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ARTÍCULOS

27INSTITUTO DE BIOÉTICA / UCA - VIDA Y ÉTICA AÑO 19 Nº 2 DICIEMBRE 2018

ABORTO: EL FRACASO DE LASPOLÍTICASPÚBLICAS PARA LA MATERNIDADVULNERABLE

Fecha de recepción: 12/05/2018Fecha de aceptación: 13/06/2018

Dr. Alejandro E. Williams BeckerContacto: [email protected]

· Abogado, Universidad Católica Argentina (UCA)

· Lic. en Ciencias Políticas (UCA)

· Maestrando en Ética Biomédica (UCA)

· Profesor Adscripto Facultad de Derecho (UCA)

· Vicepresidente de la Fundación Latina de Cultura

· Director Ejecutivo del Instituto de DiálogoInterreligioso

· Miembro del Centro de Bioética, Persona y Familia

Pa la bras cla ve· Aborto

· Maternidad vulnerable

· Políticas públicas

· Autonomía de la voluntad

Key words· Abortion

· Vulnerable motherhood

· Public politics

· Autonomy of the will

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VIDA Y ÉTICA

Año 19 / No 2 / Diciembre de 2018

RESUMEN

Luego de casi una década de inten-tos frustrados, en 2018 se habilitóel debate del aborto en laArgentina. El análisis de las políti-cas públicas nos permite, a pesar dela contemporaneidad de la discu-sión legislativa, intentar entender, através de una investigación cualita-tiva exploratoria, qué cambió enestos años para que estos proyectoslleguen al recinto. Con ese propósi-to, este trabajo estudia el procesode construcción colectiva del pro-blema de la demanda de abortos enla Argentina, comparándolo con eseproceso en otros países.Seguidamente, desde el diseño delas políticas, va a analizar la dimen-sión y atributos del problema de esademanda. Luego, ya en la formula-ción de alternativas de actuación, yen un marco de análisis comparado,se confrontará el impacto sobre lasdimensiones de la maternidad vul-nerable de la legalización del abor-to frente a otras soluciones adopta-das. Por último, se evaluará laopción por la legalización en base alos criterios de racionalidad, rele-vancia, pertinencia y coherencia.

ABSTRACT

In 2018, after almost a decade offrustrated attempts, the abortiondebate in Argentina was enabled. Theanalysis of public policies allows us,despite the contemporaneity of thelegislative discussion, to try tounderstand, through qualitativeexploratory research, what haschanged in these years for theseprojects to reach the Congress. Withthis purpose, this work studies theprocess of collective construction ofthe problem of the demand forabortions in Argentina, comparing itwith that process in other countries.From the design of the policies, it willanalyze the dimension and attributesof the problem of that demand. Afterthat, in the formulation ofalternatives for action, and in acomparative framework analysis, theimpact on the dimensions ofvulnerable motherhood by way of theabortion legalization will becompared with other adoptedsolutions. Finally, the option forlegalization will be evaluated basedon the criteria of rationality,relevance, appropriateness andcoherence.

Aborto: El fracaso de las políticas públicas para la maternidad vulnerable / ARTÍCULOS

29Instituto de Bioética / UCA

INTRODUCCIÓN

El presente trabajo apunta a abordarel debate del aborto en la Argentinadesde el análisis de las políticas públicas.Atento a la complejidad del debate y a lacontemporaneidad de la discusión legis-lativa de diversos proyectos de ley quecontemplan la legalización del aborto, elpropósito de este documento no excedeel de una investigación cualitativa explo-ratoria basada en el estudio del caso ar-gentino.

El marco teórico, dentro de la amplí-sima gama de escuelas, enfoques y mo-delos que ofrece el análisis de las políticaspúblicas, y toda vez que se trata de untrabajo exploratorio, se valdrá de diferen-tes métodos solapados en un mismo tra-bajo, para intentar arrojar luz que puedailuminar futuras aproximaciones cuandoel horizonte temporal nos permita abs-traernos y extraer conclusiones más rele-vantes.

En la primera parte se comenzará apli-cando la bibliografía básica respecto alproceso de surgimiento, construcción co-lectiva, legitimación, definición y califi-cación del problema planteado. En estaetapa se relevarán los diversos maticesque los fundamentos de cada uno de losproyectos en debate en el Congreso leasignan al problema de la demanda de

abortos clandestinos por un lado, de lamaternidad vulnerable o la existencia deembarazos no deseados como origen deesa demanda, por el otro.

Luego se reseñará con mayor especifi-cidad la bibliografía de los diversos enfo-ques pluralistas, empezando por losenfoques de redes y comunidades, si-guiendo por las corrientes de políticas,para detenerme en el marco de las coali-ciones promotoras, analizando desde esemarco la articulación en ese diseño de ac-tores nacionales y transnacionales, pres-tando particular atención al rol de losorganismos internacionales, los medios decomunicación y las organizaciones civiles.

Desde allí se explorará la potenciali-dad de este encuadre para estudiar elcaso en más profundidad, como así tam-bién se sopesarán las limitaciones que im-pone en relación a la temporalidad y lacontemporaneidad del debate.

Seguidamente, se profundizará tam-bién en su utilidad para analizar las dife-rencias en la conceptualización, usandocomo ejemplo comparado el desenvolvi-miento del debate en los Estados Unidos,para terminar en el caso de estudio, ana-lizando los términos en los cuales se pre-senta el aborto como una cuestión deautonomía de la voluntad o de vulnerabi-lidad de la mujer.

En la segunda parte, ciñéndome ya auna metodología de diseño de políticas,se va a analizar desde la evidencia empí-rica existente en la bibliografía la verda-dera dimensión y atributos del problemade la detrás de la demanda de abortos, lasrazones alegadas por las mujeres, los fac-tores de riesgo de reincidencia, y las con-secuencias sobre la salud.

Se incorporará para ello la evidenciadisponible, proveniente de diversos países,sobre las causas que llevan a una mujer abuscar un aborto como solución en cadacaso individual donde podremos vislum-brar en qué medida el problema definidocomo “demanda de abortos clandestinos”se explica por las causas que configuran loque denominamos “maternidad vulnera-ble”. Se hará especial énfasis en las razonespor las que las mujeres recaen en el aborto,para ver si efectivamente el aborto les haresuelto algo, o al contrario, las razonesvinculadas a la vulnerabilidad se verificanprogresivamente en mayor proporción enlas mujeres que repiten el aborto.

En la tercera parte, entrando ya en elestudio de la formulación de alternativasde actuación, y en un marco de análisiscomparado, se evaluará el impacto que lalegalización del aborto ha tenido en otrospaíses sobre las dimensiones de la mater-nidad vulnerable. Posteriormente, se in-dagará cuáles son las solucionesalternativas adoptadas en otros países y

que cumplan los requisitos de racionali-dad, coherencia relevancia, y pertinenciaentre el problema y la solución adoptada,relevando el impacto que han tenidosobre las causas específicas que coadyu-van a la maternidad vulnerable.

Por último, se evaluará la opción de lalegalización del aborto como solución, enbase al análisis de racionalidad, relevan-cia, pertinencia y coherencia, en relacióncon la situación problemática tal cual espresentada por los diversos actores queconvergen en la construcción colectiva dela misma.

EL ANÁLISIS DE LAS POLÍTICAS PÚBLICAS

La adopción del enfoque de análisis delas políticas públicas permite quebrar elusual punto de vista que concibe a las po-líticas como un mero output desde unaperspectiva jerárquica, haciendo foco enlos medios y procedimientos a disposicióndel Estado, las variaciones en sus estruc-turas y distribuciones y de esta manera“dirigir una nueva mirada sobre los méto-dos e instrumentos del Estado, los cam-bios en sus estructuras y concepciones”[1]. La utilidad de profundizar en el aná-lisis radica en la potencialidad de lograrun proceso de toma de decisiones demayor calidad que aquel en el que nosencontramos como sociedad. [2]

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(I) Merelman 1981: 496, citado en Parsons 2007: 53.(II) 1979, 1980 citado en Parsons 2007: 462.(III) 1981, p. 115 citado en Meny y Thoening 1992: 86.

Entre las diversas definiciones de polí-ticas públicas, Meny y Thoening [1] la de-fininen como “programa de accióngubernamental en un sector de la socie-dad”. Para Tamayo Sáez [2] son el “con-junto de objetivos, decisiones y accionesque lleva a cabo un gobierno para solu-cionar los problemas que en un momentodeterminado los ciudadanos y el propiogobierno consideran prioritarios.”. Unapolítica pública puede entonces consistiren un contenido, un programa, unaorientación normativa, un factor de co-erción y/o en una competencia socia. [1]

El análisis de las políticas públicas puededefinirse entonces como una terapia pú-blica [3] donde el científico de esta disci-plina se diferencia de los políticos en que noestá políticamente condicionado. (I) Wil-davksy (II) considera que la función delanálisis es contribuir a mejorar la políticay no lo ve como un sustituto de ésta. Den-tro de esta disciplina, puede calificarsecomo una subdisciplina a lo que en inglésse denomina policy design. Dunn, (III) ladefine como aquella “disciplina aplicada ala ciencia social que usa múltiples méto-dos de investigación y argumentaciónpara producir y transformar la informa-ción pertinente para una política, quepueda ser empleada en los contextos po-

líticos a fin de resolver los problemas de lapolítica- acción”. Para el aludido análisis,siguiendo el enfoque de Etzioni, serían re-levantes no sólo los problemas sino tam-bién las soluciones. [3] En la medida enque, como veremos, la visión que cada su-jeto tiene de un problema se halla vincu-lada con una solución compatible con susvalores y posiciones políticas, la cons-trucción colectiva del problema no esajena a los sistemas de creencias de los in-dividuos en una sociedad.

1. Identificación o construccióncolectiva de un problema

El primer paso para el analista sería laIdentificación del Problema. Esto significano sólo identificarlo; también implica de-terminar cómo ingresa en agenda, cuálesson sus dimensiones, sus causas, quiénesson los miembros de la sociedad a los queese problema afecta y cuál sería el esce-nario potencial si el Estado no intervinieraa través de políticas públicas para alterarel curso de los acontecimientos. [2]

Siguiendo en esto a Subirats, podemosafirmar que no se encuentran los proble-mas “allí fuera”. Los problemas no estánya construidos, objetivados, sino que cada


actor es capaz de construir su propia vi-sión del problema, definirlo, y vincularlo auna solución. [4] Es por esta razón que laconcepción y la definición de los proble-mas sociales están íntimamente ligados alas soluciones.

Incorporando estos enfoques podemosseñalar —siguiendo a Becker (IV) — que elhecho de que un problema exista dependetanto de las “carencias objetivas de unasociedad” como de que se verifique porparte de los diversos sujetos sociales lavoluntad manifiesta de atribuirle a ese fe-nómeno el carácter de problema.

Esto equivale a decir que debajo delanálisis de agenda setting se encuentra ladefinición de la situación problemática,proceso en el cual la misma recibe “unnombre o etiqueta”, es decir, se la califica.[3] A menudo en el carácter sumamentecomplejo y a la vez en los errores o sesgosal definir un problema [3] se encuentra elorigen de la impertinencia de las solucio-nes adoptadas por determinadas políticaspúblicas.

Como bien señala Subirats, los objeti-vos del analista, de las organizaciones yde los actores relevantes ya están conce-

bidos antes del análisis, y con indepen-dencia de él, a la vez que cada una de lasdefiniciones que se le atribuyan a una si-tuación problemática estará vinculada auna concepción de los instrumentos conlos cuales debiera resolverse. Por eso pre-fiere este autor definir a los problemascomo “discrepancias superables” entre“realidad y deseos”. De esta manera, losproblemas estarían ligados a las distintaspercepciones de los actores sociales sobreel ser de una determinada situación so-cial (su percepción de la situación), y eldeber ser como una solución que consta-ría de una mezcla de ideas que ya existíanpreviamente. (V) Dicho en términos con-cretos, quizás detrás de la postura de lalegalización del aborto, es éste el deberser, la legalización, el objetivo ya fijadode antemano, al cual se lo vincula conuna construcción conceptual de la situa-ción problemática, en este caso la mater-nidad vulnerable.

Entendiendo así al problema como unconstructo sobre cuya base distintos ac-tores proponen diferentes definiciones delproblema, se comprende que puedan pen-sarse diversos caminos para cambiar eseescenario, [4] como sucede en el debatedel aborto.

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(IV) 1964 citado en Meny y Thoening 1992: 119.(V) Davis 1973: 14 citado en Subirats 1992: 51.



(VI) Schneider y de Leon en Sabatier 2010: 101.(VII) Zahariadis en Sabatier 2010: 74.

En suma, la conceptualización de unproblema es una cuestión fundamental-mente política, donde el proceso de iden-tificación de un hecho social comoproblema responde a un cálculo previo enfunción a determinados valores. (VI) Másque producir una acción, lo fundamentaltermina siendo la construcción de un sig-nificado. (VII) El significado que se atri-buye a la acción escogida como respuestatiene mínimamente que guardar algúnvínculo con los términos en los que se de-finió el problema.

De esta manera el análisis nos permitevincular la forma en que se define o es-tructura un problema con el procedi-miento decisorio en el cual determinadosactores deciden que cuál es el problema.[4] Así llegamos a la generalmente acep-tada distinción entre problemas y lo quese denomina temas o cuestiones (issues,en inglés), que Subirats [4] define comolas situaciones problemáticas que adquie-ren la suficiente importancia para los di-ferentes actores como para requerir unarespuesta por parte del Estado. Es decir,son issues aquellos problemas que, unavez definidos en determinados paráme-tros, y calificados como problemas socia-les, adquieren una relevancia tal que losactores estatales entienden que deben

dar una solución en términos de políticaspúblicas.

La consideración de un problemacomo issue dependerá entonces de unapugna de intereses, lo que podría deno-minarse “una previa batalla por la defini-ción del problema entre los distintosactores presentes”. [4] Más específica-mente, esta disputa por calificar y definirel problema se da entre los actores socia-les interesados por una solución especí-fica que vinculan con esa situaciónproblemática al definir su alcance y ca-racterísticas.

Subirats dice que son tres las caracte-rísticas generales que hacen que unasunto llame la atención del Estado: elnivel de apoyo que ese asunto pueda con-seguir, el impacto que el mismo puedatener sobre la sociedad, y la existencia deuna respuesta viable y que pueda pre-verse. [4] Entonces, en el caso del aborto,la problemática, sea como sea que se ladefina, ha necesitado para alcanzar estainstancia de debate legislativo, de unaconciencia colectiva de que se trataba deun problema al que el Estado debía darrespuesta, cuanto de una decisión porparte del Estado de asumir esa respuesta

también en determinados términos con-cretos.

Se puede resumir la perspectiva incor-porada en estos párrafos en dos conside-raciones; a saber: primero, que laaparición de un tema en la agenda pú-blica no es “libre o neutro” [1]; y en se-gundo lugar que en la percepción quecada uno de los actores sociales tiene delos problemas y en la definición que lesatribuyen se halla incluida, ya de ante-mano, una propuesta en términos de po-líticas públicas que en esa percepciónsubjetiva —individual o colectiva— se re-presenta como solución. Esto aplicado aldebate de aborto podría explicar que losmismos proyectos necesiten remitirse alos factores determinantes de la vulnera-bilidad de la mujer, pero no proponganninguna solución pertinente para esosfactores. En el fondo lo que parecen per-seguir no es la solución a los factores devulnerabilidad de la mujer, sino lisa y lla-namente, legalizar el aborto.

Enfoques pluralistas en el análisisde las políticas públicas

Las primeras corrientes dentro del plu-ralismo, entre quienes pueden ubicarse aDahl o Polsby, concebían que las políticas

públicas eran el resultado de una compe-tencia libre entre diversos grupos de inte-reses, ideas, etc. [3] Estas primerasconcepciones fueron cuestionadas porautores como Schattschneider, (VIII) quiendestaca que muchas veces los mismos ac-tores que deciden de qué se trata el de-bate son los que deciden quiénesparticipan en él.

La difusión de modelos pluralistas de“rango medio” que busquen explicar lasfases de formación de las políticas públi-cas llevó a construir los modelos que seestructuran sobre la base de las redes ycomunidades. Este enfoque es útil paracomprender por ejemplo, y en referenciaa la influencia de la comunidad interna-cional, cómo determinados ámbitos dedebates se hallan ya “internacionaliza-dos”, pudiendo influir en las redes haciaadentro de una nación a través de la re-distribución de recursos, reabriendo temassobre los que ya existan acuerdos a nivellocal, etc. (IX) Esto lo analizaremos conmayor profundidad cuando nos ocupe-mos del rol de la comunidad internacionalen el debate del aborto en la Argentina.

Otro enfoque en esta línea es el de lascorrientes de políticas públicas que bus-can explicar el cambio a través de los ele-

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(VIII) 1960:105 citado en Parsons 2007: 165.(IX) Silke Adam y Hanspeter Kriesi en Sabatier 2010: 148.



mentos del ánimo nacional, las fuerzaspolíticas organizadas, el gobierno y laconstrucción de consensos. [3] Si bien nopasa de ser un método descriptivo, su ca-pacidad explicativa es superior a la delmodelo de redes y comunidades.

Aquí nos explayaremos más sobre otrométodo, quizás más complejo en su apli-cación a la investigación empírica y en larecolección de datos. Me refiero al marcode la coalición promotora, también tra-ducido como marco de las coaliciones deabogacía o de coaliciones de actores mi-litantes. [5]

Los conceptos fundamentales de estemarco de análisis son el subsistema polí-tico como unidad de análisis, la impor-tancia de conflicto de valores entrecoaliciones que compiten, la longitudtemporal de esos conflictos que debieraser de más de una década, el limitado roldel análisis a la hora de alterar las posi-ciones de los actores, y las oportunidadesde variar los puntos de encuentro en eldebate para ganar ventaja por parte delas diversas coaliciones. [6] La dimensióntemporal es fundamental en este enfoqueporque es allí, en el análisis longitudinal,donde radica su capacidad explicativa.

Justamente esa longitud temporal re-querida justifica que se traiga a colacióneste método en esta investigación, si te-

nemos en cuenta que hace casi una dé-cada se vienen presentando el proyectode la Campaña de Aborto Legal Seguro yGratuito en el Congreso Nacional. Sin em-bargo, no nos hallamos aún en el hori-zonte temporal mínimo requerido paraenfrentar una aplicación empírica rigu-rosa, limitándonos, como ya fue consig-nado, a una mención de su potencialidadexplicativa, dentro del marco de un tra-bajo exploratorio.

Así, sin exigir más allá de lo razonablelos argumentos, se puede esbozar quié-nes serían las coaliciones, qué sectores,grupos o colectivos las componen, etc. Elmétodo además nos permite visibilizar lainfluencia de eventos exógenos en la in-clinación al cambio. [6] Estos eventos se-rían los que podrían explicar que undebate pueda inclinarse en favor de de-terminada postura, como también queencuentre las circunstancias para deba-tirse en determinados ámbitos específi-cos, como en este caso la habilitación deldebate por parte del Poder Ejecutivopuede verse asociada a una serie de cir-cunstancias que van desde la masivamovilización de las marchas de Ni UnaMenos, a la necesidad de correr el focode la situación económico-social delpaís, o a la influencia de determinadospronunciamientos internacionales, pormencionar algunas respuestas que pu-dieran ensayarse en investigaciones másen profundidad.

Dentro del encuadre de la coaliciónpromotora, se afirma que existe un núcleode preferencias en términos de políticaspúblicas que es aquello que une a los alia-dos hacia dentro de la coalición y los di-vide de sus oponentes. Luego seencuentran las convicciones secundarias.Además de los miembros de la coalición,existen los policy brokers, cuyo principalinterés es mantener un cierto nivel deacuerdo y compromiso que reduzca elconflicto a estándares razonables. [6] Eneste debate, y ante la falta de un umbralde tiempo razonable, no resulta fácilidentificar los policy brokers, aunque po-dría tomarse por caso el de algunos legis-ladores de larga data en sendas Cámarasdel Congreso Nacional, que han virado supostura con el paso de los años.

El núcleo de creencias que alimenta alnúcleo de preferencias está compuestopor la filosofía de vida subyacente a cadapersona, que se puede expresar por ejem-plo en términos de izquierda o derecha,pero también incluir nociones sobre si lagente es por naturaleza mala o social-mente redimible, qué lugar ocupan en unranking personal valores como la igual-dad, la libertad, la seguridad, etc. [7] Elnúcleo de políticas públicas sería aquellasposiciones fundamentales en materia depolíticas, como bien podría ser, en nuestrocaso de estudio, la postura respecto a lalegalización del aborto.

Entonces, el sistema de creencias deuna coalición va a incluir visiones delmundo, jerarquías de valores, concepciónde determinados problemas, preferenciasen términos de medios a disposición delEstado, etc. [5] La virtud del enfoque estener en cuenta la complejidad de las re-laciones que existen en una población po-líticamente activa, donde existen distintosniveles de actores gubernamentales,donde algunos asuntos implican disputasaltamente politizadas que involucran abuena parte de los miembros de la socie-dad, como sería el caso del aborto, mien-tras otras están reservadas a debates mástécnicos donde prima el interés de los es-pecialistas. A la vez este enfoque es cons-ciente de que la gran mayoría de lasdecisiones se toman con un nivel de in-formación limitada y con altos niveles deincertidumbre y ambigüedad. [5] De estemodo se aparta de otras concepciones delproceso de toma de decisiones, tanto co-lectivas como individuales, que le otorganun rol decisivo a las facultades cognitivasde los ciudadanos, lo cual no contemplalos costes de la información, los costes entérminos de valores, etc.

Lo relevante es que los miembros de lacoalición son personas de diferentes posi-ciones: funcionarios electivos y burocráti-cos, grupo de intereses, investigadores quecomparten un sistema de creencias encomún, que puede consistir en valores bá-

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sicos, asunciones causales, y hasta proble-mas de percepción, y que a lo largo de unplazo de tiempo actúan con un cierto nivelde coordinación. Entonces los actores pro-vienen del sector público y privado, inclu-yendo a consultores, analistas, científicos,investigadores, miembros de los medios decomunicación o periodistas, y buscan in-fluenciar decisiones gubernamentales den-tro de un área específica. [5] El marco dela coalición promotora permite analizar lacompetencia entre las distintas coalicionesdentro de lo que sería un subsistema, quecomo su nombre lo indica no es más queun área de debate en particular dentro deun ambiente más grande. [7] Otro adita-mento interesante del análisis es la posibi-lidad de que determinadas dependenciasadministrativas integren una coalición, a lavez de que puedan virar de posición con uncambio de gobierno. También puede darseel caso de que instituciones jerárquica-mente superiores anulen la oposición deuna coalición mayoritaria dentro del sub-sistema. [7] Respecto a los eventos exter-nos, su injerencia estará en este modelosupeditada al aprovechamiento de tal cir-cunstancia por parte de la coalición quepueda verse favorecida.

Respecto al tamaño de las coalicionesque compiten en un determinado subsis-tema, el tamaño de cada uno no guardanecesariamente relación proporcional con

el potencial éxito de su posición. La evo-lución desde aquellos primeros enfoquespluralistas mencionados supra hasta estaperspectiva, partía de la crítica a la asun-ción de que todos los grupos podían ejer-cer igual influencia para imponer suagenda en una sociedad. Ceteris paribus,los grupos más grandes tienen mayor ca-pacidad de ejercer influencia sobre los de-cisores de políticas que los pequeños; asítambién los grupos más organizados res-pecto de los menos articulados; aquelloscuya posición es más fuertemente sentidarespecto de los de postura más débil. [8]No hay que perder de vista, sin embargo,que muchas veces se asume erróneamenteque los actores racionales tienen plenaconciencia del tamaño del grupo y de larelevancia de su participación para ellogro de los objetivos colectivos. Existendiversos factores que sesgan la percepcióndel actor individual sobre el tamaño, elgrado de movilización, y la dinámica pro-pia de pertenencia al grupo, etc. El ta-maño entonces puede tener efectosambiguos sobre los incentivos a participare involucrarse. [8] Esto explica el poderque en determinados contextos democrá-ticos tienen los grupos minoritarios paraejercer influencia decisiva en la direcciónde determinadas políticas públicas, comoocurrió en nuestro país con la comunidadLGBT en ocasión del debate sobre el ma-trimonio igualitario.

Dijimos que este enfoque busca expli-car o predecir el cambio en una franja detiempo partiendo de la estructura de lossistemas de creencias. De esta manera, elsistema de creencias va a ser en lugardonde se va a medir el cambio al cabo deun plazo determinado, tanto hacia adentrode cada coalición como en el resultado entérminos de contenidos de políticas públi-cas en el ámbito en el que esas coalicioneshayan influido. [5] En esta tarea de expli-car el cambio, hay un factor clave que sedesenvuelve en el tiempo: la influencia delaprendizaje. [5] El cambio durante eseplazo no será el resultado sólo de la com-petencia, los recursos, las normas, sinotambién resultado de la interacción entrelas coaliciones hacia adentro del subsis-tema, proceso de aprendizaje en el cual nose altera el núcleo pero si los aspectos se-cundarios del sistema de creencias.

Pueden existir cambios en los aspec-tos del núcleo del sistema de creencias,pero dependerán de factores vinculados alos contextos económicos y políticos en elmarco de cambios bruscos o acentuados.Esto sucederá, como ya se consignó, siem-pre y cuando esa circunstancia o ventanade oportunidad sea aprovechada por lacoalición que pueda usarla a su favor. [9]

¿Cómo podría aplicarse el enfoque delas coaliciones promotoras de políticas aeste análisis exploratorio del debate sobreel aborto en la Argentina? Vamos a ensa-

yar dos rumbos. El primero es analizar losgrupos que conforman la coalición quepromueve la legalización del aborto en elpaís, en particular el rol de la comunidadinternacional, de los medios de comuni-cación, y de las organizaciones de la so-ciedad civil. En segundo lugar, voy aanalizar los cambios discursivos en tornoal lenguaje y el marco conceptual de lasargumentaciones en favor de la legaliza-ción, donde se pueden verificar cambiosproducidos como efectos del aprendizaje,para lo cual me valdré de una perspectivacomparada.

Los actores en la construcción colectiva del problema en el debatesobre el aborto y la maternidad vulnerable:

La Comunidad InternacionalVamos a desarrollar en primer lugar el

rol de distintas instituciones de la comu-nidad internacional en este proceso.Como destaca Parsons, “uno de los cam-bios más importantes en la política defines del siglo XX es el grado en que laagenda de las políticas públicas ya no seestablece ni define dentro de las fronterasde lo nacional”. [3] Los propios gobiernoshan decidido transferir importantes cuo-tas de poder a organizaciones globales yregionales. Esas decisiones, si bien fuerondeliberadamente tomadas en atención anecesidades reales de gobernanza, hancircunscripto no obstante a ciertos lími-

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(X) Expte. 230-D-2018.(XI) Expte. 0443-D-2018.(XII) Expte. 0443-D-2018.

tes la libertad de actuar de los estados enalgunos ámbitos. [10] En esa línea, es dedestacar que en el debate de aborto en laArgentina la mención a organismos inter-nacionales, tratados internacionales, co-mités creados por dichos tratados yorganizaciones no gubernamentales in-ternacionales se repite no sólo en los pro-yectos de ley que proponen legalizar elaborto sino también en aquellos queestán en contra.

El proyecto que motivó al debate par-lamentario menciona que el “‘Comitépara la eliminación de la discriminacióncontra la mujer’ (CEDAW) difundió el in-forme de revisión de la situación argen-tina y resalta que la principal violación alos derechos humanos de las mujeres hoyes la penalización del aborto”. También re-fiere que el “‘Comité del Pacto de Dere-chos Económicos, Sociales y Culturales’(CDESC) indicó en la Observación N°22 -en relación al art. 12 del Pacto DESC sobrederecho a la salud- dado a conocer el 8de Marzo de 2016- que el pleno disfrutedel derecho a la salud sexual y reproduc-tiva sigue siendo un objetivo lejano paramillones de personas, especialmente paralas mujeres y las niñas, en todo el mundo”y que “la falta de servicios de atenciónobstétrica de emergencia o negación del

aborto a menudo conducen a la mortali-dad y morbilidad materna, que a su vezconstituye una violación del derecho a lavida o la seguridad, y en ciertas circuns-tancias, puede equivaler a tortura o tratoscrueles, inhumanos o degradante”. (X)

El proyecto presentado bajo el número0443-D-2018 señala que el “Comité deDerechos Humanos de Naciones Unidas,en el marco del Pacto Internacional deDerechos Civiles y Políticos, en marzo de2010, expresa su preocupación por la le-gislación restrictiva del aborto contenidaen el artículo 86 del Código Penal”. (XI)Asimismo reitera la cita del Comité delPacto de Derechos Económicos, Sociales yCulturales transcripta supra. (XII)

El “Comité de Derechos Humanos”también aparece mencionado en el Expte.2492-D-2017, junto a referencias al“’Pacto Internacional de Derechos Civilesy Políticos’ (PIDCP); la ‘Convención sobrela Eliminación de todas la Formas de Dis-criminación contra la Mujer’ (CEDAW); el‘Pacto Internacional de Derechos Econó-micos, Sociales y Culturales’ (PIDESC); la‘Convención sobre los Derechos del Niño;la Convención Americana de DerechosHumanos’ (CADH), entre otros”, mencio-

nando también al “Comité para la Elimi-nación de la Discriminación contra laMujer”, “Comité de Derechos Económicos,Sociales y Culturales”, “Comité de los De-rechos del Niño”, “Comisión Interameri-cana de Derechos Humanos” la “ComisiónEconómica para América Latina y el Ca-ribe”, el “Consenso de Montevideo sobrePoblación y Desarrollo” y la ONG “HumanRights Watch”. (XIII)

Los proyectos vinculados a la materni-dad vulnerable que no proponen la lega-lización del aborto mencionan a la“Convención Americana sobre DerechosHumanos” y “Convención sobre los Dere-chos del Niño”. (XIV) La referencia a la Or-ganización Mundial de la Salud y suspublicaciones se reitera en todos los pro-yectos aludidos.

Una investigación que propone anali-zar los encuadres discursivos del debatedel aborto en la Argentina señala entrelos acontecimientos más relevantes de lahistoria debate en nuestro país a las Con-ferencias del Cairo y Beijing, como asítambién a la ratificación del ProtocoloOpcional de la CEDAW en 2006. [11]

Respecto a los organismos internacio-nales, no me voy a detener acá a analizarel debate sobre la obligatoriedad o no

para la Argentina de la legalización delaborto en el Derecho Internacional. Sí voya mencionar otro mecanismo que utilizanlos organismos internacionales. Este me-canismo podría denominarse de colabo-ración, incentivo o disuasión respecto delas decisiones de los países en términos delegislación en relación al aborto.

Un estudio sobre el marco discursivodel discurso en torno al aborto antes ydespués de Roe v. Wade destaca como esefallo sirvió para cambiar el eje de argu-mentación desde el énfasis en el controldemográfico hacia una fundamentaciónbasada en la reivindicación de derechos.Destaca el mismo que en la Conferenciade Población y Desarrollo de Budapest en1974 los líderes del tercer mundo discu-tían que los programas de control demo-gráfico eran racistas o explotadores entérminos económicos. Esta oposición in-fluenció el cambio de discurso a favor delaborto ya no desde el control demográ-fico sino hacia un discurso basado en losderechos. [12]

Habitualmente vinculado su origen alNational Security Study Memorandum200 del año 1975, el Fondo Monetario In-ternacional y el Banco Mundial se convir-tieron en los promotores de la políticaexterior orientada a lograr la sanción de

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(XII) Expte. 2492-D-2017.(XIV) Expte. 0342-D-2018 y Expte. 0539-D-2018.



leyes que favorecieran el aborto en elresto del mundo. Lejos de abonar una te-oría conspirativa, y sin perder de vista quelos fenómenos sociales nunca pueden ex-plicarse por una sola causa, no podemosobviar la evidencia.

El National Advisory Council on Inter-national Monetary and Financial Policieses sindicado como uno de los organismosencargados de orquestar estos programas.Del mismo modo, el Fondo de Población delas Naciones Unidas articula muchas deestas políticas en relación al Banco Mun-dial, el Banco Interamericano de Desarro-llo y el Banco Africano de Desarrollo. [13]

En nuestro país podemos señalar comocasos concretos los préstamos BIRF/IBRD7412, BIRF/IBRD-7225, BIRF/IBRD-7409,BIRF/IBRD-P110599, BIRF/IBRD-P106735,BID-1903/OC-AR; AR-L1020, BID 2424OC-AR, el Proyecto de Fortalecimiento delos Programas Provinciales de Salud Se-xual y Reproducción, entre otros, vincula-dos todos a la difusión de saludreproductiva entendida como un con-cepto conglobante y difuso en el que seincluye al aborto.

El mencionado estudio en torno a Roev. Wade menciona que el PopulationCouncil a partir de 1975, al perder predi-camento en la argumentación a favor delaborto dejó de financiar las investigacio-

nes sobre aborto de Christopher Tietze,éste consiguió financiamiento por partedel Guttmacher Institute de Planned Pa-renthood. [12] Lo que no se menciona enlos fundamentos de ningún proyecto esla jugosa financiación de ONGs nortea-mericanas, como Planned Parenthood (fi-nanciada en parte por fondos públicos delos Estados Unidos), que reciben las ONGslocales que abogan aquí por la liberaliza-ción del aborto. Esta institución ha intro-ducido en Argentina más de cincomillones de dólares en la última década,como surge de sus propios reportes fi-nancieros. [14]

A todo esto seguramente se referíaEduardo Galeano cuando se preguntaba“¿qué se proponen los herederos de Mal-thus sino matar a todos los próximosmendigos antes de que nazcan?” y res-pondía denunciando que “McNamara, elpresidente del Banco Mundial que habíasido presidente de la Ford y secretario dedefensa afirma que la explosión demo-gráfica constituye el mayor obstáculopara el progreso de América Latina yanuncia que el Banco Mundial otorgaráprioridad, en sus préstamos, a los paísesque apliquen planes para el control de lanatalidad”. [15] Aquella primera estrate-gia, más explícita y controlada desde elEstado, parece haber mutado con el pasode los años a una estrategia de más di-fusa y que fluye a través de canales pri-vados o mixtos.

Los Medios de ComunicaciónLos medios de comunicación suelen

tener influencia en la construcción colec-tiva del problema. [3] Cohen (XV) refle-xionó sobre la capacidad de los medios decomunicación de “distorsionar los asun-tos y crear amenazas estereotípicas”, de-lineando así “el contexto en el que se dala reacción de las políticas públicas”. Tam-bién Edelman estudió rol de los medios decomunicación masiva en la construcciónno sólo de problemas sino también de “in-cidentes y crisis sociales” concluyendoque en lugar de iluminar y aclarar las si-tuaciones, terminan manipulando los he-chos. (XVI) En la transmisión deinformación que describe hechos, “habi-tualmente lo fáctico se mezcla con la in-terpretación”. [16] Muchas veces son loslíderes de opinión quienes influyen sobrela percepción de la realidad de personascomunes, proponiendo interpretaciones yexplicaciones.

Desarrollar el rol y la influencia de losmedios sobre las distintas agendas del pú-blico y de los políticos excede el objetivode este trabajo, pero cuanto mínimo la bi-bliografía es conteste en reconocer almenos una cierta influencia. Asumidoesto, basta remitir a las tapas de los gran-des multimedios y las manifestaciones de

los periodistas de los programas con másrating de la televisión nacional para cons-tatar el casi unánime apoyo de los gran-des grupos económicos, como así tambiénde los periodistas más influyentes, a favorde la legalización del aborto. La contem-poraneidad del debate impide un análisiscompleto de lo consignado en este pá-rrafo, lo cual entonces se menciona amodo de ensayo.

Es particularmente fuerte en el ma-nejo de los medios de este asunto delaborto el recurso a su vinculación con lapobreza. Parsons cita al respecto a Lister,quien “argumenta que, por ejemplo, laforma en que se define la pobreza ha te-nido un impacto crucial en las respuestasde políticas públicas”. [3] En efecto, laforma y las palabras que se usan para de-finir qué es la pobreza comunica ideasque pueden influenciar las conductas dela población hacia los pobres y las propiasconcepciones que tienen de ellos mismos.(XVII) Ziegler, como se mencionará másabajo, relata el proceso en el cual luegode adoptar el discurso de Roe v. Wade an-clado en la argumentación del abortocomo un derecho, Planned Parenthoodempezó a incorporar discursivamente elconcepto de acceso igualitario al abortopara fortalecer su reclamo.

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(XV) 1972 citado en Parsons 2007: 139.(XVI) Edelman 1988 citado en Parsons 2007: 140.(XVII) Lister 1991 citado por Parsons 2007: 121.



(XVIII) “Is there class bias here? Of course there is. The national media— the television networks and major newspapers—are dominated by well-paid, well-educated, upper- and upper-middle-class types who take the soundness of the pro-choice position for granted. “Choice” in abortion is consistent with their general style of life” (Carlin 1995).(XIX) Etzioni 1968: 203 citado en Parsons 2007: 273.

La percepción de los medios sobre elaborto puede estar vinculada con una po-sición social relativamente homogénea.Esto es lo que sostiene Carlin, quien se-ñala que existe, en efecto, un “sesgo declase” (XVIII) vinculado a la percepciónque los medios pregonan a favor de la li-beralización del aborto. [17] Esto se vin-cula con el argumento quedesarrollaremos más adelante, en torno alorigen neoclásico del concepto de auto-nomía o libertad que subyace a las pos-turas favorables a la legalización delaborto. En efecto, los propietarios y pe-riodistas de los medios de comunicaciónmasiva son personas que, por su perte-nencia social, conciben la elección delaborto como algo mucho más libre que loque perciben los que verdaderamente seencuentran en situaciones de pobreza ovulnerabilidad social, quienes en tantasotras decisiones de la vida cotidiana noeligen haciendo uso de una autonomía dela voluntad, sino constreñidos por suspropias limitaciones económicas.

Las Organizaciones de la Sociedad CivilEl tercer factor que me propuse eva-

luar en este proceso de construcción co-lectiva del problema es el de lasorganizaciones de la sociedad civil. En

este sentido, Subirats indica que es rele-vante preguntarse, en el proceso de cons-trucción colectiva del problema, cuál esla “gente afectada” y cuál es la capacidadorganizativa de esos colectivos, como asítambién cuál es el vínculo entre esas per-sonas perjudicadas y los canales de repre-sentación hacia la esfera política pararelevar, por un lado, si aquellos tienen po-sibilidad de acceder a quienes tienen lapotesta de tomar decisiones, o si tienencapacidad de generar empatía o senti-mientos de solidaridad en aquellos. [4]

En primer lugar, hay que dejar sentadoque los niños por nacer afectados por elaborto, como es obvio, no pueden mani-festarse por sí mismos, con lo cual su re-presentación necesariamente estará acargo de otros grupos. En lo que respectaa la representación en de quienes seríanlas afectadas en determinadas definicio-nes del problema —aquellas que pasanpor alto la cuestión de la vida del niño pornacer— o sea, las madres en situación devulnerabilidad, resulta interesante anali-zarlo desde las diversas enfoques pluralis-tas de la toma de decisiones. Dado que laformación y la implementación de las po-líticas se encuentran íntimamente liga-dos, (XIX) las escuelas pluralistas en laformación de la agenda tienen su corre-

lato en el análisis del proceso de toma dedecisiones.

Entre ellas quizás una de las más men-cionadas es la del neocorporativismo. Estateoría logró redescubrir la compleja rela-ción entre los diversos grupos de interés yel Estado en el proceso mismo de la tomade decisiones, midiendo el impacto quelas diferentes estructuras de colaboracióny de decisión tienen sobre el output delproceso de adopción de una alternativa,haciendo hincapié en el elemento volun-tarista. [1]

En este sentido se ha desarrollado elconcepto de policy community, entendidacomo “grupo constitutivo y el modo derelaciones en el seno de una políticadada”, en este caso, los funcionarios y lasorganizaciones privadas que propician laliberalización del aborto: dentro de unapolicy community tienen posturas igualesrespecto a lo que debiera hacerse en rela-ción a un problema definido en términostambién cercanos.

A este efecto traigo a colación el pri-mer párrafo de los fundamentos del Pro-yecto de Ley de Interrupción Voluntariadel Embarazo:

La creación de la Campaña Nacionalpor el Derecho al Aborto Legal Seguroy Gratuito, fue decidida por más de20.000 mujeres reunidas en el XIXEncuentro Nacional de Mujeres reali-zado en Mendoza en 2004. Iniciada el28 de Mayo de 2005 por más de 70organizaciones de mujeres de todo elpaís, es actualmente asumida por unaamplia alianza a nivel nacional. queincluye más de 300 organizaciones,grupos y personalidades vinculadas almovimiento de mujeres, organismosde derechos humanos, al ámbito aca-démico y científico, trabajadores desalud, sindicatos y diversos movi-mientos sociales y culturales, entreellos redes campesinas y de educa-ción, organizaciones de desocupados,de fábricas recuperadas grupos estu-diantiles y religiosos Organizaciones ypersonalidades que asumimos uncompromiso con la integralidad de losderechos humanos (XX)

Lo curioso dentro de este análisis de lainfluencia de las organizaciones de la so-ciedad civil, es que estas organizacionesse arrogan la representación de las muje-res en general, y de aquellas en situaciónde vulnerabilidad en particular. Esto sevincula decisivamente con lo referido

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(XX) Expte. 230-D-2018.



(XXI) Entrevista a Serrin Foster citada en Marx Ferree 2003: 335.

supra respecto a la forma en que se de-fine la pobreza y vulnerabilidad.

La Tiranía de la Oferta GubernamentalComo corolario a estos tres factores

que influyen en la construcción del pro-blema como demanda social de una res-puesta en términos de políticas públicas, loque nos encontramos del otro lado es laoferta gubernamental. Meny y Thoeninghablan de “la tiranía de la oferta guberna-mental” al modo en el cual el Estado puedeestructurar y condicionar “las necesidadesde acción pública que experimenta la po-blación”. (XXI) En efecto, “Schattschneidery Cobb y Elder aportan modelos para el es-tablecimiento de la agenda que puedenusarse empíricamente para mostrar cómolos intereses de aquellos con una posicióndominante o monopólica en determinadoámbito de las políticas públicas están mo-tivados a asegurar que el tema esté en-marcado en rígidos parámetros”. [3] Dichoen otras palabras, quienes tienen que de-cidir políticas públicas quizás prefierendejar enmarcada la solución del problemade la maternidad vulnerable en una ley delegalización del aborto, antes que debatirlas verdaderas soluciones para sacar a esasmadres de esa situación de vulnerabilidad.

Resumiendo hasta aquí lo expuesto, se pueden señalar dos conclusiones provisorias:

Que detrás de este debate hay ungrupo cohesionado, articulado y con ac-ceso e influencia en la agenda pública, in-tegrado por políticos, funcionarios,multimedios, periodistas, celebridades, or-ganizaciones de la sociedad civil locales einternacionales que trabajan hace muchotiempo por la liberalización del aborto pormotivaciones diversas.

Que la demanda de estos gruposcuenta con el favor de las medidas propi-ciadas en términos de política demográ-fica por las grandes potencias a través demecanismos de soft power de política ex-terior como financiación internacional através de organizaciones civiles y orga-nismos internacionales.

Que todos estos actores confluyen enun grupo que, con más distancia tempo-ral, podría ser analizado desde el marcode las coaliciones promotoras de políticaspúblicas para medir su impacto y trans-formación del contenido y el ambientedel debate dentro del subsistema en torno

al aborto, para sopesar cuánto ha influidoesa coalición y sus respectivos actores, co-munidad internacional, medios de comu-nicación, organizaciones locales, etc., enel cambio de clima que les permitió des-pués de casi una década lograr finalmentehabilitar en el Congreso un debate quehasta el año pasado no se alcanzaba.

¿Control demográfico o derechos de la mujer? ¿Autonomía de la voluntad o vulnerabilidad materna?

Llegada esta instancia, voy a procedera utilizar el mismo marco de coaliciónpromotora para meterme en el análisis dellenguaje y el discurso en torno al aborto.Para esto, atendiendo a la influencia quela interacción con la comunidad interna-cional, y en especial con los Estados Uni-dos y los organismos internacionalestienen sobre este debate, será imprescin-dible acudir a una perspectiva de análisiscomparado. Ya mencioné que en los Esta-dos Unidos el primer cambio de discursofue desde la argumentación del controldemográfico hacia la basada en una no-ción de derechos.

Como afirma Ziegler, [12] la coaliciónpromotora del control demográfico eramuy diversa en la década que precedió aRoe v. Wade. Los argumentos que esa co-alición esgrimía para el control demográ-fico fueron decisivos para avanzar en lasreformas hacia el aborto antes del men-

tado fallo de la Corte. Esta misma líneaargumental era la que utilizaban poraquel entonces instituciones como Natio-nal Organization of Women, NARAL yPlanned Parenthood. Dicho en otras pa-labras, el apoyo al aborto se sustentabacomo una medida de control demográ-fico. Todo cambió con Roe y su argumen-tación basada en derechos, lo cualtambién apartó el discurso a favor delaborto de cualquier consideración en tér-minos de políticas públicas. [12] LaHuman Betterment Association for Vo-luntary Sterilization era la única organi-zación pro control demográfico que hasta1970 no había abrazado el aborto. [12] En1965 pasó a llamarse Association for Vo-luntary Sterilization —AVS—. [12] Ya cercade la fecha de Roe, AVS también migró suargumentación, entre otras razones, porel rechazo que generaba en países deAmérica Latina el discurso de la esterili-zación, y los escándalos por el abuso en lautilización de esa técnica en el extranjero.[12] La creación de un Comité para ter-minar con el abuso de la esterilización en-frentó a AVS con acusaciones de racismoy violencia hacia la mujer. Hoy todavíafunciona bajo el nombre de Engender He-alth, [12] pero aparentemente ya no haceaquel énfasis en las bondades de la este-rilización.

El clima ya había cambiado antes deRoe v Wade. En 1972 tanto la ConvenciónDemócrata como la Republicana usaban

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indistintamente los términos abortion ypopulation control. [12] Sin embargo la re-levancia política de las reformas de controldemográfico seguía creciendo, como loprueba el éxito legislativo de la propuestade Nixon de crear un Centro Nacional deControl Demográfico y Planeamiento Fa-miliar, apoyado por legisladores de ambospartidos y de orígenes tan variados comoel texano republicano G. H. W. Bush y el de-mócrata de Bronx James Scheuer.

Robin Elliot, miembro de Planned Pa-renthood, jugó un papel fundamental alasesorar a esa institución para que cam-bie su discurso, adoptando la retórica dederechos de Roe. [12] Como ya se men-cionó, el choque con los países pobres enBudapest 1974 convenció a Planned Pa-renthood y compañía de que los argu-mentos de control demográfico habíanperdido eficacia. Denise Spalding fue otrade las que, desde su rol de directora deACLU, difundió las virtudes en términospublicitarios y educativos del discurso ba-sado en la libertad reproductiva. PlannedParenthood empezó a incluir en su argu-mentación el énfasis en el acceso iguali-tario al aborto. [12]

De la vereda de enfrente, la coaliciónprovida también cambió su discurso en1974, alejándose del catolicismo. [12]Quizás eso se emparenta con lo que estápasando en el actual debate en la Argen-tina, donde la Iglesia institucionalmente

no ha jugado el rol que sí asumió en otrosdebates, aunque aún es muy tempranopara poder afirmarlo.

El rol de los afroamericanos fue deci-sivo en la oposición al aborto en EstadosUnidos: Marvin Davies afirmaba que lasmedidas de control demográfico no esta-ban entre los intereses de ese sector de lapoblación, lo cual sería confirmado porlos sucesos posteriores. [12] El ReverendoJesse Jackson también manifestó quehabía rastros de genocidio detrás de esasregulaciones.

Una vez superada esta primera frag-mentación en el discurso en torno alaborto en los Estados Unidos, siguió laque consigna en su trabajo Marx Ferreeentre el discurso libertario y el discursoproteccionista. En un trabajo basado enel análisis de quiénes y qué estaba repre-sentado en los discursos de los medios delos dos países basado en datos de perió-dicos comparando el discurso sobre elaborto desde 1970 a 1994 en Alemania yEstados Unidos releva la existencia lasfranjas “individualistas” y “proteccionis-tas”. La primera defiende que el aborto esuna cuestión de elección que las mujeres,como los hombres deberían poder ejercerlibremente como ciudadanos que osten-tan derechos, franja que se encontraba enla corriente principal de la teoría liberal.[18] La segunda asume la necesidad de lasmujeres de ser protegidas de la coerción

social para poder ser libres. [18] El mismoestudio destaca la postura del movi-miento Feminists for Life (FFL) de los Es-tados Unidos como uno de los discursos“marginales” o “excluidos” dentro del fe-minismo. [18]

Una de las referentes de FFL, SerrinFoster, no duda en afirmar que ningunamujer elige abortar libremente, sino quees un último recurso a la vez de ser el re-flejo de que hay un problema en la socie-dad. (XXII)

Lo que me propongo demostrar ahoraes que en la construcción discursiva deltema en el debate en torno al aborto en laArgentina se plantea la despenalización,legalización o liberalización del aborto entérminos ambiguos, haciendo uso por unlado de argumentos vinculados a la liber-tad o a la autonomía de la voluntad defi-nida en términos neoclásicos, a la vez deapelar a la sensibilidad del público argu-mentando desde la situación de la vulne-rabilidad materna.

Así, los argumentos que hacen énfasisen la vulnerabilidad de la mujer se en-cuentran, por ejemplo, en el Proyecto230-D-2018, cuando alude a “las inequi-

dades en el acceso a servicios, en la dis-ponibilidad de recursos humanos y físicosadecuados y en la calidad de la atenciónsanitaria” que “impactan de diferenteforma sobre las razones de la mortalidadmaterna y generan un riesgo despropor-cionado para las mujeres que viven en lasjurisdicciones más pobres del país”. Tam-bién afirma que “son las condiciones enlas que ocurren los abortos las que plan-tean un problema de inequidad y que re-fuerzan las diferencias entre sectoressociales, siendo éste un problema deSalud Pública y de Políticas Públicas vin-culados con la equidad y la justicia social”.(XXIII) Al reseñar que “los índices másaltos de mortalidad de mujeres causadaspor aborto se registran en el Norte denuestro país” concluye otro de los pro-yectos citando al Plan Nacional contra laDiscriminación al decir que “las altas tasasde muerte por aborto son una expresiónlamentable de la discriminación de lasmujeres de sectores más pobres”. Más ade-lante reitera la referencia a “el impacto di-ferenciado en el acceso al aborto porparte de las personas de sectores popula-res”. (XXIV)

Del otro lado, se alude a la libertad enun sentido más neoclásico cuando mani-fiestan que “será un país más justo y equi-

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(XXII) Expte. 230-D-2018.(XXIII) Expte. 2492-D-2017.(XXIV) Expte. 230-D-2018.



(XXV) Expte. 230-D-2018.(XXVI) Expte. 0443-D-2018.(XXVII) Expte. 2492-D-2017.(XXVIII) Expte. 2492-D-2017.(XXIX) Expte. 0443-D-2018.

tativo cuando quienes quieran y puedantener hijos e hijas lo hagan sin problemas;y quienes en pleno goce de sus faculta-des personales no lo deseen, puedan in-terrumpir el embarazo en condicionessanitarias adecuadas, de manera que nohaya más mujeres que mueran en el in-tento, sumidas en la angustia de un em-barazo no planificado ni deseado. Lamaternidad no puede ser una imposicióndebe ser siempre una elección de vida,como muchas otras y el Estado debe velarpor la vigencia plena de los mismos”. (XXV)

La autonomía de la voluntad así en-tendida se enmarca en el modelo neoclá-sico de toma de decisiones que presumeque las personas tienen objetivos claros yordenados, y que se encuentran en posi-ción de acumular, procesar e interpretartoda la información que necesitan sobrelos distintos medios para cumplir susfines, deduciendo de entre esos medios lomás eficaces para esos logros. [19] Talconsideración pierde de vista los costos dela información, emocionales y costes devalores. [20] La realidad impone que encualquier contexto los factores normati-vos y afectivos influencian las decisionesexcluyendo el rol de las consideracioneslógico-empíricas.

También se enmarcan en esta línea ar-gumental cuando hablan de decisiones oaluden al deseo o no de un determinadoembarazo: “Las injusticias reproductivas sematerializan, entre otras, en factores queconstriñen las decisiones reproductivas delas mujeres, forzándolas a una maternidadno planeada, o a los riesgos de un abortoclandestino en condiciones no seguraspara su vida y su salud”. (XXVI) Los otrosproyectos también hablan de “la libertadde decisión” (XXVII) o de “autonomía de lavoluntad”. (XXVIII) Este último proyecto esel que más insiste con estos argumentos,cuando habla de “la posibilidad de tomaruna decisión libre e informada sobre la in-terrupción del embarazo, sin interferenciade terceros/as, en la formación de la vo-luntad de quien gesta”, de “derecho a lamaternidad libremente decidida”, de la“autonomía de las personas, tanto en elámbito público como en su vida privada”y de “libre disposición”. (XXIX)

Nuevamente encontramos a la auto-nomía de la voluntad contradiciendo lospropios argumentos abortistas del condi-cionamiento que la vulnerabilidad generasobre la libertad de la mujer: “La mujerque aborta en la clandestinidad —porqueel aborto es todavía ilegal— conoce ade-

más que esta� exponiendo su vida, susalud, su libertad”. (XXX)

Esta ambigüedad fue puesta en relieveen otros contextos en los que se debatióel aborto. En el fondo, la mejor defensadel aborto es “radicalmente libertaria”.[21] Esto fue dejado en evidencia por al-gunas intelectuales libertarias feministasen Estados Unidos, que plantean comouna incoherencia que quienes están afavor del aborto por argumentos liberta-rios no pueden defender con los mismosargumentos [18] su reclamo de que losabortos los pague el sistema (en Argen-tina, aborto “gratuito”).

Marx Ferree sostiene que aquellos quese pronuncian a favor del aborto se nie-gan a reconocer que la coerción socialpuede coexistir con libertades formaleslegales y a admitir que la “libre elección”no sería experimentada como una elec-ción bajo ningún aspecto. De esa manera,el discurso del derecho al aborto en losEstados Unidos margina a las mujeres queson en realidad víctimas, que fueronabandonadas por el Estado a lidiar con lacrisis económica, personal y social que ex-perimentan con su embarazo. Y continúaafirmando que las mujeres pobres y las decolor están sobrerrepresentadas entreaquellas que no sienten que tengan una

opción de criar a un hijo y que, en lugarde eso, se pueden sentir compelidas y co-ercionadas hacia la esterilización, a dar enadopción o a abortar. (XXXI) Dicho de otramanera, no eligen libremente abortar,porque no podrían haber elegido con lamisma libertad ser madres.

Quizás el rol que el marco de las coa-liciones promotoras le atribuyen al apren-dizaje mutuo de las coaliciones quecompiten en un mismo subsistema nossea útil para empezar a entender el virajedel discurso pro aborto hacia una argu-mentación anclada en la vulnerabilidadmaterna como herramienta para lograrapoyo de parte de la sociedad civil ape-lando a su sensibilidad. Ese aprendizajetambién lo llevó a empezar a hacer hin-capié en la “vida”, en su caso, de la mujer,[11] aprendizaje probablemente vinculadoa la denominación atribuida a la coaliciónopositora, usualmente referida como“provida”.

EL DISEÑO DE LAS POLÍTICASPÚBLICAS: EFICACIA E INSTRUMENTOSA DISPOSICIÓN DEL ESTADO

El enfoque del diseño de las políticaspúblicas se centra en los temas vincula-dos a la eficacia de los distintos instru-mentos a disposición del Estado para

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(XXX) Solinger 2001; Roberts 1997 citados en Marx Ferree 2003: 336.(XXXI) RCOG 2004: 9 citado por Fine-Davies 2007: 32.



enfrentar una determinada problemática.Si bien algunos plantean este enfoquecomo una ruptura radical con los análisismás conductistas, [22] en este caso lo queprocuramos es integrar este análisis másorientado al deber ser de las políticas pú-blicas en torno a la problemática delaborto y la maternidad vulnerable, con elanálisis realizado hasta aquí, como unaporte al debate.

Más allá de las líneas argumentales,pareciera rondar en el ambiente un con-senso de que una porción de la mortali-dad materna se explicaría por la demandade abortos clandestinos, y una parte deesa demanda de abortos clandestinos seexplicaría por un contexto de vulnerabi-lidad y/o por la existencia de embarazosno deseados. Lo que ensayo como res-puesta aquí es que dentro del conceptode maternidad vulnerable pareciera poderexistir el caso de una mujer que quiere sermadre, pero no puede; dentro del con-cepto de embarazo no deseado, parecierapoder existir el caso de una mujer quepuede ser madre, pero no quiere, enten-diendo esa potencia e impotencia en elmás amplio sentido psico-físico-econó-mico y social.

En este razonamiento se impone a lalógica el preguntarnos primero por quélas mujeres abortan. Esta indagación nosva a permitir además descubrir en quémedida esa demanda de abortos se podría

llegar a explicar, al menos según los tes-timonios de las propias mujeres, por ha-llarse ellas en una situación devulnerabilidad.

¿Por qué las mujeres recurren a un aborto?

En Suecia se verificó que la decisión deabortar estaba asociada a la juventud o atener dos o más hijos; además, el desem-pleo y la falta de capacitación laboral au-mentaban el riesgo de requerir abortos encomparación a las profesionales. El desem-pleo y los bajos ingresos surgieron factoresasociados con el aborto inducido. [23]

Allí mismo, sobre una muestra de 1351mujeres buscando abortar y 1289 mujerescon intención de dar a luz, la tasa de des-empleo es superior en la primera muestra(23% contra 14%). Clasificando por nivelde ingresos los dos niveles más bajos sonlos únicos en los que la tendencia a abor-tar supera a la de dar a luz (9,8% contra9% y 24,6% contra 15,5%) invirtiéndoseen los 2 niveles superiores (27% contra45,5% y 7,5% contra 14,9%). [23]

Un estudio sobre el aborto en Pakistánarroja que un 30% de las mujeres mani-fiesta abortar por tener muchos hijos, un27% por fallas en la contracepción, un18% por la selección del sexo del niño yun 15% por razones médicas. [24] En otroestudio, donde 61% de las mujeres tenían

más de 5 hijos, entre las razones princi-pales para abortar se alegaba nuevamenteel tener muchos hijos (64,4%) y fallas enla contracepción (20,3%). [25]

Este segundo trabajo sobre Pakistán, enuna muestra de 452 mujeres que aborta-ron, registró que 91,4% estaban casadas,lo cual contrasta con los resultados de es-tudios en países occidentales, en África yen Sudamérica. [25] También en otro estu-dio, la violencia doméstica fue reportadapor el 38,9% de 105 mujeres buscandoabortar. La mayoría en relaciones establescasadas por más de un año. [26]

La incidencia de la violencia aumen-taba en parejas de menor nivel educativo:[26] 55% de las mujeres envueltas en vio-lencia doméstica eran víctimas de violen-cia física durante su infancia, y 65%habían visto a su madre ser golpeada deniñas. [26] “El estudio indica que 65,5%de las víctimas era financieramente de-pendiente mientras que sólo el 20% de laseconómicamente independientes eranvíctimas”. [26]

Otro estudio de 252 mujeres que abor-taron en Estados Unidos revela que el 53%se sintió “forzada” a abortar por otros y65% se sintió “forzada” por sus circuns-tancias, mientras que un 83% manifestóque hubiera seguido su embarazo si hu-

biera sido alentada a hacerlo por otras per-sonas, y un 84% lo hubiera continuadobajo “mejores circunstancias”. [27]

Me limito a citar lo que menciona elAnálisis del Centro de Bioética Persona yFamilia sobre el contundente informe deElard Koch sobre las razones que llevan alas mujeres en situación de vulnerabilidada considerar un aborto en el caso chileno,sobre el cual ya se han explayado otrasponencias y seguramente lo seguirán ha-ciendo: “el 44,4% alegó como motivo lacoerción sufrida de parte de los padres o lapareja con o sin la presencia de violenciaintrafamiliar; el 22,8%, factores asociadosa expectativas de vida incluyendo conti-nuar estudios, proyecto de vida, situaciónsocioeconómica y temor a ser madres sol-teras; el 20,4%, ocultar el embarazo portemor a la reacción de la pareja o de lospadres; el 2,1% por abuso sexual, y el 1,9%por abandono de la pareja. Entre las quepresentaban embarazos vulnerables y re-querían ayuda, aunque no manifestaronbuscar un aborto, el 36,9% fue por nece-sidad de apoyo psicológico o emocional;el 20,1% por situación de abandono conpérdida de hogar; el 12,9% para ocultarembarazo por temor a la reacción de lapareja o de los padres; el 9,4% por posibi-lidad de dar en adopción; el 7,9% porabandono de la pareja; el 3,7% por coer-ción o violencia intrafamilar y el 1,8% porabuso sexual”. [28]

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¿Por qué las mujeres recaen en elaborto? Historias de abortos repetidos

La conclusión más alarmante de unestudio sobre el aborto en Túnez es queel 42,2% de las mujeres buscando abortarya habían experimentado al menos unaborto antes. Lo que destaca, y es rele-vante para mi argumentación, es que esastasas se repiten en estudios realizados enSuecia, Estados Unidos e Inglaterra. [29]Las mujeres que repetían el aborto enTúnez eran mayores en edad y con tasasde educación superior inferiores —20,4%contra 10,4%— a las de las que buscabanel primero. [29] Las tasas de mujeres sol-teras también son significativamente másaltas (23.7 % contra 9.7) en las mujeresque repitiendo el aborto con relación a laprimera vez.

Esto es coincidente con estudios enDinamarca, Escocia y Finlandia. [29] Asi-mismo se verifica, entre quienes repitenla práctica del aborto, una brecha escan-dalosa (42,8% contra 13,9%) en compa-ración a las del primer aborto (cuyoporcentaje también es de por sí un escán-dalo) en el número de las que denuncianconflictos con su pareja, incluida violen-cia psíquica y sexual. [29]

En un estudio en Dinamarca más deun 35% de las mujeres en análisis habían

tenido un aborto previamente. [31] Aque-llas mujeres que recurrían a abortar ha-biéndolo hecho antes era más probableque tuvieran hijos, estén desempleadas ode licencia médica, fumen diariamente,no tengan apoyo emocional de alguiencercano con quien compartir pensamien-tos y sentimientos, y también teníanmenos nivel educativo. [31]

De igual manera, en un estudio sobremujeres mexicanas buscando acceder aun aborto en San Diego, California, un17,2% manifestó haber abortado previa-mente. [32] El 85% de las mujeres mexi-canas buscando un aborto en San Diego,California, conocían dónde podían acce-der a contracepción de emergencia. [31]En Pakistán, a pesar de haber disponibili-dad de contraceptivos a precios asequi-bles, la prevalencia de la tasa decontracepción es de apenas el 31%. [26]Además, un 27% manifiesta no haber ad-herido nunca a planeamiento familiar.[25] Esto parece sugerir que no existe unacorrelación, por lo menos en los estudiosa los que se ha accedido, entre el accesoa contraceptivos y el aborto.

Las consecuencias del aborto, según las propias mujeres

Una investigación que se propuso in-dagar en las percepciones de las mujeres

que han abortado, sobre 987 casos en losEstados Unidos, al ser preguntadas sobrelas más importantes consecuencias posi-tivas, si las hubiera, sobre su decisión deabortar, el 31% respondió “Ninguna”.Entre las respuestas que menciona el es-tudio manifiestan que su vida no es mejor,que es mucho peor; dicen cargar con eldolor de un niño perdido para siempre;que a pesar de sentirse perdonadas yhaber trabajado la culpa y la vergüenza, laconmoción todavía permanece; que pre-ferirían ser madres solteras y tener a subebé para amar antes que el dolor deunos brazos vacíos.

En el ranking de respuestas más reite-radas, en segundo lugar se encuentran lasencuestadas que refieren haber profundi-zado su vida espiritual a través de encon-trar el perdón (17,5%), siguiendo las quemanifiestan haberse comprometido en eltrabajo con embarazos en crisis (13,3%),destacándose entre estas respuestas laposibilidad de convencer a clientes de noabortar por haber visto un ultrasonido,entre otras. [32] Menciono que, como severá después, la legislación en varios Es-tados de los EEUU se ha avanzado en in-cluir la proyección de un ultrasonidoprevio a que la mujer preste al consenti-miento para abortar.

Al ser preguntadas por las consecuen-cias negativas, si las hubiera, de esa mismadecisión de abortar, casi el 24% señala el

hecho de ser responsable de la decisión dela muerte de su hijo. Haber pasado años deenojo, vergüenza y dolor. Muchas señalanno haber hablado de eso por treinta añoscon nadie que no fuese su marido, haberexperimentado oscuras depresiones, pen-samientos de suicidio, y destellos de ira.Otras señalan una relación desbalanceadacon sus hijos. [32] Siguiendo con el ordende las respuestas más reiteradas, la depre-sión ocupa el segundo lugar (14,4%) se-guida por la culpa (14%), seguido por elenojo con sí mismas por haber abortado,(12,4%), la vergüenza (11%), haber caídoen adicciones (9%), por el arrepentimiento,las conductas auto-destructivas, la ansie-dad, y por último un 6,2% manifestó haberintentado un suicidio. [32] La tendencia alsuicidio se verifica también en otros de losestudios.

Un estudio del Elliot Institute for So-cial Science Research reporta las siguien-tes estadísticas entre mujeres que hanabortado: 50% comenzaron o aumenta-ron el consumo de alcohol y drogas, 28%intentó suicidarse, 52% denuncia habersentido presión de otros para abortar. [27]

El Royal College of Obstetricians andGynaecologists del Reino Unido publicóen 2004 un documento sobre el abortodonde reconoce que algunos estudios su-gieren que las tasas de enfermedades psi-quiátricas y de daño auto infringido sonmás altas entre mujeres que han tenido

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(XXXII) Expte. 2492-D-2017.(XXXIII) “Solo en el 16 % de los países en vías de desarrollo se permite el aborto por razones sociales o económicas, encomparación con el 80 % de los países desarrollados” (Expte. 2492-D-2017).(XXXIV) “Existen cada vez más pruebas de que en los lugares donde el aborto es legal por amplias razones socioeconómi-cas” (Expte. 2492-D-2017).(XXXV) 1981: 141 citado por Subirats 1992: 67.

abortos comparados con mujeres de lamisma edad que dieron a luz y mujeresque no estuvieron embarazadas. (XXXII)

Un estudio de marcado corte pro-abortista ya citado, no deja de reflejarque cantidad de mujeres que perciben enel momento de abortar, que el aborto eslo mismo o algo similar a matar aumentaun 73% entre mujeres en primer trimes-tre a mujeres en segundo semestre de em-barazo. [33]

Diferentes publicaciones coinciden enque “las mujeres que abortaron por anor-malidades en el feto o razones genéticastienen mayor probabilidad de presentarconsecuencias negativas”. Sin embargo,en uno de los estudios citados un 70% delas mujeres no tenían preocupacionessobre los efectos colaterales del aborto.Piensan que es un método fácil y rápidopara discontinuar un embarazo pero noconocen sus efectos paralelos. [24] Estodesconocimiento contradice cualquierposibilidad de consentir informadamentepara a someterse al tratamiento.

Análisis

De lo expuesto surge que las razonespor las cuales las mujeres demandan abor-tos varían en los distintos países incluyendoel tener muchos hijos, las fallas en la con-tracepción, la selección del sexo, razonesmédicas, violencia doméstica. La variedadde estas causas no parece escapar a lasconsideraciones de algunos de los proyec-tos en debate, por ejemplo cuando se aludea “causas ‘sociales’ de un embarazo no de-seado (…) dificultades sociales o económi-cas, la pérdida de la vivienda o el empleo, laedad, el abandono de la pareja, el desarro-llo personal o plan de vida, etc.” (XXXIII)

Lo curioso es que en ninguno de losproyectos se ensaya al menos una clasifi-cación entre los factores que verdadera-mente están poniendo en evidencia uncontexto de vulnerabilidad de la mujer, conaquellos que no tienen que ver más quecon la mera alegación de prioridades decorte más individualista. Así, este mismoproyecto habla sin mucha especificidad de“razones sociales o económicas” (XXXIV) ode “razones socioeconómicas”. (XXXV)

Lo que es decisivo es que lo que entodos los estudios existe, al menos en uncierto porcentaje, es una injerencia de laspresiones de otros y de las circunstanciaspara haber tomado la decisión de abortar.Esto interpela fuertemente a la alusiónpermanente a una libertad definida entérminos de autonomía de la voluntadque se reitera en los argumentos a favorde la despenalización. En contraste unavez más con esa pretendida decisión librede abortar, las mujeres denuncian la co-erción sufrida, violencia intrafamiliar, etc.

Igualmente se puede concluir que elhecho de estar casadas o solteras no re-presenta uniformidad en los distintos es-tudios. Tampoco influye la estabilidad enla pareja en la exposición a la violenciadoméstica, aunque su incidencia de laviolencia si podría tener que ver conmenor nivel educativo, con haber sufridoviolencia física durante su infancia, y conel grado de dependencia financiera conrelación a su pareja. Lo decisivo en rela-ción a la violencia doméstica es su inci-dencia en la tasa de abortos repetidos.

Y aquí es donde me gustaría dete-nerme. Se ha visto que son distintas lascircunstancias que llevan a una madre aabortar. Sin embargo, las que más afec-tan su libertad para elegir libremente, sonlas que más influencia tienen cuando mi-ramos las estadísticas de las mujeres quecaen en el aborto más de una vez: violen-

cia doméstica, falta de educación, depen-dencia financiera, etc. Esto habilita aplantear que efectivamente el aborto nocontribuye a resolver ninguno de los ver-daderos problemas que llevan a esas mu-jeres a abortar.

Del mismo modo queda en evidenciaque sigue existiendo una porción de losembarazos no deseados cuya razón es-capa al contexto de vulnerabilidad, talescomo las expectativas de vida, carreraprofesional, las fallas en la contracepción,la selección del sexo, etc. Acá la objeciónaparece con mayor fuerza y evidenciacontra el argumento neoclásico de la au-tonomía de la voluntad: ¿por qué debierael Estado hacer lugar a una reivindicaciónindividualista de un pretendido derecho ala autodeterminación de las parejas quepudieron en efecto haber optado por noquedar embarazadas?

Se puso en evidencia que la disponibi-lidad de contraceptivos no afecta la tasade abortos, lo cual demuestra que inclusolas parejas informadas y con acceso acontraceptivos, terminan acudiendo alaborto, no como ultima ratio sino comoun método anticonceptivo más. En Esta-dos Unidos la propia Corte Suprema reco-noció en 1992 en la causa PlannedParenthood v. Casey que muchos ameri-canos han organizado sus vidas confiandoen la disponibilidad del aborto para elcaso de que la contracepción falle. [34]

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De las consecuencias del aborto sepuede deducir que muchas mujeres se per-ciben efectivamente responsables de la de-cisión de la muerte de un hijo, incidiendoesto en su salud psíquica, que muchas ma-nifiestan no hablarlo con nadie que nofuese su marido, lo cual podría ser un fac-tor preocupante en casos de violencia fí-sica o psíquica por parte de la pareja,además de señalar la depresión, incurrir enadicciones, haber intentado un suicidio.

Conclusiones para el diseño de las políticas públicas

Estas últimas conclusiones debieranintegrarse a las que ya se venían esbo-zando, a saber:

La existencia de un grupo cohesio-nado, articulado, y con acceso e influen-cia en la agenda pública, integrado porpolíticos, funcionarios, multimedios, pe-riodistas, celebridades, organizaciones dela sociedad civil locales e internacionalesque trabajan hace mucho tiempo por laliberalización del aborto por motivacio-nes diversas y que cuentan con el favorde las medidas de política demográficapor las grandes potencias a través de me-canismos de soft power en términos depolítica exterior como el financiamiento.

Estos mismos grupos son los que de-fienden la liberalización del aborto osci-

lando entre argumentos que hablar de lavulnerabilidad de la mujer (de los factoresque hacen que la mujer no elija feliz y li-bremente abortar) a la vez que defiendenla implementación del aborto libre, conuna concepción de libertad a la que nadale importaría en qué forma aquella vul-nerabilidad incidiera en esta elección.

La convergencia de esos grupos podríaenmarcarse como una coalición promo-tora del aborto como política pública, quehan logrado exitosamente a través delaprendizaje teñir su discurso de argu-mentos vinculados a la vulnerabilidad dela mujer, y así sensibilizar a la opinión pú-blica, y ese viraje hacia argumentos vin-culados a la vulnerabilidad, podría estarasociado a un proceso de aprendizaje porparte de esta coalición.

Después de estas últimas indagacio-nes, sin exigir las conclusiones más allá delo razonable, se puede afirmar que existeuna porción de esa demanda de abortosdonde efectivamente la mujer no eligió,o no tuvo opción de elegir, y fue forzadapor sus circunstancias o por otras perso-nas. Habiendo ahora conocido un pocomás las dimensiones del problema, es via-ble consentir en que existe una porciónde la demanda de abortos en los que lano deseabilidad del aborto se vincula conla vulnerabilidad de la madre que no eligelibremente abortar.

Este sí parece ser un problema, el de lamaternidad vulnerable, el cual el Estadodebe resolver atacando sus causas (las di-mensiones de esa vulnerabilidad), y no susefectos (la demanda de abortos, uno deellos). Desde que no toda la demanda deabortos se explica por la maternidad vul-nerable, habrá una porción de esa de-manda que deberá desalentarse a travésde las herramientas de que el Estado dis-pone a ese efecto, la primera de ellas, laeducación.

En este contexto, es inadmisible que sefunde la defensa de la liberalización delaborto en un concepto de la autonomíade la voluntad, incluyendo a las mujeresembarazadas en la categoría de personasque pueden ejercer una decisión de abor-tar sin considerar sus circunstancias so-ciales. [18]

LA FORMULACIÓN DE ALTERNATIVAS:EL ANÁLISIS DE PROSPECTIVA

Llegada esta instancia en la que hemospodido “definir el problema y asumir su

condición de cuestión a resolver por lospoderes públicos”, el analista es quiendebe, en el marco del diseño de las políti-cas públicas, sugerir la más apropiada enrelación al problema así definido. Paraesta etapa, lo que se trata es de recopilartoda la información en torno a la proble-mática a los efectos de convertir esa in-formación en alternativas pertinentes, loque constituye un “trabajo de prospec-tiva” que es vital para prever los posiblesefectos de cada una de las opciones comoasí también del caso de que no se tomeninguna decisión para torcer el rumbo delos acontecimientos. [4]

Aquí ya se vislumbra una limitaciónmetodológica originada en “en el carác-ter cambiante y complejo de las condicio-nes sociales que afectan a toda posibleprevisión de futuro”. Según las fuentes alas que se acuda y la coherencia de la ar-gumentación seguida en relación a la de-finición del problema, este análisis deprospectiva puede tomar distintas formas.Dunn (XXXVI) distingue entre proyeccio-nes, predicciones o conjeturas, distinción

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(XXXVI) “Silvia Mario y Edith Pantelides fueron quienes publicaron el estudio que da origen al número de 500.000 abor-tos (…) Utilizaron dos métodos (…) La crítica que se realiza a este [primer] método es que está basado en una estimaciónpuramente subjetiva a partir de 30 personas y tiene una aproximación sesgada a la realidad de lo que sucede. Estima unalto número de mujeres “ricas” que no concurren a los hospitales por aborto (9,1) y ello eleva notablemente el resultadodel total de abortos. Ahora bien, si el problema es la legalización, tal multiplicador nos estaría señalando que lo que sebusca es legalizar el aborto de las mujeres ricas, que es el que no se visibiliza en los egresos hospitalarios por aborto. (…)Un segundo método utilizado por Mario y Pantelides es el residual (…) En cuanto al método residual, las mismas autorasreconocen que el valor de la tasa de fertilidad potencial (TF 15,3) influye en el resultado y que es sólo una aproximacióny admiten que “las estimaciones del número de abortos obtenidas mediante el método residual podrían estar sobreesti-madas” (Centro de Bioética, Persona y Familia 2018: 13-15).



“El Dr. Koch recurre a una novedosa metodología que se basa en probabilidades biológicas aplicadas a las estadísticas vita-les. En efecto, el equipo de Koch utiliza el Modelo de Embarazos Esperados (EPM), que se basa en las probabilidades biológi-cas de una concepción viable publicadas por Wilcox et al. en la revista New England Journal of Medicine, y a partir de datosobjetivos como la tasa global de fecundidad (TGF) y la población femenina en edad fértil, estima el número de embarazosque ocurren cada año en un país. A la luz de estos nuevos conocimientos, no disponibles cuando otros métodos de estima-ción de abortos clandestinos fueron propuestos, se puede conocer el total de embarazos esperados, la proporción de emba-razos que se interrumpen muy tempranamente en forma espontánea, tanto de forma imperceptible como una pérdidaclínicamente evidenciada. El resto de los embarazos viables se dividen en tres grupos: los que terminan en nacidos vivos, quecada país lleva en sus estadísticas vitales; las muertes fetales, de las cuales también hay registro fiable y el grupo corres-pondiente a los abortos inducidos calculado como el remanente faltante. (Lafferriere JN, ‘Reseña de la Exposición del Dr. ElardKoch en el Congreso Nacional sobre aborto y mortalidad materna’, Prudentia Iuris. 2011; 70: 267-269.)“Para Koch, se estiman 47.636 abortos inducidos en Argentina. 5) Señala que una eventual despenalización del aborto enArgentina incrementaría sustancialmente la magnitud de abortos provocados a petición (2,3 veces a los siguientes diezaños y 5,1 veces tras cincuenta años de legalización o despenalización) estimando que el año 2020 los abortos provoca-dos se incrementarían desde 47.636 a 113.586” (ídem: 267).

que en esta instancia cobra particular re-levancia para proseguir con el análisis.

Proyecciones, predicciones y conjeturas respecto al aborto

La proyección se refiere a extrapolar latendencia presente hacia el futuro, paraanticipar cuál podría ser el rumbo de lasituación definida ya como problemáticapara el caso que no se adopte ningunadeterminación. [18] Sería, en la cuestióndel aborto, prever cuáles serían las ten-dencias a futuro de las tasas de mortali-dad materna, de los factores que incidenen la vulnerabilidad de la mujer, de la de-manda de abortos, etc.

En segundo lugar, las predicciones tie-nen ya un influjo de asunciones origina-das en teorías que pueden asumir laforma de leyes, proposiciones, analogías,

etc. [18] Se advierte que en esta instanciaempiezan a influir la subjetividad del in-vestigador, y sus conclusiones estarán su-peditas a la solidez y validez de aquellasasunciones teóricas.

Por último, las conjeturas implican unanálisis sesgado por un alto nivel de sub-jetividad en tanto influyen las opinionessobre cuál será el rumbo futuro de la so-ciedad, intuiciones personales, posturastomadas de antemano por los decisores,o consensos en el seno de determinadasélites. [18] Se va a descubrir que buenaparte de los argumentos de prospectivaen torno a este debate del aborto se ha-llan respaldados por conjeturas que revis-ten ese carácter de meras opiniones sincorrelato en casos relativamente paralelosde otros países, unidos a ese consenso deesa coalición promotora de la liberaliza-ción del aborto tratando de acomodar sus

argumentos al contexto de moda, y ape-lando a sensibilizar a la opinión pública.

Las estadísticas del aborto

En este punto haré una breve referen-cia al uso e interpretación que se hace delas estadísticas al presentarlas. A los efec-tos de las críticas que merece la metodo-logía de investigación aplicada por SilviaMario y Edith Pantelides, remito al Análi-sis del Proyecto de Aborto Libre y Pro-puestas para la Maternidad Vulnerable delCentro de Bioética, Persona y Familia.(XXXVII) [28] Acá me limito a poner enevidencia las falacias ecológicas en queincurren la redacción de los fundamentosde los distintos proyectos independiente-mente de la referencia a las cifras de al-rededor de 500.000 abortos anualesrepetidas en todos ellos, cuyas serias ob-jeciones metodológicas no son salvablespor el hecho de que el Ministerio de Saludlas haya pretendido oficializar haciéndoseeco de ellas en sus documentos.

El proyecto de la Campaña de AbortoLegal cita a la OMS que afirma que “sibien desde 1990 se ha registrado un des-censo considerable, aunque irregular, enlas tasas de natalidad entre las adoles-

centes, un 11% aproximadamente detodos los nacimientos en el mundo seproducen todavía entre jóvenes de 15 a19 años. La gran mayoría de esos naci-mientos (95%) ocurren en países de in-gresos bajos y mediano”. (XXXVIII)¿Si sepudiera afirmar que el nivel de ingresosde los países influye en la tasa de natali-dad adolescente, cómo el aborto resuelveel problema de los ingresos?

Cuando se alega que “el riesgo aso-ciado a la decisión de interrumpir un em-barazo no deseado para una mujer deNigeria o Bolivia es entre 100 y 1.000veces más grande que para una mujer quetoma la misma decisión en Estados Uni-dos”, (XXXIX) ¿no se repara en que eseriesgo puede tener que ver con otros fac-tores, por las mismas razones que el riesgoasociado a cualquier otra intervenciónentre esos países podría variar en propor-ciones parecidas?

El mismo proyecto contiene en susfundamentos una afirmación cuya faltade sustento lógico y empírico no de-manda de esta parte más que su enuncia-ción: “La criminalización del aborto ennuestro país no ha logrado hasta ahorasalvar ninguna vida”. (XL)

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(XXXVII) 2018: 13-15.(XXXVIII) Expte. 230-D-2018.(XIX) Faúndes y Barzelatto 2011:76 citados en Expte. 2492-D-2017.(XL) Expte. 2492-D-2017.



(XLI) Expte. 2492-D-2017.(XLII) Expte. 2492-D-2017.

Citando al Consenso de Montevideosobre Población y Desarrollo, el mismoproyecto asegura que la recomendaciónde legalizar el aborto tendría como obje-tivos “salvaguardar la vida y la salud demujeres y adolescentes, mejorando su ca-lidad de vida y disminuyendo el númerode abortos”, afirmación también sin co-rrelato estadístico sustentable. (XLI)

Las falacias se repiten cuando seafirma que “las tasas de aborto inducidoson las más bajas en Europa Occidental,donde el uso de anticonceptivos moder-nos es elevado y el aborto legal en gene-ral está disponible a requerimiento”.(XLII)¿Está insinuando de una supuestacorrelación numérica que existe un nexocausal entre esos factores y el resultado“tasas de aborto inducido son las másbajas”? ¿En qué medida cada uno de losfactores que menciona — “uso de anti-conceptivos modernos elevado” y “abortolegal disponible a requerimiento”— seríanhipotéticamente responsables de ese re-sultado? ¿No tendrán que ver otros fac-tores, como meramente a modo deejemplo, el nivel de educación, o que enesos países de Europa Occidental existanmenos mujeres cuyo contexto de vulne-rabilidad las lleve a considerar el abortocomo una opción?

Las estadísticas en perspectiva comparada

Estas tendencias a negar la evidenciaempírica en su contra, y a presentar comonexos causales meros correlatos estadísti-cos por otra, se repiten antes y después,aquí y allá. La reciente tendencia en losEstados Unidos a legislar con mayor res-tricción el acceso al aborto, coincide conuna generalizada baja en los abortos con-forme registran las estadísticas. Un re-ciente estudio con un claro enfoquepro-abortista reconoce que la sanción dedeterminadas normas —por ejemplo el re-querimiento de asistir a una cita previapara counseling 24 hs. antes de realizarseun aborto— puede haber reducido la de-manda de abortos en el Estado de Mis-souri. En efecto, tras la sanción de esanorma en 2009, se registró un descensodel 17% en la cantidad de abortos de2008 a 2010. También reconoce que elcierre de clínicas en el Estado de Louisianapuede explicar una caída del 19% para elmismo período, en un Estado cuya de-manda de abortos había crecido un 38%entre 2005 y 2008. [35]

El intento de explicar esa reduccióngeneralizada —e incluso por encima de lamedia de los Estados donde no se sancio-

naron leyes restrictivas— por el mayor usode métodos contraceptivos no es sólido porexistir evidencia en contra de esa afirma-ción. [34] (XLIII) Si compartimos —para sercoherentes con nuestras críticas al recursopermanente que hacen de la falacia ecoló-gica los defensores de la liberalización delaborto— que la sanción de leyes más res-trictivas no pueden explicar toda la reduc-ción de la tasa de abortos, parece másrazonable asumir que esa tendencia gene-ralizada de la legislación en un país demo-crático como EEUU, con renovaciónhabitual de los cargos legislativos, se asociacon una actitud generalizada de la pobla-ción a rechazar cada vez más el aborto,acentuada por eventos como el debate defines de los ’90 sobre la técnica de abortodel niño parcialmente nacido, la revelaciónde peligrosos criminales aborteros comoKermit Gosnell y la mayor visibilidad del nonacido a través de los ultrasonido 4D. [34]Esta afirmación se sustenta incluso en es-

tudios que critican este cambio de actitudy defienden la resistencia pro-abortista: elapoyo de los americanos al aborto ha de-caído en los últimos años, mientras que elapoyo a las restricciones sigue creciendo,defendiendo leyes que se enfocan en influiren la decisión de la mujer sobre un aborto.[33] Probado como está el cambio de climageneralizado de opinión pública respecto alaborto en aquel país, como así también lasanción creciente de leyes más restrictivasen la mayoría de los Estados, pretendernegar que esto pueda tener que ver con eldescenso en las tasas de abortos requeriríacomo mínimo un cúmulo de datos más só-lido para desestimar su influencia.

Lo que sugiere la publicación de ElardKoch ya aludida es que el progreso ensalud materna en los países en desarrollodepende de los siguientes factores: un au-mento en el nivel educativo de las muje-res, nutrición complementaria para las

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(XLIII) Los resultados disímiles aportados por diferentes estudios habilitan a inferir que no existe ninguna relación directaentre el acceso a contracepción y la demanda de abortos. Pareciera necesario profundizar en otros factores culturales queexpliquen la no utilización de medidas contraceptivas incluso en contextos en los cuales son conocidos y accesibles: “Mostwomen seem to use termination of pregnancy as an easy way of avoiding pregnancy as now the services are easily avail-able and the stigma that used to be associated with it has waned over the years. In this study too the main reason forthe Safe Abortion Services [SAS] was a family being completed in 67% cases, whereas in the study by Young et al the mainreason for unwanted pregnancy was failure of methods of contraception like condom (48%) and oral contraceptive pills(42%)3. The study by Mittal and colleagues done in the city of New Delhi, showed that 39% of women were not usingany contraceptive method and 38% were using barrier methods.4 They have proposed contraceptive failure as one of theprime reason for terminating pregnancy and that the use of less reliable barrier methods as the reason for the contra-ceptive failure. On the other hand asimilar study in India by Shrivastava et al found that 55.2% of the woman cited com-pleted family as the reason for unwanted pregnancy2. A study done in rural India also showed that 42% of the womencited completed family as the reason for the unwanted pregnancy and only 7.8% gave contraceptive failure as the rea-son” (Bista et al 2013: 51).



(XLIV) “Greater proportions of women in 2014 than in 2008 reported that their pregnancy resulted from contraceptivefailure (30% vs. 23%) and that they had tried to interrupt their pregnancy (15% vs. 11%)” (Gebrehiwot et al. 2016: 125).

mujeres embarazadas y sus hijos, accesoa mejores condiciones de atención de lasalud materna, cambios en el comporta-miento reproductivo de las mujeres; ymejoras del sistema sanitario. [36]

Un estudio sobre los efectos de la libe-ralización del aborto en Etiopía, producidaen 2005 afirma que el número de mujeresbuscando abortos legales anuales esti-mado aumentó de 158.000 a 220.00 entre2008 y 2014. Otros datos interesantes quetambién rebaten muchos de los argumen-tos a favor de la liberalización en nuestropaís sobre los efectos que tal medida ten-dría sobre determinados indicadores son,entre otros, que la proporción de las mu-jeres con complicaciones severas entreaquellas que se presentan a cuidados depostaborto creció de 7 a 11%. [37] Igual-mente el caso de Etiopía demuestra queaumentó la cantidad de mujeres que re-currían a un aborto por fallas en la con-tracepción, (XLIV) [37] fortaleciendo unaintuición que ya esbozamos, de que elaborto al ser legalizado se convierte en unmétodo contraceptivo más, como refierenestudios citados supra.

Como refiere el Informe del Centro deBioética al que una vez más me remito,

“hay países que prohibían el aborto entodos los casos (Chile, Polonia, Irlanda) yque ostentaban las tasas de mortalidadmaterna más bajas de su continente y delmundo entero. Por otra parte, países quelegalizaron el aborto en todas las circuns-tancias, han visto trepar sus tasas de mor-talidad materna a cifras alarmantes(Sudáfrica, Turquía, etc.)”. Citando algu-nos ejemplos, “Sudáfrica, país en quedesde el año 1996 es legal la práctica delaborto, la tasa de mortalidad maternacreció desde el año 2000”, “Francia e Ita-lia, países que legalizaron el aborto en1979 y 1978 respectivamente, la reduc-ción más drástica de la mortalidad ma-terna se comprobó recién a partir del año2000, mucho después de la legalizacióndel aborto”, [28] seguramente explicablepor otros factores vinculados a indicado-res de salud pública.

Por último, el informe menciona a“países como El Salvador, Chile y Polonia,que prohibieron el aborto luego de ha-berlo permitido previamente [la mortali-dad materna] se redujo”. “Polonia, conuna de las legislaciones más restrictivasde Europa sobre el aborto, ostentaba en2015 una tasa de 3 muertes maternas porcada 100.000 nacidos vivos, la más baja

de ese continente”, mientras que “Portu-gal, país donde rige desde 2007 el abortolibre hasta la semana 108, tuvo un incre-mento de la mortalidad materna desde2008 (año en que la tasa era de 7 porcada 100.000 nacidos vivos) hasta 2015(10 muertes maternas por cada 100.000nacimientos con vida)”. [28] Toda esta evi-dencia empírica parece contradecir laafirmación del proyecto de aborto libre enla Argentina cuando dice que “la prohibi-ción no evita que las mujeres se realicenabortos”. (XLV) En efecto, uno de los estu-dios más citados para refutar las conse-cuencias psicológicas del aborto, no dejade reconocer que el 40% de las mujeres alas que se les negaba el derecho al aborto,los buscaban en otros lugares. (XLVI) Locual arroja que el 60% restante efectiva-mente no aborta, según estos estudios, alrestringírsele el acceso al aborto.

Ensayando una lectura integrada de las razones por las que las mujeresabortan con las estadísticas comparadas sobre el aborto y el impacto de su liberalización

Quizás la falta de correlato de las afir-maciones, vertidas en los proyectos de leyque prevén la liberalización del aborto, conla realidad de la política comparada tenga

que ver con que no tienen en cuenta losfactores que llevan en el caso concreto ala mujer a abortar: El mismo estudio quearroja que el 60% de las mujeres a las quese les negaba el derecho al aborto, noabortan, continúa afirmando que pocasmadres eligen darlo en adopción, y que enla mayoría de los casos las madres proce-den a criar a esos chicos ellas mismas.Agrega que “estudios de largo plazo handemostrado que en algunos casos hasta el30% de las mujeres que no accedieron alaborto continúan expresando sentimien-tos ‘negativos o ambivalentes’ respecto alniño”. (XLVII) Sea lo que fueren aquellos“sentimientos negativos o ambivalentes”,el análisis de lo expuesto por estos estu-dios deja en evidencia que un número al-rededor del 60% de las mujeres a las que seles niega un aborto y deciden tener su hijo,y luego de tenerlo no lo dan en adopción,no tendrían “sentimientos negativos o am-bivalentes” hacia su niño sino, presumible-mente, unos mejores.

Analizando las divisiones del femi-nismo en Estados Unidos en relación alaborto, Marx Ferree destaca que la Red deSalud para Mujeres Negras y otros gruposde mujeres de color intentaron hablar poresas mujeres —que en efecto hubieranelegido tener a un hijo— pero virtual-

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(XV) Expte. 230-D-2018.(XLVI) Dagg 1991: 584 citado en Fine-Davis 2007: 13.(XLVII) Dagg 1991: 584 citado en Fine-Davis 2007: 13.



(XLVIII) Koch 2013 citado en Centro de Bioética 2018: 16.

mente nunca tuvieron voz en los mediosy son abandonadas en su campo de lamoral radical por las corrientes principa-les. Sus posturas radicales no entran en laplana mayor de la representación mediá-tica del discurso feminista. La virtual au-sencia del discurso proteccionista en elmovimiento del derecho al aborto en losEstados Unidos no elimina la experienciareal de las mujeres que en efecto hubie-ran elegido tener a un hijo si existiera tallibertad de elegir. [18]

Un informe de Elard Koch “cuyos pri-meros resultados fueron expuestos a lacomunidad internacional en NacionesUnidas en Nueva York (…) muestra que lamayoría de las mujeres embarazadas ensituaciones de vulnerabilidad que recibenayuda efectiva y acompañamiento inte-gral, cambian su decisión de abortar. Estoproporciona nueva evidencia para soste-ner que tanto los programas de preven-ción del aborto, como aquellos queapoyan a la mujer embarazada con algúnriesgo de abortar, son efectivos cuando seenfocan en resolver la situación de vul-nerabilidad que lleva a considerar elaborto”. (XLVIII) Estos datos no sólo ponenen evidencia que se puede, a través de po-líticas públicas, evitar abortos. Tambiéndeja en evidencia que esas mujeres que

cambian su decisión en efecto entoncesno habrían elegido libremente abortar.

LA ADOPCIÓN DE UNA ALTERNATIVA:RACIONALIDAD, RELEVANCIA, PERTINENCIA Y COHERENCIA

Racionalidad

En esta instancia de evaluación esante lo que el analista debe procurar quela política a adoptar logre los objetivospara los cuales se ha pensado. [38]

Como bien destaca Parsons, muchosautores han conceptualizado lo que po-dría o debería entenderse por racionali-dad en términos de la adopción eimplementación de políticas públicas. Ex-poner sus pensamientos y debates excedeel objetivo de esta ponencia. Podría plan-tear, para dejar saldado el debate a losefectos de los humildes objetivos quecaben a un trabajo exploratorio comoeste, el enfoque de la exploración mixtade Amitai Etzioni como una visión supe-radora de las posturas racionalista e in-cremental, reduciendo el sesgo irrealistade la primera concepción a la vez de su-perando la inclinación statuquista del se-gundo. Este modelo de la exploraciónmixta trasciende esta dicotomía al com-

binar las políticas de alto nivel, fundamen-tales, que determinan las orientacioneselementales de las políticas, con ciertosprocesos incrementales que coadyuvan aaquellas decisiones y las acentúan una vezque han sido adoptadas. [19]

Como toda política pública encubreuna teoría del cambio social, [1] defiendoque en esta instancia las alternativas de-berían evaluarse en un proceso decisorioque, siguiendo a Etzioni, debe incluir lasperspectivas intelectuales y la considera-ción de los especialistas en relación a lanaturaleza del problema, combinandopropuestas de carácter general con medi-das incrementales. [3] Esto me va a man-tener a salvo de un concepto de libertadvinculado a una idea de racionalidad ne-oclásica, [20] a la vez de no caer en solu-ciones que no pasen de ser una mera“señal simbólica” o se limiten a “regla-mentar una parte simbólica del problema”[1] sin resolver las cuestiones de fondo.

De esta última objeción parece defen-derse uno de los proyectos de liberaliza-ción del aborto presentados: “El Estadotiene la obligación de dar una respuesta aestas mujeres, no puede mirar para otrolado. El aborto no es una salida rápida,

sino la última herramienta cuando ya fa-llaron ciertos valladares, como una edu-cación sexual adecuada, una contenciónsocial integral, entre otros”. (XLIX) La pre-gunta es: ¿cuándo vamos a encargarnoscomo sociedad de que esos “ciertos valla-dares” no fallen?

El aborto tiene una serie de verdades es-pantosas, como afirma un estudio ya refe-rido en esta ponencia; una de ellas es quemuchos abortos son promovidos por lascondiciones sociales, los escenarios socia-les y las presiones sociales que han sobre-pasado los apoyos formales e informalesque deberían existir y que, de hecho, exis-ten en muchos países. Como prueban lasestadísticas de los más variados contextos,la tendencia a abortar es desproporciona-damente más alta entre mujeres de bajosrecursos. Este es un buen indicador de que,por lo menos, las mujeres están eligiendoabortar porque sienten que no puedenproveer materialmente al chico que de otramanera criarían. [32] Otro de los trabajosya citados al indagar en las razones porlas que una mujer aborta, realizado enSuecia, incluía una pregunta orientada alos factores socioeconómicos que hubie-ran permitido a la mujer continuar su em-barazo hasta el final. Las respuestas máshabituales de las propias mujeres que

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(XLIX) Expte. 0443-D-2018.



(L) “Socioeconomic factors that would have enabled the women to carry the pregnancy to full term (…) Economic sup-port, Work opportunities, Access to own/larger housing, Increased parental leave and better opening, hours at day-carecentres for children” (Makenzius et al. 2011: 373).(LI) Expte. 0569-D-2018.(LII) citado en Expte. 0443-D-2018.

abortaron fueron: apoyo económico,oportunidades laborales, acceso a unhogar propio o más amplio, mayor licen-cia parental y mejores horarios en los cen-tros de día para niños. (L) [30] Todas estasevidencias contradicen e inhabilitan autilizar, en la defensa de la legalizacióndel aborto, el argumento de la libertad dela mujer.

Relevancia

La relevancia implica evaluar el diag-nóstico de la problemática plasmado enun programa de política pública buscandodescubrir si se ha identificado adecuada-mente el alcance del problema y sus atri-butos. [38] En este sentido, se debeapartar de lecturas ideológicas como lasque traslucen en la redacción de los fun-damentos de los proyectos de ley, paratomar en cuenta en el diagnóstico lasverdaderas razones que llevan a unamujer a abortar.

Pertinencia

La pertinencia “consiste en la evalua-ción de la calidad y adecuación de la de-finición de los objetivos”, [38] de lo que sedesprende que la prioridad es haber defi-

nido los objetivos de la política pública entérminos pasibles de ser medidos una vezimplementado el curso de acción. [38]

Los proyectos de liberalización delaborto reclaman con énfasis que “el Es-tado debe dar respuesta a esta problemá-tica que no debe continuar en laclandestinidad, considerando su relevan-cia socio-sanitaria”. (LI) La falta de perti-nencia entre la solución —que nocontinúe en la clandestinidad— con eldiagnóstico de la problemática y su rele-vancia socio-sanitaria es palmaria.

Coherencia

Cuando el Comité de Derechos Huma-nos de Naciones Unidas manifiesta que“[e]l Estado Parte debe modificar su le-gislación de forma que la misma ayudeefectivamente a las mujeres a evitar em-barazos no deseados y que éstas no ten-gan que recurrir a abortos clandestinosque podrían poner en peligro sus vidas”,(LII) ¿de dónde se desprende que la solu-ción “evitar embarazos no deseados y que[las mujeres] no tengan que recurrir aabortos clandestinos” no pueda lograrsesin liberalizar el aborto?

Llama poderosamente la atencióncomo uno de los proyectos que más telapara cortar ha dado a este análisis, mani-fiesta sin reparos argumentos inadmisi-bles de costes y beneficios en términos desalud pública [20] como un fundamentopara la liberalización de esta práctica: “Elaborto sin riesgos es una forma de ahorrarcostos. El costo incurrido por los sistemasde salud en el tratamiento de las compli-caciones de un aborto inseguro es abru-mador, en especial en los países de escasosrecursos (…) Las bases económicas forta-lecen aún más los fundamentos lógicos dela salud pública y los derechos humanospara brindar un aborto sin riesgos”. (LIII)

La evaluación de la coherencia puededividirse entre la “coherencia interna”como “evaluación de la articulación de losobjetivos con los instrumentos de la es-trategia y su adecuación con los proble-mas” y la “coherencia externa” como“análisis de la compatibilidad tanto de losobjetivos como de la estrategia del pro-grama con otras políticas y programas conlos que puedan tener sinergias o comple-mentariedad, en el tiempo o en el espa-cio”. [38] Si el objetivo es resolver losfactores de la vulnerabilidad, la coheren-cia interna “con los instrumentos y suadecuación con los problemas”, bajo nin-

gún punto podría llevarnos a adoptarcomo solución a ese problema de vulne-rabilidad la liberalización del aborto. Lacoherencia externa nos invita a reflexio-nar sobre cuánto de lo que hace y omitehacer el Estado en materia de política so-cial y sanitaria coadyuva a mantener atantas mujeres en situaciones de vulnera-bilidad que constituyen factores de riesgovinculados al aborto.

¿Legalizar el aborto resuelve los verdaderos problemas que llevan a la mujer a abortar?

Si se reconoce que la demanda deabortos incide en la mortalidad materna yque parte de esa demanda de abortos seexplica por las condiciones de vulnerabi-lidad que afectan la libertad de esa mujer,la respuesta más razonable no deja de ser,en primer lugar, resolver las causas quecondicionan ese contexto de vulnerabili-dad de la madre que termina decidiendoabortar. Máxime cuando en el abortoefectivamente muere un niño, una madresufre por las consecuencias de abortar, ytiene que seguir viviendo en las mismascircunstancias que la llevaron a abortar yque, probablemente, como demuestra laexperiencia internacional, la lleven a ha-cerlo otra vez. Como ya se mencionó,

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(LIII) Expte. 2492-D-2017.



quienes promueven el aborto no se atre-ven a reconocer que la presión social, fa-miliar, de la pareja, etc. pueden coexistircon libertades en términos legales, comose niegan también a admitir que eso quepregonan como una libertad para abortarpuede no ser experimentada como unaelección libre bajo ningún concepto porparte de la madre. [18]

Como concluye Doerflinger, al finalquizás todo es mucho más simple: si sequieren menos abortos, hay que oponerseal aborto; si se quieren muchos abortos,hay que promoverlo. El mismo autor atri-buye el cambio de tendencia en la per-cepción del aborto en su país a una tomade conciencia sobre lo que el aborto es:un acto de violencia contra la vida, unaaflicción para la mujer, la corrupción dela práctica de la medicina, y la vergüenzapara una sociedad civilizada. Y remataproponiendo que la educación para unprogreso más profundo debe ser acompa-ñada por pasos positivos para ayudar a lamujer en riesgo de aborto, y para ayudara los profesionales de la salud y a los po-líticos a dirigirse hacia las verdaderas ne-cesidades de la mujer. [34] Todas estaspropuestas son soluciones viables para laproblemática del aborto también ennuestro país.

Resumiendo las conclusiones que sehan ido esbozando, podemos afirmar:

1) No todos los embarazos “no desea-dos” terminan en un aborto clandestino.En efecto, las restricciones al acceso alaborto contribuyen a que muchas muje-res lleven a término sus embarazos y ter-minen criando sus hijos sin “sentimientosnegativos” [39] hacia ese hijo, con las ale-grías y las dificultades que en mayor omenor medida el hecho de ser madre aca-rrea en todos los casos y bajo cualquiercircunstancia. Siempre existe para eseniño y esa madre la opción de la adop-ción, cuya viabilidad requiere en nuestropaís una profunda reflexión.

2) No todos los embarazos no deseadosque llevan a una madre a abortar clandes-tinamente se explican por factores de vul-nerabilidad, como confirma uno de losproyectos al aludir a “aquellas mujeres que,en base a sus recursos económicos puedengarantizar para sí mismas una prácticaabortiva segura, discreta y silenciosa”. Entodos los países se verifica una proporciónde la demanda de abortos explicada pordiversas causas a las que el Estado no tienepor qué proveerle los medios para incenti-varla a quitar una vida.

3) Para esa porción de la demanda deabortos que se encuentra asociada a fac-tores de riesgo vinculados a la maternidadvulnerable, tampoco es solución que el Es-tado les provea el aborto, como lo pruebala mayor representatividad de estos facto-res en los casos de abortos repetidos.

4) Las únicas soluciones que puedanpreciarse de tales serán aquellas que ata-quen de raíz esos factores: “sistema inte-grado de prestaciones”, “prioridad deatención de la madre vulnerable”, “espe-cial atención a la embarazada adoles-cente”, “detección temprana yorientación”, “diagnóstico, orientación yderivación”, “seguimiento y citación paracontrol”, “inversión en infraestructura einsumos”, “capacitación e intervención in-terdisciplinaria”, “coordinación y articula-ción de la red de prestadores”,“elaboración de información confiable”,[28] “apoyo económico”, “oportunidadeslaborales”, “acceso a un hogar propio omás amplio”, “mayor licencia parental” yla creación de “centros de día para niños”,(LIV) [30] son sólo algunas ideas.

CONCLUSIONES

El presente trabajo se propuso abordardesde el análisis de las políticas públicas,un estudio exploratorio de caso sobre eldebate del aborto en la Argentina. Co-menzamos reseñando lo relevante de laamplia bibliografía existente sobre losmétodos utilizados, en particular los refe-ridos a la construcción del problema y es-tablecimiento de agenda, el marco de lascoaliciones promotoras de políticas, y eldiseño de políticas.

Expresamos la forma en la que lasperspectivas que cada individuo tienesobre el deber ser de una determinadacuestión se presenta como solución y a lavez determina los atributos que se le asig-nan al problema al cual esa solución res-pondería. Vimos que ese proceso requierede una validación en términos de percep-ción de la necesidad de respuesta porparte del Estado. Esto permitiría explicarpor un lado que se recurra a argumentosde vulnerabilidad materna en el debatesobre el aborto en la Argentina para sen-

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(LIV) “Socioeconomic factors that would have enabled the women to carry the pregnancy to full term (…) Economic sup-port, Work opportunities, Access to own/larger housing, Increased parental leave and better opening, hours at day-carecentres for children” (Makenzius et al. 2011: 373).



sibilizar a la sociedad, pero no se logresortear la impertinencia del aborto comosolución a esos problemas.

Destacamos el valor que los enfoquespluralistas tienen para explicar el procesode construcción colectiva de problemas,en particular el enfoque de las coalicio-nes promotoras. No obstante la franjatemporal del debate del aborto en Argen-tina no nos permite aplicarlo con todorigor, nos da margen en un análisis ex-ploratorio para esbozar algunas aproxi-maciones pasibles de ser testeadas en másprofundidad con el paso del tiempo, enparticular sobre el rol de la comunidad in-ternacional, los medios de comunicacióny las organizaciones de la sociedad civilen ese proceso.

También vimos que tiene potencial ex-plicativo el enfoque de coaliciones en re-lación al lenguaje desde el cual lascoaliciones con el paso del tiempo funda-mentan la defensa del núcleo de su sis-tema de creencias en la punga pororientar las políticas públicas en la direc-ción que prefieren. Esto puede ser apli-cado en perspectiva comparada al debateen Estados Unidos, que data de varias dé-cadas, y donde verificamos el cambio dediscurso desde el control demográficohacia el enfoque basado en derechos, y laactual coexistencia de una corriente ma-yoritaria de corte libertario que marginael discurso proteccionista. Así, no difiere

tanto ese contexto con la confusión rei-nante en el discurso pro aborto en nues-tro país, que acude ambigua eindiscriminadamente a alusiones que visi-bilizan los factores de vulnerabilidad ma-terna, a la vez que propone solucionesque pierden de vista la forma en que esavulnerabilidad afecta la posibilidad de de-cidir libremente sobre tantos aspectos enla vida de una persona, cuanto más antela situación de un embarazo.

Ya entrando en el marco del diseño depolíticas públicas, verificamos la preemi-nencia de los factores de vulnerabilidad ya la vez su coexistencia con factores queno encuadrarían en ese concepto, entrelas razones que alegan las mujeres alabortar.

Luego comprobamos la mayor preemi-nencia de factores de vulnerabilidad enlas mujeres que repiten abortos. Tambiénrepasamos la evidencia empírica de lasconsecuencias del aborto en la mujer.

Cuestionamos luego al aborto comosolución a la problemática de la vulnera-bilidad materna según los criterios de ra-cionalidad, relevancia, pertinencia ycoherencia. Sugerimos finalmente la con-sideración alternativas que persigan ver-daderas soluciones a los factores devulnerabilidad de la mujer, en lugar depretendidas soluciones que dejen a lasmujeres sumidas en esos factores de ries-

gos, asumiendo además las consecuenciasde una decisión que no puede ser consi-derada como libre si nos ceñimos a las ra-zones que llevan a las madres a abortaren los casos concretos.

La problemática del aborto se halla li-gada a la vulnerabilidad materna, y nin-guna solución puede preciarse de tal si noataca esos factores de riesgo. La contem-poraneidad de este trabajo con el debatelegislativo sobre el aborto impide aspirara conclusiones más decisivas que aquellasa las que un trabajo exploratorio puedeofrecer, pero no obsta a que el analista delas políticas públicas procure contribuir aldiseño de un programa que proponga so-luciones pertinentes.

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