6925757 PAREYSON LUIGI Estetica y Poeticas

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ESm'l"ICA.

T.EORIA DELLA FORMA'l"IVI'l"A.

AUTOR:LUIGI PAREYSON.

Editorial: Bompiani. Milan, 1988 (edici6n orig. 1954)

CAPiTULO SEPTIMa: ESTZTlCA Y POETlCAS.

22 . Va ri ed ad de las poeticas: ideales del arte

y programas artisticos.

La gran variedad de _las formas de arte que se presentan en la

historia de la civilizaci6n:, de la cual no se ha podido no tener en

cuenta en la indagacion precedente, sugiere la idea que el lugar del arte

en la vida espiri tual sea, mas aLla de 10 indicado por La estructura dela operacion artistica, y que he tratado de estudiar hasta aqui, sobre

todo aquello que ella cada tanto se asigna y que el hombre a su vez Ie

reconoce. Si cada obra es un mundo, y si un mundo incluye una concepcion

personal de la realidad, cada obra contiene en si misma una determinada

"idea" del arte y del Luqar que este ocupa 0 merece tener 0 quiere

conseguir en la vida espiritual. Cada artista en su misma actividad

implicitamente otorga al arte una determinada funcion, un lugar especial

en la escala de los valores,.una particular importancia en el conjunto dela vida; y esta valoracion esta muy presente en su obra que, al reclamar

el consentimiento, tiende a suscitar el mismo aprecio ~n el lector.

Ana Loqament.e cada c.i.vLtaac.ien y cada epoca tiene un determinado modo de

considerar e1 arte, asignandole diferente importancia y diferentes

funciones, y dejandose guiar; en las apreciaciones dictadasipor su gustor

por esta "idea" que tiene de~ arte y de su lugar en la vida espiritual.Asi el arte asume cada vez diversos valores y significados: se 10

vera como inseparable de Las manifestaciones de la vida polLtLca " y

religiosa, 0 como un valor: absoluto de por si, independientemente de

preocupacionesde otro genero y apto para cultivarse en una incontaminadapureza; se 10 vera como testimonio de la verdad ultima, del bien

absoluto, de 10 bello ideal, de los supremos valores del universo, 0 como

fin en si mismo, suficiente de su propia belleza, indiferente de

significados ocultos 0 funciones posteriores; se 10 vera como revelador

del sentido profundo de las cosas, simbolo de la vida cosmica, dueno delmisterio del universo, incluso iniciatico con respecto a la magia internade 10 real, 0como puro juego y simple placer, contento de s1 mismo y de

su propia levedad; se 10 vera como interprete de la realidad, fiel

ilustrador de la naturaleza, despiadada e impasible representacion de los

hechos, 0 como delirio del ensueno, vuelo de la fantasia, lucha contra 10real, creacion de realidad inedita y nueva, pura abstraccion que se rige

en si misma; se 10 vera como expresi6n del sentimiento, imagen donde se

representa en la calma de la contemplacion la vida de los afectos y del

corazon, 0 como simple decoraci6n, indiferente a 10 que narra 0 cuenta 0

dice, celoso del valor puro de los propios elementos formales; se 10 vera

como militante en la vida, encarnada en la situacion historica,

consciente de su propia responsabilidad frente a exigencias morales,



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politicas y religiosas, empefiado en llevar la contribucion de su potente

eficacia en el cor azon del hombre, ayudando la di.fus i.on de la verdad y

favoreciendo la pr~ctica del bien, y persuadiendo a los individuos y las

pueblos a determinadas concepciones, 0como evasion de la vida, deseado

reparo del mundo y de las pasiones humanas, seguro refugio del alma en lapura contempLacLon de fantasti.cas figuras y de mundos sofiados, remedio

espiritual a la tumultuosa actividad del hombre; se 10 vera como

manifestacion necesaria de la vida publica y asociada, 0como confiado al

goce privado e individual, en la fastuosidad de las cortes 0 en laintimidad de la casa 0 en el recogimiento de los museos; se 10 vera comoperjudicial en sus efectos, peligroso en su eficacia, desastroso en su

influencia y digno de ser desterrado de la sociedad perfecta, 0 Como

elevada escuela de vida, alimento indispensable del espiritu, nutriente

vital del alma, y principio de toda formacion y educacion espiritual; se

10 vera como propio de espiritus frivolos y ligeros, obra de genios

despeinados e inmorales, 0como voz de los vates de la gente 0profetas

de la humanidad.

Estas diferentes concepciones, y otras infinitas que se podrian

tomar de la historia de los hechos artisticos, atestiguan suficientementeque no se puede ni hacer arte ni leer arte sin una "idea" del arte y del

lugar que este ocupa en la vida espiritual, es decir sin una "poetLca ",

la eual podr a estar implici ta en el estilo del autor 0 en el gusto del

lector, 0 estar desplegada en un determinado programa artistico,

expresada. en manifiestos 0 tratados 0 c6digos normativos, trazado sobre

el modelo de obras ejemplares 0 disefiado como propo si,to para obras a

realizar; podra limitarse a sugerir un ideal de arte, siempre diferente

segun la determinada espiritualidad de quien como autor 0 lector 10

imagina 0 adopta, y en las m~s variadas relaciones de la vida espiritual

y con las otras actividades del hombre, 0 descender a prescripciones

precisas y determinadas, a normas detalladas y particulares, a reglasrecogidas en extensos formularios; podra finalmente concretarse y

realizarse en el mismo proceso de produccion de la obra 0bien aislarse

en un decalogo presupuesto; sea como sea, una obra de arte siemprecontiene en si, viva y activa y operante, una poe tica, es decir un"ideal" del arte y un "programa" del arte.

23. Distinci6n entre estetica y poeticas.

Todo esto sugiere la necesidad de una distinci6n entre la estetica,que tiene un ceracter filos6fico y puramente especulativo, dirigida a

definir un "concepto" del arte, y las poe tLca s, que tienen un caracter

hist6rico y operativo, puesto que surgen para proponer "ideales"

artisticos y "programas" de arte. La di stLnci.on es bastante evidente, yni habria necesidad de insistir en ella, si no fuera implicitamentedesconocida y negada por concepciones bastante difundidas y corrientes.

A$i que alguna precisi6n al respecto puede no ser inoportuna.

Olvida, por ejemplo, aquella distinci6n, quien infundadamente

considera como esteti

cas determinadas poeti.cas, las hace obj eto de unapo.l.ernl.catan injusta como Lnutil , tergiversando completamente su

naturaleza originaria. Gran parte de las reflexiones que la antiguedad y

el renacimiento dedicaron al arte se resuelven justamente en "poeticas",

es decir en programas artisticos, y asi deben ser consideradas, de manera

que sea puesto en luz el caractar operativo de sus afirmaciones y el

caracter hist6rico del gusto particular que las LnspLro. Considerarlas

como esteticas significa desnaturalizarlas porque sus afirmaciones,

injustamente transferidas al plano "especulativo", terminan perdiendo el

car~cter "programatico" y "operativD" que intentan tener para revestir un



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caracter "normativo" al cual no pueden aspirar; de ahi surge una polemica

que, formalrnente oportuna en 'cuanto se dirige a las pretensiones

"normativas" de una esteti.ca filos6fica, la cual como tal no tiene nada

de prescribir al artista, es injusta si se refiere al intento original de

esos programas artisticos. Las diversas poeticas didacticas y moralistas,

que en todos los tiempos se presentaron en la historia de los hachosartisticos, no intentan. exponer un "concepto", moral 0 d.idact.Lco del

arte, sino que se limitan a proponer el programa de un arte lleno de

verdad, de vida etica y ensenanzas morales; 10 cual de por si no viola

para nadael principio de la autonomia del arte cuando es sostenido en el

plano de las poeticas, como por otro lado confirma la existencia de un

arte de este tipo; impugnar esas poeticas en nombre de una esteti.ca

moderna significa contund.ir los pIanos y, sobretodo, hacer un trabajo

Lnutil, puesto que mas ventajoso seria para la medd taci.on f.iLosofLcaestudiarlos como programas artisticos, los cuales proveen siempre un muy

util material para la reflexion puramente especulativa de la estetica.

Ni vale la pena hablar de un caract er "empirico" de la poeti.ca en

contraposLcLon a la naturaleza fi.LosotLca de la esteti.ca puesto que en

esta distincion se halla una justa polemica en contra de las tentativas

de elevar en el plano especulativo busquedas con intenciones puramentedescriptivas, pero se olvida, mas bien se reniega, el caracter"operativo" de esas poeticas que, lejos de reducirse a una descripcion

pseudocientifica, se presentan a los artistas como verdaderos y propios

programas artisticos.

Adema s ocurre frecuentemente al reves, 0 sea el caso de estetLca s

que en el fonda son una poetLca disfrazada, en el sentido que proponen

como concepto y definicion filosofica del arte aquello que con mas

propiedad seria un programa inspirado a un determinado gusto, cayendo asi

en el doble inconveniente de absolutizar un gusto historico y pretender

legislar en campo artistico; con 10 cual el caracter puramente

especulativo de' la estetica resulta gravemente comprometido, puesto que

el pensamiento filosofico no puede reducirse a una simple "expresion" de

su tiempo, ni puede tener un caracter inmediatamente "normativo". No todo

el arte es lirico, puesto que un arte abstracto en todos los tiempos seha alternado con aquel florecido con la vida de los afectos: la

definicion del arte como "expresion del sentimiento", en la medida en que

no este acompaiiada de precisiones ulteriores, que a su vez terminarian

con alargarla al punta tal de requerir una expli.cac.i.onas especifica,corre el riesgo de convertirse en la absolutizaci6n de un cierto gusto y

asumir la pretension de dar una norma a los artistas.Ni vale la pena, en tal caso, hacer confluir en la definicion de

arte los varios aspectos que el arte asume a traves de las distintas

poeticas, como cuando se dice, por ejemplo, que el arte es siempre

clasi.co y romanti.co, realista e idealista, expresivo y abstracto, casi

como si estas formulas no tuvieran un sentido preciso en el plano en que

se definen, que es el de las poetLca.s y los programas artisticos. El

problema no es el de compener y mediar, por ejemplo, clasicismo y

romanticismo, como 31 eso fuera necesario para salvar la esencia yreivindicar para la esfera artistica sea las obras clasicas que las

romanticas puesto que el arte, cuando esta, se salva, se justifica y seimpone por si mismo. El arte en el plano de la estetica, no es ni clasico

ni romantico, ni al mismo tiempo clasico y romantico, pero arte sin duda,si bien justamente por ella este sea siempre, en el plano de laspoeticas, 0 cLasi.co 0 zornanti.co u otra cosa; y las poe ti.cas, lejos depoderse cornbinar y conciliar en una sintesis que parece filosofica pero

gueda sustancialmente ecLectLca, se cornbaten y deben eornbatirse, puesto

que donde esta una no puede estar la otra, y los gustos historicoa se



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excluyen y frecuentemente luchan entre elIas, y los programas artisticos

se suceden no s610 par extinci6n natural sino tambi.eripar violentas

reacciones, 10 que no impide al arte, cuando es felizmente alcanzado, de

presentarse a trave s de todos los programas, par diversos, lejanos y

opuestos que sean entre ellos.Por 10 tanto la distinci6n entre estetica y poetLcas permi te ante

todo salvar en la esfera de la poetica tantas doctrinas que, si

consideradas entera yrigurosamente filos6ficas, serian fallidas, y en

segundo lugar permite preservar en 10 posible el caracter puramente

especulativo de la estetica r con 10 cual aun pueden posiblemente valer

las observaciones siguientes.

24. Legitimidad de todas las poeticas.

La conciencia de la historicidad de las poetLcas es una de las

mejores conquistas del pensamiellto filos6fico, porque por un ladesubstrae a la estetica la pretensi6n de dirigir al artista imponiendole

ciertos modelos 0 programas en vez de otros, y Le abre, como un vasto

campo de investigaci6n, el arte todo en la amplitud de susmanifestacionas h.istoricas , garantizimdole su valor especulativo en el

acto mismo de reclamarla a 10 concre~o de la experiencia; y por otro lade

mejora la postura del lector y del critico, preservandolos de una absurda

absolutizaci6n del propio gusto permitiendoles el recorrer libres de una

epoca a. otra, y apreciar el arte donde quiera que se encuentre y en

cualquier forma que se presente, independientemente de los gustos

historicos y sin conferir unilaterales privilegios a una forma mas que a

otra; 10 que indirectamente beneficia tamb ien a los artistas, quienes

abriendose curiosos a formas de arte distintas de aquellas

tradicionalmente ejemplares, y distantes en el espacio y en el tiempo,

reciben inspiracion de nuevas formas de arte, como se observa, por

ejemplo, de la renovacion de la literatura europea del periodo romantico,

cuando se "descul:;lrieron"formas de arte antes ignoradas 0 descuidadas 0

desvalorizadas, 0 de la regeneracion de la pintura moderna inspirada engran parte par el "descubrimiento" de las manifestaciones artistLcas de

diferentes civilizaciones y hasta de pueblos barbaros y primitivos.La que implica que del punto de vista estetico las poeticas deben

ser consideradas como todas igualmente legitimas. Habra poeticas queprescriban al arte la tarea de "representar" La realidad, como en losprogramas de un arte realista, naturalista, verista; otras para lascuales eL arte debe "transfigurar" la realidad, 0 idealizarla sequn uncanon de belleza, 0 aislando y acentuando 10 caracteristico 0 filtrandoloa traves de una vision emotiva y pasionaJ; otras que invitan a losartistas a "deformar" la realidad descomponiEmdola en los elementos queparecen estructurarla en 10 intima 0 refractandola en una interpretacionviolentamente pol.emica r otras que exigen del arte la Lnvenc.ion de una

realidad inedita y nueva, imaginada en contraste con aquella atestiguada

por la expe.ri.enc.i, sin tampoco este reenvio po.Lemi.coa ella; otras que

esperando del arte la expresi6n de los sentimientos Ie recomiendan

ingenua espontaneidad e irunediatez instintiva; otras que en cambio pidenal artista un consciente y calculado trabajo de construccion, mas alIa detoda veta Iirica y sentimental.

Ahora, que el, artista reproduzca 0 transfigure, 10 esencial es que

el, "realice"; sea que el deforme 0 transforme, 10 importante es que

"forme". Al arte Ie es necesaria una poetica que en su concreto

ejercicio, anime activamente y sostenga la formacion de la obra, pero noes esencial una poe tica en lugar de otra. El arte consiste s610 en el

formar para formar I sea que de hecho represente 0 cree, interprete 0



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invente, exprese 0 idealice, reconstruya 0 construya, penetre 0 roce, se

sostenga por el calculo 0 actue por instinto. Lo esencial es que el arte

este y que ninguna de estas poeticas se absolutice de una manera tal quepretenda contener ella sola la esencia del arte, monopolizando 5U

ejercicio y erLqi.errdoa asi como falsa est{~tica. Por la misma razon el

filosofo tiene que vigilar para que su definicion de arte no seainterpretada en sentido "poetLco", que revista un cazacter celosamente

"estetico", 0 sea fi.Losof.ico , ni que en su nomb re un programa artistico

sea desvalorizado en favor de otro, como si por ejemplo, el concepto de

arte como pura formatividad sonara como elogio del programa del arte por

el arte y reprobaci.on de una poetica empefiada a impregnar el arte de

sentidos morales y religiosos, 0 exaltacion de una poetLca dirigida 'a la

creac Lon de una realidad que se rija un.lcamen te por si y condena del

programa de un arte que sea fiel y apasionada interpretacion de lanaturaleza.

Con esto no se pretende autorizar al lector 0 critico a prescindir

de la concreta y operativa poetLca del artista, el conocimiento de lacual, si, no sirve como criterio de juicio, es sin embargo indispensable

como organo de comprension y penetracion de la obra: si es verdad, por

ejemplo, que el valor de una obra realista no consiste en su Lnt.enci.onfigurativa, y la medida para juzgar dicho valor no estriba en un absurdo

enfrentamiento entre la representaci.on lograda y la realidad retratada,

es tamoien verdad que la obra es lograda s610 en cuanto ese programa

figurativo se hizo estilo y formac.i.onartistica, dado que la falta de

interpretacion de la realidad habria llevado al artista a un desfasaje

interior que Le hubiera hecho faltar el estilo y fallar el proceso de

formacion. Ademas, si es justo desconfiar de quien desvaloriza gran parte

del arte contemporaneo por el solo hecho que no es "figurativo", como si

la abstracci6n fuese desconocida en el arte del pasado y como si el valorde ciertas obras maestras de un tiempo consistiese no en .sus resultadosformativos sino en sus intentos figurativos, no por esto es necesario

negar validez art1stica al programa de representar la naturaleza, cono si

la abstracci.on 0 el arte concreto se encontraran en mejores condiciones

para realizar la pura formatividad del arte. La polemica contra el arte

figurativo, si tiene un sentido, 10 tiene solo en virtud de la

presunclon, en parte fundada, que no corresponde ni al gusto moderno ni

al espiritu de hoy, no puede mas volverse estilo eficaz y poeticaoperativa, puesto que remite a obediencia academica y respeto extrinsecoa una tradici6n mas padecida que heredada, mientras la abstracci6n puedevolverse artisticamente mas operativa por su mayor adherencia a la

espiritualidad actual, que en ella puede realizar la propia vocac.ionformal y volverse verdaderamente en modo de formar; 10 que,evidentemente, no rasgufiaria para nada el valor artistico eventualmentealcanzado aun hoy por una obra figurativa, n i, suprimiria el innegable

hecho que tambien una adhesi6n al programa abstracto pueda ser extrinseca

puesto que tamb i.en hay una academia de la antiacademia, y es

indudablemente la peor.

25. Poetica programatica y poetica operativa.

Bien entendida, una poetica como programa mas 0menos explicito, no

basta de por s1 para realizar ese arte que se limita a sugerir, desear yfavorecer: esta auspicia, no promueve su realizacion, y regula el proceso

solo si este se encamina felizmente. Como los principios de una esteticano tienen nada para prescribir al artista, asi las afirmaciones de una

poetica no tienen tanta eficacia para producir poesia; pero el artista no



puede hacer arte sin una poetica, si bien puede muy bien prescindir de la

estetica , y cuando hace arte su poetLca actua viva y operati va en su

actividad.

Ciertamente, dado que la fuerza de expansi6n de una determinada

espiritualidad 0una particular concepclon del mundo se centuplica por la

potencia sugestiva y por la eficacia comunicativa del arte, no es extrano

que determinados intentos pedag6gicos0

morales0

politicos0

religiososintenten servirse del arte para su propio fin, aunque el arte no tolere

instrucciones de eate genero, ni pueda "servir" a otros fines. Sin

embargo, en principio nada evita a determinadas concepciones del mundo

invocar ciertas formas de arte e1aborando una poetica, ni a estas

poeticas e1 proponerse formas de arte que resuelvan en estHo un

determinado modo de ubi carse en 1a vida practice] y de ordenar los valores

y concebir las cosas, y que esten dirigiqas a una robusta vida moral,

politica 0re1igiosa; cori 10 cual no queda violada la autonomia del arte

ni se predica la subordinaci6n del arte a otros valores, sino que

solamente se auspicia un estilo que justamente en cuanto estilo, 0 sea

arte sincero y genuino, responda a una deterrn.in.rda espiritualidad, que se

haga, asi, modo de formar. Naturalmente est a "illvocaci6n" no debe dejarse

comprometer por la absurda confianza que ella sea suficiente para

promover el advenimiento del arte de estaf

orma auspiciado, ni muchomenos que tenga la pretension de proveer la ned.ida del juicio cri tico

sobre el valor artistico; es apena s necesa r i.o recordar que para

convertirse en estilo una espiritualidad t.Le ue que ser personalmente

vi vida, y no solamente deseada 0 abstractamento pensada, y encontrar el

artista genial que "invente" e1 modo de formar. Por eso cuando

determinados institutos 0 asociaciones zecorn.iencian a los artistas una

poetica encaminada hacia la concepci6n del muido que ellas expresan 0

sostienen, no hay nada de escandaloso ni comprcmetedor para la autonomia

del arte, siempre que tal recomendaci6n tenga s610 el ca ract er de un

auspicio, quLzas reconfortado por recompensas, pero no se eleve nunca

como una orden imperativa, n.i pretenda ofrece i: cri teriosde juicio en

hechos de artisticos.

E1 hecho es que una determinada poetica tiene si un caracter

oper ativo, pero este adquiere eficacia 5610 cuondo la poetica se vuel ve

operativa en un proceso de fo.rmacion, Entonce:: la pos tLca se incorpora

indisolublemente en la obra, y coincide con aqucLl.a "poetica" interna que

es su misma intima LeqLsLacLonr 10 cual basta para explicar por que las

poetLcas establecidas en programas que "preceden" el arte generalmente

son esterLles , rnientras mas fecundas aparecen aquellas que "siguen" el

arte ya realizado, en relaci6n con los cuale 1 ellas no hacen, en el

fondo, mas que proponer la intrinseca y pregnant~ ejemplaridad.

26. Caracter especu1ativo de 1a estetica.

La estetica, en cambio, tiene' un caracter exquisitamente

especu1ati vo. Es bien cierto que se suele adscribir como meri.to de unaestetica su capacidad de proveer al critico validos criterios de juicio,

y esta bien difundida la idea de tener que encontrar en esta capacidad la

verificaci6n de un pensamiento estetLco, y la medida para aceptarLo 0

repudiarlo. Pero si la est.etica verdaderamente 11egara a proveer tales

criterios terminaria indirectamente prescribiendo al artista determinadas

normas, 10 que obviamente esta fuera de su ambito, puesto que 1a

filosof1a especula, no 1egis1a. Cierto, la estetLca puede ser uti 1 a1

cri tLco en el sentido que Le ofrece una conciencia filos6fica de la

experiencia en donde e1 actua, y 10 contiene de fiarse al puro gusto, sea

defi.nLeridoLe la relaci6n que se establece entre el gusto personal y el

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juicio de valor, sea Lnd.Lcando.Le la misma estructura de la operaci6n

artistica, invitandolo a meditar sobre ella por cuanto Ie sirve para su

consciente lectura. Pero esto no significa decirle 10 que el arte debe

ser, y ofrecerle una medida precisa para separar la poesia de la no-

poesia.

Si esa observaci6n es pertinente, ella vale s610 en la medida enque remite la estetica a la concrecion de la experiencia artistica, y la

invita a meditar sobre el proceso con que el artista forma su obra y con

el cual el critico se forja su propio y responsable metodo de lectura.

Puesto que el caracter especulativo de la estetica no es para nada

refutado, al contrario es reconfirmado e incluso garantizado por este

necesario llamado a la experiencia de los hechos artisticos; sobre la

cual esta tiene que reflexionar para determinar la estructura, explicar

la posibilidad, definir el significado y estudiar el alcance metafisico.

La estetica debe iniciar por una fenomenologia de la experienciaartistica; y en este s61ido contacto con la experiencia no tiene que

dejarse escapar las reflexiones que los artistas han conducido en su

propia actividad, si bien sea prejuicio corriente, de origen ciertamentefilos6fico, retener aquellas consideraciones como irrelevantes desde un

punto de vista especulati vo e inutilizables por parte de la estetica.Esta desconfianza es bien justificada por los fines diversos y por los

mas inimaginables moti vos que mueven a los artistas a reflexionar sobreel arte, puesto que no siempre ellos se limitan a tratar de conseguir unconocimiento operativo de su propia actividad, y frecuentemente se dejan

llevar por fantasiosas justificaciones y hasta mistificaciones; pero si

no les toca a los artistas hacer estetica, no por ella el fi16sofo esta

librado de la obligaci6n de interpretar adecuadamente la medi taci6n que

aquellos han llevado sobre su propia experiencia: los resultados de

aquellas reflexiones raramente alcanzan el plano de La filosofia, pero

tienen el inestimable valor de afirmar una experiencia concreta, de tal

forma que el filosofo no puede prescindir de las mismas, y la estetica,

cuando quiera reflexionar sobre el arte, debe explicitamente proponerse

tenerlas en cuenta. .Afirmar el caracter especulativo de la estetica no significa

desconocer 0 negar la historicidad. Faro su historicidad no es la de laspoeticas, que se suceden, se alternan y se combaten en la historia de los

hechos artisticos, senalando el sucederse de los gustos, estilos y

eacueLas r mas bien es la historicidad de la filosofla, en la cual la

multiplic{dad de las doctrinas no compromete, sino que confirma la

fundamental unidad del pensamiento filos6fico. La filosofia, aun siendo

siempre multiple, hist6rica y personal, sin embargo es una, y se dirige a

una validez absoluta y universal; y asi la estetica es una, en elsentido

que quien propone la propia, la expone en nombre de la razon filos6fica,

dispuesto a retratarla 0 corregirla si otros 10 convencen de errores y a

defenderla de las refutaciones que Ie parecen injustas; 10 eual nosignifica que quiera presentar la propia como la unica verdadera, siendo

falsas todas las otras, puesto que las otras las tuvo en cuentaaprendiendo de elIas 10 mas que pudo, y La propia la presenta como el

resultado de una activa discusi6n con todas las otras, y ella no se cansade proceder a revisiones, profundizaciones y reelaboraciones,

verifLcando la incesantemente sobre los hechos que continua a analizar y

sobre los problemas que no termina de hacer emerger, y aceptando, incluso

solieitando, la discusi6n de los resultados a los euales crey6 poder

llegar.Y que la estetica sea especulativa se ve

no es una "parte" de la filosofi-a, sino la

comprometida a reflexionar sobre los problemas

tambien ante el hecho que

filosofia toda en cuantode la belleza y el arte;



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siendo que s1 por un lado el ambito en el eual reflexiona la estetica es

la experieneia de los hechos artisticos (ni la reflexi6n filos6fica

llegaria a ser estetiea si pretendiera derivar de una filosofia

presupuesta las posibles eonseeuencias estetieas prescindiendo de la

observaci6n directa de aquella experiencia), por otro lado una reflexi6nsobre la experiencia artistica no llegaria a ser filos6fica si, poniendo

el problema estetico no afrontara tambien los otros y no verificara sus

propios resultados en el banco de prueba de la filosofia entera.

Traducci6n: Patricia Ares, Olga Mangione yCecilia Fiel.

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