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9) Democracia Deliberativa

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Rawls y la democracia deliberativa

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  • Democracia deliberativa

  • Asistimos a una escisin estructural de la dinmica y la comprensin de la poltica. La dicotoma ms amplia y estructural se da entre quienes sostienen que la poltica se fundamenta en lo razonable, en las mejores razones, en las construcciones lingsticas mejor fundamentadas en un espacio pblico y abierto; y entre quienes prefieren una poltica desde las cpulas, en espacios cerrados y opacos, manejada en procesos de negociacin, sin mediar deliberaciones. Tanto la aceptacin emprica de una de las dos dinmicas, como los instrumentos analticos para dar cuenta de ellas, determinan dos formas muy claramente diferenciadas de asumir y justificar el rol de la poltica en las sociedades.

  • De un lado est el valor de los argumentos, sustentados en buenas razones, ideas que el entendimiento ordena en un discurso que debe convencer de la razonabilidad de lo planteado; del otro lado la fuerza que impone la dinmica son los recursos de poder que se poseen, de donde surgen decisiones en funcin de acumulaciones que se imponen en una puja con otros recursos de poder. En ltima instancia la dicotoma es: argumentar o negociar. Las decisiones que en ambos casos se tomen sobre los asuntos de la polis, operan sobre la realidad y, en determinadas oportunidades, logran modificarla, sin embargo, los efectos que cada concepcin proyecta en la conciencia ciudadana son diferentes y diferentes tambin son las respuestas polticas de la ciudadana. Si bien no existen reglas inamovibles en las conductas de los individuos, podramos afirmar que ante las dos propuestas motivaran conductas hacia dos polos, animando de un lado la participacin activa y del otro la apata y la minoridad contemplativa.

  • DEMOCRACIA DELIBERATIVAEsta mirada concibe la poltica fundamentalmente como una actividad consistente en la prctica de dar y pedir razones. Una buena razn poltica es una razn justificativa del empleo legtimo del poder poltico en una determinada direccin. Este proceso slo es posible mediante una deliberacin demopoltica, centrada en el intercambio y el contraste pblico de argumentos, testimonios e informaciones desde iguales posiciones de habla. La deliberacin funciona como instancia crtica y evaluativa de las razones predominantes o abiertamente disputadas en el seno de cada comunidad poltica.

  • La deliberacin no tiene por objetivo establecer la verdad de un estado del mundo, ni tampoco consagrar razones inobjetables para todas las partes.

    La deliberacin poltica contribuye al buen discernimiento pblico de las mejores razones para decidir en conjunto, evitando de esta manera el extremo opuesto de las estrategias de justificacin decisionistas, tendientes a librar las actuaciones colectivas al terreno de una indecibilidad normativa o a contingentes luchas de poder.

  • A pesar que en el mundo poltico no es posible manejarse con certezas absolutas, ni con razones innegables, de todas formas se pueden dar algunas creencias y valoraciones por razonablemente justificadas para adoptar una decisin colectiva, tras una apropiada deliberacin. Los ciudadanos y sus agentes, puestos a adoptar decisiones comunes no buscan certidumbres inobjetables, ni un saber seguro independiente de su contexto de accin y de sus dilemas prcticos, sino una razonable seguridad en la justificacin de sus posiciones y elecciones pblicas. La verdad se hace y no se encuentra.

  • Si bien los asentimientos ciudadanos no pueden basarse en estndares de aceptacin externos y concluyentes, independientes de los lenguajes y formas de vida de cada mundo poltico-social, apelando a criterios o mtodos susceptibles de conferir o denegar un estatuto de verdad a las proposiciones pblicas, ni estn tampoco en condiciones de contar con justificaciones suscritas por todas las partes, capaces de concitar unanimidades de dudosa vocacin democrtica, no por ello tienen que librarse a un decisionismo arbitrario o contingente, animado por el choque inconmensurable de valores e intereses auto-referidos, blindados a las objeciones recprocas o al razonamiento comn, ni fundarse tampoco en auto-justificaciones contextualizadas, cerradas a un contraste crtico y normativo, a un careo adecuado entre las justificaciones ms acreditadas y las ms heterodoxas, con independencia de su poder numrico o de negociacin, de su origen intra o extra muros.

  • Una genuina deliberacin demo-poltica, esto es, el contraste equitativo y recprocamente dirigido de razones y argumentaciones pblicas orientadas a una decisin comn, igualmente sensible al habla inclusiva o disruptiva, y a los discursos ms disciplinados o selectivos, vendra a funcionar como una instancia crtica y evaluativa, encargada de cotejar la validez de los discursos justificativos, sus dotaciones de verdad, de correccin normativa y pertinencia poltica, sean estas de proyeccin universal o dependientes del contexto, aproximando los lenguajes adversativos o disputativos a razonables niveles de racionalidad, objetividad y discernimiento prctico, maximizando el control y el juicio crtico de los afectados por las decisiones de autoridad, habilitando, en suma, el pleno ejercicio del poder de accin comn de los ciudadanos en contextos de pluralismo y desacuerdo.

  • Justificacin deliberativaJustificar es dar una buena razn de algo. Y la base de toda justificacin racional consiste en poder dar o pedir razones.El acto mismo de justificar algo revela un desacuerdo real, hipottico o posible, por lo que las razones sobre la verdad o validez de una creencia o una valoracin estn sujetas a una intrnseca indeterminacin, a una posible diferenciacin y discrepancia entre s. Pensadores polticos, distanciados de la tradicin epistemolgica y moralizante de la vida poltica, se preguntan si tiene sentido hablar de verdad o de validez en general, y en el plano poltico en particular, poniendo en juego el significado de la propiedad de objetividad de la verdad y validez de los criterios de diferenciacin entre las creencias justificadas y las creencias verdaderas.

  • ProblemasEl primer problema que se plantea a la hora de discutir los fundamentos de una teora de la justificacin poltica en un marco deliberativo, es la posibilidad de pensar una instancia crtica de los discursos polticos justificativos, tendiente a detectar su racionalidad, sus bondades epistmicas, normativas y polticas, en vez de asumir el carcter indecidible de estas cuestiones y tratarlas como objetos contingentes, histricamente explicables o singularmente contextualizados. La teora de la justificacin poltica debera abordar la cuestin de las condiciones de posibilidad de un justificacionismo poltico normativamente deseable y articulable como criterio regulador de las discusiones polticas concretas.

  • En este contexto aparece una cuestin. Hay algn error en la creencia, por un lado, en la relevancia terico-prctica de la justificacin poltica, en su autonoma respecto a las racionalidades calculadoras o basadas en estrategias de poder, y por otro, en la deliberacin como instancia crtica epistmica y normativamente depuradora de las justificaciones polticas? Dejando de lado perspectivas que derraman desdn escptico al ideal de justificacin deliberativa, nutrido de una fuerte acentuacin del lado adversativo, contingente y decisionista de la poltica, constituye, en el fondo, una ortodoxia inversa a la idea filosfica tradicional de una poltica transparente y normativamente racionalizada, hay tres descargos que pueden hacerse ante los referidos embates antideliberativos y en favor de una racionalidad poltica justificacionista.

  • En primer lugar, no debe descartarse el papel fundamental de la deliberacin en las prcticas polticas desde la perspectiva de sus participantes, quienes atribuyen, de hecho o de derecho, un fuerte valor motivacional a sus creencias y valoraciones propias. Adems, tampoco debe pasarse por alto el papel relevante de los discursos justificativos y la deliberacin poltica. Estos son parte sustancial de una prctica poltica que no se limite a operar tcnicamente sobre realidades histricamente dadas o contingentes; la deliberacin aparece como dispositivo esclarecedor de los consensos y disensos pblicos, de las razones que verdaderamente nos unen o nos dividen en cada comunidad poltica.

  • En segundo lugar, la apelacin a la justificacin dialgica, por oposicin a la justificacin monolgica, forma parte constitutiva de la razn motivadora del conflicto, de la existencia causal del poder y de su ejercicio. Como ya lo saba Aristteles la justificacin y la deliberacin son consustanciales al disenso y a los dilemas de la razn prctica, por lo que no tienden a instituir un mundo apodctico o asertrico, constituido por verdades demostradas o necesarias.La deliberacin, en tanto igualdad de hablantes, pone en entredicho el concepto de ubicuidad del poder, constituyendo una disputa por la palabra misma, pues ella inscribe la verificacin de la igualdad en la institucin del litigio en un encuentro de heterogneos.

  • De modo que la justificacin o explicacin que los hablantes se ofrecen mutuamente supone una condicin de igualdad entre ellos, instituyendo una comunicacin que iguala a las partes en el plano de la voz y el entendimiento comn.La deliberacin tambin evita la dominacin, siendo valorizada como el derecho de los ms vulnerables a exigir razones ante los actos de autoridad o como una dinmica de irrupcin de subjetividades inditas, susceptible de crear, en cada punto litigioso, una nueva voz del campo de la poltica.

  • En tercer lugar, la justificacin deliberativa le suministra a la poltica un componente crtico y normativo. Aporta sustantivamente e la formacin de opiniones. La deliberacin funciona como una instancia crtica de la calidad sustantiva de los enunciados pblicos y las proposiciones polticas.

  • ConclusinLa mirada pretende destacar no slo el potencial democrtico del habla argumental, sino subrayar tambin sus cualidades crticas y normativas. Hay una defensa del lado deliberativo de la poltica que pretende trascender la reivindicacin de un estatuto igualitario de los hablantes pblicos, para concentrarse en su racionalidad justificativa, en su contribucin al contraste pblico.La defensa de la deliberacin es un llamado a una poltica justificativa y de exigentes fundamentos sustantivos.

  • El insumo adversativo del debate poltico no alcanza a cubrir las exigencias normativas de una poltica procedimentalmente ntegra y socialmente relevante. La deliberacin demo-poltica responde a dicho requerimiento, contrastando y evaluando los discursos orientados a motivar el ejercicio del poder comn de los ciudadanos, poniendo en juego la calidad de las creencias que sustentan las propuestas polticas y la racionalidad.

  • La crisis tanto de la participacin, como de las buenas razones, hace necesaria la re valorizacin de este formato alternativo de concebir la vida poltica. Es importante remarcar esta idea de modelo alternativo porque la deliberacin razonada en un mbito pblico supone lo opuesto al neoconservadurismo jerrquico desmovilizador.La poltica disputativa, jerrquica, negociada, necesita ser sustituida por un modelo que, sin caer en el consenso moral, pueda estar sustentado en buenas razones, pero tambin en un mbito especfico que permita la circulacin de emociones, vivencias, historias, testimonios, informacin, etc. Toda esta circulacin es enriquecedora en s misma, pero adems le da a las razones un contenido propiamente humano y ciudadano, que las ticas universalistas clsicas muchas veces dejaban de lado.

  • El espacio pblico deliberativo debe poder contener la diversidad y el pluralismo, pero a la vez, es imprescindible tamizar lo heterogneo con la finalidad de lograr intersticios homogenizados que permitan tomar decisiones especficas en el marco de un intercambio de argumentos contrastados pblicamente desde posiciones de habla iguales en funcin de un bien comn o colectivo. El bien comn es la unidad en la multiplicidad, lo homogneo en lo heterogneo contextualizado. El bien comn no es algo nico y universal, sino que, como planteaba Aristteles, es un punto medio especfico que vara segn la ciudad, segn sus costumbres y tradiciones. Por esta razn es imprescindible el espacio pblico como recinto en el cual, a travs del lenguaje, se pueda llegar a dar cuenta de ese punto medio, de ese equilibrio particular de convivencia.

  • El valor aqu es el de la palabra en clave argumental y no con el formato de recursos de poder. Es importante marcar que este espacio pblico deliberativo maneja un concepto de verdad que no es universal ni concluyente. La verdad a la que se llega es provisional, es una suerte de hiptesis popperiana permanentemente sujeta a revisin. Se podra decir que la verdad de este espacio pblico avanza por conjeturas y refutaciones. Justamente este es un punto clave ya que el material con el cual se construyen las conjeturas implica la argumentacin, la fundamentacin y las buenas razones que se den al respecto. En el contexto epistemolgico, la conjetura que se impone es la que tiene mayor poder explicativo; aqu en el contexto poltico la conjetura que se impone es la que da mejores razones sobre un curso de accin.

  • Es muy importante sealar que el individuo ingresa al espacio pblico a re-fundar verdades; cuando se ingresa existe una verdad, pero sta es limitada, no absoluta. En el marco de un espacio pblico que maneja un concepto de verdad limitada, tal espacio se encuentra abierto al dilogo para avanzar crticamente en los cursos de accin comunes.

  • La democracia deliberativa oficia como un medio de control del poder poltico, como un proceso de construccin de legitimidad y validez social y poltica y como un valor democrtico, un derecho ciudadano a la informacin y a la educacin, que posibilita la existencia de una sociedad abierta y que permite la construccin reflexiva de virtudes cvicas y del bien comn.

  • KantKant plantea en Sobre la paz perpetua el principio de publicidad: Todas las acciones relativas al derecho de los dems hombres, cuya mxima es incompatible con la publicidad, son injustas.

    Para Kant, esta formula trascendente que se traduce en la primera formulacin del imperativo categrico es la manera ms segura para establecer la justicia o injusticia de una accin pblica (una ley, una decisin del gobierno, etctera). La opinin pblica se coloca como la instancia ltima para la correccin de la accin poltica. La publicidad es, entonces, un mecanismo conciliador entre la moral y la poltica, entre los vnculos privados y pblicos.

  • Este principio no puede entenderse ni aplicarse sin considerarlo dentro del gran proyecto que fue la Ilustracin. En el siglo XVIII, la publicidad poltica era entendida como un mecanismo ms del ideal ilustrado del que Kant fue uno de sus mayores promotores. En su breve ensayo titulado Qu es la Ilustracin?, Kant establece que la ilustracin es la liberacin del hombre de su culpable incapacidad. La incapacidad significa la imposibilidad de servirse de su inteligencia sin la gua de otro. Esta incapacidad es culpable porque su causa no reside en su falta de inteligencia sino de decisin y valor para servirse por s mismo de ella sin tutela de otro.

  • Para lograr este proyecto, segn Kant, es suficiente una cosa, la libertad de hacer uso pblico de la razn ntegramente: El uso pblico de su razn le debe estar permitido a todo el mundo y esto es lo nico que puede traer ilustracin a los hombres; () Entiendo por uso pblico, aquel que, en calidad de maestro, se puede hacer de la propia razn ante el gran pblico del mundo de lectores. De tal forma, el uso pblico de la razn se traduce en el moderno concepto jurdico de la libertad de expresin y opinin, el cual se constituye como la condicin de posibilidad para la realizacin de la ilustracin colectiva (entendida en un lenguaje actualizado como cultura poltica o educacin cvica).

  • El uso pblico de la razn refiere a la argumentacin que se elabora de forma manifiesta y bajo una pretensin de universalidad, producto de un razonamiento prctico puro que cualquier hombre, por el simple hecho de serlo, tiene la posibilidad de emitirlo. Constituye un modelo de argumentacin racional y poltica, orientado a la construccin y reconocimiento de un espacio comn y general.Este mismo uso pblico de la razn remite a otra dimensin a partir de la que se hace posible alcanzar un consenso pblico, elaborar una voluntad general y a la vez racional. La enunciacin afirmativa del principio trascendental le permite a Kant establecer una nueva y ms interesante funcin a la publicidad poltica:

  • Todas las mximas que tienen necesidad (para no fracasar en sus fines) de la publicidad concuerdan con la poltica y el derecho juntos. Para Kant el razonamiento pblico garantiza la unidad pblica de las conciencias empricas a travs de un consenso que expresa la unidad comprensible de la conciencia trascendental. Es el fundamento racional ltimo del orden civil que justifica y legitima lo social y lo poltico.El principio kantiano es uno normativo que constituye un proceso de comunicacin. Es un mecanismo de control racional que nos permite establecer ciertos criterios de validez y veracidad de los argumentos de la accin social o poltica; una accin reflexiva que se configura a travs de los modernos procesos de comunicacin y deliberacin social; un proyecto de educacin e ilustracin ciudadana que posibilita la apertura del sistema poltico y social.

  • Kant es considerado el fundador del concepto de publicidad poltica moderno. Heredero del iusnaturalismo racionalista de los siglos XVII y XVIII. Kant se platea el problema de la justificacin racional de la sociedad bien ordenada. Lo poltico se juega a travs de un pacto originario fundado en la razn que posibilita el paso de un estado de naturaleza a un estado civil o moral. Lo poltico afirma su racionalidad, segn el filosofo alemn, en la medida en que se garantiza la autonoma de todo hombre, esto es, su dignidad moral. El orden poltico es, por tanto, el producto consensado de las voluntades autnomas de los integrantes de la comunidad. El nico fin justificado para la poltica es la realizacin de las exigencias de la razn prctica.

  • Kant elabora un concepto de publicidad que funciona como criterio para evaluar la justicia o injusticia de la accin poltica y la ley. La formulacin parece muy simple: cualquier accin, ley o razn de la poltica, esto es, que pueda afectar a lo comn o lo general, debe ser puesta a la vista de todos a efecto de evaluar su validez y veracidad. De esta forma, los argumentos, acciones y normas que articulan la vida poltica deben ser elaborados y construidos de forma pblica, es decir, de frente a un pblico capaz de evaluar, discutir, criticar y postular racionalmente sus intenciones. Implcitamente, aquellos argumentos, acciones o normas que no soporten la prueba de la publicidad estn condenados a su ineficacia o imposibilidad y, por tanto, suelen considerarse injustas. La publicidad es, en otro registro, un criterio regulador de la legalidad, es decir, un principio obligatorio para las leyes.

  • Este principio normativo requiere de un campo social que sea capaz de opinar, criticar y sancionar las intenciones polticas que no cumplan con el requisito de la publicidad. La aplicacin de este criterio de justicia depende, en realidad, de la existencia de una masa crtica que rechace cualquier intento por burlar la norma pblica.Para consolidar esta idea, segn el propio Kant, es suficiente con la libertad de hacer uso pblico de la razn. Esta libertad es producto de la manifestacin abierta de la razn prctica universal e implica la existencia de ciertas exigencias normativas para la argumentacin poltica. En otras palabras, el uso pblico de la razn es condicin de posibilidad para la ilustracin colectiva y se expresa en los conceptos jurdicos modernos de la libertad de expresin y opinin.

  • La dimensin regulativa refiere a un principio tico-jurdico que se establece como criterio de justicia de la accin poltica y social; la dimensin educativa se inscribe dentro del gran proyecto ilustrado, el cual supone, como condicin de posibilidad, el uso pblico de la razn del hombre (libertad de expresin y opinin) para la formacin de una cultura poltica; por ltimo, la dimensin consensual apunta a la construccin prctica de una voluntad general que garantice, a partir de su fundamento racional y dialgico, la unidad de las voluntades particulares en un proceso dinmico de legitimacin del orden civil.

  • RawlsLa primera etapa del programa rawlsiano de filosofa poltica se identifica con A Theory of Justice (1971). En este trabajo, Rawls formula una concepcin de la justicia como imparcialidad (justice as fairness) cuyo objetivo es la justificacin de una distribucin radical de bienes primarios (primary goods).La radicalidad del distribucionismo rawlsiano se debe a su afn de someter toda reparticin de bienes (sean libertades, oportunidades o riqueza) a las reglas de la justicia. Estos bienes, a lo cuales Rawls los denomina primarios, resultan indispensables para satisfacer cualquier plan de vida y abarcan una amplia gama que incluyen desde las libertades, derechos y protecciones al Estado de derecho hasta oportunidades, riqueza, posiciones de poder e incluso el sentido de la dignidad humana.

  • A partir de la eleccin de dos principios de justicia sobre la base de un contrato social. En su formulacin estos principios se enuncian de la siguiente forma:Primero: Cada persona ha de tener derecho igual al esquema ms extenso de libertades bsicas que sea compatible con un esquema semejante de libertades para los dems.Segundo: La desigualdades sociales y econmicas habrn de ser conformadas de modo tal que a la vez que: a) se espere razonablemente que sean ventajosas para todos, b) se vinculen a empleos y cargos asequibles para todos.

  • A la luz de estos principios, Rawls busca establecer los cimientos argumentales de una teora de la justicia social que permita asignar el carcter justo o injusto de un caso desde cualquier punto de vista. Establece su foco en la necesidad de encontrar estos principios para establecer una concepcin legtima de la justicia como imparcialidad que, a su vez, promueva la estabilidad por razones rectas. Rawls se propone el diseo de un modelo de sociedad bien ordenada y justa. A las libertades bsicas y derechos fundamentales les acompaan la igualdad de oportunidades y una equitativa distribucin de los recursos y riqueza.

  • En cambio, en la segunda etapa de su teora, expresada mayormente en El Liberalismo Poltico, las cosas son muy distintas. En este libro, no obstante que muestra varios propsitos y abre varias discusiones, su intencin bsica parece centrarse en la justificacin y defensa de lo que llama la concepcin poltica de la justicia como base del consenso posible en una sociedad caracterizada por un pluralismo irreductible de visiones del mundo y de doctrinas filosficas, morales y religiosas. Para Rawls, este pluralismo doctrinal es el dato sociolgico distintivo de las sociedades contemporneas, ante el cual se hace imperioso justificar un principio poltico de unidad bajo un discurso de corte ilustrado que permita la cooperacin y la convivencia pacfica. De esta forma, es claro que el proyecto rawlsiano se desplaza haca la construccin de una teora liberal de la tolerancia y se aleja, cada vez ms, de la teora de la justicia distributiva.

  • Por esta razn, ms all de la pretendida complementariedad postulada por Rawls en el trnsito de su teora de la justicia como imparcialidad a su concepcin poltica de la justicia, resulta pertinente cuestionar su supuesta continuidad. En realidad hay un giro liberal en la obra de Rawls y presenta como una nueva temtica en trminos de tolerancia y pluralismo que no haba sido desarrollada en la primera etapa de su teora, la cual, marca una independencia entre ambas teoras que posibilita a cada argumentacin sostenerse por s sola.

  • La justicia como imparcialidad El objetivo central en la primera etapa de la teora de la justicia de Rawls es la justicia social o el modo en que las grandes instituciones sociales la constitucin poltica y las principales disposiciones sociales y econmicas como la proteccin jurdica, la familia y la propiedad privada distribuyen los derechos y deberes fundamentales y determinan la divisin de las ventajas provenientes de la cooperacin social.Para Rawls, la justicia es la primera virtud de las instituciones sociales, por tanto, si stas no son justas deben ser abolidas, no obstante que cumplan con la condicin de ser ordenadas y eficientes.

  • La teora de la justicia rawlsiana plantea un modelo para la formulacin de los principios de justicia imparciales y objetivos en un esquema de cooperacin social para personas libres e iguales. La justificacin de estos principios radica, fundamentalmente, en que en una condicin ideal de igualdad y libertad los sujetos no podran sino escoger estos principios normativos para evaluar sus acciones. En principio, de acuerdo con Rawls, no existe un criterio que nos pueda decir que es lo justo. Son necesarios ciertos principios para escoger entre las varias configuraciones sociales que determinan esta divisin de ventajas y para suscribirse a un acuerdo de las porciones distributivas correctas. Las exigencias definen el papel de la justicia. Las condiciones que dan origen a las necesidades son las circunstancias de la justicia.

  • Para Rawls, en lo que respecta a la eleccin de los principios de justicia las condiciones procedimentales imparciales llevan a lo que el llama un sistema de justicia como imparcialidad. En estos sistemas los principios de justicia son elegidos por hombres racionales en una situacin hipottica de igual libertad. Estos principios de justicia se presentan en una sociedad bien ordenada en donde prevalecen las circunstancias de justicia. Rawls entiende por sociedad bien ordenada aquella que esta orientada a promover el bienestar de sus miembros. En estas sociedades no existe ni una extrema escasez ni una amplia abundancia y las personas se encuentran en posiciones ms o menos iguales entre si.Estos principios de justicia son entendidos por Rawls como conjeturalmente razonables, en tanto su discernimiento se sostiene en un mecanismo analtico y abstracto al modo de un contrato social.

  • Precisamente, la tradicin filosfica del contrato social sirve a Rawls como recurso para plantear hipotticamente las condiciones que hacen posible la justificacin de su justicia como imparcialidad. El contrato rawlsiano tiene como objetivo ltimo el establecimiento de principios bsicos de justicia, orientados a definir problemas que forman parte de la base de la sociedad y no situaciones particulares. El planteo se centra en la bsqueda del estatuto moral de la justicia.

    Se hace preciso definir y aceptar un punto de vista general capaz de abstraer las condiciones morales de las sociedades modernas, a partir del cual es posible determinar los principios normativos para una sociedad justa. Por ende, la intencin de Rawls es definir una situacin en la que puedan ser incorporados tanto los intereses colectivos como las condiciones generales de la experiencia moral y en la que, al mismo tiempo, la autonoma individual quede salvaguardada.

  • Segn Rawls, dicho enfoque moral de la justicia es posible a travs de lo que denomina la posicin originaria. En la justicia como imparcialidad la posicin originaria corresponde al estado de naturaleza en la teora tradicional del contrato social. Es una situacin inicial caracterizada idealmente para conducirnos a una determinada concepcin de la justicia. Su rasgo ms relevante radica en que las partes en el contrato desconocen su lugar en la sociedad, su posicin de clase o estatus social, su fortuna en la distribucin de cualidades y habilidades naturales, su inteligencia, su fuerza, etc. Incluso desconocen sus propias concepciones del bien, sus inclinaciones psicolgicas particulares, la generacin en que nacieron o el momento histrico en el que viven.

  • La posicin originaria es, por tanto, un recurso diseado para asegurar que las decisiones que se tomen en su marco puedan resultar equitativas dado, precisamente, el supuesto de la equidad de las condiciones ah imperantes. El propsito de tipo moral se consigue, entonces, al establecer ciertas restricciones informativas que nos permiten prescindir de los obstculos reales que favorecen la arbitrariedad en la distribucin de los beneficios y cargas sociales.Rawls caracterizaba dicha posicin como aquella situacin en la que personas racionales, autointeresadas y con aversin al riesgo, cegadas por un velo de ignorancia acerca de sus cualidades personales, su posicin en la distribucin de los recursos y sus objetivos, relaciones o visiones del mundo, se disponan a elegir los principios de justicia que habran de regir su vida en comn.

  • Esta restriccin informativa es trabajada por Rawls a travs de un mecanismo de censura que denomina el velo de la ignorancia. En ese contexto, el velo de la ignorancia sirve a los fines de limitar la informacin sobre la posicin y el contexto real de cada sujeto. Es, en definitiva, la forma de asegurar una condicin de igualdad original. Si se cumple la condicin del velo de la ignorancia, el modelo de Rawls no exige a los sujetos ms que un clculo racional de sus fines e intereses. Sin el velo, a la racionalidad prctica se le suman elementos normativos, axiolgicos y emotivos que contextualizan la decisin racional, hacindola necesariamente egosta.

  • La colocacin del velo de la ignorancia elimina el riesgo corporativista porque elimina los intereses particularistas. Adems permite construir argumentos generales que distan mucho de ser subjetivismos arbitrarios. Este acuerdo de la posicin originaria rawlsiana se da en virtud de razones que todos aceptamos como el producto de una reflexin que parte desde las primeras consideraciones y que llegan hasta las ltimas consecuencias en el largo camino de la inteligencia; y que por ser construidas (las razones) en este arduo y complejo proceso argumentativo es que no pueden ser razonablemente rechazadas por nadie.

  • Para que esto ocurra necesitamos personas razonables. Una persona razonable segn Rawls es aquella persona caracterizada por dos disposiciones: en primer lugar, la disposicin a llegar a un acuerdo con los dems y a cooperar con ellos en trminos que no puedan ser rechazados por nadie sin caer en particularismos; y en segundo lugar, la disposicin a afirmar todo esto sin incurrir en alguna contradiccin con lo que ya se haya afirmado anteriormente. Adems, una persona es razonable, si est dispuesta: primero, a proponer principios y estndares justos o equitativos para regular la cooperacin social y, segundo, si est dispuesta a acatar estos principios y estndares.

  • Los principios de la justicia se escogen, pues, tras un velo de ignorancia que impide a los participantes del pacto tener acceso al conocimiento de su posicin en la sociedad. Esta situacin asegura que nadie tendr ventajas ni desventajas al escoger los principios, dado que todos estn en una situacin similar y no saben si lo que elegirn los favorecer o no. Para presentar las restricciones deseadas hemos de imaginar una situacin en la que todos estn desprovistos de esta clase de informacin. Se excluye el conocimiento de aquellas contingencias que enfrentan a los hombres y les permiten dejarse guiar por sus prejuicios. De esta manera se llega al velo de la ignorancia de manera natural

  • A pesar del velo, s pueden reconocer algunas proposiciones generales como elementos de economa, psicologa social, entre otras. En ese sentido, el velo de la ignorancia acta como un mecanismo de censura informativa que establece las condiciones para llegar a un acuerdo justo, en tanto garantiza la imparcialidad de los puntos de vista de las partes.Pero la hiptesis del velo de la ignorancia cumple con otra funcin, la de representar la naturaleza moral de las partes contratantes. Al respecto, Rawls seala que el propsito de stas condiciones es representar la igualdad entre los seres humanos en tanto que personas morales, en tanto que criaturas que tienen una concepcin de lo que es bueno para ellas y que son capaces de tener un sentido de la justicia.

  • De esta forma, la funcin esencial de la posicin originaria, definida a partir del velo de la ignorancia, radica en la caracterizacin moral de una situacin igualitaria en la que los principios de justicia elegidos por las partes no son externamente impuestos a su voluntad ni estn descontextualizados de su experiencia moral de vida.Rawls sostiene que las personas en la posicin inicial escogeran dos principios generales que supone que cada uno poseer un derecho idntico al esquema ms amplio de libertades iguales que pueda ser generalizable por igual a los dems y que la desigualdad tiene un lmite, dado por la utilidad de su existencia para todos y la posibilidad igual para todos de alcanzar las mejores posiciones. Es decir, la desigualdad es aceptada si funciona como vector de posibilidades de crecimiento para todos.

  • El primero de ellos es resultado natural del supuesto segn el cual se parte en la posicin original, al desconocer la concepcin del bien que adoptarn, estarn interesados en que las instituciones bsicas no les perjudiquen o discriminen. En un sentido amplio, este primer principio se relaciona con las libertades de los individuos. El segundo principio es tambin conocido como principio de diferencia y se relaciona con la nocin de igualdad en una sociedad. Este principio deriva del desconocimiento por parte de los agentes de las ventajas sociales y econmicas, as como de las capacidades y habilidades con las que contaran.

  • Estos dos principios se encuentran ordenados de manera que determinan que la libertad no puede ser limitada para obtener mayores ventajas sociales y econmicas, a menos de que entren en conflicto con otras libertades bsicas. No se trata, entonces, de sumar y luego comparar los niveles de libertad, sino de asegurarse que todos gocen de las mismas libertades.El argumento rawlsiano se complementa a travs de una estrategia global de validacin de categoras, a la cual se denomina equilibrio reflexivo. Este recurso metodolgico supone que los individuos reflexionan y evalan sus concepciones sobre la justicia. Implica la bsqueda de un equilibrio entre los principios abstractos formulados por la filosofa moral y las intuiciones particulares de los agentes.

  • Este equilibrio no es un equilibrio alcanzado en un slo movimiento, sino el resultado de un ir y venir de los principios abstractos a las instituciones morales, y viceversa, hasta arribar a la enunciacin tentativa de reglas generales y abstractas que, no obstante esa condicin, no traicionan la experiencia moral vital de los individuos.Asimismo, es necesario destacar que, en la concepcin de la justicia como imparcialidad, la prioridad de lo justo significa que los principios de la justicia poltica imponen lmites sobre las maneras de vivir permisibles; de ah que las exigencias que hagan los ciudadanos de poder perseguir fines que transgredan esos lmites no tienen peso alguno. De esta forma, lo que se presenta dentro de esta teora es un esquema normativo til para expresarnos en lo moral y lo poltico.

  • Las bases tericas de la justicia como imparcialidad son claramente reconocidas en los fundamentos de la teora de la eleccin racional (rational choice). Eso explica que, en su bsqueda por el fundamento moral de la justicia, Rawls presente un modelo normativo que no exige una conducta moral que vaya ms all del clculo racional de los intereses propios del sujeto. Rawls asume que la justificacin moral de los principios de justicia requera de una particular definicin de los agentes morales, a partir de la cual se pudiera sostener su pretensin universalista.

  • Con este recurso metodolgico, Rawls pretende establecer una conexin entre una concepcin de la persona moral y los principios de justicia, y con ello, superar el dilema de la armonizacin entre la autonoma individual, caracterstica de las sociedades modernas, y la construccin de lo pblico a travs de la participacin libre e igualitaria, propia de las sociedades democrticas.

  • Al final del proceso, los principios de la justicia en Rawls se aplican directamente en las instituciones, mientras que nuestras conductas y nosotros mismos debemos ser juzgados por los criterios que stas instituciones establecen.Una de las ms importantes apreciaciones conceptuales de Rawls fue haber cambiado el sujeto de la teora de la justicia. Hasta l, la idea que prevaleca era que la justicia deba interpretarse como una posesin de las personas, de esta forma nosotros como seres ramos quienes podamos ser justos o injustos, o nuestras acciones eran las que podan denominarse como justas o injustas. Rawls cambi el sujeto. Cambi esta manera de apreciar la cuestin de la justicia pues para l los principios de la justicia existan volcndose a la persona y a sus acciones. El sujeto de la teora de la justicia en Rawls son las instituciones bsicas de la sociedad. Rawls cambi el depositario de la justicia y quien juzga en ltima instancia.