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  • 7/29/2019 94189741 Alfredo Jaar

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    Palabras clave: Alfredo Jaar, artes visuales, intervenciones, instalaciones, museos, espacios de exhibicin. Key words: Alfredo Jaar, visual arts, interventions, installations, museums, exhibition spaces.

    Alfredo Jaar:

    Soy un arquitecto que hace arteAdriana Valds Profesora, Universidad de Chile

    La obra de Alfredo Jaar se sita en el lmite entre la arquitectura y el arte. Salas de

    exposicin en el paisaje, museos temporales o instalaciones en la ciudad; todas tienen

    el denominador comn de traer a presencia problemas sociales que no se ven a simple

    vista. Son cuestionamientos acerca de lo que no somos capaces de percibir o sentir.

    Un tema tan amplio como el de las relaciones entre la arquitectura y lasartes visuales puede abordarse de muchas maneras. Una muy concretaes referirse a la prctica de Alfredo Jaar, el artista chileno contempor-

    neo ms reconocido a nivel internacional. Su obra no tiene fronteras enlo geogrco y tampoco en cuanto a las disciplinas; las fronteras entrearte, arquitectura y cine, por ejemplo, se vuelven sumamente uidas.Se mueve entre unas y otras segn las necesidades del problema quecada lugar y cada obra le plantea. No s si ser por mi formacin, pero yo hesido incapaz de crear una sola obra de arte que no sea en respuesta a un hecho

    real. No lo s hacer. No soy artista de taller, soy artista de proyectos.La formacin a que se reere tuvo lugar en Chile durante la dictadura1.

    Sus estudios fueron de arquitectura y cine, no de arte. Su carrera sedesarroll a partir de 1982 en Nueva York (donde comenz trabajandoen la ocina de arquitectos site) y lo ha llevado a exponer y a crear obrasen ms de veinticinco ciudades en Amrica, frica, Asia y Europa.

    En el lenguaje con que describe su propia actividad se aprecia lainuencia de su formacin de arquitecto. Los hechos reales se plan-tean comoproblemas y la obra es el resultado de una programacin de

    actividades, que incluyen la investigacin acerca del lugar y todas lasetapas de produccin y montaje. Cadaproblema lleva a la exploracin demedios y formatos distintos, que tienen menos que ver con las exigen-cias de los formalismos del arte y ms con las caractersticas del lugaren que la obra se origina.A continuacin se habla acerca de algunas de sus obras, las ms rela-

    cionadas con los temas que se plantean espontneamente cuando sepiensa en arte y arquitectura: los museos, el arte en las ciudades y laarquitectura dentro de las obras mismas, es decir, en las instalaciones.museos /Jaar ha sealado en entrevistas que hay problemas en la arquitec-tura de museos. Hay arquitectos que se creen artistas y crean espacios arquitec-

    tnicos imposibles para el arte, como Frank Gehry. Crean verdaderas esculturas

    a s mismos. Hay otros, como Renzo Piano, que crean espacios respetuosos, lim-

    pios, silenciosos, donde el artista puede trabajar2.Ms all de estas opiniones, Jaar ha creado obras que implican una

    reexin sobre los espacios de exhibicin del arte, sobre la necesidaddel arte y su interaccin con la vida de los lugares. Tres sirven de ejem-plo aqu y se presentan en orden cronolgico.

    La primera, de 1996: Camera lucida, en Catia, un barrio pobre de Cara-cas. Se trataba de inaugurar un museo rechazado por los habitantesdel barrio, quienes haban pedido, en su lugar, un recinto deportivo.El artista invit a los vecinos, distribuy mquinas fotogrcas des-echables y pelculas y a cambio pidi slo una foto del barrio, sacadapor cada uno. Cuando las recibi, hizo un montaje notable en el nuevomuseo, jugando con tamaos y formatos. ste fue por cierto visitadopor mucha gente: muchos retrataron y muchos se sintieron retratados

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    all. Se cre as un lazo con el museo, una manera de que fuera sentidocomo propio; hoy tres personas del barrio integran su directorio. Secre tambin una relacin con el arte, no como algo ajeno y externo,

    sino como algo que se produce desde la propia experiencia, que per-mite verla y compartirla.

    La segunda obra, de 2000,Bunka no Hako -La caja de la cultura-, se hizo enJapn (Figs. 01 a 03). Los fondos del encargo, que no alcanzaban para unmuseo, se destinaron a la construccin de varios recintos ubicados enaltura, en distintos paisajes; lugares que permitan, en un primer piso,exhibir pequeas obras de artistas locales, adems de reposar al airelibre antes de entrar. Luego, por una escalera lateral amplia, se suba auna especie de azotea, donde el majestuoso paisaje de los cerros japo-neses se poda ver en 360. Oponindose a la monumentalidad propiade los museos, a la distancia del espectador respecto de las obras (tantofsica como cultural) y a la cerrazn respecto del entorno, el recorridopropuesto integraba el arte de produccin local a una experiencia dereposo, contemplacin y comunin con la naturaleza. Una experienciaa escala individual, o de grupos muy pequeos, con un alto grado de

    espiritualidad y de silencio.Por ltimo (y sta es tal vez una de las imgenes ms difundidas

    de obra de Alfredo Jaar en el mundo) Skoghall Konsthall: el museo deSkoghall, una pequea ciudad industrial sueca, nueva y prcticamentesin espacios pblicos. Se trat de un pequeo museo hecho tambin en2000, enteramente de papel, con un esqueleto simple de madera (Figs.04 a 07). El programa del artista exigi que los materiales del museovinieran de la industria papelera que sostiene la economa del lugar;que el recinto, una vez construido, fuera sede de una exposicin de tra-bajos de artistas jvenes invitados; que fuera inaugurado por el alcaldecon la pompa y la msica propia de tales ceremonias. Deba ser abiertoal pblico y, al tercer da, deba ser consumido por el fuego, con todoslos cuidados del caso para evitar daos o desgracias. A diferencia dela obra hecha en Japn, cuyo impacto dependera del uso que le dieracada uno de los visitantes, Skoghall Konsthall estaba destinada a sealar

    al colectivo de los habitantes del lugar una necesidad de la que pro-bablemente no estaban conscientes. Las protestas que se produjeronante la quema del edicio, las solicitudes de mantenerlo, el carcterprogramadamente efmero, tenan por objeto hacer patente la necesi-dad de un espacio semejante y crear entre los ciudadanos las fuerzas decooperacin capaces de conseguirlo. Fue un objetivo que nalmente secumpli, y el museo denitivo se construir en la ciudad.

    Estas tres obras de Alfredo Jaar (y otras que podran comentarse) danque pensar acerca de la relacin entre la arquitectura, el arte y losmuseos. Hay en ellas una nocin de exhibir y pensar un arte cercano,a escala humana, ajeno a las multitudes del turismo, al star system,

    The work of Alfredo Jaar is situated on the limit between architecture and art. Expositionhalls in the landscape, temporary museums or city installations; all have the commondenominator of bringing to light social problems that are not seen on the surface. Theyare investigations questioning that which we are incapable of perceiving or feeling.

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    1 El perodo de dictadura en Chile

    tiene lugar entre 1973 y 1990,durante el gobierno de la JuntaMilitar presidida por el general Au-

    gusto Pinochet Ugarte (N. del Ed.).

    2Vase Alfredo Jaar, conversacionesen Chile 2005 en jaar, scl 2006. En

    este libro se presenta una completainformacin grca sobre la obra delartista hasta ese ao. Su ttulo cor-

    responde a la importante exposicinpresentada en la Sala de Arte de laFundacin Telefnica Chile. Incluye

    ensayos sobre las obras presentadasescritos por Adriana Valds y

    destacados jvenes chilenos: SandraAccatino, Pablo Chiuminatto, BrunoCuneo, Ana Mara Risco y Rodrigo

    Ziga. Salvo cuando se indica, lascitas textuales del artista provienendel texto de las conversaciones. Ms

    informacin e imgenes de sus obrasen www.alfredojaar.net.

    70Lecturas Readings

    01 a 03 Bunka no Hako, Japn, 2000.

    04 a 07 Skoghall Konsthall, Skoghall, Suecia, 2000.

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    al comercio; un arte que hace entrar lo que las galeras y los museossuelen excluir3. Un arte que se descuadra y se desmarca de las expecta-tivas visuales del pblico en busca de una renovacin de la mirada y deuna visibilizacin de lo que, en las coordenadas actuales de lo visible,permanece oculto a los ojos.4elarte ylas ciudades: intervenciones /Jaar dedica un tercio de su tiempo

    a la enseanza en seminarios muy concentrados en diversas partesdel mundo, otro tercio a las obras destinadas a espacios de arte y

    un ltimo tercio a las intervenciones pblicas5. La lista de ciudadesvisitadas es larga. Basta Lights in the city (Luces en la ciudad), de 1999en Montreal, para mostrar cmo un elemento que forma parte de laimagen y de la identidad pblica de la ciudad es intervenido por elartista para transformarlo, por un tiempo, en una seal simblicade algo que all sucede (Figs. 08 a 11). Sin embargo es un elementoque no est ni integrado ni asumido, ya que en cierto sentido per-turba la identidad establecida de la ciudad.6

    En el caso de Montreal, elproblema abordado por el artista fue el delas personas en situacin de calle, como se dice hoy en Chile. De lasposibilidades que le daba el encargo escogi trabajar con la cpuladel edificio del Mercado Bonsecours, de gran carga histrica y visibledesde gran parte de la ciudad. Cre en los albergues nocturnos unsistema que permita a los hospedados, al llegar, leer una pequeainformacin acerca del proyecto y apretar un botn que iluminaba

    la cpula desde dentro, con una luz roja e impactante. Logr as undoble objetivo: hacer patente y visible, sucesivamente, el abandonode cada una de las personas y adems proteger la intimidad de cadauna, sin aadir a sus penurias la estigmatizacin social. El efecto fue,como se aprecia en los registros (Figs. 10 y 11), de una rara belleza,de un suspenso inquietante. El ritmo de las luces dependa de lo queiba sucediendo en cada uno de los albergues; el discurso hipcritay sensiblero que suele acompaar -y neutral izar- las referencias aestas situaciones en los medios de comunicacin se reemplaz porel silencio, la sorpresa, la inquietud y finalmente la emocin sobre laque Jaar suele trabajar como un elemento poltico ms7. Es decir, un

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    08 a 11 Lights in the city, Montreal, Canad, 1999.

    elemento capaz de hacer que se tome en cuenta algo que no estaba,hasta ahora, incluido en las coordenadas de lo visible.

    Otra intervencin muy distinta, mucho ms reciente y menos cono-cida est en proceso de concretarse. Se trata de un proyecto de reno-vacin en la ciudad de Preston en Lancashire, Reino Unido, al cualse ha incorporado Alfredo Jaar junto al artista y curador CharlesQuick, residente en la ciudad. En marzo de 2007, ambos hicieronuna presentacin pblica acerca de lo que puede hacer el arte en

    un proyecto de renovacin urbana, en el marco de una iniciativaque busca incorporar al arte no como un ornamento o una decora-cin para un espacio ya creado por los arquitectos, sino como unadimensin presente desde el origen del proyecto. En cuanto al temaque nos ocupa, arte y arquitectura, son reveladoras las reflexionesde Jaar en esa intervencin. En sus ejemplos cit una obra de VitoAcconci: una isla artif icial sobre el r o Mur en Graz, creada en 2003como un encargo de la ciudad. Arte o arquitectura: acaso importa? sepregunt. Y la misma pregunta se hizo sobre un edificio que consi-der admirable: The Laban Buildingen las afueras de Londres, de losarquitectos suizos Herzog y De Meuron, quienes trabajaron junto alartista Michael Craig-Martin. El arte, sostuvo, puede incorporarse aun entorno ya hecho, como el trabajo de Anish Kapoor Cloud Gateen Chicago, y llegar a ser del lugar. Si los arquitectos son suficiente-mente creativos, si realmente logran transformar la ciudad, el arte

    puede estar en el espacio mismo, sin necesidad de otras obras. Enresumen el arte puede ser nada, y ser todo. La nada del arte puedeser todo en la medida en que est presente en la concepcin delproyecto. Como se ve en estas opiniones, las fronteras entre arte yarquitectura se vuelven tan fluidas que pueden llegar a desaparecer.Las obras aisladas, dijo entonces Jaar, por cierto pueden estar, si laarquitectura las necesita. Pero es posible que no las necesite . Es posibleentonces (y es tal vez la apuesta de este proyecto) crear una arquitec-tura que produzca por s misma los efectos que se le pueden pedir alarte. (Jaar y Quick, 2007) arquitectura para las imgenes / En muchas de las instalaciones de

    3 Por ejemplo, la obra Museum(Washington, 1991) incorporaba congran pureza formal las imgenes dela violencia blica de entonces.

    4 Ver Frame of Minddel ao 1987 yvarias otras posteriores.

    5 Ver Conversaciones en Chile 2005,

    Op. cit.

    6 Otro ejemplo notable, ms reciente,

    es Requiem for Leipzig, 2005.

    7 Ver el captulo de Jacques Ran -

    cire, El teatro de las imgenesdel libro de Alfredo Jaar, La polticade las imgenes, 2008. ste incluye

    ensayos de Georges Didi-Huberman,Jacques Ranc ire, Griselda Pollock,Nicole Schweizer y Adriana Valds.

    Los primeros cuatro se publicaron

    por primera vez en francs y en in-gls en el catlogo de la exposicinde Alfredo Jaar La politique des

    images, bajo la direccin de NicoleSchweizer, en 2007.

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    Alfredo Jaar, la arquitectura est muy presente: se configuran espa-cios, recorridos y tiempos, se maneja la presencia de la luz y de losreflejos, se construye un recinto hecho para sorprender y modifi-car la percepcin de las imgenes presentadas. Todo esto se hacenecesario para el artista debido a cmo percibe la condicin de lasimgenes en la cultura actual; no la de cualquier imagen, sino sobretodo las de las imgenes del sufrimiento extremo, pan de cada daen diarios y noticiarios de televisin, sobre las que los ojos se desli-

    zan con rapidez y notoria indiferencia. Ante esto, dice el artista, meha parecido necesario crear una puesta en escena para mis imgenes, un

    entorno dentro del cual puedan llegar a tener sentido y afectar al pblico

    (...) Me parece que sin este entorno prot ector, mis imgenes no sobreviviran.

    Pienso que es indispensabl e reducir la velocidad, contextualizar y enmarcarcada imagen adecuadamente a fin de que adquiera sentido y no pueda ser

    dejada de lado. (Jaar, 1999)La arquitectura, entonces, es en las obras un elemento de mon-

    taje y de pue sta en esc ena de las imgenes. No slo el encuadre espol ti co (.. .) Cada e lec ci n f ormal (. ..) rep erc ute (.. .) en la rel aci n con el

    acontecimiento y la historia8. Las elecciones implcitas son estti-cas, pero tambin ms que eso: Jaar suele citar en sus entrevistasuna frase de Jean-Luc Godard: puede que haya que elegir entre latica y la esttica, pero lo cierto es que si elegimos una de ellas, nos

    hallaremos al final del camino con la otra.

    Los ejemplos son muchos en la obra de este artista. Por razones deespacio nos limitaremos a un trabajo reciente, The sound of silence,de 20069 (Figs. 12 a 14). Construye all un dispositivo espacio-temporalde visin10, un espacio cerrado, al que slo se puede entrar, como enel teatro, al comienzo de la funcin. Hay que seguir durante ochominutos un desarrollo temporal, con pocas palabras que van apare-ciendo, en silencio, sobre una pantalla negra, y en las que se repiteKevin. El espectador va sabiendo que se trata del fotgrafo KevinCarter, quien obtuvo el Premio Pulitzer por la imagen de una niaafricana desnuda y famlica, sobre la que se ciernen las alas de unbuitre . Carter poco despus se suicid. La foto misma slo se ve por

    el tiempo que dura un flash y una vez que el espectador ha reducidosu velocidad, ha conocido la historia en frases lacnicas y cargadas:se espera, entonces, que esa breve visin instantnea sea capaz derestituir a la imagen su carcter de shock a la vez esttico y tico.La historia de esa nia no existe, nadie sabe qu fue de ella. La de laimagen s se conoce, su trnsito por todas las portadas del mundo,su transformacin en cono meditico, su archivo entre las posesio-nes de Bill Gates. Una autora habla, en el intento de esta obra, de

    coreografa arquitectnica yde dure cinematogrfica11: resistir la trgicabanalizacin de las imgenes del sufrimiento, la paradoja de unacomunicacin que adormece y evita cualquier emocin poltica,cualquier prctica de disenso o de resistencia.

    Es un intento que se ha hecho una y otra vez, con distintos mediosy formatos, en la trayectoria artst ica de Alfredo Jaar, un arquitectoque hace arte, en sus propias palabras. Cabe pensar que su obra, almenos en parte, se diferencia tanto de la de sus contemporneos enChile por su capacidad de pensar el arte de una manera ms ampliay generosa, ms interdisciplinaria. La arquitectura y el cine (ahoraltimo, la msica tambin) estn presentes en las obras desde elmomento mismo en que comienza a pensar en ellas y contribuyenpoderosamente a configurar su prctica y su mirada.

    Bibliografa

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    12 a 14 The sound of silence, 2006.

    8 Georges Didi-Huberman, La emo-cin no dice yo. Op. cit., p. 54.

    9 Ha sido expuesto en: Houston,EE.UU.; Brighton y Londres, Reino

    Unido y Lausanne, Suiza.

    10Jacques Rancire, El teatro de

    las imgenes. Op. cit., p.87.

    11 Griselda Pollock, Sin olvidar

    frica, Op. cit., p. 93.