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DIALOGOI STUDI COMPARATISTICI / 3 A

AFE GGH · el Taller de teoría y crítica literaria “Diana Morán”, siempre de Ciudad de México, sobre literatura escrita por mujeres y las relaciones entre historia y literatura,

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DIALOGOI – STUDI COMPARATISTICI / 3

A10445

DirettoreGiuseppe GrilliUniversità degli Studi di Roma Tre

editorasGiovanna Minardi

Maria Chiara Pane, Stefania Savoia

Miradas sobre la Revolución mexicanaHistoria, literatura y cine

Copyright © MMXIARACNE editrice S.r.l.

[email protected]

via Raffaele Garofalo, 133/A–B00173 Roma(06) 93781065

ISBN 978–88–548–4564–0

Reservados todos los derechos internacionales de traducción,digitalización, reproducción y transmisión de la obra en parte o

en su totalidad por cualquier medio, formato y soporte.

No se permiten las fotocopiassin autorización por escrito del editor.

Primera edición: diciembre de 2011

EL VOLUMEN SE EDITÓ

BAJO EL AUSPICIO PARCIAL DEL

DIPARTIMENTO DI SCIENZE FILOLOGICHE E LINGUISTICHEUNIVERSITÀ DI PALERMO

Índice

Breve presentación

Parte IHistoria

La ideología de la Revolución devenida régimenTiziana Bertaccini

La Revolución mexicanaJosé de la O Holguín

La Revolución mexicana y la cuestión indígenaLaura Giraudo

La prensa radical en la Revolución mexicanaJorge Velázquez Delgado

Parte IILiteratura y cine

La patria vieja y nueva, siempre “suave”,de Ramón López VelardeMartha Canfield

Una mirada al sesgo: la Revolución mexicana desde la visióninfantil en Nellie CampobelloLaura Cázares H.

Revolución, literatura y cine. El punto de vista de MatildeLandetaStefano Tedeschi

Índice

Representación discursiva de las soldaderas en los corridosde la Revolución mexicanaLeticia Villaseñor Roca

Distintas miradas sobre Rodolfo FierroLuz Elena Zamudio

Relación de autores

Cronología mínima de la Revolución mexicana (–)

Miradas sobre la Revolución mexicanaISBN 978-88-548-4564-0DOI 10.4399/97888548456401pag. 7–9 (dicembre 2011)

Breve presentación

En todo el mundo hispanoamericano, fue el año del bicentenariode la Independencia, que se celebró con un sin número de eventos,inclusive en España; para México representó un año doblementesignificativo e importante, porque, además, conmemoró el centenariode la Revolución mexicana. Como afirma Francesco Ricciu, el Méxicocontemporáneo es el producto de tres acontecimientos revoluciona-rios: la Revolución de la Independencia ( -), la Revolución dela Reforma ( -) y la Revolución mexicana (iniciada en ).La primera emancipó al país del dominio colonial español; la segundaproclamó la libertad de conciencia y el laicismo del Estado, la terceraha puesto en marcha un proceso regenerador para la conquista de lademocracia. La Revolución mexicana es, cronológicamente, la prime-ra de las grandes revoluciones del siglo XX y el fenómeno masivo másimportante ocurrido en Latinoamérica en los últimos cien años. Éstafue un auténtico impulso popular que se fue haciendo y moldeando así mismo y cuyo impacto será determinante en el terreno sociocul-tural, donde sus mitos, arquetipos y estereotipos ejercieron (y aúnejercen) gran influencia como fenómenos de identidad nacional.

Es este marco de influencia de la Revolución mexicana y de la histo-ria de México el que ha atraído la atención de estudios universitariosno solamente de instituciones mexicanas, y americanas en general,sino también de universidades europeas. Éste es el caso de la Universi-dad de Palermo que con el presente volumen pretende acercarse a unmomento histórico y artístico tan intenso y creativo.

Ya desde hace años existe una colaboración entre la Facultad deFilosofía y Letras de la Universidad de Palermo y la UniversidadAutónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa, de Ciudad de México yel Taller de teoría y crítica literaria “Diana Morán”, siempre de Ciudadde México, sobre literatura escrita por mujeres y las relaciones entrehistoria y literatura, discurso histórico y ficción literaria, temas decontinuas revisitaciones que permiten siempre nuevos y numerosos

Miradas sobre la Revolución mexicana

enfoques y análisis. Se han realizado diversos encuentros, que hanproducido una serie de trabajos, y en , se ha firmado un convenioentre las dos Universidades.

Más en concreto, en ocasión del centenario de la Revolución me-xicana, se ha publicado la traducción al italiano, por la editorial LeLettere de Florencia, de la obra Cartucho. Relatos de la Revolución en elNorte de México de la escritora mexicana Nellie Campobello, una de laspocas mujeres que ha escrito en los años Treinta sobre el proceso revo-lucionario. Ahora el presente volumen, que recoge también estudiosescritos por investigadores de otras universidades italianas y mexica-nas, a quienes se han considerado oportuno solicitar una colaboración,en cuanto expertos en el tema de la Revolución mexicana.

Se trata de nueve “miradas” sobre la Revolución, que abarcan varioscampos. Los textos de José de la O, Velázquez, Bertaccini y Giraudoabordan el complejo fenómeno histórico, desde los llamados precurso-res intelectuales de la Revolución (los hermanos Flores Magón, sobretodo), quienes contribuyeron a que las ideas liberales y revoluciona-rias adquirieran materialidad concreta (Velázquez), y el análisis de lospersonajes, grupos revolucionarios, contextos y circunstancias de lasociedad que participó en la lucha revolucionaria de (de la O),hasta la “degeneración” de ésta última y su institucionalización en laformación de PRI (Bertaccini), pasando por el debate, todavía actual,acerca de la integración y el indigenismo (Giraudo). Canfield y Cáza-res se enfrentan con temas literarios: Ramón López Velarde, autor de“La suave patria”, que se coloca en el clima de redescubrimiento delas raíces autóctonas y la búsqueda de la especificidad que caracterizalos años Veinte (Canfield); Nellie Campobello, que vive la Revolución,en el norte del país, y que escribe en un tiempo no muy lejano alde ese movimiento, en medio de un ambiente donde los perdedores,los revolucionarios villistas, no son bien vistos por el nuevo discursogubernamental instaurado en . Ese año se publica Cartucho, dondeCampobello presenta la Revolución eligiendo una voz y una perspecti-va infantil y por medio de la fragmentación que permite la entrada demúltiples voces y puntos de vista y que lleva a la conformación de lavoz popular, la colectiva (Cázares). El tema literario lo toca tambiénen parte Tedeschi, quien hace una comparación entre la novela Lanegra Angustias de Francisco Rojas González y su versión cinemato-gráfica de Matilde Landeta, confirmando como, si el cine contribuyó

Breve presentación

de manera decisiva en la creación y en la difusión del mito popular dela Revolución, pudo hacerlo en una cierta medida gracias a un diálogoespecialmente fecundo con la literatura. En fin, el texto de Leticia Vi-llaseñor nos presenta algunos corridos de la Revolución centrados enel tema de la mujer, sea ella soldadera o mujer–soldado, cuyo discursopermite tener un acercamiento a las representaciones de identidadesy relaciones sociales de ésta en el contexto de la Revolución.

Esperamos que estas “miradas” resulten de algun interés para todotipo de lector y que a éste puedan seguir más libros, señal tangible deuna fructífera colaboración académica internacional.

Palermo, septiembre de Giovanna Minardi, Maria Chiara Pane, Stefania Savoia

P I

HISTORIA

Miradas sobre la Revolución mexicanaISBN 978-88-548-4564-0DOI 10.4399/97888548456401pag. 13–28 (dicembre 2011)

La ideología de la Revolución devenida régimen

T B

Después de cien años desde su inicio, la primera revolución de laregión latinoamericana no ha dejado de despertar vivos debates.

Se trata de uno de los episodios de la historia nacional que hatenido más interpretaciones y re–interpretaciones: de épica del pue-blo a revolución burguesa, hasta los más extremos análisis que lahan diluida en una simple rebelión (Ruiz ). Desde un principiodespertó también críticas severas: una revolución moderada, o sólopolítica, o interrumpida, y por último en años más recientes ha sidoconsiderada sólo una construcción mítica de una clase política y unepisodio dañino responsable de haber detenido el camino hacia lamodernización.

Así que el debate del se encuentra con un hecho histórico queaún necesita ser profundizado, sobre el cual no existe una opiniónunánime ni siquiera sobre el momento que marcó el fin de este granepisodio de la vida nacional.

El centenario, un poco nublado por las celebraciones de la Indepen-dencia, ha llevado a recordar algunos momentos del debate histórico,

. Sobre la primera generación de revisionistas que la clasificó como una revoluciónburguesa véase el texto clásico de Arnaldo Córdova ().

. Según la interpretación de Ruiz, los hechos ocurridos entre y no fueronuna revolución sino una gran rebelión. Según el autor, el cambio de orientación políticadespués de y la misma política radical de Cárdenas se pueden clasificar como reformas.

. Según la célebre interpretación de Adolfo Gilly (), la Revolución se había inte-rrumpido en – y luego en .

. Véase el libro de Mario Schettino ().. En comparación con los festejos del bicentenario de la Independencia las conmemo-

raciones de la Revolución han sido de menor revuelo por la incomodidad que este episodiogenera en el gobierno: tal incomodidad no sólo se explica por una afinidad ideológica– si bien no reconocida – del actual grupo gobernante con los sectores desalojados delpoder a partir de , sino también por la continuidad que el gobierno en turno ha dadoal proyecto de desmantelamiento y aniquilamiento de los pilares sociales y económicos

Tiziana Bertaccini

a preguntarse sobre su relación con el liberalismo, sobre los “éxitos”y las “deudas” del movimiento, sobre la vigencias de los símbolos ysobre la identidad de una revolución materializada en un proyectode nación que hoy en día ha quedado huérfano. Pero sobre todo lapregunta central ha sido: ¿Qué sobrevive hoy de la Revolución?

Más allá de las interpretaciones y de las diferencias, los dos aniversa-rios han coincidido en celebrar los dos mitos fundadores de la naciónmexicana: el liberalismo y la Revolución (Hale, Orensanz ). Dosmitos que no tardaron en confluir en la ideología de la Revolución“devenida régimen”.

La Revolución en marcha...

La Revolución se desarrolló en varias etapas, en diferentes escena-rios y con actores sociales diversos. Ya desde hace algunos años lahistoriografía dejó a un lado la visión de una Revolución monolíti-ca rescatando su carácter plural, caracterizada por las peculiaridadesestatales o regionales. Las muchas revoluciones fueron la de Maderode , las de Pancho Villa y de Emiliano Zapata, las de Carranzay de los sonorenses y la de Cárdenas. Al terminar la etapa épica yviolenta, que borró el largo régimen de Porfirio Díaz, siguió la faseconstitucional con la promulgación de la Constitución de , queretomó las reivindicaciones sociales de la Revolución propiciando elnuevo orden político.

Los años entre las décadas de y marcaron la llamada faseinstitucional de la Revolución cuando se iba construyendo el nuevoestado mexicano. Fueron años caracterizados por el desorden políticoy por el conflicto que se desencadenaban especialmente durante lassucesiones presidenciales. Para solucionarlos el Presidente PlutarcoElías Calles decidió dar vida a un gran partido político, nacional ymoderno, que reagrupara a todos los revolucionarios, al fin de con-ducir el país por un camino institucional y poner fin a la lucha entrecaudillos que generaban caos y violencia en el país.

La Convención constituyente del partido tuvo lugar el de marzo

heredados por la Revolución (“Revolución Mexicana: retrocesos y vigencias”, La Jornada, de noviembre de ).

La ideología de la Revolución devenida régimen

de en el Teatro de la República de Querétaro, lugar simbóli-camente significativo por haber sido la cuna de la Constitución de.

Desde entonces, la Revolución pasó a manos del Partido NacionalRevolucionario, nacido como órgano de expresión política de la Re-volución con la finalidad de imprimir la doctrina a sus militantes eimponer las normas de acción a los hombres que desde aquel entonceshabría llevado al poder (PRI : ). El PNR se constituyó comoorganismo de vigilancia, de expresión y de sostén a la Revolución,ya concretizada en una nueva vida institucional fundada en la justiciasocial (PRI : ).

Con el nuevo régimen la Revolución no se consideraba agotada, alcontrario estaba en marcha dirigida hacia el futuro bajo los auspiciosdel PNR. Las luchas por las reivindicaciones de los derechos del puebloy de la tierra se convirtieron en estandarte del partido:

Podemos decir que apenas se inicia, y los miembros del Partido NacionalRevolucionario, que resultará organizado en esta imponente y soberanaAsamblea, serán legionarios que en toda la extensión del territorio nacional,defiendan las conquistas realizadas por la Revolución en el campo de lasideas y del derecho escrito, y sigan conquistando y consolidando, cada díamás todas las que el pueblo necesite para su bienestar y su emancipación(PRI : ).

Por lo general la cúspide de la Revolución devenida régimen ha sidoconsiderada la administración de Lázaro Cárdenas (–), a causade la realización de una ingente reforma agraria y de la nacionalizacióndel petróleo. El Presidente se convirtió en verdadero mito del panteónoficial de los héroes nacionales de bronce. Una parte considerablede la historiografía concuerda al considerar los años Cuarenta comoel momento final, la muerte, y sólo en los mejores de los casos unainterrupción, de la Revolución.

El fin de la Revolución fue públicamente anunciado por prime-ra vez a mitad de la década de con la publicación del ensayode Daniel Cosío Villegas, La crisis de México (), donde se pro-clamaba el fracaso de los tres principales objetivos revolucionarios:democratización y libertad política, justicia y mejoramiento social yconsolidación definitiva de la nacionalidad mexicana. Así que la crisisque hace algunos años embestía a México se atribuyó al agotamiento

Tiziana Bertaccini

de las metas revolucionarias. El mismo término de Revolución, senten-ciaba el autor, había perdido su significado originario y el programa dela Revolución era un capítulo doloroso de la historia nacional: «Desdeluego, debe partirse de esta afirmación: sin exceptuar a ninguno, todossus hombres han resultado inferiores a las exigencias de la Revolución»(Cosío Villegas : ). Visión que se ha perpetrado y que volvemosa encontrar en el actual debate sobre el centenario:

La Revolución Mexicana se terminó más o menos en los años , no creo ensu continuación durante los años ’ o ’ en el periodo conocido como el“milagro económico”; o en los años que siguieron con el PRI en el poder, noobstante la retórica oficial a favor de ese proyecto. La Revolución Mexicanafue un proyecto de una generación cuyos personajes aparecieron con larevolución misma (González ).

Considerar acabada la Revolución, junto a la desaparición de lageneración de los veteranos y la conclusión del régimen cardenista,ha perpetrado el “agujero negro” de la historiografía mexicana de lasdécadas de a , donde brillan por su ausencia los análisis sobreel Partido Revolucionario Institucional, si bien pilar del régimen yórgano de la Revolución. En efecto, a una mirada más atenta no escapaque el debate actual se argumenta en el cleavege de los años y en elmomento de fractura del modelo económico iniciado en el sexeniode Miguel de la Madrid (–) y seguido con mayor fuerza en elde Salinas de Gortari (–), cuando se abrió también una brechaen la ideología revolucionaria. El arco temporal incluido en estos dosmomentos, o sea los años dorados del régimen y del PRI, es ausenteo escasamente argumentado.

La historiografía ha renunciado a un análisis interno del institutorevolucionario. Entonces, ¿es posible entender en profundidad unrégimen dejando a un lado, como pasó en el caso mexicano, de com-prender la imagen que aquel régimen dio de sí mismo? Así que elanálisis de la ideología, o si se prefiere llamarla retórica, nos puede darelementos para la comprensión del proyecto político de un régimen ysu validez no se ve condenada por los resultados puestos en práctica.

. Los estudios sobre el PRI siguen atrapados en una visión estatocéntrica que conside-ra el partido un sujeto secondario por ser supeditado al poder presidencial. El partido haquedado así relegado en una posición subsidiaria en los estudios sobre el sistema políticomexicano. Véase Tiziana Bertaccini ().

La ideología de la Revolución devenida régimen

Por citar un ejemplo, sería como si la historiografía europea hubieserenunciado al análisis de las propuestas, del discurso político o de lacomprensión interna de los partidos fascistas o nazistas porque nolograron poner en práctica todos sus objetivos.

Quizás sea oportuno recordar dos cuestiones: ) el uso del términoideología puede referirse no sólo al significado “fuerte” marxistasino también a una acepción más “débil” por lo general usada enlas ciencias políticas: un conjunto de ideas y valores que atañen alorden político y que tienen la función de guiar los comportamientospolíticos colectivos (Bobbio ); ) la distancia entre la ideologíay sus realizaciones. Un ideal es un estado de cosas deseable que nocoincide con el estado de cosas existentes. Los ideales son realizablessólo parcialmente. El ideal de partida, como explica Sartori, no es nipuede ser igual al ideal de llegada, ya que el primero no ha sido creadopara realizarse y el segundo se transforma en un ideal capaz de seraplicado, pero sigue siendo un ideal (Sartori ).

Por lo tanto nos parece engañoso renunciar a analizar la ideologíade la Revolución consagrada por el partido de estado precisamentea partir de los años Cuarenta, cuando estaba a punto de empezar lallamada “época de oro” del régimen, o sea el momento de consolida-ción del estado mexicano, de la institucionalización del partido y delalcance de la estabilidad del sistema.

Otra dimensión a menudo subestimada es el consenso que lasinstituciones, in primis el Presidente y el PRI, lograron hasta el finalde los años Setenta, que en buena medida derivaba de la ideologíarevolucionaria proclamada por el partido. La identificación simbólicade la sociedad con la Revolución mexicana ha desempeñado un papelimportante en la confianza depositada en el régimen. El estudio deJoseph Kahl de revelaba que el % de los mexicanos se mostrabaorgulloso de sus instituciones, a pesar de la desconfianza hacia lospolíticos, los funcionarios y la policía, cifra interesante comparadacon la del % en Italia y del % en Alemania (Kahl ). En elestudio de Wayne A. Cornelius sobre los inmigrantes de la Ciudadde México alcanzaba conclusiones parecidas: había una concepciónidealizada del sistema político mexicano con una orientación positiva

. Sartori () lo define perfeccionismo o falso idealismo, resultado de un modoequivocado de entender y emplear los ideales.

Tiziana Bertaccini

hacia la presidencia y el PRI precisamente en la medida en que éstosse asociaban a los símbolos y a los objetivos de la Revolución mexicana(Cornelius : ). El , % de los entrevistados pensaba que si bienlos ideales de la Revolución aún no se habían alcanzado, el gobiernose estaba esforzando para lograrlo, el , % afirmaba que el PRI erael partido que «hacía más bien al pueblo» que cualquier otro (Cor-nelius : ). Quizás sintomático de semejante consenso fuerontambién las manifestaciones de que si por un lado abrieron bre-cha en el autoritarismo del sistema, por el otro quedaron circunscritasal movimiento estudiantil sin lograr movilizar a los otros sectoressociales.

En el ensayo de Mario Ezcurdía explicaba el apoyo popular alPRI por ser “el más mexicano” de los partidos políticos:

tarea no realizada por filósofos, sociólogos y psicólogos, es la definicióndel mexicano. [. . . ] Cuando esa labor se realice habrá de encontrarse unparalelismo claro entre el mexicano como ente individual y las costumbrese instituciones más persistentes y determinantes en la vida del país. Entreellas, indudablemente, estará el PRI que, para decirlo en términos del mate-rialismo dialéctico, constituye una superestructura de la sociedad mexicanaactual (Ezcurdía : ).

La paréntesis cardenista

¿Cuál fue entonces la ideología de la Revolución devenida régimen?En primer lugar, si consideramos el contexto mundial de aquel

entonces, hay que subrayar que desde sus orígenes el Partido Nacio-nal Revolucionario (PNR) no tuvo una vocación totalitaria al estiloeuropeo y no profesó aversión por la democracia ni por el estadoliberal. El artículo primero de la Declaración de Principios aceptabaen forma absoluta y sin reservas de ninguna naturaleza el sistemademocrático y la forma de gobierno establecida por la ConstituciónPolítica (PRI : ).

Si se excluye el paréntesis cardenista, y sobre todo a partir de losaños Cuarenta, veremos como la reivindicación de la tradición libe-ral se volvió el elemento medular de la ideología del partido. En elsexenio cardenista, cuando el partido se transformó en Partido dela Revolución Mexicana (PRM), hubo un alejamiento de las raíces

La ideología de la Revolución devenida régimen

liberales de la Revolución en favor de un proyecto marcadamentesocialista. Al principio se pensó en rebautizar el partido con el nombrede Partido Socialista Mexicano, propuesta abandonada que emperono significó abandonar la meta de llegada a un régimen socialista. Elartículo tercero de la nueva Declaración de Principios citaba: «Con-sidera como uno de sus objetivos fundamentales la preparación delpueblo para la implantación de una democracia de trabajadores y parallegar al régimen socialista». Así, el PRM nació bajo la huella de lalucha de clases que el Comité Central indicaba como motor de la his-toria: «La lucha de clase es reconocida por el Partido de la RevoluciónMexicana y por el consenso de la opinión obrera del País, como unarealidad insuperable, puesto que es un fenómeno inherente al sistemacapitalista de producción. Sólo cuando este régimen sea sustituido,puede esperarse la paz social» (PRI : ).

En el extinguido PNR la lucha de clase era poco más que un gesto,una vaga referencia en el marco de un indefinido “orden de ideas” conla finalidad del mejoramiento integral de las masas populares: «Antelas características de la vida moderna, cada vez más agitada, señalala necesidad nacional de acelerar ese mejoramiento, y en el ordende ideas que comprende la lucha de clases velará por la formación ycumplimiento de las leyes que constituye una garantía de los derechosdel proletariado».

Así la idea de revolución iba adquiriendo características diferentesdel movimiento de – donde la instauración de un régimensocialista no era contemplada.

En efecto, también la llamada revolución social no proponía supri-mir la propiedad privada ni mucho menos transformar los medios deproducción en propiedad social. Ni Villa ni Zapata se inspiraron enun proyecto anticapitalista y su lucha era solamente en contra de losabusos de los terratenientes. La misma reforma agraria, que preveíala restitución de las tierras a los despojados por mano de los porfiristasy la repartición de las que seguían siendo de propiedad nacional, noponía en tela de juicio el régimen de propiedad privada. El movimien-to campesino no tuvo una inspiración colectivista sino favorecía unaagricultura de tipo familiar en pequeña escala y reivindicaba “demo-

. Art. de la Declaración de Principios del PRM, HDP, vol. , p. .. Art. de la Declaración de Principios del PNR, HDP, vol. , p. .

Tiziana Bertaccini

cracia y pueblos” donde la palabra pueblo incluía el derecho a la tierrasegún un principio de derecho natural.

El análisis del debate interno en el PRM, con respecto al punto dela Declaración de Principios, muestra el nuevo rumbo que se quisodar en aquel entonces a la Revolución. Carlos Madrazo reconocía laausencia de una orientación claramente definida de la Revolución,defecto que se superaba atribuyéndosela en aquel mismo instantepermitiendo así a la Revolución superar el límite de un movimientopopular contra los explotadores del pueblo.

Durante aquella época, por primera vez, las raíces autóctonas de laRevolución mexicana fueron dejadas a un lado convirtiéndola «en unepisodio de la gran Revolución Universal» en contra del imperialismo.La Revolución perdía así toda huella de su original inspiración liberalpara convertirse en la lucha del proletariado dirigida a la destruccióndel sistema capitalista y de la democracia burguesa para la reconquistade la autonomía nacional: «La Revolución Mexicana responde a causasmexicanas, pero es un episodio de la gran Revolución Universal, noes sino el grito de la gleba azotada por el imperialismo».

Un análisis de los documentos internos del partido abre también lahipótesis, que queda por explorar, que se desconfiase de la supremacíae inviolabilidad de la misma Constitución, lo que significaba poner enduda uno de los principales resultados de la Revolución y también dela forma de Estado vigente. No sólo había desaparecido la fórmuladel PNR «acepta sin reservas la forma de gobierno establecida porla Constitución», sino en los debates internos y en los discursos decampaña del Presidente Cárdenas se condenaban los principios delliberalismo, se acusaba a la Constitución de exceso de individualismoy se desconfiaba de las garantías legislativas consideradas insuficientespor sí solas a llevar al pueblo el progreso. Se proponía una interpre-tación revolucionaria de las leyes para llegar a una transformación

. “Documentos básicos del PRM” (Ibid.).. Véase debate acerca del punto dos de la Declaración de Principios del PRM en

“Documentos básicos del PRM”, ivi, p. .. “Discurso del profesor Rafael Molina Betancourt en el debate contra la formación

del Frente Constitucional Democrático”, HDP, vol. , p. .. Véase “Actas Constitutivas”, HDP, ivi, p. .. Cárdenas afirmaba la necesidad de una plena interpretación revolucionaria de las

leyes, ver “Discurso del Gral. Lázaro Cárdenas al ser proclamado candidado del PNR a la

La ideología de la Revolución devenida régimen

jurídica que hubiera permitido pasar de una democracia liberal a unademocracia de los trabajadores. Se trataba del apoyo a una idea de“democracia funcional” que se sustentaba en una concepción orga-nicista y en un Estado dispuesto a intervenir con la fuerza para latransformación de la misma sociedad.

El legado de la tradición liberal

El sexenio siguiente, el gobierno del presidente Manuel Ávila Ca-macho (–), ha sido poco considerado en el estudio de latrayectoria revolucionaria del régimen. El verdadero parteaguas enla historia mexicana se suele identificar con la presidencia de MiguelAlemán (–), período considerado como del definitivo ocasodel sueño auténticamente revolucionario: a causa de la desapariciónde la generación de los veteranos, del fuerte impulso a la industriali-zación considerado opuesto al genuino agrarismo, del acercamientoa los Estados Unidos en el sistema bipolar criticado como traición alnacionalismo y de la institucionalización del partido juzgado ya sinninguna ideología específica.

En realidad, al comienzo del año , en un transformado con-texto internacional pero todavía lejano del bipolarismo postguerra, alinterior del partido se empezó la revisión de la ideología cardenistaen el marco de la política de unidad nacional propiciada por ÁvilaCamacho.

Para ajustar el camino que llevaba el país hacia el sendero socia-lista, el Presidente regresó a la exaltación de las raíces autóctonas delmovimiento en su momento inicial: las gestas de Madero al grito de“libertad y justicia”. Así que a partir de aquel entonces la “verdadera”Revolución se identificaba con la de Madero mientras la lucha de

presidencia de la República”, HDP, vol. , p. .. “Discusión y aprobación del Plan Sexenal en la primera asamblea del Partido de la

Revolución Mexicana”, HDP, vol. , p. .. Dentro de un concepto revolucionario, el Estado debe ser el firme sostén de la

seguridad y el orden; pero de un orden dinámico que no niegue la justicia ni estorbe eldesarrollo histórico. Para alcanzar este objetivo, el Estado debe intervenir aplicando sufuerza a transformar la estructura de la sociedad (Ibid.).

. “Discursos de campaña...”, HDP, vol. , p. .

Tiziana Bertaccini

clases se disolvía en favor del principio de conciliación para todos.Borrada la idea de la Revolución como parte de la revolución socia-lista, la justicia social quedaba como principio vital del partido perodentro del marco de las leyes que volvían a ser consideradas comodepositarias y garantes de los derechos del pueblo: «Es, pues, la horade vitalizar el espíritu de las leyes, de elevar las normas morales de lavida nacional, de imponer la ética de los grandes principios que alientanuestra Revolución».

Al interior del partido la Revolución se consideraba de izquierdasegún una peculiar definición que le asignaba una continuidad directacon los liberales decimonónicos.

A esa época se remonta la fusión de los dos mitos políticos cimentodel nacionalismo mexicano: el mito liberal y de la Revolución, uniónllevada a cabo con la transformación del PRM en PRI y convertida enfuturo sustento de la historia patria del régimen.

La candidatura del general Ávila Camacho fue presentada comoproducto de una tendencia constitucionalista por ser apoyada porun partido cuya bandera era la Constitución misma. El partidoidentificó el nexo de la continuidad histórica de la Revolución conlas constituciones del país, la de , las de y de , de formaque el proceso revolucionario acabó por coincidir con la evoluciónpolítico–constitucional del país.

Posteriormente, con la trasformación del partido en PRI y el cum-plimiento de la institucionalización de la Revolución, la Constituciónse volvió el núcleo duro de la ideología del partido. En efecto, si bienel partido institucional ha sido acusado de pragmatismo y de no tenerprincipios definidos, la doctrina del PRI se sustentó en dos aspectos:una esencia permanente formada por la Constitución de y unaparte flexible constituida por las cambiantes plataformas electorales.Quizás sobra recordar el valor que desde sus inicios el liberalismomexicano concedió a las constituciones y la fuerte influencia del libe-ralismo constitucional de Benjamín Constant.

La visión oficial de la historia patria declamada en los discursos

. Ivi, p. .. “Izquierdismo y democracia”, ivi, p. .. “Discurso de campaña...”, ivi, p. .. Ivi, p. .

La ideología de la Revolución devenida régimen

públicos del partido exaltaba el pasado liberal y retomaba la antiguadivisión entre liberales y conservadores actualizándola al presente, enuna visión maniquea de la lucha política, donde el PRI se proclamabaheredero del partido liberal y se le atribuía al PAN la continuidad conel partido conservador:

El partido liberal estuvo y está representado por quienes lucharon por laIndependencia, por los Insurgentes que derramaron su sangre, por quienesdifundieron las Instituciones Republicanas y Liberales, por el grupo quecayó con Lerdo de Tejada, por los miembros de la vieja guardia, por losjóvenes herederos de la tradición de la Reforma y por los hombres delactual gobierno que continúan luchando contra la infiltración de los viejosconservadores. De su herencia eran portadores Madero, Carranza, y losgrandes jefes y caudillos revolucionarios.

En esta visión Porfirio Díaz se consideraba un traidor de los libera-les que se había pasado del lado de los conservadores infiltrados en elpoder: «El incienso de los conservadores nubló los ojos del GeneralDíaz; apagó en el viejo Dictador el ímpetu radical y generoso de laReforma e hizo que el General Díaz abandonase al pueblo a mano delas clases explotadoras».

Revolución y Constitución acababan por coincidir: «Funcionalmen-te la Revolución Mexicana es la Constitución». En consecuencia elprograma del partido era la Constitución misma, “El libro del pueblo”,que debía ser honrada y magnificada.

La Revolución era considerada la última fase de un largo proceso, elcual comenzó con la Independencia, continuó con la Reforma y culminóen en una Revolución que en un primer momento había sido política,luego constitucional y por último constructiva. La etapa constructivaera la época actual cuando la Revolución, equiparada a la Constitución,tenía que producir sus frutos en beneficio de la colectividad.

. “La Revolución Mexicana”, Tribuna de la CNOP, de enero de , p. .. Ibid.. “El PRI reafirma su posición en contra del comunismo”, La República, n. , de

agosto de , p. .. “Discurso inaugural del Gral. Rodolfo Sánchez Taboada en la Asamblea Ordinaria

del PRI”, HDP, vol. , p. .. Véase discurso pronunciado por el ingeniero Félix F. Palavicini, en ocasión del

aniversario de la promulgación de la Constitución de , PRI (Ed.), La Constitución presente yactuante, México, .