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Actitud de médicos y enfermeras en relación con innovaciones en enfermería-Análisis del papel de la enfermera pediátrica 1 DR. LAWRENCE SMITH, JR., 2 SRTA. SUSAN E. BLACKMAN, 3 DR. SIDNEY J. SUSSMAN 4 INTRODUCCION Un sinnúmero de cambios sociales, económicos y políticos han con- tribuido a crear el clima propicio para reevaluar la forma en que se prestan los servicios de salud. Muchos planificadores y educadores opinan que el déficit de profesionales y de personal de salud en general está adquiriendo características de crisis, pues dicho personal no ha mantenido un ritmo de aumento comparable con el de la población. Otros consideran que la situación se debe a la inadecuada distribución del personal (1). E' progreso alcanzado en las ciencias de la salud ha contribuido a ese desequilibrio, pues ha tenido lugar un incremento en las especialidades, promovido por la tecnología y los programas de 1 Trabajo presentado a la Reunión Anual de la Eastern Sociological Society, Boston, Massachusetts, 21-25 de abril de 1972. El término "Pediatric nurse practitioner", utilizado en el original inglés, es el nombre que se da en los Estados Unidos a la enfermera que se especializa en pediatría y se prepara para asumir algunas de las fimciones tradicional- mente realizadas por los médicos en dicho país. 2 Profesor Asistente, Departamento de Pediatria y Medicina Comunitaria, Escuela de Medicina, Temple University, Philadelphia, y Miembro del programa "Model Cities Comprehensive Community Health Center", Christopher's Hospital for Children, Phila- delphia. 3 Estudiante de posgrado, Departamento de Sociología, Universidad de Pemlsylvania, Philadelphia, y Miembro del programa "Model Cities Comprehensive Commuiiity Health Center", St. Christopher's Hospital Cor Children, Philadelphia. 4 Profesor Asociado, Departamento de Pediatría, Escuela de Medicina, Temple Uni- versity, Philadelphia, y Director del programa "Model Cities Comprehensive Community Health Center", St. Christopher's Hospital for Children, Philadelphia. 77

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Actitud de médicos y enfermeras enrelación con innovaciones enenfermería-Análisis del papelde la enfermera pediátrica1

DR. LAWRENCE SMITH, JR.,2 SRTA. SUSAN E. BLACKMAN, 3

DR. SIDNEY J. SUSSMAN 4

INTRODUCCION

Un sinnúmero de cambios sociales, económicos y políticos han con-tribuido a crear el clima propicio para reevaluar la forma en que seprestan los servicios de salud. Muchos planificadores y educadoresopinan que el déficit de profesionales y de personal de salud en generalestá adquiriendo características de crisis, pues dicho personal no hamantenido un ritmo de aumento comparable con el de la población.Otros consideran que la situación se debe a la inadecuada distribucióndel personal (1). E' progreso alcanzado en las ciencias de la salud hacontribuido a ese desequilibrio, pues ha tenido lugar un incremento enlas especialidades, promovido por la tecnología y los programas de

1 Trabajo presentado a la Reunión Anual de la Eastern Sociological Society, Boston,Massachusetts, 21-25 de abril de 1972. El término "Pediatric nurse practitioner", utilizadoen el original inglés, es el nombre que se da en los Estados Unidos a la enfermera que seespecializa en pediatría y se prepara para asumir algunas de las fimciones tradicional-mente realizadas por los médicos en dicho país.

2 Profesor Asistente, Departamento de Pediatria y Medicina Comunitaria, Escuela deMedicina, Temple University, Philadelphia, y Miembro del programa "Model CitiesComprehensive Community Health Center", Christopher's Hospital for Children, Phila-delphia.

3 Estudiante de posgrado, Departamento de Sociología, Universidad de Pemlsylvania,Philadelphia, y Miembro del programa "Model Cities Comprehensive Commuiiity HealthCenter", St. Christopher's Hospital Cor Children, Philadelphia.

4 Profesor Asociado, Departamento de Pediatría, Escuela de Medicina, Temple Uni-versity, Philadelphia, y Director del programa "Model Cities Comprehensive CommunityHealth Center", St. Christopher's Hospital for Children, Philadelphia.

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adiestramiento, en vez de un aumento en la formación de profesionalesgenerales (2). El asunto se complica aún rmás por los seguros médicos,con los que se intenta proporcionar una adecuada financiación de losservicios, al alcance de todos, pero con los que se incrementa la de-manda de servicios de salud.

Aunque las opiniones sobre los problemas de recursos humanos enel campo de la salud difieren de acuerdo con individuos y grupos, hayuna meta común, que es el logro de un nivel óptimo de salud. Sinembargo, los medios para conseguir esa meta llevan a una serie deinterrogantes. ¿Envuelve la solución, la construcción de nuevos hospi-tales, escuelas de medicina, la creación de nuevas funciones o la ex-pansión de las ya existentes? Muchos dirigentes de salud han concen-trado su atención en la creación de nuevos tipos de personal, talescomo el asistente médico (3) y el trabajador de salud de la comunidad(4), y en la expansión de las funciones de los ya existentes, como elauxiliar de odontología (5) y la enfermera pediátrica (6).

La pediatría es una de las áreas donde es más patente la necesidad deatención médica y donde muchos de los cuidados de rutina pueden serprestados por otras personas, además de los médicos, capacitadas paradesempeñar las funciones. La población infantil tiene una alta inci-dencia de infecciones, traumas y accidentes, y una gran necesidad decuidados preventivos, y son estas demandas las que han motivado tantoa los médicos como a las enfermeras a ampliar las funciones de estasúltimas.

El programa de ampliación de las funciones de la enfermera pediá-trica se originó en Colorado, Estados Unidos de América, como unintento de llenar las necesidades en el área de pediatría (7). El pro-grama de cuatro meses, ideado por Silver y Ford, para personas con unalicenciatura o una maestría, prepara a la enfermera para proveer cui-dados de salud a los niños. La enfermera pediátrica formada en esteprograma aprende a participar en la evaluación y control tanto deniños sanos como de aquellos con enfermedades agudas y crónicas. Sele capacita para realizar exámenes físicos completos, para el manejo deprocedimientos y horarios de vacunación, y para asesorar a los padresen sus relaciones con sus hijos, desarrollo psicológico, y fundamentosde la nutrición. Esta extensión de las responsabilidades de la enfermerada al médico la oportunidad de concentrarse en la atención de enferme-dades complicadas, y permite a la vez que un mayor número de niñosreciba atención de salud. Hoy día existen programas similares en todoel país (8).

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Indudablemente, la ampliación de la función de la enfermera, desdeel proceso de proporcionar cuidados hasta el de diagnóstico y trata-miento, ha sido una gran innovación, especialmente en cuanto a larelación tradicional médico-enfermera (9). Bates ha señalado que elpapel del médico requiere competencia, firmeza y autoridad, y "el reco-nocer las necesidades de otros implica admitir sus propias limitaciones,lo que podría resultar difícil" (10). El médico se considera como eljefe del equipo de salud, y a la enfermera como su ayudante. Tradi-cionalmente, las enfermeras han aceptado esta relación. Con el incre-mento de las especialidades en medicina, la escasez de recursos humanosy el aumento de la población, ha surgido un movimiento entre losmédicos y las enfermeras que intenta cambiar la tradición que les haimpedido atender las necesidades de salud de una manera más eficaz.En una sociedad sujeta a una complejidad cada vez más intensa, espreciso evaluar de nuevo las normas de conducta tradicionales. Lasantiguas funciones.deben modificarse con arreglo a las nuevas de-mandas de la sociedad.

Para institucionalizar un cambio en la función tradicional de laenfermera, esta debe vencer la resistencia de individuos que ocupanciertos puestos en el medio de trabajo en que se desenvuelve (11). Unode los obstáculos que hay que vencer para que el movimiento adquieraimpulso es la aceptación del cambio por los individuos que ocupanesos puestos. La responsabilidad de la enfermera encierra una seriede funciones complementarias (en relación con los médicos, los enfer-mos, otras enfermeras, otros administradores y los maestros). Merton(12) señala que cualquier persona de una determinada categoría com-

parte su función con otros en distintos cargos en la estructura social,

y por eso sus valores y expectativas son distintos de los de la persona

que pertenece a la categoría en cuestión. Como dice Merton, la conse-cuencia es un desorden en lugar de un orden. La tensión entre los

elementos que integran la estructura social puede servir de instrumento

que conduzca a un cambio dentro del sistema. La medicina y la en-

fermería tienen un objetivo común, a saber, la conservación del buen

estado de salud. Sin embargo, los medios institucionalizados paralograr este objetivo han sido, por tradición, distintos, y en cierto modo

las responsabilidades en el proceso de prestación de servicios se han

entrecruzado. El médico es el jefe del grupo y actúa en la esfera del

diagnóstico y del tratamiento, mientras que la enfermera, su ayudante,queda limitada al proceso de atención del paciente. La tensión se

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produce cuando la justificación de esta relación es puesta en duda poralgunos, mientras que la resistencia al cambio es perpetuada por otros.Si el cambio social debe ser implantado y el nuevo papel de la enfer-mera es institucionalizado, debe ser vencida la resistencia de la medi-cina y la enfermería.

En este artículo se examinan diferentes aspectos relacionados conlas responsabilidades de la enfermera pediátrica. ¿Existen diferenciasfundamentales entre la actitud del médico y la de la enfermera haciala solución del problema de los recursos humanos en salud? ¿Existendiferencias entre la actitud del médico y la de la enfermera frente ala ampliación de la función de esta última? ¿Cómo se debe ampliaresa función? ¿En qué tipo de institución de salud debe ser empleadala enfermera y qué tipo de paciente podría encomendársele?

METODO

Con el fin de examinar estos asuntos, se elaboró un cuestionarioque fue enviado a 165 médicos (pediatras y residentes en pediatría)y 140 enfermeras en el área de Filadelfia. Los médicos se seleccionarondel personal de los hospitales pediátricos y de una muestra al azarentre pediatras de práctica privada. Las enfermeras se seleccionaronde los dos hospitales pediátricos. La muestra la constituyeron 114médicos (69%) y 100 enfermeras (71%), quienes llenaron y devolvieronel cuestionario. En la preparación de este trabajo se han utilizadopartes de dicho cuestionario.

RESULTADOS DE LA ENCUESTA

El cuadro 1 presenta un análisis de ciertas características de ambosgrupos de la muestra seleccionada.

A fin de saber cuál era la actitud de los encuestados en relación conla gravedad del problema de los recursos humanos en salud, se les pre-guntó su opinión sobre la siguiente aseveración: "El déficit de recursoshumanos en salud frente al incremento de demandas de atención desalud es motivo de una gran preocupación nacional". Una abrumadoramayoría (más del 90% en ambos grupos) respondió positivamente aesta afirmación.

El cuadro 2 resume la opinión de ambos grupos en relación con lasposibles soluciones de este problema. En una escala de prioridades,

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CUADRO 1. Caracteristicas de los médicos y enfermeras de la muestra seleccionada.

Médicos (N = 114) Enfermeras (N = 100)Característica

No. Porcentaje No. Porcentaje

Edad20-39 años 66 57.9 85 88.640-59 años 36 31.6 7 7.360 y más años 12 10.6 2 2.0SexoHombres 98 86.0 2 2.0Mujeres 16 14.0 97 98.0RazaNegra 1 .9 4 4.1Blanca 107 96.4 92 94.8Otra 3 2.7 1 1.0

tanto los médicos como las enfermeras se mostraron más favorableshacia un incremento de los recursos humanos que hacia la construc-ción de nuevas clínicas y hospitales. Los médicos se inclinaron máspor el aumento de graduados de las escuelas de medicina, y las en-fermeras por el del número de enfermeras. Aparentemente, los médi-cos tienden a aceptar, más que las enfermeras, el aumento en el personalauxiliar (paramédico) y la ampliación de las funciones de la enfermera.Sin embargo, desde el punto de vista estadístico, hubo marcadas dife-rencias entre los dos grupos para la primera de estas soluciones (x2

=

11.51 p. < .001), pero no para la segunda.

CUADRO 2. Soluciones propuestas por los médicos y enfermeras

encuestados para el problema del déficit de recursos humanos en salud.

Médicos Enfermeras

SolucionesPor- Por-

No.a centaje No.a centaje

Aumentando el número de hospitales y clínicas 18 21.4 12 15.8Aumentando el uso de exámenes múltiples en masa 18 23.4 25 32.9Mayor número de enfermeras 33 36.6 41 48.2Ampliando las responsabilidades de la enfermera 51 52.1 40 48.8Aumentando el número de graduados de las escuelas

de medicina 57 57.6 21 26.2Aumentando el número de personal paramédico 64 64.7 33 38.8Mejorando la eficiencia de los recursos existentes 69 72.6 68 78.2

Las frecuencias representan la primera y la segunda solución escogida de la lista.

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Ambos grupos estuvieron a favor de la ampliación de las responsa-bilidades de la enfermera, y al parecer los médicos se inclinaron máshacia un incremento del espectro de la enfermería (52.1%) que haciaun aumento en el número de enfermeras (36.6%). Por otra parte,estas respondieron positivamente en igual proporción hacia ambassoluciones (48.8 y 48.2%, respectivamente).

La aceptación de médicos y enfermeras (85 y 86%, respectivamente)hacia la ampliación de la función de estas últimas fue corroborada poruna respuesta afirmativa a la siguiente pregunta: "¿Está usted deacuerdo con que la enfermería pediátrica desempeña una función enmedicina?". Sin embargo, cuando se preguntó si las responsabilidadesde la enfermera del proceso de "cuidado" (ayudando, guiando, con-fortando) debían extenderse al de "cura" (diagnóstico y tratamiento),el 19.3% de los médicos y el 9% de las enfermeras respondieronnegativamente (X2 = 3.96 p. < .05).

El cuadro 3 presenta una lista de 14 enfermedades no complicadas,entre las que se incluyen desde condiciones leves hasta otras de extremagravedad. Los médicos estuvieron de acuerdo en delegar a la enfermerapediátrica la atención de ciertas enfermedades sencillas, pero se opu-

CUADRO 3. Aceptación de médicos y enfermeras de que se delegue a la enfermerapedidtrica la atención de casos de 14 enfermedades y condiciones

seleccionadas, sin complicaciones.

Médicos EnfermerasEnfermedad/Condici6n

Por- Por-No., centaje No., centaje

Glomerulonefritis con hipertensión 5 4.7 11 11.5Epilepsia 23 21.7 36 37.5Diarrea con deshidratación leve 27 26.2 59 62.1Asma 30 28.6 49 52.1Infección del tracto urinario 31 29.5 53 55.2Hepatitis 32 29.6 28 28.9Tuberculosis 36 34.3 51 53.1Pequeña anomalía del tabique ventricular 38 35.5 22 22.7Dermatitis atópica 61 56.0 72 76.9Anemia ferropénica 72 66.1 67 69.8Rubéola 83 76.1 83 86.5Trastornos emocionales leves 82 78.8 71 73.2Infección de las vías respiratorias superiores 90 83.3 81 85.3Trauma leve 93 88.6 89 92.7

Las frecuencias se han ajustado para las preguntas no contestadas.

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sieron a darles la responsabilidad de los problemas más graves. Apesar de que se destacó que se trataba de casos "sin complicaciones",se registró un cambio de actitud muy marcado entre pequeña ano-malía del tabique ventricular y dermatitis atópica, que indica quizásel punto en que terminan las condiciones serias y comienzan las leves.En contraste, las enfermeras se mostraron más confiadas en la habilidadde las enfermeras pediátricas en la atención de enfermedades leves yotras de más gravedad.

El cuadro 4 presenta una lista de algunas de las actividades quepudieran desempeñar tanto el médico como la enfermera. Al com-parar los cuadros 3 y 4 se observa una mayor convergencia entre médi-cos y enfermeras cuando se trata de una lista de ciertas tareas, másbien que cuando se trata de enfermedades de variada complejidad.Los médicos sólo aceptan hasta cierto punto delegar a la enfermerapediátrica algunas tareas (por ejemplo, extraer sangre de la venayugular externa, usar el otoscopio para identificar la patología de lamembrana timpánica, evaluar los nervios craneales, etc.) que han sidode la exclusiva responsabilidad del médico. Sin embargo, estuvieronmás anuentes a aceptar las tareas que las enfermeras han ejecutadoen el pasado (por ejemplo, vacunar, tomar la temperatura por víarectal, medir la presión arterial, etc.). La mayor parte de las enfer-meras opinaron que podrían desempeñar más tareas de las que losmédicos consideraban.

CUADRO 4. Actitud de médicos y enfermeras en relación con 37 actividadesmédicas seleccionadas que pudiera desempeñar la enfermera pedidtrica.

Médicos Enfermeras

Actividades Por- Por-Por- Poentaje No-. centaje

No. · centaje No. centaje

Distinguir entre soplo funcional y orgánico 22 20.8 18 19.8Diferenciar un disco normal de uno anormal me-

diante el oftalmoscopio 35 33.3 63 64.9Preparar una historia clfnica sobre una enfermedad

crónica complicada 39 34.2 62 66.0Extraer sangre de la vena yugular externa 40 37.7 14 17.7Limpiar el cerumen de los ofdos con un hisopo 61 55.0 58 60.4Analizar los nervios craneales 59 55.7 53 55.8Renovar las recetas de fenobarbital en epilépticos

estabilizados 61 56.5 38 39.2Diferenciar entre glóbulos rojos anormales y

normales en un frotis de sangre periférica 54 59.9 55 57.9

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CUADRO 4. (Cont.)

Médicos Enfermeras

Actividades Por- Por-Por- Por-

Nc,. centaje No.. centaje

Evaluar la cadera de los niños para determinar unaposible displasia o dislocación congénitas 69 63.9 71 74.7

Evaluar mediante palpación el tamaño del bazo 7'4 68.5 60 64.5Evaluar la presencia o ausencia de estertores en

los pulmones 80 74.8 92 96.8Usar correctamente el otoscopio para identificar

trastornos en la membrana del tímpano 82 75.9 59 62.8Identificar ondas de arritmia en un electrocardio-

grama de una unidad de cuidado intensivo 88 80.0 93 95.9Evaluar clínicamente el desarrollo de la condición

de un paciente 91 82.0 86 90.5Preparar una historia clínica sobre la estabilidad o

inestabilidad psicológica de un paciente y miem-bros de su familia 87 82.9 63 73.1

Identificar inflamación o exudado de las amígdalas 94 85.5 91 93.8Examinar a un niño sano 93 86.1 94 96.9Colocar sueros en pacientes pediátricos 99 88.4 82 85.4Preparar historia clínica o información sobre

enfermedades agudas actuales 101 88.6 91 95.8Limpiar el cerumen de los oídos con agua y jeringa 98 89.1 94 96.9Realizar pruebas de desarrollo 102 89.5 80 82.5Poner inyecciones de desensibilización en casos de

alergia 99 90.0 82 84.5Aconsejar sobre la atención de enfermedades leves

por teléfono 100 90.9 72 75.0Tomar la presión arterial por el método de flujo 10'2 92.7 80 89.9Dar masaje cardiaco externo 10:3 94.5 93 94.9Completar las formas para solicitar pruebas 105 96.3 90 94.7Tomar datos sobre información social 108 96.4 96 100.0Dar instrucción a los padres sobre desarrollo del

niño normal 107 96.4 96 100.0Hacer punciones en el área antecubital 109 98.2 82 84.5Registrar inmunizaciones del paciente 11( 98.2 96 100.0Hacer un examen de hemoglobina 110 98.2 78 80.4Hacer una prueba tuberculínica intradérmica PPD 109 99.1 95 99.0Examinar la visión usando la gráfica ocular de

Snellen 110 99.1 94 96.9Tomar temperatura rectal 111 99.1 95 97.9Tomar la presión arterial con el esfigmomanómetro 110 99.1 93 94.9Vacunar 110 99.1 96 98.0Evaluar urinálisis por el método de la cinta 111 99.1 95 99.0

Las frecuencias se han ajustado para las preguntas no contestadas.

Si las funciones de la enfermera han de ampliarse, su capacitacióntambién debe modificarse. A fin de considerar las posibilidades de uncambio estructural, se preguntó a los encuestados qué adiestramiento

Actitud de médicos y enfermeras / 85

educativo creían que debía dársele a la enfermera pediátrica. Se ofre-cieron alternativas en programas de adiestramiento que incluyerondesde formas tradicionales y programas acreditados hasta programasmenos estructurados de aprendizaje en el campo. Las respuestas tantode los médicos como de las enfermeras se concentraron en programasmás prácticos, menos formales. Sin embargo, los médicos mostraronuna mayor aceptación hacia este tipo de programas (62.0%) que las

enfermeras (46.8%).En el cuadro 5 se resume la opinión de los médicos y de las enfer-

meras en relación con el tipo de institución de salud en las que debe-rían ser empleadas las enfermeras pediátricas. La mayoría de los

médicos aprobaron el empleo de estas enfermeras en cada una de las

ocho instituciones sugeridas. tas enfermeras hicieron distinción entrelas varias instituciones de salud. Casi todas ellas consideraron que lasenfermeras pediátricas deben trabajar en instituciones orientadashacia el servicio social (por ejemplo, clínicas del gobierno, centros desalud, clínicas en áreas pobres y puestos rurales), pero sólo algunasopinaron que las enfermeras pediátricas deben participar en áreas depráctica privada y clínicas de las fuerzas armadas donde, tradicional-mente, los servicios del médico han sido predominantes.

CUADRO 5. Actitud de médicos y enfermeras en relación con lugares de trabajoen que podría emplearse la enfermera pedidtrica.

Médicos Enfermeras

Lugar de trabajo Por- Por-

No. B centaje No. B centaje X2

Clínica del gobierno 91 91.0 74 82.2 1.02Centro de salud 94 94.0 85 94.4 .25Clínica de área pobre 96 96.0 86 86.0 .13Puesto rural 88 88.9 84 93.3 1.56Clínica 80 81.6 46 51.1 4.033b

Práctica privada individual 73 73.7 31 34.4 23.27b

Práctica privada en grupo pequefio 79 79.8 45 50.0 12.91b

Práctica privada en grupo grande 79 79.0 51 56.7 7.48b

a Las frecuencias se han ajustado para las preguntas no contestadas.bp = .05;df = 1.

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DISCUSION

Existen diferencias importantes entre la actitud de los médicos y lade las enfermeras en cuanto a las funciones que debe ejecutar la en-fermera pediátrica. Según los datos obtenidos, pareciera que los médi-cos son más receptivos que las enfermeras a esta innovación en enfer-mería. En la mayoría de los casos, los médicos están de acuerdo con elaumento del personal paramédico (auxiliar), con la ampliación de lasresponsabilidades de la enfermera, con el establecimiento de situacionesde aprendizaje en el campo de la enfermería, y con el empleo de laenfermera pediátrica en gran número de instituciones de salud. Apesar de todo ello, un análisis detallado revela que los médicos, aun-que están de acuerdo con la expansión de las actividades de la enfer-mera del proceso de "cuidado" al de "cura", permitiéndole la atenciónde problemas menores, estuvieron más renuentes en cederle la responsa-bilidad de enfermedades más graves, aunque fueran casos sin compli-cación.

En la muestra de enfermeras hubo mayor aceptación de la ampliaciónde la función profesional, incluyendo diagnóstico y tratamiento, y dehacer responsable a la enfermera pediátrica en varios casos de enferme-dades leves y graves que no presentaran complicaciones. Sin embargo,no estuvieron muy a favor de la formación de este personal en pro-gramas de adiestramiento en servicio y de su empleo en clínicas pri-vadas.

Se puede llegar a varias deducciones dentro de los grupos o entreellos. Los médicos creen que las enfermeras pueden atender casos deciertas enfermedades, de acuerdo a su gravedad. Para que se puedaintroducir una innovación en la enfermería, los médicos no sólo debenconvenir en que las enfermeras pediátricas, en realidad, desempeñanuna función en la medicina y que pueden hacerse cargo de la atenciónde ciertas enfermedades y tareas, sino que también deben aprobar laparticipación de aquellas en todo el proceso de diagnóstico y trata-miento. Sin esta aceptación, la enfermera seguirá en la categoría deayudante, ocupándose principalmente de los niños sanos y participandosólo en su función actual de prestar atención, reconfortar y orientar.

La inclinación de los médicos hacia la selección de programas deadiestramiento en servicio más que de programas de adiestramientoformales, estructurados y acreditados es reflejo tal vez de su propiaexperiencia educacional, la cual ha sido bastante desarticulada y prác-tica. Además, puede ocurrir que los médicos se resistan a "legalizar"

Actitud de médicos y enfermeras / 87

las actividades de la enfermera en cuanto al diagnóstico y tratamientode enfermedades. Los programas de instrucción académica enseñaríanel origen de las enfermedades y necesitarían que las enfermeras par-ticiparan realmente en todo el proceso de la "curación". El estableci-miento del aprendizaje durante el servicio tendría repercusiones parala enseñanza de la enfermería en el sentido de que exigiría la reestruc-turación de programas para incorporar la enseñanza práctica, e incluso

podría suponer la supervisión de las alumnas por los médicos en lugarde las enfermeras. La aprobación de los médicos de que las enfermeras

presten servicio en todos los establecimientos de salud es tal vez el

resultado de su convencimiento de que su función supondría unas

normas de conducta que implicarían una "función auxiliar" en lugar

de una "iniciativa propia", independiente del lugar. Las enfermeras

dependerían del médico para el tratamiento de afecciones graves, tanto

en el ejercicio privado de la profesión como en las instituciones de

servicio social.

Al parecer, la mayoría de las enfermeras aceptan el cambio de la

estructura de su función y su contenido, y aprueban la participaciónde la enfermera pediátrica en el diagnóstico y el tratamiento de enfer-

medades, de manera que puedan atender tanto a los niños sanos como

a los enfermos. Por consiguiente, están de acuerdo en la extensión desus actividades para que en lugar de limitarse al simple cuidado del

enfermo abarquen también el proceso de curación. Las enfermeras se

inclinaron más por los programas tradicionales de adiestramiento

reconocidos por su propia experiencia educativa, a diferencia de la de

los médicos que es de carácter académico y estructural. Además, talvez consideren que un programa reconocido les ofrecería un aprendi-

zaje intensivo después del cual recibirían un certificado de la nueva

función que podrían desempeñar. Las enfermeras distinguieron entre

los distintos tipos de instituciones de salud en los que la enfermera

pediátrica debería emplearse. Posiblemente tengan la idea de que las

instituciones de servicio social son los lugares apropiados de empleo porrazones materiales y humanas, entre ellas una mayor remuneración,

más responsabilidades y menos influencia de los médicos. Es posibletambién que mantengan este criterio porque crean que los niños que

utilizan las instituciones de servicio social no reciben los mismos cui-dados que aquellos que son atendidos en consultorios privados.

88 / Educación médica y salud

REPERCUSIONES

El análisis de los datos de este estudio tiene repercusiones tantoacadémicas como prácticas. El nuevo movimiento de las enfermeraspediátricas representa un cambio social. Pero hay diversos tipos decambio social y esto debe tenerse en cuenta al considerar la situación.Tanto los médicos como las enfermeras aceptan ideológicamente laampliación del papel de la enfermera. Sin embargo, la aceptan sóloen una manera general y difusa, pues cuando se trata de aspectosespecíficos, sus actitudes difieren. Los, médicos no favorecen tantocomo las enfermeras los factores específidos envueltos en el cambio. Unpunto estratégico en el cual este nuevo tipo de enfermera pediátricaestá cambiando su papel tradicional estal relacionado con su habilidadde tratar independientemente casos de varias enfermedades que notengan complicaciones adicionales. El rechazo de los médicos a delegarparticipación en el diagnóstico y tratamiento no permitirá que ocurraun cambio importante; sin embargo, su aceptación a delegar atenciónde enfermedades y tareas seleccionadas es, tal vez, indicación del desa-rrollo de una tendencia en la cual los médicos estarán menos aferradosa los medios acostumbrados de impartir cuidados de salud. Para queel estudio del cambio en las relaciones sociales pueda comprenderse acabalidad será necesario hacer una distinción entre la,"estructura" y el

"contenido". El cambio social no se produce simplemente mediantecambios en los elementos estructurales. El verdadero cambio ocurre

tanto a nivel general como a nivel específico.Si se va a institucionalizar el papel tradicional de la enfermera, será

necesario vencer la resistencia que muestran individuos que ocupanciertos cargos en su medio de trabajo. En este estudio se ha encon-trado que los cambios se producen con diferente profundidad, y quelas actitudes hacia los cambios varían de acuerdo con la clase de cambioy con la naturaleza de la posición, ya se trate de un médico o unaenfermera. Sólo porque la relación tradicional del médico y la en-fermera pueda estar impidiendo la prestación de cuidados integrales de

salud adecuados a una gran cantidad de niños, no se producirá elcambio. Las tensiones de las posiciones y los conflictos consecuentespueden ser parte del comportamiento social sin alterar la organización,la posición y las funciones (13). Hasta tanto los médicos no cambiensus actitudes hacia asuntos específicos relacionados con un cambio defunciones, la atención de casos sencillos, sin complicaciones, y de casos

Actitud de médicos y enfermeras / 89

más complicados por parte de la enfermera pediátrica, no se produciráun cambio social.

Este estudio reúne una gran cantidad de preguntas importantes quedeben ser examinadas en entrevistas intensivas con médicos y enfer-meras. Debe determinarse qué variables sociopsicológicas están rela-cionadas con la receptividad al cambio. Debe saberse qué es exacta-mente lo que está cambiando. ¿Qué creen estos profesionales de saludque la enfermera, en su papel: tradicional, hace ahora? La expansiónde las responsabilidades de la enfermera, ¿será la legalización de lasactividades que las enfermeras han ejecutado siempre de una manerainformal? Futuras investigaciones en este campo podrán tener grandesimplicaciones para la enfermería. La aceptación y legalización delnuevo papel repercutirá en la educación, la licencia, el salario y laposición real de la enfermera. Esto tal vez resultaría en un menornúmero de enfermeras que abandonan la profesión, una mayor satis-facción en la ejecución del trabajo y un medio más de solucionar laescasez de recursos humanos en el campo de la salud.

Reconocimiento

Los autores agradecen la asistencia en los trabajos de campo querecibieron de Louis A. DiNicola y James E. Hede, estudiantes demedicina de tercer año, becados en el verano de 1971 por la Escuelade Medicina, Temple University, Filadelfia, Pensilvania.

RESUMEN

A fin de conocer la opinión de médicos y enfermeras sobre la fun-ción que desempeña la enfermera pediátrica y la que puede desempeñar,se realizó una encuesta en una muestra de 165 médicos y 140 enfermerasde Filadelfia, Pensilvania. Se trató de definir qué actividades médicasespecíficas los médicos y las propias enfermeras permitirían desempeñara esta profesional, puntualizando el tipo de actividades, la clase depacientes y el estado de la enfermedad.

Hubo diferencias de opinión en cuanto a la expansión de las activi-dades de la enfermera pediátrica desde las de "cuidado" del pacientea las de "cura"; en lo relativo a la delegación de la atención de casosde 14 enfermedades sin complicación, desde traumas menores hasta

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glomerulonefritis con hipertensión, y en cuanto a su participación enactividades que van desde la evaluación del análisis de la orina hastala diferenciación entre soplos cardíacos orgánicos y funcionales (20.8%).

La información obtenida indica un consenso general entre losmédicos y las enfermeras en cuanto al papel que desempeña la enfermerapediátrica, que justifica la ampliación de sus programas de adiestra-miento, así como un campo más vasto en que desempeñar sus labores.

REFERENCIAS

(1) Connelly, John P. y Alfred Yankauer. "Health Manpower: The Problem andthe National Scene". Clin Pediat 7: 245-247, mayo de 1968.

(2) Spencer, J. "Physicians Assistants: New Positions and Expanding Roles in U.S.Medical Care". MCV Quarterly 6 (3, 1970): 150-151.

(3) Rosinski, Edwin F. y Frederick J. Spencer. "The Training and Duties of theMedical Auxiliary known as the Assistant Medical Officer". Am J Public Health57: 1663-1669, septiembre de 1967.

(4) G. A. Simpson. "The Family Health Worker at the Community Field Level".Ann NY Acad Sci 31: 916-926, diciembre de 1969.

(5) Bureau of Economic Research and Statistics, American Dental Association, "The1968 Survey of Dental Practice, V: Auxiliary Personnel." J Am Dent Ass 78:1355-1359, junio de 1969.

(6) St. Geme, Joseph W., Jr., Ann B. Turner, Gail S. Peirson, y Marc Bobel. "ACurricular Experiment with the Nurse Pediatrist". Am J Dis Child 122: 145-201, septiembre de 1971.

(7) Silver, Henry K., Loretta C. Ford y Lewis R. Da.y. "The Pediatric Nurse-Prac-titioner Program". JAMA 204: 298--302, 22 de abril de 1968.

(8) Programas similares de adiestramiento de enfermeras pediátricas se ofrecen enel Bunker Hill Hospital, Boston; Universidad de Rochester, Montefiero Hos-pital, Nueva York, y en el St. Christopher's Hospital for Children, Philadelphia,entre otros.

(9) Bates, Barbara. "Doctor and Nurse: Changing Roles and Relations". New EnglJ Med 283: 129-134, 16 de julio de 1970.

(10) Ibid., pág. 131.(11) Cochran, Thomas C. "Towards a Useful Model for Social Change". En Ap-

proaches to American Economic History, G. R. Taylor y L. F. Ellsworth, Char-lottesville, University of Virginia Press, 1971, págs. 50-62.

(12) Merton, Robert K. Social Theory and Social Structure. Nueva York, The FreePress, 1957, pág. 369.

(13) Nisbet, Robert A. The Social Bond: An Introduction to the Study of Society.Nueva York, Alfred A. Knopf, 1970, págs. 340-343.

Actitud de médicos y enfermeras / 91

ATTITUDE OF PHYSICIANS AND NURSES TO INNOVATIONS INTHE NURSING FIELD (Summary)

A survey to assess the opinion of physicians and nurses as to the presentand potential function of pediatric nurses was carried out in Philadelphia,Pennsylvania on a sample group of 165 physicians and 140 nurses. Theaim was to define which particular medical activities the physicians and thenurses concerned would assign to that category of staff, specifying the typeof activities, the type of patients and the stage of the disease.

There were differences of opinion as to the extent of the pediatric nurse'sactivities, both with regard to "care" of the patient and to "treatment";as to the delegation of responsibility in the case of 14 conditions withoutcomplications, ranging from minor injuries to glomerulonephritis withhypertension, and as to the nurse's participation in activities ranging fromthe evaluation of urine analyses to distinguishing organic from functionalheart murmurs (20.8%).

The information obtained indicated a general consensus between physi-cians and nurses with regard to the responsibilities of the pediatric nurse,justifying the extension of training programs for this category of staff andthe enlargement of its field of activities.

L'ATTITUDE DES MÉDECINS ET DES INFIRMIERES A L'EGARDDES INNOVATIONS EN MATIERE DE SOINS INFIRMIERS (Résumé)

Dans le but de connaitre l'opinion des médecins et des infirmiéres sur leróle que joue l'infirmiére pédiatrique et sur celui qu'elle peut jouer, lesauteurs ont effectué une enquéte, consultant pour a faire 165 médecins et140 infirmiéres de Philadelphia (Pennsylvanie). Ils se sont attachés áétablir les activités médicales spécifiques que médecins et infirmiéres lais-seraient aux mains de cette professionnelle, en précisant le type d'activités,le genre de patient et le stade meme de la maladie.

Les opinions ont divergé quant á l'élargissement des activités de l'infir-miére pédiatrique, des soins donnés au patient jusqu'au traitement lui-meme;quant a la délégation du pouvoir de soigner 14 maladies sans complication,de troubles mineurs jusqu'á la glomérulonephrite accompagnée d'hyper-tension, et quant á sa participation á des activités allant de l'évaluationde l'analyse de l'urine á la différentiation entre des souffles cardiaquesorganiques et fonctionnels (20,8%).

Les renseignements obtenus font ressortir un consensus général entresles médecins et les infirmiéres pour ce qui est du role de l'infirmiére pédia-

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trique consensus qui justifie l'élargissement des ses programmes de formationet du domaine dans lequel elle est appelée á exercer ses fonctions.

A ATITUDE DE MÉDICOS E ENFERMEIRAS COM RELACÁO A

INOVACOES EM ENFERMAGEM (Resumno)

A fim de conhecer a opiniáo de médicos e eermeiras sobre a funçáoque a enfermeira pediátrica desempenha e pode' esempenhar, procedeu-sea uma pesquisa de amostragem que abrangeu 165 médicos e 140 enfermeirasde Filadélfia, Pensilvania. Procurou-se definir quais as atividades médicasespecíficas que os médicos e as próprias enfermeiras permitiriam que essaprofissional desempenhasse, com énfase no tipo de atividades, na classe depacientes e no estado da enfermidade.

Houve divergencia de opinioes quanto á expansáo das atividades daenfermeira pediátrica, tanto no que se refere ás de "cuidado" do paciente,como as de "cura"; quanto á delegaaáo do atendimento de casos de 14 en-fermidades sem complicaçoes, desde traumas menores até glomerulonefritecom hipertensao; e, quando á sua participaçáo em atividades que vaodesde a avaliacao da urinálise até a diferen.ciaçáo entre sopros cardíacosorganicos e funcionais (20,8%).

A informaçáo obtida indica um consenso geral dos médicos e enfermeirasno que se refere ao papel que cabe á enfermeira pediátrica, o qual justificaa ampliaaáo dos seus programas de treinamento, bem como a extensáao docampo em que pode desempenhar suas funcoes.