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UNIDAD N° 21
Unidad 2. Sistemas Políticos.
7. Presidencialismos. Caracterización. 8. Parlamentarismos. Caracterización.
Las modernas democracias de los siglos XX y XXI adoptan
alguno de estos dos sistemas de gobierno, presidencialista o
parlamentario y se organizan como Repúblicas o como Reinos
con Monarquías constitucionales
El presidencialismo 2
El presidencialismo democrático se organiza sobre una
República. Se caracteriza por una mayor independencia entre los
tres poderes, ejecutivo, legislativo y judicial, que en el
parlamentarismo, porque el Presidente se elige por separado del
Congreso. Es aplicado comúnmente por los países americanos.
El presidente (poder ejecutivo) es a la vez el jefe de estado y el
jefe de gobierno. Es elegido por votación en forma directa por el
pueblo, o en forma indirecta cuando el pueblo elige entre distintos
electores que luego reunidos en un colegio electoral votan por
quien ha de ser presidente. Desde 1853 hasta 1994 en Argentina
1 Los puntos de las unidades temáticas que no se encuentran en estas guías deben verse en el blog de las guías de la cátedra de Derecho Político del plan de estudios anterior a 2019.2 La guía abreviada del Presidencialismo y Parlamentarismo ha sido preparada por el profesor Daniel F. Baraglia
se elegía presidente y vicepresidente en forma indirecta. A partir
de la reforma constitucional de 1994 se los elige por votación
directa del pueblo de la nación. Dura en el cargo un tiempo
limitado en general entre 4 a 6 años y es reelegido en forma
limitada.
El legislativo está formado por el Congreso de la Nación
compuesto de dos cámaras, el Senado y la Cámara de
Diputados, o de Representantes del pueblo de una sola cámara
de acuerdo a su constitución. Todos estos cargos se renuevan
periódicamente y son elegidos por el pueblo.
Los miembros del poder judicial son designados por el Presidente
de la Nación con acuerdo del Senado o en caso de ser el
Congreso unicameral con acuerdo de este.
Los jueces se mantienen en el cargo mientras dure su buena
conducta, o hasta que se jubilen. En otros casos, escasos, los
jueces son elegidos por el pueblo y su mandato es limitado en el
tiempo.
La división de poderes determina un sistema de controles y
contrapesos entre los tres poderes. El presidente puede vetar las
leyes que emite el Congreso, el Congreso puede destituir por
juicio político al Presidente y a los miembros de la Corte Suprema
de Justicia y la Corte puede declarar inconstitucionales las leyes
que aprueba el Congreso y los decretos que dicta el Presidente.
El parlamentarismo
Se organiza sobre una Monarquía constitucional o sobre una
República. Se diferencia el jefe de estado del jefe de gobierno.
Cuando el Estado se organiza como República (ejemplo Italia)
tenemos un Presidente, un Primer Ministro y el Parlamento.
Además los jueces.
El Presidente es elegido por el pueblo, en forma periódica. Dura
en el cargo un tiempo más prolongado que el primer ministro, es
el jefe de estado y representa como tal a la unidad nacional. No
tiene facultades de gobierno, salvo disolver el parlamento en caso
de crisis y convocar a elecciones para elegir nuevos
parlamentarios y que se forme nuevo gobierno.
El jefe de gobierno (poder ejecutivo) es el Primer Ministro y es el
encargado de llevar adelante la gestión de gobierno. Este es
elegido por el Parlamento. Dura en el cargo alrededor de 4 años,
salvo que renuncie a raíz de una crisis de gobierno o porque el
Presidente disuelve el parlamento en que se sustenta su
gobierno.
El Parlamento (poder legislativo) o mejor dicho los diputados o
representantes que forman el parlamento son elegidos
periódicamente por el pueblo. En general el Parlamento es
unicameral
Los jueces (poder judicial) son designados por el primer ministro
con acuerdo del Parlamento.
Cuando se trata de una Monarquía el Rey es el jefe de estado
que representa la unidad nacional. La sucesión del Rey es
hereditaria. (Ejemplo Holanda).El Primer ministro es el jefe de
gobierno que lleva adelante la gestión gubernamental (poder
ejecutivo). El Parlamento es el poder legislativo y designa al
Primer ministro. Las elecciones son periódicas para que el
pueblo elija a los miembros del Parlamento. Los jueces (poder
judicial) son designados por el primer ministro con acuerdo del
Parlamento. En algunos sistemas parlamentarios el Rey puede
disolver al parlamento, convocar a elecciones y que se forme
nuevo gobierno en otros no tiene esa facultad.
El semipresidencialismo
El semipresidencialismo se organiza sobre un sistema
parlamentario, pero el primer ministro es aquí elegido por el
Presidente no por el Parlamento. Es el caso de Francia. Cuando
el Primer Ministro es del mismo partido político que el Presidente,
entonces el Presidente toma un papel más protagónico y el
Primer Ministro pasa a ser sólo el Jefe de Gabinete ministerial,
como ocurre en el presidencialismo argentino con el Jefe de
Gabinete. Pero los presidentes franceses han respetado la
propuesta de designación efectuada por el Parlamento cuando se
ha formado un gobierno de oposición, en ese caso el Presidente
tiene un papel más pasivo como en el parlamentarismo clásico.
La división de poderes es menos marcada en el parlamentarismo
toda vez que el jefe de gobierno, Primer Ministro surge del
Parlamento.
Forma republicanaPor forma republicana los autores entienden dos cuestiones.
Unos expresan que se refiere a la división de poderes entre
ejecutivo, legislativo y judicial necesariamente presente en toda
democracia.
Por otra parte la República se opone como forma de gobierno a la
Monarquía.3 En la historia constitucional argentina, al momento
de declararse la independencia el 9 de julio de 1816 no estaba
claro para los congresales de Tucumán, si se iba a establecer
una monarquía para el gobierno de la nueva nación, por
influencia de lo que sucedía en los países europeos con la
restauración de las monarquías una vez derrotado Napoleón, o se
iba adoptar la República como en los Estados Unidos. Al final se
impuso la República, por esos somos republicanos y no
monárquicos.
Cabe aclarar que las modernas monarquías constitucionales
también adoptan la división de poderes.
Como veremos, además de la división de poderes, las
democracias se caracterizan por la periodicidad de las funciones
de gobierno, la elección por el pueblo entre distintos candidatos
posibles a ocupar cargos de gobierno, la publicidad de las leyes y
3 Maquiavelo (siglo XVI) clasificaba a los Estados en Repúblicas o Principados.
de los actos de gobierno, el respeto por los derechos humanos y
sus garantías.
PRESIDENCIALISMO:4
Presidencialismo La Constitución de los EEUU aprobada en 1787
es el modelo original del presidencialismo. Este régimen ha sido
seguido en América Latina. El presidencialismo está fuertemente
enraizado en las tradiciones, la historia y la cultura de los países
latinoamericanos. Las experiencias presidencialistas en el área
datan del siglo XIX, poco después de la independencia. Ninguna
República Latinoamericana ha adoptado el parlamentarismo.
Pero hubo algunas aproximaciones. Por ejemplo, la llamada
República Parlamentaria en chile (1890- 1925) fue más bien un
régimen presidencial en el que los ministros estaban sujetos a la
censura parlamentaria o la experiencia parlamentaria en Brasil
(1961 – 1963) fue un breve ensayo semi-presidencialista. La base
de este sistema es la división de poderes y se resume con las
siguientes características: 1) Estructura del Poder Ejecutivo El
Ejecutivo es unipersonal, es decir, está encabezado por un solo
individuo que concentra la totalidad de las funciones ejecutivas.
Esto implica dos cosas: en primer lugar, el Presidente es tanto
Jefe de Estado como Jefe de Gobierno, esto es, desempeña
funciones simbólicas y ceremoniales junto con funciones
ejecutivas de gobierno. En segundo lugar, el Presidente tiene el
control total sobre la designación y destitución de los ministros. El
4 El desarrollo ampliado del Presidencialismo y el Parlamentarismo ha sido desarrollado por el profesor Armando B. Elaghiozian.
Presidente posee una preeminencia absoluta sobre los otros
miembros del gabinete. Ello se debe al tipo de legitimidad que
tiene. Lo recibe directamente del pueblo y los ministros dependen
de la figura presidencial por éste quien los elige. 2) Elección del
Jefe de Gobierno Es electo directamente por el pueblo. La
legitimidad democrática directa que tiene es la que carecen los
Jefes de Gobierno de las democracias parlamentarias. La
elección popular directa constituye uno de los rasgos
fundamentales de estos sistemas. Sin embargo, en algunos
casos la elección del Presidente no es totalmente directa. En
EEUU y en Argentina hasta 1994 la elección se realiza,
formalmente, a través de Colegios Electorales cuyos miembros
son elegidos directamente por el pueblo. En otros casos, la
ausencia de una mayoría absoluta a nivel electoral, la decisión
cae en el Congreso. En este caso, el Congreso elige a quien haya
recibido la mayoría simple pero no es obligatoria dicha elección
ya que, por ejemplo, en Bolivia se designó al candidato que
obtuvo, en las elecciones, el segundo y el tercer lugar. Así ocurrió
en 1985 y 1989, respectivamente. 3) Duración del Presidente Es
electo por un período fijo. No puede ser removido por motivos
políticos o pérdida de confianza. Esto garantiza alta estabilidad.
Además, el Congreso aumenta su independencia respecto del
Ejecutivo en loa medida que la estabilidad de éste último no
depende de la posesión que adopten los legisladores respecto de
las propuestas iniciadas por el Presidente. La duración del
Presidente solo se ve afectada por los mecanismos del Juicio
Político, a través de los cuales pueden ser destituidos. Pero esto
es poco frecuente. A diferencia de la censura parlamentaria,
estos mecanismos son complejos y largos y solamente se activa
el fuero Político por la comisión de delitos o mal desempeño en
las funciones y no por cuestiones políticas. 4) Elección y duración
del Poder Legislativo Los miembros del Legislativo son elegidos
directamente por el pueblo y que permanecen por un período fijo
no pudiendo ser removidos a no ser por resolución de sus pares.
El punto central es que el Presidente no puede amenazar
legítimamente con la disolución del Legislativo. Estas
características del presidencialismo transmiten de manera clara la
idea de división de los poderes que está en la base de este tipo
de gobierno: el Ejecutivo y el Legislativo son independientes,
tanto en su origen como en su supervivencia. Esto se ve
reforzado por un dato adicional de los sistemas presidenciales: la
división personal de poderes hace que los miembros del Gobierno
no pueden, al mismo tiempo, ocupar posición en el Legislativo,
algo muy normal en los sistemas parlamentarios.
PARLAMENTARISMO:Parlamentarísmo El parlamentarismo es la forma de gobierno que
más estrechamente ha estado asociada a la Democracia. De
hecho con la excepción de los Estados Unidos, todas las
democracias con un alto nivel de estabilidad política poseen este
tipo de gobiernos. El origen se relaciona con las sucesivas
reformas políticas que transformaron a las monarquías absolutas
de los siglos XVII y XVIII en los modernos regímenes políticos
democráticos. El impulso inicial lo da el desarrollo inglés, que es
cuna del parlamentarismo, y que consistió en el pasaje desde la
monarquía absoluta a la monarquía constitucional. La Revolución
Gloriosa de 1688, y recogido a nivel teórico por John Locke,
estuvo centrada en el desarrollo de las restricciones al poder del
monarca, a través de la jerarquización del Parlamento como
órgano de legitimación del pueblo equiparándolo al Rey.
Concretamente, el pasaje a la monarquía constitucional significó
sustituir un modelo político monista (con un solo foco de poder: el
Rey) a otro modelo de carácter dual (basado en una doble
legitimidad). Esa doble legitimidad era, por un lado, la tradicional,
corporizada en el Rey, quién ejerce el gobierno a través de un
Primer Ministro y su Gabinete y que aún conserva la facultad de
disolver el Parlamento. Por otro lado, está la legitimidad popular,
al principio limitada, cristalizada en un Parlamento, encargado de
legislar y sin cuyo voto ni las decisiones del Rey entran en
vigencia, ni el Primer Ministro, propuesto por el Rey, puede
asumir sus funciones. El pasaje de la monarquía constitucional a
la monarquía parlamentaria tiene lugar en el siglo XVIII con el
advenimiento de la dinastía de los Hannover. El proceso se
caracterizó por la declamación del poder real y el paralelo
fortalecimiento de la autoridad parlamentaria. En este proceso, el
Primer Ministro y su gabinete se independizan del Monarca, se
apropian de sus facultades gubernamentales y aumentan su
dependencia del Parlamento, ya que son miembros del mismo y
son responsables ante ese organismo. El Primer Ministro se
convierte en el jefe de Gobierno, mientras el Rey ocupa una
posición formal y simbólica como Jefe de Estado, alguien que
reúne pero gobierna. Este desarrollo será adoptado por el resto
de los países de Europa a medida que la Democracia se
propagaba. Desde el punto de vista estructural, el
parlamentarismo no tiene división de poderes sino fusión y
colaboración de poderes. La doctrina señala cuatro
características de régimen que pasamos a explicar. 1) Estructura
dualista y colegiada del Poder Ejecutivo La estructura dualista
significa la distención de funciones entre el jefe de Gobierno,
quien tiene a su cargo la dirección política y administrativa (que
recibe el nombre de Primer Ministro) y el Jefe de Estado, cargo
de característica simbólica y ceremonial que es ocupado por el
Rey en las monarquías o por un Presidente en las Repúblicas,
pero por un período fijo a diferencia del Rey que es vitalicio. El
dualismo del Ejecutivo parlamentario se combina con su carácter
colegiado. El Ejecutivo se constituye como un cuerpo colegiado
(gabinete o consejo de Ministros) que está integrado por el Primer
Ministro (quien lo preside) y por el resto de los Ministros
encargados de administrar las diferentes áreas. Aunque
originalmente el Jefe de Gobierno es sólo el pƌiŵeƌo eŶtƌe
paƌes, eŶ los heĐhos el gƌado de pƌeeŵiŶeŶĐia Ƌue posee
soďƌe el resto de los miembros es variable. Últimamente hay una
concentración del poder en la figura del Primer Ministro pero sin
perder el carácter colegiado en la medida que hay
responsabilidad colectiva. 2) Elección del Jefe de Gobierno El
Primer Ministro es elegido de manera indirecta por el Parlamento
(que, a su vez, es elegido por sufragio popular. Si bien es el Jefe
de Estado quien propone su designación (excepto en Japón y
Suecia, donde la propuesta es hecha por el Parlamento) su poder
es formal ya que el Jefe de Gobierno no es investido a menos
que cuente con el consentimiento parlamentario. La designación
del resto de los ministros tiene lugar, generalmente, en un
momento posterior y es a propuesta del Jefe de Gobierno. El
mecanismo de una investidura puede revestir dos modalidades.
La primera es explícita ya que el Parlamento vota y en la cual la
mayoría apoya expresamente al candidato. En la segunda
modalidad, la forma es implícita, cuando el Parlamento acepta
tácitamente al candidato propuesto por el Jefe de Estado. 3)
Duración del Jefe de Gobierno en su cargo El mecanismo de
responsabilidad parlamentaria implica que, de la misma manera
que el Parlamento tiene la facultad de investidura, también tiene
la de destituir el Gobierno. Esto oĐuƌƌe de dos ŵaŶeƌas: la
pƌiŵeƌa es votaŶdo eŶ ĐoŶtƌa de uŶa ĐuestióŶ de ĐoŶfiaŶza
plaŶteada poƌ el Pƌiŵeƌ MiŶistƌo; la seguŶda poƌ ŵedio de la
apƌoďaĐióŶ de uŶ voto de ĐeŶsuƌa o Ŷo ĐoŶfiaŶza ;o sea,
desĐoŶfiaŶza iŵpulsado poƌ los ŵieŵďƌosͿ del Parlamento.
Resulta pues lógico que la duración del mandato del Ejecutivo no
esté sujeto a plazo alguno. El mismo se mantiene mientras
conserve el apoyo de los parlamentarios pero, debido al principio
de responsabilidad colectiva que existe en los Gobiernos
colegiados, la censura de cualquier Ministro suele implicar la
caída de todo el Gobierno. 4) Elección y duración del Poder
Legislativo El parlamentarismo tiene una sola constitución cuyos
miembros son elegidos directamente por el pueblo y éste es el
Parlamento. Es la única institución con legitimidad democrática
directa. Sin embargo tiene como contrapartida que su período
puede ser acortado. En efecto, el Primer Ministro tiene la facultad
de devolver al Parlamento (técnicamente, lo solicita al Jefe de
Estado) convocando a elecciones inmediatamente para la
constitución de uno nuevo. Tal medio de acción sirve como una
amenaza disuasoria ante la posibilidad de que el Parlamento
pretenda instrumentar un voto de censura o que algunos
miembros de la coalición de Gobierno pretendan escindirse y, en
consecuencia, le hagan perder el apoyo parlamentario. También
sirve para superar situaciones de eŵpate ;ŵuLJ fƌeĐueŶte . Así,Ϳ
se devuelve al pueďlo la posiďilidad de defiŶiƌ la situaĐióŶ y
resolver el conflicto institucional. Con estas cuatro características
se comprueba que el concepto de separación de poderes está
lejano en los gobiernos parlamentarios. Por un lado, los miembros
del Gabinete suelen ser, al mismo tiempo, miembros del
Parlamento, aunque en momentos de crisis es usual la
foƌŵaĐióŶ de goďieƌŶos téĐŶiĐos de origen extraparlamentario.
Por el otro, existen medios de intervención recíproca de un
cuerpo sobre el otro: la investidura del Gobierno y la posibilidad
de destituirlo por medio de un voto de censura por parte del
Parlamento y la posibilidad de disolver el Parlamento por parte
del Gobierno. Se concluye así que en el Parlamentarismo hay
fusión de poderes más que independencia de poderes.
Unidad 2 punto 9. Democracias. Participación Política. Representación Política. Sufragio Sistemas electorales. Elementos de la democracia. Vigencia de los derechos humanos. Procesos formales para
la toma de decisiones. Respeto a las leyes. Pluripartidismo. Periodicidad de funciones. Limitación del ejercicio. División de Poderes. Publicidad de los actos de gobierno. Partidos Políticos. Los populismos
La democracia5 tal como hoy la conocemos es esencialmente un
sistema de gobierno de poder limitado por el derecho, elegido
libremente por el pueblo que tiene por fin garantizar los derechos
humanos y el bienestar general de la gente. En la tradición
histórica constitucional es el gobierno del pueblo, por el pueblo y
para el pueblo.
La participación política de la gente se da en alguno de estos
tres tipos de democracia:
Democracia directa: donde participa el pueblo directamente, es
el denominado gobierno de las asambleas, es una participación
voluntaria. Ya Rousseau (siglo XVIII) se refería a ellas diciendo
que solo eran practicables en poblaciones reducidas, como los
cantones suizos.
Robert Dhal narra que en el siglo VII los vikingos de Dinamarca
se reunían en las plazas públicas para discutir cuestiones de
estado que luego le presentaban al rey.
Durante la crisis de 2001 en Argentina se intentaron distintas
manifestaciones del gobierno de asambleas sin resultados
concretos.
5 La guía abreviada sobre Democracia y Participación ha sido preparada por el profesor Daniel F. Baraglia.
Democracia representativa: El pueblo no delibera ni gobierna
sino a través de sus representes como indica el art 22 de la CN.
Como dice Sartori esta es una mejor forma de democracia que la
democracia directa porque permite que sólo una parte de la
población esté abocada a los asuntos públicos mientras que la
mayoría se dedica a la producción y al trabajo, lo que permite un
mejor uso de las capacidades para el desarrollo del país.
La participación de los candidatos a ocupar los cargos de
gobierno es voluntaria. La participación de los votantes puede ser
voluntaria como en EEUU u obligatoria como en Argentina.
Rousseau decía que la forma representativa a la que llamaba
aristocracia electiva porque el pueblo podía elegir entre los
ciudadanos más capaces para gobernar era la mejor forma de
gobierno.
Democracia participativa: En este caso se combina un régimen
democrático representativo, con la participación directa del pueblo
para algunos aspectos de gobierno, como son las llamadas
formas semidirectas de participación en forma voluntaria u
obligatoria, consulta popular, referéndum, plebiscito, iniciativa
popular, revocatoria de mandatos o destitución popular y otras
como las audiencias públicas de concurrencia más acotada y de
participación voluntaria, donde la participación política de
representantes elegidos por el pueblo se entremezcla con
funcionarios públicos menores y representantes de la sociedad no
elegidos por el pueblo, sino que concurren por su propia voluntad
como miembros de asociaciones barriales, cámaras empresarias
o simples vecinos.
El género es la consulta popular y las especies son:
El referéndum es someter a decisión del pueblo, por sí o por no,
una previa decisión de gobierno. En el ámbito privado de las
sociedades comerciales es someter a la asamblea de accionistas
una decisión del Directorio. El referéndum legislativo está
regulado en el art. 40 de la CN como una consulta popular en la
que se somete un proyecto de ley.
El plebiscito es una consulta al pueblo sobre un tema político. La
constitución de la provincia de Bs. As., prevé la posibilidad de
someter a plebiscito una reforma constitucional efectuada por la
legislatura provincial (Art 206)
La revocatoria de mandatos o destitución popular es la
posibilidad de que a través de una consulta popular se destituya a
un funcionario de gobierno. (Art. 312 Constitución de Neuquén)
Puesta en valor de la democracia representativa. 6
En arquitectura se habla de puesta en valor del patrimonio
cultural, en especial de aquellos edificios clásicos que se hace
necesario restaurar por el paso del tiempo.
A semejanza vamos a referirnos a la puesta en valor de la
democracia representativa y de los partidos políticos por la que
ella se sostiene.
6 Autor Daniel F. Baraglia
A lo largo de la historia la mayor o menor concentración del poder
ha tenido como correlato una mayor o menor participación
ciudadana, en cuanto a cantidad de participantes, a su grado
decisorio, la continuidad de funcionamiento y periodicidad en las
convocatorias.
Antecedentes medievales.
Antecedentes hispánicosLa sociedad medieval se componía de nobleza, clero y estado
llano. Dentro del estado llano se distinguía la burguesía integrada
por los principales vecinos de las ciudades y las villas, del resto
de la población.
El carácter estamental de la sociedad hizo que parte de sus
miembros tuvieran con distintos grados de importancia, presencia
en las instituciones políticas de su tiempo. En las Cortes de
Castilla y León, derivadas de las Curia Regis Plenas además de
los consejeros del Rey se incorporaban a nobles y eclesiásticos y
aparecen también representantes de las ciudades y de las villas.
Los historiadores recogen como primera reunión de Cortes de la
que se tiene constancia, estar compuesta por los tres estados, la
de León de 1188. Tuvo lugar a comienzos del reinado de Alfonso
IX en el claustro de la Basílica de San Isidoro.
Es interesante la reunión celebrada en Benavente en 1202. En
esta asamblea se acuerda pagar un maravedí anual por habitante
a cambio de que el rey no altere el valor de la moneda durante
siete años.7
Si bien encontramos antecedentes de otras asambleas desde el
siglo III para la resolución de problemas locales y otras
posteriores como el conventus publicus vicinorum de la España
visigoda; el placitum de los francos, las asambleas del shire y del
hundred en el ámbito anglosajón, y otras de carácter religioso
como los Concilios Toledanos de los que participan eclesiásticos
y también representantes de la nobleza, lo que caracteriza a las
reuniones de León de 1188 y Benavente de 1202 es que son
convocadas por el Rey para tratar cuestiones que interesan al
reino no sólo al ámbito local, que van a tener repercusión sobre
sus miembros por lo que se necesita su consenso y donde son
convocados los hombres libres de los tres estados, nobleza, clero
y pueblo, aunque este último representado por entonces sólo por
la burguesía. En Hispanoamérica la convocatoria a Cabildo
Abierto, reunía a los principales vecinos como representantes
ante situaciones de importancia para la ciudad o la región.
Antecedentes del Parlamento inglés.8
El primer antecedente que se recuerda de Inglaterra, data de
1213, el Rey Juan Sin Tierra despacha una comunicación a los
sheriffs para que le envíen a Oxford una representación de
7 Arrieta Alberdi, Jon en Las Cortes de Castilla y de la Corona de Aragón (siglos XIII a XVIII): una visión de Conjunto.8 www.parliament.uk. The First Parliament - 2014
cuatro caballeros y burgueses por shire o condado, a fin de tratar
cuestiones del reino.
Según se indica en la página web del Parlamento Británico9, el
primer uso conocido oficial del término Parlamento fue en el año
123610. Describió las reuniones consultivas del monarca inglés
con un numeroso grupo de sus nobles (Condes y barones) y
prelados (obispos y Abades).
En 1258 la nobleza, acaudillada por Simón de Monfort, se rebela
contra Enrique III y tomó el poder. El Monarca se sometió a la
tutela de una comisión de 24 miembros, 12 elegidos por el rey y
12 por los nobles. Esta comisión impuso al rey las Provisiones de
Oxford, según las cuales los altos funcionarios serían nombrados
con el consentimiento del Parlamento, se reunirían tres veces al
año, y se creaba un consejo financiero de 24 miembros. También
habría un control ministerial de 15, y una comisión permanente de
12. Nacía, así, el Parlamento.
En 1265 Simón de Monfort convocó un nuevo parlamento, en el
que reunió a la nobleza, al clero y a ciudadanos de los condados,
con lo que el tercer estado entraba en el Parlamento. La siguiente
vez que fueron convocados a Parlamento fue por el rey Eduardo I
de Inglaterra en 1275. La instalación en Londres de la sede del
Parlamento tuvo lugar recién en el siglo XVI.
9 www.parliament.uk10 En este Parlamento se estableció el cambió de idioma de los tribunales de justicia del francés al inglés.
Antecedentes en Francia.
En Francia, durante el reinado de San Luis IX, que gobernó entre
1226 y 1270 algunos miembros de las burguesías locales son
llamados a formar parte de las curias regis itinerantes que
acompañaban al Rey, con facultades de tribunal de justicia y
vinculado a ello el establecimiento de la ley aplicable. Esto da
lugar a la creación del Parlamento de Paris, con funciones de
tribunal de justicia, a diferencia de lo que ocurriría con el
Parlamento inglés que evolucionó a funciones legislativas.
De las reuniones de los Estados Generales de Francia surge el
antecedente de la Asamblea Nacional. Para 1302 Felipe el
Hermoso convoca en Francia a los tres estados, nobleza, clero y
representantes de las ciudades, lo que se ha considerado la
primera reunión de los Estados Generales.11 Estas asambleas
fueron disueltas en 1614 por el Rey Luis XIII y convocados por
última vez en 1789. En ese lapso de casi 500 años fueron
reunidos 21 veces. Se reunía por brazos, clero, nobleza y estado
llano y cada estamento emitía un voto. Para 1789 se cambió el
sistema de votación a votación conjunta y los representantes del
estado llano a los que se sumo parte del clero triunfaron en la
decisión sobre la nobleza y los altos prelados dando lugar a la
revolución.
Las convocatorias tenían como causa crisis políticas, acciones
militares y necesidades financieras en donde se procuraba el
11 En esta se consideró a Francia común patria y la obligación de contribución. Y prevalece la opinión de la Corte Suprema de Justicia sobre la del poder ejecutivo y el legislativo.
consenso de los representantes para las decisiones reales. La
función de estas asambleas era por lo general aprobar la
aportación por cada provincia de hombres para la guerra y dinero
para el Estado.
Otro enfoque.
Con una visión distinta, otros historiadores limitan estos
antecedentes entendiéndolos como propios de las relaciones de
vasallaje del sistema feudal. La asistencia de los representantes
de las ciudades, como del clero y la nobleza, lo es en virtud del
deber de asistencia o consejo para con el monarca.12 La
convocatoria a asambleas, cortes o curia regis o parlamento
ampliado es así facultad exclusiva del Rey, quien lo hace cuando
lo entiende oportuno o conveniente. Más de las veces para
obtener consenso sobre contribuciones extraordinarias en materia
de impuestos o reclutamiento de tropas para la guerra, u otras de
carácter legislativo. Señalando también otros aspectos que serían
disfuncionales en la comparación que se hace con los sistemas
parlamentarios modernos. Estos son la seudo representación en
la forma que se invita y selecciona a los concurrentes y la
ausencia de deliberaciones consistiendo las reuniones en la
confirmación o aceptación de los temas que presenta el Rey y
donde la facultad de legislar corresponde al poder real.
12 Arrieta Alberdi, Jon en Las Cortes de Castilla y de la Corona de Aragón (siglos XIII a XVIII): una visión de Conjunto. Cuenta que la función consultiva, ejercida por destacados miembros del grupo de nobles y dignidades eclesiásticas que rodean al rey, empieza a aparecer de forma cada vez más definida en los diplomas de cada uno de ellos. Tanto en Castilla como en Aragón y Cataluña, estas curias han tenido carácter de órganos de gobierno y de administración de justicia, facetas muchas veces difíciles de deslindar, y más entonces cuando gran parte de la acción regia se englobaba bajo el manto de la justicia que le correspondía impartir.
No obstante estas observaciones, se considera que en la
representación de la burguesía de las ciudades junto al clero y la
nobleza en las asambleas medievales se encuentra el origen del
sistema representativo de las Cortes de España, la Asamblea
francesa y el Parlamento británico.
Los principios políticos del siglo Tudor.
Una ley promulgada durante el reinado de Enrique V (1413-1422)
en Inglaterra, exigía que los miembros del Parlamento viviesen
en su distrito electoral. En el siglo XVI se le reconocían al Rey y al
Parlamento funciones representativas. El rey era la cabeza
representativa de la comunidad en su conjunto o sea del reino y
los miembros del Parlamento seguían teniendo sus tradicionales
funciones medievales de representación de las comunidades
locales y de los intereses especiales. El Parlamento era
responsable ante sus electores.
Pero tanto Samuel Huntington como el historiador Edward McNall
Burns13, también desarrollan opiniones críticas a la época.
Muchos ciudadanos recibieron de buen grado el establecimiento
de la monarquía absoluta, después de la Guerra de las Dos
Rosas, la clase media especialmente quería la protección de un
gobierno firme. Eduardo VIII e Isabel I, adquirieron parte de su
poder simulando que ejercían un gobierno popular. Cuando no
estaban seguros que prosperara la medida a tomar, reunían al
Parlamento de modo que pareciese que era voluntad de los
13McNall Burns, Edward. Civilizaciones de Occidente. Siglo Veinte. Bs. As.1988. Tomo II Pág. 510.
parlamentarios. Bajo estos monarcas la rama legislativa del
gobierno era poco más que un sello de goma. Convocaban al
Parlamento de manera irregular, circunscribían sus sesiones a
periodos muy breves, interferían en las elecciones y llenaban las
dos Cámaras con sus favoritos. Adulaban, halagaban o
insultaban a los parlamentarios según lo exigía el caso, para
conseguir su apoyo. Cuando se aprobaban leyes que la corona
no quería el Rey procedía a vetarlas.
Si bien en la representación de los tres países que mencionamos
se mezcla la representación estamental funcional de los tres
estados nobleza, clero y burguesía, ésta como representación de
los hombres libres o estado llano, con la representación política
territorial, lo que queremos destacar es que la idea de
representación y más que la idea los hechos de representación
llevan siglos en la cultura política de occidente.
Las Colonias norteamericanas
Para Samuel Huntington, los sistemas representativos de las
colonias norteamericanas reprodujeron aquellas prácticas de los
reyes Tudor que continuaron en la constitución de los Estados
Unidos. El Presidente de la Unión, como el Rey de Inglaterra
representa los intereses del conjunto de las comunidades, los
miembros del Congreso tienen la representación territorial de las
distintas regiones. La residencia local se convirtió en un requisito
legal de representación.14 15
14Huntington, Samuel P. El orden político en las sociedades en cambio. Paidos Barcelona 4 º reimpresión 1997.Pág. 10315 Juan Linz plantea sobre este tema el conflicto de doble representación en el Presidencialismo que no se daría en el Parlamentarismo al provenir el Premier del seno del Parlamento. Para el Abate
EvoluciónMientras que las Colonias de Norteamérica mantuvieron la idea
de la representación territorial que llevaron a su Constitución, en
Europa los Parlamentos o Asambleas legislativas fueron
reemplazados por la Corte Real en Palacio o en forma más
acotada por el Consejo de Estado y sus Ministros, designados por
el Rey.
Si uno se detiene a ver los modernos sistemas presidencialista y
parlamentario, recogen ambos antecedentes, el Congreso o
Parlamento con la representación regional territorial y el Ejecutivo
acompañado de sus Ministros elegidos por el Presidente.
El Congreso.Por otra parte hay que observar el cambio de paradigma entre un
Congreso pensado en el siglo decimonónico y un Poder Ejecutivo
del siglo XXI. El Ejecutivo elabora los planes, programas y
proyectos de gobierno a través de sus ministerios que disponen
de una capacidad técnica de la que no dispone cada legislador
del Congreso, ni sumados por bloque. A más el ejecutivo tiene la
posibilidad de ampliar sus colaboradores en instancias que así lo
requieran y formar comisiones mixtas donde trabajan por ejemplo
asesores ministeriales junto a legisladores. Los planes y
programas que prepara el ejecutivo, como los cambios que
pretende introducir en el gobierno o en la sociedad, se vuelcan en
proyectos normativos. Cuando por la índole de los temas o
cuestiones de que se trate, no basta un decreto sino que se
Seyes los diputados representaban a la Nación, con lo que los intereses nacionales prevalecerían sobre los locales.
requiere de una ley, razonadamente se lleva a la intervención del
Congreso.
El Congreso es el lugar donde los legisladores del oficialismo
tratarán de defender los proyectos del gobierno y donde los
partidos de oposición, que no son gobierno, señalaran sus puntos
de vista o sus disidencias. Los gobiernos de coalición son más
propensos al debate, porque puede que se termine de ajustar el
proyecto en el Parlamento entre los partidarios que forman la
coalición y mediante la búsqueda de consenso en otros partidos.
El Congreso ha sido reemplazado por el Ejecutivo como fuente
natural de elaboración de proyectos y programas legislativos de
gobierno. Pero el Congreso cumple y cumplirá la función de
vallado frente a la posibilidad de concentración del poder de los
gobiernos, al tener que intervenir más voluntades en la sanción
de las leyes. Por esa razón el bicameralismo parece imponerse
sobre un Parlamento único.
La crisis de representación.
Qué entendemos por modelo representativo dependiente. 16
La representación dependiente es una de las
manifestaciones de la crisis de representación. Se caracteriza por
que la propuesta de representación no la formula el elector ni el
candidato sino un tercero que en forma transitiva expresa que ese
candidato es el representante que podemos elegir.
16Baraglia, Daniel Fernando. 2003. La reforma jurídico institucional pendiente en la provincia de Buenos Aires. pág. 4 y sgtes. V Seminario Redmuni – Inap Mendoza 9 y 10 de octubre de 2003.
La representación depende así de una posición superior de
poder político que manifiesta la oferta de representación en
términos como “estos son los míos” formulada por el
representante mediático o de alguna forma más conocido y que
en la mecánica electoral del ámbito local y regional para la
mayoría de los electores del padrón, actúa de manera no tanto
de explicitar de donde son, sino con quien están.
Los representantes secundarios son por un lado como un
voto refuerzo al candidato mediático que dirige o acuerda la
representación dentro de los núcleos políticos del partido y por
otro lado van a la cola del candidato principal en caso de ser unos
desconocidos políticos.
Puede decirse también que es una representación inversa
en el sentido de que más que candidatos a representantes por los
ciudadanos o vecinos, resultan agentes o representantes de una
“agencia política” que les confía la representación en la zona y
que para que se les otorgue tal carácter han de alguna forma
acreditado:
1. Manejo de marketing político o cierta capacidad operativa
en clientelismo político.
2. Posibilidades de respaldos económico - financieros y
3. Capacidad de gestión.
Contribuyen a esta dependencia: La forma de selección de
candidatos. Las listas sábanas. La no confrontación o no difusión
de programas de gobierno. El hecho de que lo local está
comúnmente alejado de la representación mediática que impacta
en los medios de comunicación masiva y que permitiría obtener al
menos una imagen del candidato local y escucharlo. La no
distinción en los hechos entre domicilio y residencia efectiva, lo
que puede significar la extraterritorialidad del representante.
Las redes sociales pueden cumplir la función de acercar al
candidato.
Las listas sábanas.
Las nóminas de diputados de las provincias que tienen sólo
5 diputados, la mitad de los cuales se eligen cada 2 años no
encuadran en el concepto de listas sábanas. Por tanto son
alrededor de 7 de los 24 distritos en que se divide el país
para la elección de diputados nacionales, provinciales y
concejales los que serían objeto de la crítica que se hace de
falta de representación de aquellos candidatos que integran
las listas y que no se conocen.
La cuestión se produce en los sistemas de lista completa,
lista incompleta de 2/3 o sistema proporciona d´hont para los
núcleos de población que llevan un número considerable de
candidatos, no así en el sistema de circunscripción
uninominal de aplicación en Estados Unidos y el Reino
Unido. Una forma de dar solución a las críticas sería
entonces adoptar el sistema de circunscripción uninominal
tanto en primarias abiertas como en la elección general para
cubrir esos cargos.
¿La representación una ficción?
Hay una opinión generalizada en la doctrina constitucional
argentina que considera a la representación política una
ficción, atento a que el mandato representativo no obliga al
legislador, quien actuará sin sujeción a la voluntad de sus
electores.
Para comenzar a deshilvanar la cuestión recordemos que en
derecho privado, paralelismo del que se nutre la crítica,
conviven distintas figuras, desde el mandato civil, la
representación comercial, el contrato de agencia, los
concesionarios de automotores, las franquicias, etc., donde
el otorgante tiene un producto, un servicio que manejará el
representante de acuerdo a instrucciones y procedimientos
de los cuales no participa el ciudadano en lo político.
Pero hay otros tipos de representación, que apoyan la
existencia de la representación política, por semejanza.
Tales son las empresas, organizadas como sociedades
anónimas. En estas los accionistas en asamblea elijen al
Presidente de la Compañía y los miembros del Directorio. El
Presidente es el representante legal de la empresa, a la vez
puede haber otros representantes como los gerentes y en
empresas internacionales representantes regionales.
También los Embajadores representan al país en su
Embajada.
También el Síndico es el representante de los accionistas en
defensa de sus intereses en la sociedad anónima, como el
Defensor del Pueblo lo es en la Nación al ciudadano. Pero
nadie puede negar que en la Asamblea los accionistas
dotaron al Presidente de representación para conducir la
empresa. Como tampoco nadie puede negar que del
resultado del acto electoral se dotó de representación al
Presidente y los legisladores.
En ninguno de estos casos la representación es imperativa,
tiene por fin el conducir el buen manejo de los negocios
públicos o privados.
El término representación como vemos se utiliza con
distintos contenidos y más amplios que el mandato. De tal
forma que podemos dar a la representación política el
carácter representativo sin que aparezca como el producto
de una mera ficción.
La crisis de los Partidos Políticos.
La cuestión que pasamos a considerar se une al ataque de
la supuesta falta de representación, la crítica a los Partidos
Políticos y aún más al sistema democrático representativo.
La representación democrática podrá o precisa mejorar pero
no es una ficción y es mejor gobierno que las dictaduras
militares o las dictaduras de partido.
La democracia representativa se ha visto desacreditada
tanto por las elites aristocráticas de la sociedad
políticamente conservadoras o por intereses capitalistas,
como por movimientos marxistas, intelectuales, nacionalistas
y regímenes populistas.
Un miembro de la Cámara de representantes del Partido
Republicano por el Estado de California, en la década de
1980, llegó a decir que el impuesto a las ganancias y el
sufragio universal son los costos que los ricos tienen que
pagar para poder vivir con los pobres.
Los argumentos que sostienen muchos intelectuales del
derecho repiten de alguna forma el descreimiento de Platón
de la democracia ateniense o la crítica de Jenofonte para
quien en los asuntos públicos de la ciudad debiera elegirse
el gobierno de los más aptos, como para la guerra se elige a
los mejores generales.17
La selección de los candidatos que hacen los Partidos
Políticos, al menos de quienes encabezan las listas, tiene en
cuenta cierta capacidad de los mismos y como miden en las
encuestas de opinión. Luego son sometidos a elección
popular. Claro que no es el gobierno de los filósofos sino el
de los políticos
El problema se plantea ante partidos políticos o secciones de
partido de baja calificación, algo de lo que no se acostumbra
17 El argumento parece irrefutable. Las centurias romanas elegían a su jefe entre quienes demostraban mayor capacidad en el combate. Napoleón elegía a sus Generales entre quienes habían demostrado mayor capacidad en la batalla y parecieran estar acompañados por la suerte. Pero estamos en política y en democracia no en una guerra.
a hablar. Falta de preparación de los cuadros, experiencias
negativas que se repiten, baja impronta democrática,
clientelismo político, dirigentes proclives a aceptar o a
imponer la corrupción.
Hay una representación ligada al Partido político y a través de
este a la provincia de la que provienen y un vínculo específico
individual con el lugar de residencia o de donde partió.
Por más que Alberdi siguiendo la tesis del Abate Sieyes
escribiera en su proyecto de constitución nacional que (Art. 61.)
cada diputado representa a la Nación, no al pueblo que lo elige, y
que el texto de la CN dice una (Cámara) de Diputados de la
Nación, en los hechos se da una representación dual.
El periodismo especializado pide de los legisladores libertad
e independencia de criterio cuando no votan como el
periodista piensa que debe ser, sino que siguen las
directivas del Partido.
Juan Vicente Sola cuenta que los congresistas norteamericanos
suelen modificar sus votos fundamentados en la libre convicción,
a cambio de obras que favorecen sus comunidades locales,
mientras que en otros países la lealtad al partido se manifiesta
de manera más férrea.
La forma de actuar de los legisladores respecto al bloque y
de la conducción central de su partido dependerá de varias
cosas que pueden estar presentes en la labor y pasar por su
cabeza.
Entre estas, de la posición que tenga dentro del Partido y su
sentido de pertenencia al equipo de trabajo partidario. De la
lealtad y exigencias de lealtad hacia el Partido Político que
se exija frente a un tema, cuestión o proyecto determinado o
de la libre convicción respecto del tema, que formule la
conducción del Partido. De la forma de selección de los
candidatos y de la lealtad a la conducción central o a la
conducción distrital y con quien lo llevó o puso de
candidato. De la lista y sistema electoral con el que se lo
eligió y elegirá la próxima vez. De la importancia regional del
tema, del poder político y económico del distrito a que
pertenece y el grado de compromiso con sus electores. Del
grado de centralismo político o autonomía de los estados
federados. Del grado de politización de los temas en
tratamiento y de la cercanía de la campaña electoral. De las
convicciones morales y religiosas del legislador en relación
al tema en debate.
Los aspectos subjetivos son difíciles de determinar pero la
lealtad y las exigencias de lealtad juegan un rol especial que
solo el grado de compromiso con los electores de su distrito
o nuevas alianzas políticas pueden hacerlo variar.
La moderna democracia representativa.
Sostenemos como muchos autores, que la democracia
representativa tiene mayores bondades que los regímenes
políticos de gobierno no democráticos. No es que nuestras
democracias no tengan defectos y no haya que mejorarlas, sino
que los demás gobiernos son peores y garantizan en menor
medida los derechos humanos.
En los sistemas populistas el que gobierna dice interpretar la
voluntad y el interés de su pueblo, el gobernante habla
directamente con su pueblo reunido en la plaza o por televisión, el
diálogo es en una sola dirección y el pueblo que lo sigue asiente
a la voluntad del gobernante. El que no concuerda, no está en la
plaza, apaga el televisor o cambia de canal.
El líder dice no necesitar intermediarios entre él y el pueblo, lo
decide él con la gente, por eso minimiza, descarta o rechaza la
representación en el Congreso.
Giovanni Sartori,18 plantea que la moderna democracia
representativa es un avance sobre la democracia directa. El
exceso de participación fue lo que llevó a la Grecia antigua a la
ruina, dando por resultado una hipertrofia de la política y un
descuido de las demás funciones socioeconómicas que son
sostén de la comunidad.
Los estados democráticos han evidenciado en su evolución
distintas crisis políticas, que han dado lugar a cuestionar la
representatividad de quienes fueron elegidos para llevar adelante
el gobierno. La forma de evitar o minimizar la crítica ciudadana de 18 Sartori, Giovanni. Elementos de teoría política. Editorial Alianza ISBN 950-40-0083-5 Bs. As.
1992
falta de legitimidad en la representación, es adoptar formas de
participación y control ciudadano en la aceptación y ejecución de
las políticas públicas.
La democracia participativa se plantea como un eslabón entre la
democracia directa y la democracia representativa, capaz de
cumplir con ese control apoyada en los modernos medios de
comunicación social.
Participación ciudadana y democracias monitorizadas.
John Keane (2009) denomina democracias monitorizadas a
aquellas que se encuentran expuestas o partícipes de los
fenómenos de comunicación posibilitados por las nuevas
tecnologías informáticas como el periodismo digital, las redes
sociales, You tube, Twiter, Facebook, webs u blogs que dedican
su tiempo e información a cuestiones políticas y económicas o a
la vida privada de sus protagonistas, que se suman a los más
tradicionales medios de comunicación social como la prensa
escrita, la radio y la televisión.
Esta combinación de tecnología y participación ciudadana se ve
impulsada por el valor otorgado por la ciudadanía a la democracia
participativa y la crítica a la representación.
Para este autor las dinámicas políticas y el sentir y actuar de la
población en las democracias monitorizadas son muy diferentes
a los de la era anterior en que se movía la democracia
representativa. Los políticos se encuentran más expuestos a la
información y a las redes sociales, pero también pueden
comunicar mejor lo que hacen.
La combinación de la democracia monitorizada y la abundancia
comunicativa produce un permanente flujo, de actores que
interactúan permanentemente, colaborando en alguna ocasión
con los gobiernos y en oposición en otras, en la lucha por definir y
por determinar quién obtiene qué, cuándo y cómo.19
Participación política y participación social.
Al proponerse fórmulas de participación ciudadana como en las
audiencias públicas y otros tipos de consultas participativas a las
que concurren los ciudadanos personalmente, nos encontramos
ante un problema que se produce en la realidad, el de
democracia de doble representación: política y social. Por la
primera los ciudadanos eligen a sus representantes políticos
nacionales, provinciales y municipales por elección directa, pero
no eligen a quienes detentarán la representación social que en
virtud de la democracia participativa interactuarán o serán
consultados por las autoridades electas, sin que hayan sido
elegidos por la ciudadanía como sus representantes, sino por las
instituciones a las que pertenecen, las que a su vez podrán ser
más o menos representativas, o vía redes sociales por
ciudadanos individuales sin la menor representación.
19 Keane John. ¿Democracia monitorizada? Conferencia publica para la Universidad Jaume I. 2009. Traducido por Ramón A. Feenstra y Mary Savage. En www.thelifeanddeathofdemocracy.org. 2014.
En caso de conflicto de opinión entre ambas representaciones
política y social deberemos entender que salvo que los órganos
del Estado propongan una consulta popular (Art. 40 CN), la
Constitución nacional establece claramente que el pueblo no
delibera ni gobierna sino a través de sus representantes elegidos
por el pueblo. (Art. 22 CN).
Enfocando el tema desde un ángulo operativo Mario Robirosa y
Javier Pascuchi20 expresan que el Estado, hoy, necesita
involucrar a los diversos actores en los procesos de planificación,
de modo de concertar con ellos las direccionalidades de su
gestión y así ganar sus voluntades.
Sin ello, deberá estar respondiendo en cada momento a las
turbulencias generadas por las intervenciones individuales y
puramente competitivas de todos los actores sociales
involucrados, movidos por sus intereses particulares.
Para afrontar con éxito los procesos de gestión participativa, cada
uno de los escenarios de negociación y concertación deben ser
limitados en su temática, es decir, recortados de alguna manera
significativa, en función de una problemática a tratar. Estos
recortes pueden ser focalizados sobre un territorio particular (por
ejemplo, un barrio o un sector urbano), sobre una problemática
particular de la ciudad (por ejemplo, la disposición de basura o el
transporte de carga).
Estos recortes de escenarios permiten a la vez circunscribir la
variedad de actores sociales participantes y pertinentes a cada
20 Robirosa Mario y Pascuchi Javier. Metodología de la gestión ambiental metropolitana la participación en la gestión. Justificación, malos entendidos, dificultades y estrategias Págs. 4, 5,7,8 y 12
problemática y poder trabajar con un número más manejable de
participantes. Aún un número alto de personas participantes
puede volverse eficaz si se aplican técnicas apropiadas de
trabajo, alternadamente en pequeños grupos y en plenarios, y
con apoyo especializado, por ejemplo, de psicólogos sociales.
Debe cuidarse que no queden excluidos actores sociales
significativos respecto de la problemática en cuestión, e incluso
de aquéllos que podrían tener los medios para impedir o
distorsionar la intervención. Igualmente debe atenderse a que
estén representados los organismos sectoriales pertinentes del
Estado. Debe cuidarse la capacidad de conducción y la
legitimidad de la representación de los participantes, sin ello, las
personas participantes podrían estar negociando en rueda libre,
sin garantizar que aquellos acuerdos que se hagan se vean
respaldados.
Las audiencias públicas y las consultas públicas no pueden
materializarse sólo bajo la forma de una suerte de cabildo abierto,
quizás satisfactoria para algunos, pero altamente ineficiente, muy
frustrante y nunca conclusiva.
En cuanto a los modelos de conducción social estos autores
opinan que una discusión en un escenario participativo no puede
durar infinitamente, sino que tiene que ser controlada en su
desarrollo, acotada temáticamente y, sobre todo debe ser
conclusiva en lo posible en la dirección para la que fue
convocada.
Las protestas sociales
Aunque incluyamos las protestas sociales, en la diversidad de
convocatorias, como proposiciones pro positivas, las
manifestaciones en espacios públicos de los movimientos
sociales reivindicatorios de sectores sociales, de las que
participan las redes sociales virtuales, los reclamos sindicales, las
víctimas de la inseguridad, etc., la participación ciudadana no
puede reducirse a estas expresiones, sin la institucionalidad con
la que fuera pensada, formulada y escrita en las normas
constitucionales.
Sin representación política territorial no está formalmente
constituida la defensa de los intereses locales, no alcanzan las
protestas de la comunidad organizada sin representantes
elegidos por el Pueblo, aunque a falta de estos de hecho la gente
se agrupe bajo una representación social o económica.
La experiencia de las asambleas barriales en las plazas.
En una entrevista en el programa DDT de canal 26 al ex diputado
Zamora y el periodista Lanata coincidieron en que las asambleas
barriales en Argentina de principios del siglo actual, comenzaron
con la libre y entusiasta concurrencia de vecinos para tratar
temas de su interés con el auspicio de las autoridades locales,
pero al poco de andar fueron cooptadas por dirigentes de
izquierda de escasa representación política, que se disputaron
entre sí el control de las asambleas y propusieron asambleas
alternativas en otras plazas y lugares públicos, a causa de la
disidencia entre la propia dirigencia, pretendiendo sumar cada
uno de ellos a sus escasas filas, a los vecinos que concurrían. La
respuesta de los vecinos fue que dejaron de concurrir. Por su
parte las autoridades locales y los partidos de oposición
representados mayoritariamente fueron dejando de auspiciarlas.
Los activistas sin votos vaciaron las plazas.
No hace mucho tiempo le preguntaban a un dirigente piquetero
porque cortaban las calles y las avenidas, y respondió, porque no
tenemos otra forma de hacernos ver y llamar la atención en forma
pacífica, de otra forma la prensa y el gobierno no nos escuchan.
Las reivindicaciones sociales que procuran muchos de ellos
merecen su atención, pero la representación política en las urnas
de sus dirigentes no alcanza al uno por ciento del electorado.
Conclusión.La representación del Congreso es siempre un freno al Poder,
máxime si los representantes son elegidos por el Pueblo en
elecciones libres y democráticas.
La actual trayectoria de los partidos políticos, plantea cierto grado
de impenetrabilidad en sus cuadros, para la gente común. Los
modernos sistemas de comunicación y transparencia, de dialogo,
de ida y vuelta en la transmisión de las opiniones, de conocer los
antecedentes y actuación de cada miembro del partido y del
representante local, pueden ayudar a refrescar el sistema de
partidos. También que las leyes que autorizan su funcionamiento
lleguen a exigir un mayor número de afiliados y un número
mínimo de votos más alto, obtenidos en la última contienda
electoral para la continuidad de la existencia del Partido y del
candidato como tal, pueden contribuir a amortiguar la dispersión y
proliferación de Partidos que al fin y al cabo se presentan bajo la
estructura de coaliciones electorales, para poder tener
posibilidades de triunfar. Esto implica modificar la ley de partidos
políticos y los sistemas electorales.
Pedro J. Frías decía que la gobernabilidad exige una clase
política que pertenezca estrechamente a su sociedad, pero
sea capaz de dirigirla; que sea sensible a la gente, pero
pueda orientar las preferencias hacia niveles de superación;
que por la austeridad reordene los deseos hacia bienes
inmateriales como la paz en la convivencia; la cultura
general; la solidaridad.21
Clases de representación.
Con relación a lo expuesto se distinguen tres tipos de
representación. La representación política que involucra
representantes por distrito territorial, como el sistema Tudor que
mencionamos y que siguen Argentina y los EEUU por dar dos
ejemplos. La representación funcional cuando la representación
está en relación a la actividad que desempeña en la sociedad
(empresario, gremialista, profesional, militar, etc.) o al estamento
social que representa (nobleza, clero o burguesía). La
representación social constituida por las denominadas fuerzas
21 Frías, Pedro Sistemas Políticos y gobernabilidad.
vivas, principales vecinos, empresarios comerciantes y los
movimientos sociales.
DEMOCRACIAS – PARTICIPACION POLITICA22
LA PARTICIPACIÓN POLITICA A) Concepto y causas La
participación política es un problema complejo y que busca una
definición tiene riesgos concretos. Podemos conceptualizarla
como un conjunto de acciones y conductas que apuntan a influir
en forma más o menos directa y más o menos legal sobre las
decisiones políticas. De este concepto surge que la modalidad de
la participación es la acción, es decir una actitud visible. Pero,
actualmente, algunos autores indican que participar es también
las actitudes no visibles. Sucede que es frecuente que exista una
opinión pública interesada e informada sobre las cuestiones
políticas y que por diversos motivos no se activa o no produce
hechos visibles (por ejemplo, por la satisfacción con el
funcionamiento del sistema político o como por la desconfianza
que se tiene sobre su propia capacidad). A Pesar de que está
compuesto por un público con capacidad por participar, lo hace,
sin embargo, raras veces y cuando lo hace puede influir sobre el
resultado de elecciones y decisiones. Estos autores consideran
que este posicionamiento significa también participación. Es
decir, lo que se ha dado en llamar “0artivipación política invisible”.
22 El desarrollo ampliado de este punto sobre Participación Política ha sido preparado por el profesor Armando B. Elaghiozian.
Mientras tanto, los que toman las decisiones que están influidas
por la participación política de los habitantes, pueden optar por
una respuesta que se ubicará dentro de estas tres alternativas: a)
Reconocer las conductas según las normas y procedimientos
vigentes si son legibles; b) No reconocer pero, en definitiva,
aceptar las conductas con variaciones, inclusive las que actuaron
en forma ilegal y c) No reconocer, ni aceptar porque son
conductas que desafían las bases mismas del sistema. Los
sistemas políticos presentan significativas diferencias en cuanto a
la forma de observar las conductas individuales y grupales de los
habitantes. Así se analizarán las fuentes que provocaron las
actividades y las conductas; las motivaciones; los objetivos y
consecuencias en términos de grupos y si se han producido
cambios o alteraciones en la estratificación política o en el
co9njunto de valores e intereses de la comunidad. B) Complejo
desarrollo de la participación política La participación política es,
al mismo tiempo, un fenómeno antiguo y un fenómeno reciente.
Es antiguo ya que desde el momento en que se puede hablar de
política como actividad desarrollada en comunidades organizadas
siempre ha habido participación política. Pero es un fenómeno
reciente puesto que está estrechamente ligado a las
transformaciones sociales y económicas en las comunidades
políticas. Nadie puede dudar, con respecto a la antigüedad, que
es necesario hablar de participación política también en los casos
de las ciudades. Estado griegas. En efecto, dejando de lado el
número limitado y seleccionado de los que eran admitidos en el
proceso decisorio, las características centrales de la participación
política, es decir, su objetivo de influir tanto en la elección de los
que deciden como en las decisiones mismas, estaban presentes
tanto en las polis griegas así como en la República Romana. Pero
la organización política en Occidente (durante el Medioevo y en el
Absolutismo) y en Oriente (durante el Despotismo) no dejaron
mucho espacio para a participación política. Solo con la aparición
de las formas modernas de Estado en el mundo Occidental y con
los primeros impulsos hacia la democratización interna en Oriente
durante los últimos años, se puede volver a hablar legítimamente
de participación política. Existen presiones actuales para una
democratización formal y sustancial (llámese real) que permiten
ser optimistas para una mayor vigencia de la participación
política. En este proceso complejo de la evolución de la
participación política cabe destacar, en general, las etapas que
atraviesan las aspiraciones de las comunidades políticas. Un
primer peldaño ha sido la aspiración del reconocimiento del
derecho de petición y de crítica hacia un régimen determinado, de
forma tal que surgen los derechos de expresión, de reunión y de
prensa. En una segunda etapa se producen los movimientos de
oposición que permitan que se pueda elegir representantes que
estén en plena igualdad respecto a los estratos del régimen. El
tercer peldaño o umbral lo constituye la representación, es decir,
la aspiración de conquistar escaños o bancas en las asambleas
legislativas. Finalmente, la participación política aspirará a que su
fuerza parlamentaria pueda transformarse en influencia directa en
el proceso decisorio del Poder Ejecutivo, ya se a a través de unas
formas de regla proporcional para el acceso de los partidos
menores o a través de la institucionalización de la responsabilidad
del Gabinete hacia las mayorías parlamentarias. En esta
descripción de la evolución de la participación política es muy
ilustrativo el establecimiento del parlamentarismo inglés
desplazando el absolutismo monárquico. Obsérvese que esta
difícil democratización va en paralelo de la dinámica social y
económica del estado y ahí merecerá atención los procesos que
se denominan en conjunto como “movilización social”. En la
evolución de la participación política fue determinante la evolución
de las sociedades. Así se refleja, en espacial en el mundo
occidental, los siguientes pasos: a) Desplazamiento poblacional
del campo a la ciudad; b) Desplazamiento poblacional del sector
agrícola al sector industrial y después a los servicios; c) Aumento
considerable de la población ante las evidentes mejoras de
prevención de enfermedade4s y mejores estándares de vida; d)
Crecimiento de los sistemas educativos que incluyen masivos
programas de alfabetización y; e) La evolución de los medios
masivos de comunicación. En definitiva, en concordancia con los
desplazamientos físicos y sicológicos de grandes masas de
individuos, se produce un proceso de participación política. El
proceso es relativamente espontáneo y autónomo, y sobre todo
nace de abajo, de los mismos ciudadanos y tiende a influir sobre
quienes detentan el poder político. Pero también hay un proceso
en que los gobernantes inducen a la participación, de forma tal
que permita a los que tienen el poder político, puedan organizar y
controlar a los movimientos participativos. Pero cabe advertir que
también hay procesos de desmovilización. Así, durante los
conflictos causados por la movilización de algunos grupos
sociales pueden oponerse otros. Si logran su intento, buscarán
restablecer el “status quo” desmovilizando a los sectores recién
movilizados, Es el caso, de los numerosos intentos en la
Argentina de los años cincuenta y Existen considerables
diferencias entre los regímenes democráticos con respecto a la
participación electoral. Por lo general es bastante elevada y no se
han producido descensos significativos. Pero es dable observar
que la crisis de Europa a partir de 2009 ha provocado una
tendencia al descenso, en especial en Italia. Las diferencias entre
los diversos sistemas políticos dependen esencialmente de las
características políticas e institucionales de cada una de ellas.
Así, dependerá de la importancia que los electores a tribuyen al
resultado de las elecciones y a la percepción que tienen de su
propia influencia en el resultado. Muchas elecciones en los
colegios uninominales tienen un resultado casi descontado que
provoca menos movilización de los electores. Esa tendencia se
observa en Estados Unidos y en Suiza. En estos dos países la
tasa de abstención se eleva pero se compensa cuando los
electores participan en los referéndum, cuyo uso es muy regular.
Además en Estados Unidos hay barreras que se derivan de la
inscripción individual, de la no obligatoriedad del voto, de la
residencia por cierto período, de elecciones durante días
laborables, etc. Cabe advertir que la participación electoral en
mayor o menor medida pueda deberse a inclinaciones sicológicas
más que a un riguroso análisis político-jurídico. Por ejemplo, es
real que los electores participan porque tienen preferencia por
determinados parlamentarios o por ciertos líderes para cargos
ejecutivos basado en las condiciones carismáticas del candidato
pero raramente conocen el programa político y económico que
van a implementar ni se conocen las políticas públicas que
pondrán en acción una vez que están en las funciones. Esto
explica algunas sorpresas que tienen los electores con los
representantes que fueron elegidos. Un ejemplo concreto fue el
caso en la Argentina del menemismo ya que nunca se anticipó al
electorado que se iba a ejecutar un plan económico
antiestatizante. A pesar de todo, las tendencias carismáticas y
psicológicas prevalecieron y sus candidatos inclusive, fueron
reelectos. No debe olvidarse también que la mayor o menor
participación electoral puede estar inducida porque el sistema
político atraviesa un período crítico en lo económico y social. En
estos casos, los electores priorizan participar activamente en la
búsqueda de candidatos que ofrezcan una imagen de rápida
eficacia para salir de la crisis, postergando el conocimiento del
plan público a implementarse. En definitiva, cabe reconocer la
complejidad del problema de la participación política, es de tal
envergadura que autores como Gianfranco Pasquino sostienen
que el análisis del tema deriva en tres aspectos a tener en
cuenta: el status socio-económico de los electores; la conciencia
de clase como creadora de condiciones para participar
políticamente y, finalmente el sentido cívico y de compromiso que
tiene el electorado con el sistema político. Sin embargo, ninguna
es definitiva. Más aún, deberá reconocerse que el análisis de
tema desemboca en que todas las variables se cruzan entre ellas.
D) Otras Modalidades de Participación Además de la
participación electoral existen diversas modalidades de
participación. Distintos autores enumeran varios modos partiendo
de conceptos institucionalizados o de investigaciones empíricas.
Pasquino analiza a varios investigadores. Entre los citados
podemos distinguir a L. W. Milbrath que enumera una larga lista
de modalidades: 1) Exponerse a exhortos políticos. 2) Votar 3)
Plantear una discusión política 4) Tratar de convencer a otros de
votar en cierta manera. 5) Llevar un distintivo político. 6) Tener
contactos con un funcionario o dirigente político 7) Hacer aportes
de dinero a un partido o a una campaña. 8) Participar en un
meeting o en una asamblea pública. 9) Contribuir con el propio
tiempo a una campaña. 10) Volverse afiliado activo de un partido
político. 11) Participar en reuniones políticas. 12) Pedir
contribuciones para causas políticas. 13) Volverse candidato a un
cargo electivo. 14) Ocupar cargos públicos o partidarios.
Pasquino advierte que esta lista es amplia y heterogénea y que
además alguna de estas modalidades es propia de los
detentadores de poder y no de los electores. Otros autores como
M. Barbagli y A. Maccelli hacen otra enumeración e indican: 1)
Dedicar tiempo y trabajo a un partido. 2) Ir a escuchar un debate
político. 3) Participar en una marcha. 4) Afiliarse a un partido. 5)
Dar dinero a un partido. 6) Participar en un meeting. 7) Dirigirse a
un político por un problema propio. 8) Enviar cartas o quejas a las
autoridades. 9) Tratar de convencer a alguien de votar por un
partido. 10) Tratar de convencer a alguien de votar por un
candidato. 11) Firmar a favor de leyes de iniciativa o referéndum.
Si se compara esta lista con la anterior se pueden ver dos modos
de observar a la participación. En la primera, prevalece la
actividad de los individuos en la comunidad que habitan, mientras
que en la segunda la actuación se limita a los partidos políticos y
dentro de éstos. En realidad, estas dos formas coinciden con el
sistema político norteamericano y el europeo, respectivamente.
Desde otro enfoque, se pueden enumerar modos de participación
heterodoxa o no convencional, especialmente en momentos de
crisis económicas que puedan atravesar los sistemas políticos.
Así, podemos enumerar modos muy frecuentes en Argentina: 1)
Adherirse a un boicot. 2) Rehusarse a pagar los impuestos. 3)
Ocupar edificios o fábricas. 4) Realizar un plantón dentro de la
fábrica. 5) Adherirse a una huelga violenta. 6) Bloquear el tráfico
con demostraciones callejeras. Estas modalidades, producto de
investigaciones empíricas, nos conducen a determinar distintas
clases de participantes: 1) Los inactivos: son los que como
máximo leen temas de política en los periódicos o que llegan a
formar una petición si se los solicita. 2) Los conformistas: son los
que se comprometen en formas convencionales de participación.
3) Los reformistas: son los que usan las formas convencionales,
pero en su repertorio comprenden las protestas y los boicots. 4)
Los activistas: son los que utilizan formas no legales o ilegales en
la acción política. 5) Los contestatarios: son los que no utilizan las
formas convencionales. Participan de huelgas, de ocupación de
edificios, etc. Pero no entran en contacto con los dirigentes, ni se
dejarán ver en las urnas. E) La Participación en los Partidos y en
las Organizaciones La participación en los partidos y en las
organizaciones depende de los incentivos y éstos son diversos.
Dependen de la disponibilidad de los incentivos y el tipo de
afiliados a participar. Por lo tanto, no sólo es mutable de
organización en organización y de individuo en individuo, sino que
puede variar en el tiempo. Hay incentivos materiales que son las
gratificaciones tangibles que pueden ser asignaciones de dinero,
sueldos y reembolsos, servicios de asistencia, etc. Hay incentivos
de solidaridad que conciernen al sentido de pertenencia entre los
miembros de la organización, o el prestigio que se deriva por
formar parte de la misma o por tener relaciones de amistad, etc.
También hay incentivos ideológicos como participar para
conseguir transformaciones sociales o políticas, o la igualdad de
grupos o supremacía de razas, etc. Gracias a un análisis atento
de los incentivos, se puede explorar a los participantes, ya que
los incentivos de diverso tipo los mueve a mayor acción. Las
mismas organizaciones suelen cambiar la incentivaciones porque
las circunstancias variaron en tiempo y calidad. Así, por ejemplo,
una concepción fuerte y totalizadora del partido transforma al
participante en “militante” cosa que no sucede con el partido de
rasgos contingentes porque tiene una concepción débil de la
política. Otro factor que cuenta, son las oportunidades de
participación en las organizaciones. Cabe recordar, aquí, a la ley
de hierro de la oligarquía política señalada por el autor Robert
Michels. Sucede que dentro de las organizaciones se pueden
verificar tendencias oligárquicas que desmotiven la participación.
Por ejemplo: 1) formación de un fuerte líder; 2) formación de una
burocracia (conjunto de empleados con tareas específicas con
pago regular); 3) centralización de la autoridad; 4) sustitución de
fines socialistas por fines conservadores del “establishment”; 5)
creciente rigidez ideológica; 6) creciente predominio de los
intereses de los líderes a expensas de otros intereses que tienen
los miembros de la organización; 7) elección de nuevos líderes
mediante cooptación que hace el líder vigente (los que
vulgarmente se denomina verticalismo o dedocracia); 8)
disminución de posibilidades de los miembros del partido de
ejercer influencia en las decisiones, aunque lo deseen; 9)
disminución de posibilidades de los miembros de la organización
para acceder a los cargos partidarios. Frente a elecciones
desagradables o conductas inaceptables los participantes de las
organizaciones pueden adoptar tres caminos diferentes. El
primero es la protesta, que puede ser explícita a través de los
canales que existan y tratar de cambiar las elecciones y las
decisiones. El segundo, es la defección y que consiste en el
abandono (transitorio o definitivo) de la organización. Pero esto
sucederá si hay disponibles otras organizaciones alternativas y
atractivas que prometan los incentivos buscados. Normalmente el
abandono es una actitud muy costosa (por ejemplo dejar a los
amigos de la organización) y que requiere antes de
experimentarla, agotar todas las instancias de protesta.
Finalmente está la lealtad que se debe entenderla no como pura
aceptación irracional, sino como una conducta de reafirmación de
apoyo en momentos difíciles. La lealtad pretende responder al
objetivo socialmente útil de impedir que el deterioro se acumule y
por ende se derrumbe la organización misma con las
consecuencias negativas para todos los participantes. F)
Conclusiones Reuniendo todos estos elementos que relacionan la
Sociedad con su sistema político a través de la participación
política, queda por preguntarse si las diferentes cantidades de
participación hacen o no la diferencia en la elección de los que
deciden y en sus decisiones. Cuando la participación es baja y
limitada a grupos específicos, los que deciden recibirán casi
exclusivamente informaciones sobre las preferencias de aquellos
grupos y se comportarán de manera que favorezca a los mismos
grupos. Un nivel de participación política medianamente elevado
produce más informaciones para los que deciden y,
probablemente, también informaciones más diversificadas,
requiriendo que las decisiones cubran mayores políticas
alternativas. Por último, cuando el nivel de participación es muy
elevado, con todos los sectores sociales que se organizan, votan,
expresan sus preferencias y, eventualmente, protestan, los que
deciden estarán mucho más atentos a la selección de políticas y,
conscientes de los efectos que las mismas pueden tener en la
Sociedad, se conducirán más responsablemente para representar
y traducir de la mejor manera posible las preferencias sociales.-
SUFRAGIO23
EL SUFRAGIO 1. CONCEPTO Y NATURALEZA JURIDICA El
sufragio es el medio que dispone cada persona para elegir a los
componentes de los órganos del Estado o expresar su opinión
política, cuando es convocado como integrante del cuerpo 23 El desarrollo de este punto sobre Sufragio ha sido preparado por el profesor Armando B. Elaghiozian.
electoral de la Nación. Las técnicas de manifestación que se
emplean varían desde el clásico voto impreso, que se elige en el
momento de sufragar, donde están inscriptos los nombres de los
candidatos, llegando en países de alto analfabetismo a
diferenciarlos por colores, hasta la utilización de modernas
máquinas a las cuales se impulsa un botón o una palanca que
computa los votos de cada candidato o partido. Se trata de una
cuestión técnica, que cada país organiza de acuerdo a sus
posibilidades y tradiciones. El problema que agitó la opinión de
los juristas fue la de establecer su naturaleza jurídica. La primera
tesis considera al sufragio como un derecho. Consideran que el
sufragio está incorporado al individuo como un derecho natural,
que le es propio, anterior a la misma existencia del Estado.
Integra su esfera de potestades, derivadas de la personalidad
humana. En la expresión de la soberanía popular, en la cual cada
componente del grupo social es soberano, según lo indica
Rousseau. La consecuencia política de esta posición es la
universalidad del sufragio. Si la persona, por el hecho de serlo,
goza del derecho de exponer su posición, ninguna ley posterior al
pacto social podrá limitarlo. El sufragio será un derecho de cada
una de las personas y el ordenamiento jurídico solamente podrá
regular su ejercicio, pero nunca limitarlo o excluirlo. La segunda
tesis considera al sufragio como una función. Esta posición surge
a partir de la doctrina de la soberanía nacional, surgida después
de 1789. Parte de dos supuestos. En primer lugar, la soberanía
individual sería incompatible con el hecho de que el disidente
minoritario esté obligado a acatar la voluntad de la mayoría. Es
decir, ¿cómo es posible que una persona sea soberana si luego
puede ser constreñida a aceptar una voluntad contraria a la
propia?. En segundo término, se afirma que la soberanía no es
anterior al Estado. Ella surge con la organización estatal y reside
en la Nación y no en los individuos y es declarada por la
Constitución. De esto se concluye que: 1) el elector vota en virtud
de un título otorgado y derivado de la Constitución y no por un
derecho preexistente; 2) el derecho de elección no es un poder
propio, sino el ejercicio de un poder de la colectividad; 3) la
competencia electoral se ejerce por el elector dentro de los límites
y bajo las condiciones establecidas por la Constitución. La
consecuencia política de este tesis es que sólo tendrán derecho
al sufragio aquello a quiénes la ley se lo otorgue. Desde esta
posición, la limitación del sufragio sería legítima. Estas dos son
las grandes tesis entre las cuales se ha dividido la opinión. Entre
nosotros se ha analizado también el aspecto obligatorio del
sufragio, desde su sanción en 1912. Así, los autores se han
preguntado cómo sería posible que fuera a la vez un derecho y
un deber. Sucede que establecida su obligatoriedad, no pierde el
atributo de ser un derecho ya que un aspecto hace referencia a la
potestad, no limitable, de la persona a elegir a quien quiera,
mientras que el deber de su ejercicio constituye una imposición
del orden legal, que resulta de aquellos derechos que por ser
integrantes de la personalidad no pueden ser renunciados.
Concretamente: se puede votar en blanco o anularlo, pero no se
puede dejar de votar.
2. CLASES DE SUFRAGIO a) Universal o Restringido: El
sufragio es universal porque reconoce el derecho de sufragar a
todos los ciudadanos, salvo las exclusiones que taxativamente
establece la misma ley (por ejemplo menores de edad, dementes,
sordomudos que no puedan darse a entender por escrito,
detenidos por juez competente, etc.). Por estas razones, el
sufragio nunca es absolutamente universal. Por amplio que sea el
cuerpo electoral, no corresponde a toda la población, la
legislación, en general, establece excepciones por diversos
motivos. El sufragio universal se proclamó originalmente en la
Constitución francesa de 1793. Posteriormente se generalizó en
todo el continente europeo hasta ser universalmente reconocido
por la casi totalidad de las constituciones posteriores a la Primera
Guerra Mundial (1914-1918) Por su parte, el sufragio restringido
condiciona el derecho de voto por determinados requisitos. Por
eso, se le otorga sólo a los electores que reúnen ciertas
condiciones, como ser a) de orden económico (pago de una
determinada suma de impuestos, disfrute de una renta, propiedad
o posesión de bienes inmuebles); b) un cierto grado de
instrucción (saber leer y escribir); c) en determinado status social,
profesión o título. b) Público o Secreto: Es público cuando se
emite en una forma que permite conocer a individualizar al
elector. Es secreto cuando se impide conocer al elector. Mediante
procedimientos especiales (cuartos aislados, sobres oficiales,
etc.) se asegura la independencia del elector. c) Facultativo u Obligatorio: en el primer caso el elector puede abstenerse de
votar sin que sea sancionada su omisión. En el obligatorio se
impone al elector el cumplimiento de una verdadera función
pública. El incumplimiento se castiga con fines sociales, políticas
o económicas. d) Directo o indirecto: El directo (de primer
grado) establece que el ciudadano elige por sí mismo, sin
participación de intermediarios, o los representantes que
ejercerán las funciones públicas. En el indirecto (de segundo
grado) el ciudadano elige nuevos electores que son los que
designan a los representantes definitivos. e) Individual o Corporativo: En el primero se considera sólo a los individuos
como electores. Parte de una concepción individualista, sin tener
en cuenta al hombre en su condición de miembro de entidades
profesionales y económicas. En el sufragio corporativo, no son los
individuos sino los grupos o asociaciones intermedias las que
votan, se propone representar los intereses particulares y
profesionales en que se ordena el pueblo. f) Igual o Reforzado:
El primero se apoya en la idea igualitaria de que todo individuo es
poseedor del derecho de votar y lo tiene en las mismas
condiciones y en la misma medida que los demás electores. Es
decir: “un hombre, un voto” El reforzado otorga más votos a
determinados individuos, según ciertas condiciones. Hay distintas
modalidades: 1) Plural: atribuye más de un voto a los electores
que reúnan ciertas condiciones. Así, se autoriza a emitir más de
un voto en una circunscripción electoral a las personas que tienen
determinado título o ejercen un cargo destacado; 2) Familiar:
consiste en asignar uno o más votos suplementarios, en relación
con el número de miembros del núcleo familiar a quien es el jefe
de familia; 3) Múltiple: se da más de un voto, pero no se puede
ejercer en una única circunscripción, sino que se exige que el
sufragio se emita en más de un colegio electoral.
3. EL SUFRAGIO EN NUESTRO TEXTO CONSTITUCIONAL La
Constitución reformada en 1994 recogió0 la corriente
contemporánea al establecer expresamente en su texto que el
sufragio es universal, igual, secreto y obligatorio. La expresa
inclusión en nuestra Constitución de tales características torna
legítimo el acceso al poder si el Gobierno surge de elecciones
libres y periódicas por sufragio universal, igual y secreto. La
opinión de la mayoría de la doctrina prefiere que este punto sobre
los requisitos esenciales no se sacralice constitucionalmente y
considera que debe dejarse reservado al Congreso que, por ley,
establezca las características del sufragio, de conformidad con
las modificaciones que puedan ser necesarias en el transcurso
del tiempo político. También en este artículo 37 se ha consagrado
el reconocimiento del sufragio femenino y ha concretado una
aplicación del derecho de igualdad proclamado en el art. 16 de la
ley suprema, estableciendo una paridad real de oportunidades
entre varones y mujeres para el acceso a cargos electivos y
partidarios, permitiendo al Congreso garantizar por ley esa
igualdad con acciones positivas en la regulación de los partidos
políticos y en el régimen electora.-
LA REPRESENTACION POLITICA24
24 El desarrollo de este punto ampliado sobre Representación política ha sido preparado por el profesor Armando B. Elaghiozian.
LA REPRESENTACIÓN POLÍTICA A) Concepto.- Representación
es la relación de los miembros de un grupo humano jurídicamente
organizado (representado) en virtud de la cual la voluntad de éste
último se considera como expresión de la voluntad de aquellos.
Este es un concepto genérico y desprovisto de elementos
cualitativos. Pero existe otro concepto cargado de un sentido
especial y que con la adjetivación de “política” ha servido para
nombrar y distinguir a la doctrina y al régimen político surgido en
ocasión de las revoluciones inglesas, americana y francesa. El
tema nos hace vincular con la Democracia. Afirmar que la
Democracia es el sistema de gobierno en que el poder es
investido por la totalidad de los miembros de la comunidad
importa, en el fondo, el reconocimiento de que la única forma de
legitimar el poder es hacerlo surgir del consenso general. Es éste
el principio fundamental que reconoce nuestro tiempo y todos los
regímenes políticos pretenden ser quienes mejor expresan las
ideas de la Democracia. Pero el ideal de la Democracia sólo
puede realizarse mediante la forma representativa de gobierno.
Sin embargo, Democracia y representación son conceptos cuya
compatibilidad fue cuestionada. Así es que Rousseau señalaba
que “el pueblo inglés cree ser libre, pero se equivoca totalmente,
sólo lo es durante la elección de los miembros del Parlamento, en
cuanto son elegidos, el pueblo es un esclavo, el pueblo no es
nada.” Sucede que la Democracia se asimilaba con el gobierno
de todo el pueblo, realizado en forma directa. Es por ello que la
idea representativa viene a complementar la imposibilidad de
realizar el gobierno de todos. La relación entre ambos principios
es directa ya que la Democracia exige la existencia del sistema
representativo, pues el pueblo, objeto de la actividad del Estado y
al mismo tiempo sujeto del poder público, tiene que personificarse
en un proceso jurídico de representación. Sin él la Democracia no
puede existir, pues el poder, que es la esencia del Estado, debe
ser atribuído a sujetos, pero ese ejercicio encuentra su origen y
por ello su legitimidad, en todo el pueblo, que al ser objeto del
orden estatal tiene necesariamente que ser sujeto de su creación.
Mediante el sistema representativo el pueblo se asegura que es
el sujeto creador del orden jurídico. B) La doctrina de la
representación política.- La doctrina de la Representación política
ha encontrado sus expositores en los antecedentes ingleses y
norteamericanos. Sin embargo, es en la doctrina francesa donde
se hace una exposición sistemática de la representación política.
Haciendo una síntesis de las diversas exposiciones, se pueden
destacar los elementos que constituyen la doctrina: 1) El
“representado” es la sociedad global (la nación, el pueblo, la
comunidad) pero en su conjunto y sin ninguna distribución. 2) El
“representante” es un grupo humano institucionalizado (un
órgano) pero también en su conjunto (la asamblea, el congreso).
3) La “técnica” de la representación está constituída por la
elección de los integrantes del segundo por los integrantes del
primero, sin otra división por parte de éstos últimos que la de
carácter territorial. 4) La “relación” entre electores y elegidos
ofrece dos características principales: a) en conjunto, los
segundos expresan y ejercen la voluntad de los primeros; b)
individualmente, los segundos no están sujetos a los primeros
( son libres ) quedando agotada la relación en el acto de
designación. 5) La “finalidad” consiste en crear una voluntad que
anteponga el interés común a los intereses particulares. C)
Factores que transforman la doctrina.- La doctrina originaria de la
representación política no ha resistido la influencia de diversos
factores que la han transformado a través del tiempo. Loa
autores, en general, consideran cuatro factores fundamentales: 1)
el desarrollo de las comunicaciones; 2) el desarrollo de los
partidos políticos; 3) el desarrollo de los grupos de interés y 4) los
proyectos de carácter social. De acuerdo con la formulación
originaria de la doctrina no quedaba otro camino, para expresar y
ejercer la voluntad común, que los individuos integrantes de la
nación designaran representantes, pero no resultaba de ello la
necesidad ni la justificación de la formación de los partidos
políticos. Por el contrario, parecía contradictoria con la esencia de
dicha doctrina, que se formaran grupos especiales para servir de
intermediarios en el mecanismo representativo. Así, se ha
señalado que al fundarse EEUU se consideraba al pueblo capaz
de actuar como una unidad y, por eso, el reconocimiento de los
partidos ja deteriorado el dogma democrático de la unidad del
pueblo. La existencia de los partidos fue observada, en todas
partes, como una real desnaturalización del esquema
democrático. Maurice Duverger señala :” no se trata, en lo
sucesivo, de un diálogo entre el elector y el elegido, la Nación y el
Parlamento, se ha introducido un tercero entre ellos que modifica
radicalmente la naturaleza de sus relaciones. Antes de ser
escogido por sus electores, el diputado es elegido por el partido;
los electores no hacen más que ratificar esa selección”. A esta
importante distorsión hay que agregarle otras causas. En primer
lugar, la “intromisión” de los intereses de los grupos de presión.
En segundo lugar la transformación de la actividad estatal que, al
hacerse más técnica, acuerda un lugar preponderante a los
“expertos” surgiendo como fuerza política la “tecnoburocracia”. En
tercer lugar, las necesidades de defensa que erigen a las Fuerzas
Armadas como “factor de poder”. En cuarto lugar, la distorsión
que se produce en la creación de la decisión política y su
realización. Todo esto produce la crisis del órgano parlamentario
y su consecuente descrédito ante la opinión pública. D) Desarrollo
histórico de la representación.- Las primeras bases de la
representación se encuentran especialmente en la Edad Media.
Sin embargo, se estaba lejos aún de estructurar la idea tal cual se
la concibe en la actualidad, sino que más bien debe entendérsela
como una asimilación de los principios del mandato de Derecho
Privado, trasplantado a las instituciones políticas. En el sistema
feudal, donde predomina el vínculo que crean las corporaciones,
la representación excluía naturalmente al individuo como sujeto
de la colectividad y se refería a los cuerpos colectivos. Es decir
que el representante no representaba a las personas sino a las
corporaciones. Además, el representante era asimilado a un
mandatario del derecho civil, esto significaba que él recibía
poderes expresos que surgían de las instrucciones que se le
conferían y que debían ser cumplidas y de cuya gestión debía
responder ante el mandante, Es el caso típico de los “ cahiers”
franceses en el Estados Generales. Los Estados Generales
franceses encuentran su origen, como se recuerda generalmente,
en la convocatoria del año 1302, aunque se distinguen dos
períodos: el que vá desde esa época hasta 1484 y desde ésta
hasta la revolución de 1789. en su seno se reunía la nobleza, el
clero y el Estado Llano, que agrupaba a los representantes de las
villas, Burgos y ciudades- Los nobles y los eclesiásticos asistían
por derecho propio, ya que eran los representantes naturales de
sus sectores; al contrario los representantes de las ciudades eran
elegidos. Esto se modifica en 1484 ya que la nobleza y el clero
también debían elegir a sus representantes, lo que sirvió para
liberar a quienes anteriormente estaban obligados a concurrir.
Pero los Estados Generales no participaban en la formación de la
voluntas estatal. Ellos expresaban ante el monarca sus
inquietudes y los anhelos de sus representados, pero
jurídicamente la facultad de decisión quedaba siempre en manos
del Rey. Además su convocatoria no era frecuente. Esto posibilitó
el aumento de las facultades del monarca, consolidando el
absolutismo. En España la representación la ejercieron las
Cortes. Se reunieron en León y en Castilla. Asistían los miembros
del clero y la nobleza, quienes lo hacían por sí; al contrario, la
representación de las ciudades y de las villas se hacía por medio
de mandatarios, quienes recibían poderes específicos de sus
mandantes. Los mandatarios eran designados por diferentes
sistemas, algunas veces eran elegidos libremente o dentro de
determinadas familias, otros eran los mismos funcionarios,
alcaldes, etc. En Inglaterra el proceso fue similar. La
representación feudal se ejerció sobre la base de mandatos
imperativos. Sin embargo , a medida que transcurría el tiempos
se fueron afianzando los poderes de los representantes, con
relación a la decisión estatal, al tiempo que paulatinamente se
independizaron de sus mandantes. Es que mientras en Francia la
monarquía se aprovechó de los enfrentamientos entre la
aristocracia y la burguesía, en Inglaterra, al contrario, los sectores
privilegiados y el estado llano se unieron en la defensa de sus
intereses frente a la corona. El Parlamento adquirió cada vez más
atribuciones, llegando a ejercer verdadero poder. Al mismo
tiempo que su participación en el poder aumentaba, su
independencia con los representados se acentuó. Todo este
proceso se fue consolidando antes que la revolución francesa.
Sin transformación violenta, el régimen inglés se fue adaptando y
posibilitó una delegación paulatina de la competencias del
monarca al Parlamento. E) La naturaleza de la representación.-
Lo que interesa es la situación de los representantes desde el
doble punto de vista de sus relaciones en la comunidad (Nación o
Pueblo) y del alcance de sus facultades o poderes. Entre las
respuestas que se han intentado dar, merecen especial
consideración la “teoría del mandato” y la “teoría del órgano” .
Teoría del mandato.- según esta teoría, la nación es la persona
titular de la soberanía y ella dá a otra, el Parlamento, un mandato
para que lo ejerza en su nombre. Hay un verdadero mandato, los
dos sujetos del mandato son la Nación, de una parte, y que es el
mandante, y el Parlamento, de otra que es el mandatario. El
efecto de este mandato será producir una representación, de tal
suerte que la manifestación de la voluntad emanada del
Parlamento será como si emanase de la nación misma y tendrá
los mismos efectos. La soberanía no está distribuída entre los
miembros de la Nación, ni entre las circunscripciones que
nombran los diputados, ni tampoco entre los miembros del
Parlamento. Es el Parlamento entero, formando una persona
jurídica, quien recibe el mandato de ejercer esta soberanía en
nombre de la Nación. En cuanto al carácter de la relación y a las
facultades del representante, la teoría del mandato se ha visto
obligada a distinguir entre el mandato propiamente dicho y este
otro mandato propio de la representación política. Esta distinción
se ha traducido en lo que se ha llamado “mandato imperativo y
mandato representativo”. El primero corresponde a otra época y a
otra realidad. Configura el tipo de representación propio de la
sociedad estamental de la Edad Media. El mandato imperativo
solo confiere al mandatario la representación del grupo o distrito
que lo designa y lo sujeta, con todas sus consecuencias, a las
instrucciones de su mandante. En cambio el mandato
representativo, en consecuencia con el postulado propio de la
representación política de que el mandatario (uno, total) no
representa fragmentariamente a grupos o distritos aislados, sino a
la nación entera, lleva y llega a la consecuencia de que cada uno
de los integrantes del representante no está ligado a
instrucciones de los grupos o distritos que los han designado.
Resulta así la independencia del diputado, derivando en la
irresponsabilidad jurídica del mismo y en el carácter irrevocable
de la designación. Teoría del órgano.- Según esta posición, el
Pueblo tiene que ser concebido como órgano del Estado y,
siendo tal, tanto dá que actúe inmediata o mediatamente (a través
de un órgano secundario, representativo). En este último caso, el
órgano secundario (representativo) expresa la voluntad del
órgano primario (el pueblo) y ambos órganos (pueblo y
representación del mismo) forman, por lo tanto, jurídicamente una
unidad. Desde este punto de vista se comprende perfectamente
el sentido jurídico del principio según el cual todo miembro de una
Cámara es representante del pueblo en su unidad; lo cual quiere
decir que es representante de un “Colllegium” cuya voluntad es la
voluntad del pueblo, pero no la voluntad de un grupo. Discusión,
crítica y conclusión.- Para los expositores de la teoría del
mandato, la concepción jurídica de la representación es el
resultado de una lenta elaboración en el ámbito del Derecho
Privado, a través de la cual se ha trasladado la idea de
representación propia de aquel a las relaciones de carácter
político, con el propósito de suministrar a éstas una figura jurídica.
En cambio, según los expositores de la teoría del órgano, la
naturaleza jurídica de la representación resulta de la propia
evolución histórica seguida en la formación del concepto de
órgano jurídico y no es necesario hacerla surgir de analogías.
Pero, en definitiva, no es imprescindible valerse de estas dos
teorías. Así, George Burdeau manifiesta que los juristas
desvirtuaron la naturaleza real de la representación jurídica al
querer ser simples, y eso no se puede lograr ya que hay infinidad
de conexiones y es un fenómeno de concordancia. Las
conexiones que se establecen no conducen a una transferencia
de voluntad sino a una manifestación de confianza. No hay una
relación entre dos términos sino una semejanza, en virtud de la
cual un ente es la imagen del otro. Por eso la representación
tiende a la semejanza por la identidad y no por la reproducción.
Mediante ella no se copia ni se imita. Se crea una realidad. La
naturaleza jurídica de la representación política es sui generis. Lo
que importa destacar es que, cualquiera sea la figura jurídica que
se le asigne, cada uno de los integrantes del órgano u órganos
representativos no está ligado a órdenes o instrucciones del
grupo o distrito que lo designó y que, por lo tanto, es
independiente de aquél e irresponsable frente a él. De esta falta
de vinculación resulta como consecuencia la irrevocabilidad de la
designación. Pero además, y más allá de esa libertad de los
integrantes del órgano representativo con respecto a quienes los
designan, es de la esencia de la responsabilidad política que en
sus decisiones, dicho órgano no es totalmente libre, sino que, por
el contrario, sus competencias se encuentran limitadas
jurídicamente por la Constitución .-
SISTEMAS ELECTORALES25
Los sistemas electorales son un conjunto de reglas que
determinan como se van a llevar a cabo las elecciones y la
atribución de los cargos entre los candidatos. Mencionaremos
acá los que alguna vez se han aplicado o se aplican en la
Argentina.
Mayoritarios: Quien obtiene la mayoría de votos obtiene el
cargo. Se eligen por este sistema los gobernadores de las
25 Guía preparada por el profesor Daniel F. Baraglia
provincias y los Intendentes municipales. Para el caso de
Presidente y Vicepresidente de la Nación se requiere alcanzar
una mayoría especial sin la cual se necesita una segunda vuelta de elección entre los dos más votados para dirimir el cargo. Para
los cargos legislativos que se cubren por sistemas mayoritarios
implican atribuir a un solo partido el candidato o los candidatos.
Lista completa o de circunscripción plurinominal: se ha
utilizado en nuestro país para cubrir los cargos de diputados de la
nación. La lista de candidatos que más votos obtiene se lleva
todos los cargos. De circunscripción uninominal: Se divide el
distrito electoral en tantas circunscripciones como candidatos hay
que elegir. Cada partido políticos presenta allí un solo candidato.
Los ciudadanos eligen a un solo candidato de todos los
presentados por los partidos políticos y gana quien obtenga más
votos a simple pluralidad de sufragios. Ley de lemas: las
elecciones primarias de cada partido se realizan conjuntamente
con las elecciones generales. Cada partido presenta entonces
varios candidatos a un mismo cargo por ejemplo para
gobernador. Se suman los votos obtenidos por todos los
candidatos del mismo partido político, para determinar cuál es el
partido político que ganó las elecciones, luego se determina que
candidato del partido político que ganó obtuvo más votos y éste
es el que será el gobernador. Se utilizó en la provincia de Santa
Fe.
Sistemas minoritarios: Ente los sistemas minoritarios
mencionamos, lista incompleta o de los 2/3: cada partido
presenta una lista parcial de candidatos equivalente a 2/3 de los
cargosa cubrir. El partido político que más votos obtiene se lleva
dos tercios de los cargos a cubrir, el que sale en segundo lugar
el tercio restante. Se utilizó en Argentina para nombrar diputados
de la nación y actualmente se utiliza para designar a los 3
senadores nacionales por cada provincia. Sistema proporcional subsistema D´hondt: Se aplica para la designación de diputados
nacionales, senadores y diputados provinciales y concejales
municipales. Se suman los votos que obtuvo cada partido y se los
divide por la cantidad de cargos a cubrir. Por uno, por dos, por
tres, y así sucesivamente. Los cocientes obtenidos se ubican en
una escala de mayor a menor individualizándose a qué partido
político corresponde y en base a los mismos se van adjudicando
los cargos para cada partido. El cociente mayor se lleva un
diputado, el segundo cociente otro y así hasta cubrir el total de
cargos.
Elecciones primarias: Además de las elecciones generales, en
forma previa se llevan a cabo las elecciones primarias de
candidatos en cada partido político cuando hay más de un
postulante o varias listas de postulantes. Las elecciones
primarias que se llevan a cabo en cada partido, son cerradas
cuando solo votan los afiliados y abiertas cuando además de los
afiliados vota la ciudadanía en general.
Elección directa o indirecta: En las elecciones directas el
pueblo vota directamente por el candidato. En las elecciones
indirectas el pueblo vota por unos candidatos que se llaman
electores y los electores reunidos en el colegio electoral eligen a
los que van a gobernar.
CONCEPTO Y CLASIFICACION DE LOS SISTEMAS ELECTORALES 26
La expresión “Sistema Electoral” es utilizada para designar el
modo de distribuir y adjudicar los cargos electivos según los
resultados electorales. Se pueden seguir por diversos puntos de
vista una clasificación de estos sistemas. Pero siguiendo la idea
del profesor Posada, para clasificar a los sistemas electorales se
debería atender a dos fundamentos. El primero es tomar en
cuenta la “distribución territorial” en el cual se cuenta la relación
del número de cargos a cubrir con la cantidad de población y con
la de electores en función de diversiones especiales. El segundo
consiste en el principio de la “organización política” y aquí se
procura conciliar que los elegidos sean el fiel reflejo de los
electores con el eficaz funcionamiento de los órganos
gubernativos. Respecto a la distribución territorial, hay tres
sistemas: a) distribución uninominal; b) distribución plurinominal y
c) distrito único. En relación a la organización política también se
pueden establecer otros tres sistemas: a) mayoritario; b) de
representación de las minorías y c) de representación
proporcional. DISTRIBUCION TERRITORIAL La diversión del
cuerpo electoral en distritos o colegios o circunscripciones se
hace con base territorial, es decir, reuniendo en distintos
conjuntos a los electores residentes en cada zona geográfica 26 El desarrollo de este punto ampliado sobre Sistemas Electorales ha sido preparado por el profesor Armando B. Elaghiozian.
determinada. Para ello se toma en cuenta la cantidad de kla
población y no la superficie del territorio. Es uninominal cuando el
territorio del Estado se divide en tantas zonas como número de
los cargos a cubrir en la elección haya, correspondiendo la
asignación de un cargo por distrito y votando dentro de él cada
elector por un solo candidato. En las circunscripciones
plurinominales el territorio del Estado es dividido en zonas de
superficie extensa en cada una de las cuales se cubre un número
determinado de cargos, correspondiendo a cada elector votar por
una lista que contiene un número de candidatos igual (o algunos
menos, cuando se busca asegurar la representación de minorías)
al de los atribuidos al respectivo distrito. Existe distrito único
cuando no hay división territorial de Estado a los fines electorales
y, por consiguiente, cada elector vota por tantos candidatos como
cargos haya que cubrir en el país entero. DISTRIBUCION POR
ORGANIZACIÓN POLITICA El sistema electoral mayoritario es
aquel por el cual se acuerda en cada circunscripción la totalidad
de los cargos al candidato o lista de candidatos que obtiene
mayor número de votos. Por lo común, se requiere solamente
mayoría relativa. Pero en algunos sistemas se requiere mayoría
absoluta. Para ello, y ante la posibilidad de que la mayoría
absoluta no se obtenga en la primera votación, se recurre a una
segunda votación (en Francia, se llama ballotage) limitada sólo a
los dos candidatos que obtuvieron más votos en la primera
elección. El sistema electoral que tiene por finalidad acordar
representación también a las minorías o por lo menos a algunas
de ellas, ofrece numerosas variantes. Normalmente está
combinado con el sistema de colegios plurinominales. Un sistema
es el llamado del “voto limitado”, en el cual cada elector se ve
constreñido a votar por un número de candidatos inferior al cargo
a cubrir. Por ejemplo, votar por una lista de candidatos
equivalente a los dos tercios de los cargos a llenar. Otro sistema
que acuerda representación a las minorías es el del “voto
acumulado”, por el cual cada elector dispone de tantos votos
cuanto son los cargos a cubrir pero tiene además la opción para
dar todos los votos a un solo candidato o distribuirlos como mejor
le plazca. Los sistemas de representación proporcional son los
que se caracterizan por el propósito de asignar los cargos en los
cuerpos representativos de tal modo que su distribución numérica
por partidos, listas o tendencias, corresponda matemáticamente a
la distribución existente en el cuerpo electoral. El objeto y la
característica de tales sistemas, consiste en obtener que la
composición política del cuerpo elegido refleje con la mayor
exactitud posible la composición política del cuerpo electoral. Son
numerosos los sistemas de este grupo que han sido ideados. El
más frecuente es el conocido “como sistema de cociente”, que
supone circunscripciones plurinominales y concurrencia de listas
o partidos. De acuerdo con este sistema se divide el número de
votos válidos por el de cargos a cubrir y el resultado se llama
“cociente electoral”. Luego se divide el número de votos que
obtuvo cada lista o partido por dicho “cociente electoral” y los
nuevos cocientes que resultan señalarán el número de
candidatos elegidos que corresponda, en cada caso a la
respectiva lista o partido. En la práctica, sin embargo, como es
fácil de suponer, rara vez se obtiene la exacta proporción
matemática y se produce el fenómeno de los “restos” consistente
en que la suma de cocientes finales es inferior al número de
cargos a llenar cuando las operaciones de división arrojan
residuos considerables. Para resolver ese problema, se ha
recurrido a distintos métodos, entre los cuales el más simple
consiste en distribuir los cargos restantes entre las listas o
partidos que han obtenido mayores residuos o entre los que han
obtenido mayor número de votos.
ELEMENTOS DE LA DEMOCRACIA. Vigencia de los derechos humanos. Procesos formales para la toma de decisiones. Respeto a las leyes. Pluripartidismo. Periodicidad de funciones. Limitación del ejercicio. División de Poderes. Publicidad de los actos de gobierno. Partidos Políticos. Estos puntos verlos en Estado de Derecho en las guías de Derecho Político del plan de estudio anterior
LOS POPULISMOS.27
Los populismos se ubican en un primer término dentro de las
democracias en la medida que cumplan con los elementos que
definen a una democracia como tal: elecciones libres, limitación
del poder, vigencia de los derechos humanos, procesos formales
para la toma de decisiones, respeto a las leyes, pluripartidismo,
periodicidad de funciones, limitación del ejercicio, División de
Poderes, publicidad de los actos de gobierno. Puede considerarse un derivado de la democracia directa en
tanto la importancia que se da a la relación entre el líder y su
27 Guía Daniel F. Baraglia
pueblo reunido en la plaza que aprueba con cánticos las medidas
que este proclama desde el escenario o desde el balcón, y que
ratifican el porcentaje mayoritario de votos obtenido por su líder
en las elecciones. También debe incluirse a los partidarios que lo
siguen por televisión. Pero la relación no incluye a los no
partidarios que quedan de alguna forma por propia voluntad al
margen.
El cuadro se completa por parte los miembros del Congreso. Los
representantes del pueblo en mayoría quedan en una sobre
representación innecesaria, en la medida que el pueblo en la
plaza ya se encuentra representado por sí mismo y las minorías
del Congreso no pueden pretender un mejor papel que respetar la
regla democrática de la mayoría.
Pero queda latente la fuerza.
PARTIDOS POLÍTICOS. Este punto puede verse en las guías de
Derecho Político del plan de estudio anterior