11
Prof. Lic. Marianella Lorenzo Algunas observaciones sobre la articulación resistencia-represión en los primeros textos freudianos El núcleo temático del presente trabajo se encuentra en la articulación las categorías “resistencia- represión” en el marco de la metapsicología freudiana. Para abordar tal cometido se comenzará por señalar la existencia de dos momentos en el tratamiento del concepto de “resistencia”. Primeramente se intentará una suerte de caracterización a partir de su constatación en la clínica, posteriormente se pasará a reflexionar sobre la articulación de dicho concepto con el de “represión”.Se planteará la posibilidad de una coextensión de dichos términos por un lado o una diferenciación por otro, en este último caso se tratará de presentar determinadas hipótesis para fundar tales distinciones. En un intento de aproximación a los textos freudianos es dable advertir cómo el tratamiento que, en un primer tiempo, realiza Freud del concepto de “resistencia” supone pensar a ésta como obstáculo. Dicha caracterización se desprende claramente de sus observaciones en el campo de la clínica. Es así que se puede constatar cómo, en el intento de extender el método empleado por Breuer a un número mayor de enfermos, se encuentra ante la dificultad de que muchos

A - Resistencia y Represión

Embed Size (px)

DESCRIPTION

.

Citation preview

Page 1: A - Resistencia y Represión

Prof. Lic. Marianella Lorenzo

Algunas observaciones sobre la articulación resistencia-represión en

los primeros textos freudianos

El núcleo temático del presente trabajo se encuentra en la articulación las

categorías “resistencia- represión” en el marco de la metapsicología freudiana. Para

abordar tal cometido se comenzará por señalar la existencia de dos momentos en el

tratamiento del concepto de “resistencia”. Primeramente se intentará una suerte de

caracterización a partir de su constatación en la clínica, posteriormente se pasará a

reflexionar sobre la articulación de dicho concepto con el de “represión”.Se planteará la

posibilidad de una coextensión de dichos términos por un lado o una diferenciación por

otro, en este último caso se tratará de presentar determinadas hipótesis para fundar tales

distinciones.

En un intento de aproximación a los textos freudianos es dable advertir cómo el

tratamiento que, en un primer tiempo, realiza Freud del concepto de “resistencia”

supone pensar a ésta como obstáculo. Dicha caracterización se desprende claramente de

sus observaciones en el campo de la clínica. Es así que se puede constatar cómo, en el

intento de extender el método empleado por Breuer a un número mayor de enfermos, se

encuentra ante la dificultad de que muchos de éstos no eran hipnotizables. No obstante

consideró que “era preciso sortear la hipnosis y a pesar de ello, obtener los recuerdos

patógenos”1. De esta forma prosiguió adelante en procura de alcanzar tal cometido. Pero

dicha empresa no resultó sencilla, ya que surgieron una serie de dificultades, que en

aquel momento todavía no encontraban su explicación. Freud lo expresa de la siguiente

manera: “Cuando en la primera entrevista preguntaba a mis pacientes si recordaban la

ocasión primera de sus síntomas, unos decían no saberla, y otros aportaban alguna cosa

que designaban como recuerdo oscuro y no podían seguirlo”2. Bajo esta forma de “no

recordar”, es decir, por la amnesia que se advierte en el paciente, comienza a

manifestarse la “resistencia”. Esta se presenta aparentemente y por el momento como un

serio obstáculo, como un freno que detiene el devenir del tratamiento.

1 Freud, S “Estudios sobre la histeria” Ed. Amorrortu TII Buenos Aires , pag 2992 Ibid , pag 299

Page 2: A - Resistencia y Represión

Prof. Lic. Marianella Lorenzo.

Pero Freud no se detiene ante tal obstáculo, que podríamos caracterizar

apresuradamente de paradójico, en la medida que se quiere y no se quiere saber. No

obstante, sabemos que si se ahonda mínimamente en este aparente carácter paradójico,

se aprecia que es el resultado de la lectura a nivel de un solo registro, dado que en la

medida que se introduce otras categorías de análisis dicho carácter parece desvanecerse.

De todas formas en este primer tiempo Freud se encuentra preocupado y lo expresa de

la siguiente manera: “…El enfermo a quien sus síntomas hacen penar tanto, y ve sufrir

también a sus parientes; que se aviene a tantos sacrificios de tiempo, de dinero, de

trabajo; que se empeña en vencerse a sí mismo para liberarse de ellos…¿ se revelaría

acaso contra su auxiliador en beneficio de su enfermedad? ¡Cuán inverosímil tiene que

sonar esta aseveración! No obstante, así es.”3. El constatar tal dificultad no paralizó la

labor emprendida por Freud , por el contrario logró superar tal “freno” y avanzar en

varios campos.

De esta forma se arriba al segundo momento, marcado por el status teórico y el

abordaje metapsicológico que se hará de la resistencia. Habiendo surgido ésta en el

campo de la clínica -caracterizándose como obstaculizadora en un primer momento-,

este segundo tiempo estará marcado por el giro metapsicológico y su resignificación al

convertirse en categoría explicativa. Por lo tanto el esfuerzo vivenciado en el

tratamiento hizo trasponer como el mismo Freud lo indica “ese estado de cosas a la

teoría según la cual mediante mi trabajo psíquico yo tenía que superar en el paciente una

fuerza que contrariaba el devenir consciente (recordar) de las representaciones

patógenas. Una inteligencia nueva parecía abrírseme cuando se me ocurrió que esa

podría ser la misma fuerza psíquica que cooperó en la génesis del síntoma histérico y en

aquel momento impidió el devenir consciente de la representación patógena”4 .

Se podría pensar que aquí la resistencia deja ya de tener aquel papel

obstaculizador. Sin embargo, también cabría la posibilidad de que dicha caracterización

no se perdiera sino que se resignificara otorgándole otro status teórico. Por

consiguiente, no sólo será la que se opone al recordar, visualizándose en la “amnesia”,

sino que aparecerá bajo la forma de “ocultar- mostrando”. De esta forma, en la medida

que trasciende el campo de la clínica y se convierte en categoría explicativa que “da

cuenta de”, ya no resulta despreciable sino que se le debe prestar mucha atención. Aún

3 Freud, S., Conferencia 19. Resistencia y represión, Ed Amorrortu, Tomo XVI, Buenos Aires, pág 262. 4 Ibid. pág. 300.

2

Page 3: A - Resistencia y Represión

Prof. Lic. Marianella Lorenzo.

sabiendo que “la intensidad varía de continuo, aunque cada vez que nos aproximamos a

un tema nuevo, llega a su máxima fuerza, en el ápice de la elaboración de éste vuelve a

desbaratarse cuando se finiquita”5, de todos modos la misma se encuentra en forma

continua durante el transcurso del tratamiento.

No solamente se advierte la permanencia de la resistencia, sino que se observa

las distintas formas bajo las que ésta puede manifestarse. Freud en varios de sus escritos

nos acerca descripciones de las posibles formas en que estas se presentan 6. Las formas

de aparecer son muy variadas, pueden ir desde las omisiones, críticas, silencios, hasta

las llamadas resistencias intelectuales, que, según opinión de Freud, no serían las

peores de vencer, sino que existen algunas cuyo vencimiento es más dificultoso; éstas

son las que se manifiestan por medio de la transferencia y que “pueden emplearse para

resistir al médico y la cura”7. Es así que bajo todas estas manifestaciones diversas en las

cuales se despliega la resistencia, hay algo que las unifica, además de su funcionamiento

y es el hecho de violar la “regla técnica fundamental del análisis, …blanco de ataque de

las resistencias”8.

No obstante, por encontrarnos en un segundo momento, sabemos que la

resistencia no es sólo un obstáculo, sino que esclarece y guía, de tal suerte que “las

ocurrencias contra las cuales se elevan esos reparos y objeciones…por lo general

contienen, el material que nos encaminan al descubrimiento del inconsciente”9. De todas

formas la apariencia paradojal de la resistencia se tiene que entender en el doble

registro ( Cc – Icc) y en el devenir del proceso analítico, con la posibilidad de ir

“llenando las lagunas del recuerdo” pero también con sus puntos ciegos. Por lo cual si

bien este segundo tiempo en el tratamiento de la resistencia permitirá ir más allá de lo

aparentemente paradojal, se sabe que siempre va a quedar algo “no conocido”, nunca se

puede agotar el inconsciente en sí10, ya que éste perpetúa su propia designación in-

consciente, no-conocido. Es así que, asumida la herida narcisista, debe aceptarse que

siempre quedará algo inaccesible, no recordado… No obstante, dicha constatación lejos

5 Ob Cit en 3 pag 268.6 Dichas descripciones pueden ser encontradas en “Estudios sobre la histeria”, como en la lectura de varios historiales clínicos, así como en la Conferencia 19 donde realiza un estudio exhaustivo de ellas.7 Ob Cit en 3 pag 2658 Ob Cit en 3 pag 2639 Ob Cit en 3 26310 Es interesante observar como Freud compara el Icc con el noumeno kantiano, en relación al carácter inaccesible .

3

Page 4: A - Resistencia y Represión

Prof. Lic. Marianella Lorenzo.

de paralizar, invita a dar rienda suelta al impulso epistemofílico y conocer aquello que sí

se puede.

En esta línea puede preguntarse ¿qué es esto que se revela en la resistencia?,

¿hacia dónde orienta o guía?. Se podría contestar que lo revelado por la resistencia es la

represión, así como aquello hacia lo que guía, es lo reprimido. Pero también cabe

agregar que la resistencia no sólo cumpliría la función de revelar, sino que, desde una

lectura epistemológica, tendría la función de hipótesis contrastadora . Esta observación

parece clara cuando Freud expresa “Llamé represión (esfuerzo de desalojo) a este

proceso por mí supuesto, y lo consideraré probado, por la indiscutible existencia de la

resistencia”11. Según se deja entrever a partir de lo reseñado, parecería que la represión

se serviría para revelarse y comprobarse de las resistencias. Por lo cual no sería

demasiado temerario afirmar la prioridad existencial de la represión respecto de la

resistencia. De otra forma si no existiera la represión ¿qué sería por tanto lo

comprobado o revelado?; parecería que de ser esta la situación, la resistencia no tendría

razón de ser. Es así que Freud expresa: “la resistencia brota de la represión”12. Se podría

pensar que tal afirmación haría descartar la posibilidad de que la resistencia y la

represión fueran términos coextensivos, presentando por el contrario una diferenciación

al parecer fundándose en una relación de subordinación, en tanto que la resistencia no

existiría sin la represión..

No obstante también se vio que la represión se descubre por la resistencia, lo

cual nos hablaría de una subordinación no muy fuerte, quizás la expresión

“objetivación” resulte más esclarecedora, en la medida de atenuar la relación de

subordinación.

Apoyando estas últimas reflexiones podemos recordar ciertos textos freudianos

donde el carácter distintivo parece venir dado por el sujeto en quien operan las fuerzas.

De esta forma si el gasto para hacer consciente los recuerdos penosos es dirigido al

paciente “recibimos los más inequívocos indicios de lo que llamamos resistencia. Y si lo

intentamos en nosotros mismos recibimos el nítido sentimiento de una defensa

11 Ob. cit en 5 pág. 20.12 Freud, S Conferencia 27, “La transferencia”, Ed. Amorrortu, Tomo XVI, pág. 397.

4

Page 5: A - Resistencia y Represión

Prof. Lic. Marianella Lorenzo.

(repulsión)13. En la presente afirmación parece quedar igualados los conceptos de

represión y defensa , lo cual será objeto de tratamiento específico en otros textos14.

Hasta el momento en nuestra reflexión contamos con dos posibles criterios de

demarcación entre resistencia y represión: 1- basado en una posible relación de

subordinación, dependencia, 2- deteniéndonos en el sujeto en quien opera dicha fuerza.

Respecto a este último criterio, si bien resulta trivial indicar que la resistencia siempre

actúa en un sujeto, a lo que se apunta es si actúa sólo en el sujeto independientemente

del contexto o en tanto éste se encuentra en una situación analítica.

Si se continúa avanzando en el intento por diferenciar ambos conceptos puede

recordarse algunos textos freudianos que resultan esclarecedores para el cometido de

este trabajo; por ejemplo, cuando Freud observa que “las mismas fuerzas que hoy como

resistencias se oponen al desempeño de hacer consciente lo olvidado, tenían que ser en

su momento las que produjeron ese olvido y expulsaron fuera de la conciencia las

vivencias patógenas en cuestión”15. A partir de lo anterior se puede pensar en la

posibilidad de rescatar algo en común que parecen compartir la resistencia y la

represión. Dicho rasgo compartido estaría dado porque la fuerza que actúa en ambas

parece ser la misma, salvo que ésta lo hace en distintos momentos. La aceptación de

esta afirmación no inhabilita las distinciones marcadas anteriormente.

Se puede seguir avanzando en el análisis de la articulación resistencia-represión

si se introduce la propuesta explicativa dada por Freud respecto a la represión según el

modelo de “cambio de estado”. En ella puede apreciarse cómo la represión es

caracterizada como un proceso que se ejerce sobre las representaciones (huellas

mnémicas cargadas o catectizadas), actuando dicho proceso represivo en “las fronteras

de los sistemas Inc y Pre. Cc.”16. Este proceso represivo actuaría en dos tiempos,

primero se le quitaría a esa representación la investidura preconsciente. Pero dado que

“la representación reprimida sigue teniendo capacidad dentro del inconsciente, por tanto

debe de haber conservado su investidura”17, lo sustraído no puede ser lo inconsciente. Se

puede conjeturar entonces que a esa representación que le ha sido quitada la catexia

13 Freud, S “Nota sobre el concepto de lo inconsciente en Psicoanálisis”, Ed. Amorrortu, Tomo XII, pág. 275.14 Remitimos a Laplanche y Pontalis.15 Ob. cit. en 5, pág. 271.16 Freud, S. “Lo inconsciente”, Ed. Amorrortu, Tomo XIV, pág. 177.17 Ibid. pág. 177.

5

Page 6: A - Resistencia y Represión

Prof. Lic. Marianella Lorenzo.

preconsciente puede sucederle 1) conservar la investidura inconsciente que ya poseía o

2) recibir la investidura del inconciente, quedando por tanto catectizada.

Debe recordarse asimismo que el psiquismo para asegurar que esa

representación que está cargada no haga “intentos renovados para penetrar al

preconsciente”18, en un segundo momento muestra la aplicación de una

contrainvestidura que impide el avance.

Teniendo presente la explicación antes desarrollada se puede concluir que en la

represión actúan, primero, una sustracción y, segundo, una contrainvestidura. Si se

intenta vincular tal modelo explicativo con el concepto de “resistencia”, atendiendo a

que “la resistencia es producida por la contrainvestidura que se erige para reprimir la

moción chocante”19 así como la posible igualación entre resistencia y contrainvestidura

afirmada por el propio Freud cuando expresa “la contrainvestidura o resistencia no

pertenecen al inconsciente sino al Yo”20, podría establecerse una tercera distinción entre

resistencia y represión.

De esta forma parece desprenderse que la resistencia no se igualaría con todo el

proceso represivo sino sólo con el segundo momento, por lo cual no serían totalmente

idénticas. Por otra parte, si se consideran las primeras puntualizaciones respecto al

surgimiento de la resistencia en el campo de la clínica y sabiendo que “el primer motor

de la terapia está en las dolencias del enfermo, y en el deseo de curación, por ellas

engendrado”21, se podría presentar la hipótesis de que cuando esa contrainvestidura se

dirige en contra del deseo de curación, aparecería bajo la denominación de resistencia

en el ámbito clínico; en tanto que cuando esa contrainvestidura se dirige a mantener el

no avance hacia lo preconsciente de la representación, se denominaría represión.

Esta última observación no invalida las distinciones anteriores. Es importante

precisar que, además de actuar la misma fuerza en distintos momentos, parecería actuar

en direcciones diferentes –aunque es claro que la doble dinámica de mostración y

ocultamiento parece hacerlas confluir.

“Algo que ciertamente no se nombraCon la palabra azar, rige estas cosas.”

J. L. Borges

18 Ibid. pág. 177.19 Freud, S., Conferencia 27, “La transferencia”, Ed. Amorrortu, Tomo XVI, pág. 397.20 Ibid. pág. 397.21 Freud, S. , “Iniciación del tratamiento”, Ed. Alianza, pág. 182.

6

Page 7: A - Resistencia y Represión

Prof. Lic. Marianella Lorenzo.

Bibliografía

Assoun, P-L. Introducción a la epistemología freudiana, Siglo Veintiuno Editores.

Caorsi, E. Lógica, Filosofía y Psicoanálisis, Ed. Roca Viva. Freud, S. Conferencia 27, La transferencia, Ed. Amorrortu, Tomo XVI.---------- Conferencia 19, Resistencia y represión, Ed. Amorrortu, Tomo XVI. ---------- Estudios sobre la histeria, Ed. Amorrortu, Tomo II.--------- Nota sobre el concepto de lo inconsciente en Psicoanálisis”, Ed. Amorrortu, Tomo XII.---------- Iniciación del tratamiento, Ed. Alianza.---------- Lo inconsciente, Ed. Amorrortu, Tomo XIV.

Laplanche, J. y Pontalis, J.B., Diccionario de Psicoanálisis, Ed. Labor.

7