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    Asamblea General Distr. general9 de agosto de 2013EspaolOriginal: ingls

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    Sexagsimo octavo perodo de sesiones

    Tema 69 a) del programa provisional*Promocin y proteccin de los derechos humanos: aplicacin

    de los instrumentos de derechos humanos

    La tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanoso degradantes

    Nota del Secretario General

    El Secretario General tiene el honor de transmitir a la Asamblea General elinforme provisional del Relator Especial del Consejo de Derechos Humanos sobre latortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, Sr. Juan E. Mndez,presentado de conformidad con la resolucin 67/161 de la Asamblea.

    * A/68/150.

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    Informe provisional del Relator Especial sobre latortura y otros tratos o penas crueles, inhumanoso degradantes

    Resumen

    En este informe, presentado de conformidad con la resolucin 67/161 de laAsamblea General, el Relator Especial sobre la tortura y otros tratos o penas crueles,inhumanos o degradantes examina algunas cuestiones que suscitan especialpreocupacin y expone sus actividades recientes en el contexto de su mandato.

    Las Reglas Mnimas para el Tratamiento de los Reclusos, aprobadas por elConsejo Econmico y Social en sus resoluciones 663 C (XXIV), de 31 de julio de1957, y 2076 (LXII), de 13 de mayo de 1977, se consideran uno de los instrumentossin fuerza obligatoria ms importantes para la interpretacin de los distintos aspectosde los derechos de los reclusos. Las Reglas se aprobaron en 1955 y algunas de susdisposiciones han quedado obsoletas. El proceso de examen que est llevando a cabo

    el Grupo Intergubernamental de Expertos de composicin abierta sobre las ReglasMnimas permitir comprender mejor el alcance y la naturaleza de la prohibicin dela tortura y otros malos tratos, los contextos en que se producen y sus consecuencias,as como las medidas efectivas para evitarlos.

    En el presente informe, el Relator Especial reflexiona sobre las esferas objetodel examen y ofrece un conjunto de salvaguardias y normas de procedimiento desdela perspectiva de la prohibicin de la tortura y otros malos tratos que, desde un puntode vista jurdico y de polticas, deberan aplicarse como mnimo a todos los casos deprivacin de libertad.

    No solo es preciso actualizar ciertos aspectos de las Reglas a la luz de laevolucin del derecho internacional, sino que los gobiernos deben renovar sucompromiso de atender debidamente las necesidades de las personas privadas de

    libertad, respetando plenamente su dignidad inherente y sus garantas y derechosfundamentales, a fin de mejorar la aplicacin de las Reglas y las normas mnimasque figuran en ellas.

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    I. Introduccin

    1. Este informe, que se presenta de conformidad con el prrafo 41 de laresolucin 67/161 de la Asamblea General, es el 15 informe presentado a laAsamblea General por el Relator Especial sobre la tortura y otros tratos o penas

    crueles, inhumanos o degradantes.2. El Relator Especial desea sealar a la atencin de la Asamblea los informesque ha presentado al Consejo de Derechos Humanos en su 22 perodo de sesiones(A/HRC/22/53 y Adds.1 a 5).

    II. Actividades relacionadas con el mandato

    A. Visitas a pases

    3. El Relator Especial lamenta que la visita a Bahrein programada para 2013fuera aplazada por el Gobierno de ese pas por segunda vez y con muy poca

    antelacin. Dado que el Gobierno no ofreci fechas alternativas, el Relator Especialconsider que el aplazamiento equivala, en la prctica, a una cancelacin de lavisita. No obstante, el Relator Especial sigue manteniendo contactos con elGobierno de Bahrein a fin de acordar fechas para realizar una visita en 2014.

    4. El Relator Especial acoge con satisfaccin la invitacin del Gobierno deGhana para realizar una visita al pas en el cuarto trimestre de 2013 y est a laespera de recibir confirmacin de las fechas especficas propuestas.

    5. El Relator Especial lamenta que las visitas a Guatemala y Tailandiaprogramadas para 2013 se hayan aplazado, por segunda vez, a solicitud de losrespectivos Gobiernos. El Relator Especial mantiene contactos con esos Gobiernos afin de acordar fechas para realizar las visitas en el cuarto trimestre de 2014.

    6. El Relator Especial ha insistido en su solicitud al Gobierno de los EstadosUnidos de Amrica para ser invitado a visitar el centro de detencin de la baha deGuantnamo (Cuba) en condiciones que pueda aceptar. Tambin sigue pendienteotra solicitud para visitar crceles de los Estados Unidos en el continente, que sereiter el 15 de mayo de 2013.

    7. Los Gobiernos de Georgia y Mxico han cursado sendas invitaciones y elRelator Especial mantiene contactos con ambos Estados para fijar las fechas de lasvisitas. El Relator Especial, con el apoyo de la Iniciativa contra la Tortura delCentro de Derechos Humanos y Derecho Humanitario de la American University deWashington, D.C., tiene previsto celebrar visitas de seguimiento a Tayikistn yTnez en 2014.

    B. Aspectos destacados de ponencias y consultas

    8. El 13 de febrero de 2013, el Relator Especial pronunci uno de los discursosprincipales (sobre el tema Las Naciones Unidas y la tortura: la labor derehabilitacin) en un simposio del National Consortium of Torture TreatmentPrograms celebrado en la Universidad George Washington de Washington, D.C.

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    9. El 1 de marzo de 2013, el Relator Especial pronunci un discurso ante elColegio de Abogados de la Ciudad de Nueva York sobre la reclusin prolongada enrgimen de aislamiento.

    10. Del 4 al 7 de marzo de 2013, el Relator Especial present sus informes alConsejo de Derechos Humanos en su 22 perodo de sesiones ( A/HRC/22/53 yAdds.1 a 5) y particip en actos paralelos sobre temas como la rendicin de cuentaspor actos de tortura y entrega extrajudicial; la reclusin en rgimen de aislamiento yla situacin de los condenados a muerte; la prevencin de la tortura y los malostratos en el mbito de la atencin de la salud; los efectos de la violencia en elderecho de los nios a la salud; y la salud mental y fsica de los menores en centrosde detencin.

    11. El 12 de marzo de 2013, el Relator Especial compareci ante la ComisinInteramericana de Derechos Humanos, en Washington, D.C., en relacin con elabuso de la reclusin en rgimen de aislamiento en Amrica.

    12. El 22 de marzo de 2013, el Relator Especial particip, por videoconferencia,en un simposio sobre la reclusin en rgimen de aislamiento y los derechos

    humanos titulado Ending the isolation: an international conference on solitaryconfinement and human rights, celebrado en la Universidad de Manitoba(Winnipeg, Canad).

    13. Los das 9 de abril y 7 de mayo de 2013, el Relator Especial particip en actoscelebrados en Washington, D.C., y en Ginebra para conmemorar el 25 aniversariodel Comit contra la Tortura y la aprobacin por el Comit, en 2012, de suobservacin general nm. 3, sobre la reparacin para las vctimas de tortura y otrosmalos tratos.

    14. El 15 de abril de 2013, el Relator Especial particip en una conferenciacelebrada en el Washington College of Law de la American University deWashington, D.C., sobre la litigacin ante el Comit contra la Tortura y elfortalecimiento de este importante instrumento contra la tortura.

    15. El 16 de abril de 2013, el Relator Especial particip en una mesa redonda,celebrada tambin en el Washington College of Law, sobre el tema La reclusin enrgimen de aislamiento de los jvenes: hechos, justificaciones y posiblesviolaciones de los derechos humanos.

    16. El 6 de junio de 2013, el Relator Especial pronunci la conferencia de aperturadel Congreso Internacional sobre Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles,Inhumanos o Degradantes celebrado en Buenos Aires.

    17. Tambin el 6 de junio de 2013, el Relator Especial pronunci un discurso porvideoconferencia en un simposio internacional celebrado en Helsinki sobre latortura como problema global.

    18. Los das 25 y 26 de junio de 2013, el Relator Especial particip en dossimposios celebrados en Washington, D.C., para conmemorar el Da Internacionalen Apoyo de las Vctimas de la Tortura.

    19. El 10 de julio de 2013, el Relator Especial convoc una reunin de expertossobre el examen de las Reglas Mnimas para el Tratamiento de los Reclusos en laUniversidad de Oxford (Reino Unido de Gran Bretaa e Irlanda del Norte).

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    20. El 17 de julio de 2013, el Relator Especial particip en un dilogo sobrepolt icas en materia de pobreza y rehabilitacin de los supervivientes de torturas enel Reino Unido, celebrado en la Cmara de los Comunes, en Londres.

    III. Examen de las Reglas Mnimas para el Tratamientode los Reclusos

    A. Sinopsis

    21. Desde su aprobacin en 1955, las Reglas Mnimas para el Tratamiento de losReclusos han tenido una importancia considerable como conjunto autorizado deprcticas y principios de aceptacin general para el trato de los reclusos y la gestinde las instituciones penitenciarias. Aunque algunas de sus disposiciones hanquedado obsoletas, las Reglas siguen siendo esenciales y se consideran uno de losinstrumentos sin fuerza obligatoria ms importantes para la interpretacin de losdistintos aspectos de los derechos de los reclusos.

    22. El Relator Especial observa que, ya sea en respuesta a la evolucin de lasamenazas y prcticas o simplemente por descuido, los gobiernos son a menudonegligentes a la hora de aplicar esas normas. El presente informe contienerecomendaciones especficas para actualizar las Reglas con el fin de asegurar quelas personas detenidas reciban un trato humano y aboga por que se apliquen demanera efectiva a nivel mundial.

    23. Los sistemas internacionales y regionales para la supervisin de lascondiciones de reclusin tienen por finalidad, en gran medida, la prevencin de latortura y otros malos tratos. El Relator Especial recuerda que, como se explica en elConjunto de Principios para la Proteccin de Todas las Personas Sometidas aCualquier Forma de Detencin o Prisin, la expresin tratos o penas crueles,inhumanos o degradantes debe interpretarse de manera que abarque la ms amplia

    proteccin posible contra todo tipo de abusos.24. En el prrafo 10 de su resolucin 65/230, la Asamblea General solicit a laComisin de Prevencin del Delito y Justicia Penal que estableciera un grupointergubernamental de expertos de composicin abierta para intercambiarinformacin sobre las mejores prcticas y sobre la revisin de las actuales Reglasmnimas de las Naciones Unidas para el tratamiento de los reclusos a fin de quereflejaran los avances recientes de la ciencia penitenciaria.

    25. La primera reunin del Grupo de Expertos establecido en respuesta a esasolicitud se celebr en 2012 y asistieron a ella 143 representantes de 52 Estados(vase UNODC/CCPCJ/EG.6/2012/1, prr. 9). En esa reunin se expres la opiningeneral de que, si bien las Reglas haban resistido la prueba del tiempo y eranreconocidas universalmente como las normas mnimas que deban aplicarse en

    materia de reclusin, era necesario revisar algunos de sus aspectos (prrs. 4 y 5). ElGrupo de Expertos reconoci unnimemente que las modificaciones que pudieranaportarse a las Reglas no deban reducir el alcance de ninguna de las normasexistentes (prr. 4) y seleccion nueve esferas preliminares que podran examinarse(prr. 5). Posteriormente, el Consejo Econmico y Social, en su resolucin 2012/13,y la Asamblea General, en su resolucin 67/188, tomaron conocimiento de lasrecomendaciones del Grupo de Expertos y tomaron nota de las esferas de examen

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    seleccionadas. En su segunda reunin, celebrada en Buenos Aires en diciembre de2012, el Grupo de Expertos realiz avances sustantivos y acot diversas cuestionesque deban debatirse ms a fondo dentro de las esferas seleccionadas(UNODC/CCPCJ/EG.6/2012/4). En su resolucin 2013/35, el Consejo tomnuevamente en consideracin las nueve esferas seleccionadas para su posible

    revisin y decidi prorrogar el mandato del Grupo de Expertos, autorizndolo aproseguir su labor con miras a que informara a la Comisin de Prevencin delDelito y Justicia Penal en su 23 perodo de sesiones. En esa misma resolucin, elConsejo invit a los Estados Miembros a que siguieran tomando parte en el procesode revisin presentando propuestas y a que participaran activamente en la siguientereunin del Grupo de Expertos, que se celebrar en el Brasil a finales de 2013.

    26. En las secciones que figuran a continuacin el Relator Especial examina lasnueve esferas seleccionadas (vase la resolucin 67/188 de la Asamblea General,prr. 6) y ofrece un conjunto de salvaguardias y normas de procedimiento desde laperspectiva de la prohibicin de la tortura y otros malos tratos que, desde un puntode vista jurdico y de polticas, deberan aplicarse como mnimo a todos los casos deprivacin de libertad.

    B. Examen especfico de las esferas preliminares: conjuntomnimo de salvaguardias y normas de procedimiento

    Alcance y aplicacin de las Reglas

    27. Aunque las Reglas se centran principalmente en la situacin de las personasprivadas de libertad en crceles, centros de prisin preventiva y comisaras depolica, en la prctica las obligaciones de los Estados de garantizar el respeto de losderechos humanos van ms all de las situaciones de custodia policial y de reclusinen las crceles. El concepto amplio de privacin de libertad figura en diversosinstrumentos internacionales, entre ellos el Protocolo Facultativo de la Convencincontra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, en elque se entiende por privacin de libertad cualquier forma de detencin oencarcelamiento o de custodia de una persona por orden de una autoridad judicial oadministrativa o de otra autoridad pblica, en una institucin pblica o privada de lacual no pueda salir libremente (art. 4 2)). El lenguaje empleado por la ComisinInteramericana de Derechos Humanos tambin es revelador. En su resolucin 1/08,la Comisin seala que por privacin de libertad se entiende lo siguiente:

    Cualquier forma de detencin, encarcelamiento, institucionalizacin o custodiade una persona, ... ya sea en una institucin pblica o privada, en la cual nopueda disponer de su libertad ambulatoria. Se entiende [que forman parte de]esta categora de personas ... las personas que estn bajo la custodia y laresponsabilidad de ciertas instituciones, tales como: hospitales psiquitricos yotros establecimientos para personas con discapacidades fsicas, mentales o

    sensoriales; instituciones para nios, nias y adultos mayores; centros paramigrantes, refugiados, solicitantes de asilo o refugio, aptridas eindocumentados; y cualquier otra institucin similar destinada a la privacinde libertad de personas.

    En el presente informe se emplear el concepto amplio de personas privadas delibertad para hacer referencia a todas las situaciones que se acaban de mencionar.

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    28. Si bien la regla 95 de las Reglas aclara que la regla 4 1) se aplica a todas laspersonas privadas de libertad, es importante sealar expresamente que las Reglas seaplican efectivamente a todas las personas sometidas a cualquier forma de detencino reclusin, con independencia de que sea por motivos de carcter penal o civil, deque la persona se encuentre detenida antes del juicio, en prisin preventiva o ya

    condenada, o de que la persona sea objeto de las denominadas medidas especiales deseguridad, de medidas administrativas o de reeducacin o de medidas relacionadascon la inmigracin. El Relator Especial insta a que se mencione expresamente quelas Reglas son aplicables a todas las formas de privacin de libertad, sin excepcin ycon independencia de la condicin jurdica de la persona en cuestin. Adems, envirtud de la regla 6 1), las Reglas se aplicarn a todos los arreglos para la custodia yel trato de las personas objeto de cualquier forma de arresto, detencin o reclusin,sin discriminacin por motivos prohibidos por el derecho internacional, como porejemplo la edad, el origen nacional, tnico o social, las creencias y prcticasculturales, el nacimiento o cualquier otra situacin, entre ellas el estado de salud, ladiscapacidad, la identidad de gnero o de otra ndole y la orientacin sexual (vasela resolucin 17/19 del Consejo de Derechos Humanos y la observacin generalnm. 18 del Comit de Derechos Humanos, prr. 7), as como la discriminacinbasada en perfiles psicolgicos o en el pasado delictivo.

    29. Asimismo, en consonancia con la observacin general nm. 2 del Comitcontra la Tortura, las Reglas se aplican con independencia de que los centros dedetencin sean administrados por el Estado o por empresas privadas (prrs. 15 y 17).Las autoridades deben velar por que las Reglas y los principios establecidos en ellasse cumplan en todas las instituciones y establecimientos bajo su jurisdiccin en losque haya personas privadas de libertad. Las Reglas deben establecer que, auncuando ciertos servicios se subcontraten externamente, el Estado sigue siendoresponsable de que esos servicios sean adecuados.

    30. Por otro lado, las disposiciones de las Reglas que regulan el traspaso dedetenidos de una autoridad a otra deberan reforzarse. Los deberes del Estado

    deberan ampliarse, entre otras, a las siguientes circunstancias: el traslado dereclusos de un establecimiento a otro; el procedimiento judicial; y los hospitalessituados fuera de los lmites de un centro de detencin. Aunque la administracin deun centro no sea responsable de ordenar un traslado, acta sin embargo a ttulooficial en razn de la responsabilidad que le incumbe de cumplir la obligacin delEstado de prevenir la tortura y los malos tratos y, por tanto, es responsable depermitir o participar en la entrega de una persona, para su custodia o control, a unapersona o institucin conocida por haber cometido actos de tortura o infligido malostratos, o de no aplicar las salvaguardias adecuadas, contrariamente a la obligacindel Estado de adoptar medidas eficaces para impedir la tortura u otros malos tratos(observacin general nm. 2 del Comit contra la Tortura, prr. 19).

    31. Por tanto, y con independencia de cul sea la autoridad competente paraautorizar o ejecutar los traslados, la autoridad que entrega al detenido, como garantedel derecho a la vida y a recibir un trato humano de las personas bajo su custodia,debe actuar con la debida diligencia y objetividad en la evaluacin de los posiblesfactores de riesgo y la viabilidad del traslado y, antes de proceder a dicho traslado,debe informar al juez competente para que este tenga la oportunidad de anularlo.Las Reglas deben prever recursos judiciales adecuados y efectivos para impugnar

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    los traslados cuando se considere que vulneran los derechos humanos de losreclusos1.

    32. El Relator Especial apoya plenamente la propuesta del Grupo de Expertos deincluir un nuevo prembulo en el que figure una lista de los principios

    fundamentales contenidos en tratados y directrices ya aprobados en relacin con eltrato dispensado durante la detencin (vase la regla 3 de las Reglas yE/CN.15/2012/CRP.2, secc. 4). Sin embargo, en algunos de los prembulospropuestos (por ejemplo el propuesto en UNODC/CCPCJ/EG.6/2012/NGO/1) sehace referencia a instrumentos que establecen normas que no alcanzan el nivelreconocido en instrumentos posteriores y que, por tanto, no deberan mencionarse enlas Reglas. Por ejemplo, las normas que figuran en los Principios para la Proteccinde los Enfermos Mentales y para el Mejoramiento de la Atencin de la SaludMental, de 1991, han sido superadas, en diversos aspectos importantes, por lasnormas ms protectoras que figuran en la Convencin sobre los Derechos de lasPersonas con Discapacidad (vase A/HRC/22/53, prr. 58).

    33. Es crucial que se reconozca expresamente la prohibicin absoluta de la torturay otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes en cualquier circunstancia.Ese reconocimiento expreso debe incluirse en el prembulo de las Reglas y, tras unarevisin, en su regla 6, que tiene por objeto el respeto a la dignidad y el valor comoser humano de la persona del recluso. Como conjunto de reglas ampliamenteaceptadas para la administracin de las instituciones penitenciarias, las Reglasdeben condenar expresamente la tortura y los malos tratos, incluida la participacin,complicidad, incitacin y tentativa, y ciertos comportamientos que equivalen amalos tratos, con independencia de que hayan sido cometidos por funcionariospblicos, por otras personas que acten en nombre del Estado o por particulares(Convencin contra la Tortura, art. 4). Las Reglas tambin deben declarar sinambigedades que en ningn caso podrn invocarse circunstancias excepcionalespara justificar la comisin de actos de tortura y otros malos tratos por funcionariospblicos, que no se tolerar a quienes los cometan y que sus autores sern

    enjuiciados. La tipificacin y definicin de este delito promover el objetivo de laConvencin contra la Tortura, en particular advirtiendo a todos de la gravedadespecial del delito de tortura (vase la observacin general nm. 2 del Comit contrala Tortura, prrs. 5 y 11).

    34. Adems, a fin de asegurar que se aplique la prohibicin absoluta de la tortura yotros malos tratos como medio eficaz de prevencin, el prembulo propuesto y lasconsiguientes reglas procesales deben declarar sin ambigedades que la obligacindel Estado de prevenir la tortura tambin se aplica a todas las personas que acten,de jure o de facto, en nombre del Estado parte, en colaboracin con este o ainstancias de l (observacin general nm. 2 del Comit contra la Tortura, prr. 7).El Comit contra la Tortura ha sealado lo siguiente:

    ... no puede invocarse en ningn caso la orden de un superior o de una

    autoridad pblica para justificar la tortura. ... Al mismo tiempo, los superioresjerrquicos ... no pueden eludir la culpabilidad ni sustraerse a laresponsabilidad penal por los actos de tortura cometidos o los malos tratosinfligidos por sus subordinados si saban o deban haber sabido que esas

    __________________

    1 Comisin Interamericana de Derechos Humanos,Informe sobre los derechos humanos de laspersonas privadas de libertad en las Amricas (2011), disponible enwww.oas.org/es/cidh/ppl/docs/pdf/PPL2011esp.pdf.

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    conductas inaceptables estaban ocurriendo, o era probable que ocurrieran, y noadoptaron las medidas razonables y necesarias para impedirlo (observacingeneral nm. 2, prr. 26).

    Respeto a la dignidad y el valor como ser humano de la persona

    del recluso

    35. El principio del trato humano de las personas privadas de libertad es el puntode partida para cualquier examen de las condiciones de reclusin y para el diseo delos regmenes penitenciarios. Dicho principio sirve de complemento y se superponeal principio de prohibicin de la tortura y otros malos tratos al exigir a los Estados(y, en consecuencia, a las autoridades penitenciarias) que adopten medidas positivaspara asegurar garantas mnimas de trato humano a las personas que estn bajo sucustodia (vase la observacin general nm. 21 del Comit de Derechos Humanos,prr. 3). Tratar a toda persona privada de libertad con humanidad y respeto de sudignidad es una norma fundamental de aplicacin universal, cuya puesta en prctica,como mnimo, no puede depender de los recursos materiales disponibles en elEstado parte en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos (prr. 4). A

    este respecto, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha afirmadosistemticamente que los Estados no pueden invocar privaciones econmicas parajustificar condiciones de detencin que no cumplan con las normas mnimasinternacionales en esta rea y no respeten la dignidad inherente del ser humano2.

    36. A la luz de esta interpretacin, las Reglas deberan incorporar una disposicinen la que se inste a las autoridades a adoptar medidas especficas para subsanar lasdeficiencias estructurales de los lugares de privacin de libertad y reservar losrecursos necesarios para cubrir necesidades bsicas y para programas educativos yde trabajo. Asimismo, las Reglas deben establecer las medidas concretas quedeberan adoptarse para asegurar garantas mnimas de trato humano a las personasbajo custodia, entre ellas asegurar un control judicial rpido y efectivo de ladetencin; prestar una atencin mdica adecuada, accesible e idnea; velar por que

    existan medios judiciales adecuados y sistemas efectivos de presentacin dedenuncias; y permitir el contacto con el mundo exterior y el acceso a otrasactividades, incluso para quienes se encuentran en prisin preventiva.

    37. Como norma general, las Reglas no deberan contemplar la posibilidad detrasladar reclusos a centros remotos (vase el Conjunto de Principios, principio 20)o a centros con condiciones mucho peores, como forma de castigo, ni imponergrandes restricciones a los reclusos en sus contactos con el mundo exterior, areserva de las medidas de separacin justificadas o del mantenimiento de ladisciplina (vanse las reglas 57 y 60). Aunque las Reglas hacen hincapi en laimportancia de que los condenados mantengan el contacto con el mundo exterior(vase la segunda parte, secc. A), este principio debera aplicarse con carctergeneral a todas las personas privadas de libertad, incluidos los condenados a muerte,a fin de mitigar el nivel de sufrimiento inherente a la situacin de las personascondenadas a muerte3 y asegurar que el rgimen penitenciario consista en un

    __________________

    2 Vase, por ejemplo, Vlez Loor vs. Panam, Serie C, nm. 218, prr. 198.3 Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito,Manual sobre rec lusos con

    necesidades especiales (Viena, 2009), pgs. 161 a 166, disponible enwww.unodc.org/documents/justice-and-prison-reform/MANUAL_RECLUSOS_CON_NECESIDADES_ESPECIALES_1.pdf.

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    tratamiento cuya finalidad esencial sea la reforma y la rehabilitacin social de lospenados (Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos, art. 10 3)). Adems,las Reglas deben garantizar que no se pueda recurrir a la separacin y al aislamientocomo forma sutil de castigo y que a las personas que sean objeto de medidas deseparacin o aislamiento se les apliquen las mismas condiciones que al resto de la

    poblacin penitenciaria y toda la gama de protecciones. La razn para incluir estagaranta radica en que en algunos pases se aplican distintos regmenespenitenciarios y formas de separacin como medidas adicionales de castigo, porejemplo la exclusin de los condenados a cadena perpetua de las actividadeslaborales, educativas o de otra ndole. En algunos pases, los condenados a cadenaperpetua estn prcticamente aislados hasta 22 horas al da en celdas pequeas,estrechas y sin ventilacin, a menudo con temperaturas extremas y sin poderparticipar en ninguna de las actividades de la prisin.

    38. Habida cuenta del recurso excesivo a la prisin preventiva durante largosperodos de tiempo, es absolutamente necesario asegurar que todas las personasprivadas de libertad tengan acceso a actividades y puedan disfrutar de otrosprivilegios a los que tiene derecho la poblacin penitenciaria general. El Relator

    Especial reconoce que este principio puede ser difcil de aplicar, habida cuenta de larotacin bastante rpida de las personas en prisin preventiva y de la posibilidad deque las comisaras de polica y otros centros de detencin no estn adaptados a talfin. Sin embargo, como seal el Comit Europeo para la Prevencin de la Tortura yde las Penas o Tratos Inhumanos o Degradantes, no se puede dejar simplemente quelos reclusos languidezcan durante semanas, incluso meses, encerrados en sus celdas(vase CPT/Inf (92) 3, prr. 47).

    39. Es importante tener presente que la privacin del derecho a la autonomaindividual no es inherente a la sancin penal ni a ninguna otra forma de custodia. Laredaccin actual de la regla 57 de las Reglas puede interpretarse errneamente en elsentido de que la privacin de libertad implica una privacin de la autonomaindividual. Puede que sea pertinente modificar la redaccin de la regla 58 a fin de

    aclarar que en los lugares de detencin solo se aplicarn limitaciones razonablesinherentes al rgimen de detencin. Asimismo, la regla 69 podra enmendarse parasuprimir la referencia a la realizacin de un estudio de personalidad de los reclusos,ya que ello puede entrar en conflicto con el derecho a la autonoma personal4.

    40. Como principio general, las Reglas deberan considerar expresamente a todoslos reclusos como sujetos de derechos y deberes y no como objetos de medidascorrectivas o de tratamiento. Dado que es posible infligir malos tratos mentalesdisfrazados de medidas curativas, educativas, morales o espirituales y de otrasformas de asistencia, el proceso de revisin ofrece la oportunidad de modificar laregla 59 a fin de precisar que solo podrn aplicarse mtodos que respeten ladignidad y el valor como ser humano de la persona del recluso. A este respecto, esnecesario reexaminar los conceptos de rehabilitacin y reeducacin, as comolos de correctivo y correccional, entre otros, a fin de proteger a las personasprivadas de libertad de intervenciones o tratos arbitrarios que puedan equivaler atortura u otros malos tratos.

    __________________

    4 Vanse las recomendaciones que figuran en el cap. III, relativo al derecho a la libertad personal,del informe de la Comisin Interamericana de Derechos Humanos sobre la situacin de losderechos humanos en Mxico, disponible en www.cidh.org/countryrep/mexico98sp/Capitulo-3.htm.

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    41. El Relator Especial recuerda la importancia de introducir una regla quepermita a todas las personas privadas de libertad impugnar rpidamente la legalidadde su detencin, por ejemplo mediante procedimientos de habeas corpus o deamparo, como salvaguardia para la proteccin contra la tortura u otros malos tratos.La persona privada de libertad debe tener derecho, en toda circunstancia, a informar

    a su familia de su detencin (reglas 44 3) y 92 de las Reglas) y del lugar en que seencuentra detenido, en un plazo de 18 horas (E/CN.4/2003/68, prrs. 26 g) e i)).Estas reglas deberan aplicarse tambin a las decisiones de restringir en mayormedida la libertad personal de un recluso, por ejemplo al aplicarle el rgimen deseparacin o aislamiento. El contacto de los detenidos con el mundo exterior nopuede depender en ningn caso de su grado de cooperacin y tampoco puedeutilizarse como sancin disciplinaria ni formar parte de la condena. De conformidadcon el principio 19 del Conjunto de Principios, el acceso al mundo exterior solopodr ser denegado con arreglo a condiciones y restricciones razonablesdeterminadas por ley (vase E/CN.4/2004/56, prr. 43).

    42. Adems, dado que las salvaguardias se ven particularmente socavadas cuandolas personas se encuentran en detencin secreta o en rgimen de incomunicacin, las

    Reglas deberan prever la obligacin de las autoridades penitenciarias de asegurarque las personas privadas de libertad estn en lugares de detencin accesibles yoficialmente reconocidos. Debe exigirse responsabilidad penal a los jefes de lascomisaras de polica y los agentes de investigacin en relacin con cualquier casode custodia no reconocida cuando se haya acreditado su responsabilidad, incluida laresponsabilidad de mando. El Relator Especial recuerda que el carcter secreto o node la detencin viene determinado por el rgimen de incomunicacin y por el hechode que las autoridades del Estado no revelen el lugar en que se encuentra el detenidoni informacin acerca de la suerte que ha corrido (vase A/HRC/13/42, prrs. 8 a10).

    43. La llevanza de un registro oficial ha sido y sigue siendo una de lassalvaguardias fundamentales contra la tortura u otros malos tratos. Aunque la regla 7

    de las Reglas establece la obligacin de asegurar un registro adecuado, carece deuna disposicin que obligue a cumplir estrictamente el deber de registro desde elmomento mismo de la detencin y entrega a la polica; de mantener un registrocompleto y accesible de todas las personas privadas de libertad (ConvencinInternacional para la Proteccin de Todas las Personas contra las DesaparicionesForzadas, art. 17 3)); de consignar informacin sobre la hora y el lugar de ladetencin y sobre la identidad de los agentes que practicaron la detencin; deconsignar el estado de salud del detenido a su llegada al centro de detencin; y dedejar constancia del momento en que el pariente ms cercano y un abogado fueroncontactados y visitaron al detenido. Tambin carece de una disposicin que obliguea registrar informacin precisa sobre la custodia y el paradero de las personas,incluidos sus traslados, y a ponerla rpidamente a disposicin del detenido, susfamiliares y su abogado (Conjunto de Principios, principio 12), as como

    informacin sobre las circunstancias de la muerte de los reclusos y el lugar en quese encuentran sus restos (Convencin Internacional contra las DesaparicionesForzadas, art. 17 3) g)). Asimismo, debera revisarse la regla 7 2), que obliga a lasautoridades penitenciarias a no admitir a ninguna persona en un establecimiento sinuna orden vlida de detencin. El detenido debe ser admitido en un lugar dedetencin lcito y la persona al frente de esa institucin es responsable de laadmisin de dicha persona y de notificar la situacin inmediatamente a un juez.

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    44. Es igualmente importante que las normas, instrucciones, mtodos y prcticasde interrogatorio se mantengan sistemticamente en examen a fin de evitar todocaso de tortura y otros malos tratos (Convencin contra la Tortura, art. 11). ElRelator Especial recuerda que en todos los interrogatorios, y durante toda suduracin, debe estar presente un abogado. Debe registrarse la duracin de los

    interrogatorios y los intervalos entre interrogatorios (preferiblemente mediantegrabaciones de vdeo, pero como mnimo mediante grabaciones de audio) y debeconsignarse la identidad de los funcionarios que practiquen el interrogatorio(Conjunto de Principios, principio 23). Las personas legalmente detenidas nodeberan permanecer en centros que estn bajo el control de sus interrogadores oinvestigadores por un plazo superior al que exige la ley para obtener una ordenjudicial de prisin preventiva, plazo que, en cualquier caso, no ser superior a 48horas. Deberan ser trasladados inmediatamente a un centro de prisin preventiva acargo de una autoridad diferente, tras lo cual no debera permitirse ningn otrocontacto con los interrogadores o investigadores sin supervisin (vaseE/CN.4/2003/68, prr. 26 g)).

    Condiciones de la detencin

    45. El Relator Especial ha sealado que la existencia de condiciones inadecuadasde detencin, entre ellas las caracterizadas por una privacin estructural y por elincumplimiento de los derechos necesarios para una existencia humana y digna,equivale a una prctica sistemtica de tratos o penas inhumanos o degradantes(E/CN.4/2004/56, prr. 41, y A/HRC/13/39/Add.5, prr. 230). Tambin existejurisprudencia considerable a nivel internacional y regional en la que se afirma demanera sistemtica que las condiciones de detencin pueden equivaler a tratosinhumanos y degradantes. La ocupacin excesiva, la falta de ventilacin, las malascondiciones sanitarias, el aislamiento prolongado, el mantenimiento de sospechososen rgimen de incomunicacin, los traslados frecuentes de una crcel a otra, la noseparacin de reclusos de distintas categoras, la instalacin de personas condiscapacidad en entornos con zonas inaccesibles para ellas y el hecho de mantener a

    personas sin medios de comunicarse podran constituir o dar lugar a tratos crueles,inhumanos o degradantes o a tortura. Sera deseable que las Reglas respetaran lodispuesto por el Comit de Derechos Econmicos, Sociales y Culturales en relacincon los servicios en los lugares de detencin (vase la observacin general nm. 19del Comit, en especial los prrs. 1, 9, 31 y 46).

    46. Aunque reconoce que casi todos los sistemas penitenciarios del mundo cuentancon fondos muy inferiores a los necesarios y padecen problemas acumuladosdurante decenios, el Relator Especial recuerda que la falta de recursos financierosno puede ser excusa para no acondicionar los centros de detencin, comprarsuministros bsicos y proporcionar alimentos5 y atencin mdica, entre otras cosas.Las Reglas deberan poner de relieve que tratar a toda persona privada de libertadcon respeto de su dignidad es una norma fundamental y universal cuya aplicacin no

    puede depender de los recursos disponibles.

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    5 En algunos pases, como el Canad y la Repblica Dominicana, se sirve al personalpenitenc iario la misma comida que a los reclusos .

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    Seguridad de los reclusos y violencia en las prisiones

    47. Los incidentes de abusos entre reclusos, desde formas sutiles de acoso hastacasos de intimidacin y graves ataques fsicos y sexuales, ocurren con regularidaden todas las prisiones6. El Relator Especial observa que, si bien la regla 28 1) de las

    Reglas prohbe que los reclusos desempeen funciones que les permitan ejercerfacultades disciplinarias, en algunos Estados los guardias delegan su autoridad paramantener la disciplina y proteger a los detenidos de la explotacin y la violencia endeterminados reclusos privilegiados que, a su vez, suelen utilizar ese poder enbeneficio propio. En este contexto, debe prestarse especial atencin al riesgoagravado de violencia que pueden sufrir las mujeres y los grupos vulnerables, comolas personas con discapacidad, las personas que viven con el VIH/SIDA, losdrogodependientes, las personas lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersexuales ylos trabajadores del sexo.

    48. El Relator Especial recuerda que la violencia entre reclusos puede equivaler atortura u otros malos tratos si el Estado no acta con la debida diligencia paraprevenirla (A/HRC/13/39/Add.3, prr. 28). Como seal el Relator Especial sobre

    las ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias, al limitar seriamente lalibertad de circulacin y la capacidad de autodefensa de los detenidos, el Estadoasume una obligacin de proteccin mayor (A/61/311, prr. 51). Pese a la redaccininequvoca de la Convencin contra la Tortura, no se es del todo consciente de laobligacin que incumbe a la administracin penitenciaria de intervenir para atajar laviolencia entre reclusos. El Relator Especial sobre la tortura seala que tolerar laviolencia entre reclusos no solo es un incumplimiento de las responsabilidadesprofesionales, sino que equivale a un consentimiento o aquiescencia a la tortura uotros malos tratos.

    49. El papel fundamental de las autoridades de ejercer un control efectivo en loslugares de privacin de libertad y de garantizar la seguridad personal de los reclusosfrente al abuso fsico, sexual o emocional debera reforzarse aun ms y erigirse en

    una de sus obligaciones ms importantes (vanse las Reglas de las Naciones Unidaspara el Tratamiento de las Reclusas y Medidas No Privativas de la Libertad para lasMujeres Delincuentes, prr. 9, y las Reglas Penitenciarias Europeas, regla 52.2). Aeste respecto, las medidas preventivas pueden consistir en aumentar el personalsuficientemente capacitado para emplear medios no violentos en la resolucin de losconflictos (vanse CAT/C/BGR/CO/4-5, prr. 23 c), y A/HRC/7/3/Add.3, prr. 90t)); investigar rpida y eficientemente todas las denuncias de violencia entrereclusos y perseguir y castigar a sus responsables; y ofrecer proteccin a laspersonas vulnerables sin marginarlas de la poblacin penitenciaria ms de lonecesario para protegerlas. Habida cuenta del carcter invasivo de los dispositivosde vigilancia interna como mecanismos de control y alerta temprana, dichosdispositivos deben ser administrados por personal de seguridad especializado ycapacitado para lograr un equilibrio entre el ejercicio de sus funciones de seguridad

    y un trato respetuoso con la dignidad de las personas, entre otras cosas dandomuestras de respeto y sensibilidad hacia la diversidad cultural y religiosa.

    __________________

    6 Undcimo informe general sobre las actividades del Comit Europeo para la Prevencin de laTortura y de las Penas o Tratos Inhumanos o Degradantes (CPT/Inf (2001)16, prr. 27).

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    Servicios mdicos y sanitarios

    50. El Estado debe prestar una atencin mdica adecuada, requisito materialmnimo e indispensable para ofrecer un trato humano a las personas bajo sucustodia. La realizacin de un examen mdico rpido, independiente y consensual

    en el momento del ingreso de una persona a un centro de detencin, despus de cadatraslado entre centros y, posteriormente, de forma peridica es una de lassalvaguardias bsicas contra los malos tratos (vase la resolucin 10/24 del Consejode Derechos Humanos, prrs. 4 y 9, y A/52/40 (vol. I), prr. 109). Los principalesproblemas para prestar atencin mdica son la falta de personal mdico adecuado ysuficiente; equipo y suministros mdicos inadecuados; y falta de capacidad yretrasos en la autorizacin de los traslados a hospitales. El Relator Especial observaque la muerte o el deterioro del bienestar de los reclusos se produce porque no sepresta atencin mdica urgente, o porque se presta con retrasos no razonables, y queestas omisiones de las autoridades pueden equivaler a malos tratos e incluso tortura.

    51. La revisin de las Reglas es una buena oportunidad para hacer hincapi en laobligacin de las autoridades de asegurar un acceso libre, justo y transparente aservicios mdicos en los centros de detencin mediante la puesta a disposicin de unnmero suficiente de mdicos cualificados e independientes en todos los centros.Las Reglas deberan insistir en la obligacin de garantizar exmenes mdicos ypsicolgicos rpidos, imparciales, adecuados y consensuales tras el ingreso de cadadetenido. Tambin deberan realizarse exmenes mdicos cuando un recluso essacado de su centro de detencin para cualquier actividad de investigacin, cuandoes trasladado o puesto en libertad y cuando existen alegaciones o sospechas detortura u otros malos tratos. Asimismo, deben realizarse exmenes mdicos si unavctima formula una denuncia o a instancias de su abogado, con sujecin a uncontrol judicial en caso de retraso o denegacin. Es esencial que los exmenesmdicos se realicen sin ningn tipo de vigilancia y en plena confidencialidad, salvoen los casos en que el personal mdico solicite la presencia de personalpenitenciario. El personal sanitario no debe recibir ningn tipo de injerencia,

    presin, intimidacin u orden procedente de las autoridades penitenciarias.52. Los exmenes mdicos son una herramienta crucial para corroborar o refutarlas denuncias de malos tratos fsicos y psicolgicos. Tambin son esenciales para laprevencin. Aunque ha habido avances en la ciencia forense, el impacto de losexmenes mdicos se ve menoscabado por una aplicacin poco estricta, unafinanciacin inadecuada, una capacitacin insuficiente y las dependencias a nivelinstitucional. En muchos casos, la atencin de la salud corre a cargo de mdicos conuna funcin casi exclusivamente teraputica o de personal paramdico o deenfermera que solo tiene formacin mdica bsica, ya que se centran en curar a losreclusos enfermos y en examinar a quienes ingresan en el centro para comprobar sitienen enfermedades contagiosas o lesiones evidentes. A menudo carecen de losconocimientos necesarios para documentar adecuadamente los malos tratos.Adems, la denuncia de indicios de tortura plantea la cuestin de los posiblesconflictos de lealtad (respecto de la administracin penitenciaria y respecto delrecluso) y de la responsabilidad de garantizar la seguridad de los reclusos. A su vez,las personas privadas de libertad se ven atrapadas inevitablemente entre laobligacin jurdica de facilitar pruebas en apoyo de sus denuncias de tortura u otrosmalos tratos y la imposibilidad prctica de presentar esas pruebas. A menudo no hayconstancia de exmenes mdicos realizados tras la detencin o el traslado y elrecurso a los expertos forenses queda al arbitrio de la autoridad de supervisin, que

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    tiene amplias oportunidades de retrasar la autorizacin hasta que los indicios detortura hayan desaparecido.

    53. La revisin de las Reglas representa una excelente oportunidad para subsanarestas deficiencias. Las Reglas deben incluir una disposicin que obligue a las

    autoridades a velar por que los exmenes mdicos no se realicen de manerasuperficial y a actuar diligentemente a fin de determinar el estado de salud de lapersona examinada, permitiendo que dicha persona se comunique libremente con elmdico (vase CAT/OP/MEX/1, prrs. 132, 133, 135, 172 y 173). Los exmenesmdicos deben ser lo suficientemente exhaustivos para detectar las consecuenciaspsicolgicas de la tortura o la propensin a cometer suicidio. Adems, la regla 24debera insistir en la obligacin del personal mdico de detectar, tratar, documentaradecuadamente y remitir a la autoridad encargada de investigar los presuntos actosde tortura u otros malos tratos cualquier indicio de tortura u otros malos tratos ocualquier caso en que existan denuncias o motivos razonables para creer que se hanpodido producir actos de tortura u otros malos tratos antes del ingreso o durante ladetencin (vanse los Principios Relativos a la Investigacin y DocumentacinEficaces de la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes,

    anexo, prrs. 6 a) y c)).54. Asimismo, las Reglas deberan reformularse para incorporar ciertos principiosde independencia mdica y tica mdica, as como de igualdad y no discriminacin:la obligacin de respetar la autonoma de los pacientes, la necesidad de unconsentimiento informado de la persona en cuestin (Convencin sobre losDerechos de las Personas con Discapacidad, art. 25 d)) y la confidencialidad, enparticular respecto de las pruebas de deteccin del VIH, la salud reproductiva de lasreclusas y sus historiales mdicos (vanse las Reglas de las Naciones Unidas para elTratamiento de las Reclusas, regla 8)7. Adems, las Reglas deberan reconocerexpresamente que las personas privadas de libertad deben tener acceso en todomomento a una atencin sanitaria adecuada, incluidos medicamentos y serviciosadecuados de atencin mdica, psiquitrica y dental. Las personas privadas de

    libertad deben tener acceso a un nivel de atencin de la salud equivalente al de lapoblacin general. Actualmente, la regla 22 1) ya establece que los serviciosmdicos de las prisiones deben organizarse en estrecha cooperacin con laadministracin general del servicio sanitario de la comunidad o la nacin, y laOrganizacin Mundial de la Salud (OMS) ha sealado que las polticas sanitarias enel mbito penitenciario deben integrarse en las polticas de salud nacionales8. Paralograr este objetivo, los servicios de atencin sanitaria en las prisiones deberandepender del Ministerio de Salud.

    55. Las Reglas deberan establecer medidas especiales para dar respuesta a lasnecesidades concretas en materia de salud de las personas privadas de libertad quepertenecen a grupos vulnerables o de alto riesgo (vase el prr. 47). Las Reglasdeben permitir que la administracin penitenciaria facilite la puesta en libertad porrazones humanitarias de los enfermos terminales en razn de su estado de salud.

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    7 Organizacin Mundial de la Salud (OMS), Directrices de la OMS sobre la infeccin por el VIHy el SIDA en las crceles (Ginebra, 1993).

    8 OMS,Health in Prisons: A WHO Guide to the Essentials in Prison Health (2007), disponible enwww.euro.who.int/__data/assets/pdf_file/0009/99018/E90174.pdf.

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    56. Por ltimo, el Relator Especial pone de relieve que los profesionales de lasalud no deben, en ninguna circunstancia, dar su consentimiento o aquiescencia a lacomisin de actos de tortura u otros malos tratos, y menos an participaractivamente en esos malos tratos (vanse los Principios de tica Mdica, principios2 y 3, y los Principios ticos para las Investigaciones Mdicas en Seres Humanos).

    Esta prohibicin se aplica a prcticas como el examen de los detenidos paradeterminar su aptitud para ser interrogados y la prestacin de asistencia mdica adetenidos maltratados para que puedan soportar nuevos abusos (E/CN.4/2003/68,prr. 26 n)). Es importante que las Reglas excluyan toda participacin e implicacindel personal sanitario en cualquier medida disciplinaria o relacionada con laseguridad (regla 32 1)). Sin embargo, el personal mdico deber seguir de cerca lasalud mental y fsica de los reclusos que son sometidos a castigos y visitarlos segnse considere necesario desde el punto de vista mdico o a solicitud de la personaprivada de libertad.

    Medidas y castigos disciplinarios

    57. El Relator Especial observa que las Reglas carecen de disposiciones yorientaciones sobre la manera en que debera mantenerse la disciplina y el orden afin de lograr un equilibrio entre el mantenimiento de la seguridad y el respeto de ladignidad humana. En este contexto, es esencial que las Reglas establezcan laobligacin de que las autoridades penitenciarias apliquen medidas disciplinarias concarcter excepcional y nicamente cuando la mediacin y otros mtodos disuasoriospara resolver las controversias no sean adecuados para mantener debidamente elorden. Tambin es importante que los castigos sean siempre proporcionales a lainfraccin que pretenden sancionar, ya que de lo contrario se endureceraindebidamente la naturaleza de la privacin de libertad. Cualquier acto que puedaconstituir delito debera someterse a las autoridades judiciales y no al personalpenitenciario. Todo castigo debe quedar debidamente registrado.

    58. Por tanto, en la regla 33 de las Reglas debera mencionarse expresamente quela fuerza y otros medios de coercin (incluidas las armas no letales o incapacitantes)solo pueden emplearse como ltimo recurso y en circunstancias excepcionales,cuando sea estrictamente necesario segn lo establecido en la ley, de formacompatible con el principio de proporcionalidad y durante el menor tiempo posible(vanse los Principios Bsicos sobre el Empleo de la Fuerza y de Armas de Fuegopor los Funcionarios Encargados de Hacer Cumplir la Ley, principios 4, 9 y 16). Laregla 33 b), que actualmente permite el uso de medios de coercin por razonesmdicas (incluidos sedantes, neurolpticos u otras drogas), debera eliminarse. ElRelator Especial ya ha declarado con anterioridad que no puede haber justificacinteraputica para el uso prolongado de medios de coercin y que ese uso puedeconstituir malos tratos (vanse A/63/175, prrs. 40, 47 y 48, y A/HRC/22/53, prr.63). El empleo de medios de coercin fsicos que son intrnsecamente inhumanos,degradantes o dolorosos (como cinturones elctricos y sillas de sujecin) tiene

    efectos humillantes y degradantes y su uso como mtodo para inmovilizar a laspersonas bajo custodia ha sido condenado y prohibido tanto por el Relator Especialcomo por el Comit contra la Tortura (vase A/55/44, prr. 180 c)). El RelatorEspecial considera que se debera revisar la regla 31 a fin de incluir la prohibicinde los castigos consistentes en la suspensin o restriccin del suministro de agua oalimentos, ya que vulneran las normas internacionales establecidas en el informe dela OMS sobre los determinantes sociales de la salud y en los Principios y Buenas

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    Prcticas sobre la Proteccin de las Personas Privadas de Libertad en las Amricasde la Comisin Interamericana de Derechos Humanos (principio XI).

    Falta de disposiciones relativas a los registros

    59.

    El Relator Especial ha recibido numerosas denuncias de registros realizados demanera arbitraria en lugares de privacin de libertad con el fin de castigar ohumillar a los reclusos o de destruir sus pertenencias. A este respecto, las Reglasdeben incorporar principios en materia de registros que cumplan los criterios denecesidad, razonabilidad y proporcionalidad (vase la observacin general nm. 16del Comit de Derechos Humanos, prr. 8). Las Reglas deberan establecer laobligacin de las autoridades penitenciarias de asegurar que los registros se realicenen privado por personal capacitado del mismo sexo que el recluso; que sedesarrollen otros mtodos de inspeccin, por ejemplo el escaneo, para sustituir losregistros sin ropa y de las cavidades corporales; y que los registros sean realizadospor personal debidamente capacitado, incluidos, en su caso, profesionales de lasalud que no pertenezcan al personal del centro de detencin, previa autorizacin delas autoridades competentes (vanse las Reglas de las Naciones Unidas para el

    Tratamiento de las Reclusas, regla 20, y la Declaracin de la Asociacin MdicaMundial sobre los Exmenes Fsicos de los Presos de 1993, revisada en 2005).

    Reclusin en rgimen de aislamiento

    60. Los regmenes penitenciarios de reclusin en rgimen de aislamiento amenudo causan sufrimiento mental y fsico o humillaciones que equivalen a tratos openas crueles, inhumanos o degradantes. Si se emplean intencionalmente con finesde castigo, intimidacin, coaccin u obtencin de informacin o de una confesin, opor cualquier motivo basado en discriminacin, y si el dolor y los sufrimientos queproducen son severos, la reclusin en rgimen de aislamiento equivale incluso atortura (A/66/268, prrs. 76, 87 y 88). La reclusin en rgimen de aislamientodebera imponerse, si acaso, en circunstancias muy excepcionales, como ltimo

    recurso, durante el menor tiempo posible y con las debidas salvaguardias, una vezobtenida la autorizacin de la autoridad competente con sujecin a un examenindependiente.

    61. Las Reglas deberan prohibir el uso y la imposicin de medidas de reclusinindefinida en rgimen de aislamiento, ya sea como pena impuesta judicialmente ocomo sancin disciplinaria, y deberan introducirse sanciones disciplinariasalternativas para evitar el recurso a esas medidas. Las Reglas tambin deberanprohibir la reclusin prolongada en rgimen de aislamiento y la renovacinfrecuente de medidas que d lugar a una reclusin prolongada de ese tipo. LasReglas deberan establecer un plazo mximo de das a partir del cual la reclusin enrgimen de aislamiento se considerara prolongada. Las Reglas deberan prohibirexpresamente la imposicin de medidas de reclusin en rgimen de aislamiento, conindependencia de su duracin, a los menores, las personas con discapacidadpsicosocial u otras discapacidades o problemas de salud, las mujeres embarazadas,las mujeres con hijos y las madres en perodo de lactancia (vanse las Reglas de lasNaciones Unidas para el Tratamiento de las Reclusas, regla 22, y las Reglas de lasNaciones Unidas para la Proteccin de los Menores Privados de Libertad, regla 67).Ningn recluso, incluidos los que cumplen cadena perpetua y los condenados amuerte, deber ser sometido a reclusin en rgimen de aislamiento en raznsimplemente de la gravedad del delito cometido.

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    Investigacin de todas las muertes de reclusos, as como de todo indicio

    o denuncia de tortura o de penas o tratos inhumanos o degradantes a

    los reclusos

    62. Recae en el Estado la carga de aportar pruebas para invalidar la presuncin deque el Estado es responsable de las violaciones del derecho a la vida y del tratoinhumano de que son objeto las personas que estn bajo su custodia. Enconsecuencia, la obligacin de las autoridades de rendir cuentas del trato dado a unapersona bajo custodia es particularmente estricta en el caso de que esa personamuera (A/61/311, prr. 54)9. A este respecto, la inexistencia de una investigacinrpida, exhaustiva e imparcial de las denuncias de tortura y otros malos tratos o delas muertes ocurridas durante la detencin sigue siendo uno de los principalesproblemas en la lucha contra la impunidad por la comisin de esos actos.

    63. La decisin de realizar o no una investigacin no es discrecional, sino queconstituye una obligacin con independencia de que se presente o no una denuncia.La decisin del Comit contra la Tortura en el conocido caso Blanco Abad c.

    Espaa, en el que se consider que una demora relativamente breve constitua unaviolacin del artculo 12 de la Convencin contra la Tortura, confirma lainterpretacin segn la cual una pronta investigacin, para que sea eficaz, debeiniciarse en un plazo de horas o, como mucho, de das 10.

    64. Aunque el artculo 12 de la Convencin contra la Tortura no excluye laposibilidad de que sea la administracin penitenciaria quien lleve a cabo lainvestigacin, en la mayora de los casos las investigaciones internas no sontransparentes y se ven afectadas por conflictos de intereses. Las denuncias de torturay otros malos tratos deberan ser investigadas por un rgano externo, independientede los implicados en la denuncia y sin relacin institucional o jerrquica entre losinvestigadores y los presuntos autores11.

    65. Es importante que las Reglas ofrezcan orientaciones detalladas sobre elpropsito, las modalidades y los parmetros generales de la investigacin y

    documentacin eficaces de la tortura y otros malos tratos que figuran en losPrincipios Relativos a la Investigacin y Documentacin Eficaces y los PrincipiosRelativos a una Eficaz Prevencin e Investigacin de las Ejecuciones Extralegales,Arbitrarias o Sumarias. Ms concretamente, la regla 44 debera, como mnimo,exigir que la administracin, sin perjuicio de sus investigaciones internas, vele porque todas las quejas o denuncias de tortura u otros malos tratos, incluidos los casosde violencia, amenazas e intimidacin en las prisiones, as como de muertes durantela custodia (con independencia de su causa) o poco despus de la puesta en libertad,se transmitan sin cribar a un rgano externo independiente para su investigacin. Encaso de que la investigacin confirme las denuncias de tortura u otros malos tratos,se debe garantizar la rehabilitacin y reparacin de las vctimas (vase laobservacin general nm. 3 del Comit contra la Tortura). Debera haber protocolos

    __________________

    9 Comisin Interamericana de Derechos Humanos,Informe sobre los derechos humanos de laspersonas privadas de libertad en las Amricas (2011), disponible enwww.oas.org/es/cidh/ppl/docs/pdf/PPL2011esp.pdf.

    10Blanco Abad c. Espaa, com. nm. 59/1996, prr. 8.5. Vase tambin Manfred Nowak, UNCovenant on Civil and Political Rights: CCPR Commentary , 2 ed. (Kehl am Rhein, N. P. EngelVerlag, 2005), pg. 434.

    11 Tribunal Europeo de Derechos Humanos,Jordan v. Uni ted Kingdom, demanda nm. 24746/94,prr. 106.

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    y directrices para la administracin penitenciaria a fin de que esta coopere con lasautoridades evitando obstruir la investigacin y reuniendo y conservando pruebas.Aunque no exista denuncia expresa (incluso en el caso de que se retire la denuncia,siempre que quede garantizada la seguridad del denunciante), deber iniciarse unainvestigacin si existen otros indicios de que pueden haberse cometido actos de

    tortura o malos tratos (vanse los Principios Relativos a la Investigacin yDocumentacin Eficaces, principio 2). Adems, debera hacerse pblica lainformacin sobre las circunstancias que hayan rodeado la muerte de una personabajo custodia, dado que el escrutinio pblico prevalece sobre el derecho a laprivacidad, salvo que se justifique lo contrario. La administracin penitenciariadebera identificar y registrar sistemticamente las circunstancias en que seproducen las distintas muertes para que sean examinadas ms a fondo por rganosindependientes.

    66. Las Reglas deberan establecer que quienes estn presuntamente implicados encasos de tortura u otros malos tratos han de ser suspendidos inmediatamente ymientras dure la investigacin de, como mnimo, cualquier funcin que implique elacceso a los detenidos o reclusos, debido al riesgo de que puedan socavar u obstruir

    las investigaciones (vanse los Principios Relativos a la Investigacin yDocumentacin Eficaces, principio 3 b)). Tambin debera considerarse seriamentela posibilidad de crear programas de proteccin de testigos que se apliquenplenamente a las personas con antecedentes penales y al personal (vaseE/CN.4/2004/56, prr. 40).

    Proteccin y necesidades especiales de los grupos vulnerables privados

    de libertad

    67. Un componente crucial de la obligacin de prevenir la tortura y otros malostratos consiste en asegurar que no se discrimine a los grupos y personas vulnerablesy que se les proporcione especial proteccin. El Relator Especial reconoce que sibien todas las personas privadas de libertad son vulnerables al abandono, los abusos

    y el maltrato, para ciertos grupos marginados esa vulnerabilidad es an mayor. Entreesos grupos figuran, adems de los mencionados en la regla 6 de las Reglas (vaseel prr. 28), categoras particulares de detenidos o reclusos (por ejemplo,trabajadores del sexo, consumidores de drogas, personas lesbianas, gays, bisexuales,trans e intersexuales, reclusos con tuberculosis o enfermedades terminales ypersonas que viven con el VIH/SIDA) (vase A/HRC/13/39/Add.5, prrs. 231 y257).

    68. Tanto el Relator Especial como otros mecanismos de derechos humanos hanexpresado su preocupacin por las denuncias de abusos sexuales y violencia fsicacontra los reclusos homosexuales y transgnero (vase A/HRC/19/41, prrs. 34 y 36,y CAT/C/CRI/CO/2, prr. 18). El Relator Especial tambin ha examinado lasnecesidades especiales de los consumidores de drogas en centros penitenciarios y dedetencin y la prctica consistente en denegarles el tratamiento de sustitucin deopiceos como medio de obtener confesiones provocando los dolorosos sntomaspropios del sndrome de abstinencia. Se trata de una forma particular de malos tratosy, posiblemente, de tortura (A/HRC/22/53, prr. 73).

    69. En un informe de 2008 centrado en la situacin de las personas condiscapacidad detenidas, el Relator Especial seal que la falta de ajustes razonablesen los centros de detencin poda aumentar el riesgo de abandono, violencia, abusos

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    y malos tratos y que, si ese trato discriminatorio causaba dolores o sufrimientosgraves, poda constituir tortura u otras formas de malos tratos (vase A/63/175,prrs. 38 y 53). La realizacin de ajustes razonables en las prisiones y centros dedetencin debera considerarse un requisito indispensable para un trato humano.

    70.

    El Relator Especial observa que, aunque las Reglas reconocen y abordan lasnecesidades especficas de distintas categoras de reclusos (como las mujeres, losmenores, las personas con discapacidad y los reclusos de nacionalidad extranjera),no prevn la aplicacin de medidas especiales de proteccin a otros gruposdesfavorecidos de detenidos o reclusos. Es esencial que las Reglas prevean medidasespeciales para proteger los derechos de otros grupos desfavorecidos de reclusos, deconformidad con las normas internacionales bien establecidas (vaseUNODC/CCPCJ/EG.6/2012/2, pg. 21). Se debe tener especial cuidado en que lasegregacin de los miembros de esos grupos no los margine an ms del resto de lacomunidad o los exponga a mayores riesgos de tortura o malos tratos (vanse, porejemplo, los Principios de Yogyakarta sobre la Aplicacin de la LegislacinInternacional de Derechos Humanos en relacin con la Orientacin Sexual y laIdentidad de Gnero, principio 9 a)).

    71. Por lo que respecta a los reclusos que consumen drogas, y en el contexto de larevisin de la regla 22 1), las Reglas deberan establecer la obligacin de velar porque todas las medidas para reducir los daos, incluidas las medidas con baseemprica para la prevencin y el tratamiento del VIH y la hepatitis C, los programasde intercambio de agujas y jeringas y los tratamientos para la toxicomana con baseemprica, estn a disposicin de los consumidores de drogas en todas las etapas desu detencin.

    72. Las reglas 82 y 83 de las Reglas deberan ser sustituidas por una disposicinque se aplique a todas las personas con discapacidad. Dicha disposicin deberasealar expresamente que los reclusos con discapacidad tienen derecho a optar atodos los programas y servicios a disposicin de los dems reclusos, incluida laparticipacin voluntaria en actividades y en programas de puesta en libertad en la

    comunidad, y a ser alojados con la poblacin penitenciaria general en igualdad decondiciones y sin discriminacin. Tambin debera mencionar claramente ciertosderechos consagrados en la Convencin sobre los Derechos de las Personas conDiscapacidad: el deber de realizar ajustes razonables (arts. 5 y 14); el deber deesforzarse por crear un entorno accesible (art. 9); el deber de asegurar que laspersonas con discapacidad tengan acceso a todos los servicios sin tener quedepender de la asistencia de otros reclusos (por ejemplo, arts. 5, 20 y 28); y el deberde respetar las decisiones de las personas con discapacidad y de establecermecanismos efectivos para apoyar la adopcin de decisiones a fin de que laspersonas con discapacidades psicosociales o intelectuales puedan ejercer sucapacidad jurdica en igualdad de condiciones que los dems (vanse los arts. 12 y13).

    Derecho a representacin letrada

    73. El rpido acceso a un asesor letrado en la fase inicial de la detencin (en casonecesario a un abogado de oficio) es una salvaguardia esencial contra la tortura yotros malos tratos (vanse los Principios y Directrices de las Naciones Unidas sobreel Acceso a la Asistencia Jurdica en los Sistemas de Justicia Penal, prr. 8). La faltade acceso a representacin letrada inmediatamente despus de la detencin y

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    durante el interrogatorio es la manera ms rpida de obtener una confesin u otraspruebas incriminatorias para resolver un caso. Lamentablemente, con frecuenciano se proporciona acceso a un asesor letrado en la fase inicial de la detencin.Cuando existe, la asistencia jurdica gratuita es solo de carcter formal y no suponeninguna proteccin sustancial (A/HRC/13/39/Add.5, prrs. 104 y 106).

    74. El Relator Especial observa que la regla 93 de las Reglas no especifica que sedebe proporcionar asistencia letrada inmediatamente y sin demora tras ladetencin12. La regla 93 debera establecer que ha de velarse por que todas laspersonas detenidas, arrestadas o presas, sospechosas o acusadas o condenadas(incluidos los condenados a muerte), y en todas las etapas del proceso de justiciapenal, incluso cuando haya denuncias de tortura u otros malos tratos, recibanasistencia letrada rpida, independiente y eficaz a eleccin del detenido, si esposible, y si no con cargo al Estado. Ese acceso debe proporcionarse sin demora,interferencia ni censura y de forma plenamente confidencial (vanse los Principios yDirectrices de las Naciones Unidas sobre el Acceso a la Asistencia Jurdica,principios 3, 7 y 12, y el Conjunto de Principios, principio 18).

    75. La regla 37 de las Reglas debera establecer, adems, que a toda personaprivada de libertad se le facilitarn las oportunidades adecuadas, el tiemposuficiente y las instalaciones necesarias para comunicarse con un asesor letrado ypara consultarlo (vanse los Principios Bsicos sobre la Funcin de los Abogados,prr. 8). La denegacin de acceso a representacin letrada ser objeto de un examenindependiente sin demora (vanse los Principios y Directrices de las NacionesUnidas sobre el Acceso a la Asistencia Jurdica, principio 9). En todos los lugares deprivacin de libertad debe haber medios de comunicacin adecuados a disposicin,como telfonos. Se deben adoptar medidas especiales para asegurar un acceso real ala representacin y asistencia letrada para las personas que pertenecen a grupos connecesidades especiales y con una mayor vulnerabilidad a los malos tratos (principio10).

    Denuncias y supervisin independiente76. Durante sus visitas a pases, el Relator Especial ha criticado con frecuenciaque no existen rganos internos ante los que presentar denuncias que sean losuficientemente independientes de la autoridad que ha cometido presuntamente losmalos tratos para ser considerados imparciales. En muchos Estados esosmecanismos no son independientes ni eficaces. Las denuncias presentadas por losdetenidos se suelen desestimar porque se considera que son invenciones para evadirla accin de la justicia o que carecen de credibilidad.

    77. El Relator Especial recuerda que la percepcin de equidad del sistema depresentacin de denuncias es fundamental para que este sea eficaz en la lucha contrala impunidad y en el fomento de condiciones de detencin seguras 13. Deben existirsuficientes salvaguardias y oportunidades para formular una denuncia y para

    asegurar la independencia, fiabilidad, confidencialidad y seguridad de losmecanismos de presentacin de denuncias (vanse, por ejemplo, las Reglas de lasNaciones Unidas para el Tratamiento de las Reclusas, regla 25 1)). Adems, el

    __________________

    12 Una medida prctica que podra adoptarse es la instalacin de oficinas de la fiscala y oficinasde defensores pblicos en las proximidades de las comisaras de polica.

    13 Irlanda, Oficina del Inspector de Prisiones, Guidance on Best Practice relating to PrisonersComplaints and Prison Discipline (2010), prr. 3.11.

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    derecho de los detenidos a presentar una denuncia implica el deber de facilitar unrecurso simple, rpido y efectivo contra actos u omisiones ante autoridadescompetentes, independientes e imparciales. Deben establecerse sistemas adecuadospara tramitar y procesar estas denuncias, en los que se asegure el acceso a abogadosindependientes y la realizacin oportuna de exmenes mdicos independientes y se

    garantice la seguridad del denunciante. Las Reglas deberan imponer a lasautoridades penitenciarias la obligacin de adoptar medidas efectivas para protegera los denunciantes de cualquier forma de intimidacin o represalia y de otrasconsecuencias adversas. Entre esas medidas figuran el traslado del denunciante o delpersonal involucrado a un pabelln de detencin distinto o la suspensin del serviciode dicho personal. Tambin es importante que las Reglas incluyan una disposicinque obligue al personal a garantizar la aplicacin oportuna de cualquier decisin porla que se acepte el recurso.

    78. En la inmensa mayora de las denuncias se solicita una mejora de lascondiciones de detencin y la prestacin de servicios bsicos u otras medidas querequieren una financiacin mnima. Se podran atender encomendandoespecficamente a personas independientes la tarea de recibir y tramitar las

    denuncias de poca gravedad y de velar por que se tomen medidas en un plazorazonable a fin de reservar los fondos necesarios para hacer efectivos esos derechos.

    79. Adems, debido a problemas de discapacidad o alfabetizacin, muchosdetenidos o reclusos estn en situacin de desventaja y no pueden rellenardebidamente los formularios de denuncia. Como seal el Tribunal Europeo deDerechos Humanos en la causa Ciorap c. Moldova, es el Estado quien debe velarpor que se comuniquen efectivamente a los reclusos los derechos y obligaciones queles corresponden14. La regla 35 de las Reglas debera establecer la obligacin defacilitar esa informacin tanto por escrito como verbalmente, en braille y enformatos de fcil lectura, y en lengua de seas para las personas sordas o conproblemas de audicin, y de colocarla de manera bien visible en todos los lugares deprivacin de libertad.

    80. Las Reglas deberan prever un mecanismo simple y accesible (por ejemplo lainstalacin de lneas de atencin telefnica o buzones de denuncias confidenciales)para que las personas privadas de libertad o terceros que acten en su nombrepuedan presentar denuncias (Conjunto de Principios, principio 33 1) y 2)). Dichomecanismo debera facilitar la presentacin de denuncias, sin demora ni censura,ante la administracin del lugar de detencin o institucin penitenciaria y ante lasautoridades judiciales y otras autoridades nacionales independientes con facultadesde investigacin o enjuiciamiento. Los requisitos para presentar una denuncia debenser lo menos estrictos posibles, en particular en el contexto de la detencin. A esterespecto, el Comit contra la Tortura ha sealado que no es necesaria unapresentacin formal o una declaracin expresa del denunciante, sino que basta unasimple alegacin planteada de manera no burocrtica, ya sea verbalmente o porescrito, dirigida a un funcionario del Estado15. Si la peticin o denuncia inicial esrechazada o la respuesta se retrasa indebidamente, debera ser posible presentar unadenuncia ante una autoridad judicial o de otra ndole (Conjunto de Principios,principio 33 4)).

    __________________

    14 Ciorap v. Moldova, demanda nm. 12066/02 (2007).15Parot c. Espaa , com. nm. 6/1990, prr. 10.4.

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    Supervisin independiente

    81. La inspeccin peridica de los lugares de detencin es una de las medidas deprevencin ms eficaces contra la tortura. A este respecto, el Relator Especial hadestacado la importancia de la ratificacin universal del Protocolo Facultativo de la

    Convencin contra la Tortura y del establecimiento de mecanismos nacionales deprevencin independientes y profesionales (vanse, por ejemplo, las DirectricesRelativas a los Mecanismos Nacionales de Prevencin (CAT/OP/12/5)).

    82. La revisin de la regla 55 de las Reglas constituye una excelente oportunidadpara incorporar el sistema bien establecido de supervisin independiente en dosniveles que permite la realizacin de inspecciones por rganos gubernamentales yotras autoridades competentes distintas de las autoridades directamente encargadasde la administracin del lugar de detencin o reclusin (vase el ProtocoloFacultativo, arts. 5.6, 17 y 35, y el Conjunto de Principios, principio 29). La regla55 revisada debera aclarar que dichas facultades de inspeccin, segn se entiendenen el sistema de dos niveles, requieren que exista un control judicial. A esterespecto, las Reglas deben prever la posibilidad de que mecanismos independientesde supervisin tengan un acceso sin trabas (de manera peridica y segn lasnecesidades), sin previo aviso, a todos los lugares de privacin de libertad, incluidoscalabozos policiales, vehculos, prisiones, centros de prisin preventiva, locales deservicios de seguridad, zonas de detencin administrativa, hospitales psiquitricos ycentros especiales de detencin. Esos mecanismos deberan estar facultados pararealizar averiguaciones y acceder a informacin y documentacin, incluidosregistros, as como celebrar entrevistas privadas, confidenciales y sin supervisincon los detenidos de su eleccin 16. Por ltimo, los rganos se supervisin deberanpoder publicar sus conclusiones y hacer un seguimiento de los resultados (Reglas delas Naciones Unidas para la Proteccin de los Menores Privados de Libertad, regla74).

    Capacitacin del personal pertinente a fin de aplicar las Reglas

    83. Las Reglas deben asegurar que se incluyan una educacin y una informacincompletas sobre la prohibicin de la tortura u otros malos tratos en la formacin delpersonal penitenciario, sea este civil o militar, del personal mdico y de otraspersonas que puedan participar en la custodia, el interrogatorio o el tratamiento decualquier persona sometida a cualquier forma de arresto, detencin o reclusin. Elpersonal mdico debera recibir capacitacin especfica sobre las disposiciones delManual para la Investigacin y Documentacin Eficaces de la Tortura y Otros Tratoso Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, de 2000. Se deberan elaborarprogramas de capacitacin para sensibilizar al personal acerca de las limitaciones ylos mtodos permisibles para los registros y acerca de las medidas para prevenir yremediar la violencia en las prisiones con tcnicas que no impliquen un usoexcesivo de la fuerza. Se deberan realizar ms esfuerzos para que el personalaplique un enfoque que tenga en cuenta el gnero y la edad (vanse las Reglas de las

    __________________

    16 Vanse los Principios Relativos a una Eficaz Prevencin e Investigacin de las EjecucionesExtralegales, Arbitrarias o Sumarias, principio 7; las Reglas de las Naciones Unidas para laProteccin de los Menores Privados de Libertad, regla 72; el Conjunto de Principios para laProteccin de Todas las Personas Sometidas a Cualquier Forma de Detencin o Prisin,principio 29 2); el Protocolo Facultativo de la Convencin contra la Tortura, arts . 14 d) y 20 d);y los Principios y Buenas Prcticas sobre la Proteccin de las Personas Privadas de Libertad enlas Amricas, principio XXIV.

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    Naciones Unidas para el Tratamiento de las Reclusas) y para que tome enconsideracin las necesidades especiales de los reclusos que pertenecen a gruposmarginados, por ejemplo facilitando orientaciones y ejemplos sobre los principiosde igualdad y no discriminacin, en particular en relacin con la orientacin sexualy la identidad de gnero (vase A/HRC/19/41, prr. 75).

    84. Se deberan reforzar las disposiciones de las Reglas sobre la idoneidad, lacapacitacin y las condiciones de trabajo del personal civil cualificadoindependiente de los servicios policiales, militares y de investigacin penal. Lasautoridades deberan adoptar medidas para designar un cuerpo civil que impartaprogramas de capacitacin.

    IV. Conclusiones y recomendaciones

    85. En los ltimos decenios se ha producido un aumento significativo de lapoblacin penitenciaria mundial, lo cual ha supuesto una carga financiera

    enorme para los Estados. Se estima que hay ms de 10 millones de reclusos en

    el mundo, y la poblacin penitenciaria sigue creciendo en los cincocontinentes 17. La reclusin se ha convertido en una respuesta casi automtica,

    en lugar de una medida de ltimo recurso, como ponen de manifiesto la

    penalizacin creciente y desproporcionada, el uso excesivo de la prisin

    preventiva, la mayor duracin de las penas de prisin y la escasa utilizacin de

    medidas alternativas no privativas de libertad (vase la resolucin 45/110 de la

    Asamblea General, anexo). Adems, los sistemas penitenciarios de la mayora

    de los pases ya no estn orientados a la reforma y rehabilitacin social de los

    condenados, sino que su finalidad es simplemente castigar a los delincuentes

    mediante su encarcelamiento. El incumplimiento de las normas internacionales

    relativas a las condiciones de detencin obedece a la escasez de recursos y al

    enfoque punitivo de la mayora de los sistemas de justicia penal. La corrupcin

    tambin es un factor negativo importante (vase A/64/215 y Corr.1, prr. 80).

    86. La crisis penitenciaria mundial tiene efectos adversos en las condicionesde detencin. Las consecuencias negativas para los derechos humanos del

    recurso excesivo al encarcelamiento son mltiples. El uso excesivo de la

    reclusin es una de las principales causas subyacentes de la falta de espacio en

    las prisiones, lo cual genera condiciones que equivalen a malos tratos o incluso

    tortura. La revisin de las Reglas constituye una excelente oportunidad para

    reexaminar el compromiso de los Estados de atender las necesidades de las

    personas privadas de libertad respetando plenamente su dignidad inherente y

    sus derechos fundamentales y de cumplir estrictamente los instrumentos

    internacionales de derechos humanos.

    __________________

    17 Centro Internacional para Estudios Penitenciarios, World Prison Population List, 9 ed. (lainformacin disponible ms reciente es de principios de mayo de 2011).

    http://undocs.org/sp/A/HRC/19/41http://undocs.org/sp/A/RES/45/110http://undocs.org/sp/A/64/215http://undocs.org/sp/A/64/215http://undocs.org/sp/A/RES/45/110http://undocs.org/sp/A/HRC/19/41
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    Recomendaciones

    87. El Relator Especial reitera la importancia del principio segn el cual, aexcepcin de aquellas restricciones legales que sean fehacientemente necesarias

    en razn de la encarcelacin, las personas privadas de libertad deben conservar

    sus derechos humanos inalienables y todas las dems libertades fundamentales(resolucin 67/166 de la Asamblea General).

    88. El Relator Especial exhorta a todos los Estados a que:a) Apliquen el conjunto de salvaguardias y normas de procedimiento

    mencionadas en el presente informe, desde un punto de vista jurdico y de

    polticas, como mnimo a todos los casos de privacin de libertad;

    b) Renueven su compromiso de velar por que haya condiciones

    humanas en cualquier lugar de privacin de libertad y de aplicar a nivel

    mundial las normas mnimas que figuran en las Reglas;

    c) Se mantengan al tanto de los cambios recientes en las normas

    internacionales y adopten, como mnimo, legislacin y prcticas que se ajusten

    a las Reglas;

    d) No ahorren esfuerzos para asegurar la aplicacin plena y efectiva de

    todos los principios fundamentales que figuran en los tratados internacionales,

    la jurisprudencia regional e internacional y los instrumentos basados en

    directrices y normas actualizadas como las Reglas;

    e) Traten de reducir la prisin preventiva y lleven a cabo reformas

    amplias de la justicia con miras a potenciar el uso de medidas alternativas a la

    prisin preventiva y a las penas privativas de libertad;

    f) Declaren sin ambigedades que tratar a toda persona privada de

    libertad con humanidad y respeto de su dignidad es una norma fundamental de

    aplicacin universal, cuya puesta en prctica, como mnimo, no puede depender

    de los recursos materiales disponibles en el Estado parte;g) Corrijan y prevengan cualesquiera condiciones de detencin, tratos y

    castigos de personas privadas de libertad que equivalgan a tratos o penas

    crueles, inhumanos o degradantes;

    h) Asignen recursos adecuados, incluido personal debidamente

    capacitado, para asegurar la plena aplicacin de esas normas;

    i) Hagan uso de la asistencia tcnica ofrecida por las entidades

    pertinentes de las Naciones Unidas y la comunidad internacional para reforzar

    las capacidades e infraestructura nacionales en el mbito de las reglas mnimas

    para el trato de las personas privadas de libertad;

    j) Colaboren activamente con el Grupo Intergubernamental de

    Expertos de composicin abierta sobre las Reglas Mnimas para el Tratamientode los Reclusos establecido por la Comisin de Prevencin del Delito y Justicia

    Penal, con miras a intercambiar informacin sobre buenas prcticas y

    eventuales problemas, a fin de que la revisin de las Reglas refleje los avances

    recientes de la ciencia penitenciaria y las mejores prcticas penitenciarias, y

    aplicar las Reglas a nivel nacional.

    http://undocs.org/sp/A/RES/67/166http://undocs.org/sp/A/RES/67/166
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    89. El Relator Especial exhorta al Grupo Intergubernamental de Expertos decomposicin abierta a que:

    a) Examine las sugerencias formuladas en el presente informe en sus

    futuras deliberaciones y en las revisiones que proponga de las Reglas;

    b) Proporcione medios financieros para continuar apoyando el procesode revisin;

    c) Siga acogiendo con beneplcito y asegurando la participacin activa

    en el proceso de revisin de organizaciones especializadas de la sociedad civil.