7. Manos Sucias y Politica. Andres Lopez Restrepo

5/16/2018 7. Manos Sucias y Politica. Andres Lopez Restrepo

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Resumen.Existen situaciones en politica que ponen a prueba los lImites de los esque-

mas morales y las visiones dcl mundo de los gobernantes. Adernas, sus declsionesafectan a naciones enteras y en los regfmenes democraticos tales decisiones sontomadas en nombre de las mismas personas a las cuales estan afectando. Lapregunta que se plantea entonces es si los politicos estan someridcs, en razrin desus particulares responsabilidades en los partidos 0 en el gobierno, a unas norrnasrnorales diierentes a las de los dernas seres humanos. Esta pregunta ha recibidodlversas respuestas, Una de esas respuestas se ha inspirado en la obra de teatro .de Sartre Las rnanos sucias para alirmar que, en efecto, los politicos, en razon desu papel, deben realizar acetones y tomar decisiones que quienes estan porfuerade la polftica consideran como una violacion de las normas morales, EI presentearticulo exarnina esta idea. Con ese fin, primero se recuerda la obra de Sartre,haciendo enfasis en los aspecto< BR>s que han dado pie al concepto de "manessucias" en la filosofia pohtica. A continuaciun se explica 1 0 que se entiende pOl'"rnanos sucias", Posteriorrnente, se cousideran atgUllept of "dirty hands" in political philosophy. Lateron, is explained what is intended by "dirty hands". Afterwards, are consideredsome practical applications of that concept. Finally, there are presented some

final observations about the validity of the concept of "dirty hands".Key words: Political philosophy - political ethics - political violence

- dirty hands in politics - Sartre, Jean Paul- Maquiaoelo, Nicolds - Weber, Max-Walzer, Michael.

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Los ESTADQS TIENEN facultades que les son negadas a losciudadanos que viven bajo su protecci6n. Por ejemplo, los Estados puedenexpropiar 0 tenor cuerpos armadas a impartir [usticia, Tales Iabores sonrealizadas par determinaclos individuos, a los cuales los Estados hancomisionado el poder de tomar esas decisiones en su nombre. La mayor partede los Iuncionarios estatales realizan sus activklades de manera rutinaria,determinados por un us reglas y costumbres establecidas. Sin embargo,ciertos funcionartos de alto nivel y los vinculados a la justicia y la seguridaddcben en ocasiones tomar decisiones complejas, que incluso pueden afectarmuchas vidas, Es 10que ocurre cuando 10que esbi en juego es una guerraintemactonal 0, como sucede en Colombia, Ia opci6n entre paz y justicia.

En algunas ocasiones las intuiciones morales por las cuales se gUlanlos individuos en su vida cotidiana brindan criterios suflcientes para queIuncionarios tomen decisiones y acttien en consecuencia, Asi, frente auna invasion por parte de otro Estado casi nadie negara que la respuestarazonable es una guerra defensiva. En los procesos de negociad6n esf { w i t defender los acuerdos que lleven a arrmistias y perdones cuandolos gntpos insurgentes han combatido respetando las reglas del derechointernacional,

Los casos diflciles tienen mucho mas interes porque ponen a pruebalos limites de nuestros esquemas morales y nuestras visiones del rnundo.Por ejemplo: ~existe aIguna circunstancia en la cual pueda [ustificarse unaguerra prevent iva? 0, ~hasta cl6nde es posible negociar y perdonar, entodo 0 en parte, a gnlpos que violan el derecho humanitario? Es ciertoque los individuos que no tienen responsabilldades politicas deben enocasiones enfrentarse a decisiones diffciles, y existen ciertas profesiones,como las relacionadas con Ia salud, que confrontan este tipo d e dilemascon mayor frecuencia.

Sin embargo, las autoridades politicas no solo deben abordar esasdecisiones dincHes de manera reiterada sino que sus decisiones alectana muchas mas personas y -esto es particularrnente importante- en losregfmenes democraticos las autorldades toman esas decisiones diffciles ennombre de las misrnas personas a las cuales estrin afectando. Este proble-ma so agudiza en el caso de pafses mas poderosos 0 que estan en mediode graves conflictos. Independientemente de la opinion que merezcala politica exterior de cada una de esas naciones, es claro que el primermlnistro de Luxemburgo 0 el presidente de Costa Rica estan sometidos aexigencias menos Iuertes que eI presidente de Estados Unidos 0 el primerministro de Israel.

La pregunta que se plantea entonces es sl los politicos estrin someti-dos, en razon de sus particulates responsabilidades en los partidos 0 ene I gobierno, a un as norm as morales diferentes a las de los demas sereshumanos. Esta pregunta ha recibido diversas respuestas, Una de esas

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respuestas se ha inspirado en la obra de teatro de Sartre Las manos suciaspara afinnar que, en efecto, los politicos, en razon de su papel, debeurealizar acciones y tomar decisiones que quienes estan por fuera de lapolitica consideran como una violaoion de la s normas morales.

En las siguientes paginas se examinara esta idea, Can ese fin, primerose recordara la obra de Sartre, haciendo enfasis en los aspectos quehan dado pie a Ia concepcion de algunos Hlosofos de la necesklad de las"mauos sucias'' en la filosofta polfrica. A continuacion se explicaralo quetales fil6sofc)s entienden par "manes sucias". Posterior mente , se conside-raran algunas aplicaciones practicas d e esa concep cion. Finalmente, seharan unas observaciones finales sobre la validez del concerto de "manessucias".

1 L as m anos suc ias d e S ar tr eLasmanos sucias es una obra de teatro que Sartre publico en 1947',Las acetones tienen lugar durante la Segunda Guerra Mundial, en un pals

imaginarto llamado Iliria, que debra corresponder a alguna regi6n de laantigua Yugo sla via . E l gobierno de Iliria esta en manos de los fascistas 0conservadores, encabezados por el Regente y aliados de la Alemania nazi.Existeu otros dos grupos politicos, ambos en la clandestinidad: el PartidoProlerario, integrado pOl' comunistas y socialdemocratas y aliado de laUnion Sovietica, yel Pentagono, conformado pOl' campesinos, burguesesy nacionalistas, y que se opone tanto a los alernanes como a los sovieticos.En marzo de 1943, cuando ocurren los primeros acontecimienros de laobra -constderada esta de manera cronologica, pues la primera escenaocurre en marzo de 1945, dos afios despues-, el Regente, tras advertirque el E]e ya no puede ganar Ia guerra, se dedica a buscar una alianza cone l Pent agono y l a i zqu ie rda .

La mayoria socialdemocrata del Partido Proletario, encabezada parHoederer, secretario del Partido, apoya las negociaciones con el H e ge ntepara crear un frente de los tres grupos politicos que gobierne el palsdespues de la guerra. Los comunistas, cuyo Ifder es Louis, se oponendebido a que el regimen fascista los ha reprimido de manera implacable ydeclare In guerra a la Union Sovietica. L ouis considera que H oederer esun rraidor y que debe ser eliminado, yean ese fin envia a Hugo Badlne,quien recibe la miston de trabajar para Hoederer y asesinarlo ala pruneraoportunidad. Hugo, quien tiene el alias de Haskolnikov -un guiilo muy

1. Sartre, [ean-Paul (1947), Las manus sucias, Madrid, Alianza Editorial, 1981 (traduccionde Aurora Bernardez),

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poco sutil de Sartre--, viene de una familia can dinero y tiene educacion,por 1 0 cual sirve como redactor del periodico del Partido'.

Hugo y su esposa Jessica, quien es dedaradamente apoljtica, setrnslaclan ala casa de campo en la cual viven Hoederer y sus tres guard a-espaldas, Hoederer rapidamente se gana la admiracion de Hugo, quienduda en cometer el asesinato. La raz6n no es escrtipulo moral a[guno sinoe I alecto, el mismo Hoederer le ha dicho: "No tengo objecion de principiocontra el asesinato politico. Eso se practica en todos los partidos'>. Perolingo sabe que sl no cumple su misi6n sera asesinado por los comunistas.

Un dia lIegan a negociar los delegados del Hegente yel Pentagono.Hugo, que es testigo de las conversaciones, se incligna ante el interes deRoederer por negociar con los enemigos del Partido y se decide a matarlo,pero en esos mementos estal1a una bomba que ha sido arrojada a Ia casa.El atentado, que ha sido realizado par Olga Lamme, una eomunista,Iracasa y nadie muere. Antes de esconderse, Olga Ie dice a Hugo queactuo par SI1 cuenta, para evitar que 1 0 mataran par no cumplir su mision,y que tenia 24 horas para cumplir su mision, de 10 contrario enviarian aotro en su reemplazo.

Hugo y Hoederer inician una discusi6n sabre la via mas expedita paralIegar al poder y conservarlo, Aunque ya torno la decision de participaren el gobierno de uni6n can los fascistas y los IiberaJes, Hoederer tratade convencer a Hngo de su conveniencia. Hugo rechaza por completo elcompromise y no entiende que un partido revolucionario renuncie a tomarel poder pOl' las armas y en camblo 10haga a haves de componendas,Hoederer entiende que la colaboraci6n can los enemigos politicos es aveces necesaria, ademds, la fuerza militar esta del lado del Pentagono y esimposlble imponerse mediante la violencia. Hugo responde que el poderno se obtendrfa en una guerra civil sino con el triunfo rnilitar del ejercitosovietico. Hoederer replica que todos los ejercitos ocupantes, liberadoreso no, 'liven del pais ocupado, 1 0 cual llevaria necesariamente a que losearnpesinos detestaran a los rusos y a los gobernantes impuestos por ellos,el pals quedana arruinado y una insurreccion barrerla al Partido uninstante despues de que los rusos partieran. Hugo aflrma que la insurrec-cion puede dominarse con In Iuerza, como hlcieron los bolcheviques en1917, pero Hoederer dice que los bolcheviques no Iueron impuestos por

2. Hugo es una caricatura: burgues, can educaci6n superior, bien casado, rechaza a S!.I padrey todo 1 0 que es: busca negarse a sf m ismo, inmolarse en un acto qu e tenga algun signi Rcaciopolft icc. Es poell cosa, infeliz, quiere olvidar el pasado pem Ileva consigo a todas parteslas fotos de su nifiez. Estu enarnorado tanto de Olga como de su mujer pero no entiendea ningunu de las dos. Busca en el Partido una disciplina que acabe con su s dudas pero losmicmbros del Partido ni siquiera 10aceptan plena mente par su origen burgues.3. idem, P: 123.

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un ejercito OCllpante y que el proletariado no tiene la fuerza sulicientepara enfrentarse a los burgueses y campesinos.

Hoederer explica que el Partido 5e conformara con menos de Ia mitudde los ministerios. En [a minorla, dejara que los otros dos partidos tomenlas decisiones impopulares y hara oposici6n desde dentro del gobiernopara ganarse a In poblaci6n. A S 1 , en un par de afios la m ism a poblaci6npedira que el Partido gobierne en solitario. Hugo responde que la politicade colaboracton de clases supondra aceptar, aunque sea pOl' un tiempo,el marco de la eC0001111acapitalista, renunciando a la construcci6n de laeconomia socialista. Ademas, el Partido debera ceder, mentir y defendermedidas reaccionarias, 10 cual confundira a los miembros del Partido yhara que los mas duros 1 0 abandonen. Con el Partido dividido y ablanda-do, los partidos burgueses podrian liquidarlo facilmente.

Hoederer reconoce que existen riesgos pero dice que SI! pohticaperrnitira conservar el peeler; y "si no quieres correr riesgos, no clebes dehacer polttica". Y agrega: "un Partido nunca es sino un medic. S610 hayuu fin: el poder's. Hugo responde que el tin ico .fin es el triunfo de la sideas del Partido, a 1 0 que Hoederer replica, can tono condescendiente: yase te pasara ese .respeto excesivo pOl' las ideas.

Hugo Ie pregunta si cree que los demas miembros del Partidoaceptaran sus componendas, Hoederer dice que se las haran tragal' de apoco, mintiendoles si es necesario. A Hugo le sorprende que Hoedererpueda meutirles a sus camaradas, este Ie expllca. "Siempre se ha menticloun poco en el Partido. Como en todas partes". Le pregunta si nunca hamentido: Hugo responde que [amas ha mentido a los camaradas", porque,"~de que sirve luchar poria liberacion cle los hombres si se les desprecia1 0 suficiente como para euganarlos?". Roederer replica: "Mentire cuandohaga falta y no desprecio a nadie. La mentira no Ia he inventado YO : naci6en una sociedad divldicla en clases y cada uno de nosotros la heredo alnacer, No aboliremos la mentira negandonos a mentir, sino empleandotodos los medics para suprimir las clases'".

Hugo dice que no todos los medios son buenos; Hoederer respondeque 1 0 son cuando son eficaces. Y agrega, en lo que eonstituye el micleodellibro:

4- idem. p. 1795 Idem, P: 180.6. idem, p. 181.T Sabemos que Hugo le esconde sus intenciones de asestnarlo, pem tal vez se justificaa sf mismo pensando que Hoederer, en la medida que es un traidor, no es un verdaderocarnarada.8. idem, p. 18;1..

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iQue importancia Ie das a tu pureza, chico! [Que miedo tienes deensuciarte las manosl [Bueno, pues sigue siendo puro! 2,Aquien Ie serviray para que estas can nosotros? La pureza es una idea de fakir y de monje.A vosotros los intelectuales, los anarquistas burgueses, as sirve de pretextopara no hacer nada. No hacer nada, permaneeer inm6viles, apretar loscodas contra el cuerpo, usar guantes. Yotengo las 111(1110S sucias. Suciasde mierda y de sangre hasta los codos. dYque? c:Teimaginas que se puedegobernar inocenternente?9.

Hugo dice que la mayorfa en el Partido, incluido el, no esta de acuerdocan las negociaciones. Hoederer Ie responde:

Yoconozco a-los camaradas del Partido que no estan de acuerdocon mi polft ic a y puedo decirte que son de mi especie, no de la tuya , yno tardaras en descubrirlo. Si han desaprobado estas negociaciones, essimplemente porque las juzgan lnoportunas, en otras circunstancias sedanlos primeros en iniciarlas, Tii, en cambio, haces de esto una cuestion deprincipios'o.

Y agrega que unas negociaciones haran que el Regente detenga laguerra mientras que si las negociaciones fracasan el Regente quedaraacorralado, proseguira la guerra y moriran miles de hombres mas: "dQueme dices? ~.Puedes t u suprlmir a den mil hombres de un plumazol"?'.Hugo responde que la Revoluci6n no se haee con flores y que S I han demorir, plies tanto peor.

Hoederer eoncluye: "iYa 10 yes! T il no quieres a los hombres, Hugo. T 1 : is610 am as los principios". Can patetismo, Hugo replica: "2,YpOI' que habrfade quererlos? dAcaso me quieren ellos a mf?". Y explica que entro alPartido porqne su causa es justa, no porque Ie interesen los hombres comoson sino por 1 0 que pueden llegar a ser. Hoederer resuelve el debate asi:

Y yo los quiero par 1 0 que son. Con todas sus porquerias y todos susvicios, Quiero sus voces y sus manes calientes, y su pie], la mas desnuda detodas las pieIes, y su mirada inquieta y la lucha desesperacla que cada unoa S1 I v ez riiie can fa muerte y con la angustia. Para mf sf cuenta un hombrede mas 0 un hombre de menos en el mundo, Es muy valioso. A ti teconozco bien, chico, eres un destructor. Detestas a los hombres porque tedetestas a ti mismo; tu pureza se parece ala muerte, y la Bevolucion con[a que sueiias no es la nuestra, t u no quieres cambiar el mundo, quieres

g. idem, pp. 182Y 183; subrayadomfo,10. idem, pp. 183 Y 184.11. idem , P : 184.

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destruirlo ... Tu no Henes Ia culpa: sois todos iguules. Un intelectual no eslin vercladero revolucionario, vale como maximo para ser un asesino'",

Estas palabras impelen a Hugo a actuar, se Ievanta dtspuesto a matara Hoederer, pero la intervencion de su esposa y la sribita entrada de dosdo los guardaespaldas, pOl' razones que no tienen que ver con Hugo, Ieimpiden cum plir su prop6sito. Hugo reconoce ante su esposa que ha sidovencido en el debate, pero, no obstante, sigue creyendo que debe matar aHoederer: "No me ha convencido. Nadie puede convencerme de que debemeutirse a los camaradas. Pero si me hubiera convencido, seria una raz6nmas para maude, porque eso probaria que convencera a otros. Mananapor la manana terminare el trabajo"13.

jessica quiere evitar el asesinado y revela el plan de su esposo aHoederer, diciendole que en realidad 61no quiere matarlo. Hoederer,quien ya esta al tanto de las intenciones de su empleado, 1 0 confrontanuevamente, Hoederer le dice que no cree que pueda cometer un asesi-nato; Hugo dice que 1 0 harfa st el Partido se 1 0 ordena. Hoederer replicaque eso es un problema de vocaci6n y ninguna orden del Partido puedecambial' la uaturaleza de un individuo: "Se es asesino de nacimiento.Til reflexionas demasiado, no podrtas'"- ..Hugo mete la mano al bolsillopara tomar el anna pero Hoederer se IiJ.sujeta y le dice que a diferenciade los pistoleros, que carecen de imagtnacion y matan sin importarles 1 0que ocurrira luego, un intelectual como e J esta obligado a pensar en lasconsecuencias de sus ados, en esc caso, el fin de la unica polftica que lepermitlra al Partido !legar al poder, Hugo le dice: "Yo no valga para vivir,no se 1 0 que es Ia vid a ni necesito saberlo. Estoy de mas, no encuentromi lugal' y estorbo a todo el mundo, nadie me quiere, nadie conffa enmf, .."'5.

Hoederer le dice que conffa en el, le da Ia espalda, Ie sirve uri cafe,vuclve y le saca el revolver del bolsillo. Hugo le dice a Hoederer quequienes Ie ordenaron matarlo 1 0 consideraran un traidor, Hoedererresponde que al otro d fa ira a la ciudad a hablar con Louis Y tratara desalvarlos a ambos: "La cuestion se arreglara. Lo mas diftctl sera ponertede acuerdo contigo rnismo'?". Hugo Ie pide el revolver de vuelta parasuicidarse, Hoederer se niega y Ie pide que no trate de ser un asesino sinoque se dedique a 1 0 que sabe, que es escribir, Jessica, quien ha observado

12. idem, p. 185.13. Idem, p. 188.14 idem. p. 19915. Idem, p. 202.16. id em , P: 20,3.

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to cla In escena desde un escondite, aparece ante Hoederer y Ie manifiestasu adrniracion par la forma en que manej6 la situacion. Se estrin besanclocuando Hugo los sorprende. EI marido ofen dido toma el revolver y mataa Hoederer, Hugo es eondenado a cinco afios de carcel. Durante suencarcelamiento es abandonado pOl' Jessica Y sus copartklarios intentanenvenenarlo, 1 0 que Hugo atribuye a que ya no es uti! para el Partido, que,de todas maneras, nunca confio plenamente en el.

La obra abre y cierra COIl los hechos ocurridos en marzo de 1945. Enesc momenta los ejercitos sovteticos avanzan incontenibles y el regimenlascista ha cafdo en el caos, por 1 0 que los nazis han ocupado el pars. Hugoacaba de salir de la carcel y se dirige ala casa de Olga. Ella desconftaporque Hugo ha salida tres afios antes de 1 0 esperado. Hugo Ie explica queel Partido intent6 asesinarlo y la presion a para saber si ella hace parte dela conspiracion en contra suva, Olga dice ignorar las ordenes para matarlopero agrega que no dudaria en hacerlo S I el Partido as! 1 0 dispusiera, OlgaIe expllca que eI Partido ha crecido rapldamente y que los miembrossuelen visitarla. Finalmente, un carro se cletiene a la puerta. Olga le p i dea Hugo que se esconda en su cuarto, Se presentan antela puerta dossicarios de Louis, quten permanece en el carro, que tienen 6rdenes dematar a Hugo. Olga se interpone y exige que Louis se presente en la casa.

Olga le dice a Louis que se estan precipitando, que Hugo tuvo el valorde eliminar a Hoederer pese a sus guardaespaldas y que es digno de con-Iianza. Louis dice que el asesinato tuvo razones personales y no polfticas yque Hugo es "un pobre anarquista indisciplinado, un intelectual que solopensaba en adoptar actitudes, un burgues que trabajaba cuando le veniala gana y que dejaba el trabajo pOI' cualquier cosa"? Olga le pide a Louistres horas para conocer las razones del asesinato y saber si Hugo es 0 nouti! al Partido.

En la conversaci6n con Olga, Hugo reconoce que quena a Hoederer yque no 1 0 hubiera matado de no haberlo encontrado abrazado a su esposa.Olga Ie dice que ya no importan las razones pOl' las cuales 1 0 cometio, queel asesinato fue ordenado en un memento en que estaban interrumpidaslas comunicaoiones can la Uni6n Sovietica, que tras restablccerse, esepais habfa orden ado al Partido que se acercara al Hegente, y que ya estabaoperando e I gobierno conjunto. Hoederer tuvo razon pero el memento enque planted su iniciativa era prematuro y tampoco era el hombre adecuadopara Ilevarla a cabo. No obstante, Sl1 nombre serfa rehabilttado, a loscamaradas del Partido se les dieron algunas explicaciones, pero fue inevita-ble mentirles, como siempre ocurre en toda guerra. Hugo debfa olvklar elasesinato, volvel' al Partido a trabajar y entre ambos conformer una pareja.

17 Idem, p. 23

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Hugo se rie ante las ironfas de la hlstoria y de Sll propio destine: "Estecrimen es un estorbo: nadie quiere 'saber nada de el. Yo no se por que 1 0comet! y vosotros no sabeis que haeer con el'?". Y agrega:

No 56 por que mate a Hoederer, pero S8 pO l' que hubiera debidomatur]o: porque hacfa mala polftica, porque mentfa a sus camaradas ypOl'que corrfa el riesgo de corromper al Partido. Si hubiera tenido el valorde disparar cuando estaba solo con el en su despacho, habna muerto pOl'eso y yo podna pensar en mi sin avergonzarme. Me avergUenzo de mfporque 1 0 mate ... d esp ue s, Y vosotros me pedis que me avergi.ience todavfamas y que d ecid a q ue 10 mate pOl' nada. Olga, 10 que yo pensaba sobre lapolitica de Hoederer continuo pensandolo. Cuando estaba en 11arcelcreta que estabais de acuerdo conmigo yeso me sostenfa, ahara se que soyel iinico que piensa asi, pero no catnbiare'v.

Y concluye sus rellexiones:Un tipo como Hoederer no muere pOl' casualidad. Muere por susideas, par su politica, es responsable de su muerte. Si yo reivindico mtcrimen delante de todos, si reclamo mi Hombre de Raskolnikov Ysi aceptopagar el precio necesario, entonces habra tenido la muerte que le corres-ponde ... Todavia no he matado a Hoederer, Olga. Todavfa no. Ahora voy amatarlo. Ya mi con e l " Q .

En esos mementos llegan Louis Ysus hombres; Hugo abre la puerta,buscando 1 1 muerte.

Los f il oso fo s y la s "m an o s su clas "Walzer responde la pregunta que hace H oederer a .H ugo: "ire imagi-

nas que se puede gobernar inocentemente?'?'. Frente al dilema, que yarecibe el nombre generico de manos sucias, Walzer responde de entradaque no, no es posible gobernar de modo inocente y que 1 1 mayor partede nosotros asf 1 0 entendemos. Esto no signinca que sea imposible hacer1 0 correcto cuando se gobierna sino que un acto particular de gobiernopuede ser correcto en terminos utihtarios pera incorrecto en terminosmorales, haciendo que quien 1 0 realiza pierda su inocencia, Si, pOl' el

18. Id em , P : 22'1.19. Idem , P: :226.20. Idem, pp. 226 Y 227.21. Walzer, Michael, "Political action: The problem of dirty hands", en Marshall Cohen,Thomas Nagel y Thomas Scanlon (cditores), W a r a nd M or al. R es po ns ib ility , Princeton,Princeton University Press, 1974 (publicado original mente en Philosophy & Public Af fa ir s ,vo], 2, NO.2. invierno de 1973, pp. 160 a 180).

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contrario, ese individuo escoge la posicion absolutista 0 deontologies,puede mantener su inocencia pero faIla en hacer 1 0 correcto en terminosutilitarios, e incluso incumple can sus responsabilidades pOl'que esasresponsabllidades demandan consecuencias y resultados.

La noei6n de "manes sucias" reconoee el dilema moral pero rechaza Iaposicion absolutists. Este dilema habfa sido ya planteado por Maquiavelo,quien al alirrnar que el fin [ustiflca los medios= sugiere que el gobernanteesta obligado a hacer cosas que no son correctas pero que son necesariaspara prevenir grandcs males 0, en sus propios terrninos, debe "aprendera no ser bueno" 0, mas claramente, perverso. EI gobernante no puedeevitar esto porque existen otros hombres que no son buenos y estrin masque dispuestos a actual' de manera perversa y a disputer su posicion, y partanto, a rnenos que el gobernante actue de la misrna manera, perdera esaposicion. Sin embargo, el gobernante debe evitar adquirir Ia reputaci6nde hombre perverso pOl'que podria percler su posicion y no alcanzarel honor y la gloria, aunque debe aceptar ciertos vicios que, como lamezquindad 0 ia crueldad, le Iacilitan mantener su posicion y gobermtrZ:l.En suma, Maquiavelo reconoce que no se puede tener exito en politica sillensuciarse las manes. Asi, si se acepta que el gobierno permite hacer cosasbuenas, entonces se estaria aceptando que es necesario actuar mal parapoder actual' bien.

Maquiavelo no examina en ningun lugar los efedos que tiene elensuciarse las manos en quien ha decklido hacerlo, Weber, en cambio,profundiza en In condicion del buen hombre que tiene las manes sucias'".Su argumento parte de considerar que tocla accion eticamente orientadapuede ajustarse ados criterios distintos: la "etica de la conviccion" y la"etica de la responsabilidad", La etica de la conviccion esta fundada enereencias y qulen actua de acuerdo con ella no so preocupa de los efectosde sus acetones, en cambia, la etica de la responsshihdad tiene en cuentalas consecuencias de la accion.

En otros terminos, 0 1 analisis de la conducta polftica no puede serrealizado rinicamente can base en argumentas legales; es necesarioexaminar su base moral. Esto requiere no solo discutir el problema demedias y Hues: hay limites a 1 0 que se puede hacer en funcion de un fin

22. Dice Maquiavelo al referir5e a las acetones que debe tomar un gobernante que intentafundal' un Estudo: "Aunque le acusan los hechos, Ie excusan los resultados, y cuando estessean buenos, como en el caso de Homulo, siernpre 1 0 excusaran, porque se debe rcprenderal qlle es violento para estropear, no al que 10 es para cornponer" (Maquiavelo. Nicolas ,D is Gur so s o/w e la primera decada de Tito Livio, M adrid. A lianza E ditorial, 198 7, pp. 57)23 Skinner, Quentin, Maqlliavelo, Ma drid , A lla nza E ditoria l, Ig84, p. 56 a 6324. Weber, Max, "La pohtica como vocacion", en El poli tico y el cientf fico, Madrid, AlianzaEditorial, Ig67, pp. 160-179.

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Weber deseonila profundamente de quienes dicen seguir Ia eticade la conviccion, son en su mayorfa odres llenos de viento, romanticosinflamados que no sienten reahnente 1 0 que hacen, irresponsables que nose preocupan por las consecueneias de sus acciones, En cambia, el hom-bre que se atiene a la etica de la responsabilidad aparece como un heroetnlgico, que sufre porque siente realmente, de forma profunda y para toclala eternklad, la responsabiltdad de las consecuencias. Por ello, este evaluade manera continua sus acetones, aquel esta motivado exclusivamente porla excltacion.

Es faci! imaginar situaciones en que los politicos eonfrontcn el dilemarnencionado. Se puecle decir que los problemas que enfrenta la izquierdaque actualmente gobierna en el Brasil son resultado de haber aceptadoel dilema de las manos sucias: para poder llegar al gobierno, el PT aceptoque debia recurrir a Iormas de Iinanciacion ilegales; para gobernar y Ilevaradelante el programa de gobierno, el PT, minoritario en el Congreso,acepto que debra comprar el apoyo de otros partidos y de congresistasindivtduales. Con toda seguridad, muchos de los politicos del PT queaceptaron esta situaci6n y tomaron las decisiones necesarias conslderaronque sus acciones estaban justificadas por un bien mayor, cual era poneI' enpnictica su programa de gobierno.

Pero el dilema de las manes sucias, como 1 0 entiende Walzer, nosupone sirnplemente que quien se enfrenta a el reeonozca ej problemamoral en terminos conceptuales, 0 que se sienta mal can su decision.Walzer dice que el verdadero alcance del dllema se presenta cuandoes la gente buena quien 1 0 enfrenta -yen esta medkla el gobernantemaqutavelico tipico no estarfa enfrentando un verdadero dilema de manessucias, al menos de In forma que Walzer 10 entiende-. Asi, los polfticosdel PT habrfan enlrentado un dilema de manos sucias solo si son buenoshombres, si son polfticos rnorales que se sienten culpables luego de habertornado su decision, es decir, que aunque se ensuciaron las manes en antsde un bien rnayor, no se sienten conforrnes despues de su decision sinoque habran de convivir para siempre con el peso de una decision moral-mente ineorrecta pero sabiendo tarnbien que tuvieron buenas razonespara incurrir en Ia culpa que ahora los abruma,

Los alcances de 1 0 que dice Walzer quedan mas claros al consklerarun ejemplo dramatico y justamente Iamoso que presenta en el articulo queestamos considerando. EI autor pide que imaginemos el caso de un gober-nante al cual se le sollcita que autorice la tortura de un lkler rebelde -hoyen ella se hablarfa de un terrorista- que sabe a puede saber la ubicacionde una serie de bombas que deben estallar en eI eurso de las pr6ximas 24horns. EI gobernante ordena que se le torture creyendo que asi contribuyea salvar a quienes pueclen morir en las explosiones, aunque considersque la tortura es mala, incluso abominable. A I ordenar la tortura, el

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gobernante cometio un crimen moral y acept6 la carga correspondiente. SeIta converticlo asf en un hombre culpable. Esta solucion, al mismo tiempomoral mente correcta e incorrecta, es para Walzer la unica posible para elpolitico moral. Un hombre exclusivamente moral no ensuciarfa sus manes,Ull hombre meramente politico pretenderfa que estau limpias. EI crimencometido demuestra que el gobernante es al mismo tiempo suliciente einsufictentemente bueno para participar en politica,

3 Las manossuclas y la poUtita cuntemnoraneaUna lectura regular de la prensa evidencia que los gobernantes y

politicos estan enfrentados con frecuencia a dilemas de manos sucias, ycon mucha mayor Irecuencia a situaciones en que la moralidad cotidianano brinda los criterlos suficientes para tomar una decisi6n.

Existen cases en los cuales es clare que el gobern~nte debe actuar ensecreto porque la revelacion de todas sus acetones puede tener consecuen-cias nefastas. EI secreta no solo es necesario en las relaciones internaciona-les, donde muchas negociaciones e intercambios requieren discrecion, sinotambien a nivel interno. De heche, un autor como Carl Schmitt dice envaries lugares que los arcana 0 secretes son con naturales a toda polltica28 .Cuando no se puede decir la verdad, a veces es poslble callar, pem otrasveces es necesario mentir para ocultar la verdad. Asf ocurre, pOl' ejemplo,cuando las autoridades Iinancieras, aun conociendo que la situacion de losbancos no es buena, buscan evitar una carr ida que agravaria,la situaci6neconornica, transrnitiendo un mensaje de tranquilidad.

En negociaciones como las de un tratado de Iibre comercio queadelanto el gobierno colombtano con los Estados Unidos era necesarioque el gobierno nacional no revele todas sus intenciones ni siquiera a lossectores economicos nacionales que podtan ser afectados. La razon eraSimple: dado el alcance de las negociaciones, muchos sectores econornicosse vertan afectados pOl' el tratado final, pem en el curso de las mismascleberfan ir eambiando las decisiones sobre el alcance de las afectaciones.Si todo el tiernpo hubiese revelado sus intenciones, each uno de lossectores que podfan ser afectados se habrfa moviltzado en contra de todoel tratado, impidiendo al final su cierre.

POI' razones diferentes, el gobierno debe ser discrete en las negoeiacio-ues con los paramilitares. En cualquier negociaci6n can grupos arrnadosel gohierno ofrece una aplicacion menos rigurosa de la justicia a cambiode la dismluucion de In violencia. Inoluso aunque se este de acuerdo conel objetivo final, que es la paz, 0 par 1 0 menos un nivel menor de violencia,es inevitable considerar (lue un proeeso de paz sacrifica necesariamente

28. Por ejemplo en Sobre el parlatnentarismo, Madrid, Tecnos, 1990, p. 48.

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un bien preciado en cualquier sociedad; cual es Ia [usticia. En relacioncon la negociaci6n con los paramilitares y la exigencia de algunos sectorespor una verdad complete, vale la pena recordar el siguiente fragmentode Weber, qnien 10escriblo pensando en la situaci6n de Alemania pocosmeses despues de terrninada In Primera Guerra Mundial, y en el cual serefiere a:

Ia obligaci6n de decir Ia verdad, que la etica absoluta nos impone sincondiciones. De aquf se ha sacado la conclusion de que hay que publicartoclos los documentos, sobre todo aquellos que culpan al propio pals, y,sobre Ia base de esta publicacion unilateral, hacer una confesi6n de [aspropias culpas igua[mente unilateral, incondicional, sin pensar en lasconsecuencias. E l politico se dara cuenta de que obrando asf no se ayudaala verdad, sino que, por el contrario, 5e la oscurece con el abuse y eldesencarlenarniento de las pasiones. Vera qt1e 5 6 1 0 una investigacion bienplaneada y total, llevada a cabo par personas imparciales, puede rendirfrutos, y que cualquier otro proceder puede tener, para la naci6n que 1 0siga, consecuencias que no podran set elirninadas en decenios. La eticaabsoluta, sin embargo, ni siquiera se pregHnta por Ins consecuencias'9.

A medkla que las decisiones a que se enfrentan los gobiernos S8ternan mas complejas, aumenta el numero de personas que intervienen enuna decision y se complies la asignaci6n de responsabilidades individuales.Este es el problema que Thompson ha denominado como de multiplesmanos'". Y si no es posible precisar responsabilidarles, entonces 5e haceImposible exigir a los gobernantes, a los politicos, a los Iuncionarios, queacusen el impacto de aquellas decisiones en que deben ensuciarse lasmanos, tal como exigfan Weber y Walzer.

Una ilustracion palmaria de este problema ocurre en los ejercitos quetoleran 0 incluso promueven las violaciones a los derechos humanos. Esclaro que los militares colombianos no rechazan de manera contundentelas alianzas con los grupos paramilitares, 1 0 que en algunos cases puedeser leido como un estimulo tacite a establecer tales allanzas, con el fin deobtener rnejores resultados contra el que se considera el enernigo real,que es la guerrilla. Un ejemplo de los razonamientos y la mentalidad queIundan tales actitudes se encuentra en los testimonios de los veteranosestadounidenses de Vietnam. Desde arriba la orden era en relaci6n contralos derechos humanos "no 5 e d eje coger"; pero abajo se consideraba que "si1 0 que hago es incorrecto, mis superiores me detendrian, y dado que ellos

29 Weber, 6p. cit., P: 163 (italicas en e1original).30. Thompson, Dennis F., La itica poluica y el ejercicio de cargos pI/iJlicos, Barcelona.Cedisa, 1999, capitulo z.

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estill enterados y no me detienen, entonces es 1 0 correcto'a'. Esta mismamentalklad es la que fomento los abuses que e1ejercito estadouuldenseesta cometiendo en Irak, Afgallistan y Cuantanamo.

4 Conc lu s ionesEl concepto de manes sucias, tal como es entendido par Weber yWalzer, es atribuible a un polftico que aparece como una figura tragtca,

E I hombre buena no tendra nunca prisa para evadir las reglas sino queesperara hasta que no tenga mas opcion y actuara solo para evitar coo-secueucias inminentes y prevlsiblemente desastrosas. Pero bien sabemosque los politicos, los nuestros y los de otros lugares, no suelen parecersea esa imagen. Mas bien tienen que ver can el gobernante rnaquiavelico,impulsado par el honor y la gloria, presto a recibir reconocimiento po]"el bien que pueda haber heche, a salvo de cualquier castigo que puedamerecer par el mal que hizo para alcanzar ese bien.

A si, 10 m as probable es que el gobernante, el polttico, no sienta culpapor sus crimenes. En la actual cultura de Ia celebridad, donde todo aquelque tiene alg(Ul poder 0 reconocimiento puede aislarse de los demas,rodeado par cortes an os que confirman Ia rectitud de sus acciones, se hahecho mas dHlcil que nunca recibir criticas y dudar de las propias decl-siones. Y por ello el gobernante puede escudarse en las razones de Estadoo en la pretension de estar sirviendo al interes publico, para justificar suscrfrnenes.EI principal problema con el politico como heroe tnigico de Weberes que no existe instancia alguna frente a la cual 61deba responder porsus crlmenes. Ni siquiera debe justificar sus crfrnenes, y por tanto puedecometerlos sin que deba explicar a nadie par que esos orlmenes Iueronel mejor modo de alcanzar el bien que buscaba, y asf puede darse el casoque sea 61el unico que considere que esos crfmenes debieron tener lugar.Walzer sugiere que la respuesta esta dada por los asesinos de Losjus tos ,de Albert Camus, que habiendo asesinado se preparan para morir. Sinembargo, al menos en e1caso de los terroristas islamlcos, es clare que lamuerte no es un castlgo sino un premio, y par lo tanto In respuesta deWalzer no es en este punto valida.

Claro esta que simultaneamente se han dado algunos avances en Incapacidad de! sistema internacional para juzgar los cnmenes cometidospor los Estaclos y sus gobernantes. Pero esa capacidad no alcanza, y es

31. Halbfiuger, David M,"Film echoes the present in atrocities of the past", en The NewY ork T ilJ le s, 9 de agosto de 2005 (hup://www.nytimes.comlzo05/08/0g/movies/ogwint.html?8hpib).

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dudoso que 1 0 llegue a hacer, a los gobernantes de los patses mas podero-sos, que por 1 0 tanto no tienen razon alguna para terner castigo y ningunincentive para ser reos de su propia conciencia.

Es innegable que la mejor forma de impedir los cnmenes de Estadoy los pequenos crimenes que los politicos cometen y pretenden presentarcomo necesarios es negandoles a los politicos que los realizan el podery la gloria que pretenden. Pero las democracias representativas tienenlfrnites para poder controlar a los gobernantes. Por ello el riesgo de que lospoliticos se ensucien las manos sin necesidad y sin sentimiento de culpa estan grande como siempre 1 0 ha sido,

No obstante, creo que hay dos cosas que deben ser aceptadas, Enprimer termino, es innegable que el ejercicio de 1 0 politico requiere enocasiones cierta opacidad, negarlo es pecar de ingenuo. Asi, por ejemplo,hay ciertas negociaciones que hay que realizar a puertas cerradas paraimpedir que todo 1 0 que ocurre fuera de esas puertas afecte todo eltiempo las negociaciones. Por otra parte, es necesario reconocer que lospoliticos deben actuar por 1 0 general de acuerdo con Ia etiea de la respon-sabilidad, es decir, de modo consecuencialista, entre otras cosas porqueasf 1 0 requiere la agregaci6n de preferencias propia de Ia democracia.

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Editorial, 1987-Sartre, Jean Paul, Las manos sucias, Madrid, Alianza Editorial, 1981 (traduccion de

Aurora Bernardez).Schmitt, Carl, Sobre el parlamentarismo, Madrid, Tecnos, 1990.Skinner, Quentin, Maquiacelo, Madrid, Alianza Editorial, 1984.Thompson, Dennis F., La etica politica y el ejercicio de cargos publicos, Barcelona,Cedisa, 1999.Walzer, Michael, "Political action: The problem of dirty hands", en Marshall Cohen,

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7. Manos Sucias y Politica. Andres Lopez Restrepo