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A 115 años del nacimiento de Mario Briceño Iragorry Hoy se cumplen 112 años del nacimiento de Mario Briceño Iragorry. Su hija revela la crónica de los agravios al maestro. Caracas, 15 de Septiembre de 2009.- La fe en el país ideal, en los saberes, en la tradición y en la civilidad, llevaron a Mario Briceño Iragorry a la conclusión de que sólo comprendiendo la historia podremos saber nuestras tareas como pueblo. “No hay abismos, hay caminos”, decía el maestro. “Los recuerdos que guardó de mi padre son los más hermosos. De sus hijos, yo fui la que pasé más tiempo con él en el exilio por ser la menor. Fui su secretaria en muchos momentos, cuando estuvo enfermo en Boloña (1954), desde la cama me dictaba los textos y yo le tomaba nota. Aún convaleciente no dejaba de escribir, tenía un gran espíritu de optimismo y creía que siempre había esperanza”, relata su hija Beatriz Briceño, que en ese entonces contaba con apenas 21 años. Ella reside en Caracas al igual que sus tres hermanos. Beatriz da fe de una verdad. “Nos enseñó que uno no debe buscar posturas para contrariar, hay que buscar siempre el camino de la justicia social. Mario Briceño Iragorry no es de nosotros, es del pueblo venezolano, de la cultura, de la tradición”. El maestro destilaba nobleza y era hombre de diálogo, a pesar de los agravios que desde siempre han cometido contra él. “Cuando estábamos en España intentaron matarlo. Iba saliendo de la iglesia y unos hombres lo golpearon con un garrote. Se salvó de milagro. Él sabía quienes eran sus agresores y le dijo a un amigo que nunca nos revelara los nombres porque no quería que sintiéramos odio por nadie”.

A 112 años del nacimiento de Mario Briceño Iragorry

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A 115 años del nacimiento de Mario Briceño Iragorry

Hoy se cumplen 112 años del nacimiento de Mario Briceño Iragorry. Su hija revela la crónica de los agravios al maestro.

Caracas, 15 de Septiembre de 2009.- La fe en el país ideal, en los saberes, en la tradición y en la civilidad, llevaron a Mario Briceño Iragorry a la conclusión de que sólo comprendiendo la historia podremos saber nuestras tareas como pueblo. “No hay abismos, hay caminos”, decía el maestro.

“Los recuerdos que guardó de mi padre son los más hermosos. De sus hijos, yo fui la que pasé más tiempo con él en el exilio por ser la menor. Fui su secretaria en muchos momentos, cuando estuvo enfermo en Boloña (1954), desde la cama me dictaba los textos y yo le tomaba nota. Aún convaleciente no dejaba de escribir, tenía un gran espíritu de optimismo y creía que siempre había esperanza”, relata su hija Beatriz Briceño, que en ese entonces contaba con apenas 21 años. Ella reside en Caracas al igual que sus tres hermanos.

Beatriz da fe de una verdad. “Nos enseñó que uno no debe buscar posturas para contrariar, hay que buscar siempre el camino de la justicia social. Mario Briceño Iragorry no es de nosotros, es del pueblo venezolano, de la cultura, de la tradición”.

El maestro destilaba nobleza y era hombre de diálogo, a pesar de los agravios que desde siempre han cometido contra él. “Cuando estábamos en España intentaron matarlo. Iba saliendo de la iglesia y unos hombres lo golpearon con un garrote. Se salvó de milagro. Él sabía quienes eran sus agresores y le dijo a un amigo que nunca nos revelara los nombres porque no quería que sintiéramos odio por nadie”.

Otro de los agravios, según relata su hija, fue el 6 de marzo de 1991, cuando el gobierno de Carlos Andrés Pérez decide sacar sus restos del cementerio General del Sur, de Caracas, para llevarlo al Panteón Nacional. “El cuerpo de mi padre estaba incorrupto después de 50 años y los políticos no comprendieron de lo que se trataba. Los médicos forenses lo descuartizaron, mi hermano fue testigo de ese crimen. Le sacaron el corazón y lo llevaron a la Catedral de Trujillo”.

Beatriz se encuentra doblemente indignada porque en días recientes, el gobernador del estado Trujillo, Hugo Cabezas, emitió un decreto (277) en el que elimina el nombre de Mario Briceño Iragorry de la Biblioteca Pública del estado, además, los cronistas parroquiales publican un documento en el que lo injurian. “Estas injusticias se las dejamos a la justicia divina”, advierte su hija.

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Las nociones de pueblo lo convirtieron en un pensador universal, y hoy, cuando se cumplen 112 años de su nacimiento, más que recordarlo, es necesario comprenderlo y admirarlo.

A quienes le reprocharon su regionalismo, les replicó: “sin ser un cegado regionalista, todo lo contrario, un cabal nacionalista, creo que jamás sentirá el verdadero valor y la responsabilidad plena de lo nacional, quien no sienta vigorosamente los vínculos amorosos que lo unen a su tierra nativa”.

El escritor merideño, Gregory Zambrano, asegura que “es uno de los pensadores venezolanos que ayudo y ha ayudado en la formación de la nacionalidad venezolana, es un héroe intelectual, con un gran sentido del espíritu del pueblo. Comprendió muy bien las transformaciones de la cultura hispánica”.

Su actuación en la vida pública fue intensa. En 1945 es presidente del Congreso Nacional, pero al ser derrocado Medina Angarita es detenido y junto a Arturo Uslar Pietri y como nunca dejó su trabajo intelectual a un lado, dos años más tarde, en el 47, obtiene el Premio Nacional de Literatura, el primero en recibirlo.

Pero en el 53 entran sus años más dolorosos: El exilio. Se va a Brasil, luego a Costa Rica, a La Habana y a Madrid. El 13 de abril del 58 regresa al país con fe en que todo se puede transformar en caudal de bien. Pero no fue así, nuevamente sus esfuerzos son pisoteados. De ese desencanto viene Mensaje sin destino —como dice el escritor Miguel Ángel Campos— “es un título sin entusiasmo, casi escéptico, sólo sirve para que el hombre que regresa al país constate la profunda grieta que devasta la conciencia del venezolano que lo ha delegado todo”.

Su ideario sigue vigente. Y hoy, que tanto se habla de crisis de ética como raíz del drama venezolano, pues que mejor idea que acudir a su Don Mario para iluminar el pensamiento y orientar la acción hacia horizontes positivos del verdadero progreso.

BIOGRAFÍA DE MARIO BRICEÑO IRAGORRI

Trujillo (Edo. Trujillo) 15.9.1897 _ Caracas, 6.6.1958

Historiador, escritor, diplomático y político. Hijo de Jesús Briceño Valero y de María Iragorry. Cursó estudios de primaria en su pueblo natal y de bachillerato en el Colegio Federal de Varones de Valera.

En 1912 se trasladó a Caracas e ingresó ese año a la Academia Militar donde conoció al futuro presidente Isaías Medina Angarita. En

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1914, regresó a Trujillo donde ejerció el periodismo desde las páginas de Ariel. En 1918 viajó a Mérida para seguir estudios de derecho en la Universidad de Los Andes, donde tuvo de compañeros, entre otros, a Diego Carbonell, Mariano Picón Salas y Caracciolo Parra León. Allí conoció a Josefina Picón Gabaldón con quien contrajo matrimonio en 1923.

Fue director de Política y encargado de la Secretaría del estado Mérida en 1919. En 1920, se graduó de abogado en la Universidad de Los Andes. En 1921 regresó a Caracas, ingresando a la Dirección de Política Internacional del Ministerio de Relaciones Exteriores junto a Lisandro Alvarado, Jacinto Fombona Pachano y José Antonio Ramos Sucre. Para esa época, ingresó a la docencia en el liceo Andrés Bello del cual llegó a ser director. En ese mismo año, publicó Horas y en 1922, Motivos. Secretario de la Cámara de Diputados (1922) viajó a Nueva Orleans, donde ejerció el cargo de cónsul de Venezuela (1923-1925).

A su regreso a Caracas, se recibió de doctor en ciencias políticas en la Universidad Central de Venezuela (1925). En ese mismo año publicó Ventanas en la noche e inició investigaciones de etnografía, lingüística y arqueología. En 1926, publicó Lecturas venezolanas. En 1927, regresó a Trujillo y fue nombrado secretario general del estado, ejerciendo interinamente la presidencia del mismo. En ese mismo año, fue director de la Escuela de Ciencias Políticas y publicó Ornamentos fúnebres de los Aborígenes del Occidente de Venezuela. En 1928 es designado presidente del estado Carabobo y meses después, secretario de la Universidad Central de Venezuela.

El año siguiente publicó La fundación de Maracaibo e Historia de la fundación de la ciudad de Trujillo, cuyo título definitivo fue Los fundadores de Trujillo (1930). En 1930, se incorporó a la Academia Nacional de la Historia, y en 1932 a la de la Lengua. Cuatro años después se editó una de sus obras fundamentales, Tapices de historia patria y fue uno de los fundadores de la Asociación de Caballeros del Espíritu Santo, de la cual fue secretario.

En 1936 fue designado ministro plenipotenciario en Centroamérica, con sede en San José de Costa Rica, donde actuó hasta 1941. Desempeñó, asimismo, la Dirección del Archivo General de la Nación (1942-1943), la Gobernación del estado Bolívar (1943-1944) y la Presidencia del Congreso de la República (1945). A raíz del golpe de Estado que derrocó el gobierno de Isaías Medina Angarita (18-10-1945), fue detenido y llevado preso al Cuartel de la Planicie. A los pocos días es liberado y se dedicó a ejercer su profesión de abogado.

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En 1946, recibió el Premio Municipal de Literatura por su obra Casa León y su tiempo y al año siguiente, el Premio Nacional de Literatura por su libro El regente Heredia o la piedad heroica. En 1949 fue nombrado embajador en Colombia. En plena madurez literaria, publicó una serie de libros que lo convierten en uno de los más densos exponentes de la historia y de la ensayística contemporánea de Venezuela. Algunos de esos títulos son: Alegría de la tierra, Vida y papeles de Urdaneta el joven, El caballo de Ledesma, Los Riberas. Cronista de Caracas (1951), apoyó a la candidatura presidencial de Jóvito Villalba en las elecciones de 1952. Tras el desconocimiento de la Junta Militar del resultado de dichos comicios se exilia en Costa Rica (1953) y Madrid (1953-1958). Una muestra de su obra apareció en la serie Obras selectas, de las Ediciones Edime (1954).

En 1957, aparece su obra señalada como el libro síntesis de su doctrina: Por la ciudad hacia el mundo, donde anota: «La realización del verdadero sentido universal del pensamiento del hombre no está reñida con el crecimiento de los grupos nacionales. El nacionalismo en su verdadera concepción ontológica no implica una posición antihumanista, así se intente confundirlo con las formas agresivas del nazismo alemán. El verdadero nacionalismo, como expresión de humanidad, reclama que se le mire sub specie universalis. El nacionalismo, y vale repetirlo una vez más, representa en el plano de la valoración colectiva, un modo de obrar la personalidad de los pueblos...» En abril de 1958 retorna a Venezuela, pero dos meses más tarde muere. Sus restos yacen en el Panteón Nacional desde el 6 de marzo de 1991.

Pascual Venegas Filardo

BIBLIOGRAFÍA: directa: BRICEÑO IRAGORRY, MARIO.

Alegría de la tierra: pequeña apología de nuestra agricultura antigua. Caracas. 4ª ed. Caracas: Procuraduría Agraria Nacional, 1984; __.

A propósito de la ley de patronato eclesiástico. Caracas: Editorial Sur América, 1934; __.

Apuntes para un retrato de Pedro Emilio Coll. Caracas: Imprenta Nacional, 1947; __.

Apuntes sobre los estudios históricos en Venezuela. México: Editorial Cultura, 1947; __.

La autoelección de un déspota: Pérez Jiménez, presidente, 30 de noviembre de 1952. Caracas: Ediciones Centauro, 1971; __.

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Aviso a los navegantes: tradición, nacionalidad y americanidad. Caracas: Edime, 1953; __.

El caballo de Ledesma. 4ª ed. Caracas: Monte Ávila, 1972; __.

Cartera de proscrito 1952-1958. Caracas: Editorial Las Novedades, 1958; __.

Casa León y su tiempo: aventura de un anti-héroe. 4ª ed. Caracas: Edime, 1954; __.

El conquistador español: los fundadores de Nuestra Señora de la Paz de Trujillo. Caracas: Academia Nacional de la Historia, 1930; __.

Los corsarios en Venezuela: las empresas de Grammont enTrujillo y Maracaibo en 1678. Caracas: Tipografía Americana, 1947; __.

Datos biográficos de Guillermo Michelena. Caracas: Tipografía Americana, 1928; __.

Dimensión y urgencia de la idea nacionalista: pequeño discurso sobre la venezolanidad y americanidad. Madrid: Ediciones Bitácora, 1953; __.

El fariseísmo bolivariano y la anti-América: temas sobre hispanoamericanismo. Madrid: Ediciones Bitácora, 1953; __.

Formación de la nacionalidad venezolana. Caracas: Editorial Venezuela, 1945; __.

La fundación de Maracaibo. Zaragoza: Artes Gráficas «El Noticiero», 1957; __.

Genealogía de don Cristóbal Mendoza: primer presidente de Venezuela. Caracas: Archivo General de la Nación, 1967; __.

Gente de ayer y de hoy: bocetos biográficos. Caracas: Edime, 1963; __.

La historia como elemento creador de cultura. Caracas: Academia Nacional de la Historia, 1985; __.

Historia de la fundación de la ciudad de Trujillo. Caracas: Litografía y Tipografía Vargas, 1929; __.

La hora undécima: hacia una teoría de lo venezolano. Madrid: Ediciones Independencia, 1956; __.

Ideario político. Caracas: Editorial Las Novedades, 1958; __.

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Introducción y defensa de nuestra historia. Caracas: Monte Ávila, 1972; __.

Lección y estudio de Antonio Nicolás Briceño. Zaragoza: Artes Gráficas «El Noticiero», 1956; __, comp.

Lecturas venezolanas: colección de páginas literarias de escritores nacionales. 14ª ed. Caracas: Edime, 1972. __.

Meditación sobre Vargas. Caracas: Concejo Municipal de Caracas, 1951; __.

Mensaje sin destino. Caracas: Monte Ávila, 1972; __.

Mentis a Rómulo Betancourt. Bogotá: Minerva, 1949; __.

Mi infancia y mi pueblo: evocaciones de Trujillo. Caracas: Ávila Gráfica, 1951; __.

Obras selectas. Caracas: Ediciones Edime, 1954; __.

Orígenes de la hacienda en Venezuela: documentos inéditos de la época colonial. Caracas: Archivo General de la Nación, 1942; __.

Ornamentos fúnebres de los aborígenes del occidente de Venezuela. Caracas: Tipografía Vargas, 1928; __.

Palabras en Guayana. Caracas: Editorial Tamanaco, 1945; __.

Pasión venezolana. Caracas: Edime, 1954; __.

Pasión y triunfo de dos grandes libros: homenaje a Codazzi y Baralt en el centenario de la Geografía y de la Historia. Caracas: Academia Nacional de la Historia, 1941; __.

Patria arriba: nuevo ensayo sobre los valores de la hispanoamericanidad. Madrid: Ediciones Independencia, 1955; __.

Por la ciudad hacia el mundo: pregón y sentido de la fiestas de Trujillo. Zaragoza: Artes Gráficas «El Noticiero», 1957; __.

Problemas de la juventud venezolana: temas acerca de la presente crisis universitaria. Madrid: Ediciones Bitácora, 1953; __.

Prosas del llanto. Boconó: Ediciones del Ateneo de Boconó, 1969; __.

El regente Heredia, o, la piedad heroica... 3ª ed. Caracas: Edime, 1954; __.

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Los Riberas: historias de Venezuela. Caracas: Ediciones Independencia, 1957; __.

Sentido y ámbito del Congreso de Angostura. Caracas: Editorial Élite, 1943; __.

Sentido y presencia de Miranda. Bogotá: Editorial Iqueima, 1950; __.

Sentido y vigencia del 30 de noviembre: examen esquemático del drama electoral venezolano. Madrid: Ediciones Bitácora, 1961; __.

Tapices de historia patria: esquema de una morfología de la cultura colonial. Caracas: Fundación Mario Briceño Iragorry, 1984; __.

La tradición de los mejores: esquema interpretativo de la realidad política de Venezuela. Madrid: Ediciones Bitácora, 1953; __.

Tradición nacionalidad y americanidad. Santiago de Chile: Imprenta Universitaria, 1955; __.

La tragedia de Peñalver. Bogotá: Editorial Iqueima, 1949; __.

Trayectoria y tránsito de Caracciolo Parra 1901-1939. 3ª ed. San José, Costa Rica: Imprenta Borrase Hermanos, 1940; __.

Vida y papeles de Urdaneta el joven. Caracas: Tipografía Americana, 1946; __.

Voz y presencia de Bolívar. Ciudad Bolívar: Tip. «La Empresa», 1944. indirecta: ANDARA OLIVAR, MANUEL. Tres momentos con don Mario Briceño Iragorry. Trujillo: Centro de Historia, 1969; BARNOLA, PEDRO PABLO. Mario Briceño Iragorry, caballero de la pluma. Caracas: Editorial Arte, 1978; __.

Mario Briceño Iragorry, escritor-maestro. Caracas: Editorial Arte, 1968; CASTELLANOS, RAFAEL RAMÓN. Bibliografía del doctor Mario Briceño Iragorry. Trujillo: Ejecutivo del Estado Trujillo, 1981; Exposición bibliográfica del Dr. Mario Briceño Iragorry: catálogo. Trujillo: Red de Bibliotecas Públicas del Estado Trujillo, 1981; HERNÁNDEZ CARMONA, LUIS. Mario Briceño Iragorry, artesano de la cultura. Mérida: Universidad de Los Andes; Fundación Mario Briceño Iragorry, 1994; LOSADA ALDANA, RAMÓN. Una doctrina de la venezolanidad: Mario Briceño Iragorry. Caracas: Editorial Pensamiento Vivo, 1958; LAYDERA VILLALOBOS, ANÍBAL. Un educador de pueblos: Mario Briceño Iragorry: vida, obra y muerte de un titán de la educación. Caracas: Editorial Momento, 1958; OLASO, LUIS M. Oración fúnebre en memoria de don Mario Briceño Iragorry. Caracas:

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Imprenta Nacional, 1958; USLAR PIETRI, ARTURO y MARIANO PICÓN SALAS. Homenaje a Mario Briceño Iragorry en el sexto aniversario de su muerte, 6 de junio de 1958-1964. Caracas: Editorial Arte, 1964.

ICONOGRAFÍA: RETRATO, Edmundo Wolterbeck, óleo/tela, 1960, Concejo Municipal, Distrito Federal, Caracas. RETRATO, Marco Saca, óleo/tela, Academia Nacional de la Historia, Caracas. FOTOGRAFÍAS, colección Juanito Martínez Pozueta, Biblioteca Nacional, Caracas.

FUENTE: Fundación Polar, Diccionario de Historia de Venezuela, 2ª Edición, Caracas: Fundación Polar, 1997.