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4 LA REVISTA AGRARIA / 173 pa alrededor del 97 % de las 2 213 000 unidades agropecuarias (UA) regis- tradas por el último Censo Nacional Agropecuario (IV Cenagro). Cerca de los dos tercios están en la sierra, pero su número es también muy importante en las otras dos regiones (ver tabla 1). Su presencia es tan abrumadora, que no puede concebirse el desarrollo rural —la manera más eficaz para combatir la pobreza en el campo— sin que ella desempeñe un papel central. Además, dado el peso de lo rural en la mayor parte de las regiones, el fomento y el progreso de la agricultura familiar serían un impulso importante para el desarrollo descentralizado del país y de cada una de las regiones. ¿Qué es la agricultura familiar? Aunque hay matices en su defini- ción, hay consenso internacional en cuanto a que una definición operativa de la AF debe contener, al menos, Son más de 550 millones los agricul- tores familiares en el mundo. Están presentes en los cinco continentes, y en todos ellos conforman la más numerosa y principal fuente provi- sora de alimentos. Va creciendo un consenso global acerca de que, en un futuro lleno de incertidumbres, la agricultura familiar (AF) está del lado de las soluciones. En el Perú, la AF predomina sobre las otras formas de agricultura: agru- AGRICULTORES FAMILIARES No todos son iguales ni necesitan lo mismo* Fernando Eguren / Miguel Pintado 1

Agricultores familiares : No todos son iguales ni necesitan lo mismo

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Artículo de La Revista Agraria N° 173, publicación del CEPES, que se distribuyó con el diario La República.

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pa alrededor del 97 % de las 2 213 000 unidades agropecuarias (UA) regis-tradas por el último Censo Nacional Agropecuario (IV Cenagro). Cerca de los dos tercios están en la sierra, pero su número es también muy importante en las otras dos regiones (ver tabla 1). Su presencia es tan abrumadora, que no puede concebirse el desarrollo rural —la manera más efi caz para combatir la pobreza en el campo— sin que ella desempeñe un papel central. Además,

dado el peso de lo rural en la mayor parte de las regiones, el fomento y el progreso de la agricultura familiar serían un impulso importante para el desarrollo descentralizado del país y de cada una de las regiones.

¿Qué es la agricultura familiar?Aunque hay matices en su defi ni-

ción, hay consenso internacional en cuanto a que una defi nición operativa de la AF debe contener, al menos,

Son más de 550 millones los agricul-tores familiares en el mundo. Están presentes en los cinco continentes, y en todos ellos conforman la más numerosa y principal fuente provi-sora de alimentos. Va creciendo un consenso global acerca de que, en un futuro lleno de incertidumbres, la agricultura familiar (AF) está del lado de las soluciones.

En el Perú, la AF predomina sobre las otras formas de agricultura: agru-

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necesitan lo mismo*Fernando Eguren / Miguel Pintado1

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tres elementos comunes: i) la con-ducción directa del predio y el uso preponderante de la fuerza de trabajo familiar; ii) el acceso limitado a los recursos, sobre todo, tierra y capital; y iii) la estrategia de supervivencia de ingresos múltiples (por tener recursos limitados, las familias requieren diver-sificar sus fuentes de ingresos con ac-tividades económicas extraprediales).

Aun participando de estos elemen-tos comunes, el universo de la AF es muy heterogéneo. Reconocer esta heterogeneidad es muy importante, pues, cuando se trata de definir polí-ticas, estas tienen que adecuarse a los diferentes tipos de AF; sería un error pensar que una política puede ser común a todos ellos. A esta tipología se dedica lo que sigue de este artículo.

La heterogeneidad de la agricultura familiar

Para dar cuenta de la heterogenei-dad de la AF y elaborar los tipos de AF existentes, utilizamos la informa-ción de la base de datos del IV Cena-gro y tomamos en consideración dos variables: i) el tamaño de la UA en hectáreas, adoptando como extensión máxima 10 hectáreas estandarizadas2; y ii) el nivel tecnológico de la UA: la ausencia o presencia de riego y el uso de semillas certificadas3. Excluimos como parte de la AF a toda UA que emplea asalariados permanentes.

La tipología resultante es la si-guiente: - Agricultura familiar de subsis-

tencia (AFS). Incluye aquellas UA menores de 2 hectáreas es-tandarizadas y que pueden, o no, hacer uso de ambas tecnologías (riego o semillas certificadas). Aun contando con un nivel tecnológico adecuado, su aprovechamiento enfrenta severas restricciones de-bido al limitado acceso a la tierra. Tomando en cuenta la variable de control tecnológica, este tipo puede subdividirse en dos grupos:

o Agricultura familiar de subsis-tencia crítica. Está conformada por aquellas UA que cuentan con menos de 2 hectáreas es-tandarizadas, pero no tienen riego y no hacen uso de semillas certificadas. Se consideran en estado crítico, puesto que poseen escasas tierras y su nivel tecno-lógico —en términos de los dos indicadores estudiados— es nulo.

o Agricultura familiar de subsis-tencia no crítica. Está compuesta

por UA con extensión menor de 2 hectáreas estandarizadas y que hacen uso de por lo menos una de las dos tecnologías analizadas. Si bien algunas pueden tener un nivel tecnológico adecuado, su limitada extensión restringe las posibilidades de expansión de la producción, lo que hace ex-tremadamente difícil un nivel de capitalización que supere la sola reproducción familiar.

- Agricultura familiar intermedia (AFI). Comprende a todas las unidades agropecuarias de 2 a 5 hectáreas estandarizadas y que pueden, o no, hacer uso de ambas tecnologías. Al igual que en el caso anterior, podemos subdividirla a partir de la variable de control tecnológica:o Agricultura familiar intermedia

con menor potencial. Reúne a aquellas UA de entre 2 y 5 hectáreas estandarizadas4 que no tienen acceso al riego y no usan semilla certificada; es decir, tienen escaso potencial tecnoló-gico.

o Agricultura familiar intermedia con mayor potencial. A diferencia de la anterior, aquí las UA usan al menos una de las dos tecnologías (riego y semillas certificadas). La combinación entre mayores recursos naturales (tierra) y tec-nológicos abre la posibilidad de »

«El hecho de que la

inmensa mayoría

de las unidades

agropecuarias

familiares son de

subsistencia (con

escasa tierra y bajos

niveles tecnológicos)

implica que las

políticas orientadas

a ellas no pueden

limitarse a la actividad

agraria: tienen que ser

multisectoriales.

Tabla 1. Distribución de las UA según tipo de agricultura y región natural, 2012

Región natural

Agricultura familiar Agricultura no familiar Total

N.° de UA % N.° de UA % N.° de UA

Costa 324 363 15 26 137 46 350 500

Sierra 1 392 032 65 15 000 27 1 407 032

Selva 440 438 20 15 536 27 455 974

Perú 2 156 833 100 56 673 100 2 213 506

Fuente: IV Cenagro. Elaboración propia.

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superar los requerimientos de la reproducción familiar, aunque, dada la escasa dotación de tierras, con dificultades.

- Agricultura familiar consolidada (AFC). Comprende las UA con ex-tensiones de 5 a 10 hectáreas estan-darizadas5. Todas estas UA utilizan al menos una tecnología considerada, aunque con frecuencia las dos. Estas condiciones necesarias son coheren-tes con la mayor estabilidad de las UA pertenecientes a este segmento y que poseen un mayor grado de capitalización y de acceso a recursos.

¿Dónde están? Distribución de la AF por tipo según regionesLa AF es, como se ha visto, ab-

solutamente mayoritaria en el Perú. La mayor parte —el 88 %— es AF de subsistencia, porcentaje que en su mayor parte está en situación crítica. Apenas el 2.1 % de la AF está conso-lidada, y el 10 % está en una situación intermedia. Esta distribución varía entre las regiones: en la sierra, el 95 % de las UA son AF de sobrevivencia, y apenas el 1.2 % son consolidadas. En la costa, la importancia de la AFC es mayor, pues representa el 10.4 % de las UA de esa región, pero las de sobrevivencia son casi dos tercios del total regional (tabla 2).

Reflexiones finalesPoca duda cabe acerca de que las

necesidades de, por ejemplo, una AFS crítica ubicada en las zonas altas de los Andes son diferentes de las de una AFC localizada en la costa. Mientras que esta última puede aprovechar mejor políticas sectoriales que contribuyan a mejorar su actividad productiva agraria, la primera —dado lo limitado de sus activos— encontrará mejores opor-tunidades en actividades económicas extraprediales más dinámicas en su distrito o provincia, promovida por

los gobiernos regionales o locales y en una perspectiva multisectorial. De ahí la relevancia de tomar en cuenta los tipos de AF: medidas que son apropiadas para un tipo de AF, pueden no serlo para otro tipo. Así, el hecho de que la inmensa mayoría de las unidades agropecuarias familiares son de subsistencia (con escasa tierra y bajos niveles tecnológicos) implica que las políticas orientadas a ellas no pueden limitarse a la actividad agra-ria: tienen que ser multisectoriales.

Por otro lado, la heterogeneidad de la AF no se limita a las diferencias en el tamaño del predio o en el nivel tecnológico. En el Perú, un porcentaje apreciable de la AF forma parte de co-munidades campesinas y nativas. Los diversos entornos institucionales y culturales también deben ser tomados en consideración, pues ellos influyen, por ejemplo, en los comportamientos de las familias, en sus prácticas pro-ductivas y en la forma en que usan los recursos. Estas particularidades también tienen que ser consideradas en el momento de diseñarse políticas que pretendan apoyar a la AF, el sector social —con largueza— más importante del campo.

Notas* Este artículo resume una sección de un es-

tudio más amplio realizado por los autores a solicitud de la FAO.

1 Sociólogo. Director de La Revista Agraria y presidente del Cepes / Economista. Inves-tigador del Cepes.

2 Puesto que no toda tierra tiene la misma significación económica, para comparar diferentes tipos de tierra es necesario apli-car un coeficiente de estandarización. Este toma en cuenta las diferencias en términos del acceso al riego (distinción entre UA bajo riego y en secano), la localización de las UA (costa, sierra y selva) y el tipo de tierra que compone la UA (tierras con cultivos, pastos naturales, manejados, etc.). Ver José María Caballero y Elena Álvarez, Aspectos cuantitativos de la reforma agraria 1969-1979, apéndice 1, «Metodología para el cálculo de los coeficientes de estandari-zación de tierras», IEP.

<http://bit.ly/1wnfIVr>.3 De una lista extensa de indicadores

tecnológicos, se escogieron solo dos: la presencia de riego y el uso de semillas certificadas, pues consideramos que son los principales indicadores del nivel tec-nológico de las UA. En el caso del acceso al riego, su importancia es indiscutible en la medida en que es considerado el primer y más importante cambio técnico en la agricultura. En el caso del uso de semilla certificada, lo consideramos un indicador tecnológico clave, puesto que supone el acompañamiento de otras tecnologías (paquete tecnológico), como plaguicidas, insecticidas, fertilizantes, etc.

4 En este grupo también están incluidas las UA mayores e iguales a 5 hectáreas es-tandarizadas que no cuentan con ninguna de las dos tecnologías de estudio. Solo el mayor acceso a la tierra no garantiza que la UA sea categorizada como de agricul-tura familiar consolidada, pues ese mayor acceso debe ser combinado con un nivel tecnológico adecuado.

5 Una excepción a esta regla es el caso de las UA que, aun teniendo una extensión mayor o igual a las 10 hectáreas estandarizadas, son consideradas dentro de la AF (conso-lidada). Este es el caso de las UA, de diez hectáreas a más, cuya fuerza de trabajo no está compuesta por trabajadores remune-rados (eventuales o permanentes), sino solo por mano de obra familiar.

Tabla 2. Distribución de los tipos de AF por región natural. Porcentajes

Regiones naturales

AFS AFI

AFC TotalCrítica No crítica menor

potencialmayor

potencial

Costa 9.5 56.3 0.5 23.3 10.4 324 363

Sierra 51.9 43.1 2.3 2.2 0.5 1 392 032

Selva 70.3 10.7 14.5 3.2 1.2 440 438

Total (100 %) 49.3 38.5 4.5 5.6 2.1 2 156 833

Fuente: IV Cenagro. Elaboración propia.