro, el rey don Pedro I.Desde la primera página, Ayalatransforma la supuesta reseña en un

análisis dialéctico de los grupos queapoyaban a ambos personajeshistóricos, proyectando hacia la realidadespañola de 1940 la discordia y losintereses que en el siglo XIVconstituyen ya un espejo de la reciénconcluida guerra civil española. En nopocos pasajes, La noche de Montiel estambién un ejercicio de transformaciónpoética de la materia histórica ybiográfica que anticipa el contenido deLos usurpadores (1949).La edición se acompaña de unaintroducción de Ana González Neira yde sendos comentarios a cargo deSebastián Martín y de CarolynRichmond.

Web de la Fundación Francisco Ayala

Alfredo Copeiro

Toledo entre líneas

Descrito ediciones, Toledo, 2011

Toledo entre líneas pretende dar unavisión actual de algunos rincones,monumentos o calles de la ciudad queda nombre a su título. Está pensadocomo un libro que permita al espectadoradentrarse en una ciudad viva, queevoluciona con el tiempo, pero que

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guarda una esencia y una estructura quela han mantenido a lo largo de los sigloscomo un referente histórico y cultural.Pero, además, es un libro que se detieneen detalles cotidianos arraigados en elimaginario de sus habitantes y queconforman también parte de suconfiguración urbana.

Su autor encuentra en el trazo sencillode las líneas su mayor aliado paradibujar una ciudad que va mucho másallá de su rígida descripción clásica,porque proporciona cierta vibraciónlírica a cuanto captura sobre el papel.La presentación del libro tuvo lugar enla librería Taiga, de Toledo el pasadojueves, 24 de noviembre de 2011

De izquierda a derecha: el director Técnico de laFundación Anastasio de Gracia-AGFITEL, AntonioMoreta, la directora del Archivo Histórico deGuadalajara, Riansares Serrano, y el directivo de laAsociación de Amigos del Archivo de Guadalajara,Antonio Caballero.

Presentadas las Actas de las IXJornadas de Castilla-La Manchasobre investigación en archivos“El Trabajo y la Memoria Obrera”

El pasado 27 de octubre se presentó en

el Palacio del Infantado de Guadalajara

el libro de las Actas de las IX Jornadas

de Investigación en Archivos de

Castilla-La Mancha, celebradas en abril

de 2009. La publicación es una

coedición realizada por la Fundación

Anastasio de Gracia-AGFITEL junto a

la Asociación de Amigos del Archivo

Histórico Provincial de Guadalajara. En

ellas se recogen diez ponencias y más

de 30 comunicaciones que abordan el

mundo del trabajo y de la memoria

obrera, desde la perspectiva de los

archivos sindicales y de empresas, así

como desde la Universidad;

constituyendo un compendio de gran

interés para todos los estudiosos e

interesados en la historia del

movimiento obrero y en los archivos del

mundo del trabajo y la empresa

La publicación realiza una reseña de la

exposición 120 años del primero de

mayo, que acompañó a las Jornadas y,

posteriormente, recorrió cinco ciudades.Al acto asistieron Riánsares SerranoMorales, directora del ArchivoHistórico Provincial de Guadalajara;Antonio Caballero García, miembro dela junta directiva de la Asociación deAmigos del Archivo HistóricoProvincial de Guadalajara y AntonioMoreta Santamaría, director técnico dela Fundación Anastasio de Gracia-AGFITEL.La publicación es una coediciónrealizada por la Asociación de Amigosdel Archivo Histórico Provincial deGuadalajara y la Fundación Anastasiode Gracia- AGFITEL. En ellas serecogen 10 ponencias de primera línea,y más de 30 comunicaciones queabordan el mundo de trabajo y lamemoria obrera desde la perspectiva delos archivos sindicales y de empresasasí como desde la Universidad; siendode gran interés para todos losestudiosos e interesados en la materia.El cierre de dichas jornadas se llevó acabo con la celebración de una mesaredonda donde se debatió sobre los retosde la organización del trabajo en unmundo globalizado moderado por Alicia

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Gómez Montano, directora delprograma Informe Semanal de RTVE.Con motivo de la celebración de las IXJornadas, se inauguró la exposición 120años del 1º de Mayo, que ha recorridodesde entonces las ciudades deCórdoba, Sevilla, Sigüenza y Talavera,siendo visitada por más 15.000personas. Las jornadas sobreinvestigación en archivos que secelebran con un carácter bianual desde1994, se han convertido en un punto deencuentro de investigadores,historiadores y archiveros, siendo unreferente nacional en la materia.

Nueva Alcarria y pag web deAGFITEL

Viaje en bicicleta por la PatagoniachilenaJuanjo Jiménez (texto yfotografías)

Editorial La Siesta del Lobo Albacete,2011; 96 páginas

Juanjo Jiménez (La Gineta, Albacete,1961) tiene tras sí una extensatrayectoria como artista plástico yfotógrafo, dedicaciones que están

ligadas a sus viajes cada vez máslejanos, primero en furgoneta, y luegoen avión, siempre con la bicicleta acuestas. Hasta ahora solo los habíadecantado por medio de la cámara y lospinceles. De pronto ha sentido lanecesidad de añadir un género más a suscrónicas, el diario. Viaje en bicicleta ala Patagonia chilena es como el títulodel libro: cuenta lo que ha visto y vividoy lo cuenta sin afanes literarios, con unasencillez que termina imantando allector. Es engañoso. Parece unaaventura discreta, sin grandes riesgos,como no sean los que introducen losmalos pavimentos de los caminos o elacecho de los elementos atmosféricos,que siempre resultan más amenazadoresen aquellos territorios apartados. Unciclista contra la lluvia inclemente,contra el cansancio, contra las cuestasinterminables, contra los caprichos queimponen la pobreza y la lentitud de lostransportes, todo en medio de un paisajeque invade la escritura y que acompañaal texto a través de las fotografías enblanco y negro con que se ilustra ellibro. Es un objeto delicado. Alterminarlo, nos queda entre las manos lasoledad de un hombre que se busca enmedio de un paisaje casi virginal y quecoincide en el camino con otrossolitarios como él, venidos de las partesmás remotas de la tierra. Sonprotagonistas de esta historia que uno vaentendiendo poco a poco que no es fácilde emprender. Hace falta esadisponibilidad de tiempo, pero sobretodo ese desprendimiento de nuestrarealidad cotidiana, compuesta detecnología y cultura, a la que estamossujetos casi sin saberlo. Como decía unaventurero de la Antártida, paraembarcarse en este tipo de viajes hacefalta tener muy poca imaginación,porque en medio de tanta soledad, almás mínimo ruido podemos atribuirlecausas tan diversas y fantásticas queacabaríamos volviéndonos locos.Arturo Tendero