Aguado Torres Mellyxandra Eliette

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    REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELAUNIVERSIDAD DEL ZULIA

    FACULTAD DE CIENCIAS JURDICAS Y POLTICASDIVISIN DE ESTUDIOS PARA GRADUADOSPROGRAMA DE DERECHO PROCESAL CIVIL

    NIVEL MAESTRA

    MEDIDAS INNOMINADAS EN EL DERECHO PROCESAL CIVILVENEZOLANO COMPARATIVAMENTE CON LA

    LEGISLACION ARGENTINA Y CHILENA

    Trabajo de Grado presentado para optar al grado deMagster en Derecho Procesal Civil

    Elaborado por: Abog. Mellyxandra E. Aguado T.Tutora: Dra. Carmen Amelia Henrquez de Fermn.

    Maracaibo, mayo de 2008

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    MEDIDAS INNOMINADAS EN EL DERECHO PROCESAL CIVIL VENEZOLANOCOMPARATIVAMENTE CON LA LEGISLACIN ARGENTINA Y CHILENA

    _________________________________

    Aguado Torres, Mellyxandra ElietteC.I.: 14.658.034

    Direccin: Calle 77 con Av.2B El Milagro, Resd. Mirador del Lago Torre D, Piso 17,Apto. #2

    Telfono: [email protected]

    _________________________________

    Henrquez de Fermn, Carmen AmeliaC.I.: 1.749.741

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    DEDICATORIA

    A mi Dios, a mi China y a mi Arcngel Miguelpor protegerme siempre.

    A mi beba Marialex, por ser la luz de misojos y mi gran motivo de vivir.

    A mis padres Pompo y Meli, por guiarme porel camino del bien y hacerme quien soy.

    A mi hermana Gaby, por siempre estar all.

    A mis amigos, los mejores del mundo. Elipor tu paciencia y ayuda mil gracias!

    A la Dra. Carmen Amelia por ser miinspiracin para estudiar esta maestra.

    Y por ultimo, a mis cuatro hermosos ngeles(Abuelito Alfonso, Abuelita Aura, Sra. Maria ySr. Hctor) quienes todos los das me cuidany nunca desamparan.

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    AGRADECIMIENTO

    A Dios Todopoderoso, por iluminarmeen todo momento, especialmentedurante el ejercicio de mi carrera.A mi Patrona, la Virgen deChiquinquir, por cubrirme con sumanto.A la Universidad del Zulia, institucina la cual debo mi formacin a nivel dePostgrado.A mis padres, sobrina, hermana yamigos.

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    Aguado Torres, Mellyxandra Eliette. MEDIDAS INNOMINADAS EN EL DERECHOPROCESAL CIVIL VENEZOLANO COMPARATIVAMENTE CON LA LEGILACINARGENTINA Y CHILENA. Universidad del Zulia. Facultad de Ciencias Jurdicas yPolticas. Divisin de Estudios para Graduados. Trabajo de grado para optar alGrado de Magster en Derecho Procesal Civil. Maracaibo - Venezuela. Mayo 2008.

    80p.

    RESUMEN

    El presente estudio se dirigi a realizar un anlisis comparativo de las medidasinnominadas en el Derecho Procesal Civil venezolano comparativamente con lalegislacin argentina y chilena. El tipo de investigacin fue Documental. Los datosfueron recabados a travs de la utilizacin de una gua de observacin y el fichajeelectrnico y fueron analizados mediante el anlisis documental, la analoga y lahermenutica jurdica. Los resultados indicaron que existen ms similitudes quediferencias en el abordaje de las medidas innominadas en el Derecho Procesal Civil

    venezolano comparativamente con la legislacin argentina y chilena, indicndoseque los puntos de coincidencia se centran en la naturaleza jurdica en tanto es laautoridad judicial la que ha de realizar la valoracin oportuna y determinar, siprocede o no la adopcin de la medida cautelar innominada interesada. Dichaprocedencia en todos los casos, se fundamenta en el peligro de infructuosidad, laapariencia de buen derecho y el peligro inminente del dao. A nivel delprocedimiento de las medidas innominadas se evidenci que an cuando noestablecen las denominaciones similares, en los pases analizados el DerechoProcesal Civil se orienta al cumplimiento de fases especficas que van desde lainstancia de parte, hasta el decreto y suspensin de la medida. Se examinaron loslmites del Juez Civil en la aplicacin de las medidas innominadas en el DerechoProcesal Civil venezolano comparativamente con la legislacin argentina y chilena,indicando en las legislaciones sudamericanas, entindase en la legislacin chilena,argentina y venezolana, existen lmites a la potestad del juez para decretar lasmedidas innominadas, establecindose que stos no podrn rebasarse de los lmitesque se establecen en sus ordenamientos jurdicos patrios. Se evidencia queactualmente se prefiere, hablar de poderes de la funcin jurisdiccional porque esteconcepto subsume dentro de sus alcances a las actividades mediante las cuales seexteriorizan tales poderes.

    Palabras Clave: Medidas, Innominadas, Procesal Civil, Venezuela, Argentina, Chile.

    Direccin electrn ica: [email protected]

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    Aguado Torres, Mellyxandra Eliette.ATYPICAL MEASURES IN THE VENEZUELANCIVIL PROCEDURAL LAW COMPARED TO THE LAWS IN ARGENTINA ANDCHILE.Universidad del Zulia. Facultad de Ciencias Jurdicas y Polticas. Divisin deEstudios para Graduados. Trabajo de grado para optar al Grado de Magster enDerecho Procesal Civil. Maracaibo - Venezuela. Mayo 2008. 80 p.

    ABSTRACT

    This research will focus on analyzing atypical precautionary measures in theVenezuelan civil procedural law compared to the laws in Argentina and Chile. Thetype of research is documentary, according to the sources to be used for datacollection; they remain observation documentary and electronic cards to organize theinformation. The obtained information is analyzed by means of the juridicalhermeneutics, using the analysis and the analogy. This study was considerednecessary to fill information gaps that contribute to the atypical measures inachieving justice, so that they may be effectively translated into ways to achieve the

    remedy in the civil procedural law. The results indicated that there were moresimilarities than differences in the atypicals approach of the measures in the civilprocedural law Venezuelan comparatively with the Argentine and Chilean legislation,indicating that the points of agreement are focused on the legal nature while thejudiciary is to be undertaken by the timely assessment and determine if appropriatewhether or not the adoption of the measure atypical interested. This comes in allcases, based on the danger of no productive, the appearance of good law (and theimminent danger of harm. Level of the proceedings of the measures atypicalrevealed that even when not establish similar designations in the country analyzedthe civil procedural law is directed toward fulfilling particular phases ranging frombody part to save until the decree and suspension of the measure. were discussedlimits civil court in the implementation of the measures atypical in the Civil ProcedureLaw Venezuelan comparatively with the Argentine and Chilean legislation, there arelimits to the power of the judge to order the measures atypical, establishing that theymay not exceeded the limits specified their legal patriotic. Evidence is currently preferto talk about powers of the judicial function because this concept subsumed withintheir scope of activities through which such powers.

    Key word:Atypical precautionary measures, Civil procedural law.

    Email: [email protected]

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    INDICE DE CONTENIDO

    p.p.

    FRONTISPICIO4DEDICATORIA.5

    AGRADECIMIENTO6

    RESUMEN7

    ABSTRACT..8

    INDICE DE CONTENIDO..9

    INTRODUCCION...10

    DESARROLLO.............13

    1. Definicin de medidas innominadas..132. Naturaleza jurdica de las medidas innominadas17

    2.1. Carcter jurisdiccional...18

    2.2. Carcter de autonoma..22

    3. Procedencia de las medidas innominadas...25

    3.1. Peligro de infructuosidad (periculum in mora)...26

    3.2. Apariencia de buen derecho (fumus boni iuris)...............32

    3.3. Peligro inminente del dao (periculum in damni)..36

    4. Procedimiento de las medidas innominadas40

    4.1. Instancia de parte...41

    4.2. Decreto de la medida....42

    4.3. Recursos contra el decreto...46

    4.4. Decreto y suspensin de la medida.47

    5. Lmites del juez civil en la aplicacin de las medidas innominadas..............................48

    5.1. Lmites internos...48

    5.2. Lmites externos..52

    CONCLUSIONES..53

    RECOMENDACIONES ....59

    NDICE DE REFERENCIAS.60

    NDICE DE FUENTES DOCUMENTALES66

    ANEXOS.....69

    N. 1. Cdigo de Procedimiento Civil y Comercial de la Nacin70

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    N. 2. Cdigo de Procedimiento Civil Chileno. Ttulo V......79

    INTRODUCCION

    En Venezuela, la potestad de administrar justicia est asignada por la

    Constitucin de la Repblica Bolivariana de Venezuela (1999) a una de las ramas

    del Poder Pblico, que es el Poder Judicial, el cual, a travs de los diferentes

    Tribunales de la Repblica y del Tribunal Supremo de Justicia, atienden a la tutela

    jurisdiccional de los intereses y derechos de los particulares y ms all, al control

    directo del cumplimiento de la Constitucin y las Leyes, siendo considerado de modo

    especial, el principio de la legalidad y del principio pro libertatis.

    Siendo las medidas cautelares innominadas un elemento importante de la

    tutela jurisdiccional venezolana, son de la absoluta reserva legal del poder judicial,

    es decir, ninguna otra autoridad podr decretarlas. No obstante, es posible

    encomendar a las autoridades administrativas su ejecucin, en tanto representan

    auxiliares de justicia. Aunado a ello, eventualmente, es posible que se dicten

    providencias administrativas encaminadas a asegurar bienes o derechos, pero tales

    providencias segn Arazi (2007) no guardan relacin con el verdadero objeto de las

    medidas cautelares procesales, que es asegurar la efectividad de la sentencia

    definitiva.

    Cabe mencionar, que el Derecho Procesal Civil venezolano ha previsto un

    conjunto de teoras y de procedimientos para la adopcin y ejecucin de las

    medidas innominadas, que la doctrina procesalista ha convenido en adjetivar segn

    Caldern (2003) como cautelares atpicas. Sin embargo, se seala la existencia de

    ciertas discrepancias, ms o menos significativas, segn los casos al abordar tales

    conceptos, las cuales precisamente surgen al momento de establecer su naturaleza

    jurdica, procedencia, procedimiento y lmites sobre los cuales debe orientarse todaactuacin procesal realizada en el ejercicio de la potestad cautelar.

    As, surgen las discusiones sobre las medidas innominadas, las cuales por su

    atipicidad comprenden segn Caldern (2003) como significado mnimo la falta de

    predeterminacin legislativa del contenido de tales medidas, en tanto el contenido

    est individualizado, solamente en el fundamento del criterio de idoneidad o

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    necesidad, segn las circunstancias, para garantizar profesionalmente la efectividad

    de la sentencia de mrito.

    Aunado a ello, otro aspecto que ha dado origen a amplias discusiones y

    contradicciones entre la doctrina nacional y extranjera es que no toda medida

    cautelar innominada que sea idnea, necesaria y proporcionada puede ser adoptada

    en el curso del proceso. Adems es necesario que dicha medida innominada respete

    una serie de exigencias que actan en el ejercicio de la potestad cautelar como

    autnticos lmites, externos unos e internos otros; particular de cada ordenamiento

    jurdico; lo cual amerita un anlisis exhaustivo y en consecuencia surgen

    controversias sobre la idoneidad de su aplicacin.

    Esto conduce a considerar los lmites como un punto interesante de anlisis,

    en tanto los mismos se centran en el respeto al principio de separacin de poderes,

    propio de todo Estado de Derecho, que impide a los rganos jurisdiccionales sustituir

    en sede cautelar al Poder Legislativo, respeto al principio de legalidad; o al Poder

    Ejecutivo, con especial mencin a la discrecionalidad y oportunidad administrativa.

    Otro punto esencial es considerar la imposibilidad de que se pueda obtener en el

    proceso cautelar cualquier cosa de ms o diferente de cuanto se podr obtener con

    la resolucin judicial definitiva, o en contraste con otras normas del ordenamiento

    jurdico, sobre todo las de orden constitucional.

    El problema de anlisis de las medidas innominadas se centra en que al

    referirse a un poder general de cautela, existe la tendencia a creer que se trata de

    un poder ilimitado, lo cual constituye un error, pues si bien es cierto, la naturaleza de

    esta figura jurdica requiere cierto grado de convencimiento del juez para su

    aplicacin, no es menos verdadero que no puede considerarse arbitraria.

    En este proceso, surgen las divergencias de opinin al discutir que la medida

    cautelar innominada que se adopte debe estar en clara relacin de dependencia conel proceso principal cuya sentencia se asegura. En este sentido, no se trata de la

    solicitud de cualquier medida, sino que el juez puede asegurar la relacin existente

    entre la medida cautelar solicitada y la sentencia definitiva; con la finalidad de que no

    resulte utpica de la efectividad de la misma.

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    Cabe mencionar que la prctica ha demostrado el auge de estas medidas

    cautelares atpicas, creando divergencias en su aplicacin, razn por la cual la

    jurisprudencia ha sido la encargada de delimitar con el tiempo los alcances de la

    potestad del juez, para decretarlas todo de acuerdo con el caso concreto.

    Por lo antes expuesto, es menester resaltar la existencia de similitudes y

    divergencias entre la aplicacin de las medidas innominadas en la legislacin

    extranjera, considerando a Argentina y Chile.

    Este estudio se une a los esfuerzos para conformar anlisis jurdicos que

    faciliten la comprensin de las normativas jurdicas relacionadas con medidas

    innominadas o atpicas, aportando datos para la clarificacin de esta temtica.

    Asimismo, esta investigacin de tipo documental cuyos datos fueron recabados a

    travs de la utilizacin de una gua de observacin y el fichaje electrnico y fueron

    analizados mediante el anlisis documental, la analoga y la hermenutica jurdica;

    aporta datos documentales esenciales para configurar un anlisis comparativo entre

    las medidas innominadas en el Derecho Procesal Civil venezolano y en la legislacin

    argentina y chilena, ampliando las explicaciones sobre la naturaleza jurdica de las

    medidas innominadas, la procedencia de las mismas, el procedimiento para la

    solicitud y el decreto de las mismas y los lmites del Juez Civil en la aplicacin de

    dichas medidas atpicas o innominadas, tomando como referencia las leyes de

    Argentina y Chile como Estados latinoamericanos importantes en la regin.

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    1. Definicin de medidas innominadas.

    Respecto a las medidas innominadas, Palacio (1993) las define como

    aquellas medidas no previstas especficamente por ley por cuanto constituye

    facultad incita en el referido poder consistente en argumentar la posibilidad de que

    los pronunciamientos de los jueces resulten eventualmente inoperantes o inocuos.

    De igual forma, Chiovenda (1995) seala que la medida innominada es una

    resolucin provisional de cautela que deja por completo al juez establecer la

    oportunidad y naturaleza. La finalidad es siempre evitar que la actuacin de una

    posible voluntad de la ley quede impedida o se haga difcil a su tiempo por el hecho

    acaecido con anterioridad a su declaracin, es decir, por el cambio en el estado de

    las cosas actuales, o bien de proveer an durante un proceso, en caso de una

    posible voluntad de la ley, cuya actuacin no admita retraso.

    Jinesta (1996) La atipicidad de la medida cautelar comprende como

    significado mnimo la falta de predeterminacin legislativa del contenido de tales

    medidas El contenido de la medida cautelar atpica o indeterminada est

    individualizado, solamente en fundamento con el criterio de la idoneidad o necesidad

    segn las circunstancias, para garantizar provisionalmente la efectividad de la

    sentencia de mrito.

    Por su parte, Ortiz (1997) seala que:

    Las medidas innominadas son el conjunto de disposiciones que, asolicitud de parte, puede acordar el juez y siempre que las considereadecuadas para evitar que se produzca una lesin en el derecho o en la

    situacin fctica de cualesquiera de los litigantes, o para impedir quecontine la lesin si la misma es de carcter continuo en el tiempo.

    Agrega Ortiz (1999) que las medidas innominadas constituyen un tipo de

    medidas preventivas de carcter cautelar cuyo contenido no est expresamente

    determinado en la ley si no que constituye el producto del poder cautelar general de

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    los jueces, quienes, a solicitud de parte, pueden decretar y ejecutar las medidas

    adecuadas y pertinentes para evitar cualquier lesin o dao que una de las partes

    amenace infringir en el derecho de la otra y con la finalidad de garantizar tanto la

    eficacia como la efectividad de la sentencia definitiva y de la funcin jurisdiccional

    misma.

    El mismo autor asevera que a diferencia de las medidas cautelares tpicas, las

    cuales son preferentemente patrimoniales y tienden a garantizar concretamente la

    ejecucin del fallo (asegurando que existan bienes suficientes sobre los cuales

    trabar la ejecucin a travs de las medidas ejecutivas) las cautelas innominadas

    estn diseadas para evitar que la conducta de las partes pueda hacer inefectiva el

    proceso judicial y la sentencia que all se dicte. Este tipo de medidas forman parte de

    lo que en doctrina se ha denominado el poder cautelar general y estn consagradas

    en la legislacin patria en el artculo 588 del Cdigo de Procedimiento Civil (1986) el

    cual textualmente seala lo siguiente:

    Artculo 588: En conformidad con el artculo 585 de este Cdigo, el Tribunalpuede decretar, en cualquier estado y grado de la causa, las siguientesmedidas:

    1 El embargo de bienes muebles;

    2 El secuestro de bienes determinados;

    3 La prohibicin de enajenar y gravar bienes inmuebles.

    Podr tambin el Juez acordar cualesquiera disposiciones complementariaspara asegurar la efectividad y resultado de la medida que hubiere decretado.

    Pargrafo Primero: Adems de las medidas preventivas anteriormenteenumeradas, y con estricta sujecin a los requisitos previstos en el artculo585, el Tribunal podr acordar las providencias cautelares que considereadecuadas, cuando hubiere fundado temor de que una de las partes puedacausar lesiones graves o de difcil reparacin al derecho de la otra. En estoscasos para evitar el dao, el Tribunal podr autorizar o prohibir la ejecucin dedeterminados actos, y adoptar las providencias que tengan por objeto hacercesar la continuidad de la lesin.

    Pargrafo Segundo: Cuando se decrete alguna de las providencias cautelaresprevistas en el Pargrafo Primero de este artculo, la parte contra quien obrela providencia podr oponerse a ella, y la oposicin se sustanciar y resolverconforme a lo previsto en los artculos 602, 603 y 604 de este Cdigo.

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    Pargrafo Tercero: El Tribunal podr, atendiendo a las circunstancias,suspender la providencia cautelar que hubiere decretado, si la parte contraquien obre diere caucin de las establecidas en el artculo 590. Si se objetarela eficacia o suficiencia de la garanta, se aplicar lo dispuesto en el nicoaparte del artculo 589.

    En este orden de ideas, autores como Ortiz (1997) expresan que las

    caractersticas ms resaltantes de este nuevo esquema de medidas responde a la

    existencia de un riesgo manifiesto de quede ilusoria la ejecucin del fallo, y un

    fundado temor de que una de las partes cause daos en los derechos de la otra.

    Este riesgo manifiesto o temor fundado debe estar inspirado en la razonabilidad de

    los hechos alegados en el libelo o en la contestacin, y se materializa en la

    exigencia que hace la ley, para convencer al Juez, de que existe una razonable

    posibilidad de que quede ilusoria la ejecucin del fallo, a travs de la prueba exigida

    de tal circunstancia.

    Indica el autor que el riesgo manifiesto de que la ejecucin de la sentencia

    pueda quedad ilusoria, ya a favor del actor, ya a favor del demandado, es un

    requisito para todo el sistema y constituye su plataforma existencial, y es a lo que se

    ha denominado periculum in mora. En el caso concreto de las medidas innominadas

    el legislador es ms riguroso y por ello habr que probar la inminencia del peligro de

    dao o lesin, constituyendo un requisito adicional y especial para las cautelas

    innominadas y que se ha denominado periculum in mora.

    Opina Ortiz (1997) que debe existir una razonable apariencia del derecho

    reclamado. Cumplidos estos requisitos puede, el Juez, dictar las medidas que

    considere pertinentes, o bien, autorizar o prohibir la ejecucin de determinados actos

    tales como la prohibicin de celebrar una asamblea, o la prohibicin de publicacin

    de artculos de prensa de carcter injuriosos o difamatorios, entre otras.

    Afirma Font (2001) que cuando se habla de medidas innominadas se est

    hablando de otras providencias que el juez puede dictar, medidas asegurativas o

    conservadoras que no son ni secuestros, ni embargos, ni prohibicin de enajenar o

    gravar, por el contrario pueden ser autorizaciones o pueden ser prohibiciones, pero

    no recaen directamente sobre bienes.

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    Del mismo modo, agrega que las medidas cautelares innominadas son

    aquellas medidas inherentes a la funcin de juzgar en el proceso y de ejecutar lo

    dispuesto en la sentencia, tambin para proteger a alguna de las partes contra una

    lesin a que puede estar expuesta por la prolongacin del proceso. Considera que

    este tipo de medidas urgentes segn las circunstancias, son aptas para asegurar

    provisionalmente el cumplimiento de la sentencia.

    En este sentido, Fbrega (1997) expresa que en cuanto a los rasgos que son

    propios de las medidas cautelares innominadas, pueden destacarse las siguientes

    notas distintivas: a) a diferencia de que acontece con las medidas cautelares tpicas,

    las innominadas no se encuentran especficamente reguladas en la ley, de suerte

    que el Juez goza a este respecto de un poder cautelar amplsimo para adoptarlas; b)

    tienen la particularidad de que el juez puede decretarlas siguiendo un criterio de

    oportunidad y conveniencia, de modo que se empleen los medios ms idneos para

    garantizar el fin procesal perseguido por las partes; y c) permiten prevenir de una

    manera concreta y eficaz el riesgo de ilusoriedad en la ejecucin del fallo fiel, as

    como tambin procuran evitar que una de las partes pueda irrogar lesiones graves o

    irreparables al derecho de la otra, durante el tiempo que toma expedicin de la

    decisin jurisdiccional definitiva.

    Para el autor citado, es precisamente por esta caracterstica que algunos

    autores afirman que las medidas cautelares innominadas se ubican en una relacin

    de instrumentalizad amplsima con la decisin final del proceso, ya que en unos

    casos buscan asegurar provisionalmente los efectos de esa resolucin, previniendo

    que su eventual ejecucin se torne ilusoria y en otros impiden que una de las partes

    cause al derecho de la otra lesiones graves o irreparable.

    Por tanto, se indica de acuerdo con Fbrega (1997) que estas medidas

    corresponden al tipo de procesos cautelares, siendo sus caractersticas:

    - Jurisdiccionalidad. Vale decir, que solo tiene competencia para acordar el mismo

    rgano ordinario a quien le corresponde el conocimiento del proceso principal, del

    cual es conexo.

    - Periculum in Mora. Esto significa que debe alegarse el temor de un dao jurdico

    posible, inmediato o inminente, o evitar notorios perjuicios que un demandado de

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    mala fe puede causar, con consecuencias directas en el proceso principal. Este

    riesgo denominado en la doctrina el periculum in mora queda plasmado al considerar

    que exista riesgo manifiesto de que quede ilusoria la ejecucin del fallo.

    - Provisoriedad. Es decir, que la medida solo puede durar mientras subsista el

    peligro y se pone en resguardo del riesgo invocado y que se trata de impedir, deaqu se tiene que deber alzarse la medida decretada, en cualquier estado del juicio,

    si el demandado prestare caucin o garanta suficiente.

    - Sumariedad. Lo que vale tanto como que la prueba que debe producirse a tales

    efectos no debe ser precisamente tanto como plena bastando un examen superficial

    de los presupuestos procesales, dentro de su ndole general de urgente, sin

    prejuzgar en absoluto del fondo del proceso principal.

    - Instrumentalidad. O subordinacin al proceso principal.

    - Se tramitan y deciden en cuaderno separado.

    - Variabilidad. Las medidas cautelares no son inmutables, no producen cosa

    juzgado, ni formal, ni material, y por tanto pueden ser modificadas o suspendidas

    cuando cambian las condiciones que le dieron origen.

    Puede inferirse de lo expresado, que las medidas innominadas son el

    producto del poder cautelar general del juez, quien tiene la facultad de asumir

    acciones para garantizar a travs de medidas rpidas e inmediatas no especificadas

    en la ley, pero si enmarcadas en el ordenamiento jurdico para evitar una lesin o

    dao en los derechos subjetivos de los ciudadanos.

    2. Naturaleza jurdica de las medidas innominadas.

    Sobre la naturaleza jurdica de las medidas cautelares, Ortiz (1999) seala

    que tiene la doctrina que profundizar en dos aspectos bsicamente: su carcter

    jurisdiccional y su autonoma.

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    2.1. Carcter jurisdiccional.

    Ortiz (1999) agrega que un sector de la doctrina considera que las medidas

    cautelares tienen un carcter jurisdiccional, toda vez que tienen como finalidad

    asegurar o garantizar los resultados del proceso, ante los peligros que entraa la

    duracin de stos, logrando la efectividad de la sentencia. En tanto que la funcin

    cautelar es una tpica facultad jurisdiccional.

    Explica el mismo autor, que las medidas cautelares, incluyendo las medidas

    innominadas, son disposiciones jurisdiccionales en aras de proteger o precaver que

    el fallo de un juicio quede infructuoso o ilusorio en su ejecucin, y por la otra, la

    efectividad del proceso jurisdiccional. Existen razones formales y materiales para

    afirmar su carcter de jurisdiccionalidad de las medidas innominadas. Las razones

    formales apuntan a su finalidad preponderante y fundamental de proteger la futura

    ejecucin de un fallo solo puede ser conocido y decididos por los rganos

    correspondientes. A nivel material, se persigue tutelar un derecho de las partes que

    puede verse amenazado.

    Por su parte, Fbrega (1997), al referirse al tema, seala que las medidas

    cautelares incluyendo las medidas innominadas se trata de una estructura compleja,

    que tiene elementos jurisdiccionales (cognicin).

    Al respecto, se coincide con Liebman (1980) cuando asevera que los

    caracteres (en sentido aristotlico se refieren a las categoras) son aquellos

    elementos que si bien acompaan a las cautelas, determinan la manera en que el

    fenmeno se conoce y se visualiza; de esta manera, los caracteres o modos de

    apreciarse las cautelas innominadas determinan su condicin cautelar, en cuyo caso

    son elementos comunes a todas las medidas cautelares y que, entre ellos se

    distingue la jurisdiccionalidad, a los efectos de ser dictadas nicamente por losrganos jurisdiccionales con competencia para ello y en un proceso en

    conocimiento.

    Se afirma entonces que, las medidas cautelares, o bien las instituciones

    jurdicas innominadas, y entre ellas las medidas cautelares de tal naturaleza, son

    instrumentos de la justicia dispuestos para que el fallo dictado por el rgano

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    jurisdiccional sea ejecutable y eficaz. Son expresin del derecho a una tutela judicial

    efectiva de los derechos e intereses, previsto en el artculo 26 de la Constitucin de

    la Repblica Bolivariana de Venezuela de 1999.

    En la Constitucin de 1999 no hay ninguna norma tan perfectamente

    elaborada como el mencionado artculo 26, por cuanto la tutela judicial efectiva

    involucra, no slo proteccin de derechos, sino tambin involucra proteccin de

    situaciones jurdicas (intereses) y proteccin de relaciones jurdicas; la tutela judicial

    que propone el constituyente, es una tutela frente a todos los derechos, es una tutela

    frente a todos los intereses, incluso los colectivos o difusos.

    De manera que el derecho a la tutela judicial efectiva debe ser entendido

    como el derecho a la jurisdiccin, esto es, como el derecho a ser parte en un

    proceso y lograr promover la actividad jurisdiccional a fin de llegar a una decisin

    judicial sobre las pretensiones formuladas. De tal forma que, esta efectividad no

    significa que la persona que invoque el derecho a la tutela jurisdiccional tiene que

    lograr la satisfaccin de sus pretensiones, sino que la tutela judicial efectiva lo que

    confiere es el derecho a obtener una decisin judicial de manera oportuna, dictada

    con base en la Ley y que decida sobre el fondo del asunto planteado.

    Se ha observado, que autores como Ortiz (1999) establecen que en

    Venezuela las medidas innominadas constituyen un tipo de medidas preventivas de

    carcter cautelar cuyo contenido no est expresamente determinado en la Ley sino

    que constituye el producto del poder cautelar general de los jueces quienes, a

    solicitud de parte, pueden decretar y ejecutar las medidas adecuadas y pertinentes

    para evitar cualquier lesin o dao que una de las partes amenace infringir en el

    derecho de la otra y con la finalidad de garantizar tanto la eficacia como la

    efectividad de la sentencia definitiva y de la funcin jurisdiccional de la misma.

    Corrobora Snchez (1995), al afirmar que en Venezuela las medidas

    innominadas son disposiciones jurisdiccionales en aras de proteger o precaver que

    el fallo de un juicio principal quede infructuoso o ilusorio en su ejecucin y, por otra

    parte, la efectividad del proceso jurisdiccional. Atendiendo a esta definicin existen

    razones formales y materiales para afirmar el carcter de jurisdiccionalidad de las

    medidas innominadas.

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    De manera que, las razones formales apuntan a su finalidad, esto es, que la

    finalidad preponderante y fundamental esta en proteger la futura ejecucin de un

    fallo y los fallos solo pueden ser conocidos, sustanciados y decididos por los

    rganos jurisdiccionales.Vale decir, que solo tiene competencia para acordarlos, el

    mismo rgano ordinario a quien le corresponde el conocimiento del proceso

    principal, del cual es conexo, indicando asimismo que, lo que hace que la medida

    sea cautelar, es precisamente que se pretenda proteger la efectividad y ejecucin de

    un fallo o una sentencia, que solo puede dictarlo en un proceso jurisdiccional y por

    un Juez de la Republica, y no por rganos administrativos o legislativos.

    Es importante destacar que en Venezuela la medida innominada es

    jurisdiccional, en cuanto contiene elementos jurisdiccionales tpicos, como son la

    declaracin con fuerza de cosa juzgada y, sobre todo, por su carcter instrumental

    respecto de un ulterior pronunciamiento jurisdiccional.

    Fbrega (1997) es partidario de una postura que se podra llamar eclctica,

    porque considera que la estructura de las medidas innominadas es compleja, porque

    esta compuesta de elementos jurisdiccionales (cognicin) y elementos de naturaleza

    administrativa (avalo, captura, depsito del bien e inscripcin) que a pesar de que

    algunos son ejecutados por el tribunal, no constituyen verdaderos actos

    jurisdiccionales, sino administrativos.

    Por su parte, Benaventos (2000) afirma que en Argentina, el carcter

    jurisdiccional de las medidas innominadas, atiende a que es la autoridad judicial la

    que ha de realizar la valoracin oportuna y determinar, a la vista de las alegaciones

    de las partes y respetando los principios de audiencia e inmediacin, si procede o no

    la adopcin de la medida cautelar innominada interesada; situacin que se asemeja

    a la consideracin doctrinal sobre las medidas innominadas en Venezuela.

    Ello es corroborado por Gozaini (2004), cuando explica que el carcter de

    jurisdiccionalidad de las medidas cautelares genricas se refiere a que la adopcin

    de la medida cautelar compete al rgano jurisdiccional. De manera que, puede ser el

    rgano jurisdiccional que conozca inicialmente del proceso, en caso de ser

    posteriormente incompetente o el que conozca de todo el proceso.

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    Es importante destacar que en Chile la medida cautelar innominada es

    autorizada por el artculo 298 Cdigo de Procedimento Civil (1990). Sin embargo,

    tanto en el pasado como hasta los das presentes esas medidas cautelares

    innominadas han tenido una bajsima utilizacin. Ha existido una reticencia tanto de

    los abogados como de los jueces en la utilizacin de medidas cautelares

    innominadas.

    Se coincide con Cea (1999), cuando establece que en el ordenamiento

    procesal chileno, las medidas innominadas, se prevn en el ttulo V, del libro II, del

    CPC, consideradas de creacin jurisprudencial de conformidad con lo establecido en

    el art. 298 del CPC, que permiten al tribunal al menos en teora adoptar cualquier

    otra medida que sea idnea para garantizar el resultado de la accin.

    En Venezuela se considera que las medidas innominadas son netamente

    jurisdiccionales, toda vez que se originan y terminan dentro de una estructura

    procesal ante un ente jurisdiccional, afirmando que las medidas innominadas que se

    adoptan dentro de un proceso tienen necesariamente la caracterstica de

    jurisdiccional. La fase de solicitud, cognicin, oposicin de ejecucin, son actos

    totalmente procesales, a practicar siguiendo normas procedimentales, y siempre

    bajo la potestad del juez.

    Se puede concluir, que la actividad jurisdiccional llamada cautelar en

    Venezuela y en el derecho comparado analizado no son ms que una actividad

    dirigida a comprobar desde un punto de vista objetivo y subjetivo la existencia de un

    peligro y a eliminarlo, puesto que amenaza directamente los intereses sustanciales o

    procesales tutelados por el derecho objetivo, incierto o controvertido, conservando el

    estado de hecho y de derecho mientras est pendiente o previsin de la declaracin

    de certeza o de la realizacin coactiva de la tutela aprontada por el derecho objetivoa dichos intereses.

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    2.2. Carcter de Autonoma.

    Fbrega (1997), afirma que la funcin cautelar reviste una connotacin

    administrativa, porque afirman que la funcin jurisdiccional solo consiste en la

    declaracin del derecho, la decisin sobre la pretensin y hasta la ejecucin. En

    cuanto a la autonoma se ha dicho que una de las caractersticas de las medidas

    cautelares es su instrumentalidad, eso es, que no tienen un fin en s misma, sino que

    son accesorias a un proceso principal.

    No obstante lo anterior, agrega el mismo autor que la doctrina actualmente le

    reconoce una autonoma a las medidas cautelares en cuanto a su objetivo. Se ha

    considerado que el objetivo de las medidas cautelares es distinto a la cognicin o

    ejecucin; adems tienen una estructura completa: peticin, cognicin y ejecucin.

    En este sentido, la autonoma se refiere a la pretensin y no a la estructura del

    proceso, toda vez que el proceso es uno solo y la medida cautelar, aunque se

    tramita en algunas ocasiones en cuaderno separado forma parte del mimo.

    Fbrega (1997) agrega que las medidas innominadas cuentan con elementos

    de naturaleza administrativos (que a pesar de que algunos son ejecutados por un

    tribunal, no constituyen verdaderos actos jurisdiccionales, sino administrativos,

    propios de un rgano ejecutivo.

    El autor agrega que, las medidas cautelares juegan un papel importante

    dentro del proceso, puesto que a travs de ellas el rgano jurisdiccional puede

    garantizar la efectividad de los derechos y deberes individuales y sociales, se puede

    lograr el objeto fundamental del proceso el cual es reconocer los derechos

    consagrados en la Ley sustancial, es decir que las medidas cautelares son

    indispensables para la eficacia e las decisiones jurisdiccionales y evitan que

    intereses jurdicos se vean frustrados.

    Del mismo modo, Garca (1991) seala que la naturaleza jurdica de las

    medidas innominadas se relaciona con el deber jurdico en general y en particular el

    que emerge en la relacin jurdica obligacional como correlativa del derecho del

    acreedor y as nace la obligacin jurdica del deudor con la nota de coercibilidad.

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    Ortiz (1999) expone que las cautelas innominadas previenen conductas y,

    muy excepcionalmente, sobre bienes cuando a travs de estos se puede concretar

    la conducta daosa. Las cautelas innominadas pueden coexistir con las tpicas,

    conjunta o independientemente pero no para tener el mismo contenido. No puede la

    cautelar innominada recaer sobre un bien a travs del cual se cumplir la futura

    ejecucin del fallo.

    Por tanto, se evidencia que la naturaleza jurdica se circunscribe en

    considerar el carcter de la jurisdiccionalidad, as como la autonoma en la

    concepcin de las medidas innominadas, siendo considerado a los efectos de este

    trabajo los planteamientos de Ortiz (1999) y de Fbrega (1997) al momento de

    analizar la naturaleza jurdica de las medidas innominadas en el Derecho Procesal

    Civil venezolano comparativamente con la legislacin argentina y chilena.

    En relacin con el carcter de autonoma de las medidas innominadas, en

    Venezuela este tipo de medidas son una clara manifestacin del poder cautelar

    general del juez, que por su naturaleza son medidas preventivas, que carecen de

    previsiones legales que las definan; pero no obstante, tienen su propia identidad y

    autonoma procesal frente a otras medidas tpicas, hasta el punto que pueden

    dictarse independientemente o conjuntamente con stas, conforme al prudente

    criterio del Juez, cuando se evidencia la necesidad de prevenir daos y perjuicios a

    las partes, o impedir su continuacin, de manera que la sentencia sea efectiva y que

    se eviten los daos irreparables o de difcil reparacin que una de las partes pueda

    causar a los derechos de su contraria.

    Se coincide con Cipriani (2000), cuando explica que la actividad jurisdiccional

    precautoria se presupone asegurar las consecuencias de un proceso, mediante el

    mantenimiento del estado de hecho o de derecho, o prevenir las repercusiones

    posiblemente perjudiciales, de la demora en el procedimiento de las resoluciones

    judiciales. No tienen un fin en si misma, sino que solo es posible el ejercicio de esa

    actividad, para asegurar las consecuencias de otro proceso, al que se est ligado y

    que es un presupuesto.

    Se hizo importante destacar que, la comprensin de esta caracterstica es

    necesaria, para captar el sentido de la autonoma de las medidas innominadas.

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    Ciertamente, un amplio sector de la doctrina nacional y extranjera se ha pronunciado

    por el carcter autnomo de las medidas cautelares, hasta afirmar la existencia de

    un tercer genero de procesos, eso es un tertium genus, al lado de los procesos de

    declaracin y ejecucin.

    Debate Mrquez (1985), al explicar que quienes conciben las medidas

    cautelares como proceso, deben hallar tambin el carcter de autonoma; pero

    quienes conciben a las medidas cautelares como manifestacin de la justicia

    preventiva y como derecho, la autonoma slo podr establecerse con respecto a su

    procedimiento; pero, en cuanto a su finalidad y existencia, siempre estarn

    preordenadas a un proceso principal al cual sirve de soporte.

    Coincide Snchez (1995), al explicar que se supone que la tutela cautelar

    tiene una relacin de servicio respecto al proceso, en virtud de cuya incoacin o

    intencin de promoverlo se ha adoptado la medida de justicia cautelar. La tutela

    cautelar no es independiente, sino dependiente de una tutela principal.

    Como puede observarse, que en el Derecho Procesal Civil Venezolano esta

    nota de instrumentalidad se encuentra claramente expresada por el Cdigo de

    Procedimento Civil (1986), pues seala que las medidas preventivas establecidas en

    el ttulo respectivo Las decretar el Juez, slo cuando exista riesgo manifiesto de

    que quede ilusoria la ejecucin del fallo. Luego, si no existe un fallo del cual se tema

    que quede ilusorio no podr dictarse una medida preventiva; de ello puede deducirse

    que solo dentro de un proceso previo, puede decretarse alguna de las medidas

    preventivas previstas en el texto procesal.

    Otros autores, sobre todo en Argentina, no hablaran en estos casos de una

    tutela de tipo cautelar autnoma sino de una de tipo autosatisfactiva. Reserva esta

    doctrina la expresin tutela cautelar slo a aquellas providencias queinstrumentalmente tutelan un proceso de carcter principal.

    Ello es corroborado por Peyrano (1999), al indicar que en la experiencia

    argentina, los que obtienen una medida que satisface directamente su pretensin

    dirigida a obtener una tutela urgente para un derecho o inters legtimo, se ven

    obligados en muchos casos, por exigencias de una legislacin no actualizada que no

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    prev autonoma para estas soluciones urgentes, a inventar un proceso posterior

    principal (habitualmente amparos o pretensiones mero declarativas), proceso que

    resulta del todo innecesario, ya que con la medida acordada urgentemente, el

    inters del solicitante ya se ha agotado.

    En relacin con el carcter de autonoma de las medidas innominadas en la

    legislacin chilena, autores como Aldunate (1999) opinan que la autonoma

    estructural de la tutela cautelar admite la posibilidad de concebir al proceso cautelar

    como una va de tutela urgente y directa de los derechos e intereses de los

    ciudadanos necesitados de tutela jurisdiccional sin que se limite simplemente a

    cautelar instrumentalmente un proceso de principal, hablndose entonces de una

    tutela cautelar autnoma.

    Del anlisis realizado, se infiere que no se duda que las medidas cautelares

    innominadas presentan un carcter estructural, cientfica y legislativamente

    independiente de los procesos principales, tal como lo afirma Snchez (1995), sin

    embargo, dice el mismo autor que su finalidad es claramente instrumental y est

    preordenada a la eficacia de una resolucin, normalmente una sentencia de

    condena, an todava no dictada. De tal manera que, las medidas cautelares van

    enderezadas principalmente a prevenir un peligro, y evitar un dao injusto, que

    aparece como probable o posible, precisamente por la duracin inexcusable del

    proceso.

    3. Procedencia de las medidas innominadas.

    En relacin a este importante punto, Ortiz (1999) seala la existencia de unos

    requisitos o condiciones de procedencia de las medidas innominadas, sobre las

    cuales debe decretarse la medida. Estas condiciones estn expresamente previstasen la Ley y constituyen el lmite de discrecionalidad judicial para decretar y ejecutar

    la medida.

    Ahora bien, indica el autor citado, que a pesar de existir un poder cautelar

    general, y, al contrario de lo que pudiera pensarse, el juez est sometido a mayores

    requisitos que en las medidas expresamente previstas, pues el legislador estableci

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    mayores condiciones para el decreto de las medidas innominadas. Concibe este

    tipo de providencias como un verdadero amparo dentro del proceso a favor de una

    de las partes que se ve perjudicada por actuaciones de la otra que ponen en grave

    peligro su derecho, de all que estn dirigidas no a bienes sino a conductas, y slo

    cuando la lesin es continua podra recaer sobre contenidos patrimoniales.

    No obstante, expresa Ortiz (1999) existe un cierto grado de discrecionalidad

    en la apreciacin de la prueba, el cual toca el fondo de la medida pero en modo

    alguno la forma. Por ello se ha afirmado que lo genrico de las medidas atiende a la

    oportunidad, a las materias en que pueden ser dictadas, a los tipos y las clases de

    medidas; pero el juez est subordinando a estos tres requisitos, y tambin est

    sometido a cierta restriccin en la ndole de la medida.

    Explica el mismo autor, que las medidas cautelares innominadas constituyen

    un tipo de medidas aplicadas ante el peligro de infructuosidad del fallo, conocido

    comnmente en la doctrina como periculum inmora, la verosimilitud del derecho a

    proteger que se conoce con la nominacin latina de fumus boni iuris y el peligro

    inminente de dao, que se ha bautizado con el nombre de periculum in damni

    recordando su mas remoto antecesor, la cautio per damni infectique formaba parte

    de las stipulatio en Roma para garantizar la eficacia del proceso que debera

    iniciarse frente al iudex.

    De acuerdo con el criterio del autor, se exponen las condiciones que

    determinan la procedencia de las medidas innominadas:

    3.1. Peligro de inf ructuosidad (periculum in mora).

    Snchez (1995) afirma que el periculum in mora o peligro en la demora,constituye un requisito de procedencia de las medidas innominadas en tanto ello

    implica la existencia de un peligro probable de que la tutela jurdica definitiva que el

    actor aguarda de la sentencia a dictarse en el proceso principal, no puede, en los

    hechos hacerse efectiva (periculum in mora). Por ello, en tanto exista el fundado

    temor de que mientras se espera aquella tutela, lleguen a faltar las circunstancias de

    hecho favorable a la tutela misma, ello representa un fundamento indiscutible de la

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    tutela cautelar, siendo posible aplicar medidas innominadas ante la existencia de un

    peligro de dao jurdico derivado del retardo.

    El mismo autor asevera que se considera que el periculum in morams que

    un requisito de procedencia de las medidas cautelares innominadas, pues ste

    constituye el fundamento de ellas, en tanto el peligro que se procura combatir es la

    duracin del proceso, de modo que no es el genrico peligro del dao jurdico, el

    cual se puede en ciertos casos obviar con la tutela ordinaria, sino el peligro

    especifico de aquel ulterior dao marginal que puede derivarse del retraso,

    consecuencia inevitable de la lentitud del proceso ordinario.

    Del mismo modo, Ortiz (1999) indica que esta condicin de procedencia

    apunta a determinar una serie de hechos objetivos, an apreciables por terceros,

    para los cuales se produce una presuncin de la necesidad de la medida y para

    evitar que la futura ejecucin del fallo quede ilusoria. No se trata del hecho de que

    los procesos tengan retardo, sino que adems de ello implica que una de las partes

    puede sustraerse del cumplimiento del dispositivo sentencial.

    El mismo autor agrega que este requisito de procedencia tiene vinculacin

    directa con el inters procesal, puesto que para intentar cualquier accin debe

    tenerse un inters legtimo y actual. Por tanto, ante el temor de dao o de peligro en

    la demora se considera que puede existir la posibilidad de que el dispositivo

    sentencial pueda quedar disminuido en su mbito econmico, por lo cual una de las

    partes puede causar dao en los derechos de la otra, debido al retardo de los

    procesos jurisdiccionales, quedando as minimizada o burlada la justicia en su

    aspecto prctico.

    Seala Mrquez (1985), que en la legislacin procesal civil venezolana, la

    procedencia de la Medida Cautelar Innominada, encuentra su fundamento entrminos del propio Tribunal Supremo de Justicia, en las circunstancias de que en

    proteccin del derecho constitucional a la defensa debe acudirse al poder cautelar

    general que a todo Juez, por el hecho de tener la atribucin de decidir y ejecutar lo

    juzgado, le es inherente.

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    Lo anterior se expresa, por cuanto una, proteccin integral del indicado

    derecho constitucional a la defensa y a una tutela judicial efectiva, requiere siempre

    mecanismo cautelares idneos o suficientes que permitan dar a la sentencia

    definitiva la eficacia que, en caso de transcurrir en su totalidad, el proceso sin

    correctivos, se vera absolutamente cercenada, o al menos menoscabada. (CSJ-

    SPA, caso Ivn Guillermo Rincn vs Consejo de la Judicatura, sentencia de fecha

    28-03-96; vid igualmente: sentencia 28-04-94, caso Jairo Nixon Marcano).

    En relacin con los requisitos de procedencia para decretar las medidas

    innominadas, se observ que en sentencia N. 00032 de fecha 14 de enero de 2003,

    dictada por la Sala Poltico Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, con

    ponencia de la Magistrado Yolanda Jaimes Guerrero, expediente N 2002-0320; se

    dispuso en relacin con los requisitos exigidos para el otorgamiento de las medidas

    cautelares e innominadas, lo siguiente:

    (Omissis) Es criterio de este alto tribunal que el poder cautelar debeejercerse con sujecin estricta a las disposiciones legales que lo confieren, ypor ello la providencia cautelar slo se concede cuando exista en autosmedios de prueba que constituyan presuncin grave de la existencia delriesgo manifiesto de quedar ilusoria la ejecucin del fallo, as como el derechoque se reclama. Por tal motivo es imperativo examinar los requisitos exigidosen el artculo 585 del Cdigo de Procedimiento Civil, esto es, la presuncingrave del derecho que se reclama (fumus boni iuris)y el peligro grave de que

    resulte ilusoria la ejecucin de la decisin definitiva (periculum in mora

    Se coincide con Palacio (1993), cuando explica que el periculum in mora,es

    la probabilidad potencial de peligro de que el contenido del dispositivo sentencial

    pueda quedar disminuida en su mbito econmico, o de que de una de las partes

    pueda causar un dao en los derechos de la otra, debido al retardo de los procesos

    jurisdiccionales, con la lamentable consecuencia de quedar burlada la majestad de

    la justicia en su aspecto prctico.

    De esta forma, se prefiere hablar de probabilidad potencial y no presumir el

    riesgo por la sola tardanza del proceso, esta potencialidad viene de la consideracin

    de que la buena fe debe presumirse siempre y que lo contrario, debe probarse;

    adems esta circunstancia debe constar en el expediente para que el juez pueda

    decretar la medida cautelar que se trate.

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    Respecto al periculum in mora, se evidencia que ha sido reiterado

    pacficamente por la doctrina y la jurisprudencia, que su verificacin no se limita a la

    mera hiptesis o suposicin, sino a la presuncin grave del temor al dao por

    violacin o desconocimiento del derecho si ste existiese, bien por la tardanza de la

    tramitacin del juicio, bien por los hechos del demandado durante ese tiempo

    dirigidos a burlar o desmejorar la efectividad de la sentencia esperada.

    As lo corrobora, la Sala de Casacin Civil en sentencia de once (11) de

    agosto 2004, en incidencia de medida preventiva caso: Mara Trinidad Naidenoff

    Hernndez contra Vicente Emilio Garca Caldern, exp. N AA20-C-2003-000835,

    cuando estableci lo que sigue:

    En consecuencia, para que proceda el derecho de la medida no slo debe

    evaluarse la apariencia de certeza o credibilidad del derecho invocado, sinoque debe determinarse si de las argumentaciones y recaudos acompaadospor el peticionario se deduce el peligro de infructuosidad de ese derecho, noslo en virtud del posible retardo de la actividad del juez, sino tambin de loshechos que pudieran resultar atribuibles a la parte contra la que recae lamedida, si fuere alegado por el solicitante de la cautela, supuesto ste quedebe ser apreciado en conjunto, pues la sola demora del pronunciamientosobre la pretensin constituye en s mismo un hecho notorio y constante queno amerita prueba. .

    En este sentido, se observ que la nocin del Periculum in mora toca

    fundamentalmente dos aspectos, en primer lugar la falta de aptitud del proceso para

    dictar una sentencia que dirima el conflicto en un tiempo suficiente para garantizar el

    derecho de defensa de las partes y al mismo tiempo una justicia rpida y eficaz; tal

    como abogan la mayora de los textos sobre Derechos Humanos y las modernas

    constituciones polticas de los pases, y escapa de lo estrictamente jurdico para

    insertarse en el poltico-social-econmico

    Coincide Ortiz (1999), al explicar que en Venezuela la segunda consideracin

    es en torno a la presuncin derivada de hechos por parte del deudor y de su

    morosidad o bien, de acciones que permitan deducir su manifiesta insolvencia, o que

    se encamina a insolventarse. A cuyo respecto, se observ que en el derecho

    venezolano no puede presumirse la mala fe o el temor fundado de fraude a la justicia

    o como dice la doctrina extranjera, la sospecha del deudor.

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    De tal manera se afirma que, en la legislacin procesal civil venezolana, no se

    presume la insolvencia del deudor ni la demora en los juicios es lo suficientemente

    capaz como para fundamentar, sin ms, el dictado de una medida cautelar sino que,

    por el contrario, el elemento del peligro en la demora debe estar acreditado en los

    autos, a travs de una comprobacin sumaria que la persona sobre la cual se dicta

    la medida pretende insolventarse, o de causar alguna lesin que pueda hacer

    ilusoria la ejecucin de la sentencia; no dictarse acaecer fatalmente el riesgo que

    se teme.

    Por ltimo en cuanto a la procedencia de las medidas innominadas, se

    evidencia que en la legislacin procesal civil venezolana, se debe llevar

    indefectiblemente a una revisin por parte del operador jurdico, de los requisitos de

    procedencia de las medidas cautelares innominadas, con la finalidad de

    reconducirlos a los estrictos lmites que exige el derecho positivo venezolano, valga

    decir, el peligro en la mora y la apariencia de buen derecho, as como la

    presentacin de los medios de pruebas, que constituyan presuncin grave de dichas

    circunstancias.

    Por su parte, se evidencia que en Argentina este requisito tiene otro

    tratamiento y otro enfoque. As, el peligro en trminos generales, existe siempre

    segn lo expresa Colombo (2000), pero slo es tenido en cuenta por la Ley cuando

    es real o presumible sobre bases objetivas y subjetivas serias, y as se evidencia

    que hay medidas cautelares de peligro abstracto y de peligro concreto; en las

    primeras es suficiente el requisito de la verosimilitud del derecho y, en las segundas,

    se necesita acreditar prima facie el peligro en la demora.

    Discute Snchez (1995), que en la legislacin venezolana, se acoge el criterio

    de no presumir la insolvencia del deudor, ni la demora en los juicios es lo

    suficientemente capaz como para fundamentar, sin ms, el dictado de una medidacautelar sino que, por el contrario, el elemento del peligro en la demora debe estar

    acreditado en los autos, a travs de una comprobacin sumaria que la persona

    sobre la cual se dicta la medida pretende insolventarse, o de causar alguna lesin

    que pueda hacer ilusoria la ejecucin de la sentencia; implica, adems, la existencia

    de una real necesidad de la medida y que de no dictarse acaecer fatalmente el

    riesgo que se teme. Este requisito se ve restringido an ms en los casos de

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    secuestro judicial preventivo pues en ese caso el Periculum in mora debe estar

    vinculado con el objeto del litigio, dependiendo de la causal de la cual se trate.

    Por otra parte, Gmez (2005) explica que en el Derecho Procesal Civil

    Chileno, de especial relevancia para dictar una medida de urgencia de este tipo ser

    la existencia de un efectivo periculum in mora. Ello es muy importante para justificar

    este tipo de medidas provisionales que alteran el normal funcionamiento de la

    justicia declarativa.

    Coincide Marin (2004), al establecer que las medidas innominadas en el

    Derecho Procesal Chileno, son necesarias para prevenir el peligro en la demora del

    proceso. Adems de excepcionales, las medidas requieren que concurra el

    periculum in mora, o el peligro en la demora, a fin de evitar que durante el curso del

    proceso el sujeto pasivo realice conductas que se traduzcan en la imposibilidad de

    cumplir la sentencia que pudiere dictarse en su contra (demora/ineficacia). Adems

    de ello, se evidencia que en el derecho chileno, la necesidad de prevenir tal peligro

    esta contemplado taxativamente en la ley civil procesal.

    Se menciona este aspecto porque la prctica desarrollada por los tribunales

    superiores de justicia chilenos en materia de Recurso de Proteccin evidencia que

    en las disputas entre privados que suelen resolver no hay propiamente un peligro

    que justifique la decisin de urgencia. Muchos de los asuntos que son resueltos por

    esta va corresponden a disputas sobre derechos patrimoniales que perfectamente

    podran ser resueltas por un juicio ordinario ya que no se vislumbra un perjuicio

    inminente la mayora de las veces derivado del normal desarrollo del iterprocesal.

    En tal sentido, se coincide con Peyrano (1999), cuando explica que si el

    problema es que el proceso civil ordinario chileno funciona muy lentamente, se

    deben realizar entonces las reformas necesarias tanto orgnicas como procesalespara hacerlo ms eficiente. Lo que no se debe hacer es reconducir todo su sistema

    de tutela jurisdiccional de derechos a la provisionalidad y precariedad de la tutela de

    urgencia ni menos alterar el cuadro de competencias de los tribunales de justicia

    como ha ocurrido con el Recurso de Proteccin.

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    Por su parte, Liebman (1980), establece que el Derecho Procesal Civil

    Argentino el dictado de las medidas cautelares responde a la necesidad de evitar

    aquellas circunstancias que en todo o en parte impiden o hacen ms difcil o gravosa

    la consecucin del bien pretendido, o que tendran por efecto convertir el dao

    temido en efectivo.

    De tal modo, se asevera que en Argentina, el peligro en la demora, o tambin

    llamado periculum in mora, se vincula con el dao, el cual deber invocarse y

    acreditarse en modo particularizado, aun cuando no sea necesaria una prueba

    precluyente al respecto.

    Aun cuando existen algunas diferencias de criterios en torno a la prueba de

    los requisitos en Argentina, en general tambin se exige la presencia del periculum

    in mora. As lo sostiene Gozaini (2004) al establecer que en el artculo 211 del

    Cdigo Procesal vigente, el peligro en la demora, como requisito de la medida

    cautelar, no debe ser acreditado, pues conforme ha sostenido la ctedra, y es

    principio doctrinal y jurisprudencial aceptado, que dicho peligro va nsito en la

    tramitacin del proceso, por el tiempo que se demora en llegar a la sentencia. En

    consecuencia, solo restara dilucidar si el requisito de acreditar la verosimilitud del

    derecho se suma a la demostracin de los presupuestos contemplados en la norma

    de rito.

    Tanto en Venezuela como en el derecho comparado de Argentina y Chile, se

    concibe como requisito para la procedencia de las medidas innominadas, el peligro

    en la demora, en el entendido, que en los tres ordenamientos jurdicos el legislador

    ha tendido ha proteger a la parte, sobre la cual perjudicara por ejemplo el retardo en

    el litigio.

    3.2. La apariencia de buen derecho (fumus boni iuris).

    Calamadrei (1945) indica que trata de un clculo de probabilidades que el

    solicitante de la medida ser el sujeto del juicio de verdad plasmado en la sentencia.

    La apariencia de un buen derecho representa un juicio preliminar no profundo por el

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    cual quien se presenta como titular del derecho, tiene visos de que efectivamente lo

    es.

    Snchez (1995) seala en cuanto al fumus boni iuris o verosimilitud del

    derecho reclamado, que este requisito debe ser analizado por el juez previamente al

    de la posibilidad de que el fallo pueda resultar ilusorio. Es el fumus boni iuris o

    probable existencia de un derecho, del cual se pide la tutela en el proceso principal,

    esto es, que la pretensin del solicitante tenga la apariencia de certeza. No puede

    por tanto, exigirse la fundabilidad de la misma en un conocimiento exhaustivo y

    profundo de lo controvertido en el juicio principal, si no un conocimiento superficial

    que permitir la decisin de probabilidad respecto de la existencia del derecho que

    se discute en el proceso.

    El mismo autor plantea que es esa apariencia o verosimilitud del derecho

    invocado por el solicitante la que permite anticipar la probabilidad de que en el

    proceso principal se declare su certeza definitiva, sin que influya en la validez del

    derecho de la medida, que tal derecho no sea reconocida por la sentencia definitiva

    que se dicte en el proceso principal.

    Contina Snchez (1995) indicando que el fundamento de tal conocimiento

    superficial, se encuentra en la misma finalidad de las medidas cautelares, pues

    procurando estas por naturaleza, proteger un derecho verosmil hasta tanto se

    adopte un pronunciamiento definitivo, postergar la decisin sobre ellas para la

    oportunidad en que se dicte la que corresponda al juicio principal en el cual se

    reconozca o niegue definitivamente ese derecho, significara la negacin misma de

    la institucin cautelar.

    Ortiz (1999) al respecto afirma que en ocasiones se considera innecesaria la

    demostracin de este requisito de procedencia, por ser comn a todas las personas,sin embargo, en ocasiones debe demostrarse prima facie. Opina que ante la

    posibilidad de que quede ilusoria la ejecucin del fallo es necesario que se

    acompae de un medio de prueba, el cual constituya una presuncin grave de la

    circunstancia y del derecho que se reclama.

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    Mrquez (1985) afirma que la apariencia de buen derecho se enfoca en que

    debe dirigirse al mantenimiento o conservacin del status quo existente al da de la

    demanda, para garantizar patrimonialmente una eventual ejecucin cuando la

    medida tenga razonable justificacin, dando a las medidas innominadas su

    caracterstica de instrumentalidad. De ello surge la necesidad del fumus boni iuris,

    esto es, la apariencia de certeza o de credibilidad del derecho invocado por parte del

    sujeto solicitante de la medida.

    En relacin a laapariencia de buen derecho (fumus boni iuris), como requisito

    de procedencia para la aplicacin de las medidas innominadas, se evidenci que en

    el Derecho Procesal Civil Venezolano, su confirmacin consiste en la existencia de

    apariencia de buen derecho, pues cuando se acuerda la tutela cautelar no puede

    prejuzgarse sobre el fondo del asunto planteado. Puede comprenderse entonces

    como un preventivo clculo o juicio de probabilidad y verosimilitud sobre la

    pretensin del demandante, correspondindole al juez analizar los recaudos o

    elementos presentados junto con el libelo de la demanda, a los fines de indagar

    sobre la existencia del derecho que se reclama.

    Henrquez La Roche(1998) establece que este requisito significa, humo, olor,

    a buen derecho, presuncin grave del derecho que se reclama, radica en la

    necesidad de que se pueda presumir al menos que el contenido de la sentencia

    definitiva del juicio reconocer, como justificacin de las consecuencias limitativas

    que acarrea la medida cautelar, el decreto previo ab initioo durante la secuela del

    proceso de conocimiento de la medida precautelativa. Es menester un juicio de valor

    que haga presumir la garanta de que la medida preventiva va a cumplir su funcin,

    instrumentalizada, de asegurar el resultado prctico de la ejecucin forzosa o la

    eficacia del fallo, segn sea su naturaleza; y ello depende de la estimacin de la

    demanda.

    Se infiere entonces, que la aplicacin de las medidas innominadas atiende a

    la necesidad de preservar la eficacia de un eventual fallo favorable a la pretensin y,

    como consecuencia, es razonable que para obtener esa proteccin adelantada se

    exija a su reclamante concurrentemente la demostracin inicial del buen derecho

    que le asiste al solicitante.

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    Coincide el autor anteriormente citado con Snchez (1995), cuando explica

    que la apariencia de buen derecho se desarrolla en funcin de que la pretensin de

    la demanda principal, o el derecho que se quiera asegurar, tenga probabilidad de ser

    tutelable en el ordenamiento jurdico, sea, en la sentencia de fondo. Ello no significa

    entrar a descubrir el fondo del asunto, sino, por el contrario, lograr la sencillez

    procesal, pues de contrario, si se incurre en pruebas desmedidas, se estara

    desnaturalizando el fin por el cual fueron concebidas.

    Pudo evidenciarse, que existe similitud entre el Derecho Procesal Civil

    Venezolano y el Derecho Procesal Civil Chileno, en el entendido que en este ltimo

    tambin las medidas cautelares tienen carcter excepcional, ya que con ellas se

    altera la situacin de igualdad de las partes en el proceso. Indicando que requisito

    indispensable para su otorgamiento es la concurrencia del fumus boni iuris,que en

    el derecho civil chileno est constituido por los antecedentes que constituyan a lo

    menos presuncin grave del derecho que se reclama Art 298 CPC, de manera que

    para decretarlas deber el demandante acompaar comprobantes que constituyan a

    lo menos presuncin grave del derecho que se reclama.

    Asimismo, se evidencia en la legislacin procesal civil argentina, la existencia

    de este requisito indispensable para decretar las medidas cautelares atpicas,

    llamado en este pas verosimilitud del derecho. Al respecto, explica Benaventos

    (2000) que la verosimilitud del derecho o fumus bonis iuris es el primer dato a

    considerar; debiendo entenderse como la probabilidad de que el derecho exista, y no

    como una incontestable realidad, que solo se lograr al final del proceso.

    En este sentido, se evidencia que tal como el derecho procesal civil

    venezolano y chileno, en Argentina el fumus boni iuris, o apariencia de buen

    derecho, tampoco exige inequvocamente la descripcin de los derechos

    amenazados que viene con la sentencia definitiva, sino mas bien una prudenteaproximacin judicial, cuya tutela requiere, sin ms, el dictado de la medida cautelar

    innominada.

    Se puede aseverar entonces que la verosimilitud del derecho invocado no es

    ms que una valoracin subjetiva y, en gran parte, discrecional del juez civil, sobre la

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    apariencia de que existen intereses, tutelados por el derecho, totalmente sumaria y

    superficial.

    Afirmndose entonces que el fundamento de la medida cautelar innominada

    en el derecho comparado no depende de un conocimiento exhaustivo y profundo de

    la materia controvertida en el proceso principal, sino de un examen sumario

    encaminado a obtener un pronunciamiento de mera probabilidad acerca de la

    existencia del derecho discutido.

    3.3. Peligro inminente de dao (periculum in damni).

    Ortiz (1999) seala que dicho temor no representa una simple denuncia, ni

    una mera afirmacin sino que debe ser calificado como serio, probable, inminente y

    acreditado con hechos objetivos. Ello supone que el fallo aparezca como ilusorio, es

    decir que se presuma una real y verdadera amenaza de dao y que el derecho que

    se pretenda proteger tenga vinculacin indudable con la materia debatida en el juicio

    principal.

    Segn Snchez (1995), debe considerarse requisitos de procedencia

    subjetivos y objetivos que inciden en su solicitud, decreto y ejecucin. Entre los

    requisitos subjetivos incluye al rgano jurisdiccional y a las partes. Respecto al

    rgano jurisdiccional, no hay discusin acerca de que la potestad de juzgar es un

    poder-deber exclusivo del Estado que lo ejerce a travs de los rganos de

    administracin de justicia. Es el poder jurisdiccional que atiende a la tutela

    jurisdiccional, y si las medidas cautelares constituyen un elemento de la tutela

    jurisdiccional, concretamente de la tutela jurisdiccional cautelar, no es posible que

    una autoridad distinta las decrete, si bien su ejecucin podr encomendarse a la

    autoridad administrativa como auxiliar de la administracin de justicia.

    El mismo autor plantea respecto de la competencia para decretar las medidas

    cautelares, que aparece claro que si las mismas solo pueden ser decretadas en un

    proceso pendiente, ser el juez que conozca de este proceso, el competente para

    decretarlas a los fines de la seguridad en el cumplimiento de lo que por la definitiva

    ha de fallar.

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    En cuanto a las partes, Snchez (1995) plantea que quien sea parte en el

    proceso principal, estar legitimado para solicitar y soportar las medidas cautelares

    que se decreten en el mismo. Si tales medidas las solicita quien no es parte principal

    en el proceso, tal solicitud deber desecharse pues no podr pretenderse asegurar

    el resultado de una sentencia que se dicte en un proceso en el cual no ha sido

    llamado como parte.

    El autor plantea que, del mismo modo, si las medidas son decretadas contra

    bienes de terceros o afectan algn derecho de quien no es parte en el proceso

    principal, su levantamiento se har procedente como consecuencia del ejercicio del

    derecho de oposicin o de la accin de tercera que existen en cabeza de los

    terceros afectados por tales medidas. Una excepcin cabe sin embargo a tal

    afirmacin y esta referida al derecho de los terceros que intervienen en el proceso,

    mediante la intervencin adhesiva o mediante la intervencin forzosa.

    Asimismo, dentro de los requisitos objetivos, Snchez (1995) incluye los

    aspectos relacionados con la legalidad, la oportunidad, verosimilitud del derecho

    reclamado y peligro en la demora.

    Respecto a la legalidad como requisito objetivo de procedencia de las

    medidas cautelares, la misma es sinnimo de juricidad, correspondindose con el

    requisito de la admisibilidad de la demanda referido a no ser contraria a la ley, al

    orden pblico o a las buenas costumbres; pues si la demanda es contraria a tales

    elementos, resulta ilgico que se pretende garantizar el resultado de una sentencia

    que necesariamente habr de desestimarla, no habiendo pues nada que garantizar.

    Igualmente plantea que si las medidas que se solicitan son contrarias a la ley,

    al orden pblico, o a las buenas costumbres, no obstante que la demanda no incurraen alguno de los tres supuestos de inadmisibilidad anotados, tales medidas debern

    negarse por su ilegalidad y antijuricidad.

    Respecto a la oportunidad o existencia de un juicio pendiente, tal exigencia

    segn Snchez (1995) resulta evidente al exigir que exista riesgo manifiesto de que

    quede ilusoria la ejecucin del fallo, y siempre que se acompae un medio de

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    prueba que constituya presuncin grave de esta circunstancia y del derecho que se

    reclama. Ello se refiere al fallo a dictarse en un juicio, el juicio principal y el derecho

    reclamado, la pretensin que se deduce con la demanda que inicia el mismo juicio.

    Por tanto, se indica que se est en presencia de un tercer requisito de

    carcter especial y concreto, un peligro de dao inminente, inmediato y adems

    dentro del proceso, pues la nocin de partes implica que haya contencin, juicio,

    conflicto; por ello se ha denominada a este tercer requisito, una suerte de periculum

    in mora concreto y especfico, esto es, periculum in damni (peligro de dao

    inminente). Dichos requisitos son necesarios para decretar la medida innominada,

    de donde se desprende que, una vez cumplido con los requisitos, se hace

    procedente la misma, en cuyo caso ya no se est en presencia de una facultad

    discrecional sino de un deber.

    En cuanto al peligro inminente del dao (periculum in damni) se evidenci que

    en el Derecho Procesal Civil Venezolano, es doctrina reiterada que las medidas

    cautelares innominadas o atpicas que dispone el Primer Prrafo del artculo 588 del

    Cdigo de Procedimento Civil (1986), buscan en definitiva conservar o garantizar en

    el proceso que uno de los litigantes no cause dao a los derechos o intereses del

    otro, al agregar en el articulado que la dispone, lo siguiente: cuando hubiere

    fundado temor de que una de las partes pueda causar lesiones graves o de difcil

    reparacin al derecho de la otra, lo que ha sido denominado como el Periculum In

    Damni.

    Puede afirmarse entonces, que eL Pargrafo Primero del artculo 588 de la

    norma adjetiva civil, contempla la posibilidad que tiene el Juez de decretar medidas

    precautelativas, distintas aquellas conocidas como tpicas, que se indican en el

    encabezamiento de dicha norma, pero sujeta las mismas no slo a la conjugacin delos requisitos previstos en el artculo 585 eiusdem, sino adems, que debe cumplir

    con lo que la doctrina denomina periculum in damni, es decir, a que hubiere

    fundado temor de que una de las partes pueda causar lesiones graves o de difcil

    reparacin al derecho de la otra.. Por lo expuesto, el solicitante esta conminado a

    demostrar la presuncin de buen derecho (fumus bonis iuris), el temor a que quede

    ilusoria la ejecucin del fallo (periculum in mora) y el antes visto periculum in damni.

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    Ortiz (1999) seala que este peligro si bien tiene relacin con el periculum in

    mora, presenta caractersticas propias: debe ser un dao inminente, serio, grave,

    patente; y debe ser a tenor de la Ley un temor fundado y no una mera presuncin o

    el simple sealamiento del solicitante. A este requisito se le denomina periculum in

    damni, recordando las instituciones romanas que de alguna u otra forma le sirven de

    antecedente: la cautio damni infecti y la cautio iudicatum solvi.

    Se coincide con Mrquez (1985), cuando afirma que en el Derecho Procesal

    Civil Venezolano la medida cautelar innominada encuentra sustento en el temor

    manifiesto de que hechos del demandado causen al actor lesiones graves o de difcil

    reparacin y en esto consiste el mayor riesgo que, respecto de las medidas

    cautelares nominadas, plantea la medida cautelar innominada de llevar al rgano

    judicial, elementos de juicio sobre los elementos que la hagan procedente en caso

    concreto.

    En tal sentido, pertinente se hizo indicar que la Sala Constitucional del

    mximo tribunal de la Repblica de Venezuela ha establecido que en cuanto a las

    medidas innominadas las cuales se encuentran consagradas en el artculo 588 del

    texto adjetivo civil debe el Juez verificar el cumplimiento de los requisitos sealados

    en el artculo 585 ejusdem.

    Es necesario tambin que sobre la base de los extremos exigidos por la

    norma que antes fuere comentada, se exige en las medidas del artculo 588 del

    Cdigo de Procedimento Civil (1986), otro requisito esto es, que hubiere fundado

    temor de que se causen lesiones graves o de difcil reparacin, as pues que, si falta

    alguno de los requisitos que antes se han mencionado, el Juez no podra bajo

    ningn aspecto decretar la medida.

    En lo que se refiere al periculum in damni, ste se erige en la legislacin

    procesal civil venezolana como el fundamento de la medida cautelar innominada que

    determina la decisin del tribunal para actuar, autorizando o prohibiendo la ejecucin

    de determinados actos y adoptando las providencias necesarias para evitar las

    lesiones que una de las partes pueda ocasionar a la otra, haciendo cesar la

    continuidad de la lesin.

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    En cuanto a este requisito, se infiere que en Venezuela la doctrina ha

    mantenido que entraa la probabilidad seria, inminente y acreditada con hechos

    objetivos que el accionante, por no decretarse la medida solicitada, sufra lesiones

    graves o de difcil reparacin por parte de la sentencia definitiva.

    En las medidas innominadas, no slo debe considerar el Juez, la presuncin

    del derecho y el riesgo que se haga ilusorio la ejecucin del fallo, sino que debe

    verificar si realmente existe el peligro de dao, toda vez que en este se busca evitar

    por todos los medios que una de las partes pueda causar lesin grave o de difcil

    reparacin al derecho de la otra.

    Por otra, parte, se evidenci que en el derecho procesal civil argentino, se

    exige para la procedencia de las medidas innominadas, el llamado periculum in

    damni, as lo establece Cipriani (2000), cuando explica que es un requisito

    consistente en la aparicin de un episodio colateral soportado por la demandante

    que pide que se satisfaga ya mismo parte (o todo) de su reclamo antes de haberse

    completado la sustanciacin de la causa porque, en caso contrario, sufrira un

    perjuicio irreparable.

    Como puede notarse, se afirma no se diferencian notablemente los

    presupuestos de procedencia de las medidas innominadas en el Derecho Procesal

    Civil Chileno y Argentino de los de Venezuela, entre otras, en los tres ordenamientos

    jurdicos las medidas innominadas son necesariamente instrumentales aun cuando

    pueda adoptarse antes del juicio principal.

    4. Procedimiento de las medidas innominadas.

    En otro orden de ideas, en relacin al procedimiento cautelar de las medidas

    innominadas, autores como Palacio (1993), sostienen que el proceso es el conjunto

    de actos dirigidos a la resolucin del conflicto y resulta en este ltimo trmino un

    instrumento para cumplir los objetivos del Estado; imponer a los particulares una

    conducta jurdica, adecuada al derecho, y , a la vez brindar a estos la tutela jurdica.

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    En tanto que el procedimiento se entiende tan solo como el medio extrnseco por el

    cual se instaura y se desenvuelve el proceso cautelar de las medidas innominadas.

    4.1. Instancia de parte.

    En lo que se refiere a la instancia de parte, se coincide con Ortiz (1999)

    cuando explica que el inicio del procedimiento procede solo a instancia de parte

    salvo que se encuentre involucrado la moral, buenas costumbres, orden pblico o

    alguna disposicin expresa de la ley. Esta solicitud debe, a su vez, reunir algunas

    caractersticas que determinaran la procedencia o no de las cautelas.

    Es importante destacar, que en el Derecho Procesal Civil Venezolano, la Sala

    de Casacin Civil, ha reiterado la carga del solicitante de la medida de proporcionar

    al tribunal las razones de hecho y de derecho de la pretensin, conjuntamente con

    las pruebas que la sustenten; y el deber del juez por su parte, de apreciar la

    existencia o no de la presuncin grave del derecho que se reclama ( fumus boni iuris)

    y, el riesgo real y comprobable de que resulte ilusoria la ejecucin de la decisin

    definitiva. (periculum in mora).

    En tal sentido, se observa que en la doctrina venezolana ha conceptualizado

    las medidas preventivas en disposiciones de precaucin adoptadas por el juez, a

    instancia de parte, a fin de asegurar los bienes litigiosos y evitar la insolvencia del

    obligado o demandado antes de la sentencia. Es decir que las medidas innominadas

    son disposiciones de precaucin adoptadas por el Juez, a instancia de parte.

    Ahora bien, se ha evidenciado que en Venezuela en el caso de las medidas

    innominadas, el legislador presenta un nuevo elemento constituido por la mencin

    de la existencia de partes en el juicio, lo cual est presente en el pargrafo primerodel artculo 588 del Cdigo de Procedimento Civil (1986) al sealar ...cuando

    hubiese fundado temor de que unas de las partes pueda causar lesiones graves o

    de difcil reparacin al derecho de la otra; y, en el pargrafo segundo del artculo 588

    eiusdem, cuando se prev la oposicin de la parte contra quien obre la providencia.

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    A lo expuesto debate la doctrina cientfica, que de manera pacfica admite que

    es de la esencia de las medidas cautelares su concesin inmediata, eficaz e inaudita

    parte; ello sin perjuicio, de que luego de otorgadas stas, la parte contra quien

    proceda, se oponga y tramitado el proceso, se confirme, modifique o revoque la

    decisin cautelar.

    En Venezuela, ha sealado la doctrina, que en relacin con las medidas

    preventivas innominadas, la solicitud debe ser autosuficiente, vale decir, debe

    contener de manera clara y precisa la medida innominada solicitada, de manera muy

    especial la indicacin y el anlisis de la lesin temida y la sealizacin de la prueba

    que demuestre tal lesin, esto para que el Juez pueda dar cumplimiento al principio

    dispositivo establecido en nuestra Ley procesal vigente.

    Tal anlisis coincide con la legislacin procesal argentina y chilena, en el

    entendido que segn Benaventos (2000) las medidas cautelares innominadas, son

    instrumentos que puede decretar el juzgador a instancia de parte, para conservar la

    materia del litigio, as como para evitar un grave e irreparable dao a las mismas

    partes con motivo a la tramitacin del proceso.

    Esto es corroborado por lo dispuesto en el Cdigo Procesal de la Nacin de

    Argentina (2001), en su artculo 232, el cual taxativamente seala:

    que fuera de los casos previstos en los artculos precedentes, quien tuviere

    fundado motivo para temer que durante el tiempo anterior al reconocimiento

    judicial de su derecho, ste pudiere sufrir un perjuicio inminente o irreparable,

    podr solicitar las medidas urgentes que, segn las circunstancias, fueren

    mas aptas para asegurar provisionalmente el cumplimiento de la sentencia.

    4.2. Decreto de la Medida.

    En cuanto al decreto de la medida, se evidencia que el Cdigo de

    Procedimiento Civil de Venezuela (1986), establece en el encabezamiento del

    artculo 588 que las medidas cautelares pueden ser decretadas en cualquier estado

    y grado de la causa. Ms adelante, dicho artculo establece en su Pargrafo

    Primero, que el tribunal podr acordar "las providencias cautelares que considere

    adecuadas" (cautelares innominadas), cuando hubiere fundado temor de que "una

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    de las partes pueda causar lesiones graves o de difcil reparacin al derecho de la

    otra". Esta ltima expresin sugiere la idea de la existencia de una demanda

    intentada y admitida, de un litigio en curso.

    Asimismo, se coincide con Snchez (1995), cuando explica que el artculo

    601 del Cdigo de Procedimiento Civil (1986) de Venezuela, establece que si la

    prueba producida para solicitar las medidas cautelares es suficiente, el rgano

    jurisdiccional decretar la medida y proceder a su ejecucin, debiendo dictarse el

    decreto en el mismo da en que se haga la solicitud.

    Al respecto, se afirma que esta norma pone en evidencia el carcter urgente

    del proceso cautelar, tal como se ha ido destacando,as como el hecho, de que si la

    solicitud se ha efectuado con la demanda o recurso, se debe conceder la medida

    cautelar inmediatamente, sin que sea necesario que se haya citado o notificado a la

    parte demandada o recurrida y menos an, sin que se haya trabado la litis.

    Lo cierto es que siempre es obligatoria la motivacin de dicho decreto, lo cual

    significa que el Juez debe exponer las razones de hecho y de derecho por las cuales

    considera que procede o no la medida que se le requiri ya que, si no lo hace, es

    imposible que su acto sea susceptible de control por las vas ordinarias (oposicin o

    tercera) y extraordinaria (casacin), tanto, respecto de su legalidad propiamente

    dicha (si se entiende que emana de una potestad reglada), como de lo que se

    conoce como fundamento de legitimidad o legalidad material del acto discrecional (si

    se entiende que proviene de una facultad discrecional), lo que impedira el cabal

    ejercicio del derecho a la defensa de la parte o del tercero que pueda verse afectado

    por dicho decreto.

    Al respecto, explica Ortiz (1999) que la necesaria motivacin del decreto

    cautelar innominado responde a razones formales y materiales; en el primer caso,debe tenerse presente que la diferencia entre la arbitrariedad y la discrecionalidad

    est justamente en la legitimidad que slo podra justificarse, adems, racionalmente

    de acuerdo a un ajustado juicio de carcter preliminar pero autosuficiente; la no

    motivacin del decreto hace incurrir al juez en un vicio que anula su acto o, al

    menos, lo convierte en un