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    158 Maritza Montero

    -Lecturas complementarias recomendadas

    Este libro forma parte de una triloga que se comenz a publicar en 2003. Por lo tanto los lectores pueden encon-trar en las dos obras anteriores bases tericas y conceptua-les de los procesos y modelos aqu mencionados:

    Montero, M. (2003): Teora y prctica de la psicologa co-mrmitaria. La tensin entre comunidad y sociedad, Buenos Ai-res, Paids.

    Montero, M. (2004) Introduccin a la psicologa c01mmita-,-ia. Orgenes, conceptos y procesos, Buenos Aires, Paids.

    D.na obra que conviene leer es la de L. ~odrguez Ga-barran y L. Hernndez Landa (Investigacin participatjva, Madrid, Centro de Investigacion~s Sociolgicas, 1994), en la cual, adems de dar una perspettiva de los aspectos epis-temolgicos, metodolgicos e histricos de la IAP, se pre-sentan ejemplos tomados de la experiencia de los autores.

    Sobre los aspectos fundacionales de la investigacin-ac-cin participativa es conveniente leer el captulo de P. Park, publicado en el Handhook of Action Research (partrci-pat:ive Inqujry nnd Pmctice), dirigido por P. Reason y H. Bradbury (Londres, Sage, pgs. 81-90). All, una de las personas que trabajaron con Freire y con Fals Borda, cuan-do se iniciaba el proceso de creacin de este mtodo, rela-ta su experiencia con los dos maestros. En esa misma obra, O. Fals Balda presenta igualmente su testimonio: "Partici-patory (acJon) research in social theory" (pgs. 27-37). O tras autores de esa recopilacin hacen de ella un libro til para investigadores y docemes.

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    Introduccin

    CAPTULO 6 La investigacin-accin participativa:

    . aspectos metodolgicos

    En el captulo anterior present el cmo, cundo y dn-de se desarroll la investigacin-accin participativa (IAP) y cul es su fundamento epistemolgico, terico y tico. En este captulo sealar las bases de su condicin investigado-ra y de su aplicacin, as como la relacin esencial y consti-tuyente entre este modo de investigar y la participacin. Lo primero que debo sealar es que nO describir aqu un mo-delo o diseo fundamental a seguir, pues por su mismo ca-rcter participativo los modos de hacer IAP varan de un contexto a otro. Slo tratar de mostrar cmo es posible cunplir con las bases que dan el carcter activo y pa.rticip:-tiV() a este modo de investigar. Hago esta advertenCIa debi-do a que, con demasiada frecuencia, en la labor docente se reifican los conceptos y lo que es un proceso dinmico pue-de terminar como las mariposas de coleccin: clavados en una tabla, enmarcados y adems protegidos por un vidrio cuyo reflejo del rostro de quien los contempla se mezcla con lo contemplado. El lector o la lect~ra debe sab::r, ent?nces, que no encontrar la tarea hecha, SIllO algun~s I~~edientes que en mi prctica y la de otroS colegas ha Sido uol usar.

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    Caractersticas de este mtodo

    La IAP tiene una orientacin a la transformacin social as como un carcter ~rtico, dialgico, reflexivo, pOltico: fortalecedor de la socIedad civil y democrtico; adems es colectiva, participativa y, en su desarrollo latinoamericano no se la utiliza slo para "constatar sino para problemati~ zar", como dice Brandao (1981). Todo esto condiciona las tcnicas y modos de hacer generados por b IAP otorgn-doles los siguientes atributos:

    Ser pl'Oble'l1latizndm'l!s, en el sentido de conducir a la re-fl.e.xin y a la crtica mediante el rechazo de las explica-cIOnes y modos de ver el mundo predominantes en una-sociedad, pero que al mismo tiempo responden a inte-

    . r~es no exp~citos y actan en desmedro de la pobla- clan (o de CIertas categoras sociales dentro de ella)

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    En tal sentido, los trabajos de Fals Borda (1959,1981) su-ministran una serie de aspectos extrados de su experiencia prctica y de la reflexin que sobre la misma ha venido ha-ciendo a travs de medro siglo de trabajos con comunida-des en diferentes pases de Amrica latina. Para ese autor la IAP, por su carcter participativo, debe poseer los si-guientes rasgos:

    Altte1lticidad Y compromiso

    Esto significa que los investigadores deben mostrarse como lo que son, sin pretender pasar por "pueblo" o por "campesinos" a fm de obtener datos, o mientras se realiza el trabajo. Algo que tambin ha criticado Perdomo (1988). Los dos conceptos van juntos, pues la autenticidad es una condicin del compromiso, as como el compromiso exige la honestidad que es parte de la autenticidad. No se trata de parecer, sino de ser y de reali;ror un trabajo en el cual los AE consagren su saber y su accin a los objetivos deriva-dos de la solucin de las necesidades de los Al. La conjun-

    .. cin de estas dos. cualidades es la que permite la

    1; conjuncin de s~be.res (popula~ y cientfico) para producir / /un nuevo conoCImIento a partir de ambos. Como ya he_o '/ ;nos sealado (Montero, 2004a),. saber y compromiso de-

    ben proveny tanto de los AE como de los Al. .

    AntidoglllfltiS1Jlo

    Los AE deben abandon~r la rigidez dogmtica y estar dispuestos a escuchar y entender lo que dicen las personas de la~ comunidades con que trabajan. Alltidogmatis~o sig- nifica no anteponer a los intereses, demandas y opiniones

    prov~nientes de las comunidades las normas y los intereses personales, de las instituciones para las cuales trabajan o de

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    La ivestigndn-o("cilI pm"ticipntivfl: IIspectos lIletodolgicos [6;

    las organizaciones polticas a las cuales pertenecen. Signi-fica tambin que el compromiso fundamental es con la gente con la cual se trtlbaja, cuyas necesidades e inter:ses han motivado la accin con la que se han comprometido . Asimismo, significa estar dispuestos a dejar de lado ideas preestablecidas, tarea que ciertamente na es fcil, porque muchas veces no somos conscientes de su carcter apren-dido o impuesto y las hemos asumido como naturales, co-mo parte esencial del ser de las cosas o como la forma "correcta". Por lo tanto, no se debe llegar a las comunida-des con un plan rgido, trazado a espaldas de las personas que las conforman o imbuido de teor~as; ~o porque las t~oras sean malas, sino porque se estara olVIdando que eXIste una prctica, una historia, una cultura y condiciones de vi-da que es necesario conocer y tom~r e~ cuenta. Y esta ~dvertencia es vlida para los dogmatismos de cualqUIer signo, direccin y 'origen, pues se dirige a contrarres~ar to-da forma autoritaria de imponer planes preconcebIdos y soluciones decretadas desde centros de poder que ignoran la voluntad de quienes sufren los problemas o desean el cambio. Las posiciones dogmticas suponen una actitud de

    bas~ profundamente arrogante que supone que la verdad, el saber y la ciencia estn en un slo lugar: el de los funda-mentalistas de la interpretacin del cambio social.

    Esta condicin es la garanta de que el carcter poltico de la aplicacin de la IAP en el campo de la ~si~ologa co-munitaria en el sentido de lograr un fortaleCimiento de la

    ciudadan~ y el desarrollo de la sociedad civil a travs de, la participacin (Montero, 1998, 2003a), pueda tener un cara:-ter liberador. Y ello se explica en el hecho de.que el ann-

    '. dogmatismo se. opone a la imposicin autoritar~a de concepciones polticas establecidas como form.a o~cal de la verdad que pretendan imponer los AE, conslde~andolas fl P10li como las soluciones perfec~s para cualqUIer pro-blema social. Al querer imponerlas Ignoran lo que los Al puedan decir, as como las caractersticas de su historia y

    Cristian ZamoraResaltado

  • /64 Mn";tzn M01lh7'O

    del contexto en que viven. Ya Fals Borda consideraba que tales situaciones son parte de los "colonialismos" de iz-quierda y de derecha, es decir, la "tendencia a copiar tesis e imitar autores de pases dominantes s'in tener en cuenta al medio cultural" (Fundacin Rosca, 1972: 2, citado por Fals Borda, 1981: 50).

    'Socin!i::;cill del col1oci1llif111to P"Odllddo

    ste es un aspecto fundamental y caracterstico de la IAP, defmido en la literatura de los aos ochenta e inicios de los noventa como la devolucin o retorno sistem,tico del conocimiento producido en dicha investigacin a todos,~. los grupos, instituciones y personas comprometidos con el trabajo y con las comunidades involucradas en l. El carc-ter participativo de este tipo de investigacin estara in-completo si este paso no se llevara a cabo. Y las personas de lal;. comunidades no slo tienen derecho a conocer los resultados y Q recibir la visin integral sistematizada del proceso vivido y trabajado porque han participado de la in-vestigacin, sino porque adems el verlo convertido en re-sultados prcticos, reflejados en un informe analtico, crtico y que presenta los hechos organizada mente convir-tindolos en saber que dice a quienes lo crearon, que trans-mite las voces y los intereses de esos creadores y que 'ingresa a la corriente del saber ttllltO cientfico como popu-lar, es una fornla de-reeonocimiento a su labor productiva y proporciona una herramienta til para futuras acciones.

    Esta "devolucin" que tambin ha sido denominada "entrega sistemtica" (Gon,alves de Freitas, 1997) o "in-tercambio", y que en el captulo 11 es redefinida como dis-'CtlSi cvn/lIndom sistc1Jltirn, debe entregarse no slo a la comunidad con que se lIe,' a cabo la investigacin y la ac-cin tiilllsformadora, sino tambin" a las instituciones que de al''1lna manera hayan intervenido (gubernulllelltllles o

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    no gubcrnulllent'11cs), )'U sea COIllC!l financiadoras o como ejec~ltonls de polticas sociales. E ig;almente ya comuni-dad cientfica con quienes los AE, sobre todo cuando ac-tan desde la 'lcadcmi'l, tienen igualmente una deuda. Es necesario devoh'er pum enriquecer la corriente general del saber tanto del sentido comn como de la ciencia.

    AlltoinvmigacilI Y ,01ltl'Ol po' pmte de las c011t1//lidndes

    La IAP se ha' definido como una forma de investigacin cuyos actores principales no son tl\'estigadores en el ~entido acadmico del trmino. Esos nuevos actores SOCIales son constructores de conocimiento y el elemento bsico de su existencia como mtodo. Esta condicin aparece desde sus inicios v es muy e,~dente en la obra de pioneros como F reire (par; citar slo un ejemplo e,i.dente); pero ms re-cientemente Park, quien particip en trab~jos reali.w~os por Freire en los aos setenta y ocJ;,ent~,.ratlfica 7se ca;Jc-ter de la IAP al definirla como la actlVldad de mvestlga-cin orientada a la accin en la cual gente corriente trata necesidades comunes que surgen en su vida diaria y, en el proceso, generan conocim!ento': (P~~k, 20?!: 81). ..

    Entonces, para que una mvestlgaclOn activa sea partlclpa-tiva debe involucrar a las personas a quienes va destinada o sobre quienes trata. Esto podra parecer redundante pero no lo es, pues no siempre la inclusin de personas de las comu-nidades es una forma de participacin, sino ms bien una cooptacin decidida por los AE o por alguna agencia exter-na que puede tener un carcter paternalista que no fortale-ce' a la comunidad. Esta premisa sostiene el derecho de la comunidad a decidir lo que se va a investigar y sobre qu~, cundo y cmo se va a actuar. Incluso cuando los AE sumI-nistran importantes conocimientos psi

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    nocimientos que puede tener la comunidad, as como su contraste y combinacin con el saber y experiencia propios, y con sus sentimientos y preparacin al respecto, Y aunque esto lleva a pensar que las investigaciones activas y participa-tivas exigiran un tiempo muy larga de preparacin, lo que ocurre es diferente, pues la participacin acelera los proce-sos de accin y de reflexin y tambin los de cambio, El di-logo es entonces fundamental para que esa forma de control y de produccin de autoconocimiento se de en la prctica.

    Ms an, este aspecto responde a una pregunta funda-mental que debe plantearse quien aplique la IAP como va para investigar y para inducir o producir transformaciones comunitarias: De dnde proviene el camlio? Quines producen el cambio? Quines son agentes activos de ese cambio? Alcanzar transformaciones psicolgicas y sociales ha sido uno de los objetivos de la psicologa en sus diferen-tes ramas as como de la ciencia en general, pero es nece-sario reflexionar sqbre esa meta y sobre el rol que tenemos los AE en ella, particularmente en el campo comunitario. No se trata de negar la influencia de nuestra disciplina y~

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    lus estrategias, tcnicas, instrumentos y mtodos psicolgi-cos en generlll? A quines fortalece? La prctica nos ha ens~'ldo que enrre AE y AI ocurre un intercambio de sa-

    ,beres, uno de cuyos efectos es que la Ibinada "devolucin sistemtica", o disCltsi7/ evnlllado171 siste1ltttico, no se pro-

    , duzca en un solo sentido, Es decir, ese intercambio de sa-beres no va solamente. de los AE a los Al, sino tambin de los Al a los AE, como se demuestra en muchos inventos cuyos creadores tomaron prcticas populares desarrolladas en la cultura de su poca y las sistematizaron cientfica-mente, Pero en este ltimo punto es donde la segunda pre-gunta se muestra ms pertinente: el invento favoreci realmente a quienes haban desarrollado las prcticas coti-dianas descubiertas por el inventor? S y no. Si la prctica exista, cumplfa ya una funcin social. La patente del in- _. vento, en cambio, otorg derechos y los consiguientes be-neficios de su comercializacin a quien la registr, Pero al generarse aplicaciones derivadas de una relacin, muchas ms personas pasan a beneficiarse de la sistematizacin creada por elinventor reconocido. La respuesta entonces no es ni simple ni fcil. Me inclino a pensar que el carc-ter colectivo de los beneficios producidos debe ser'el que oriente la respuesta invito a reflexionar sobre el proble-ma a partir de dos nuevas preguntas:

    - Quin o quines se benefician con los resultados de la investigacin? .

    - Cuando se hace psicologa comunitaria con una orientacin partici~tva activa para la solucin de proble-mas, qu intereses son considerados?

    Refle.xionar sobre est.1S y otras preguntas que podamos hacernos durante nuestra prctic-J puede generar nuevas

    . respuestas y nuevas formas de accin. Ese constante cues-tionamiento y In duda son parte del carcter crtico de la IAP,

    La illvest(Wlcin-I/(ci'o"u pm1idpntivn~ aspectos llletodoJgit"O:i 169

    C07llpl'07JISO de lo.' agelltes de ca1Jlbio, ..... J

    No busta con que h'lya psiclogos y psicl6gas comuni-tirios comprometidos, tiene que haber tambin agemes comunit:lrios (Al) comprometidos. La mmsformacin sed llevada' a cabo en un trabajo conjunto, por lo tanto se ne-cesim la dedic;lcin r el compromiso de ambos agentes. Y si se habla ~e dil?~~ no fede ocurr!r de otra ,~anenl. El dilogo es mteracclOn y se da en una mterrehlclon. Por tal razn, as como los AE suministran y ensean mtodos pa-ra investigar a los Al, stos suministran modos de hacer y ensean sobre su manera de vivir y de comprender el mun-do a los AE. Y entre ambos se va a producir nuevo conoci-miento que enriquecer~ los dos tipos de saberes (Montero, 1994a, 2004). Llamo la atencin en este punto en relacin con una idea muy difundida: si los AE escuchan a los Al, la investigacin y la accin que estn haciendo ser IAP. Y no es as. No basta escuchar, es necesario dialogar (que no es en este caso sinnimo de conversacin simple), es decir in-tercambiar ideas y planes, opiniones, temores y dificulta-des, aciertos y.soluciones. No se trata de "hacerse amigos" (aunque ese tipo de relacin pueda darse y sea deseable), pues el ser simpticos no sustituye ni constituye a las tareas de investigacin, accin y participacin, No es mejor in-vestigador aquel que ms sonre o reparte ms palmaditas en la espalda. Lo es quien es capaz de catalizar y facilitar procesos en los cuales se logran las metas fijadas conjunta-mente entre AE y Al, produciendo transformaciones so-ciales y conocimientos tiles tanto a unos como a Otros.

    Lo cl/alitativo y lri mantitntivo

    La lAP suele ser considerada entre los mtOdos cualita-tivos, pero en verdad esa clasificacifno refleja bien el ca-rcter complejo que hemos descrito. Ciertamente, gran

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    170 Mari/u Molltero

    'P?rte de lo que se hace en IAP es cualitativo, pero, como bIen sallen quienes la emplean, se puede utilizar tcnicas cuantitativas cuando ello es necesario de acuerdo con el problema que se inve.9tiga. Por ejemplo: aplicar una en-cuesta en ,una comunid~d a fin de nveriguar necesidades o prcticas sanitarias, o tasa de desempleo (entre otros aspec-t?~); o aplicar medidas de tendencia centrales y de disper-SlOn cuando se quiere describir con precisin ciertas

    ~acterfsticas de un grupo o poblacin, para mencionar solo algunas posibilidades de aplicacin.

    y es importante sealar que el tratamiento cuantitativo q~e reciben esas tcnicas, puede, como he visto en mi pro-pIa experien~ia, .ser sometido a prcticas cualitativas que, buscando e! slgruficado de una determinada dimensin van l!Is all de! nmero y producen resultados muy difer~ntes de los obtenidos con la Media, Mediana y Modo, y con las Desviaciones Estndar, por ejemplo. ' . El trabajo con ~ ~sciende los lmites impuestos por

    CIertas alcabalas acadenucas, pues se trabaja a partir de pro-blemas CQncretos y de una orientacin tica y epistemolgil'3 (vase el captulo 5) que e.'

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    grupal como cn las accioncs individuales dirigid,]s a a1can-znr los fines colectivos. Un trabajo participativo est hecho de innumernbles acciones especficas, obra de muchos hombres y mujeres con mayor o menor grado de inters cn la transformacin positiva de la comunidad con la cual se relacionan. y ninguna accin es pequea o secundaria. To-das forman parte de un proceso mayor de cambio social que incide en la calidad de vida, de acuerdo con las aspira-ciones de los miembros de una comunidad y con las nor-mas . y avances sobre. ;tspectos de inters social. que concIernen la poblaclOn en general y cuyos beneficios deben ser disfrutados por todos.

    ACfn-l'ejle:o:ilin-ocdl1

    ):,. IAP sigue la prctica formulada por Freire a inicios de la segunda mitad del siglo XX, segn la cual toda accin .debe generar reflexin sobre su sentido, su direccin' y sus

    l?g~os. Fals Borda (1981: 55) ya hablaba del ritmo yequi-hbno entre esos procesos y usaba la metfora de la espirul continua "en la que el investigador va de las tareas ms simples a las ms complejas y de lo conocido a lo descono-cido, en contacto permanente con las bases sociales". Y ci-ta cmo, en 1986, Carr y Kemmis recogan esa misma idea en su trabajo. con aborgenes ,mstralianos (Fals Borda, 2001). Fals Borda (19.81: 55) planteaba tambin ese movi-

    . miento como un sistema de niveles que iba desde el cono-cimie?to Producido por "bs bases", el cual era proc~sado y reahzaba una sntesis ~n un primer nivel, hasta la refle-xin "en un nivel ms generol y vlido". Lo que hoy se plantea ocurre en un proceso conjunto para agentes exter-nos e internos que responde a In tan buscnda unin entre t~ora y prctica: la prnxis. De estn nmnern, la prctica cn-nquecc a la teora y la teor, alimenen a la prctica, en un

    .. ritmo mutuamente transformador.

    La illvrstip,1lciu-(Jcdll 1!/ll'fidpllfhw: ~ISpectos 7JIetodolgita.~ 173

    Saber populur .~.I

    As como ,mtes hemos mencionndo la necesidad de po-pularizar tcnicas)" procedimientos, la IAP incluye. un principio que prescnt:l la accin r~:proc,] del a~t~normcnte mencionado: la incorpornclOn del conOCIllUClltl) popular al proceso de ilwestig>lcin, en todas sus f'lcct,S. Fund,unentahnente, estos ~os aspectos, quc se comple-ment:ln, parten de un, concepcin no alineada de la cien-cia. Es decir, no como si fuese un ente superior , sus creadores qu~, cual aenio encerrado en la botella, cuando se produce su "perr:rn, crece y se convierte en algo tem~-ble, sagrudo e inalc:mzable para quien no tenga la ~apacI-dad de volver a reducirla al esendo de fuerza contemda. En efecto si analizamos el modo de produccin tanto del sa-, . . ber popl\lar como de la ciencia, enc~>ntraremos cIertos as-pectos en comn entre ambos: su' aplicabilid,d en ambos C,SOS, el originarse cmto en el sentido comn como en el conocimiento ,cumulativo histricamente producido, la incidencia del contexto de descubrimiento, la influencia sobre el sentido comn al cual penetran a travs de sus res-pectivas prcticas, y la posibilidad de corregir sus errores a lnrgo y mediano plazo. L,s diferencias funda~en~a1es son: 1) El conocimiento cientfico tiene el reconocmuento y la legitimacin provistos por instituciones oficiales (de hecho In ciencia en s misma es una institucin social), en tanto que el conocimiento popular recibe reconocimient~ igual-mente popular, pudiendo ser desdeado y a veces I!"C~USO prohibido por las instituciones estlltales. 2) El conocmuen-

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    to popular usa una pl1,lralidad de mtod~s l~cal y ~em~oralmente codific:rdos, en tanto que la CIenCIa esta SUjeta a mtodos cannicos casi siempre preestablecidos, cuyas re-glas estn codificadas. Pero en ambos c:SOS cada cierto tiempo esos cdigos pueden cambh1r 3) La racionalidad ., cientfica hasen hace poco tiempo ern~casi exclusivamente hipottico-deductiva, en tanto que el conocimiento popu-

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    174 Maritztl Montero

    lai"es relativista. 4) La causaidad popular es dialctica, en tanto que en la ciencia tiende a predominar la causalidad lineal (aunque tambin hay lugar para la dialctica). 5) La principal va de transmisin del conocimiento cientfico es la academia, en tanto que el conocimiento del sentido co-mn se transmite en la prctica social.

    La IAP rompe con la separacin establecida entre am-bos tipos de conocimiento, puesto que socializa los que provienen de la ciencia e incorpora los que aportan los agentes internos. De esta manera enriquece ambos campos y produce nuevos conocimientos alimentados por las dos vas aportadoras de saberes juzgados por ambos tipos de agentes como adecuados para la situacin, por la especiali-dad profesional de los agentes externos y por el conoci-miento histrico y culturalmente producido en las comunidades a las cuales pertenecen los agentes internos. Cada grupo de agentes es entonces especialista en una for-ma de saber, pero ambos la someten a crtica en la IAP, pues, y aqu vale traer a colacin a Gramsci (1970): ya sa" bemos que tanto la ciencia como el sentido comn pueden estar ideologizados Y tanto una como otro estn sujetos -' errores. Ningn conocimiento es infalible y, partiendo de esta base, la IAP busca producir el ms adecuado posible a los problemas especficos con -los cuales trata, partiendo del contexto y de los sujetos que lo yiven.

    i Procesos, procedimiento y estrategias usuales en la investigacin-accin participativa (IAP): aspectos cOn los cuales se suele lidiar

    Presento a continuacin al/W'los procesos, procedi-mientos y estrategias usuales en investigaciones activas e intervenciones en psicologia comunitaria mediante el em-pleo de la IAP. Advierto una vez ms que no se trata aqu de dar:un modelo normativo, se trata slo de sealar algu-

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    La investigaci1l-accill participativa: tlSpectos metodclgicos 175

    nos procedimientos destinados 'a asegurar que el ca~cter activo y participativo est presente en esta forma de inves-tigacin.

    El C01Itacto entre agentes externos y agentes internos . ~ .. .

    ste es un aspecto fundamental e ineludible, adems de necesario, pues sobre l se estrUctura la accin investiga-dora y transformadora participativa. Profesionales exter-nos/as a la comunidad (AE) y miembros' de la comunidad interesados en su bienestar coinciden para producir conoci-mientos y transformaciones. Quines son los ageJ?-te5 inter-nos? Vna clasificacin ,posible, pero no taXativa, es la siguiente:

    Personas destacadas de la comunidad, tales como l-deres comunitarios/as o personas que realizan traba-jos o desempean funciones que los relacionan de alguna manera positiva con los dems miembros de dicha comunidad o con una gran parte de ellos (esto depende de las dimensiones de'la comunidad).

    Miembros de grupos organizados dentro de la co-munidad. Es frecuente encontrar en, comunidades establecidas, y con una rustoria, grupos gener~dos entre sus miembros con fines especficos (deportivos, religiosos culturales, polticos -tanto partidistas co-mo no pa:.ttdistas-laborales, entre otros). La asocia-cin de los AE con algunos de estos grupos debe establecer claramente la independencia entre ellos, as como los objetivos de los primeros, pues podra ser interpretada por otros miembros de la comuui-dad como una forma de afiliacin partidista o reli-giosa que muchas veces' es considerada como tendenciosa y negativa y polariza al resto de la comu-nidad respecto de los AE.

  • 176

    . Personas que trabajan en o con la comunid~d (por ejemplo, animadores culturales, entrenadores/as de-portivos, religiosos, educadores) .. Estas personas pue-den tener experiencias e infonnacin valiosa que pueden ser de mucha ayuda para los AE, a la vez que pue-den, al igual que las anteriores categoras, servir de enlace con miembros de la comunidad. Pero tam-bin, podran ser fuente de interpretaciones que ge-neren atribuciones no deseables respecto de los AE. La advertencia hecha en el caso precedente tambin es vlida para ste.

    Redes dentro de la comunidad. Las redes espont-neas y por 10 tanto duraderas y representativas de tendencias de la comunidad, as como de la capaci_ dad de orga~izacin y accin de personas que la in-tegran, son Igualmente una valiosa fuente de Al e inlportantes contactos para los AE.

    Buscar a .estas personas, descubrir quines son y esta-blecer contacto con ellas supone en prhltel'lllgnr establecer contnctos inicinles, que constituirn la puerta de entrada de !a IAP tant? para lo.s investigadores externos como para los

    I~ternos (vease capI~O 3). Esta es una de las vas para ini-CIar el proceso conOCIdo como ftl'l1lilinrizaci1l: desarrollar conocimiento sobre la comunidad, tanto fuera como den-tro de ella. Advierto que la palabra "familiarizacin" no es usada en este contexto en su sentido de hacer familiar lo que ($ extrao asiihilndolo a formas ya conocidas y exis-tentes en nuestro acervo cognoscitivo, lo cual podra inter-pretarse como una manera de asimilar aspectos aceptados o "aceptables" y descartar los aspectos singulares, origina-les y especficos de la situacin.

    La familiarizacn aqu planteada supone, entre otros aspectos, que los AE conozcan el entorno comunitario: los grupos organizados denl;ro de la comunidad y, en general, las fotmas de enlace que se den entre ~pos y sectores de

    La il1vestigaci1I-accin pfl1~icipativa: ~spcctos metodolgicos 177

    la comunidad, as como rambin 0&35 personas que deseen comunicarse con los AE O que aceptw COlwer~:r con ellos. Es necesario entonces observar el estilo y.modos de rela-cionarse existentes eli la comunidad, sus caractersticas, la gente en o-eneral y tambin aquellos miembros ranto pro-minentes ~omo no prominentes. Habr adem~s qu~ busc~r informacin sobre la com,!nidad Y sobre posIbles investi-gaciones o intervenciones 4ealizadas ~reviamente tanto en archivos como.en Otr3.S fuentes o registros que sean acce-sibles. .

    La familiarizacin debe darse entre las diferentes perso-nas, los grupos mencionados y lo~ agentes e;'ternos, pues como ya sealamos es un proceso de doble VIa. Las, perso-nas de la comunidad igualmente desean 'saber que hacen los AE, por qu estn all, de dnde vien:n, cules son s.us caractersticas su estilo y modos de relaCIOnarse, sus obJe-tivos con resp~cto a la comunidad. Y adems tienen dere-cho a hacerlo y deben recibir respuestas claras y certeras.

    La familiarizacin supone asimismo buscar informa-cin sobre aspectos culturales, estilos de pensa~iento, mo-dos de reflexin, valores y todo aquello que sea Importante para las personas de la comunidad. Y, finalmente, es nece-sario saber que la familiarizacin .es un proceso que acom-paa a toda la IAP, pues no es slo una. erapa inicial de la misma .. Continuamente estamos aprendiendo cosas nuevas sobre una comunidad y debemos mantener esta disposi-Cin y apertura a la sorpresa, a la nuev~ inf?:macin, a fin de poder incorporar no s610 la profw;IdIzacIon en el cono-cimiento .de la comunidad, sino tambin la extensin en ese saber, as como nuestra capacic;lad de incorporar la di-versidad. .

    '[in .segundo lugar el contacto S)lpone discuti.r reflexiva-mente en el equipo de agentes externos el sentIdo de perte-nm{a al proyecto que se. est .plan.teando, as como las motivaciones y el compromiso de cada. uno para formar parte del mismo. Este paso debe cumphrse antes de rela-

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    178 Maritza Montero

    cioIlarse con la comunidad, y tambin durante esa rela-cin. Aparte de las condiciones de trabajo, que pueden im-plicar la asignacin de determinadas personas a una tarea dentro de una institucin, es nec$ario trabajar sobre la motivacin del equipo de investigacin (si lo hay), sobre la idea que ste tiene de la comunidad y del trabajo comuni-tario y sus expectativas respecto del mismo. En mi prcti-ca he visto personas francamente temerosas al emprender como AE un trabajo en una comunidad (y no slo porque sta .sea nueva, peligrosa, marginal o extraa, sino simple-mente por ser diver-sa), y he visto tambin como el temor desaparece con el contacto. Por lo tanto el temor no es el mayer obstculo para una relacin provechosa entre AE y Al. Ms bien considero que el mayor obstculo son los prejuicios y las atribuciones que puedan tener uno y otro tipo de agentes entre s. Yesto responde a dos razones: la primera, perque el AE puede, aun inconscientemente, en-frentar la tarea desde la posicin de superioridad de sus co-nocimientes y esto se revelar tanto en sus modos de establecer la relacin y de comunicarse como en gestos ni-mios, pero muy significativos. De esto deriva tambin la' percepcin de que el otro es el necesitado y que, por lo tanto, carece, se encuentra en estado de minusvala. De all pueden surgir la atribucin de debilidad, de incompetencia y las autoatribuciones de salvador, de bienhechor o de pro-tector, deneminaciones que establecen la existencia de uno que puede y tlene, y de otro que ni tiene ni puede. Y esto es exactamel).te contrario a la base tica, terica, epistemo-l~ca; ontelgica y poltica de la IAP. Por otro lado, el Al puede tener tambin prejuicios y estereotipos sobre los AE, y su desconfianza o el carcter tanto negativo como

    . positivo que tenga de ellos pueqen generar expectativas bloqueadoras de una relacin provechosa, ya sea. porque se considere que no puede hacer las cosas bien o porque se espere demasiado de su intervenciqn. Por tal razn los AE deben $er muy claros en' cuanto a sus objetivos, al tipo de

    La invmigac61l-accin pnrticipativa: aspectos metodolgicos 179

    trabajo a realizar, a los recursos con los cuales cuentan y al rol que desempearn en ese proceso, as como. al hecho de que les resultados debern ser el preducto de un esfuer-zo conjunto.

    Determinacin del jJI'oblema a investigm' o sobre el cual acttta' (diagnosticar, intervenhi investigal') . .

    El problema que va a ser objeto de una IAP puede ser detectado. desde varias fuentes. As, los agentes externos, desc\e alguna institucin pblica o. privada, pueden haber-lo ubicado y definido. Tambin puede haber sido definido por personas interesadas de la comunidad, en funcin de hechos o situaciones relacionados con su vida cotidiana, En el primer caso, los AE debern dirigirse a la comunidad a fin de familiarizarse con ella por s mismos, habiendo de-jado claras sus razones para llevar a cabo ese trabajo. En el segundo caso, personas o grupos dentro de una comunidad

    bus~an ayuda fuera de ellas a fm de solucionar el pro ble-ma, o aceptan la ayuda externa en relacin con actividades que ya han emprendido con ese objetivo.

    Al enttar en contacto losAE con los Al, si se trata de una accin o investigacin ligada a tena necesidad nO'f11llltwa o bien a un problema que afecta a esa comunidad detectado desde algn campo aplicado de la ciencia, es necesario presentar y definir el problema informando y a la vez educando a la ca-munidad con resp~ctQ al mismo. Si la c()nunidad no es cons-ciente del problema, es decir, si ha naturalizado la presencia de un fenmeno que la perjudica por considerarlo inevitable

    . o parte de la vida diaria, ser n~:esario:

    Sensibilizar a los integrant~ de la 'comunidad respec-to del problema, de. sus causas'y de sus efectos, infor-mando y 'reflexionanclo sobre. el mismo. Y este proceso de i.nforma~in discutida y reflexionada con-

    Cristian ZamoraRectngulo

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    tina durante tod~ la intervencin-investigacin. Es-to no significa dedicar largas y sesudas sesiones espe-ciales a esa tarea. La informacin, y la reflexin deben estar presentes en el primer contacto, pero. luego pueden acompaar todas las tareas que se lleven a ca-bo y deber-.n asumir adems variadas formas de co-municacin y divulgacin (carteleras o murales comunitarios, volantes, entre orras). La asiduidad en este aspecto depender del tipo de situacin y de la comunidad con la que se est trabajando.

    A partir de la sensibilizacin y por tratarse de un problema relacionado con una necesidad normativa, que puede ser objeto de alguna poltca pblica de sa-lud; educacin o desarrollo social (por ejemplo), in~_ corpol'llr ptwticipativamente la comunidad en la intervencin-investigacin sobre ese problema.

    Si la comunidad tiene otras prioridades, entonces es necesario tratar de que el proyecto se una a las accio-

    nes relacionadas con esas prioridades. Esto es, de ser posible, re/acilflltZI ambas tareas de tal manera que los xitos en la primera accin, ya identificada por la co-munidad, motiven y enriquezcan la segunda. La infor-macin y la motivacin deben, como ya se ha dicho, ser constantes por parte de los agentes externos ..

    Planificacin de la investigacin o de la intervencln-investigacin

    , El primer aspecto en la planificacin es la delimitacin del rea a trabajar, lo cual supone definir con claridad el problema a enfrentar, o los aspectos del mismo que sern objeto de intervencin. Y esa planificacin debe ser minu-ciosa y cuidadosamente hecha a fin de poder improvisar ante los imprevistos que pueden y suelen presentarse en investigaciones comunitarias. Debe e~tonces partir de la

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    182 Maritza Montero

    a~ tal manera que vayn produciendo logros especficos para reforzar las expectativas de las personas en la comuni-dad. Este aspe~to ha sido trabajado y advertido desde el surgimiento mismo de la IAP. As Fals Borda, en 1959, al referirse al "principio de las reali~ciones" (pg. 55) dice:

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    para qu~ el proceso avance es indispensable ir mostrando rea-lizaciones tangibles a las gentes, resultados fehacientes de que van avanzando hacia la meta que se han propuesto. Ade- . ms, PIVebas claras d que las innovaciones son buenas y ti-les y de que no ofrecen perjuicio ni peligro. La finalidad ltima es el desarrollo de la ciudadana, la con-cienciasocial y la transformaci6n de las circunstancias de vi- ' da, pero si todo se reduce a hablar y na Hay resultados concretos, mal confiarn las personas en el proyecto plantea- ' do y aprendern a desconfiar y no creer en la posibilidad de cambio y en el poder de la participacin popular.

    , DisClltir para asignm' y tlSlmth'/as tareas a ser realizadas. Estas deben ser repartidas con el objetivo de que el mayor nmero de personas pueda participar; pero a la vez, debe haber responsables de supervisarlas e integrarlas, y tam: bin reuniones para rendir cuenta de lo realizado y eva-

    . luar el). grupo. El logro de estas tareas debe repercutir en el grupo y en la persona ejecutante, como estmulo refor-zador de la participacin y generador de satisfaccin, que a la .vez facilita y potencia la obtencin de la meta ltima. En la distriij.tcin de tareas debe evitarse que pocas per-sonas estn recargadas de trabajo, a la vez que se debe ge-nerar oportunidades de aprender del xito y del logro colectivos.

    Hacer algo por la comunidad aumenta el nivel de como, promiso y de cohesin entre sus integrantes. Por lo tanto, es necesario ser realistas respe~to de las metas planteadas, y la responsabilidad de las tareas a realizar debe ir acompa-ada de la reflexin sobre el compromiso de agentes inter-nOS y~externas, sobre las fonalezas y destrezas para llevar a

    La investigacin-accin pll1tidpativa: aspectos metodolgicos 18,

    cabo dich" tarea, y de la capacitacin y el fortalecimiento de las personas que las asumen. ... .

    Capacitar agentes extemospm'a la fod/ttacto1l y In eeCll-cin de tareas en las cuales no cuenten con aprendizaje o ex-periencia' previos y, a la vez, capacitar .personas de la comunidad para trabajar, como agentes internos en tareas especficas, tanto en 1.& planificadas. como en las que pue-dan surgir durante la investigacin-intervencin. Por ejemplo, la elaboracin de .en~uestas en la com:~da.~ pue-de 'enriquecerse y ganar validez con la parucIpaclOn de personas de la comunidad, las cuales 'pued~~ ar'dar e~ ,la seleccin de temas a indagar y ademas reCIbIr lllstruCCIon sobre cmo recolectar los datos; Mi experiencia en este sentido ha sido muy positiva, si bien lo ms difcil ha sido limitar, por razones tcnic3s.y de precisin en cuanto a los objetivos, el'- nmero de preguntas hacer, pues muchas veces las personas se entusiasman tanto que quieren intro-ducir varios temas a la vez.

    Asimismo; tambin pueden participar, previa instruc-cin especfica, en el procesamiento de los datos, aunque al respecto debo decir que he encontrado mucho menos en-

    . tusiasmo. Pero el inters recupera su intensidad cuando se trata de discutir los resultados y tomar decisiones a partir de los mismos .

    FJeClltar acciones previstos y no previstas. Dado ~I car~ter . dinmico, complejo y dialctico del proceso de lllVesUga-cin-ccin participativa, antes sealado, la ejecucin se ajusta a las exigencias de las'cireunstancias, en funci:" del objetivo ltimo y principal a alcanzar, pero con modIfica-cin de" los objetivs especficos fijados inicialmente, los G1lales pueden haberse logrado c5 bien resultar insuficientes.

    ~ Corregir In p/a1lificadrm en reu1liones de disCllsirfn-refle-xirm, a medida que se van ejecutando algunos de $m aspec-

    , tos o :que las condiciones O circunstancias se modifican por su efecto o por aspectos imprevistos; .

    Cristian ZamoraRectngulo

  • 184 Mantzn MOllt"''O

    . Identificar necesid~des y recursos ste ser el paso inicial en.caso de que las necesidades

    de la comun~dad no hayan sido exploradas previamente o que la misma comunidad no las manifieste. Esto plantea un problema: qu~ hacer con las necesidades normativas? Co-mo profesionales y como investigadores de la psicologa, o como miembros de algn equipo de investigacin o de in-tervencin encargado de poner en prctica alguna poltica Sanitaria, . ambiental, de vivienda, educativa o de recrea-cin, por ejemplo, planificada por el Estado, sabemos que determinada accin debe llevarse a cabo porque es conve-niente y necesaria para comunidades donde esos aspectos son de IIlguna f!lrma deficientes o insuficientemente aten_o

    ~idos. Este punto, que tratamos en el captulo referente a .deteccin y evaluacin de necesidades (vase el captu!9 4) plantea un problema tico: eS imprescindible conocer y atender las necesidades manifiestas y sentidas por las co-munidades y a la vez es imprescindible atender a aquellas necesidades' que pueden estar latentes o que son ignoradas por las personas, o cuyos efectos son considerados como parte natural o inevitable de la vida.

    Los miembros de la comunidad jerarquizarn esas ne-cesidades segn las prioridades sealadas en una encuesta (si se trata de una amplia comunidad y se quiere lograr re-presentatividad. de la totalidad de sus miembros). O bien sern razonadas y reflecionadas en discusiones colectivas, en las cuales se de'be procurar Jlegar al mayor nmero po-sible de miembros de la comunidad. Este paso es muy im-port;mte pues la jerarqu.izacin no siempre suele seguir el criterio de frecuencia de menciones de una determinada necesidad, que parecera lgico de acuerdo con las normas estadsticas ms sencillas usualmente aplicadas. En tales se-

    . siones suelen aparecer razones ms profundas para consi-derar ms o menos importante atacar una determinada necesidad y no otra. La consideracin de los recursos de

    ....

    Ln i1l=igncilI-ncdlI pm-ricipntiva:'nspectos metodolgicos 185

    que dispone 1:1 comunidad para eMrentar el problema, de los que pueden ofrecer los AE y d~os que s0i' necesari~ conseguir, la viabilidad de la propuesta de la IAP y la POSI-bilidad de usar y adquirir esOS recursOS deben ser temas

    . centrales en la discusin-reflexin. Tanto si se trata de un problema conocido por la comu-

    nidad, como de uno plant

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    186 .Moritza Montero

    ~'er hechas de un determinado modo y no de otro. Se trata de producir una ~iscusin polifnica con la comunidad y de hacer un trabajo conjunto. .

    Para lograrlo es conyeniente usar tcnicas de dinmica . de gnepo que faciliten la participa:in y den a todos la opor-tunidad de hablar. As, se van recolectando las opiniones, a fin de que las personas participantes indiquen cules son prioritarias y por qu, y qu podrn hacer para atacar esos problemas y en qu orden. En este sentido hay que asegu-rar no slo 'lile se diga, sino tambin 'lile se oiga, pues, en efecto, no es nicamente el AE quien debe escuchar. Tam-bin los AI ci.eberi escucharse entre s y discutir con respeto, a la vez que cada uno puede exponer su posicin. Tambin se recomienda abrir un proceso 'de ex{lmen y evaluacin par_o ticipativos'de /o prodllCido, para lo cual se generar una refle-xiil que site el anlisis en su contexto, averige causas y posibles consecuencias del problema o situacin y relacio-ne esa 'situacin o problema con e! estilo de vida de los y las participantes y con sus recursos.

    T9mar decisiones

    A partir

  • 188

    mona de las ideas dominantes en funcin de formas de opresin soci.n!. EsltJS pro.cesos continuarn a 10 largo de todo el trabaja comllmtano. Los agentes externos Son los terceros mediadores en el proceso de. C011cirmtizncin al cual conduc~ los ~asos a;ltes mencionados (Montero, 2004). :u mlsm? .tIempo ' 'e es~ar produciendo un pro~eso de caraeter polttco en el;enttdo de que las personas compro-metidas en el trabaj~ comunitar,;o asumen y ejercen sus derechos y deberes CIudadanos, garantizados constitucio-nalmente. ~~ ciudadana adquiere realidad en la accin y en la refleXlon y. ve reforzado su carcter democrtico en sus logros y tambin en el anlisis de sus errores y equivo-caciones. Ocurre asimismo un proceso de fortalecimiento o potenciacin' (e11lpuwerment), pues la reflexin pasa por el exam~n de las formas de opresin social, empezando por el propIo 'grupo y yendo hasta los modos de distribucin del poder estatuido en la sociedad en que se vive y en sus normas. As, la desigualdad, cualquiera sea su origen, pue-de se~ reconocida, denunciada y corregida teniendo como objetivo el ~eneficio y la libertad de la comunidad discuti-dos y analizados en su seno.

    Recuperaci6n crtica de la historia de la comunidad

    Esta fase puede ser una actividad complementaria de ~na. investipcit; re~~zada con la IAP, o bien puede cons-tttulr una mvestt~clOn per se O ser una actividad funda-mental para alcanzar otros objetivos. En el primer caso puede reducirse a una apelaci6n circunstancial a la memo-

    . r~a colectiva que permita reafirmar derechos, corregir no-ciones y recuperar conocimientos y recursos. En el ltimo

    3. Sobre el concepto de fortalecimiento y el de poder asociado a l v61sc Teora y prctica de In psicologa ((J1/1UJlitll1"io. La tmsilJ mtre C01Jltlm~ dud J sodedud, publicado por Paids cn 2003.

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    La iuves! igncil1-lIccin pn1tidp{ltivn~ aspectos metodolgicos 189

    asa puede ser un punto crtico para desarrollar y consoli-e '1" dar el sentido de comunidad. ParaJ1acer t~ r~cuperaclOn es necesario proceder tanto colectiv~ CO~l? 111dl~d~almente, mediante alguna o varias de las SIguienteS tecrucas:

    Entrevistas participativas y reuniones de discusin-reflexi6n.

    Entrevistas individuilles a informantes clave de las comunidades. 1

    Historias o relatos de vida individuales y otras formas de aplicacin del mtodo biogrfico (dependiendo

    . del tiempo de que se dispon~). '. Anlisis de docmentos y regIstros de diversa proce-

    dencia.

    En muchos casos la recuperacin de la historia, o de as-pectos histricos de una comunidad puede constituir una investigacin en ~ misma, que puede llevar gran cantidad de tiempo.

    Evalu~r y auto evaluarse La labor que se va ejecutando y los resultados obtenidos

    deben ser evaluados y autoevaluailos por parte de ambos tipos de agentes. En la IAP hay un proceso continuo de evaluacin-reflexin-correccin-accin. La evaluacin es parte del carcter reflexivo y crtico .de la IAP, pues se ~valan no solamente las acciones plamficadas y las reactlvas, sino tambin' las actitudes, creencias, temores, percepcio-nes y, dato muy importante, las manifestaciones .de poder asimtrico que pueden y suelen darse en las relaclo,,;es ~umanas, de las cuales no estn exceptuadas las comumtanas.

    Es necesario, adems, cOrregir o adecuar, entre todos los participantes de una tarea, las perspectivas y objetivos a me-dida que se ejecutan los planes de accin, pues sobre la mar-

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    190 Maritza MOl/tero

    cha pueden surgir ideas interesantes y ms adecuadas a la =,biante realidad de la comunidad. Es preciso tambin es-tar atentos a las modificaciones y transfonnaciones de las re-laciones de poder dentro de la comunidad y entre sus lideres.

    Otro aspecto importante en la evaluacin es mostrar cuntos de los objetivos planteados fueron logrados y c-mo se obtuvieron esos resultados, as como cules no fue-ron alcanzados y por qu. Este aspecto indica que se ha cumplido con todos o al menos con algunos de los objeti-vos, lo cual genera sentimientos de satisfaccin y sano or-gullo, al ser la expresin de la capacidad para lograr una labor en equipo en la que todos se han fortalecido. Y a la vez, esto da cuenta de lo que ambos tipos de agentes han

    apre~dido y corregi?o a lo largo del proceso y c.mo se po-tenciaron o fortaleCieron en sus capacidades:

    Informe y discusin evaluadora sistemtica del conocimiento producido

    Este aspecto contempla la informacin y evaluacin final del conocimiento producido en el proceso de inves"'" tigacin-accin participativa por parte de aquellas perso-nas que se comprometieron junto con los agentes externos, que aportaron conocimientos, esfuerzos traba-. ' JO pers.onal, consejos y observaciones. Y tambin incluye la posibilidad de dar informacin y 'acceso a otras perso-nas de la cOlpunidad no directamente comprometidas con e~ trabajo !l'ealizado o en realizacin, pero que pueden estar lnteresadas en saber qu se hizo y cmo se hizo una vez que ste haya terminado. Aunque se suele pensar en este aspecto como parte del cierre de todo trabajo reali-zado con la IAP, y en efecto as ocurre muchas veces tam- .

    . bin .e~eden ocurrir restituciones parciales, especficas, a . lo larg~ de todo el proceso de la IAP. Este aspecto se de-o talla en el captulo 11.

    Lo ivcstigocilI-accilI pnnicipntiva: aspectos metodolgicos 191

    Sobre la aplicacin de hi IAP

    En el aneo de, este captulo se incluye una gua que presenta en forma 'abreviada procesos que usualmente ocu-rren o que deben iniciarse al utilizar la IAP como mtodo para el tralJajo cOfuunitario, No todos los procesos que all aparecen se dan necesariamente y, a los fin~ de su sistem~tizacin, me he visto obligada a introdUCIr una secuencia numrica para organizarlos. Advierto, sin embargo, que al-gunos pue4en oCurrir ,simultneamente y que todo proce-so participativo, al ser plural, Complejo, dinmico y crtico, supone siempre muchas sorpresas; pero, mtodo al fin, no est exento del orden. 'Esa gua se presenta slo como un apoyb metdico,

    Cuando la investigacin-accin participativa no es participativa

    Pareciera absurdo que una investigacin calificada co-mo "participati;"a" pueda no serlo. Pero esas cosas ocurren, pues no siempre una palabra es usada segn su denotacin,

    . sino con uno o ms significados denotativos, y es necesario advertir aqu respecto de tal situacin. As hay ciertas for-mas que suelen ser presentadas en compaa de los adjeti-vos "participativo/a", "pa.rticipante." o "participatorio/a", pero que distan mucho de eXpresar el significado primario de esas palal;>ras, que alude a, una. accin o situacin en la cul coincide una pluralidad de personas en la constitucin de algo, en su disfrute, en su .[ogro, o.en decisiones y accio-nes concernientes a su existencia, As, no considero como participativas, en el sentido comuni:ario' del trmino, a las siguientes 'instancias:

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    l .. Las formas espordicas de consulta realizadas por investigadores o por interventores sociales en gru-

  • 192 Mmitzn Mo1lte1"o

    pos en los cuales o de los cuales les interesa obte-ner algo (informacin, ayuda, legitimacin, por ejemplo).

    2. La convocatoria y reunin de grupos de personas interesadas en un tema particular de investigacin o de intervencin, a fin de sealarles lneas de accin, indicndoles dnde ir, qu hacer, cmo y cundo hacerlo.

    3. La persona que investiga o interviene escucha a otras personas y luego decide qu le interesa y qu nO de lo que se ha dicho.

    Tales acciones pueden ser: . i t .....

    tiles, interesantes, inteligentes, adecuadas, mostrar cierta tendencia democrtica, introducir algo de diversidad en la in-vestigacin, pero el carcter participativo del Otro no est presente, o no es completamente participativo. Y esas accio-

    : nes tambin pueden ser obstculos para la participacin en la nvestiga~in, ya que en nombre de la orientacin "participa-tiva" mantienen el control exclusivo y excluyente del investi-gador/a, dando nuevos nombres a viejas prcticas (Montero, 2000: 136). :

    Al respecto, Hall, en 1981 ya estableca las caractersti-cas que hacan participativa a una investigacin. Ellas son:

    Definir como meta ltima de la investigacin a la . "transformacin radical de la realidad social y el mejoramiento de las condiciones de vida de la gen-te" (Hall, 1981: 65). Y la justificacin de esta condi-cin es que en la investigacin participativa no se puede ni debe olvidar que los beneficiarios/as sern las personas involucradas.

    Completa y activa participacin de la comunidad en todo el proceso de investigacin.

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    La illvestigflcilI-f/ccilI pa1"ticiplltiva3 aspectos ",etodol~r;iros 193

    El hecho de q~e la participacin se dirija" unl1 va-riedad de gente que sufre"-explotaci8n, pobreza, opresin.

    Los procesos de la IAP pueden facilitar en las per-sonas diversas expresiones de conciencia respecto de sus propios recursos. lIs como el desarrollo de ma-yor seguridad en s Plismas. Es decir que tienen un efecto fortalecedor. 1

    De lo anterior s~ deriva un beneficio para hI inves-tigacin en s: "lograr un anlisis ms autntico y preciso de la realidad social" (Hall, 1981: 65). Cabe aadir que la autenticidad hace ms confiable y v-

    . lida a esta forma de investigacin.

    La.participacin en la IAP, entonces, est presente en el momento de la seleccin y definicin del objeto o proble-ma de investigacin, en la toma de decisiones y en la m,l-nera empleada para hacerlo; naruralmente, tambin est presente. durante las acciones realizadas par-a alcanzar una meta, ya sea de intervencin o de investigacin, y en la so-cializacin del conocimiento producido (Montero, 2000). Pero adems tambin se encuentra en los logros y en los fracasos, en la solucin de los probiemas y en la celebra-cin de su superacin. Eso puede verse en la descripcin y anlisis de los procesos que constituyen la IAP y que hacen de ella el mtodo por excelencia (aunque no el nico) en el trabajo comunitario. .

    En sntesis

    La siguiente tabla presenta lo. expuesto hasta este mo-mento. A algunas condiciones bsicas de hl IAP se agregan algunas preguntas problematizadorus'-pum reflexionar so-bre este mtodo y su aplicacin.

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    194 Maritza Montero

    ", Tabla 1. Investigacin-accin partipativa (IAP) . 'r

    Fundamentacin metodolgica Preguntas problematlzadoras

    1. La partlclpaci6n de agentes Inter- Para qu y a quin servir la nos y externos debe mantenerse Investlgacl6n? a lo largo del proceso y en cada Cmo y quin la har? una de sus fases de Investiga. lA quin se dirige? cl6n, educacin y de accl6n. En

    ,En qu lenguaje se presen. especial en: ta? 1.1. La definlcl6n y programacin Para qu se usar? del prOblema de la IAP.

    'De quin es la Investigacin 1.2. La declsl6n sobre la utiliza- y. la transformacin? cln y entrega del conoci-miento producido.

    1.3. El recanoclmiento del dere- , cho de Jos agentes Internos a Intervenir, decidir y disentir.

    2. Compromiso polltlco del agente Para qu utilizar IAP? Por externo con los sectores y comu- Qu debe ser IAP? nldades en desventaja socloeconO-mica. Labor orlentada a la concientizaciOn, transformacl6n socloecanmlca, cambios en rela-ciones de produccin del conoc' ,-miento que mantienen formas de dominacin y explotacin,

    3. Carcter pollllco de la labor elentl' lA quin se beneficia con el , Hea y educativa. trabajo que se hace?

    Con qu fines se h~ce el tra-baJo?

    ; lA quines beneficia? 4. Investigacl6n, Intervencin, reso- Quines y qu se transfar-

    cializaci6n, educacin Informal y man? accl6n transformadora son diver-sos momentos de un solo proce. so de transformaci6n

    F~eite: Freire, 1982; Fals Borda, 1985; Rodriguez Brandao, 1981; De Wlt y Glanotten, 1981; Hall, 1981; Rodrfguez Gabattn y Hemndez ,\' Landa"1994; Montero, 1994a, 2000; Rodrguez Gabattn, 1997.

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    La invemgacin-lICcil1 participtltiva: aspectos metodolgicos 19,

    Preguntas para reflexionar sobre el uso de la Investigacin-accin particlpativa

    En su trabajo como investigador o como funcionario de al-. guna organizacin que realiza trabajo comunitario, o que

    investiga en y con comunidades, cul ha sido su particl pacin? Ha sido participatlva su accin? Por qu? SI su respuesta es i'legativa, analice la causa. Si su resp,uesta es positiva, analice la causa.

    Ejercicios problematlzadores sobre la IAP

    SI usted ha trabajado con comunidades, pregunte a miembros de dichos grupos en, cules acciones o cir-cunstancias participaron y cmo lo hicieron, Analice con esas personas, siguiendo los criterios presenta-dos en este capitulo y tambin los de otros autores, si se cumplieron las condiciones para considerarlos particlpativos.

    SI est trabajando con una comunidad o si piensa ha-cerlo: piense en cmo, cundo y por qu sta ha es-tado presente, o si se incorporar la participacin de personas o grupos de la comunidad. Y cmo hacer pa ra lograr que participen.,

  • 196 M,,,.itza Mo1lte11J

    Lecturas complementarias recomendadas

    La: co~pilaciones ~ea~izada: por Carlos Rodrguez B.rand?o, clmda~ en la blbhografla, presentan interesantes discusiones y ejemplos de aplicacin de este mtodo. Si lectores o lec~oras pueden leer el portugus recomiendo su lectura. En. castellano recomiendo el captulo escrito por L. G Santiago, 1. Serrano Garca y G. Perfecto Rivera (1992): "Aspectos conceptuales y prcticos de la metodolo-ga pa:tcipe: Una e"periencia puertorriquea", en la obra ocoord~na~a por 1. Serrano Garca y W. Rosario Collazo:

    o C.0llt:l1bllCIOlles i1Ie170TTiqlleas o lo psicologa sodol C01mmita-.'"'0, San Juan de'Puerto Rico, EDUPR, pgs. 283-303. Es-

    . te captul? adems. de, presentar aplicaciones concretas, '0 deSCribe las fases del metodo empleado y las ubica tericli:'

    .mente. . . Asinismo, es tambin. til la obra de Rodrguez Gaba-

    rrn! . L . R. Y He:nndez Landa, L. (1994): blvestgncilI pOr;:ClPOtIVO, Madrid, Cen~o de Investigaciones Sociolgi-

    c~s. y fmab;tente: par? qUle~es puedan leer el ingls. su-per? ~n articulo .Cle mi antona, del 2000: "Participation in partlclpatory actlon-research", A7I111lo1 Review o[ O'itical Psycbology, 2: 131-143. All se discute la condicin partici-pativa de la IAP. '.

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    198 MmjtzaMontero ", 2.1. Si el problema no ha sido previamente definido por las per-

    Sonas interesadas de la comunidad l entonces es necesario: 2. 1.1. Pror"'tar y definir el problema, informando y edu-

    cando a la comunidad con respecto al mismo . 2.1.2. Setlsibz1k:nr sobre el problema, sus causas y sus efec-

    tos. Informar y reflexionar sobre el problema. Este proceso contina durante tOda la intervencin_in_ vestigacin.

    2.L3.A partir de la sensibilizacin y por tratarse de un problema relacionado con una necesidad normativa, que, por ejemplo, puede ser objeto de alguna polti-ca pblica de salud, educacin, desarrollo social, se-r:1 necesario un proceso de integracin pamcipativa tk la t:b?1J1mlt/pd en la intervencin-investigacin sobre ese problema.

    2.1.4. Si la comunidad tiene otras prioridades, tratar de que el proyecto se una a las acciones relacionadas con ellas. Informacin al respecto y motivacin por parte de los agentes externos.

    2.2. Abrir un proceso de identifiCllcin _/as necesiJndesy de los re-cunos con que CUenta la comunidad para satisfacerlas; je-TarruiZllresas necesidades segn la prioridad otorgada por los miembros de la comunidad en funcin de los recursos de que dispone o por adquirir, de su viabilidad y de su po1 sibilidad. 2.2.1. Tanto si se trata de un problema conocido por la co-

    munidad, como de uno planteado por alguna insti-tucin, es conveniente hacer un inventnrio de recursos necesarios para su solucin..

    2.27 Los recursos no son slo materialesl los ms precia-

    idos son humanos y espirituales. Esto permite con-'centrar la energa en los recursos existentes y en aquellos que es necesario conseguir.

    2.3, Conocer. lo que dicen los miembros de la comunidad y de los grupos organizados dentro de eUa (lderes, miembros organizados y no organizados) sobre el problema o necesi-dad. 2.3.1. C01zvOCIITaI mayor nmero de personas posible.

    , 2.3 .2. Facilitarla expresin de opiniones. 2.3.3. Escuchar sin criticar.

    La Investigacin-accin participativa: aspectos metoMgicos 199

    2.3.4. Registra,' todas las opiniones. Para est~ .se pueden usar t{enicas d. dinl11Iica Je grupos que fac,hten la par-ticipaci6n y den a todos la oportunidad d7,hablar. 2.35. Asegurar na slo que se diga, sino tamb,en que se oiga.

    2.4. A partir de lo anterior, abrir u~ proces~ ~e e::amenGey ",a-IMeln de Ii> producido, de caracter par.n~,patlvo. nerar

    reflexin en la cual se site el anlisIS en su context0l ~verigen cau';s y posibles co'se~encias. del problema o situacin y se lo relacione Con el estilo de Vlda de los par-ticipantes. . .' . . . "

    2.5. Toma de dtelsi01les. A partir de dIo dlefiniclO~dddel P~Obtelervmaeru.or . " de la evaluacin e a neoes, a a 10

    S!NaClon y d 1 'd d sr que hagan las personas interesadas , e . a com?", a .' a como de los aspectos tcnicos, econonucosJ ps1o::'soClales, sociolgicos, ticos o de algn otto orden pertmente al asunto que puedan aportar los agentes externos, las perso-nas interesadas de la comunidad Y'? sus r~resentantes de-. d' ~ n si intervienen o no. CualqUIer deClS16n que se tome ~eb~ partir de la reflexin ~ntes ffi:ncionada, a fin de eva-

    luar las condiciones (vento)as, obstaculos. arudas) . 3 Sobre l. base de lo presentado en el punto antenor cOll\1en~ a . producirse un p' .. ceso tk concimtizaci6n, que supon; p;oblenzntlzoz', desnaturalizary d,sideologiZllr. Estos procesos cononuan .10 largo de todo el trabajo comunitario. Los ag~tes. ext~os son los ter-ceros mediadores en el proceso de con.C1enozac~~n. .

    4. Planificacin de la investigacin o de la mtervenclOD, O de la mter-vencin-investigaci6n: . 14

    4.1. Delimitacin del rea. trabajar, que supone definzr con e -ridad el problema a enfrentar. .

    4.2. Preparacin de un cronogrnma tk trabllJo. , 4.3. Fijacin de 0o/etivos o metas. lograr, generales y ,,;,pec'icos.

    Los objetivos o metaS alargo pl.zo deben fracclOllarse en tareas o acciones especificas. .

    4.4. Discusin para asigT1lzry mumir las tareas. realizo;. e 4.4.LDistribuirlas de manera tal que el mayor numero d

    personas pueda participar. . . 4.4.2. Designar responsables de superus:rl~s e mtegrarlas. 4.4.3.Hacer reuniones para ".poner lo rea[zado y hacer la

    integracin como grupo.

  • 200 Mllritza M071te1'O

    4.4.4. El logro de estas tareas debe repercutir en el grupo y en la persona ejecutante, como estmulo reforza-dor de l. participacin y generador de satisfaccin, a l. vez que facilita y potencia In obtencin de la meta ltima. 4.4.s.~vitar que pocas personas estn recargadas de traba-

    JO, a la vez que se debe generar oportunidades de aprender del xito y del logro colectivos.

    4.5. Capacitadn de aquellos agentes e''ternos paro la facilita-cin y ejecucin de tareas en las cuales no cuenten COn aprendizaje o experiencia previos.

    4.6. COTT