“Ahora”

de Graciela María Casartelli

Producciones GonpeCádiz, España presenta

Y ahora, que al tiempo se le agotó la arena que se desprendía sigilosamente desde la ampolla superior del reloj, a su gemela en la parte baja; me doy cuenta, que estás tan desamparado como yo, de los reflejos sibilinos de la suerte.

Esa extraña entidad que es la vida, nos cruzó en el camino de la mudanza de los años.

Transposición impredecible que puede llegar a repugnarnos, con las comparaciones de las mascarillas idealizadas de la juventud sempiterna

Y tú, tan simple e indefenso; lejos de aquella armadura gigante que en mi imaginación te había creado como vestido inexpugnable.

Y tú, un exiguo hombre, sujeto al fracaso de la realidad de las ambiciones desiertas, conque franqueamos las pródigas ilusiones de los discursos eclécticos.

¡Éxito!. Éxito… ¿Desde dónde?¿Porque lograste permanecer en otros semblantes que se te parecen? ¿Porque fuiste admirado en algún instante, por tu elocuencia de ocasión? ¿Porque lograste la meta mezquina del sustento? ¿O mucho más?

Sabes; desde aquí, se burlan en tu frente, las señales titánicas de victoria descomedida, con que ungiste la providencia. Nos equivocamos, amigo… Nos equivocamos.

Hemos luchado sin mengua y con vehemencia por algo inverosímil, como es el azar Hemos luchado sin mengua y con vehemencia por algo inverosímil, como es el azar mentiroso de los dioses rendidos desde el paraíso, que jamás existió en esta mentiroso de los dioses rendidos desde el paraíso, que jamás existió en esta materialidad.materialidad.

Es por todo esto, que ya no eres fiador de nada de lo acontecido.

Libre….

Libre…

Esfúmate…

“Ahora”, pintura en acrílico de Graciela M. Casartelli sobre madera

Ni siquiera, te descubro en el recuerdo.

Hecho en Cádiz el 05/06/11

Dedicado a Graciela. Gonzalo Pérez

Y ahora, que al tiempo se le agotó la arena que se desprendía sigilosamente desde la ampolla superior del reloj, a su gemela en la parte baja; me doy cuenta, que estás tan desamparado como yo, de los reflejos sibilinos de la suerte.Esa extraña entidad que es la vida, nos cruzó en el camino de la mudanza de los años. Transposición impredecible que puede llegar a repugnarnos, con las comparaciones de las mascarillas idealizadas de la juventud sempiterna.Y tú, tan simple e indefenso; lejos de aquella armadura gigante que en mi imaginación te había creado como vestido inexpugnable.Y tú, un exiguo hombre, sujeto al fracaso de la realidad de las ambiciones desiertas, conque franqueamos las pródigas ilusiones de los discursos eclécticos.¡Éxito!. Éxito… ¿Desde dónde?¿Porque lograste permanecer en otros semblantes que se te parecen? ¿Porque fuiste admirado en algún instante, por tu elocuencia de ocasión? ¿Porque lograste la meta mezquina del sustento? ¿O mucho más?Sabes; desde aquí, se burlan en tu frente, las señales titánicas de victoria descomedida, con que ungiste la providencia. Nos equivocamos, amigo… Nos equivocamos.Hemos luchado sin mengua y con vehemencia por algo inverosímil, como es el azar mentiroso de los dioses rendidos desde el paraíso, que jamás existió en esta materialidad.Es por todo esto, que ya no eres fiador de nada de lo acontecido. Libre…. Esfúmate…Ni siquiera, te descubro en el recuerdo. Autor: Graciela María CasartelliCórdoba, Argentina, Junio 2011.

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