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PROCESO DE PERSONALIZACIÓN Y CRECIMIENTO EN LA FE
Abrahán es un prototipo del ser humano. Es un paradigma de la condición itinerante del hombre y de los miedos que le acompañan hasta el último instante de la vida. Nos enseña a caminar, a ser humanos y a compartirnos desde la fe.
En Abrahán se va hacer realidad una promesa o una frustración; o tal vez las dos realidades compartidas por que la luz no es otra cosa que la sombra avergonzada. Nos interesa Abrahán por tener tantos años como la humanidad. Por ser viejo, por ser caminante, por ser como nosotros, por haber conservado la fe cuando apenas tenía motivos para conservarla, por abrirnos una ventana al campo de todos los tiempos. Abrahán es un fenómeno que nos interpela y nos provoca para hablar de lo humano en todas sus dimensiones. Es un ciudadano del universo que nos empuja a ser ciudadanos y a ser universales.
Como todos los llamados, es un hombre cobarde. Y en esa cobardía y debilidad Dios se va haciendo fuerte. Es un hombre que tiene muchos miedos pero no se deja hundir por ninguno de ellos.
Mantiene la mirada firme y la esperanza a punto. Los miedos le acompañan permanentemente y Yavé lo sabe y tiene que acudir
en su ayuda: “No temas Abrahán, yo soy para ti un escudo, tu premio será muy grande”. Esta situación lo convierte en un elegido
admirablemente humano y hasta real.
Acercarse a la experiencia de Abraham es como recorrer un camino tortuoso e imprevisto. Tal vez por
eso es interesante, porque es el camino que recorremos nosotros todos los días. Escasean las
seguridades, apenas puede ver algo perceptible – Dios le esconde su rostro- .
Hay un silencio sobrecogedor en todo el relato de su vida que le va llenando de dudas, de miedos, de inseguridades. Y al final todo parece que encaja
gracias a una sola palabra. Una palabra que Abraham ha convertido en su talismán, en su táctica, en su
seguridad: LA CONFIANZA.
¿QUIÉN ES SARA?
Es una mujer de carácter fuerte. Es tremendamente pasional y por eso sorprende, en un principio, que fuera ella la elegida para semejante misión. Su protagonismo es innegable y su actuación, es siempre humana, nada que ver con el endiosamiento o la divinidad.
La historia de Sara nos rebela que fue una gran mujer no sólo por su belleza, sino también
por su carácter y por su gran habilidad en el manejo de situaciones altamente conflictivas.
Sara, mujer de Abraham, la madre del pueblo escogido, que dejó todo, su pueblo, su casa, su
vida, por seguir a su marido y un sueño que parecía más bien una quimera: el sueño de
fundar un nuevo pueblo y de ser el origen del mismo.
Gen 12,1-9 Yahveh dijo a Abram: «Vete de tu tierra, y de tu patria, y de la casa de tu padre, a la tierra que yo te mostraré. De ti haré una nación grande y
te bendeciré. Engrandeceré tu nombre; y sé tú una bendición. Bendeciré a quienes te bendigan y maldeciré a quienes te maldigan.
Por ti se bendecirán todos los linajes de la tierra.» Marchó, pues, Abram, como se lo había dicho Yahveh, y con él marchó
Lot. Tenía Abram 75 años cuando salió de Jarán. Tomó Abram a Saray, su mujer, y a Lot, hijo de su hermano, con toda la
hacienda que habían logrado, y el personal que habían adquirido en Jarán, y salieron para dirigirse a Canaán.
Llegaron a Canaán, y Abram atravesó el país hasta el lugar sagrado de Siquem, hasta la encina de Moré. Por entonces estaban los
cananeos en el país. Yahveh se apareció a Abram y le dijo: «A tu descendencia he de dar esta tierra.» Entonces él edificó allí un altar a
Yahveh que se le había aparecido. De allí pasó a la montaña, al oriente de Betel, y desplegó su tienda, entre Betel al occidente y Ay al oriente.
Allí edificó un altar a Yahveh e invocó su nombre. Luego Abram fue desplazándose por acampadas hacia el Négueb
Dios siempre se acerca a nosotr@s de un modo inesperado,
sorprendente y eficaz.
Nos llama por nuestro nombre, de forma directa y sin previo
aviso, personalizando su acción en cada elegido.
Él, siempre tiene la iniciativa, porque nos quiere y nos ama.
A veces, nos sentimos l@s menos indicados, capacitados o
faltos de idoneidad para acoger su Palabra y realizar la misión
que nos encomienda.
A través, de un viaje a las profundidades de nuestro ser , nos
encontramos con Dios, el cual se nos revela como
misericordioso, liberador y fiel a su palabra.
ES UN PROCESO DE MADURACIÓN PERSONAL Y
DE CRECIMIENTO EN LA FE.
ABRAHAM Y SARA desde la debilidad , lo cotidiano, la ausencia de descendencia y el peregrinar por tierra extranjera, van a percibir la presencia y hondura de Dios en sus vidas..
Se sienten mirados y sostenidos por un Dios que llega al centro de su ser, al centro de sus sufrimientos, debilidades, angustias , deseos, anhelos, búsquedas, dificultades,………….
Este encuentro con la Palabra les va a capacitar a establecer una nueva relación con su Dios, que se va a manifestar en la realidad cotidiana y concreta que viven cada día.
Ellos se abren a Dios como principio y fin de su existencia.
Se van a vincular estrechamente con Él y al proyecto de vida que les ha presentado, haciéndolo suyo, pues se sienten amados y sostenidos por Dios cuando marchan del modo que les ha indicado.
ABRAHAM Y SARA supieron ponerse en
camino y realizar un proceso de
conversión en la fe desde la confianza,
el amor y esperanza en la Palabra de
Dios, que les fue pronunciada .
La respuesta creyente que dieron les puso en camino hacia la
búsqueda de una mayor plenitud, como personas. Van a ser un
hombre y una mujer que progresivamente van a ir construyendo su
autentica identidad, van a madurar desde lo humano y lo
creyente. Es una respuesta decisiva a asumir la misión y a salir
de ámbitos diferentes que comprometen a toda
persona.
SAL DE TU TIERRA:
Salir de ellos mismos, de sus proyectos
individualistas y cerrados,
de sus pretensiones.
Hasta que no descubrieron y
aceptaron su propia interioridad,
la historia recorrida con sus encantos y
adversidades, no les fue posible comenzar
un nuevo itinerario
DIOS LES PIDE:
SAL DE TU PATRIA:
Además de la tierra, tienen que dejar su
patria y su entrono relacional. Les pide una
opción de universalidad y no particular. Es
una invitación a descubrir el valor del otro,
de las personas, de los grupos, de los
proyectos compartidos.
SAL DE LA CASA DE TU PADRE:
Dios les pide que superen los lazos
carnales y familiares, que se abran a una
nueva realidad humana. De este modo
podrán afrontar la misión profética y la
consolidación de la llamada divina.SÓLO ASI PODRÁN ENTRAR EN LA TIERRA QUE DIOS LES MOSTRARÁ
3.- FIDELIDAD Y OBEDIENCIA
Lo que Dios reclama de aquellos que le vamos a servir es una total
entrega,
obediencia y fidelidad a Él.
Debemos dejar atrás casa, familia, espacios conocidos, relaciones,
trabajo, es decir, se va a producir un distanciamiento de todo
aquello que nos supone un centrarnos en nosotros mismos y atarnos
a inseguridades que nos hacen oscilar a la hora de tomar decisiones
importantes.
Al responder a su llamada, estamos dejando que sea Dios el que
ocupe el centro de nuestra vida.
Abraham y Sara marcharon como les había dicho
Dios.
Fue una respuesta obediente a la acogida del don
de Dios, que sólo se explica desde una confianza
sólida y asentada.
Ellos no sabían cómo sería la misión que Dios les
había encomendado , no se imaginaban por donde
tendrán que ir , todo se les presentaba como un
obstáculo permanente, pero no perdieron la
serenidad y seguridad en Dios.
Caminaron con la confianza de sentirse acogidos por
Dios en medio de tinieblas, con la única seguridad
de que más allá estaba el sol.
LA OBEDIENCIA es abrir un coloquio con Dios, en donde
DON- ACOGIDA-COMUNIÓN se van a ir interrelacionando entre sí
formando una secuencia en la que se va a conjugar pasividad y
actividad.
Es prestar atención a la Palabra de Dios y reconocer la llamada
de Dios en el interior de mi ser.
LA OBEDIENCIA es acogida de ese ser que nos ama y la
adhesión de la palabra de amor, que se nos dirige
personalmente.
Es ahí donde se abre el camino de la posible comunión
con Dios y con el resto de la creación.
4.- PUNTOS DE REFLEXIÓN
A lo largo de nuestra historia personal y trayectoria cristiana , hemos vivido momentos de dudas, incertidumbres, crisis………… y también de vivir profundamente la fe, desde el encuentro con un Dios que nos sigue interpelando y nos ayuda a caminar.
Teniendo como marco referencial la historia de Abraham y Sara , extraer esos aspectos , que de algún modo se asemejen a mi experiencia cristiana.
La Palabra de Dios que lee la vida de Abraham y Sara les da la capacidad de establecer una nueva relación con los demás, que se afirma en la vida real y cotidiana de cada uno de ellos.
Tu relación y vínculo con Dios, ¿ Cómo lo podrías describir en estos momentos de tu vida?
¿ Qué valores podemos descubrir en estos personajes que nos ayuden a ver la acción liberadora y salvadora de un Dios, que nos llama a iniciar un nuevo camino?
Tal vez sea el momento de hacer memoria y recordar aquellos acontecimientos en los que he sentido la presencia de Dios en mi vida.
La experiencia vivida, ¿ qué me ha aportado a nivel personal y espiritual?