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El sable corvo de San Martín (4 relatores y varios granaderos que escoltan el sable). 1- En su testamento de 1844, don José de San Martín dispuso que su espada, con la que luchó por la independencia, fuera entregada a Juan Manuel de Rosas, como prueba de reconocimiento a la firmeza con que Rosas había defendido el honor de la República contra injustas pretensiones extranjeras. 2- El deseo del prócer se cumplió y al morir Rosas, el sable corvo quedó en poder de su amigo y consuegro Juan Terrero. Sus familiares lo donaron a la Nación, así fue depositado en el Museo Histórico Nacional con su vaina y caja. 3- La reliquia fue robada del Museo Histórico en dos oportunidades: en los años 1963 y 1965. para preservarlo, en1967 se transfirió su guarda y custodia al Regimiento de Granaderos a Caballo. 4- Actualmente, se dispuso que el sable fuera nuevamente trasladado al museo, quedando bajo custodia del cuerpo de Granaderos a Caballo. Acompañemos al sable en su recorrido, y en cada posta compartamos algunos fragmentos de la vida, obra, ideas y contexto de quien será por siempre su dueño. (Primera Posta: Biografía) Narrador 1: - José Francisco de San Martín nació en Yapeyú, hoy provincia de Corrientes, un 25 de febrero de 1778. Sus padres fueron el Capitán Don Juan de San Martín y Gregoria Matorras. Cuando tenía tres años, toda la familia abandona Yapeyú rumbo a Buenos Aires, donde se le ordenó a Don Juan, de San Martín hacerse cargo de la instrucción de los oficiales del batallón de voluntarios españoles. Narrador 2: -Los San Martín vivieron en la capital del virreinato hasta fines de 1783, cuando fue aceptado el pedido de Don Juan para regresar a España donde dirigió un regimiento en Málaga y se instaló con la familia. José, que tenía por entonces ocho años, estudió en el Seminario de Nobles de Madrid. Allí aprendió entre otras cosas, latín, francés, esgrima, matemáticas, historia y geografía.

Acto San martin

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Page 1: Acto San martin

El sable corvo de San Martín (4 relatores y varios granaderos que escoltan el sable).

1- En su testamento de 1844, don José de San Martín dispuso que su espada, con la que luchó por la independencia, fuera entregada a Juan Manuel de Rosas, como prueba de reconocimiento a la firmeza con que Rosas había defendido el honor de la República contra injustas pretensiones extranjeras.

2- El deseo del prócer se cumplió y al morir Rosas, el sable corvo quedó en poder de su amigo y consuegro Juan Terrero. Sus familiares lo donaron a la Nación, así fue depositado en el Museo Histórico Nacional con su vaina y caja.

3- La reliquia fue robada del Museo Histórico en dos oportunidades: en los años 1963 y 1965. para preservarlo, en1967 se transfirió su guarda y custodia al Regimiento de Granaderos a Caballo.

4- Actualmente, se dispuso que el sable fuera nuevamente trasladado al museo, quedando bajo custodia del cuerpo de Granaderos a Caballo. Acompañemos al sable en su recorrido, y en cada posta compartamos algunos fragmentos de la vida, obra, ideas y contexto de quien será por siempre su dueño.

(Primera Posta: Biografía)

Narrador 1: - José Francisco de San Martín nació en Yapeyú, hoy provincia de Corrientes, un 25 de febrero de 1778. Sus padres fueron el Capitán Don Juan de San Martín y Gregoria Matorras. Cuando tenía tres años, toda la familia abandona Yapeyú rumbo a Buenos Aires, donde se le ordenó a Don Juan, de San Martín hacerse cargo de la instrucción de los oficiales del batallón de voluntarios españoles.

Narrador 2: -Los San Martín vivieron en la capital del virreinato hasta fines de 1783, cuando fue aceptado el pedido de Don Juan para regresar a España donde dirigió un regimiento en Málaga y se instaló con la familia. José, que tenía por entonces ocho años, estudió en el Seminario de Nobles de Madrid. Allí aprendió entre otras cosas, latín, francés, esgrima, matemáticas, historia y geografía.

Narrador 3: -A los once años ingresa como cadete en un regimiento español y pronto toma parte de numerosos combates en España y África. Ya con el grado de Teniente Coronel, es condecorado por su actuación en las guerras contra Napoleón en 1808.

Al enterarse de los hechos de mayo de 1810, pide el retiro del ejército español para poner sus conocimientos y experiencia al servicio de la naciente revolución americana. Había tomado contacto en España con revolucionarios que veían con simpatía la lucha por la emancipación americana.

(palabras de San Martín) “Yo serví en el ejército español desde la edad de trece a treinta y cuatro años, hasta el grado de teniente coronel de caballería. En una reunión de americanos en Cádiz, sabedores de los primeros movimientos de Caracas y Buenos Aires, resolvimos regresar cada uno al país de nuestro nacimiento a fin de prestarle nuestro servicio en la lucha."

Narrador 4: -En 1812 regresa y se casa con Remedios de Escalada, a quien conoce en una reunión en la casa de sus padres.

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En 1813 los Granaderos de San Martín entraban por primera vez en combate frente al Convento de San Lorenzo, en Santa Fe. El triunfo fue total y el prestigio del ahora coronel San Martín crecía. Fue así que en 1814 se le encomendó el mando del ejército del Norte en reemplazo del General Belgrano.

Allí planifica su estrategia militar más conocida: cruzar la cordillera, liberar a Chile y de allí marchar por barco para vencer a los realistas en Lima.A poco de cruzar los Andes, el 12 de febrero de 1817, las fuerzas patriotas derrotan a los españoles en la cuesta de Chacabuco, iniciando de esa forma la independencia de Chile

Narrador 5: -En 1821 San Martín declaró la independencia del Perú y fue nombrado Protector, abolió la esclavitud , garantizó la libertad de imprenta y de culto, creó escuelas y la biblioteca pública de Lima.

Mientras San Martín llevaba adelante su campaña desde el Sur el patriota venezolano Simón Bolívar, lo venía haciendo desde el Norte. Los dos libertadores decidieron reunirse en Guayaquil, Ecuador, en 1822.

Tras la entrevista de Guayaquil San Martín regresó a Lima y renunció a su cargo de Protector del Perú.

(palabras de San Martín 2) "Ya estoy aburrido de oír decir que quiero hacerme soberano. Sin embargo siempre estaré dispuesto a hacer el último sacrificio por la libertad del país, pero en clase de simple particular y no más. En cuanto a mi conducta pública mis compatriotas dividirán sus opiniones; los hijos de éstos darán el verdadero fallo."

Narrador 6: -Partió luego rumbo a Chile donde permaneció hasta enero de 1823. Cruzó por última vez los Andes, estuvo unos días en Mendoza y pidió autorización para entrar en Buenos Aires para poder ver a su esposa, que estaba gravemente enferma. Rivadavia, ministro de gobierno del gobernador Martín Rodríguez, le negó el permiso argumentando que no estaban dadas las condiciones de seguridad para que San Martín entrara a la ciudad.

San Martín decidió abandonar el país en compañía de su pequeña hija Mercedes rumbo a Europa. Merceditas tenía siete años y recién ahora conocería de verdad a su padre. Viven un tiempo en Londres, en Bruselas y por último se instalan en Francia.

Narrador 7: -En 1838, durante el gobierno de Rosas, los franceses bloquearon el puerto de Buenos Aires. Inmediatamente José de San Martín le escribió a don Juan Manuel ofreciéndole sus servicios militares. Rosas agradeció el gesto y le contestó que podían ser tan útiles como sus servicios militares las gestiones diplomáticas que pudiera realizar ante los gobiernos de Francia e Inglaterra. Al enterarse del combate de la vuelta de Obligado, el 20 de noviembre de 1845, cuando los criollos enfrentaron corajudamente a la escuadra anglo-francesa, San Martín volvió a escribirle a Rosas y a expresarle sus respetos y felicitaciones:

(palabras de San Martín 3) "Ahora los gringos sabrán que los criollos no somos empanadas que se comen así nomás sin ningún trabajo".

Narrador 8: -San Martín para ese entonces estaba muy enfermo. Sufría asma, reuma, úlceras y estaba casi ciego. Su estado de salud se fue agravando hasta que falleció el 17 de agosto de 1850. En su testamento pedía que su sable fuera entregado a Rosas "por la firmeza con que sostuvo el honor de la república contra las injustas pretensiones de los extranjeros que trataban de humillarla" y que su corazón descansara en Buenos Aires.

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“siendo todos de iguales opiniones en sus principios, es decir, en la emancipación e independencia absoluta de la España,creo que debemos cortar toda diferencia y dedicarnos a la destrucción de nuestros crueles enemigos, los españoles […]. Cada gota de sangre americana que se vierta por nuestros disgustos me llega al corazón. Paisano mío, hagamos un esfuerzo, transemos en todo y dediquémonos únicamente a la destrucción de los enemigos que quieren atacar nuestra libertad. Unámonos contra los maturrangos [los españoles] bajo las bases que Ud. crea y que el Gobierno de Buenos Aires vea más conveniente y después que no tengamos enemigos exteriores sigamos la contienda con las armas en la mano, en los términos que cada uno cree por conveniente; mi sable jamás se sacará de su vaina por opiniones políticas, como estas no sean contra los españoles y su dependencia” (José de San Martín: Carta al Protector de los Pueblos Libres, Señor Don José Gervasio Artigas, 13/3/1819)

San Martín escribe: “usted sabe que yo no pertenezco a ningún partido; me equivoco, yo soy de Partido Americano, así que no puedo mirar sin el mayor sentimiento los insultos que se hacen a la América. Ahora más que nunca siento que el estado deplorable de mi salud no me permita ir a tomar parte activa en defensa de los derechos sagrados de nuestra Patria, derechos que los demás estados Americanos se arrepentirán de no haber defendido por lo menos protestado contra toda intervención de Estados Europeos…”(San Martín: Carta a Tomás Guido, 20/10/1845).

Es una idea grandiosa pretender formar de todo el Mundo Nuevo una sola nación con un solo vinculo que ligue sus partes entre sí y con el todo. Ya que tiene un origen, una lengua, unas costumbres y una religión, debería, por consiguiente, tener un solo gobierno que confederase los diferentes estados que hayan de formarse; mas no es posible, porque climas remotos, situaciones diversas, intereses opuestos, caracteres desemejantes, dividen a la América. ¡Qué bello sería que el Istmo de Panamá fuese para nosotros lo que el de Corinto para los griegos! Ojalá que algún ida tengamos la fortuna de instalar allí un augusto congreso de los representantes de las repúblicas, reinos e imperios a tratar y discutir sobre los altos intereses de la paz y de la guerra, con las naciones de las otras partes del mundo. Esta especie de corporación podrá tener lugar en alguna época dichosa de nuestra regeneración.

Simon Bolivar, Carta de Jamaica. 1815