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INSOLENCIA Y POLÍTICA: ANOTACIONES ACERCA DE UNA RELACIÓN OLVIDADA Edgar Straehle 1 Universidad de Barcelona Resumen: La insolencia ha sido hasta ahora un término dejado de lado en la filosofía política. En este artículo se denuncia este olvido y se repasa brevemente la historia de este concepto, deteniéndose en la figura del bufón y en el rol del carnaval. Luego, se esboza un análisis de su situación actual y se plantea la posibilidad de que la insolencia pueda recuperar la significación política que desempeñó antaño. Palabras clave: Insolencia, bufón, carnaval, cinismo, Michel Meyer. Abstract: Insolence has been till now a concept, which wasn’t important for political philosophy. This article reports this absence and describes briefly its history, focusing on phenomena as the jester and the carnival. Afterwards we analyze the current situation of insolence and we discuss the possibility that it could regain the political meaning, which had had formerly. Keywords: Insolence, Lester, Carnival, Cynicism, Michel Meyer. 1 El presente trabajo se ha realizado dentro del marco del proyecto de investigación «Filósofas del siglo XX: Maestros, vínculos y divergencias» (FFI2012-30465) y ha podido llevarse a cabo gracias al apoyo de la Secretaria d‘Universitats i Recerca del Departament d’Economia i Coneixement de la Generalitat de Catalunya (2013FI_B 01083). OXÍMORA REVISTA INTERNACIONAL DE ÉTICA Y POLÍTICA Núm. 3. Otoño 2013. ISSN 2014-7708. Pp. XX-XX

6. Insolencia y Política_Edgar Straehle (2014!08!16 21-23-53 UTC)

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INSOLENCIA Y POLTICA: ANOTACIONESACERCA DE UNA RELACIN OLVIDADAEdgar Straehle1Universidad de BarcelonaResumen:La insolencia ha sido hasta ahora un trmino dejado de ladoen la flosofa poltica. En este artculo se denuncia este olvidoy se repasa brevemente la historia de este concepto,detenindose en la fura del buf!n y en el rol del carnaval.Lueo, se esbo"a unan#lisis de susituaci!nactual y seplantea la posibilidad de $ue la insolencia pueda recuperar lasinifcaci!n poltica $ue desempe%! anta%o.Palaras !la"e: &nsolencia, buf!n, carnaval, cinismo, 'ichel 'eyer.Astra!t:&nsolence has been till no( a concept, (hich (asnt importantforpolitical philosophy. )hisarticlereportsthisabsenceanddescribesbrie*yitshistory, focusinonphenomenaasthejester andthecarnival. +fter(ards (eanaly"ethecurrentsituationof insolenceand(ediscussthepossibilitythat itcould reain the political meanin, (hich had had formerly.#e$%&rds:&nsolence, Lester, ,arnival, ,ynicism, 'ichel 'eyer.-ecibido. /01021301/+ceptado. 041111301/1El presente trabajo se ha reali"ado dentro del marco del proyecto deinvestiaci!n56il!sofas del silo 77. 'aestros, vnculos y diverencias8966&3013:/0; y ha podido llevarse a cabo racias al apoyo de la ?ecretariad@Universitats i -ecercadel Aepartament dEconomiai ,oneiBement delaCeneralitat de ,atalunya 9301/6&DB 0104/>. E7F'E-+ -EG&?)+ &H)E-H+,&EH+L AE I)&,+ J KELF)&,+HLm. /. Eto%o 301/. &??H 301;:MM04. Kp. 77:77&nsolencia y poltica 3NLa insolenciaO Es $ui"# la Lnica manera $ueeBiste hoy de hacer justicia a la justicia y derestituir las diferencias a su justa medida, yasea por eBceso o por defecto. NLa insolenciaOUnpasosindudamodestoylimitadoparares$uebrajar las certe"as y las imposturassociales, pero$ueresultam#sefca"delo$ue habitualmente se cree, sobre todocuando se trata de sacudir a $uienes dejamosPsea por debilidad o comodidad P $ue seapoderendenuestrodestinosintener unacapacidad real para ello.'ichel 'eyer. La insolencia 9122. La insolencia es un trmino $ue apenas se tiene o se ha tenido encuenta en el campo de la flosofa poltica. Kor lo eneral, se la entiendecomolaconductairreverente$uetransredeoviolentacostumbres,comounaformadecomportarseindudablementeneativaeinclusoblasfema $ue desautori"a a $uien la pr#ctica y $ue por lo tantoconvendra evitar a toda costa. La insolencia $ue, de manera concisa elAiccionario de la -eal +cademia Espa%ola 9A-+E> defne en su primeraacepci!n como Qatrevimiento, descaroR, no sera m#s $ue una indudablemuestradetemeridad$ue, confacilidad, conduciraalaeBclusi!nodesprestiio, por lo$uetildar aaluiende5insolente8setraduceautom#ticamente como un insulto o cuanto menos una descalifcaci!n.La poltica actual se rie por unos c!dios, m#s estrictos o m#s laBosseLn el caso, $ue afectan al verbo y a la indumentaria de las personas,aun$ue tambin pueden ser oportunamente transredidos, enocasiones incluso como una calculada y estratica maniobra poltica.Ae todos modos, no faltan ocasionales casos de controversia como losprotaoni"ados por la linajuda diputada +ndrea 6abra, $ue alcan"! unafua" notoriedad por haber eBclamado QSTue se jodanUR en medio delconresocuandoseanunciabanunosrecortescontralosparados. Lo$ue pervive, m#s all# de unas cuantas bochornosas situacionessemejantes, es la imaen de $ue la poltica no puede separarse de unasuerte de esprit de srieux $ue, recurriendo a la al$uimia de los estos,atuendos y palabras, a la hora de la verdad camu*ara la autntica faltaE7F'E-+ -EG&?)+ &H)E-H+,&EH+L AE I)&,+ J KELF)&,+HLm. /. Eto%o 301/. &??H 301;:MM04. Kp. 77:77Edar ?traehle /de seriedad y responsabilidad con las $ue se asocia la pr#ctica de lapoltica real, en especial por lo $ue concierne a nuestro pas. Ae alLnmodo, los actos o actitudes insolentes, precisamente por$ue stoscuadraran perfectamente con la rutina de muchos de los polticos deofcio, es lo $ue debera ser eBtirpado para esconder la irrespetuosidad,incluyendo el atrevimiento y el descaro, $ue yacen detr#s de muchas delasdecisiones$ue setoman en losparlamentos o despachos,pornohablar de las miradas de episodios de corrupci!n $ue plaan elescenario poltico espa%ol.El mrito de 'ichel 'eyer 9122, $uien est# detr#s de muchos de lospensamientos de este artculo, ha sido recuperar el trmino5insolencia8. Il ha esclarecido su etimoloa, f#cil de intuir, y ha tra"adosucintamenteel recorridohist!ricoyliterariodedichoconcepto. Lainsolencia se opone al verbo latino solere, el tener por costumbre, por lo$ue se asocia a otros vocablos como 5ins!lito8 o 5insulto8, formando untri#nuloenel $uevamosatratar deprofundi"ar alolarodelassiuientes p#inas. Este sinifcado permanece sin randes cambios enel )esoro de la Lenua ,astellana o Espa%ola de ?ebasti#n de,ovarrubias, editado en 1 acabaronpor ponerse al servicio o bajo la estela de alLn monarca del momento.En su caso, el inters por llamar la atenci!n obedeca a ra"ones hartodistintas,la bLs$ueda de renombre o de ascensi!n socialen eneral,aun$ue no por eso loraron librarse del apelativo de buf!n. Ae hecho, el historiador Kaul Va"ard 91224> cuenta $ue una popularcomposici!n burlesca de la poca, redactada por sus enemios, fue Lahistoria de los Cacouacs. )ra"ando un smil con los pensadoresilustrados, se relataba el descubrimiento de una nueva tribueBtremadamentepelirosa, $uehabaintroducidoel relativismoylafalta de respeto a la autoridad en el seno de la sociedad, por medio depalabras de aspecto dulce pero sumamente deletreas en verdad, y $ueeste mal Lnicamente pudo ser conjurado y vencido racias al salvfcoE7F'E-+ -EG&?)+ &H)E-H+,&EH+L AE I)&,+ J KELF)&,+HLm. /. Eto%o 301/. &??H 301;:MM04. Kp. 77:77Edar ?traehle Muso del silbato. El abucheo del pLblico, al "aherir su elevada autoestima,habra sido la Lnica manera de doblear esta terrible amena"a. El buf!n, a diferencia de ellos, no se disfra"aba con los ropajes de susse%ores ni se ofenda por la ausencia de Bito. Il conoca su condici!n,los jalones $ue sta le impona. Il no $uera pasar desapercibido con suvestimenta y sumarse a los otros sino reafrmar su diferencia ysinularidad, aparecer de forma inconfundible incluso para $uien no lohubiese visto nunca con anterioridad. Kor eso, l evidenciaba tambinen lo fsico su capacidad de subversi!n. El presente, como resultado delpasado, comoleadodelatradici!n, ad$uiraunrostrosarado$ues!loaluienradicalmenteajenopodacuestionar, unser $uefuesereconocidoy sereconociesecomoeBtra%o, sinular yvisiblementediferente, una especie de b#rbaro $ue no es eBtranjero.En realidad, en el buf!n medieval tan s!lo se producira la funci!n dela liminalidad eBpuesta por Gictor )urner en El proceso ritual 91244>. Esel personaje dbil, muchas veces cojo, deforme o contrahecho, elfsicamente condenado a ser distinto y $ue para alunos es monstruoso,$uien a menudo se sitLa consciente y deliberadamente dentro y fuerade la sociedad. ?eLn este antrop!loo brit#nico, toda cultura presentaunaformadeeBterioridaddentrodes, unlimenoumbral $ueldenomin!Communitasy $ue se contrapone y se enfrentapersistentemente a la estructura social. Ista no lo comprendera todo ypor eso debe dar cuenta tambin de las disonancias y contradicciones,procurando reinterar los puntos de fua $ue inevitablemente aparecenysedesarrollanensusenoy $ue, al fnyal cabo, tambinsonnecesarios para su misma perdurabilidad, a fn de no ser vctimas de lapropia fcci!n y poder solventar los con*ictos futuros antes de $ue stosseanmuchom#sraves. Karaello, laoposici!nylatransresi!n, lainsolencia, deben enmascararse bajo el rostro de lo humilde einofensivo, de lo denirante o inominioso.Aespus de esta aproBimaci!n un tanto ideal, es$uem#tica yfor"osamentesucinta, seconstata$ueel buf!ncomparececomounE7F'E-+ -EG&?)+ &H)E-H+,&EH+L AE I)&,+ J KELF)&,+HLm. /. Eto%o 301/. &??H 301;:MM04. Kp. 77:77&nsolencia y poltica 4afuera, m#s o menos institucionali"ado, $ue tiene por funci!n el decir laverdad. J as nos topamos con la paradoja del buf!n, a saber, $ue no esnadains!lito$uel secomportedemanerains!lita. Ensufuraseejemplifca $ue la diferencia s!lo puede ser eBpresada por lo diferente,a no ser $ue aluien se atreva a incurrir en un rieso todava mayor. Isees, sin duda, el precio $ue debe paar con frecuencia la verdad. Ista sedebe disfra"ar de eBtra%a, y en cierto sentido enajenarse, para ser dichay, deestemodo, perder supotencial revolucionario, conlo$ueenmuchos casos acaba por ser domesticada o neutrali"ada. La verdad sellea a convertir en alo merecedor de ser insultado : y no sorprende$ue se llame sabandijas de palacio a los bufones en Espa%a : o, cuantomenos, denotener $ueser tomadoenserio. +s, por ejemplo, hasobrevivido hasta nuestros das la eBpresi!n Qser un buf!nR $ue cuandoesaplicadaaotro9Qstenoesm#s$ueunbuf!nR>suponeel obviodesprecio por lo $ue se dice y sobre todo por $uin lo dice. Ho obstante,importante es recalcarlo, no por ello se deja autom#ticamente deescuchar. El menosprecioolarisapLblicaavecessolamentesonlam#scara tras la $ue se oculta el inters con $ue se recibe la crtica delbuf!n. Iste escucha, pero tambin puede ser escuchado atentamente,por lo$uenoeseBtra%o$ueel mencionado)riboulet, yotrosm#s,acabaran por devenir valiosos y valorados asesores polticos delsoberano.Etra instituci!n liminal caracterstica de la tradici!n occidental serael carnaval, $ui"# el momento de la inversi!n por eBcelencia del pasadoeuropeo, donde la risa sustitua alesprit de srieuxy se mofabadespreocupadamente de ste, escarneciendo y ridiculi"ando a laspersonas $ue, como Esiander o ?an [uan de ,apistrano, predicaban encontra de la celebraci!n de estas festas 9Veers, 1244>. )ales espaciosde inversi!n de las verdades sociales se han prodiado, como haafrmado Gictor )urner, en todas o por lo menos en muchas culturas. Lafura de )ersites en La Ilada, por ejemplo, ya habla de aluien horrible,deforme y, por supuesto, con una personalidad e$uivalente a su fesimaE7F'E-+ -EG&?)+ &H)E-H+,&EH+L AE I)&,+ J KELF)&,+HLm. /. Eto%o 301/. &??H 301;:MM04. Kp. 77:77Edar ?traehle 2apariencia. Il denunci! $ue la uerra de )roya haba sido causada por laarroancia de +amen!n y por las ansias de conseuir botn, ra"!n porla $ue es tildado de cobarde y humillado por Ulises delante de la tropa,$uien lo derriba y le hacellorar,mostrandopLblicamentesufalta devirilidad. '#s adelante, empero, su fura ha sido rescatada, por autorescomo Veel o Hiet"sche, y ha sido visto como uno de los precursores dela crtica social.Ho es ste el luar para enumerar los diferentes personajeshist!ricos, literarios o incluso monumentales 9como el popularManneen !isde Bruselas> $ue se han situado en este umbral.?olamente $ueremos a%adir alunas observaciones sobre ese otro ladodelaculturaasociadoal carnaval, consusfestasdelocos, larisapascual, el mardi gras o la festa del asno, donde este animal asuma elprotaonismo en esta versi!n alternativa del relato bblico de la huda aEipto. El carnaval reverta el mundo por unos instantes y lotransfuraba en un espacio liminal caracteri"ado por la abundancia, eldescontrol ylaebriedad, por lo$ueseevocabanpasesimainarioscomo [auja, ?chlara\a o la ,uca%a. En estos festejos lo bajo ocupaba loaltoy, por eso, noeracasualidad$uefueseel buf!n$uienhicieramuchas veces el papel de rey. E, en otros casos, $ue la mujer ocupaseesta posici!n y fuese a la uerra, mientras $ue el hombre se $uedabaen casa para reali"ar las tareas domsticas. En estas celebraciones, la risa, como vehculo de liberaci!n y tambindelibertad, seimponasobrelaseriedadofcial y,poreso, el mismo[esLs en la cru" no paraba de pronunciar frases en las $ue peda m#salcohol. En la misa, mientras tanto, los creyentes rebu"naban en ve" dedecir amn. Los mismos curas participaron masivamente en estosfestejos y furas eminentes como Kierre de ,orbeil, ar"obispo de ?ens,se apuntaron a escribir un "#cio de la #esta de locos, para desracia deloscrticosposteriores$uevieronentodoestoundiab!licoresiduopaano. ?in embaro, el ran autor de esta dimensi!n poco seria de larealidad, al menos en opini!n de 'ijail Bajtin 9300/>, no puede ser otroE7F'E-+ -EG&?)+ &H)E-H+,&EH+L AE I)&,+ J KELF)&,+HLm. /. Eto%o 301/. &??H 301;:MM04. Kp. 77:77&nsolencia y poltica 10$ue 6ran]ois -abelais, perteneciente al mismo silo 7G& en $ue, con la-eforma y la ,ontrarreforma, se puso fn a estos irreverentes ydesenfrenados estallidos de efervescencia social. ,onel tiempo, loscomponentespornor#fcoyescatol!icodelorotesco ser#n vistos como alo de mal usto y ser#n sustituidos por loc!mico, mucho m#s civili"ado y refnado, por lo $ue, sobre todo en elsilo 7G&&&, se lamentar# $ue un inenio como elde -abelais hubiesecadoentalesbaje"asyconsiuientementesepublicar#nversioneseBpuradas de sus obras, como hicieron tanto el abad de Barsy como elabad Krau. Esta repulsa enerali"ada hacia el humor de -abelais fueeBpresada de manera ejemplar por Goltaire en las siuientes lneas.-abelais, con su libro eBtravaante e ininteliible, ha difundidouna enorme alera y una impertinencia aLn m#s randeZ haproducido la erudici!n, las basuras y el hastoZ se encuentra unbuen cuento en dos p#inas a cambio de volLmenes deestupidecesZ s!lo alunas personas de usto eBtravaante seobstinanencomprender yestimar esaobraZ el restodelanaci!nseredelasocurrenciasde-abelaisydespreciaellibro. ?eleconsideracomoel buf!nnLmerouno, laentelamenta$ueunapersona$uetenatantoespritucomol,haya hecho tan mal uso de steZ es un fl!sofo borracho $ueha escrito bajo los efectos de la embriaue" 9citado en Bajtin,300/. 10M>.Laaleradepersonajesinsolentes enel cursodelahistoriaessumamente amplia y entre ellos probablemente desta$ue Ai!enes elcnico como su mayor representante, por todo el conjunto de ancdotassuyas$uehanperdurado, seaenrelaci!nalo$uepensabaoasusescandalosas costumbres seBuales. ?abido es, adem#s, $ue en suopini!nlom#shermosoparaloshombreseralaparresa, traduciblecomo sinceridad o fran$ue"a 9vid. Ai!enes Laercio, 300M. /10>.33 Ho por casualidad 6oucault se interes! por el cinismo al fnal de su vida y lovio como una cateora o una actitud hist!rica $ue atraviesa la historiaoccidental. Enestesentidoescribi!losiuiente. QEl cnicoesunparia, unvaabundo. J al mismo tiempo, el cinismo aparece como el nLcleo universal dela flosofa. Est# en el cora"!n de la flosofa y el cnico deambula en torno de lasociedad sin ser admitido en ella. Karadoja interesanteR 96oucault, 3010. 31M>.Kor lo tanto, se dara una situaci!n an#loa a la del buf!n, donde la eBpresi!ndelaverdadylaeBclusi!nestaranemparejadas, peseatratarsedeunaverdad dicha y compartida por los dem#s. E7F'E-+ -EG&?)+ &H)E-H+,&EH+L AE I)&,+ J KELF)&,+HLm. /. Eto%o 301/. &??H 301;:MM04. Kp. 77:77Edar ?traehle 11'ichel 'eyer, por su parte, ha hecho hincapi tambin en la fura de?!crates como insolente, lo $ue ha sido compartido por otros autorescomo Kierre Vadot 93004> y Les"eX YolaXo(sXi 912, $uien a su ve" loha califcado como un buf!n. +dem#s, ?!crates tambin habra sido laranencarnaci!ndel ideal deparresaenopini!nde'ichel 6oucault93002>, mientras $ue en la poca de -abelais todava se rememoraba suvnculoconlossilenos./?!crates, encoherenciaconloanterior, seconsideraba a s mismo como el t#bano $ue incordiaba a la ente de sutiempo, cuestionando sus verdades y les obliaba a re*eBionar. 'ichel'eyer o Varvey ,oB 912M3> tambin han incluido a [esLs dentro de lainsolencia y tanto l como el fl!sofo rieo paaron su osada con lamuerte. Lo curioso es $ue ambos fueron sucedidos por lo $ue YolaXo(sXi hallamadoclrios. Klat!n, deacuerdoconlainterpretaci!ndeVannah+rendt 9122M>, se propuso romper con el discurrir propio de la polis paraimplantar un modelo flos!fco eBterno, fundado en la permanencia y enla in*eBibilidad, donde la asunci!n de la verdad no dejaba espacio a ladoxani al cuestionamientoZ el mayor ejemplodeelloseraladobleperiagogoirodel fl!sofoenel mitodelacaverna, primeroparaescaparsedelasociedadyencaminarsepor lasendadelaverdad,lueoparavolvereimponerlaalosdem#s. [esLs, encambio, habrasido sucedido por una &lesia $ue lo elev! a la cateora de Aios y $uedurante la mayor parte de su historia no ha tenido reparos en perseuircual$uier conato de heterodoBia.?endos ejemplos nos interesan por$ue, m#s all# de la lecturahist!rica $ue se haa de ellos, muestran $ue la insolencia puede/-abelais, de hecho, en el pr!loo de Garganta, despus de apuntar $ue elfl!sofo rieo era semejante a los silenos, describe su aspecto fsico con lassiuientes palabras, por cierto procedente de Erasmo. QHo habrais dado por lunamondadecebolla, tanfeoerasucuerpoyridculosuporte. lanari"puntiauda, la mirada bovina, el rostro de un lun#tico, llano en sus costumbres,rLsticoensuvestimenta, pobreenbienes, desafortunadoconlasmujeres,inepto para todos los ofcios de la repLblica, siempre riendo, siempre bebiendoconunosuotros, siempredechan"a, siempredisimulandosusaberdivinoR9-abelais, 300.E7F'E-+ -EG&?)+ &H)E-H+,&EH+L AE I)&,+ J KELF)&,+HLm. /. Eto%o 301/. &??H 301;:MM04. Kp. 77:77&nsolencia y poltica 13devenir su contrario. La herencia de la conducta insolente puede derivary ha derivado en muchas ocasiones en la petrifcaci!n de lo afrmado,enunareiteraci!ndepalabras$ueconfrecuenciallevaasumismabanali"aci!n y traiciona el sentido oriinal. La insolencia, al fn y al cabo,esuncasoparticularmentedifcil demmesis. Enalunoscasos, suimitaci!n o prolonaci!nsolamente retendra lo material, un conjuntode afrmaciones $ue repetidas sin cesar desembocaran en una formadedomatismo, comohabrasucedidoconel cristianismo. Enotroscasos, se conservara sobre todo el esto formal, lo $ue derivara en lamultiplicaci!n de la insolencia y, perd!n por la palabra, el de suconsiuiente inocui$aci%n. La insolencia se convierte entonces en modao una especie de tradici!n y se desnaturali"a. Entonces hablaramos dela transresi!n por la transresi!n, un af#n de ruptura $ue noperseuiram#s$uelaprovocaci!nollamar laatenci!n, porlo$uedejara de ser propiamente un compromiso con la verdad y, sobre todo,la contracci!n de un rieso. Boris Croys ha sido uno de los mayores crticos a esta tendencia y haescrito, refrindose a la din#mica interna de lo $ue se reconoceofcialmente como arte, $ue Qromper con lo antiuo no es una decisi!nlibre $ue tena como condici!n previa la autonoma del hombre, o $uese eBprese o aseure socialmente esa autonoma, sino $ue es,eBclusivamente, la adaptaci!n a las relas $ue determinan elfuncionamiento de nuestra culturaR 9Croys, 300=. 1=>. Il llea a hablardeunaeconomadelanovedaddondelainnovaci!nsedestapaenverdad como una adaptaci!n neativa, pero una adaptaci!n al fn y alcabo, lo $ue el autor alem#n denomina un conservadurismo del futuro.Laautnticaruptura, por lotanto, sedesvanecerapor culpadelaeBistencia de una novedad fcticia, artifcial, meramente formal yabsolutamente inofensiva. ?e tratara, sin duda, de un simulacro o unaburla de la misma insolencia.Estadin#micanoharam#s $uereproducir lal!icainternadelcapitalismo. + decir verdad, podramos considerar a ste como el mayorE7F'E-+ -EG&?)+ &H)E-H+,&EH+L AE I)&,+ J KELF)&,+HLm. /. Eto%o 301/. &??H 301;:MM04. Kp. 77:77Edar ?traehle 1/eBponentedeestainsolenciavaciadadecontenidoydevalor, porsupuesto en el sentido de coraje, pues l sobrevive racias a depositarsu destino y esperan"a en la ruptura, racias al ran potencialresinifcador $ue es capa" de desplear. Luc BoltansXi y ^ve ,hiapello93003> han mostrado c!mo el capitalismo detenta y ha despleado lainmarcesible capacidad de metamorfosearse y reenerarse racias a lascontinuas crticas vertidas en contra de l. Las crticas de las revueltasestudiantiles de los la ruina de este sistema econ!mico. Elcapitalismohabraloradoacabar conlos valores feudales perosedescubriram#scomounprocesoo, mejordicho, unatransici!n$uecomo una poca en s, por no poder ser propiamente autosubsistente,por ser m#s una enera $ue disuelve y destruye todo lo $ue leentorpece o refrena, incluyendo los valores familiares y hasta losrelativos a la misma propiedad privada.?chumpeter proporcion! una visi!n idiosincr#ticamente rom#ntica delcapitalismo, sa"onada de elementos apocalpticos, $ue seLn l$uedaba epitomi"ada en una inscripci!n de la Vansa de Bremen en la$ue se lea. Qnavigare necesse est, vivere non necesse est'( navear esnecesario, vivir no es necesario. El capitalismo lo conceptuali"asustancialmente como una ran aventura, como una frentica vocaci!npor la ruptura, como una perpetua y apresurada inversi!n de lo anterior$ue encajara perfectamente con la concepci!n desleda de lainsolencia. Ista, m#s $ue como un desafo, aparecera ahora como elmotor del proreso. +s nos toparamos con un capitalismolampedusiano 9Qcambiarlo todo para no cambiar nadaR> o tambinpr!Bimo alclebre epirama de +lphonse Yarr 9Qplus )a change, pluscest la m*me choseR>, con lo $ue la insolencia habra $uedadosepultadayreempla"adapor unainsolenciadenuevocu%o, enunamuestra m#s de resinifcaci!n.Lainsolencia, inicialmenteel temerarioestodeunos pocos, alldonde lo ins!lito conduca con frecuencia al insulto, se desvanecera porE7F'E-+ -EG&?)+ &H)E-H+,&EH+L AE I)&,+ J KELF)&,+HLm. /. Eto%o 301/. &??H 301;:MM04. Kp. 77:77Edar ?traehle 1=culpa del eBceso de partidarios y del vaciamiento sem#ntico, lo $ue sindudacontienealunosparalelismosconel clebreestudio$ueKeter?loterdijXhareali"adoacercadelaevoluci!nhist!ricadel $uinismo9+ynismus> al cinismo 9,ynismus>, donde se habra pasado de la furadeAi!enesalmandeVeideer9?loterdijX, 300/>. )ambin'ichel'eyer ha se%alado el peliro de $ue la insolencia co$uetee demasiadocon el rostro actual del cinismo, el cual afectara a una buena parte delasociedad 9'eyer, 122. +l contrario $ue enel pasado, lainsolencia ha pasado a ser un fen!meno habitual pero tambinindispensable. +s se conseuira alimentar la apariencia de un cambioconstante $ue propicia $ue nada cambie realmente. Ae hecho, la insolencia cl#sica, por denominarla de alLn modo, seraactualmente irreconocible, al menos a simple vista. +ntes, como en loscnicos o en los bufones,la eBterioridad entra%aba un contenido,unaruptura y, por supuesto, un sacrifcio, por la marinaci!n $ueeneralmente desencadenaba. El insolente apareca como un otro o unbastardo de la sociedad. &ncluso ?!crates es recordado por su eBtremafealdad, lo $ue era especialmente sinifcativo en la cultura riea y loconverta en alo semejante a un insolente involuntario. Entonces, enesos momentos en $ue la diferencia estaba proscrita o perseuida, lainsolencia poda presentarse como un esto heroico. +hora $ue elsistema econ!mico se nutre de la diferencia y la fomenta por do$uier,sinimportar$ueefectivamentesetrateamenudodeunadiferenciaartifcialmente producida y en modo aluno pelirosa, nos encontramoscon $ue la abundancia de esta insolencia sinifca de paso lainvisibili"aci!n e inocui$aci%n de la cl#sica. La trada insolencia:ins!lito:insulto dejaran de aparecer conjuntamente.N+caso hemos perdido la capacidad de ser insolentesO Kara muchosseraefectivamenteas, comoseinferedeesas voces fatalistas yresinadas $ue no ven ninLn tipo de salida al capitalismo y lo ven todocontaminado de su presencia, por lo $ue recelan de cual$uier proyectoomovimiento$uedeclarairencontradel. El capitalismoapareceE7F'E-+ -EG&?)+ &H)E-H+,&EH+L AE I)&,+ J KELF)&,+HLm. /. Eto%o 301/. &??H 301;:MM04. Kp. 77:77&nsolencia y poltica 1, losderechos9tans!lo hay $ue recordar la un#nime recepci!n medi#tica $ue tuvieron losescraches> o cual$uier ley viente 9a los indinados se los acus! en unprincipio de vulnerar el obliado da de descanso antes de laselecciones, da $ue en las elecciones enerales de 300; s$ue habasido infrinido sin ver_en"a aluna por los dos partidos mayoritarios>.+dem#s, por supuesto se recurre a clichs para desprestiiar unheteroneomovimientoporenteroysetildaasusparticipantesdeandules, borrachos o inmaduros, como si fueran un hatajo de inLtiles ounos ridculos bufones de nuevo cu%o. ,omo eBtremo, tambin se loscalifcadeviolentoseinclusodeterroristas, apelativocadave"m#shabitual por desracia. Kor lo eneral, se me"clan todas estas y otrasm#s estrateias de descalifcaci!n y difamaci!n, sirvindose deE7F'E-+ -EG&?)+ &H)E-H+,&EH+L AE I)&,+ J KELF)&,+HLm. /. Eto%o 301/. &??H 301;:MM04. Kp. 77:77&nsolencia y poltica 14continuas falacias de arumentaci!n, especialmente un usoindiscriminado del arumento ad hominem o la reductio ad hitlerum.Lo $ue de esta manera pretenden dejar claro es $ue cual$uier polticaalternativa constituye como mnimo un sainete o una pantomima, unafarsa $ue Lltimamente recibe el apelativo de antipoltica.Efectivamente, no se tratara de una poltica seria, como si esto fuerasin!nimoderespetable, dondelo$ueserespetasonjustamenteloselementos o instituciones $ue son objeto de crtica y burla por parte delotro lado. En un caso curioso de inversi!n nos encontraramos, por unaparte, con alunos bufones disfra"ados de polticos serios y, por la otra,con la reivindicaci!n de unos problemas serios $ue son interpretados ypresentadosalapoblaci!ncomounabufonada. 'uchasveceseselmismo buf!n disfra"ado el $ue denuncia apresuradamente la &u/oneradel otro. La seriedad, por tanto, podra coincidir parad!jicamente con elhecho de proyectar a los dem#s lo $ue uno mismo es en la realidad.J no s!lo se procede de esta manera respecto a las movili"acionesdel presente sino tambin con las del pasado, de modo $ue la historiacomparece obviamente como uno de los campos de batalla m#spolticos e ideoloi"ados en la actualidad. La lectura sesada $ue se hahecho del mayo del .E7F'E-+ -EG&?)+ &H)E-H+,&EH+L AE I)&,+ J KELF)&,+HLm. /. Eto%o 301/. &??H 301;:MM04. Kp. 77:77&nsolencia y poltica 30criterio de sus voceros o partidarios mejor situados. Kor eso, losindinados, el escrache o la piratera 9donde la misma palabraconstituy! una polmica y calculada elecci!n poltica> son tandenirados en la palestra de los media y perseuidos, especialmente enel Lltimocaso, conpenasjudicialestotalmentedesproporcionadas, lo$ue demuestra claramente $ue estas iniciativas pueden llear aconstituir o constituyen ya amena"as reales. Aetr#s de ellas se planteancuestiones fundamentales $ue, en caso de tener Bito, podrantransformar variosaspectoscardinalesdelasociedadactual, lo$ueobviamente es causa de temor.La insolencia pervive, aun$ue a veces se advierta racias a $ue losotros son los $ue con sus reacciones consideren a uno como insolente y,en el presente, sin $ue uno tena $ue ser necesariamente conscientede serlo. Tue la insolencia se haya invisibili"ado en ran medida o $ueel aspecto eBterior ya no sea una fuente fable para saber $uin es elinsolente, provoca $ue sea m#s difcil $ue ste sea reconocido por losotros miembros de la sociedad, mas tambin por el obierno e inclusopor uno mismo. 'uchas iniciativas han descubierto su potencial polticopor culpa de los ata$ues, condenas o persecuciones $ue han sufrido porpartedeciertasinstitucionesofcialesoparaofciales. &nternetaportanumerososejemplos, dondeproyectoscomoel/reeso/t1arefuerontachadosdecomunistaspor Bill Catesy?teveBallmer,aun$uehaymuchos otros fuera de l. Kor eso mismo, no debe eBtra%ar en absolutoel cultivoeBaeradodelo$uesehavenidoallamarlasociedaddecontrol.Vablardelainsolencianoeshablardeunfen!meno$uetans!lopertene"ca al pasado y a$u creemos $ue todava puede ser un acto deresistencia, y $uin sabe si de alo m#s. J lo $ue la insolencia revela es$ue todava $uedan acciones $ue tienen la capacidad de enerarmiedo, lo $ue sin duda debera ser cierto motivo de esperan"a. J estetemor vendra probablemente por$ue, aun$ue se tienda a eBpresar locontrario, todava hay elementos sarados, intocables, $ue debenE7F'E-+ -EG&?)+ &H)E-H+,&EH+L AE I)&,+ J KELF)&,+HLm. /. Eto%o 301/. &??H 301;:MM04. Kp. 77:77Edar ?traehle 31permanecer inviolados. Los modelos descritos por ?chumpeter oBoltansXi y ,hiapello transmiten una imaen de perenne transformaci!n$ue $ui"# solamente sea posible si alo continLa inalterado. J la misi!nde la insolencia, la $ue siue fel al compromiso con la verdad, lo $ue lahace merecedora del insulto y de otros riesos mayores, tal ve" consistaen desvelar a$uel dominio $ue alunos desean $ue no sea tocado. Lainsolenciacomportauncompromisoconlaverdad$uenosearredra ante el insulto o el desprecio, un compromiso del $ue puedensurir actos de disidencia o resistencia asociados a la micropoltica, pero$uin sabe si tambin puede llear a ser todava el manantial de alunapoltica del futuro $ue traia alo positivo. En todo caso, la insolencia nodebera ser olvidada o desestimada.B&BL&EC-+6F++-EHA), Vannah 9122M>. 6ilosofa y polticaZ Veideer y eleBistencialismo. Bilbao. Besatari.B+[)&H, 'ijail 9300/>. Laculturapopular enlaEdad'ediayenel-enacimiento. 'adrid. +lian"a.BLE', Khilipp 93010>. Lencyclopdie. el triunfo de la ra"!n en tiemposirracionales. Barcelona. +narama.BEL)+H?Y&, Luc y ,V&+KELLE, ^ve 93003>. El nuevo espritu delcapitalismo. 'adrid. +Xal.BEUW+, 6ernando [esLs 91221>. 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