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ACERCA DE LA UBICACIÓN DEL CORRAL DE LAS ATARAZANAS1
Es fruto del propio azar, en tantas ocasiones, volver a trabajar sobre un tema
del que ya se vertieron ciertas opiniones. El «azar», una cena y cierta informa
ción «errónea»2 me ha llevado a interesarme, otra vez, por el corral de Las
Atarazanas, el segundo de los corrales sevillanos que se construyó ex profeso
en el siglo XVI3. Y aunque aparentemente no ha transcurrido mucho tiempo desde
que apareció ese trabajo, mi investigación de archivo pudo correr pareja —y a la vez ignorada— a la que otros investigadores hacían desde otros campos cientí
ficos0 Me refiero a la producida para la celebración del 400 Aniversario de la Casa de la Moneda de Sevilla, que tuvo lugar en el año de 1988 y, con tal mo
tivo, el área de cultura del Excmo. Ayuntamiento, montó una Exposición Con memorativa donde se monstraron los resultados de las excavaciones y estudios
que, desde 1985, se venían realizando en el área de la Gerencia Municipal de
1 Este trabajo se enmarca dentro de la línea de investigación que realiza el grupo 5013 de la Junta
de Andalucía, titulado «El teatro en Sevilla y su provincia».
3 Agradezco al doctor D. José León Vela, arquitecto, el que me informara de los nuevos estudios
que se habían realizado sobre la Casa de la Moneda de Sevilla. Fue uno de los pioneros en los estudios de esta zona y el «recordar» desordenadamente unas noticias, hizo dedicarme al estudio de la ubicación
del Corral de las Atarazanas.
3 Cfr.: Piedad Bolaños, «Pedro Saldaña, Diego de Vera y el Corral de las Atarazanas de Sevilla»,
en En torno al teatro del Siglo de Oro. Actas de las Jornadas IX-X de Almería (Almería: Instituto de
Estudios Almerienses/Diputación de Almería, 1995), 63-69.
Edad de Oro, XVI (1997), pp. 67-87
68 ACERCA DE LA UBICACIÓN DEL CORRAL DE LAS ATARAZANAS
Urbanismo4, la cual se preocupa por recuperar un patrimonio histórico, a la vez
que devuelve a la ciudad un digno complejo urbanístico.
Bien alejados están los intereses de estos profesionales de Gerencia de Urba
nismo de los que nos mueven a los investigadores del teatro, pero que, sin em
bargo, en esta ocasión sus estudios fueron indispensables para ubicar hoy co
rrectamente el corral de las Atarazanas y, apoyada en ellos, podré desmentir
los testimonios recogidos en las historias literarias que hasta el presente se co
nocen, para que no se sigan repitiendo los mismos errores. Es algo así como una
fuerza sobrenatural que, apoyada en el poder de la palabra ya pronunciada, nos
impide acercarnos a la evidencia. Pero si la «palabra» puede derrotar la «ver
dad», también la misma palabra puede tender al bien y servir para evidenciar lo
que es imposible negar. He aquí mis palabras y algunas imágenes para eviden
ciar la más que probable ubicación del CORRAL DE LAS ATARAZANAS.
Prácticamente, todos los historiadores de los corrales de comedia sevillanos
han situado este corral en las Atarazanas de los Caballeros5, hecho que no
podemos negar, y si atendemos a este croquis de la zona en la época medieval
(LÁMINA I)6, el n° 6 corresponde al espacio denominado como «Atarazanas de
los Caballeros» y, frente por frente, se encuentran las «Atarazanas del río»7, por
lo que quedan ambos espacios bien diferenciados y sin posibilidad de equívo
cos. Dado que el espacio es bastante amplio pretendemos demostrar, con la mayor
precisión posible, su localización.
El trabajo más reciente que se ha ocupado de este problema es el realizado
por el profesor Sentaurens, al que me remito para situar este corral. Dice así:
«C'est un petit quartier aux maisons regroupées en quadrilatére, delimité par les
rúes Habana, El Jobo, Guiñes et Matienzo, qui s'étend á mi-chemin entre la
4 Agradezco a] Doctor D. José Núñez, la amabilidad y diligencia que mostró por atender mi
solicitud.
5 «... Diego de Vera, digo que Vmd. me dio en arrendamiento la guerta de las Atarazanas que
dicen de los Caballeros, que es eneja a estos Alcázares Reates...» (José Sánchez Arjona, Noticias referen
tes a tos Anales del teatro en Sevilla. Desde Lope de Vega hasta finales del siglo XVÍÍ, Ed. Fác. Con
prólogo de P. Bolaños y M. de los Reyes, (Sevilla, Clásicos Sevillanos, 1994), 59) y «... la extensa huerta
y corral de Atarazanas de los caballeros...» (Celestino López Martínez, Teatros y comediantes sevillanos
del siglo XVI. Estudio documental, (Sevilla: Imprenta Provincial, 1940), 65).
6 Esta lámina corresponde a la fig. 11 del libro de Mercedes Espiau Eizaguirre, La Casa de la
Moneda de Sevilla y su entorno. Historia y morfología, (Sevilla: Universidad de Sevilla/Consejería de
Obras Públicas y Transportes, 1991), 37.
7 Cfr. María del Carmen Galbis Diez, «Las Atarazanas de Sevilla», en Archivo Hispalense, n° 109,
(1961), 155-184. En el citado artículo —breve resumen de lo que fue su trabajo presentado como Tesis
de Licenciatura en la Universidad de Sevilla—, la autora nos presenta a todos los inquilinos de las
Atarazanas del río reunidos en los diferentes oficios que practicaban.
PIEDAD BOLAÑOS DONOSO 69
Cathédrale et la Tour de l'O»8. El espacio al que se refiere el profesor lo pode
mos ver en la LÁMINA II9. Para poder confirmar esta ubicación o, por el con
trario, rebatirla —como es mi intención— hemos de remontarnos ai pasado his
tórico de este espacio ya que desde hacía algunos siglos formaba parte del casco
urbano de la ciudad.
En la época Almorávide «... es sólo un terreno extramuros, sin uso alguno,
situado en el encuentro del Tagarete con el Guadalquivir, lo que le hacía inundable
periódicamente.[En el período Almohade] el espacio amurallado se amplió ha
cia el sur, hasta el citado arroyo, englobando este enclave al que se dotó por
primera vez de un uso específicamente urbano»10. Podemos visualizar este em
plazamiento y su absorción por la vorágine de la ciudad en las LÁMINAS III y IV11. La zona que nos interesa se incorpora a la ciudad con la construcción de
la muralla que la cercaba, iniciada en 1122, y fue el lugar elegido por Abu-Hafs
—hermano del califa Sayyid Abu Hafs— para construirse un palacio. Las obras
se iniciaron en 1172 y terminaron en 118412. Su cercanía al río hizo que desde
su historia más remota sufriera constantes inundaciones, incluso siendo ya espa
cio habitado —como veremos más adelante—.
Desde este primer momento quedaron perfectamente diferenciados dos es
pacios: uno, el que ocupó propiamente el palacio y otro, el que ocuparan huertos
y jardines. Dice Juan Luis Trillo: «Una [zona] próxima al palacio, más urbani
zada, donde muy posiblemente se encontraba un jardín arbolado con especies
frutales y el resto que estaría ocupado por huertos que se mantendrían suficien
temente regados por el aljibe, situado a un nivel superior y proveyendo de agua
tanto los surtidores interiores del palacio como las canalizaciones de los naran-
8 Jean Sentaurens, Séville et le théatre de lafm du Moyen Age a la fin du XVIle siécle, (Bordeaux,
1984), 2 vols., vol. I, 117. Una vez más deseo expresar mi reconocimiento de gratitud y admiración al
prof. Sentaurens por su excelente trabajo, de conjunto, sobre el teatro del Siglo de Oro sevillano. Mis
«pequeñas» malizaciones no invalidan la gran aportación que, en su día, realizó el citado investigador.
9 Esta lámina corresponde a la n° 10 del «Estado actual. Planta baja» del Plan especial Casa de
la Moneda, aprobado definitivamente por la comisión provincial de Urbanismo de Sevilla, el día 20 de
abril de 1983. El equipo que lo redactó fue: D. Juan Ruesga Navarro y D. José Núñez Castain. La infor
mación básica está tomada de D. Luis Recuenco Aguado, D. José León Vela y D. José Núñez Castain.
10 José García-Tapial y León y José Cabeza Méndez, «Recuperación de la cerca Almohade de
la ciudad de Sevilla en el recinto de la Casa de la Moneda», en Archivo Hispalense (1989), n° 220,
pp. 291-297; 291.
11 Corresponden a los planos 1 y 2, respectivamente, del Plan especial Casa de la Moneda, citado
anteriormente.
12 Cfr., como último estudio publicado, el de D. Rafael Manzano Manos «El Alcázar de Sevilla:
Los Palacios Almohades», eñ El último siglo de la Sevilla Islámica (1147-1248). Catálogo de la exposi
ción celebrada en Sevilla por la Universidad de Sevilla y Gerencia de Urbanismo, desde el 4 de diciem
bre de 1995 hasta el 14 de enero de 1996. (Sevilla: Universidad de Sevilla/Gerencia Municipal de Urba
nismo, 1995), 101-124.
70 ACERCA DE LA UBICACIÓN DEL CORRAL DE LAS ATARAZANAS
jos y las huertas»13, manteniéndose esta disposición hasta finales del siglo XVI
—como pretendemos demostrar—: por un lado un espacio construido —siem
pre en el mismo sitio, con mayor o menor extensión— y otro de huertos, y todo
ello conformaban las Atarazanas de los Caballeros.
En este recorrido histórico que nos hemos impuesto presentarles, debemos
mencionar que Alfonso X el Sabio destinó este lugar a Cárcel Real (para caba
lleros de linaje), conservando el espacio abierto o huertos para que los caballe
ros hallen placer «... por que la humanidad de los hombres demanda á las vezes
otra manera de recreación, [y] hay junto á esta Plaza de la que vengo hablando,
una huerta llena de Arboles, con una calle de ellos, hecha á un lado, donde to
man plazer,...»14, sabiendo que era un lugar seguro por hallarse protegido por la
línea de la muralla. Este uso carcelario permaneció hasta bien entrado el S. XVI
y desaparecerá por motivos muy diversos dejando paso a construcciones o con
junto de viviendas, bodegas o almacenes que arrendará el Alcázar a particula
res15. Pero siempre existirá una diferencia clara entre el espacio «edificado» tra-
dicionalmente y el espacio «abierto» o zona de huertos. Así, por ejemplo, en
1546, Francisco de Ledesma —Secretario del Rey— presenta una relación de
las rentas que generan las casas edificadas en ese espacio, así como la «huerta»,
también propiedad del Alcázar, pero con una renta independiente16.
Más tarde, en 1571, Cornelio Valdovino arrienda todo el conjunto edificado,
tal y como pueden ver en la LAMINA V que les presento, y que pertenece a
una hipótesis de restitución llevada a cabo por Dña. Mercedes Espiau17, y
un año antes, en 1570, Francisco de Ayllón arrendó la huerta de las Atarazanas,
por tres años, pagando 30.000 maravedís y un diezmo, cada año18. En 1573
13 Juan Luis Trillo de Ley va, Sevilla: la fragmentación de la Manzana, (Sevilla, Universidad de
Sevilla/Consejería de Obras Públicas, 1991), p. 113.
w Luis de Peraza, Historia de la Imperial Ciudad de Sevilla, (manuscrito), Biblioteca del Archivo
Municipal de Sevilla, Sig. 1/18, fol. L058.
15 La documentación referida a los diversos contratos que se realizaron con los inquilinos, se
encuentra en el Archivo del Real Alcázar de Sevilla. Agradezco a Patrimonio Real y personalmente a
D. Ángel Martín, jefe de seguridad, la amabilidad que ha tenido para que, a pesar de no disponer del
personal idóneo para abrir al público el citado archivo, hizo posible que pudiera consultar estos fondos.
16 A.G. de Simancas. Casas y Sitios Reales, leg. 270/1, s.f. «Relación de Francisco de Ledesma,
Secretario de Su Magcslad con las rentas que dan las casas y edificaciones del Alcázar en Sevilla», entre
ellas las «atarazanas de los Caballeros: las casillas de afuera; un tinte; la huerta».
17 La cosa de la Moneda de Sevilla... cit., p. 41.
ts Archivo del Real Alcázar de Sevilla, Caja 139, n° 54.
PIEDAD BOLAÑOS DONOSO 71
Diego de Vera19 arrendará, por primera vez, la huerta, como más tarde vere
mos.
Y en 1579, el 23 de mayo, Francisco Bernal, mercader flamenco afinca
do en Sevilla, demanda, en alquiler, la parte edificable para «labrar y hacer en la
Atarazana de los Caballeros cuatro casas y otros edificios... con sus altos y sus
bajos de muy buena obra». Además —dice el documento— «... hizo y edificó
una calle nueva en las atarazanas de los caballeros que se llama de su propio
nombre...»20, pero no es cierto que por primera vez apareciera la «calle nueva»
ya que en la documentación conservada y relacionada con el alquiler de la huer
ta de las Atarazanas de Francisco Ayllón (1570-1573) ya aparece mencionada
en varias ocasiones. La hipótesis de esta nueva distribución la podemos obser
var en la LÁMINA VI, igualmente reconstruida por la doctora Espiau21. El arren
damiento asignado a Francisco Bernal se plasmó en la escritura firmada el 19 de
julio de 1579. La presencia de la calle «nueva» confiere al espacio, hasta ese
momento único, una autonomía a la zona construida con respecto al huerto o
huerta, el cual estaba arrendado a otra persona distinta que no era sino Diego de
Vera22.
Situémonos ahora en el año de 1585, fecha en la que Diego de Vera recibe
una notificación del Alcázar en la que se le invita a abandonar la huerta —por lo
que tiene que levantar el corral que había construido, en madera ya que —le
dicen— necesitan el espacio para ubicar la nueva Casa de la Moneda. Como es
sabido, Diego de Vera suplica a la Corona se le conceda otro espacio —que le
19 Diego de Vera, sevillano, hubo de nacer en 1535, ya que en el proceso que sigue Tomás Gutiérrez
contra la Cofradía sevillana del Santísimo Sacramento del Sagrario de la Catedral, él aparece como tes
tigo y dice que tiene» en el año de 1593 —fecha del proceso—, 58 años; por ello, en la fecha de 1573
tiene, solamente, 38 años. (Cfr.: Jean Canavaggio, «Sevilla y el teatro a fines del siglo XVI: apostillas a
un documento poco conocido», El mundo del teatro español en su Siglo de Oro. Ensayos dedicados a
Jofm E. Varey, Ed. de J.M. Ruano. (Ottawa: Dovehouse, 1989, 81-99).
20 Archivo del Real Alcázar, Leg. 55T Atarazanas III, s.f.
21 Cit., p. 43.
22 Si en 1573 arrendó Diego de Vera por primera vez la huerta, el contrato le cumple en 1576, año
que vuelve a tomarla en alquiler por un tiempo de 18 años. (Archivo del Real Alcázar de Sevilla, caja 128,
exp. 26). En mi opinión, el corral de comedias no lo había hecho ya que en el momento de finalizar un
contrato y antes de hacer el siguiente, el Alcaide de los Reales Alcázares debía de hacer un informe sobre
el estado de la propiedad que había sido alquilada, como había ocurrido en 1573. Cuando no se habían
respetado las cláusulas se les debía de someter a un expediente sumarísimo, como así ocurrió con el
arrendador Francisco de Ayllón. Al no existir documentación que refiera anomalías en el arrendamiento
de Diego de Vera relacionada con su estancia de 3 años (1573-76) imaginamos que cumplió con todo lo
pactado y optó por un nuevo arrendamiento, el cual consiguió sin problemas dado que había sido cum
plidor y ofertó un precio muy elevado. Desde octubre de 1576 hasta febrero de 1578 es cuando hubo de
realizarse la contrucción del Corral de las Atarazanas.
72 ACERCA DE LA UBICACIÓN DEL CORRAL DE LAS ATARAZANAS
darán en la Huerta de la Alcoba— para llevar allí su teatro, y así recuperar parte
de la gran inversión que había realizado23.
Históricamente se ha repetido que el autor de la fábrica del teatro de las
Atarazanas fue Juan Marín Modeñin Bellini, ya que existe un contrato entre Diego
de Vera y Bellini, firmado ante un notario sevillano, el 18 de mayo de 1574, en
donde se comprometía a realizarlo24. Sin embargo, dicho compromiso se cance
la al año siguiente y se puede leer en una nota marginal, situada en la parte su
perior del folio que dice así:
«Sevilla, jueves veinte y ocho de abril de 1575 años, parecieron Diego de
Vera y Juan Marín, contenidos en esta escritura y la mandaron cancelar y dieron
por ninguna por cuanto entre ellos han sido de acuerdo que se deshaga y des
hace lo en ella contenido para que no haya efecto y se dieron por libres y
quitos de todo ello sin quedar obligados el uno al otro ni el otro al otro, a
cosas algunas. Y lo firmaron de su nombre, siendo por [ testigos] ... De
Guevara e Francisco ..., escribano público de Sevilla» [Siguen las firmas]25.
Por lo tanto, hemos de admitir, de hecho, que Bellini26 no fue el autor del
teatro de las Atarazanas y que, a finales de abril de 1575 todavía no se había
alzado.
La Casa de la Moneda la construyó —como bien es sabido— Juan de Minjares
aprovechando todo lo que de antiguo había y edificando nuevo muy poco más,
no sólo por motivos económicos, sino también —como dice Mercedes Espiau—
«por un concepto muy de acuerdo con el carácter del nuevo espíritu burgués: el
de la libertad de utilización del lenguaje clásico en consonancia con las tradicio
nes, de tal manera que se respeten los esquemas tradicionales aunque debida
mente racionalizados»27. La LÁMINA Vil que les presento responde a la planta de la Casa de la Moneda28 que, en superficie, ocupa exactamente igual que el
espacio que había alquilado Francisco Bernal, en 1579.
23 Véase, Arhivo de! Real Alcázar de Sevilla, Caja 138, exp. 28.
u Este documento viene reproducido fotográficamente en el anexo I de este trabajo. Ha sido uti
lizado por todos los críticos, siendo el último trabajo que lo transcribe el de los profesores J.M. Ruano de
la Haza y J.J. Alien en su libro Los teatms comerciales del siglo XVII y La escenificación de la comedia,
(Madrid, Castalia, 1994), 232-33.
25 Archivo Histórico Provincial. Sección: Protocolos Notariales, Leg. N° 7.778, Oficio XIII,
año 1574, libro 2o, fol. 279r°.
26 Hemos de comentar que, hasta el momento, no se han aportado nuevos datos sobre la vida y
obra de este artista y, a pesar de declararse «Maestro Mayor en la Santa Iglesia de Sevilla», José Gcstoso
y Pérez, en su libro Sevilla Monumental y Artística (Ed. Facsímil, Sevilla: Caja de Ahorros y Monte de
Piedad, 1980) no lo menciona en ninguno de los oficios.
27 Cit., p. 53.
28 Mercedes Espiau, op. cit., p. 56.
PIEDAD BOLAÑOS DONOSO 73
A los otros terrenos, que tradicionalmente habían sido huerta, no les afecta
para nada la construcción del nuevo edificio, por lo que si se echa a Diego de
Vera de las «huertas»29 en 1585, no es porque estorbara su teatro para hacer la
Casa de la Moneda —ya hemos visto cómo aprovechan la parte que estaba cons
truida— sino porque podía ser una buena excusa para echar a un vecino que no
había respetado el contrato original, en el que se hablaba de no poderse realizar
en ese espacio otra actividad que la de «hortelano».
Cuando terminaron las obras de la Moneda, la tradicional «huerta» se con
vierte en un corral de vecinos —que seguramente le era más rentable a la Coro
na...—, el cual se conoce por el nombre de su primer arrendador: Rodrigo de
Segovia o Corral de Segovia (1594), que a principios del siglo XVII estará for
mado por cincuenta y ocho viviendas, altas y bajas. Y no habían transcurrido
muchos años —nos situamos en 1616— cuando a ese mismo espacio se le co
nocerá como el Corral de las Herrerías, que alquiló Roberto Marselle a la muerte
del Sr. Segovia. Nos ha quedado un excelente plano de este espacio, atribuido al
Maestre Mayor de los Reales Alcázares — Bermondo Resta— y levantado en el
mismo año que lo alquiló Marselle30 (LÁM. VIII). Como podrán deducir, nos encontramos con la mejor planta —en cuanto a perímetro se refiere— de la
HUERTA DE LAS ATARAZANAS, porque este es el espacio que ocupaba la
«huerta» de las Atarazanas de los Caballeros, y este es el espacio que el 29 de
septiembre de 1573 arrienda Diego de Vera a los Alcázares:
«Primeramente, con condición que se arrienda la dicha huerta —dice el
contrato— por tiempo de tres años que comienzan a correr desde el día de
San Miguel deste Año [...] Otrosí, con condición que no pueda tener ni tenga
juego de bolos en la dicha huerta, so pena de quinientos maravedises [...]»*'.
Recordemos las palabras del contrato que realiza con el Alcázar: «... se arrienda la dicha huerta por tiempo de tres años...» (Cfr. Jean Sentaurens, Seville el le théátre..., op. cit., pp. 117-118); y las pa
labras del contrato que Diego de Vera hace con Bellini: «Sepan cuantos esta carta vieren como yo, Diego de Vera, vecino desta ciudad de Sevilla en la collación de Santa María, por mí de la una parte y yo Juan Marín, escultor de la Santa iglesia desta ciudad de Sevilla, vecino della en la dicha collación, por mí de la otra parte [...] que por cuanto yo el dicho Diego de Vera tengo en renta de los alcázares reales toda la huerta de las Atarazanas de los Caballeros desta ciudad con ciertas casas de morada, por tiempo de tres años que comenzaron a correr por San Miguel de Septiembre del año pasado de quinientos y setenta y tres años,..» (Cfr. Leg. 7.778°, fols. 279r°-280r°. Al igual, se vuelve a mencionar en 1585. cuando se le
despide, como la persona que disfrutaba las huertas: «... a Diego de Vera que tiene a renta la huerta de las dichas atarazanas, que luego lo desembaracen todo para que se comience la dicha fabrica...» (A. Real Alcázar de Sevilla, Leg. 69, «Casa de la Moneda»).
Agradezco a D. José Luis Rodríguez, sudbirector del Archivo General de Simancas, el haberme facilitado una copia —fiel del original— de este plano con la urgencia que le requerí.
Jl Archivo del Real Alcázar de Sevilla, Caja 138, exp. 27.
74 ACERCA DE LA UBICACIÓN DEL CORRAL DE LAS ATARAZANAS
No habían pasado muchos meses cuando Diego de Vera encargó a Juan Marín
le hiciera un teatro de comedias, en madera, «... en la dicha huerta, en la parte e
lugar que más e mejor acomodadamente sea...»32 y que no llegó a realizar, como
hemos comentado. En su primer contrato (lo realiza por 3 años), debe pagar
45.283 maravedís (100 ducados al año más tres diezmos), y ninguno de sus fia
dores pertenece al mundo de la farándula. La renovación de este contrato se realiza
en octubre de 1576 y en él no se menciona para nada la existencia del teatro,
razón por la que pienso que no estaba aún construido —como he comentado
anteriormente—, ya que no se le podía pasar desapercibido al Alcalde de las
Atarazanas, el cual tenía la obligación de velar por todo lo que sucediera en estos
espacios y comunicarlo al Secretario de Su Majestad. Así, ha de cuidar que no
se realicen «juegos de bolos» —entre otras obligaciones— como expresamente
se le hizo saber a Diego de Vera —y a cuantos arrendaron ese espacio— en el
texto del segundo contrato33. En este segundo arriendo podemos destacar, como
novedad, que entre sus fiadores se encuentra Alonso de Quero, hombre relacio
nado directamente con el Corral de Doña Elvira y que, el precio del arriendo por
dieciocho años pasa de 100 ducados, a 150, con la especificación de que paga
«... los treinta por la huerta e los ciento e veinte por la casa della...»34.
Un estrecho vínculo hubo de surgir entre Diego de Vera y Alonso de Quero,
ya que pasan a colaborar en la construcción del Corral de Doña Elvira, repar
tiéndose los beneficios del mismo hasta 158035. Así lo habían pactado y en un
momento determinado (el 24-1-1578) Diego de Vera cambia de opinión y «ven
de» sus hipotéticas ganancias a Diego de Cuenca, a cambio de 200 ducados que
le ha de pagar en ese preciso momento. Con el traspaso de sus beneficios creyó
Diego de Vera que podía también olvidar el compromiso que firmó con Alonso
de Quero —cuando hicieron el corral de Doña Elvira y que, por lo tanto, prece
de en su construcción al de las Atarazanas— y que era el de no poder hacer
corral de comedias en la huerta de las Atarazanas. Ante su falta de palabra le
interpone un pleito en la Real Audiencia36, al que no había tenido aún respuesta
el 15 de febrero de 157837. Como parece desprenderse del documento, se había
32 Documento citado en la nota 25.
33 Así, de 1579 se conserva una escritura en donde se relacionan varias competencias y obligacio nes del «Alcalde» y, entre otras» se destaca el no permitir que en la huerta se desarrollen juegos de bolos
ni de otro tipo. Cfr.: Archivo del Real Alcázar de Sevilla, Caja 134, exp. 12.
u Archivo del Real Alcázar, Caja 138, exp. 26. Cfr.: Piedad Bolaños Donoso, «Nuevas aportaciones documentales sobre el histrionismo sevi
llano del siglo XVI», en La comedia, (Madrid, Casa de Velázquez, 1995), 131-144; p. 136.
36 Puesta al habla con Dña. María Isabel Simó, Directora del Archivo Histórico Provincial, me ha asegurado que no se conserva nada de este pleito ya que prácticamente toda la documentación de esta
época se destruyó en un incendio acaecido en 1918. Desde estas líneas agradezco a la doctora Simó su
eficaz gestión y su colaboración para resolver mis dudas.
" Archivo Histórico Provincial de Sevilla, Of. 14, libro Io, año 1578, fols. 373v°-375v°.
PIEDAD BOLAÑOS DONOSO 75
cansado de esperar y por conservar la amistad —según dice Alonso de Quero-
vuelven a pactar un nuevo acuerdo: desde este quince de febrero de 1578, hasta
finales del mes de junio de 1580, no se podrán representar comedias en el'corral de las Atarazanas; y desde esta misma fecha en adelante ambos quedarán libres
de todo compromiso, siendo dueños absolutos de sus respectivos corrales* Diego de Vera del de las Atarazanas y Diego de Quero del de Doña Elvira.
Como resumen, podemos localizar la contmeción del Corral de las Atarazanas
entre la fecha del segundo contrato de arriendo de la huerta (octubre de 157638) y el quince de febrero de 1578, fecha en la que se reconcilian los dos amigos, anteponiendo su amistad a los intereses financieros.
II
En una segunda parte de esta exposición y ante la LÁMINA IX que les pre sento —que no es otra cosa que el perímetro de la parte que ocupaba la «huerta»
de las Atarazanas tras el arrendamiento de las casas por Francisco Bernal, en 1579— hemos de apostar por la exacta ubicación del corral en una zona que no se viera afectada por la presencia de la «calle nueva», y que no puede ser otra que la parte del fondo recuadrada con la letra P y que en la LÁMINA VI se le asignaba a las «cuadras y corral». No olvidemos que Diego de Vera habla de haber conservado siempre la huerta, y de haber empleado para la construcción del corral «... un muladar que a mi costa limpié de la dicha huerta...»39. Además, es un espacio de tal forma protegido por las murallas que poca obra necesitaba para su guarda. Además, las medidas que presenta el rectángulo (29 por 15 m.)
están dentro de lo normal con respecto a lo que medían los primeros corrales de comedias. Así, el corral de las Arcas, de Lisboa (1696-97) —sin ser un rectán gulo perfecto— tiene, aproximadamente 26,40 m. de largo por 18,15 de ancho. El corral del Príncipe tenía 30,80 de largo por 19,04 de ancho. El corral de Almagro (C-Real), 24 m. de largo por 14,3 m. de ancho40, y un largo etcétera que podríamos traer a colación. Como dentro de este rectángulo se fabricó el corral de comedias en madera, no podemos saber si el espacio de que disponía lo utilizó al cien por cien o no, pero de lo que sí podemos estar más seguros es
n En este misma fecha de J 576 se construyó en Londres el primer teatro público, llamado «The heatre», realizado también en madera por James Burbage. Cfr., Víctor Pérez Escolano, Juan de Oviedo
y 44 Bandem <J565-I625>- Escultor, Arquitecto e Ingeniero, (Sevilla: Excma. Diputación, 1977),
" A. G. de Simancas, Casa Real, obras y bosques, Leg. 276. Cita tomada de J. Sentaurens, Sevil/e et le theatre..., op. cit., p. 121.
del L,n Ef ^"dÍ^e T' ̂"T168 y T Vari°S Se enCUen'ra reCOgÍd0 en el volumen <itulad° Tea,™ n°6 lif Cormlesy Collseos e" '" Pe"""«l" Ibérica. (Madrid: Cuadernos de Tea.ro Clásico.
76 ACERCA DE LA UBICACIÓN DEL CORRAL DE LAS ATARAZANAS
que tuvo que poner el escenario en el lado este, tanto por ser la mejor orienta
ción, como porque podría haber utilizado el espacio que había detrás como ves
tuario de los actores, al ser unos almacenes que ocupaba la parte de la «vivien
da».
Hasta aquí estas breves precisiones sobre el Corral de las Atarazanas que,
por ser uno de los primeros que se construyeron en Sevilla, carecemos de parte
de la documentación notarial que nos proporcionaría datos más que suficientes
para despejar la nebulosa que envuelve el nacimiento de estos corrales. Por des
gracia, no todos los fondos se han conservado, y, en concreto, esta década de los
'70 es una de las más castigadas.
Piedad Bolaños Donoso
Universidad de Sevilla
Lámina 1
La Sevilla Medieval Entorno urbano de
la Ataranzas de los Caballeros.
1. Plaza de Maesc Rodrigo
2. Plaza de las Atarazanas
3. Postigo del Carbón o de los Azacanes
4. Puerta de Jerez
5. Postigo del Aceite
6. Atarazanas de los Caballeros
PIEDAD BOLAÑOS DONOSO 77
LÁMINA II
78 ACERCA DE LA UBICACIÓN DEL CORRAL DE LAS ATARAZANAS
Lámina III
PIEDAD BOLAÑOS DONOSO 79
Lámina IV
80 ACERCA DE LA UBICACIÓN DEL CORRAL DE LAS ATARAZANAS
Lámina V
Hipótesis de restitución en planta de «El Corral y Moradas de las Atarazanas de los
Caballeros» correspondiente al momento de su arrendamiento a Cornelio Valdovino
en 157 L
1 a 18. Aposentos
19. Pilas
A. Primitiva puerta de Palacio de Abu-Hafs
B. Puerta oriental
C. Puerta norte
D. Acceso particular a la cárcel
PIEDAD BOLAÑOS DONOSO 81
Lámina VI
Hipótesis de restitución en planta de edificaciones, huerta y calle nueva en las
Atarazanas de los Caballeros correspondiente al momento de su arrendamiento a
Francisco Bernal en 1579.
1 a 22. Aposentos
23. Necesarias
24. Torre del Batán
82 ACERCA DE LA UBICACIÓN DEL CORRAL DE LAS ATARAZANAS
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Lámina VII
Plano planta de la Casa de la Moneda. Reconstrucción ideal según apeo del siglo XVI.
A. Puerta de entrada a la Casa de la Moneda
B. Hornazas de mercaderes
C Hornazas de capataces
D. Fundición Rea!
E. Sata de la Balanza
F. Sala de la Blanquición
G. Sala de la Contaduría
H. Sala del Tesoro
I. Vivienda del Tesorero
J. Vivienda de! Ensayador
K. Vivienda del Fundidor
L Pasaje cubierto
M. Portal de los Acuñadores
N. Pasaje público descubierto
0. Servicios comunes
P. Caballerizas
Q. Vivienda del Tallador
R. Casa del Guarda
S. Aposento del Portero
T. Aposento del Alguacil
U. Sala de la Cizalla
PIEDAD BOLAÑOS DONOSO 83
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Lámina VIII
84 ACERCA DE LA UBICACIÓN DEL CORRAL DE LAS ATARAZANAS PIEDAD BOLAÑOS DONOSO 85
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Lámina IX Archivo Histórico Provincial. Sección: Protocolos Notariales, Legajo n° 7.778, fol 279 t:
86 ACERCA DE LA UBICACIÓN DEL CORRAL DE LAS ATARAZANAS
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PIEDAD BOLANOS DONOSO 87
ídem,/o/. 250 r°.