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Agradecido homenaje de despedida al Cardenal
Ángelo Amato, S.D.B., celoso glorificador de los
mártires españoles
A fines de agosto de
2018, a sus 80 años, ha
cesado en su cargo de
Prefecto de la
Congregación para las
Causas de los Santos
su Emcia. Rvma.
Cardenal Ángelo Amato,
S.D.B., tras diez años
de ejemplar desempeño.
Nacido en 1938 en
Molfetta, ciudad costera
cercana a Bari, ingresó
en la congregación
salesiana, siendo
ordenado sacerdote en
1967. Cursó estudios en la Gregoriana y es profesor emérito de Teología
Sistemática en la Universidad Pontificia Salesiana de Roma.
San Juan Pablo II le consagró arzobispo de Sila en 2003, y le nombró
secretario del Cardenal Josef Ratzinger en la prefectura de la Congregación
para la Doctrina de la Fe. Elegido éste como papa Benedicto XVI, tras el cese
por jubilación del Cardenal José Saraiva Martins en julio de 2008, le nombra
Prefecto de la Congregación para las Causas de los santos, elevándole en
noviembre de 2010 a la dignidad cardenalicia.
En la beatificación de 487mártires españoles el 28
de octubre de 2007en Roma, última presidida por
el Cardenal José Saraiva, éste afirmó
categóricamente en su homilía: «Los mártires,
llegado el momento, no dudaron en ofrendar
su vida de una vez con el grito "¡Viva Cristo
Rey!" en los labios… Invocando la intercesión
de los mártires, acudamos confiadamente a
Nuestra Señora, su Reina, para que, inflamados por un vivo deseo de
santidad, sigamos su ejemplo.» Mons. Ángelo Amato se adentrará en esta
senda, afirmando valerosmente la recta doctrina y refutando cuantos errores y
falsedades propalan los enemigos de los mártires.
Al precisar en 2005 los ritos de beatificaciones y canonizaciones, el Papa
Benedicto dispuso que las primeras se celebren preferentemente en la
diócesis que ha promovido la causa, nombrando el Papa un representante suyo
para que dé lectura oficial a la carta apostólica con la que concede el título y los
honores de beato al siervo de Dios, normalmente el prefecto de la
Congregación para las causas de los santos. El
cardenal Ángelo Amato ha actuado como
Delegado Pontificio en las catorce
beatificaciones de mártires de la
persecución religiosa celebradas en
España desde 2010 a 2017durante su
decenio de prefectura.
«SUFFICIT TIBI GRATIA MEA»
Escudo episcopal de Mons. Amato con su lema: Me dijo el Señor: “Te basta mi gracia” (2 Cor. 12,9)
Mons. Amato quiso poner su
ministerio episcopal y su secretaría de la Congregación para la
Doctrina de la Fe bajo el carisma que expresa su lema: “Te basta mi gracia”,
que presidirá también su prefectura de la Congregacion para las Causas de los
Santos. El lema es versículo de 2 Cor. 12.9, que
en su perícopa completa viene precedido de:
«Tres veces…oré al Señor… Él me ha
respondido: ¡Mi gracia te es suficiente, ya que
(mi) poder se muestra plenamente en la
debilidad!», pues la debilidad humana es
condición querida por Dios para el buen fin de
sus proyectos.
Mons. Amato, sonriente prelado humilde y
prudente, salesiano en sus modos y maestro
en su palabra, se identificó plenamente con el
cardenal Ratzinger como secretario de la
Congregación para la Doctrina de la Fe, y
luego ya como prefecto de la Congregación de
las Causas de los Santos.
Los católicos españoles le debemos agradecer que, actuando como Legado de
los Papas Benedicto y Francisco en las beatificaciones de nuestros mártires,
remarcara en sus homilías el tono sobrenatural, proclamando sin prudencias
humanas, entre otras, esta decena de verdades que en los últimos tiempos
habíamos ido dejando de oir:
1.- En los años 30 del siglo
pasado hubo en España una
persecución religiosa, primero
en fase legal y luego en fase
sangrienta, que causó miles de
mártires. «Fue una tormenta que
azotó violentamente a la nación
cubriéndola de polvo, de humo, de
sangre y de cadáveres; una
macabra exaltación del mal y del
odio». (Beatificación de los mártires
Vicencianos)
«Se vivió un verdadero
holocausto católico» (Beatificación
de los mártires de Canet de Mar)
2.- Su motivación no fue política ni social, sino preternatural, inspirada
por Satanás. «En el periodo oscuro de la hostilidad anticatólica de los años 30,
vuestra noble nación fue envuelta en una niebla diabólica.» (Beatificación de
Tarragona)
«Las garras del maligno se abatieron con inaudita crudeza sobre obispos,
sacerdotes, consagradas y laicos católicos.» (Beatificación de los monjes
benedictinos en Barcelona)
«En la dulce y amable tierra española había llegado la hora del anticristo… En
aquel período hubo tinieblas sobre la tierra. El enemigo de Dios logró por breve
tiempo bañar de sangre inocente esta tierra bendita» (Beatificación de los
mártires de Viaceli en Santander )
3.- La persecución tenía por objeto exterminar a la Iglesia en España para
acabar con la fe católica de su pueblo. «La finalidad de la persecución era la
anulación de la Iglesia Católica, exterminando a sacerdotes, religiosos y fieles y
profanando, quemando y destruyendo todo» (Beatificación en Oviedo de los
Mártires de Nembra)
«En aquel tiempo en España prevaleció la ideología anticristiana que pretendía
la anulación total de la Iglesia, de los sacerdotes y los laicos comprometidos en
el apostolado católico. En aquella larga Cuaresma de Pasión, en el calvario
español, no había solo tres cruces, sino miles y miles de crucificados
diseminados por todo el país.» (Beatificación de los mártires de Almería)
4.- Los mártires no fueron caídos de la guerra civil, sino sino víctimas de
una radical persecución religiosa, en que fueron sacrificados por odio a
la fe, sólo porque eran católicos. «Estos hermanos y hermanas nuestros no
eran combatientes, no tenían armas, no se encontraban en el frente... eran
hombres y mujeres pacíficos. Fueron matados por odio a la fe, solo porque
eran católicos, porque eran sacerdotes, porque eran seminaristas, porque eran
religiosos, porque eran religiosas, porque creían en Dios, porque tenían a
Jesús como único tesoro, más querido que la propia vida... A la atrocidad de
los perseguidores, no respondieron con la rebelión o con las armas, sino con la
mansedumbre de los fuertes.» (Beatificación de Tarragona)
5.- Un inmenso número de fieles españoles fueron mártires sacrificando
su vida para impedir la descristianización de España. El Papa Benedicto
XIV en su clásico «Tratado de
Canonización de los Santos» escrito
en el siglo XVIII, afirma: «Hay martirio
cuando el perseguidor, movido de
hecho por su odio a la fe, inflige la
muerte, aunque se vanaglorie de
hacerlo por otra causa». Por ello
Mons. Amato declaró mártires a «Un
inmenso número de fieles españoles
que se sacrificaron su vida para
impedir la descristianización de
España». (Beatificación de monjes
benedictinos de Madrid)
6.- Los millares de mártires de esta
persecución religiosa no han sido
una desgracia que lamentar y
olvidar, sino gloria de la Iglesia en
España. «La Iglesia española celebra
hoy la beatificación de 522 hijos
mártires… Es un extraordinario evento
de gracia, que quita toda tristeza y
llena de júbilo a la comunidad
cristiana…Ahora -dice el libro del
Apocalipsis de San Juan-se cumple la salvación, la fuerza y el reino de nuestro
Dios y la potencia de su Cristo» (Ap 12, 10). (Beatificación de Tarragona)
7.- Los mártires deben ser glorificados e invocados como intercesores en
nuestros calamitosos tiempos, con la firme esperanza de que interceden
por la recuperación de la fe católica por la que ofrecieron sus vidas.
Benedicto XVI en el avión que le traía a Santiago de Compostela el 6 de
noviembre de 2010, manifestó a los periodistas: «en España ha nacido una
laicidad, un anticlericalismo, un laicismo fuerte y agresivo, como lo vimos
precisamente en los años treinta, y esta disputa, más aún, este enfrentamiento
entre fe y modernidad, ambos muy vivaces, se realiza hoy nuevamente en
España.»
Mons. Amato recordaría esta clara afirmación en las Beatificaciones de
Tarragona y Almería: «España es una tierra bendecida por la sangre de los
mártires… La Iglesia no quiere olvidar a estos sus hijos valientes y los honra
con culto público, para que su intercesión obtenga del Señor una lluvia
beneficiosa de gracias espirituales y temporales en toda España. »
(Beatificación de Tarragona)
El fin de la glorificación de nuestros mártires es el de «tratar de recordar su
heroísmo, como herencia preciosa” con la que Iglesia nos invita “a perseverar
en la fe… ante la persecución que actualmente sufren los fieles, quizás no
violenta, pero igual de homicida, porque también está intencionalmente
destinada a desarraigar la herencia cristiana.» (Beatificación de Almería)
8.- Con la glorificación de los
mártires la Iglesia quiere conservar
la memoria de los justos, no de la
injusticia que sufrieron. El Cardenal
Amato se pregunta: « ¿Por qué
conservar la memoria de una escuadra
inmensa de fieles españoles que
sacrificaron su vida para impedir la
descristianización de España? »,
respondiendo: Es para celebrar al
mismo tiempo «el misterio del amor
absoluto de Dios y acercarse al
misterio del mal absoluto causado por
su enemigo». (Beatificación de los mártires Vicencianos)
«La Iglesia reabre esta página de la historia porque quiere conservar la
memoria de los justos, no de la injusticia que sufrieron. La Iglesia, casa del
perdón, no busca culpables.» (Beatificación de Tarragona)
«La Iglesia Católica sigue recordando a sus mártires no por un sentimiento de
venganza sino porque «matados por odio a la fe, respondieron a sus asesinos
con el perdón». (Beatificación de los mártires de Nembra)
9.- El preferir la muerte antes que renegar dela fe en Dios por miles
de consagrados es don de fortaleza de la gracia divina, preparado
mediante una verdadera pedagogía martirial. «Ante la respuesta valiente
y unánime de estos mártires, sobre todo de muchísimos sacerdotes y
seminaristas, me he preguntado muchas veces: cómo se explica su fuerza
sobrehumana de preferir la muerte antes que renegar la propia fe en Dios?
Además de la eficacia de la gracia divina, la respuesta hay que buscarla en una
buena preparación al sacerdocio. En los años previos a la persecución, en los
seminarios y en las casas de formación los jóvenes eran informados
claramente sobre el peligro mortal en el que se encontraban. Eran preparados
espiritualmente para afrontar incluso la muerte por su vocación. Era una
verdadera pedagogía martirial, que hizo a los jóvenes fuertes e incluso gozosos
en su testimonio supremo.» (Beatificación de Tarragona)
10.- «Murieron invocando:¡Viva Cristo Rey! ¡Viva el Sagrado Corazón de
Jesús! Sus nombres no están escritos sobre arena, sino en el Corazón de
Dios»
Socios de Hispania Martyr en
la plaza de San Pedro de
Roma en la beatificación de
498 mártires españoles
«Estos religiosos
españoles son de la talla
de los primeros mártires,
pues llegada la hora de la
verdad prefirieron morir
antes que traicionar su fe,
su amor fue más fuerte
que la muerte... sus nombres no están escritos sobre arena, sino en el Corazón
de Dios.» (Beatificación de 3 de octubre de 2015 en la Catedral de Santander)
Y en la beatificación de 109 mártires claretianos en Barcelona el 21 octubre de
2017 Mons. Amato recordó: «El P. Mateo que encabeza la causa se había
preparado para el martirio, y en el camino que conducía a su ejecución repitió
en voz alta varias veces: ¡Viva Cristo Rey! ¡Viva el Sagrado Corazón de Jesús!
En la preparación del centenario de la Consagración de España al Corazón de
Jesús pedimos a nuestro ya cardenal prefecto emérito Mons. Ángelo Amato
que ruegue a nuestros mártires que asisten ante el trono de su Rey, que no
dejen de instarle a que haga ya realidad su promesa al beato Bernardo de
Hoyos, a quien él beatificó en Valladolid, de: “Reinaré en España”.