7
ADMINISTRACIÓN DE ANTÍDOTOS Los antídotos son aquellos productos que a través de diversos mecanismos, impiden, mejoran o revierten algunos signos y/o síntomas de las intoxicaciones. Se pueden clasificar en: Sustancias que impiden absorción Sustancias formadoras de nuevos compuestos Sustancias quelantes Sustancias que actúan por mecanismos inmunológicos Sustancias que actúan por mecanismos enzimáticos Sustancias que compiten con el receptor El avance de la toxicología clínica, con la aparición de nuevos antídotos, entre otros factores, ha contribuido a la disminución de la mortalidad infantil por intoxicaciones en las últimas cuatro décadas. Los antídotos poseen la acción más específica, más eficaz y, algunas veces, la más rápida, de entre todas las sustancias o métodos con utilidad terapéutica en toxicología clínica. Sin embargo, constituyen una opción terapéutica de segunda línea en la mayor parte de las ocasiones, ya que los pilares básicos del tratamiento son la estabilización y las medidas de descontaminación. El uso de antídotos no debe de suplir las técnicas de soporte vital, sino complementarlas. En su conjunto, la indicación para el uso de antídotos se hará de acuerdo con los siguientes principios: Existencia de un antídoto específico para dicha intoxicación.

Administración de Antídotos

Embed Size (px)

DESCRIPTION

emergencias

Citation preview

ADMINISTRACIÓN DE ANTÍDOTOS

Los antídotos son aquellos productos que a través de diversos mecanismos, impiden, mejoran o revierten algunos signos y/o síntomas de las intoxicaciones.

Se pueden clasificar en: Sustancias que impiden absorciónSustancias formadoras de nuevos compuestos Sustancias quelantesSustancias que actúan por mecanismos inmunológicos Sustancias que actúan por mecanismos enzimáticosSustancias que compiten con el receptor

El avance de la toxicología clínica, con la aparición de nuevos antídotos, entre otros factores, ha contribuido a la disminución de la mortalidad infantil por intoxicaciones en las últimas cuatro décadas. Los antídotos poseen la acción más específica, más eficaz y, algunas veces, la más rápida, de entre todas las sustancias o métodos con utilidad terapéutica en toxicología clínica. Sin embargo, constituyen una opción terapéutica de segunda línea en la mayor parte de las ocasiones, ya que los pilares básicos del tratamiento son la estabilización y las medidas de descontaminación. El uso de antídotos no debe de suplir las técnicas de soporte vital, sino complementarlas.

En su conjunto, la indicación para el uso de antídotos se hará de acuerdo con los siguientes principios: Existencia de un antídoto específico para dicha intoxicación.Especificidad de acción frente a un tóxico.Estado clínico y/o analítica toxicológica.Valoración del riesgo-beneficio, algunos poseen toxicidad intrínseca y pueden provocar efectos secundarios importantes.

Hay que tener en cuenta la farmacocinética del tóxico y del antídoto y las posibles reacciones adversas que pueden provocar ambos. En ocasiones, la vida media de algunos antídotos, más corta que la de ciertos tóxicos, provoca la recurrencia del síndrome tóxico y la necesidad de administrar dosis adicionales de antídoto.

EN LA TABLA SIGUIENTE SE RELACIONAN LOS ANTÍDOTOS DE USO LOCAL Y SISTÉMICO SEGÚN LA INTOXICACIÓN Y SE DAN LAS DOSIS CORRESPONDIENTES.

FAVORECER LA ELIMINACIÓN DEL TÓXICO

Medidas destinadas a favorecer la eliminación de la sustancia tóxica: forzar diuresis, modificar el pH urinario (alcalinizar orina en caso de ácidos débiles, acidificarla en caso de bases débiles) o técnicas de depuración extrarrenal (hemofiltración, hemodiálisis...) en pacientes ya ingresados en la Unidad de Cuidados Intensivos. Generalmente tiene escaso papel en las intoxicaciones pediátricas.

DIURESIS FORZADA CON MANIPULACIÓN DEL PH URINARIO. La principal vía de excreción es la renal y todo paciente intoxicado se vería beneficiado con el aumento de la diuresis.

La técnica consiste en alcanzar un gasto urinario de 3-4 mL/kg/h con una combinación de líquidos en gran volumen y diurético de asa. Deben tenerse en cuenta los riesgos potenciales, como las alteraciones electrolíticas, edema pulmonar e hipertensión intracraneana. La manipulación del pH urinario puede usarse terapéuticamente para aumentar la eliminación de algunos tóxicos.

El objetivo es incrementar la excreción de algunas sustancias cambiando la constante de ionización, pues los elementos en forma iónica no se absorben. Los límites del pH urinario son 4,5 y 7,5 en condiciones de alcalinización o acidificación. La eliminación de ácidos muy fuertes (pK < 3) o muy débiles (pK > 8) no se encuentra alterada por la manipulación del pH urinario.

La alcalinización es útil en intoxicaciones por salicilatos y fenobarbital. La acidificación tiene el riesgo potencial de exacerbar la lesión tubular renal por mioglobinuria, por lo cual esta terapia casi nunca se usa.

REMOCIÓN EXTRACORPÓREA DE TÓXICOS. En los casos en que las anteriores medidas no logran mejorar la condición clínica del paciente, la remoción extracorpórea de las toxinas puede ser salvadora; esta se puede hacer con:

Hemodiálisis. Para que sea efectiva, las toxinas deben ser de bajo peso molecular (< 500 d), hidrosolubles, poca unión a proteínas (< 80%) y tener volúmenes de distribución (Vd) bajos (< 1 L/kg).

Hemoperfusión. Definida como el contacto directo de la sangre con un sistema de absorción. A diferencia de la hemodiálisis, el aclaramiento no se ve limitado por la hidrosolubilidad, alto peso molecular, aumento de la unión a proteínas, pero sí por la habilidad del absorbente para ligarse a la toxina. Es efectiva en la eliminación de teofilina, fenobarbital, fenitoína, carbamazepina y paraquat. Los alcoholes y cocaína no son bien removidos por esta técnica de extracción.

Hemofiltración. Es potencialmente útil en la remoción de sustancias con gran Vd.

CONTROL EVOLUTIVO

Todo niño afecto de una intoxicación precisará un control evolutivo en el hospital o en domicilio dependiendo de la sustancia tóxica y sus efectos, así como de la vida media de la misma. Especial atención a las comentadas previamente “bombas en el tiempo”.

ESQUEMA DE MANEJO DEL PACIENTE ANTE POSIBLE INTOXICACIÓN

BIBLIOGRAFÍA

1. Santiago Mintegi. Manual de Intoxicaciones en Pediatría. Grupo de Trabajo de Intoxicaciones de la Sociedad Española de Urgencias de Pediatría.

2. Luis Carlos Maya Hijuelos. Intoxicaciones agudas en la niñez: principios generales. Precop Ascofame.3. Sociedad Española de Pediatría. Intoxicaciones. Medidas generales. Protocolos diagnóstico-terapéuticos

de Urgencias Pediátricas SEUP-AEP. 2011