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180 Agricultura Familiar en España 2010 D urante siglos la agricultura tradicional, conviviendo en equilibrio con el me- dio, ha modelado la tierra, creado va- liosos paisajes y conservado razas, variedades autóctonas y especies salvajes hoy en desapari- ción. La importancia de este modelo de agricul- tura para la conservación de la biodiversidad vie- ne avalada por los casi 5 millones de hectáreas de tierras cultivadas localizadas en la Red Natu- ra 2000 (la iniciativa europea más importante y ambiciosa para la conservación de hábitats y es- pecies salvajes) o la ingente superficie (aún por determinar) de los llamados Sistemas Agrarios de Alto Valor Natural (SAVN) con los que conta- mos en nuestro país. Sin embargo, si uno echa un vistazo al cam- po, verá menos pastores con rebaños y observa- rá que cada vez escasean más los cultivos tradi- cionales, como legumbres o cereales en seca- no. Apreciará cambios irreversibles en el paisaje agrario, en su día conformado por barbechos, mosaicos y rotaciones de sembrados, con vege- tación natural en las lindes, que han sido susti- tuidos por grandes superficies de monocultivos intensivos o, lo que es peor, sometidos al aban- dono o urbanizados. Este modelo tradicional de agricultura y ga- nadería, de estepas cerealistas de secano, pra- dos y pastos con ganadería extensiva o dehesas, está en riesgo de desaparición. Los motivos son varios, quizás el principal sea la falta de apoyo por parte de la Política Agraria Común (PAC), una política que ha incentivado en los últimos años un modelo de producción intensivo que ha dejado de lado a la agricultura tradicional, ligada al territorio. A esta falta de apoyo de la política europea comunitaria se le unen además ciertas incertidumbres a las que debe hacer frente el sector agrario en su conjunto, como la creciente liberalización del mercado mundial o las nuevas demandas de los consumidores en materia de calidad o respeto al medio ambiente. En el plano ambiental, no son menores los retos. A la necesidad de adaptarse y contribuir a la lucha contra el cambio climático se une la cre- ciente preocupación por la pérdida de biodiver- sidad o por el deterioro de los recursos naturales (suelo y agua) de los que la propia actividad agra- ria depende. Así, el reciente informe sobre La economía de los ecosistemas y la biodiversidad (TEEB, 2009) destaca que si no cambiamos la forma en que gestionamos los recursos naturales, en 2050 el 11% de las zonas naturales existentes en el 2000 desaparecerán por conversión de los te- rrenos para uso agrario, expansión de las in- Celsa Peiteado Morales WWF-España [email protected] Agricultura tradicional y biodiversidad Aliados naturales

Agricultura tradicional y biodiversidad · 2014. 1. 28. · Agricultura tradicional y biodiversidad Agricultura Familiar en España 2010 182 mente en ellas han contribuido a conservar

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Agricultura tradicional y biodiversidad

180Agricultura Familiar en España 2010

Durante siglos la agricultura tradicional,conviviendo en equilibrio con el me-dio, ha modelado la tierra, creado va-

liosos paisajes y conservado razas, variedadesautóctonas y especies salvajes hoy en desapari-ción. La importancia de este modelo de agricul-tura para la conservación de la biodiversidad vie-ne avalada por los casi 5 millones de hectáreasde tierras cultivadas localizadas en la Red Natu-ra 2000 (la iniciativa europea más importante yambiciosa para la conservación de hábitats y es-pecies salvajes) o la ingente superficie (aún pordeterminar) de los llamados Sistemas Agrariosde Alto Valor Natural (SAVN) con los que conta-mos en nuestro país.

Sin embargo, si uno echa un vistazo al cam-po, verá menos pastores con rebaños y observa-rá que cada vez escasean más los cultivos tradi-cionales, como legumbres o cereales en seca-no. Apreciará cambios irreversibles en el paisajeagrario, en su día conformado por barbechos,mosaicos y rotaciones de sembrados, con vege-tación natural en las lindes, que han sido susti-tuidos por grandes superficies de monocultivosintensivos o, lo que es peor, sometidos al aban-dono o urbanizados.

Este modelo tradicional de agricultura y ga-nadería, de estepas cerealistas de secano, pra-

dos y pastos con ganadería extensiva o dehesas,está en riesgo de desaparición. Los motivos sonvarios, quizás el principal sea la falta de apoyopor parte de la Política Agraria Común (PAC),una política que ha incentivado en los últimosaños un modelo de producción intensivo que hadejado de lado a la agricultura tradicional, ligadaal territorio. A esta falta de apoyo de la políticaeuropea comunitaria se le unen además ciertasincertidumbres a las que debe hacer frente elsector agrario en su conjunto, como la crecienteliberalización del mercado mundial o las nuevasdemandas de los consumidores en materia decalidad o respeto al medio ambiente.

En el plano ambiental, no son menores losretos. A la necesidad de adaptarse y contribuir ala lucha contra el cambio climático se une la cre-ciente preocupación por la pérdida de biodiver-sidad o por el deterioro de los recursos naturales(suelo y agua) de los que la propia actividad agra-ria depende.

Así, el reciente informe sobre La economíade los ecosistemas y la biodiversidad (TEEB,2009) destaca que si no cambiamos la forma enque gestionamos los recursos naturales, en 2050el 11% de las zonas naturales existentes en el2000 desaparecerán por conversión de los te-rrenos para uso agrario, expansión de las in-

Celsa PeiteadoMorales

WWF-Españ[email protected]

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fraestructuras y el cambio climático. Por si fuerapoco, este informe señala además que el 40%de la tierra actualmente gestionada medianteprácticas extensivas habrá pasado a un uso in-tensivo, con la consiguiente pérdida de biodiver-sidad.

Si a esto le añadimos el hecho de que la ges-tión sostenible en las explotaciones agrarias nosiempre es rentable para el agricultor (porque elprecio que se paga por el producto no incluye elrespeto al medio ambiente como valor añadido),completamos el panorama al que se enfrenta elsector agrario hoy en día.

Afortunadamente, son cada vez mayores lasvoces que comienzan a cuestionar el actual mo-delo agrario, basado fundamentalmente en elapoyo a las explotaciones más intensivas y a laagroindustria, dada su fuerte incidencia sobrelos recursos financieros, la saturación de los mer-cados agrícolas, sus impactos ambientales y suincapacidad para fijar población en muchas zo-nas rurales o para proporcionar precios justos aagricultores y ganaderos.

Cada vez es más evidente que este modelointensivo, desvinculado del territorio e incluso,en muchos casos, de los propios agricultores, esen muchos casos responsable de impactos ne-gativos sobre el medio ambiente, como la sobre-explotación de los recursos hídricos o la desapa-rición de especies ligadas a prácticas agrariasextensivas.

Y es ante esta situación donde la agriculturay ganadería tradicional extensiva, respetuosa conel entorno, debe resurgir, ocupando el lugar quele corresponde por su alto potencial para contri-buir a los objetivos ambientales y territoriales dela Unión Europea (UE).

No hay mejor momento que el actual (AñoInternacional de la Biodiversidad) para reivindi-car el papel de la agricultura tradicional comoelemento clave para la protección del medio am-biente. Es éste un modelo de agricultura que,además de producir alimentos de calidad y fijarpoblación en el medio rural, es capaz de gene-rar un conjunto de bienes y servicios que sonapreciados por la sociedad (como la conserva-ción de paisajes típicos o el mantenimiento deespecies en extinción), pero que no tienen valorde mercado, y cuyo suministro es, sin embargo,necesario y urgente asegurar. Un ejemplo de ello,como veremos más adelante, son las explotacio-nes de la Red Natura 2000 o las que conformanlos ya citados Sistemas Agrarios de Alto Valor Na-tural (SAVN).

Pero esta relación agricultura/medio ambien-te es recíproca. A su vez, un medio ambiente sa-no se constituye como aliado fundamental de laagricultura sostenible, proporcionando fauna quepermite el control natural de plagas, o suelo yagua de calidad para asegurar el futuro de lascosechas.

Y si bien este artículo se centra en los valo-res ambientales de la agricultura extensiva tradi-cional, no hay que olvidar que todos los agricul-tores y ganaderos, independientemente de lascaracterísticas de sus explotaciones, tienen unpapel clave que jugar en temas ambientales. Laproducción ecológica o el empleo de las últimastecnologías para la buena gestión del agua, enel caso del regadío, no son patrimonio exclusivode unos pocos. De su generalización depende labuena gestión del territorio y los recursos natu-rales del planeta. Hay muchos modelos de agri-cultura, muchas posibilidades, sepamos apro-vecharlas.

Red Natura 2000: de la amenaza a laoportunidad

Natura 2000 es una red ecológica europea quebusca conservar y recuperar hábitats y especiesen peligro. Lejos de ser un simple catálogo deespacios valiosos, la Red Natura 2000 es unapoderosa herramienta para poner en valor la ges-tión sostenible del territorio. Contrariamente a loque se piensa, no es un sistema de reservas na-turales sujetas a una protección estricta en lasque está prohibida toda actividad humana. Simuchas zonas agrícolas o ganaderas han sidoincluidas dentro de la Red Natura 2000 es por-que las prácticas que se realizaban tradicional-

▼Un medio ambientesano se constituyecomo aliadofundamental de laagriculturasostenible,proporcionandofauna que permiteel control naturalde plagas, o sueloy agua de calidadpara asegurar elfuturo de lascosechas

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mente en ellas han contribuido a conservar elbuen estado de los ecosistemas o especies enextinción.

Así lo señala el último informe de la ComisiónEuropea sobre la aplicación de las directivas deaves y hábitats. En dicho informe se destaca queel 48% de los hábitats de interés y el 30% de lasespecies se encuentran amenazados por la acti-vidad agrícola intensiva, y que, en contraposi-ción, el 80% de los hábitats dependientes de laagricultura extensiva se encuentra en estado deconservación desfavorable, motivado por el aban-dono de la actividad o por la intensificación enlas prácticas agrícolas o ganaderas.

Bien aprovechada, la Red Natura 2000 pue-de convertirse en motor del desarrollo rural enzonas donde la agricultura tradicional no puedecompetir con modelos más intensivos, pero ale-jados de los valores que la primera presenta. Es-paña, con más de un 25% del territorio nacionaldeclarado como Natura 2000, tiene un impor-tante papel que jugar (más aún cuando prácti-camente la mitad de dicha superficie son tierrasde cultivo). Todo depende de si sabremos apro-vechar Natura 2000 como una oportunidad, po-niendo en valor frente a la sociedad la gestiónagraria sostenible, y no como una amenaza.

Sistemas Agrarios de Alto Valor Natural(SAVN): cuando medio ambientey agricultura van de la mano

Los Sistemas de Alto Valor Natural (SAVN) no sonmás que explotaciones con prácticas agrarias oforestales extensivas adaptadas a las condicio-nes naturales del medio. La combinación de es-tas prácticas, junto con la conservación de ve-

getación natural en lindes, sotos o bosquetes, yla heterogeneidad de cultivos que los caracteri-za, han dado lugar a sistemas con rendimientosbajos e irregulares, pero sostenibles a lo largodel tiempo, desempeñando además un impor-tante papel para la conservación de la flora y fau-na silvestres.

En el caso del sector agrario, algunos ejem-plos característicos de estos sistemas son las ex-plotaciones agrosilvopastorales con bajas cargasganaderas (como las dehesas o los prados y pas-tos con ganadería extensiva). En zonas cultiva-das, el SAVN más conocido es quizá el de las es-tepas cerealistas, que, con prácticas como la ro-tación de cultivos o el barbecho semillado,benefician a la biodiversidad, además de con-servar la fertilidad del suelo o la calidad de lasaguas. El mantenimiento de la vegetación natu-ral en las lindes les permite actuar como corre-dores ecológicos, facilitando la dispersión de lasespecies y su adaptación al cambio climático.

Desde el punto de vista agronómico, tambiénson múltiples las ventajas que presentan losSAVN. Así, los setos vivos actúan de barrera con-tra el viento y la lluvia, frenando procesos de ero-sión que empobrecen los suelos o perjudican lacosecha, además de proporcionar alimento y co-bijo a fauna útil que permite el control natural deplagas. Su menor dependencia de fertilizantes yfitosanitarios compensa, por otra parte, su me-nor productividad.

Sus valores ambientales son recogidos por lapropia UE, que, en su estrategia para frenar eldeclive de la biodiversidad, reconoce la impor-tancia de los SAVN al complementar a la Red Na-tura 2000 en el objetivo de frenar la acuciantepérdida de biodiversidad que vivimos en estosmomentos.

▼La Red Natura2000 puedeconvertirse enmotor deldesarrollo rural enzonas donde laagriculturatradicional nopuede competircon modelos másintensivos, peroalejados de losvalores que laprimera presenta

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A las ventajas de carácter ambiental y agro-nómico señaladas hay que añadirle el mayor po-tencial de los SAVN para proporcionar fuentes deingresos alternativos, dado el carácter diversifica-do y de calidad de sus producciones y los valoresambientales, paisajísticos y culturales asociadosa ellos. Asimismo, al requerir una gestión ligadaal territorio, favorecen el desarrollo de la econo-mía local, lo que es muy interesante en zonas des-favorecidas acosadas por el despoblamiento, don-de gran parte de estos sistemas se ubican.

Pero ante estas bondades, nos encontramoscon que la gestión ambientalmente sosteniblede este tipo de sistemas no siempre produce unnivel de ingresos aceptable para los agricultoresy ganaderos. Sus rendimientos no se puedencomparar con los de las explotaciones intensi-vas (menor cosecha, fructificación más lenta…)con las que compiten (en muchos casos, en si-tuación de desigualdad). Por ello, a pesar de ha-ber constituido durante siglos estos sistemas deagricultura extensiva la forma de gestión de tie-rras más extendida por el planeta, hoy se en-cuentran en grave regresión acosados bien porel abandono, bien por la intensificación.

Es, pues, necesario un apoyo decidido aaquellos agricultores y ganaderos que, con prác-ticas sostenibles, conservan estos SAVN, reco-nociéndoles los servicios (no sólo ambientales)que prestan. Es clave el apoyo público a estossistemas, pero sin olvidar, además, el papel quecomo consumidores todos podemos jugar, eli-giendo en nuestra opción de compra los alimen-tos procedentes de estas explotaciones (legum-bres de variedades autóctonas, carne de gana-

dería extensiva, productos locales de tempora-da…), más aún cuando forman parte de la salu-dable dieta mediterránea (no sólo nuestro pala-dar nos lo agradecerá).

Trashumancia: naturaleza en movimiento

Quizás el paradigma de cómo una actividad agra-ria, en este caso ganadera, puede contribuir a laconservación de la naturaleza es el caso de latrashumancia. Por sus especiales característi-cas, esta actividad merece una mención espe-cial respecto a su contribución a la conservaciónde la biodiversidad y los recursos naturales. Másaún dada la delicada situación que atraviesa elsector de la ganadería extensiva en general y latrashumante en particular.

Todo comienza con el movimiento de los re-baños a lo largo de los miles de kilómetros de vías pecuarias que cruzan España de norte a sury que constituyen auténticos corredores ecológi-cos, también para la fauna salvaje. A esto se lesuma la alta eficiencia de esta ganadería paraaprovechar superficies pastables, consumiendorecursos que no compiten con la alimentaciónhumana (como rastrojos o pastos). Esto permitea los rebaños ser prácticamente autosuficientes,no dependiendo su alimentación de piensos im-portados que, dado su elevado precio, están po-niendo en jaque la rentabilidad de las explota-ciones ganaderas más intensivas.

Puesto que el movimiento de los rebaños sehace a pie, existe además un ahorro de combus-tibles fósiles. Asimismo, como las fechas de lostraslados son flexibles, dependiendo de la dis-ponibilidad de pastos en los lugares de destino,les permite una mayor capacidad de adaptaciónal cambio climático. Por si fuera poco, los ani-males van dispersando a su paso las semillas in-geridas a lo largo del camino, facilitando la pro-pagación de la flora silvestre y mejorando, ade-más, la fertilidad del suelo con el estiércol y losrestos vegetales que incorporan con sus patas.

Otra importante contribución (en este casono exclusiva de la ganadería trashumante, sinode toda la extensiva) es el control de la materiafácilmente combustible, previniendo incendiosforestales. En primaveras lluviosas es fundamen-tal mantener la cabaña ganadera extensiva, yaque es uno de los métodos más eficientes en lalucha contra el fuego (ver artículo de Elsa Varelay Javier Ruiz Mirazo en este anuario).

Y de nuevo, a todos estos beneficios ambien-tales hay que sumar los socioeconómicos. La cul-

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tura trashumante tiene en España una historiade más de 6.000 años, conservando prácticasde manejo tradicional del ganado (tales como elempleo de perros pastores para organizar y pro-teger al rebaño) hoy desaparecidas en la gana-dería intensiva. El carácter familiar de la activi-dad es quizás otro de los aspectos destacables:las familias trashumantes se organizan compar-tiendo labores y responsabilidades, trasmitiendoel oficio de generación en generación. Tampocohay que olvidar los productos de calidad que pro-porciona la trashumancia, y que no son sólo pe-queñas joyas de la gastronomía local, sino partede nuestro acervo cultural.

Por todo esto, creo que no podemos permitirque los pastores trashumantes desaparezcan denuestros campos. Actualmente existen en Espa-ña poco más de 300.000 cabezas de ganadotrashumante, frente a los cinco millones con losque contábamos el siglo pasado. A pesar de serun ejemplo de sostenibilidad, las familias tras-humantes cada vez encuentran más impedi-mentos para mantener su actividad. Habrá queallanar el camino, mejorando el estado de las víaspecuarias y liberándoles de las excesivas trabasburocráticas (relacionadas en muchos casos conlas normativas de sanidad animal o con los re-quisitos de la política europea comunitaria noadaptados a las especiales características delsector). En nuestra mano queda, además, valo-rar el trabajo que hacen estos ganaderos, no só-lo de carácter productivo, sino también desde elpunto de vista ambiental y social.

Agrodiversidad: la alegría de la huerta y elcorral

Es necesario de nuevo remitirse al Año Interna-cional de la Biodiversidad para recordar que bio-diversidad también es lo que nos llevamos al pla-

to (la agrodiversidad), siendo fundamental el pa-pel que juegan la agricultura y la ganadería ex-tensivas en la conservación de razas y varieda-des autóctonas.

Durante años, la intensificación de las pro-ducciones agrícolas y ganaderas y la introduc-ción de variedades y razas seleccionadas handesplazado a cultivos y razas autóctonas, rele-gándoles en muchos casos a la extinción. La si-tuación es tal que, según recoge la FAO, en elúltimo siglo han desaparecido hasta el 90% delas variedades cultivadas y unas 690 razas. Des-de el inicio de la agricultura, hace 12.000 años,se han empleado como alimentos, aproximada-mente, 7.000 especies de plantas y varios milesde especies animales; sin embargo, durante losúltimos cincuenta años, un pequeño número devariedades de cultivos agrícolas ha reemplazadoa las variedades locales en amplias áreas de pro-ducción. Hoy, sólo 15 tipos de cultivos y ochorazas animales aportan el 90% de los requeri-mientos calóricos de la alimentación mundial.

Algunos datos destacables sobre esta pérdi-da de agrodiversidad en España son recogidospor García Trujillo (investigador del Instituto deSociología y Estudios Campesinos de la Univer-sidad de Córdoba), quien señala cómo, entre1973 y 1983, desapareció el 40% de las varie-dades de melón y cómo de las más de 5.000 va-riedades de cereales existentes en España que-dan hoy apenas 300. Desafortunadamente, elmismo camino están siguiendo numerosas va-riedades de hortalizas, leguminosas y frutales.

En cuanto a las razas autóctonas, la situa-ción es similar. Razas ganaderas como la ovejarubia de Colmenar o las vacas tudanca han que-dado relegadas a un papel minoritario. Así, ci-tando de nuevo a García Trujillo, del total de ra-zas autóctonas reconocidas en la actualidad, el78% está bajo protección oficial por su bajo nú-mero. Paradójicamente, España cuenta con unamplio abanico de razas autóctonas de extraor-dinario valor genético, que aprovechan racional-mente los recursos vegetales y contribuyen a laconservación de determinados ecosistemas y alcontrol de la biomasa combustible en las zonasforestales. Estas razas, gracias a la selección na-tural realizada por los propios ganaderos duran-te siglos, están adaptadas a nuestros suelos y ala rudeza de nuestro clima.

Afortunadamente, cada vez está más claroque la agrodiversidad es una de las herramien-tas más poderosas con las que cuentan los agri-cultores y ganaderos para responder a situacio-nes climatológicas adversas, así como a plagas

▼Cada vez está másclaro que laagrodiversidad esuna de lasherramientas máspoderosas con lasque cuentan losagricultores yganaderos pararesponder asituacionesclimatológicasadversas, así comoa plagas oenfermedades

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o enfermedades. Sus menores requerimientosde insumos externos o su facilidad de manejoen el caso de los animales permiten, además,un abaratamiento en los costes de producción.

Pero sus ventajas van más allá, al proporcio-nar una amplia variedad de proteínas, vitaminaso minerales, claves para una dieta sana y equili-brada. El mayor valor nutritivo de estas razas ycultivos autóctonos frente a especies comercia-les es también destacado por la FAO, organismointernacional que en sus informes señala, ade-más, cómo la tendencia a simplificar la dieta es-tá aumentando el hambre oculta y provocandoenfermedades crónicas.

Tras lo expuesto, queda claro que la conser-vación y la utilización sostenible de los recursosagrogenéticos es fundamental para mejorar la pro-ductividad y la sostenibilidad de la agricultura,contribuyendo, además, de manera efectiva a laseguridad alimentaria.

Conclusiones

En este breve artículose ha pretendido seña-lar el papel estratégicoque puede y debe ju-gar la agricultura y ga-nadería tradicionalesen la conservación dela biodiversidad y losrecursos naturales, asícomo los beneficiosque un medio ambien-te sano reporta a su veza la actividad agraria.

Además de WWF,somos muchas las or-ganizaciones queapostamos por la ne-cesidad de retomar unmodelo agrario que,además de produciralimentos sanos y decalidad, permita man-tener la actividad agrí-cola y ganadera quegenera Sistemas de Al-to Valor Natural (SAVN)y que conserva los re-cursos naturales de losque depende la propiaactividad del sector. Eséste un modelo en el

que el papel central lo juegan agricultores y gana-deros vinculados al territorio, como no podía serde otra manera, ya que es la vía para fijar pobla-ción en el medio rural y preservar la cultura cam-pesina evitando su olvido.

Sepamos para ello aprovechar los valores am-bientales como una oportunidad y no como unaamenaza, trabajando todos juntos en alianza,pues son muchas más las cosas que nos unenque las que nos separan. ■

▼ Referencias bibliográficas

GARCÍA TRUJILLO, R. “Biodiversidad Funcional”. Instituto deSociología y Estudios Campesinos. Universidad de Córdoba.

FAO (2007), La agricultura y desarrollo rural sostenibles y la agro-biodiversidad, Sumario de Política, 16.

TEEB (2009), The economics of ecosystems and biodiversity(TEEB) for national and international policy makers.

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