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La teoría de los actos de habla: acto locutivo, ilocutivo y perlocutivo Esta teoría empezó a formularse en la primera mitad del S.XX por los filósofos del lenguaje. Se desarrolló de forma muy especial entre los años 60 y 80. Sus principales representantes son Austin y Searle. Aquel hizo públicas sus reflexiones en una serie de conferencias que dictó en la Universidad de Harvard durante los años 30, conferencias que en 1962 quedarían recogidas y publicadas en su libro How to do things with words? (¿Cómo hacer cosas con palabras?). Esta teoría se basa en que el lenguaje no solo sirve para describir el mundo (función informativa-descriptiva), sino también para hacer cosas (función interactiva). Se trata de una respuesta al positivismo lógico que, basándose en la lógica veritativa, planteaba que el sentido de cualquier oración dependía de las pruebas de verdad o falsedad. Primera época: Enunciados constatativos (CONSTATATIVES). Se utilizan para describir el mundo. Admiten asignaciones de verdad o falsedad (Carlos es el amigo de Juan) Enunciados performativos (PERFORMATIVES). Realizan una acción con el lenguaje. No describen el estado del mundo, sino que lo transforman. No se puede afirmar de ellos si son verdaderos o falsos, solo si tienen éxito o no (felices/no felices) en función de si se cumplen las condiciones socialmente admitidas en su formulación para su reconocimiento (persona adecuada, circunstancia adecuada, formulación adecuada, etc.): Sí, juro. Os declaro marido y mujer,...Las lenguas poseen verbos performativos. Se trata de verbos como jurar, prometer, garantizar, certificar, etc. que, cuando van en primera persona del presente de indicativo tienen la propiedad de realizar la propiedad que enuncian. Esta propiedad se genera a causa de la presencia del pronombre personal de primera persona: en tanto yo juro es un 1

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Page 1: Actos de Habla PER

La teoría de los actos de habla: acto locutivo, ilocutivo y perlocutivo

Esta teoría empezó a formularse en la primera mitad del S.XX por los filósofos del lenguaje. Se

desarrolló de forma muy especial entre los años 60 y 80. Sus principales representantes son

Austin y Searle. Aquel hizo públicas sus reflexiones en una serie de conferencias que dictó en

la Universidad de Harvard durante los años 30, conferencias que en 1962 quedarían recogidas

y publicadas en su libro How to do things with words? (¿Cómo hacer cosas con palabras?).

Esta teoría se basa en que el lenguaje no solo sirve para describir el mundo (función

informativa-descriptiva), sino también para hacer cosas (función interactiva). Se trata de una

respuesta al positivismo lógico que, basándose en la lógica veritativa, planteaba que el sentido

de cualquier oración dependía de las pruebas de verdad o falsedad.

Primera época:

Enunciados constatativos (CONSTATATIVES). Se utilizan para describir el mundo.

Admiten asignaciones de verdad o falsedad (Carlos es el amigo de Juan)

Enunciados performativos (PERFORMATIVES). Realizan una acción con el lenguaje.

No describen el estado del mundo, sino que lo transforman. No se puede afirmar de

ellos si son verdaderos o falsos, solo si tienen éxito o no (felices/no felices) en función

de si se cumplen las condiciones socialmente admitidas en su formulación para su

reconocimiento (persona adecuada, circunstancia adecuada, formulación adecuada,

etc.): Sí, juro. Os declaro marido y mujer,...Las lenguas poseen verbos performativos.

Se trata de verbos como jurar, prometer, garantizar, certificar, etc. que, cuando van en

primera persona del presente de indicativo tienen la propiedad de realizar la propiedad

que enuncian. Esta propiedad se genera a causa de la presencia del pronombre

personal de primera persona: en tanto yo juro es un comprometerme, él jura no es más

que una descripción, en el mismo plano que él corre, él firma

Segunda época: poco después de formulada esta primera versión de su teoría, Austin

avanza y la extiende a todo tipo de enunciado. En realidad plantea que siempre que

emitimos un enunciado estamos haciendo algo que cambia el estado de las cosas.

Rara vez nos limitamos a describir el mundo. Para él todos los enunciados son, pues,

performativos:

Enunciados performativos explícitos (presencia verbos performativos)

Enunciados performativos no explícitos. Se trata de enunciados aparentemente

informativos pero que tienen como objetivo no afirmar verdades o falsedades sino

cumplir actos, aunque no tengan performativos explícitos:

A: -¿Puedo salir?

B: Te han quedado tres asignaturas

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En la teoría de los actos de habla se plantea que, de hecho, al emitir un enunciado se producen

tres actos:

1. Acto locutivo (LOCUTIONARY). La misma emisión con su significado literal, referencial,

es decir, su contenido derivado de las reglas gramaticales. Es el acto de decir, de

enunciar una secuencia lingüística. El resultado de esa acción verbal es un enunciado

que posee un significado lingüístico: el que emana de los elementos léxicos empleados

y de la estructura lingüística en la que se organizan. Se habla aquí del significado literal

del mensaje. Cuando los hablantes se refieren a este tipo de actos lo describen

empleando para ellos verbos dicendi neutros (decir, hablar, expresar, comentar, ...)

¿Me pasas la sal? → oración interrogativa

2. Acto ilocutivo (ILOCUTIONARY). Lo que se hace al emitir ese enunciado. Asignar un

valor de acción intencional a las palabras emitidas. La fuerza ilocutiva es la intención.

Esta intención no se desprende necesariamente de la estructura lingüística empleada

(cuando sí se desprende de esa estructura hablamos de actos de habla directos), sino

de las características contextuales y situacionales que concurren en su emisión. Tiene,

pues, un sentido pragmático deducible o interpretable en relación con el contexto y con

la situación en que ha sido proferido. ¿Me pasas la sal? → petición

3. Acto perlocutivo. Efecto verbal o no verbal que ese enunciado produce en la

audiencia. ¿Me pasas la sal? → a) oración interrogativa. La respuesta

será sí o no pero el oyente no habrá captado la intención del hablante. b) Si la oración

se interpreta como una petición, la reacción será pasar la sal. La causa de que no

coincida la reacción pretendida y el efecto real puede deberse a que no haya

habido asimilación ilocutiva, es decir, que no haya habido reconocimiento de la

intención con que se ha proferido un mensaje o porque los intereses de locutor y

alocutario no son coincidentes.

A: Hay platos en el fregadero

B:  [se levanta y va a fregarlos]

Acto locutivo: oración enunciativa afirmativa

Acto ilocutivo: mandato o reproche

Acto perlocutivo: B cumple o no el mandato

Searle se centra en los actos de habla ilocutivos y establece la siguiente clasificación:

1. Actos ilocutivos representativos: comprometen al emisor con la verdad expresada

(afirmación)

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2. Actos ilocutivos directivos: el emisor obliga al receptor a actuar de una manera

determinada (orden, consejo)

3. Actos ilocutivos expresivos: expresa el estado psicológico del emisor (agradecimientos,

saludos)

4. Actos ilocutivos compromisivos: el emisor se compromete a actuar de una manera

determinada (juramento)

5. Acto ilocutivo declarativo: el hablante produce un cambio en el estado de las cosas.

Normalmente se dan dentro de las instituciones (bautizar, declarar la guerra)

Según Searle, en la conversación es más frecuente decir las cosas de manera indirecta. A

estos actos los denomina "ilocutivos indirectos". En ellos hay un significado literal y un

significado añadido, el cual es entendido por el receptor gracias al conocimiento que este tiene

del contexto en el que se produce el acto lingüístico:

1. Acto de habla directo: coincidencia acto locutivo e ilocutivo

2. Acto de habla indirecto: falta de coincidencia acto locutivo e ilocutivo

Considerados globalmente, los textos publicitarios son acciones: locutivas, ilocutivas y

perlocutivas; hay un decir, un hacer y un hacer hacer. Los textos publicitarios pueden ser

actos de promesa, advertencia, afirmación, recomendación, ruego, etc. Se busca con ellos

un efecto perlocutivo en el destinatario (asombro, simpatía, convencimiento, admiración,

etc.) que lleve a la compra del producto. No es otro el fin de la publicidad. Esta finalidad

determina todos los niveles del discurso, en todas las direcciones: tanto la selección de

valores como el modo de presentarlos. En este sentido, hay que distinguir tres fases en la

producción publicitaria: l) determinación del tipo de receptor (qué tipo de persona o

personas pueden presumiblemente comprar el producto); 2) determinación de los valores

(cuáles son los valores con los que ese tipo de persona puede conectar); 3) determinación

del texto (selección de los modos del discurso, representación de los valores, realización

del texto). (Vilarnovo, A. y J. F. Sánchez, Discurso, tipos de texto y comunicación, Navarra:

EUNSA, 1994, pág. 128).

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