Upload
others
View
2
Download
0
Embed Size (px)
Citation preview
Agraciada con una belleza exquisita e hija de uno de los barones másinfluyentesdeInglaterra,GabrielleSt.BielestambiénunperfectoobjetodeintercambioparaelreyJuan,quenecesitaquelapazlleguealasHighlands.Con ese objetivo, ha dispuesto el casamiento de Gabrielle con unterrateniente.
Pero este matrimonio nunca llegará a celebrarse, debido a un episodioviolento.Gabrielle,deunflechazoquepartedesuarco,acabaconunavida,salvaotraydesencadenaunaguerra.
ColmMacHugh, el hombre más temido de Escocia, encontrará una nuevacausaparaponerdemanifiestosucoraje.Antesupresencia,nielcuerponielcorazóndeGabrielleestaránasalvo…
Página2
JulieGarwood
LamúsicadelassombrasMaitland-3
ePubr1.0Titivillus17.11.2020
Página3
Títulooriginal:ShadowMusicJulieGarwood,2007Traducción:LauraParedesLascorzEditordigital:TitivillusePubbaser2.1
Página4
Índicedecontenido
Cubierta
Lamúsicadelassombras
Prólogo
Capítulo1
Capítulo2
Capítulo3
Capítulo4
Capítulo5
Capítulo6
Capítulo7
Capítulo8
Capítulo9
Capítulo10
Capítulo11
Capítulo12
Capítulo13
Capítulo14
Capítulo15
Capítulo16
Capítulo17
Página5
Capítulo18
Capítulo19
Capítulo20
Capítulo21
Capítulo22
Capítulo23
Capítulo24
Capítulo25
Capítulo26
Capítulo27
Capítulo28
Capítulo29
Capítulo30
Capítulo31
Capítulo32
Capítulo33
Capítulo34
Capítulo35
Capítulo36
Capítulo37
Capítulo38
Capítulo39
Capítulo40
Página6
Capítulo41
Capítulo42
Capítulo43
Capítulo44
Capítulo45
Capítulo46
Capítulo47
Capítulo48
Capítulo49
Capítulo50
Capítulo51
Capítulo52
Capítulo53
Sobrelaautora
Notas
Página7
ParaKendraElyseGarwoodporlaalegríayelamorquehasaportadoanuestrafamilia.Eresuntesoro.
Página8
Huye el malvado sin que nadie lo persiga, pero el justo estáconfiadocomounleón.
Proverbios28:1
Página9
Prólogo
Érase una vez un año en el que desde el mar entraron asolandointempestivamente, violentas tormentas y desde una tierra lejana llegó anuestrasmontañas y a nuestras costas la primera horda de guerreros.Hastadonde alcanzaba la vista, se los veíamarchar en pares, con armas de acerosujetas sobre el pecho y bruñida armadura reluciente como fragmentos decristalalaluzdelsoldemediodía.Nopidieronpermisonilesimportóentrarsin él. No, estaban en una misión y nada se interpondría en su camino.Cruzandonuestrahermosatierra,tomaronnuestroscaballosynuestracomida,pisotearonnuestrascosechas,usaronanuestrasmujeresymataronamuchosdenuestrosbuenoshombres.Sembraronladestrucciónasupaso…todoenelnombredeDios.
Se llamaban a sí mismos los Cruzados. Creían fervientemente que sumisiónerasagradaybuenaporqueasílohabíadichoelPapa,quelosbendijoylesordenóqueviajaranalotroladodelmundo.DebíanvenceralosinfielesyforzarlosaabrazarasuDiosyasureligión.Silospaganosseresistían,lossoldadosdebíanmatarlosconsusespadassagradasybenditas.
ElpasoatravésdenuestrasmontañaseralaúnicarutaquellevaríaalosCruzados a avanzar en su misión, así que lo atravesaron marchando enlegiones, y una vez que llegaron a la bahía al otro lado de las montañas,robaronnuestrosbarcosynavegaronatravésdelmarhaciasudestino.
Eneseentoncesnuestropequeñopaísse llamabaMonchanceux.Éramosgobernados por nuestro tío el benévolo rey Grenier. Era un hombre queamaba a su patria y deseaba protegerla. No éramos un país rico, peroestábamos contentos.Teníamos lo suficiente.Cuando la horda invasoranossaqueó, nuestro rey se enfureció, pero no permitió que la furia guiara sumano. Como era un soberano inteligente, el rey Grenier encontró unasolución.
Al siguiente grupo de invasores le cobraría un peaje para cruzar pornuestrasmontañas.Dadoque el paso eramuyangosto, podía ser defendidoconfacilidad.Nuestrossoldadosestabanacostumbradosalfrío,alanieveya
Página10
loscruelesvientosnocturnos.Podríanprotegerlacordilleradurantemeses,yelinviernoseaproximabarápidamente.
El líder de esos virtuosos invasores se sintió ultrajado ante la idea depagarpor algo.Él y sushombres estaban enunamisión sagrada.AmenazóconmataracadaalmaquehabitaraenMonchanceux, incluyendomujeresyniños, si se les negaba el paso a él y sus hombres. ¿El rey Grenier y sussúbditos estaban en buenos términos con la iglesia, o eran paganosinterponiéndose en el camino del Señor? La respuesta determinaría susdestinos.
Fue en ese mismo momento que nuestro buen y sabio rey abrazó lareligión.Ledijoallíderdelejércitoqueélytodossussúbditoseranigualdecreyentes,yloprobaríamásalládetodaduda.
ConvocóalagentedeMonchanceuxysedirigióaellosdesdeelbalcóndelpalacio.EllíderdelEjércitoCruzadoestabadepiedetrásdeél.
—DehoyenadelantenuestropaíssellamaráSt.Bielenhonordelsantopatróndemifamilia.Eselprotectordelosinocentes—anuncióelreyGrenier—.ErigiremosestatuasdesanBielypintaremossuimagenenlaspuertasdenuestracatedralparaquecualquieraque llegueanuestrascostas sepade subondad,yleenviaremosuntributoalPapaparamostrarnuestrasinceridadynuestrahumildad.Elpeajequerecaudesedestinaráapagaresetributo.
Ellíderdelatropaviajeraseencontróenunapuro.Sirehusabapagarelpeaje—enoro,porsupuesto,yaqueelreynoaceptaríaotracosa—entonces,¿estaría negándose a permitir que el rey le rindiera tributo alPapa?Y si elPapaseenterabadequeelCruzadosehabíanegado,¿quéharíaelpontífice?¿Loexcomulgaría?¿Loejecutaría?
Despuésdeunalarganochedemeditarydeenfurecerseydespotricarengranmedida, el lídermilitar decidió pagar el peaje. Fue un acontecimientocrucialporquesentóunprecedente,ydeallíenadelante,cadaCruzadoquedeseabapasaratravésdenuestrastierraspagóelpeajesinponerobjeciones.
Nuestroreyfuefielasupalabra.Hizoquederritieraneloroyloconvirtióenmonedas,yencadaunadeellasestabalaimagendesanBiel,conunhaloenlacabeza.
La tesorería real tuvo que ser ampliada para dar cabida a todas lasmonedasdeoro,yunbarcofuepreparadoparaelviajequellevaríalaofrendaalSantoPadre.Undíaunas cajas enormesypesadas fueroncargadas en labodegadel barco y unamultitud de ciudadanos se reunió en el puerto paraobservar su partida hacia Roma. Poco después de ese histórico día,comenzaron a extenderse algunos rumores. Nadie podía verificar que en
Página11
verdadhubieravistoelorooestimarcuántofueenviado.Variosembajadoresdenunciaron que al Papa solo le había llegado una cantidadmiserable. Lashabladuríasdelavastafortunadenuestroreycrecieronyluegoretrocedieroncomolamareaquelamíanuestrascostas.
Finalmente se descubrió una ruta más rápida hacia Tierra Santa, y losCruzadosyanoviajaronatravésdenuestropaís.Dimosgraciasporeseretiro.
Sinembargononosdejaronenpaz.Cadapocosañosalguienllegabaenbusca del ahora legendario oro.Vinoun barónde Inglaterra, ya que su reyhabíaoídoelrumor,perodespuésdequenuestroregentelepermitierahaceruna búsqueda minuciosa en el castillo y sus tierras, el barón le dijo queregresaríaaInglaterraconestasnoticias:nohabíatesoroqueencontrar.Comoel rey Grenier había sido tan hospitalario, el barón le advirtió de que elPríncipeJohndeInglaterraestabaconsiderandoinvadirSt.Biel.John,explicóel barón, quería gobernar el mundo y estaba esperando impacientementeobtenerlacoronadeInglaterra.ElbarónnoteníadudadequeSt.BielprontoseconvertiríaenotroseñoríodeInglaterra.
La invasión llegó un año más tarde. Una vez que St. Biel pertenecióoficialmenteaInglaterra,recomenzólabúsquedadelorooculto.Lostestigosjuraronquenosedejóunarocasinremover.
Sialgunavezhabíahabidountesoro,sehabíadesvanecido.
Página12
Capítulo1
Wellingshire,Inglaterra
LaprincesaGabrielleteníaapenasseisañosdeedadcuandofueconvocadaallechodemuertedesumadre.Escoltándolaibasulealguardia,dossoldadosubicadosacada ladodeella,mientrasprocedíansolemnementeporel largocorredor, andaban despacio para que pudiera seguirles el paso. El únicosonidoeraeldesusbotasresonandocontraelfríosuelodepiedra.
Gabriellehabíasidollamadaallechodemuertedesumadretantasvecesquehabíaperdidolacuenta.
Mientrascaminaba,permanecíaconlacabezabaja,mirandointensamentela piedra brillante que había encontrado. A sumadre iba a encantarle. Eranegra con una pequeña línea blanca zigzagueante que la rodeabacompletamente. Un lado era tan suave como lamano de sumadre cuandoacariciabalamejilladeGabrielle.Elotro ladode lapiedraeraásperocomolaspatillasdesupapá.
CadadíaalatardecerGabrielleletraíaasumadreuntesorodiferente.Dosdíasatráshabíacapturadounamariposa.Teníaunasalashermosas,doradasconpuntoscolorpúrpura.Lamadrehabíadeclaradoqueeralamariposamáshermosaquehubieravistojamás.CuandoGabriellecaminóhacialaventanayladejosalirvolandolaalabóporsertangentilconunacriaturadeDios.
El día anterior Gabrielle había recogido flores de la colina que estabafueradelosmurosdelcastillo.Elaromadelbrezoylamiellahabíarodeado,ypensóqueeldeliciosoaromaeraaúnmásagradablequelosperfumesylosaceites especiales de sumadre.Gabrielle había atado una cintamuy bonitaalrededorde los tallosy tratódehacerun lindo lazo,peronosabíacómoehizounlío.Lacintasehabíadeshechoantesdequeleentregaraelramoasumadre.
Lasrocaseranlostesorosfavoritosdesumadre.Enunamesacercadelacama, tenía una canasta llena queGabrielle había recogido para ella y estapiedralegustaríamásqueninguna.
Página13
Gabriellenoestabapreocupadaporlavisitadeesedía.Sumadrelehabíaprometidoquenoseiríaalcielotanpronto,ynuncarompíaunapromesa.
Elsolproyectabasombrasalolargodelasparedesdepiedraydelsuelo.SiGabriellenohubieraestadoocupadallevandolapiedra,lehubieragustadoperseguir las sombrasy tratardecapturaruna.El largocorredoreraunodesuslugaresdejuegofavoritos.Legustabasaltarenunpiedeunapiedraalaotrayvercuán lejospodía irsincaerse.Aúnnohabía llegadoa lasegundaventanaabovedada,yquedabancincoventanasmás.
Avecescerrabalosojos,abríalosbrazosampliamenteygirabaygirabahastaqueperdíaelequilibrioysederrumbabasobreelsuelo,tanmareadaquelasparedesparecíanvolaralrededordesucabeza.
Más que nada, amaba correr por el corredor, especialmente cuando supadreestabaencasa.Eraunhombremuygrandeymagnífico,másaltoquecualquieradelospilaresdelaiglesia.Supapálallamabayesperabaaqueloalcanzara.Luegolatomabaensusbrazosylalanzabaaltosobresucabeza.Siestaban en el patio, levantaba lasmanos al cielo, segura de que casi podíatocar una nube. Su padre siempre pretendía no poder agarrarla para quepensara que iba a dejarla caer. Sabía que nunca lo haría, pero gritaba condeleite ante la posibilidad.Le envolvía los brazos alrededor del cuello y loapretabamientras él caminaba con grandes pasos hacia la habitación de sumadre. Cuando estaba especialmente contento solía cantar. Tenía una vozterrible y a veces Gabrielle contenía la risa y se cubría los oídos de tanespantosaqueera,peronuncasereíaabiertamente.Noqueríaherirsustiernossentimientos.
Esedía supadrenoestabaencasa.HabíapartidodeWellingshire,paradirigirsealnortedeInglaterra,avisitarasutíoMorganynovolveríaacasaenvariosdías.Gabriellenoestabapreocupada.Sumadrenomoriríasinélasulado.
Stephen, el jefe de los guardias, abrió la puerta de la recámara de sumadreylediounleveempujoncitoentrelosomóplatosaGabrielleparaqueentrara.
—Adelante,princesa—laurgió.Ellasevolvióconunceñodedisgusto.—Papá dice que debes llamar a mi madre princesa Genevieve, y se
suponequeamídebesllamarmeladyGabrielle.—AquíenInglaterrasoisladyGabrielle—sepalmeóelescudoblasonado
queteníaenlatúnica—,peroenSt.Bielsoisunaprincesa.Ahoraid,vuestramadreosespera.
Página14
Al ver a Gabrielle, su madre la llamó. Tenía la voz débil, y se veíaterriblemente pálida. Desde que Gabrielle tenía memoria, su madre habíapermanecidoencama.LehabíaexplicadoaGabrielle,quesuspiernashabíanolvidado como caminar, pero tenía esperanzas y rezaba para que un díarecordarancomohacerlo.LehabíaprometidoaGabriellequesiesemilagroocurría,separaríadescalzaenelfríoarroyopararecogerpiedrasconsuhija.
Ytambiénbailaríaconsupadre.Larecámaraestabaatestadadegente.Ledejaronunpasajeangostopara
quepasara.Elcura,elPadreGartner,estabacercadelaalcobaentonandounaplegaria en un bajomurmullo, y elmédico real, que siempre tenía el ceñofruncido y a quien le gustaba sangrar a sumadre con sus bichos negros ybabosos, tambiénestabapresente.Gabriellesesentíaagradecidadequehoynohubierapuestoningúnbichoenlosbrazosdesumadre.
Lasdoncellas,elmayordomo,yelamadellavesrevoloteabancercadelacama.Sumadredejóelbordadoylaaguja,ahuyentóaloscriados,ylehizoseñasaGabrielle.
—Venysiéntateconmigo—leordenó.Gabriellecruzólahabitacióncorriendo,trepóalaplataformaytendióla
rocahaciasumadre.—Oh, es hermosa—susurrómientras tomaba la piedra y la examinaba
cuidadosamente—.Estaeslamejorhastaahora—añadióasintiendo.—Madre, dices eso cada vez que te traigo una piedra. Siempre es la
mejor.La madre dio unas palmadas en un lugar cercano a ella. Gabrielle se
acercórápidamenteydijo:—Nopuedesmorirtehoy.¿Recuerdas?Loprometiste.—Lorecuerdo.—Papá estaría terriblemente enfadado también, así quemejor queno lo
hagas.—Acércate, Gabrielle —le dijo la madre—. Tengo la necesidad de
susurrar.La chispa en sus ojos le indicó a Gabrielle que nuevamente estaba
jugandoasujuego.—¿Unsecreto?¿Medirásunsecreto?Lamultitudseacercó.Todosestabanansiososporescuchar loqueibaa
decir.Gabriellemiróalrededordelahabitación.—Madre,¿porquéestátodaestagenteaquí?¿Porqué?
Página15
Lamadrelabesóenlamejilla.—Piensanquesédondeseescondeungran tesoroy tienenlaesperanza
dequetedirédondeestá.Gabrielleserio.Legustabaestejuego.—¿Melodirás?—Hoyno—lerespondió.—Hoyno—repitióGabrielleparaqueloscuriososespectadorespudieran
oírla.La madre luchó por incorporarse. El ama de llaves se adelantó con
premuraparaponerlealmohadasdetrásdelaespalda.Unmomentodespuéselmédicoanuncióquesucolorestabamejorando.
—Me estoy sintiendomuchomejor—dijo—.Váyanse ahora—ordenó,con la voz haciéndosemás firme con cada palabra—.Megustaría tener unmomentoasolasconmihija.
Parecióqueelmédicoteníalaintencióndeprotestar,perosemantuvoensilencio,yacompañóalgrupoalasalida.Leshizoseñasadosdoncellasparaque sequedaran.Lasmujeres esperaroncercade lapuertapara cumplir losdeseosdesuseñora.
—¿Te sientes mejor hoy como para poder contarme una historia? —preguntóGabrielle.
—Loestoy—respondió—.¿Quéhistoriategustaríaescuchar?—Lahistoriadelaprincesa—respondióansiosa.Asumadrenolesorprendió.Gabriellesiemprepedíalamismahistoria.—Había una vez una princesa que vivía en una tierra lejana llamada
St. Biel—comenzó lamadre—. Su hogar era unmagnífico palacio blancoqueestabaenloaltodelacumbredeunamontaña.Sutíoeraelrey.Eramuycariñosoconlaprincesa,yellaeramuyfeliz.
Cuandolamadrehizounapausa,Gabriellesoltóimpaciente:—Túereslaprincesa.—Gabrielle,sabesquelosoyyqueestahistoriaesacercadetupadreyde
mí.—Losé,peromegustaoírtelodecir.Sumadrecontinuó.—Cuandolaprincesatuvolaedadadecuada,sehizountratoconelbarón
GeoffreydeWellingshire.LaprincesasecasaríaconelbarónyviviríaconélenInglaterra.
Como sabíaque a suhija le encantabaoír acercade la ceremoniade laboda, los trajes y la música, la narró con gran detalle. La pequeña niña
Página16
aplaudió con deleite cuando escuchó la parte acerca de la fiesta y delbanquete,especialmenteladescripcióndelastartasdefrutaylospastelesdemiel.Alfinaldelahistoria, lanarrativadesumadresehabíavueltolentaytrabajosa.El agotamiento se estaba apoderandode ella.Laniñapequeña sediocuentay,comoerasuritual,lehizoprometeralamadrequenomoriríaesedía.
—Loprometo.Ahoraestuturnodecontarmelahistoriaqueteenseñé.—¿Cada palabra justo como me la enseñaste, madre? ¿E igual que te
enseñótumadre?Sonrió.—Cadapalabra.Ylasrecordarásyundíaselasenseñarásatushijaspara
queconozcanasufamiliayaSt.Biel.Gabrielleadoptóunaposturasolemneycerrólosojosparaconcentrarse.
Sabíaquenodebíaolvidarniunapalabradelahistoria.Estaerasuherencia,ysumadre lehabíaaseguradoqueundíaentendería loqueesosignificaba.Dobló las manos sobre el regazo y luego abrió los ojos nuevamente.Enfocándoseenlasonrisaalentadoradesumadre,comenzó.
—Érase una vez un año en el que desde el mar entraron asolandointempestivamenteviolentastormentas…
Página17
Capítulo2
TodoelqueeraalguienenInglaterrasabíaacercadelaenemistadfamiliar.ElbarónCoswolddeAxholmunodelosconsejerosmáscercanosdelreyJohn,yelbarónPercydeWerke,tambiénllamadoamigoyconfidenteporelrey,sehabíanpasado losúltimosdiezaños intentandodestruirseelunoalotro.Lacompetenciaentre losdoshombreseraferoz.Cadaunoqueríamásriquezasqueelotro,máspoder,másprestigio,yciertamentemásfavoritismodelrey.Peleabanencarnizadamente,portodo,ymásquenadacodiciabanunbotín:laprincesa Gabrielle. Ante la mera mención de su nombre se ponían tanviolentoscomoperros rabiosos.Ambosbaronesestabandecididosacasarseconlapreciadabelleza.
Al rey le divertían sus ataques de celos. A cada oportunidad que se lepresentaba, enfrentabaaunoconelotro.Ensumente, erancomomascotasqueharíancualquiertrucoqueélrequirierasoloparacomplacerlo.Conocíalaobsesiónque teníanconGabrielle, lahijadelbarónGeoffrey,perono teníaintencióndedárselaaningunodelosdos.Erademasiadovaliosa.Encambioprefería, cuando convenía a sus necesidades, esgrimir la posibilidad de quecadahombrepodíaaúntenerlaoportunidaddeganarsumanoenmatrimonio.
TodoelqueeraalguienenInglaterrasabíaquieneraGabrielle.Subellezaeralegendaria.HabíacrecidoenWellingshirenolejosdelpalaciodelrey.Suvida allí había sido tranquila y relativamente recluida hasta que alcanzó laedadyfuepresentadaenlacorte.Consuprotectorpadre,elbarónGeoffreydeWellingshire,asuladohabíasoportadounaaudienciaconelreyJohnquenodurómásdediezminutoscomomucho,peroqueaúnasífuetodoloquesenecesitóparaqueelreyquedaracompletamenteencantado.
John tenía la costumbre de tomar lo que quería cuando lo quería. Sureputacióndelibertinajeerabienconocida.Noerainusualquesedujeraalasdeseosas—yalasnotandeseosas—esposasehijasdesusbarones,yluego,a lamañana siguiente, se jactarade sus conquistas.Sin embargo,no tocóaGabrielle,yaquesupadreeraunodelosmáspoderososeinfluyentesbaronesdeInglaterra.
Página18
Johnteníasuficientesconflictosentremanos.Nonecesitabaotro.Estabasiendo atacado desde todas las direcciones, y pensaba que ninguno de losconflictos era culpa suya. Sus problemas con el Papa Inocencio IIIrecientementesehabíanincrementadodiezvecesmás.Debidoalanegaciónde John a aceptar la propuesta del Papa para que Stephen Langton fueraarzobispodeCanterbury,elPapadeclaróuninterdictosobreInglaterra.Todoslosserviciosdelaiglesiasevieronsuspendidosaexcepcióndelosbautismosylasconfesiones,ydadoquelosobisposylossacerdoteshabíanhuidodesusiglesias para evitar la furia de John, encontrar a uno que practicara uno deesosdossacramentoseracasiimposible.
ElinterdictoenfurecióalreyJohn,quienrespondióconfiscandotodaslaspropiedadesdelaIglesia.
La reacción del Papa fue severa. Excomulgó a John, socavando de esaformasucapacidadpararegirelpaís.LaexcomuniónnosolocondenabalayanegraalmadeJohnaloseternosfuegosdelinfierno,sinoquetambiéneximíaasussúbditosdelosvotosdeobediencia.Enefecto,losbaronesyanoteníanporqueserleleales.
Atravésdefuentesconfiables,JohnseenteróqueelreydeFranciateníalosojospuestoseneltronoinglésyestabasiendoincitadoporalgunosdelosbarones traidores a preparar una invasión. Aunque John estaba seguro decontar con hombres y recursos para enfrentarse a esa amenaza, seguíaconstituyendounaempresacostosayquerequeriríasutotalatención.
También había pequeños problemas que lo importunaban. Loslevantamientos en Gales y en Escocia estaban volviéndose cada vez másorganizados. El rey William de Escocia no era un problema. Ya le habíaprometidofidelidadaJohn.Nay,eranloshighlanderslosquequeríansangre.Aunque El rey William pensaba que los tenía bajo control, los jefes enrealidad no se comprometían a responder ante nadie salvo su propio clan.Cuantomás al norte se viajara,más violentos y despiadados se volvían losclanes.Habíatantasdisputasfamiliaresqueeraimposibleseguirleslapistaatodasellas.
Había solo un laird en lasHighlands del norte que no era una amenazapara los otros y quien actualmente se había ganado un poco de respeto: ellaird Alan Monroe. Era un hombre mayor, de hablar pausado, con unadisposiciónsencilla,cualidadesqueerantotalmentedesconocidasenlosjefesde lasHighlands.Estaba conforme con su vida y no tenía ningúndeseo deincrementar sus posesiones.Tal vez era por eso quede cierta forma era unpocoapreciado.
Página19
En un sorprendente intento de aplacar a algunos de sus barones másinfluyentes,yatendiendouna sugerenciadel reyWilliamdeEscocia, el reyJohnordenóunmatrimonioentre ladyGabrielleyel lairdMonroe.Aunqueno tenía necesidad de hacerlo, endulzó la dote con una gran extensión detierras en las Highlands llamadas Finney’s Flat, que había adquirido añosatrás.ElhogardellairdMonroeestabaenelextremosurestedeesacodiciadapropiedad.
DeestaformalaspreocupacionesdeJohnacercadelaposiblereunióndeunejércitodelaHighlandsconmuchosdeloslairdsdelafronteradeseandounírseles,con la intencióndeatacara Inglaterra,podríaserolvidadaporuntiempo y el rey William ya no tendría que preocuparse por una posibleinsurrección.Yadeporsíinquietosysimpatizantesdesusvecinosdelnorte,siempreexistíaeltemordequealgunodelosdelasLowlandsseunieraalarebelión.
Cuando la propuesta de casarse con Gabrielle fue puesta a laconsideracióndel lairdMonroe,accedióvehementemente.Tambiénpensabaqueconeledicto realdeJohn terminaría la luchaquehabíaentre los lairdsporelcontroldeFinney’sFlat,yquehabríapazenlaregión.
Solo dos personas se opondrían al matrimonio, Percy y Coswold, peroJohnignoraríalospatéticosruegosyprotestasdelosdosbarones.
El padre de Gabrielle, el barón Geoffrey, también estaba a favor delmatrimonio.Pormuchoquelehubieragustadoquesuhijasecasaraconuncorrecto barón inglés y viviera en Inglaterra, donde podría verlaocasionalmenteytambiénasusfuturosnietos,sabíaqueGabriellenoestaríaasalvomientrasJohnfuerarey.ElbarónGeoffreyhabíavistolalujuriaenlosojosdelreycuandomirabaaGabrielle.Actuabadeunaformamuyparecidaaunaaraña,esperandopacientementeparaatraparydevorarasupresa.YporloqueGeoffreyhabíaoídodebocadelosBuchanan,queeranunosparienteslejanosquevivíanenEscocia,elprometidodeGabrielleeraunbuenhombreque la trataría con gentileza. Realmente era un gran elogio para el lairdMonroe,yaquealosBuchananprácticamentenolesgustabanadiefueradesupropioclan.ElbarónGeoffreyyellairdBuchananestabanemparentadosatravés de un matrimonio, pero el laird apenas si podía tolerar al padre deGabrielle;aunqueerabastanteirónico,ellairdBuchanan,queodiabatodoloinglés,estabacasadoconunadamainglesa.
ConlabendicióndelreyJohnylaaprobacióndelbarónGeoffrey,labodafueprogramada.LaúnicapersonaquenohabíatenidoopiniónenelasuntoylaúltimaenenterarsedelapróximaceremoniafuelaprincesaGabrielle.
Página20
Capítulo3
El barón Coswold se convirtió en un creyente el día anterior al que teníaprogramadoparasupartidadeSt.Biel.
ElreyJohnlehabíamandadoarealizarunestúpidoencargo,yCoswoldestaba decidido a terminar la tarea lo más pronto posible, ya que el reyfinalmente lehabíaprometidoque,a su regresoa Inglaterra,Gabrielle seríasuya.YaunqueelpadredeGabrielledespreciabaaCoswold,elreylehabíaaseguradoquenotendríaproblemasenforzaralbarónGeoffreyaaceptarelmatrimonio.
Coswoldtambiénsabíaqueelreyhabíaenviadoasurival,elbarónPercy,en una misión para reunirse con el rey William de Escocia en las tierrassalvajes del norte. Sus ocupaciones tardarían algún tiempo, y CoswoldesperabaestarderegresoenInglaterraparacasarserápidamenteconGabrielleantesdequePercyseenteraradeello.
Las órdenes de Coswold eran específicas. Debía comprobar y verificarque el administrador que el rey John había puesto a cargo en St. Biel, unpequeñohombrequejumbrosollamadoEmerly,noestuvierarobándole.
John había invadido el país varios años antes, y la feroz batalla por laposesióndelmismocasilohabíadestruido.EncuantoSt.Bielestuvobajosucontrol, se dedicó a saquear el palacio y las iglesias. John deseaba saber sihabía quedado algodevalor.El reyno confiaba ennadie, ni siquiera en elhombrequehabíaescogidopersonalmenteparasupervisarelpaísqueahorapertenecíaalaCorona.
Elreytodavíaestabaintrigadoporlosrumoresdeloroescondido,aunquecuando lo presionaban admitía que pensaba que todo era una tontería; sinembargo, en el remoto caso de que hubiera un atisbo de verdad en ellos,quería que Coswold lo investigara. John no confiaba en los informes deEmerly.
CuandoEmerly llegó por primera vez al puerto de St.Biel, interrogó acada hombre y mujer mayor de veinte años que pudiera haber oído algoacercadeltesoroescondido.Todosycadaunodeellosadmitieronhaberoído
Página21
los rumores, y todos ellos pensaban que el tesoro probablemente hubieraexistido.AlgunospensabanqueelorohabíasidoenviadoalPapa,otrosqueelrey John lo había robado. Nada era concluyente, y después de realizar supropiainvestigación,lasconclusionesdeCoswoldnoerandiferentes.
A última hora de la tarde y bajo un aire decididamente frío, Coswoldpaseaba por los terrenos del palacio de St. Biel para estirar las piernas. Elsendero atravesabauna suavependiente para terminar en el puerto, y podíaver a los hombres cargando sus posesiones en el barco que lo llevaría deregreso a Inglaterra. Antes de que cayera la noche estaría en su camaroteesperandolamarea.
Coswold se envolvió la pesada capa más firmemente alrededor de loshombrosy tiróde la capuchapara taparse losoídos.Nopodía esperar parairsedeesedesoladolugar.
Estaba pasando frente a una de las cabañas con techo de paja cuandodivisóaunancianollevandoramasenlosbrazos,sindudaparaelfuegodeesanoche.
ElextrañonotóqueCoswoldestabatemblandoyledijo:—Sololoshombressinsangrepensaríanqueesteapacibleclimaesfrío.—Es usted un impertinente —dijo bruscamente Coswold—. ¿No sabe
quiénsoyyo?—EvidentementeelhombrenosabíaqueCoswoldostentabaelpoderdelreyJohn,yqueconunasolapalabrapodíaterminarconsuvida—.Hastaeladministrador,Emerly,haríabienentemerme—alardeóCoswold.
Elancianonoparecióimpresionado.—Esoesverdad,noloconozco—admitió—,peroestuveenlacimadela
montañacuidandodelosenfermos.Acaboderegresar.—¿Esusteddoctor?—Nay,soysacerdote.Soyelquecuidalasalmasaquí,ysoyunodelos
pocossacerdotesquequedanenSt.Biel.MinombreespadreAlphonse.Elbaróninclinólacabezayestudióelrostrodelsacerdote.Supielhabía
sido curtida por la edady el clima, pero sus ojos brillaban como los de unhombrejoven.
Coswoldseacercóparaenfrentaralhombre,bloqueándoleelcamino.—Comosacerdotenopuedementir,¿verdad?Sielclérigopensóqueesapreguntaerapeculiar,nolodemostró.—No,ciertamentenopuedohacerlo.Mentiresunpecado.Coswoldasintió,complacidoconlarespuesta.—Deje esas ramas y camine conmigo. Tengo algunas preguntas que
hacerle.
Página22
El sacerdote no discutió. Dejando las ramas cerca de la puerta de lacabañamáscercana,entrelazólasmanosdetrásdelaespalda,ysepusoalapardelbarón.
—¿CuántotiempohaestadoasignadoaSt.Biel?—preguntóCoswold.—Oh, Dios mío, ya ha pasado tanto tiempo que no puedo recordar la
cantidadexactadeaños.Estoymuycontento.St.Bielsehaconvertidoenmihogarylamentaríatenerqueirme.
—Entonces¿estuvoaquíduranteelalboroto?—¿EsasícomollamaalossoldadosInglesesdesgarrandoanuestropaís,
matando anuestro amado reyGrenier II, y destruyendo lamonarquía? ¿Un«alboroto»?—seburló.
—Cuide sus palabras y sus modales en mi presencia, sacerdote, yrespondalapregunta.
—Sí,estabaaquí.—¿ConocióalreyGrenierantesdequemuriera?ElpadreAlphonseevidenciósuenfado.—¿No querrá decir antes de que lomataran?—Antes de que Coswold
pudieraresponderle,ledijo—:Sí,loconocí.—¿Algunavezhablóconél?—Porsupuesto.—¿ConocióalaprincesaGenevieve?Laexpresióndelsacerdotesesuavizó.—Sí,laconocí.Eralasobrinadelrey…lahijadesuhermanomenor.El
pueblo deSt.Biel la amabamucho.No les gustó que el barón inglés se lallevara.
—ElbarónGeoffreydeWellingshire.—Sí.—Labodafueaquí,¿noesasí?—Eso es correcto, lo fue, y todas los habitantes de St. Biel fueron
invitados.—¿SabíaquelaprincesaGenevievetuvounahija?—Todo el mundo aquí lo sabe. No estamos tan aislados. Las noticias
lleganhastaaquíigualderápidoqueaotraspartes.SunombreesGabrielle,yesdenuestrarealeza.
—ElreyJohnesvuestrarealeza—lerecordóCoswold.—¿Porquémeestáhaciendotantaspreguntas?—No tiene importancia.Habiendovivido aquí durante todo este tiempo
debehaberoídolosrumoresacercadeloroescondido.
Página23
—Ah,asíquedeesosetrata—murmuróelsacerdote.—Respondalapregunta.—Sí,heoídolosrumores.—¿Hayalgodeciertoenellos?Elhombresantoconsiderólarespuestacuidadosamente.—Puedodecirlequeunavezhubounagransumadeoroenlasarcasdel
rey.—Esoyalosé.Suspaisanosmehancontadoacercadelonerosopeajeque
sureycobrabaaaquellosqueviajabanatravésdelasmontañas,ytambiénmecontaronacercadelhomenajeasanBielylaofrendaalPapa.
—Ah,sanBiel—elancianoasintió—.Nuestrosantopatrónyprotector.Tenemosungranamorporél.
—Eso es evidente —respondió Coswold mofándose. Señaló a sualrededor, haciendoun ampliogesto con lamano—.Mire este lugar—dijohaciendo unamueca de disgusto—. Su santo está en todas partes. Uno nopuede dar un paso en esta miserable tierra sin que lo persigan esos ojosentrometidosyesaexpresióncompuesta.SielPapaseenteraraqueestepaísadoraaunsanto,losexcomulgaríaatodos.
ElpadreAlphonsesacudiólentamentelacabeza.—No adoramos a ningún santo. Le rezamos aDios; honramos al Papa,
perocreemostenerunagrandeudaconsanBiel.EsnuestroSantopatrón.Haveladopornosotrosatravésdemuchasadversidades.
—Muybienentonces—murmuró—.Enhonordesusantopatrón,¿seleenvióeloroalPapa?
Elsacerdotenorespondió.—Dígame—leordenó—,¿algunavezvioeloro?—A través de los años he visto varias monedas de oro. La princesa
Genevieveteníauna.Estabasiendodeliberadamenteimpreciso,peroCoswoldlopresionó.—¿Vioeloroenlasarcas?—Solounavez—dijoelpadreAlphonse.—¿EsofueantesodespuésdeladonaciónalPapa?Elsacerdotehizounapausadevariossegundos.—Hanpasadotantosaños.Mimentenoestanclaracomounavezlofue.LarespuestaevasivapicólacuriosidaddeCoswold.—Sumenteestálosuficientementeclara,anciano.Leordenoennombre
deJohn,surey,quemelodiga.¿Cuándovioeloro?
Página24
El padre Alphonse no respondió con la suficiente rapidez. Coswold loagarróporelcuellodelavestidurayloacercódeuntirón.
—Si no me lo dice—reprendió—, le juro que no verá otro día en suamado país, y haré que destruyan y tiren al mar todas las imágenes de subenditosanto.
El padre Alphonse boqueó buscando aire. La mirada en los ojos deCoswoldledijoquecumpliríasuamenaza.
—VilasmonedasdeoroenlasarcasdespuésdequesehubieraenviadounadonaciónalPapa.
—Escucharélosdetalles—dijo.Elsacerdotesuspiró.—Solohabía estado aquí un corto períodode tiempo cuando seme fue
otorgada una audiencia con el rey Grenier I. Era un hombre bondadoso einteligente.Memostróelpalacioylosterrenos…
—¿Lemostrólasarcas?—Sí —dijo—, pero creo que fue por accidente. No creo que el rey
quisiera que las viera. Mientras paseábamos por un corredor conversandoagradablemente,pasamosporlatesorería.Laspuertasestabanabiertasydoshombresestabanapilandobolsasdeoroencimadeotrasbolsas.Lasmonedasdeoro llenabanlosestantesyelsuelodejandosolounangostopasajehacialaspuertas.Nielreyniyoreconocimosloquehabíamosvisto.
—¿Y?Sigahablando.Dígamemás.—El tiempo pasó, y fui llamado al lecho del rey para administrarle los
últimossacramentos,yaqueestabamuriendo.Suhijoestabaasuladoyhabíapasadolasúltimashorasconél,recibiendoinstruccionesparaelcuidadodelreino.Otravez,laspuertasdelatesoreríaestabanabiertasenelmomentoenque pasaba de camino hacia la capilla. Pero entonces la habitación estabavacía.Nohabíaningúnoro,nisiquieraunamoneda,enningúnlado.
—¿Cuántohabíaoculto?—Nolosé.—Adivine—leordenó.—Seespeculaquehabíasuficientecomoparaganarunaguerra.Eloroes
poder.Puedecomprarcualquiercosa…inclusounreinado.—Entonces¿dóndeestáeloroahora?—Nolosé.Solo…desapareció.Talvezfue todoenviadoalPapa.—Se
apartó deCoswold e hizo una reverencia—.Si no tienemás preguntas,megustaríairmeacasaareposarmiscansadoshuesos.
—Vaya—dijoCoswold—.Peronocomenteestaconversación.
Página25
Elsacerdoteasintióenacuerdoycomenzóasubirlacolina.Coswold sonrió con desprecio. ¿Cómo podía un tesoro tan grande
simplementeesfumarsesinquenadiesedieracuenta?Legritóalanciano:—Así que este estúpido rey vuestro escondió el oro y no se lo dijo a
nadie.Sellevóelsecretoalatumba.¿Quétaningeniosofueeso?ElpadreAlphonsesediolavuelta,apenascontrolandoelenfado.—¿Quélehacepensarquenoselodijoanadie?
Página26
Capítulo4
ElbarónCoswoldsesentíaultrajado.AcababaderegresardeSt.BielcuandounmensajerodelreylediolanoticiadequeladyGabrielleseibaacasarconel lairdMonroeen laabadíadeArbanedentrode tresmeses. ¿Cómopodíaser?Lasnoticiaslodejaronaturdido.Elmensajerorealtambiénteníaórdenesque darle de parte del rey John, pero al barón le parecía casi imposibleconcentrarse.Lepidióalmensajeroqueselorepitieravariasveces.
Elbarónapenasselasarreglóparacontenerlafuriahastaqueregresóasucasa.Entoncessedejóir.Estabafuriosoconelreyporhaberrotosupromesaunavezmás.Entrórabiandoenelgransalón,levantóunajarrayunplato,yloslanzóalfuegodelachimenea.
Isla, lahijade suhermana, estabaallíparadarle labienvenida.Eraunacriatura tímidaquedesdeeldíaenque lahabíaacogido,había idolatradoaCoswoldyhabíaestadopendientedecadaunadesuspalabras.Enelpasado,Isla había atestiguado varias de las rabietas de su tío y sabía que debíaagacharseenunrincóndelsalónhastaquehubieraterminado.
En su furia se olvidó de que ella estaba en la habitación. Paseó por losalrededores, pateando y tirando todo lo que encontraba en su camino,actuandocomounniñomaleducadoquenolograbasalirseconlasuya.Barrióunacopayunajarradeencimadeunbaúlycuandosehicieronañicoscontralaparedrioconperversasatisfacción.
—Nadiemásqueyotienelaculpa—desvarió—.Soyuntontoporcreeren esementirosohijodeputa. ¿Porquépenséque estavez seríadiferente?¿Cuándohadicholaverdadelreybastardoehipócrita?¿Cuándo?—gritó.
Islasetiródelbliaut[1]ydiountímidopasoapartándosedelapared.¿Seatrevíaaresponderle?¿Tansiquieraquerríaélquelohiciera?Semordisqueóellabioinferiormientraspensabaenello.Sitomabaladecisiónequivocada,podíaocurrirqueel tíovolvierasufuriahaciaella.Yaanteshabíaocurridounavez,yporaproximadamenteunmeshabíacargadoconlosmoretonesenlos brazos en el lugar donde la había agarrado y sacudido. Ese recuerdo laayudóadecidirse.IslapermanecióensilenciohastaqueCoswoldsecalmó.
Página27
Diez minutos después se derrumbó en una silla frente a la mesa ydemandóqueletrajeranvino.Unacriadaseapresuróaentraralsalónconunacopayuna jarra para reemplazar las quehabía roto.Llenó la copahasta elbordeconellíquidocolorrojosangre.Cuandolapusosobrelamesaalgodevino rebasó el borde. Rápidamente limpió lo que había derramado con unpaño,hizounaprofundareverencia,yseapartódelbarón.
Éltomóunlargotrago,seinclinóhaciaatrásenlasilla,ydejóescaparunsonorosuspiro.
—Ya no existen hombres honestos en Inglaterra, en estos días. Ni unosolo.
Agotado,sevolvió,divisóaIsla,ylallamó.—Ven,siéntateconmigo.Cuéntamequenoticiashasoídomientrasestuve
fuera.¿QuésesabedePercy?¿Quéhaestadohaciendoesebastardo?Como mujer sencilla que era, Isla se sintió feliz de que le prestara
atención.Se apresuró a ir hacia lamesay tomóasiento en el ladoopuesto,enfrentedesutío.
—El barón Percy fue enviado a las Highlands en cuanto vos partisteishaciaSt.Biel.
—Esoyalosabía—ledijoconimpaciencia—.¿Havueltoya?—Sí,síhavuelto—respondió—.Perosuescuderomehadichoqueestá
preparándoseparapartirhacialaabadíadeArbaneenlaspróximassemanas.SesientedelomásdesdichadoporelpróximomatrimoniodeladyGabrielleysediceque tiene intencionesdehaceralgo terrible.Elescuderomecontóquehabíallorado.
Era la primera buena noticia que Coswold había escuchado desde quehabía bajado del miserable barco. Se rio ante la idea de Percy sollozandocomounavieja.
—¿Realmentelloró?¿Alguienlovio?Cuéntamemás.Isla estaba a punto de contarle que había oído decir que Percy había
pateado,gritadoytiradocosascuandoseenteródequeladamaibaacasarsecon el lairdMonroe, pero luego se dio cuenta de queCoswold acababa dehacer exactamente lo mismo. Podía ocurrir que no tomara la comparaciónapaciblemente.
—Juró que se casaría con ella con o sin permiso del rey y con o sinpermisodelpadre.
Coswoldserioconsorna.—Siempretuvodeliriosdegrandeza.Ellainclinólacabeza.
Página28
—Desearía que bajara sus expectativas respecto de la mujer queconvertiráensuesposa.
Élnoprestóatenciónasucomentario.Coswoldtragóelrestodelvinoqueteníaenlacopa,usólamangaparalimpiarselosrestosdelabarbilla,yluegosesirviómás.
—¿Percy le contó a alguien comoplaneaba llevar a cabo tal asombrosaproeza?
—¿Os referís a como planea casarse con lady Gabrielle sin obtener elpermiso?
—Sí,aesomerefiero.Antes de que pudiera castigarla por dejar vagar lamente y no prestarle
atención,balbució:—Nay,noseloexplicóanadie.Elmismoescuderomecontóquesielrey
noasistealaceremonia,seráelbarónPercyelquelorepresente.—¿AsíqueelreyJohntieneplaneadoiralaabadíadeArbane?Asintió.—Peroelbarónnocreequeelreyllegueatiempo,dadoqueSuAltezale
dijoqueteníamuchosotroscompromisosquedebíaatenderconanterioridad.—YPercytienelaesperanzadequeJohnnoasista,¿noesverdad?—Se
enfurruñómientrashacíalapregunta.UnavezmásIslaasintió.—Percyalardeóqueelreylehabíadadopoderabsolutoparahablarensu
nombreytambiénparatomarlasdecisionesacercadelasbendiciones.ElbuenhumordeCoswoldseapagóanteesasnoticias.—¿El barón Percy puede tomar cualquier decisión?—masculló—. ¿Es
esocierto?—Esofueloquemedijeron.—Islaapoyólasmanossobrelamesaygritó
—.VosdebéiscasarosconGabrielle, tío.Porqueaunqueestemal,yotengosentimientosporelbarónPercy.Losabéisbien.¿Acasonoveiscomosufro?
Coswoldsefrotólamandíbula.—Teadula,Isla,porquesabequeunapalabraamabletealteralamentey
leganatulealtad.Ellasellevóunamanoalcorazón.—Siempreosserálealavos.Cuandomipadremurió,meacogisteisyos
asegurasteis de que todas mis necesidades fueran cubiertas. Os quiero, ynunca jamásos seríadesleal—apresuradamente, continuó—pero sécuántodeseáisa ladyGabrielle,y sioscasarais conella, entonces talvezelbarónPercyse fijaríaenmícomoesposa.Séquenosoy tanbonitacomomuchas
Página29
otras,perosivosestáiscasado,entoncesyotambiénestaréemparentadaconella,¿noesasí?¿YnomeayudaríaesoconPercy?
Realmente no sabía como responder. Casi le tenía lástima, porque sussueños eran imposibles. Percy nunca se casaría con alguien como ella.Coswold dudaba que algún hombre se interesara por ella, ya que era muypoco atractiva. Su piel era amarillenta y estaba picada por la viruela, y suslabioserandoslíneasfinasquecuandohablabaparecíandesaparecer.AhoraquehabíacrecidosehabíaconvertidoenunabuenacriadayenunacompañíaparaCoswold,yno tenía inconvenienteen tenerlaensucasahastaqueéloella murieran. Pero si Isla ansiaba un matrimonio, ¿a quién podía recurrirCoswoldparacasarla?Noteníamuchadoteanoserqueélañadieraalgoaloque su padre le había dejado. Sabía que si la dote era lo suficientementegrande,tendríamuchospretendientes,peronoestabadispuestoadarnadadelo que tenía. Ahora que sus padres habían muerto, Coswold era el únicofamiliar de Isla.Cuando se diera cuenta que su tío no iba a incrementar ladote,sesentiríacontrariada,porsupuesto,peroselepasaría,yeventualmenteaceptaríasuescasasuerte.Noteníaotrositioadondeir.
—Unosiempredebeconservarlaesperanza—murmuróporfaltadealgomejorquedecir—.Recuerda,Percyyyosomosenemigos.Nocreoqueolvidenuestra animosidad, especialmente si me caso con Gabrielle. Sin embargoparecequeellairdMonroeseráelqueganeesepremio.
—Podríais cambiar eso —dijo Isla—. Sois hábil y muy inteligente.Podríaisencontrarlaformadecasarosconella.Mehandichoquenisiquierasabequevaacasarseconellairdtodavía.
—Piensoqueesprobableque teestéshaciendofalsas ilusiones,peronovoyadesalentarte.
—¿YsimeganaraelcorazóndePercy,medaríaispermisoparacasarmeconél?—preguntóansiosamente.
—Loharía.—Gracias,tío—susurró.Quedándosesatisfechadespuésdehaberlogrado
queseloprometiera,recordósusbuenosmodales—.¿Cómofuetuviaje?¿Tefuebien?
Coswold se aflojó el cinturón alrededor de la cintura, estiró las piernashaciadelanteysedejócaercontraelrespaldodelasilla.
—St. Biel es un lugar miserable. Es frío cuando debería hacer calor yardientementecalurosocuandodeberíahacerfrío.
—¿Encontrasteiseltesoroparaelrey?—No,noloencontré.
Página30
—¿Existe?Larespuestafueinmediata.—No.No tenía sentido decirle lo que realmente pensaba. Enamorada como
estaba de Percy, a Isla muy bien podía escapársele, en un momentoinoportuno, cualquier cosa que él le contara. El amor volvía tontas a lasmujeres.
Coswoldnoleibaadeciranadiequecreíaqueeltesoroexistía.Planeabaencontrarloyconservarlotodoparasímismo.CiertamentenoibaacompartirniunasolamonedadeoroconelreyJohn,quelehabíamentidoporúltimavez. Con una fortuna semejante en la punta de los dedos, Coswold podíalevantar un ejército y tomar lo que quisiera cuando lo quisiera. Ah, elpensamientodetallibertadhacíaqueledieravueltaslacabeza.
Paralograrsussueños,teníaqueserpráctico.Gabrielleconteníalallavedelparaderodeloro.Estabaseguroqueelsecretodeltesoroescondidohabíasido trasmitido de una generación a otra. Si no podía tenerla a ella, parasonsacarle la información, entonces se aseguraría de queGabrielle le fueradada a alguien a quien él pudiera manipular. Y tenía en mente al hombreperfecto.
—Enunospocosdíasdebohacerotrolargoviaje—advirtióCoswold.—¿Debéisirlejos?Asintió.—HastalasHighlands.Ellajadeó.—¿VaisairalaabadíadeArbane?—Primero debo reunirme con el rey John para responder sus preguntas
acerca de St. Biel. Afortunadamente, en este momento está en el norte, ycuandoterminemosconnuestrareunión,seguirécaminohacialasHighlands.
—Hacialaabadía—dijoella,asintiendoconlacabezamientrashacíalaafirmación.
—Tengo otro destino en mente, pero cuando termine allí, me dirigiréhacialaabadía.Deberíallegarconsuficientetiempoparalaboda.
Islatomóunprofundoalientoparareunirvalor.—Séquenoescorrectoquepidaalgomás,pero¿hayalgunaposibilidad
de que pueda ir con vos? Me encantaría ver casarse a la princesa. Estoyseguraqueseráunagranceremonia.
Ahora le estaba mintiendo. No estaba interesada en ver casarse a ladyGabrielle.AllíestaríaPercy,yqueríaverloaél.Coswoldestabaapuntode
Página31
negarlelapetición,yentoncescambiódeopinión.Susobrinapodíaserledeutilidad.
Bajó la cabeza abatida, aceptando su negativa incluso antes de que laformulara.
—Sí,puedesvenir.Levantólacabezadegolpe.Alborozada,laslágrimasleanegaronlosojos.
Prontoveríaalamordesuvida,yquizásencontraríalaformadehacerquelaamara. Cualquier cosa era posible. E Isla haría cualquier cosa para casarseconelbarónPercy.
Cualquiercosa.
Página32
Capítulo5
IbanaenterraralhermanodelMacHughenmediodelcampodebatalla,ypordiversión,decidieronenterrarlovivo.
ElcampoelegidoparasuejecuciónsellamabaFinney’sFlat,yeraterrenosagrado para los MacKenna. El clan ahora llamaba a la llanura ValleMacKenna debido a que muchos de sus excelentes soldados habían sidomasacrados allí. Cuando la última batalla había llegado a su fin, el terrenoestabateñidodenegroconlasangredelosMacKenna.
El laird ColmMacHugh había sido el responsable de la carnicería. Elpoderosojefeysusferocesguerreroshabíancaídosobrelamontañacomouncaldero de aceite hirviendo, su furia ardiente había destruido todo lo queencontró a su paso. Con las espadas brillantes en alto, el unánime grito debatalla había hecho vibrar las rocas dentadas. Para los soldadosMacKennaque habían estado esperando abajo para presentar batalla, había sido unavisiónterrorífica.
MacHughhabía sido lavisiónmás escalofriantede todas.Hasta esedíaalgunos de los soldados MacKenna se habían negado a creer que el lairdexistieraenverdad,yaqueera imposibleque lashistoriasdesudespiadadanaturalezaenlabatallaysushazañasdefuerzahercúleafueranciertas…anoser, como algunos rumores susurrados sostenían, que elMacHugh fuera dehechomásbestiaquehombre.
Losquehabíantenidounatisbodeéljurabanqueeramedioleón,mediohombre;debidoalrostrocincelado,elcabellodoradodeuncolorsimilaraldelamelenadeunleón,yunaferocidadenbatalladignadeunanimal.Sehacíainvisible por un segundo, atacaba al siguiente, desgarrando a su presametódicamente,miembroamiembro.
Oesoeraloquesedecía.Los soldados más instruidos se mofaban ante semejante concepto
fantástico.ElMacHughnoeramásqueunasombraconpodersobrenatural,deliberaban.Desaparecíaavoluntad,perocuandosusombraseaproximaba,una pobre alma solo podía evitar la muerte dejándose caer de rodillas y
Página33
rogando piedad. El MacHugh era invencible, imposible de alcanzar ocapturar.Laúnicaadvertenciadequeestabaapuntodeatacareralamúsicaque lo precedía.Música sombría. Su grito de batalla se fundía en perfectaarmoníaconelsilbidodesuhojacuandolaespadacortabaelaire.Cuandounsoldadooíaesesonido,yaestabamuerto.
El lairdOwenMacKennasabíademasiadobienqueColmMacHugherade carne y hueso. El año anteriorMacKenna había estado dos veces en elmismo gran salón con él y otros veinte lairds. Se habían reunido paraconferenciar a pedido del rey de Escocia. El poderosoMacHugh no habíahablado directamente con él ninguna de las dos veces, pero igualmenteMacKenna había sentido el aguijón de sus palabras. Cuando se tratabanasuntos concernientes a sus tierras colindantes, el rey y los otros lairds sevolvíanhaciaMacHugh enbuscade instrucciones, como si sus tierras y sufuerzatuvieranmásimportanciaquelasdeMacKenna.Ysiempreendisputaestaba Finney’s Flat. El valle corría adyacente a ambos territorios, el deMacHughyeldeMacKenna.Latierraerafértilsinunasolarocaalavista,perfecta para que las ovejas pastarany tal vez para plantar algode cebada,peroningunodelosdosclanespodíareclamarla.LepertenecíaaJohn,elreyde Inglaterra, lehabía sidootorgadaañosantesporel reydeEscociacomogestoconciliatorio.CadavezqueMacKenna tratabade tomarunpedazodetierraparasímismo,MacHughseencargabadequefueraexpulsado.
Oh,MacKennadespreciabaaesehombre.Concadaalientoquetomaba,suodiocrecíahastaqueamenazóconconsumirlo.Nopasabaniunsolodíasinquealmenostuvieraunpensamientoatrozacercadellaird,yloquemásmortificabaaOweneraelconocimientodequeMacHughnodesperdiciabaniun solominutopensandoenningunode losMacKenna.Ni siquiera eran losuficientementeimportantesparaélcomoparamolestarseenodiarlos.
Owen lo reconocía como un pecado de celos. La envidia se lo estabacomiendovivo,ysesentíaimpotenteyaquenopodíahacernadaalrespecto.SoñabacondestruiraMacHugh,yaunquenoseatrevíaaadmitirsupecadoantesuconfesor,gustosamentevenderíaelalmaaldiabloparaobtenerloquequería.
Su lista de deseos era larga. Quería el poder deMacHugh. Quería susaliados: los Buchanan, los Maitland y los Sinclair. Quería su fuerza y sudisciplina.Quería elmiedoqueel laird infundía en sus enemigos;quería lalealtadque lebrindabansusamigos.Queríasus tierrasy todo lodemásquecontrolabaMacHugh.Másquenada,Owenansiabavenganza.
Página34
Hoyeraeldíaenquefinalmenteselibraríadesuenvidia.Hoyeraeldíaenqueobtendríajusticia.
Yquegloriosodíaeraparaunaejecución…omuchasejecucionessitodoibabienyunagrancantidaddeMacHugheranasesinados.Eraunapenaqueno pudiera observar, pero debía permanecer apartado de los verdugos paraquecuando fuera acusadodel crimen,pudiera alegar su inocenciay tuvieratestigossantosenlaabadíadeArbaneparaquetestificaransupresenciaallí.
Owen había pensado el plan cuidadosamente y había elegidopersonalmentealsoldadoquesupervisaríaelentierro.
—Eltiempo—lehabíaexplicado—,eslomásimportante.Debesesperarhasta que veas al lairdMacHugh en lo alto de la cordillera que domina elvalleantesdeenterrarasuhermano.Sabráloqueocurre,peronoserácapazde impedirlo. No te preocupes. Sus flechas no pueden cruzar semejantedistancia,ysucorcelnopuedevolar.Paraelmomentoenquelleguealladodesuhermanocaído,serádemasiadotarde,ytúytushombres,yaoshabréisescondido. Un contingente de soldados estará esperando en el lado oestedetrásdelalíneadeárboles.EncuantoelMacHughseacerquelosuficiente,lorodearányatacarán.—Sefrotólasmanosenungestodemalévoloregocijoy añadió—:Si todovabien, ambos, el lairdColmMacHughy suhermanoLiamestaránbajotierraantesdequecaigalanoche.
El soldado que Owen había puesto a cargo del entierro era un hombreestúpidoydeanchoshombrosllamadoGordon.Owenlehabíahechorepetirsus órdenes para asegurarse de que había entendido completamente laimportanciadelacoordinacióndeltiempoenelentierro.
Los soldados no habían tenidomuchos problemas para capturar aLiamMacHugh.Lohabíanemboscadomientraspasabaporuntupidobosquecillo.Lohabíangolpeadocondureza,lehabíansacadolasbotas,atadounagruesacuerda alrededor de los tobillos, y lo habían arrastradodetrás de su caballohaciaelprofundoyestrechohoyoquehabíancavadodeantemano.
MientrasesperabanansiosamentequeMacHughaparecieraen loaltodelacordilleraytambiénqueLiamrecobraralaconscienciaparaquesupieraloque iba a pasar, seis de los siete soldados se pusieron a discutir acerca delentierro.
Ladiscusiónseconvirtióenunadisputa.Tressoldadosqueríanenterraralhermano de MacHugh con la cabeza hacia abajo para que solo sus piessobresalierandelatierra.Cuandosusdedosdejarandemenearse,sabríanconcertezaqueestabamuerto.Otrostressoldadosestabanafavordearrojarloal
Página35
hoyoconlospiespordelante.Queríanoírlegritaryrogarpiedadhastaquelaúltimapaladadetierrafueraarrojadasobresucabeza.
—Puedequenosedespierte—argumentóunsoldado—.Estoyafavordeenterrarlodecabeza.
—Ni siquiera dejó escapar un gemidomientras estábamos golpeándolo.¿Quétehacepensarquecomenzaráagritarahora?—preguntóotro.
—Mira la niebla que se aproxima. Ya está cubriendo la tierra yarrastrándosehaciaarribapormisbotas.Detodasformas,noseráscapazdeversucabezasiestaporqueríasehacemásespesa.
—Quítaleesacapuchaytíralealgodeaguaenelrostroysedespertará—sugirióaúnotromás.
—Irádecabeza.—Lospiesprimero—gritóunsoldado,empujandoaunodeloshombres
queestabaendesacuerdoconél.Gordonsabíaque ladisputapronto sevolveríaalgo físico.Mantuvo los
ojosenloaltodelacordillerayanuncióquesuvotoseríaeldecisivo.LiamMacHughiríaasutumbaconlospiespordelante.
Página36
Capítulo6
No era inusual que una novia viera a su novio por primera vez en laceremonia nupcial, pero Gabrielle esperaba al menos tener un atisbo delhombreantesdeeso.LaúnicainformaciónqueteníaacercadellairdMonroeera que se trataba de un hombremayor. Sin embargo, nadie le había dichocuántoy estabamuyagitada. ¿Quépasaba si resultaba ser unogro? ¿O tanviejoqueno fueracapazdemantenerseerguido?¿Osino tuvieradientesysolopudieracomerpapillas?Sabíaquesuedadyapariencianodeberíanserimportantesparaella,pero¿quépasabasisusmodaleseranatroces?Opeor¿qué si era cruel con la gente que tenía a su alrededor? ¿Podría vivir conalguienquemaltratabaaloshombresymujeresquedependíandeél?
Frecuentemente sumadre le había dicho que se preocupaba demasiado,pero ¿no era lo desconocido algo de lo que preocuparse siempre? ParaGabrielleloera.Oh,comodeseabaquesumadreestuvieraallíparaofrecerleconsejoenesemomento.Calmaría los temoresdeGabrielle.Perosumadrehabíamuertohacíadosaños,duranteelinvierno.AunqueGabriellesabíaqueeraunabendiciónhaberla tenido tantosañosensuvida,habíaocasionesenlasqueelansiadehablarconellasevolvíaundolorcasifísico.Hoyeraunadeesasocasiones,yaqueGabrielleibadecaminoasuboda.
VeintesoldadosjuntoconpersonalycriadosacompañabanaGabrielleyasu padre a las Highlands de Escocia. Su destino era la abadía de Arbane,dondeenelplazodeunasemanasellevaríaacabolaceremoniadesuboda.Laabadíaproveeríadehabitacionesalgrupodecansadosviajeros.
La ascensión a las montañas era lenta y trabajosa. Cuanto más seacercabanasudestino,másseretraíaGabrielle.
Lasendaeraangostayaccidentada,perounavezquerodearonunacurvamuy cerrada, su padre pudo cabalgar a su lado. El barónGeoffrey trató depensarenunaformadealigerarsuspreocupacionesacercadelfuturo.
Hizoungestoseñalandoelricovallequehabíaabajo.—¿Tedascuentadecuánverdeestodoaquí,Gabrielle?—Sí,padre,medoycuenta—respondiósinentusiasmo.
Página37
—¿YnotascuánvigorizanteeselairefrescodelasHighlands?—Lohago—dijo.Elbuenbarónestabadecididoalevantarleelánimoasuhija.—Hayhighlanders que creen que estamos lo suficientemente alto como
paratocarelcielo.¿Quépiensastú?NoerahabitualqueelpadredeGabriellefueratanimaginativo.Sumadre
eralaimaginativa,llenadesueñosquelehabíatraspasadoasuhija.Perosupadrenoeraunsoñador.Eraunlíderdehombres,unprotectoryunhombreterriblementepráctico.
—Pienso que están equivocados —respondió—. Aquí no estamos losuficientementecercaparatocarelcielo.SoloenSt.Bielseríaesoposible.
—¿Ycomopodríastúsabereso?—Madre—respondió.—Ah—dijoelbarónGeoffreyconunasonrisamelancólica—.¿Yquefue
loquetecontóexactamente?—Siempre me decía lo mismo, que cuando estaba de pie cerca de la
estatuadesanBielquedominabaelpuerto,estaba tancercadelcielocomopodríaestarloentierra.
Gabrielleacariciócon losdedoselmedallóndeoroque llevabacolgadodeunacadenaquelerodeabaelcuello.HabíasidoelaboradoconunamonedayllevabalaimagendesanBiel.Lohabíatenidodesdequeteníamemoria.Sumadrehabíasidoenterradaconunoexactamenteigualaese.
Élnotóelgesto.—Yo también la extraño —le dijo—. Pero siempre estará en nuestros
corazones.—Luegoconun suspiroañadió—:¿Notascuánazul esel cielo?Tanazulcomolosojosdetumadre.
—Medoycuenta—respondióella—.Ytambiénhenotadocomoseñalasunayotravezcuánencantadoraesestatierra.¿Seráposiblequetengasalgúnmotivoparahacerlo?—bromeó.
—Quieroqueaprecieslosalrededores,yquieroqueestéscontentaaquíycontentacontumatrimoniotambién,Gabrielle.
Ellaqueríadiscutir.¿Lasatisfaccióneratodoaloqueunopodíaaspirar?¿Estaban la pasión, el amor y la emoción reservados solo para los sueños?¿Algunavezeraposible tenerlo todo?Ansiabaplantearestaspreguntasasupadre, pero no podía. Contuvo la lengua. Mientras continuaban, adoptó elfirme propósito de sermás práctica, como su padre. Era unamujer adulta,pronto se convertiría en esposa. Era hora de dejar de lado sus sueñosinfantiles.
Página38
—Tratarédeestarcontenta—prometió.Unavezmástuvieronqueaminorarelpasodebidoalapendienterocosa.
Elpadreviolaexpresióndesurostroylatristezaquehabíaensusojos.—Hija —dijo exasperado—, no vas a un funeral. Es tu boda. Intenta
mostrartealegre.—Lointentaré—prometió.Unahoramás tarde cuando la caravana sedetuvoparaque los caballos
pudieran descansar y ellos pudieran estirar las piernas, el padre le pidió aGabriellequecaminaraconél.
Ningunodelosdospronunciópalabrahastaquesedetuvieronadescansardebajodeungrupodeabedulescercadeunfluidoriachuelo.
—ConocíallairdMonroeyaalgunosdesusfamiliares.Serábondadosocontigo.
No deseaba hablar acerca de su futuro esposo, pero su padre parecíadecidido.
—Entoncesyoserébondadosaconél—dijo.Elbarónsacudiólacabeza.—Eresunahijamuyobstinada.Ellasegiróparaenfrentarlo.—Padre,¿quéesloqueteestáresultandotandifícildecirme?Élsuspiró.—Tu vida cambiará cuando te conviertas en esposa. No estarás en
igualdaddecondicionesentumatrimonio,ydebesaceptarlo.—Mimadreeratuigual,¿noesverdad?Élsonrió.—Loera—admitió—,peroeraunaexcepción.—Quizásyotambiénseaunaexcepción.—Coneltiempo,quizásloseas—accedió—.Noquieroquetepreocupes
portufuturoesposo.Measeguraronquenuncatelevantarálamano,ycomosabes,haymaridosqueseríancruelesconsusesposas.—Habíadisgustoensuvozcuandoañadióesehecho.
—Padre,piensoquetúestásmáspreocupadoqueyoporestematrimonio.¿Realmente te estás preguntando que haría si mi esposo, o a los efectoscualquierhombre,melevantaralamano?
Deciertaformamortificado,respondió:—No,nomelopregunto.Séexactamenteloqueharíasporquemeocupé
de tueducación.Noobstante—continuóantesdequepudiera interrumpirlo—, habrá cambios cuando te cases. Ya no serás libre de hacer lo que te
Página39
plazca.Deberástomarenconsideraciónlossentimientosynecesidadesdetuesposo. Has sido independiente en muchos aspectos, pero ahora deberásaprenderacontenerte.
—¿Meestásdiciendoquedeborenunciaramilibertad?Suspiró.Suhijasonabaespantadaantelaidea.—Deciertaforma—sedefendió.—¿Deciertaforma?—Ycuandoestéscasada—continuóelbarónGeoffrey—,compartirásel
lecho con tu esposoy…—Demasiado tarde comprendióhacia dondehabíallevadolaconversación.Sedetuvo,luegotosióparacubrirsuturbación.¿Enqueestabapensandoparasacarsemejantetema?Leeraimposiblehablardellechomatrimonialconsuhija.Despuésdeconsiderarlounmomentodecidióquelepediríaaunadelasmujeresmayoresqueleexplicaraloqueocurriríaenlanochedebodas.Simplementenoestabaalaalturadelatarea.
—¿Estabasdiciendo?—Loaguijoneóella.—Yaestamoscercadelaabadía—balbució—.Apostaríaqueasolouna
horaoasí,eigualdecercadeFinney’sFlatsicabalgáramosenladirecciónopuesta.
—Es temprano.Hay tiempo de echarle un vistazo al valle antes de queoscurezca.
—¿HasolvidadoquedebopresentarlemisrespetosallairdBuchanan?—Dijo, señalandohaciaeloeste—.Cuando lleguemosa la siguientecuesta tedejaré. Ya estará oscuro para cuando llegue a su casa. Tú y los demáscontinuaranhacialaabadía.
—¿Seríaposiblequemiguardiayyofuéramosalvallemientrasquelosdemáscontinúansucamino?Estoyseguraquenonosllevarámuchotiempoalcanzarlos.Tengomuchacuriosidadporver ladotequeel reyJohnmehadado.
Élconsiderósupedidoduranteunlargominutoantesdeacceder.—Conlacondiciónquetellevesatuscuatroguardias,quelleveselarcoy
lasflechascontigo,yqueseascuidadosa.Ydebesprometermequenodejarásque se te haga tarde y que será una cabalgata sin incidentes. Entonces lopermitiré.
Ellacontuvounasonrisa.—¿Sinincidentes,padre?Viendo la chispa en sus ojos, el barón Geoffrey se sintió súbitamente
sobrecogidoporsuhija.Conelcabellonegroylosojosvioleta,tanparecidosa los de su madre, Gabrielle se había convertido en una dama hermosa y
Página40
exquisita.Supechosehinchóporelorgullomientraspensabaensusmuchoslogros. Podía leer y escribir, hablar cuatro idiomas, y además los hablababien.SumadresehabíaocupadodequeGabrielleestuvierabieninstruidaenlasartesfemeninasyélsehabíaocupadodequeestuvierabienentrenadaenasuntos más prácticos. Podía montar a caballo tan bien como cualquierhombre,ynoeraremilgadaalusarelarcoylasflechas.Adecirverdad,teníamejorpunteríaqueélmismo.
—¿Sin incidentes, padre? —Repitió Gabrielle, preguntándose por quéestabatandistraído.
Sesacudióasímismo,saliendodesusreflexiones.—Sabesloquequierodecir.Notehagaslainocenteconmigo.Tesientes
inclinadaahacertravesuras.Ellaprotestó.—Nopuedoimaginarporquépensarías…Lainterrumpió.—Prométeme que será una cabalgata sin incidentes y que no harás
travesuras.Quierotupalabraenesto,hija.Ellaasintió.—Loprometo.Noharétravesuras,yseráunatardesinincidentes.Incómodo con los gestos que demostraban afecto, el barónGeoffrey, le
palmeó torpemente el hombroy luego sedirigióde regreso adonde estabanloscaballos.
Gabrielleseapresuróaalcanzarlo.—Padre, te preocupas demasiado. Tendré cuidado como te prometí, así
queporfavordejadefruncirelceño.Novaapasarnada.Doshorasdespuéssevioobligadaamataraunhombre.
Página41
Capítulo7
Gabrielleinterrumpióunasesinato.Habíadeseadounpocodeemociónparaapartarlaspreocupacionesdesu
mente,perociertamentenohabíadeseadosertestigodenadatanhorroroso.Lacabalgatacomenzóbastanteagradablemente,dehechofuevigorizante.
DespuésdehaberbesadorespetuosamenteasupadreenlabarbudamejillayhaberledeseadounbuenviajehastalastierrasdelosBuchananparapresentarsus respetos, se forzó a si misma a caminar, sin correr, hasta su caballo,Rogue.HastapermitióalsoldadoStephenquelaayudaraasubiralamontura.Rogue hizo una cabriola sobre las patas traseras por la anticipación,percibiendoqueprontoleseríapermitidoremontarseconelviento.
SeguradequeelbarónGeoffrey laestabaobservando,GabriellehizoelpapeldesumisadoncellaynopermitióqueRogueselanzaraalgalopecomoeralacostumbredelbriosocaballo.Loforzóaarrancaraunpasomuchomáslento. Tenía la sensación de que su padre sabía exactamente lo que estabahaciendo,porloquesostuvolasonrisamientrassevolvíaylosaludabaconlamanounaúltimavezantesdeperdersedevista.
Cuandosesintiólibreparahacersuvoluntad,GabrielleaflojólasriendasygentilmenteespoleóaRogue.Elcaballoselanzóagalopetendido,ycuandollegóalacimadelacolinamáscercana,Gabriellesesentíacomosiestuvieravolando. Se rio del puro gozo que sentía en esemomento. Las cargas quehabíanestadooprimiéndolacomenzaronadesvanecerse.
Como de costumbre, Stephen tomó la delantera. Christien y Lucien laflanqueabanyFaust,elmásjoven,ibaalfinal,protegiéndolelaespalda.Loscuatro soldados podrían haber sido hermanos, de tan parecidos que eran enapariencia, con el cabello rubio casi blanco, ojos azules y la pielprofundamentebronceadaycurtida.Tambiénsevestíandeformasimilar,conuniformesdesoldado,todosdenegro,peroconunpequeñoyapenasnotorioemblemadelacasarealdeSt.Bieljustoencimadesuscorazones.
Sinembargosuspersonalidadeseranbastantediferentes.Talvezdebidoaque era el mayor y el comandante por encima de los otros tres guardias,
Página42
Stepheneraelmásserioyraramentesonreía.Christieneraelquedecíaloquepensaba más frecuentemente y era el más fácil de irritar; Lucien tenía unmagníficosentidodelhumor,yFausteraelmáscallado.
Todoshablabanensu lenguanativa.ComoGabrielle,podíanentenderyhablargaélico,aunquepreferíannohacerlo.
Gabriellesabíacuánafortunadaeradecontarconlalealtaddeesoscuatrohombres.Habían sido sus protectores lamayor parte de su vida.La habíanprotegido cuando su naturaleza aventurera la había llevado a situacionesapuradas, y habían guardado sus secretos… incluso de su padre cuando nodeseabaqueélseenteraradealgunadesusescapadas.Suseguridadsiempreera el objetivo primordial, pero ella también valoraba su confianza. Ennumerosasoportunidades la habían salvadodel peligro, aún a riesgode suspropiasvidas.
Precisamente el mes pasado, Faust había salido en su defensa en elmercado de la aldea. Estaba caminando entre los puestos cuando dosborrachosempezaronaseguirla,sussonrisashacíanevidentessusintencioneslascivas. En el momento que se movieron en su dirección, Faust apareciófrenteaellayderribóaloshombresantesdequeseenterarandeloquehabíasucedido.
Tambiénrecordabaunincidentequehabíaocurridoelañopasado.Ibaendireccióna losestablosdesupadreparaverelnuevopotroqueacababadenacer.Justocuandoestabadandolavueltaalaesquinadelestablo,laamarradelacarretadegranoqueestabaenloaltodelacolinaserompió,liberandolacarreta que salió disparada hacia ella a una velocidad tremenda.Apenas sehabíagiradoparavercomoseleveníaencimacuandoChristienlaagarróporloshombrosylatirófueradesucamino,absorbiendoelimpactodelaruedaen su pierna. El tobillo le quedó tan magullado e hinchado que no pudocaminardurantesemanas.
Seencogióanteelpensamientodelosproblemasqueleshabíacausadoaestos resueltos hombres, pero luego sonrió pensando en otrosmomentos enlosquehabíanestadoallíparacuidarla.RecordabalasnochescuandoeraunaniñapequeñayStephenmanteníalaguardiaparaquepudieraescaparsedesuhabitación para escuchar a los músicos que tocaban en el patio. Tambiénrecordabalatardeque,apesardelasadvertenciasdesupadre,ellaysuamigaElizabethhabíantrepadoaunsaucequeestabacercadelríoyhabíancaídoenlas aguas enlodadas. Lucien había llevado apresuradamente a las pequeñasniñasconlacocineraparaquelaslavaraylesdieraropaslimpiasantesdequeelbarónGeoffreyseenteraradelatravesura.Ynuncapodríaolvidaresavez
Página43
cuandoteníanueveañosyunabandadevagabundosandrajososacampóenelpradocercanoalcastillodesupadre.Selehabíaadvertidoquepermanecieraalejada de ellos, pero se sintió indignada ya que pensaba que todos losvisitanteseranhuéspedesydebíansertratadoscomotales.Lacocinerahabíaestado horneando tartas de mora para la comida de la noche, y Gabrielleesperó a que las colocaran ante una ventana abierta para enfriarlas y lasamontonóensufalda.Sesintiódichosacuandoloshuéspedesengulleronlosconvitescongranapetito,yhabríaestiradosuvisitaeinclusohabríaaccedidoasuinvitaciónacabalgarconellosporunrato,sinosehubieradadolavueltayvistoaChristienyLucienqueestabanparadosadiezpiesdedistanciaconlos brazos cruzados sobre el pecho y los ceños fruncidos en sus rostros.Cuando esa noche la doncella le preguntó a Gabrielle por las inusualesmanchasenlafalda,losguardiasnomencionaronsudesobediencia,peromástardecuandoestuvieronasolasconlapequeñaniña,leadvirtieronacercadelasmaldadesdelmundo.
Christien y Faust eran los miembros más nuevos de la guardia, peroStephenyLucienhabíanestadoconelladesdeque teníamemoria.A travésde todos los importantes,como tambiénde los triviales,eventosdesuvida,unoomásdeelloshabíaestadoasulado.Inclusoenlosmomentosmásfeos,elloshabían estadoallí.Cuando sumadre empeoróyGabrielle fue llamadaunavezmásasulecho,supoenlomásprofundodesucorazónqueesaseríasu última visita. Durante dos largos y tristes días, su padre y ellapermanecieron sentados con la mujer moribunda, sosteniéndole la mano yacariciándolelafrente.Muchoscriadosydoctoresfueronyvinieronduranteesosmomentos,perofueradelapuertadelarecámara,loscuatroguardiasdeGabrielle permanecieron en vela, cadaminuto de esos dos días. Ni uno deellosabandonósupuesto.
Ahora mientras Gabrielle cabalgaba con ellos hacia Finney’s Flatpensandoentodoloquehabíanhechoporella,dijounaplegariaagradeciendoporesoscuatroamigostanqueridos.
Stephenlasacódesuspensamientoscuandoviróhaciaeleste.Gabriellelo siguió. Después de que los caballos obtuvieron una buena cabalgata,aminoró la marcha. El escabroso paisaje que la rodeaba era escarpado yestaba cubierto por una manta de deslumbrante verdor. Se veían matas debrillante brezopúrpura, blancas pamplinas y raspillas derramándose por loscostadosdelascolinas.SupadrelehabíadichoquetodaEscociaerahermosa,pero Gabrielle, mirando el vasto paisaje, pensó que las Highlands eranimpresionantes.
Página44
Cuantomásaltocabalgaba,másfríosevolvíaelaire.Laesenciadepinoera consistente, y el viento frío se sentía maravillosamente bien contra elrostro.
Habíanestadosubiendocasidoshorascuandosúbitamente llegarona lacima de una meseta. Stephen ya había explorado el área y le explicó aGabriellequerealmentesolohabíauncaminoparallegarasudestino.
—Ya que venimos del sur, la ruta más directa sería seguir recto haciadelante,perocomopodéisver,elcaminocruzaunbosquemuytupido,yesprobable que sea difícil para los caballos. Aunque, es probable quelográramoscruzar.
—¿Ysinolologramos?—preguntóChristien.—Entoncesseguiremosotrocamino—respondióLucien.—¿Finney’sFlatestáalotroladodeesosárboles?—preguntóella.—Sí,princesa.Secubriólosojosconlamanoparaprotegersedelsolymiróhaciaeleste
y luego hacia el oeste. La línea de árboles parecía extenderse hasta dondealcanzabalavista.Lamesetaeraimponente.
—¿Cuánprofundoeselbosque?—preguntó.—Notratédeatravesarloporcompleto—dijoStephen.Miróhaciaarriba
alcieloparaverlaposicióndelsolyluegodijo—:Tenemoslasuficienteluzdeldíacomoparacomprobarlo.
—Siladensidaddelosárbolesesmotivodepreocupación,¿nopodríamosaproximarnosaFinney’sFlatporelesteoporeloeste?—FueLucienelquehizolapregunta.
Christienrespondió.—ElpadredelaprincesaGabriellenosdijoquehabíabosquesenlaparte
estedelasllanuras,yquedetrásdeesosbosquesestabaelLoch[2]Kaenich.TambiénhaybosquesdensosalineadosalolargodelladooestedeFinney’sFlat,ydetrásdeesosbosquesvivenlossalvajesBuchanan.
—¿SalvajesBuchanan?—LuciensesentíacuriosoporladescripciónquehizoChristiendelclan.
—Así es como los llama el barón Geoffrey, y a juzgar por algunashistoriasquehacontado,nocreoqueelnombreseaunaexageración.
—Tengoentendidoqueningunodelosclanesadmiteintrusos—interpusoFaust.
Gabriellefruncióelceñoysevolvióamiraralguardiadevozsuave.—Faust, ahoraestamosen la tierradeMacKenna,ynadieha tratadode
detenernos.
Página45
—Nay, princesa —respondió—. No estamos en tierra de MacKenna.Aunque es verdad que sus posesiones limitan con Finney’s Flat por el sur,pero estamos en el extremo sureste, y este pequeño pedazo de tierra escontroladoporellairdMonroe,vuestrofuturoesposo.Esporesoquenonoshaninterceptado.
Lentamenteexaminóelhorizonte.Paraellaeláreaseveíacompletamentedesierta. Desde que habían comenzado su largo viaje a través de lasHighlands,nohabíavistoniaunalma.¿Acasolagentequevivíaenesavastaextensión estaba escondiéndose para no tener que relacionarse conextranjeros, o era que simplemente eran pocos y estaban apartados unos deotros?
—Stephen,¿quépasaríasi tratáramosdecortarcaminoporelesteynosaproximáramosaFinney’sFlatdesdeelladonorte?—preguntó.
—princesa, ¿no veis la montaña que está justo al norte de nuestraposición?—preguntó—.EllairddelosBuchananledijoavuestropadrequecercadelabasedelamontañahayunprecipicioconunsalientedepiedraqueestásobreFinney’sFlat…
—Vuestropadre,elbarón,nosdijoqueelpasajequesedespliegahaciaabajodesdeese salienteeselúnicocaminopara llegaral fondo,yqueestáfuertementecustodiado.Sientornáislosojosunpocoparaprotegerosdelsol,podréisverlo—leexplicóLucien.
—Lamontaña desde la base del camino hasta las tierras de arriba estácontroladapor elClanMacHugh,yno toleran intrusos.—FueFaust elquehizoelcomentario.
—¿Tolerarintrusos?—Sonriómientrasrepetíalaspalabras.—Se…irritanfácilmente—dijoChristien—.Yreaccionanconrapidez.—Nopodemospermitirquevayáisallí—dijoStephen.—EllairdMacHughesunhombrepeligroso—dijoFaust.—Sí,hemosoídoqueelclanMacHughesbastanteferoz,yquesulíderes
unsalvaje—ledijoChristien.Ellasacudiólacabeza.—No me apresuraría tanto a juzgar a un hombre porque alguien ha
habladomaldeél.—Entonces¿cuálessonvuestrosdeseos,princesa?—preguntóStephen—.
¿Cómoqueréisqueprocedamos?—Pasaremos por el bosque que esta directamente frente a nosotros—
respondió—.Es la rutamás rápida, ¿no es así?Y nos hará bien estirar laspiernas.
Página46
Stepheninclinólacabeza.—Comodeseéis,princesa.Ossugeriríaquecabalgáramostanlejoscomo
podamosdentrodelbosqueparaquenuestroscaballosquedenescondidosdecualquier curioso que pueda pasar. Faust, cuando nos veamos forzados acaminar,tequedarásconlasmonturas.
Al final resultóquepudieroncabalgarunabuenadistanciaadentrándoseen el bosque, aunque tuvieron que apretarse entre losmatorrales espinosos.Dos veces tuvieron que volver sobre sus pasos para encontrar otro camino,pero una vez que hubieron cruzado un angosto riachuelo, lograron ganarvelocidad. Cuando llegaron al último grupo de árboles, desmontaron.Entregándole las riendas de su caballo a Faust, Gabrielle siguió a Stephenquienseparabalosmatorralesdelantedeellos.
SepodíaverelclaroasolounasyardasdedistanciacuandosúbitamenteStephensedetuvoyextendióelbrazoparaevitarqueGabrielleavanzaramás.Ellapermaneciódepiejuntoaél,yaguzóeloídoparaescucharlossonidosdel bosque. Mientras esperaba, silenciosamente se ajustó la correa quesostenía elmorral con flechas sobre el hombroy cambió el arco a lamanoizquierda, preparándose. Unos segundos después escuchó un desagradablebramidoderisaseguidoporunafuerteblasfemia.
Sequedóabsolutamentequieta.Oyóhombreshablando,perosusvoceslellegabanatenuadasyeraimposibleentenderlaconversación.
Levantando lamanopara que susguardias no le discutieran, se arrastrólentamentehaciadelante.Estababienescondidaporlosárboles,perocuandosemoviólevementehacialaizquierdatuvounavisiónclaradelaplaniciequehabía adelante.Espío a siete hombres, todos vestidos conhábitos demonjeconlascapuchasmarronespuestassobrelascabezas.
Porunmomentocreyóqueestabanvelandoaunodelossuyos,rezandoporsualmaantesdeenterrarlo.Estabanapiñadostodosjuntoscercadeloqueparecía ser un hoyo. Cerca del hoyo había un montículo de tierrarecientementeexcavada.Cuandocomprendiósusverdaderasintenciones,casise le escapa un grito ahogado. Un octavo hombre estaba en el suelo. Noestabavestidocomomonjesinoqueusabaunsuciotartán.Teníalasmanosylospiesatados,yestabacubiertodesangre.
Gabrielle se acercómás.Sintió lamanodeStephen en el hombro, peronegó con la cabeza y continuó su camino. Aún bajo la protección de losárboles,observóyescuchóladiscusiónqueseestabadesarrollando.
Los hombres estaban discutiendo acerca de la forma de tirar al hombreatado dentro del hoyo. Tres hombres querían tirarlo de cabeza. Los otros
Página47
discrepaban vehementemente, queriendo tirar al prisionero con los pies pordelante.Elquehabíapermanecidoensilencio,probablementeel líder, tomóladecisiónfinal.
Todos estaban de acuerdo en una cosa: querían que el prisionerodespertaraparaquesupieraloqueestabanapuntodehacerle.
Gabriellesesintióenfermayespantadapor los recortesdeconversaciónque el viento había traído hasta ella. ¿De que pecado era culpable elprisionero? ¿Cuál era su trasgresión? Decidió que no importaba lo quehubierahecho,yaqueningúncrimen,sinimportarloatrozquefuera,merecíauncastigotansádico.Erainhumano.
Mientras escuchaba la creciente disputa, descubrió la verdad. El únicopecado del que era culpable el prisionero era uno por asociación. Era elhermanodellairdColmMacHugh.
Finalmentehablóellíder.—Hamish, mantén tus ojos en ese risco. No podemos poner a Liam
MacHughenlatierrahastaqueveamosasuhermano.—Gordon,noestoysordo.Yamehasdicholoquedebohacer,yloestoy
haciendo.Tengolosojospegadosaesesaliente.Loqueaúnnoséesquesesupone que vamos a hacer si el laird MacHugh no viene a salvar a suhermano.
—Vendrá—respondió uno de los otros—.Y cuando de la vuelta en elsaliente,veráloqueestápasandopero,sinimportarcuánrápidocabalgue,nollegaráatiempo.Cuandollegueharámuchoquesuhermanohabrámuertoynosotroshabremosvueltoalafrontera.
—¿Y como será capaz de adivinar que es su hermano al que estamosponiendoenlatierra?—preguntóotromás.
Gordonlerespondió.—Ya le ha llegado la noticia de que su hermano está en problemas.
Estando a semejante distancia no podrá verle el rostro, pero reconocerá eltartán.
—¿Quépasasinoreconoceeltartándesdetanlejos?—preguntóHamish.—AúnasínosverátiraraLiamdentrodelhoyoyenterrarlo.Losabrá.—Si no puede verle el rostro, tampoco será capaz de distinguir los
nuestros. ¿Entonces por qué debemos usar esta ropa?Me está arañando lapiel. Siento como si tuviera bichos reptando por el cuerpo. También huelemal,comoporqueríadecerdo.
—Dejadequejarte,Kenneth—leordenóGordon—.EstamosusandoloshábitosquerobamosporquenovamosaarriesgarnosaqueMacHughpueda
Página48
reconocernuestrosrostros.—Si alguna vez se entera que hicimos esto…—Hamish se estremeció
visiblemente—.Haráalgopeorqueenterrarnosvivos.Huboungruñidodeasentimientos.—Tal vez deberíamos dejarlo y partir ahora—dijo Kenneth. Se estaba
apartandoenérgicamentedelhoyo.—Nodigasestupideces—dijoGordon—.EllairdMacHughnuncaseva
a enterar de quienes somos. ¿Por qué piensas que nos trajeron de lasLowlands?—añadióapresuradamenteantesdequepudierasurgirotraqueja—,ypagarontangenerosamente.¿Estásdispuestoarenunciaraeso?
—No,pero…—empezóadecirHamish.—Bastadehablardehuir—dijobruscamente.Sevolvióhaciaelsoldado
que estaba de pie sobre el guerrero inconsciente y dijo—: patéalo, Roger.Mirasisemueve.Quieroqueestédespiertocuandolometamosalhoyo.
Roger hizo lo que le ordenaban, y velozmente lo pateó en uno de loscostados.Liamnosemovió.
—Nocreoqueestavezvayaadespertarse—dijoKenneth—.Piensoqueseestámuriendoenestemismomomento.
—Nodebistehaberlogolpeadotanfuerte,Gordon—murmuróHamish.—Todosnosturnamosparahacerlo—lerecordóRoger.—Solohicimosloquenosordenaronhacer—intercedióotro.Gordonasintió.—Eso es cierto. Solo estábamos siguiendo órdenes, como los buenos
soldadosquesomos.Kennethtirólacapuchahaciaatrás,yserascólaoreja.—Cuéntameotravez.¿QuéfueloquehizoLiamMacHugh?—Yatelohedichodiezveces—gritóGordonmientrasledabaaKenneth
unfuerteempujón,casitirándolodentrodelhoyo.Elsoldadoluchópararecuperarelequilibrio.—Dímelootravez—ledijo.—CapturamosaLiam,yestamosmatándoloparahacerquesuhermano
bajedelamontaña,asílossoldadosqueestánocultosenlosbosquesdelladoestepuedenagarrarlodesprevenido.
Kennethsevolvióarascarlaorejacomosiestuvierasacándoseuninsectomolesto.
—¿Quéharánconélcuandoloatrapen?Gordonsacudiólacabeza.—Matarlo,imbécil,yenterrarlojuntoasuhermano.
Página49
Kennethnosesintióofendidoporelinsulto.—¿Dequeclansonlossoldados?Yasabes,losqueestánescondidosallí.
—Hizoungestoconlamanohaciaeleste,bizqueandoparaversipodíaveralgunodeellos.
—Note importaaqueclanpertenecen—lerespondió—.Cuantomenossepas,mejorparati.
—¡Mira!Puede serqueLiamseestédespertando—anuncióotrode lossoldados,empujandoalprisioneroconelpie.
Rogercacareódeplacer.—Bien.Sabráloqueleestapasandocuandolotiremosdentrodelhoyo.
¿Tienesunpocomásdeaguaparatirarlealacara,Manus?Paradespertarlodeltodo.
Antesdequelerespondiera,Kennethdijo:—Nuncasedespertó.Heestadoobservandosurostro,ynoha intentado
abrirlosojosnisiquieraunasolavez.Estácomomuerto.—Pero tal vez es como dijoGordon, si le tiramos agua a la cara…—
sugirióotrosoldado.—Use la última que quedaba —dijo Manus—. Podríamos escupirle al
rostro.Loshombrespensaronqueesaeraunabuena ideaycomenzarona reír.
Gabrielle escuchó el nombre de los dos últimos hombres mientras seempujabanymolestabanelunoalotro,actuandocomosiestuvieranenunafiesta. Fergus y Cuthbert. Sabía que era importante recordar los sietenombres,porquealgúndíahabríaunjustocastigo.
LosbufidosderisadeHamishsedetuvieroncuandoatinóamirarhaciaarribaydivisóallairdMacHugh.
—¡Ahí está! ¡Ahí está!—gritóHamishmientras luchabaporponerse lacapuchasobrelacabeza—.¡AhíestáelMacHugh!
Todos, incluida Gabrielle, miraron hacia el saliente. La silueta de unguerreroalomosdeuncaballosemovíacomounamanchadoradacontraelsol.
—Tenemos mucho tiempo —dijo Kenneth—. El MacHugh no puedevolarhastaaquí.
—Miratodosloshombresquelosiguen.Yacontéveinte—gritóManusconlavoztemblandoporelmiedo.
Gordonseestabaponiendonervioso.Pensóquehabíaescuchadounruidoasusespaldas.Segiródegolpe,conlamanopuestaenlaempuñaduradela
Página50
espada. Cuando no pudo detectar ninguna amenaza, volvió a girarse paramirarhaciaelesteyluegohaciaeloeste.Nada.
—Hemosdesperdiciadosuficiente tiempo—dijo—.Métanloenelhoyo.Tenemosquecubrirlocontierrayponernosenmarcha.
Roger y Cuthbert se apresuraron a ir hacia Liam y tiraron de él paraponerlodepie.Lacabezadelprisionerocayóhaciadelante.Fergusloagarródelcabelloytirólacabezahaciaatrás.
—Susojosestáncerradosotravez—dijo,evidentementedecepcionado.—Susojosnuncaestuvieronabiertos—replicóKenneth.Estaban arrastrando a Liam hacia el hoyo cuando un retumbar distante
captó su atención. Los siete se volvieron al unísono, justo cuando unosguerrerosacaballoirrumpíanatravésdelosárbolesenlapartemásalejadadelvalle.Suscaballosaporreabanlatierramientrasacortabanladistancia.Detanlejos,noeranmásquepuntosenelhorizonte.
—Podrían ser losBuchanan—gritóManus—.Todavía nopuedoverlosbien,peromeimaginoquesonellos.
—¡Nos matarán! ¡Nos matarán a todos! —chilló Hamish. Girórápidamente en círculos como un ratón de campo acorralado tratando dedecidir por qué camino darse a la fuga—. ¿Dónde podemos escondernos?¿Dónde?
Cuthbert y Manus dejaron caer el cuerpo flojo de Liam. La urgenciaagrietabalavozdeGordoncuandoordenó.
—Levántenlo. Apúrense, malditos sean. Levántenlo. Cuando le tiré delcaballoteníalosojosabiertos,asíquesoyelúnicoalquevio.Debomatarloantesdemeterloenelhoyo.Nohaytiempoparaenterrarloydejarquemueraasfixiado.
CuthbertyManusnoobedecieronlaorden.NitampocoRogerniKennethni Hamish ni Fergus, ya que todos ellos estaban corriendo para ponerse acubierto.
Gordonsacó laespada.Almismo tiempo,Gabrielleestiró lamanoparacogerunaflechaylapusoenelarcoanticipándose.
LosguerrerosBuchananestabanaúndemasiadolejosparaquesusflechasalcanzaranalossietehombres,ylosguerrerosMacHughqueseapresurabanabajarlamontañaparasalvaraunodelossuyos,tambiénestabandemasiadolejos.
Repentinamente, se escuchó otro alboroto. Los soldados que esperabanparatenderleunaemboscadaalMacHughirrumpieronatravésdelosárbolesysedirigieronatravésdelaplaniciehacialosBuchanan.Unabatallaentoda
Página51
reglaestabaapuntodehacererupción.Sinoseapresuraban,Gabrielleysusguardiasprontoseencontraríanenelmediodeella.
GabriellemantuvolamiradafijaenGordon,ellíderdeesehatajoderatas.Suprisioneronosemovía.Liamestabasobrelatierra,yaciendodecostado,yGordoncontinuabamirandonerviosamentehaciaelnorte.Retrocedióunpardepasos,vaciló,yluegovolvióaadelantarse.GabriellesabíaqueGordonnopodíahuirdejandoaLiam,quehabíavistosurostro.
—Stephen,—susurró—.Sifallo…—Noloharéis.—Perosilohago…estatepreparado.Gordon se decidió. Girando en su dirección, balanceó la espada hacia
atrásconlaintencióndecortaraLiamporlamitad.LaflechadeGabriellelodetuvo.Supunteríafuecertera,ylapuntadela
flecha se abrió paso a través de la carne y las costillas, hundiéndose en sunegrocorazón.
Segundosdespuésla tierraparecióondeardebajodesuspiescuandolosBuchananysusenemigosentrechocaronlasarmasenelcampodebatalla.Elsonidodemetalgolpeandocontrametaleraensordecedor.Lamatanzahabíacomenzado.
El pandemónium se movía hacia ella. Gabrielle rezó para que LiamMacHugh no fuera pisoteado por los caballos de los hombres antes de quepudiera llegar a él. Dichosamente, Christien y Faust hicieron un excelentetiempoyllegaronasuladoconloscaballos.GabrielletrepóallomodeRoguey avanzó hacia campo abierto, poniéndose la capa sobre la cabeza con laesperanzaqueenelcaosreinantenadielaviera.
Stephenlebloqueóelcamino.Sabíaloquequeríahacer.—Christienyyonosocuparemosdelatarea.LucienyFaustosllevarán
deregresoalriachueloquecruzamos.Deprisa,princesa.Debéissalirdeaquí.Noperdiótiempoendiscutir.EspoleóaRogueconelpieyretrocedióa
través del bosque. Stephen y Christien los alcanzaron, unos momentosdespuésenelriachuelo.GabriellediograciasaDiosquenosehubieranvistoatrapadosenmediodelabatalla.
—¿Está vivo? —Desmontó y se apresuró a ir hacia Stephen. LiamMacHughestabacolgandosobrelamonturadesucorcel.
—Aúnrespira—respondió.—Apresúrateentonces.Sédondepodemosconseguirayuda.
Página52
Capítulo8
Otroespantosogritodebatallahendióelaire.Gritostorturadoslosiguieron.Los MacHugh se habían unido a la batalla. Avanzaban, formando una
línea impenetrable. Los Buchanan siguieron a su líder, y en cuestión deminutoslosdosclaneshabíanatrapadoalenemigoentreellos.Nomostraronpiedad.Eraojoporojo,ycuandohuboterminado,elcampoestabacubiertodecuerpos.
Entonces comenzó la frenética búsqueda de Liam MacHugh. ColmMacHughsaltódesucaballoycorrióhaciaelhoyoquehabíanpreparadosusenemigos para su hermano. Sintió un gran alivio cuando vio que el hoyoestabavacío.Solohabíauncuerpoenelsuelocercadelmontículodetierra.Colm no lo reconoció. Estaba estudiando las inusualesmarcas de la flechahundidaenelpechodelhombrecuandoellairdBrodickBuchananseunióaél.
—¿Quiéndemonioses?—preguntóColm.Brodicksacudiólacabeza.—Nuncalohabíavistoantes.Colmsacólaflechadelpechodelhombremuerto.—¿EsunaflechaBuchanan?—No.Penséqueeratuya.—MacKennaestádetrásdeesto—dijo.Brodicknegóconlacabeza.—Esosqueestánenlatierranosonsussoldados,yestanoesunadesus
flechas. Estas marcas… nunca había visto una como esta antes. No hayseñalesdeMacKennaaquí.—Levantóunpedazodecuerda.Habíasangreenella—.Ataronatuhermanoconesto.
—AúnpiensoqueestodealgunaformaesobradeMacKenna—insistióColm.
—Sinpruebas,nopuedesacusarlo—razonóBrodick.—Liam no puede haber ido lejos.—Colm examinó los bosques que lo
rodeaban—. Continuaremos buscando hasta que lo encontremos o a
Página53
quienquieraquelotenga.—LosBuchanan están contigo—leprometióBrodick—.El tiempoque
llevevengarestemalvadoacto.Los dos lairds dividieron a sus hombres en grupos más pequeños para
registrarelárea,perodespuésdehorasdebúsqueda,cadagruporeportóquehabían cubierto concienzudamente la planicie y los bosques, sin ningúnresultado.
LiamMacHughsehabíadesvanecidoenelaire.
Página54
Capítulo9
Liam MacHugh estaba en malas condiciones. Alguien había fustigado suespalday tenía lapielhechajironessangrientos.Tambiénlehabíanazotadolas piernas y las plantas de los pies, y le goteaba sangre de una heridaprofundaqueteníaenelcostadoderechodelacabeza.
GabriellesabíaquepodríaobtenerayudaparaelguerreroenlaabadíadeArbane, y aún cuando le corría prisa por llegar allí, las necesidades másinmediatasdelhombreheridodebíanseratendidasprimero.
Cabalgaron a lo largo de la orilla del riachuelo hasta que estuvieron losuficientemente lejos de la batalla como para detenerse. Stephen alzó elcuerpoinconscientedeLiamMacHughdelcaballoylodepositóenelsuelocercadeGabrielle.Suavementeellalepusolacabezaensuregazoypresionóuntrapoenlaheridadelasien,tratandodedetenerlahemorragia,luegoconunatiradelinoquehabíaarrancadodesuropainteriorysumergidoenaguafría, limpió rápidamente las otras heridas lo mejor que pudo. El hombrenecesitaba medicamentos para protegerlo de una infección y un ungüentocalmanteparalaespalda.Tambiénnecesitabaaalguienconagujaehiloparaqueunieralosbordesirregularesdepielquecolgabanalrededordelaherida.Noqueríaserlapersonaquelecosiera,yaquenodeseabacausarlemásdolor.
Elrecododelacorrientedeaguaestabaenmediodelopinosaunabuenadistancia de Finney’s Flat. Estaban aislados y esperaba que a salvo deintrusos. Mientras Lucien y Faust hacían guardia, Stephen y Christien sequedaroncercadeella.Justocuandoestabaapuntodellamarasusguardiaspara que lo movieran, la herida de la cabeza de Liam comenzó a sangrarnuevamente.
—princesa,vuestrovestidoestátodollenodesangre—señalóStephen.—Eso no me molesta —respondió—. Pero me preocupa este pobre
hombre.Haperdidomuchasangre.—No creo que vaya a sobrevivir—dijo Christien—. Y debemos estar
preparadosparaesaposibilidad.¿Quéquerréisquehagamosconelcuerpo?
Página55
GabriellesehorrorizóantelabrusquedaddeChristien.Noestabasiendoinsensible.Eraunhombrecompasivo,perotambiénelmáspragmáticodeloscuatroguardias.
—Simuere,entonceseslavoluntaddeDios,peroharétodoloqueestéenmipoderparaayudarloasobrevivir.
—Como lo haremos nosotros —le aseguró Stephen—. No obstante,Christientieneunargumentoválido.EsteguerreroMacHughnooshavisto.
Ellasonriógentilmente.—¿Cómopodría?Aúntienequeabrirlosojos.—Noentendéis loquequeremosdecir—dijoChristien—.Podríaisestar
enungravepeligro.Stephenestuvodeacuerdo.—No sabemos quienes son estas personas o si alguno de ellos puede
habernosvisto.Vuestraflechamatóallíderdeloshombresqueestabanjuntoalatumba,perolosotrosescaparon.Sidescubrenquevossoisresponsabledesu muerte, podrían intentar vengarse. Nadie debe enterarse nunca de queestuvisteisallí.
GabriellemiróasualrededoralossombríosrostrosdesuscuatroguardiasysediocuentaqueStephenteníarazón.Peronoerasolosuseguridadloquelapreocupaba.SiloshombresdeFinney’sFlatdescubríanquehabíamatadoauno de los suyos, entonces no solo vendrían a por ella; también tomaríanrepresaliascontrasusguardias.Nopodíapermitirqueesopasara.
—¿Quémesugerísquehaga?—preguntó.—Cuando nos acerquemos a la abadía de Arbane, Lucien y Faust os
acompañaran adentro y os escoltarán a vuestras habitaciones —sugirióStephen.
—Podéisusarlacapaparaocultarlasangredelvestido—dijoChristien.—¿Yqueharemosconelhombreherido?—preguntó.—Encontraremos otra forma de introducirlo en la abadía. Los monjes
seguramentetendránlasmedicinasquenecesite.Christienasintió.—Simuere,existelaposibilidaddequeellairdMacHughpuedaculparos.
Oísteisloqueesoscobardesdijeronacercadeél.—Lo llamaron despiadado—dijo—. Aún así iban a enterrar vivo a un
hombreinocente.¿Porquédeberíacreerunasolapalabradeloquedijeron?Losdetuvoantesdequepudierandiscutir.—Este hombre ahora es nuestra responsabilidad. No se lo entregaré a
nadie.Encontraremosunaformadeentrartodosjuntosenlaabadíasinllamar
Página56
la atención. Solo cuando me asegure que están cuidando bien de élabandonarésulado.
—Peroprincesa…—comenzóadecirChristien.Ellacontinuó.—Esos monjes son hombres de Dios, ¿no es verdad? Simplemente les
pediré quemantengan el secreto de cómo llegóLiama la abadía.Si puedohacerqueloprometan,nopodránfaltarasupalabraynoloharán.
—Hay más ramificaciones —dijo Stephen—. No podéis meteros enmediodeunaguerra.
Ellasabíaquenodaríanelbrazoatorcer.—Debemos llegar a un acuerdo.Una vez queLiam esté a salvo y bajo
cuidado,meharéaunlado.—¿Ynolediréisanadieloquesucedió?—Noselodiréanadie.
Página57
Capítulo10
Fue sorprendentemente fácil entrar en la abadía sin ser vistos. No solo lapuerta del extremo sur de la muralla exterior que rodeaba el edificiomonástico estaba destrabada, sino que además estaba abierta de par en par.Unsacerdotehabíacolocadounapiedra frentea lapuertaparaque le fueramásfácilacarrearlossacosdegranodesdelacarretaqueestabaalotroladodelmuro.
Gabrielleysusguardiasloobservaronalabrigodelosárbolesqueestabandetrásdelaabadía.Pensóquelossacosparecíanpesarmásdeloquepesabael cura.Noeraunhombre tanviejo,posiblementeestuvieraaprincipiosdeloscuarenta,conjeturó,peronoeramuymusculoso.Primerointentóponerseel saco sobre el hombro y casi se cae de bruces, por lo que terminóenvolviendo los brazos alrededor de él, dejando que la parte de abajoarrastraraentresuspiernas.
Llevandoasucaballoporlasriendashaciacampoabierto,ellalegritó:—Padre,¿nospermitiríaayudarlo?Alprincipiopareciósorprendido,yluegoasintióvigorosamente.—Agradeceríamucholaayuda—gritóenrespuesta.Lucien y Faust ya habían desmontado y estaban dirigiéndose hacia la
carreta.Luciennotócómoluchabaelsacerdotebajoelpesodelsacoyselocogió.
—¿Dóndelegustaríaquepusieraesto?—lepreguntó.—Justoalotroladodelapuertaalaizquierdahayunalmacén.Siapilael
grano allí, le estaría muy agradecido.—Se sacó un paño del cinturón delhábito y se secó el sudor de la nuca. Sonriendo, comenzó a caminar haciaGabrielle.
—Bienvenida,soyelpadreGelroy.Acababa de cruzar el sendero cuando notó al hombre herido colgando
atravesadoenlamonturadeStephen.—¿Quétenemosaquí?—demandó.Seapresuróairasituarsealladode
Stephen para poder mirar mejor, y se quedó tan impresionado por la
Página58
condición del hombre que rápidamente se persignó—. ¿Qué le pasó a estepobresujeto?¿Estávivo?
—Loestá—respondióChristien.StephendesmontóycargóaLiamenbrazos.—Como claramente puede ver, este hombre necesita asistencia. ¿Hay
algúnsanadoraquí?—Sí, si lo hay, y más de uno —respondió con premura—. Vamos.
Seguidme.LucienyFaustdescargaronrápidamenteelgrano.Gabrielledesmontóyle
entrególasriendasaLucien.El sacerdote caminó rápidamente hacia una puerta que estaba frente a
ellos.—¿Sabéiselnombredeestehombre?Gabriellerespondió.—SunombreesLiamMacHugh.La reacción del padre Gelroy no se hizo esperar. Se detuvo tan
abruptamentequerealmenteosciló,luegosegiródegolpe.Suexpresióneradeincredulidad,yhabíadesaparecidotodoelcolordesurostro.
—¿LeescuchédecirMacHugh?—Estabatanconmocionado,quegritólapregunta—.Dígamequeno,¿perosí?
—Padre,porfavor,bajelavoz—leordenóStephen.Elsacerdotesellevólamanoalafrente.Gabriellenotóqueletemblaba.—Diosmío.TienenaLiamMacHughyapenasestáconvida.Simuere…Gabrielleseadelantó.—Tenemosesperanzasdequeconlaayudadelsanadornomuera—dijo
quedamente.ElpadreGelroyseforzóasímismoacalmarse.—Sí, sí, todos debemos tener esperanzas —balbuceó—. Les puedo
asegurar esto. Será un infierno si muere. Rápido. Llévenlo adentro. Lahabitacióncontiguaa lamíaestávacía.Lopondremosallí.Unavezque lesmuestre el camino iré a buscar al padre Franklin. Creo que tiene másexperienciaquelosdemás.
Lucien y Faust se quedaron con los caballos mientras que Stephen yChristienentrabanaLiamenlaabadíadetrásdeGabrielleyelsacerdote.Elcorredorporelquelosguioeraoscuro,angostoyolíacomoelinteriordeunacueva húmeda. Todas las puertas eran de seca madera astillada dentro demarcosabovedados.Elpadreseñalóunamientraspasabarápidamentefrenteaellaydijo:
Página59
—Esaesmihabitación.Se detuvo frente a la siguiente puerta, y gentilmente golpeó con los
nudillosparaasegurarsedeque todavíaestabadesocupada, luego levantóelpicaporte.Empujólapuerta,entróylasostuvoabiertaparaellos.
La habitación era diminuta, con una pequeña ventana ubicadamuy altasobre el jergón demadera que servía como cama. Unamanta de lana griscubríaelcolchóndepaja.Unbancoyunpequeñobaúleranlasúnicasotraspiezasdemobiliarioenlahabitación.Encimadelbaúlhabíaunajofainayunajarraflanqueadaspordosvelas.
—Pónganlo en la cama.Despacio—dijo el sacerdote—.Acuéstenlo deladoyaquesuespalda…buenDios,supobreespalda…—Tomóalientoylodejósalirlentamente—.CreoqueelpadreFranklinestáenlavíspera.Lediréquetraigasusmedicinas.Cuandoregrese,tomarémiestolaylossantosoleosyledaréaLiamMacHughlaextremaunción.
Gabrielleprotestó.—Peroesossacramentossonsoloparalaspersonasmoribundas.—¿Podéisdecirmequeélnoseestámuriendo?Ellainclinólacabeza.—Nay,nopuedo.—Entonces debe recibir el sacramento de la extremaunción para que
puedaentrarenelparaísoenunestadodepureza.Sevolvióparairse,peroChristienseplantófrentealapuerta,bloqueando
lasalida.—Padre,seríamejorquenadiesupieracomollegóestehombrehastaaquí.—Entoncesprimerodebo saber si algunodevosotros tuvoalgoquever
consusheridas.Esunapreguntainjusta,perodeboobtenerunarespuesta.—Estabaenestascondicionescuandoloencontramos—ledijoChristien.—Eso pensé, ¿sino por qué ibais a cargar con semejante fardo? —El
sacerdote retomó el tema—. Prometo que no diré ni una palabra a nadieacercadelhermanodellairdMacHugh,peromegustaríasaberloquepasó.
—¿Mantendrá eso en secreto también? —preguntó Christien—. Seríamejorquenosupieraquiénessomos.
Elsacerdotenegóconlacabeza.—Metemoqueesmuytardeparaeso.Enelmismoinstanteenquevia
estahermosadamasupequienera.Hacesemanasquesecuchicheaacercadesuvenida.
Segiróhaciaellaehizounaprofundareverencia.
Página60
—Esunplacerconoceros,ladyGabrielle.Noospreocupéis,yaquesienelfuturonospresentan,estaréencantadodeconocerosentoncescomosifueralaprimeravez.Vuestrossecretosestánasalvoconmigo.
—Gracias, padre —dijo, pero dudó que la oyera, ya que había salidoapresuradamentedelahabitación.
—Eshoradequeosmarchéis,princesa—dijoStephen.Christienasintióponiendodemanifiestosuacuerdo.—Sí,yaeshora.Losdosguardiasseveíanpreocupados,ylamentabadecepcionarlos.—No puedo dejarlo aún. Está demasiado vulnerable. Alguien debe
cuidarlo mientras está en este estado de debilidad. Antes de irme, deboasegurarme de que lo dejo en manos capaces y que tiene las medicinasadecuadas.
Nopermitiríaquelainfluenciaran.ElargumentodequeelpadreFranklinseríaunhombremásenelquetendríanqueconfiarparamantenerelsecreto,asuentendernoeraválido.ElpadreFranklineratambiénunhombredeDiosynoromperíalapromesaquehabíanobtenidodeél.
—Cuantamásgentelosepa,másposibilidadeshaydequesiganelrastroquellevahastaelhombrequematasteis…—comenzóadecirStephen.
—Lavidadeestehombreesmásimportante.—Nopodemosestardeacuerdoeneso,princesa—dijoChristien—,pero
acataremosvuestravoluntad.Liamaúnnohabíaabierto losojosniemitidosonidoalguno,nisiquiera
ungemidocuandoelpadreFranklin,quienGabrielletuvoqueadmitirqueeramuycapaz, lecosió lapiel.Quisodejarde lado laspuntadasycauterizar laherida con un atizador ardiente, pero ella no lo permitió.No parecía habernecesidaddadoquelahemorragiaporfinsehabíadetenido.Habíaotrarazón.Aunque dudaba de que el guerrero se preocupara por la apariencia, erabastanteapuesto,yunacicatrizdejadapor laspuntadasnosería tan terriblecomolacicatrizdeunaquemadura.
Unavezqueseaseguróquenadamáspodíahacerseporelhombreherido,Gabriellefinalmenteconsintióenconfiarsucuidadoalosdossacerdotes.
ElsolseestabaponiendocuandofinalmenteGabrielleseapartódeLiam.
Página61
Capítulo11
La llegadadeGabrielle a laspuertasdelanterasde la abadíadeArbane fuerecibidacongranregocijo.
El abad había dado órdenes de que lo convocaran en cuanto ellaapareciera,yenesemomentoseprecipitóapresuradamente,atándoseelcintoalrededordesurotundoestómagoygritandocasisinalientopidiendocomidaybebida.
Haciendounagranreverencia,tartamudeó.—Esunhonor.Esungranhonorofrecerosnuestrahumildehospitalidad,
milady.Sí,realmentenossentimosmuy,peroquemuyhonrados.Leestrechólamanoyselaapretó.Nolasoltóhastaqueelladiounfuerte
tirónhaciaatráspararecuperarlamano.Presentóasusguardiasalabadydijo:—Le agradecemos el alojamiento, y le agradezco por permitir que mi
bodasecelebreaquí.—Nossentimosdeleitadosporteneresehonor.Yahacealgúntiempoque
todoelmundohaestadohaciendopreparativosparaelsagradosacramento,ypensarqueahorasolofaltaunasemana.Estauniónseguramenteaseguraunpacífico y duradero vínculo entre dos nobles países. —Chasqueando losdedos, le hizo señas a un criado para que se apresurara a hacer lospreparativos—.Debéisestarhambrientaysedienta.Venidadentro.Tenemosrefrescos para vos y vuestros soldados. Tengo entendido que cuando estáislejosdecasanoseapartandevuestrolado.¿Noescierto?
—Escierto,peromealegracontarconsucompañía.Una jovenmuy bonita se apresuró a adelantarse y empujó un ramo de
flores frente al rostro deGabrielle. Gabrielle las tomó y le dio las gracias,sonriendocuandolamujerhizounarápidayextrañareverencia.
—Sonpreciosas—gritómientraslamujerseescabullía.—¿Elviajefueplacentero?—preguntóelabad.Gabrielle no se echó a reír, pero tuvo muchas ganas de hacerlo,
preguntándosequepensaría si ledecía laverdadacercade suviaje.Habían
Página62
estado dentro de la abadía varias horas, pero el abad no podía saber eso.Gabrielleysusguardiashabíanvueltoamontarensuscaballosyhabíandadounrodeoa travésdelbosqueparapoderaproximarsea laabadíadeArbanepor la puerta principal. Su viaje había llevado unos pocos minutos comomucho, pero dado que guardaban el secreto de LiamMacHugh, solo pudodecir:
—Fuedelomásplacentero,peromegustaríacambiarmeelvestidoantesdetomarunrefresco.
LacapaescondíalasmanchasdesangredeLiam.Perocomoelclimaaúneracálido,elabadibaapensarquesesentíaenfermaparausarunaprendatangruesa.
—Sí, por supuesto. El hermanoAnselm os está esperando adentro paramostraroselcaminoavuestrashabitaciones.Rezoparaqueseandevuestroagrado.
—Estoyseguraqueestarésumamentecómoda.—Comenzamosapreocuparnoscuandovimosquepasabaeltiempoyvos
nollegabais.Osesperábamoshacehoras.—Siento haber causado tantas preocupaciones. Su campiña es tan
hermosaqueperdílanocióndeltiempo.El abad pareció satisfecho con su respuesta. La tomó por el brazo y
comenzóacaminar.—Hace días que empezaron a llegar los invitados e instalaron sus
campamentos fuera del monasterio. La mayoría es de Inglaterra como seesperaba,peroalgunosvienendelugarestanlejanoscomoFranciayEspaña,todos trajeron regalos para distinguir tan auspiciosa ocasión.El contingenteprovenientedeSt.Biel, lapatriadesufamilia, trajoelquecreoeselregalomásmaravillosodetodos.Esunaencantadoraesculturadesusantopatrono.Nospidieronquelamantuviéramosenlasacristíadenuestracapillaparaqueestuvierasegurahastalaboda,yestoysegurodequeellairdMonroequerráponerlaenunlugardehonorensupropiacapilla.Veréisalgunosdelosotrospresentesenelbanquete…
Gabriellesonreíayasentíamientraselabadcontinuabacharlandode losregalosylosvisitantesylosfestejos.Eraevidentequelaabadíanuncahabíapresenciado una celebración semejante, y le complacía consentir suentusiasmo.
Acababandeentraralsalóncomunalcuandoelabadsedetuvoyseñalóaunhombrequesecruzabaensucamino.
Página63
—Debeconoceral lairdMacKenna.Él, también,esun invitado,perosevadentrodepoco.Laird—lollamó,levantandolavoz—.VengaaconoceraladyGabrielle.Alfinhallegado.
El hombre se volvió y caminó hacia ellos con una sonrisa que parecíagenuina y cálida. Caminaba con pasos largos, y tenía un porte orgulloso.Llevabaelonduladocabellonegropeinadohaciaatrásdespejandolafrente,yno tenía ni una sola cicatriz en sus perfectas facciones. Ella pensó que eraindudablequellevabaunavidafácil.
Lehizounareverencia.—Habíaoídodecirqueeraisunabelleza,ydeboadmitirquenoerauna
exageración.—Osagradezcoelcumplido.—SéqueestáisenteradodequeladyGabrielleestáaquíparacasarsecon
ellairdMonroe—dijoelabad.—Porsupuestoquelosé—respondióellairdMacKenna—.Esmiamigo
—ledijoaGabrielle—,yapedidosuyoconcurriréalacelebración.Seráungrandíaparaambospaíses.DevolverelValle…quierodecirFinney’sFlat…a un highlander traerá la paz entre los clanes, ya que el laird Monroe seocupará de que se use prudentemente. Espero con ansias la ceremonia.—Hizootrareverencia—.Hastaentonces…—dijo,yseretiró.
Elabadesperóhastaqueestuvofueradelavistayluegodijo:—EllairdMacKennanossorprendióatodosconungranactodebondad.
Nos trajounacarreta llenadegranodesuscampos.Nuncaanteshabíasidotangeneroso,ynosquedamosbastanteasombradosycomplacidos.Ellairdseha convertido en un hombre atento. Ah, aquí está el padre Anselm. Él osenseñaráelcamino.
LasdoshabitacionesasignadasaGabrielleestabanenelalamásgrandede la abadía. Eran sorprendentemente espaciosas y tenían puertas que lascomunicaban. Los criados estaban ocupados desempacando su ropa paraprepararlaparalasfestividadesqueseavecinaban.Gabriellemantuvolacapaenvuelta a su alrededor hasta que estuvo sola en su habitación. No estabasegura de que hacer con la sangre que tenía en su bliaut color crema, y nopodía encontrar unmotivo plausible que explicara como había llegado allí.Terminó doblando la prenda y escondiéndola en el fondo de uno de susbaúles.
Mástardeesanoche,despuésdequelasdoncellassehubieranacostado,Faust y Lucien llevaron a Gabrielle hasta la habitación de Liam para que
Página64
comprobarasuestado.ElpadreFranklinyelpadreGelroyestabanambosallí,sumergidosenunaacaloradadiscusión.
—¿Ya se ha despertado? —preguntó en susurros para no molestar alpaciente.
Franklinlesonrió.—No, no lo ha hecho, pero ha gemido un poco, y tengo el buen
presentimientodequeprontosedespertará.—O no lo hará—dijo Gelroy, frunciendo el ceño—. No está fuera de
peligro,¿noesverdadFranklin?—Unodebetenerfe,Gelroy.—Simuere,ColmMacHughdestrozaráestelugar,seasagradoono.Aél
no le importará. Debe informársele que su hermano está aquí. Con suerte,vendráarecogerloantesdequeLiammuera.
—Siesquemuere—dijobruscamenteFranklin—.Peronocreoqueesoocurra. Estoy de acuerdo en que habría que decirle al lairdMacHugh queLiamestáaquí.Creoquedeberíaspartirconlaluzdelamañana.
—Estaré encantado de encargarme de tus tareas mientras dure tu viajehacialastierrasdelosMacHugh—respondióGelroy.
—Soydemasiadoviejoydébilcomoparahacereseviaje—susurró.Gelroyresopló.—Ni eres muy viejo ni estás muy débil. Lo que estás es asustado,
Franklin.Sí,Esoesloquetepasa.—¿Ytúnoloestás?—Por supuesto que lo estoy. De hecho, estoy más asustado que tú—
alardeó en voz baja—. Y soy mayor por dos años, que es por lo que túdeberías ir a realizar este recado, y yo debería quedarme. Mi corazón nosoportaríalacontrariedadquesentiráellairdMacHugh.
Antes de que Franklin pudiera elaborar una objeción, Gelroy se volvióhaciaGabrielle.
—Ya hace una hora que estamos discutiendo acerca de esto —le dijofrunciendo el ceño—, no entiendo sus vacilaciones. A mi se me ocurriríapensarqueel lairdMacHughsesentiráalborozadoalsaberquesuhermanoestávivo.
—Talvez—concedióFranklin—.¿PeroquepasasiLiammuereantesdequeColmMacHughllegueaquí?YdespuésdequeGelroylehayadichoqueLiamestáconvida.¿Quépasaríaenesecaso?
—QuerrásdecirdespuésdequetúledigasqueLiamestáconvida—dijoGelroyenfadado.
Página65
—Pienso que se están buscando problemas —dijo ella—. Y que esteColm MacHugh debe ser informado. Seguramente a estas alturas estaráfrenético.Sialguienaquienyoamaradesapareciera,noséloqueharía.
Aunquehabíanestadodiscutiendoelasuntoenvozbaja,GabriellesentíaquedebíansaliralcorredorparanomolestaraLiam.
—Él no puede oírnos —dijo Franklin—. Aún está profundamentedormido.
GelroysiguióaGabriellealpasilloycerrólapuertatrasél.—Os prometo, milady, que Franklin y yo solucionaremos esto. No os
preocupéis.UnodenosotrosseaseguraráqueColmMacHughseainformadodelparaderodesuhermano.
—Mis guardias me pidieron que les preguntara si les gustaría que losayudaranacuidardeLiamdurantelasnochesvenideras.Nodeberíaquedarsesolo.
Gelroysesintiócomplacidoyaliviadoporlaoferta.—Apreciaría mucho su ayuda. Franklin y yo os prometimos que no le
diríamos a nadie acerca de como llegó esta pobre alma hasta aquí, perotambiéndecidimosqueseríamejorquenomencionáramosaLiamparanada.Habría demasiadas preguntas y especulaciones.Mantendremos su presenciaen secreto durante el mayor tiempo posible. Así que ya veis, no podemospedirle a ninguno de los otros que nos ayuden a cuidarlo porque sinorevelaríamoselsecreto.
Franklinseacerco.—GelroymedijoqueélnosabeloquelepasóaLiamoquienleinflingió
esaseverapaliza,peroélyyoosprometemosquequienquieraquefueranotendráotraoportunidaddedañarlomientrasestéalojadoaquí.Con laayudadesusguardiasnosaseguraremosdequepermanezcaasalvo.
—Me gustaría poder ser demás ayuda y tomar un turno para cuidarlo,peromedoycuenta…
Lucieninterrumpió.—Nopodéis,princesa.—Noseríaapropiadoquevosestuvieraisenlahabitacióndeunhombre,
sinimportarqueesteestuvieradormidoono—ledijoFranklin.Nodiscutió,porquesabíaqueteníarazón.VolviéndosehaciaGelroy,ledijo:—¿YunodeustedesiráalterritoriodeMacHugh?Aélselehundieronloshombros.—Sí.Unodenosotrosirá.
Página66
—Entended,milady.Quienquieraquevayano regresará—dijoFranklinresignado.
Gelroy estaba asintiendo para mostrar que estaba de acuerdo, cuandoFranklinlepalmeóelhombro.
—Teextrañaré,Gelroy.—¿Esunviajepeligroso?—preguntóella.—Noparticularmente—respondióFranklin.—¿Entoncesllevamuchotiempollegarallí?—Nodemasiado—respondióGelroy.—Noesllegarallíloquenosinquieta,milady.Essalirdeallíloquenos
tienepreocupados.Gabrielle estaba segura que sus temores acerca de los MacHugh eran
exagerados.Nopodíansertanespantososcomoinsinuabanlossacerdotes.—¿Iránpronto?—presionó.—Muypronto—prometióGelroy.LadefinicióndeprontoparaelmonjeeradiferentedeladeGabrielle.Le
llevó tres días enteros con sus noches reunir el valor necesario para partir.Para ese entonces Liam había mejorado lo suficiente para que Gelroy sesintierasegurodequesobreviviría,peroelmonjeaúnsemostrabaaprensivo.Aún cuando sabía que debía llevarle las noticias al lairdMacHugh, seguíateniendodudasdequefueraaregresaralaabadíadeArbane.
El padre Gelroy se fue cabalgando en una montura prestada, pero sudestino no era el territorio de MacHugh. Después de considerarcuidadosamente el asunto,decidió ir aver al lairdBuchanan, leal aliadodeMacHugh. Gelroy tenía la tonta idea de que sería más fácil hablar conBrodickBuchananyqueeramenosfactiblequereaccionarafísicamenteensucontra ante la noticia de que el hermano del laird MacHugh había sidoseveramenteapaleado.
Cuanto más se acercaba a la tierra de los Buchanan, más violento sevolvía su temblequeo hasta que temió temblar tanto como para caerse delcaballo. Pero Dios se apiadó de él. Mientras estaba descansando bajo unenorme roble justo debajo del territorio de losBuchanan, divisó un caballoconunjineteaproximándoseporeldesgastadorastro.
Ahora tenía un dilema entre manos. No sabía si el jinete era amigo oenemigo. ¿Debería tratar de esconderse? No, el jinete ya lo había visto.Gelroyrezóunaplegariaydecidióesperarlomejor.
Yheteaquí,eraelbarónGeoffreyelquecabalgabahaciaél.Hizolaseñaldelacruzcomomuestradeagradecimiento,yencuantoelbarónestuvoauna
Página67
distanciacomoparaoírlosigritaba,Gelroy lo llamó.Le recordó,queyasehabíanconocidoenlaabadía,cercadedosañosatrás.Sinmencionaralahijadelbarón,GelroylepreguntósihabíaestadoconlosBuchanan.
—Meparecióqueveníadesustierras.—Lohacía—respondióelbarónGeoffrey.—¿ConocéisbienalosBuchanan?—Estamoslejanamenteemparentados,yaunquepenséenpresentarlemis
respetos y no demorarme más de una noche, ocurrió una tragedia. Unguerrero desapareció. Los hombres estuvieron ausentes buscándolo y seesperaba que estuvieran de regreso ayer pero se vieron demorados por unaterribletormentadelluvialanocheanterior.AsíquetuvequeesperaraqueellairdBuchananregresaraacasa.
—¿Podría ser que el nombre del guerrero fuera Liam MacHugh? —preguntósuavemente.
—Sí.Asíqueseenteródeloquepasó.—Lohevisto—dijo—.Fuetraídoalaabadía,lapobrealma.Elbarónsequedómudo.Gelroytomóventajadesucondición.—Si regresáis y le dais al lairdBuchanan estas noticias paraquepueda
trasmitírselasallairdMacHugh,osganaréisunlugarbienaltoenelparaíso,apesardeseringlés.
Mientras el barón Geoffrey digería la información dada tanimprevistamente, el padre Gelroy se dio la vuelta y espoleó a su monturaponiéndolaaltroteparacomenzarabajarlamontaña.
—Espere—legritóelbarón—.Nopuedeirsesin…¿Liamestávivo?Gelroy le dio una palmada en el cuarto trasero al caballo para que
aceleraraelpaso.Ysinmiraratrás,gritóporsobreelhombro.—OhDios,esoespero.
Página68
Capítulo12
Los lairdsquevivíanen lasHighlandsdelnorteeranungrupodifícil.Eranconocidos por ser impredecibles, irracionales y rudos. También en algunasocasiones,eranconocidosporcomportarsecomosalvajes.Noobstante,sielbarón Geoffrey acusara a alguno de ellos de tener estos defectos,probablementepensaríaqueloestabahalagando.
Sí, eran un grupo peculiar, y en opinión de Geoffrey nadie era máspeculiarotestarudoqueellairdBrodickBuchanan.BrodicknoteníaningúninconvenienteendejarlesaberaGeoffreyquelodetestabaintensamenteporser inglés, sin importar que estuvieran emparentados. Brodick le habíaexplicado muy claramente que debido a que daba la casualidad de que suesposaerainglesaytambiénprimadeGeoffrey,nopodíaserabsolutamentesinceroydecirqueodiabaatodoslosingleses,soloaalgunos.
El brusco laird también le había dicho a Geoffrey que deseaba que semantuviera apartado de su propiedad, sin embargo Geoffrey estaba seguroque si acataba los deseos del laird y no le presentaba sus respetos cuandopasabaporlazona—ytodosloslairdsdelasHighlandsseenteraríandequeél había pasado por allí—entoncesBrodick consideraría el desliz comoungraveinsultoynotendríaotraopciónsalvotomarvenganza.
Elbarónsolohabíaidodevisitaunavez,justodespuésdequeBrodicksecasaraconladyGillian.SutíoMorganlehabíapedidoquefueraacomprobarcomoestabaGillian.Morgan,elhermanomenordelpadredeGeoffrey,eraun anciano solitario y caprichoso, que no podía creer queGillian estuvieracontentadevivirenlasHighlandsentrelossalvajesBuchanan.Parasorpresade Geoffrey, comprobó que Gillian no solo estaba contenta sino que erabastantefeliz.Nopodríahabersidomásamableconél,ysubondadfueunarecompensamásquesuficienteporlahostilidaddesuesposo.
Aunque nunca lo admitiría ante Brodick, Geoffrey estaba impresionadoconélysuesposa.Novivíanenungrancastillo,porelcontrariovivíanenunacabañapequeña,nomayorqueelhogardelmayordomodeGeoffrey.Eraevidente que ni a Brodick ni a Gillian les preocupaba impresionar a los
Página69
visitantes, sino más bien se concentraban en asuntos más importantes. ElúnicodeberdeBrodickeraeldeprotegerasuesposayasuclan.EldeberdeGillian, al menos por el momento, era proteger al bebé que llevaba en elvientre.Evidentemente,deseabaasistira labodadeGabrielle,perodesdeelmomento en que le había dicho a Brodick que iba a ser padre, salir de lapropiedadsehabíaconvertidoenalgoimpensable.
ElsacerdotequehabíainterceptadoaGeoffrey,dándolelanoticiaacercade Liam MacHugh había actuado como si tuviera una manada de perrossalvajestrassurastro.Despuésdehaberleescupidorápidamentelasnoticias,sehabíagirado,incitadoasumonturaacorreragalopetendidoyluegohabíadesaparecidoentrelosárboles.
GeoffreysedirigiónuevamentehacialosterrenosdelosBuchanan,peroaBrodicknolealegróverqueregresabatanpronto.Ciertamentenoestabadehumorparasoportarotravisitasocial.
EllairdconstituíaunavisiónintimidantemientrasseacercabaaGeoffreyhechounafuria.Altoyllenodemúsculos,teníaelcabellorubio,cicatricesdeguerra, y un ceño tan oscuro como la noche. Su comandante, un ferozguerrerollamadoDylan,seguíalaesteladesulaird.Luegodosguerrerosmásseunieronalaprocesión.
Geoffrey apoyó las manos en la perilla de su montura y esperó a queBrodickllegarajuntoaél.Elsaludodellairdnofueagradable,peroGeoffreytampocoesperabaquelofuera.
—Penséquemehabíalibradodeti,barón.Geoffreyignoróelinsulto.—LiamMacHughestáenlaabadíadeArbane.SudeclaraciónalejóelceñodelrostrodeBrodick.—¿Estávivo?Elbarónrelatórápidamenteloquehabíadichoelmonje,ycuandohubo
terminado,Brodickpreguntó:—¿Quédiablosquieredecir«esoespero»?Liamestávivoonoloestá.—DebehaberqueridodecirqueLiamestabavivolaúltimavezquelovio
—sugirióGeoffrey—.¿SelodirásallairdMacHugh?—Loharé.Brodick sedio lavueltay se alejódeGeoffrey,dandopor terminada la
visita. Se puso a ladrarles órdenes a sus hombres. Iría conMacHugh a laabadía.No le cabía lamenor duda de queColmMacHugh no se detendríaantenadaparadescubrirquien lehabíahechoesoasuhermano.SiDiossemostrabamisericordioso,LiamMacHughestaríavivocuandollegaranallí.
Página70
Capítulo13
MientrasGelroyhabíaestadotrabajandoenfortalecersuvalorpararealizarelviajeenelqueinformaríaalafamiliadeLiamdesuparadero,Gabriellehabíaestado llenando sus días con obligaciones sociales y preparativos para laboda. Tarde en la noche abandonaba su habitación para observar a Liammientrasdormía.Susguardiasmanteníanvigiladalapuerta.ElpadreFranklinlehabíaexplicadoasupacientecuandoestefinalmentehabíaabiertolosojos,queaunquelaabadíaeraunsantuarioyporlotantoconsideradatierrasagradapor todos los hombres y mujeres buenos y temerosos de Dios, no iba aarriesgarseaqueunpaganopudierainfiltrarseparadañaraLiamaúnmás.LedijoaLiamqueladyGabriellehabíallegadoparasubodaconuncontingentedeguardias,yquelehabíapedidoayuda.Dadasudébilcondición,Liamnoprotestó.Era conscientedeque lo estabancuidando,perono leshablaba, ycuando hablaban entre ellos, era en un lenguaje que Liam nunca habíaescuchadoynopodíaentender.
Una vez que Liam recuperó la consciencia, el padre Gelroy anunció quepartiría para entregar su mensaje, y salió al amanecer del día siguiente.Regresó al anochecer de ese mismo día. Cuando golpeó en la puerta deGabrielle,estasealegródeverlo,perolesorprendióquehubieraregresadodesuimportantemisióntanrápidamente.Hizoqueseacomodaraenunasillaenelbalcón,leofrecióunrefrigerio,yluegosesentófrenteaél.
—¿Estábien,padre?—lepreguntó.—Loestoy—respondió—.¿Yvos,milady?—Estoy muy bien—respondió—, pero tengo mucha curiosidad. No le
importasi lepreguntoalgo,¿cómofuecapazdecompletarsumisiónentancortotiempo?
—Cabalgandorápidoytendido—alardeó.Unacriadaaparecióen lapuertaconunabandeja.Gabrielle seacercóa
ella, y le ofreció una copa de agua fría al sacerdote. El padreGelroy se lo
Página71
agradecióconunasonrisayunasentimientoyluegobebióungrantrago.—¿SealegróellairdMacHughconlasnoticiasreferentesasuhermano?
¿Sintióalivio?—Meimaginoquesesintióalborozadoyaliviado—respondió—.Sabéis,
nofuialastierrasdelMacHugh.Penséqueseríamásprudente…sí,prudente—repitió— ir a las tierras de los Buchanan y darle al laird Buchanan lasnoticias para que tuviera el honor de contárselas al laird MacHugh. LosBuchanansonaliadosdelosMacHugh,ysupropiedadestámuchomáscercadelaabadía.
—Yaveo.—Gabriellecruzólasmanossobreelregazoypreguntó—:¿YellairdBuchanansesintióalborozadoyaliviadoconlasnoticias?
—Meimaginoquesí—dijounpocoavergonzado.—¿Nolosabe?—lepreguntó,completamenteconfusa.Élseaclarólagarganta.—Resultóserqueno tuvenecesidadderecorrer todoelcaminohasta la
propiedaddelosBuchanan.Vuestropadrejustoestabasaliendodesustierrasporlaúnicarutasegura,ytuvelaoportunidaddeinterceptaralbarónydarlelafeliznoticia.Estoyseguroquefueunaalegríaparaélpoder trasmitirle lanoticiaallairdBuchanan.
AGabrielleleparecióqueelsacerdotehabíahechodeunsimplerecadoun asunto bastante complicado. Sumiedo al lairdMacHugh era irracional.Despuésdetodoelsacerdoteteníabuenasnoticiasquedarleallaird.¿Porquédeberíapreocuparlequeelhombrelehicieraalgúndaño?
—Sí,estoyseguradequelealegró—ledijo.—Vuestropadredeberíallegarencualquiermomento—señaló.—Mealegraráverlo.Talvezsalgaacabalgarconmigoporelcampo.No
deseoquejarme,peromeencantaríasalirdelaabadíaporunrato.—El campo está atestado estos días —le dijo—. Hay mensajeros de
muchospaísesquehanvenidoparalaboda.VariosbaronesdeInglaterrahanacampadoaquí.Ycomosabéis, cuandoviajan, traen todas lascomodidadesde sus hogares. He oído decir que una de las tiendas es tan grande comonuestraiglesia.VuestrabodaconellairdMonroeprometeconvertirseenunaocasiónmemorable.
—Mesorprendequehayanviajadoesasdistanciastanlargasparaacudiralaceremonia—dijoella.
—Esteesuneventomuyimportanteparamuchaspersonas—leexplicó.ElpadreFranklininterrumpióconunrudogolpeenlapuerta.Encuanto
la criada le dejo pasar, el sacerdote entró apresuradamente a la habitación.
Página72
Cuando vio a Gelroy, se detuvo abruptamente y le hizo señas de que seacercara.
—ParecequeFranklinquierehablarconmigoenprivado.Creoquesédequésetrata.Mesaltélasplegariasdelmediodía—explicó—.Ymeimaginoquedeseadarmeunbuensermón.
Un momento después los dos sacerdotes estaban discutiendoacaloradamente, susurrando de aquí para allá. Gabrielle dirigió su atenciónhaciaelsalóncomunalqueestabaabajo.Seinclinósobrelabarandillayvioaunsacerdotecorriendoygritándoleaotrosdosquesalíandelacapilla,peronopudoentenderloquelesestabadiciendo.Rápidamenteelsalóncomunalsellenódehombres,ytodosparecíansumamenteagitados,gesticulandoconlasmanos y sacudiendo la cabeza. Unos pocos monjes se persignaron, searrodillaron,ycomenzaronarezar.
Algoterriblehabíasucedido.—¿LadyGabrielle?ElpadreGelroylerogóqueleprestaraatención.Laexpresióndesurostro
nodejabalugaradudas.Lasnoticiaseranmalas.Su mente trabajó a la carrera contemplando negras posibilidades. ¿Se
tratabadesupadre?¿Lehabríaocurridoalgo?Diosquerido,porfavorquenofueraasí.
Se forzó a adoptar una expresión serena y esperó a que uno de lossacerdotesleexplicaralosucedido.
GelroylediouncodazoaFranklin.—Tú,díselo.—SetratadellairdMonroe,milady.Nopuedecasarseconvos.—Porsupuestoquenopuedecasarseconella—murmuróFranklin.—¿Nopuede?—preguntó,tratandodeentender.—No,milady,nopuede—seapresuróadecirGelroy—.Estámuerto.
Página73
Capítulo14
Eraunapenaquenohubieratenidotiempodehacerqueelasesinatoparecieraun accidente. Le hubiera simplificado la vida. Había considerado laposibilidad de asfixiar a Monroe, pero un hombre moribundo bien podíademostrar la fuerza de diez hombres cuando peleaba por su vida. No,asfixiarloerademasiadoarriesgado.
Comotambiénloeraahogarlo.¿Quéocurriríasifueraunbuennadador?¿Ounchillón?Unfuertechillidopodríaconseguirlealgodeayuda.Ahogarlo,habíadecidido,tambiénestabafueradecuestión.
Había considerado varios otros métodos que podrían haber pasado poraccidentes, pero finalmente los había descartado todos. Algunos erandemasiado complicados, otros dependían demasiado de la fuerza o lasincronizacióndeltiempo.
Al final tuvo que decidirse por un cuchillo. Una hoja afiladaproporcionabaunamuerte rápiday fácil.Desafortunadamente,nadie creeríaquehabíasidounaccidente.¿Cómopodíaalguienaccidentalmentecaersobreun cuchillo cinco o seis veces? Le había costado varias buenas puñaladasmatarallairdMonroe.
Habíamatado antes, pero nunca de esa forma.Debido a su posición demando habitualmente podía encargarle ese tipo de tarea tan desagradable aotrapersona.Peroestoeradiferente.Noseatrevíaaconfiarleanadiemáslamolestatarea.Debíahacerlosolo.Eralaúnicamaneradeasegurarsequenohubieraformadequeelrastroapuntarahaciaél.
Afortunadamente con el paso de los años Monroe se había vueltoconfiado.No se cuidaba comodebía, y sus seguidores se habíanvuelto tanblandos como él en su tarea de vigilarlo. No esperaban que surgieranproblemasporquesulairdnoteníaenemigos.¿Cómopodríatenerlos?Nuncatomabapartidocuandounclansepeleabaconotro,ynuncadeseómásdeloqueyatenía.Ellairdnoteníaabsolutamenteningunaambiciónyeratandócilcomounantiguoremansodeagua.
Página74
El laird nunca variaba su rutina. Cada noche justo antes del anochecerdaba un largo paseo, sin importar el clima, ni donde estuviera. Siemprecaminabasolo.
AgazaparseenlaoscuridadyesperaraMonroehabíaresultadoincómodoy tedioso, pero una vez que el crujir de las hojas le dijo que Monroe seacercaba,agarróelcuchilloconfirmezayesperópacientementeelmomentoadecuadoparasaltar.
Fue un hecho desafortunado pero inevitable. El laird Monroe habíaexperimentadounamuertemuydesagradable.
Página75
Capítulo15
Lamisadelfuneralfuecelebradaenlacapillanortedelaabadía.Muchosdelos integrantes del clanMonroe habían estado de camino a la boda cuandorecibieron la noticia del súbito deceso de su laird y su alegre viaje decelebraciónsehabíaconvertidoenunaprocesiónlúgubreysombría.Muchoslairds de las Highlands asistieron al funeral, pero muchos más habríanrecorridoladistanciaparapresentarsusrespetosdehabersabidodelamuertedeMonroe.Elritual—queserealizóundíadespuésdesumuerte—tuvoquellevarse a cabo con prontitud debido al inusual clima caluroso y el rápidodeteriorodelcuerpo.
Losinglesesnofueronbienvenidos,aunqueresultabadudosoquealgunodelosbaroneshubieraqueridosentarseaescucharcomoelsacerdoteexaltabalasvirtudesdelhombremuerto.Despuésdetodo,setratabadeunhighlander,lo que a sus ojos lo convertía en un ser inferior y no merecedor de susplegarias.
El barón Geoffrey deWellingshire y su hija, lady Gabrielle, fueron laúnica excepción. La familiaMonroe permitió su presencia porque la damahabíaestadocomprometidaparacasarseconsulaird.Selespermitióescucharlamisa con ellos, pero ella y su padre fueronubicados en la última fila.Yaunquehabíamucholugarnadiesesentóasulado.
Gabriellenoesperabauntratamientoespecial.SesentíaagradecidadequeselebrindaralaoportunidadderezarporelalmadellairdMonroe.Supadreyotraspersonasteníanallairdenmuyaltaestimayloapreciabanporqueeraunhombremuybondadosoyamable.¿Porquéalguienquerríamatarlo?Suasesinatonoteníasentido.Elrobonohabíasidoelmotivo,yaquenadahabíasidoarrebatadodesucuerpo.Cuandofueencontradoteníaelanillodeoroyla daga enjoyada en su lugar. ¿Lo habían matado solo por demostrar quepodíanhacerlo?
Dejóvagarlamente,ypensóenLiamMacHughyenelterriblehombrequelohabíahechosufrirtanto.¿Cómopodíaunhombretrataraotrodeformatandepravada?
Página76
La misa terminó y el cuerpo de Monroe, envuelto en lino blanco, fuellevado afuera. Gabrielle mantuvo la cabeza baja mientras la procesión dedolientessealineabaparasalirdelacapilla.Seleocurriólevantarlavistaysediocuentaquelamayoríadelaspersonaslamirabanalpasar.
Cuandolaúltimapareja,unhombrejovenconunamujermayor,llegarona su lado, se detuvieron. Gabrielle pudo sentir los penetrantes ojos de lamujer,ylevantólacabeza.
—Váyase a su casa. No hay lugar aquí para usted —siseó la mujer.Escupiendolaspalabrascomosifueranveneno.
Eljovenrápidamentetomóalamujerdelhombroygentilmentelavolvióhacialaprocesión.
—Ven,madre,mitíonohubieraqueridoquehubieraanimosidades.A Gabrielle le ardía el rostro. Nunca antes había escuchado tanto
desprecio.Mientras se abrían camino lentamente por la nave lateral, el hombre se
volvióparadedicarleaGabrielleunamiradacomprensiva.Supadrelepusounamanoenelbrazoparaevitarquesaliera.—EsperaremosaquelosMonroesehayanido—leadvirtió—.Esamujer
era la hermana del laird Monroe. Creo que sería mejor que no lossiguiéramos.Podríahaberotrosinsultos.
—¿Porquéquerríaninsultarme?—lepreguntóincrédula.—ElclanMonroehadecididoque túeres la razóndequesu lairdhaya
muerto.Lomirófijamentecomosiestuvieradiciendotonterías.—Te hacen responsable de la muerte del laird —volvió a asegurar su
padre.Estabaespantada.—¿Creenqueyolomaté?¿Cómopuedenpensartalcosa?—Meentendistemal,Gabrielle.Nopiensanquetúloapuñalaras,perosi
creenquesisulairdsehubieraquedadoensucasaynohubieraaccedidoacasarse contigo, todavía seguiría con vida. La noche que fue asesinado,Monroe y sus seguidores estaban acampados en un valle cercano, y comoestabadecaminohaciaaquí,alaabadía,paracasarsecontigo,piensanquetúereslacausadesumuerte.
—Peroesoesridículo.Éllepalmeólamano.—Sí,loes.Nodejesquesusnecedadestemolesten.Ellaseenderezó.
Página77
—Puedo soportar sus insultos. No soy tan débil como para quebrarmeanteunaodospalabrascrueles.
—Tienes tiernos sentimientos, hija, tanto si estás dispuesta a admitirlocomosino.
Detrásdeellosseabrióunapuerta,yentróStephen.—Ahora es seguro. Los Monroe se han ido, y el barón que estaba
esperandoenlapuertasehaidoasucampamento.Elpadreasintió.—Entoncespodemosirnos.Ven,Gabrielle.Tusguardiasteescoltaránde
regresoatuhabitación.—Stephen,¿cuáldelosbaronesestabaesperandoenlapuerta?Fuesupadreelquelerespondió.—Percy.—SalióalanavelateralydiounpasoatrásparaqueGabrielle
pudierapasar.—Noentiendo,¿porquévinoalaboda?Noesamigotuyoytampocotu
aliado,ydudoqueconocieraallairdMonroe—dijo.Elpadresuspiró.—Deberíahaberteexplicadoestohacetiempo.Percydicequefueenviado
porordendelreyparasertestigodelaceremonia,peroestoyseguroqueteníaotrosmotivos.Tenía intenciones de protegerte de esto.El barónPercy y elbarón Coswold son dos hombresmuymanipuladores que no se detendríanantenadaparaobtenerloquedesean.Teníalaesperanzadequeunavezquetecasarasrenunciaríanasuobsesión.
LehizoseñasaStephenparaqueabrieralapuerta.—¿Tengorazón,Stephen?—preguntómientrasbajabanlosescalones—.
¿PercyestabaesperandoparatenerlaoportunidaddehablarconGabrielle?—Sí,barón.Estabamerodeandoaunladodelacapillayestabaconsus
amigos.AúnnohevistoalbarónCoswold.—CoswoldviajóaEscocia.Estoysegurodeello.PerosoloDiossabeque
estáplaneando.—¿Por qué querría alguno de ellos hablar conmigo? —preguntó
Gabrielle.—Después te explicaré lo que deba explicarte—le dijo su padre—.Ve
ahora y haz que los criados empaquen tus cosas. Regresarás a Inglaterramañanaporlamañana.Sinofueratantardeteharíapartirahora.
—Pero¿novendrásconmigo,padre?—preguntóGabrielle.—No,primerodeboveralrey.Aestasalturasdebehaberseenteradodela
muertedeMonroe,ydeboobtener suaprobaciónpara regresara Inglaterra.
Página78
Tealcanzaréenunospocosdías.—¿El motivo de que estés tan ansioso por regresar a Inglaterra son
CoswoldyPercy?—lepreguntó.—Sí,ellossonlarazón—respondióceñudo.Entraronalsalóncomunal,caminandojuntos,StephenyFaustibandetrás
deellos.—No te he dicho todo lo que sé acerca de esos dos y su obscena
competencia,peropareceríaqueloqueseaquequiereunodelosbarones,elotrotambiénloquiere.Todoseconvierteenunjuegoparaverquiéndeellosganará y quién perderá.—Sacudió la cabeza con disgusto—. Pensé que telibrarías de ellos una vez que estuvieras casada con el lairdMonroe, y nopuedodecirte cuán atónitomequedé cuandome enteré de quePercyhabíavenido a la boda y que estaba acampado fuera de la abadía. Supuse queCoswoldapareceríaencualquiermomento.
—Los hombres muertos no pueden casarse —señaló Faust—. QueoportunoresultaparaellosqueellairdMonroefueraasesinado.
Stephenasintió.—Esdelomásconveniente,¿verdad?ElbarónGeoffreysevolvióhaciaellos.—Estabapensandolomismo.—Estáissugiriendo…—comenzóadecirella.—Hassidoprotegidadelamaldaddeestemundo,porloquenopuedes
imaginarloqueloshombressoncapacesdehacer.DéjamedecirteconloquemeencontrécuandofuiavisitaralosBuchanan.EllairdBuchananyvariosdesusguerrerosestabanconsusaliados,losMacHugh,buscandoalhermanodellairdMacHugh.
SupadrenoahorródetallesalexplicarleloquelosmonstruosquehabíancapturadoaLiamhabíanintentadohacer.
—Medijeronquehabíasangreenlacuerdaconlaquelohabíanatadoyquehabíancavadounhoyoparaenterrarlo.
—¿Sabenquiéneseranesoshombres,milord?—preguntóStephen.—Nay, no lo saben.Brodick y el lairdMacHugh encontraron a uno de
ellosenelsuelocercadelhoyo,peronadiepudoreconocerlo.Nousaba loscolores de ningún clan comopara poder identificarlo.Brodick regresó a sucasaporuncortotiempo.Yoestabaesperándolo.
—¿Teunistealabúsqueda,padre?—Cielos, no. Él nunca me lo hubiera permitido, pero resultó que
encontraronalhermanodeMacHugh.Cuandoestabadejandoelterritoriode
Página79
Brodick,unsacerdotesaliódelbosqueymediolasbuenasnoticias.MepidióqueledijeraallairdBuchananqueLiamMacHughestabaaquíenlaabadía.
Supadresonrió.—Elpobresacerdoteestabamuyapuradoporsalirdeahí lomás rápido
posible, y no quiso contestar mis preguntas. Me imagino que el clanMacHughsepondrámuycontentocuandoseenterequeLiamestávivoyasalvo. ¿El abad ha mencionado algo con referencia a que esa pobre almaheridaestéalojadaaquí?
Antesdecontestar,GabriellemirófurtivamenteporsobreelhombrodesupadreaStephen.
—No,elabadnonoshadichonadadeél.—Eslomismo—dijosupadre—.Cuantomenosbrutalidadveas,mejor.—Elijocreerquehaymásbondadquemaldadenelmundo—ledijo.—Tienes un corazón bondadoso al igual que tumadre, Gabrielle.—El
barón Geoffrey le besó suavemente la mejilla antes de dejarla—. Deboapresurarme para hablar conmis soldados. Tengomuchas cosas que hacerantesdepartir,peromeasegurarédedespedirmedelabad.
Encuantosupadrediovueltaalaesquina,ellamiróaStephen.—Siento como si hubiera engañado a mi padre al no decirle como
encontramosaLiam.—Estáisprotegiendoalbarónalnodecírselo.Ningunodenosotrospodría
haberprevistolasramificacionesquetraeríaaparejadasmataraunhombreysalvaraotro.Paranosotrosambossonextraños.Nodeberíamosinvolucraravuestropadre,yesmuyprobableque terminarapasandoeso.Esbuenoquenosvayamosacasa.
Ellaestuvodeacuerdo.—Estehasidountristeviaje.
Página80
Capítulo16
GabrielleestabaapuntodeentrarensuhabitacióncuandolallamóelpadreGelroy.
—Milady,¿puedohablarconvos,porfavor?Corrióhaciaella,yelhábitoaleteócontrasustobillos.Teníaelrostrode
uncolorrojobrillanteyelceñoprofundamentefruncido.Ella no se sentía capaz de recibir más malas noticias. Tratando de
animarseasimisma,caminóhaciaél.—¿Sí,padre?—Estánaquí.—Estababufandotanfuerte,queapenaspodíaentendersus
palabras.—¿Quiénestáaquí?—lepreguntó.—EllairddelosMacHughyellairddelosBuchanan.Amboshantraídoa
susguerrerosconsigo.Estánenlacimadelacolinaquerodealaabadía.—Esassonbuenasnoticias,¿verdad?—Oh,no,no.Quierodecirsí.—Tartamudeó—.HanvenidoporLiam,y
esoesmuybueno.—Entoncesdebería irasaludarlos,¿noesasí?¿Ydeberíaacompañaral
lairdMacHughaverasuhermano?—Esonoseránecesario—respondióGelroy.—Noentiendo.Claroqueesnecesario.EllairdMacHughhaviajadotodo
esecamino,ydeberíaserllevadoaverasuhermano—insistió.—Oh,élloverá.Estoysegurodeeso—afirmóGelroy—.Peroellairdno
serállevadoanteél.Gabrielleestabamásconfusaquenunca.—¿Entoncescomoloverá?—Liam está esperándolo fuera de las puertas —soltó el sacerdote de
buenasaprimeras.Horrorizada,Gabrielledijo:—Esepobrehombrenohasidocapazdelevantarsedelacamadesdeque
llegóaquí.¿Cómoesposiblequeestéalotroladodelaspuertasdelaabadía?
Página81
Gelroynotuvoelvalordemirarladefrentecuandorespondió:—ElpadreFranklinyyolollevamos.—¿Ysimplementelodejaronallíafuera?—Nopodíacreerloqueestaba
diciéndoleelsacerdote.—No lo entendéis.El lairdMacHugh es unguerrero poderoso.Todo el
mundo ha oído hablar de su asombrosa fuerza… y su asombrosotemperamento.
Súbitamenteseleaclarólasituación.—Letienemiedo.—SolountontonoletendríamiedoallairdMacHugh.—Peroabandonaraesepobrehombre…—comenzóadecir.—Venid conmigo—dijo Gelroy—. Creo que lo entenderéis cuando lo
veáis por vos misma. No os preocupéis. No podrán veros. Treparemos almuroyespiaremosdesdeallí.Osmostraréelcamino.
El sacerdote llevó a Gabrielle afuera y subió por una angosta escalerahastaunaaberturacavadaenlarocadelgruesomurodepiedra.
Gelroyseñalóhacialacolina.—¿Podéisverlos?La aguda inspiración de ella respondió la pregunta. La vista de los
guerreroslahabíadejadosinhabla,ysolopudoarreglárselasparaasentirconunrápidomovimientodecabeza.
No tuvo ningún problema para localizar a los lairds. Los dos hombresestaban al frente de sus seguidores, cada uno a lomos de un magníficocaballo,unonegro,elotrogris.Amboshombresteníanlaaparienciadehabersidoesculpidosasemejanzadealgúndiosde laantigüedad.SabíaqueZeusnuncahabía existido en realidad, pero cuandovio a esos gigantes, no pudoevitarpensarquetalvez…
—ElqueestáaladerechaesellairdMacHugh—dijoGelroy.¿Erareal?Cerrólosojos,losvolvióaabrir,ytodavíaestabaallí.—Es bastante… grande, ¿verdad? En realidad ambos lo son —dijo,
paseandolamiradadeMacHughhaciaBuchanan.Elsacerdoteserio.—Son highlanders—dijo, como si eso lo explicara todo—.No son tan
civilizadoscomoelrestodenosotros.—Hanvenidoaquíabuscaraunodelossuyos,loquemeindicaqueson
capacesdesentiramorfraternal.Sonhumanos,padre—dijoconundejededesaprobaciónanteelveredictonegativodelsacerdote.
Página82
—Allí está Liam —susurró él, aunque seguramente sabía que eraimposiblequelosoyeran.
—Lograremos ver su jubilosa reunión—dijo ella—. ¿Estámal que losespiemos?
—Nolocreo.Ademásnuncaseenterarán.Miraronporunminutoodos,yluegoellasusurró:—Liamestáteniendoproblemasparacaminar.¿Vecomoestatratandode
no cojear? Está apoyándose en el pie derecho, ¿no es así? También estáaminorandolamarcha.¿Cómopodrásubirlacolina?
—Elorgullolollevaráhastaallí.—Peroelorgulloesunpecado.—Noparaunhighlander.GabriellemirófijamenteallairdMacHugh.Suexpresiónerarigurosa.No
había rastros de sentimientos en sus ojosmientras observaba a su hermanolucharparaavanzar.
Un bárbaro, decidió. El MacHugh era un bárbaro. ¿Acaso no teníasentimientosporsuhermano?Habíaviajadolejosparabuscarlo.¿Porquénolo ayudaba en ese momento? ¿Por qué ninguno de ellos ayudaba al pobreLiam?
Todoseranbárbaros,decidió.Todosycadaunodeellos.Liamtratódepermanecererguido,perocuandomovióelpiehaciadelante
paradarunpaso,setambaleóytropezóhaciaatrás.Inmediatamenteel lairdMacHughsebajódesucaballoylediolasriendasallairdBuchanan.
—Meha sidodevuelta la fe—dijo ella—.Meequivoqué al pensarmaldel laird.Despuésde todovaaayudaraLiam.—Gabrielle sonriómientrasañadía—:Sienteamorfraternal.
Observó expectante como el laird avanzaba con pasos largos hacia elhombremásdébil.Nosedetuvoahablarconél;nolesonrióyciertamentenoleabrazó.
Loquesihizofuedarleunpuñetazoasuhermanocontodassusfuerzas.
Página83
Capítulo17
Brodicknopodíacreerqueélfueralavozdelarazón.Habitualmenteeraeldelmalgenio.Perohoyno.
Hoysudebereraclaro;evitarqueColmhicieraunatontería,yesanoerauna tareafácil.Brodickhabía tenidoquehablarmuchoparaconvencerlodequenotomaraporasaltolaabadíaydestrozaraunahabitacióntrasotraparaaveriguarquélehabíasucedidoasuhermano.
Colmsehabía resistido,peromientras cabalgabanhacia la abadíahabíalogrado controlar su ira.Luegovio aLiam recostado contra la puerta de laabadía,ycomenzóaarderdefuria.
—Buen Dios —susurró Brodick cuando vio a Liam. Tomó aliento, yrecordóqueteníaquehacerelpapeldepersonarazonable,porloquedijo—:Estávivo.
Colmnorespondió.SolofuecapazdeobservarlosvacilantesintentosdeLiam para caminar, durante un angustiante minuto antes de bajarse de lamonturapara ir en subúsqueda.Lepropinóungolpe en lamandíbula, quehizo que Liam se balanceara y se derrumbara sobre el hombro que loesperaba.
UnavezqueColmhubosituadoasuhermanoalomosdesucaballo,leshizoseñasados jinetesparaque flanquearansuscostadosy lesdijoqueseadelantaran.
—Alguiensabeloqueleocurrióamihermano,Brodick.Quienquieraquelo haya traído a la abadía debehaber presenciado alguna cosa.Nohayunamaldita formadequeLiamhayapodido levantarsepara salir caminandodeesecampo.Debiósertrasportado.Míralo,Brodick.—ElMacHughseñalólaabadía y añadió—: Liam no llegó allí por sus propios medios. Alguien loayudó.
—Podríanhaberlodejadoenlapuerta.—Opodríanhaberlo llevadodentro.Sialguienen laabadíasabe loque
pasó, lo encontraré, y haré que me diga lo que sabe, sin importar cuántafuerzadebaemplearparalograrlo.
Página84
Brodickseñalólastiendasqueestabandispuestasfueradelosmuros.—Contodaestagenteenlosalrededores,debesusarlacabeza.Nopuedes
forzarlaentradaalaabadía.PorDios,esunlugarsagrado.Nisiquierapuedesllevarlaespadaniningunaotraarmacuandopasesatravésdeesaspuertas.
AColmnolegustabaqueledijeranloquepodíaynopodíahacer.MiróaBrodick.
—¿Desde cuándo le prestas atención a las reglas? Elmatrimonio te hadebilitado.
—Miesposanosecasaríaconunhombredébil.Colmsesubióasucaballo,tomólasriendas,ycomenzóasubirlacolina.—Talvezteconvirtióenundebiluchoporqueellaesdébil.Lamayoríade
lasmujeresloson.ElinsultodivirtióaBrodick.—Hasconocidoamiesposa,¿noesverdad?Colmseencogiódehombros.—Sí,noshemosconocido.—Sedetectabaelasomodeunasonrisaensu
vozcuandoañadió—:Esunamujerfuerte.Unaverdaderarareza.—Escierto,esfuerte,ytratardellevarmelacontrarianofuncionará.No
teayudaréaemprenderlaguerracontraungrupodeancianos.—No tengo intenciones de empezar una guerra con los monjes.
Simplementevoyaaveriguarloquepasó.—Antesdehacernada,creoquedeberíashablarcontuhermano.—Haciaallímedirigía.—Probablemente no deberías haberlo golpeado tan fuerte. ¿Cuánto
tiempocreesquetardaráendespertarse?—Unpocodeaguaenelrostroharáquerecobreelconocimiento.Mientras la columnade jinetes bajaba lentamente por el otro ladode la
colina,Colmdijo:—¿Visteloquelehicieron?—Lovi—respondióBrodickquedamente.Pasaríaun largo tiempoantesdequeColmfueracapazdedesprenderse
del recuerdo de su hermano intentando caminar hacia él. Parecía que lehubieran desgarrado o arrancado cada pulgada de piel de la espalda y laspiernas.
No,noolvidaríaprontoesaespantosavisión.—TushombresdeberíanllevaraLiamalacabañadeKevinDrummond.
Suesposatieneunaformadecurarlo.
Página85
—Nay,lollevaránacasa.Allírecibiráloscuidadosquenecesita.Quieroqueentiendasquedespuésdequelointerroguevoyaentrarenlaabadía.
—Losé—respondió—.Yyovoycontigo.—No, no lo harás. Ya estoy en deuda contigo. Esos bastardos podrían
haber enterrado a Liam si tú y tus hombres no hubieran aparecido en elmomentoenquelohicieron.Nuncahubierallegadohastaélatiempo.
—Elqueestabamuertocercadelhoyoconunaflechaenelpecho…esonofueobranuestra—lerecordóBrodick.
—Aúnasítengounatremendadeudacontigo.Brodicksonrió.—Sí,asíes.Alcanzaronalosdemás.Dylan,elcomandantedeBrodick,ibadetrásde
losguerrerosMacHugh.EscuchóelpenetrantesilbidodeBrodickydetuvolaprocesión.
HabíaunadocenadehombresdelclanMacHughycasiigualcantidaddeBuchananrodeandoaLiam.
Dado que estaban tan cerca de Duncan’s Bluffs, decidieron dejardescansar a Liam unos pocos minutos antes de continuar. El hermano deColmtodavíaestabaatontadoporelgolpequelehabíadadoenlamandíbula.Rechazólaayudaqueleofrecieronparadesmontarycasisecaederodillas.Todoelmundovioquelaplantadesuspiesestabaendurecidaporlasangrecoagulada, pero nadie se adelantó a ofrecerle su ayuda.Esperaron a que seenderezara por sí mismo y siguiera a Colm hacia las rocas planas quedominabanelvalle.
Liam trató de no quejarse con cada lento y doloroso paso que daba.Cuando finalmente llegó al farallón, se dejó caer en la tierra y apoyó elhombrocontraunarocaplana.
ElsaludodeColmparasuhermanofuebrusco.—¿Quién te hizo esto?—Se paró delante de Liam y cruzó los brazos
sobreelpechomientrasesperabaquelerespondiera.—Sisupieraquienlohizo,yaloshubieramatado—respondióLiam.Era un vano alarde, y ambos lo sabían. Su hermano no estaba en
condiciones de matar a nadie. Su rostro tenía un tono tan gris, que Colmpensó que podría desmayarse otra vez. Pero el orgullo de Liam estaba enjuego,yporesarazón,Colmaceptósuarroganteafirmación.
—Sí,lohubierashecho—concordó—.Dimeloquepasó.—Norecuerdomucho—dijo—.EstabasaliendodelterritorioMonroe,e
ibaacruzarlasplaniciesparadirigirmeacasa,peropermanecíenelladoeste,
Página86
cercadelagua.SéquetodavíaestabaenterritorioMonroe.Sí,estoysegurodeque loestaba.Algomegolpeóenuncostadode lacabeza,ypiensoque talvezmegolpearonotravezenlaespalda.Losgolpesmeaturdieron,ycuandorecobréelsentido,teníalasmanosylospiesatados.Teníaunacapuchasobrelacabeza.
Cerrólosojosporunmomento,tratandoderecuperarlamemoria.—Habíaalmenoscuatro.Recobréelsentidoporunmomentoperodebía
dejarlospensarquetodavíaestabainconsciente.Losoíhablarantesdevolveradesmayarme.Estoysegurodequeerancuatrovocesdistintas…no,espera.—Dejó escapar un suspiro, sintiéndose frustrado—. Puede ser que fueranmás.
Sefrotólanucaycerrólosojosotravez.—¿Algunodeellostehablódirectamente?—preguntóelcomandantede
Colm,Braeden,mientrasélyalgunosotroslorodeaban.—No, no lo creo. —Con cada respuesta que daba, la voz de Liam se
volvía cada vezmás ronca ymás difícil de entender—. ¿Por qué no puedorecordar?Escondenadamenteirritante.
AColm,leresultabaobvioporquelamemoriadeLiameratanprecaria.Habíarecibidovariosgolpesenlacabeza.
—Dijistequeloshabíasoídohablar.¿Quéestabandiciendo?—preguntóBrodick.
—QueesperabanmatartantosMacHughcomopudieran.—Si eran solo unos cuatro captores, ¿cómo era posible que aspiraran a
mataraexperimentadosguerrerosMacHugh?—preguntóBrodick.BraedenleentregóaLiamsucantimploradecuero.Liamtomóunlargo
tragodeagua,asintióparaagradeceralcomandante,yluegorespondió.—Habíahombresescondidosenelbosque,esperandoparaatacar.Seles
había dicho que cogieran a la mayor cantidad de MacHugh que pudieran.Cuantosmásmataran,másaltaseríalarecompensa.
Tomóotrotragoantesdecontinuar.—A otro de ellos le preocupaba que en realidad no hubiera tropas
esperandoenelbosqueparaayudarlos,yqueestaríansolosparaenfrentarlairadeColm.Queríamatarmeyterminarconello,peroelqueestabaacargocontinuabadiciéndolequedebíanesperar.
—¿Esperarqué?—preguntóColm.—Nolosé.—¿Llegasteaoíralgunodesusnombres?—preguntóBrodick.—Silohice,nolorecuerdo.
Página87
Colmcontinuóhaciéndole preguntas a su hermano, con la esperanza deobteneralgunapistaacercadequiénestabadetrásdeesaatrocidad,peroLiamnoerademuchaayuda.
—¿Recuerdasserllevadoalaabadía?—lepreguntó.—No, pero recuerdo haberme despertado allí. Estaba en una habitación
pequeña.Había dos sacerdotes conmigo.Uno era un sanador, el otro usabaunaestolayrezabasobremí.Creoquepensabaquemeestabamuriendo.
—¿Quiéneseranesossacerdotes?—preguntóBraeden.—ElpadreFranklineraelsanador.Lepreguntécómohabíallegadoallí,y
dijoquenolosabía.—¿Lecreíste?—preguntóColm.—Sí,lohice,despuésdequemeloexplicara.MedijoqueelpadreGelroy
habíaidoabuscarloyhabíasolicitadosuayuda.Gelroyeraelsacerdotequeestabarezandosobremí—añadió.
—¿YelpadreFranklinnosintiócuriosidadporsabercomohabíasllegadoallí?—preguntóBrodick.
—Sí,sísentíacuriosidad.Mepreguntócomomehabíanherido,yledijequenopodíarecordarlo.LeoíhacerlelamismapreguntaaGelroy,yGelroylerespondióqueeramejorquenosupieralosdetalles.
—¿QuémepuedesdeciracercadeestesacerdoteGelroy?¿Quétedijoél?—Dijo que estaba afuera descargando una carreta de grano, cuando
levantólavista,yallíestabayo.—¿Allí estabas tú? ¿Eso es todo? ¿No había nadie más contigo? —
preguntóColm.—LehiceaGelroyesamismapregunta,ynopudodarmeunarespuesta
adecuada.Cuandolepedíquemeexplicaraaqueserefería,medijoquenopodíaresponderniquesíniqueno.
—Hablautilizandoacertijos—dijoColmfurioso.Liam trató de levantarse. Apoyando la mano contra la piedra, llegó a
ponerse de rodillas antes de caer hacia atrás. Maldiciendo su debilidad,descansóotromomentoantesdevolveraintentarlo.
—Ese sacerdoteGelroy no usará acertijos conmigo—dijoColm—.Mediráloquequierosaber.
—Colm,debesentender.Gelroyintentabaprotegerme.Lepreocupabaquequienquieraquemehubieraheridointentaraentrarenlaabadía…
—Para matarte. —Asintió Brodick al terminar de formular la idea deLiam.
Página88
—Sí —dijo—. Gelroy creía que los demonios, como llamaba a loshombres que me atacaron, no respetarían el santuario. Como medida deseguridad,élyFranklinestuvierondeacuerdoenmantenermipresenciaensecreto hasta que tú llegaras, Colm, pero había un problema. Ellos dos nopodían montar guardia junto a mí día y noche sin levantar sospechas, yningunodelosdosresultaríademuchaayudacontraunintruso.
—¿Ycomosolucionaroneseproblema?—preguntóColm.—Gelroy recurrió a la ayuda de algunos pocos hombres buenos que
conocía para que me protegieran mientras dormía. Me explicó que buscóhombresentendidosenelartedelabatalla.
—Ningúnsacerdotetieneesetipodeentrenamiento—intercedióBraeden.—No,nolotienen—acordóColm.Detuvosudeambularenfrentedesuhermano.—¿Aquienencontróestesacerdoteparaquetecuidara?—Se lo pidió a unos soldados que estaban allí por la boda del laird
Monroe.—¿Dequéclaneranesoshombres?—preguntóBrodick.AntesdequeLiampudieraresponder,Colmpreguntó:—¿Esoshombreseranhighlanders?—No,noloeran,peroGelroyconfiabaenellosplenamente.—Entoncesteníanqueserhighlanders—razonóBrodick.Todos los guerreros que estaban escuchando la conversación asintieron
inmediatamente demostrando su acuerdo. Solo los highlanders eran deconfianza,yaúnasíhabíaquesercuidadoso.
—Te estoydiciendoqueno eranhighlanders.No sé de dondevinieron,peroGelroydebióconocerlosbienparaconfiarenellos.
Colm sabía que debía apresurarse con las preguntas, ya que deseabaobtener la mayor cantidad de información posible de su fatigado hermanoantes de que el cansancio lo dominara por completo. Liam ya estabasoñoliento. Apenas si podía mantener los ojos abiertos, y estaba teniendoproblemasparaconcentrarse.
—¿Cuántoseran?—lepreguntó.—¿Cuántosqué?—preguntóLiamalgodesalentado.Colmsearmódepaciencia.—Lossoldados,Liam.¿Cuántossoldadoscuidabandeti?—Cuatro.Siemprehabía dos, ya sea dentro de la habitación conmigoo
simplementealotroladodemipuerta.BrodickmiróaColmcuandoestelepreguntó:
Página89
—¿Yestoshombresllevabanarmas?Dehecho,Liamsonrió.—No,nolohacían.—¿La pregunta te parece divertida?—le preguntóBrodick, tratando de
entenderlareaccióndeLiam.—Sí,me loparece.Cuandoveas a estos hombres entenderás el porqué.
Perotepuedoasegurarunacosa,lairdBuchanan.Nonecesitanarmas.—¿Soninvencibles?¿Esesoloquesugieres?—preguntóBraedencomo
si la intención de tal elogio acerca de la fuerza de un forastero debiera sertomadacomounaafrentapersonalcontrasupropiopoderío.
—Ningún hombre es invencible —dijo bruscamente Colm—. ¿Qué tedijeronesossoldados,Liam?¿Teaclararoncomohabíasllegadoalaabadía?
—No.Hablabanentreellos,peronomehablabanamí.Ambos Colm y Brodick esperaron a que Liam diera alguna otra
explicación.Cuandonolohizo,Brodickpreguntó:—¿Porquénohablabancontigo?—Piensoquenomeentendían—dijofinalmente—.Yciertamenteyono
lesentendíaaellos.Hablabanenunlenguajequenuncahabíaoídoantes.Colmsesentíacadavezmásfrustrado.—Gelroydebióentenderlos.—Noestoysegurodeeso.Nuncaleoíhablarconellos.—Entonces como hizo para…—Colm se detuvo. Era inútil continuar
interrogandoasuhermano.Liamnecesitabadescansar,yColmesperabaquecuando suhermano recobrara las fuerzas, fuera capazde recordar algomásacercadeloshombresquelohabíanmantenidocautivo.
Además,razonó,Gelroylediríaloquedeseabasaber.SesacólaespadaylavainayleentregóambasaBraeden.—LlevaaLiamacasa—ordenó.Fuehaciasucaballocogióelarcoylasflechasytambiénselasentregóa
Braeden.—Y tambiénmanda a losBuchanan a casa.—Echándole unamirada a
Brodick,añadió—:AtodoslosBuchanan.AntesdequeColmpudieradiscutir,Brodicksesubióasumontura.—Yoregresocontigoalaabadía—dijo.Braedenasintió.—¿Deseasquealgunodenosotrosvayaalaabadíacontigo?—No,nolodeseo.—EltonodevozdeColmerainflexible.Braedenestabaacostumbradoalosmodalesbruscosdesulaird.
Página90
—EntoncespuedosugerirquelamitaddenuestroshombresllevenaLiamacasayqueyoylaotramitadesperefueradelaspuertascontusarmas,laird.
ElcomandantedeBrodickseadelantóparapararsealladodeBraeden.—YyaquemilairdBuchananvacontigo,sugieroqueyotambiénespere
conlasarmasdemilairdfueradelaspuertas.LosotrosguerrerosBuchananseencargarandequeLiamllegueasucasaasalvo.
Brodickestuvodeacuerdo.—Nosvendríabien tenernuestrasarmassi tenemos labuena fortunade
encontrarnosconloshombresquetorturaronatuhermano.—Prefierousarlasmanos—dijoColm.—¿Inclusosilosotrostienenarmas?Colmlomirócondureza.—¿Quéteparece?Brodicksacudiólacabeza.—Meparecequetienesmuchasganasdemataraalguien,¿verdad?—Voyamataraquienquieraqueseaque lehizoestoamihermano—
respondióColm.Ynoeraniundeseoniunapromesa.Eraunvotosolemne.
Página91
Capítulo18
LacompetenciaentreelbarónCoswoldyelbarónPercysehabíavueltoletal.Oesoparecía.
Cadahombreseesforzabaalmáximoparadescubrirquétortuososplanesestabatramandoelotro.Habíaespíasportodaspartes.CiertamentenotodoslosacompañantesdelbarónPercyleeranleales.Unodeellos—William,suheraldo para ser precisos— estaba secretamente empleado por el barónCoswold.Elheraldoeraun informantebien recompensadoquememorizabacadapalabradichaycadaactollevadoacaboporPercyysusconspiradoresparaluegoreportárseloaCoswold.
CuandolanoticiadelasesinatodellairdMonroellegóalcampamentodePercy,elheraldotraidordejólaabadíaconlafalsaexcusadetenerquehacerunrecadoyseapresuróairadarlelasnoticiasaCoswold.ElbarónsehabíaaseguradoqueWilliamsupierasuparaderoentodomomento,ydeesaformaelinformantefuecapazdeencontrarlojustoenelmomentoenquesesentabaacenarconellairdMacKennaenelsuntuosogransalóndelosMacKenna.
LasterriblesnoticiasnoobtuvieronlareacciónqueWilliamesperaba.NiCoswoldniMacKennaparecieronsorprendidos.Coswoldapenasencogióloshombros con indiferencia mientras queMacKenna, aparentemente igual deindiferente, parecía aburridomientras se estiraba para alcanzar un trozo depannegroyselollevabaalaboca.
El barón Percy se había visto igual de desinteresado al oír las noticias.¿Acaso ambos barones esperaban que sucediera? ¿Habían anticipado lamuerte deMonroe, o simplemente la habían deseado? ¿Y por qué el lairdMacKennasemostrabaigualdeindiferente?Unodesuspropioscompatriotashabía sido asesinado; el heraldo hubiera pensado que bien podría haberdemostradoaunqueseaalgodeaflicción.
Coswoldapartólasilladelamesaylehizoseñasalheraldoparaquelosiguiera afuera. Cuando estuvieron solos, le ordenó que regresara alcampamento de Percy y que mantuviera los ojos y los oídos abiertos parafuturosacontecimientos.
Página92
—Veahora,mientras todavíahayluzparaguiarte.Puedesrecorrerpartedeladistanciaantesdequecaigalanoche.Llegaréalaabadíamañana.
ElheraldoobservóaCoswoldentrarnuevamentepavoneándosey luegopermanecióallíun largomomento rascándose lacabeza llenodeconfusión.Aunque lo deseaba no se atrevía a hacerle al barón la pregunta que loatormentaba. Monroe había sido un poderoso, y a todos los efectos bienconsiderado, laird que había sido asesinado vergonzosamente durante lanoche.
¿Porquénadiesemostrabasorprendido?
Página93
Capítulo19
BrodickestabaincondicionalmentedeacuerdoconColm.Dadalaocasión,éltambiénmataría a los bastardos que habían atacado aLiam.LosMacHugheranaliadosdelosBuchanan,yporlotanto,susenemigoserantambiénlosenemigos de los Buchanan. Más o menos un año atrás, Brodick se habíaaventuradoaentrarenterritorioinglésenunapeligrosamisiónparaayudarasu esposa. En esemomento losMacHugh habían acudido en ayuda de losBuchanan,yahoraeraelturnodelosBuchanandecorresponderelfavor.
Sin embargo, el MacHugh era un solitario. Se negaba a reconocer losbeneficiosdeteneraalguienapartedesupropioclanquelucharaasulado.Brodicksolíapensarde lamisma forma,ycasi lehabíacostadounaguerraconInglaterrahacerlocambiardeopinión.Ahorareconocíaelvalordeesoslazos,yconsiderabanosoloalosMacHughsinoquetambiénalosMaitlandylosSinclair,dosdelosmáspoderososclanesdelasHighlands,susaliadosmáscercanos.EsoslairdstambiénsehabíanconvertidoenbuenosamigosdeBrodick.
Los dos hombres no hablaron durante la mayor parte del camino deregresoalaabadía.Luego,apresurandoasucaballoparaponerloalapardeldeColm,Brodickpreguntó:
—¿Sabescomoconocíamiesposa?Eraunapreguntaextraña,pensóColm.—Ella estaba trayendode regreso al hermanodel lairdRamseySinclair
paraquesereunieraconél—respondió.—Asíes.Elniñosoloteníacincooseisañosenesemomento.Unodelos
hombres del clan Sinclair pensó que debería haber sido nombrado laird enlugardeRamsey.Conspiróparaapoderarsedelclan,yusóalniñoparaatraeraRamseyacampoabiertoconlaintencióndematarlo.
—¿Porquémeestáscontandoesoahora?—TalvezLiamfuecapturadoconelmismopropósito.Paraatraerteati.—Puede ser, el mes pasado dos veces le tendieron emboscadas a los
guerrerosqueprotegenlasfronterasdemiterritorio.
Página94
—¿Perdistealgúnhombre?MacHughsesintióinsultadoporlapregunta.—Por supuesto que no.Mis guerreros están entrenados para esperar lo
inesperado.—¿Yloshombresquelosatacaron?—Desafortunadamenteningunovivió lo suficientepara contar quien los
habíaenviado,peronoeranhighlanders.—¿Proscritosentonces?¿Conlaintenciónderobarloquepudieran?Negóconlacabeza.—OísteloquenoscontóLiam.LasórdeneseranmataratantosMacHugh
comofueraposible.Losproscritosnoestaríantanorganizados.Prosperanenelcaosy,aligualquelasratas,robanyhuyen.
—Loquedicesesverdad—dijoBrodick—.ElhermanodeRamseyerasolounniño,peroLiamesunhombreadulto.Escasidetumismaedad,¿noesasí?
—Escincoañosmenorperoaúnasícompletamenteadulto.—¿Entonces por qué no esperó lo inesperado?Ha sido entrenado igual
quelosdemás.—Leharéesamismapreguntaamihermanoencuantorecobrelarazón.—Entonces, ¿quien esté detrás de estos ataques tiene la intención de
librarsedetodoslosMacHugh?—Esoparecería.—Finney’sFlat.Deesosetratanestosataques.—Sí—respondióColm—.MacKennaestádetrásdeesto.Estoyseguro.—Peronotienespruebas.—MacKennaesunhombrecodicioso.Quiereapoderarsedelatierra,yyo
no voy a dejar que la tenga. No podría soportar tener a ninguno de losMacKenna tancercademi frontera.Lasplanicies siemprehan sidonuestroterrenodecultivo,ytambiénunamortiguadorentrelosMacKennaynosotros.
—HacemuchosañosquenuestroreyleregalólatierraalreyJohn.Seráeldueño hasta que lamujer que ha elegido se case con el lairdMonroe. EllaaportaFinney’sFlatcomodote.
—Estoyenteradodeeseacuerdo.—Sí,perodeloquenoestásenteradoesdequeestamujeresfamiliarde
miesposa.SupadreeselbarónGeoffreydeWellingshire.—¿Admitestenerparientesingleses?—Reluctantemente, lo admito. Me he vuelto más indulgente en mis
opiniones,porsinolorecuerdas,miesposaerainglesa.
Página95
—Amínomeimportaloquesea.—¿SoportarástenerquemiraralclanMonroedesdetumontaña?—¿Y que hay de ti? —contrarrestó—. ¿Podrás soportar tenerlos tan
cerca?LastierrasdelosBuchananlimitanconFinney’sFlatporeloeste.—Sí,perotenemosunbosquedeárbolesentremedio.—NotengorencorescontralosMonroe.Entantosulairdnointerfieracon
misplantaciones,enelextremonortedelvalle,nomemolestarásupresencia.Llegaron a la cima de la colina que estaba por encima de la abadía y
pudieronverlamultituddetiendasquehabíaenlapartesur.—Esastiendaspertenecenalosingleses—dijoBrodick.—Nopuedenestar todosaquíparaasistira labodadeMonroe,anoser
quetusfamiliaresingleseslosinvitaran.—Noesacantidad—respondióBrodick—.TampocoMonroelosquerría
aquí.Nay,enlaabadíadebeestarllevándoseacabootracelebración.Unavezquehubieronbajadolacolina,lesdieronsuscaballosaBraeden
yDylan.—Mantenteenguardia—dijoColmmientrassedirigíanhacialaspuertas.—Siempreestoyenguardia—leaseguróBrodick.Tiródelacuerdapara
hacersonar lacampana.Unmomentodespuésunsacerdoteabrió laenormepuertademadera.
Elabaderaunhombrepequeñoyradianteque,ajuzgarporeltamañodesuestómago,nuncaseperdíaunacomida.Leshizoseñasparaqueentraran.Yahabíasacadosuspropiasconclusionesrespectodelmotivodelavisitadeesosdos.
—Hanvenidoaofrecersuscondolencias,¿verdad?Antes de que cualquiera de los dos lairds pudiera responder, el abad
continuó:—Deben sentirse tremendamente decepcionados por haberse perdido la
misadelfuneral,perodebidoalclimainusualmentecálidosehizonecesarioque su familia se lo llevara a casa para ponerlo bajo tierra lo más rápidoposible.¿Pensaronqueencontraríanalafamiliaparahablarconellos?Esunapena,peroyasehanido.¿Quierenquelesmuestreelcaminoalacapillaparaquepuedanrezarporsualma?
ColmyBrodicksemiraronelunoalotro,yluegoColmsevolvióhaciaelabad. Aunque se estaba dirigiendo a un hombre de Dios, no cuido suspalabras.
—¿EnelnombredeDios,dequéestáustedhablando?
Página96
Elabadrápidamentediounpasoatrásysepalmeóelpechoenunintentopor tranquilizarse. Durante años había vivido una vida tranquila y derecogimiento en elmonasterio, y la excitación y el alboroto de los últimosdíasestabanpasándolefacturaasusnervios.
—¿Nolosaben?Yosoloasumí…setratadellairdMonroe—seapresuróadecircuandovio lasórdidamiradaen losojosdel lairdMacHugh—.Estámuerto.¿Noesporesoquehanvenido?¿Paraexpresarsuscondolencias?
—¿Monroe está muerto? —Brodick estaba muy asombrado ante elanunciodelsacerdote.
—¿Cómomurió?—quisosaberColm.Elabadbajólavozalresponder.—Fue asesinado.—Hizo una pausa para persignarse antes de añadir—:
Fueasesinadoyenlaoscuridaddelanoche.—¿Cuándosucedió?—preguntóBrodick.—¿Cómofueasesinado?—preguntóColmalmismotiempo.Lasexpresionesdeloslairdsasustaronalabad.EllairdMacHughparecía
el más amenazante de los dos, y también el más enfadado. La voz delsacerdote tembló al responderles, y apenas pudo mantener el ritmo de laspreguntasqueledisparabanrápidamentelosdosgigantes.
Colmnotóquecadavezque semovía, el abad retrocedía.Entrelazó lasmanos detrás de la espalda como símbolo de confianza, para que elmansoabadsupieraquenoleharíaningúndaño.
Elabadseapresuróaexplicar.—Yopensabaquehabíanviajadotodoelcaminohastaaquíparapresentar
sus respetos,y resultaobvioquenosehabíanenteradode la trágicamuertedellairdMonroe.Ahoramedoycuentadeloquepasó.Lointerpretémal,¿noesverdad?Sientomuchohaberlosrecibidocontanmalasnoticiascuandoesclaramenteevidentequehanvenidoparapresenciarunaocasiónmuchomásgrata,laboda.
—¿Cómopuedehaberunabodasielnoviohasidoasesinado?—preguntóBrodick.Estabacomenzandoapensarqueelabadestabaperdiendolarazón.
—El lairdMonroe ya no es el novio… dado que ha sido asesinado—concluyóprecipitadamente.
—No estamos aquí para concurrir a ninguna boda… y ya que estamostampocoaunfuneral—dijoColm—.Estamosaquídebidoamihermano.
Larespuestadelabadfuemirarloinquisitivamente.—¿Vuestrohermano?
Página97
Colm consideró la posibilidad de agarrar al hombre por el cuello ysacudirloperosabíaquenoseríaprudenteatacaraunhombredeDios.Porlamirada en blanco que lucía el abad, era obvio que no sabía nada acerca deLiam.
Elabadestabasudandoprofusamente.Sesecólasmanoshúmedasenloscostadosdelhábito.Losojosdellairdsehabíanvueltodeungrisoscuro,delcolordeunaincipientetormenta.
—Las cosas se han estado sucediendo demasiado rápido. No estamosacostumbrados a tanta actividad en nuestro monasterio. En este mismomomento se está decidiendootra uniónpara ladyGabrielle.Es un caos.—Bajólavozparahablarconsusurrosconspiradores—.Enestemomentohaydosbaronesde Inglaterraenelgransalón,ycadaunodeellosclamaserelportavoz del rey John. Una multitud de ingleses está reunida en el salóncomunal.Sinodeseanverseinvolucrados,lesrecomiendoqueesperenenlaplantaalta.
—¿Porquéestánpeleandolosbarones?—preguntóBrodick.—No necesitamos preocuparnos por sus disputas insignificantes—dijo
Colm—.Recuerdalarazónporlacualestamosaquí.—Sedirigióalabadunavezmás—.TieneaquíaunsacerdotellamadoGelroy.Deseohablarconéllomásprontoposible.
—¿Puedopreguntarlosmotivosporlosquedeseáishablarconél?—No,nopuede.El abad quedó desconcertado por la ruda negativa. Luego asintió,
pensando que entendía la razón por la cual el laird se había negado aexplicarse.
—Oh, ya veo. Deseáis confesaros. Me disculpo. No debería haberpreguntado.PorquenosubísyyoenviaréalpadreGelroyaquesereúnaconvos. Creo que sé exactamente donde está. Él os enseñará el camino a lacapillaparaquepodáislibrarosdevuestrospecados.
Yunavezmáselabadhabía sacado lasconclusionesequivocadas,peroningunodelosdoslairdslosacódesuerror.
—Nodebería llevarnadade tiempo—señaló,volviéndoseparaguiarloshacialasescaleras.
BrodickhizoungestoconlacabezaseñalandoaColm.—Con la cantidad de pecados que tiene él, yo no estaría tan seguro de
ello.AColmnolepareciógracioso.EmpujóaBrodickfueradesucamino.
Página98
—Noestoyaquíparaconfesarme.Estoyaquíbuscandoalgunasrespuestasacercademihermano.Soloquieroterminarconestoysalirdeaquí.QuizáspuedaconvenceralpadreGelroydequevengaconnosotros.Nopuedopensarnirespirarcontantosinglesesrodeándome.
—Dudo queGelroy quiera irse con nosotros. Pero podrías pedírselo—dijoBrodick.
—¿Pedírselo?¿Porquéhabríadepedírselo?Brodick se encogió de hombros. Colm haría lo que le pareciera sin
importarle lo que pensara Brodick. Además, Brodick seguramente hubierahecho lomismo si hubiera sido su propio hermano.Aún así, arrastrar a unsacerdotefueradesusantuarioconelsolopropósitodeintimidarloparaquedijera lo que sabía acerca de los captores deLiam…yde los salvadores…probablementefueraaennegrecerunpocomássusyaestropeadasalmas.
Elabadestabataninmersoentratardeescucharsuconversaciónquenosediocuentadequehabíanllegadoa loaltodelmuroquerodeabaelsalóncomunal.Sinaliento,señaló:
—Yallegamos.Elabadsevolvióparavolverabajarlasescalerasconlaintencióndeira
buscaraGelroyperoBrodicklodetuvoconunapregunta.—Sientocuriosidad,abad.¿ElbarónGeoffreyysuhijaaúnestánaquí,o
yahanpartidohaciaInglaterra?—¿ElbarónGeoffrey?¿Conocéisalinglés?Brodicksuspiró.—Medavergüenzaadmitirquesonparientesnuestros…porelladodemi
esposa—agregóapresuradamente.—Aúnasíesembarazoso—señalóColm.BrodickserecordócalladamenteasímismoqueColmeraunaliado.—Nuncaconocíalahija—ledijoalabad.Elabadrespondió:—Elbarónhapartidodeviajeparaencontrarseconsurey,ylahijaseha
estadopreparandoparapartirhaciaInglaterra,peropiensoqueseráretenida.—¿Porquéseráretenida?—preguntóBrodick.—Vos no lo entendéis —dijo el abad—. Todo el caos reinante está
relacionadoaladamayconquiéndeberíacasarse.—¿Supadreestáenteradodeesto?—deseósaberBrodick.—No.Partióantesqueesosdosbaronessejuntaran.—¿Y cuando se espera que regrese el barón Geoffrey? —Aunque el
futurodeladyGabriellenotuvieraningunaimportanciaparaBrodick,sintió
Página99
unpunzantesentidoderesponsabilidad.—Dudo que alguien haya tenido tiempo de enviarle un mensaje a su
padre.Parececomosilosbaronesdeliberadamentehubieranesperadoquesefuera de la abadía antes de abalanzarse sobre la hija con el asunto delmatrimonio.Ambosactúancomosifueraunasuntodelomásurgente.Porloqueheoídodesudisputa,quierenqueestécasadaantesdequeelpadreseentereyprovoqueuntrastorno.—Lanzandounamiradahacialaizquierdayluego otra hacia la derecha dijo—: Es una conspiración. Sí, si me lopreguntarandiríaqueesunaconspiración.Peroladamaestáprotegidaporsusguardiasy está a salvoennuestromonasterio.Nada lepasarámientras estéaquí.
La ingenua convicción irritó a Colm. La abadía estaba abarrotada deextraños,y lamayoríaeraningleses.¿Cómopodíacreerquepersonascomoesas respetarían el santuario? Hasta el sacerdote Gelroy había tenido susdudas, por lo que les había pedido a los soldados que cuidaran a Liammientras dormía.Colm se preguntaba que pensaría este nervioso abad si seenteraradequeLiamhabíasidounhuéspedallí.
—¿AceptaladyGabrielleunanuevaunión?—preguntóBrodick.—Ellaaúnnolosabe.Prontolaharánllamar.—Sacudiendolacabeza,el
abad suspiró—. Se enterará de estas conspiraciones cuando acuda a sullamada.
Página100
Capítulo20
EsatardeelbarónCoswoldhabíatomadoporasaltolaabadíaconsucorrillode zánganos.Teníaunaverdaderamultitudde aduladores arrastrándose trasél,veintitrésparaserexactos.Elgrannúmeroeradeliberado,yaqueCoswoldesperabaintimidaryabrumaraPercy.
Coswoldsesentíaincreíblementepoderoso.Portabaunactaproclamandoqueélysoloélhablabaennombredelrey.
PeroPercynoestabaniintimidadoniabrumado.AligualqueCoswold,éltambién teníaespías,yaunqueaúnno sabíaacercadel acta,Percy sehabíaenteradodequesuenemigoibaatratardetomarelmandodeFinney’sFlatydel futuro de ladyGabrielle. Pensaba queCoswold planeaba usar la fuerzaparaconseguirloquequería.
Percy estaba listo para él. Su propia horda de necios bribones lo siguiócuandoentróprecipitadamentealsalónparaconfrontaraCoswold.Percynoestaba dispuesto a retroceder ni a que lo hicieran a un lado, y no estabapreocupado en absoluto ante la posibilidad de no conseguir lo que quería.Teníaunacta firmadaporel reyquedecíaqueély soloélpodíaactuarennombredeJohn.ElreylohabíaenviadoalaabadíaparapresenciarlabodaentreMonroeyGabrielle,peroahoraqueelnovioestaba fueradelcamino,PercyestabasegurodequepodíadecidirelfuturodeGabrielle.
Cadaunodelosdoshombreshambrientosdepoderteníaunoodostrucosenlamanga.
Los dos barones se encontraron en el centro del salón de los visitantes.Laspuertasquedabanalpatiofueronabiertasdeuntirón.Estanoseríaunadisputaprivada.Ambosqueríanquehubieratestigosquelosescucharan.
Percyatacóprimero.Apuñalandoelaireentreellosconundedolargoyhuesudo,dijo:
—No teatrevasa interveniren lasdecisionesque tomehoyaquíoharéqueteechen.HabloennombredelreyJohn,yvoyadecidirelfuturodeladyGabrielle.
Página101
—¿Sufuturocontigo?—seburlóCoswold—.¿YFinney’sFlatserátuyotambién?¿Esesoloquecreesquepasara,tonto?Porciertonolatendrás.Yomeencargarédeeso.
—No tienes poder, Coswold. Voy a escoltar a la dama de regreso aInglaterra.Sí,seiráconmigo.—Percynisemolestóenañadirelimportantehechodequeantesplaneabaforzarlaacasarseconél.
Coswoldseacercóunpaso.—Yano eres el portavoz del rey, ya que yo poseo un acta firmada por
Johndándomeplenospoderesenestelugar.Hablaréyactuaréensulugar.Percy se sintió ultrajado. Se le hincharon las venas de la frente cuando
respondió.—Nay,yotengoelacta,yestáverdaderamentefirmadaporelreyJohn.
Nopuedesembaucarme.Séloquequieres,ynolatendrás.La disputa verbal se incrementó hasta que ambos barones estuvieron
gritándose el uno al otro ininterrumpidamente. La pelea se trasladó haciafuerayaquecadavezmáscuriososseuníanalamuchedumbre.
La líneadivisoria entre losdos camposestabamarcadaporunacruzdepiedraqueestabaenmediodelpradoabierto:Percyysusseguidoresestabanaunlado,yCoswoldysuspartidariosalotro.
—¿Tegustaríaverelacta?—preguntóCoswold—.Tieneelsellodelrey,asícomotambiénlafecha,Percy.Sinotehacesaunlado,haréqueteechen.
Percybufó.—¿Cuándo fue firmada esa acta?—demandó, y antes de que Coswold
pudiera responder, agregó—: Sé donde has estado, y lo sé todo acerca deloscuronegocioquehicisteconellaird.
Coswold ignoró el comentario. Chasqueó los dedos hacia uno de susseguidores,yprontamenteaparecióelpergamino.SelosacóbruscamentedelasmanosyloblandióanteelrostrodePercy.
—Aquíestá.ElreyJohnmeatribuyólapotestadamí.ColmyBrodick tenían losbrazosapoyadossobreelparapeto,yestaban
observandoyescuchandoeldebatequesedesarrollabadebajodeellos.Colmsimplementeestabapasandoel tiempohastaque llegaraelpadreGelroy.Elabad les había indicado que no le llevaría mucho tiempo ubicarlo, peroobviamentesehabíaequivocado.
Impaciente por tomar al sacerdote y escapar de esos tontos baronesingleses,Colmmurmuró:
—¿DóndeestáesemalditosacerdoteGelroy?—Seguramenteestáencamino—respondióBrodick.
Página102
Colmexaminó lamultitudquehabíaabajo.Notóelnúmerodehombresconsagradosquelucíanhábitoydijo:
—Hay tantos de ellos. Si supiera que apariencia tiene Gelroy, me lollevaríaarastras.
Brodicksonrió.—¿Teacuerdasquetemencionéquenopodíasempezarunaguerracontra
lossacerdotes?Bueno,tampocopuedesarrastraraunodeellosfueradeaquí,anoserqueelsacerdoteestédispuestoair,ydudoqueGelroyloesté.Túyyo…
—¿Túyyoqué?—Deacuerdoconmiesposa,tendemosaasustaralagente.Otrogritoatrajosuatención.—Estosinglesessíquesonruidosos,¿verdad?—comentóBrodick—.Es
una pena que no tengamos nuestros arcos y flechas. Podríamos librar almundodealgunosdeellos.
Colmsonrió.—Sí,síquepodríamos.En ese momento Coswold palmeó las manos para que le prestaran
atenciónygritó:—TraedmealadyGabrielle.Arreglaremosestoaquíyahora.—Sevolvió
al grupo que tenía a sus espaldas, hizo una rápida inclinación de cabeza, yluego se giró para enfrentar a Percy—. He tomado una decisión. Cuandotermineeldía,estarácasada.
Página103
Capítulo21
ElabadencontróaGabriellepaseandoconelpadreGelroyporeljardín.EllayalehabíaexpresadosugratitudalpadreFranklinyestabaapuntodedarlelas gracias a Gelroy por guardarle el secreto cuando el abad entróprecipitadamenteeneljardínllamándola.
—LadyGabrielle,sehasuscitadounescándalo.—Estabaresollandoporelesfuerzoquelehabíademandadolacarrera,apenaspodíarespiraryhablaralmismotiempo.
Gabrielleloguiohaciaunbancodepiedraylesugirióquesesentaraunmomento.
Asintiendo,sedejócaeryjadeó.—Ah,asíestámejor.Gelroyentrelazólasmanosdetrásdelaespalda.—¿Mencionóunescándalo?—Oh, sí.Habéis sido convocada al patio. PadreGelroy, tal vez debería
acompañarla.¡Quédisputa!Terrible,essencillamenteterriblelaformaenqueseestáncomportando.Ydetodosloslugaresposibles,lohacendentrodeestesagradomonasterio.Ladeshonracaerásobresusalmas.
—¿Quiénestápeleando?—preguntóGabrielle.—DosbaronesdeInglaterra.CreoqueunosellamaCoswold,yelotro…—Percy.—Sí,asíes,milady.BarónPercy.—¿YesosdosbaroneshanconvocadoaGabrielle?—preguntóGelroy.—ElbarónCoswoldloexigió.Gabrielleestabaindignada.—Yo no respondo ante ninguno de ellos, y no tengo ningún deseo de
verlosnidehablarconellos.Yaestoylistaparatrasladarmeamihogar,ynoveorazonesparademorarlapartida.
Gelroyevidenciósuacuerdoconunrápidoasentimiento.—Enestemismomomentosusguardiasestán llevando loscaballosa la
puertadelantera,yaqueGabriellepiensapartirdelaabadíainmediatamente.
Página104
Susposesionesyahansidoempacadas.Elabadnegóconlacabeza.—Nocreoquelosbaroneslepermitanirse.—Haymásenestodeloqueaparenta,¿verdad?—preguntóGelroy.Elabadsuspiró.—Sílohay.Cadabarónportaunactaproclamandoquehablayactúaen
nombredelrey.ElactadeCoswoldesmásrecientesiunoconfíaenlafechaanotada allí.Ambas actas tiene el sello del rey, o esome han dicho.—Desúbitoelabadsepusodepiedeunsalto—.Oh,Señor,meolvidé.Contodalaconmociónyelgriterío,meolvidécompletamentedemiencargo.¿Ycomopodría olvidárseme?Fuepor la preocupaciónpor esos dos…PadreGelroy,cuandoelbarónCoswoldmellamóestabayendoensubusca.
—¿Porquémeestababuscando?—lepreguntó.—Prometímandarlo a la parte superior delmuro.Ya ve, hay dos…—
hizounapausa.—¿Dos?¿Dosqué?—preguntóGelroy.—Lairds —respondió renuentemente—. Buchanan y MacHugh. No
dijeron que necesitaban hablar con usted, pero el lairdMacHughmencionóalgoreferenteasuhermano.¿Sabealgodeeso?
ElpánicoyelespantorecorrieronlasfaccionesdeGelroy.—Tengounaleveidea.—Meloexplicarámástardepuestoqueyahehechoesperara los lairds
demasiado tiempo. No parecen del tipo paciente. —Sonrió y añadió—:Tambiénoíqueunodeellos…creoquefueMacHugh,peronopuedoestarseguro…mencionabaalgoacercadellevárseloconél.
Gelroytragósalivaconfuerza.—¿Enserio?—Quizásunodeellosleofrezcalaoportunidaddeunirseasuclancomo
líderespiritual.Séquedeseatenersupropiaiglesiaalgúndía,¿noesverdad?Y también desea salvar tantas almas como sea posible. ¿No es eso ciertotambién?
Gelroy asintió frenéticamente. Realmente quería su propia iglesia y supropiorebaño.¿Quésacerdotenoloquería?Peronoentreesosbrutaleslairdsysusturbulentosclanes.Nodeseabavivirelrestodesuvidaenunestadodeperpetuoterror.
—Mecontentoconrezarporlasalmasperdidasenestelugar,abad—dijoenunsusurro—.¿QuierequeescoltealadyGabrielleparaqueseenfrentealosbarones,oquierequevayaahablarconloslairds?
Página105
—Yoiréconella,yustedapresúreseairconloslairds.Cadavezentranmáshombresdesuclan.Cuantomásprontohableconellos,mejor.
Gelroysabíaquenohabíaformadeevitarlo.—Esmejorquetermineconesto—dijo.LedijoadiósaGabrielleporúltimavezysefueacumplirsuaterradora
misión.Gabrielle iba a continuar negándose a encontrase con los barones, pero
abruptamente cambió de opinión. No deseaba poner al abad en la delicadaposición de tener que explicar el motivo por el cual ella ignoraba laconvocatoria.
—Veré lo que quieren los barones, y luego dejaré la abadía lo másrápidamente posible. Abad, quisiera darle las gracias una vez más por lahospitalidad y la generosidad que demostró conmigo y con mi padre. Leestamosmuyagradecidos.
Comenzó a rodear al abad para ir hacia el salón comunal, pero él lebloqueóelcamino.
—Voy a escoltaros, milady, pero ¿no deberíamos esperar a vuestrosguardias? Seguramente querrán estar a vuestro lado cuando hable con esosbarones.
Hizoungestonegativoconlacabeza.—Mis guardias están demasiado ocupados para molestarlos con esta
tontería,yestoyseguraquelareuniónnollevarámuchotiempo.Nopudodisuadirla.Gabrielleteníaotrarazónparamantenerapartadosa
sus guardias de los barones. Su padre no confiaba en esos hombres, ytampoco ella. Le preocupaba que Coswold y Percy pudieran decirles a sussubordinadosqueprovocaranunapelea,yaunquesusguardiasestabanbienentrenados, en última instancia podrían ser superados por el número deatacantes.
Aunquesídeseótenerasupadreallado.Élsabíadeloqueerancapacesesos hombres, y sabría que esperar. Trató de pensar en lo peor que podríapasarpara estarpreparada,peronuncani en susmás salvajespensamientoshubierapodidoimaginarseloqueseleveníaencima.
Página106
Capítulo22
Gelroysubiólaescaleraarrastrandolopiesyrezando.Cuandollegóalúltimoescalónydiounbuenvistazoasualrededorletemblabanlasrodillas.Tuvoquereclinarsecontralaparedparaevitarcaersehaciaatrás.
¡BuenDios,habíatantos!Ytodosestabanmirándolo.Cuandohabló,suvozsonócomoelchirridodelasbisagrasoxidadasde
unapuerta.—¿Alguiendeseabahablarconmigo?Doshighlandersseacercabanaél.Sus largospasosprontoconsumieron
ladistanciaquelosseparaba.Gelroyseaferróalaparedyesperó.Alguienlediounempujónporlaespalda.Asombrado,elsacerdotesevolvió.Habíaotrohighlander parado en las escaleras detrás de él. ¿Cómo había llegado elhombreallítanrápidamente?
—¿Usted es el sacerdote Gelroy?—preguntó una voz atronadora en loaltodelaescalera.
Alzolavista.Habíadosgigantesparadosunojuntoalotro.Erandeigualestatura, y ambos lucían las cicatrices de su pasado. Gelroy dio un pasotentativohaciaellos.
—SoyelpadreGelroy.Brodicknotóqueelsacerdotesemovíanerviosamenteyquerápidamente
estabaperdiendoelcolordelrostro.—Noledeseamosningúnmal,sacerdote—ledijoenunintentodeayudar
aGelroyasuperarsumiedo.—SoyellairdMacHugh—dijoColm.Gelroyasintió.—Sí,separeceasuhermano.—YyosoyellairdBuchanan.Elsacerdoteselasarreglóparaesbozarmediasonrisamientrasalzabala
vistahaciaBrodick.—Sí,losé.VossoiselsalvajeBuchanan.
Página107
—¿Cómo me llamó? —Estaba demasiado sorprendido como paraenfadarse.
—EllaosllamaelsalvajeBuchanan.Brodickenarcóunaceja.—¿Quiénmellamaasí?—LadyGabrielle—respondió—.¿Nosabequiénesella?—seapresuróa
continuar—:EslahijadelbarónGeoffreydeWellingshire,ysonfamiliaressuyosatravésdesuesposa.
A Brodick se le arruinó el humor cordial. Sintió como si le estuvieranrecordandoconstantementequeteníaparientesingleses.Eracondenadamentehumillante.
—Tengo algunas preguntas que hacerle —dijo Colm perdiendo lapaciencia.
—¿Sí?—Tengo entendido que usted atendió a mi hermano cuando fue traído
aquí.—No,noloatendí,yaquenuncapractiquélasartesdelacuración.Fueel
padreFranklinelqueatendióaLiam,yyoayudecuantopude.Susheridaserangraves,yporuntiempo,meavergüenzaadmitirlo,nopenséquefueraasobrevivir.
Colmasintió.—¿Quiénlotrajoaquí?—Nopuedodecirlo.Colmladeólacabezayporespaciodevariossegundossequedómirando
fijamenteaGelroy.—¿Nopuedeonolohará?—exigió.—Nopuedo.—Gelroypudomirarallairddirectamentealosojosporque
estaba diciendo la verdad. No podía decirlo. Le había prometido a ladyGabriellequeconservaríasusecreto,ynopodíaromperlapalabradada.NoentendíaporquenodeseabaquenadieseenteraradequeellaysusguardiashabíanayudadoaLiam,perorespetaríasusdeseos.
Las preguntas continuaron, peroGelroy sabía que el lairdMacHugh nocreíaqueleestuvieradiciendotodoloquesabíaporqueseguíadandovueltasyvolviendoalamismapregunta:¿CómohabíallegadoLiamalaabadía?
—¿AlguienmásviocómoentrabanaLiam?—preguntóBrodick.—No.Nolocreo,ehicetodoloquepudeparamantenersupresenciaen
secreto.
Página108
—¿Usted lo levantó y lo llevó adentro, sacerdote? —Colm cruzó losbrazossobreelpechoyesperósurespuesta.
Gelroy se estaba sintiendo mal del estómago. ¿Qué iba a hacer? Paraproteger lapromesaquehabíahecho, tendríaquementirleal laird.Que lío.Deseó tener tiempoparahablar con suconfesor,yaqueno teníani ideadeque clase de pecado estaba a punto de cometer. ¿Era una infracciónmenorqueseríaconsideradaunpecadovenial,oeramuchomásterminantedebidoaqueeraunsacerdoteelqueestabamintiendo?¿Podríaserunpecadomortal?No,seguroqueno.Gelroypensóquetendríaquehaceralgomuchomásserio,comomataraunhombre,paratenerunamanchamortalenelalma.Detodasformas,unpecadoeraunpecado.
Gelroyseestabahundiendoenuncenagal,ynoveíalasalida.—¿Qué diríais si os dijera que podría haberlo levantado y trasportado
adentro?ColmmiróaBrodick.—¿Estábromeando?Brodicksacudiólacabeza.—Nolocreo.Gelroypreguntó:—¿Ysiosdijeraquenolorecuerdo?Colmdejóqueelsacerdotevierasufastidio.—¿No recuerda haber levantado a un hombre que pesa al menos dos
vecesmásqueusted?¿Norecuerdaunahazañatanasombrosa?Gelroyinclinólacabeza.Dejódeintentarhacerseellisto.—Losiento, laird,peronopuedodecirosnadamás.Hedadomipalabra
dequeguardaríasilencio,ydebocumplirla.Colmestabafurioso.—¿Lediosupalabraaloshombresquetratarondemataramihermano?—No hice tal cosa, y no tengo ni idea de quiénes son esos hombres
terribles. No guardaría sus secretos a no ser que me los hubieran dichodurante la confesión. —Rápidamente levantó las manos—. Y ninguno deellosseconfesóconmigo.Osjuroquenosénadaacercadeellos.Nisiquierasé loque lepasóavuestrohermano.Soloviel resultadodelcastigoque leinflingieron.
Brodick se distrajo con los ruidos que provenían del patio.UnguerreroBuchananlollamó.
—Allíabajohayproblemas.
Página109
Uno de los hombresMacHugh bajó la vista observando a la gente queestabareunidaabajo.
—Deberíasveresto—ledijoaColm.—¿Por qué habrían de preocuparme los ingleses y sus problemas? —
preguntóBrodickmientrascaminabaazancadashaciaelparapeto.—LahijadelbarónGeoffreyestáenelcentrodelosproblemas.
Página110
Capítulo23
Gabriellelideróelcaminohaciaelsalóncomunal.Estabadecididaaterminaresta reunión y ponerse en camino lo más rápidamente posible. El abad laseguíamientras se apresurabaa subirpor lapequeñacimaquehabíadetrásdel pabellón donde estaban los dormitorios de los monjes y rodeando lacapilla más pequeña adyacente a la panadería. Estaba a punto de entrar alsalón comunal a través de una arcada cuando vio a una mujer que estabaparada en las sombras observándola. Instintivamente Gabrielle sonrió y lasaludó con la cabeza, pero la mujer no le respondió la gentileza. Habíaaversión en su expresión, y los ojos, parecidos a los deunhurón, brillabanconodio.
Gabriellesequedótansobrecogida,quesedetuvoabruptamente.Aunquenunca anteshabíavisto a lamujer, teníauna leve ideadequienpodría ser.UnareaccióntanruinsolopodíaprovenirdeunaMonroe.SupadrelehabíadichoquelamayorpartedelclanMonroelaculpabaporlamuertedesulaird.Laridículaideanoteníasentidoparaella,yestabapensandoendecirlealgoalamujeryseñalarlequesuactituderadelomásirracional,peroantesdequepudierahablar,laextrañamujerserecogiólasfaldasyhuyó.
ElabadalcanzóaGabrielleatiempoparaverloquesucedía.—¿Conoceaesamujer?—No,nolaconozco—respondió.—Parecíadelomástrastornada,¿verdad?—Sí,asíes.Ajuzgarporlaexpresióndesurostrotrastornadaporvos.Gabrielleasintió.—DebeserunaMonroeporquelosMonroemedetestanintensamente.—Oh,no,ladyGabrielle,esonoesasí.—¿Noloes?—preguntó,unpocoaliviada.Laideadequeunclanentero
la odiara era sobrecogedora—. ¿Los Monroe no me odian? —preguntóansiosamente.
—Oh,sílohacen.Porciertoquelohacen—respondiódemaneracasual,sonandocasialegre—.Perosabéis,esamujernoesunaMonroe.Nopuedo
Página111
recordar su nombre, pero recuerdo queme la presentaron, y creo que estáemparentada con uno de los barones. Con todos los forasteros que heconocido en los últimos días, no puedo recordarlos a todos. Todos estosinglesestiendenaparecerse.
Que encantador, pensó ella. El odio de losMonroe se había derramadohastaInglaterra.
—Nomepermitiréamímismapreocuparmeporsustontasopiniones.Elabadseñalóelsenderoquellevabaalpatio.—¿Nodeberíamosseguiradelante?—Sí—acordóGabrielle—. Pero no era necesario que viniera conmigo.
Estoy seguraque tiene cosasmás importantesque atender, ynoquieroquemalgaste ni unminutomás preocupándose pormí. Prefiero enfrentar a losbaronessola.
Entróatravésdeuncortocorredoryseencontróenmediodeunariñadeperros.Leeradifícillocalizaralosdosbaronesporqueeláreaestaballenadegente,cadaunade laspersonascongregadas tratandodegritarmásaltoquelas demás. Era un pandemónium. Pensó que debía estar pasando algoapremiante,paraprovocar tanvehementedisputa.Sequedóen las sombras,esperandoqueelalborotosecalmaraunpoco.
Buscóalosdosbaronesentrelamultitud,ycuandolevantólavista,seletrabólarespiraciónenlagarganta,ycasipierdeelequilibrio.ElhermanodeLiamestabaenlapartealtadelmuromirandohaciaabajo.Ahoraleparecíaaúnmásgrandeyamenazadorquecuandolohabíavistoporprimeravezenlacolina. No era solo el tamaño lo que hacía que ColmMacHugh fuera tanintimidante, también provocaba ese efecto su postura rígida y su pétreaexpresión.Eraelhombremástemiblequehabíavistoensuvida.
Ellairdqueestabaasuladotambiéneraunafiguraintimidante.Tambiénloreconoció.EseeraelsalvajeBuchanan.
Preocupadadequesicontinuabamirandofijamentealosdoshighlanderspudiera perder el valor, volvió su atención al combativo gentío que estabafrenteaella.
De repente unhombre notó su presencia, luegootro y otromás y en elcorrerdeunossegundoslamultitudhabíaenmudecido.
ElbarónCoswoldlavioantesquePercy.Hizounaprofundareverenciayextendiólamanoinvitándolaaadelantarse.
—Lady Gabrielle, es muy amable de vuestra parte haberse unido anosotros.Nosconocimosantes,enlacortedelreyJohn.Estoyseguroquemerecuerda,¿noesasí?
Página112
Gabrielle no prestó atención a la pregunta deCoswold. Simplemente lomiróyesperóqueleexplicaraelpropósitodelareunión.
—Habloennombredelrey—tartamudeó,acobardadoporsusilencio.Caminó hacia él, y el barón se maldijo a sí mismo en silencio por el
endemoniado pacto que había hecho conMacKenna. ¿En qué había estadopensando?¿Cómopodríadárselaaotrohombre?Desdelaúltimavezquelahabíavisto,sehabíavueltoaúnmáshermosa.
Todolemundopermanecióensilenciomientrasladamacaminabahaciaelcentrodelpatio.
ColmMacHugh había estado observando la reyerta que se desarrollabadebajo de él con unamezcla de diversión y hastío.Qué imbéciles eran losingleses, discutiendo acerca de quien tenía derecho a hablar. Cuandorepentinamente cesó el griterío, se preguntó que podría haber acallado suabsurdainvectiva.Yentonceslavio.Semovíaentrelamuchedumbreconlacabezaaltaylasmanosaloscostados.
ElbarónPercyrompióelsilencio.—Milady,puedoverquenorecordáisaCoswold—dijo,conuntonode
vozburlón—.Nosotrostambiénnosconocimosantes,cuandofuepresentadaalreyJohn.
Percynocometió el errordepreguntarle si recordabahaberlo conocido,puesteníaelpresentimientoquerecibiríalamismarespuestafríaysilenciosaquelehabíadadoaCoswold.
—YCoswoldseequivoca—continuóPercy—.Nohablaennombredelrey.Yolohago.
Laafirmaciónfuelachispaqueencendiólaardientedisputaunavezmás.Coswoldblandióeldocumentoenelaire.—TengounactafirmadaporelreyJohnotorgándomeelpoderdedecidir
sufuturo.ElactadePercyyanoesválida.Lafechaanotadaporelrey,queesposterioralinútilpapeldePercy,pruebaqueyoestoyacargo.
Percynoestabadispuestoadejarquelamujerseleescaparadelosdedos.—Comoessucostumbre,elbarónCoswoldestádiciendotonterías.Yahe
decidido que, dado que el lairdMonroe hamuerto, regresaréis a Inglaterraconmigo.DebemosdejarqueelreyJohndecidavuestrofuturo.
CoswoldsevolvióhaciaPercy.—Todo el mundo sabe lo que estás planeando. Planeas casarte con la
damaantesdedejarlaabadía,peroellanoiráaningunapartecontigo.—¡Latendré!—gritóPercy.
Página113
Gabrielleapenaspodíacreerloqueescuchabansusoídos.¿Acasoestabanambos locos? Le daban asco. ¿Cómo se atrevían a pelear por ella como sifueraunpedazodecarnetiradoalosperroshambrientos?Sabíaquenopodíaser tan importante para ninguno de ellos. Nay, era Finney’s Flat lo quecodiciaban.Ambosbaronesdeseabanlavaliosatierra.
VarioshombresMacHughyBuchananseunieronasuslairdsenelmuropara observar la conmoción que había en el patio, pero lamirada deColmestabafijaenlamujerqueestabaenelcentrodelatormenta.Sepreguntabaque estaría pasando por su mente. Gabrielle ocultaba muy bien sussentimientos.Sesintióimpresionadoporsuporterealysucompostura.
Coswoldaplaudiópararecuperarlaatencióndetodoelmundo.Luegosevolvió al grupo de hombres que estaba tras él, hizo un rápido gesto deasentimientoconlacabeza,ydijo:
—Resolveréesto,aquíyahora.Lamultitudseapartó,yellairdOwenMacKennadiounpasoadelante.Al
pasarsaludóavarioshombresconlacabeza.Allevantarlavistavioenloaltodelmuro, aMacHughy aBuchanan observándolo, y reaccionó poniéndoserígido.
—Miraquienacabadearrastrarseparasalirdedebajodesuroca—dijoBrodick—.Esnuestroviejoamigo.
—Esecerdoarrogante—seburlóColm.ElbarónPercynoconocíaallairdMacKenna.—¿Quiénesesehombrequeseatreveainterrumpiresteproceso?—SoyellairdMacKenna,yheaccedidoacasarmeconladyGabrielleya
aceptarladote.Desdeestedíaenadelante,Finney’sFlatserállamadaValleMacKenna.
Coswoldteníaunaexpresiónsatisfecha.—Sí,Finney’sFlatserátuya.Arriba,Colmreaccionóestremeciéndose.—Yundemonioloserá.Brodickseenderezó.—No,nopodemospermitireso.—MiróaGabrielleysepreguntóporqué
no había protestado ante losmétodos arbitrarios de los barones. ¿Se sentíahalagadaoinsultada?Pensóquesiseparecíaenalgoasupadre,pordentrodebíaestarrevelándosevehementemente.
MacKenna se aproximó a Gabrielle con una cálida sonrisa. Ella no ledevolviólasonrisa.Parecíaestarmirandoatravésdeél,yMacKennapensóque debía sentirse abrumada por toda la atención que estaba recibiendo.
Página114
Despuésdetodo,estabaapuntodecasarseconunpoderosolaird.Sí,muchomáspoderosodeloqueelpobredifuntoMonroepodríahaberesperadoser.YMacKennaeramuchomásapuesto.A lasmujeres lesgustaban loshombresatractivos.Eraposiblequetodavíanoselehubieraacabadosubuenafortuna.
—EllairdMacKennayladyGabriellesecasaránantesdequetermineeldía—anuncióCoswold.
Otro grito proveniente desde detrás de la multitud interrumpió laproclamación.
—MacKennanotienesderechoaella.SoyHaroldMonroe,yprontomeconvertiréenellairddelclanMonroe.Esmideberymiderechocasarmeconestamujer.Miderechodeherencia.
Lamultitudseapartóparadejarlopasar.Gabrielle reconocióalhombre.Eraelquehabíaestadoenelfuneralconlamujerrencorosa.
MientrasMonroeavanzabahaciaellos,MacKennaloretó.—NoereselhijoprimogénitodellairdMonroe.Élnoteníahijos.Porlo
tanto,túnopuedesreclamarsuherencia.—Soyelhijoprimogénitodesuhermano—gritó—.Yyaqueahorami
tíoestámuerto,reclamoaladyGabrielleyaFinney’sFlatparamí.Deahoraenadelante,latierrasellamaráValleMonroe.
Coswoldestabadecididoarecuperarelcontrol.—Puedesreclamartodoloquequieras,peroaellanolaconseguiráscomo
tampococonseguirásFinney’sFlat.—ValleMacKenna—corrigióMacKenna—.Dehoyenadelante,esValle
MacKenna.—¿Qué trampaesesta?—lepreguntóPercyaCoswoldconunsiseo—.
¿Qué tipodepactohashechoconestehombre?¿Sabeque ladeseaspara timismo?
—Eresuntonto,Percy,unmalditotonto.Coswoldsehabíadadocuentaqueningunodelosdosibaatenerla.Había
renunciadoa laposibilidaddecasarseconGabrielle.Elreyhabíapuestounobstáculotrasotroensucamino,ypormáslujuriaquesintieraCoswoldporGabrielle,queríaelorotantocomoaella.Sí,codiciabael tesoro.Yporesohabía hecho un trato conMacKenna. El laird se quedaba con ella y con latierra,yacambioCoswoldtendríaaccesoaella.Estabaconvencidoquesabíaalgo del tesoro de St. Biel, y, ya fuera con encanto o con tortura, se losonsacaría.
Afortunadamente para él, Percy ni siquiera sabía de la existencia deltesoro y tampoco MacKenna ni el rey John. MacKenna era un cerdo
Página115
codicioso, que no había demostrado ninguna curiosidad cuando Coswoldinsistió en tener acceso a Gabrielle cada vez que quisiera. Todo lo que leinteresabaallairderaelcontroldeFinney’sFlat.
ACoswoldno lepreocupabaqueMacKennapudiera incumplir supartedel trato. De ser necesario, Coswold podía convocar a suficientes soldadoscomoparadestruirtodoelclanMacKennacompleto.
HaroldMonroeno ibaa irsecalladamente.Tuvoquegritarparahacerseoírsobreelcaosquehabíahechoerupción.
—¡ReclamoelderechoacasarmeconladamayquemeconfíenelValleMonroe!
Cadapersonadelamultitudparecíatenerunaopiniónyestabadecididaaexpresarla.
Coswoldlevantólamanopidiendosilencio.Elpedidofueignorado.—¡Silencio todoelmundo!ElbarónCoswoldquierequehagansilencio
paraqueloescuchen.—Enunintentodeserdeutilidad,HenryWillis,unodelossecuacesdeCoswold,gritósuexigenciadirectamentedesdedetrásde laespaldadeCoswold.Yañadióvariosjuramentosobscenoscuandolamultitudnoloobedecióinmediatamente.
Ante el sonido de la voz de Henry, Coswold retrocedió, luego se giróbruscamenteparamirarconfuriaasuofensor.
—Nomegriteseneloído—exigió.Henryapretólosdientes.Nolegustabaquelecorrigierandelantedeuna
audiencia,yespecialmenteno legustabadecepcionaralbarón.Coswolderasulibertador.Lohabíaliberadodeunviajealahorca,yHenryloidolatraba,porque el barón le había dado una identidad y lo había convertido en unhombreimportante.
Henry sabía lo que era. En apariencia ciertamente no habíamucho quemirar.Eraunhombrebrutodecuelloancho,rostrochato,orejaspequeñas,ylabios gruesos. Sus ojos no eranmás grandes que dos gotas de sudor. Sinembargoteníamanosgrandes.Grandesyfuertes.Quizásporquesabíaqueeratanpocoatractivo,lucíaunasonrisaperpetua.
Compensabasudesagradableaparienciaconsustalentosespeciales.Podíaquebrarle el cuello a un hombre más rápido de lo que este podía caer derodillas, y lo hacía sin ninguna provocación y sin sentir ni un minuto deremordimiento.Había solounpuñadodehombres en estemundoa losquetemía,yCoswolderaunodeellos.HenrysabíaqueCoswoldlousabaaélyasuscompañeros,CyrilyMalcolm,parahacereltrabajosucio,peroobteníanunabuenapagayelrespetodeloscompañerosdelbarón.
Página116
Henry oyó la risita ahogada de Malcolm y le pegó con el codo en elcostado.ComoCoswoldtodavíaloestabamirando,Henrydijo:
—No volveré a gritar, pero barón —continuó apresuradamente pararedimirse—, quizás usando la fuerza, conseguiréis que hagan vuestravoluntad.
Coswoldestabaexasperado.—Tuvimosquedejarnuestrasarmasfueradelaspuertas¿recuerdas?Oh,
si tuvieramiespadaenestemomento.AtravesaríaaPercysoloparaquesecallara.
—Mesentiréhonradodeatravesarloenvuestrolugar—dijobruscamenteMalcolm.ElmercenariosololellegabaalhombroaHenryytuvoqueabrirsecaminohastadelanteparaqueelbarónpudieraverlo.
—¿Por qué no hacéis entrar amás gente vuestra en la abadía?Aún sinarmas le darían a Percy un mensaje de cuán poderoso sois vos. Además,mirad a esos highlanders paseándose por aquí como si fueran dueños dellugar.Perdílacuenta,detantosqueson—dijoHenry.
—Ellosnosonimportantesynotienenningúninterésenesteproceso.Ami realmente no me interesan en absoluto. Ahora vosotros dos quedaoscalladosmientrasterminoesto.Nonecesitoquemehagáismássugerencias.
TantoMalcolmcomoHenryinclinaronlacabeza.—Sí,barón.PercyestabaestiradoparaescucharlaconversaciónentreCoswoldysus
hombres, pero el clamor de voces que lo rodeaba ahogaba lo que decían.CuandoCoswoldsegiróhaciaél,gritó:
—¡Túnodecidirásnada!CoswoldpensóquePercychillabacomounpájaroatrapado.—Yahedecididosufuturo.ElrostrodePercysepusocolorado.—Laquieroylatendré.Gabrielle había tenido suficiente. No podía tolerar oír otra palabra de
ningunodeesoshombresrepulsivos.—¿Puedenprestarmeatención?Gabrielle no había levantado la voz, y solo unos pocos hombres que
estabanparadosjuntoaellaescucharonloquedijo.Unodeellosgritó.—Ladamadeseavuestraatención,barón.Tanto Coswold como Percy se volvieron hacia ella. MacKenna
permanecíaenmediodelosdos.Lostreslesonrieroncomopretendientesconojossoñadores.
Página117
—¿Aquebaróndeseáisdirigiros?—dijoPercyconvozarrulladora.—Aambos.Todo el mundo esperó ansiosamente a que hablara. Seguramente
escogeríaaunodeellos,yCoswoldestabaseguroqueobedecieraelactadelreyy que actuaría de acuerdo a sus decisiones. Percypensabade lamismaforma,segurodequeellapondríasufuturoensusmanos.
—¿Sí,ladyGabrielle?—dijoCoswold.—Parecequeaquíhayunaconfusión—comenzó.—Sí,contodoloquePercyestágritando—interrumpióCoswold.—¡Déjelahablar!—gritóalguiendelamultitud.—Estábien.Estábien—accedióCoswold—.¿Decía,milady?—Creo poder solucionar este altercado. Ya ve, hoy no me casaré con
nadie.—Peroheaccedidoacasarmeconvos—dijoMacKenna,aturdidoporsu
negativa.—Sí,peroyonoheaccedidoacasarmeconvos.Sequedóboquiabierto.EstabapasmadoysegiróhaciaCoswoldbuscando
ayuda.—¿Puedenegarse?—No, no puede —dijo con brusquedad—. No os pongáis difícil,
Gabrielle,yaquehabloennombredelreyJohn…Gabrielleestabacansadadesuspomposasdeclaraciones.—Sí,yahabéismencionadoesehechovariasveces.¿Se estaba burlando de él?Coswold entrecerró los ojos.No podía estar
seguro.Parecíatanangelical,ynohabíadurezaensuvoz.—El barón Coswold está equivocado. Yo hablo en nombre del rey—
insistióPercy.Volviósuatenciónhaciaél.—Yasílohabéisdichoeninnumerablesocasiones.¿Puedohacerlesuna
pregunta a losdos? ¿Dóndeestabamipadre cuando se tomaron todas estasdecisiones?
Nadierespondió.—¿Esperaronaquesefueramipadreparaproseguirconestaobscenidad?—¿Obscenidad?—rugió Coswold—. ¿Cómo os atrevéis a hablarme de
esaforma?Percy estaba igual de ultrajado por su actitud, y MacKenna la miraba
como si quisiera golpearla, pero ella defendió su terreno y no cedió ni unapulgada.
Página118
MacKenna consideró la posibilidad de agarrar a Gabrielle del brazo yforzarlaaquesepusieraasulado,perolevantólavistayvioqueMacHughyBuchanan todavíaestabanmirando.Decidióqueeramejorqueno la tocara,yaquenoteníadeseosdeprovocarunaescena.Poresavez,sevioforzadoatratarlaconcortesía.Mástarde,seprometióasímismo,cuandoestuvieraconGabrielleasolas,leenseñaríacomocomportarserespetuosamente.
—LadyGabrielle,metemoqueestanoesunadecisiónquepodáistomar—ledijoPercy.
—Estoydeacuerdo.CoswoldyPercysemiraron.—¿Estáisdeacuerdo?—dijoCoswold—.¿Yentoncesaquesedebetodo
estealboroto?—Noesmidecisión.Eslademipadre.Ciertamenteessuderechodecidir
mifuturo,noeldeustedes.—Seniega…—comenzóMacKenna.Dios,eratanestúpidocomoparecíanserlosdosbarones.Ellaseenderezó
aúnmás.—Déjenmeaclararmiposiciónparaquenohayamásconfusiones.Será
mipadreelquedecidamifuturo.¿Cuántasveces tendríaquedecirloparaquecreyeranquetenía todas las
intencionesdeatenerseasuspalabras?Noibaacasarseconnadieesedía.—¿Iríaiscontralosdeseosdevuestrorey?—demandóPercy.Lomiróalosojos.—Nosécualessonlosdeseosdemirey.Todavíatienequeinformarme.—Osacabodedecirquehabloensunombre—gritóPercy.—Sí,lohahecho,perotambiénlohizoelbarónCoswold.¿Aquiendebo
creer?Creoquedeboesperaraquemipadretomeunadecisión.Hizounareverenciaanteambosbaronesyteníatodalaintencióndeirse,
peroelsúbitogritodeunamujerladetuvo.—Estoesunaconspiración.¡Unaconspiración!Losestáhaciendoquedar
comotontos.Estonopuedeseguir.Gabrielle se volvió para ver a la mujer que la había mirado de mala
manerafueradelsalóncomunal,abrirsecaminohaciaellos.IslacorrióhaciaCoswold.Élparecióhorrorizadoporlaintrusión.—¿Quéestáshaciendo?—siseóenvozbaja.Nopudomirarlo.Bajandolacabeza,Islagritó:—Les ruegomedisculpenpornohaberhabladoantes, peronopodía…
es…estanhorrible.
Página119
—¿Quién es esta mujer?—preguntó uno de los hombres del grupo dePercy.
—EslasobrinadelbarónCoswold—respondióPercy.—Isla,¿quétepasa?—Espantadoporsucomportamiento,Coswoldtomó
aIsladelbrazo,apretandolomásfuertequepudo.¿Enqueestabapensandoparamontarsemejanteescena?
—Tío,sientotantomolestaros,perolaverdaddebesaliralaluzantesdequevosoelbarónPercydecidansufuturo.Nodejaréqueellaoshumille.—Aunquenoteníalágrimasalavista,Islaprofirióunaltoydramáticosollozo—.Seríaunablasfemiaqueunhombrehonorablesecasaraconella.
—¿Porqué?¿Quéestásdiciendo?—demandóPercy.Sonabamásconfusoqueenfadado—.¿Dequeblasfemiahablas?
IslaseñalóaGabrielleygritó.—Esimpura.¡Es…esunaputa!
Página120
Capítulo24
ElsilenciocondenatorioquesiguióalahorribleacusacióndeIsladurósololosuficienteparaquetodoelmundoenlasalacomunalprofirieraunprofundojadeo.Luegolamultitudirrumpióenexplosionesdeirayultraje.Alospocosminutossehabíantomadoposiciones,aquellosafavoryaquellosencontradeGabrielle.
Gabrielle no podía moverse. ¿Cómo podía responder a semejanteabsurdo?Eraridículo.
—Oigamos loque tienequedecir.—Percyagitó lasmanosypidióa lamultitudquesesosegara.
LavozdeCoswoldtemblabadefuria.—Sí,quetodoelmundoguardesilencio.OiréloquetienequedecirIsla.
—Su sobrina le estaba arruinando todos los planes cuidadosamenteorquestados,peroenesemomentotodoslosojosestabanvueltoshaciaella,ynopodíaignorarla—.Isla,¿porquédicesalgoasídeladyGabrielle?
Tímidamente Isla levantó la vista y vio que todo el mundo estabaacercándoseaella.
—Porqueescierto—respondióhumildemente.—Habladmásalto—dijoPercy—.Decidporquehicisteis esaultrajante
afirmación.Islalevantólevementelavozyrepitió:—Porqueeslaverdad.Losmurmullosseextendieronentrelamultitud.—¿Cómolosabéis?—reclamóPercy.—Lavi—dijoIsla.Losmurmullossehicieronmásfuertes.—Continúa—ordenóCoswold—.Dinosloqueviste.EnesaocasiónaIslaleresultófácilderramarlágrimasverdaderas.Sutío
leestabaapretandotantoelbrazo,queleardíalapiel.—Hacetresnochesmedespertóunruidoenelvestíbuloenmediodela
noche. Abrí la puerta para ver de qué se trataba. —Señaló a Gabrielle—.
Página121
Estabaescabulléndose,doblandoenunaesquina.Sabíaquenodebíahacerlo,perosentícuriosidadylaseguí.Mequedébastanterezagadaporquenoqueríaquemeviera.
—¿Cómopodíasverelcaminoenlaoscuridad?¿Acasoladamallevabaunavela?
Dudóporelmásbrevedelossegundosyluegodijorápidamente.—Lalunabrillaba.Nohabíanecesidaddellevarunavela.Seesforzóparaapartarsedesutío,peroélnolasoltaba.Dehecho,apretó
másfuerte.—¿Adónde os guio lady Gabrielle? —Fue MacKenna el que hizo la
pregunta.—Sedetuvofrenteaunapuertaygolpeósuavemente.Meescondídetrás
de una columna.La puerta se abrió, y después demirar a uno y otro lado,entró.
—¿Pudisteisverquiénabriólapuerta?—preguntóPercy.Islabajólavistaalsuelootravez.—Eraunhombre.—¿Yconocesaestehombre?—preguntósutío.—No—dijo Isla—, pero esa noche lo había visto en el banquete.Creo
queeraelrepresentantedeFrancia.Percyllamóasusseguidores.—Encuéntrenlo.Tráiganloaquí.Unodeellosrespondióinmediatamente.—Yanoestáaquí.Élysusacompañantessefueronayer.MacKennaseestabaimpacientando.—Siestabaoscuro,¿cómopudisteisreconoceralhombre?—lepreguntóa
Isla—.Quizáserasupadre.Quizásnisiquieraeraunhombre,sinounacriada.—Estaba buscando alguna explicación posible. Si las acusaciones de Islafuerantomadasseriamente,todosuplanseríadestruido.PodíasentircomoelValleMacKennaseledeslizabaentrelosdedos.
ElvalordeIslaestabacobrandofuerza.—Era un hombre —declaró enfáticamente. Señalando a Gabrielle
nuevamente,dijo—:yloqueestabahaciendolavuelveimpura.MacKennaestudió la reacciónde lamultitudante lasofensivasnoticias.
Cuandomiróhaciaarriba,vioaMacHughyaBuchananobservándolo todoconlosrostrosceñudos.Sumentevoló.¿Cuántohabríanoído?Unavezmás,sureputaciónysuautoridadestabanenjuego.Siqueríasalirdeestasituaciónconsudignidadysuplanintactos,debíapensarrápidamente.
Página122
MiróaIslaconburlonacompasióncuandodijo:—Estoyseguroquevuestrasintencionessonnobles,perotalvezoshayáis
equivocado,querida.¿Esposiblequepodáishaberconfundidoloquevisteisyqueenrealidadfueraalgoinocente?
—No fue un error —dijo Isla desafiante—. La vi cuando salió de lahabitación.Teníaelcabellosueltoyelvestidodesatado.Elhombresalióalapuerta,ynollevabatúnicanicamisa.
Gabrielle estaba tan conmocionada por las absurdas denuncias, que sequedómuda. Sin embargo, ante este último y repugnante alegato, no pudopermanecerensilenciopormástiempo.
—¡Esoesmentira!—gritó—.Noséporquéestamujerestádiciendoesascosas,peronadadeloqueleshadichoesverdad.
—¡Esverdad!—gritóIslaenrespuesta—.Lavi,yseestabaentregandoaunhombre.
Un rugido creció entre los espectadores. A MacKenna le llevó variosminutoslograrquesecalmaranparahacerseoír.
—Parece ser —le dijo a Isla—, que es su palabra contra la de ladyGabrielle.
Casi todo elmundo en lamultitud estuvo de acuerdo. Solo unas pocaspersonasconocíanalasobrinadelbarónCoswold,asíqueparalamayoríasuspalabrasteníanpocacredibilidad.
Derepente,unhombrequeestabadetrásdellairdMacKennaalzólavoz.—Lamujerdicelaverdad.Todo el mundo se volvió hacia la voz. Un joven monje con la cabeza
cubiertaporunacapuchay losbrazosplegadosdentrode lasmangasde suhábitoavanzólentamente.
—¿Quéestádiciendo?—preguntóMacKenna—.¿Quiénestádiciendolaverdad?¿Quésabedeesteasunto?
Nohabituadoaserobjetodetantaatención,elmonjedudóunmomentoantesderesponder,luegodijo:
—LadyIsladicelaverdad.LoséporqueyotambiénvialadyGabrielle.Elcírculoalrededordelacruzdepiedraseamplióparaquetodoelmundo
pudiera ver y oír almonje.Dio un paso tentativo hacia delante y luego sedetuvocomosisúbitamentesedieracuentadelamagnituddesusacciones.
—Vialadama…—comenzó.—Prosiga—demandóPercyimpacientemente.—Eramedianocheyacababadesalirdelacapilladespuésdemihorade
rendir culto y vi a alguien que se dirigía apresuradamente hacia los
Página123
dormitoriosdondesealojabanunospocosinvitados.Alprincipiosoloviunafigura oscura, pero cuando pasó debajo de la luz del candelabro quealumbrabadesdelaventanadelacapilla,reconocíaladyGabrielle.—MiroalaatónitaIslaydijo—:ladyIslanoestámintiendo.
—¡Esunaputa!—gritóalguienqueestabadetrásdePercy.—¡Inadecuada para desposarse con nadie!—gritó unmiembro del clan
Monroe.Antesquepasaramuchotiempo,docenasdevocesairadasseunieronpara
condenarla.Gabrielleestabaparalizada.Sesentíacomosiacabarande tirarlaporun
precipicio y los lobos estuvieran esperándola en el fondo para destrozarla.Habíasidojuzgadaycondenada.
Trató de encontrarle sentido a semejante locura. ¿Cómo podía estarpasandoesto?¿Cómopodíalagenteestardiciendotalesbajezasdeella?Isladebía estardementeparahacer semejantes acusaciones ridículas.Pero¿yelmonje?¿PorquéconcordabaconIsla?¿QuéeventualidadpodríahaberhechoqueconfirmaraqueGabriellehabíacometidoesosactosperversos?
Liam.Diosquerido,eraLiam.Talvezelmonjelahabíavistocuandoibade camino a observar al hombre enfermo. Pero nunca estaba sola cuandodejaba sus habitaciones. Al menos uno de sus guardias la acompañabasiempre,perosiélsehubieraadelantadoyelmonjehubieralevantadolavistajusto en el momento que ella estaba pasando, podría haber asumido queestabasola.Esaeralaúnicaexplicaciónposible.
Si tratabadedefenderse, si tratabadedecir laverdad,nadie creeríaquesimplemente estaba visitando a un hombre enfermo y que nada impropiohabíaocurrido.
Dos personas la habían acusado. Y eso era suficiente para probar suculpabilidad.
—¿No tenéis nada que decir a vuestro favor? —le gritó Coswold aGabrielle.
Senegóacontestar.Lamultitudindignadayahabíaemitidosujuicio.Habíadadosupalabradequenolediríaanadieacercadesuparticipación
en la salvación de Liam, y aún si no lo hubiera prometido, ¿cuál sería lareacción de la turba si supieran que era responsable de la muerte de unhombreenFinney’sFlat?Enesecaso¿quiénsevolveríaencontradeellaysusguardias?Nopodíahacernidecirnadaquepusierafinaesapesadilla.Laslágrimasinundaronsusojos,peronodejaríaquecayeranporsusmejillas.Noresponderíaalascalumniasqueestagenteestabalanzandocontraella.
Página124
LafuriadelbarónCoswoldhaciasusobrinamenguó,ylesoltóelbrazo.Ahora comprendía losmotivos de Isla para hablar. Solo estaba tratando desalvarlodelahumillaciónqueseguramentelesobrevendríacuandolaverdadacerca de lady Gabrielle saliera a la luz, porque inevitablemente se sabría.Aunque el monje hubiera permanecido en silencio y nunca hubierapronunciado palabra sobre su pecado, seguramente el laird MacKenna sehabríaenfurecidocuandodescubrieraquesunuevanovianoeravirgen.No,Islapodríanohaberelegidoelmomentomásapropiadoparahablar,perosoloestabatratandodeprotegerlo.
LaagitaciónporelfuturodeGabriellehabíacambiadosúbitamente.Solounos momentos antes cuatro hombres habían estado compitiendo por sumano,peroconestarevelacióntodohabíacambiado.Puestoque¿quiénentreelloslaaceptaríaahora?¿Quiéntomaríaaunaputaporesposa?
Página125
Capítulo25
Coswold estaba enfurecido. Era cierto. Todo era cierto. Gabrielle era unaputa.Lohabíaengañado.Loshabíaengañadoa todoshaciéndolescreerqueerapura.Suapariencialehacíamuysencillalatareadeengañaraunhombre.El rostro angelical y esos ojos, esos fascinantes ojos violetas… era muyhermosa.¿Quéhombreconsideraría laposibilidadquepudieraserotracosasalvoinocente?
Que tonto había sido al desearla. ¿A cuántos hombres se habríaentregado?Leenfermabapensarenello.
Coswoldmiró a Percy para ver como estaba tomando las noticias.Unamiradadehorrorparecíahabersecongeladoensurostro.Teníalabocaabiertacomosiestuvieraapuntodehablar,peronopronunciabapalabra.
Aunque hubiera dicho algo, no hubiera sido escuchado debido a losrugidosdeMacKenna.EllairdestabadesvariandoacercadelbuennombreylavergüenzaqueGabriellehubieraarrojadosobreél.Concadadeclaracióndesu andanada, miraba hacia la parte alta del muro. ¿Esperaba que loshighlanders que lo observaban aplaudieran su negativa a casarse conGabrielle?
—Ahoranotieneningúnvalor—dijoPercycuandoMacKennahizounapausapararespirar—.ElreyJohnnoledaráunadote.YanopuedequedarseconFinney’sFlat,MacKenna.Lomismovaparavos,Monroe.
—¿Pensáis que todavía la quiero?—Monroe escupió el suelo frente aGabrielle—.Queselalleveeldiablo.—Sevolvióysealejó.CuandopasóalladodeMacKennadijo—:Estodatuya,MacKenna,siempreycuandonoteimportequeseburlena tusespaldas.Oístealbarón.Puedes tenera laputa,peronoobtendrásFinney’sFlat.
MacKenna nunca se había sentido tan humillado. Volvió su ira haciaCoswold.
—¿Sabíasqueeraunaputacuandosellasteel tratoconmigo?Losabías,¿noesasí?
Coswoldlerespondió,indignado.
Página126
—Por supuesto que no lo sabía. Creía que era inocente, como todo elmundo.SabíaquequeríasFinney’sFlat.YaestabasllamandoalatierraValleMacKennainclusoantesdequetesugirieraeltrato,yyoquería…
Se detuvo en medio de la oración antes de soltar accidentalmente lapromesaquehabíaforzadoahaceraMacKennacuandosellaroneltrato.
MacKenna no quería que nadie supiera los pormenores de su acuerdo.LlevóaCoswoldaparteylesdiolaespaldaalosdemás.
—Exigistequeconsintieraendejarteverlacadavezquelodesearas,perotenegasteaexplicarelmotivo.Dime,¿eresunodeloshombresalosqueellayasehaentregado?¿Estabasplaneandoseguiracostándoteconella?¿Eratuamante?
Con cada pregunta que hacía, sus facciones adquirían un tono púrpuramásoscuro.
Coswold casi había olvidado el oro. La chocante conducta deGabriellehabíaapartadocualquierotropensamientoquepudieratener.Coswoldyanolaquería,perotodavíaestabadecididoatenereltesoro.Sumentesedisparóbuscando la solución. Si tenía intenciones de descubrir donde estabaescondidoeltesoro,necesitabateneraccesoaGabrielle,perosilallevabaderegresoconelreyJohn,laperdería.Posiblementeelreysepusieratanfuriosocomo para ordenar su ejecución, y si estaba atravesando uno de sus rarosperíodosdehumorindulgente,lomásprobableeraquelausarahastaqueseaburrieradeellayluegolapasaraasussubordinadosfavoritos.Decualquieradelasdosformas,Coswoldnotendríaoportunidaddeverla.
Percy no estaba tan preocupado. Aunque hubiera preferido tener aGabrielle como esposa, estaba dispuesto a convertirla en su amante. Suobsesión no requería una ceremonia pública. Si Gabrielle era desterrada,estaría a sumerced, y podría tenerla cuando y como quisiera. Todo lo queteníaquehacereraesperaraqueCoswoldselavaralasmanos.
Coswoldtambiénhabíaideadounplan,ysabíaexactamenteloqueharía.DebíaactuarrápidamenteporqueGabrielletodavíaestabaenestadodeshock.Temíaquereaccionaravengativamenteoque talvez trataradeescaparparaobtenerlaproteccióndesupadre.Nopodíadejarqueesoocurriera.
—Pienso que es una pérdida de tiempo llevar a la mujer de regreso aInglaterra a esperar el regresodel rey John.Dadoquehablo en sunombre,decidirésudestinoenestemismomomento.
—Nolamatarás—gritóPercy.Islasellevólamanoalpecho.
Página127
—¿Por qué os preocupa lo que le pase? —gritó—. Es imposible quetodavíalaqueráis.
—¿Nopuedeshacerlacallar,Coswold?Nadiequiereescucharnadamásdeella.
—Cállate —ordenó Coswold mientras apartaba a Isla—. Percy tienerazón.Yahasdichobastante.
—Lo digo en serio, Coswold —advirtió Percy—. No puedes matar aGabrielle.
Coswoldlesonriódespectivamenteasuadversario.—No, no lamataré. Quiero que sufra por el resto de su vida, pormás
cortaqueestapuedaser.EntonceslededicótodasuatenciónaGabrielleydiounpasohaciaella.
Lamultitudledejóunamplioespacio.—ConelpoderotorgadoamíporelreyJohn,enesteactoyotedestierro.Laconcurrenciaaclamóelcastigo.Algunosaplaudieron,otrosgritaronsu
aprobación.—Porfin.—Obtieneloquesemerece.Coswoldesperóquetodoelmundosetranquilizaraantesdecontinuar.—¿Entiendesloquesignificaesto,Gabrielle?Deahoraenadelante,eres
unaparia.Notieneshogar,nipaís,nirey,ni título.ElreyJohnysuslealessúbditosyanoreconocerántuexistencia.Noeresnada.
—¿Responderáanteelrey?—gritóalguien.—No,nolohará,yaquenotienerey—respondióCoswold.—¿Y qué me dices del barón Geoffrey? —preguntó Percy—. ¿No te
preocupaquéharácuandoseenterequesuhijafuedesterrada?—Paracuandoseentere,serádemasiadotarde.Percy intentaba desesperadamente ocultar su alegría. Gabrielle sería
forzada a salir al exterior, y planeaba seguirla. Una vez que estuviera losuficientementelejosdelaabadíaynadiepudieraverla,Percyselallevaría.Tenía suficientes hombres como para emboscar y aplastar a sus guardias.Nadieseenteraríanileimportaríaloquehabíasucedidoconella,ysiPercylodeseaba,podríaencerrarlaen lasentrañasdesucastilloymantenerlaallítantotiempocomoquisiera.
Coswoldteníalasmismasintenciones.—Isla,veydileamiscriadosquesepreparenparapartir—leordenóen
vozmuybaja.
Página128
Ella asintióy se apresuró ahacer loque lemandaba.Pero cuandopasóante lamujer desdeñada, aminoró el paso y volvió la cabeza para que soloGabriellepudieraversusonrisasocarrona.
Página129
Capítulo26
¿Quémaliciosarazónteníalamujerparamentir?¿Cuálerasupropósito?¿Yque pretendía el monje? ¿Por qué había corroborado sus mentiras? ¿Quéganabaconello?
Brodicknoteníarespuestas.Elúnicohechoquesabíaciertoeraqueenunlapso menor a diez minutos entre los dos habían destrozado la vida deGabrielle.Lahabíandifamadoydeshonrado,lehabíanarrebatadosufuturo,yavergonzadoyhumilladoa supadre.TantoelbarónGeoffreycomosuhijasin duda sufrirían el enfado del rey John, puesto que ella ya no le sería deningún valor. Brodick sabía que existía una buena posibilidad de que leconfiscaranlastierrasalbarón—Johneraconocidoportomarloqueeradeotros, incluyendo esposas e hijas— y con su retorcida mente y suimpredecible temperamento, también existía la posibilidad que hicieraejecutaralbarónparadarejemplo.
¿YGabrielle?¿Quéleharíaaella?—Estamosviendoalosinglesesentodasudepravación—dijoColmcon
asco.—Gabrielleesinocente.—ElpadreGelroyteníalágrimasenlosojos,tan
grandeerasudolor—.Esbuenaygentil—insistió—.Sisoloconocieran…El sacerdote se detuvo justo a tiempo. Estaba a punto de soltar que, si
Colm yBrodick fueran conscientes de lo lejos que había llegadoGabriellepara proteger aLiamy salvar su vida, sabrían con certeza que nunca haríaalgoquedeshonraraelapellidodesufamilia.
—¿Sisoloconociéramosquécosa?—preguntóColm.—Sisolo laconocieranaella—añadióprecipitadamente—.Es inocente
deesasterriblesacusaciones.Colmsevolvióhaciaelsacerdote.—Yasabemosqueesinocente.—Sí,losabemos—concordóBrodick.—¿Losaben?Brodicksuspiró.
Página130
—Así es —repitió—. Pero por el momento, eso no importa, ¿verdad?Mírelos.Yalahancondenado.
—Sí, lo han hecho —Gelroy se estaba estrujando las manos. MirófijamenteaGabrielleysusurró—.SilallevanderegresoaInglaterrayselaentreganalreyJohnleocurriráncosasterribles.Esehombrelascivoescapazdeactosruines,ydéjenmedecirlesalgo,cuandohayaterminadoconella,él…—No pudo continuar. El futuro de Gabrielle era demasiado horrible comoparahablardeél.
—Lamujerquelaacusó…—comenzóadecirBrodick.—Isla—dijoGelroy—.Losoídecirsunombre.—Miente—dijoColm.Gelroymostrósuacuerdoconunasentimiento.—TendráqueresponderanteDiosporesto.—¿Pero y el monje? —preguntó Brodick—. ¿Por qué corroboró sus
mentiras?—Nolosé.—¿Conoceaesemonje?—preguntóBrodick.—Sí.Esjovenyestáansiosoporservir,ycreoqueesunhombrehonesto.
NopuedoimaginarporquehabrádichoquehabíavistoaGabrielle.Debeserunerror,lobuscaréylepediréquemedigaexactamentequecreequevio.
—Eldañoyaestáhecho—dijoBrodick.LoshombrosdeGelroysehundieron.—Síescierto.ArruinaronlavidadeGabrielle.Deberíanavergonzarse.—¿Sacerdote?—¿Sí,lairdMacHugh?—Cuandomevayadelaabadía,ustedvendráconmigo.Gelroysintióelsúbitoimpulsodetirarsedesdeelparapeto.Diounpaso
atrás, juzgó ladistanciahacia los escalonesy luegoencontró algodevalor.Nohuiría.Senegaríaeducadamente.
—Meestáisinvitandoaserviravuestroclan…—Sideseapensarqueesunainvitación,puedehacerlo.—¿Ysideclinolainvitación?—Elsacerdotetragóconfuerza.—Nolohará.ElnudoqueGelroyteníaenlagargantaledificultabaelhabla,ylecostó
cadaonzadeautocontrolqueposeíapermanecerfrentealMacHugh.Rezandoparaqueenverdadellairdhubieraidoalaabadíaenbuscadeunsacerdoteyno, comoGelroy temía,para exigirvenganzapor suhermano,dijo convozronca:
Página131
—Estaréfelizdeirconvos.Brodickseechóareír.—¿Ahoraquiénestámintiendo?Surostrolodelata.Avergonzado,Gelroyadmitió:—Sí siento temor, pero haré lo mejor que pueda para asistir al clan
MacHugh.—Vayaarecogerloquedeseellevarconusted—ordenóMacHugh.Brodickaguardóhastaqueelsacerdoteestuvofuerade lavistaantesde
hablar.—Heoídodecirqueunavezqueunsacerdoteencuentraelhogarenalgún
clan,esimposiblelibrarsedeél.TengoelpresentimientoquetequedarásconGelroyparaelrestodetusdías.
SiGelroyhubieraescuchadolaprediccióndeBrodick,nohubieraestadode acuerdo.Cuantomás rápidopudiera concluir con su deber y huir de losMacHugh,mejor.
Nodeseaba irritaral lairdarrastrando lospies,por loquecorrió todoelcamino de regreso a sus habitaciones para empacar el agua bendita, losaceites, la estola, y el resto de sus posesiones. El lairdMacHugh le habíaordenadoaunodesusguerrerosmásjóvenesqueacompañaraalsacerdote,yGelroypensóqueellairdlohabíahechoparaasegurarsedequenotrataradehuir.
Dios bien sabía que Gelroy deseaba huir, pero con lady Gabrielle tannecesitada, debía dejar de lado sus propiosmiedos. En lo único que podíapensareraenencontrarunaformadeayudarla.
Se le ocurriópensar quedebía estar preocupadapor los guardiasque laestaban esperando. No sería bueno para ellos que se involucraran en esamonstruosa persecución. Cuatro guardias y una mujer haciéndoles frente acienhombresexasperados…no,no.Losguardiasdebíanpermaneceralotroladodelaspuertashastaqueesteespantosodramahubieraconcluido.Luego,conlaayudadeDios,podríanayudaraGabrielleaencontrarrefugiolejosdeestagenteterrible.
Gelroysedirigióhacia laspuertasprincipales.Elguerrero lebloqueóelcamino.
—Debe regresar con el lairdMacHugh—dijomientras tomaba los dossacosllenosconlaspertenenciasdeGelroy—.Meocuparédequeestosseanatadosaunadelasmonturas.
—Leruegoquetengapaciencia—replicóGelroy—.DebodarlesórdenesalosguardiasdeGabrielleparaquelasiganesperando.Ellanodesearíaque
Página132
entraranalaabadía,porelpeligroquehayaquí.Solollevaráunminuto.Elguerreroaccedióconunrápidogestodecabeza.Stephen estaba con el caballo de Gabrielle justo al norte de la puerta.
CuandodivisóaGelroyconelhighlanderseacercóaellos.—Gabriellesereuniráconustedespronto.¿Tienensuropayelrestodelo
quenecesitará?—preguntóelpadreGelroy.Stephennegóconlacabeza.—Tenemos algunas de sus cosas. Sus doncellas empacaron los baúles.
Tenemosplaneadoalcanzarlosmástardeestánoche.¿Porquélopregunta?Odiabamentir,peroGelroyjustificóelpecadodiciéndoleaDiosquesolo
estaba protegiendo a los guardias y a Gabrielle de una turba deseosa desangre.
—Ellaqueríaquemeaseguraraporquelosplaneshancambiado.Enunospocosminutossereuniráconustedesyselodirá.Lespidequesequedenaquíylaesperen.
Stephenno tenía razonesparadudardelsacerdote,puestoquesabíaqueGabriellesehabíahechoamigadeGelroy.
MientrasGelroysedabaprisapararegresaralmuro,elmiembrodelclanMacHughqueloacompañabaseñaló:
—Lehamentidoaesehombre.¿Porqué?—Paraprotegerloaélya losdemás.Ladamaquerríaquefueradeesta
forma—añadió—.Nodesearíaqueellostratarandeinterferirenesadebacle,yaqueseríanpenosamentesobrepasadosennúmero.
Su escolta continuó siguiendo a Gelroy y no dejó su lado hasta que elsacerdoteestuvoamitaddelaescalera.Gelroysabíaqueelhombretambiénsospechaba que pudiera decidir ir a esconderse. Cuando llegaron al últimoescalón, sedetuvoyesperóaqueunode los lairds leordenaraadelantarse.Brodicklodivisóylehizoseñas.
GelroyseaclarólagargantaparallamarlaatencióndeMacHughydijo:—Laird, no puedo irmehasta haberme aseguradode que ladyGabrielle
estaráasalvodeestosmonstruos.Convuestropermiso,iréymepondréasulado.
AntesdequeMacHughpudieraresponder,GelroyenderezóloshombrosysevolvióhaciaBrodick.
—Laird Buchanan, el padre deGabrielle no está aquí para defender suhonor,yvossoissuúnicopariente.Debéisayudarla.
—Nomedigacualessonmisdeberes,sacerdote.—LavozdeBrodickfuedura—.Losconozcobien.
Página133
—Sí,porsupuestoquelossabéis—dijo,asintiendovigorosamente.Descartando a Gelroy, Brodick observó la multitud que había abajo.
CoswoldyPercyestabanfustigándoloshastaponerlosfrenéticos.—Colm,melallevaréacasaconmigo.Allípuedoprotegerla.—Mantenerlaasalvonorestaurarásuhonor—dijoColmtorvamente.Brodickestuvodeacuerdo.—Semerecealgomejor.—Supadre…¿Noescomoesosbarones?—Silofuera,nolepermitiríaentraramistierras—respondió—.Pienso
queesunhombrejusto.—Hazlesaberquesuhijaestáquedándosecontigo,yvendráabuscarla.—Noestansimple.ElbarónGeoffreytendráquereunirasusvasallosy
prepararseparalaguerra.Sielreyconfiscasuspropiedades…—Severíaimposibilitado.—Sí—coincidió—.Gabriellenecesitaunprotectorpoderoso.Eslaprima
de mi esposa. Es de suponer que yo la protegeré, pero eso no probará suinocencia.
—¿Quéteimportaloquepiensenlosdemás?—No me importa —contrarrestó—, pero si Gabrielle fuera mi esposa,
mataríaacualquierhombrequeseatrevieraaatacarsuhonor.—Comoloharíayo—dijoColm.—Peroellanotieneesposoquedefiendasuhonor.—No,nolotiene.—Creoquetalveztúdeberíasllevarlaacasacontigo.Frunciendoelceño,Colmdijo:—¿Yque se lograría con eso? ¿Quédiferencia habría si yo le ofreciera
protecciónenlugardequelohicierastú?Erestanpoderosocomoyo.—Yonopuedocasarmeconella.La declaración permaneció entre ellos un largo momento antes de que
Colmrespondiera.SabíaexactamenteloquequeríaBrodick.—Mepidesdemasiado.—Tienesunadeudaquepagar.Tepidoalgoquepuedesdar.—¿Matrimonio?No.Estáfueradelacuestión.Brodickseencogiódehombros.—Parami tiene sentido. Si te casas con ella, todo elmundo sabrá que
creesensuinocencia.Túnotecasaríasconunaputa.Eresrespetadoytemidopor lamayoría de los otros clanes. Podrías restablecer su honor dándole tuapellido.
Página134
—No. Tendrás que pensar en otra solución —respondió Colmenfáticamente.
Brodicknosedetuvo.SabíaquefinalmenteColmMacHughharíaloqueerahonorable.
—¿Sugieresquepodríahaberotrolairdmáspoderosoquetúqueaúnnohayaencontradoesposa?
—Noestoy sugiriendo nada,Buchanan.Este es un problemaque tienesqueresolvertú,noyo.
—Unaesposaporunhermano.Salvasuvidacomoyoayudéasalvarladetuhermano.
Colmapretólamandíbulaconfuerza.UnBuchanangritó.—Lairds,ladyGabrielleestásaliendo.Hanabiertolaspuertas.Brodickmiroalsalóncomunaljustoenelmomentoenqueunhombrese
adelantabayescupíaalsuelofrenteaGabrielle.Colmvioaotrohombreabriéndosecaminoaempujonesentreelgentío
mientrasGabrielle caminabahacia las puertas.El hombre la llamóagritos,peroellaloignoróycontinuócaminando.Entonceslaagarródeunbrazo,lasacudió,ylegolpeóelrostroconelpuño.Sinolahubieratenidofirmementeagarrada,sehubieracaídoalsuelo.
Colm ya estaba de camino a las escaleras con Brodick pisándole lostalones,mientraslegritabaaunodesushombres:
—Averiguadquienes.Todoslosguerreros,tantolosBuchanancomolosMacHugh,entendieron
laorden.Gelroyno.Nohabíavistoloquehabíaocurridoenlaplantabaja.—¿De quién está hablando? ¿Qué es lo que desea? —preguntó el
sacerdoteaunodeloshombresqueestabaapartándolodesucamino.Elhombrenoaminorósudescenso.—QuieresaberquiengolpeóaladyGabrielle.—¿Alguien lagolpeó?OhDiosquerido—respondióGelroy.Giróenel
escalón y se apresuró a bajar detrás de los demás—. ¿Pero por qué quiereél…?
Elúltimoguerreroensalirrespondió.—ElMacHughquieresaberelnombredelhombrealquevaamatar.
Página135
Capítulo27
Estabaatrapadaenunapesadilla.Una hora antes ella era lady Gabrielle, hija del barón Geoffrey de
WellingshireydelaprincesaGenevievedeSt.Biel.Eraamada,felizyteníaunfuturoprometedor.AhoraGabrielleeraodiada,tratadacomounaleprosa,ynoteníafuturoalguno.
Era demasiado para asimilar. En ese momento lo que importaba era lasupervivencia.Teníaqueencontrarunlugarseguroparaellaysusguardias.Yaunquenoteníaundestinoenmente,desebaapartarselomásposibledelosodiososbaronesysussecuaces.Entonces talvezfueracapazdeencontrarlesentidoaloqueacababadepasar.
No obstante, primero necesitaba tiempo para calmarse y aquietar suacelerado corazón. Apenas podía respirar. Había extraños gritándole suciosnombres mientras pasaba frente a ellos en el largo, aparentementeinterminable,caminohacialaspuertasdelanteras.
Lahumillacióny lavergüenzaeran insoportables.Necesitabade todasuconcentración para no demostrar ninguna emoción.No apresuró el paso—aunqueDiossabíaquedeseabacorrer—ynopermitióquecayeraniunasolalágrima,porquesihicieracualquieradelasdoscosasledaríalasatisfacciónalarabiosa turba.Elorgulloera todoloquelequedaba.Nodejaríaquese loarrebataran.
Le palpitaba un lado del rostro por el golpe que había recibido. Habíavistovenirelpuñoytratadodeapartarsedesuatacante,unhombrebrutalconelfeosemblanteimpregnadodeodio,peroéllahabíaaferradoconfuerzanodejándolaretroceder.Afortunadamentefuecapazdeinclinarseydisminuirelimpacto. Él tenía el doble de su tamaño y peso. Si no se hubieramovido,seguramentesupuñolehubierarotolamandíbula.
—No la lastimes—había gritado Coswold un escaso segundo antes dequeelpuñodelatacanteseestrellaracontrasurostro.
Elgolpe lahabíaaturdido,ysehabía tambaleadohaciaatrás justoenelmismo momento en que una piedra golpeó su espalda. Rápidamente se
Página136
enderezóycontinuócaminando.Otrapiedray luegootramás lagolpearon.Aunqueaturdida,todavíasentíalosgritosdelbarón.¿Lastimarla?Queordenabsurda.Coswold,IslayPercyyahabíandestrozadosureputaciónyhabíanatacado su condición. La habían despojado de todo. A los ojos de suscompatriotas,yanoexistía,ynopertenecíaaningunaparte.¿Quédiferenciahabríasitambiénladesfiguraban?
Elabadlaestabaesperandoenlapuerta.Laabrió,inclinólacabezaylesusurró:
—QueDiososacompañe.¿Creía lasmentiras? Tenía lágrimas en los ojos, pero no podía saber si
eranlágrimasdecompasiónodevergüenza.Salió,oyólaenormepuertacerrarsetrasella,yluegoelásperosonidodel
cerrojodeslizándoseasulugar.Stephendejóescaparungritocuandolavio.Saltódesucaballoycorrió
hacia ella mientras Faust, Lucien y Christien sacaban las espadaspreparándoseparapelear.
Sabíaquedebíaversehorrible.Unapiedrahabíacortadolapielquehabíajusto debajo del ojo derecho, y sentía la sangre gotearle por lamejilla. Ledolíalamandíbulayeraprobablequeyaestuvierahinchándoseyponiéndosemorada.
—¿princesa,quehaocurrido?—preguntóStephen,espantado.—Estoy bien—respondió, con la voz sorprendentemente fuerte—, pero
debemosirnos.Ahora.—¡Estáis sangrando! —El rostro de Christien se puso rojo de furia
mientrasblandíalaespadaendirecciónalaspuertascerradasdelaabadía—.¿Quiénoshizoesto?Lomataremos.
—No,novolveréisaentrarenlaabadía—exigió.Faust se sacó la túnica por sobre la cabeza y la roció con agua de su
cantimploradecuero. Inclinándosehaciadelanteen lamontura, le tendió latelamojadaaGabrielle.
—¿Duele?—lepreguntó.—No—leaseguró,limpiándoserápidamentelasangredelamejilla—.Os
locontarétodo,peroporfavor,debemossalirdeaquílomásprontoposible.Al escuchar la urgencia que denotaba su voz, no cuestionaron la orden.
StephenlaizóhastaellomodeRogue,leentrególasriendasyluegosesubióasumontura.Asumiendoquedesearíaalcanzaralpersonaldesupadre,enfilóhaciaelsur.
—No—gritóella—.Debemosirhaciaelnorte.
Página137
—¿Noquerrávuestropadre…?—comenzóadecirLucien.—Noloentendéis.Silosbaronescambiandeopiniónydecidenllevarme
ante el rey… su rey —se corrigió—, nos buscarán en el sur. Nunca nosencontraránsinosescondemosenelbosque.
—¿Peroporqué…?—comenzóadecirStephen.—Nomehagáispreguntasahora—dijo—.Cuandoestemoslejosdeaquí,
osloexplicaré.Stephenasintió.—Vamoshaciaelnorte.Christieneraelúltimodelaprocesiónyfueelprimeroensentirtemblar
la tierrabajoél.Loshighlanders seaproximabandesde lacolinaque teníandebajo.Lesgritóalosdemásqueibancabalgandodelantedeél.
Cuando se volvió y vio la horda que se aproximaba, Gabrielle sintiópánico, pensando que sus enemigos la estaban persiguiendo. Pero cuandoestuvieron más cerca, reconoció a los dos hombres que los lideraban:Buchanan y MacHugh. Se veían salvajes y feroces y orgullosos… ypeligrosos. Una vista magnífica: como la saeta de un rayo, hermosa deobservaradistanciaperodecercaeraaterradora.
Elsonidodecascosmachacandoeraensordecedor.—Dejadlos pasar —les gritó a sus guardias. Guio a Rogue hacia la
izquierdaparahacerleespacioaloshighlandersqueibanalacarga,peroellosnolarodearon.Seabrieronenabanico.GabrielleurgióaRogueponiéndoloagalopetendido,peroaúnasílaalcanzaron,larodearonaellayasusguardiasy los contuvieronen elmedio.Encerradosdentrodel consistente círculodeguerreros,bajaronporunacolinaysubieronalapróxima.
Cualquierpersonaqueestuvieramirandodesdelaabadíasoloveríaalosmiembros del clan dirigiéndose de regreso a sus hogares. Gabrielle y susguardiasestabancompletamenteocultosalavista.
¿Eraesa su intención?Estaba tanaliviadayagradecidadealejarsecadavez más de los barones, que no iba a preocuparse por los motivos de loshighlanders.Además,yahabíadivisadoalpadreGelroy rebotando sobre sumontura. Con una mueca en el rostro, el pobre sacerdote parecía estaraferrándosealpomodesumonturacomosienellolefueralamismavida.Sialgunodeellostuvieralaintencióndehacerdaño,notraeríanaunsacerdoteparaquefueratestigodesusnegrosactos.
Viraron hacia el noroeste.Cuando llegaron al borde deFinney’s Flat, aunasbuenasdoshorasdecabalgatadesdelaabadía,oyóaunodeloshombresgritar que estaban en territorio Buchanan. Rogue estabamás que listo para
Página138
descansar,yGabriellenoibaapresionarasucaballoairmáslejossindarleundescanso.
Cuando se detuvo abruptamente le sorprendióque los highlanders no lapisotearan.Ellossedetuvieronconella,yantesdequetuvieraoportunidaddedesmontar,estabanenelsuelorodeándola.
Sus guardias se pusieron en posición de firmes, preparados para lo quepudiera venir. Tenían las manos a los costados, pero su postura no era dedescanso. Sabían que si tan solo daban la impresión de querer tomar lasespadas, sería su último acto terrenal. Los guerreros de las Highlandsmataríanparaprotegerasuslairds,igualquelosguardiaslucharíanamuerteporsuprincesa.Entantoloshighlandersnolospresionaran,ellosnocederíanterreno.
Gabrielleestabapreocupadaporlavidadesusguardiasyaquesabíaquenoretrocederían,sinimportarcuántoshombrestuvieranqueenfrentar.Oyóaunodeloshighlandersdarlaordendequeseretiraran.EsperabaqueelquehabíaoídofueraelsalvajeBuchanan,perocuandolosguerrerosseapartaron,vio que el que había hablado no era su primo.Era el otro laird, el hombredespiadado que había saludado a su hermano largo tiempo perdido con elpuño.
Era tan grande y su apariencia tan feroz como lo recordaba, pero habíaalgomásquesorprendíaacercadeél.Hastasepodríadecirqueeraapuesto,site gustaban del tipo rudo, imperfecto y con algunas cicatrices.A ella no legustaba ese tipo. Pero si había algo que definitivamente le gustaba de suapariencia, era el color de su cabello. Era rubio, con un asomo de rojo.Enmarcabaunrostroseveroeinflexible,quelerecordabaaunvikingodelashistorias de tiempos pasados. Seguramente fuera igual de mezquino ybárbaro.
ColmMacHughsedetuvocuandoestabaapenasaunpiededistanciadeStephen.Losdoshombressemidieronelunoalotro,luegoColmordenó:
—Saldemicamino.Stephennosemovióniunapulgada.Colmeraalmenosunacabezamás
altoymuchomásmusculoso,peroelguardianocedió.Noaceptabaórdenesde ninguna otra persona que no fuera la princesa Gabrielle. Igual que suscompañeros.Faust yChristien se desplazaronpara pararse junto aStephen,mientrasqueLucienpermanecióconlaespaldaenfrentadaaladeella.
BrodickseunióaColmyGabrielledijo:—Notienenintencióndehacernosdaño.
Página139
Unapartedeellarealmentecreíaqueesoeraciertoyqueloshighlanderslos habían seguido para ayudarlos y no para dañarlos. Si bien, después delhorrordeesedía,todoeraposible.
—Hacerosaunladoydejadmehablarconellos—ordenó.Sus guardias se apartaron, manteniendo cautamente la vista sobre los
highlanders.—¿Quélenguajeestáishablando?—Brodickhizolapreguntaengaélico.Ellalerespondióeneseidioma.—Eselidiomadelapatriademimadre,St.Biel.Su dominio del idioma era excelente. Brodick asumió que se lo habría
enseñado su padre. Su esposa, Gillian, haría bien en tomar lecciones deGabrielle. Todavía había ocasiones en que sus hombres hacían muecas dedolorcuandoleshablaba.
VolviéndosehaciaColm,señaló:—Noesdeltodoinglesa,sololamitad.AColmseleescapabaelmotivoporelcualBrodickconsiderabaqueese
hechoeraimportante.Paraél,medioinglesaeralomismoqueinglesaentera.LarespuestadeColmfueunevasivoencogimientodehombros.
Brodick caminó haciaGabrielle. Cuando sus guardias reaccionaron, losmiróferozmente.Susseguidorestambiénsesintieronofendidosyavanzaron.
—¡Yabasta!—gritóGabrielle.Levantólamanoyrepitiólaorden—.¡Yabasta!
Comoestabahablandogaélico,paraBrodickyColmfueevidentequenole había dado la orden a su escolta sino a los guerreros. La confianzademostradadivirtióaBrodickeirritóaColm.Loshombresretrocedieronsolodespués de recibir una señal de sus lairds, pero siguieron observandointensamente a sus protectores. Gabrielle pensó que tal vez estuvieranesperandolaoportunidadparaabalanzarsesobreellos.
—¿Sabéisquiénessomos?—preguntóBrodick.Asintió.—Vos sois el salvaje… quiero decir, vos sois mi primo, el laird
Buchanan.Heoídohistoriasacercadevos.—Elcomentarionoalterósuceño—. Eran historias de lo más impresionantes acerca de vuestra destreza yvuestrafuerza.
Entrelazólasmanosdetrásdelaespalda.—¿Quiénoscontóesashistorias?—Mipadre.ElbarónGeoffrey.—Entonceslashistoriassonciertas.Élnomentiría.
Página140
Sabíaqueibaatenerquereconocerlapresenciadelotrolaird,ycuandofinalmente se volvió y encontró los ojos penetrantes de MacHugh, se vioasaltadaporunescalofríodetemor.
—Tambiénséquiensoisvos.Surespuestafueenarcarlevementeunaceja.Ellanoseacobardó.—Es el laird MacHugh, y tenéis una forma de lo más peculiar para
saludaravuestrohermano.Colmnoentendióloquequeríadecir.—¿Cómolosaludo?—Conelpuño.Ah.AsíquehabíaestadoobservandoaLiamcuandodejólaabadía.Por un breve segundo Gabrielle vio una insinuación de calidez en sus
ojos.Fuelosuficientementelargacomoparaquesedieracuentaquenoerauncompletoogro.
ElPadreGelroyseabriócaminoaempujonesentrelosmiembrosdelclan.LehizounareverenciaaGabrielleyluegosevolvióparahablarconColm.
—Laird MacHugh, estos son los buenos hombres que protegieron avuestrohermanomientrasestuvoen laabadíarecuperándosedesusheridas.Os los mencioné con anterioridad, pero deseaba asegurarme de que no lohubieraisolvidado.
Colmpensóquedespuésdetodo,muyenelfondo,elsacerdoteteníaunpocodevalor.Gelroysehabíaatrevidoarecordarlequeteníaunadeudadegratitudconestoshombres.Colmodiabadeberlealgoaalguien.Lasdeudassiempresevolvíandemasiadoagobiantesantesdesersatisfechas.
No le agradeció a los guardias, pero hizo un gesto con la cabeza comoforma de reconocimiento por lo que habían hecho. Los otros Buchanan yMacHugh, al escuchar lo que dijo el sacerdote, también se relajaron en susposiciones.
—¿Alguientratódellegarhastamihermanocuandoestabaiscuidándolo?—lespreguntóaloscuatro.
Gabrielle comenzó a responder negativamente, pero decidió que debíadejarqueelloshablaranporsímismos.
—Stephen,¿alguientratódeheriraLiammientrastúolosdemásestabaisprotegiéndolo?
Éldudó antes de responder, luego asintió conun rápidomovimientodecabeza.
—Esaprimeranochevinierondoshombres.—¿Quéfueloquedijo?—lepreguntóBrodickaGabrielle.
Página141
GabrielleestabatansorprendidaporlarespuestadelguardiaqueignoróaBrodick.
—¿Porquénomelodijiste?—Nopensamosquefueranecesariodecíroslo—dijoLucien.—Nos pidió que lo protegiéramos, y eso fue lo que hicimos —dijo
Stephen.BrodickyColmhabíanesperadolosuficienteparaobtenerunarespuesta.—Nosdiráloquehandicho—ordenóColm.Rápidamente ella se disculpó y pidió a Stephen y a los demás que
hablarandirectamenteconloslairds.StephensevolvióhaciaColmydijoengaélico:—LairdMacHugh, la primera noche que hicimos guardia, vinieron dos
hombresabuscaravuestrohermano.Si los lairds se sorprendieron de que los guardias deGabrielle también
hablarandiestramentesuidioma,nolodemostraron.Colmcruzólosbrazosyesperóqueledieranmásexplicaciones.
—Estabanvestidoscomomonjes,pero llevabancuchillosen lasmangas—dijoLucien.
—Lucienyyoestábamosdeguardia—explicóChristien.—Esperamos hasta estar seguros que tenían la intención de asesinar a
vuestrohermanoantesdeactuar—dijoLucien.—Y ¿qué hicisteis cuando os distéis cuenta de sus intenciones? —
preguntóBrodick.—Losmatamos—respondióChristienconfranqueza.Colmasintióaprobador.—¿Hablaron?¿Escuchasteissusnombres?—preguntó.—¿Mencionaron de dónde eran o quién los había enviado?—preguntó
Brodick.—No—respondióLucien—.Hablabansuidioma,perodeformadiferente
delaquelohablanustedes.—Describeaesoshombres—ordenóBrodick.Luciendijoquelosdoshombresteníanelcabellolargoybarba,queeran
corpulentosperonoexcepcionalmentealtos.Despuésquehuboterminado,Christienañadió:—Erancomunesycorrientes.—Noteníanmarcasenlapielnienlasarmas—explicóLucien.—¿Mihermanodurmiódurantetodalapelea?—preguntóColm.Christiensesintióofendidoporlapregunta.
Página142
—Nohubopelea.Nolesdimostiempoapelear.—Entonces, fue un ataque sorpresa —dijo Brodick, asintiendo con
aprobación.—No—dijoLucien—,nosvieronvenir.Colmadmirósuorgullo.—¿Quéhicisteisconloscuerpos?—No podíamos dejar a Liam desprotegido, así que mantuvimos los
cuerposenunrincóndesuhabitaciónhastaqueStephenyFaustvinieronarelevarnos—dijoChristien—.Luego,Lucienyyosacamosloscuerposdelaabadíaylostiramosenelbarranco.Todavíaestabaoscuro;estoyseguroquenadienosvio.
—Tiramos tierra sobre ellos, pero a estas alturas es probable que losanimaleshayanllegadoaellos.
Laspreguntas continuaron, peroGabrielle no estabaprestando atención.Aúnestabaconmocionadaporlaadmisiónfortuitadequesusguardiashabíanmatado a dos intrusos. Palabra de honor, no pensaba poder soportar másimpresiones.Estabaagotada;todoloquedeseabahacereraencontrarunlugartranquiloysentarseporalgunosminutos.Sumundoestabadesmoronándoseasualrededor,ynecesitaba tiempoparaponerenorden loshorribleseventosdeldíaantesdetratardehaceralgúnplan.
Comprenderesoshorribleseventoslellevaríamuchomuchomástiempo.Cuandoparecióqueporfinhabíanterminadolaspreguntasdeloslairds,
llamóaStephen.—¿Podemoshablar?—preguntó.Gabrielle condujo a Stephen lejos de los demás para que no los
escucharan, pero para estar absolutamente segura, habló en el idioma deSt.Biel.
—¿Porquénomeinformastedelosatacantes?—Lo siento, princesa, pero pensé que si sus cuerpos eran encontrados,
estaríaismássegurasinoteníaisconocimientodeellos.—¿Losreconociste?¿PodríanhaberestadoenFinney’sFlat?—Todos les dimosunbuenvistazo, peronos pareció queno.Recordad
princesa,quefuisteislaúnicaqueviolosrostrosdetodosellos.—LadescripciónqueLucienacabadedarle a los lairdsno separecía a
ninguno de los hombres que vi. Aún así, pensé que tal vez nos hubieranseguidohastalaabadía.
Stephennegóconlacabeza.
Página143
—Esonoesposible.Christienretrocediósobrenuestrospasosunayotravezparaasegurarsequenonosestuvieransiguiendo.Loshubieravisto.
—¿EntoncescomosupieronesoshombresqueLiamestabaallí?—Alguiendebehaberlovisto,oanosotrosllevándoloadentro.Esdifícil
mantener secretos en un lugar tan grande con tantos extraños entrando ysaliendo.
—Sí,esoescierto,peroahoraestáasalvo,¿noesverdad?Yesoestodoloqueimporta.
—¿Yvosprincesa?Por loscortesymagulladurasqueveo,deboasumirquenoestáisasalvo.¿Mediréisloquepaso?
Temiendolatarea,leconfesóaStephenloquehabíasucedidoenelsalóncomunal.Nopudomirarloalosojoscuandorepitiólosfeosnombresquelehabían gritado, y su voz se quebró cuando habló del monje que habíaconfirmadolahistoriadeIsla.
Stephenllegóalamismaconclusiónqueella,ydijo:—DebehaberosvistocuandoibaisdecaminoaveraLiam.Deloscuatroguardias,Stepheneraelmáspragmático,yenunacrisis,el
mássereno,peronopudocontenersuira.—Nuestrodeberesmantenerosasalvo,princesa,ydeliberadamentenos
ocultasteisloshechos.Sihubiéramossabidoloqueestabaocurriendodentrodelaabadía…
Lointerrumpió.—Os hubieran matado, porque tú y los demás hubierais tratado de
defenderme.Nopodíapermitirquepasaraeso.Frustrado,respondióvivamente.—Esnuestraresponsabilidaddefenderos.Christien, Lucien y Faust se acercaron corriendo. Faust parecía
horrorizadocuandodijo:—Stephen,lelevantastelavozalaprincesaGabrielle.—Cuandoescuchesloqueacabadedecirme,compartirásmifuria.¡Hubo
hombresqueseatrevieronatirarlepiedras!—increpó.CuandoundescontentolairdMacHughseaproximóaellos,Gabriellese
salvódetenerquerevivirlapesadillaunavezmás.—Todavíatengoquedescubrircomollegómihermanoalaabadía.¿Enel
tiempoqueestuvisteisallí,escuchasteisalgoalrespecto?Gabriellerespondió:—Porfavor,laird,tenedencuentaquemuypocagentesabíaqueélestaba
enelpabellóndelosmonjes.TalvezLiampuedarecordaralgo.Sugieroque
Página144
lepreguntéisaél.Colmvolviósuatenciónaloscuatroguardias.—Mi hermano me dijo que trató de hablaros. ¿Por qué ninguno de
vosotros le respondió?Liampensóqueno leentendíais,peroyaquequedóclaroqueentendéisgaélico,quierosaberporquénohablasteisconél.
Faustmiró a Stephen. Cuando este le otorgó su permiso con un rápidoasentimiento,dijo:
—Noquisimoshacerlo.
Página145
Capítulo28
Los guardias deGabrielle eran arrogantes, rudos, insultantes, descorteses ybrutalmentehonestos.Colmnopudoevitarqueleagradaran.Sinolohubierasabidomejor,hubierapensadoqueeranhighlandersdepuracepa.Yyaqueno consideraba que ninguno de estos rasgos fuera un defecto, no habíanecesidaddemeterleelpuñoporlagargantaaFaustporsuactitudinsolente.
Había muchas cosas que deseaba saber acerca de su implicación conLiam, pero decidió que por el momento dejaría de lado el asunto paraconcentrarse en Gabrielle. Cuanto antes le explicara lo que iba a pasarle,mejor.Teníaunadeudaquepagar,yportodoloqueerasagrado,loharía.
Mientraslosdemássepreparabanparareanudarelviaje,esperóaquelosguardiasvolvieranasuscaballosantesdedirigirseaella.
—Gabrielle.—¿Sí,lairdMacHugh?—Caminaréisconmigo.Nofueunpedido.Fueunaorden,dadaconuntonobrusco.—¿Loharé?Asintió.—Sí,loharéis.Ellairdestabaacostumbradoasalirseconlasuya.Y¿porquéno?,pensó
Gabrielle.Seveíalosuficientementefuertecomoparalevantaruncaballosinquelecayeraniunagotadesudor.Podíaverelpoderqueteníaenlaformaenquesemovía,ensuandararrogante,peronosesentíaamenazadaniasustadaporél.Sufuerzadealgunaformalahacíasentirsegura.¿Yquesentidoteníaeso?
Perobueno,hoyhabíasidounodelospeoresdíasdesuvida.Nadateníasentido.
—Cuandoestéisconmigosolohablaréisengaélico—ordenóColm.Trató de no poner objeciones a su cortante orden. El laird estaba
acostumbradoaqueelclansiguierasusórdenessindiscusión,pero¿sehabría
Página146
olvidadodequeellanoeraunaMacHugh?Sicontinuabasiendotancáustico,lerecordaríaesehecho.
Sin decir ni una palabra, caminó a través de un pequeño claro hasta lasombradeunahileradeárboles.Sentíalosojosdelosguerrerossobreella.
Sedetuvoysevolvióaenfrentarallaird.De pie a solo unos pies de distancia de ella, Colm le dedicó toda su
atención.Tratódenoreaccionarfísicamente,peroresultóserimposible.Erahermosa: tenía el cabello largo y suavemente rizado del color de lamedianoche,lapieltanpuracomolacrema,losojostanvioletasyexpresivosque parecían chispear, y la boca, Dios querido, esa boca podía hacer quecualquier hombre tuviera fantasías.Hasta con lamandíbulamagullada y elmalditocorteenlamejilla,erairresistible.
Colmnopodíapermitirque sumentedivagaradeesa forma.Loúltimoque necesitaba era que una mujer confundiera sus pensamientos. Con eltiempo, estaba seguro que podría acostumbrarse a su apariencia, pero noestabaseguroacercadesusseguidores.Inclusoenesemomentosushombresestabanboquiabiertos.Sevolvióparamostrarsudesaprobación,peroningunole reservó unamirada; estaban totalmente ocupados observándola a ella. Siestuvieranmáscerca,haríachocarunpardecabezasentresí…esollamaríasuatención.
GabrielleesperópacientementeaqueellairdMacHughhablara.Laformatanintensaenquelamirabalahacíasentirincomoda.
Intentóesbozarunasonrisaydijo:—¿Quéeraloquedeseabaisdecirme?Élnoviorazónalgunaparahacermásfácileltema.—Vendréisacasaconmigo.Estabaseguradehaberoídomal.—Losiento.¿Osimportaríarepetirloqueacabáisdedecir?—Vendréisacasaconmigo.—¿Porqué?—preguntó,totalmentedesconcertada.—Porqueasílohedecidido—dijoél,frunciendoelceño.—Pero ¿por qué desearíais llevarme a su casa con vos? —volvió a
preguntarella.Él dejó escapar un interminable suspiro. Debería haber sabido que no
sería fácil. Las cosas que tenían que ver con los Buchanan siempreterminabansiendocomplicadas,yobviamenteestanoibaaserdiferente.
—Fueunasugerenciadevuestroprimo…—¿ElsalvajeBuchanan?
Página147
—Sí…—¿Quésugirióexactamente?—Dejaddeinterrumpirme.Inmediatamentesemostrócontrita.—Medisculpo,laird.Vuestroanunciometomóporsorpresa,yyo…—Se
detuvo—.Notengoexcusa.Laturbaciónhizoqueselesonrojaranlasmejillas,yColmsupoquesino
dejabaderepararensemejantescosas,nuncaterminaríaconesto.Uniendolasmanosdetrásdelaespalda,fruncióelceñoylointentóunavezmás.
—Brodick sugirió que estaríais a salvo viviendo con mi clan bajo miprotección.
Cruzólosbrazosyesperóalgunossegundosantesderesponder.—¿Por qué haría el laird Buchanan alguna sugerencia respecto de mi
bienestar?—Vuestro padre no estaba en la abadía, y como Brodick es pariente
vuestro,eldeberdeprotegerosrecayósobresushombros.—Brodicknoesmitutor.Mipadreloes.Colmasintió.—Sí, eso es cierto —dijo con impaciencia—. Pero él no estaba allí,
¿verdad?—Antesdequepudieraresponderañadió—:Nosotrossí.—Sí, sé que lo estaban. Cuando entré en el salón comunal, miré hacia
arribaylosvi,peropensé…quierodecir,asumíqueseestabanyendoenesemomento. —Súbitamente dio un paso atrás y sacudió la cabeza,completamente desconcertada—. ¿Por qué pensaría eso? ¿Por qué asumiríaquese iban?Nisiquieravolvíamiraralmurounavezquecomenzaron losgritos.—Poniéndosefrenética,susurró—:¿Cuándosefueron?
—Despuésquevos.Sesintióenferma.—¿Entoncesfuerontestigos…?—nopudoterminarlapregunta.—Sí.Diootropasoatrás.¿Habríanvistoyescuchadolahumillaciónquehabía
sufridotodosloshombresqueestabanconloslairds?Sí,porsupuestoquelohabían hecho. Era por eso que todos estaban mirándola en ese momento.¿Pensaríanqueeraunaputa?¿UnaJezabel?¿Porquénoestabangritándoleobscenidadescomolosotros?
Dejóderetrocederyenderezóloshombros.Decidióquenosedefenderíaa simismanideclararía su inocencia.Tampocoseacobardaría.Si, como laturbaque lanzaba insultosypiedras,deseabancreer lopeordeella,queasí
Página148
fuera.Convocóhastalaúltimaonzadevalorqueposeía,perolequedabamuypoco. Una vez más se vio inundada de vergüenza por algo que no habíahecho.
Colmviocómolatristezaseintroducíaensusojosyelcolorhuíadesurostro.Tuvoellocoimpulsodetratardehacerlasentirmejor.
—Soisunamujerdesconcertante—murmuró.Gabriellenopudodiscutiresaopinión,yaquesuspensamientosgiraban
entodasdirecciones.¿Porquéleofreceríasuhogaresehombre?¿Quépodríaganarconello?Nadateníasentido.
Ciertamente, ella y sus guardias necesitaban un puerto seguro mientrasplaneabasufuturo.VivirconlosMacHughseríaunabuena,aunquetemporal,solución,siempreycuandopudieraentenderlosmotivosdelofrecimientodellaird.En su presente estado de ánimo, no se atrevía a confiar en que nadiehiciera locorrecto. ¿MacHugherahonorable,o tendría suspropiosmotivosretorcidos?
—Pienso que debéis ser un buen hombre y un líder honorable… —comenzóadecir.
—¿Cómopodríaissaberloquesoy?Fuelaentradaqueestababuscando.—Esimposiblequesepa…—Acabáisdedecir…—Ycomoesimposiblequelosepa,nopodéissentirosofendidoantemi
requerimientodesabervuestrosverdaderosmotivos.Osvuelvoapreguntar,laird,¿porquédeseáisque…?
—Nolodeseo.Eldeseonotienenadaqueverconesto.LeestoypagandounadeudaaBrodickBuchanan,yesoestodo.
—Oh. —No sabía si sentirse aliviada u ofendida. Las cosas estabansucediendotanrápido,quenoteníatiempodepensar—.Vosnodeseáis…esoquieredecir,¿estáispagandounadeuda?
¿No acababa de decir eso mismo? La mujer era la criatura másdesconcertantequeColmhubieraconocido.Susemocioneshabíanidodesdelamortificaciónalmiedoyladesesperaciónyahora,quelocondenaransilamujer no parecía enfadada. Había supuesto que no reaccionaríafavorablemente cuando le dijera que tenía que vivir con él, pero no habíasospechado que fuera a tener una reacción tan extravagante. Esto estabaprobandoseraúnmásdifícildeloquehabíaanticipado.
—Gracias laird, por ofrecerme vuestro hogar. No os preocupéis no osestorbaremosmásqueunospocosdías.
Página149
—Noestoyofreciendoalojamientotemporal,ynoseiránenunospocosdías.Vendréisamihogarparaquedarosdeformapermanente.
Unodesushombreslollamó.Colmcontestólevantandolamanoparaqueguardarasilencio,ylerespondió:
—Esperarásaquetermineconesto,parahablar.¿Termineconesto?Aparentemente,pensóGabrielle,ellaerael«esto»al
cualseestabarefiriendo.—Osagradezcovuestraofertadehospitalidad—dijo—,peronopuedoir
convos.Declinarlainvitaciónparecíalomáslógicoporqueacababadeocurrírsele
otro destino. Ella y sus guardias irían a casa del laird Buchanan. LosBuchananpodíanmantenerlaasalvotanbiencomolosMacHugh.
¿PeroporquénosehabíaofrecidoBuchanan?Colmnoestabasegurodecómoproceder.Adecirverdad, le sorprendía
quehubiera rechazado suprotección. ¿La locamujerno sedaba cuentadelpeligroquecorría?¿Entenderíaloquesignificabaserdesterrada?
Decidió instruirla, pero antes de que pudiera explicarle cuán precaria ysombríaerasusituación,ellalepreguntó:
—¿PorquéellairdBuchanannomeofreciósuhogaryprotección?Estoyemparentadaconél.
Colm echó un rápido vistazo sobre el hombro, vio a Brodick entre lamultituddehombresestirándoseparaoírlaconversación,einclinólacabezahaciaGabrielle.
PorlaexpresiónenelrostrodeColm,Brodicksupoqueladiscusiónnoestabayendobien.Cruzóelclaro,yconlavistafijaenGabrielle,preguntó:
—¿Porquéestáistardandotanto?—Ellaestásiendodifícil—ledijoColm.Inmediatamenteellaprotestó.—Debodiscrepar,laird.Nocreoestarsiendoniunpocodifícil.—Entonces¿cuáleselproblema?—lepreguntóBrodickaColm—.¿Le
dijisteloquevaasuceder?Ah,ahíeradondesehabíaequivocado.Éllehabíacontadolasugerencia
deBrodickenvezdeordenarsuobediencia.—EllairdMacHughgentilmentemeofreció…—¿Yoqué?—rugió.—Vosgentilmente…—comenzóellaotravez.Cuandoélentrecerrólosojosylosplieguesdesuceñoseahondaron,lo
entendió.Usarlapalabra«gentilmente»eraobviamentealgúntipodeinsulto.
Página150
Que extraño grupo de hombres eran estos highlanders. Se sentiría aliviadacuandoselibraradeellos.
Noseatrevióasonreír.—EllairdMacHughmeofreciósuprotección,yyolarechacé.Larechacé
educadamente—enfatizó.—Deseasaberporquénoleofrecistetuhogarytuprotección,Brodick—
dijoColm.—¿Noleexplicastetodoelplan?—Nuncalleguétanlejos.Estamujersesienteinclinadaainterrumpir.—Gabrielle—comenzóadecirBrodick,usandoelquecreíaerasu tono
devozmásrazonable—.Podríaofrecerosmihogarymiprotección…ydeboadmitir quemi esposa se sentiría feliz de teneros de compañía. Estaríais asalvo…
—Estaréencantadadeaceptarvuestraofertasiempreycuandoentendáisquesoloseráporunospocosdías.¿Estáisdeacuerdo?
No lehabíadado tiempoadecirqueMacHughpodíaofrecerlemásqueprotección;podíadarlesunombre.Encambio,habíaaceptadounainvitaciónquenohabíaofrecido.
—Lamujerestáempeñadaenrechazarlaayuda—dijoColm.Brodickasintió.ColmsedirigióaGabrielle.—¿Quéocurrirádentrodeunosdías?¿Quéplaneáishacer?—Primerodeboencontraramipadreparaadvertirledelpeligro.—¿Encontrarlo?¿Nosabéisdóndeestá?—preguntóBrodick.Ellanegóconlacabeza.—Iba de camino a ver al rey John para informarle de lo ocurrido a
Monroe,eibaareunirseconmigoenelcaminoaInglaterra.—¿Pensáisvagarporelpaíshastaqueacertéisaencontrarlo?—preguntó
Colm.—Aún si lo encontráis, no podréis ir con él a Inglaterra. Habéis sido
exiliada—le recordó Brodick—. Si os atrapan, seríais ejecutada, y si soiscapturadajuntoavuestropadre,éltambiénpagaráunaltoprecio.
Estabanforzándolaaenfrentar larealidad,peroaúnnopodíasoportar laideadequealguientuvieraquerescatarlaporalgoquenohabíahecho.
—Mipadredebeenterarsedeloquepasó.—Probablemente se esté enterando en este mismo momento —sugirió
Brodick—.Oseenterarápronto.Lasmalasnoticiasviajan rápido.También
Página151
sabráquenosotrosestábamosallí—añadióhaciendoungestohaciaColm—,ypodríaapostarquevendráapreguntarmeamiporvos.
Esoteníasentido.—Sí,esoes loquehará,yesaesotra razónmáspor laquedebo ircon
vos.Brodicksuspirófrustrado.Nosabíacomohacerlaentender.—Sabéis,enunasituaciónhorrible,horrible…sinohubieraningunaotra
posiblesolución—ningunaenabsoluto—ycorrierapeligrovuestravida—recalcó—, podríais venir a mi hogar, ya que sois prima demi esposa. Sinembargo…
Colmlointerrumpió.—Hemosperdidosuficientetiempoaquí,Brodick.Sitúnoselodices,lo
haréyo.Frunciendoelceño,ellalepreguntóaColm:—¿Decirmeque,laird?FueBrodickelquerespondió.—Sios acercáis avuestropadre, lopondréis enpeligro. ¿Es eso loque
deseáisGabrielle?—No,no,porsupuestoqueno,peroyo…Entoncesloentendió.Laenormidaddelasituaciónfinalmentelaatravesó.
Dios querido, ¿qué iba a hacer? Nadie estaba a salvo con ella. Hasta losBuchananylosMacHughestabanenriesgo.
Braeden,elcomandantedeMacHugh,lollamó.ColmsegiróyvioaotrodesusguerreroshablandoconBraeden,yambosestabanmirandoaGabrielle.LuegoDylan,elcomandantedeBrodick,seunióaladiscusión.
—¿Quésucede?—gritóColm.Braedenexplicómientrasseacercabaaél.—Los ingleses.—Antesde continuar, le echóunvistazo aGabrielle—.
Ambos barones la están buscando, y ambos tienen pequeños ejércitosconsigo.
Brodickpreguntó:—¿Vienendecaminohaciaaquí?—No,laird—respondió—.Unodelosbaronesllevoasushombreshacia
elsur,yelotrovaendirecciónhacialastierrasdelosMonroe.—Alfinal,cuandonoencuentrenaGabrielle,volveránsobressuspasosy
vendránhaciaaquí—dijoBrodick.Colm estuvo de acuerdo. Llevó a Braeden aparte para darle órdenes y
finalmenteregresóconella.
Página152
—¿Ahoraloentendéis?—preguntóirritado.Aparentementeno.—¿Por qué querrían venir a buscarme?Ustedes estaban allí. Oyeron lo
quemellamaron,yseguramenteoyeronquefuicondenadaennombredelreyJohn.¿Nodijeronqueasusojosyoyanoexistía?
—Ahorasoisvulnerable—explicóBrodick.Colmibaatenerquesermásdirecto.—Ahora,cualquierhombrequesealosuficientementefuerteparapeleary
ahuyentaralosdemáspuedequedarseconvos.¿Necesitosermásexplícito?Horrorizada,sacudiófrenéticamentelacabeza.—Comoyanorespondéisanteningúnreynipertenecéisaningúnpaís,no
tenéisanadiequeosprotejade losdepredadores—explicóBrodick,suvozeramuchomásamabledeloquehabíasidoladeColm.
Inclinólacabezamientrasluchabaconelterrorquesentíaensuinterior.—¿Cómoprotegeréamipadreyamisguardias?Losmatarán.—Susurró
susmiedos.—¿Os preocupáis por los demás en vez de por vosmisma?—preguntó
Brodick.Nolerespondió.Encambio,tomounprofundoalientoymiróaloslairds.—Debenpartirinmediatamente.Sí,esoesloquedebenhacer.—Ahorasu
voz sonaba fuerte, decidida—. Todos ustedes corren peligromientras esténconmigo.Vayan.Déjenmeahora.
—¿Acabadedespedirnos?—Colmnopodíacreerlo.—Sí,lohizo—dijoBrodick—.Creoquenosabehacerotracosa.Despuésdepensarlounmomento,ColmdecidióqueGabriellenosehabía
dado cuenta que estaba insultándolos al sugerir que deberían correr ante laprimera señal de que habría problemas. Ambos, él y Brodick le daban labienvenidaalaoportunidaddelucharcontralosingleses,peroningunodelosdoscederíaalatentaciónmientrasGabrielleestuvieraasucuidado.
Exasperado,Colmdijo:—Gabrielle,enelfuturonocuestionarámiautoridad.Aellalecostoentenderloquequeríadecir.—¿Enelfuturo?¿Quéfuturo?—Vuestrofuturocomomiesposa.
Página153
Capítulo29
No hubo ninguna discusión. MacHugh simplemente le dijo lo que iba asucederyluegosealejó.
Considerándolo todo,Gabriellepensóque sehabía comportadobastantebien. No había gritado ni se había desmayado cuando el laird anunciótranquilamente que iba a pasar el resto de su vida con él. Puede queempalideciera,peronosedesmayo.
Encontróconsueloenunacerteza:niquelacondenaranibaacasarseconel lairdMacHugh.No legustaba el hombre, y sabíaque a él no le gustabaella.LadeudaquedebíapagarleaBrodickdebíaserasombrosa,sino¿porquéotro motivo iba arruinarse la vida casándose con una mujer que apenasconocía y de la que había oído decir mentiras terribles? Por lo que sabía,MacHughpensabaqueeraunaputa.
No,elmatrimonioestabafueradecuestión.¿Quétanterriblesería,si,soloporuncortotiempo,Gabrielledejaraque
MacHugh creyera que estaba de acuerdo? Ese pequeño engaño le daríatiempo para elaborar un plan para el futuro.Después de dos o tres días, lediríalaverdad…enelmomentodepartir,porsupuesto.
Considerólosproyloscontra.Porunlado,ellaysusguardiasestaríanasalvo de los barones. Tendrían refugio y protección. Si los baronesaveriguabandóndeestaba,noseatreveríanaentrarenterritorioMacHugh,yaqueseguramentesabríanquenosaldríanconvida.
Porotrolado,estaríaviviendocon…él.El laird Buchanan parecía de lomás complacido con la decisión de su
amigo.Sonriendoycongranalegría, seacercóa sushombresdiciendoqueerahoradepartir.Gabrielleletocóelhombro.Estabaapuntodearruinarlesubuenhumor.
—¿PrimoBrodick?Susonrisaseesfumó.—Noesnecesarioquemellaméisprimo.—¿Tenéisunmomentopararesponderunapregunta?
Página154
—¿Quesucede?—preguntócautelosamente.—Entiendovuestrasrazonesparasentirosresponsabledemí,yaquesoy
vuestraprima.Gabrielle se preguntó por qué hacía muecas cuando mencionaba su
parentesco. ¿Necesitaba que se le recordara que se había casado con unamujerdeInglaterra?¿Hacíamuecascadavezquesuesposalehablaba?
Decidióllegaralfondodelacuestión.—¿Quédeudaestápagandoélparatenerquehacerseresponsabledemí?
Nisiquierameconoce.—Hacedlelapreguntaaél—sugirió—.Siquiereexplicároslo,lohará.—Ylaird—continuó—,sitenéisnoticiasdemipadre,porfavor¿podríais
decirlequenovengaabuscarme?Brodickcomenzóavolverse,luegocambiódeopinión.—Gabrielle,MacHughnodejaráquenadaosocurra.Élprotegeloquele
pertenece.Habiendo dicho eso, siguió su camino, dejando aGabrielle estupefacta.
¿Pertenecerle?¿Ahoraellaeraunaposesión?A pesar de la sensación de vacío en la boca del estómago, se dijo a sí
misma que debía permanecer firme. Mantendría una mente abierta conrespectoaMacHugh.Sinollamabalaatenciónsobresímisma,talvezélnorepararaenellaniensusguardias,ysipermanecíaapartadadesucamino,talvezsemantuvieraalejado.
—Gabrielle, es hora de partir —dijo MacHugh directamente a susespaldas.Cuandosevolvióbruscamentecasicaeensusbrazos.
—Noossentíacercaros—tartamudeó—.Osmovéiscomounleón.—¿Algunavezhabéisvistoaunleón?—lepreguntó,divertido.—De hecho, si he visto.Una vez en St. Biel,mi padrememostró dos
leones.Eranrealmentebellos.Yferoces,consideró.Muyparecidosati.Gabriellelosiguióhaciadondeestabanloscaballos.—Laird, quiero que sepáis que no me defenderé a mí misma. No me
importasicreéisloquedijeronlosbarones.—Sí, sí que os importa —respondió mientras seguía caminando—.
Sabemosquelamujermintió.Sellevólamanoalcorazón,ysedetuvo.—¿Losabéis?—Porsupuesto.Supequeestabamintiendodesdeelprincipio.
Página155
Aparentementehabíaterminadodehablardeltema.Antesdequesedieracuentadeloqueibaahacer,lalevantóyprácticamentelatirósobreellomodeRogue.Braedenleentrególasriendas.
—Selespermitiráavuestrosguardiasqueosacompañen—dijoColm.¿Sinceramentepensabaqueiríaconélsiasusguardiasnoselespermitía
acompañarla?Antesdequepudierapreguntárselo,élyasehabíasubidoasucaballoysehabíaalejadocabalgando.
Losdemásseformarondetrásdeél.Cabalgaronduramenteatravésdelosvalles, y aminoraron el paso cuando llegaron a las colinas. Los jinetes seformaronenuna solahilerapara subir el angostoy traicionero senderoqueteníandelante.Despuésdedoblarunhorrorosorecododescubrióqueestabanen un risco que se alzaba sobreFinney’sFlat.Este era el lugar que habíanestado vigilando los canallas que habían retenido a Liam, esperando queapareciera MacHugh. Bizqueó contra el sol para ver si sería capaz dereconoceraalguienaesadistancia. Imposible,pensó.SolounáguilapodríahabervistoelrostrodeLiam.
Dándosecuentaqueestabaentorpeciendolamarcha,reanudósucamino.Rogue vaciló en la primera hendidura, y algunas piedras cayeronpeligrosamenteporelempinadoprecipiciodeladerecha.Gabriellemiróhaciael costado y se encogió. Había un escarpado descenso hasta el fondo delabismo.Sucaballocontinuóteniendoproblemasparaencontrarelequilibrio.Lodejoirasupropiopaso,peroaúnasítropezódosvecesmásantesdequefinalmente el sendero se ensanchara y nivelara. Para ese entonces, tenía elcorazóndesbocado.
Cuando llegaronaunapendientecubiertadehierba se inclinóy susurróelogios aRoguemientras le daba palmaditas.Cuando se enderezó, vio queMacHughlaobservabaconexpresiónconfundida.
Yasícontinuaron.Elclimasepusohúmedoyfrío,yGabriellelosintióenloshuesos.Alno tener su capagruesa, enseguida sepusoa temblar.PensóquenadiehabíanotadoloafligidaquesesentíahastaqueMacHughleordenóaLucienqueseapartaradesucaminoparapodercabalgarjuntoaGabrielle.El guardia no tuvo elección en el asunto. Si no hubiera retrocedido, elsementaldeMacHughlohabríapisoteado.
—Tenéisfrío—estableció.¿Eraunaacusación?Nopodríadecirlo.—Sí,tengofrío—yañadió—:mirándomeconferocidadnolograréisque
lostembloresdesaparezcan,laird.Talvez…
Página156
Eraposiblequehubieragritado.Noestaba segura.Todohabía sucedidotan rápido. En un momento la estaba escuchando, y al siguiente la estabalevantandodellomodeRogue,colocándolaensuregazo,yenvolviéndolaensutartán.
Supechoeracomouna roca,una rocacálida.Lomismosusmuslos.Elcalor que irradiaba la calentó. Exhausta, se permitió relajarse contra él. Suaromaera agradable, comoel brezoy losbosques.Losbaronesquehabíanconcurrido a su boda en la abadía se empapaban con perfumes y aceites,pensandoquelaspesadasfraganciaspodríancubrirelsuciohedordelafaltade higiene. Gabrielle sentía nauseas cuando estaba en la misma habitaciónconellos.MacHughnoseparecíaennadaalosbarones.
Súbitamentesesintióatormentadaporlaculpa.Engañarloestabamal,sinimportarcualesfueransusrazones.
—Osheengañado—soltódebuenasaprimeras—.Solomequedarédosotres días, laird, y no tengo ninguna intención de casarme con vos. No osculparíasimetiraraisdevuestrocaballoenestemismoinstante.Esperoquenolohagáis,peronoosculparía.
Surespuestanofuelaqueesperaba.Tiródesutartánparaponérselosobreelrostroylaignoró.
Lucien cabalgó acercándose al caballo del laird y mirando a Colmamenazadoramentedijo:
—princesaGabrielle,¿necesitáismiayuda?Seapartóeltartándelrostro.—Ahora estoy abrigada, Lucien. No hay razón para preocuparse.—Le
dedicó aColmunamirada furiosa que demostraba enfado y reproche, perocuandosevolvióhaciaLucien,teníaunalevesonrisaenloslabios.
MacHughlaestrechómás.Esedíalamujerhabíapasadoporuninfierno,yaúnasípodíasonreír.Sisentíatemorporloqueledepararíaelfuturo,noloestabademostrando.
PorunsegundoodosColmhabíaperdidoelrumbodesuspensamientos,perorápidamenterecobrólaausteracomposturaydijo:
—Nonecesitoelpermisodevuestrosguardiasparatocaros.—No,nolonecesitáis—confirmó—.Necesitáiselmío.Obviamente su comentario no era digno de respuesta, decidió, a no ser
queungruñidosignificaraalgo.Rodearonotracolina,ysúbitamentesufortalezaapareciódelantedeellos.
Eltorreóneratanaltoqueparecíadesaparecerenlasnubes.Unamuralladepiedra rodeaba su propiedad y un puente levadizo de madera cruzaba un
Página157
ampliofosollenodeagua,negraporlaspiedrasderíoquehabíaenelfondodesulecho.
Colmhizoseñasasusguardiasparaquesiguieranalosguerrerosadentro.Paraéleraun ritual serelúltimoencruzarelpuente.Encuantopasaba lasplanchasdemadera,hacíaunaseñal,levantandoelpuño,yalzabanelpuentelevadizo.Elsonidodemetalcontrametal ledioaGabrielle la impresióndeserencerradaenunamazmorra.Cerrólosojosyforzóalaoscuraimagenasalirdesumente.Esteerasusantuario,nounaprisión.
El sol se estaba poniendo cuando cruzaron la muralla exterior yempezaronasubirlapendientehaciaelcastillo.Lascabañasquepasabanseveíansalpicadasdeuncolordoradoporelsolyelcéspeddelapendientequeteníandelanteadquirióuntintedefuego.
Losmiembrosdelclandejarondehacersustareasysalieronparaaclamarasulairdymirarlaaellafijamente.Losniñoscorríantrasellos.Algunasdelas mujeres sonreían. Eso pronto cambiaría, pensó, cuando se enteraran dequélaacusaban.Consuerte,paraeseentonces,sehabríaido.
Su hogar no era impresionante para los estándares deSt.Biel, o a esosefectos,para losde supadre.Laestructuracuadradanoeragrande,pero seestaba construyendo una ampliación. Tres lados estaban construidos depiedra,yelrestante,fabricadodemadera,estabaenprocesodeserreforzadocon rocas enormes. Habían erigido un andamio cerca del torreón con unmontacargasyunaruedaparaacarrearlaspiedrashastaelpisosuperior.
—VuestrafortalezaesdistintadelasquehayenInglaterra.—¿Enquédifiere?—Los castillos de Inglaterra generalmente tienen dos murallas. La
exteriorrodeaeláreaexterna,peroluegohayotramuralladefensivaentreeláreainferiorylasuperior.AveceshastahayunpuentelevadizoparasepararaúnmáslacasadelLorddelasdemás.
—Notengonecesidaddetenerdosmurallas.—Ysolotenéisuntorreón—señaló.—Solonecesitouno.—Esperoquenopenséisqueestoycriticandovuestrohogar.Soloestaba
señalandolasdiferencias.Estoyseguraqueestarémuycontentaaquí.Cuandonoasintió,asumióqueteníalamenteenasuntosmásimportantes.
ElpadreGelroylasaludómientraspasaba,ysinohubieratenidolosbrazosatrapadoseneltartándeMacHugh,lehubieradevueltoelsaludo.
Losestablosestabanamediocaminoentreeláreasuperiorylainferior,yen su camino hacia el patio del laird pasaron por la guarnición. No había
Página158
nadie esperando en la puerta para darle la bienvenida. ¿Tenía otra familiaademásdeLiam?Nohabíapensadoenhacerleesapregunta.Supusoqueseenteraríaenseguida.
MacHughdesmontóconellaenbrazos.Encuantolasoltó,ellaretrocedióunospasosparaponeralgodedistanciaentreellos.
—¿Dóndeestaránlashabitacionesdemisguardiasylasmías?¿Dentrodela casa convos? ¿Odeseáisque tomemosdosde las cabañasvacías? ¿Hayalguna vacía?—Dios querido estaba nerviosa.No podía dejar de hablar—.Quierodecir,megustaríadescansar.Solonecesitosaberdondesesuponequevoyaquedarme.
ElpadreGelroylalibródeseguirdivagando.—princesaGabrielle,¿estáistancansadayhambrientacomoyo?Seaferróasubrazocomosifueraunsalvavidas.—Sí,loestoy—dijomuchomásentusiastamentedelonecesario—.Justo
le estaba preguntando al laird donde deberíamos buscar refugio para estanoche.
—Dormiréisdentro—dijoColmencuantopudointercalarunapalabra.Braedenseapresuróairhacialaaltapuertahechadevigasderobleyla
abriódeunempujón.Gabrielleleagradeciómientraspasabaasulado,perosedetuvoabruptamenteenelumbral.Estabatanoscuroadentro,quenopodíaverelcamino.Colmlatomódelamanoytiródeella.
El piso de madera se hundía bajo su peso, y las botas de los hombresresonaban en el espacio cavernoso. La luz se filtró a través de una puertaabierta.Cuando losojosdeGabrielle se adaptarona laoscuridad,pudoveruna habitación de techo bajo. Había una gran despensa a su derecha. Losestantesestabanllenosconsacosdegranoycebada,yhabíabarrilesdevinoapiladoshastaarriba.Porlacantidaddebolsas,parecíaqueelclanMacHughpodía aguantar un asedio por unos buenos seis meses, quizás más, aunqueGabrielle dudaba que sus enemigos llegaran hasta el castillo con todo elcaminoquetendríanqueescalarporeltraicionerosendero.
Una abertura en la pared a su izquierda conducía a las escaleras, losescalones eran sorprendentemente anchos y profundos.En el segundo nivelestaba el gran salón. Era espacioso, y una chimenea con un hogar enormeocupabalamayorpartedelaparedopuesta.Unfuegoacogedorcalentabalahabitación.
Elamadellaves—unafuertemujermayorllamadaMaurna—lesdiolabienvenida y les sugirió que descansaran junto al fuego. Después de dar
Página159
instrucciones,Colmsaliódelvestíbulo.StephenyLucienfueronconélparaocuparsedesuscaballos.
Otrojuegodeescalonescontinuabahaciauntercerpiso,enelcual,habíaexplicadoMaurna,estabalaarmería.EllairdMacHughhabíaordenadoasusguardiasquedebíandormirallíytambiénloharíaelpadreGelroyhastaquepudieranhacerseotrasdisposiciones.AGabrielle leseríadada lahabitacióncontigua.
AGabriellenolehubieraimportadosilehubierandadounacuadraenelestablo. El día le estaba pasando factura. Cansada, hambrienta y llena depolvopor la travesía,unahabitacióncontiguaa la armería sonabacomounbienaventurado refugio. Cuando Maurna anunció que había preparado lacomida y que les mostraría donde podían lavarse las manos y la cara,Gabrielleseloagradecióprofusamente.
Enlacomida,elpadreGelroysesentóalladodeellayparecíaagitado.—Aquí no hay una capilla —susurró—. No vi una cuando entramos
cabalgandohastaelpatio,asíquelepreguntéalamadellaves,ymedijoquenohay.Mepreocupaquepuedansertodospaganos.Sieseeselcaso,tendrémuchotrabajo.
—Seráunreto,peroestoyseguraqueleirábienaquí—leaseguró.Élsereclinómáscercaysusurró:—Nocreoqueellairdmehayatraídoaquíparaquecuidelelasalmasde
susseguidores.CreoquequierequeleexpliquecomollegóLiamalaabadía.Sabequenoledijetodoloquesabíaacercadesuhermano.
—Seguramentenolocoaccionará.Maurnainterrumpiósudiscusión.—¿Hayalgomaloconlacomida,milady?Apenashaprobadobocado.—La comida es excelente—dijo—. Es solo que no tenía tanta hambre
comopensaba.—Lo que necesitáis es dormir, si me permitís el atrevimiento de
sugeríroslo,¿deseáisqueosmuestreelcaminoavuestrarecámara?Gabrielleasintió.DeseandobuenasnochesalpadreGelroy,aChristieny
a Faust, siguió a Maurna al piso superior. Lucien la alcanzó. Llevaba susalforjas, que contenían dos mudas de ropa y otros artículos esenciales quehabríanecesitadoparasuviajederegresoaInglaterra.
—¿Estáaquíelhermanodellaird?—lepreguntóaMaurna.—Claro que sí. Y durmiendo profundamente desde su regreso. Nuestro
sanadorloestácuidando.
Página160
La primera puerta que pasaron era la de los aposentos del laird, señalóMaurna.
LahabitaciónquelehabíanasignadoaGabriellehabíasidousadacomodepósito. Estaba húmeda y mohosa.Maurna se apresuró a encender variasvelasmásylaspusoenlamesaquehabíaenfrentealacama.
—Tratédeairearlahabitaciónparavos,peroparecequetodoloquelogréfueenfriarlamás.¿Deseáisquecoloqueeltapizsobrelaventana?
—Yomeocuparédeeso.—Os preparé la cama y pusemantas adicionales encima. Sobre el baúl
queestádetrásde lapuerta,hayaguaparaquepodáis lavaros,ysimedaisunos minutos, haré que enciendan un fuego en el hogar. Mi compañero,Danal,yasubióleñasecaylapusoenelcompartimiento.
—Encenderéelfuegomástarde.—Peromilady,¿deberíaishaceresetipodetrabajo?Ellasonrió.—Claroquesí.Maurnafruncióprofundamenteelceño.—Probablementenodeberíamencionarlo,peronopudeevitarnotarque
tenéissangrecercadelhombroenlapartedeatrásdesuvestido.¿Oshabéiscortado?
Gabriellesepreguntóquepensaríalamujersi ledijeralaverdad,queelsangradohabíasidoprovocadoporlaspiedrasquelehabíalanzadoelgentío.
—Seguramente—respondió.Maurna se limpió lasmanos en el paño que teníametido en el cinto y
caminóhaciaGabrielle.—Yaquenotenéisunadoncellaparaqueosasista,loharéyo.Dejadme
ayudarosasacaroselvestidoparaquepuedavereldaño.Nohuboformadedisuadirla.—Noquieroserunamolestia—protestóGabrielle—.Puedocuidardemí
misma.—¿Y como vais a hacer eso? —preguntó Maurna mientras tiraba del
bliaut para pasárselo aGabrielle por encima de la cabeza—. ¿Cómo vais allegaravuestraespaldaparalimpiarelcorte?
Dejódediscutir.—Gracias,Maurna.CuandoelamadellavesviolaespaldadeGabrielle,cloqueócomomamá
gallina.
Página161
—Pobre querida. Vuestra espalda es un gran moretón. —Se abalanzósobrelaescudillayhundióunpañolimpioenelagua.SeapresuróaregresarjuntoaGabrielle—.¿Cómoocurrióesto?¿Tuvisteisunacaída?—Decidiendoqueesoeraexactamenteloquehabíaocurrido,prosiguió—:Porsupuestoquesí. Sentaos y esperad mientras voy a buscar un ungüento cicatrizante paraponer en esos cortes. Envolveos en una manta para no enfriaros. Volveréenseguida.
Dejar que alguien la cuidara era agradable, admitió Gabrielle. Lerecordabasuhogar.
Súbitamente la nostalgia y la preocupación por su padre la abrumaron.Elevó una rápida plegaria aDios para que lo cuidara, y luego, exhausta sesentóen lacama,cerró losojos,yesperóquevolvieraelamade llaves.Alfinal se tranquilizó, y como no tenía ninguna distracción, Gabrielle pudorecrear en su mente los eventos del día. Tal vez pudiera ordenarlos yencontrarlessentido.
Imposible.Era sencillamente imposibledeentender…comosi le faltaraunaparteimportantedeunrompecabezasmuyextraño.Losbaronessehabíandadomuchaprisaalcondenarla.Nopodía tratarsesolodeFinney’sFlat,¿osí?Sinembargo,¿quémáshabíaqueloscerdoscodiciosospudieranquerer?
Maurna regresó con el ungüento, y después de atender la espalda deGabrielle, insistióen lavarleel rostrocomosi fueraunaniña.Aplicandounpocodeungüentoenelcortequeteníabajoelojo,Maurnadijo:
—Osgolpeasteiselrostroalcaer,¿verdad?Gabrielleasintió.—¿Osduele?—Suvozestaballenadecompasión.—No,enabsoluto—insistióGabrielle.Ledolía,peronodeseabaqueel
amadellavessepreocuparaporella.Niquelarondara.—¿Hayalgunaotracosaquepuedahacerporvos?—No,gracias,Maurna.Hassidodelomásamable.Elrubordelamujerfuedeunrojotanbrillantecomoeldesucabello.—Solohago loquemedijeronquehiciera,milady.Nuestro lairdquiere
queestéiscómodaaquí.¿Puedohacerosunapreguntaquemehaestadodandovueltasenlacabeza?
—¿Sí?—¿Cómodebollamaros?Escuchéalossoldadosquevinieronconvosy
alsacerdotellamaros«princesa».¿Soisunaprincesa?—Solíaserlo,peroyano.
Página162
Larespuestanoteníaningúnsentidoparaelamadellaves,ylepreocupóquemiladypudierahabersegolpeadolacabezaenlacaída.
—¿Meveisdoble,milady?AunqueGabriellepensóquelapreguntaeraextraña,noserio,porquevio
laexpresióndepreocupacióndelamadellaves.—No—leaseguró—.Solouna.Maurnaparecióaliviada.—Simplementeestáisagotada,¿noesasí?Descansadbien,milady.En el instante que la puerta se cerró, Gabrielle fue hasta la ventana y
corrióel tapiz.Generalmenteadorabaunclimafrío,peroesanochedeseabaenterrarsedebajodelasmantasydormir.Afueraestabaoscurocomolabrea,sinningunaestrellaalavista.Podíaverpequeñaslucesdoradasbrillandoenlascabañasesparcidaspor la laderade lacolina.Lasfamiliassepreparabanpara ir a la cama, indudablemente cansados por un día de trabajo perocontentos.Tratódeimaginarselafamiliaideal.Habríaniños,unamadreyunpadresaludables,yunahija.Sí,estaríanfelicesyasalvo.
Nuevamente sus pensamientos se dispararon hacia su padre. ¿Estaba asalvo?¿Sehabríaenteradodeloquehabíanhecholosbarones?
Solocuandoelfríosevolvióinsoportablebajóeltapizytrepóalacama.Demasiadocansadacomoparaencenderelfuego,seabrigódebajodeltartánMacHughysedurmiómientrasdecíalasplegariasnocturnas.
Sedespertóunavezdurantelanoche.Lahabitaciónestabacaldeada.Unfuegoardíaenelhogar.¿Cómohabríapasado?Rodóhaciaunladoyflotóderegresohaciaunprofundosueño.
A lamañana siguiente,Stephenestaba esperandoaGabrielle en el gransalón.Losaludóyluegopreguntósiélounodelosotrosguardiashabíaidoasuhabitacióndurantelanoche.
—EllairdMacHughlepidióalamadellavesquefueraaverosantesdeirseadormir.
—¿Porquéharíaeso?—AparentementeMaurna describió con gran detalle lasmagulladuras y
cortesqueteníaisenlaespalda.Quizásellairdestabapreocupado.—¿EntoncesfueMaurnalaqueencendióelfuego?Stephensacudiólacabeza.—Le informó al laird que vuestra habitación estaba casi congelada,
entoncesélentró.—¿Entróamihabitación?—Nopodíaocultarsuconmoción.
Página163
—Sí, lo hizo—respondió—.Fue el que encendió el fuego en el hogar.Faustnopudodetenerlo,asíqueloacompañóyseparódeespaldasavuestracama,bloqueándolelavistaallaird,aunquenoscontóqueestabaistanocultadebajodelasmantas,quenadiepodíavernada.
Stephennosonabapreocupadoporelasunto.—¿QuéhizoFaustparatratardedetenerlo?—preguntómientrascruzaba
elgransalónparasentarsealamesa.—Medijoquesehabíapuestoenelcaminodellaird.—¿Yquehizoellaird?—preguntóconvacilación.—PorloquedijoFaust,ellairdlosacódesucamino.Noexplicócomo.
—Stephen tenía los labios levemente curvados en una sonrisa muy pocohabitual.
—Calentarlahabitaciónfueungestoatento—admitió.—Pero impropio—dijoéldesaprobador—.Simedisculpáis, iréavera
los otros guardias. El laird desea hablar con vos después de que toméis eldesayuno.
—¿Dóndeestá?—Nolosé,princesa.Pidióqueloesperaraisaquí.Y esperar fue lo que hizo, por más de una hora, antes que el laird se
reuniera con ella.Gabrielle estaba conMaurna y la cocinera, unamujer detemperamento dulce llamadaWilla, mientras las dos mujeres discutían lasventajasdehervir el faisánenvezdeasarloenel fuego—un temadelqueGabriellenosabíaabsolutamentenada—cuandooyógolpearlapuerta.Unossegundosdespués,escuchóhombreshablandoysuspisadassobrelapiedra.
—Esedeberíasernuestrolaird—dijoMaurna—.Willayyosaldremosahacernuestrastareasparaqueustedesdospuedanteneralgodeprivacidad.
Braedenyotrosoldadoestabanacompañandoallaird.Mientrascruzabanelvestíbulohacialadespensa,lehicieronreverencias.
MacHugh permaneció en lo alto de un escalón, observándola. Era unahermosavisión.Elcabelloserizabasuavementealrededordelrostroangelicaly caía formando sedosos rizos sobre sus hombros. Desplazó los ojos haciaabajo,eraimposibledejardenotarlassuavescurvasdesucuerpo.
La deseaba, y darse cuenta de ello no lo complacía. Gabrielle era unacomplicaciónyunamolestiaquenonecesitabaensuvida.
Cuandoentróalgransalón,Gabriellediounpasohaciaél.Aúncuandoestaba frunciendo el ceño—decidió que esa era su expresión habitual— lesonrióylediolosbuenosdías.
Élnoeramuyadeptoalasbromas.
Página164
—Sentaos,Gabrielle,asíoshablaréacercadevuestrofuturo.¿Porquequerría hablarle de su futuro?Lehabía explicadoque sería su
huéspedsolopordosotresnoches.¿Sehabríaolvidado?Retiró una silla de lamesa, se sentó, y recatadamente cruzó lasmanos
sobre la falda. Sonaba muy serio, y empezó a preocuparle que hubieracambiado de opinión y no estuviera dispuesto a permitir que ella y susguardiassequedaranotranoche.
AColmno leengañó la serenaexpresiónqueadhirióa su rostro.Sabíaqueestabanerviosa.Susmanoscruzadasseestabanponiendoblancasdetanfuerte que estaba apretándolas. Estaba sentada rígidamente erguida y no lomirabaalosojos.
Separófrentealhogarconlosbrazoscruzadossobreelpechomientraslaexaminaba.
—¿Deseabais decirme algo, laird? —preguntó después de un largosilencio.
—Sí.Gabrielle,sinimportarcuántotrateyodeevitarlo,elclanseenterarádevuestrasituación.
Nopensóquefueraposible,peroenderezóaúnmáslaespalda.Esperabaquesequebraraencualquiermomento.
—¿Queréisdecirqueseenterarándequesoyunaramera?Élentrecerrólosojos.—Novolveréisapronunciaresapalabra.—Esperóaqueaccedieraantes
decontinuar—.Hayunaformadeevitarlosrumores.—¿Porquéospreocupa loque lagentedigademí?Soloestaréaquíun
cortotiempo.Anoserqueprefiráisquemevayahoy.¿Eseso?¿Esesoloquedeseáis?
—YosiréisconlosBuchanan—dijoexasperado.—Sí, pero solo por unao dos noches.Ahora estoydescansada, y yahe
decididounplanparamifuturo.—¿Esesocierto?¿Ycualpodríasereseplan?—MeiréaSt.Biel.Suspiródeformaprolongada.—St.Bielestácontroladoporlosingleses.¿Noesasí?—Sí,peroenlasmontañas,podría…Noladejóterminar.—¿Ycomoplaneáisllegarallí?¿Nadaréiscruzandoelocéano?—No,porsupuestoqueno.Pensé…—¿Tansiquierasabéisnadar?
Página165
—Noirénadando.—Frustrada,levantólavoz—.Iréenbarco.—¿Quécapitándebarcoosaceptaríacomopasajera?—lepreguntó—.Si
loatrapan,lapenaseríalamuerte…ylavuestrayladevuestrosguardias—reflexionóantesdeañadir—.Ysifueraiscapazdeconvenceraalguiendequeos llevara,¿cómopodríaisconfiarenél?¿Habéisconsideradolaposibilidadde que tal vez puedamandarmatar a vuestros guardias y después él y sushombrespasenelviajetomandoturnosconvos?
Notandocomoelcolorabandonabasurostro,dijo:—¿Oshehorrorizado?Loshombres son capacesde comportarsede esa
forma. ¿Habéisolvidado la expresión en loojosde esosbarones cuandoosobservaban?¿Quépensáisquehubieranhechosilograbanponeroslasmanosencima?
Continuódisparándolepreguntas, decidido aque sediera cuentadequepensarquepodríavivirpacíficamenteenSt.Bieleraunsueñotonto.
—Haypersonasbuenasquemeayudarían—protestó.—¿Expondríais a esas buenas personas? ¿Los dejaríais arriesgar la vida
porvos?—No,nopodríahacereso.Colmdestrozótodoslosargumentosqueellaexpuso,yenunosminutos
cualquieraesperanzadepartirsehabíaevaporado.—Oscasaréisconmigo,Gabrielle.Ellabajóloshombrosysehundióenlasilla.—¿Hayalgoenelairedeaquíarribaquehacequetodosloshombresalos
que conozco me hablen de matrimonio? En los últimos dos días, me hanordenado casarme con dos barones obscenos, unMonroe advenedizo y unlairddespreciablellamadoMacHenley.
Élesbozóunabrevesonrisa.—EllairddespreciabledelquehabláissellamaMacKenna.Ellaseencogiódehombrosconindiferencia.—Nomeimportacuálessunombreyaquenuncavoyavolverahablar
conesehombreruinotravez.—Estádecidido—anunció—.Oscasaréisconmigo,ynadieseatreveráa
llamarosotracosasalvoladyGabrielle.—Noestáispidiéndomelo.Parecióofendido.—Porsupuestoqueno.Osloestoyordenando.Suaudaciaeraultrajante.Gabriellesintióqueseleagolpabalasangreen
elrostro,yselehizodifícilnogritarle,aunqueelimpulsoeracasiabrumador.
Página166
Colmsediocuentaqueestabafuriosaconél.Ahorasusmanossehabíanconvertidoenpuñossobre la falda,y sabíaquesoloeracuestiónde tiempoantesdequeperdieraelcontroldesusnervios.Sepreguntósisedaríacuentadelotransparentequeera.Decidióqueeraprobablequenolosupierasinonollegaríaatalesextremosparatratardeocultarsussentimientos.
Braedenlosinterrumpió.—Laird,estánesperándolo.Colmasintió.—Enseguidaestaréallí.Brindándole a Gabrielle toda su atención otra vez, le preguntó con
impaciencia:—¿Tenéismáspreguntas?¿Hablaba en serio? Por supuesto que tenía preguntas. Cientos de
preguntas.—Notengodote—dijo.—Nonecesito,nideseounadote.—Eso os hace diferente a los demás. Todo lo que ellos querían era
Finney’sFlat.—Nomecomparéisconesosbastardos.—Lafuriacruzóbrevementepor
surostro.Nosesintióintimidada.—Estáisdispuestoarenunciaravuestrofuturoparasaldarunadeudacon
ellairdBuchanan.Nopuedoentenderporquéharíaisunacosaasí.Nosabíacualconceptoerróneoatenderprimero.—¿PensáisqueFinney’sFlateralaúnicarazónporlaqueesoshombres
osdeseaban?—¿Quémáspodríahaber?Supregunta,eraingenuaeinocente.Realmentenocomprendíasupropio
atractivo,ypor lo tantoeraobvioquenuncahabíautilizadosubellezaparasalirseconlasuya.
—Noperderéeltiempodiscutiendosusmotivosretorcidos—dijo.—¿Yvos?Arruinaréisvuestravida…—Gabrielle, nunca permitiría que ninguna mujer tuviera esa clase de
podersobremí—dijocategóricamente.—No,nuncasupondríaquepudieraishacertalcosa.—No sé como tratan los barones de Inglaterra a sus esposas, pero
sospechoquelamayoríalasmaltratan.—Lamayoríano—contradijo.
Página167
—Nosotros no maltratamos a nuestras mujeres. Nunca os lastimaré, yseréisbienprotegida.
Lecreía.Ysúbitamenteelmatrimonionosonabatanterribledespuésdetodo.Talvezeradebidoaquenoteníaotrolugaradondeir.
—¿Tenéispensadaunafechaparaestematrimonio?—Tenéisdosopciones—dijomientrasvolvíaamirarbrevementehaciala
entrada.Estabaempezandoaimpacientarsecadavezmásydeseabaterminarconlaconversación.
—Explicadmecuálessonmisopciones,porfavor.—Podemos casarnos ahora o dentro de seismeses. Sin embargo, si nos
casamosahora,noviviremoscomomaridoymujerhastaquehayanpasadoseismeses.
—¿Porquéseismeses?—preguntó,completamenteconfusa.—Paraqueelclansepaqueelhijoquellevaréisesúnicamentemío.Ladejómuda.Cuandovolvióaencontrarlavoz,dijo:—Medijisteisquenocreíaislasmentiras…Éllainterrumpió.—LasugerencialahizoBrodick.Nodeseaquenadiecuestionequiénesel
padresillegaraisaquedarembarazadajustodespuésdelaboda.Espantada y avergonzada por su brusquedad, solo pudo negar con la
cabeza cuando le preguntó si tenía otras preguntas que deseara que lerespondieraantesdeirse.
Amitaddecaminohacialasescalerasrecordóelotroasuntoquedeseabahablarconella.
—Gabrielle, permití que vuestros guardias os acompañaran hasta aquíparaqueossintieraissegura.Peronopuedenquedarse.
Sepusodepiedeunsalto.—Debenquedarse.Sequedópasmadoanteelestallido.Habíasidomuycooperativacuando
lehabíaexplicadosufuturo,peroahorasemostrababelicosaycombativa.—No,nopuedenquedarse—dijoserenamente—.Ahoraquevivísaquíes
mideberyeldemisguerrerosprotegeros,yseríauninsultoqueunforasterointerfiriera.
—Noloentendéis.Debéis…—Esto no está abierto a discusión —dijo con brusquedad—. Vuestros
guardiasseránricamenterecompensadosporhaberprotegidoamihermano.—Recompensadlosdejándolosquedaraquíconmigo.Sacudiólacabeza.
Página168
—Gritándomenoharéisquecambiedeopinión.Tengootroasuntomuchomásurgentequeatender,peroamiregreso,hablaréconvuestrosguardias.Notengo la costumbre de justificarmis decisiones, pero por esta vez, lo haré.Unavezqueaclaremiposición,mishombreslosescoltaránhastaquehayanbajadodelasmontañas.Tenéishastaentoncesparadespedirosdeellos.
Bajódosescalones,sevolvió,yordenó:—Medaréisvuestraconformidad.Lo miró durante varios segundos, luego se inclinó en una perfecta
reverencia.—Comovosdigáis—respondió.Sintiéndosealiviadoquenohubierahabidoningunalágrima,Colmestaba
de muy buen humor cuando dejó la propiedad. A su regreso, tres horasdespués,leinformaronqueladyGabriellesehabíaido.
Página169
Capítulo30
MacHugh la alcanzó cerca de la base de su montaña. Aún estaba en sustierras,aunqueapenas.Sihubierallegadoasufincaunahoramástardeparaenterarsede supartida,Gabrielle yahubiera comenzando a cruzarFinney’sFlat y habría constituido un perfecto blanco para los predadores queesperabanlacubiertadelanocheparareptarfueradesushuecos.
¿Qué,ennombredeDios,estabapensandoestamujerchifladaparasaliracampoabiertoconsolocuatrohombresparaprotegerla?¿Nosedabacuentadelotentadoraqueresultaba?
Peroestabaasalvo,sedijoasímismomientrascabalgabahaciaella.Asalvo de todos menos de él, recapacitó, ya que en su presente estado deánimo, estabapensando seriamente en tirarla sobre suhombroy llevarladeregreso a su torreón.Arrastrarlade regreso tampocodejabade seruna ideaatrayente.
Gabrielleoyóloscaballostronandodetrásdeella.SehabíadetenidoparadarleaguaasucaballoysehabíaapartadolosuficientedeRoguecomoparasaber que no tendría oportunidad de llegar a su caballo antes que Colm laalcanzara.
Nohabíaningunadudadecualpodríasersuhumor.Estábien,elhombreestabaenfadado.Elfuegoqueteníaenlosojosylamandíbulaapretadaeranindicadores obvios. Saltó del caballo antes de que el animal se hubieradetenidoporcompleto,yaunquesintióunfuertedeseoderetrocedernocedióterrenoymantuvolabarbillaenaltomientrasélseacercabapisandofuerte.
Naturalmentesusguardiasasumieronposicionesdefensivasparabloquearal laird, pero Gabrielle sabía que MacHugh no cejaría. Había pasadosuficiente tiempoen su compañíapara saber eso acercade él.Luego, pues,sus guardias tampoco retrocederían. Estaba en su poder evitar laconfrontaciónantesdequecomenzara.
—Porfavorapartaosdelcamino.Deseohablarconellaird.Faustestabapreocupado.—princesa—susurró—,esnuestrodeberasegurarnosquenoosdañará.
Página170
Stephen,aligualqueGabrielle,eraunbuenjuezdecaracteres,yyahabíadeterminado como era el laird. Había notado la forma en que el clanMacHughlehabíadadolabienvenidaasulairdasuregresoacasa.Estabangenuinamentefelicesdeverlo,noasustados.Sushogareseransólidos,habíaleña fuera de cada puerta, y los niños no corrieron a ocultarse cuandoMacHugh y sus guerreros subieron por la colina. MacHugh protegía aaquellosporlosquesepreocupaba,yelalivioqueStephenvioenlosojosdellairdcuandodivisóaGabrielleledijoalguardiaquesepreocupaba,aunquefuerasolounpoco,porella.
Stephenpalmeóelhombrodesuamigoyordenó:—Apártatedelcaminodellaird.Nuestraprincesaestáasalvoconél.Colmnoprestóatenciónalosguardias.TeníalamiradafijaenGabrielle,
ysedetuvoasolounbrazodedistanciadeella.—Hablaré unas palabras con vos, Gabrielle.—Su voz tenía un notable
filo.El laird se irguió sobre ella, y tuboque retroceder varios pasos para no
tenerquedoblarelcuelloparamirarlo.—¿Quédeseáishablarconmigo?—¿Quépartedeladiscusióndeestamañananoentendisteis?Megustaría
saberloparapoderaclarároslo.—¿Discusión?Nocreoquefueraunadiscusión.Medisteisórdenes.—Queesperabaquevosobedecierais.—¿Porqué?Supreguntaleparecióinsolente,peronocreyóqueesafuerasuintención.
Realmente no entendía, y aunque había pasado un largo tiempo desde quealguienlepidieraexplicaciones,lopermitió.
—Porqueasíseoshabíadicho.—Esa no es una explicación suficiente. ¿Por qué pensaríais que debo
obedecervuestrasórdenes?Nosoyunmiembrodevuestroclan.Estabadecididoanoperderlapacienciaconella.—Debéis obedecer mis órdenes porque pronto os convertiréis en mi
esposay,porconsiguiente,prontoosconvertiréisenunaMacHugh.Nopodríahabersidomásclarooconciso,yeraimposiblequetuvieramás
preguntasoargumentos,yaquenohabíanadamásquediscutir.—Perolaird,nuncaaccedíaconvertirmeenvuestraesposa.—Sois una mujer frustrante y exasperante—dijo con brusquedad—, y
sospechoquesoismásobstinadaquetodaslasmujeresquevivenaquíjuntas.
Página171
Sus insultosestabandestinadosaque sedieracuentadequeél estabaacargo,noella,yquenoestabaparanadadesconcertadoconsurespuesta.
—Vos tampoco sois unpremio, laird.Pero a diferencia devos, no creoqueseanecesarioenumerarvuestrosmuchosdefectos.
Ytuvoeldescarodesonreírle.Quelocondenaranperocasiseechaareír,así de aturdido estaba por su comportamiento insolente. La mujer sepresentabatanbuenacomopodíaesperarse.Supusoque,despuésdetodo,ibaatenerquearrastrarladeregresoasutorreón.Diounpasoamenazadorhaciaadelanteperoellanoretrocedió.Lomiródirectamentea losojosyesperóaverquéhacía.
Noseacobardó,yesolocomplaciósobremanera.Decidióquevolveríaatratardeganarsucooperaciónunaúltimavezantesderecurrira llevarladeregresoasuhogarparaquesesometieraasumandato.
—Aúncuandopuedocomprenderquevuestrafaltadedeseosdecasarosconmigofuelarazónporlaquedejasteismihogar,quieroqueentendáis…
Lointerrumpió.—Esanofuelarazónporlaquemefui.—Entonces,enelnombredeDios¿cuálfueelmotivo?—Ordenasteis quemis guardias se fueran, y no podía permitir que eso
sucediera. Traté de explicaros porque debían quedarse conmigo, pero noquisisteisescucharme.
—Yporesoosfuisteis.—Sí,me fui. ¿Quéotraopción tenía?—replicó, y antesdequepudiera
empezarotravez,añadió—:Ysí,ibaairconlosBuchananconlaintenciónde suplicarle a mi primo que os liberara de vuestra promesa. Tengoesperanzas de que encuentre otra cosa que vos podáis hacer para pagarvuestradeuda,loqueseaqueesopuedaser.
¿HablarconelBuchananasufavor?Impensable…peroaterrador.—Nohablaréisconnadieenminombre.¿Estáentendido?Supusoqueinadvertidamentelohabíainsultado.Sofocósucóleraconun
rápidoasentimiento.—Lo prometo. De hecho, ni siquiera os mencionaré. Simplemente le
explicaréqueamisguardiasnoselespermitióquedarse,yquedebidoaesodejévuestrapropiedad.—Sevolvióysealejódeél.
Lasiguió.—Mesatisfaríaquenolehablaraisenabsoluto.Entoncesnoibaasentirsesatisfecho,decidiómientrasapresurabaelpaso.
Página172
—Dijisteisquemeneguéaescucharvuestraexplicaciónacercadeporquévuestrosguardiasdebíanquedarseconvos.
—Sí,escierto.—Escucharé vuestros motivos ahora —anunció—. Pero os diré esto,
Gabrielle.Tenersoldadosinglesesviviendoconmisguerrerosnofuncionará.—No son soldados ingleses, y se sentiríanmuy insultados si os oyeran
decirquepensáisqueloson.SondeSt.Biel,yelemblemaquellevansobresuscorazonessignificaquesonmiembrosdelaguardiareal.
Gabrielleestabatanabsortatratandodehacerqueellairdentendiera,queno se dio cuenta que estaba entrando en un bosque tupido. Colm iba justodetrás de ella, y dos veces extendió lamano por encimade su cabeza paralevantarunaramayapartarladesucamino.
—Mi madre era lady Genevieve, princesa de la casa real de St. Biel.Cuandosecasóconmipadre,susguardiaslaacompañaronasunuevohogaren Inglaterra, y solo cuando se convencieron de que su esposo podíaprotegerla adecuadamente volvieron a su país. Mi madre me dijo que alprincipiomipadrenoestabamuyfelizdetenerlosensucasa,peroqueconeltiemponosololosaceptó,sinoquellegóadependerdeellos.
—¿Cuánto tiempo tardaron los guardias en asegurarse de que vuestramadreestuvierabienprotegida?
Sevolviópararesponderle.—Tresaños.Sequedarontresaños.—Colmseestremeció.Irritadaporsu
reacción,estabaapuntodehincarleeldedoenelpecho,perolopensómejory se detuvo a tiempo… aunque él tendría que adivinar por qué lo estabaapuntandoconeldedo.
Pusolasmanosdetrásdelaespalda.—Mipadrelamentóverlospartir.—Piensoquetalvezexageráis.—Papáconfiabaenellos—insistió.—DijisteisquelosguardiasregresaronaSt.Bieldespuésdetresañosde
permanenciaconvuestramadre,ysinembargoahorahaycuatroguardiasconvos.
—Un mes después de mi nacimiento, cuatro guardias llegaron aWellingshire.Habíansidoenviadospormitío,quetodavíaerarey.Sudebereraclaro.Teníanqueprotegermeamí.Alolargodeltiempolosguardiashancambiado.Stepheneselquehaestadoconmigopormástiempo.LuegollegóLucien.ChristienyFaustllegaronunosañosdespués.
Página173
—¿Quién los envía? Ya hace muchos años que Inglaterra gobiernavuestropaís.
—ElpueblodeSt.Biel.Puedequelosinglesesocupensutierra,peroelpueblotodavíaleesmuylealalafamiliademimadre.
—StephenserefirióavuestramadrecomoladyGenevieve,peroavososllamanprincesaGabrielle.¿Noeraellatambiénunaprincesa?
—EnSt.Bielnosedirigenaunaprincesacomotal.Amime llamaríanladyGabrielle.Cuandoeraniña,losguardiasmellamabanpequeñaprincesa.Mequedóelnombre.Detodosmodosahoranoimporta,¿verdad?
—No,noimporta—concordóantesdepasaralasiguientepregunta.—¿Por qué eran necesarios cuatro guardias para cuidar a una niña
pequeña?—Un guardia hubiera sido suficiente —dijo—. Aunque mi padre no
estabadeacuerdoconeso.Insisteenquemegustabahacertravesuras,yquese necesitaba a los cuatro juntos para poder cuidarme.No era obstinada—insistió—.Soloeracuriosa.
Esperó que hiciera algún comentario, y cuando permaneció en silencio,continuó.
—Mipadrenuncasepreocupabapormísiempreycuandotuvieraamisguardias a mi lado. Me salvaron la vida demasiadas veces para llevar lacuenta.
Gabrielleacababadedarsecuentaqueno tenía ideadedóndeestaba.Elbosquesecerrabasobreella.
—¿Quésucederíasimenegaraapermitirquesequedaran?¿Quéharíanellos?—preguntóColm.
—Se quedarían de todas formas. Han hecho un juramento, y estáncomprometidosporuncódigodehonor.
—¿Aunquequedarsesignificarasumuerte?—Aúnasí—susurró—.Peromorirían conhonor, yquienquieraque los
mataracareceríacompletamentedehonor.Demonios,ibaatenerquequedarseconellos.—Puedenquedarse, pero serámejor que no les lleve tresmalditos años
darsecuentadequepuedoprotegeros.Gabrielle estaba alborozada. Colm MacHugh era un hombre bueno y
razonable.—Entonces me casaré con vos, laird, dentro de seis meses. Tenéis mi
palabra.
Página174
Seapoyósobre lapuntade lospiespara sellar lapromesaconunbeso.Sus labios apenas acariciaron los de él, pero su expresión evidenció susorpresa.
—¿Esinapropiadobesarasí?—preguntó.Podíasentirelrostroardiendo.Había actuado impulsivamente y era evidente que había transgredido loslímites del decoro. Debería haber hecho una reverencia para sellar supromesa.
—Esapropiado—dijoenvozbaja—.Peroyoprefierobesarasí.No la agarró ni la abrazó. Nay, simplemente bajó la cabeza y la besó
insensatamente.Subocacubrióladeellacompletamente.Suscálidoslabiosse abrieron y cuando lo imitó y abrió los labios, profundizó el beso. Leacarició la lenguacon lasuya,enviandoescalofríospor todosucuerpo.Eraescandalosoyemocionantealmismotiempo.Ypecaminosamenteexcitante.
Fuesolounbeso,sinembargocuandoéllevantólacabeza,ellasentíaelcorazónpalpitándoleenlosoídosyletemblabanlaspiernasdetalforma,quetuvomiedodecaersedebruces.Nuncalahabíanbesadoasíantes.
Gabrielletratódeleerlaexpresióndesusojos.Evidentemente,elbesonohabíatenidoelmismoefectoenél.
Inclinólacabeza.—Menosmalqueestamossolos.Noesdecentequenosbesemoscomolo
acabamosdehacersinestarcasados.Probablementeseapecado.Élnotóquenosonabademasiadopreocupadaporello.—Prontonoscasaremos,asíquenoespecado,ynoestamossolos.—Sin
volversedijo:—¿Stephen?—¿Sí,laird?—¿Cuántosguerrerosnosestánobservando?—Yocontésiete.Colm se sintió decepcionado. Esperaba que el experimentado guardia
fueramásobservador.—Nay.Sonocho.Stephenseacercó.—Habíaochoobservando.Ahorahaysiete.—¿Quélepasóaloctavo?HubosatisfacciónenlavozdeStephenalresponder.—Christien fue lo que le pasó. Vuestro guerrero quería seguir a la
princesa de muy cerca. Christien pensó que no debería hacerlo, así que lodetuvo.Nolomató—añadió—.Sololopusoadormir.
Página175
Colmmurmuróalgoenvozbajaycomenzóaregresarazancadasadóndeestabanloscaballos.Gabriellehubieratenidoquecorrerparaseguirleelpaso.Cuando se dio cuenta que no estaba detrás de él, la esperó, luego tomóposesióndesumano,ytiródeella,forzándolaamantenersealapar.
—Laird,sisabíaisquevuestroshombresestabanobservándonos,porquémebesasteistan…
—¿Tanqué?—Sólidamente.—Es mi derecho—respondió—. Y Gabrielle, puesto que nos vamos a
casar,puedesllamarmeColm—nomiróatrásmientrascontinuaba—.Yotracosa,cuandoregresemosamicasa,nuncavolverásadiscutirconmigo,otravez.Túyyohemosllegadoaunacuerdorespectodetusguardias,peroesoserátodoloqueconcederé.Nopuedomalgastarmisdíaspersiguiendoaunaesposaobstinada.Tengoasuntosmásimportantesqueatender.
—¿Nuncadebodiscutirnidiscreparcontigo?Esolesonóbien.Asintió.—Medarástuconformidad,ahora,Gabrielle.Ellainclinólacabeza.—Comotúdigas.
Página176
Capítulo31
ParaSarahTobias,loscotilleoserantanadictivoscomolosdulcesbizcochosde manteca. Los ansiaba. Amaba ser la primera en difundir los últimosrumoresynoleimportabasilashistoriasquerepetíaeranverdaderasofalsas.Contarlos era todo lo que le importaba.Para cuando llegaba al final de suscuentos,Sarahsentíatalfrenesíqueseleruborizabaelrostro,lesudabanlaspalmas de lasmanos, y su respiración se convertía en cortos jadeos.Habíadescubiertoquecotillear,eratanbuenocomoelsexo.Yavecesaúnmejor.
Sarahraramentedifundíahistoriasacercade labuena labordealguienosu buena fortuna. ¿De que servía? No había nada emocionante en eso. Elpecadosiemprehabíasidomuchomássatisfactorio,ycuandoelpecadoeradelujuria,tambiénsevolvíaexcitante.
Casualmente una noche durante la cena su hermanoNiall comentó quehabíaoídoacercadelincidenteocurridoenlaabadíadeArbane.
Sarahcomiódosbizcochosescuchandosuhistoria, luego tragó tresmásmientras despedazaba cada posible detalle que le sonsacaba. Cuando Niallhubo terminado de relatar lo que había oído, Sarah estaba mareada deexcitaciónysehabíaembutidoelúltimobizcochoenlaboca.
Antes delmediodía del día siguiente todo elmundo en el clan Dunbarsabía de Gabrielle. Luego Sarah mareada por el poder, se extendió haciafuera.Después de hornear una tanda doble de sus bizcochos dulces, se losllevóasuprimasegundaHilda,queestabacasadaconunBoswell.NodejólapropiedaddeBoswellhastaqueseaseguróquetodosenelclansehubieranenteradodelinfameincidente.
Ademásdedifundircotilleosmalignos,laotradebilidaddeSaraheraquele gustaba embellecerlos. Después de contar una historia treinta o cuarentaveces, ya no sentía el mismo frenesí. Su corazón no se disparaba, y no lesudaban laspalmasde lasmanos.Elchismesehabíaconvertidoenhistoriaantigua, entonces comenzaba a añadir unas pocasmentiras pequeñas de suinvención.Nadadesenfrenado,naturalmente.Sololosuficienteparasazonarelcuento.¿Quédañopodíahabereneso?
Página177
Dos semanas después sus mentiras se habían extendido hasta el clanMacHugh.
Gabriellesintióladiferenciaenlaatmósfera.Mujeresquehabitualmentele sonreían cuando pasaban a su lado ahora evitaban mirarla. Volvían lacabeza y se escabullían. Supo, antes que nadie se lo dijera, que se habíanenterado de las horribles mentiras. Y por la forma en que se estabancomportando,tambiénsupoquelascreíanciertas.
ColmvolvióacasadespuésdeunlargodíadecazaparaencontrarseconBraeden esperándolo frente a los establos. La expresión que lucía elcomandanteenelrostroleindicóaColmqueteníamalasnoticias.SuprimerpensamientofuedirigidoaGabrielle.¿Lehabríaocurridoalgo?
Nisiquierahabíadesmontadocuandopreguntó:—¿Gabrielleestábien?Braedensabíaquesulairdnosedabacuentadecuánreveladoraeraesa
pregunta.—Estábien.Nohasufridoningúndaño.LasegundapreguntadeColmfueigualdereveladora.—¿Quéhahechoahora?—Nadaqueyosepa—leaseguró.Colmbajódelcaballoyletirólasriendasaljefedelestablomientrasse
dirigíaaBraeden.—¿Nohatratadodehuirotravez?Braedensonrío.—No,almenoshoyno,detodasformas.—Levantólavistaalcieloantes
deañadir—:Aunqueelsoltodavíaestáalto.Aúnestáatiempo.Gabrielle estaba teniendo problemas para adaptarse a su nuevo hogar.
Cada día era algo nuevo. La semana pasada había tratado de dejar lapropiedaddosveces,ydosvecesColmlahabíatraídoderegreso.Insistíaendecirquenoestabahuyendo.Suprimeraexcusafuequedeseabacabalgaratravés deFinney’sFlat.La segunda excusa fue quedeseaba ir a la caza de«parajes»fueraloquefueraqueesosignificara.
—Lady Gabrielle solo necesita tiempo para entender las reglas por lascualesnosgobernamosaquí—dijoBraeden,tratandodedefenderla.
Colmseburlódeeseconcepto.—Conocelasreglas.Essoloquenolesprestaatención,porloqueyados
vecestuvequedejardehacerloqueestabahaciendoparairensubúsqueda.—Puedo señalar que me ofrecí a ir en su búsqueda, como lo hicieron
variosotrosguerreros.
Página178
—Ella es mi responsabilidad y por lo tanto mi problema. No se laendilgaréaotrapersona.
Braedensabíaqueesanoeralarazón.AunqueGabriellesolohabíaestadocon ellos catorce días, Colm ya se había vuelto bastante posesivo. No legustabaquenadiemásestuvieracercadeella.Apenastolerabaasusguardias.Enloqueaélconcernía,eraninútiles.SolorespondíananteGabrielleysoloobedecían susórdenes.Colmcreíaquehabía aguantado su comportamientodurante demasiado tiempo, aunque tenía que admitir, demala gana, que lacuidabanbien.
—Ninguno de nosotros considera a lady Gabrielle un problema. Loshombresestánencaprichadosconella,ya lasmujeres también lescaebien,ya que siempre tiene una palabra amable y una sonrisa para todo el queconoce.
—¿Distraealoshombresdesusdeberes?—Lo hace —admitió—. Aunque no deliberadamente. ¿De casualidad,
Colm,hasnotadolobonitaquees?Exasperado,respondió:—Porsupuestoquelohenotado.—Loshombrestambiénlohanadvertido.Lesgustamirarla.Sepusotenso.—Entonceslesdoblarélastareas.Siseentrenandesdeelamanecerhasta
lapuestadelsol,notendrántiempodemirarla.—Hablascomounhombreceloso.Por la oscuramirada que le disparóColm,Braeden comprendió que no
deberíahaberformuladoelpensamientoenvozalta.—Hacemuchosañosquesoytuamigo—lerecordóBraeden—.Notenía
intencióndeirritarte,soloestabasiendosincero.Sehacorridolavozquevasa casarte con ella, pero si me permites hacer una sugerencia, pienso queprontodeberíashacerelanuncioantelatotalidaddelclan.
—Soyunhombreocupado—ladró.Colm sabía que era una mala excusa. Debería haberle contado a sus
seguidoresqueteníalaintencióndetomaraGabriellecomoesposaeldíaquela había traído a casa con él, pero en vez de ello se había pasado las dosúltimassemanasintentandomantenersealejadodeella,diciéndoseasímismoqueteníaotrasobligacionesqueeranmuchomásimportantes.
Podíahabersacadotiempoparaella.Colmnoeraeltipodepersonaqueeludía las tareas desagradables. Tenía una deuda colgando sobre su cabezaque quedaría saldada en cuanto se casara con ella.Y comoodiaba estar en
Página179
deuda con alguien, debería haberse sentido ansioso por casarse. Entonces,¿porquénoloestaba?
Esamañanafinalmentehabíaadmitidolaverdad:Gabrielleeraunamujerpeligrosa.Nolegustabalaformaenquelohacíasentir,volviendosumentecabeza abajo. Había comenzado con un beso. El maldito beso habíadespertado emociones que había creído muertas hacía mucho tiempo. Laformaenquelesonreíasololoempeoraba.Siselopermitíaloconvertiríaenun tonto enamorado, y de ningunamaldita forma dejaría que otramujer lovolvieravulnerable,nuncamás.
—Esperoquehagaselanunciopronto,laird.Colmrespondiócáusticamente.—¿Quéesloquetienesqueinformar?Mientrashacía lapregunta,advertíadoscaballosatadosa la ramadeun
árbol, y por las marcas que tenían en sus cuartos traseros sabía a quienpertenecían.
—¿QuérayoshacenlosBoswellaquí?—Divulgandomentiras.—¿Quéfueloquedijiste?—LasmentirasacercadeladyGabriellehanllegadoanuestroclan,ydos
hombresdelclanBoswellson losresponsables.KinnonBoswellafirmóqueteníaquehablarconsuprimaRebecca,quiencomosabesestácasadaconunodenuestrosguerreros.Lesdijoalosguardiasquesupervisabaneltorreónqueera un asunto urgente, no obstante cuando se le permitió la entrada, no semolestó en ir a su cabaña. Parece ser que ambos, él y su amigo EdwardestabandecididosaveraladyGabrielle.
—¿Lograronverla?—demandóColm,furioso.—No,nolohicieron—leaseguró.Colmserelajó.—Entoncespuedeserquelogrensalirdeaquíconvida.Braedencontinuóconsuinforme.—Estaba en el campo oeste entrenando con los soldados más jóvenes
cuandounodelosguardiasdeGabrielleseacercóamíymedijoquehabíaunproblema.
—¿Quéguardia?—Lucien.—Almenosunodeellosestáaprendiendoaseguirlacadenademando—
dijoconsequedad—.¿Quétedijo?
Página180
—MepreguntósiéramosaliadosdelosBoswell,ycuandolepreguntéporquéqueríasaberlo,meexplicóqueestabaapuntodemataradosdeellos.
—¿Lodejaste?—No,perotejuro,laird,quecuandooíloqueestabandiciendoacercade
ladyGabrielle,deseehacerlo.Cuandollegaste,estabaapuntodeecharlos.—¿DóndeestaGabrielleenestosmomentos?—Enelgransalón.—Encuentra a losBoswell—leordenó—y tráelos antemí.Quieroque
mediganamíloquehanestadodiciendoacercadeGabrielle.Despuésdedar laorden,Colmsiguiócaminando.Teníaprisapor llegar
junto a Gabrielle antes que ella se enterara del asunto de los Boswell.Gabriellehabíasufridodemasiadasangustias.Nonecesitabasufrirmás.
Maldición,estoeraculpasuya.Yadeberíahabersecasadoconella.Esaera la única forma segura de detener las calumnias.Nadie osaría decir unapalabra contra su esposa… a no ser, por supuesto, que tuviera deseos demorir.
Mientras se aproximaba al patio, Colm divisó a Gabrielle. Le estabadando la espalda y estaba hablando con alguien.Unos pasosmás adelante,Colm vio a los Boswell enfrentándola. Maldijo y apresuró el paso. Loshombres parecían tan ensimismados en lo que estaban diciendo, que norepararon en él. Ni escucharon a Lucien y Faust acercándoseles por laespalda. Los guardias estaban corriendo hacia los dos hombres, pero sedetuvieron cuando Gabrielle levantó levemente la mano haciéndoles unaseñal.
Kinnonnotósugesto.Seacercóunpasoylepreguntó:—¿Quéestáishaciendo?Lesonriómientrasrespondía.—Salvándotelavida.Edward no lo había captado, peroKinnon eramás astuto. Se volvió de
golpe y quedó cara a cara con Lucien. Al instante se volvió a girar haciaGabrielleyconvoztemblorosa,dijo:
—Soloestabacontándoleloquetodoelrestodelmundoestádiciendodevos.Penséquequerríaissaberlo.Nopuedenmatarnosporeso,¿verdad?
—Ellos no pueden, pero yo sí —dijo Colm. Si no hubiera estado tanenfadado,probablementehubieraencontradocómicasureacciónalescucharsu voz. En un intento de encontrar una vía de escape, retrocedieron dandotumbosychocaronentresí.
Página181
Gabrielle temió que Colm pudiera cumplir su amenaza matando a losBoswell,ynodeseabaqueesoocurriera.KinnonyEdwarderandosjóvenesestúpidosquenoteníannadamejorquehacerconsutiempoqueviajartodoesecaminoparaversu reacciónante lashistorias,peronodeberíanmoriracausadesuignorancia.
Aunquedeberíansufrirunpoco.—Laird,estoytanfelizqueestésencasa—dijomuydulcemente—.Ven
y escucha las historias que los Boswell me están contando. Puedes estarsegurodequetedivertirán.
ElrostrodeKinnonseveíacomosisehubieraquemadoalsol,mientrasque el de Edgar parecía haber perdido todo el color. Se asemejaba a uncadáver.Adecirverdad,tambiénolíacomouno.
—Dudoquemediviertan—dijoColm.Pasóunbrazoasualrededor,tiródeellaacercándola,ylabesómientras
losBoswelllomirabanconlosojosdesorbitadosylasbocasabiertas.Luegosevolvióylesdedicótodasuatención.
—Escucharéloquelehabéiscontadoamifuturaesposa,ladyGabrielle.—Futura…—Kinnontragóconfuerza.—¿Vuestra esposa? —dijo Edward—. No lo sabíamos. Nunca
hubiéramos…—¿NohubieraisdifamadoaladyGabrielle?¿Esesoloquequieresdecir?
—preguntóColm.Estaba tan furiosoque apenaspodía contener lasganasde estrangular a
esostontos.EncambioestabaapretandoaGabriellesinadvertirlo,ysolocuandoella
lopellizcósediocuentadeloqueestabahaciendoyaflojósuagarre.—Queríamosverqueaspectotenía.Habíamosoídodecirquefascinaalos
hombresyqueríamosverlopornosotrosmismos—explicóKinnon.—Soloestábamosrepitiendolashistoriasquehemosoído—dijoEdward,
conunavoztanagudaquecasiparecíaunchillido.Lucien y Faust se acercaron a Kinnon y Edward, que seguramente
sintieronsusrespiracionesenelcuello.AmbosguardiasestabanobservandoaColm,conlaesperanzaquedieralaseñalparaquedispusierandeesapeste.
A Gabrielle le pareció que los Boswell ya habían recibido suficientecastigo.
—KinnonyEdwardmehanconvencidodequesoyunamujerasombrosa.Parece ser que he dado a luz a cuatro niños, fuera del matrimonio por
Página182
supuesto,y todosenel lapsodeunaño—explicó—.Yconcuatrohombresdistintos.—Seechóareírantesdeañadir—:Debosermuycariñosa.
—Las historias son falsas —tartamudeó Kinnon—. Ahora nos damoscuentadeeso.¿Noesverdad,Edward?
Suamigoasintióenérgicamente.—Lohacemos.Sí,lohacemos.—Sisenospermitierapartir,prometemosnovolveradecirotrapalabra
acerca de lady Gabrielle nunca más. Salvo para alabarla —se apresuró aañadir—laalabaremos.Esoesloqueharemos.
—Lucien,Faust,apartaos.Gabrielleveadentro—ordenóColm.Gabrielle deseaba preguntarle que iba a hacer, pero sabía que sería
impropiocuestionarlodelantedeforasteros.Noibaamatarlos,¿verdad?Se tomósu tiempomientras sealejaba.LosBoswellhabíandichocosas
terribles, aunqueestuvieran recitandopalabrasque sabíaque ibana resultarsucias a juzgar por susmiradas obscenas y risas oscuras.No debería sentirlástimaporellos,perolohacía.
Colmnotóqueestabaarrastrandolospiesydecidióquetendríaquehablarcon ella acerca de la obediencia. Cuando daba una orden, esperaba que secumpliera de inmediato.Y con presteza.Ella obviamente no sabía eso.Eramedioinglesa,serecordóasímismo,yquizásfueraporesoqueeratanterca.
VolviósuatenciónhacialosBoswell,quetemblabandentrodelasbotas.—Cuando os despertéis, acudiréis a vuestro laird, y le diréis lo que
ocurrióhoyaquí.MeenterarésinolecontáiscadapalabraquelehabéisdichoaladyGabrielle.Tambiénlecontaréisquelaúnicarazónporlaqueosdejoviviresporquehicisteisreíramifuturaesposa.
Edwardasintió.—Lediremosanuestrolairdcadapalabra—juró.Kinnonserascólabarbilla.—Laird,¿dijisteiscuandonosdespertemos?¿Vamosaquedarnos…?Nuncaterminólapregunta.Colmsemoviótanrápido,queniKinnonni
Edward tuvieron tiempo de reaccionar. Un segundo estaban de pie, alsiguienteestabanaplastadoscontraelsuelo.
Lucienmanifestósuaprobaciónconungestodelacabeza,mientrasqueFaustsonrió.
ColmmirabafijamentealosBoswellmientrasordenaba:—Atadlosasuscaballosysacadlosdemismalditastierras.Unos minutos después mientras caminaba hacia la forja, Colm seguía
furioso. ¿Cómo se atrevían los Boswell, o cualquiera a los efectos, a
Página183
calumniaraGabrielle?Cualquieraquelaconocierasabríaqueeraunamujerinocente, dulce y amable. Debería haberlos matado, decidió. Puede queGabriellesehubierasentidotrastornada,perociertamentehabríaaligeradosuhumor.
Sedetuvoabruptamente.¿Cuándohabíaocurridoeso?¿Cuándosehabíanconvertidolossentimientosdeellaenalgoimportanteparaél?
ColmtratódeapartaraGabrielledesuspensamientos.Teníatrabajoquehacer.Llegóalafraguaypasóunahoradiscutiendoconelherreroacercademodificacionesquequeríahacerlealashojasdelasespadasyluegocaminóhacialacimaquedominabaelcampodondeseentrenabansushombres.Losguerreros más jóvenes estaban siendo entrenados. Tenían escudos, peroninguno de ellos lo usaba adecuadamente. De hecho, unos pocos estabanusándolos como arma mientras que sus espadas colgaban inactivas a suscostados.
Nodeberíanestarentrenandoconningunadelasarmastodavía,concluyóColm.Erandemasiadoinexpertos.Braedenestabagritándoles,peronoestabaobteniendo los resultados deseados. Cuando uno de los jóvenes cometió elerrordesonreír,Braedenprontamenteloderribódeungolpe.¿Porquéseríaquelosinexpertoseransiemprelosmásarrogantes?Enuncampodebatallaseríanunestorbo,ylosguerrerosavezadostendríanqueprotegerlosylucharconelenemigoalmismotiempo.Ladistracciónpodríasermortal.
StephenyChristienseacercaronhastaquedarjuntoaColm.—LuciennoscontóloquesucedióconloshombresdelclanBoswell—
dijoStephen.Colmdesatendióelcomentario.EntoncesChristiendijo:—¿Porquénolosmatasteis?Yolohubierahecho.—Nuestra princesa se hubiera sentido desdichada si se los mataba —
explicóStephen—.Creoqueesporesoqueaúnsiguenconvida.Lostrespermanecieroncalladosmientrasobservabanlosejerciciosenel
campo.Aunjovenguerreroselecayólaespada.—PorelamordeDios—murmuróColm—.Deberíadejarquesemataran
unoalotroyterminarconellos.—Primero tendrían que aprender a luchar a mano limpia. No deberían
estar peleando con armas.—SentencióChristien expresando en voz alta sumismacrítica.
Colmasintió.Lasarmaspodíanconvertirseenmuletas,ysielguerreroseveía desarmado, estaría indefenso frente al enemigo a no ser que poseyeraotras habilidades. ¿En nombre de Dios, qué estaba pensando Braeden para
Página184
dejarlosusarespadas?Alfinaldeldíahabríaextremidadesheridasportodoslados.
Enesemomentohabíamásdecienmiembrosdelclanenelcampo,yesenúmero no incluía a los principiantes sin entrenamiento. Braeden no podíaestar en cinco lugares al mismo tiempo, y Colm se dio cuenta que debíadelegarmás responsabilidades en otros guerreros dignos y experimentados.Nadiequerríaencargarsedelosprincipiantes.Colmhabíacomenzadoabajarlacolinacuandoseleocurrióunainesperadasolución.
—Stephen,piensoqueyaeshoradequetúylosotrosguardiasosganéisvuestraestanciaaquí.
—¿Quétenéisenmente?—Aúnnohevistovuestrashabilidadesenelcampo.Mañanaentrenaréis
conalgunosdemisguerreros.Simeparecequeestáisalaalturadelatarea,ayudaréisaentrenaralosmásjóvenes.
Colm no tuvo que mirar a Christien para saber que estaba sonriendo.Llegadalamañanalesacaríaagolpesalgodeesaarrogancia.
Página185
Capítulo32
Gabriellehabíaestadodebuenhumorhastaquehabíasalidoatomaralgodeaire fresco y había conocido a los Boswell. Kinnon y Edward encontrabanplacer en compartir las historias que habían escuchado acerca de ella. Lashistoriaserantandesaforadasquenopudohacerotracosaqueecharseareír.
El humor de la situación se le escapaba ahora. ¿Cómo podía alguienregocijarsealcontarcosashorriblesacercadeotrapersona?Nohabíaexcusasparasemejantecrueldad.Pensabaesetristehechomientrassubíalasescalerasy entraba en el gran salón. Su estado de ánimo se había vuelto bastantesombrío.
Aunque no era lógico, decidió echarle la culpa de su miseria a Colm.HabíaestadoviviendoconlosMacHughdossemanasysisulairdsehubieramolestadoendecirleasuclanqueestabaplaneandocasarseconella,aestasalturaslanoticiayasehubieradifundidoaotrosclanes,ylosBoswellnosehubieranatrevidoainsultarla.
Peronoselohabíadichoanadie,¿verdad?Solohabíaunaconclusiónquepodíasacarapartirdesusilencio.Nodeseabacasarseconella,yestabatanasustado,quenopodíaobligarseadecir laspalabras.Nisiquiera legustabaestar en la misma habitación con ella. Aparte de sermonearla de vez encuandoacercadealgoquecreíaquehabíahechomal,nohabíamantenidoniunaconversacióndecenteconella.
En uno de susmuchos paseos con el padreGelroy habían discutido supreocupaciónacercadeColm.Elsacerdotehabíasugeridoquetrataradesermáscomprensiva.LasresponsabilidadesdeColmcomolairddesuclaneranconsiderables.
—Medoyperfectacuentadequesuclanestáenprimerlugar—lehabíadicho—yqueyosoyunaforastera.
—Llegaránaquereros—leaseguró.Noestabatansegura.Lapaciencianoeraunadesusvirtudes.Decidióque
ledaríaaColmunasemanamásparaquehicieraelanuncioformal.
Página186
—Una semana. Luego dejaré este lugar y me iré adonde nunca puedaencontrarme.
Expresar sus pensamientos en voz alta la hacía sentir mejor y máscontrolada. Enderezó los hombros y atravesó el vestíbulo hacia el bancodondehabíadejadolalabordeaguja.
—¿Decíaisalgo?—FueLiamMacHughelquehizolapregunta.Gabriellesequedótansorprendidaycontentadeverlo,quenoleimportó
quelahubieraescuchadomascullarconsigomisma.—Buendía,Liam—dijo.ElhermanodeColmhabíaestadodesparramadoenunadelasdossillas
altas que estaban a cada lado de la chimenea. Se puso de piemientras ellacruzabalahabitación.
—LadyGabrielle.Porfavor,venidysentaosconmigo.TomólasillaqueestabaalotroladodelhogarynotóqueLiamnohizo
muecascuandosesentó.Obviamenteloscortesqueteníaenlaparteposteriorde laspiernassehabíancurado.Todavía teníaalgunasheridasvisibles justodebajo de las rodillas, pero no pensaba que esas le dejaran marcaspermanentes. Sin embargo los cortes profundos de la espalda, seguramentedejarían cicatrices. Por suerte para Liam, no le habían tocado el rostro.Dehechoseveíabastanteenforma.
—ElpadreGelroymelohacontadotodoacercadevos—dijo,sonriendo.—¿Cómo puede ser que haya estado dos semanas aquí, y esta sea la
primeravezqueosveo?—No deseaba ver a nadie hasta que estuviera más fuerte. Estoy
nuevamenteenpie.—¿Ossentísmejor?Supreocupaciónlepareciógenuina.—Sí—leaseguró.Estudió su rostrodurantevarios segundosy luego le
preguntó—:¿Ycomopuedeserquemeparezca tanfamiliar?Séquenuncanosconocimos,yaquerecordaríaaunamujertanhermosa.Talvez,lahayasoñado.Losguardiasqueviajanconvosmecuidaronmientrasdormía.Deboagradecerosquepermitieraisquelohicieran.
—Nonecesitabanmipermiso,ysonelloslosquedeberíanrecibirvuestragratitud.
—Sí, tenéis razón—accedió. Luego repitió lo que le había contado elsacerdoteacercadelaguardiarealyledijoquesentíacuriosidadyqueríaoírmás.TambiénestabainteresadoensabercosasacercadeSt.Biel,yGabrielleestuvofelizderesponderasuspreguntas.
Página187
Legustaba.Alcontrarioqueconsuhermano,conLiamerafácilhablaryerabastanteencantador.Lasmujeresdebíanperseguirloentropel,pensó,porsu sonrisa fácil y su apostura. También tenía un sentido del humor muypícaro.Lahizo reír contándole las travesuras que él yColmhacían cuandoeranniños.PasarlatardeconLiamfueelmomentomásplacenteroquehabíatenidodesdesullegadaalapropiedaddelosMacHugh.Lomejordetodofueque Liam nuncamencionó el motivo por el que ella estaba allí, y por esarazónlequedódelomásagradecida.
Gabrielleestabaacostumbradaacomersola.Esanocheambos,ColmyLiamseunieronaella.Colm,quesesentabaenlacabeceradelamesa,yLiam,queestabaenelextremoopuesto, se levantaroncuandoentroenel salónconelpadreGelroy siguiéndole el rastro.Liam le hizo señas,mientras queColm,conelrostrodepiedracomosiempre,simplementeesperabaaquesesentara.Hizo la elección sin siquiera pensarlo mucho. Le sonrió a Liam mientrascaminabahaciaColmytomabaelasientocontiguoaldeél.
El padreGelroymiró en ambas direcciones antes de tomar una silla alladodeladeLiam.
La habitación estuvo en silencio hasta que Maurna entró llevandotrenchers[3]fabricadosconpandeldíaanteriorrellenosdearenques,bacalao,carnero, y carne de res. Lo último que se puso en la mesa fueron gruesasrodajasdepannegro reciénhorneado.Aúncalientedelhorno,elaromadelpanllenoelsalón.
DecididaaatraeraColmalaconversación,preguntó:—Laird,¿cómofuelacaceríahoy?—Comoseesperaba.Aguardó que se extendiera en su respuesta, pero no parecía inclinado a
hacerlo.Tomó el trozo de pan que el padreGelroy le ofreció y arrancó unpedacitomientraspensabaenotrotemadeconversación.
Los hombres comían en silencio, mientras, que ella ocupada en suspensamientos,continuórompiendoelpanenpedacitos.
Finalmente,Gabriellehabló.—¿Quéplanestienesparamañana?—¿Porquélopreguntas?—Soloporcuriosidad.ElpadreGelroycomenzóacontarunahistoriadivertida,yGabriellebajó
lavistahacialamesa.Rompióelpanenunmillóndepedacitoshaciendoun
Página188
estropicio.Pensandoquenadie sehabíadadocuenta, barrió lasmigasy lastiróapuñadoseneltrencher.
Una vez que el sacerdote hubo terminado su historia, se volvió haciaColmypreguntó:
—¿Elclimanoestáinusualmentetempladoparaestaépocadelaño?—No.Gabrielle se sentía frustrada. Nada estaba funcionando. Seguramente
debíahaberuntemaquecaptarasuatención.Siguióconunapreguntaacercadelaconstruccióndelanuevaampliación.
Liamestabahablandoenvozbajaconelsacerdote,perooyósupreguntayseinclinóhaciadelantepararesponder.
Gabriellesuspiróyextendiólamanoparaalcanzarotrarebanadadepan,pero Colm la detuvo poniéndole lamano encima de las suyas. Su voz fuesuavecomounsusurro.
—¿Porquéestanocheestástannerviosaconmigo?¿Esta noche? Siempre estaba nerviosa cuando estaba con él. Pero ¿Por
qué?Nohabíarazónparaesesentimiento,anoser,porsupuesto,quefuerauna reacción puramente física, lo que no tenía ningún sentido. De los doshermanos, Liam era el apuesto. Era el polo opuesto en apariencia ytemperamento a su hermano, y aún así ella se sentía atraída por Colm.Decidióquealgoibamalconella,parapreferiraunhombretanimperfectoybrusco.
—Gabrielle,respóndeme.—¿Debo darte una respuesta de una sola palabra como las queme has
estado dando tú? He estado intentandomantener una conversación decentecontigo.
Liamlosinterrumpió.—Colm,¿averiguastealgoacercadeMonroe?—Hayrumoresperonadaconsistenteaún.LiammiróalsacerdoteyluegoaGabriellemientrasexplicaba.—EllairdMonroefueasesinado.—Losabemos—dijoelpadreGelroy—.LadyGabrielleibaacasarsecon
ellaird.—Es cierto, iba a hacerlo. Oí sobre el matrimonio antes de dejar la
propiedaddeMonroe,nomuchoantesdeseremboscado.—¿Puedopreguntarporquéestabaisallí?—dijoGelroy.Liamsonrió.—Ibaaencontrarmeconalguien.
Página189
—¿Conquién?—presionóGelroy.—Simplementealguien.El sacerdote estaba a punto de formular otra pregunta, pero Liam lo
detuvodiciendo:—Unamujer,padre.Estabaconunamujer.Noledirésunombre.Gelroyseruborizó.—Sisolohubieraunacapilla,podríaisiraconfesaros.Liamseencogiódehombros.—¿Se enteró de que los Monroe están peleando por quién va a ser el
próximolaird?Braedencreequehabráunaguerraentreellos.Lospróximosdiezminutosloshermanoslosdedicaronadebatiracercade
quiendeberíahacersecargodelliderazgodelclan.—¿Piensanquealgunavezaveriguaránquiénmatóal laird?—preguntó
Gabrielle.—Nodescansaremoshastaencontraralculpable—dijoLiam.—¿Nosotros?—inquirióelpadreGelroy.—LoslairdsBuchanan,Sinclair,MaitlandyMacHugh—respondió—.Ya
sehanreunidoparacompartirinformación.GabrielleteníaesperanzasquesehicierajusticiaconellairdMonroe.—Ningúnhombredeberíamorirconuncuchilloenlaespalda—dijo.—Esunactodecobardía—acordóColm.Mirófijamentelamanodeélreposandosobrelassuyas.Eradeldobledel
tamaño de las de ella y se sentía cálida, maravillosamente cálida. ¿Cómopodíaunsimpletoqueagradarletanto?¿Estabatanhambrientadeafectoquesu proximidad le traía semejante reacción? Probablemente él ni siquiera sedieracuentadeloqueestabahaciendo.Disgustadaconsigomisma,apartólavistaysepusoaescucharalpadreGelroyhablardelavidaenlaabadía.
A cada oportunidad que se le presentaba, Gelroy hacía uno o doscomentarios acerca de los beneficios de tener una capilla para el clan.Diovariosejemplos,pensandoqueestabasiendosutil.
—Unacapillaproporcionaríaunlugarsagradoyapropiadoparaescucharla confesión deLiam y absolverlo de cualquier pecado que hubiera podidocometerconlamujerMonroe—leaseguróaColm—.Yvos,laird—continuó—,podríaoírvuestraconfesióncuandolodesearais…hastadosvecespordíadesernecesario.
Gabrielleestallóencarcajadas.—Padre,creoquetalvezdeberíasimplementepedirleanuestrolairdque
leconstruyeraunacapilla.
Página190
—¿Anuestrolaird?—preguntóLiam.EllalevantóloshombrosymiróaColm.—PareceserqueahoraeresellairddelpadreGelroy…yelmíotambién.
¿Noesasí?Suexpresiónerainescrutablecuandocontestó.—Asíes.Liamfruncióelceño.—¿Meestoyperdiendodealgo?¿Cómoeseso?—preguntó—.¿Yestás
pensandoenconstruirleunacapillaalsacerdote?—Quizás—concedió.—Aquí hay almas que necesitan ser salvadas —dijo Gelroy mirando
intencionadamenteaLiam.—¿Construir una capilla salvará nuestras almas? —preguntó Colm,
sonriendo.—Seríaunpasoenladireccióncorrecta.Vuestroclandeberíaseralentado
a entrar en ella, ponerse de rodillas, y rezar para que Dios perdonara suspecados pasados. —Moviendo el dedo ante Liam, añadió—: Y sentirlo…sinceramente de corazón. Después de lo que le paso, se podría pensar quequerríaestarenbuenostérminosconDios.
Enuninstantelaconversaciónsevolvióseria.—Colm,elpadrenofuecapazdedecirmecomofuidesdeFinney’sFlat
hastalaabadía.—Podríahabercaminado—sugirióGelroy.—No,nohubierapodido.Gelroysuspiró.—Yaosexpliquéquenopuedodecíroslo.—Perolosabe,¿noesverdad?—preguntóColm.—¿Ha encontrado al hombre que hirió a Liam? —preguntó
precipitadamenteGabrielle.—Silohubieraencontradolosabrías.—Peronodejarásdebuscar,¿verdad?—lepreguntó.—No,noloharé.—Todavía tienequecontestarmipregunta,padre—dijoLiam—.Usted
sabe cómo llegué a la abadía, ¿no es así? ¿Por casualidad estaba cerca deFinney’sFlatcuandoyoestuveallí?
—Nopodéispensarqueestequeridosacerdotetengaalgoquevercon…Colmleapretólamano.
Página191
—No, no pensamos que esté involucrado. Tenemos esperanzas de quepuedahabervistoaloshombresqueintentaronmataraLiam.
—Antes de que Liam llegara a nosotros yo estaba en la abadía—dijoGelroy.
—Séqueestáocultandoalgo,yquierosaberdequése trata—demandóColm.
La mente de Gabrielle se disparó. Había esperado encontrarse unmomento a solas conColmpara decirle quehabía sido ella la que le habíadisparadoalatacantedeLiamyquesusguardiaslohabíantransportadohastalaabadíadeArbane,peroahoraélestabaforzandoeltema.
—Debodecirte…—comenzó.Lelanzóunamiradaintimidante,queimpidióquecontinuarahablando.—Estoyhablandoconelsacerdote,Gabrielle.Llególahoradelaverdad.ElpadreGelroyparecíaencogerseenlasilla,retrocediendoantelairadel
laird.—Ybien,padre,¿quévaaser?¿Noslodirá,otendremosquerecurrira
medidasmásviolentas?—preguntóLiam.Gabrielleselevantóconlavelocidaddeunrayo,volcandolasillaconla
prisa.—NopuedocreerquelepidasalpadreGelroyquetecuentealgoqueno
puede.—¿Quénopuede?¿Oquenoquiere?—preguntóLiam.—Quenopuede—dijobruscamente,mirándoloconfuria—.Nopermitiré
queintimidesalpadreGelroy.Esunhombredelclero.Tehaexplicadomásde una vez que no puede decírtelo.Déjalo en paz, o tendrás que responderantemí.
Antesquealguienpudiera responder a suarrebato, aparecióBraedenenlasescaleras,diciendo:
—Estánlistos,laird.ColmseestiróylevantólasilladeGabrielleylamovióaunlado.—Venconmigo,Gabrielle—leordenómientrasla tomabadelamanoy
tirabadeellaparaquelosiguiera.Noleexplicódóndelaestaballevando,perolealegrabacomplacerlo.Un
momentoasolasconélledaríalaoportunidaddeexplicarlequéhabíapasadoenFinney’sFlat.
Estaban a medio camino hacia la entrada cuando Colm gritó sobre suhombro:
—Liam,mevoyacasarconGabrielle.
Página192
Liamsequedóazorado.—¿Tevasacasar?LareaccióndeGabriellefuemásintensa.—¿Nisiquieraselodijisteatuhermano?Heestadoaquídossemanas,y
nopudisteencontrartiempopara…Enesemomentoestabaprácticamentearrastrándolahacialosescalones.—Laspasadasdossemanas,hevistoamihermanocon tantafrecuencia
comotú.—Esanoesunaexcusaaceptable—refunfuñó.Exasperado,tiródeellaalolargodelasescaleras.—Yonodoyexcusas.En la puerta había un guerrero. Cuando los vio venir, le hizo una
reverenciaaGabrielleyabrió lapuerta.Pensóque suacciónerade lomáspeculiar.Deberíahabermostradodeferenciaasulaird,noaella.
Unaráfagadeairefríolerozóelrostro.Colmlasoltóysalió.Sedetuvoenelescalónsuperiorylehizoseñasparaqueseunieraaél.
Laluzdoradadelatardecersederramabasobreunmarderostrosquelaobservaban.Elpatioestaballenoconlagentedesuclan,yhabíamásdeelloscubriendolascolinasqueestabanmásallá.
Gabrielle estaba tan conmocionadaque apenaspudoconservar la razón.Parecíahaberunmillardehombresymujeresmirándolafijamente.Tratódenormalizarlarespiración.Nadiesonreía.Esolonotóenseguida.Oh,no,¿losBoswell habrían llegado a todas estas personas? Apartó el horriblepensamientoaunlado.Pero¿Porquéparecíantodostansombríos?Dadoqueestabantodosapiñados,nopodíaversiteníanalgoenlasmanos.
SeacercóaColm.Subrazolarozó.Alzólavistaysusurró:—¿Estoyapuntodeserapedreadanuevamente?—Por el amor de… —Se detuvo. No podía enfadarse con ella. Por
supuestoqueesperaríalopeor.Nolehabíadicholoqueibaaocurrir,yDiosbiensabía,quedespuésdeloquehabíapasadoenlasúltimassemanas,¿porquénodeberíasentirtemor?
—¿Piensas que dejaría que alguien te lastimara? Ahora me perteneces,Gabrielle.
Colmsevolvióhaciasusseguidores,levantólamanoenalto,ydijo:—Despuésdemuchadeliberación,ladyGabrielle,finalmentehaaceptado
convertirse en mi esposa. Soy afortunado al casarme con una dama tanapasionada, enérgica, hermosa e inocente. Le daréis la bienvenida y lahonraréiscomomehonráisamí.
Página193
Lamultitud losvitoreóyaclamó.Solo labesóel tiemposuficienteparaque desearamás, y cuando él levantó la cabeza, ella estaba temblorosa. Elruido se arremolinó a su alrededor, y en su mente había un únicopensamiento:nohabíaningunapiedra.
Página194
Capítulo33
Colmnolehabíahechoningunaadvertencia.SiGabriellehubierasabidoqueibaareunirasuclanparahacerelanuncio,sehubieracambiadoelvestidoycepilladoelcabello.Nisiquiera tuvo tiempodepellizcarse lasmejillasparadarlescolor.Lapuertaseabrióyallíestabantodosellos,mirándolafijamente.
Un atónito Liam los había seguido al exterior y se había ubicado a laderechadeColmmientrasestelehablabaasuclan.Liamparecíacomplacidoporloqueélllamaba«lasextraordinariasnoticias».Unavezquesecalmólaalgarabía y la multitud se hubo dispersado, palmeó a su hermano en elhombroyabrazóaGabrielle.
—Pensé que Gabrielle era nuestra invitada debido a la ayuda que susguardias me prestaron en la abadía, pero parece que esta visita significamuchomás.—SeechóareírymientrasvolvíanalinteriorlediounempujónaColm—.Mehasestadoocultandocosas,hermano.¿Cuánto tiempodormíexactamente?Evidentementemehe estadoperdiendomuchas cosas.Quierooírlosdetalles.
—Teloexplicaréenotromomento—dijoColm.LiamtomólamanodeGabrielleyhaciéndoleunguiño,dijo:—¿EstásseguradehaberescogidoalMacHughcorrecto,Gabrielle?Vivir
conColmpuedeserunacarga,sabes.Talvezdeberíasreconsiderarlo.FueColmelquerespondió.—Nohaynadaquereconsiderar,Liam.Gabrielleesbastantefeliz.—Se
volvióhaciaella—.¿Noesasí,Gabrielle?—Bueno… yo…—¿cómo podía responderle? ¿Feliz? Con todo lo que
habíaocurridoenlaspasadasdossemanas,laideadefelicidadnoleentrabaenlacabeza.
Liamlasalvódetenerqueencontrarunarespuesta.—¿NecesitoimportunaraladyGabrielleparaobtenerlosdetalles?—No,nonecesitashacereso—replicóColmconfirmeza.GabriellesesintióaliviadacuandoLiamlesdeseóbuenasnochesysubió
a laplanta alta.Nodeseaba responder aningunapregunta.Teníaunasunto
Página195
muchomásurgenteenmente.HabíallegadoelmomentodeenfrentaraColmy decirle la verdad.Necesitaba estar a solas con él. Su corazón comenzó alatirconfuerza.
—Colm…—Pareces exhausta, Gabrielle. Ve a descansar. —Despidiéndola, se
encaminóhacialapuerta.Ellalosiguió.—¿Puedohablarcontigo?Hayalgoquedebodecirte.—¿Nopuedeesperar?—Sacóunaantorchadelsoporteen laparedpara
llevarlaafuera.LapuertaseabrióyentraronBraedenyStephen.Esperabaquepasarande
largo,peroningunode losdos lohizo.EsperaronparahablarconColm.Serecordóasímismaqueeraunhombreocupadoconmuchasresponsabilidadesycargas.
—Yoquería…quierodecir…supongoquepuedoesperarhastamañana.¿Talvezporlamañanatemprano?—preguntó.
Colmasintió,yGabrielle,sintiéndosedébilporelalivioprovocadoalnotenerquedecírseloesanoche,seapresuróasubirlosescalones.
El Padre Gelroy estaba esperando para felicitarla, pero no le dio laoportunidad.Lehizoseñasparaqueseacercarayluegosusurró:
—Siento tanto no habérselo dicho a Colm aún. Dos veces traté deexplicarlequemisguardiasyyollevamosaLiamalaabadía,peroenambasoportunidades fuimos interrumpidos.Piensoqueesmejorque se lodiga enprivado. Usted tuvo que sufrir su ira, y la de Liam también, debido a lapromesaqueleforcéaformularme.
—Cuantomástiempoesperéis,másdifícilseosharádecírselo.—Sí,losé,peromedamiedo.—EllairdMacHughsesentirácomplacidodesaberquevosencontrasteis
asuhermanoybuscasteisayudaparaél.—Haymásquedecirdeloqueustedsabe,peronosepreocupe.Mañana
porlanocheColmlosabrátodo.—¿Yyotambién?—Sí.Había tenido la esperanza de decírselo durante la confesión, pero si lo
hacía, debería decir que estaba arrepentida por haber tomado la vida de unhombre,yDiossabríaquenoerasincera.
Elhombre,necesariamente,debíamorir.
Página196
MaurnaestabaencantadadequeGabriellefueraacasarseconsulairdyasíselodijovariasvecesmientrasservíaeldesayuno.
—Nadie creyó esas tonterías que los muchachos Boswell estabandesparramando, y teníamos razón en no prestarles atención ya que nuestrolaird la va a convertir en su esposa. Os declaró inocente, milady, peronosotrosyalosabíamos.¿Noesasí,Willa?—dijoporsobreelhombro.
Lacocineraseasomódesdelabodega.—Asíes.Ciertamentelosabíamos.—Osagradezcoalasdosvuestrafeenmí.—Gabriellemiróhaciaabajoa
unrecipientequeparecíacontenerunaespesapastagris.—Ninguna dama tan santa como vos cometería tan terribles pecados, y
además,nuestrolairdnosecasaríaconvossiesospecadosfueranciertos…quenoloson—seapresuróaañadir.
Willallevópanylopusocercadelapasta.—Ahoracomed.Osvendríabienponeralgodecarneenesoshuesos.Gabriellenoqueríaherir los sentimientosde la cocinera, pero teníaque
preguntarqueeraesapastaantesdeponérselaenlaboca.Pensóqueseríamásperjudicialsiempezabaahacerarcadas.
—¿Cómolellamanaesto,Willa?—preguntó.—Desayuno.Maurnabarrióalgunasmigasdelamesahaciasumanoabierta.—Tomadelpan,ymojadloenlapapilla.—¿Papilla?—Es bueno para vos, milady—insistió Willa—. Está hecho de avena
cocidayalgunosdemiscondimentosespeciales.—Osdejaremossolaparaquepodáiscomermientrasaúnestatibia—dijo
Maurna.Gabrielle levantó la cuchara de mala gana y la hundió en la sustancia
viscosa.—Maurna, puedes explicarme que quisiste decir cuando expresaste que
nadieeramássanta…—Quevos.—¿Porquépensaríasquesoysanta?—Nosoysoloyo,milady.Todoelmundolopiensa.—Yolopienso—dijoWilla.—Supongo que es porque pasáis mucho tiempo paseando con el padre
Gelroy.Estáisrezandoconél,¿noesasí?Seechóareír.
Página197
—VálgameDios, no.El padre se ha sentidobastante solo, y es por esoque paseo con él, pero ahora ambos nos estamos acostumbrando a nuestronuevo entorno y sintiéndonos más cómodos. Todo el mundo es muyamigable.
Lasdosmujeressonrieronampliamenteanteelelogioasuclan.—Vuestrodesayunoseenfría—leadvirtióWilla.—Penséquepodríaesperaranuestrolaird.—Sehalevantadoyhapartidohaceyabastantetiempo.Cuandolasmujeresladejaronsolaparaquecomieralapapilla,Gabrielle
se forzó a sí misma a probarla y le sorprendió que no fuera horrible. Dehecho,noteníamuchosaboranada.
TerminórápidoyluegofueabuscaraColm.Elhombredebíalevantarsealdespuntarelamanecer,pensó.
Faustlaalcanzócuandosedirigíaalosestablos.—¿Adóndevais,princesa?—EstoybuscandoaColm.—Estáenelcampoconlosguerreros.¿Osgustaríasentarosenlacolinay
verelentrenamiento?—lepreguntóansioso.Obviamente Faust quería observar, y como no podía hablar con Colm
hastamástarde,decidiócomplacerasuguardia.—Guíame,Faust.—Creoquedisfrutaréisviéndolo,princesa.Séqueyoloharé.—No entiendo por qué estás tan entusiasmado. En Wellingshire veías
entrenarsealoshombresdemipadrecasitodoslosdías.—Seentrenabancasitodoslosdías,yporunabuenarazón,yaqueellos,
comotodoslosbuenosvasallos,debenmantenersushabilidadesagudizadas.—Estoyenteradadeeso,enInglaterra,eldeberprimordialdeuncaballero
esprotegerasuseñorfeudal.Supongoqueaquídebeserigual.—No,esdistinto.Creoquemientrasganen,a lamayoríade losbarones
nolesimportacuántoshombresmueranluchandoparaellos,peroMacHughlotomaríacomounaafrentapersonaltantosipierdeunhombreoveinte.
Levantósufaldayseapresuróparapoderseguirleelpaso.—¿Piensasquehoypuedesaprendernuevastécnicasobservándolos?—Quizás,peroesanoeslarazóndemiansiedad.Prontoloentenderéis.
Nossentaremosenlapartealtadelacolinaentrelosdoscamposdesdedondetendremosunabuenavista.
Faustlaguioporunasendagastadaqueserpenteabaentrelosárboles;lacuestaeraempinada.Cuando llegarona lacresta,unavisiónpanorámicade
Página198
loscamposseabrióasuspies.Habíadoscamposcasidelasmismasdimensiones,separadosporpilasde
heno amontonadas. De un lado los arqueros practicaban su puntería. Susblancos estaban tan lejos que era difícil ver el centro. A su lado habíahombres lanzando hachas al blanco. A pesar de estar tan lejos del campo,Gabriellepodíaoírelsilbidodelaspesadasarmasalcortarelaire.Enelotrocampo,loshombresentrenabanconespadasyescudos.Asualrededorhabíahilerasdeintegrantesdelclan,jóvenesyancianos,esperandolaoportunidaddedemostrarsushabilidades.
Había al menos cien hombres en el campo, y aún así ella localizófácilmenteaColm.Eradelejoselguerreromásimpresionantequehabíaallí.Estabadepieenelextremomásalejadodelcírculo,conlosbrazoscruzadossobre el pecho y las piernas separadas. Aún desde su punto privilegiado,Gabrielleviosuceño,queindicabaquenolegustabaloqueestabaviendo.
Fascinada, lomiró fijamente.Supiel bronceadabrillabade sudor, y losabultados músculos de la parte superior de sus brazos y piernas exudabanpuro poder. Aunque sabía que era indecente de su parte notar semejantescosas,nopodíaobligarseaapartarlavista.
—¿Osgustaría que fuera a buscar unamanta para que os sentarais? ¿Opensáisquenoquerréisquedarostantotiempo?—preguntóFaust.
—No necesito una manta —respondió, sentándose. Metió las piernasdebajo de ella y se ajustó la falda; todo el tiempo sus ojos azul-violáceosestuvieronfijosenColm.
—¿VeisaStephen?Estáparadojuntoallaird.—Faustseloseñaló.—Loveo.¿Quéestáhaciendo?—EstáobservandoaLucienentrenar.Examinóelcampoylocalizóasuguardia.—¿YporquéestáentrenandoLucien?—Ellairdloinvitóaquelohiciera—respondióFaust—.Siconsideraque
estamos capacitados, nos hará entrenar a los principiantes. Sus guerrerosexperimentados lo encuentran por debajo de su categoría, aunqueevidentementeharíancualquiercosaque su laird lesordenara.Stephendicequeel lairdquierequenosganemosnuestramanutención,yestamosfelicesdecomplacerlo.
GabrielleobservóaLucien.Losmovimientosdesuguardiaeranfluidosyelegantes.SemanteníafirmefrentealguerreroMacHughsinquealparecerlecostaramuchoesfuerzo.Tampocolosuperaba.
Página199
—Stephenderrotóatodosconelarcoylaflecha.Ellairdnolediotiempoa ir a buscar el suyo, así que tuvo que usar el deBraeden. Pienso que vostambiénpodríaisvencerlosatodos.
Ellaseechóareír.—Túfeenmíesinjustificada.Dimealgo,Faust,¿quépensaronellairdy
sucomandantecuandoStephenderrotóasusguerreros?—Estaban impresionados por su pericia. Braeden y Stephen no son
adversarios.Respetaneltalentodelotroydehecho,sehanhechoamigosencierta forma.El lairdhapuesto aStephen a cargodel entrenamientode losjóvenesconelarcoylasflechasbajoelojovigilantedeBraeden.
—¿Yquehaydeti?—preguntóGabrielle.—Entrenarémañana.—Nonecesitasquedartesentadoaquíconmigo.Sabríasqueestoyasalvo.
Puedesvermedesdecualquieradelosdoscampos.—Ladistanciaesmuygrande.—SiyopuedoverelceñodeColm,ciertamentetúseráscapazdevermea
mí.—Mañana será lo suficientementeprontopara tomarmi turno.Además,
Christien luchará pronto, y no quiero perderme eso. Lucien ya casi haterminado—añadióseñalandohaciadondeestabaelguardia—.CreoqueestavezdejaráqueelguerreroMacHughloderrote.
—¿Porquépiensaseso?—A esta altura debería haber terminado con él. Se esta conteniendo
porque el hombre contra el cual pelea es por lomenos quince añosmayor.Luciennolohumillaríadelantedesulaird.Esloqueyoharía.
Cerca de los combatientes, Stephen había hecho lamisma observación.Dio unos pasos atrás y habló conBraeden.Unosminutosmás tarde,Colmdetuvolacontienda.Nuevosoponentesseadelantaronparatomarsuslugaresenelcampo.
—Lucien,venaquí—ordenóColm.Elguardiacorrióhaciaél.—¿Sí,laird?—Stephen ha sugerido que no peleaste con todas tus fuerzas. ¿Es eso
cierto?—Loes.Colmesperabaoírunaexcusaysesorprendióporsuhonestidad.—Dameunarazón.—Esvariosañosmayorqueyo.Noqueríaavergonzarlo.
Página200
—Esaeslarazónmásridículaqueheescuchado.¿DeboasumirquesiunhombreviejofueraaatacaraGabrielle,consideraríassuedadmientrastratasdeprotegerla?
—No,siintentaradañaramiprincesa,lomataría,sinimportarsuedad.—Alnodarlomejordeti,insultasalosmiembrosdemiclan.Mañanate
obligaréahacerlo.Colmdiolaorden,ylasespadasylosescudosfueronpuestosaunlado.
Ahora habría un combate cuerpo a cuerpo. Grupos de guerrerosexperimentadostomaronelcampo.Elobjetivodecadahombreeraderribarasuoponenteysujetarlocontraelsuelo.Serequería ingenioyfuerzabrutayvarias veces durante las contiendas Colm intervino para mostrar a loscombatientessuserrores.
ChristienseunióaStephenparaobservar.—Noluchancomonosotros.Colmoyósucomentarioylollamó.—Muéstrameladiferencia.—Losiento, laird,perodebonegarme.—Sonabadescorazonadocuando
añadió—:Nopuedolucharcontravos.Atónitoporlanegativadelguardia,Colmpreguntó:—¿Quétehacepensarquetienesotraopción?Stephenseadelantóparaexplicarle.—Ahora que estáis comprometido para casaros con nuestra princesa
Gabrielle,ningunodesusguardiaspuedepelearcontravos.Christienasintió.—Ahoradebemosprotegerosaligualqueprotegemosanuestraprincesa.Braedenseofendió.—Allairdloprotegensusguerreros.Stephenasintió.—Sí, y nosotros protegemos al hombre que se casará con la princesa
Gabrielle.Christien echó un vistazo a la cima de la colina donde estaba sentada
Gabrielle.—Además,aellanolegustaríavernosentrenarconvos.Estáempezando
aencariñarseconvos.Colm levantó la vista y vio que Gabrielle estaba observando. ¿Estaba
empezando a encariñarse con él? No era muy probable. El guardia estabaequivocado.Unamujerquesentíacariñoporunhombrenoleteníacorriendoencírculosniignorabacadaordenqueledaba.
Página201
Hizoaunladosuspensamientos.—Sinopuedes lucharconmigo,Christien,entonces lucharáscontraotra
persona.Lehizoseñasaunodelosintegrantesdesuclan.Unguerrerodegrueso
cuelloqueseadelantóinmediatamente.—Ewen,diletuedadaChristien.—¿Laird?Colmrepitiólaorden.Ewen,aunqueconfundidoporlaextrañaorden,le
obedeciórápidamente.ÉlyChristienteníansolounosmesesdediferencia.—ConfíoqueEwennoseademasiadoviejoparaquepuedaspelearconél
—dijoColmirónicamente.Losdoshombresfueronaladosopuestosdelcampo.Braedendiolaseñal,
yelguerreroMacHugh,cargóconlacabezabaja.Christienloencontróenelmedio, y antes de que el guerreroMacHugh pudiera conectar un puñetazo,Christien giró sobre un pie y usó el empeine del otro pie para derribarlo atierra.
Christien aguardó varios segundos para ver si Ewen iba a levantarse.Cuandonolohizo,elguardiacaminóhastaélyleofreciólamano.Ewenselaapartó,sepusodepie,ysacudiólacabezaparaaclarársela.Volvióacargarotravez.Yunavezmás.Eradolorosoobservarlo,eirritantecomoeldemonioparaColm.DespuésdequeEwenfuederribadoatierraporcuartavez,Colmcaminoazancadashaciaelcampo,levantóalhombreabatidoconunamano,ylediounbuenempujón.
—Christien tehaderribadocuatrovecesde lamismaforma.¿No tedascuentaquenecesitasencontrarotraformadeataque?
Ewenfruncióelceño.—Sabíaque iba apatearmeotravez, peropenséqueyopodría sermás
rápido.Colmvolvióaempujarlo.—Esevidentequenofuistemásrápido,¿verdad?—No,nolofui.—¿Porquénotratastedebloquearelataque?Colm le mostró cómo podía hacerse, pero Ewen aprendía despacio, y
Christienloderribódosvecesmásusandoelmismométodo.OtrostressoldadosmástuvieronelmismodestinoqueEwen.Luegolos
integrantes más experimentados del clan retaron a Christien. El segundohombre no solo bloqueó su ataque, sino que le dio un buen puñetazo al
Página202
guardia en el estómago.Christien cayó al suelo. La siguiente vezChristiencambiólamaniobraehizocaeraldignooponente.
Colm leordenóaChristienqueprobara ambas técnicas conélparaquepudieraenseñarlealosguerreroscomopararelataqueyganarlaventaja.EllairderamuchomásrápidoqueChristien.LaterceravezqueColmenvíoalguardiavolandohaciaatrás,Christienaterrizósobreelestómago,rodósobresímismo,ysesentó.Legoteabasangreporlacomisuradelaboca.Selimpió,miróaColmycomenzóareír.
—¿Otra vez, laird?—le preguntómientras se ponía de pie con un solomovimiento.
—Esto no es un juego, Christien —dijo con brusquedad—. Mañanaayudarásaentrenaralosguerrerosmásjóvenes.—Loapuntóconundedoyañadió—:Antesdeeso,tesugieroquetelibresdetuarrogancia.Enbatalla,estos hombres no tendrán segundas oportunidades. Es tu deber enseñarlescomo sobrevivir. Cuando estén listos, Braeden y yo les enseñaremos comoganar.
Página203
Capítulo34
Despuésde lasesióndeentrenamiento,Colmfueal lagoyse lavóel sudordelcuerpo, luegoseencaminóhaciaelgransalón.Estabaa laalturade losestabloscuandoGabriellecondujoasucaballofuerade lacuadra.Elcorcelyaestabaensillado.
Sedetuvo fuerade lapuertay laobservó.Mientrascerraba la tranqueradetrásdeRogue,ellaseapartódelrostrounmechónsueltodecabello.
—¿Adóndepiensasquevas?—preguntóColm.Sobresaltada,Gabriellemiróensudirección.—Buenosdíasparatitambién,Colm.Siestabatratandodehacerqueperdieraeltiempoconcortesías,seibaa
desilusionar.—Tehiceunapregunta.—Voyacabalgar.Roguenecesitaestirarlaspiernas.—¿Yexactamenteadóndepiensasiracabalgar?—Aquíyallá.—¿AtravésdeFinney’sFlatporcasualidad?Parecíaquepodíaleerlelamente.—Sí. Pensé en ir a visitar al lairdBuchanan.Me gustaría conocer a su
esposa.Porsinolorecuerdas,soyparientesuya.—No.—¿No,nolorecuerdas?—No,nodejarásestapropiedad.Puedescabalgarenlascolinasdeaquí,
peronodejarás lamontaña.—Entrelazando lasmanosdetrásde la espalda,dijo—:Medarástupalabra.
Ellainclinólacabeza.—Comotúdigas.Colmlediolaespaldaalosestablosycomenzóacaminarhaciaelpatio,
luego se detuvo. Se volvió ymiró a su prometida. Estaba de pie cerca delcaballo, sujetando las riendasdeRoguey esperandoaqueColmse alejara.
Página204
Sabíaexactamenteloqueestabahaciendo.Unavezqueestuvierafueradesuvista,sedirigiríahaciaFinney’sFlat.
—Ohno,Gabrielle.Novolverásahacermeesootravez.—¿Perdón?Comenzóacaminarhaciaella.—Notehagaslainocenteconmigo.Séqueese«comotúdigas»significa
queharásloquetedélamalditagana.Ahorameloprometerás.Dirás«tedoymipalabra»,ylodirásenserio.
Gabriellenoibaadejarquelaintimidara.Noeraelúnicoqueteníaalgoporloqueestarenfadado.Descaradamente,diounpasohaciaél.
—Sesuponíaqueibasareservarunmomentodetutiempoestamañana,porqueyoteníaalgoimportantequedecirte,perocuandobajé,tehabíasido.¿Esperasteaunqueseaunmomento?
Élcaminóhaciaella.—Nopodíaperderlamitaddemimañanaesperandoaquetedespertaras.
Levántatemástemprano,yescucharéloquetengasquedecir.Obstinadamente,siguiócaminandohaciadelante.—Eresunhombreirritante.—Ytútodavíadebesdarmetupalabra.—Loprometo—dijoconunainsinuacióndedesafío.Ahoraestabantancercaquesintiólacalidezdesualiento.—Quieroquemeprometasquereservarásalgodetiempoestanoche—le
dijo—.Debohablarteenprivado.—Dímeloahora.—Estonoesprivado.Lepusolasmanosenloshombrosylaacercóaél.—Nosécomoalgunavezlograréllevarmebienconunamujertanterca.Leacariciólabocaconlasuyamientrassusurraba:—Yotampocolosé.Teníalaintencióndedarleunbesofugaz,perounavezquesubocacubrió
ladeella,susintencionescambiaron.Loslabioseranmuysuavesycálidos.Ante su insistencia, abrió la boca para él, y el beso se hizomás profundomientraslaenvolvíaconsusbrazosylapresionabafirmementecontraél.
ParaGabrielle,elmundodejódeexistir.Soloestabael toquemágicodeColm.Ledevolvióelbesoconunapasiónquenosabíaqueposeyera.
Él recobró la sensatez antes que ella y terminó el beso abruptamente.Tomóunprofundoytemblorosoaliento.Ellaestabatandeslumbradaquenosediocuentadequeestabaaferrándoseaélhastaquegentilmentelaapartó.
Página205
Colm tuvo que poner cierta distancia entre ellos para no ceder a latentaciónde besarla otra vez. Sabía exactamente a dónde llevaría eso, y noestaba dispuesto a deshonrar a Gabrielle llevándola a su cama antes delmatrimonio,peronoleestabafacilitandolaretirada.Nuncaningunamujerlohabíaafectadotanprofundamente.
Tomó las riendas de su caballo, y acercó a Rogue para levantar aGabriellehastalamontura.Conunapalmadaenelcuartotraserodelcaballo,Colmlapusoencamino.
Página206
Capítulo35
CoswoldcomenzólabúsquedadeGabrielleenelmismomomentoenquefuedesterrada.Sepasóvariosdíasexplorandoeláreaalrededordelaabadía,peronolaencontróenningunaparte.
Sus espías le dijeron que Percy también estaba a la caza, pero no pasómuchotiempoantesquesedieraporvencido.Pensóqueesonoeraningunanovedad. Percy era, y siempre sería, del tipo que se rinde fácilmente. Sinlugar a dudas, había regresado con el rey John para quejarse de loinjustamentequehabíasidotratado.
Coswold no se desalentaba tan fácilmente. Pensando que Gabrielle notenía otra alternativa más que volver a casa, se dirigió hacia el sur,apresurándoseaseguirladirecciónquehabíantomadosuscriados.Interceptólacaravanacercadelafronterainglesadondehabíanacampadoparapasarlanoche. Después de horas de proferir amenazas y maltratos, Coswoldfinalmenteseconvenciódequenosabíannada.Permitióqueelatemorizadogrupodeviajeroscontinuarasucamino,peronoantesdeconfiscarlosbaúlesdeGabrielle,aduciendoqueseríanretenidosenlaabadíadeArbanehastaelmomentoenqueGabriellefueraabuscarlos.
Frustradoperonoderrotado,volvióa lasHighlands.Gabrielle seestabaescondiendoenalgunapartedeestaincivilizadatierradejadadelamanodeDios,yelbarónCoswoldibaaencontrarla.
La semana siguiente, pasó la mayor parte del tiempo observando yescuchando. Había muchos rumores, y con cada trocito de información,CoswoldseconvencíamásdequeGabriellepermanecíaenlasHighlands.
Unrumorpersistía.CoswoldescuchódeterceramanoqueGabriellehabíasidoacogidaporelclanMacHugh,peronoestabasegurodecómoasegurarsedequelainformacióneracorrecta.Loshighlanderseranungrupomuyunido,y Coswold sabía que si comenzaba a hacer indagaciones acerca de suparadero, el laird MacHugh se enteraría inmediatamente, y escondería aGabrielledondenadiepudieraencontrarla.Elriesgoerademasiadogrande.El
Página207
barónhabía invertidograncantidadde tiempotramandounplanpara lograrqueGabrielleseexpusiera.
Ya estaba listo para dar el siguiente paso: verificar que GabriellerealmenteestabaconlosMacHugh.Paraello,recurrióallairdMacKenna.Ellaird conocía a hombres que no serían reconocidos en esta parte de lasHighlandsyqueharíancualquiercosapordinero.Unavezqueloshombresde MacKenna estuvieron reunidos frente a él, Coswold les explicó lo quequeríaquehicieran.
—El plan es simple—les dijo a los hombres—. Llevaréis las cosas deGabriellealapropiedaddeMacHugh.InsistiréisenveraGabrielleantesdeentregarlas.Exponedquedebéisasegurarosdequeellalasrecibe.
—¿Peroquepasasinonosdejanverla?—preguntóunodeloshombres.—Decidquelaordenprovienedelabad.Quesusbaúlesfuerondevueltos
a la abadía y que los ha estado guardando en custodia hasta saber dondeestaba.
—¿Quéhacemoscuandolaveamos?—Nohagáisnada—recalcóCoswold—.Dejadlelascosas,regresadamí
yrecibiréisvuestropago.—¿Pagoenoroymujeres?—Sí.—¿Ysinoestáallí?—preguntóotro.—Entoncesmetraeréissuscosasdevuelta.—¿Aúnasírecibiremoselpagoenmonedasymujeres?Coswoldlesaseguróqueasísería,y lesdijoquesepusieranencamino.
Nopronosticabaproblemas.Suplaneraperfecto.Nadapodíasalirmal.
Página208
Capítulo36
Pasarondosdíasmássinqueseconcretaralaprometidareunión,yGabrielleaúnnohabíatenidooportunidaddehablarconColmenprivado.Sinimportarcuán temprano se levantara por la mañana, él ya se había ido. Y cuandoregresabatardeporlanoche,comíasoloyluegodesaparecía.
Estabaempezandoapensarquenuncadormía,peronoseveíacomosilefaltara sueño… a no ser que considerara su humor como indicador. En losbrevesencuentrosqueteníandepasada,unadedos,olaignorabaolegruñíaacercadealgoquehabíahechoqueledisgustaba.
Estaba convencida de que la evitaba deliberadamente, pero entoncesMaurna la hizo cambiar de parecer. La terceramañana encontró al ama dellavesbarriendoelvestíbuloyconánimodeconversar.
—EllairdnohatenidounminutodepazdesdequeLiamfueraptado—dijo,sacudiendo lacabeza—.Dicequenodescansaráhastaqueencuentrealosresponsables.Hasalidotodoslosdíasconsushombresbuscandoaalguienquesepaalgo.—Maurnacorrióuntaburetemientrascontinuabadiciendo—:Yademáshacetresdíasllegaronnoticiasdequeunosladroneshabíanrobadoganado del valle de Seamus MacAlister, así que el laird y sus hombrestambién salieron a buscar a esos delincuentes. No los encontraron hastaayer…ycomosi esaspreocupacionesno fueran suficientes, anoche llegóacasaparadescubrirquehabíaunaguerrainminenteentreHeckertelherreroyEdwinelcarnicero.Esosdossiempreestándiscutiendoporalgo…
Siguiócharlandoacercadevariosincidentesqueinvolucrabanallaird,yGabrielle la escuchó pacientemente. Se sintió tremendamente aliviada aldescubrir que ella no era la razón de su ausencia, pero también se sentíaansiosa por encontrar un momento para hablar con él. Gabrielle estabadesesperadapordescargarsuconciencia.
Sesentíamuysola.Nohabíanadieenquienpudieraconfiaroconquiencompartir sus problemas. La mayoría de las noches cenaba con Liam, ypasabalaveladajugandoaalgúnjuegodemesa.Sufavoritoeraelzorroylosgansos,yencuantoretirabanlos trenchersseapresurabaa traerel tableroy
Página209
lasfichas.Gabrielledisfrutabadesucompañíaperolaconversaciónnuncaseencaminaba a asuntos de seriedad. No podía decirle el papel que habíadesempeñadoensurescate.Colmeraellaird,elhombrequelahabíaacogido,el hombre que se casaría con ella. Primero debía contarle a él lassorprendentesnoticias.
No deseaba cargar al padre Gelroy con sus preocupaciones. De todasformasnohabíanadaqueélpudierahaceralrespecto,salvopreocuparseconella,y¿quése lograríaconello?Estosúltimosdíasnohabíapasadomuchotiempoconelsacerdote.Ahoraqueelclanconfiabaenél,loinvitabanasushogares a comer con sus familias y para que bendijera a sus hijos. Lomanteníanmuyocupadoyparecíaquecuantomástiempoledemandabanmásflorecíaél.
Tampocopodíahablarconsusguardias.Noseríaapropiadodesnudarsucorazónanteellos.Nuncaloscargaríaconsusproblemas.
Selamentóensilencio.Sumayor preocupación era su padre. ¿Estaría a salvo? ¿O ya lo habría
encarcelado el rey? Oh Dios, rezó, por favor mantenlo a salvo. ¿El barónGeoffrey habría tenido tiempo de congregar a sus vasallos, y si lo habíahecho,pelearíancontralosbaronesfavoritosdelreyysusejércitos?BrodickhabíasugeridoqueunavezquesupadreseenteraradequeGabrielletodavíaestabaenlasHighlands,seapresuraríaairalastierrasdelosBuchanan.Peronohabía tenidonoticiasdeellos.Si supadreestabaasalvo,¿porquéno lehabíahechollegarnoticias?
Gabrielle no podía esperar más tiempo. Al día siguiente iría con losBuchanan.Brodickconocíaasupadre,ycabíalaposibilidaddequeledieraalgunasugerenciaquelaayudaraaencontrarlo.
No le preocupaba que Colm le negara el permiso para salir de lapropiedadporquenoibaapedírselo.
Gabrielle paseó por el campo mientras formulaba el plan. Unasaclamacionesqueproveníandelacolinalellamaronlaatención.Miróhaciala cima. Varias personas —algunas ancianas, otras jóvenes— estabanreunidasdebajodelárbolenelquerecientementesehabíasentadoconFaustamirarcomoseejercitabanColmysussoldados.
Una muchacha que corría para reunirse con sus amigas se detuvo eltiempo suficiente para hacerle una reverencia a Gabrielle, luego se fuecorriendomientrassuamigalegritaba.
—Liamhavueltoalentrenamientohoy—leanunció—.Seestásintiendomejorquenunca.
Página210
Ytambiénseveíamejorquenuncaparalasmuchachas,pensóGabrielle.Eventualmente Liam se asentaría, y que Dios ayudara a la mujer queescogierapor esposa.Lomásprobable era que lamantuvieramuyocupadaconsusdiabluras.
Gabrielle se apresuró a bajar la colina. Le gruñía el estómago,recordándolequeeramediodía.Maurnalehabíavueltoaserviresapastaparaeldesayuno,yGabriellehabíasidoincapazdeobligarseacomermásdedosbocados.Willa lehabíapedidoencarecidamente aGabrielleque lo comieratodo, alegando que se aferraría a sus costillas. El por quéGabrielle podríaquererqueesoocurrieraestabamásalládesupoderdecomprensión.Pensabaquelamismaideaeradelomásdesagradable.
Casihabíallegadoalpatiocuandounamujerseleacercópordetrásyletocóelhombro.
—¿LadyGabrielle?Gabriellesevolvió.—¿Sí?—Hubo un tiempo en que hubiera tenido una sonrisa dispuesta,
pero ya no más. Desde entonces había aprendido a ser precavida y ahoraactuabacautelosamentecuandoconocíaaalguiennuevo.
—Nohabíatenidooportunidaddeconoceros—dijolabonitamujer—.MinombreesFiona,yprovengodelclanDunbar.Mipadreesel lairdDunbar.Mecaséhacepoco.Devinmiesposo,esunodelosmiembrosdelclandemásconfianzadellairdMacHugh.
—Esunplacerconocerla.—LarespuestadeGabrielle fueeducadaperotentativa.
Fionanosonrió.Eraunamujer robusta, conunacomplexión rubicunda,pecasyojosverdesdelcolordelcésped tierno.Su largoypelirrojocabellorizado era sin lugar a dudas sumejor rasgo. Tenía los ojos sesgados haciaabajoenlasesquinas,loqueledabaunaspectodetristezaabrumadora.
—Aestasalturasestoyseguradequesabequienesmihermana.—No,nolocreo.¿TambiénestácasadaconunMacHugh?Fiona actuó como si estuviera sorprendida, pero Gabrielle pudo ver a
travésdesusimulación.—¿Quéesloquedeseadecirme?—lepreguntó.—MihermanaJoanestácomprometidaconellairdMacHugh.SilaintencióndelamujererasobresaltaraGabrielle,logrósucometido.PeroGabrielleserecuperórápidamente.—Asegúresedehacerlellegarmisfelicitacionesasuhermana.AFionaseleagrandaronlosojos.
Página211
—Sí…loharé.CuandoGabriellesealejó,Fionalegritó:—Prontopodréisconocerlaenpersona.Joanestaráaquíenunpardedías.Gabrielle pretendió no oírla.Vio a Lucien esperándola en el patio y se
precipitóhaciaél.—princesa, tenéis el rostrodeun tono rojobrillante,perohoyeldíano
estálosuficientementecalurosocomoparaqueoshayaquemadoelsol.—Elvientomeenrojeceel rostro—leexplicó, sorprendidaanteel tono
calmado de su voz. Por dentro estaba hirviendo—. ¿Por casualidad sabesdóndeestáellairdMacHugh?—«Deseomatarlo»,añadióparasusadentros.
—No,nolosé.¿Osgustaríaquefueraabuscarlo?Negóconlacabeza.—No,lodejarévivirunpocomás.Nosediocuentadequehabíaexpresadosupensamientoenvozaltahasta
queLucienlepidióquelorepitiera.—Loencontrarémástarde—dijo.Yentonceslomataré.—¿Osgustaríairacabalgarestatarde?—No, creo queme quedaré en casa y terminarémi labor de aguja. Es
relajanteymeproporcionaalgoútilquehacer.—Si no me necesitáis, iré a ayudar a Faust. Está fabricando flechas,
tallándolasigualquelasdelosMacHugh.Lasdeellossonmuchomásfuertesyfinas, loquepermitealcanzarmayoresdistanciasymásvelocidad.Debéisprobaruna,princesa.Seguroqueosimpresionará.
—¿Haytantadiferencia?—Dejadmecogerunadelasmíasyunadelasdeellosparamostraros.UnratitodespuésLucienentróenelvestíbulo llevandodosflechas.Las
puso sobre la mesa. Gabrielle acababa de comer una tajada de grueso pannegroconmiel.EmpujóeltrencheraunladoytomólaflechaMacHughenlasmanosparapercibirsupeso.
—El astil es más fino, pero parece ser fuerte. Las plumas me sondesconocidas.
Maurna escuchó el comentario de su señora. Se apresuró a ir hacia lamesa para limpiar la comida, e inclinándose sobre el hombro deGabrielle,dijo:
—Amimeparecequesondeganso.Suatenciónsedesvíohacia lasescaleras,cuandoColmyLiamentraron
juntosenelvestíbulo.Gabrielledejólaflechasobrelamesaysevolvióhacialoshermanos.
Página212
—Tenemosbuenasnoticias—dijoLiam—.Turopaymuchasotrascosasllegarán dentro de poco. Hay una procesión considerable de hombresacarreandolosbienes.Seguramentenopuedensertodosvestidos.¿Osí?
GabrielleestabaconfundidaydirigiósuspreguntasaColm.—¿Cómoesposible?Loscriadossellevaronmisposesionesderegresoa
Wellingshire.¿Cómoesposiblequeahoraesténaquí?—Vienendelaabadía—leexplicó.—¿Mipadrelasmandódevuelta?¿Hahabidonoticiasdeél?—Surostro
seiluminóporlaemociónqueleprovocóesaposibilidad.Colmodiabadesilusionarla.—No,nohaynoticiasdetupadre.Enuninstanteselellenaronlosojosdelágrimas.—Teníaesperanzas…LiamlediouncodazoaColmyseñalóaGabrielleconlacabeza.—Venaquí,Gabrielle—ordenóColm.Parpadeó para contener las lágrimas, enderezó los hombros, y cruzó la
habitaciónparaenfrentarlo.—¿Sí?—Tal vez mañana tengas noticias de tu padre —sugirió Liam cuando
Colmpermanecióensilencio.—Talvez—dijoelladébilmente.Yquizásmañanaelsolsevuelvanegro
también,pensó.Colmlelevantólabarbilla.—Brodick y yo estamos tratando de averiguar dónde está. Se que es
difícil,perodebestenerpaciencia.—TodavíapodríaestarenWellingshire.Élhizoungestoafirmativoconlacabeza.—EnvíeunmensajeroaInglaterra.—¿Lohiciste?Estaba tan sorprendida por su consideración, que no sabía que decir o
pensardeél.¿Habíaestadoequivocadaal juzgarlo tancruel?Quizásnoeratanogrodespuésdetodo.
LuegorecordóaJoan.Cuando los ojos anegados en lágrimas de Gabrielle cambiaron por un
ceñofruncido,Colmsequedóperplejo.¿Yahoraqueestabamal?Nunca laentendería.Habíapensadoqueestaríacontentaalsaberqueestabatratandodeencontrar a su padre. Sí, debería estar condenadamente complacida.Ciertamentenodeberíaestarmirándolocomosiquisieraestrangularlo.
Página213
GabrielledecidióqueesenoeraelmomentodehablarleacercadeJoan.Tambiénnecesitaríaprivacidadparamanteneresadiscusión.
—¿Colm,recuerdasquetepedíquemededicarasunmomentoasolas?—Lorecuerdo.—Voyanecesitaruntiempomuchomáslargo.LiamsaludóaLucienconlacabeza, luegofuehacia lamesaysesirvió
unacopadeagua.Advirtiólasflechas.—¿Quéhacenestasaquí?Lucienrespondió.—Queríaenseñarle lasdiferenciasquehayentre lasdos.Princesa, sino
tenéisinconveniente,ahorairéaayudaraFaust.—Sulealguardialehizounareverenciaysaliódelvestíbulo.
Colmlevantóambasflechas.—¿Aquienpertenecenestas?—preguntó.—¿Dequecolorsonlasmarcasdelasplumas?—lepreguntóella.Girólaflechaensusmanosexaminándola.Pensandoquenoentendíaloquequeríadecirle,seacercóaél,seinclinóa
sulado,yseñalóelcolorquehabíaenelcentrodecadapluma.—Azafrán,¿ves?ElazafráneselcolordeLucien.—¿Porquélamarca?—preguntóLiam.—Para saber que le pertenece. A veces, cuando practicamos, nuestras
flechasterminantanjuntasenelblanco,quelaúnicaformadesaberquiendioenelmismocentroesporelcolor.
—¿Usasunarco?—preguntóColm.—Sí,lohago.Nosiemprepracticoconmisguardias,soloalgunasveces.
Simedisculpáis,megustaríasubirabuscarmilabordepunto.Parecequelaextravié.
EstabaamediocaminohacialasescalerascuandoColmleordenóquesedetuviera.
—¿ConquecolormarcaFaustsusflechas?—Rojo.—¿Christien?—Verde.—¿YStephen?—Púrpura.—¿Ylastuyas?—lepreguntó.—Azul.Marcolasmíasconazul.
Página214
Colmsequedómirandolasescalerasporunlargominutodespuésdequeellasehubieraido.LuegofuehacialarepisadepiedraytomólaflecharotaquehabíaextraídodelhombremuertoenFinney’sFlat.
Lamarcaeraazul.
Página215
Capítulo37
Colmteníalapruebaensusmanos,yaúnasínopodíacreerlo.¿Eraposible?¿HabíaestadoGabrielleenFinney’sFlat,siendotestigodeesaatrocidad?
Su dulce y gentil Gabrielle había tomado una de sus flechas, la habíaajustadoenelarco,ydisparadoalbastardoenelpecho.
No,nopodríahaberlohecho.Noteníaestómagoparamatar.Sinembargolapruebaestabaensusmanos.—Colm ¿qué pasa contigo? —preguntó Liam—. Has estado mirando
fijamenteesaflecharotamuchorato.Su mente salió disparada, no le respondió a su hermano. Recordó que
cuandohabíanpresionadoalsacerdoteparaquelesdijeracomohabíallegadoLiamalaabadía,Gabriellesehabíapuestoenpiedeunsaltoparadefenderlo.
Ellaestabaallí…ytambiénsusguardias.¿HabríausadoStephenoalgunode los otros una de sus flechas para darlemuerte? Sí, eso es lo que debíahaberpasado.Gabriellenoposeíaeltemplenecesarioparasegarunavida.
Colm llamóaMaurna, pidiéndoleque le dijera aGabrielle quedeseabahablarconella.Elamadellavesviolaexpresióndelosojosdesulairdyseapresuróaobedecersumandato.Algolohabíairritado,yrogabaalcieloquelady Gabrielle no fuera la causa. La distinguida dama se sentiría muytrastornadasiellairdlelevantabalavoz.
MaurnagolpeólapuertadeGabrielle.—Ellairdosestáesperandoparahablarconvos.Elamadellavesabriólapuertayseasomó.Gabrielleestabasentadaenla
camaconsubordadoenelregazo.—Milady, pienso que se avecina algún tipo de problema. El laird está
descontentoporalgo.Yonoleharíaesperar.Maurna continuó susurrando consejos mientras bajaba la escalera
siguiendoasuseñora.—Siosgrita,noospreocupéis.Nooslastimará.—Maurna¿algunaveztehagritado?
Página216
—No,nolohahecho,perosiempreexistelapreocupacióndequepuedahacerlo.Probablementemedesmayaríaenesemismomomento.
Gabriellepensóqueeramuydulcedepartedelamadellavespreocuparseporella.
—Notepreocupes.Yonomedesmayaré.—Aún así, quizás queráis sentaros mientras os dice qué le está
molestando,soloporsiacasoosmareáis.Noquieroqueosgolpeéislacabezasioscaéis.Claroquenuestrolairdesrápido.Probablementeosatrape.
MaurnanosiguióaGabriellehastalasala.—Tal vez no se trate de vos, milady. Tal vez este disgustado por otra
cosa.CuandoGabrielleentró,Colmestabahablandoconsuhermano.Liamse
pusodepieylesonrió,yellapudoapreciarcuáncansadoestaba.Recuperarlasfuerzaseraunatareaardua.LuegovolviósuatenciónhaciaColm.Élnoestabasonriendo.
—¿Deseabashablarconmigo?—lepreguntó.—Acércate.Tengoalgoquemostrarte.—Levantóenalto la flecha rota.
Esperabaunareaccióninmediata,peroellasolosemostróligeramentecuriosa—.¿ReconocesestoGabrielle?
Seacercó,violasmarcas,ydijo:—Esunademisflechas.—Estárota.—Puedo ver que lo está—concordó—. ¿Dónde la encontraste? No he
cazadoconarcoyflechadesdequelleguéaquí.—LaencontréenFinney’sFlat.—En Finney’s… —se le agrandaron los ojos, y dio un paso atrás—.
DijisteenFinney’sFlat.Mepreguntocomohabrállegadoallí.—Pensé que tal vez tú podrías decírmelo. ¿Quieres saber exactamente
dóndeycuandolaencontré?Esoyalosabía.—Estárota,Colm.Bienpodríastirarla.Liam se reclinó hacia atrás contra la mesa, desesperado por tratar de
seguirlatensaconversación.—¿Podríaalgunodelosdosdecirmequéestásucediendo?—demandó.—EstaeslaflechaquesaquédelhombremuertoenFinney’sFlat,Liam.
Estabatendidoenelsuelojuntoalhoyoquelosbastardoshabíancavadoparati.
—Estásdiciendo…
Página217
GabriellemiróaLiamydijo:—Esmiflecha.EsoesloqueColmestátratandodedecir.—Ahora contestarás mis preguntas sin un titubeo —ordenó Colm—.
¿EstabasenFinney’sFlat?—Sí.—¿Cuándoyoestuveallí?—Liamsonabacomosiseestuvieraahogando.Laimpacienciaagudizósuvoz.—Por el amor deDios, Liam, trata de seguir el hilo. Sí, yo estuve allí
cuandotúloestuviste.—¿Cuáldetusguardiasmatóalbastardocontuflecha?—Ningunodeellos.Yolomaté.Se escuchó un fuerte jadeo yGabrielle vio aMaurna yWilla espiando
desdelabodega.SeinclinósobreColmydijoenvozalta:—Elhombrerealmentesemerecíaquelomataran.LacabezadeWillasubíaybajaba,yMaurnapermanecíaboquiabierta.Colmsepasólosdedosentreelcabello,agitado.—Todo este tiempo he estado tratando de descubrir… ¿Por qué en el
nombredeDiosnomedijiste…?—Sacudiólacabezaenunfútil intentodeaclarárselaydijo—:¿Ibasadecírmeloenalgúnmomento?
—Loheestadointentando.Tehepedidounayotravezquemededicarasunmomentodetutiempo.
—Hay una diferencia entre pedir dulcemente un poco de mi tiempo ydecirmequeelasuntoesdesumaimportancia.
Lepinchóelpechoconeldedo.—¿Cómo ibayoa sabercualeseran lapalabrasmágicasquedebíausar
parallamartuatención?Era consciente de que sonaba como una arpía. Maurna se había
preocupadodecómoibaareaccionarGabriellesiellairdlegritaba,yahoraellaleestabalevantandolavozaél.
Stepheneligióesemomentotaninoportunoparaentrarenlasala.—¿Hayalgúnproblema,princesa?Nolerespondió.Colmlohizo:—Segurocomoelinfiernoquelohay.Condenadamentecierto,lohay.GabriellesevolvióhaciaStephen.—Losabe—dijoconunsuspiro.—Ah. —Su guardia miró a Colm y le preguntó a ella—: ¿Vos se lo
dijisteis?
Página218
—Lodedujo.Eramiflecha,Stephen.Olvidamossacarla.—La flecha. Por supuesto.Nunca pensé en lasmarcas.No puedo creer
quehayasidotandescuidado.—Estabasocupado transportando aLiampara sacarlodel campo.No te
culpes. Colm estaba destinado a descubrirlo con el tiempo, y yo ya habíadecididoqueerahoradedecirlelaverdad.
Colmlosmiróalosdos,conescepticismo.—¿Yprecisamenteporquémantuvieronestoensecreto?FueStephenelquerespondió.—No sabíamos quiénes eran los hombres ni de dónde venían, y por
consiguiente no sabíamos las repercusiones que se suscitarían una vez queencontraranelcuerpo.
—¿Estabaspreocupadoporlasramificacionesdebidoaquetúmatastealhombre?—preguntóColmaStephen.
—No,debidoaqueyomatéalhombre—respondióGabrielle.—¿Esesocierto?—lepreguntóaStephen.—Sí —dijo. Su orgullo fue evidente cuando añadió—: La princesa
Gabrielle tienemáspunteríaconelarcoquenosotros.Nohabía tiempoqueperder ni para considerar las consecuencias. El cobarde había levantado laespadayteníalaplenaintencióndepartiraLiamporlamitad.Ellalodetuvo,fue una muerte limpia y rápida —dijo Stephen, haciendo un gesto deasentimientoconlacabeza.
GabrielleobservódetenidamenteelrostrodeColmmientrasreflexionabasobreloqueleestabandiciendo.¿Quépensaríadeellaahora?Desdequelahabíaconocido,habíapasadodeserunaputaaserunaasesinaasangrefría.Queencantadoraspalabrasparadescribiralamujerconlaqueseibaacasar.Casisentíapenaporél.
ColmpusolasmanosenloshombrosdeGabrielleylaforzóapermanecerdepiefrenteaél.
—Meexplicarástodoloquepasó.Ycuandotermines,Stephenmedarásuversión.
Gabrielle se sintió aliviada de finalmente poder sacar todo a la luz.Rápidamente refirió lo que recordaba, comenzando con su objetivo de verFinney’sFlat.
—Cuando nos aproximamos al claro, oímos voces, por lo que nosescondimossinanunciarnuestrapresencia.
—¿Vistealgunodelosrostros?
Página219
—Alprincipiono.Usabantúnicasconcapuchas.Perounpardeellossesacaronlascapuchas,yentonceslosvimos.
—¿Yquéhaydelosnombres?—Sí, estaban discutiendo entre ellos, y usaban sus nombres, pero no
oímos los nombres de ningún clan ni apellidos. El nombre del líder eraGordon.Eraelhombrequematé.
—¿Porquédiscutían?GabriellemirócompasivamentealhermanodeColmantesderesponder.—Querían que Liam se despertara para que supiera que estaba siendo
enterradovivo,ydiscutíansobrecómodebíanponerloenlafosa.—Peronoibanaenterrarlohastaqueosvieranavosenlacumbre,laird
—intervinoStephen.Colmentrelazólasmanosdetrásdelaespaldaycaminóhaciaelhogar.Se
quedó mirando fijamente el fuego, sumido profundamente en suspensamientos.
—¿Dijeronporquénecesitabanvermeallí?—Sí, laird—respondióStephen—.Liameraelcebo.Loestabanusando
paraatraparosavos.
Página220
Capítulo38
Colmjuróqueencontraríaalosbastardos.Noleimportabacuántotiempolellevara —un año, diez o una eternidad— seguiría cazándolos hasta quehubieramatadohastaelúltimodeellos.Yantesdequemurieran,lediríanelnombredelhombrequelesdiolasórdenes,yaqueseguramenteunataquetandeliberado,cometidoporextraños,habíasidoplaneadoporalguienconalgoqueganar.Portodoloqueerasagrado,habríajusticia.
Resultó ser que no le llevó una eternidad, ni siquiera un año.Una solatarde.YColmnotuvoquecazarlos.Vinieronaél.
DespuésdequeStephenyGabriellerelataronloquehabíanoídoenFinney’sFlat,Liamcomenzóapasearseenellugarparadesahogarsufuria.
—OísteloquedijoStephen.Hablabannuestralengua,peroelacentoeradiferente,másgutural.DebenhabervenidodelasLowlandsodelafrontera.Digo que convoquemos a todos nuestros hombres y a nuestros aliados ydestrocemos cada pulgada de tierra de aquí a la frontera hasta que losencontremos.¿Enterrarmevivo?¿Partirmeporlamitad?¡Hijosdeputa!—LairadeLiamysuimpacienciaportomarrepresaliassereflejabaencadaunadesuspalabras.
Conlosbrazoscruzados,Colmpermanecíaquietoanteelhogar.PermitióquesuhermanoexpresarasufuriahastaqueLiamcomenzóadescribircomocreíaquedebíamorircadaunodesusatacantes.
—Gabriellenonecesitaescucharesto,Liam.—Sufrirán. Juro por Dios, que gritarán pidiendo piedad —juró
solemnemente.Agotadoporsudiatriba,Liamsedejócaerenunasilla.—Sabesquelosencontraremos—dijoColm.—Sí—respondióLiam—.Losé.Con el temperamento finalmente bajo control, los dos hermanos
comenzaronaformularplanes.
Página221
YaqueColmestabaocupado conStephenyLiam,Gabrielle pensóqueese podía ser el momento perfecto para escabullirse. Dos veces habíaintentadodejarlasala,ydosvecesColmlahabíatraídodevuelta.Finalmenteseaseguróquepermanecieraasuladorodeándolaconelbrazo.Noibaairaningunapartehastaqueéllopermitiera.
El pobre padre Gelroy entró tranquilamente en la sala en busca de sualmuerzo y fue inmediatamente detenido e interrogado largamente. Elsacerdotepareciósentirsealiviadoporelhechodequepor fin se supiera laverdad y luego pareció sentirse espantado cuando descubrió que Gabriellehabíamatadoaunhombre.
Gabrielle estaba rendida, pero también se sentía aliviada porquefinalmentetodohabíasalidoalaluz.DecirlelaverdadaColmhabíasidounalaboragotadora.Serecostócontraélyserelajó.Laterriblecargahabíasidodisipaday traspasadaaél.Noteníadudasdequeencontraríaa loshombresquehabíanheridoaLiamyagradecíaquehubieraimpedidoquesuhermanodescribieralamanerahorribleenquemorirían.
CuandoColmdejóqueStephenregresaraalcampoylepermitióalpadreGelroyiralacocinaabuscarcomida,Gabriellefinalmenteestuvoasolasconél,peronopormuchotiempo.
Lasoltó.—Gabrielle…—comenzó.Maurnalosinterrumpió.—Ruegomeperdonéis,laird,peroestánaquí.Sinotenéistiempoahora,
puedoponerlos en el rincónydejarlos retorcersehasta que estéis listoparacastigarlos.
DetrásdeMaurnahabíaotrocriado.—Elmontacargas está roto, y los hombres no pueden subir las piedras
grandeshastalacima.Piensanquedeberíaisecharleunvistazo.Colmasintió.—Estaréallíenunmomento,Emmett.Gabriellepudohabersalidoenesemomento,perosequedódondeestaba
yobservócomoMaurnamedioarrastraba,medioempujabaadospequeñosniños para que entraran en la sala. Ambos tenían la cabeza baja. ColmdespidióaMaurnayordenóalosniñosqueledijeranquéhabíanhecho.
Seirguiósobreellos,yGabriellesolopudoimaginarloquedebíanestarpensando cuando alzaban la vista para mirar a semejante gigante. Si bien,ningunodelosdosparecíaasustado,ycadaunodeellostratabadehablarporencimadelotro.
Página222
Colmlevantóunamano.—Uno a la vez. Ethan, tú primero, y Tom, dejarás de mirar a lady
Gabrielleymeprestarásatención.—Sí,laird,pero¿esvuestradama?—preguntóTom.—Síloes,ahorasilenciomientrasescucholoqueEthantienequedecir.—Sí,laird,pero¿vaisacasarosconella?—preguntóEthan.Colm demostró una paciencia extraordinaria. Su expresión era severa,
perolosniñossesentíancómodosconélodelocontrarionohubieranhechotantaspreguntas.
Gabriellepensóqueerandosniñosdelomásadorables.Nopodíantenermásdecincoañosdeedadyaunquenoeranidénticos,eraevidentequeeranmellizos. Ambos tenían pecas y grandes ojos marrones con un poco depicardíaenellos.
TresvecestuvoquerecordarlesColmelmotivoporelcualestabanallí,yfinalmenteEthancontósuhistoria.
—Veréis,laird,loquehicimosfue…—comenzó.Esas fueron las únicas palabras que Gabrielle comprendió. Tom
continuaba interrumpiéndolo y corrigiéndolo, y la historia se volvió tanenrevesada que para cuando terminaron, no tenía ni lamenor idea de cuálhabíasidosudelito.
EntoncesTom,unpocomásprecozqueEthan,sintióquedebíatenersuturno.Suexplicaciónfueigualdedisparatada.
Los muchachos se estaban moviendo constantemente, balanceándosehaciadelanteyhaciaatrásydeunladoaotro,dándosecodazosymirándoladisimuladamente.
AparentementeColmhabíaentendidoloquelehabíancontado.—Noentraréisenlacocinaamenosqueseáisinvitados.—Sí,laird,pero¿podemosentrarcuandoqueramosjugarconelgato?—No,nopodéis.—Sí, laird—dijo Ethan—. Pero ¿quizás podríamos mirar hacia dentro
algunasveces?—Solo podéis entrar en la cocina cuando Willa os invite. ¿Me
entendisteis?—Sí,laird—dijoTom—.Peropodemos…—No,nopodéis.AhorairéisconWillaylepediréisdisculpas.Losniñosasintieronconlacabeza.—Sí,laird—dijeronalunísono.—Yluegoiréisconvuestratíayosdisculparéisconella.
Página223
—Sí,laird,peronoderramamossuharina.—Osdisculparéisporhacertravesuras.—Sí,laird,peropodemos…—Ya basta, Tom. —Su tono fue deliberadamente más duro, y obtuvo
exactamente la reacciónquedeseaba.Susojosseagrandaron,yvolvieronaasentir.Liamtosióparadisimularlarisa.
Colmdijo:—No quiero escuchar ninguna discusión. Decidiré cual será vuestro
castigo.Volvedmañana,yosdiréloquedebéishacer.Losniñossalieroncorriendohacialabodegayluegosedesviaronhaciala
mesadondeestabasentadoLiam.—Liam,¿estásmejorahora?—preguntóEthan.—Sí,estoymejor.—¿Podemosvertuespalda?—preguntóTom—.¿Dóndetelastimaste?—No,nopodéis.—Sí,Liam,peropodríamosver…Liamlessonrióalosniñosylesrevolvióelcabello.—Hoyhabéishechoalgomuybueno.Losniñossonrieronampliamenteanteelinesperadoelogio.—¿Lohicimos?—preguntóEthanasombrado.—Sí,lohabéishecho—dijoLiam.—¿Quéfueloquehicimos?—seextrañóTom.—Me habéis demostrado que todavía existe inocencia en el mundo—
explicóLiam—.Ahoramarchaosantesdequeellairddecidacuálesvuestrocastigo.—En cuanto estuvieron fuera de la vista, dijo—:Me levantaron elánimo.
—Noparecíandemasiadocontritos—señalóGabrielle.—Esporquenoloestán—respondióColm.—¿Cómoloscastigarás?—preguntóLiam.—Estoy abierto a sugerencias. Hasta ahora han sido desterrados de los
establos, los campos, las colinas que los rodean, la armería, y ahora de lascocinas.
—¿Dóndeestásupadre?—preguntóGabrielle.—Desaparecido.Asumió que se refería a que el hombre había muerto y no pidió más
explicaciones.—Ruegomeperdonéis, laird, pero respecto a esemontacargas…—dijo
Emmett,quienhabíaestadoesperandopacientementeenelrincón.
Página224
—Yavoy—respondióColm.Liam se levantó de la silla y se acercó a Gabrielle. Colm se estaba
dirigiendohacia las escaleras,pero sedetuvoen secocuandoLiamatrajo aGabrielleasusbrazosylaabrazó.
Gabrielleestabatansorprendidaquealprincipiosepusotensa.—¿Quécreesqueestáshaciendo?—demandóColm.—MostrándolealadyGabriellemiagradecimiento.Colm experimentó un ataque de posesividad. Ningún hombre tenía
derechoatocarloquelepertenecía,nisiquierasuhermano.—Suéltala.Liamloignoró.BesóaGabrielleenlafrente,seinclinóacercándoseasu
oído,ysusurró:—Gracias.Justo cuando Colm estaba a punto de arrancar a Liam del lado de
Gabrielle,suhermanolasoltóysaliódelasala.Al principio, aGabrielle la tomó por sorpresa el súbito gesto de Liam,
perocuandosefue,sediocuentadequedemostrarlesugratituderarealmenteunaactitudmuydulceyconsiderada.Habíasidomuygentilcuandolaatrajoasusbrazos.
Colmfuemuypocogentilcuandolaagarróylaenvolvióconsusbrazos.Comenzóadeciralgo,luegocambiódeopiniónyencambiolabesó.Subocatomóabsolutaposesión,enunbesoqueestabadestinadoaderretircualquierresistenciaqueellahubierapodidotener.
Cada beso era más maravilloso que el anterior, pero lo que sucedíadespués continuaba igual. Colm se apartó sin volverse amirarla, dejándoladeslumbrada. Gabrielle lo miró fijamente mientras desaparecía de la vista.Pensabaquenuncallegaríaaentenderlo.
Aliviadalapesadacargadesushombrosyconlamayorpartedelatardepordelante,decidiótomarunpocodeairefrescoycaminóhacialosestablosparadarleaRogueunagolosina.LuegofueenbuscadeFaustyLucien.Losencontrósentadosenlacimadeunacolinadetrásdeltorreón,trabajandoconsusflechas.LucienestabausandountrapoparaaceitarelastadeunaflechamientrasqueFaustleagregabalasplumasaotra.SesentójuntoaFaustyloayudóconlasplumas.Losdoshombreshablabanensulenguamaterna,ylosescuchómientras Faust le contaba a Lucien queColm ya sabía que habíanestadoenFinney’sFlat.Despuésdepasarunaplacenterahora,Gabriellelespreguntó a los dos guardias si cabalgarían con ella fuera de la propiedad.Lucienqueríaseguirtrabajando,asíqueFaustensillódoscaballosparaellos.
Página225
Gabrielle se dio cuenta queRogue estaba ansiosopor correr.En cuantoestuvieronfueradelasmurallasdelafortaleza,viróhaciaelnorte,leindicóladirección,ylodejócorrerhastalacimadelaprimeracolina,luegoaminoróelpasoysalióacampoabiertocabalgandojuntoaFaust.
—¿Volvemos? —preguntó Faust después de que pasaran unos pocosminutos—. La caravana con vuestros baúles debería llegar pronto. Mepregunto si el abad recordó enviar la estatua de san Biel. El padre Gelroyquerráponerlaalfrentedelacapilla.
—La capilla que aún no existe —dijo ella—. Podemos ponerla en eldepósitohastaqueseconstruyauna.
—Quizás algún día vuestro padre mande una estatua más grande denuestrosanto,laqueestáenelpatiofueradelahabitacióndevuestramadre.FueunregaloquelehizovuestroabueloantesdequepartieradeSt.Biel.—Unafugazexpresiónde tristezapasóporsusojoscuandoañadió—:EnestemomentodeberíahabernieveenlasmontañasdeSt.Biel.
Gabriellepodíaverqueelguardiaseestabaponiendonostálgicoyquizásañorabaunpoquitoelhogar,ysintióunapunzadadeculpaporarrastrarloaúnmáslejosdesutierranatal.
—Piensoqueregresaráspronto—ledijo.Élsonrió.—Esoes loquediceStephen,perodebéisestarcasadaantesqueyome
vaya…—Ytúdebessaberqueestaréasalvo.—Yaconfiamosenquevuestrolairdnodejaráquenadamaloosocurra.—Entoncesprontoteestarásquejandoporelfríocruelylanieve.Asintió.—Pronto.Cabalgaron bajando las colinas y continuaron hacia una cumbre que se
levantaba sobre Finney’s Flat. Gabrielle sabía que los centinelas no lepermitiríanirmáslejos.Aminorólamarchaparatomarlacurvaquehabíaenla senda.Rodearonunacolinadespuésde la cual la senda se enderezaba,yrepentinamenteGabriellediounfuertetirónalasriendas.Unacomitivaveníaensudirección.Aunpasodedistanciahabíatrescarretasestrechascargadasdebaúlesypaquetes,guiadasporunamediadocenadehombresacaballo.
—Oh,Dios—susurró.AntesqueFaustpudierapreguntarlequepasaba, tiróde las riendaspara
queRoguedieralavueltayloespoleóparaquesepusieraalgalope.
Página226
Faustsalióalacarreraparaponersealapar.Cuandocasihabíanllegadonuevamentealapropiedad,legritó:
—princesa,¿quépasa?—Esos hombres… están aquí. No puedo creer lo que vieron mis ojos.
Llamaalosdemás.Apresúrate,Faust.Cuandollegaronalosestablos,Gabriellesaltódelcaballoyleentrególas
riendas deRogue a un caballerizo. Si hubiera estadomás tranquila hubieracabalgadohastaelpatio,peroenvezdeellocorrióhastaallí.Laspreguntasafluían rápidamente a sumente. Debía asegurarse. ¿Eran estos losmismoshombres?Ysiloeran,¿queestabanhaciendoenlapropiedadMacHugh?Noteníaningúnsentido.
Gabrielle debía estar segura antes de condenarlos. Faust no los habíareconocidoporque sehabíaquedadocon los caballos en elbosquepero losdemáshabíanidoconellaalclarodeFinney’sFlat.Habíanvistoaalgunosdeloshombresperonotanclaramentecomoella.Sisolopudieraoírloshablar,entoncespodríatenerlacerteza.Reconoceríasusvoces.
Faust llamó a los otros guardias con dos largos y penetrantes silbidos.Stephen estaba instruyendo a los jóvenes guerrerosMacHughy acababa decolocar una flecha en el arco cuando escuchó los silbidos. Sin dar ningunaexplicación,dejócaerelarcoylaflechaysaliócorriendo.
Christienestabaapuntodemostrarleaunsoldadocomousarelsistemadepalancascontraunoponenteenuncombatecuerpoacuerpo.Cuandooyólos silbidos, tiró al joven al suelo y saltó sobre él en su camino hacia elsonido.
ParacuandoStephenyChristienllegaron,LucienyFaustyaestabanconGabrielle.Consusguardiasrodeándola,narróloquehabíavisto.
Stephenestuvodeacuerdoenquedebíaasegurarseantesdedecírseloallaird.
—Seríanunostontosalveniraquí—dijoLucien.—Esoesexactamenteloqueestabapensando—dijoella.—Peroprincesa,¿porquétendríanmiedodeveniraquí?Nosabenquelos
vimos—señalóChristien.—¿Algunodevosotrosviosusrostrosconclaridad?—preguntóella.—Yonolosvi.Mequedéconloscaballos—dijoFaust.—Yo no los vi a todos —respondió Stephen—. Recuerdo haberme
ubicado detrás de vos para que pudierais tener un blanco despejado paravuestraflecha.Aúnestabancubiertosporlascapuchasdesuscapas.
—Nosésipodríarecordarsuaspecto—admitióLucien.
Página227
—Laprincesalosvioatodos,ylosrecordará—dijoChristien—.Confiadenvosmisma—ledijoaGabrielle.
—Cuandoescuchesusvoces,tendrélaseguridad.El sonidodecascosdecaballosatravesandoelpuente levadizocaptósu
atención. La caravana había llegado. Los centinelas los detuvieron en lapuerta.Soloselespermitióentraraloscaballosquetirabandelascarretas,aloshombresquemontabansuspropioscaballosse lesordenódejarlos fuerade lasmurallasyquecaminaranel restodel camino.Loshombresentraroncaminando delante de las carretas y subieron la pendiente en dirección aGabrielle y sus guardias. Cuanto más se acercaban, más se aceleraba elcorazón deGabrielle. Cuando estuvieron lo suficientemente cerca para quepudieraversusrostrosclaramente,elmiedoseapoderódeella.
Sinsaberque ibancaminoasuperdición, loshombres reíanyhablabanentre ellos.Gabriellepudoescuchar susvoces, peroya lohabíadiscernido:ciertamenteeranlosmismoshombres.
Stephennolessacólosojosdeencimamientraspreguntaba:—¿princesa?—Sí,ahoraestoysegura—susurró.Losguardiasseacercaronaelladeformaprotectora.—Faust,veabuscarallaird.—¿Esaesella?—preguntóunodeloshombres.—Nosdijeronquetieneelcabellonegroyqueesagradablealavista—
dijootro—.Siesoshombresseapartaran,podríaverlabien.—Nopodemosentregar losbaúleshastaqueestemos segurosdequees
ella.Unodeloshombresbajólavozparadecirsusurrando:—Terminemos rápido con este asunto. Nome quedaré para conocer al
laird.Colmhabíaestadotrabajandoconlospicapedrerosenelmontacargasque
había al costado del torreón. Cuando Faust lo llamó, estaba doblando laesquinaconunacuerdadeshilachadaenlasmanos.
Losvisitantesformaronunalíneafrentealaprimeracarreta.Elmásaltodiounpasoalfrenteyconactitudengreídaanunció:
—TrajimoslosbaúlesdeladyGabrielle.Losdejaremossinosconfirmanqueesamujeresella.—SeñalóaGabrielle.
Nadielerespondió.ColmseacercóaGabrielle.—¿Quésucede?—preguntó.
Página228
Suproximidadlediofuerzas,peronopudoevitarqueletemblaralamanocuandoletocóelbrazo.
—Megustaríaqueconocierasaloshombresquetrajeronmiscosas.—Seadelantó un paso, pero Stephen impidió que diera otro—. Yo soy ladyGabrielle.
ElportavozmirónerviosoaMacHugh,mientrasledecíaaGabrielle:—Entoncesestosseríanvuestrosbaúles.—Sí,loson.—Lostrajimosdelaabadía.GabriellesevolvióhaciaColm.—Estoshombresteresultaráninteresantes.Colmlosmiró.—¿Porqué?—preguntó.Dándoleslaespaldaalostraidores,susurró:—Lesgustacavarhoyos.
Página229
Capítulo39
—¿Estássegura,Gabrielle?—preguntóColm.—Sí.GabriellenopodíaadivinarquéestabapensandoColm.Susurró:—¿Quieresquetedigasusnombres?Losrecuerdotodos.—Esonoseránecesario.Veadentro,Gabrielle,yquédateallí—respondió
sinmirarla.Estabaasombradaporsucontrol.Sabíaquelarabiadebíaestaragitándose
ensusvenas,peronodejabaentrevernada.Sin que se lo pidieran, Christien se apresuró a ir en busca deBraeden,
considerando que el comandante del laird debía enterarse de lo que estabasucediendo.
MientrasLucienyFaustlaescoltabanadentro,Gabriellemiróhaciaatrásporsobresuhombro.Colmestabacaminandohacialoshombrescondenados.Conojosllenosdeterror,retrocedieronysemetieronentrelascarretas,soloparadescubrirquedocenasdeguerrerosMacHugharmadosestabansubiendolacolinaqueseencontrabadetrásdeellos.
Lapuertasecerrótrasella,ysubiólosescaloneshaciaelgransalón.Nole llegó ningún sonido del exterior —estaba mortalmente silencioso— yningunode losguardias lepermitiríamirara travésde laventana.Pasóunahora, luego otra y otra más. Y seguía sin llegar ningún sonido desde elexterior.Apesardelos intentosdeLucienyFaustparadistraerla,Gabriellesentíacadavezmásaprensión.
AlanochecerStephenentróenlasala.Estabasolo.—princesa,hanpuestovuestrosbaúlesenelalmacén.—Gracias.Mañana tendré tiempo suficiente deocuparmede ellos. ¿Por
casualidadsabessiColmvendrápronto?—Ellairdhasalidodelapropiedad.Dudoquevuelvaestanoche.—Milady,vuestracenaestaservidaenlamesa—anuncióMaurna.—Penséenesperarallairdyasuhermano…—Amboshansalidodelapropiedad—dijoStephen.
Página230
—¿Ellosdossolos?—No.Nodiríanadamás.Gabrielle se enteró de más cosas por Maurna que por ninguno de sus
guardias.—Unbuennúmerodemiembrosdel clanpartieronconnuestro laird.Y
losforasterosquetrajeronvuestrosbaúlestambiénfueronconellos.Porcomose veían las cosas, dudoque quisieran ir, pero no se puede decir que no allaird,¿verdad?
Era evidente que Maurna no sabía quiénes eran los forasteros ni quéhabíanhecho,yGabriellenoibaadecírselo.
Esa noche se fue a la cama temprano, pero no pudo dormir hasta lamadrugada.
Colmno regresóal torreóndurante cinco largosdías con susnoches.Ycuandoalfinregresó,noanunciósullegada.UnamañanaGabriellebajólasescaleras y allí estaba él, de pie frente al hogar. Estaba tan sorprendida deverlo, que casi se tropieza en el último escalón. Nerviosamente se alisó elvestido y se ajustó el cinto trenzado que descansaba sobre sus caderas. Sihubiera sabido que había regresado, le hubiera dedicado más tiempo ycuidadoasuapariencia.Hubierausadosuvestidoverdeesmeralda,envezdelazulpálidoque lucía,ysehubierarecogidoelcabelloconunabonitacinta.Nolohubieradejadosueltosobresushombros.
Sabíaqueseveíasosa,perodehechoeraculpadeél,decidió,porquenolehabíaavisado.
—Estásencasa—dijo.Colm se volvió y sus intensos ojos la absorbieron ávidamente. Que lo
condenaran, pero la había extrañado.Había extrañado sus sonrisas, su ceñofruncido,surisa,ymásquenadahabíaextrañadobesarla.
Noeramuyadeptoalaspalabrasdulces.—Tepasaslasmañanasdurmiendo,Gabrielle.—¿Nisiquierapuedessaludarmeantesdeempezaracriticarme?—¿Estásenferma?—No está durmiendo bien por las noches, laird. —Anunció Maurna
mientras llevabauna jarraa lamesa.Ladejócercadecuatrocopas, lehizounareverenciaallaird,yañadió—:Algunasnochesnosubehastaaltashorasdelamadrugada.
—¿Cómosabescuandosubo?—preguntóGabrielle.
Página231
—GarrettselodijoaDavid,yélselocontóaAitken,quienselocontóamihombre,quienmelodijoamí.
—Pero¿cómopudoenterarseGarrett?—LosupoporqueNevinselocontó.¿DeseáissabercomolosupoNevin?Dios querido, no, no quería saberlo. Tenía la sensación que esa letanía
podríaseguirtodalamañana.—Gabrielle,venaquí—ordenóColm.Cruzó la sala y se detuvo frente a él. Sepusodepuntillas y lo besó en
plenaboca.Fuealgorápido,perounbesoalfinyalcabo.Seapartó,alzólavistahaciaél,ydijo:
—Bienvenidoacasa,laird.Yeso,pensó,eraunsaludoadecuado.Cruzólosbrazosyesperóaqueél
hicieralomismo.—¿Porquénoestásdurmiendodenoche?—preguntó.Ignorandolapregunta,lepreguntóasuvez:—¿Estás feliz de estar en casa?Y si lo estás, deberías decírmelo.Es la
formacorrectadehacerlascosas.—Sí, estoy feliz de estar en casa, tonta mujer. Ahora responde mi
pregunta.Dadoqueestabasonriendocuandolallamótonta,nosesintióofendida.—Nolosé.—¿Podríaserqueestuvieraspreocupadaporalgo?—¿Tengoalgodequépreocuparme?¿Dequé tendríaquepreocuparme?
¿Podríaserque temapormipadreyaqueno tengoni ideadedóndepuedeestar? ¿O tal vez podría ser porque mi futuro esposo se fue y no regresódurantedíasinterminables?¿Podríaestarpreocupadaporquepudierahaberlepasadoalgo?
—¿Tepreocuparíaspormí?Lepinchóelpechoconeldedo.—¿Y tú me llamas tonta a mí?—Tomó un profundo aliento antes de
continuar—.Sí, estabapreocupadapor ti,peroeraselúltimoenmi listadepreocupaciones.
—Mientes,Gabrielle,ynolohacesmuybien.—Séquenodeseascasarteconmigo—comenzóadecir—,pero…—Yomecasarécontigo—dijounavozdesdelaentrada.Liamentróazancadasenlasala.—No,notecasarásconmigo,Liam—dijoexasperada—.Yestoytratando
detenerunaconversaciónprivadaconColm.Porfavorvete.
Página232
ColmrodeóaGabrielleconelbrazoylaacercóaél.—LadyGabriellehaaccedidoacasarseconmigo.—Sí,séquelohizo,perotúnolaquieresyyosí—dijoLiam—.Ellano
salvótuvida,salvólamía,ysiempreestaréendeudaconella.Colmseestabaenfadando.—¿Piensasquerenunciaríaaellaportiocualquierotrohombre?—¿Entoncessílaquieres?—replicóLiam.—¡Demonios,sí!Liamasintió,yconunasonrisadelomássatisfecha,dijo:—Quizásdeberíasdecírselo.GabrielleyColmleoyeronreírsemientrasdescendíalasescaleras.Colmlahizodarsevueltaensusbrazosylamiróalosojos.—Nuncatedejaréir,Gabrielle.Ellanosabíaquédecir,loqueprobablementenotuvomuchaimportancia,
porquenolediomuchotiempodehacerotracosasalvoabrirlaboca.Subocacubrióladeella,ysulenguaselanzóadentro,demandandouna
respuesta.Leenvolviólosbrazosalrededordelcuelloysemovióimpacientecontraélmientrassubocaseinclinabasobreladeellaunayotravez.Subesosevolviócarnal.Loexcitabacomoningunaotramujer,yColmsabíaquesinosedeteníaenesemomento,perderíatodoelcontrol.
Cuando terminó el beso, el corazón de Gabrielle palpitaba con fuerza.Apenaspodíarecuperarelaliento.Unavozmasculinalasacudiósacándoladesuaturdimiento.
—Laird, os ruego me disculpéis, pero tenemos más problemas con elmontacargas.
El picapedrero estabadirectamentedetrás de ella.Colm lodespidió conunondeodelamano.
—Gabrielle,henotadoquenomehaspreguntadoquésucediódespuésdequemefuideaquí.
—¿Sitepreguntaramelodirías?—No.—Entoncesesmejorquenopregunte.Nocreoquequieraescucharqué
lesocurrióaesoshombres.Podríatenerpesadillas.—Descansatranquila—ledijo—.Nolosenterrévivos.—Eso era precisamente lo que me preocupaba. Conoces mis
pensamientos tan bien como los tuyos propios. Liam estaba tandesequilibradoyamenazóconhacercosastanterribles.—Suspiró—.Peronolos enterraste vivos. —Ladeó la cabeza y estudió su rostro durante varios
Página233
segundos, luegoseatrevióapreguntar—:¿Qué lesocurrió?¿Lespermitisteregresarasucasa?
—No.Sabía que no debía incitarlo, pues temía que le dijera exactamente cuál
habíasidoelcastigo.Colmnoeradeltipoindulgente,ytampocoloeraLiam.—¿PudistedescubrirquiénlosenvíoacapturaraLiam?Antesdequepudiera responderle,otrosdosmiembrosdelclanentraron
en la sala, solicitando su atención.Colm los ignoróperoGabrielle nopudohacerlo.
—Tuclantedemandamuchotiempo.—Sí,asíes.—Serámejorquevayas.Asintió.—Sí,serámejorquelohaga.—Cuandopasóasuladoletomólamanoy
tiró de ella—. Ensillami caballo—le ordenó a uno de los hombre que loesperaban.Aotro,ledijo—:Noescucharéningúnproblemahastaestatarde.Hazlosaberalosqueesperan.
Gabrielle se apartó del camino para dejar que elmiembro del clan quellevaba un saco de grano sobre el hombro pasara por la puerta abierta delalmacén.
LasaludóconungestoafirmativodelacabezaysevolvióhaciaColm.—¿Queréisqueayudea transportar la ropade ladyGabriellea laplanta
alta?Colmmiródentrodelahabitaciónyviolosbaúlesapiladosenelsuelo.—Viajascondemasiadasposesiones—criticó.Gabrielleseechóareír.—¿Todoelmundopiensaqueestosbaúlesestánllenosdevestidos?Eljovenasintió.—Losinglesesnecesitanmáscosasquenosotros.—YlosMacHughsientenlanecesidaddejuzgarlascosassinconocerlos
hechos—contrarrestó—.Sitienesunmomentomegustaríaabrirunodemisbaúles.
—¿Conquépropósito?—preguntóColm.—Abreunoymiratúmismo.Habíadespertadosucuriosidad.—¿Cuálquieresqueabra?—Elígelotú.Colmbajóunodelosbaúlesdelapilaysesorprendióporelpeso.
Página234
—Danen,tomaunextremo—ordenó.—Laropainglesapesamásqueunbaúlllenodepiedras—gruñóDanen.—Laropanopesatanto,nisiquieralaropainglesa.Tenía cuatro cerraduras. Colm las abrió todas, luego levantó la tapa.
Dentrohabíabolsasllenas.Gabriellesugirióqueusaraladagaparacortarlatela,ycuandolohizo,se
derramarongranosdesal.Estabaazorado.—Trajistesal.—Sí.LasaleraunodemisregalosparaellairdMonroe,yahoraestuya.—La sal esmás valiosa que lamás preciosa de las joyas—tartamudeó
Danen.Susojosvedesbrillabanporlaexcitación—.Ymuynecesaria.¿Noescierto,laird?
Colmasintióconuncabeceo.—¿Todoslosbaúlesestánllenosdesal?—Todosmenosuno.¿Estáscomplacido?—Loestoy.Si alguienhubiera sabidoquéhabíadentrode estosbaúles,
nuncahubieranllegadoaquí.Cerró las cerraduras y salió. Un caballerizo guio el caballo de Colm a
travésdelpatio.El caprichosoanimalhabía tratadode retrocederdosvecesantes de que Colm lo calmara. Negro, como lo llamaban, era un animalmagnífico.EradeldobledeltamañodeRogue,peroGabrielledudabaquesudisposición fuera la mitad de dulce. Colm la levantó para ponerla sobreNegro,luegosesubiódetrásdeellaytomólasriendas.
—¿Adóndevamos?—preguntó.Unamujerquecargabaunacanastaseapresuróaacercárseles.—Laird,sitenéisunminuto.Solonecesitohablarunapalabrasobre…—Tendrásqueesperar.RodeólacinturadeGabrielleconunbrazoylasostuvofirmementecontra
élmientrasespoleabaalcaballogiganteparaqueavanzara.GabriellenopodíaimaginarquéleocurríaaColm.Noestabahuyendodeellaparaencargarsedelasdemandasdelclan.Nay,ahoraparecíaestarhuyendodelclanparaestarconella.
Unavezquehubieronpasadoelfoso,ColmespoleóaNegroycorrióconel viento.No se detuvieron hasta llegar a una cima que se erguía sobre unhermoso valle con un arroyo serpenteando a través de él. Desmontó y lalevantóparadejarlaenelsuelo.Susmanossedemoraronunmomentoensucinturaantesdeapartarse.
Página235
—Venasentarteconmigo.Debemoshablar—dijoColm.Sutonodevozlapreocupó.—¿Sonmalas noticias? ¿Es por eso que querías estar a solas conmigo,
paraquenoteavergonzaraalllorarfrenteatuclan?—Nuncapodríasavergonzarme.Se sentó junto a un árbol y se arregló la falda para que le cubriera los
tobillos.—Heaprendidoaesperarlopeor.Se arrodilló frente a ella apoyándose sobre una rodilla y le rodeó la
barbillaconlapalmadelamano.—Te traje aquí para que no nos interrumpieran, lo cual, como
seguramentehasnotado,ocurrebastantefrecuentementeenmipropiedad.—Ocurre porque tú no delegas. Deberías hacerlo, sabes. Si le dieras a
Braedenyalosdemás, incluyendoatuhermano,másresponsabilidades,nosoloaliviaríasalgodelacargaquerecaesobretushombros,sinoquetambiénles demostrarías que tienes confianza en ellos.No eres el único que puedetomarunadecisiónacertada.
—Notetrajeaquíparaquemesermonees.—¿Peroconsiderarásloquetehedicho?Sesentójuntoaellaysereclinóhaciaatrásapoyándoseenelárbol.—Lo haré —dijo, estirando las largas piernas frente a él, para luego
cruzarunpiesobreelotro.Parecía relajado, pensó, pero los leones, también se veían así antes de
abalanzarse.—Sifueranbuenasnoticias,yamelashabríasdicho.—Noesbuenonimalo.Estoesloquesé.Loshombresquetrajerontus
baúlesnuncahubieranvenidoamihogarsihubieransabidoquealguienloshabía visto en Finney’s Flat. Tuve la oportunidad de interrogarlosexhaustivamente.
Nolepidióqueleexplicaraquéqueríadecircon«oportunidad».—¿Yrespondieronatuspreguntas?¿Eraposiblequepensaraque leshabíadadoelección?Porsupuestoque
habían respondido a sus preguntas. Hizo que les resultara imposiblerehusarse.
—Todoshicieronhincapiéenquenuncasupieronelnombredelhombrequeloscontrató.Soloellíderlosabía.
—Gordon.Élerasulíder,yyolomaté.—Lepalmeólarodillacomoparaconsolarlo—.Lolamento.
Página236
—¿Quéesloquelamentas?—LamentoquenuncavayasadescubrirquienlosenvíotrasLiam.—MacKennalosenvío.—Perocómo…—Teexplicaré,ycontendrástuspreguntashastaquehayaterminado.—
Esperóaqueasintierayluegodijo—:ElbarónCoswoldhizoquellevarantusbaúlesalaabadía.Casiinmediatamentedespuésdequesalistedelaabadía,élysussoldadoscomenzaronabuscarte.Aligualqueelotro.
—¿Percy?—Hastasunombrelarepugnaba,yseestremeciódedesdén—.Ambossondemonios.
—Por lo que tengo entendido, ambos estuvieron persiguiendo rumores,tratandodeencontrarte.Coswoldoyóqueeraposiblequeestuvierasviviendoconmiclan,ynecesitabaasegurarseantesdeactuar.Quemejormaneraqueenviartetusbaúlesconhombresqueluegolerelataranloacontecido.
—¿Nolosenvióelabad?—Lohizo,porrecomendacióndeCoswold.Peroestoyseguroqueelabad
pensóqueestabahaciendounfavor.Elproblemafueencontraraloshombresque los trajeran.Coswoldnopodíaenviar ingleses.Nuncahubieran llegadotanlejos,ysiporcasualidadosuerteloconseguían,nuncahubieranlogradovolverparareportarseanteél.
—Perocómo…—Sediocuentaqueestabainterrumpiéndolonuevamenteysedetuvo.
—Los hombres que Gordon contrató no sabían que MacKenna estabapagándoles, peroMacKenna sí sabía quienes eran ellos. Gordon le dio susnombres.
—¿Cómoobtuvisteesainformación?—Esincreíbleloqueunhombrepuederecordarcuandolopresionan.El
que se llamabaHamishmedijo queoyóqueCoswold yMacKennahabíanllegadoaalgúntipodearreglo.Lollamóunpacto.CoswoldsabíaqueelreyJohnnoteentregaríaaél,yporelloteprometióaMacKenna.ÉlobtendríaFinney’s Flat, y a cambio Coswold podría verte cuando quisiera. Tengoentendidoqueteníanlaintencióndecompartirte.
Gabriellesesintióenferma.—Nopenséqueestoshombrespudieranasquearmemásde loqueya lo
habían hecho, pero ahora me dices que ¿tenían intención de compartirme?¿Cómounaesposa?Oh,Diosmío…
Tratódelevantarse,peroColmtiródeellagentilmente,acercándolaasulado.
Página237
—Otro de los delincuentes admitió que alcanzó a oír a Coswoldcuchicheandoconunodesusconfidentes.Sí,Coswoldtequeríaensucama,Gabrielle,perotambiénqueríaciertainformaciónquepiensaquetúescondes.
Colmpensó que era raro queGabrielle no le preguntara si tenía algunaideadequéclasedeinformaciónpensabaCoswoldqueellapodríatener.
—Sabesloquequiere,¿verdad?—preguntó.—Sí.—¿Gabrielle?Serecostócontraél.—QuiereeltesorodeSt.Biel.Le contó la leyenda como se la habían contado a ella en innumerables
ocasiones.—SedicequeelreyGrenierdeSt.Bielnoenvíotodoeloroalpapa,sino
queloescondió.Tambiénsecreequeeltesoroestanvasto,quequienquieraque lo encuentre tendrá el poder de gobernar al mundo. Nadie lo haencontradojamás,peroesunahistoriainteresante.
—Entonces¿porquécreeCoswoldensuexistencia?—Nolosé.—¿Yporquépiensaquetúsabesdóndeestáeltesoro?—Hayalgunaspersonasquecreenqueelreytrasmitióelsecretoasuhija,
yqueellaasuvezselopasóasuhija…—¿Túmadretehablóalgunavezdeltesoro?—Mecontó todas lashistorias.Pensabaque la codicia era elmotivode
quealgunoscreyeranenlaexistenciadeesetesorolegendario.—¿QuéhaydelagentedeSt.Biel?—preguntó—.¿Creenenelmito?—Algunos lo hacen, otros no. Tienen pocas necesidades. La pesca y la
cazalesproporcionancomidasuficiente,ytienenbastanteleñaparacalentarsushogares.Vivenunavidasimpleperorica.
—Enotraspalabras,nocodiciaríaneloro.Lehabía rodeado la cintura conunbrazo, y ella se lo acariciaba con la
puntade losdedosmientraspensabaen lapatriadesumadre.Su toqueeralevecomounapluma,peroteníaunpoderosoefectosobreél.
—Ahoraesmi turnode formularpreguntas,Colm.DijistequeCoswoldnecesitaba asegurarse de que estaba viviendo con tu clan antes de actuar.¿Quésignificaeso?¿Cuálescreesqueseansusintenciones?
Élsacudiólacabeza.—Aún me falta descubrir qué planea su retorcida mente, pero lo haré,
Gabrielle.
Página238
—MedesterróennombredelreyJohn,¿lorecuerdas?YPercyseunióaCoswoldparacondenarme.Yaúnasí,¿dicesqueencuantodejaronlaabadía,comenzaronabuscarme?—Recorrióconlosdedoslacicatrizqueteníaenlamano—. ¿Cómo supiste que era inocente?Dijiste que sabías que Isla habíamentido.
—Laluna.Dijoquelalunaestababrillanteyqueporesopudoverte,peroesanoche llovió,Gabrielle.Nohubo luna.Lo sé porque estababuscando aLiam,yestabademasiadooscuroparacontinuar.Tuvequeesperarlaluzdelamañana.
—No creo que el monje haya mentido. Creo que me vio cuando fui acomprobarcomoestabaLiam.
—Tambiényocreoeso.—¿Estás comprometido con otra mujer? —Formuló la pregunta
rápidamente antes de perder el valor—. ¿Lady Joan? ¿Prometiste que tecasaríasconella?
—Ibaacasarmeconella.—¿Cuándo?—Hacetresaños.—¿Quéocurrió?—Supadredecidióqueotraalianza loharíamás fuerte, asíquesecasó
conellairdDunbar.AligualqueMonroe,eraunhombremayor.—Vendráaquí,¿noesasí?—Noheoídodecireso,peroserábienvenida.Suhermanaestácasadacon
unodemishombres.No podía formularle la pregunta que más deseaba que él contestara.
¿AmabaaJoan?YsiGabriellelepreguntaba,¿lediríalaverdad?—¿QuéharásconMacKenna?—Matarlo.—¿Entonces irás a la guerra contra el clan MacKenna? —preguntó, y
antes que pudiera responder, añadió—: ¿Qué ocurriría si Coswold suma suejércitoaldeMacKenna?
—NotepreocuparásporCoswoldniporPercy—respondió—.Notienenpodersobreti.
Siesoeraverdad,entonces¿porquésentíatantomiedo?
Página239
Capítulo40
ElreyJohneraexigenteycontrolador,yelbarónCoswoldestabapreparadoparaserretenido.SelehabíaordenadoquesereunieraconJohnenelcastillode Newell, donde el rey estaba tomándose un tiempo de esparcimientodespuésdeunacampaña fallidacontraWelsh.GrancantidaddebaronesdeJohnestabantanindignadosporlasagresionesdesureyqueamenazabanconsublevarse contra él. Coswold esperaba encontrar a John con uno de susarranquesdemalhumor.
PercytambiénhabíasidoconvocadoalcastillodeNewell,paraquedierasuversióndeloquehabíaocurridoenlaabadíadeArbane,yCoswoldsolopodíaimaginarselasmentirasquecontaríasuenemigo.
Coswold permitió que Isla le acompañara. Se había acostumbrado ahablarledesusinquietudessinpreocuparsedequepudierarepetirnadadeloque le dijera. Su situación en la vida dependía solamente de su buenadisposición,ynoharíanadaparaarriesgarla.
Cuidabamuybiendeél.Seocupabadecadaunadesusnecesidadesyseaseguraba de que los criados llevaran su hogar a su gusto. Coswold nuncaentraba en una habitación fría ni levantaba una copa vacía. Ella sabía quécomidaslegustabanycualesevitaba.Coswoldtambiénsabíaquefinalmentedebería tomarunaesposaparapoder tenerherederos,peroaúnasíplaneabaconservaraIslacercaparaquecontinuaracumpliendosusórdenes.
Se había vuelto aúnmás solícita desde que le permitiera ir con él a laabadía de Arbane, y ahora apenas podía ocultar su excitación. Sabía elporqué.SehabíaenteradodequePercyestaríaallíconelrey.Oh,quetontaeraalpensarquealgunaveztendríaunfuturoconelenemigodeCoswold.Enla abadía deArbane cuando Isla había acusado aGabrielle de comportarsecomounaputa,alprincipioCoswoldsesintióirritadoporelespectáculo,peroluegosehabíadadocuentadequepodíaserusadoensubeneficio.
—¿EstásansiosaporvolveraveralbarónPercy?—lepreguntóduranteelviajealcastilloNewell.
—Enverdadloestoy.
Página240
—Isla,nisiquieratehabla.—Sí,lohace—insistió—.Devezencuando.—Pierdeseltiemposuspirandoporél.Ellaescondióunasonrisa.—Secomentaqueprontosecasará.Coswoldseencogiódehombrosconindiferencia.—Entoncesdebehaber renunciadoa ladyGabrielle.Yaerahora.Nunca
podríatenerla.—Piensoqueahoraquiereaotra—dijo.Élenarcóunaceja.—¿Cómopodríastúsabereso?—Cotilleos—dijoprontamente—.¿Habéistenidonoticiasdeloshombres
que me dijisteis que habíais enviado en esa misión? Parecíais preocupadocuandonoregresarondeinmediato.
CoswoldlehabíadichoaIslaquehabíacontratadoaunoshombresparaqueseencargarandeunasuntoensunombre,peronolehabíadichocuáleralamisión.
—No, no he tenido ninguna noticia.Ha pasado suficiente tiempo comoparaqueregresaran.Escomosiellos,aligualquemisubordinado,Malcolm,sehubieranesfumado.
Isla sabía que Malcolm temía a Coswold. Había visto al gran y feohombrealladodeCoswoldysabíaquemataríasiesaseranlasórdenesdesutío.IslahabíaoídoqueMalcolmhabíagolpeadoaladyGabrielleconelpuño.Solo sentía queMalcolmno hubiera desfigurado aGabrielle. Isla no sentíaningúnremordimientoporeldolorquesumentirahabíacausado.
—¿Cuándo fue la última vez que visteis a Malcolm? —le preguntó,tratandodesonarpreocupada.
—Estábamos registrando las colinas al oeste de la abadía. Estabacabalgandoamilado,ylasiguientevezquemiré,habíadesaparecido.
—¿Quéestabaisbuscando,tío?—Nada de tu incumbencia. Ah, finalmente hemos llegado. Cuando
estemosenpresenciadelreyJohn,tequedaráscalladacomounratón.Yacasihacaídoelsol.Dudoquetengamiaudienciaconélhastamañana.
Coswoldestabamuyequivocado.Elreyqueríahablarconelbarónenelinstanteenque llegara.ACoswoldnisiquiera le fuepermitido lavarseparaquitarseelpolvodelasmanos.
Isla siguióa su tíoal salónprincipal,pero sedetuvonibien traspasó lapuerta.Permaneciótancercadelascortinasquedehaberloquerido,sepodría
Página241
haberescondidodetrásdeellassinsernotada.El salón era tres veces mayor en tamaño que el salón de Coswold.
Ostentabadoschimeneas,unaencadaextremo.Elreyestabasentadodetrásde una largamesa cubierta con unmantel blanco que era tan largo que eldobladillotocabaalsuelo.
Su Alteza lucía un atuendo escarlata, idéntico al color del vino quederramó sobre elmantel blanco cuandogolpeó la copa contra lamesa y selevantó.
Johnnoeraunhombreapuesto.Teníaestaturapromedioyunestómagoprominente,peroaIslaleparecíaunaltogigante.LocreíatanpoderosocomoDios, ya que conuna ordenpodía destruir un país entero. Johnya le habíademostradoalmundoquenoletemíaalPapa.Dehecho,obteníagananciasdesupropiaexcomunión,confiscandolosingresosdelasiglesias.SedecíaqueelreyJohneracapazderobarlelapurezaaunsanto.
La tarimasobre laquesehallabaJohn lohacíaparecermuchomásaltoqueCoswold,quienhizounareverenciayluegosearrodillófrenteaél.Johnacababadedarlepermisoalbarónparaquese levantaracuandoseabrieronlas puertas y entró el barón Percy pavoneándose. Le seguía una mujer deaproximadamente la misma edad de Isla. Lucía un elegante atuendo, ybrillantes joyas alrededor del cuello y en el cabello. No parecía estaremparentadaconPercy,perobueno,Islanoseparecíaennadaasu tío.Talvezlamujerfueraunaprima,oincluso,comolapropiaIsla,unasobrina.
Sin embargo, la mujer era demasiado arrogante. No se escondía en lassombras sinoque se arrodilló junto aPercyy esperóaque John leshicieraseñasaambosparaqueselevantaran.
JohnhablóconPercyprimero.—Veo que has recobrado el sentido y atendido mi mandato —dijo,
señalandoconlacabezaalamujerquepermanecíadepiejuntoalbarón.—Lady Beatrice, id y poneos cómoda en vuestros aposentos. —Percy
palmeólasmanoseinmediatamenteaparecierondoscriadosparamostrarleelcaminoaladama.
Unavezquelaelegantemujerestuvofueradelavista,Johnabandonósusbuenosmodales.
—¿Sabeslosproblemasquemehascausado?—Hiceloquevoshubieraisdeseadoquehiciera—dijoPercy.—Ahora cuéntame qué pasó—ordenó el rey—, y yo decidiré si lo que
hicistefuecorrectoono.Rápidamente,Percyrelatóloquehabíaocurridoenlaabadía.
Página242
—Nadie estabamás sorprendido que yo cuandome enteré de que ladyGabrielle había actuado como una vulgar ramera. Sabía que querríaiscastigarla,ypretendíatraerlaantevosparaquedecidieraissudestino.
—Ahoraestuturno,Coswold.El barón explicó lo que había ocurrido después de que el asesinato de
Monroe fueradescubierto,y cuandoestaba terminandodenarrar suversióndeloshechos,dijo:
—Nocreíquequisieraisperdervuestro tiempoconunaputa.Sabíaquédebíahacerse.
—Teruegomedigas,quéeralodebido.—Ladesterré.Envuestronombre,seloquitétodo.Yanotienereynipaís
ni familiaquepueda llamar suya.Ha sidodesterradaenuna región salvaje.Pienso que su castigo es peor que una rápida ejecución. ¿No estáis deacuerdo,Milord?
Johnsefrotólabarbilla.—Estoy de acuerdo—dijo finalmente—. Encuentro difícil creer que la
hermosa hija del barón Geoffrey se arruinara a sí misma. Pondré sitio aWellingshireymataréasupadre,porquenocumplióconeldeberdeprotegersuinocencia.Ahoranomeesdeningúnvalor.
Levantósucopay tomóun largo trago.Elvino legoteópor labarba,yusóeldorsodelbrazoparalimpiarselabarbilla.
—¿Quizásahoratútambién,Coswold,hayassuperadotuapasionamientoporGabrielle?Percylohasuperado,ysugieroquetúhagaslomismo.
CoswoldsevolvióhaciaPercy.—¿Quémotivotienesparasonreírdeesaforma?—Voy a casarme con lady Beatrice dentro de dos meses. Aporta una
generosadoteanuestromatrimonio.Muygenerosa.Islasecubriólabocaparaevitargritar.No,nopodíasercierto.Percyiba
acasarseconella.Selohabíaprometido.Cuando Coswold dejó el salón con el rey John, Isla no los siguió.
Permaneció inmóvil en las sombras ymiró fijamente aPercy, que se habíaquedadoatrás.
PercyhabíavistoaIslaescondiéndosejuntoalaventanaydecidióqueeseeraelmomentoadecuadoparaaclararlascosasconelladeunavezportodas.Necesitaba asegurarse de que no le causaría ningún problema. Y si debíaamenazarla,loharía.Caminóhacialatarima,subió,ysesirvióunacopadelvinodelrey.Nosemolestóenvolversecuandodijo:
—Isla,saldelassombrasparaquepodamoshablar.
Página243
Ellateníalaspiernasentumecidascomovarascuandocruzóelsalón.—¿QuiénesladyBeatrice?—reclamó.—Esmi futura esposa.Oíste la conversación. Pronto estaré casado con
ella.—Pero no la amas.Me amas a mí. Dijiste que lo hacías, y prometiste
casarteconmigo.—Baja la voz —dijo bruscamente. Podía ver que estaba perdiendo el
control—. ¿Quieres que el rey John te oiga? Podrías ser encerrada en laprisiónporelrestodetusmiserablesdíasacausadeloquehashecho.
—¿Quéfueloquehice?—gritó.Laabofeteócruzándoleelrostro.—¡Tedijequetecallaras!Ysabesmuybienloquehiciste.Destruistela
vidadeladyGabriellecontusmentiras.Fuistesuacusadora.Islasecubriólamejillaconlamano,aunqueerainsensiblealdolor.—Túmedijistequédecir,yprometistequetecasaríasconmigosihacía
exactamenteloquemehabíasmandado.—Nunca me casaré contigo. Me repugnas, Isla. Eres la sobrina de
Coswold.Ellacomenzóasollozar.—Perotúprometiste…Leagarrólamanga,peroéllaempujó.—Apártatedemí.—Mentíporti.—Sí,lohiciste—admitió—.Peroahoranuncanadiesabrálaverdad,¿no
esasí?—¿Por qué? ¿Por qué me ordenaste que lo hiciera? ¿Por qué querrías
destruiraladyGabrielle?—Sabía que no podía tenerla, y quería asegurarme de que Coswold
tampocolatuviera.¿Sabesloqueplaneabahacerdespués?Ibaaencontrarlayllevarlaamihogar.Lausaríatodaslasnoches.Imagínatelo,Isla.Latocaría,laacariciaría,laadoraría…
Tratódegolpearlo,peroélseriomientrasesquivabaelataque.—Quecriaturapatéticaeres…y tancrédula.SabíaqueCoswold saldría
con alguna sorpresa, y no me decepcionó. Llegó con una reluciente actanuevafirmadaporelrey.Peroestabapreparado.Teteníaati.Sí,túseríasmisorpresitasitodolodemásfallaba.Yamiseñallaexpusiste,talycomotelohabíaordenado.SinopodíateneraGabriellepormatrimonio,laconseguiríadeotraforma.
Página244
—Diréloquehicisteatodoelmundo—leamenazó.Sudesdichasehabíaconvertidoenfuria.
—¿Noquerrásdecirloquetúhiciste?SiledicesaalguienquedestruistealadyGabriellecontusmentiras,tecondenarán.
—TedijequepodríanecesitarquemintierasparapoderobtenerFinney’sFlatypermutarlopororo,paraquetúyyopudiéramosvivirunavidaricayfeliz juntos.Que estúpida eres. ¿No pensaste que el rey John reclamaría latierra de vuelta?Ah, puedo ver en tus ojos que no habías pensado en ello.Peronoesperabaquelohicieras.Fuistelosuficientementetontaparapensarquepodíaamarte.¿Porquénohabríasdecreertodolodemásqueteconté?
—¿Si querías tanto a Gabrielle, por qué vas a casarte con esta mujer,Beatrice?—sollozóIsla.
—Tiene riquezas —admitió Percy—. Me será muy útil. Y algún díareanudaré labúsquedadeGabrielle.Nomedoy fácilmenteporvencido.Tutíodeberíasabereso.
—LediréalreyJohnquemeobligasteamentir.Élsonrióburlonamente.—Notecreerá.—¿Estássegurodequenolacreeré,Percy?ElbarónsesobresaltódetalformaalveraSuAltezadepieenelumbral,
queselecayólacopa.—Malinterpretasteis nuestra conversación —tartamudeó Percy—.
Decidmequéhabéisoído,yosexplicaré…—¡Silencio!—gritóelrey.Leshizoseñasadosguardias.—AseguraosdequeelbarónPercypermanececalladomientrashablocon
estamujer.Isla estaba aterrorizada, pero la ira que sentía contra Percy superó su
deseodesalvarseasímisma.Teníalacabezainclinada,peroporelrabillodelojoviocómoelreysubíalostresescalonesysesentabaeneltrono.
—Arrodíllatefrenteamíycuéntameacercadelamentira—leordenó.Se arrojó al suelo y lo confesó todo, rogando clemencia al final. John
estabafurioso.MandóallamaraCoswoldehizoqueIslarepitieralahistoria.Islanopodíamirarasutío,tangrandeerasuvergüenzaysutemor.
—Lleváosla fuera de mi vista —ordenó el rey, y los soldados seabalanzaronsobreella.
—Tened piedad por favor. ¿Qué sucederá conmigo? ¿A dónde iré?—gritóIsla.
Página245
John leshizo señasa los soldadosparaqueesperaran.Miró fríamenteaIsla.
—¿EnalgúnmomentotepreocupóquéleocurriríaaladyGabrielle?¿Tepreguntasteadóndepodríairella?
IslaseñalóaPercy.—Élmeordenómentir.Fue sacadadel salón a rastras, gritandoy llorando.Cuando la puerta se
cerrótrasella,Johnestudióalosbarones.NiCoswoldniPercypronunciaronpalabra.Aguardaronaoírladecisión
de su rey. A Coswold le preocupaba que el rey pudiera culparlo por laconductadeIsla,yPercyestabapreocupadoporquepudieraconfiscarlesustierras.
—Seguramente ambos sois conscientes de los problemas a los que meenfrento estos días. A causa de la excomunión, los nobles se han vistoliberadosdeljuramentodelealtadquemehabíanprestado.Hayunambientedemalestar y se habla de conspiración.Debo permanecer en guardia día ynoche.Ahoraunodemismáspoderososbarones,GeoffreydeWellingshire,conspirarácontramíporculpatuya,Coswold,quedesterrasteasuhijaenminombre.Seguramenteenestemomentoestaráreuniendofuerzas.
—Matadloypodréisolvidarosdeesapreocupación—sugirióPercy.—Tonto.Geoffrey tienemuchos amigos influyentes que se sentirán tan
ultrajados como él. Se unirán a él para luchar contramí. ¿Sugieres que losmateatodos?¿YtúyCoswoldmepagaréissusimpuestos?
—Sabéisquenopodemos—dijoPercy.—TengoenemigosqueayudanaPhillipdeFrancia.Legustaríaquedarse
conmi corona.No necesitomás problemas. ¿Dónde está ladyGabrielle enestemomento?¿Aúnsigueconvida?
—Creoqueestáviviendoconunclanen las cumbresdelnorte.Sonungrupoprimitivo.
—¿Sabessialgúnhombrelahareclamadoparasí?—No, pero ¿qué importancia tendría? Podríais forzarla a volver a
Inglaterra—dijoCoswold.Johnnegóconlacabeza.—Me has quitado el poder que podía tener sobre ella, necio. Cuando
proclamastequenoteníapaís,tambiénproclamastequenorespondíaantemí.—Peroigualmentepodríaisforzarla…—Silencio.
Página246
John consideró el problema durante variosminutos antes de tomar unadecisión.
—PrimerotengoquehacerlaspacesconelbarónGeoffreyantesdequereúna a sus aliados en mi contra. Le enviaré un mensaje diciendo que hedescubiertolaverdadacercadelainocenciadesuhija.AGabrielleseledaráFinney’sFlat.Sinoestácasada,encontraréunesposoapropiadoparaella.
—¿Ysiloestá?—preguntóCoswold.—EntoncesFinney’sFlatserámiregalodebodasparaella.—El lairdMacKenna la tomará por esposa ahora que se ha probado su
inocencia—dijoCoswold.Elreysepusodepie.—Pienso que no tomaste parte en esta sarta de mentiras traicioneras,
Coswold.Continuarássiendomihumildesirviente.Encuantoati,Percy,creoquedeberías tener tiempoparaconsiderar tusdelitos.—Lehizoseñasasusguardias—.Lleváoslo.
Mientras Percy era escoltado fuera del salón, Coswold se puso en sucamino.Percymiróceñudoasuenemigo.
—Estonoestáterminado—siseó.Coswoldsonrióburlonamente.—Creoquesíloestá.—Ensusurros,añadió—:Yyogané.
Página247
Capítulo41
ColmestabadecaminoalasalidaparadarlesórdenesasushombrescuandoGabriellecomenzóabajarlasescaleras.
—Buenosdías—dijoenvozalta—.Vaahacerunbuendíahoy,¿noteparece?
Se detuvo y esperó a que ella lo alcanzara. Sin duda era una hermosavisión. Su vestido era de color azul real, y aunque hubiera preferido quellevarasuscolores,deigualformaseveíapreciosa.Dehaberestadocasados,sabíaexactamentequéharíaenesemismoinstante.Lalevantaría,lallevaríaderegresoalacama,ysetomaríasutiempoparasacarlelaropa.
No había forma de que lograra aguantar cincomesesmás sin acostarseconella,ydecidióqueencuanto regresaraacasa, leordenaríaal sacerdotequebendijerasuunión.CuandoColmlaacogióporvezprimera,Brodicklehabía sugerido que demorara el matrimonio, advirtiéndole que si Gabriellequedaba embarazada inmediatamente después de la boda, algunos podríanpensarqueelbebéeradeotrohombre.Colmteníaotrasolución.Sabríaqueelbebéerasuyoymataríaacualquierhombrequesugirieralocontrario.
Pensó decirle en ese mismo momento que se casarían en cuanto élregresara,luegocambiódeopinión.Seloexplicaríamientraselsacerdotesepreparabaparalaceremonia.
—MientrasyoestéausenteLiamestaráacargo,sitienesalgúnproblema,acudeaél.Sabráquéhacer—ledijo.
—¿Puedopreguntaradóndevas?—dijoGabrielle.Lapreguntaloconfundió.Yalehabíadichocuáleseransusintenciones.
¿Sehabríaolvidadotanpronto?—Alaguerra,Gabrielle.Casisecaedebruces.—¿Ya?¿Vasalaguerraenestemismomomento?—¿Porquéestástansorprendida?Tedijecomoibaaproceder.Leagarróelbrazoylosostuvofirmementeparaquenoseescaparaantes
dequesehubieraexplicadoadecuadamente.
Página248
—DijistequeibasamataraMacKenna.—Ah,asíquelorecuerdas.Ahorasuéltameparaquepueda…—Nopuedesiralaguerraasícomoasí,Colm.—Gabriellenopodíacreer
loqueestabaoyendo.¿Sehabríalevantadoesamañana,tomadoeldesayuno,llamadoasushombresalasarmas,yahorapensabaquesimplementepodíacabalgarhacialabatalla?—.Noestáspreparado.
—¿Porquénoestoypreparado?¿Esquenuncahabíaidoalaguerraantes?¿Eraporesoquenosabíaqué
eraloquesesuponíaquedebíahacer?—Nohasdeclaradolaguerradeantemano—loinstruyó—.Luegodebes
pasarsemanas,sinomeses,preparándote.Hayquehacerarmasycargarlasenunacarreta,hayqueempacarcomidaparasustentodeloshombresdurantelabatalla,ytodoelrestodelequiponecesariodebeserapropiadamenteubicadoenlascarretasyllevadoparaqueestéscómodo.
Contuvolarisaypreguntó:—Explícamecuálessonesascomodidadestannecesariasparamí.Ellapensóenloquelosnoblesllevabanconelloscuandoibanalaguerra.—Necesitarás una tienda fuerte para que te cobije de la lluvia, y una
alfombraparaponerdentrodelatiendaparaquecuandosalgasdelacamanotengasquecaminardescalzoeneldurosuelo.
—¿Yllevolacamaconmigo?—Algunosloharían.—¿Yquehaydelvino?¿Cuantosbarrilesdeberíallevarconmigo?—Tantos como pienses que necesitarás—dijo—.Hay reglas que debes
seguir,Colm,inclusotú.Enunaguerracivilizada…—La guerra nunca es civilizada, y acabas de describirme como se
preparanlosinglesesparalaguerra.Aestaalturadeberíashabernotadoquenosoyinglés.
—Aúnasídebesprepararte.—Tengomiespada,miarco,yuncaballofuerte.Nonecesitonadamás.—Entonces rezaréparaque termines tuguerra antesde sentir hambreo
sed.Ellatratódealejarse,perolaagarróylabesóprofundamente.—¿Volverásamí?—lepreguntó.—Loharé.Yluegosefue.
Página249
HacíacuatrodíasconsusnochesqueColmysusguerreroshabíansalidodelapropiedadcuandoladyJoanDunbarllegóavisitarasuhermana.
Gabrielle sentía mucha curiosidad por conocer a la mujer con la cualColmhabíatenidointencionesdecasarse.SeconvenciódequesinimportarcuánbonitafueraJoanocuándulcefuerasucarácter,nosentiríacelosdeella.ObviamenteaColmleimportabalamujer,onohabríaaccedidoacasarseconella.Inclusopodríahaberlaamado.PeroGabriellenosepondríacelosa.
ColmnoamabaaGabrielle.Simplementesehabíavistoatrapadoporunaestúpida deuda. De otra forma, nunca le hubiera dedicado una segundamirada.
¿Amaba Joan aColm? ¿Cómopodría nohacerlo?Era apuesto, viril, unhombrefuerte…unprotector.YsiJoanloamaba,¿quéimportaba?AúnasíGabriellenosesentiríacelosa.
TalvezellayJoaninclusopodríanhacerseamigas.Seríaagradableteneraunamujerconlacualhablardeasuntosquealoshombresnolesseríandeinterés. Y ella y Joan tenían algo en común: Colm. Sí, podrían hacerseamigas.
Peroesonoibaaocurrir.Despuésdepasarcincominutosconlamujer,Gabriellesupoquenuncaseríanamigas.La razónerasimple: ladyJoaneraunabruja,yyaqueestabanenesounadelasmalvadas.
Fiona lepresentóasuhermana.JoaneramuchomásaltaydelgadaqueGabrielle.Noparecíatenermuchascurvas.Eramásescultural.Sucabelloeratan largo que le tocaba la cintura, y el color era tan pálido como sucomplexión. Largas pestañas corrían a lo largo de sus ojos celestes. Erabonita,ylosabía.
Joansepasabaapartándoseelcabelloporsobreelhombroconeldorsodelamano,enungestodramáticoideadoparaatraerlaatenciónsobresusrizos.
—Joan, esta es ladyGabrielle—dijo Fiona—. Le expliqué que tú y ellairdMacHugh ibais a casaros y que entonces padre estableció una alianzaconellairdDunbaryteforzóacasarteconél.
JoanmirófijamenteaGabriellemientraslepreguntabaasuhermana:—¿Tambiénleexplicastequemiesposohamuerto,yqueahorasoylibre
para casarme con Colm? Y ¿le explicaste que tengo la plena intención dehacerlo?
Lady Joan no obtuvo precisamente la reacción que esperaba. Gabrielleestabatansorprendidaporloquehabíadicho,queestallóencarcajadas.
—Dejaddereír—demandóJoan—.Nohedichonadagracioso.
Página250
—Osofreceríamis condolencias por la pérdida de vuestro esposo, peroparecéishabersuperadoeldueloporél.
JoanmeneóundedoendirecciónaGabrielle.—Loheescuchadotodoacercadevos.—Esraroqueyonohayaescuchadonadadevos.—Talvezesoesporqueyonosoyunaputa.Gabrielle se encogió de hombros, y esa acción incitó aúnmás la ira de
Joan.—Colmnosecasaráconunaputa,yesoesloquesois.GabriellesabíaqueJoandeseabaquesedefendiera,peronoibaadarleel
gusto.—Disfrutaddevuestraestadía—ledijoyluegosealejó.Esanoche,mientrasGabrielleestabaapartandolasmantas,pensóenJoan
yenloquelehabíadicho.Algún día, después de que se hubiera casado conColm, le diría que lo
habíasalvadodeundestinopeorquelamuerte.Sí,lohabríasalvadodeJoan.
Página251
Capítulo42
Laguerranofuecivilizada.Fuesangrientaymuyreñida.MacHugh no intentó atacar por sorpresa. Se aseguró de queMacKenna
supieraqueseaproximabaenviandomensajesalosclanesdelosalrededoreshaciéndolessaberqueestabadispuestoavengarasuhermano.
Cuando lasnoticias llegarona lapropiedadMacKenna,el laird reunióasussoldadospara labatalla,aunquenotuvotiempode llamarasusaliados.JuróquelosMacHughnuncapondríanunpieentierraMacKenna.MacKennaencontraríaalenemigodefrenteydaríaelprimergolpe.
MacKenna nunca cambiaba de estrategia, pensaba que lo que habíafuncionadoenelpasadovolveríaafuncionar.Atacaríayretrocedería,unayotra vez, ola tras ola de ataques. Aunque sus hombres no estaban tan bienentrenados,losdoblabanennúmero,ypodíamovilizartropasfrescasdespuésdecadaoleada.Tambiénteníaotraventaja:susarqueros.ComolosMacHughteníanquebajarpor lamontañaycruzar las llanuras,nohabría lugardondepudieran esconderse. Aunque se las arreglaran para llegar al límite de lasllanuras,susarqueroslosestaríanesperandoparaterminarconellos.
ColmcontabaconlaestupidezdeMacKenna.AllairdMacKennanuncaseleocurrióquelosMacHughpudierancruzar
la llanura en la oscuridad. Ni siquiera los tontos intentarían atravesarcabalgando lo que no podían ver. Sin luz, los caballos podían tropezar yvacilar. Pero los MacHugh no montaron sus caballos, los guiaronsilenciosamente a través de la llanura. Cuando llegó la luz de la mañanahabían hecho un amplio círculo y tomado posición detrás de su enemigo.Avanzaron, forzando a los MacKenna a trabarse en combate o huir. Lamayoríadeelloshuyó.
Unavezqueempujarona losMacKennaacampoabierto, lucharonconlas espadas y los puños. La batalla se ganó rápidamente, ya que losMacKennapeleabancomo los cobardesqueeran.Unohasta tratódeusar aotrocomoescudocontralaespadadeMacHugh.Colmlosmatóaamboscon
Página252
unafuerteestocada,lahojacortóatravésdelosdoscuerposjustodebajodesuscorazones.
Colmsiempreeraelprimeroenentrarenbatalla.Guiabaasushombres.MacKennasiempreeraelúltimo,peleandosolamentecuandohabíamuypocopeligrorealderesultarmuerto.
Los cuerpos cubrieron el campo como un torrente. Se examinó a cadaMacKenna muerto en busca de su laird. Pero no lo encontraron. Colm sedetuvo en el centro de la carnicería, con la espada goteando sangreMacKenna,enfurecidoporqueelMacKennahabíaescapado.
—¡Encontradlo!—rugió.ElMacKennacontinuóoculto.Lacaceríacontinuó.Colm encontró a su enemigo tres largos días más tarde, escondiéndose
como un cobarde en una gruta cerca del risco que se erguía sobre LochGornoch. Había dos soldados MacKenna, con las espadas en la mano,haciendoguardiadelantedesulaird.
BraedensaltódesucaballoycorrióaubicarsejuntoaColm.—Apartaos—ordenóColm.SusojosestabanfijosenMacKennamientras
losdossoldadossalíancorriendoporsusvidas.Agarrandolaespadaconambasmanos,Colmlevantólosbrazossobrela
cabeza.LaúltimaimagenquevioOwenMacKennafueunasombraqueseerguía
sobreél.Elúltimosonidoqueoyófuelamúsicadelaespada.
Página253
Capítulo43
Gabrielleestabafrentealaventanadesurecámaraobservandoaungrupodeniñospeleandoconespadasdemadera.Oyóqueunodeellosgritabaqueerasu turnode ser el lairdMacHugh,yprontocomprendióqueeso significabaqueteníaqueganar.Siemprehabíadosganadoresensupretendidocampodebatalla,ColmyLiam.Sepreguntabasiel lairdysuhermanosabíancuántolosadmirabasuclan.
Los traviesos, Ethan y Tom, estaban a un lado rogando que se lespermitiera unirse, pero los niños mayores continuaban empujándolos haciaatráseignorándolos.Lesorprendióquelospequeñossedieranporvencidostan fácilmente. Juntaron las cabezas, rieron audiblemente, y luego salieroncorriendoporuncostadodelcastillo.Yahabíanavanzadohaciasusiguienteaventura.
Oír la risade losniñosalegróel ánimodeGabrielle.HabíaestadomuymelancólicadesdequeColmsehabíaido,yhacíamuchotiempoquesehabíaido.¿Estaríaasalvo?PorfavorDios,mantenloasalvo.
SabíalasmaldadesdelasqueeracapazMacKenna,yaquehabíapruebasde que había planeado la tortura y asesinato de Liam. En los últimos díashabía oído numerosas historias acerca del laird MacKenna, y cada una deellaspintabalaimagendeuntiranoqueusabaalosdemásparallevaracabosus sádicos planes. Su lealtad para con su clan solo se extendía hasta elbeneficioquerecibíaparasímismo.Sisusseguidoreslohacíanenfadar,eranexpulsados, o aún peor, asesinados. Hasta usaba a mujeres y niños comoescudocontraclanesvecinoshostiles.Alalbergarloscercadelasmurallasdela fortaleza, se asegurabadequecualquier lairdque se atreviera a atacar lapropiedadMacKenna supiera que primero debería matar a estos elementosdisuasorios.
Mientras Gabrielle escuchaba cada una de estas horrendas historias,pensaba en el hombre que había conocido en la abadía de Arbane. LagenerosidaddellairdMacKennahacialosmonjessindudahabíasidopartedesu plan. El abad había sido engañado al igual que ella. Cuando los
Página254
presentaron,Gabriellehabíapensadoqueelhombreeraamableyatractivo,yahoraquesabíalaverdad,sereprendíaasímismaporhacerjuiciosbasadosenlasapariencias.Sehabíaequivocadoconrespectoaél,ytambiénsehabíaequivocadoaljuzgaraColm.SisolosehubierafijadoenlaaparienciabruscadeColmnuncahubieradescubiertoelcorazóndelhombre.
Trató de no pensar enMacKenna y lo que debía estar ocurriendo, peromás tarde, esa misma noche cuando estaba acurrucada bajo las mantas, elsueñolaeludió,ysuimaginacióncorriódesbocada.Todaclasedeimágeneshorribles acudían a su mente. Se imaginaba a Colm yaciendo herido,completamentesolo,sinnadiequeloayudara.
La posibilidad de que pudiera morir era demasiado insoportable paraconsiderarla.Suclanlonecesitaba.
Apartarunapreocupacióndesumente,sololacondujoaotra.¿Porquénohabía tenidonoticiasdesupadre?Había transcurridosuficiente tiempoparaquelehubieraenviadonoticiasaellaoalosBuchanan.Cuantomástiempopasabaesperandonoticias,másseconvencíadequeWellingshireestababajoasedioyquelossoldadosdelreyJohnlohabíanhechoprisionero.Gabriellesabíaquesupadrenuncaserendiría.
Había mucha gente sufriendo en ese momento… y todo debido a unamentira. Gabrielle esperaba enterarse algún día del motivo por el cual lamujerhabíadichocosastanatrocesacercadeella.¿Cómopodíadestruirtanalegrementeaalguienquenisiquieraconocía?¿Dóndeestabasuconciencia?¿SentíaIslaalgúnremordimiento?¿Ocomomuchosotros,habíadescubiertounaformadejustificarsusmalasacciones?
Gabrielle no tenía las respuestas. Lo único que sabía era que si lopermitía, el miedo podía paralizarla. Necesitaba mantenerse ocupada. Sitrabajaba lo suficientemente duro y semovía lo suficientemente rápido, nohabríatiempoparapreocuparse.
Ahora,mientrasordenabasusaposentos,elevóotraplegariaparaqueDioscuidaradesupadreydeColm.
Sintiendoqueelaireseestabaenfriando,fuehacialaventanaparabajareltapiz.Antesdequeelpesadotejidocayeraensulugar,miróunavezmásalosniñosquejugabanabajo.Algocaptósuatenciónyrápidamenteapartólacortina.
—Oh,Diosquerido.Se recogió la falda, abrió lapuertadeun tirón,y salió corriendoa toda
velocidad.Casiserompeelcuelloalbajarvolandolasescaleras.
Página255
Liamestabaenelsalóncuandolaoyógritar.Pateóunasillaparaapartarladesucaminoysaliócorriendo.
—¿Gabrielle,quésucede?—Laagarrócuandointentabapasarcorriendoporsulado.
—Ethan…Tom…conespadas—dijoentrecortadamente.—Sí,vialosniñosjugandoafuera,peroque…—Espadasverdaderas—tartamudeó—.Tienenverdaderas…No tuvoquecontinuar.Liamentendió loqueestaba tratandodedecirle.
Eramuchomásrápidoqueellayyahabíadesaparecidoenelsegundotramodeescaleras.Gabrielleseapartóunmechóndecabellodelosojos, tomóunprofundoaliento,luegovolvióarecogerselafaldaysaliótrasél.
Noseoíaningúngritoquehelaralasangre,loqueeraunbuenindiciodeque los niños no se habían herido. Sin embargo, quería asegurarse de queestaban bien. Para cuando llegó al primer piso, había alcanzado una buenavelocidad.Lapuertaestabacerrándosecuandoellalaatravesóparasalir.Lagolpeó en la cadera, haciéndola perder el equilibrio y provocando quedescendiera los escalones que conducían al patio girando sobre sí misma.Podría haberse salvado de la caída si sus piernas no se hubieran vistoatrapadasporelvestido.Setropezóconsuspropiospiesyunavezmássalióvolandoatravésdelaire,aunqueestavezestabaseguradequeibaaaterrizardecabeza.
Colmlasalvódequesequebraraelcuello.Cuandolavio,teníaunbrazorodeando firmemente a Tom. Le lanzó el niño a Christien, y atrapó aGabriellequeaterrizósobresupechoconungolpesordo.
Gabrielle profirió una exclamación muy poco femenina, que tenía laesperanzadequenadiehubieraoído,levantólavista,ysoloentoncessediocuentadequeestabaentrelosbrazosdeColm.Estabatanfelizdeverlo,quelobesó.Nosehabíaafeitado,ysintiólosvellosdesubarbacontralamejilla.Laapretójustolosuficientecomoparahacerlesaberquetambiénestabafelizdeverla.Almenosesoeraloquequeríacreer.
Ellaseapartó.—¿Estásbien?—Sí.—¿Ylabatalla?—Terminada.—¿Yelresultado?—Comoseesperaba.
Página256
Sabíaqueno le ibaadecirnadamás,yaunquepensóquepodríahabersidounpoquitomenosbrusco con el tema, estabademasiado felizdeverloparadejarqueesolamolestara.
LiampasójuntoaellosconEthanmetidodebajodelbrazo.ElniñoestabagritándoleaLiamquelobajaraparapoderagarrarsuespada.ChristienentrótrasellosremolcandoaTom.Elniñoparloteabatodoeltiempoynoparecíaimportarlequeelguardianoleprestaraatención.
PorunmomentoGabrielleyColmsequedaronasolas.—Teextrañé—dijoella.Teníaesperanzasdequeledijeraquetambiénlahabíaextrañado,peroél
soloasintiórápidamente.Yluegolerompióelcorazón.—Gabrielle,sequetedijequemecasaríacontigotranscurridounperíodo
deseismeses…—comenzó.—Sí,yyahapasadocasiunmes.—No importa cuánto tiempo ha pasado. Ya no puedo mantener mi
promesa.Willaevitóquedijeraalgomás.—Laird, os ruegomeconcedáis unminutodevuestro tiempo…—gritó
mientras se aproximaba, limpiándose las manos en el delantal—. Esospequeños diablillos han hecho de las suyas otra vez. Se metieron en loscorralesdel fondoyaterrorizaronamispobresgallinas,yahoranoquierenponerhuevos.OsjuroqueviaunadeellasescondersecuandoEthanyTompasabancorriendo.Metemoquevaisatenerquedesterrarlosdelpatio.
—Estábien,Willa.Meencargarédeello—respondió.Porel rabillodelojo,vioaotraspersonasacercándose—elpicapedrero
sosteniendootracuerdadesgastadaenlasmanos,elherreroconlanuevahojade espada lista para ser inspeccionada, un joven guerrero— todos conproblemasurgentesparaquelosresolviera.
Respondió varias preguntas y luego le hizo señas al resto para queesperaranparapoderterminardeexplicarleaGabrielleloqueteníaplaneadohacer.Noestabaallí.
—Quedemon…¡Gabrielle!—gritó.—Perdonadme, laird,perocreoquevuestradamaseencaminóhacia los
establos—dijoeljovenguerrero.—Viquesusguardiaslaseguían—dijootro.—Ah,infiernos.—Otravezconeso.Lamujersiempreestabatratandode
dejarlo.
Página257
Llamando a Braeden para que se hiciera cargo y respondiera a laspreguntasrestantes,Colmsedirigióalosestablos.
Gabriellehabíadesaparecidoantesdequeél terminarasudeclaración,yporellonoentendióloquehabíaestadotratandodedecirle…quenohabríauna boda dentro de cincomeses porque no podía esperar cincomeses paraacostarseconella,queelúltimomeshabíasidounatorturayélyanopodíacontinuardeestamanera.Nopodíaestarenlamismahabitaciónqueellasinpensar en loquedeseabahacerle.Se estabavolviendoalgo ridículo.Si ellasubía laescalera; élbajaba.Cuandoellaentrabaenunahabitación, él salía.Ellanoteníaniideadelpoderqueteníasobreél,yporlotantoéldebíahacertodoloposibleporpermanecerapartado.
Puestoqueera tan inocente,era imposiblequesupieracomoloafectabacuando lo tocaba. Pero después de que estuvieran casados, se tomaría sutiempomostrándolecomopodíaenloquecerlo.
La alcanzó cuando estaba abriendo la cuadra de Rogue. Se estiró porencimadeellayconunempujóncerró la tranquera, luego lesordenóasusguardiasquesalieran.Sinponerobjeciones,salieronenfilayesperaronenlaspuertasdelestablo.
Colmno fue gentil cuando la forzó a darse la vuelta y enfrentarlo.Ellateníalágrimasenlosojos.
—Noteirás—ledijo.—Comotúdigas.—No,nomedejarás.—PeroColm…—Nomedejarás.—Suvoztemblabadeemoción.Ellaempujócontrasupecho,peronopudomoverlo.—Nopuedoquedarmeaquí—gritó—.Nopuedo.Noserécapazdedejar
deseguirte,besarteyexigirtuatención.Séquepiensasquepuedescontinuarevitándome,peronopuedes,Colm.Puedoserimplacablecuandosetratadealgoquedeseo.—Tomóunprofundoalientoysusurró—:Ytedeseoati.
Yahíestaba,lohabíadichoparaqueéllaaceptaraolarechazara.Alzólavista paramirarlo. Él se había quedado absolutamente inmóvil.Ni siquieraestabaseguradesiseguíarespirando.Sabíaquelosacudiríasiledesnudabasucorazón.Eraimpropioqueunadamaadmitieraquesentíapasión,peroerademasiado tarde para retirar sus palabras y de todas formas Gabrielle nohubieraqueridohacerlo.
—Dices que no puedes casarte conmigo, y acepto tu decisión—dijo—.Pero si me quedo, no importará si estamos casados o no. Igualmente, te
Página258
perseguiré,yfinalmentevoyavencer turesistencia.Nopodrásescapartedemí.
Él le acarició el rostro con el dorso de la manomientras luchaba paraencontrarlaspalabrasadecuadas.
—Hayvecesquenoséquépensardeti.Mesorprendesconstantemente.Salvastelavidademihermanosinpedirnadaacambio.Teofrecímatrimonioy a ti te preocupó arruinarme la vida. Has sido arrastrada a través de uninfierno,ysolodemuestrasbondad.Ahorapiensasqueterechacé,ymeabrestucorazón.Nosécomoocurrióestemilagro,peronopuedoimaginarvivirelrestodemividasin ti.Tedeseo,Gabrielle,ynoesperarécincomesesparatenerte.Noscasaremosahora.
Página259
Capítulo44
Labodasellevaríaacaboendossemanas.EralomáximoqueColmestabadispuestoaesperar,ypensabaquecatorcedíaseranmásquesuficientesparaprepararlacelebración.
MaurnayWillaestabanfrenéticas.Tododebíaestarperfectoparaellairdy su novia. Maurna se hizo cargo de las mujeres que limpiaríanapropiadamenteeltorreónmientrasqueWillaysusayudantescomenzaríanapreparar sus recetas especiales. Habría faisán, completamente aderezado ydispuesto; cerdos rellenos; gallinas, por supuesto —cuatro docenas seríansuficientes—pastelesde carne;y tartasde fresas.Mezclaríanmiel concasitodoslosdulcespostres.Seserviríaelmejorvino.
—Seréis una visión, milady, bajaréis las escaleras flotando, luciendovuestras galas —dijo Maurna—. El padre Gelroy os oirá decir los votosafuera, en el patio. Habrá bonitas flores adornando vuestro cabello y másflores serán esparcidas formando un círculo alrededor vuestro y de nuestrolaird, y del sacerdote también. El padre piensa que la ceremonia deberíallevarseacaboenlaabadíadeArbane.Comoexplicó,vossoisunaprincesade St. Biel y deberíais tener una boda real, pero nuestro laird no quiso oírhablardeello.Noexplicóporqué,peroWillayyopensamosqueesporquesabequesuclanquerráunirsealacelebración.
—Seráungrandía—predijoWilla—,yllegaráantesdequepodáisdaroscuenta.
Losmejoresplanesamenudosalenmal.
Gabrielle recibió alegres noticias de su padre. El laird Buchanan vino a lapropiedad MacHugh a decirle que había recibido un mensaje del barónGeoffrey.
—Tupadre estábien.El reyno lohaperjudicado,ni ha confiscado suspropiedades. Sabe que estás viviendo con el clan MacHugh, y quiere quesepasqueprontovendráaverte,yteexplicaráquépasóconelrey.
Página260
—Hay más noticias —añadió, mirando a Colm—. Tu padre cree queregresarásacasaconél.
—Sabequehesidodesterrada.¿PorquépensaríamipadrequepodríairaInglaterraconél?—dijo.
Brodicknoteníarespuestaaeso.Nohabíapasadoniunahora,yestandoColmyBrodickdiscutiendo los
problemasque el nuevo lairdMonroe estaba suscitando, cuandounode losguerrerosMacHughqueestabadeguardiaenelpuentelevadizoseacercóalaverjadelpatioparaanunciarqueunmensajerodelreyJohnhabíasolicitadopermisoparahablarconladyGabrielle.
—Viajandoconelmensajerohayunobispo,otrostreshombresdelclero,yunospocoscriados—dijo—. Insistenenquequerráoír loque tienenquedecir.TraenunpergaminoconellosyunregaloparaladyGabrielle.
—¿Y soldados? —preguntó Colm—. ¿El mensajero también vieneacompañadoporsoldadosdelrey?
—Sí, laird. Doce en total. Ya han dejado las armas en el suelo parademostrarsusbuenasintenciones.
Colmseburló.—Losinglesesnotienenbuenasintenciones.Colm iba a negarse a dejar que ninguno de ellos cruzara el puente
levadizo,peroBrodickloincitóaqueloreconsiderara.—¿Nosientescuriosidadporsaberquétienenquedecir?Ysinotegusta
loqueescuchas,siemprepuedes…—SedetuvocuandosediocuentadequeGabrielleestabaescuchando.
Colm dio la orden: los soldados permanecerían fuera, pero los demáspodíanaproximarse.
Elgritoparaquebajaranelpuentehizoecohacialosguardias.—Gabrielle,veadentro—dijoColm.—Comotúdigas.Queríaquedarse.SentíatantacuriosidadcomoBrodickpordescubrirqué
tenía quedecir elmensajero, peronopodía oponerse aColmdelante de sualiado y amigo. Además, sabía que protestar no serviría de nada. CuandoColmtomabaunadecisión,nohabíanadaquelohicieracambiardeopinión.
Sibiennofuedadaningunaorden,losMacHughcomenzaronaalinearseaambosladosdeldesgastadosenderoqueibadesdeelpuentelevadizohastael patio. La mayoría estaban armados y listos para cualquier eventualidad.Gabriellepensóqueestabanactuandodemanerademasiadoprecavida.¿Quédañopodíahacerunmensajero,algunoshombresdelclero,yunpuñadode
Página261
criados? Ninguno de los sacerdotes ni los criados estarían armados, y elmensajeronoseatreveríaallevarunaespada.Hacerloseríaungraveinsultohaciaellaird.
StephenapareciótraselhombrodeGabrielleyleexplicóloqueocurríaamedidaqueseabríancaminohaciaelcastillo.
—Secreequelacomitivavieneabuscaros,princesa,conlaintencióndequeregreséisconellos.Elclansabequehaysoldadosinglesesesperandoalotro lado de las murallas, y se ha corrido la voz de que el mensajero traenoticiasparavos.PodríaportarunaordenparaqueregresaraisaInglaterra.—Señalóhacia loshombresquesehabíanubicadoacada ladodelsendero—.LosMacHughestánhaciendonotarquenodejaránqueseos llevendeaquísinpresentarpelea.
—Esoshombresentrarondesarmados,ysonpocos—dijoella.—Perolescontaránalossoldadosqueestánesperandoalotroladodelas
murallasloquehaocurridohoyaquí,yesossoldadosseloinformaránalreyJohn.
—Últimamente ha habido muchos engaños. ¿Cómo podemos estarsegurosdequeelmensajerorealmentevienedepartedelreyJohn?
—Debemosasumirqueesciertoyestarpreparados—respondióStephencongravedad.
Justocuandoibaaabrirlapuerta,Liamlaabrióysalió.LehizoseñasaGabrielle,sehizoaunladoparaquepudierapasar,luegocruzóelpatioparaubicarsealladodesuhermano.
Eran una visión atemorizadora. Colm estaba de pie en medio de losguerreros. Liam y Braeden estaban a su izquierda, Brodick a su derecha.ChristienyLucienseunieronalahileraalladodeBraeden.FaustfuehaciaelladoopuestoparasituarsejuntoaBrodick.
—Veatomartulugarconlosdemás—ledijoaStephen—.Mequedarédentroynocausaréproblemas.
Stephen asintió con la cabeza y se volvió para hacer lo que le habíapedido.
Acababadecerrar lapuerta trasellacuandosevolvióaabriryelpadreGelroyentrócorriendo, luciendocomosi lopersiguieraunajauríadeperrossalvajes.
—¡HavenidoelObispo—ledijo—,ynoestoylistopararecibirlo!Seapresuróasubirlosescalonesadelantándoseaella.Luegorecordando
losbuenosmodales,Gelroysedetuvodesúbitoyladejoirdelantedeél.Peroen cuanto llegaron al segundo nivel, la rodeó y subió corriendo el tramo
Página262
siguiente. No tenía tiempo de cambiarse el hábito, pero al menos deseabalimpiarseelpolvoylavarselasmanosyelrostro.
Gabrielle se paseó por el salón, esperando que alguien fuera a llevarlenoticias.
Unmomentomás tarde, elpadreGelroyseunióaella, jadeandopor suapresuramiento.
—Debo quedarme con vos hasta que me llamen. Nuestro laird nopermitirácelebracioneshastaqueelmensajerohayaexplicadoelpropósitodesuvisita.
—Iríaasituarmejuntoalaventanaparapoderverquéestáocurriendo—dijoGabrielle—,perolosqueestánafueratambiénpodríanvermeamí.Seríaimpropio.
—Sí,losería—estuvodeacuerdoelreligioso.—Y estaría mal tratar de escuchar a escondidas lo que están diciendo,
perosiustedseubicaraunpoquitomáscercadelaventana,nopodríaevitaroír algo de la conversación. No veo nada malo en dirigirse caminandocasualmentehacialaventana…
Gelroyasintió.—No, no, por supuesto que no tendría nada de malo, y ciertamente
necesitounpocodeairefresco.Elsacerdoteseubicóalbordedelaventanaconlaesperanzadequenose
dierancuenta.—Llegué justo a tiempo para ver la comitiva—informó—.Vienen con
pompayesplendor.ElObispoestávestidoconricasgalas,ymontauncaballodócil.Noesunhombrejoven,perotampocoestanviejo.
—¿Yelmensajero?—Viene caminando, con un pergamino metido debajo del brazo. Sus
ropas son poco notorias, y debo decir que parece del tipo nervioso, ya quecontinuamentelanzarápidasmiradasaizquierdayderecha.Creoqueelpobrehombre cree que en cualquier momento alguien se abalanzará sobre él.—Gelroyriomientrasañadía—:Ybienpodríaocurrir.Recuerdohabersentidolomismo.
—¿Quémedicedelosdemás?—lepreguntó.—Esungrupoconsiderable.PrimerovieneelObispo,luegoelmensajero,
luego, losmonjes, uno a la vez, y al final los criados. Reconozco algunosrostros.Enverdadprovienendelaabadía.
Gabrielle continuaba avanzando de lado, acercándose a Gelroy, con laesperanzadepoderespiarfurtivamente.Elsacerdotelaahuyentó.
Página263
—El Obispo puede ver directamente a través de esta ventana, ladyGabrielle.Nodejéisqueosvea.
—Entoncesdígamequeestáocurriendoahora.—ElObispoaúnestásobresucaballo,perosehadetenido.Uncriadoestá
adelantándoseparatomarlasriendasyayudaralObispo.Gelroy hizo la señal de la cruz y unió las manos como si estuviera
rezando.Luegoexplicó:—ElObispo decidió dar su bendición. Si tenía la esperanza de que los
lairdsseinclinarananteél,estabaequivocado.Ningunodeellossemovió.ElObisponoparecióofendidoporqueColmy losdemásnocayerande
rodillas.Elcriadosequedóasuladoysostuvolasriendas,peroelObisponodesmontó.
Elmensajeroseadelantó.AsumiendoqueelguerreroqueestabaenmediodeloshombresderostropétreoeraellairdMacHugh,sedirigióaél.
—Su Alteza, el rey John de Inglaterra, le envía un mensaje a ladyGabrielle.¿Ellaseencuentraaquí?
—Asíes—respondióColm—,peromedaráamíelmensajedelrey,yyodecidirésipuedehablarconella.
El mensajero accedió rápidamente. Se aclaró la garganta, enderezó loshombros y dio un paso al frente. Entonces comenzó su discurso ensayadocomolohubierahechounheraldo,conunavozfuerteyresonanteparaquelooyeralamayoría.
—Se ha cometido una terrible injusticia con lady Gabrielle. Ha sidovilipendiadayperseguidaerróneamente.SuAltezaahorasabeytienepruebasconcluyentes de que la dama es inocente. El rey quiere que sea deconocimientopúblicoqueelbarónGeoffreydeWellingshireseráencomiadoyvivamenterespetadoporlaatentavigilanciasobresuhija,yladyGabrielle,un tesoropara Inglaterra,apartirdehoyserá llamadaprincesaGabrielledeSt.BielyamigadelreydeInglaterra.
El mensajero hizo una pausa esperando respuesta. La cual no tardó enllegar.
—Todos los hombres aquí presentes sabemos que lady Gabrielle esinocente.Nonecesitamosquetureynoslodiga—dijoColm.
—El rey John se sentirá complacido al saber que vos y los demás hanvisto a través de las mentiras traicioneras que fueron dichas yequivocadamentecreídaspormuchos.Deseaprobarsusinceridad.
—¿Ycómoharátalcosa?—preguntóColm.
Página264
Elmensajero sostuvo en alto el pergamino para que todos pudieran verqueelselloestabaintacto.
—Paraprobarsusinceridad—repitió—.Yconlaesperanzadeobtenerelperdónporestapenosa injusticia,SuAltezaRealporesteactoconfierea laprincesaGabrielle,latierraconocidacomoFinney’sFlat.HafirmadoconsunombreyañadidosusellorealcomopromesasolemnedequelatierranuncavolveráaperteneceraInglaterraotravez.TambiénhapuestoporescritoqueasumeelcastigodeDiosencasodenocumplirconsupalabra.
Elmensajerodiootropasoadelantey sostuvoelpergaminoenaltoconambasmanos.ColmlotomóyseloentregóaLiam.
—¿Porquéviajanestossacerdotescontigo?—lepreguntó.—Como protección, laird MacHugh —respondió—. Se esperaba…
realmente se esperaba…que escucharais elmensaje demi rey sin dañar almensajero.
Colm le echó un vistazo a Brodick antes de hablarle nuevamente almensajero.
—Si el mensaje me hubiera disgustado, los religiosos no te hubieransalvadodemipuño.
Elmensajerotragóaudiblemente,yelObispo,habiendoescuchadoloqueellairdacababadedecir,concedióunanuevabendición.
—¿Yoshadisgustado,laird?—preguntóelmensajero.—No,nolohahecho,ynomatomensajeros,aúncuandolasnoticiasno
sean de mi agrado. Son bienvenidos aquí durante el tiempo que les lleverefrescarse.Losdemástambién.
Elmensajerosesintiódébilporelalivio.—Osdoylasgracias,laird,perohaymásqueunadisculpaquedar,ymás
requerimientosnecesariosacercadelregalo.SuAltezadeseaescucharquelaprincesaGabriellelohaperdonado.Debepronunciarlaspalabrasantemíparaqueyoselaspuedatrasmitiramirey.
—Miclantambiénoiráestadisculpadeturey.—LehizoseñasaBraedenquegritólaorden.
En unos minutos hombres, mujeres y niños rodearon el patio ypermanecieronensilencio,observando.
—Idabuscaravuestraprincesa—ordenóColmalosguardias.Lapuertafueabiertadeuntirónysostenidapordosdeloshombresque
habían estado haciendo guardia. Pasó un momento y luego otro mientrastodoslosojosobservabanlaentrada.
Página265
YentoncesGabriellesalióalaluz.Unayudantehizosonarunatrompetadeheraldomientraselmensajerodecía:
—SalveprincesaGabrielle.—Luegosedejócaerderodillaseinclinólacabeza. Los visitantes de la abadía también se arrodillaron paramostrar surespeto.
Atónita,Gabriellemiró aColm, sin sentirsemuy segura de cómodebíaactuar.No era apropiadoque esos hombres se arrodillaran.Colmno estabaayudándola.Simplementelamirabafijamenteyesperabaquefuerahaciaél.
Nolodefraudó.LiamretrocedióparaquepudierasituarsejuntoaColm.—Debéisdarlespermisoparaquesepongandepie—lainstruyóStephen
conunsusurro.Seleruborizaronlasmejillasporlaturbación.—Puedenlevantarse.Sorprendióatodoelmundocuandoledioinstruccionesalmensajero.—Debe hacerle una reverencia al laird MacHugh, ya que gracias a su
buena voluntad está en sus tierras, pero no debe arrodillarse antemí. Si ellairdquierequesearrodilleseloharásaber.
UnmurmullodeaprobaciónsealzódepartedelosMacHugh.Colmlediopermisoalmensajeroparaquehablara,yelmensajerorepitió
su ensayado discurso. Cuando terminó los vítores fueron ensordecedores.Esperóaqueelruidosehubieraacalladoyluegopreguntó:
—¿PuedodecirleaSuAltezaRealqueloperdonáis?Gabrielle estaba a punto de responderle almensajero diciéndole que sí,
queperdonabaalrey,peroalgolahizocontenerse.¿Eraesteotrotruco?—Loconsideraré.Tendrásurespuestaantesdesupartida.El mensajero pareció conmocionado al no obtener su inmediato
asentimiento,peroseatuvoasusdeseos.—Esperarévuestrarespuesta.LiamtomólamanodeGabrielle.—Siemprehastenidolaaceptaciónyrespetodeesteclan,peroahorahas
ganadosuamor.Colmleapartólamanodeungolpe.—TúledarástuamoraotraydejarásaGabrielletranquila.Liamseechóareír.LeguiñóelojoaGabrielleydijo:—Comotúdigas,laird.—Laird,debemoscelebrarlo—dijoBraeden—,yaqueahoratenemosuna
princesayFinney’sFlat.
Página266
Colmaccedióperonoqueríaqueningunodelosforasterosentraraensucasa,nisiquieraelObispo.Comoestabanteniendounclimatanapacibleynohabíanubesdelluviaalavista,ordenóquesellevaranmesasybancosafuerayquesacaranunbarrildecervezadelabodega.
ElObispofinalmentefuebajadodesucaballo,yélysusmonjesfueronacomodados en las mesas. Aún recelosos de los visitantes ingleses, losMacHughsemostraban reticentesadarles labienvenidaalmensajeroy sushombres.
GabriellesemostrabaaúnmáscautelosaquelosMacHugh.Manteníaunojo avizor sobre el mensajero mientras se abría camino entre la multitudreunida. Distraída, apenas le prestaba atención a la conversación que sedesarrollabaasuladohastaqueoyóaColmalabaralpadreGelroy.Concadapalabraquedecía,elsacerdoteparecíahacersemásalto.
—Laird,talvezprontoquerrásconstruirleunacapillaalpadreGelroy—sugirióGabrielle.
—Talvez—respondió.—ProntollegarálaestatuadesanBielqueelabadhacuidadoparavos—
dijoelObispo—.Quizásquerréisnombrarlacapillaenhonoravuestrosanto.Noheoídohablardeél—admitió—,peromuchosfueronsantificadosantesdemiépoca.¿Sabéiscuántosmilagrosharealizado?
Gabriellenoteníanilamenoridea.—San Biel era un hombre bueno y santo. Estoy seguro de que los
guardias reales podrán decirnos la cantidad de milagros. —Dijo el padreGelroyalnotarsuvacilación.
CuandoelObispofueabuscarunrefresco,ellalesusurróaGelroy:—MeavergüenzahabermeolvidadodetantascosasreferentesasanBiel.
Yotambiénsolicitaréamisguardiasquemeinstruyan.ElpadreGelroydivisóaMaurnallevandounabandejadecomida.—Sí,sí—dijo,desestimandolaconversaciónacercadelossantos—.La
comidaestálista.Gabrielle dio un vistazo a su alrededor asombrada ante las mujeres
MacHughquecargabanenormestrenchersllenosdepastelesdecarne,panyavesdecaza.Unadelasmujerescruzóelpatioconotrabandejamás.Todoelmundoestabatrayendocomidaparacompartir.
MiróasualrededorbuscandoaColm,perohabíadesaparecido.Cuandose dispuso a buscarlo su camino a través del gentío reunido se viointerrumpido por personas que deseaban felicitarla. La palmearon en laespalda,enlosbrazos,yunarobustamujerlepalmeólacabeza.
Página267
Cuandofinalmentelogródeslizarsehaciaelcostadodelcastillo,buscóunlugartranquilo.Necesitabatiempoparapensar.Habíaalgocarcomiéndoleenelfondodelamente.Sibienelanunciodelmensajeroeraunabuenanoticia,habíaalgoquenoestababien.Quéeraellonolosabía.
Colmlaencontrósentadaenunapiedra.—Gabrielle,¿quéestáshaciendo?—Reflexionando.Laatrajoasusbrazos,labesó,ytratódehacerlaregresaralafiesta.—CreoquepuedehaberalgúntipodeengañoporpartedelreyJohn,pero
nomedoycuentaquépuedeser—ledijo.—Leerécuidadosamenteelpergamino,ysilodeseaslepediréaLiamya
Brodickquetambiénlolean—leaseguró—.Tienesrazónennoconfiar.Cuando Colm fue a buscar a Brodick y a Liam, encaminándose hacia
adentro,Gabrielle volvió a la fiesta.Maurna la forzó a sentarse y saborearalgunosdelosplatillos.Comohabíapreparadounodelospastelesdecarne,insistióenqueledieranunabuenaporciónaGabrielle.
Lasconversacionesgirabanentornoaella.Estabanmuyexcitadosporelhecho de que losMacHugh fueran a poseer Finney’s Flat. Podrían triplicarsus cosechas aún si dejaban parte de la tierra en barbecho. Su gozosoentusiasmo la hizo sonreír. Pero continuaba mirando al mensajero conescepticismo.
¿Porquéel rey ibaaconferirleFinney’sFlat?¿Ydeque formaestabaninvolucrados sus perritos falderos, los barones, en este asunto? Porqueseguramenteloestaban.Sí,sihabíaengaño,ellosestabandetrásdelmismo.Elreyllamabaalatierrasuregalo.LaprimeravezquehabíaoídoacercadeFinney’s Flat, iba a ser su dote. ¿Pero ahora? ¿Cuál podría ser la razón?Ciertamente no la generosidad del rey. Él no conocía el significado de esapalabra.
Élqueríasuperdón.Esoera.Súbitamentesupoexactamentequéteníaelrey en mente. Dio una palmada sobre la mesa causando una verdaderaconmoción, luego se puso de pie de un salto y salió como un rayo endirecciónalmensajero.
La multitud que festejaba pudo no haber notado el comportamiento deGabrielle, pero todos vieron a sus guardias correr hacia ella. Para cuandollegóadondeestabaelmensajero,Christienyaestabadepiejuntoaella.
—Depie—leordenóalmensajero.Lasrisasseaplacaronyelsilenciocayósobreelgentío.
Página268
—Responderámispreguntas—demandó—.¿RegresarádirectamenteconelreyJohn?
—No,primeroiréalaabadía—respondióelmensajero,dandounvistazoa su alrededor, a los rostros asombrados que lo miraban fijamente—. Mequedaréallíunanocheyluegocontinuarémiviaje.
—¿Tambiénhabrábaronesesperandooírquénoticiaslleva?—Sí,princesa,estoysegurodequeloshabrá.—¿QuizásesosbaronesseanCoswoldyPercy?—No sé, todos esperan ansiosamente oír que habéis perdonado al rey
John.—Frunciendoelceño,añadió—:yesetambiéneselmotivoporelcualyoestoyesperando.
Lamultitudseacercómás.GabriellevioaJoanobservándolayalObispodepiejuntoaella.
—Séloquepretendenelreyysusbarones—dijo,suvozelevándoseporlaira—.Siaceptoladisculpadelrey,tambiénestaréaceptandosugobierno.¿Noesverdad?Yanoestarélibredeél.
Cuandoelmensajerohabló,lohizomirándoseloszapatos.—Nopuedomentir,yporelloosdiréqueFinney’sFlatseráladoteque
vosaportaréisalhombrequeelreyelijaparaqueseavuestroesposo.—¿Perosinoaceptosudisculpa,entoncesFinney’sFlatregresaalrey?—Noestoyseguro,peroexistiríaesaposibilidad.Si una miga de pan hubiera caído al suelo en ese momento, hubiera
resultadomásruidosaqueelclan.—¿Elreynoconsideróqueyopodríahaberestadocasadaya?—Lo hizo, y si lo estuvierais, entonces Finney’s Flat pertenecería a
vuestroesposo,yelreynointerferiría.Gabriellemiróasualrededorylevantólavozparaproclamar:—Mecaséeldíadehoy.—¿Con el laird MacHugh? —preguntó el mensajero que tomó su
afirmaciónporunaverdad.—Sí—respondió—.Finney’sFlatleperteneceaél.—¡No te has casado hoy! —gritó Joan—. No puedes engañarnos.
Descaradamente has dicho una mentira frente al Obispo. Arderás en elinfiernoporsemejantepecado.
Enfurecida,Gabrielle,pasójuntoalmensajero,rozándolo.—Símecaséhoy.CuandoGabrielleseacercó,Joanretrocedió.Lafuriaquevioensusojos
laasustó,ylahizotemerquepudieragolpearla.
Página269
—Me casé este día, y Finney’s Flat le pertenece al lairdMacHugh—repitió.
Unmurmullodeasentimientorecorrióalamultitud,volviéndosecadavezmásaltohastaqueelsonidosehizoensordecedor.
Cuandoelsonidoseaplacó,Gabriellevolvióahablar.—¿Quierenunaprueba?Esperenaquí,yselatraeré.—Sabemos que se casó hoy y que Finney’s Flat le pertenece a nuestro
laird—gritóunhombre.—Sí—gritóotroyotromás.Gabriellesedetuvofrentealmensajero.—Peropiensoqueusteddemandaráunaprueba.Elmensajeroasintió.—DebosercapazdedecirleconcertezaalreyJohnqueestáiscasada.—
Podíasentirelcalordelafuriadelamultitudporloquegritó—:YentoncesFinney’sFlatserádellairdMacHugh.
ChristiencorriódelantedeGabrielleysostuvolapuertaabiertaparaella.—¿Lapruebaestáadentro?—pregunto,sonriendo.—Sí—lerespondió.Seguida por sus guardias, Gabrielle subió corriendo las escaleras, se
detuvoparaponersepresentablealisándoseelbliautymetiéndoseunmechóndecabellodetrásdelaoreja.
—¿Estáislistaparacasaroshoy?—preguntóStephen.Ellaasintió.En el salón, Colm acababa de terminar de leer el pergamino. Estaba
entregándoseloaBrodickmientrasLiamyelpadreGelroy,concopasenlasmanos,esperabansuturno.
Gabrielletomóunprofundoalientoyentróalsalón.—¿Colm,puedesconcedermeunmomentodetutiempo?
Página270
Capítulo45
EfectivamenteGabriellesecasóesemismodía.Laceremoniaserealizófrentealhogardelgransalón.Nohuboninguna
pompaniesplendordignosdeunaprincesadeSt.BielyunpoderosolairddelasHighlands.Serealizórápidaysilenciosamente.Aunqueeracasiimposiblequealguienpudieraverelgransalóndesdeelexterior,Gabrielle insistióenquesebajaranlostapicesparacubrirlasventanasqueestabandecaraalpatioquehabíaabajoyaquellasquedabanaljardíntraseroyallagoquehabíamásallá.NoibaaarriesgarseaqueelmensajerooelObispooesahorriblemujer,Joan,pudieranverloqueestabasucediendo.
YaqueBrodickeraelúnicoparientequeseencontrabapresente,recayóenéleldeberdeentregarlaaColmyotorgarelpermisoparaqueseefectuaraelmatrimoniocuandoelpadreGelroylopreguntó.LiamylosguardiasrealesdeGabriellefueronlostestigos.
Gabrielle no creyó estar nerviosa, pero aparentemente lo estaba, ya quecuandoseledijoquecolocaralamanosobreladeColm,temblabacomosiseacabara de llevar un tremendo susto. El sacerdote comenzó su plegaria, yrepentinamente el impacto de lo que estaba haciendo la abrumó. Se leaflojaron las rodillas y apenas si podía respirar. Sentía una opresión en elpecho.SeestabaconvirtiendoenlaesposadeColm,ahorayparasiempre.
Aturdida,observóaColmcolocarunabandadesutartánsobresusmanosunidas.Alpronunciarsusvotoslelevantólacabezaylamiróalosojos,yniaunque le fuera lavidaenello,podríacomprenderniunapalabrade loquehabíadicho.Habíaolvidadotodoelgaélicoquehabíaaprendidoensuvida.Luego llegósu turno.Susurrósusvotosen la lenguadesumadre.ElpadreGelroyladetuvoylepidióquecomenzaradenuevo.
—Noentiendoloqueestáisdiciendo,princesaGabrielle—leexplicó.Ni ella. Sabía que le había prometido algo a Colm. Solo que no podía
recordarloqueera.¿Habíadichoqueloamaríaylocuidaría?¿Ocreyóquedeberíahacerlo?¿Ylehabíadichoqueseríafielysincera?Esperabahaberlo
Página271
hecho,peronopodíaestarsegura.Porloquesabía,lepodíahaberprometidolimpiarsusestablosporelrestodesuvida.
Desconcertadamiróalsacerdote.Surostronolucíaunamiradaespantada,loquetomócomounabuenaseñal.
Ahorayparasiempre,hastaquelamuertelosseparara.Lasplegariasconcluyeron,ysedieron lasbendiciones.CuandoColmla
atrajoasusbrazosestabatensacomounatabla,peroencuantobajólacabezaylabesó,volvióarevivir.Sucalidezdetuvosustemblores,ylaternuradesubesoderritiósusmiedos.
—Os declaro marido y mujer. —El padre Gelroy hizo el anuncio,manifestandosuaprobaciónconunaradiantesonrisa.
Las felicitaciones no fueron dichas a gritos sino que fueron susurradas.Cadaunode losguardiashizounaprofundareverenciaasuprincesayasunuevo esposo y luego, ante la insistencia de Gabrielle, fueron al patio areunirsealacelebracióndelclan.ColmpermitióqueLiambesaralamanodeGabrielle, pero eso era todo lo que iba a permitir, y Brodick tuvo quearrebatárselaaColmeltiemposuficienteparadarleunabrazo.
—Debemosbrindarporestematrimonio—dijoLiam.—Que encantadora sugerencia —dijo ella bruscamente—. ¿Tal vez en
otromomento?Agarróalsacerdoteporelbrazoytiródeélllevándolohacialasescaleras
mientrasledabainstruccionesdeloquedebíadecirlealmensajero:—Porfavorlediráalmensajeroqueciertamentenoscasóhoy,peronole
dirá…Colmladetuvo.—Yomeharécargodeesteasunto.Nohaynecesidaddeapresurarse—
dijorodeándolaconelbrazoyaprisionándolacontrasucostado.Ella no estuvo de acuerdo. Le había dicho almensajero que le llevaría
pruebas de su matrimonio. Seguramente sospecharía si lo hacía esperarmuchotiempo.
Inclinólacabeza.—Comotúdigas.Liam estalló en carcajadas, y cuando Brodick le preguntó que era tan
divertido,Liamleexplicóencantado:—ParaGabrielle,«comotúdigas»significaquenoestádeacuerdoyque
hará exactamente lo opuesto. Piensa que con esas palabras aplaca a Colm,perotodoscaptamoselsignificadodeloquequieredecirenrealidad.
Brodickasintió.
Página272
—¿«Sí» significa «no», y «no» significa «sí»?—Golpeó a Colm en elhombro—.Almenostratadeaplacarte.Miesposanoprestaningunaatenciónanadadeloqueledigo.
Brodicknoparecíaparanadacontrariadoconlaterquedaddesuesposa.Dehecho,parecíacomplacidoconella.
—LairdMacHugh,¿queréisquevayaafuerayhableconelmensajero?—preguntóGelroy.
—Ustedsequedaráaquí—ordenóColm.—Perocuandoloenfrente,¿vosmediréisloquedebodecir?—Dirá laverdad—dijoColm—,peronomencionarácuandotuvolugar
laceremonia.ElceñodellairdtodavíateníaelpoderdehacertemblaraGelroydentro
de sus botas. Trató de no evidenciarlo mientras esperaba su siguienteindicación.
Liam insistióenhacerunbrindis.Corrióa labodegay regresóconunajarradevino.Sirviendoacadaunodeellosunacopallena,deseóalaparejaunavidalargayfeliz.
—YcomodijisteGabrielle,porunmatrimonioperfecto—bromeó.Gabrielleestabaconfundida.¿Unmatrimonioperfecto?¿Habíadichoalgo
acercadequesumatrimoniofueraperfecto?—Colm,¿prometíesocuandopronunciémisvotos?—preguntó—.Si lo
hice, lo siento mucho. Nuestro matrimonio no será perfecto, y no puedoprometerquenovayaahaberproblemas.Miraelardidalqueherecurridoenelmismodíadenuestraboda.Nolementíalmensajero,perolodespisté.Ytambiéncorrompíatuclan,yaqueloshicecómplicesdemiengaño.¿Notepreguntasquéharéeldíademañana?
Si había esperado que Colm tuviera compasión de su aflicción, iba aresultar desengañada ya que él pensó que su sentimiento de culpa eragracioso.
—¿Engaño?¿Problemas?YatehasconvertidoenunaMacHugh—rio.Labesóotravezyluegosepusoserio.—Ahoramedirásquéregalosdebodadeseasque tedé.Eneldíade tu
boda,notenegarénada.Notuvoquepensarmuchoenello.—Me gustaría que le construyeras una capilla al padre Gelroy y que
prometas que estará concluida el año que viene para esta misma época.Deberátenerunhermosoaltarybancosfuertes.
Página273
Gelroy estaba abrumado por su consideración y generosidad. Colm noparecióparanadasorprendido.
—Sehará.¿Quémásdeseas?Nuevamenterespondiósindudarlo:—La tradición para mí es muy importante —dijo—. Por lo tanto me
gustaríaquemedieraselmismoregaloquemipadreledioamimadre.Aguardóaqueledijeraquéera,peroellanodijoniunapalabramás.—¿Cuándosabrécuáleseseregalo?—laapremió.—Asudebidotiempo.ElmensajeroestabaesperandojuntoalObispoelregresodeGabrielle.Su
rostropalideciócuandovioaColmavanzandoazancadashaciaél.—LadyMacHughmehadichoque requieresunapruebaquedemuestre
queesmiesposa.Yatehadichoqueefectivamenteestamoscasados,¿ono?—Sí, laird… como decirlo, laird, otra persona sugirió la posibilidad de
quequizás…—¿Sabes lo afortunadoque eresdepoderhallarte aúndepie?Deberías
estarmuerto por haber insinuado quemi esposa temintió. ¿Fue eso lo quepensaste?
—No,no,nolocreí.Quizásotrapersonapensóeso…—Miesposanomiente.—Suvozhabíaadquiridountonoletal.—Sí,laird.Ellasolodicelaverdad.GabrielleseacercóaColm.Fijólamiradaenelmensajerosinveranadie
más.No sabía si Joan aún estaba entre lamultitud que los observaba, peroteníalaesperanzadequesehubieraidoparaquenocausaramásproblemas.
ElpadreGelroyseadelantó.—SédehechoqueellairdMacHughyladyMacHughestáncasados.Soy
elsacerdoteque lesadministróel santosacramento.Losoí intercambiar losvotosybendijesuunión.—Haciendoungestodramáticohaciaelcielo,dijo—:Quemepartaunrayoenestemismoinstantesiestoymintiendo.
Levantólosojosalcieloyesperó,luegohaciendoungestoafirmativoconlacabeza,dijo:
—Dios sabe que estoy diciendo la verdad, y también debería saberlousted.
El Obispo deseaba regresar a la abadía antes del anochecer para poderdormirensupropiacamaenlugardehacerloeneldurosuelo.
—Daré testimoniodequeelpadreGelroydice laverdad.Yconestoelasuntodeberíaconsiderarseresueltoasatisfaccióndetodoelmundo.
Elmensajeroestabaconvencido.
Página274
—Estoy conforme. Debido a este matrimonio, ahora poseéis Finney’sFlat,lairdMacHugh.
—Nuestro laird también posee el tesoro de St. Biel —dijo Gelroy,sonriéndolealiviadoaGabrielle.Elsacerdotenopensóquehubieranecesidaddeexplicarel significadodesudeclaración.TodoelquemiraraaGabriellepodríaverqueerauntesoro.
ElcumplidodelsacerdotehizoruborizaraGabrielle.—Nolocreo,padre.Miesposose tendráquecontentarcon la tierra,ya
quenoobtendráningúntesoro.—Encuantoseaposible—dijoelmensajero—,haréqueenvíenheraldos
a cada uno de los clanes para anunciar que ha sido comprobado que laprincesaGabrielleesinocentedelasacusacioneshechasensucontra,quesumatrimonioesválido,yqueFinney’sFlatesahorasuyo.
—¿Tieneelpoderdeproclamareso?—preguntóGelroy.—Lotengo.Unos minutos después el mensajero y el Obispo partieron, y Gabrielle
nuncasehabíasentidotanfelizdeverpartiraalguien.Ahorapodíarelajarse.Oesopensaba.
Unapreocupaciónpartió,yotraarribó.Esaerasunochedebodas.El clanMacHugh se estaba dispersando lentamente. Teníanmucho que
celebrar. Su laird había regresado victorioso de su encuentro con susenemigos,losMacKenna;susposesionesahoraincluíanaFinney’sFlat;ysuamado laird había tomado esposa. Como el padre Gelroy no dejaba derecordárselo,realmenteestabanbendecidos.Cuandoseaproximabaelocaso,lacelebracióncomenzóadeclinar.Lasmesasylosbancosfueronregresadosalcastillo,ytodosvolvieronasuscabañasfatigados,perofelices.
LiamyColmacompañaronaBrodicka losestablosyaque tambiénerahoradequevolvieraasuhogar.
—Nohas terminado con losMacKenna—advirtióBrodick—.Por cadaunoquehasmatadootrosealzará.Semultiplicancomoratas.Prontotendránunnuevolaird,yapuestoqueserátanbastardocomoloeraOwen.Esperoquenohayamuertodebuenamanera.
—No,nolohizo—dijoColmtranquilamente.—Eresnuestroaliado,Brodick—lerecordóLiam—.Tambiéniránapor
ti.—Esoespero—respondió.ElcaballerizoleacercóaBrodicksucaballo.
Página275
—Tudeudaestasaldada—ledijoaColm—,peroahoracreoquevuelvesaestarendeuda.
—¿Cuálseríaladeuda?—TediaGabrielle.—Me forzaste a tomarla —dijo Colm con sequedad—. Y te estoy
agradecido.—Hayunaformafácildecompensarme.—¿Cuálpodríaser?—Concédemelamanoenmatrimoniodeunadetushijasparaunodemis
hijos.—La iglesia no lo permitirá —dijo Liam—. Estas emparentado con
Gabrielle.—Solopormatrimonio.Eltíodemiesposanoesparientesanguíneo.La
uniónconcertadaseríaválidaytuhijavendráamihijoconunaricadote.Colmseechóareír.—Déjameadivinarlo,Finney’sFlat.—Sí,Finney’sFlat.—Tuplansebasaen laeventualidaddequemiesposamedéhijasy tu
esposatedéhijos.—Pasará—dijoBrodick—.Aunquemeadelantaréati,yaquemiGillian
ya está embarazada, y tú no puedes acostarte con Gabrielle ¿por cuánto?¿Cincomeses?
—Habíapensadoesperartodoesetiempo,pero…—¿Pensado?¿Yquesucederáconsureputación?—Lanoticiadesuinocenciasedivulgará,ysielinglésestabadiciendola
verdad,seharáunaproclama.—¿Ycreesqueesopasarápronto?—preguntóBrodick—.Colm,aellale
concedisteseismeses.Colmrespondió,resignado:—SiesoesloqueGabrielledesea,mecontendré.BrodickyLiamseecharonareír.—¿Piensasquepodráscontenertedurantetantotiempo?Escasitanlinda
comomiesposa—dijoBrodick.—Por supuestoquepuedoesperar.Tengomásdisciplinaquecualquiera
devosotrosdos.Colm se encaminóde regreso al castillo.LiamyBrodick lo observaron
alejarse.—¿Quéteparece?—preguntóBrodick.
Página276
—Mihermanotienemuchafuerzadevoluntadyesmuydisciplinado.Ledoyalmenosunanocheantesdequecambiedeopinión.
—Yoledoyunahora.
Página277
Capítulo46
Laesperaeraunsuplicio.AGabrielleleparecíaqueyahabíapasadolamitaddelanochedesdequesehabíabañadoylavadoelcabello.Yahabíansacadola tinadesuhabitación, lasmantasde lacamahabíansido retiradasyse lehabíanagregadodosleñosalfuego.
Cadaminuto parecía una hora, pero su cabello todavía goteaba así quesabíaquenopodíahaberpasadotantotiempodesdequeterminaradelavarlo.Igualmente,parecíaunaeternidad.
Gabriellelucíauncamisónblanco…unfinogénerodegasaadornadoconhebras doradas y plateadas cosidas al escote.Hubiera deseado usar el azul,pero teníademasiadasarrugasporhaberestadoempacado.Alisóunplieguedel camisón y se sentó frente al hogar para cepillarse el cabello frente alfuego.Lahabitacióneracálidayacogedora,ydespuésdeundíatanlargoyfrenético, debería haber estado exhausta. Pero no lo estaba. Estaba biendespiertaycasienestadodepánico.
¿DóndeestabaColm?Habíadichoquenopodíaesperarparatenerla.Cierto,quelabodahabía
acontecidoantesdeloqueélesperaba,peroahoraestabancasados.Nohabríacambiadodeopinión,¿osí?
Cada sonido hacía que le aleteara el estómago con un sentimiento deanticipación y temor.Mientras continuaba cepillándose el cabello, trató depensarenalgomenospreocupante.Esedíahabíantenidounclimaagradable,yelpasteldecarnequehabíacomidoenlacenaestababastantesabroso.
¿Qué lo demoraba tanto? ¿Eran las exigencias del clan tanto másimportantesqueella,inclusoesa,lanochedesuboda?
Oh,comodeseabaacabarconeseasunto.Lehabíancontadolosuficienteacercadelactofísicoqueocurríaentreunhombreyunamujercomoparaquesintieracuriosidadytemoralavez.
Decidió compararlo a su dedo dislocado. Cuando tenía nueve años deedad, Gabrielle se había caído de un muro de piedra en el que estabatrepando.Sudedomeñiquehabíahechounextrañoruido,comounestallido,
Página278
ysehabíatorcidoenunánguloextraño.Ledolíacomosilahubierapicadounnidode avispas, pero supadrehabía sabidoquéhacer.MientrasStephen lasosteníafirmemente,supadrehizosaltarlaarticulacióndeldedoparavolveracolocarlaensulugar,yeldolorseaplacóinmediatamente.Habíasabidoquéibaaocurrirylohabíatemido,perounavezquetodohuboterminado,yanotuvoquepreocuparsemásporello.
Enloqueaellarespectaba,elactomatrimonialeramuyparecido:temor,dolor,olvido.
Cuando comenzó a dolerle el brazo, dejó el cepillo. Volvía a tener elcabello rizadoy ahora los largosmechones solo estaban un pocohúmedos.Miró fijamenteal sueloy tratódeconcentrarse enalgoagradable.Algodelaguade subaño sehabíaderramadode la tina.Había ayudadoa enjugarla,peroaúnhabíamanchashúmedasenelsuelo.Lasmirófijamentemientrassedesvanecíanlentamente.
¿Colmsehabríaolvidadodeella?Piensa solo cosas agradables, se recordó a sí misma. No había
absolutamenteningunanecesidaddeenervarse.Colm había estado complacido cuando le regaló la sal, y sorprendido.
Súbitamente,Gabriellesediocuentadequesehabíaolvidadodedecirlequehabíamásencamino,yqueparaelañopróximotendríamásquesuficienteparaabastecerasuclanporunlargotiempo.Tambiéntendríadesobra,yesapodríasertrocadaporgranooalgunaotracosaquenecesitaraelclan.
¿Erataninsignificanteparaél?Gabrielle sintió que se estaba poniendo sentimental. Tal vezColm solo
estaba siendo amable cuando le dijo que la deseaba. Y ella se habíaabalanzadosobreél.Perono,decidió,élnoharíatalcosa.Colmerafrancoybrutalmentehonesto.Nomentiríasoloporseramable.Nosetomabamuchotiempopensandoen los sentimientosdeunamujer.Dudabaque algunavezhubierapensadoenellos.
Selellenaronlosojosdelágrimas,ysabíaquesinohacíaalgoconellas,pronto se quebraría. Gabrielle raramente lloraba, pero cuando lo hacía,demorabaunlargotiempoenparar.Sacaríahastaelúltimodolorydesengañoquehubierasufridoylloraríaporcadaunodeellos.DesdequehabíadejadoWellingshire, su lista de desengaños había crecido considerablemente, yestimabaquetendríaquellorarduranteunasemanaenteraparaterminarcontodosellos.
Concentrarse en asuntos placenteros no estaba funcionando. Necesitabaenfadarse.
Página279
¿CómoseatrevíaColmatratarladeesaforma?Entoncessuspiróporquenoestabafuncionando.Elhombrelehabíadadosuapellidoysuprotección,ynohabíapedidonadaacambio.No,nopodíaconjurarmuchaira.Concedido,eragroserodesupartehacerlaesperar,peronoeracruel.
Pasóalmensajerodelrey.Lahabíahechopasarporelpurgatorioconesepergaminoysussospechas.Noobstante,soloestabasiguiendolasórdenesdelreyJohn,y,paraserhonesta,eraunindividuosimpático.Nopodíaculparalmensajeronidespreciarloporrepetirlaspalabrasquelehabíansidodictadas.
Joan.¡Quearpíaeraesamujer!QuemiradatandespectivahabíatenidosurostrocuandohabíadesmentidoaGabrielle.¿Pensabaque todo loque teníaque hacer era anunciar que iba a casarse con Colm para que se hicierarealidad?¿HabíaesperadoqueGabrielle languideciera frenteaella?¿Oquese acobardara? ¡Cómo se atrevía! Sí, era una arpía y además una odiosaalborotadora.
Ahora no había ni una sola lágrima en los ojos deGabrielle. Si en eseinstante Joan entrara a la habitación, era probable queGabrielle tomara sucepilloylagolpearaconél.ImaginárselohizoqueGabriellesonriera.
Ahíestaba.Sesentíamuchomejor.Sonaronpisadasenelsalón.Colm.Oh,Dios,finalmenteacudíaaella.Saltó del asiento, luego volvió a sentarse, y volvió a saltar. ¿Debería
quedarse de pie cerca del fuego, o debería sentarse al costado de la cama?¿Esperaríaélqueestuvieradebajodelasmantas?
Decidióesperar juntoalhogar.Tambiéndecidióqueera importantequerecordara que debía respirar. Se estaba mareando de tanto aguantar larespiración.
Temor…dolor…olvido.Colm golpeó a la puerta, esperó un segundo, luego la abrió y entró.
Cuandolaviosequedócompletamenteinmóvil.Eraunavisión.Lasuaveluzqueemitíanlosrescoldosquehabíadetrásde
ellahacíaquesucamisónsevolvieratraslúcido.Podíaverlaformaperfectade su cuerpo. Cada curva estaba realzada por unmatiz dorado: sus pechosllenos, su cintura estrecha, susproporcionadas caderas, y las largaspiernas.Eralaperfección,yaélleparecíamástentadoraquesihubieraestadodepiesinabsolutamentenadapuesto.
Noibaadejarlaniesanocheniningunaotra.Gabrielleteníalasmanosaloscostadosdesucuerpo,ylomirófijamente
alosojos.
Página280
Conocíaaestehombre.¿Por qué estaba tan asustada? Nunca le haría daño. El temor se alejó
lentamente.Sí,loconocíabien.Colmteníaunaextensióndetartánsobreelpechodesnudo.Bajoesaluzy
enunahabitaciónpequeñaparecíamuchomásaltoymásmusculoso.Sefijóen él, advirtiéndolo todo.Tenía el cabellomojado, y todavía tenía gotas deagua en el pecho, indicando que había ido al lago a lavarse, como hacíanmuchosotrosmiembrosdelclan.Elcolordesusojos…lafirmelíneadelamandíbula…susamplioshombros…
Deseabaaestehombre.Diounpasohaciaél.—¿Sabesloapuestoqueeres?—susurrósuavemente.Lerespondióconvozronca:—Nopiensoentalescosas.Cuandomeconozcasmejor…Elladiootropasoensudirección,conlosojosfijosenlossuyos.Nopudo
recordar loqueestabadiciendo.Alacercarse lehacía llegaruntenuearomade flores, y en lo único que podía pensar era en tocarla.Lo excitaba comoningunaotramujerpodríahacerlo.
—Teconozco,Colm.Conlapuntadelosdedosdelineólacicatrizquecomenzabaenlapunta
delhombroyseguíahaciaabajoporelbrazo.—Tucuerpomecuentatuhistoria.Élpermanecióquietomientrasellalorodeabatocándolo,acariciándolo.—Eresunguerrero—susurrómientrassusdedoslerozabanloshombros.
Sus músculos se flexionaron y sintió la piel cálida al tacto—. Eres unprotector.
Suavementeleacaricióelcostadodelcuello,ycuandoestuvonuevamentefrenteaélasolounalientodedistancia,volvióasusurrar:
—Teconozco.LosojosdeColmnuncaabandonaron losdeellamientras lentamente le
quitaba el camisón. Sus mejillas se ruborizaron, pero no se apartóavergonzada ni escondió su cuerpo. La atrajo a sus brazos y la besóferozmente. Su cuerpo era maravillosamente suave, su piel era sedosa ycálida.Suavementeleacaricióloslabiosconlossuyosyluegonecesitómás.Lehizoelamorconbesoshastaquelapasiónloconsumió.
La llevó a la cama. Ella no tuvo tiempo de tirar de las mantas paracubrirse.Él sequitó el tartán rápidamentey la cubrió con su cuerpo. Jadeócuandosintiólaíntimapresióndelapieldesnudacontralasuya.
Página281
Colmdeseabaconocercadapulgadadesucuerpo.Sedemoróensuboca,y luego le besó a un lado del cuello, inhalando su dulce aroma. Sintió sucorazónlatiendodebajodelsuyo,ycuandolebesólabasedelcuello,ellasepusoatemblar.Bajólacabezaparaacariciarlelospechosybesarelvallequeseformabaentremedio.Ledeslizólasmanosporlaespalda,porlacurvadelaespinadorsal.
Gabrielleamabalasensacióndesupielcontralasuya.Cuandolosbesossehicieronmásintensos,leenvolviólosbrazosalrededordelcuello.
Concadacaricia,lanecesidaddeColmcrecía.Ledeslizólosdedosentrelosmuslos. Sintió que se tensaba, pero no le permitió rechazarlo. Inquieta,comenzóamoversecontraél.
LaformaqueteníadeacariciarlaestabavolviendolocaaGabrielle.Hacíaquedesearamás.Nopermitíaquelorechazaramientrasbajabacadavezmásbesando cada parte de su cuerpo. El dulce tormento pronto se volvióinsoportable.Learañóloshombrosconlasuñas,exigiendolaliberación.
Su salvaje respuesta provocó que Colm ardiera por tenerla, y sucontenciónsedesvaneció.Bruscamenteleabriólaspiernasy,arrodillándoseentresusmuslos,seintrodujoensuinterior.
Gritódedolorysearqueócontraél,perolacalmócondulcespalabrasycaricias. El dolor fue rápidamente olvidado, y cuando comenzó a moversedentrodeella,lentamentealprincipio,alzólascaderasparaimpelersecontraél, y gimió de placer. Sus embates se volvieron más poderosos, menoscontrolados.Yrepentinamentesintióuntorbellinodeplacer.Gritósunombremientrasculminaba,yloapretóconfuerzaenelinstanteenqueélencontrabasuliberaciónyvertíasusimientedentrodeella.
Porun largomomentoningunode losdos semovió, siendo susásperasrespiracioneselúnicosonidoperceptible.Gabriellepensóquesucorazónibaaexplotar.AmaraColmeralaexperienciamásaterradoramentemaravillosaquehubieravivido.
Sabía que lo había complacido. Aunque no se lo hubiera dicho conpalabras,sutactoerasuficiente.Cuandoalfinalélreuniófuerzas,rodósobreuncostadoylaenvolvióensusbrazos.Lebesólapartesuperiordelacabezayserecostó.Ellaapoyólamejillacontrasuhombroypusolamanosobresucorazón.
Amabaaestehombre.
Página282
Capítulo47
Gabriellenosabíaqueeraposibleexperimentartanexquisitoplacer.Felizdepermanecerensusbrazos,conlamanoaúnapoyadaenelpecho
sobre sucorazón sequedómirando fijamente las agonizantes ascuas.Pensóqueestabadormidoytratódetirardelasmantashaciaarriba,peroColmlaapretóconmásfuerza.Ellaseacurrucómáscerca,suspiró,ycerrólosojos.
—¿Colm?Élbostezó.—¿Sí?—¿PorquégolpeasteaLiam?¿Recuerdashaberlogolpeado?—Lo recuerdo.Nopodía seguir caminando,y si hubiéramos tenidoque
cargarlosehubierasentidodeshonrado.—Entoncesdejaratuhermanosinsentidodeunpuñetazofueunactode
bondad.—Podríaspensarquelofue.Su mente flotó de un pensamiento a otro. Permaneció en silencio por
variosminutosyluegopreguntó:—¿Amabas a Joan durante el tiempo que estuviste comprometido con
ella?—No.Obviamente no pensaba que fuera necesaria ninguna explicación
adicional.—Hay más sal en camino. Olvidé decírtelo, pero cuando lleguen los
últimosbaúlestendrássuficienteparallenar tualmacén.—Susurróluegodepasadootrominuto.
—Esunbuenregalo—dijo—.Aquílasalesmásvaliosaqueeloro.Casiinmediatamentesaltóaotrapregunta.—Esosdoshombresquefueronatrapadostratandodeentrarfurtivamente
en la abadía para matar a Liam… ¿También habían sido enviados porMacKenna?
Página283
—Sí. Evidentemente eran nuevos reclutas. Aparentemente MacKennacontratóacadadepravadoquesecruzóensucamino.
—Nolamentoenloabsolutoquemisguardiaslosmataran.Élsonrióenlaoscuridad.Sonabafuriosa.—Duerme,Gabrielle.Necesitasdescansar.—¿MedirásquésucedióconloshombresquegolpearonaLiam?—No.—Solounaúltimapregunta,sinoteimporta.LaestatuadeSt.Bieldemi
madreseráretiradadelpatiodeWellingshireytraídaaquí.Esunatradición.¿Temolesta?Esbastantegrande.
—Nomemolestaráamenosquequierasponerlaestatuaennuestracama.Ahoraduerme.
—¿Nodeberíadarteunbesodebuenasnoches?—bromeó.—¿Te das cuenta de cómo me tientas? Ahora estás dolorida. Deberías
dormir.Inclusomientras le estaba diciendo lo que debería hacer, la giraba para
ponerla de espaldas y besarle el cuello.No fue gentil con ella esa segundavez.Yahabiendodescubiertoloquelegustaba,suformadehacerelamorfuemenos contenida. Cuando se hundió profundamente en su interior, ella leenvolviólaspiernasasualrededor.Élgimió,ycomenzóamoverlascaderas,haciéndola gritar presa de un dichoso éxtasis. Ella fue la primera en hallarsatisfacciónyélhallósuliberaciónacontinuación.Estasegundavezfueaúnmejor.
Exhausta y saciada, cerró los ojos. Colm se elevó sobre los codos y lamiró.
—Ahoradormirás—ordenó.Rodósobreuncostadoylaatrajocontraéldeformaquelaespaldadeellaquedarapresionadacontrasupecho.
Teníatodalaintencióndeobedecerlo.
Página284
Capítulo48
Desde que se hicieran las revelaciones en el castillo deNewell, la vida deCoswoldhabíasidomiserable.
El barón estaba harto de pretender humildad ante el rey pero sabía queestabapisando terreno resbaladizo. Johnaúnestaba furiosopor el hechodequeCoswoldylosdemáshubierancreídoaIsla,esaperramentirosa.CuandoCoswold seatrevióa señalarquehabía sidoPercyelquehabíaengañadoaIslaparaquedijeraesasmentirasacercadeladyGabrielle,elreylerecordóqueIslaerasupropiasobrina,yqueporesoeraresponsabledesusacciones.AdemásJohnyahabíadesahogadosuenfadoconPercy.Elbribónhabíasidodespojadodesutítuloydesupequeñapropiedadyhabíasidoarrojadoauncalabozodondepudierameditaracercadesusdelitos.Ysoloparaasegurarsedeque Isla tambiénaprendiera su lección, el reypensóque sería apropiadoque acompañara a Percy. Tal vez ambos se lo pensarían mejor antes deconspirar contra los deseos del rey si eran obligados a permanecer todo eltiempojuntos.
Coswold sabía que era imperativo lograr que John lo perdonara. El reytenía un temperamento terrible y seguramente culparía a Coswold porcualquierproblemaquepudieraseguir.Hizo todo loqueestabaensupoderparacomplaceralrey.CoswoldseguíaaJohnadondequieraqueestefuerayestabaa suenteradisposicióndíaynoche.Si se lohubierapedido,hubierarodado sobre símismo como un perro.Como resultado de esos agotadoresesfuerzos,Johnestabasuavizandosuactitud.Legustabatenerunconfidenteaquienpoderdeleitarconhistoriasacercadelasesposasdelosbaronesconlasquesehabíaacostado.
Aunqueeramuyhumillante rebajarse tanservilmente, lanuevacercaníadeCoswoldconelrey,ciertamenteteníasusventajas.Estabapresentecuandollegóelmensajeroparadarlelasbuenasnoticiasalrey.Elrumorhabíasidoconfirmado:ladyGabriellehabíasidoencontrada.HabíasidoacogidaporelclanMacHughyestabaviviendoentreloshighlandersensufortalezasituadaen lasmontañas. Johnestabaalborozado.Ahorapodíadedicarseahacer las
Página285
pacesconladamayquizásaplacaralgodelaanimosidaddelbarónGeoffreyylosdemásbarones.
AntesdeenviarasumensajeroalapropiedadMacHughconunanuncioparaGabrielle,Johnconvocóalhombreparadarleinstruccionesespecíficas.Coswoldestabaallíescuchando.ElreylecontóaCoswoldquehabíaelegidoaesteheraldoenparticularporqueteníaunamemoriaperfectaypodíarepetircualquiermensajedeformaexacta,palabraporpalabra.Despuésdeexpresarsu admiración por el buen juicio del rey,Coswold le recordó que él reciénacababaderegresardeesapartedelasHighlands.Quizáslepudieraofreceralgúnconsejo.
—ElcaminoparallegaralclanMacHughespeligroso.Loshighlandersavecessonhostilesconlosextranjeros—dijoCoswold—.¿PuedosugerirquevuestroheraldosedetengaenlaabadíadeArbaneaefectosdeconseguirunaescolta que lo acompañe el resto del camino? Los monjes se mostraránservicialessihayunarecompensadepormedio.
Vioque el rey se encolerizabapor esa sugerencia ypor lo tanto añadióvacilante:
—Yparamostrarmi buena voluntad, estaré contento de proveer lo quevosconsideréisnecesario.
—Meproveerásconeldobledetusimpuestos,Coswold,ydeesaformalograrásapaciguarme—dijoelrey—.Dalesalosmonjesloquequieras.Nomeimportanellos,perosíquieroquemiheraldotengaunviajeseguro.
Coswoldllenólacarretaconunadocenadetonelesdelvinomásfinoquepudocompraryloenvíoalaabadíaprecediendoalmensajero.Luegolepidióalreyquelepermitieraregresarasuhogarparapoderhacer lacontabilidaddelcultivoqueacababadesercosechado.Elreyleotorgósupermiso.
Coswold reunióa sushombres lomás rápidoquepudoysedirigióa laabadía de Arbane. Habiendo seleccionado solo a soldados bien entrenadospara que lo acompañaran, estaba rodeado de un ejército pequeño perocompetente. No estaba dispuesto a correr ningún riesgo. Los hombresdesaparecíanfrecuentementeenlastierrassalvajesdelasHighlandsynuncamás se les volvía a ver. Coswold todavía estaba esperando noticias de loshombres que había enviado a que verificaran el paradero de Gabrielle.Sospechabaquehabían robado losbaúlesyqueenningúnmomentohabíanidoalapropiedadMacHugh.
Página286
Losmonjesde la abadíadeArbaneacababandeacomodarsepara rezar susplegariasnocturnascuandounfuerteyestrepitosoruidoenlapuertadelanteralos interrumpió. En la capilla el abad hizo una rápida genuflexión y seapresuróaatravesarelpatiohacialapuerta,irritadoporelinconveniente.
Era demasiado pronto para que hubieran vuelto los monjes que habíanviajado a la propiedad MacHugh. Su jornada de regreso les llevaría mástiempodelhabitualdebidoalapresenciadelObispo.HabíaestadodevisitaenlaabadíacuandollegóelmensajerodeInglaterra,yalescucharacercadelmensaje quedebía entregarse a ladyGabrielle, elObispohabía insistido enacompañaralgrupo,explicandoqueraramente tenía laoportunidaddeestarpresente cuando se recibían buenas noticias de parte del rey inglés. A suregreso, losmonjesdeberían tomarunarutaalternativaparadejaralObispoensuresidencia,loqueañadiríaunasdoshorasextraasuviaje.Eraimposiblequehubieranviajadotanvelozmenteparaqueyaestuvieranderegreso.
El abad deslizó el cerrojo y abrió la puerta que emitió un chasquido.Viendoquienera,laabrióampliamente.
—¿QuéostraederegresoalaabadíadeArbane?—preguntósorprendido.ElbarónCoswoldpasójuntoalabadyentróalpatio,seguidoporunode
sussubordinados,Cyril.Sevolvióhaciaélyledioórdenesparaquesutropamontarauncampamentofueradelosmurosdelmonasterio.Solounavezquehuboterminado,Coswoldlehablóalperplejoabad:
—VengoennombredelreyJohn—anunció.—¿Conquépropósito?—preguntóelabad.Coswoldyateníalistaunaexplicación:—Elreyhaenviadoaunodesusheraldoscomomensajeroparaentregar
unmensaje en la propiedadMacHugh.He recibido noticias de los viajerosdiciendoquehayungrantumultoenlasHighlands—mintió—.Ytemiendoporlavidadelmensajero,sabiendocuánimportanteessumisiónparaelrey,mehecomprometidoa reunirunejércitoparaasegurarleunviaje seguroalmensajero.
Coswoldnosedabacuentadelaveracidaddesudeclaraciónacercadelostumultos,yaquetodavíanosabíaqueMacKennahabíamuerto.
Elabadhizoentraralbarónalsalón.—Estoy seguro de que elmensajero regresará a salvo, barón, pero sois
bienvenidoaquedarosaquíparaquepodáisverloporvosmismo.Haréqueelcocineroostraigacomidaybebida.Sihayalgomásquepuedahacerparaqueosencontréiscómodo,soyvuestrohumildeservidor.
Página287
Elabadseapresuróairahacerlosarreglosparaacogeraloshuéspedesinesperados.
Cuando el grupo, agotado por el viaje, regresó a la abadía después delanochecer,Coswoldestabaesperándolosparasaludarlos.
Elmensajerosesorprendióalveralbarón.—¿Elreyosenvíoconmásórdenesparamí?—preguntó.—No —respondió Coswold. Apartando una silla de la mesa para
ofrecérselaalmensajero—.Elreyconfíaenustedysabealigualqueyocuánimportantesonsusdeberesaquí.Suseguridadesimportanteparaél…ydadoquenohaynadaqueyovaloremásquelafelicidaddelrey,sientoqueesmiobligaciónencargarmedesubienestar.
Dedicándoleunaobsequiosasonrisa,leseñalólasilla.—Siénteseconmigo,cuéntemesuaventuramientrasbebemosunpocode
vino y comemos algo de queso. ¿Los MacHugh son tan salvajes ymalhumoradoscomoheoído?¿YladyGabrielle?¿Siguetanhermosacomolarecuerdo?
Elmensajero se sintió halagado por la atención del barón y ansioso decompartir su experiencia. Después de la segunda copa de vino, estabacompletamenterelajadoylaspalabrasfluíanlibremente.
—¿Queréisqueosdigapalabraporpalabratodoloquedijocadaunodeellos?
—No, no, para nada—dijoCoswold—.Guarde su informepara el rey.Solomeinteresasabercomoesesagente.
—Nolediréalreycadapalabraqueescuché.ÉlsoloquerrásabersiladyGabrielleaceptósudisculpaysuofrecimientodeFinney’sFlat.
TomóuntragodevinomientrasCoswoldesperabaimpaciente.—Ahorapararesponderavuestrapregunta,escierto.LadyMacHughes
unabelleza—dijo—.Tambiénparecíacontenta.Sunuevoclanestuvo felizdeescucharqueahoraFinney’sFlatleperteneceasulaird.Ellos…
Coswoldlointerrumpió:—¿LadyMacHugh?¿QuerrádecirladyGabrielle?—Ahora es lady MacHugh, puesto que se ha casado con el laird
MacHugh.Debodeciros,quecuandoélmemirabamehacía temblardentrodemisbotas.Esunguerreroferoz.
ElmensajeroaceptómásvinoycontinuóhablandoacercadelaimpresiónquelehabíacausadoellairdMacHugh.NonotólaangustiadeCoswold.
Mientras charlaba amistosamente acerca de la pareja casada, Coswoldmanteníalamiradaalfrente,apretandotantosucopaqueelbordecomenzóa
Página288
doblarse por la presión. La bilis que le subía del estómago le quemaba lagarganta. Tuvo que emplear toda su fuerza de voluntad para no ponerse agritar de furia. Demasiado tarde. Era demasiado tarde. Gabrielle lo habíaeludidounavezmás.¿Habríaperdidotambiéneltesoro?
Cada vez que el mensajero hacía una pausa, Coswold asentía paraalentarlo y le volvía a llenar la copa. Después de tanto vino, el mensajerocomenzóafarfullar,ycomenzóasentirlospárpadospesados.
—Tengosueño—dijocomenzandoalevantarse.Coswoldseapresuróaofrecerlemásquesoypan.—Dormirámejor con el estómago lleno—dijo, sonriendo ampliamente
cuandoelmensajeroextendiólamanoparaalcanzarlacomida.—¿Qué otras noticias escuchó?—preguntó Coswold—. Los MacHugh
sonungrupomuycuriosodepersonas.Losencuentro fascinantes—añadióparaqueelmensajeronopercibieraunmotivomásprofundo.Dudabadequea lamañana siguiente el borracho fuera a recordar nada de lo que hubieradicho.
—Mientras esperaba que lady MacHugh volviera a salir, probé unavariedad de comidas muy interesante. Había unas mollejas que disfrutémucho…
Coswoldlodejódivagar,conlaesperanzadeoíralgodeinterés.—Estabancelebrando—dijoelmensajero,bostezando.Teníaunpedazo
dequesoatascadoentrelosdientesyCoswoldapartólavista.Laconductadelborrachoseestabavolviendocadavezmásdesagradable.
—¿Celebrando qué? —preguntó, incapaz de ocultar la irritación en suvoz.
—Finney’s…—Parecióhaberperdidoelhilo.—¿Estaban celebrando las noticias de que ahora Finney’s Flat les
pertenecía?—AguijoneóCoswold.—Sí,sí.Lespertenece.—¿Semencionóquesulairdfueraarecibiralgomás?Elmensajeroparpadeóvariasveces,tratandodeconcentrarse:—¿Qué?—Oro—murmuróCoswold—.¿Semencionóoro?Elmensajeroserascóelmentón.—No,orono.Coswoldseestabaahogandoensudesesperación,sehundióenlasillay
enterrólacabezaentresusmanos.—Perdido—murmuró.
Página289
Pensó que el mensajero se había quedado dormido, pero estabaequivocado.
—Tesoro.—¿Quéfueloquedijo?—preguntóCoswoldásperamente.—St.Biel.Hayuntesoro.—¿Saben lo del tesoro? —demandó. Sacudió al mensajero para
despertarlolosuficientecomoparaquecontinuara.—Elsacerdote…dijoqueobtendríasutesoro…—masculló.Coswoldseinclinómáscercadelhombreparapoderoírcadapalabra.—¿Alguiendijodóndeestáesetesoro?—No…ladyMacHugh…ladyMacHughdijo…Coswoldagarróalhombreporloshombros.—¿QuédijoladyMacHughacercadeltesoro?Lacabezadelhombrerodóhaciauncostado.—Dijoqueellairdobtendríalatierra…peroquenoobtendríaeltesoro.Coswoldsoltó loshombrosdelhombreyseapartó.Quizásno fuera tan
tardedespuésdetodo.
Página290
Capítulo49
Colm era un hombre posesivo. Mantuvo un ojo avizor sobre Gabrielle ydescubrióquenolegustabaqueningúnotrohombreestuvieramuycercadeGabrielleniquefijarasuvistaenellademasiadotiempo.
En los días que siguieron a su matrimonio, no aflojó la guardia. Unanoche después de la cena, Liam y Colm estaban a solas en el gran salón.MientrasWillayMaurnalevantabanlamesa,Liamdecidiósacareltemadelaintensavigilanciadesuhermano.
—Venaquíjuntoalfuego,Colm,paraquepuedahablarteenprivado.Liam se apoyó sobre una rodilla y tiró un grueso leño al fuego, luego
acercóunasillaalcalorysesentó.Colmseinclinódelantedelhogaryaguardóaverquéteníaquedecirlesu
hermano.—¿TienesrazonesparadesconfiardeGabrielle?—preguntóLiam.LapreguntaofendióaColm,pero sabíaqueLiamno tenía intenciónde
insultarniaélniaGabrielle.—Porsupuestoqueno—murmuró.Liamasintió.—Tienes razón al confiar en ella. Nunca te sería infiel. Puede verse a
quienpertenecesucorazón.—¿Yadóndeseráquepertenece?Suhermanorio.—Nopuedesestartanciego.Sabesqueteama.Colm no se dio por enterado de las palabras de Liam. El amor era un
asuntodelcualhablabanlasmujeres,nologuerreros.—¿Por qué me preguntaste si desconfiaba de ella si ya sabías la
respuesta?—Debidoatucomportamiento.Actúascomounhombreceloso.—No estoy celoso. Cuido lo que es mío. Gabrielle se merece tanta
proteccióncomocualquierotromiembrodemiclan.—Estuesposa,Colm.
Página291
—Ylacuidarébien.Gabriellecaptósuatenciónalaparecerenlasescaleras.Sehizoaunlado
yaguardómientrasdosdeloshombresdeColmtransportabansubaúlarriba.—Gabrielle,¿porquéestásllevandosalatuhabitación?Mientrasloshombrespasabanlesdijo:—Porfavor,colocadloenmirecámaraenlaparedopuestaalhogar.—Osmostraré donde debe ir—gritóMaurna mientras se apresuraba a
acudirensuayuda—.Peromilady,¿porquéqueréisunbaúldesalenvuestrodormitorio?
—Noes sal—leexplicóaMaurna.Y luego lesdijoaColmyLiam—:Colm, recuerdaque te dije que todos los baúles estaban llenos de sal salvouno.Me tomó una eternidad encontrar el baúl correcto, y como era obvio,estabaenelfondodelapila.
—UsarásloscoloresMacHugh.Notienesnecesidaddeusarropainglesa—respondió.
—Puede que no la necesite, pero de todos modos voy a conservarla.También hay otras cosas en el baúl, recuerdos y preciados objetos deWellingshireySt.Biel.
—BuenDios,Gabrielle,yatienessuficientesrecuerdosdeSt.Biel—dijoLiam—. Colm, ¿viste el tamaño de la estatua que mandó el abad? EstáguardadaenelalmacénhastaqueconstruyasunacapillaparaGelroy.Luegoirádentrodelaiglesia.
—No,Liam—dijoGabrielle—.Noiráadentro.Sequedaráafuerajuntoalapuertaparaquetodospuedanverlacuandoentren.Esunatradición.
—¿EnSt.Bielningunadelasestatuasestádentrodelasiglesias?—Porsupuestoqueno.LerezamosaDios,noalasestatuas.Liamsehabíapuestodepie al entrar ella en lahabitación,y cuando se
hubosentado,regresóasusilla.—¿Esverdadquetraeránotraestatuadepartedetupadre?—Sí.Pertenecióamimadre,yahoraqueestoycasada laheredoyo.Es
tradición.—¿Haymásdecaminohaciaaquí?—dijoColmlentamente.—Solounadocenaoalgoasí—bromeó.Estaba riendo debido a su reacción cuando sus guardias pidieron hablar
conella.Lesechóunvistazoalosrostrosseriosdesuslealesguardiasysupoinmediatamentequéibanadecirle:seiríanasuhogar.
Gabrielle respiró hondo y trató desesperadamente de contener laslágrimas.Estaríamalquellorara.MiróaColmdereojoypudodecirporsu
Página292
expresiónquelosguardiasyahabíanhabladoconél.Lentamenteseacercóaellosyjuntólasmanoscomosiestuvieraorando.
—Osvaisacasa.MiróaStephenmientrashacíaesadeclaración.—Hallegadolahora,princesa.Yanosconvencimosdequevuestrolaird
osmantendráasalvo.—Hassidomimejoramigo,Stephen.Nosécomopodréseguirsinti—
dijo,tomándolelamanoentrelassuyas.Él le hizo una reverencia y dio un paso atrás.A continuaciónGabrielle
tomólamanodeLucien.—Hemos sufridomuchas desventuras juntos, ¿no es así? Pienso que te
alegrarálibrartedemí.—Nay,noescierto,princesa.Osecharédemenosysiempreosllevaréen
micorazón.Fausteraelsiguienteenlafila.—¿Puedes creerlo, Faust? Pronto verás lasmontañas de St. Biel—dijo
tomándolelamano.—Osecharéenfalta,princesa.Christieneraelúltimo.Letocólamanoydijo:—Me has salvado de la muerte demasiadas veces como para llevar la
cuenta.Tedebomivida,Christien,yteextrañaré.—No tendréis que extrañarme durante mucho tiempo, princesa.
Regresaré.Sabrécuandohayallegadolahora.Hicieronprofundasreverenciasysefueron.Unasolalágrimabajóporsu
mejilla.Sindecirpalabra,Gabrielledejóelsalónysubióasuhabitación.Colmsabíaquenecesitabaestarasolas.Esperótodoloquepudo,yluego
fue a su recámara.Estaba acurrucada en la cama, llorando.La tomóen susbrazosylaconsolódelaúnicaformaquesabía.Ladejóllorar.
Página293
Capítulo50
ElpadreGelroylaayudóalidiarconsupérdidahaciéndolasentirculpable.—Por supuesto que extrañáis a vuestros guardias. Durante todos estos
añoshan sido comohermanosmayoresparavos, pero tenéisquepensar enque ellos deben encontrar su propio camino. St. Biel es su hogar, y debéissentiroscontentaporellosdequeahorapuedanregresaravivirsusvidasallí.
Gabrielle sabía que el sacerdote tenía razón, pero le era difícil sentirsecontentaporelloscuandolosextrañabatanto.Afortunadamentelamanteníanocupadayteníapocotiempoparaponersemelancólica.
Elclanlefacilitabalaadaptaciónasunuevaformadevida.GabriellesehabíaganadosusimpatíacuandoseenteraronquehabíamatadoaunhombreparamanteneraLiamasalvo.Seganósuamory respetoalcasarseconsulaird y darle Finney’s Flat. Al hacerle frente a lady Joan poniéndola en sulugarlesdemostróqueteníacarácter,locualconsiderabanunbuenrasgo.
Todolemundoseturnabaparainstruirla.MaurnayWillalaayudabanaaprender comogobernar la casa.Gabrielle debía decidir elmenú para cadacomida, cuando debían cambiarse los juncos, y cuando debían airearse loscolchones, y cientos de otras cosas que hacían que el castillo funcionarafluidamente.
Ni el ama de llaves ni la cocinera jamás pronunciaron un «no» ni ledijerondirectamenteque estaba equivocada en algo.Teníanuna formamássutildehacerlesabercuandopensabanquesehabíaequivocado.
—Estanochecenaremospastelesdecarne—ledijoGabrielleaWilla.Lacocineranegóconlacabezamuylevemente.Gabriellelointentóotra
vez:—¿Cenaremospollo?Otrarápidasacudidadecabezasiguióaesaorden.Gabriellesuspiró.—Corderoentonces.Ungestodeasentimiento.—Sí,ladyMacHugh.Serácordero.
Página294
Elpicapedreroyelfabricantedevelaslainstruíanacercadelasrelacionesentre los distintos clanes. Sentían que era imperativo que su amacomprendieratodaslasenemistadesexistentes.
Gabriellenisiquieraestabamuyseguradesaberdóndeestabanubicadoslosdistintosclanes.
—¿Porquées importantequeestéal tantode todas lasenemistades?—preguntó.
El fabricante de velas se quedó azorado ante el hecho de que pudierahacersemejantepregunta.Respondióconotra:
—¿Sinosabéisconquiénestáispeleando,comosabréisconquiénhablaryaquiénmaldecir?
Noteníaunabuenarespuestaquedarle.Esanochemientrassepreparabaparaacostarse, lepreguntóaColmpor
losclanes.—HaytantosclanesenlasHighlands,quenopuedoacordarmedetodos.—Mañanatedibujaréunmapaytemostrarédóndevivecadaclan.—¿Dibujarás el mapa antes o después de queme lleves a visitar a los
Buchanan?Seapartódelaluzparasacarselaropainterioryponerseelcamisón.Su
timidezdivertíaaColm.Yasehabíametidoalacama.Sepusodecostado,seapoyósobreelcodo,eindolentementelevantólacabezaparaobservarla.
Gabrielle retrocedió en dirección al fuego para calentarse mientras sedesenredabaelcabello.
—¿Porquéteponesesecamisón?—preguntóColm—.Sisabesquevoyaquitárteloencuantovengasalacama.
Bajóelcepilloysevolvióhaciaél.—DebovisitaralosBuchanan.¿Mellevarásmañana?—No.—LadyGillianesmiqueridísimaprima.—Nisiquieraconocesalamujer.—Aúnasímeesquerida.—Tengodeberesqueatendermañana.Nopuedo.—¿AlgunaotrapersonapodríallevarmeconlosBuchanan?—No.—¿Pasadomañana?—No.Venalacama.Lomirófijamenteporunlargominuto.—No.
Página295
Nopareciódesconcertadoporsunegativa.Sesintiódecepcionada,yaqueesperabahacerlo enfadar.Hubiera salido rabiandode lahabitación,peronoteníaotro lugaradonde ir.Además,nopodía irserabiandoaotraparteanoserquesevistiera.Gabrielledecidióquevestirserequeríademasiadoesfuerzoparahacerloconelúnicopropósitodeirritarloaél.
Solo le llevóunospocos segundosmásadmitirpara símismaque ibaatener quemeterse en la cama si no quería congelarse hastamorir.Cruzó lahabitaciónhastalacama.
—Soloparaquelosepas.Novineati.Vinealacama.Comenzóatreparsobreélparaalcanzarsuladodelacama,peroconun
solomovimientoéltiródesucamisónpasándoseloporencimadelacabezayprovocandoqueaterrizaraconfuerzasobresupecho.Leempujólaspiernashaciaabajo,atrapándolasconlassuyas,yluegorodósobresímismodeformaquelasujetódebajodeél.
Lemordisqueóelcuellomientrasdecía:—Soloparaquelosepas.Tevoyahacerelamor.Éltuvolaúltimapalabra.
GabrielleibacaminandoendirecciónallagoconLily,laesposadeBraeden,queestabaembarazadadesuprimerhijo.Eratantímidacomovergonzosa,yhablabaconuntonodevozapenasmásaltoqueunsusurro.Eraunamujerdetemperamentodulce,yGabrielledisfrutabadesucompañía.
—¿Esteesellagoenelcualnadanloshombres?—preguntóGabrielle.—En el lado más alejado, donde no podemos verlos. A ellos no les
importaría—dijoLily—,perosabenqueanosotrassí.—¿Nohaceunhermosodía?Elaireestanvigorizante.—Gabrielleestiró
losbrazosydejóqueelsolleentibiaraelrostro.—Esperaaverellago.Elaguaesclara—dijoLily—.Aunqueheladaal
tacto.Aúndurantelosmesesdeveranoelaguapermanecefría.Solometerlospies dentro hará que te castañeteen los dientes. No sé como los hombrespuedentolerarla.
—Graciasporadvertírmelo.Measegurarédenoprobarlanunca.Gabriellesesentóbajounárboldisfrutandodeesapacíficahoradeldía.
Habíapasadolahoradelalmuerzo,peroaúnfaltabanunaspocashorasparalacena.
Lily hablaba acerca de los preparativos que estaba haciendo para lallegadadelbebé,yGabrielleestabaapuntodehacerleunapreguntacuando
Página296
EthanyTomsalieroncorriendodeentrelosárboles.TomestabapersiguiendoaEthan.
—Nodeberíanestaraquísolos—dijoLily.Gabrielleestuvodeacuerdo.Llamóa losniños.Ethanestaba intentando
aventajaraTom,peronopudocambiardedireccióna tiempoparalograrlo.Lo observó tropezar con sus propios pies propulsándose a sí mismo paraterminarcayendodentrodelagua.
LilygritópidiendoayudamientrasqueGabriellesesacabaloszapatosdeunapatadaycorríaameterseenelaguadetrásdelniño.Elaguaestaba tanfríaquetemióquesucorazónsedetuviera.MientrasTomllorabaenlaorilla,pescóaEthan,losacóalasuperficieyluego,mientraselniñoescupíaytosía,lollevóatierrafirme.
—Estáfría—ledijoaTomcuandopudorecuperarelaliento.—LadyGabrielle,podríayoprobar…—comenzóadecirTom.Sabíahaciadondesedirigía.—No,nopuedesprobarelagua.Venidconmigo,losdos.LilypusosuchalalrededordeloshombrosdeEthan.—Estanocheestarásestornudando—predijo.AGabriellelecastañeteabanlosdientes.—Nilanieveestanfríacomoesaagua—dijo.Lilyasintió.—La tía de los niños vive solo dos cabañasmás allá de lamía.Yo los
acompañaréasucasa.Deberíasiracambiartederopaantesquecomiencesaestornudar.
Afortunadamente,niColmniLiamestabanenelcastillo,yfuecapazdellegar a su habitación sin ser notada. Desafortunadamente Ethan y Tom ledijeron a todo elmundoque se cruzaronpor el caminoque ladyMacHughhabíasaltadoalagua.ParacuandoGabriellehuboterminadodecambiarsederopayestuvocalentándosejuntoalfuego,todoelclansabíaquehabíaestadonadandoenellago.
WillayMaurnallamaronasupuerta.—¿Necesitaréismásmantasmilady?—Estoybien—lesaseguró—.Perosiquieroquemedigáiscomollegara
lacasadelosmellizos.Megustaríahablarconsutía.Willalemostróelcamino.Cuandoabrieronlapuerta,Gabrielleentendió
porquéalosniñosselespermitíaandarlibremente.Latíaerabastantemayoryseveíacomosinecesitaraunasiestadeunañodeduración.
Página297
Gabrielle fue invitada a entrar. Ethan no se veía tan mal como podríaesperarse.Tantoél comoTomestaban sentadosa lamesacomiendo loqueparecía ser lamisma fea pasta queWilla siempre trataba de hacer comer aGabrielle.Aunquealosniñosparecíagustarles.
—Sequedaránadentrohastamañana—prometiólatía—.Ethan,recuerdatusmodales.AgradecealadyMacHughporsalvartedelamuerte.Discúlpateporlasmolestiasquelecausaste.
Ladisculpafueofrecidayaceptada.LatíaguioaGabrielleafueraycerrólapuertaparaquelosniñosnopudieranoírla.
—Losiento,milady.EthanyTomsonbuenosniños.Loshetenidodesdelamuertedesuspadres.Nohasidofácil,hetratadodehacerlomejorquehepodido,ytodoelclanmehaayudado,peronecesitanmásdeloqueyopuedodarles.
Gabrielletomólamanodelamujerentrelasdeella.—Hablaré con el laird —prometió—. Estoy segura de que pensará en
algo.Asuregresoalcastillo,Gabriellesintióunapunzadadeculpa.Despuésde
quejarseanteColm,acusándolodequetomabademasiadasresponsabilidadesy nunca delegaba, aquí estaba ella dándole aún otro problema más queresolver.
Cuando Colm y Liam entraron en el gran salón ella estaba esperandosentadaalamesa.PorelceñodeColmylasonrisadeLiam,asumióqueyasehabíanenteradodelincidenteocurridoenellago.
—¿Disfrutastedelanatación?—preguntóLiam.Noestabadehumorpararisas.—¿Se te olvidó prohibirles ir al lago? —dijo mirando furiosamente a
Colm.—Penséquelohabíahecho—dijo—.¿Estásbien?Supreocupaciónlacalmó.—Eseniñocasiseahoga.Hayquehaceralgo.—Seacercóaélylobesó
enlamejilla—.¿Lostomarásatucuidado?Sinolohacesnollegaránalosseisañosdeedad.
Willa llevó la cena a lamesa.Gabrielleyahabía comido,pero se sentójuntoaColmmientrasélyLiamcomían.
—¿Sabes que después de que pesqué a Ethan, Tom también queríaintentarlo?
Liam se ahogó con el sorbo de agua que acababa de tomar. Gabrielleaguardóhastaquedejódetoseryluegolepreguntócuántosañospensabaque
Página298
podríatenerlatía.—Noquieroserpocoamable,peropareceteneralmenosochenta—dijo.—Enrealidad,esaproximadamentedetumismaedad—dijoLiam—.Eso
esloquetresañosconesosniñospuedenprovocarte.Lefruncióelceño.—Esonoesgracioso.GabriellesevolvióhaciaColm.—Ama a esos niños, pero son demasiado para ella. Tienen demasiada
gentediciéndolesquédebenhacer,yporellonoescuchananadie.Colmasintió.—Hablaréconlamujer.Gabriellesequedócontentaalsaberqueibaatomarmedidas.DosdíasdespuésGabrielleentróenelgransalónllevandounacanastade
hierbasyvioaEthanyTomsubiendolasescalerasatodavelocidad.Maurna,depieenelescalóndeabajo,losobservabaconaprehensión.
—¿Adóndevan?—preguntóGabrielle.—Avuestrarecámara—respondióMaurna.Unpocoalarmada,Gabriellepreguntócautelosamente:—¿Yesoporqué?—Todassuscosashansidomudadasalahabitacióndellaird.Losniños
viviránaquí.MaurnasevolvióhaciaGabrielleconunasonrisaquedabaaentenderque
estabaresignadaaunqueunpoquitodesesperadatambién.—¿Ylatía?—preguntóGabrielle.—Sequedaráensucabaña.Estámuycontentaconlosarreglosydiceque
eslomejorparalosniños.Lavisitaránamenudo.Gabrielleestabaapuntodepreguntarcomosesentíanlosniñosacercade
su nueva vivienda, pero oyó los chillidos de risa provenientes del pisosuperior.Yateníasurespuesta.
Página299
Capítulo51
Fue un día glorioso. Colm había sorprendido a Gabrielle, llevándola acabalgar. Fueron hacia un paraje que dominaba el hermoso valle y allíaminoraron la velocidad de sus caballos hasta que avanzaron con un pasosuave.
Colmnuncaanteshabíadejadosusdeberesparapasarunratodeocioconella,yGabriellesospechabaprofundamentedesusmotivos.
—Notengootrosmotivos,Gabrielle—ledijo—.SabíaquequeríassacaracabalgaraRogue,porloquedecidícomplacerte.
—EraFaust el que solía salir a cabalgar conmigo…—se le agrandaronlosojosporlasorpresa—.¡Estássiendoatento!
—¿Quieresmalgastar nuestro tiempohablando acercadelmotivopor elcualestamoscabalgandojuntos,oprefierescabalgarefectivamente?
Era una delicia tener a su esposo todo para ella, pero el tiempo se lesescapabademasiadorápidamente.
LehablósobreEthanyTom:—Selesdarántareasquepuedanefectuar,ypodránsalirajugarunavez
quelashayanterminado.—¿Quiénlesasignaráesastareasyseencargarádecomprobarquehayan
sidorealizadas?Dirigióa sucaballoparaquesepusiera juntoaldeella.Extendiendo la
manolaacercóaél.—Ladueñademihogar.Labesóantesdequepudieradiscutir.Cuandoalzólacabeza,dijo:—Fuistetúlaquemesugirióquedelegara.—Sí.Pero…—Eshoraderegresar—ledijo.Ella pensó que sonaba renuente, y eso la complació. Tal vez le gustara
pasartiempoasolasconellatantocomoaellalegustabapasarloconél.Estabanacercándosealpuentelevadizocuandounsoldadolosinterceptó.
Página300
—Laird, hay un mensajero que dice que viene de parte del padre devuestraesposa.
—¿Mipadre?—gritóGabrielle.Colmseestiróyagarrósusriendasparaquenopudierasaliralacarrera
sinesperarloaél.—¿Dóndeestáelmensajero?—En la base de la montaña. Los guardias saben que no deben dejarlo
seguiradelantesinantesobtenervuestroconsentimiento.—Quesequedeallí.Yoiréhastadondeélseencuentrayoirésumensaje.—Sí,laird—respondió.—Gabrielle,túpermanecerásadentro.—Preferiríaircontigo,esposo.—Túirásadentro.Ellayanointentaríaserdiplomática.—Quizásdeberíaexplicártelodeotra forma.Voya ir contigo.Antesde
quemelovuelvasanegar, tediréqueconozcoaloscriadosdemipadre,ypuedo decirte si el mensajero viene de Wellingshire o no. Además —seapresuró a decir antes de que pudiera interrumpirla—, aún estaré en tustierras. En muchas oportunidades me has dejado cabalgar hasta elpromontorioconmisguardias.
Eraunsólidoargumento,ydecidiócambiardeopinión.Permaneció detrás de él y aminoró la marcha cuando alcanzaron una
curvacerradaenelcaminoqueestabajustoencimadelalíneadivisoriaentreFinney’sFlatylamontaña.
—Colm,¿ysitraemalasnoticias?—Entonceslasescucharemosjuntos.No tuvo tiempodepreocuparseporesaposibilidad,yaqueunavezque
huborodeadolacurvacerradadelcamino,pudoveralmensajero.—¡EsNigel!—exclamó—.Esunodeloscriadosmáslealesdemipadre,
yloconozcodesdehaceaños.GabrielleespoleóaRogueparaqueseapresuraramientras legritabaun
saludo al mayordomo de su padre. Nigel no esperó a que desmontara,inmediatamenteleentregóelpergaminoqueteníaenlasmanos.Sabíaquelamisivaseríagenuinaporquellevabaelsellodesupadre.Estabatanexcitadaqueapenaspodíacontenersemientrasleía.
—Mipadrevendráaverme…vernos—secorrigió—,yllegaráestefindesemana.Sonnoticiasfantásticas,Nigel,ytedoylasgracias,porhabérmelastraído.
Página301
AlzólavistahaciaColm.—Legustaríarefrescarse.¿Puedoofrecerletuhospitalidad?—Puedes.—Lehizoseñasaunodesusguardias—.Llévaloalascocinas.EncuantoNigelestuvofueradelavista,abrióelmensajeyseloleyóa
Colm.
Hija,estefindesemanallegaréatunuevohogarparaverpormímismoqueestasasalvoybiencuidada.Mehandichoqueestáscasadayqueeresfeliz.Lojuzgarépormímismounavezquehayaconocidoatumaridoypuedamirartealosojos.
Cuandomedijeronloquehabíastenidoquesoportarenlaabadía,meenfurecí.Tebusquédesesperadamente.Mellegaronnoticias del laird Buchanan diciendo que estabas a salvo yprotegida.Me sentí grandemente aliviado, hija, peromi furiasubsistió. Llamé a mis vasallos para prepararme para laguerra.Otrosbaronessemeunieron.Elreytratódereparareldaño que Coswold y Percy habían provocado, pero nodescansaréhastaqueamboshayanpagadoporsuspecados.
CuandoGabriellemiróaColm,teníalágrimasdealegríaensusojos.—Vienemipadre.Estassonbuenasnoticias.ColmlaalzóhastaellomodeRogue.—Sitehacesonreírdeesaforma,entoncessí,sonbuenasnoticias.Leentrególasriendasysesubióasumontura.—Oh, espera—dijo Gabrielle, desenrollando el pergamino nuevamente
—.Haymásqueleer.—Estudióelpapel.—¿Quédice?—preguntó.—Te veré pronto—leyó—. Y por favor lleva a mi hija a visitar a su
queridísimaprimaalastierrasdelosBuchananlomásprontoposible.Pasóasuladocabalgando,sinvolverseaobservarsureacción.Colmlasiguió,yelecodesurisaseescuchóatodololargodelvalle.
EllunesBraedencabalgóconGabriellehastalabasedelamontañaparaversisupadrehabíacomenzadoacruzarFinney’sFlat.
—¿No fue apenas ayer que el mensajero os dio las noticias? —lepreguntó.
—Sí,asífue,Braeden.—¿Yacasovuestropadrenoosdijoqueestaríaaquíelfindesemana?
Página302
—Sí,lohizo,peromipadreconfrecuenciajuzgaerróneamenteeltiempoquellevaviajar.Podríaestarcabalgandomuyrápido—leexplicó.
Braedenpodíaverloexcitadaqueestaba.Noqueríadesilusionarlaconlaviabilidad de esa idea, por lo que no dijo nada más acerca del asunto ycontinuóbajandolamontaña.
ElmartesporlamañanaColmpartióparaconcurriraunareunión.EllairdRamsey Sinclair había convocado a todos los lairds a una reunión que sellevaría a cabo en su propiedad para discutir los recientes eventos en lasHighlands.Desdequeacaeciera lamuertedel lairdMonroey a causade lahostilidadprovocadaporellairdMackenna,habíahabidomuchodesasosiegoentre losclanes.EnesemomentolosMonroeestabanpadeciendounaluchade poder entre dos de los sobrinos del laird, y los MacKenna carecíancompletamentedelíder.Antesdequelascosasselesfuerandelasmanos,loslairds se reunirían en esta cúspide y juntos decidirían un curso de accióncomún.
Colm no podía prever cuánto tiempo estaría fuera, pero le aseguró aGabriellequeregresaríacontiempodesobraparaconocerasupadre.
—¿Por qué siempre debo llevar una escolta cuando voy a observar lasplanicies?—preguntó—.Permanezco en tus tierras.Estoy completamente asalvo.
—Estaráscompletamenteasalvoconunaescolta.El martes por la tarde fastidió a Michael hasta que salió con ella a
cabalgar.Volviódoshorasdespués.ElmiércolescoaccionóaJames.Regresóenunahora.El jueves laescoltóPhilip.Estaba lloviendo,ynoregresóhastadespués
depasadastreshoras.ElviernesMichaelcabalgónuevamenteconella.Nuncaregresó.
Gabriellehabíadesaparecido.Habíaocurridoenlacurvacerradacercadelabasedelamontaña.Michaelestabacabalgandodelantedeella,yGabriellesequedó sola por no más de quince o veinte segundos. Pero ese fue todo eltiempoquenecesitaron.
Michaelpensóqueestabajustodetrásdeél.PodíaoírloscascosdeRoguesonandocontra laspiedras.Sabíaque su señorahabíaaminorado lamarchacomoerasucostumbrejustoantesdellegaralacurva.Aunladoseabríaunprecipicio con rocas sueltas en el borde.Si andabamuy cercaRoguepodía
Página303
perderpie.Delotro ladohabíaunpeñón.Árbolesachaparradosyespinososcrecían en él en ángulos perpendiculares al camino, y parecían tentáculostorcidos estirándose sobre el camino. Los matorrales eran tan densos queahogabanlossonidos.
Gabrielleyelguardiahabíanestadocharlandoamigablemente.—Creoqueellairdvaaampliarestecamino—ledijo—,paraquevosno
tengáisquepreocuparosdequevuestrocaballopuedaresbalar.Esperandounarespuesta,mirócasualmenteporsobresuhombro.Rogue
aún estaba detrás de él, pero Gabrielle había desaparecido. Saltando de sumontura,lallamóagritos:
—¿LadyMacHugh?No hubo respuesta. Pensando que podría haberse caído, emprendió el
regresohacialacurvacorriendoyvolviendoagritarle:—¿Estáisherida?¿LadyMacHughdóndeestáis?Ytampocoobtuvorespuesta.Michaellegritóalcentinelaqueestabaenel
lejanorisco:—¿Lahasvisto?AnuestraSeñora…Elguerreronopodíaoírloperolosdoscentinelasquepatrullabanlacolina
detrásdeéllooyeronydieronlaalarma.LosgritossobresaltaronaRogueyelasustadizoanimalsegiróypartiócomounrayoendirecciónalacimadelacolina.
Frenético,Michaelsedeslizóhaciaabajopor lapendienteparaversisuseñora se había caído. No estaba allí. Después de volver a trepar, usó suespadaparasegaralgunosdelosmatorrales,aferrándosealaesperanzaquesuseñora de alguna forma se hubiera visto atrapada entre las espinas y queprontolollamaríaparaqueacudieraensuayuda.
—No está aquí. Ella no está aquí —gritó, con la voz rasgada por elpánico.
En cuestión de minutos el área estuvo hormigueando con guerrerosMacHugh, todosbuscandoaGabrielle.LiamyBraeden,ambosrastreadoresexpertos,tomaroncadaunounaseccióndelcaminoparabuscarhuellas.
Michaelhabíapisoteado lamayorpartedelcaminoycortadogranpartedelosmatorrales,porloquehabíapocaevidenciadedóndeycómoalguienhabíallegadohastaGabrielle.Liambajóunadistanciamayorporlapendientehasta donde el terreno se nivelaba. Dobló en el desgastado sendero que seabríahacialaizquierdadondelacomposicióndelsuelopresentabamástierraquerocas.Caminóunabuenadistancia.Cuandomiróhaciaatrás,yanopodíaverlasenda.
Página304
—¡Braeden!—bramó.Braeden, que había estado buscando en el otro lado de la pendiente,
acudiócorriendo.—Yo diría que al menos eran quince hombres—estimó Liam. Bajó la
vistahacialasuavetierraquehabíasidoholladaporhuellasdepiesycascosdecaballos.
—Creoqueeranmás—dijoBraeden.Liam retrocedió. Las pisadas formaban un ángulo desviándose hacia la
espesuraquesubíatodoelcaminohaciaelrisco.—Parecequeunpardeellossesepararondelgrupoaquí.Braedenlosiguiómientrasrastreaba lasramasrotasycortadas.Liamse
detuvoalllegaralacimaqueestabaporencimadelacurvacerradaquehabíaenelcamino.
—Aquíesdondeseescondieron—dijo—.Estabanesperandoquepasaradebajodeellos.
—Mira—dijoBraedenmientrasseagachabaytirabadealgoatrapadoenunaespinosarama.Levantólamanoconunjiróndetelaverdeenlapuntadesusdedos.
—Hoy lady Gabrielle llevaba un vestido verde. —Miró tristemente aLiam—. Organizaré a los hombres para que busquen a esos bastardos. TúllévateadosguerrerosycabalgaatodavelocidadhastalapropiedaddellairdSinclairparadarleaColmestahorriblenoticia.
Liamasintió.Eraundeberquetemíamásquelamuerte.
Página305
Capítulo52
Gabriellesedespertóconunpunzantedolordecabeza.Abriólosojosytratódeentenderqueleestabapasando.Miróasualrededoryviounahabitacióndesconocida,asícomoloeralacamaenlaqueyacía.Eltechoerabajo,estabalosuficientementecercacomoparaque,sisesentaba,pudieratocarloconlamano.Estabaenunaespeciededesván.Elolorquesepercibíaenelaireeramohosoyrancio.Fueraloquefueraestaedificación,nohabíasidousadaporunlargo,largotiempo.Lostronquitosdepajalepinchabanlaespalda,ysobreel rostropodíasentir laasperezade lamantaquealguienhabía tiradosobreella. Sintió un pinchazo en la mejilla y levantó la mano para tocársela.Cuandobajolamano,teníaunamanchadesangreenlosdedos.Entoncesviolosarañazosqueteníaenelbrazo.
Lentamente se aclaró la bruma que empañaba su mente. Rogue. HabíaestadomontandoaRogue.Yhabíaunanimal.No,no.Pensóqueelruidoquehabíaoídoeraprovocadoporunanimalhurgandoenbuscadecomida.Habíaoídouncrujido.Luegolaasaltóundolorcegador.
En el piso inferior se oyó el chirrido de una puerta abriéndose, y elsusurrardegenteentrandoenlahabitación.AlinstanteGabrielleestuvobiendespierta. Quería arrastrarse hasta el borde de la abertura que llevaba aldesvánparapodermirarhaciaabajo,perotemíaquelavieranolaoyeran.
Noestuvoseguradecuantaspersonashabíaabajohastaqueescuchósusvoces.
—Serámejorquerecesparaquesedespierte,Leod,porquesinolohace,él teva amatary te enterrará justo encimade ella.Nuncahevisto anadieactuarasí.¿Visteelbrillodedemenciaquehabíaensusojos?Eracomosieldiablomeestuvieramirandofijamente.
—Yo solo hice lo que me mandaron a hacer —protestó Leod—.Escuchaste lo que dijo.Que la dejara sin sentido rápidamente antes de quetuviera oportunidad de gritar y que luego te la entregara a ti para que latransportaras, y eso fue lo que hice, Kenny. La dejé sin sentido. No meimporta cuanto se enfade, a nosotros nos cargaron con todo el trabajo.
Página306
Mientras que los demás nos estaban esperando en el lado este, nosotrostrepamos por el costado del risco, tratando de no hacer ruidomientras nosabríamos camino entre la espesura. Yacimos boca abajo esperando durantehorasyhorassinpodermovernosparanada.Tengolapieldemanosybrazosrasguñadaportodasesasespinas.Tambiéntengocalambresenlaspiernas.Nodeberíagritarnosniamíniatiporquehicimoseltrabajo.
—Séquelohicimos,peronodeberíashaberusadolahondaconella.—Esloqueusoparaatraparamispájaros.—Unamujernoeslomismoqueunpájaro,Leod.Además,atuspájaros
lesrompeselcuello.—Eslaúnicaformaqueconozcodematarlosmanteniendotodalacarne
paracocinarlos.—Podríashaberlerotoelcuelloaella.—Uséunapiedrapequeñaparaqueesonosucediera.—Ciertamenteesperoquesedespierte.¿Tengoelrostroensangrentado?—Sí.Deberíamoshabertenidomásayuda—sequejó.—TeníamosaAndrewjustodetrásnuestro.—¿De que nos sirvió?Es tan bajo y flaco, que parece que tuviera diez
años, y no puede levantar nada más pesado que un cubo. Debería haberenviadoaotrohombreconnosotros,ynoaunniño.
—Suaspectoesengañoso.Tienecasilamismaedadquenosotros.Essoloque se ve más joven y endeble, pero he oído que ha tenido su cuota dematanzas y no estoy hablando de pájaros. Utiliza el cuchillo. Se paseapareciendotaninocentey¡bam!apuñalaconelcuchillo.
—¿Algunavezlevistehacerlo?—No,peroheescuchadoaotroshablandoacercadeello.Yocorreríamuy
rápidosiAndrewseacercaraamíconunasonrisaenloslabios.Serámejorqueahorasubasesaescalerayveassiestárespirando.
Gabrielleoyóel sonidode laescalera siendoarrastradaporel suelo.Lapartealtagolpeócontralaaberturaquedabaaldesván.
—No creo que esto pueda sostenerme —rechazó Leod—. Trae a esechico.Dileaélquelohaga.
—Yatelodije.Andrewnoesningúnchico,ysisube,laposeeráantesdebajar.
Gabriellecerró losojos, tratandodeaquietar supalpitantecorazón.Oyólas botas sonar en los travesaños que formaban la escalera, y mientras elhombre se acercaba, se quedó absolutamente quieta. Despedía un olorrepugnante.
Página307
Él se golpeó la cabeza contra el techo inclinado. El colchón de paja seladeócuandose inclinósobreella.Lepuso lamanoenelpechoymientrasella pretendía estar inconsciente los dedos se movieron sobre sus senos.Deseómatarlo.
RetirólamanodeuntiróncuandoKennylegritó:—¿Estárespirandoono?—Sí,peroaúnestádurmiendo.—Lasacudió—.Noabrelosojos.—Entoncesbaja.Leoigoacercarse.Leodmurmuróunjuramentomientrasbajabalasescaleras.—Dejalaescaleradondeestá.Querráverla.Lapuertavolvióaabrirse,yentrólapersonaalacualestabanesperando.
Nonecesitabaverleelrostroparasaberquienera.Encuantoabriólaboca,losupo:elbarónCoswold.
Gabrielle pasó de una atontada incredulidad a la rabia enmenos de unsegundo. ¿Por qué estaba Coswold allí? ¿Qué querría de ella en estaoportunidad?Peronohabíatiempoparaintentarentendersusmotivos.Envezdeello,necesitabaencontrarunaformadeescapar.
—¿Estássegurodequeestádormida?—demandóCoswold,yantesqueLeod o Kenny pudieran responder, dijo—: ¿Cuánto tiempo habéis estadoaquí? ¿Estabais hablando? ¿Habéis dicho alguna cosa que ella haya podidooír?
—Acabamos de entrar, ¿no es así, Kenny?—dijo Leod—.No tuvimostiempodehablar.Entré,agarrélaescalera,ysubíaversiestabarespirandoosihabíaabiertolosojos.
—Estáviva—dijoKenny.—Peronoestádespierta.—Traedlaaquíabajo—ordenóCoswold.—Peroaúnnoestádespierta—lerecordóKenny.Gabrielleescuchóunforcejeo,yluego:—Latraigo.Yaselatraigo.ElhombresubióaldesvánotravezylevantóaGabrielledelacama.La
llevóhasta laentradadeldesvány tirósucuerpoflojoaunosbrazosquelaestabanaguardandoabajo.
—Acercadesasillayponedlaallí.Leod,traecuerdayátala.Gabrielle continuó fingiéndose dormida mientras era empujada y
aguijoneada.Teníalacabezacolgando,yelcabellolecubríaelrostro.SabíaqueCoswoldestabafrenteaella.Sentíasusmalvadosojosfijosenella,podíaoírsusjadeos,yaspirósuasquerosamentedulceoloraaceitesperfumados.
Página308
Leod ató una cuerda alrededor de su cintura y tiró de los extremostensándolos detrás de la silla. Luego envolvió otra cuerda alrededor de susmuñecasylaatóconundoblenudo.
—Estábienyatada—dijo.Sonabaorgullosodesuhabilidadmanual—.Nopuedesoltarse.
Ella palpó los nudos con los dedos y pensó que podría ser un truco.Seguramenteélsabíaqueeracapazdedeshacerlosnudos.¿Estabaintentandoprobar que estaba despierta? ¿O era realmente tan estúpido? Tuvo surespuestacuandosealejó.
—Traedmeunvasoconagua—ordenóCoswold.Cuandolotuvoenlamanodijo:—Salid.Losdos.—Quiereestarasolasconella.—SeburlóKenny.—¿Quévaahacerconellaatadaalasilla?—¡Salidyquedaosfuerahastaqueosllame!—gritóCoswold.En cuanto la puerta se hubo cerrado detrás de los hombres, Coswold
agarróaGabrielleporel cabelloy le tiró la cabezahaciaatrás.Le lanzóelaguaalacara.
Ellagimióy lentamente abrió losojos.Tenía suhorrible rostro frente aella.
—Despierta,Gabrielle.Despierta.Le hizo daño, deliberadamente, colocándole la base de la palma de la
manosobre la frenteparaempujarle lacabezacontrael respaldode lasilla.Luego contradictoriamente se arrodilló frente a ella y muy gentilmente leapartóelcabellodelrostro,acariciándolelamejillaconeldorsodelosdedos.
Sucontactolerepugnó.Arrastróuna silla y se sentó enfrentándola.Aferrándose las rodillas con
lasmanos,laestudióconcuriosidad.—Noquierohacertedaño,Gabrielle.Nolerespondió.Vioqueteníaunaexpresióndesquiciadaenlosojos.—Quierohacerteunapregunta,esoestodo—dijoafablemente—.Cuando
me hayas dado una respuesta satisfactoria, podrás irte a casa. Solo unapreguntayunarepuesta.Cooperarás,¿noesasí?
No contestó. Él inclinó la cabeza y la estudió, aguardando. Luego,repentinamente,arremetiócontraelladándoleunabofetadaconeldorsodelamano.
—¿Estáslistaparaescucharmipregunta?Senegóaresponder.Lavolvióagolpear.
Página309
—¿Dóndeestáeloro?Antesdequetuvieratiempoareaccionar,dijo:—QuieroeltesorodeSt.Biel.¿Dóndeestá?—Eltesoronoexiste—dijo,preparándoseparaotroataque.Nolagolpeó.—Sí,existe.FuiaStBielymeconvertíenuncreyente.Elreynoleenvió
eloroalPapa.Loescondió.—Siesofueracierto,entoncessellevóelsecretoalatumba.Coswoldbalanceóundedodelantedeella.—No,no.Elsecretohapasadodegeneraciónengeneración.Tumadrelo
sabía,¿verdad?Ytelodijoati.—No,nopodríahabérmelodicho,porqueeltesoronoexiste.—Elsacerdote loconfirmó.Asíes.Elmensajeroinformóquecuandoel
sacerdote sacó el tema, dijiste que no se lo darías a losMacHugh.Así queefectivamentesabesdóndeestá.
—No,élnosereferíaaloro.Lavolvióagolpear,cortándolelacomisuradellabio.—Nocreoquecomprendasenteramentemisituación,Gabrielle.Eltesoro
meliberarádelrey.Hesidosupeónporúltimavez.Aunquepudieraescapardeél,notendríaaliados.Ahoralosbaronesmevencomoellacayoreal.Silosbarones se revelaran, me degradarían junto con el rey. Así que ya ves, notengonadaqueperder.
Pensóqueéldeseabaquesintieralástimaporél.Habíaenloquecido.—Penséqueseríamuysencillo.Pediríatumanoytetendría.Habíaoído
loscuentosacercadeltesoroescondido,peronoloscreíhastaqueelreymeenvío a St. Biel para asegurarse de que su administrador no lo estuvieratraicionando.Echéunvistazoaesemagníficopalacioyvivariasmonedasdeoro conmis propios ojos.Me dijeron que las conservaban como recuerdo,peroqueelrestohabíasidoenviadoalPapa.
Sonriendo,sepalmeólacabezaconlosdedos.—Pero nadie podía decir cuánto oro había en un principio.Cuantamás
genteinterrogaba,másmeconvencíadequeelreyhabíaguardadolamayorparteparasímismo.Yentoncesconocíaunancianoquelohabíavisto…eloro… pilas y pilas de oro. Y simplemente desapareció. ¿Adónde fue,Gabrielle?
—La codicia hace que te comportes de manera irracional. Te digo laverdad.Eloronoexiste—dijo.
Élsuspiródramáticamente.
Página310
—Sí,lohay.Despuésdetodoloquehehecho…sí,lohay.—Nopuedodecírtelo,porquenosédóndeestá.—Entoncesadmitesqueexiste.—Actuabacomosiacabaradeengañarla
paraqueconfesara.Ellasacudiólacabeza.—No.Él se sentó hacia atrás en la silla, cruzó una pierna sobre la otra y
comenzóabalancearindolentementeunpie,haciadelanteyhaciaatrás.Pasóun largominutoencompletosilencio.Luegosu temorseconvirtió
enterror.—¿Amasatupadre?—lepregunto.Elladejóescaparungritoahogado.—¿Dóndeestá?¿Quélehashecho?—¿Qué le he hecho yo? Nada, aún. Tu padre no viajaba con tantos
hombres comoparaquepudieranprotegerlodeunaemboscada.Me facilitólas cosas. Lo estuve observando mientras marchaba a través de territorioMacHugh. Supe exactamente dónde atacar. No te preocupes. Aún está convida, aunque su condiciónestádeteriorándose.Dimedóndeestá el oroy lodejarévivir.
Cuandonorespondióinmediatamente,Coswolddijo:—¿Creesquepuedoestarmintiendo?¿CómosabríaqueelbarónGeoffrey
estabadecaminohaciaaquí?Seríamuyfácilconseguirunaprueba.Enviaréaalgunosdemishombresadóndeseencuentra.Silecortanunamanoytelatraen,verásportimismaqueaúnconservaelanilloconsuselloeneldedo.
—¡No!—gritó—.Noteatreveríasamataraunbarón.—¿No?¿Porquéno?Yahematadoaunlaird.—¿Monroe?¿MatasteallairdMonroe?Élseencogiódehombros.—No podía permitir que él te tuviera. Tenía que poder hablar contigo
acerca del oro.AMacKenna no le importaba lo que yo hiciera en tanto élobtuviera Finney’s Flat. Por supuesto que no sabía nada acerca del tesoro.Dudoquedeotraformahubieraestadotanconforme.Vivoprobóquenomeeradeningunautilidadpero,ahoraqueestámuerto,mehasidodeayudayaque nos encontramos en la cabaña de un granjero perdida enmedio de sustierras.Suclanestátanconfusoquenotieneniideadequeestamosaquí.
—Miesposovendráabuscarme.—Primero tendrá que encontrarte, y me aseguré de que mis hombres
partieran en todas direcciones para cubrir las huellas ¿quieres perder a tu
Página311
padreyatuesposo?—No.—Entonces dime dónde está el oro y hazlo rápido. No podemos
quedarnosaquísentadosdurantedías interminables.Deesaformatuespososeguramentenosencontrará,yyotendréquematarlo.
—Telodiré.Sujadeosonócomoungruñido:—Sí,sí,dime.—EstáenWellingshire—mintió—.Ybienescondido.Élrio.—EloroestáenWellingshireytupadre…—Mamánopodíadecírselo.Yosoylaúnicaquelosabe.Pertenecea la
familiarealdeSt.Biel.—Deberásdecirmeexactamentedóndeestá,yaqueWellingshireescasi
deltamañodeunpequeñopaís.¿Estáescondidoenelcastillo?—No,estáenterrado.—¿Dónde?—demandó.Teníael rostrodistorsionadoconunaexpresión
salvaje,asídegrandeerasuobsesión.—Debomostrártelo.Eslaúnicaforma.Comobiendijiste,lapropiedades
inmensa.—EntoncesiremosaWellingshire.—Simi esposo se entera, nos seguirá, y no dejaré que lomates.Debes
enviarloenladirecciónopuesta.—¿Cómolehagollegarlasnoticias?—Miespososabeleeryescribir.—Perocomo…—Podríaescribirleunmensajediciéndolequeescapéyqueahoraestoya
salvoconmipadre.Lepediríaquefueraabuscarme.—Los MacKenna—dijo, asintiendo—. Le dirás a tu esposo que ellos
fueronlosqueteraptaron.ParacuandoCoswoldterminódedecirleloquedebíacontar,pensabaque
la idea de enviar esemensaje había sido suya. Llamó a Leod para que lesconsiguiera algo con loque escribir, pasóunahora antesdeque el hombreregresaracontintayunpedazodepergamino.
Gabrielleescribióexactamenteloquehabíasidoacordado,peroantesdefirmarconsunombre,levantólavistaparamiraraCoswold.
—Noquieroquematenalmensajeroantesdequetengalaoportunidaddedarleelmensajeamiesposo.¿Nohayalgúnmuchachoalquepuedasenviar?
Página312
No tan jovencomoparaqueno tengaedadparamontaryno tanviejoqueaparenteserunhombre.Miesposonomataráaunmuchacho.
—Si —dijo Coswold—. Haré que un muchacho lleve el pergamino.Ahora, termina. Está oscureciendo, pero con la primera luz de la mañana,habremospartido.
MientrasCoswoldsepaseabaporlacabaña,Gabrielleañadíasuspalabrasfinalesalmensaje:
—Porfavorvenprontoabuscarmeyprometoquesiempreharéloquetúdigas.
Para cuando Liam llegó a la propiedad Sinclair, Colm ya había partidoiniciandoelviajederegresohaciasuhogar,eligiendootraruta.Liamdiolavuelta y emprendió el regreso, esta vez por el camino del norte.Alcanzó aColmcuandoesteestabaapuntodecruzarFinney’sFlat.
Colmlovioacercarse.Unsentidodetemorseapoderódeél.—Gabrielle—gritóLiam—.¡Hadesaparecido!Hasidoraptada.—¿Quién?¿Quiénselallevó?—Nolosé—dijo—.Esposiblequeparacuandoloencuentres,Braeden
tengamásnoticias.LafuriadeColmnopodíasercontenida.Nublabasuspensamientos.—Sialgollegaraaocurrirle…—Nopienseseneso—leordenóLiam.Pero eso era todo en lo que Colm podía pensar durante su frenética
cabalgatahaciaelhogar.Nopodíaperderla.Mientrascabalgabasubiendoporelcaminoquelollevabaasupropiedad
cayó la noche. Rezó, pidiendo que la hubieran encontrado y estuvieraesperándoloparadarle labienvenida.Entonces lediría—gritaría al cielo—que laamaba.Deberíahaberledichoesaspalabrasantes.Nopodía sermuytarde.
Unodeloscentinelaslegritódesdeelrisco:—Allí…cruzandoelvalle.Unjinete.Colm y Liam se volvieron a tiempo para ver una sombra que se
aproximaba. A la luz de la luna llena, pudieron distinguir la figura de unhombrealomosdeuncaballo.Cabalgaronasuencuentro,alcanzándoloantesdequetuvieratiempodedesmontar.
—Traigounmensajeparael laird—dijoelhombre,convoztemblorosa—.Metiólamanodentrodelacamisaysacóunpergaminoenrollado.
Página313
—¿Quiéneres?—preguntóLiam.—MinombreesAndrew.—¿Quiéntepidióqueletrajerasestoallaird?—EraunMacKenna.SoydelclanDunbar.Ibadecaminoacasadespués
deunacaceríacuandounhombremedetuvoymepidióqueostrajeraesto.Dijoqueeramuyurgente.Noséloquedice,yaquenoséleer.
Colmagarróelmensajedelamanodelmensajeroyloleyó.SeloentregóaLiamyseñalólasúltimaspalabras.«Loquetúdigas»estabasubrayado.
Arrancóalhombredesumonturaylosostuvoporelcuello.Suvozteníauntonomortalaldecir:
—Lo que mi esposa me dice es que todo lo que acabo de leer es unamentira.Yesosignificaquetútambiénestásmintiendo.
—Yosoysolounmensaj…Colmlecortóelairealapretarleelcuello.Noaflojóhastaquelosojosde
Andrewcomenzaronasalírseledelasórbitas.Enel transcursodesolounosminutos,Andrewleshabíadichotodoloquequeríansaber.
ColmlediolasiguienteordenaLiam:—Átaloasucaballoytráeloconnosotros.Sivuelveamentir,rezarápara
quelelleguelamuerte.
Andrewlosguioalacabaña.ColmsabíaqueGabrielleestabaadentro.Teníaquesercauteloso.Laluz
de una sola vela brillaba a través de la ventana y pudo oler el humo de lachimenea. Los soldados de Coswold se habían retirado por esa nocheacostándosealrededordeuna fogataal surde la cabaña,dondeelpastoerablando.Suhogueraardíaafuegolento.
BraedenseabriócaminoatravésdelaoscuridadparacontarcuántoseranyluegovolvióalladodeColm.LentamentelosguerrerosMacHughdieronlavuelta hasta que tuvieron a los hombres y la cabaña rodeados. Cuandohubieron asumido sus posiciones, avanzaron. Colm se arrastró detrás delguardiaquehabíafrentealapuertaprincipalylomatóantesdequepudieraemitir sonido. Bajó al hombre hasta el suelo, luego comprobó la puerta.Estabaatrancada.Levantólamanoparadarlaseñal,yluegoabriólapuertadeunapatadayentróalacarga.
Coswoldhabíaestadodurmiendoenunasillayselevantócomounrayoante el sonido de la puerta estrellándose.Manoseó su cinto en busca de ladaga,peroerademasiadotarde.Sabíaqueibaamorir.
Página314
LeodestabasentadoenelbordedelaaberturadeldesvánconlaspiernascolgandohaciaabajoyGabrielleestabasentadaenuncolchóndepajadetrásdeél.
—¡Matadla!—gritóCoswold.LaspalabrasnohabíanacabadodesalirdesubocaantesdequeGabrielle,
usandocadaonzadefuerzaquetenía,arremetiócontodosucuerpocontralaespalda deLeod y lo envío volando hacia abajo con la cabeza por delante.Aterrizósobresurostro,quebrándoseelcuello.
Colmmatóasuoponenterápidamente.LecortólagargantaaCoswoldytirólaensangrentadahojaalsuelo.
Gritó el nombrede su esposay corrió hacia la escalera para alcanzarla.Ellacayócontraélsollozando.
—Sabíaquevendrías.La apretó con fuerza y trató de calmar los latidos de su alborotado
corazón.—Noteperderé,Gabrielle.Ellaseapartó.—Colm, mi padre —gritó—. El ejército de Coswold lo matará. Lo
tienen…Colmladetuvo.—TupadreestápasandolanocheconlosBuchanan.—¿Estásseguro?—lepreguntóincrédula.—Sí, cuando estábamos en la reunión le informaron a Brodick que tu
padre había llegado. Estaba demasiado cansado para continuar el viaje. Loverásmañana.
Lalevantóensusbrazos.—Llévameacasa—ledijoapoyandolacabezaensuhombro.
Página315
Capítulo53
AlpadredeGabrielleColmnolecayóbiendeinmediato.AColmtampocolegustómuchoelbarón.Eraneducados,perosemostrabancautoselunoconelotro.
ElpadresuavizósuactitudcuandoviocómotratabaColmaGabrielle.Lequedóclaroqueellairdlaamabayquelaatesoraría.Colmsuavizósuactitudhaciaelbaróncuandoviocuántoqueríaasuhijaycomoloqueríaellaaél.
Willa hizo una cena especial con faisán asado como plato principal ytantos otros platillos que Gabrielle perdió la cuenta. Cada vez que Willallevabaunplatoalamesa,lesonreíaaGabrielle.
Liamentróazancadasyfuepresentadoalbarón.—¿Gabrielleoscontócómosalvómivida?—dijo.—Deboescucharesahistoria—dijoelbarón.—¿Milady,sipudiera tomarosprestadaporunmomento?—interrumpió
Maurna.GabrielleseexcusóysiguióaMaurnaquesubíalasescaleras.—DejéqueMarysefueraacasatempranoestanoche—dijoMaurna—.
Esdemuchaayudaconestosdosniños,yosagradezcoquelaagregaraisalpersonal de la casa. Pensé que losmellizos se habían ido a dormir. Subí amirarlosylospesquésaliendodelahabitacióndellaird.
Depieenloaltodelaescalera,EthanyTomesperabanconlascabezasbajas.
—Losiento,milady—dijoEthan.—Yotambién—dijoTom.—Decidle a vuestra señora lo que habéis hecho—dijoMaurna. Estaba
tratandodepermanecersevera,peroGabriellepudooírlaternuraensuvoz.Sabíaquelosniñostambiénpodíanoírla.
—Soloqueríamosmirardentrodelbaúl—dijoTomsinlevantarlavista.—¿Mibaúl?—preguntóGabrielle—.¿Porquéquerríaismirarallídentro?Ethanlevantóloshombros.—Nolosé,perolohicimos.
Página316
Tomasintió.—Encontréunaestatuaallí.—Yotambiénencontréuna—admitióEthan.—Peroyonorompílamía.Túsírompistelatuya.—Niños, las estatuas no os pertenecen a ninguno de los dos —dijo
Maurna.TomtomólamanodeGabrielle.—Ethanlosiente.—Losdejoconvos, ladyGabrielle,mientrasvoyavuestrahabitacióna
vereldaño.—Yomeharécargo,Maurna.Puedesbajar.Gabrielle llevó a los mellizos a su habitación y los metió en sus
respectivas camas. Habló con ellos acerca de respetar la privacidad de losdemás,yleshizoprometerquenovolveríanaentrarenlahabitacióndellairdsinpermiso.Luegolesdiounbesodebuenasnochesycerrólapuerta.
Mientras recorría el corredor, pensó en pedirle a Colm que quitarapermanentementelatapadelbaúl.Silosniñostrepabanaélylapesadatapasecerraba,podríanresultarseriamenteheridos.
Un fuego calentaba la habitación. La tapa del baúl estaba abierta yapoyadacontra lapared,yunadelasestatuasdeStBielyacíamitaddentromitadfuera,colgandopeligrosamenteenelborde.Laotraestabaenelsueloylefaltabalacabeza.
Levantó ambas piezas y se acercó al fuego para ver si la piedra podíarepararse.Sosteniendoelcuerpodelaestatuaendeterminadoángulonotóquealgocaptaba la luz. Inclinó laestatuay laexaminómásdecerca.Sequedócongelada.Oro.Elcentrodelapiezadepiedrahabíasidoahuecadoyllenadodeoro.Nopodíacreerloqueestabaviendo.Volvióamirar.Eloroestabaallí.
Gabrielle tenía que sentarse. Fue hacia la cama y puso las piezas en suregazo.
¿Elmitono era unmito? ¿Realmente el reyGrenier había escondido eloro? Estaba atónita. Entonces, pensó, ¿si había oro en una estatua, podríahaberloenotra?Teníaquedescubrirlo.Gentilmentedejólaspiezasrotasenlacamaycorrióhaciaelbaúlparacogerlaotraestatua.Parpadeóvariasvecesmientras lagolpeabacontraelhogardepiedra.Le llevó tres intentos lograrquesedesprendieralacabeza.
—Losiento,sanBiel—susurró.Yahíestaba.Oro.Lasegundaestatuatambiénestaballenadeoro.
Página317
Tuvoquevolverasentarse.Erademasiadoparaasumirlo todo junto.Laestatua que tenía en el almacén también debía estar llena de oro.No habíanecesidadderomperla.
Otra estatua vendría desdeWellingshire.La estatua que sumadre habíatraídoconellacuandosecasó.¿SabríasumadreelsecretodesanBiel?
Un pensamiento la llevó a otro y ese a otro, y pronto sumente estabadandovueltas. ¿Laestatuagiganteque seerguía sobreelpuertodeSt.Bielestaría llena de oro? Comenzó a reír. Por supuesto que lo estaba. Oh, quehombretanlistohabíasidoelreyGrenier.
Sequedósentadaenlacamaunlargoratomientraspensabaenlahistoriaque su madre la había ayudado a memorizar. Érase una vez un año en elque…laspistasestabantodasahí,pero¿lashabríaadivinadosumadre?Ysilohabíahecho,¿selohabríaconfiadoasuesposo?
Gabriellenosupocuánto tiempopermaneciósentadapresadelasombro.Devolviólaspiezasrotasalbaúlylocerró.
Cuandovolvióalsalón,leparecióquesupadreestabamásrelajado.Colmparecióaliviadoalverla.Labesórápidamente,ydijo:
—Tedejaréparaquehablescon tupadre.—Envozmásbajaañadió—:venprontoalacama.
Liam también se retiró para que ella y su padre pudieran tener unaconversaciónprivada.Gabriellesesentócercadeél,frentealfuego.
—Lo amo, padre —dijo apresuradamente, antes de que pudierapreguntárselo.
Élhizoungestodeasentimiento.—Puedoverlo.Pasó los siguientes diez minutos refiriéndole las muchas virtudes de
Colm.—¿Piensasquealgunavezvolverásacasarte,padre?Megustaríaquelo
hicieras.Nomegustapensarqueestássolo.—Quizás.—Sinoestásmuycansado,megustaríahacerteunaspreguntas…acerca
deSt.Biel.
Gabrielleyacíajuntoasuespososusurrándoledulcespalabras.Acababandehacerelamor,yaúnestabasinaliento.HabíanhabladobrevementeacercadeCoswoldperoahoraenlaoscuridadledijocuánasustadahabíaestado.
—Teníamiedodenovolveraverte.
Página318
—Yonopodíasoportarperderte—susurróél.Letemblólavoz—.Debodecirteestoahora.Teamo,Gabrielle.
Selellenaronlosojosdelágrimas.—Meamas—susurró.Seestiróhaciaarribay lebesó labarbilla—.Me
acabasdedarelregaloquemipadreledioamimadre.—¿Suregalofueelamor?—Lo fue.Y tardó un largo tiempo en llegar, según creo. En todo caso
paramimadre,fueasí.Cuandosecasaron,nolegustabamuchomipadre.Laapartó de su hogar en St. Biel. Pensé que te llevaría mucho más tiempodecirmeesaspalabras.Siempremeestabasdejando.
Élseechóareír.—Admitiréestosolounavez.Meteníaspreocupado.Teníastantopoder
sobremí.Cuandoestabacontigo,nopodíapensar.Peroyanotedejaré.LesdarémásresponsabilidadesaLiamyBraeden,yasípodrétenertiempoparaestarcontigo.
Permanecieronensilencioporunospocosminutos,yluegoellasusurró:—¿Teagradamipadre?—No loconozco losuficientecomoparaquemeagrade.Esunhombre
malhumorado.Nosesintiócomplacidoalverrasguñosentusbrazosyrostro,perocuandosupoqueCoswolderaelresponsable,yanopudoculparme.
—Hoylosniñossemetieronenmibaúl.Élrio.—Entraronaquí…—Sentían curiosidad. Debes sacarle la tapa. Temo que uno de ellos se
quedeatrapadodentro.—Dentrodeunosdías, iremosavisitara losBuchananparaquepuedas
conocera tuqueridísimaprima—bromeó—.Piensoque talvezdeberíamosllevaraEthanyTomyolvidartraerlosderegreso.
—Nolosdejarás.Estáncontentosaquí.Ethanrompióunademisestatuas.Élbostezó.—¿Lohizo?—Estaballenadeoro.—¿Estabaqué?—Oro—susurró—. La estatua estaba llena de oro. Rompí la otra solo
paraverquéhabíadentro,ytambiénteníaoro.Sureacciónfuemuyparecidaaladeella.Sequedópasmado.—Verdaderamentehabíauntesoro.
Página319
Gabrielle le repitió la historia que sumadre la había enseñado.Cuandohuboterminado,dijo:
—Ahora,queséquedentrodecadaestatuahayoro,medoycuentacuáninteligenteeraelreyGrenier.LosCruzadosibanamatarasuslealessúbditosporquelosobligabaapagarpeajeparaatravesarsusmontañas.Creíanqueelpaísestaballenodepaganos,entonces¿quéfueloquehizoelrey?Consagrósupaísaunsantoy lecambioelnombre, luegoenvíoalPapaunapequeñacantidad del oro recaudado. Los Cruzados no se atreverían a lastimar a supueblo.UnataqueasugenteseríacomounataquealPapa.
—¿Porquéelreymantendríaeloroescondidodurantetodoesetiempo?—Mimadrelecontóamipadrequeelreyeraunhombresabio.Sabíaque
unagranriqueza tambiénprovocaríaunagrancodicia.Suscampesinoseranfelices.
—Ylacodiciacorromperíasuformadevida.—Sí.Colmsonrió.—Sí, fue un hombremuy astuto al usar a su santo favorito para que le
ayudaraasalvarasupaís.—Lahistoriacontinúa.Lepreguntéamipadre,ymedijoqueloqueyo
sospechabaeracierto.—Seestiróylesusurróaloído—.NoexisteningúnsanBiel.
—Seinventóunsanto…—dijoColm,despuésdeunlargosilencio.—Salvó a su pueblo de la única forma que sabía—lo defendió—. No
obstante,mepreguntoquépensaríanloslíderesdelaiglesiasilosupieran.Nopuedodecírselo.
—No,nopuedes.—Actualmente,elreyJohneselgobernantedeSt.Biel,ynoobtendráel
tesoro.Lomantendré a salvo,yundíamishijas ehijosoirán lahistoria, yentoncesseconvertiráensudeberprotegerlo.
Colmvolvióareír.—Conrazónnuncaponenlasestatuasdentrodelasiglesias.—Esunatradición.—Comenzadaporunreyquesabíaqueseríaunablasfemia.—Dejaréquenuestroshijosysusfuturoshijossepreocupenporlaiglesia.—Pero debes legar el secreto—dijo mientras la empujaba suavemente
paraponerladeespaldas—.Yyoharémiparte,amor,asegurándomedequetengashijosehijasaquienestraspasárselo.
Página320
JULIEGARWOOD(Kansas,Missouri,EE.UU.,1946).Provenientedeunafamiliacatólicadeascendencia irlandesamuynumerosa,esunaescritoradenovelasrománticas,unaautenticasuperventasdentrodelsubgénerohistóricodurante catorce años. Ha conseguido situar once títulos en las lista desuperventas del New York Times. Maestra en la recreación de ambienteshistóricos, y dotada de una especial sensibilidad para retratar personajesllenos de pasión y con sutil sentido del humor. En sus últimas novelas sinembargo, desde 2000 se ha adentrado en el suspense-románticocontemporáneo,conconsiderableéxitotambién.
También ha publicado novelas para adolescentes, y usado el seudónimo deEmilyChase.
Página321
Notas
Página322
[1]Bliaut:VestimentafemeninadelsigloXIIajustadaenelbustoyelabdomenyconunavoluminosafalda.Elrasgomáscaracterísticoeranlasmangasquese ajustaban desde el hombro hasta el codo y luego se abrían cayendo casihastaelsuelo.<<
Página323
[2]Loch:Significalago,yseponedelantedelosnombresdelagosescoceses.<<
Página324
[3]Trencher:Esuntipodevajilla,comúnmenteusadaenlacocinamedieval.Untrenchereraoriginalmenteunpedazodepanviejo,cortadoconformadecuadrado,yusadocomoplato,sobreelcualseponíalacomida.Alfinalpodíasercomidoconlasalsa,peromásfrecuentementeselesdabacomolimosnaalospobres.Luegoeltrencherevolucionóconvirtiéndoseenunplatodemetalodemadera.<<
Página325
Página326