AINAUD J Pinturas Espanolas Romanicas

8/16/2019 AINAUD J Pinturas Espanolas Romanicas

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pinturas españolas románicas

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UNESCO-HERMES BOLSILIBROS DE ARTE


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Unesco - Hermes Botsilibros de Arte -


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pinturas españolas románicas

.Texto de

Juan Ainaud

EDITORIAL HERMES, S.A. México-Buenos Aires

en colaboración con la Unesco


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®) U n i t e d N a t io n s E d u c a t i o n a l , S c i e n t i f i c a n d C u l t u r a l O r g a n iz a t io n 1962


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6/57 Iglesias de San Miguel y Santa Maria, Egara (Tarrossa).


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d l l d l h l


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A ello contribuyeron Varios factores, los cuales hademostrado ser fundamental la necesidad de separar delmuro tod^s las pinturas que se iban descubriendo, únicaforma de. evitar su progresiva fe irreparab le destrucción, probada por el trágico balance de países como Francia en

los que existe desde mediados del siglo pasado un considerable acopio de datos sobre Ja desaparición sucesiva deexcepcionales obras del mismo género. Si bien muchas pinturas han sido trasladadas a museos, y en particular alMuseo de Arte de Cataluña, en Barcelona, otras varias ggconservan en los lugares de origen, aunque, buena parte deellas, arrancadas del muro que les servia de soporte y que a

la larga hubiera provocado su pérdida, sobre todo, porquea menudo se trata de obras al temple o al “fresco secco”y no de verdaderos frescos al modo italiano.I.a aparición del arte románico en España se relaciona demodo mujp#fr#c3io con profundos cambios en la estructura

política de la Península y en el signo valor de sus relaciones exteriores.

En el segundo tercio del siglo x existía un solo Estado poderoso, el de Córdoba,, de un alto nivel cultural,en cuyo interior coexistía con mayor o menor dificultad unimportante de población cristiana arabizada perono islamizada *-■ los mozárabes ¡= que irradiaba hacia fes

peqqeñflg dóaülliflf iffellaMgf septentrionales, en especial,Castilla y León.

Pero la intotefaitóft y la agresividad interna y extema deAlroaozQj, §1 primer ministro de} §sl|fg HifitBJ TL r'KlttlgBÜWSllte Bl equilibrio axistgrit¿ destruyó las condiciones rafeiínÉi á® i®W¥Í¥#Bcig gji; #1 ámbito del Califato y provagó una (gpjg de §aogriigito6 ataques a losdel jiéjílg f nardgste que culminaron con la destrucciónde Bapeitens (9Ü| f de SsaBÍlago de Compcjsígla p§7).

La reaseión no hace esperar. Los reinos y condadosatacados, sfettisu un gsfipBJe gsftisra© int®iag¡ pará rtorfa-nizarse ráptSawieKtf j; J a& 1010,: sus tropas- g§tán ya endisposición de intervenir, en la propia ciudad de Córdoba^en las luchas que prec ipitarán la del Califato,abolido defini tivamente en 1032.Mientras é í antiguo estado islámico fragmentaba en


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pequeños Estados llamados de taifas, en territorio cristiano se ampliaban o reforzaban fes antiguos núcleos inde

pendientes: el reino de León, con A s ta r te s r Galicia, eltitulado imperio de Sancho el Mayor de Navarra (1000-1035),

que además del reino navarro incluyó los condados — erigidos en reinos q , gil muerte — de Castilla, Aragón, Sobrar- be y Ribagorza, territorio, este último, desgajado, entonces, políticamente, de los restantes condados catalanes, sobrelos que extendió la hegemonía del Conde de Barcelona.Al mismo tiempo se teensifMátt Ms relaciones ultrapirenái-cas con una Europa que no era JS» la del Imperio Caro-

lingio, sino la de un complejo mundo feudal en el que, junto a la fragmentación territorial efectiva y a las aspi-Jrasteiíes universales del Pontificado y del Sacro ImperioRomano, de nación germániefi*, algunos reyes empezaban aactuar como aglutinantes de nuevos Estados.Hasta rebasar el año 1200fJ estas fuerzas se hallarán siempre presentes, aunque en constante fluctuación, producida,

en parte, por Jas modificaciones dinásticas, pero también,de modo decisivo, por el ritmo de la expansión haciael sur. , ;En el norte peninsular, la gran ruta de peregrinación aSantiago de Compostela, que desde Francia cruzaba los pasos pirenáicos de Aragón y Navarra y luego por Burgos$ León llegaba hasta el corazón de Galicia, era una excelente vía de comunicación cultural, jalonada, é|k.ló religioso, por las fundaciones o dependencias de Clumy y en lo político, por el parentesco de los de Ca^$Pa¡;'f ■ León conlos condes de la casa ducal de Borgoáa, sgÉlfres de Galicia,de cuya estirpe sa ldrá en SÍ siglo m el prim er rey dePortugal.Paralelamente, los reyes de Aragón — dueños de Zaragozaen 1118 — emparentaban con los copetes de Tolosa y Poi-tiers. A mediados del siglo XH, es ía corona pasó a losCopeles dé BaíMOíia, quienes yst haWaa logrado, en fecha

estensos dominios en la Francia meridional. ElConde-rey catalán, Alfonso t í iC ís ts íJ1162-1196) consiguió,.pgf fin, el título de Marqués de Provenza.licites o después de Cluny — con Moissac — y de la directafSSÍS d l l iM © fi#tí^á l^ll iá t ó d


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Interior del Panteón dé los Reyes, en la Colegiata d S i I id L ó


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religiosas o sistemas dé vinculación monástica que uniríanlos centros peninsulares con oíros italianos o francésésíSan iMartino de Albenga, San M ¡chele del la Chiusa, SanVíctor de Marsella, San Pons de Thorniéres, los pre-En^stratensesj los canónigos agustinianos, l^ s cistercienses

y las grandes órdenes mili tares de origen palestinianodel Temple y del Hospital o hispánico: Montesa, Santiago, Alcántara, Calatrava, con modalidades muy dispares.Esta riqueza y variedad de aportaciones y su estado cam

biante, son factores decisivos para explicar el multiforme panorama artístico de la Península en los siglos x j y xn.El país está abierto a todas las comentes y experiencias.

Su estado de expansión da grandes oportunidades a Josartistas extranjeros, y se producen, al mismo tiempo, nota bles esfuerzos locales de asimilación, transformación onueva creación de formas.Las supervivencias clásicas perduran en formas distintasen los inicios de la pintura medieval peninsular. Así, enalgunas de las más antiguas iglesias edificadas por los

reyes de Asturias, como, por ejemplo, en Santullano (812-842), en cuyos muros se pintaron elementos arquitectónicosemparentados con obras de! Mediterráneo Oriental. Enel otro extremo de la Península, en las tres iglesias dela antigua sede episcopal de Egara, aparece una decoraciónfigurada naturalista, etm elementos dfe paisaje en los fondos, que puede relacionarse con otras obras europeas de la

segunda mitad del siglo ix.En contraste con la tradición del mundo antiguo, cabereferirse, siquiera sea taevswente, 9 la magnífica escuela pictórica mozárabe, que se desarrolló en particular a lolargo del siglo X.. Por desgjf&eía, salvo limitados ecos dela misma en algunas iglesias asturianas y en la catalana---.ya desaparecida — de Campdovanol, las únicas muestras

que conocemos de tal arte: Se hallan éii la iluminación démanuscritos. Po¡r ello, y a pesar de la calidad y espléndidocolorido de muchos de eüo% no pueden estudiarse aquíijéóg,. mayor detalle.Otras obras dispersas, de carácter muy rudo, parecen

jjjggtiguar en ciertos casos la actuación de artistas localesque, aun disponiendo de medios Mj^ílfados, lograron, a


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veces, obras de gran poder ex#®®®?©- Valgan como «¡¡emplc»las pÉftttií«s halladas en la Iglesia peg'JWnaáiilt# de Pedret(Lámina 11, al norte de Barcelona, que fueron luego recu biertas por otra decoración de estilo románico.Sin embargo, Sólo éii el siglo XJ 1« aportación de nuevos

elementos, y su modiBcacíóx'i y elaboración por los pintoreshispánicos, permite el desarrollo de otras modalidades alas que puede aplicarse realmente ei calificativo de románicas.La pintura románica se conserva de modo casi exclusivoen monumentos de carácter religioso, que sólo en las partes ornaméntale? presentan muestras de la temática

pi’ofana con temporánea. La decoración m ural subsistiósobre todo en los ábsides, pero muchas iglesias debieronestar enteramente pintadas eB SU interíss# '% a veces,también en ciertas partes exteriores más o menos resguardadas: pórticos, etc. La decoración del altar, imágenes ymobiliario, obtuvo, a menudo, una brillante policromía

pinjada sobre fe madera. Quedan en Catatan« ejemplos

excepcionalmente abundantes de frontales o antipendios,colocados ante el altar y completados, a menudo, con paneles laterales, aunque la conservación de estos últim ossea menos frecuente. Sólo subsisten dos retablos, de pequeño tamaño, que no rebasan la altura de la predela o bancal de los retablos de fecha posterior que, sin duda,los reemplazaron y fueron causa de que desaparecieran

casi completamente. Hay también cruces pintadas en suanverso y reverso, con la figura de Cristo incorporada asu decoración o — con mayor frecuencia — superpuesta.Otra imagen muy frecuente &&. la de la Virgen sedente etíít el ‘ aunque no faltan | ¡ | | y:: grupos del Descendimiento e incluso ciertas imágenes de santos ysantas. Complemento frecuente del altar son los balda

quinos, urnas, cofres y anuarios. Algunas vigas pintadas,colocadas en lo alto, en los ábsides, pudieron sostenerimágenes o baldaquinos de tipoBl; conjunto iconogíafeip de 13fi ig iési^fealta re s, suele estarcentrado en la imagen rnayestática del Omnipotente, que enlc|S'Massg dé «iWeaíÉ&a gtnariáJnB,^reemplazada por la Epifanía ®:A d w á íS B Zos Reyes ■ Magos, en la que Dios


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Artajona. Santos. Detalle de las pinturas murales del Juicio Final. Museo de Pamplona.


15/57Torre de Ut Colegiata de San Isidoro, León.


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,-éina desde las rodillas de su Madre, trow>vMénte de Jesús. .JEifiSS visiones de Ta Divinidad saetea situarse en las Jggjpgctas'o en la media cúpula del ábside, asimiladas, por su forma, coa la bóveda ceteste» ° ©n centro de Jos frontales. La primera etapa cte la pintura románica, parece haberse

caracterizado por un «fuerte expresionismo y libertad diíia- mica en la composición. A eSte momento, que acaso, se prolongó más en algunas zonas pteHáieas, mxtpnée» el frontal dedicado a Jos saafe» Quirico J* Julita, qué procede de la ermita de aquella advocación en Durro.Las pinturas murales de Boí (Lámina 2), no lejos de Durro, presentan un canon alargado de la figura humana y un

expresionismo comparable al del frontal, pero al colprido brillante de éste Verdes, amarillos, fo jos intenso^ se opone una pálida gama de grises, « a » » granatóg, I su arte «?&más monumental'# refinado.En época acaso no muy distante, parece haberse desarrollado en Gerona, y progresado luego mas hacia el sur, la obra de otros pintores. El mejor conocido eis el llamado

Maestro de Qsormort, bajo cuya denominación se agrupan Ms pinturas de la iglesia de aquel lugar. escenasdel Génesis y Apóstoles,las del pequeño templo de Bellcaire, dedicado a San Juan (MDG^ eos el Jas de Ma-renvá, alusivas al titular San Esteban, y las de El Brull

que contiene, asimismo, episodios del Génesis y escenas de la Infancia de Jesús- Las figuras suelen m de

pequeño tamaño, y muy variadas las composiciones y actitudes; la entonación es a base de ocres, tierras y un gris azulado. Muy peculiares los grandes ojos, la forma de las

"’¿ t e a s el peinado hacia atrás. Según m ha venido reconociendo repetidamente, su paralelo más estrecho se encuentra en las pinturas de la cripta de Saint-Savin-sur-Gartempe y ¿n las miniaturas de un manuscrito de la vida de Santa

kaáégunda, en Poitiers, obras fechables a fines del. siglo xi. La arquitectura de todas las iglesias del referido grupo

I (MB) Museo de

&ÍÓ Museo de Navarra, Pamplona; (MP) Museo del Prado, Madrid, (MS) Museo Arq&es¡í®fco Diocesana, Solsonp (MV) MuseO fijase®


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encaja con ssta cronología. En 1062 es consagrada la deEl Bruii, y seis años más tarde la de Sescorts, de la que

proceden otras escenas de la historia de Adán y Eva(MV)*. que enlazan con u n grupo más meridional, delque forman parte las pinturas de las iglesias de Cardona,

de Polinyá (MDB), consagrada, ésta, en 1122, y de Barbará, bendecida en fecha imprecisa, aunque, según parece, pormano del obispo San Oleguer (1116-1137). La relación estilística parece argumento decisivo para situar todo este grupode obras en el primer tercio del siglo xxi (Lámina 4),Paralelamente, eri el Rosellón era decorada una serie detemplos, de cuyas pinturas son m uestra típica bien conocida

las de La Clusa y Fenollar. El segundo es un templo preromànico cuyos minos debieron ser pintados hacia 1100,con escenas de la Vida de Jesús una vasta composiciónde tema apocalíptico; ambos conjuntos son atribuíbles aun solo autor.En ej, pitaer cuarto de siglo xti, un pintor de carácter po pular, con un poder expresivo muy personal, decoró los

muros laterales y otras zonas complementarias de las dosiglesias de Tahull (Láminas 7, 8, 10), consagradas en I12Íf.ET empleo de colores sencillos ocres, tierras, grises —de fácil obtención local, no fue obstáculo para que lograra composiciones tan expresivas como la de la lucha, de

David y Goliat (Lámina x), procedente de la iglesia de. Santa María (MB).

Todavía podría rastrearse una perduración de esta tradición artística en el gran frontal de Tabérnoles (MB), conuna ritmada serie de nueve obispos o abades mitrados.La abundancia de ejemplares producidos — y conservadas — en Cataluña, permite estudiar, acaso como en ningún otro lugar de Europa la labor simultánea de algunosgrandes maestros, de filiación artística muy varia, y a su

lado, o en pos de ellos, una pléyade de artistas menores.Entre los primeros, destacaremos la obra agrupada alrededor de algunos nombres convencionales: el maestro dePedret, que refleja la tradición helenística, posiblemente através de modelos italianos (coronas gomadas, grecas, pliegues en doble garfio), y no desdeña el retrato y una inter pretación personal de la perspectiva; el maestro de Mur,


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el del baldaquino de Ribes, el del frontal dé Hix, y algunos, más. que ítléi|g|t de común si empleo de Una ¡sabia geometría Plana, combinada s o r esplendideces arfflHátfeasJ los dos artistas de los ábsides de Tahull, el de San. Clemente y ei de Santa María, y otros í s j b í s s , ig tfcos en las ¿fiáéptS de Vich,

Gerona -y Barcelona, así como algunos destacados listas de la pintura sobre tabla, con muestras de primer orden en Solsona, Vich, Gerona y Barcelona.La ;j53ggygccilín interior jle sus obras puede seguirse « menudo a través de los pequeños lüaéSMÉ antes aludidos. Por ejemplo, los de Sorpc j; Santa Coloma tomaron elementos del maestro dé Pedret para ki arte, Jócg|zadp; respectiva

mente ^n,}as iglesias del Pallars y de Andorra, a los que el primero añadió otros del ábside de Santa Mana de Tahull. La sonsagEád&í m 1163 de Sant Roma deis Bons, en Andorra (una de las lgi¡p!is .decorad® por el. maestro de Santa Colonia) da un indicio cronológico para su actividad. So debemos olvidar por otra parte un importante grupo de pinturas todavía e^tgfejite en el Rosellón, el Vallespir, el

Cofl#ént|f fe. CerdaSa* comarcas catalanas separadas “del MM& en 1659 de los Pirineos (de la Cerdañasólo la mitad). Todas 1as etapas g- modalidades están HS»; pr^éttf|dias por obras de interés, desde los .-«titos ‘más aüfsSiéág l«Rja la plenitud (Scrrabona, Sureda, Arles —*fes chable «fi 1157 —, Estovar,


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La acción persona] de] mismo prelado puede ayudarnos aexplicar la actividad del taller del maestro de Santa Maríaen una zona muy distante: üerlanga, Maderuelo (MP) yacaso Tubilla del Agua, en territorios castellanos que en el

periodo 1111 a 1134 — y no antes ni después —, estuvieron

bajo el dominio directo del de Aragón, Alfonso el Batallador, en estrecha relación con San Ramón, quien leacompañó en sus expediciones militares y en las tareas derepoblación de aquella zona de Castilla, emprendíta, en

parte, con gentes de la región pirenaica.Quedan al margen las magnificas pinturas de la colegiatade San Isidoro de León, debidas, medio siglo más tarde, a

la munificencia de Fernando II de León (1157-1188), quienaparece en ellas retratado con su esposa Urraca, y los valiosos pero mutilados restos de la decoración mural delábside de San Pelayo de Perazancas.Las pinturas de León 5® hallan en el Paifj|g|p de ló;s Reyes,

pórtico cubierto pop bóvedas edificado ante Ja fachadaoccidental del templo antes aludido. En dichas bóvedas y

pj^fiuferiendo, al pa*e&s*í Ottas pintm;as más antiguas __ sedesarrollan coa gran complejidad ¥^sías; ffOmp©sici®nes detem a íiistátií® o simbólico. La por su multitud de detalles íaitfeedétióSs f su sentido humano y decorativo, gs W hmimM aM ^a los (Lámina 13).Hn los últimos años del siglo xn, al lado de. la perduraciónde formas tradicionales de la etapa anteriór, aparecen en

España algunas muestras de excepcional calidad de un nuevo estilo pictórico europeo, caracterizado- por un fuerte bi-zantinismo. Sin embargo, f a pesar de qSfe filiaciónremota sea innegable, el hqcho es muy complej®.y algunosecos — y no los de menor importancia---- sólo tienen aparentemente, una relación directa coaEl grupo al que puede atribuirse fecha más antigua es el

formado por varias pinturas sobre tabla, de la Cerdañao zonas limítrofes (frontales de Valltarga — (Lámina 20)MB — y Orcllá, fragmento de baldaquino). Una miniaturadel; año 1195, procedente del monasterio de Sant Martí delCanigó, inspirada; en parte, en obras de aquel grupo, ayudaa precisar su cronología. So trata de pinturas de intensocarácter ítalo-bizantino, de excelente dibujo y brillante y


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matizado colorido. Durliat dió a' conocer unos calcos tomados en el siglo pasado por Bonnefoy de un frontal derivadodel mismo grupo, que llevaba la firma de un desconocidomagister A l nombre que iié parece autóctono.Por las mismas fechas empezar a trab aja r enCataluña otros dos pintaos* fgg maestros de Llu£á y Aviá,

de estilo también renovado pero mucho más tOM§ftìSS-;f en el sentido issáífelojaéi« Su gama cromática es rirajj} fttÉi

pero más clara que en el grupo anterior. En el círculo delmaestro de Llu?á se iasluy i^t tablas — ellas la cruzy las tres piezas del altar de Llucá, que le dan nombrey pinturas murales (Láminas 22»23§ (Puigreig, Sant Paude Casserres-MS). El m aestra de toma su ®peI%SN»

del frontal de Santa María de Aviá (MB|S¡cs>n una bej§$ Natividad (Lámina 21) muy divulgada y, adem#% ide otrasobras de su propia mano (frontales de Rotgis W tte SaatPere de Ribesaltes). En el Bcrgadá y en el Rosellón, su artehalla un reflejo — por desgracia no muy hábil


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En Ribagorza, las pin turas de la cripta o sala inferior, construida bajo Ja absidiola del Evangelio de la catedral de Roda, muestran una fórmula popular de la segunda mitad delsiglo xii, mientras en la iglesia aragonesa de San Juan, enUncastillo, exlsisíí interesantes restos de un arte más sabio,fechables, al parecer, hacia 1200. El frontal de Gesera (MB),

dedicsÉteí a San Juan Bautista (Lámina 25), el de Liesa,eè tì.M eefi^ .de % vida ifte Sa** ìfieente, y el sector superiory más antiguo d# Jas $ ta |lsg |s murales de San Fructuoso deBierge, constituyen, con fecha tardía, un núcleo pirenàicoaragonés de arte rudo pero muy expresivo.Contrastando con todo ello, se des tacan las extraordinarias pinturas de la sala capitular del monasterio de Sijena. Tan

to o más que sus mutilados restos, terriblemente afectados por incendio de 1936, el recuerdo directo y la abundantedocumentación fotográlica anterio r a la acción del fuego,nos permiten apreciar su calidad excepcional. En los arcosy muros s# desarrolló una doble serie de bustós alusivos ala genealogía de J^ f ís y j?8oe»a§ del Ant iguo y Nuevo Testamento, completadas en los arcos por temas de flora y fauna

fantástica. Dominaban en .eÍi*rtajS¡ia el ocre, el rosado salmón jt el azul celeste, insólito en la pintura mural hispánica, colores que son apreciables todavía en una tpequeñamuestra míasM¿,Tal empleo corroboraba el testimonio coincidente del estilo y la iconografía, que obligan a aceptaruna directa vinculación con el arte de la Biblia de Winchester, de la llamada “ Hoja Morgan”, de las vidrieras de

lu Genealogía de CíáSM de la catedral de Cantórbery y deotros códices ingleses que los historiadores .británicos suelen fos&ggi en los últim os años del siglo Mffij,jjí¡$ cronista delcenobio, el prior Moreno, afirma que las pinturas de la Ge- ngg&éfe-, de Jesús en SljjpáwSS'éJecáil®®!'1232, lo que,hasta cierto punto, discrepa de la cronología aceptada paradichas obras inglesas, pero enlaza perfectamente con otra

fecha, la de 1258, en que sabemos que ^jpEjfjjlagró la iglesiadel monasterio. Esta iglesia gsfafü totalmente pintada yen. éj.ábside existen todavía composiciones ejecutadas por un¿JjSeJüulo o seguidor directo del maestro de la sala capitular.Gudiol propone identificar a este segundox ar tis ta con elautor principal o único de una serie de pinturas murales


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conservadas en Pamplona (MN), procedentes de Artajoná,Olite y jtos® .

En, Castilla silo conocemos un ejemplo de calidad jfépocas similares a Sijena, en fragmentos de decoraciónmura), con grandes temas de fauna, procedentes de una

estancia del monasterio de San Pedro de Arlanza (Burgos).Más a occidente tenemos Un excelente eco en la miniatura con el retrato ecuestre de Alfonso IX (1188-1230) y ungran león heráldico, añadida al cartulario de la catedralde Santiago de Compostela, llamado “Tumbo A”. Su fechaconfirma la cronología global del estilo. Los ¡feúcos leejiesesdel siglo xiir que tienen mayor interés, son los de la antigua

sala capitular de San Isidoro, llamada hoy “Capilla de losQuiñones”, dentro de la tradición románica normal.Resultan de fecha imprSíSSA ■aunque acgso anterior, losrestos, con la visión de Dios: y figuras de santas ̂ un sacerdote, en el ábside del Cristo de la Luz, en Toledo. En estamisma ciudad, la iglesia de San Román posee una partemuy- sustancial dé sus pintonas murales^ fachables hacia

1221, en las que se juxtaponen elementos moriscos y otroscristianos, más o menos bizantinizantes.La pintura sobre tabla es muy escasa en Castilla y León.Conocemos, sin embargo, dos muestras muy interesantes:una esbelta figura de San Pablo, en el Museo Diocesano deÁfáfáJ! un arca con el apostolado Jt figuras de la Vida de

Jesús en la catedral de Astorga.En muchas de las zonas hasta aquí mencionadas, prosiguiódurante gran parte del siglo xm la producción de pinturas románicas y, con la excepción de Navarra, el arte bi-zantiriizante de principios áe aquella centuria no parecehaber tenido seguidores frente a las fórmulas ya asimiladasdesde lecha más antigua.Cabe destacar todavía, antes de la plena formación del artegótico, un conjunto de pinturas barcelonesas del siglo xm,cuyo estilo se implanta además èli una zona nuaròfeìoaca elconocimiento del arte románico, la isla de; Mallorca. EnBarcelona, conocemos de este momento papjé^e. la decoración del antiguo Pájacio Real, con desf¡§||| djjÉcaballeros ysoldados, elementos de una casa segóJpSl de la calle de Du-rán y Bas, con caballeros, animales y tema« heráldicos, flo-


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León, Segunda mitad del siglo X II. Pormenor de la escena de la Anunciación a los Pastores, en la Colegiata de San Isidoro.


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rales o geométricos, y las sugestivas escenas de la conqúista de Mallorca por Jaime I, en 1229, halladas en la casa n, 15 de la calle de Monteada, que se completan con un techo de madera ricamente pintado. En Palma de Mallorca, existen

-dos importantes pinturas sobre tabla de estilo muy seme

jante: el retablo de San Bernardo, que sigue la ordenación iconográfica de los frontales, y varias escenas que deben proceder de un retablo dedicado a Santa Ursula.Un artista muy interesante, el llamado Maestro de Sorigue- i'ola (Láminas 27-28), señala en las comarcas del norte de Cataluña el pasó al arte gótico en elementos accesorios y ornamentales, aunque en lo esencial de su formación

sigue todavía dentro de las, fórmulas románicas, tan arraigadas en el país.


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B I B L I O G R A F I A

Solamente se incluye aquí — por orden cronológico de impresión —una bibliografía general sumaria; en las obras de Post, Gudiol iCunill, Cook-Gudiol, Durliat y Ainaud, citadas en ella, se incluye masdetalladamente una serie de referencias a artículos y notas, cuyonúmero pasa de ciento cincuenta.

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Ch. R. P o s t , A History of Spanish Painting, Cambridge (Mass.), Harvard University Press, Vols, i-xil, 1930-1959.

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Í N D I C E

Ginestarre de Cardos. Santo Apóstol: detalle de

las pinturas murales del ábside. Siglo xix. Museo de Arte de Cataluña, B a r c e lo n a ............................ L á m i n a 11

Santa María de Aneu. El rey Melchor: detalle de la Epifanía, en las pinturas muyales del ábside.Círculo del Maestro de Pedrei. Siglo xil. Museode Arte de Cataluña, Barcelona ............................ L á m i n a 12

León. Detalle de la escena de la Anunciación a

los Pastores, en la colegiata de San Isidoro. Pintura mural de una de las bóvedas. Segunda mitad •

del siglo ..........................................................■ * • L á m i n a 13

Puigbó (Gombrén). Frontal de San Martín: de

talle con la ascensión al cielo del alma del Santo.

Pintura sobre tabla. Siglo xil. Museo Episcopalde Vich ..................................................................... L á m in a 14

Sagás. Altar de San Andrés: detalle con la Natividad en uno de los paneles laterales Pintura so

bre tabla. Siglo xn. Museo Arqueológico Diocesano, Solsona ............................................................ L á m in a 15

Egara (Terrassa). Muerte de Santo Tomás Becket:

detalle de las pinturas murales de un ábside

lateral de la iglesia de Santa María. Obra del

Maestro de Espinelves. Hacia 1200 ......................

L á m in a 16

Espinelves. Entrada de Jesús en Jerusalén: detalle del frontal dedicado a Jesús y a la Virgen.Pintura sobre tabla. Obra del Maestro de Espinelves. Hacia 1200. Museo Episcopal de Vich . . L á m i n a 1 7

Vilaseca (Sescorts). La Virgen con el Niño: detalle de la parte central de un frontal dedicado

a Santa Margarita. Pintura sobre tabla. Siglo xil. Museo Episcopal de V i c h ..................................... L á m in a 1 18

Vilaseca (Sescorts). Episodio del martirio de San

ta Margarita: detalle de un frontal dedicado a la

Santa. Pintura sobre tabla. Siglo x i i . Museo

Episcopal de Vich .................. ............................ L á m in a 19


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Í N D I C E

Valltarga. San Juan Evangelista y la Virgen: de

talle del frontal dedicado a San Andrés. Pintura sobre tabla. Hacia 1200. Museo de Arte de Cataluña , Barce lona ...................................................... L á m in a 20

Aviá. Natividad: detalle del frontal de la iglesia

de Santa María. Pintura sobre tabla. Obra del

Maestro de Aviá. Hacia 1200. Museo de Arte de

Cataluña, Barcelona ............................................. L á m in a 21

Puigreig. Visitación: detalle,de las pinturas mu/a

les de un altar lateral en la iglesia parroquial.

Obra del Maestro de Llugd. Hacia 1200 . . . L á m in a 22

Casserres. Angeles del Juicio Final: detalle de las

pinturas murales de la iglesia de San Pablo. Obra

del Maestro de Llugá. Hacia 1200. Museo Arqueo

lógico Diocesano, Sohutia . . L á m i n a 23

Chía. Misa de San Martín de Tours: detalle del

frontal dedicado al Santo. Pintura sobre tabla

firmada por Johannes Pintor. Hacia 1200, Museo

de Arte de Cataluña, Barcelona ....................... L á m in a 24

Gesera. San Juan Bautista en el desierto: figura en él centro del frontal dedicado al Santo. Pintura sobre tabla. Siglo xin. Museo de Arte de Cataluña, Barcelona ............................................. L á m in a 25

Seu d’Urgéll. La Santa Cena: detalle de las pin

turas murales de la capilla del Salvador, en la Catedral. Siglo x i i i . Museo Episcopal de Vich . L á m in a 26

Soriguerola. La Santa Cena: detalle del frontal dedicado a San Miguel. Pintura sobre tabla. Obra del Maestro de Soriguerola. Siglo x i i i . Museo de

Arte de Cataluña, Barcelona . . . . . . . L á m in a 27

Valle de Ribes. San Miguel pesando las almas.

Panel lateral de un altar. Pintura sobre tabla.


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