6
Página | 1 “Ajustes de plantilla y Salud Laboral” 1. La Degradación de la Salud ante los Ajustes de Plantilla y la falacia de las políticas preventivas realmente existentes. 2. Los garantes de la salud de las personas asalariadas: a. Empresarios b. Técnicos y Profesionales c. Médicos y Sistema Público de Salud d. Mutuas patronales 3. Las Responsabilidades: a. Empresariales b. Las Administraciones c. El poder Judicial ________________________________________________________________ SINOPSIS: Las estrategias empresariales, avaladas y legitimadas por los poderes Ejecutivo y Legislativo, a la vez que refrendadas por el poder Judicial, tanto en situaciones de “crecimiento económico”, pero especialmente agudizadas en situaciones de recesión y crisis económica y social, se sustentan en la búsqueda de la rentabilidad para el capital, con incrementos constantes en la productividad del trabajo, la cual sólo se logra con la reducción de plantillas, intensificación del trabajo, degradación de las condiciones del trabajo (tiempo, conciliación vida laboral y familiar/social, organización del trabajo, etc.) y abaratamiento del precio del trabajo. Las estrategias empresariales han sido refrendadas por el Poder Legislativo (Parlamento), el Ejecutivo (Gobierno de turno), por medio de leyes laborales, que han supuesto una desregulación de las relaciones laborales, dejando a la “libre disponibilidad unilateral” del empresario la contratación (tipo de contrato), las condiciones del contrato de trabajo (salarios, jornadas, profesión, salud, derechos, etc.) y la salida del trabajo del asalariado/a (libertad de despido), creando un “ambiente laboral “ (modelo de relaciones laborales) insano e inseguro. El Poder Judicial, en su práctica jurídica mayoritaria, refrenda dicha inseguridad jurídica del trabajo, haciendo de la desigualdad ante la ley (capital/trabajo) una máxima, que constituye el “(des)orden social” existente. Los efectos sobre la Salud, laboral y social, de los trabajadores y trabajadoras, son medibles y se extienden a toda la población trabajadora, tanto a los afectados por ajustes de plantilla –víctimas- (despidos individuales, despidos colectivos, terminación contratos temporales, flexibilidad en las condiciones de trabajo por medio de modificaciones unilaterales por cualquier causa, etc.), como a los denominados “supervivientes”, víctimas a la vez, y con degradaciones en su salud al igual que los “expulsados/as”. 1. La Degradación de la Salud ante los Ajustes de Plantilla y la falacia de las políticas preventivas realmente existentes. La extinción de la relación laboral (despidos individuales, despidos colectivos, bajas incentivadas, ERE, jubilaciones con tasas de reposición 0, etc.), como estrategia empresarial, cumple dos o tres objetivos centrales en la explotación: el disciplinamiento del trabajador/a (miedo a la pérdida de puesto de trabajo y control de la fuerza de trabajo), el abaratamiento del precio que se paga por el trabajo (reducción de costes laborales) e incremento de la productividad del trabajo.

ajustes de plantilla y salud laboral

Embed Size (px)

DESCRIPTION

ajustes de plantilla

Citation preview

Page 1: ajustes de plantilla y salud laboral

Página | 1

“Ajustes de plantilla y Salud Laboral”

1. La Degradación de la Salud ante los Ajustes de Plantilla y la falacia de las políticas preventivas realmente existentes.

2. Los garantes de la salud de las personas asalariadas:

a. Empresarios

b. Técnicos y Profesionales

c. Médicos y Sistema Público de Salud

d. Mutuas patronales

3. Las Responsabilidades:

a. Empresariales

b. Las Administraciones

c. El poder Judicial

________________________________________________________________

SINOPSIS: Las estrategias empresariales, avaladas y legitimadas por los poderes Ejecutivo y Legislativo, a la vez que refrendadas por el poder Judicial, tanto en situaciones de “crecimiento económico”, pero especialmente agudizadas en situaciones de recesión y crisis económica y social, se sustentan en la búsqueda de la rentabilidad para el capital, con incrementos constantes en la productividad del trabajo, la cual sólo se logra con la reducción de plantillas, intensificación del trabajo, degradación de las condiciones del trabajo (tiempo, conciliación vida laboral y familiar/social, organización del trabajo, etc.) y abaratamiento del precio del trabajo.

Las estrategias empresariales han sido refrendadas por el Poder Legislativo (Parlamento), el Ejecutivo (Gobierno de turno), por medio de leyes laborales, que han supuesto una desregulación de las relaciones laborales, dejando a la “libre disponibilidad unilateral” del empresario la contratación (tipo de contrato), las condiciones del contrato de trabajo (salarios, jornadas, profesión, salud, derechos, etc.) y la salida del trabajo del asalariado/a (libertad de despido), creando un “ambiente laboral “ (modelo de relaciones laborales) insano e inseguro. El Poder Judicial, en su práctica jurídica mayoritaria, refrenda dicha inseguridad jurídica del trabajo, haciendo de la desigualdad ante la ley (capital/trabajo) una máxima, que constituye el “(des)orden social” existente.

Los efectos sobre la Salud, laboral y social, de los trabajadores y trabajadoras, son medibles y se extienden a toda la población trabajadora, tanto a los afectados por ajustes de plantilla –víctimas- (despidos individuales, despidos colectivos, terminación contratos temporales, flexibilidad en las condiciones de trabajo por medio de modificaciones unilaterales por cualquier causa, etc.), como a los denominados “supervivientes”, víctimas a la vez, y con degradaciones en su salud al igual que los “expulsados/as”.

1. La Degradación de la Salud ante los Ajustes de Plantilla y la falacia de las políticas preventivas realmente existentes.

La extinción de la relación laboral (despidos individuales, despidos colectivos, bajas incentivadas, ERE, jubilaciones con tasas de reposición 0, etc.), como estrategia empresarial, cumple dos o tres objetivos centrales en la explotación: el disciplinamiento del trabajador/a (miedo a la pérdida de puesto de trabajo y control de la fuerza de trabajo), el abaratamiento del precio que se paga por el trabajo (reducción de costes laborales) e incremento de la productividad del trabajo.

Page 2: ajustes de plantilla y salud laboral

Página | 2

Los efectos de los ajustes en las plantillas en todos los sectores de la producción y distribución de mercancías, son bidimensionales: las víctimas expulsadas de las empresas, por una parte y por otra las víctimas “supervivientes” que continúan en la relación de explotación.

La desregulación del contrato de trabajo ha constituido un mercado de trabajo, en su modalidad de empleos asalariados, que se caracteriza por utilizar contrataciones temporales.

Los contratos realizados por los Empresarios, de cualquier sector y actividad, en un 90% de media, desde comienzos del siglo XXI, es decir año 2000, han sido temporales.

La crisis, no ha modificado la modalidad de contratación, se mantiene la temporal. La modalidad de temporalidad como algo “volátil”, “flexible” y “fácilmente prescindible” se encuentra en la “idiosincrasia” o cultura empresarial dominante.

La libertad absoluta para el despido por parte empresarial, se basa en la facilidad que le otorga una norma “desregulada” y el bajo coste de lanzar gente a la calle. Tres modalidades de Despido:

I. La Temporal

Los asalariados con contrato temporal en el sector privado alcanzan su máximo histórico en el año 2006 con 4.882.000 contratos temporales. Desde comienzos del 2007 y durante todo este año y el siguiente, 2008, se pierden 1,2 millones de asalariados temporales, lo que supone una pérdida de empleos (contratos) del 23% en dos años. Del 2009 al 2011, se pierden otros 2,3 millones de empleos temporales.

II. Los Despidos de el empleo fijo: Los individuales1

En el otro segmento del empleo, el fijo, la destrucción de empleo, es menor, ponderando en un 20% en el 2008 y con crecimientos en los posteriores años, sobre todo en el 2011. Las vías son dos fundamentalmente: los despidos individuales o plurales por causas objetivas y los colectivos por EREs.

III. Los Despidos del empleo fijo: los colectivos.

TRABAJADORES AFECTADOS POR ERES EXTINTIVOS Y SUSPENSIVOS

AÑOS TOTAL EXTINCION % SUSPENSIVO %

1999 77.667 25.651 33% 52.016 67%

2000 60.325 29.717 49% 30.608 51%

2001 122.344 37.778 31% 84.566 69%

2002 71.643 39.975 56% 31.668 44%

2003 83.481 42.960 51% 40.521 49%

2004 60.276 31.169 52% 29.107 48%

2005 72.563 34.911 48% 37.652 52%

2006 51.952 27.169 52% 24.783 48%

2007 58.401 25.742 44% 32.659 56%

2008 (01/10) 147.476 40.436 27% 107.040 73%

Totales 806.128 335.508 42,03% 470.620 58,96%

1 Son aquellos despidos que se denominan objetivos, bien por causas técnicas, organizativas, productivas o amortización de

puestos de trabajo o coyuntura del mercado y que no llegan a los topes establecidos cada 90 días según tamaño de la Empresa para que sean considerados y tramitados como despidos colectivos.

Page 3: ajustes de plantilla y salud laboral

Página | 3

En el período de 10 años, se han destruido, bien de forma permanente, bien de manera temporal (ERE suspensivo) más de 800.000 puestos de trabajo. El año 2008, es dramático en cuanto en tanto se multiplican por tres los ERE, alcanzando a casi 150.000 trabajadores2.

En el período de 10 años, 1998/2008, se han destruido casi 3 millones de puestos de trabajo por la vía del despido, bien individual bien colectivo, lo cual muestra, una vez más la gran facilidad tanto en generar empleo, un determinado tipo de empleo, del tipo de modelo económico “español”, como en destruirlo, cuando se trata de reestructurar el modelo y aumentar la tasa de ganancia. El período 2009/2011 vuelve a destruir, otros tres millones de puestos de trabajo.

El mercado de trabajo, en el empleo, sufre un deterioro dramático, con medias superiores a 150.000 trabajadores mensuales, desde septiembre 2008 a febrero 2009 y en el 2011, se llega a cuotas de destrucción de 1.000 empleos diarios en el segundo semestre.

ALGUNAS CONCLUSIONES SOBRE ESTE MODELO DE RELACIONES LABORALES, ANTIDEMOCRATICO Y CONTRA LOS TRABAJADORES:

Despedir se muestra que es facilísimo en este país. La percepción social del acto del despido se muestra como un acto “normalizado”, banal e irrelevante, como “un incidente de viaje” en el trascurso de la solución técnica en la economía de mercado. Esta cultura social, ha pasado directamente a la cultura jurídica, la cual da por normalizado las distintas reformas desregulatorias de la protección y tutela judicial ante el acto unilateral y violento del despido:

o La Reforma del 2002 del artículo 56.2 del ET, disuade al trabajador “ofendido” de pedir la tutela del juez. Se admite judicial y socialmente la descausalización del despido.

o La percepción de que el despido es libre, es decir se le libera de cualquier tutela.

o La Ley Concursal del 2003, aniquila la negociación colectiva en los despidos colectivos.

o La penetración del discurso liberal economicista (despido libro y sin tutela) del acto del despido al servicio del mercado libre. Tanto los Tribunales Superiores de Justicia como la inmensa mayoría de los jueces del Tribunal Supremo, son recorridos por este discurso.

La individualización del modelo de relaciones laborales, lleva a la ruptura con el contrato colectivo.

Las instituciones, mediadoras en el conflicto capital-trabajo: gobiernos, judicaturas, administraciones autonómicas y locales y sindicatos han creado una cultura que el empleo en el estado español está soportado por un contrato “sin derechos”, es decir fácilmente contratable (por precios y flexibilidad) y fácilmente prescindible (por precios y libertad cuasi-absoluta).

Tabla de ajustes de plantillas por altas iniciales de beneficiarios de prestaciones contributivas según causa:

2 Los ERE suspensivo se ceban en el sector del automóvil y componentes del Automóvil, afectando a la práctica plantilla de las

grandes multinacionales del auto: Ford, Seat, Renault, Peugeot-Citroën, etc. Y a las empresas de componentes, no quedando prácticamente ninguna sin soportar un ERE suspensivo y/o extintivo.

Page 4: ajustes de plantilla y salud laboral

Página | 4

LA REALIDAD ESTADÍSTICA DE UNA ECONOMÍA “AVANZADA”, NOS MUESTRA UNA CONCLUSIÓN DIFÍCIL Y TERRIBLE, EL RIESGO SE HA DEMOCRATIZADO.

Esta lógica de la economía de mercado (acumular capital, para producir y producir y, así acumular más capital), muy bien “armada” en las sociedades avanzadas, de democracia representativa, nos lleva a la “democratización del riesgo” desplazando el riesgo (por el hecho de trabajar) hacia las zonas más desiguales, menos libres de las relaciones salariales:

Las personas asalariadas con mayores tasas de siniestralidad y accidentabilidad y que asumen mayores riesgos, son quienes trabajan en los sectores de servicios, sobre todo en el transporte por carretera y quienes no tienen una relación jurídico formal directa con las empresas principales. Trabajadores/as de contratas que prestan servicios para grandes empresas de cualquier sector.

Nos encontramos en consecuencia con un planteamiento “democrático”, un aumento del riesgo (por el hecho de trabajar y por el hecho de vivir socialmente) hacia aquellas zonas menos “protegidas” de las relaciones salariales, cuya desprotección laboral y social se encuentra en relación directa con la precariedad contractual y la precariedad de las condiciones de trabajo, en el seno de una “sociedad que cada vez más se aferra más y más, al valor supremo de la seguridad”.3

LA CRISIS AGUDIZA Y CONSOLIDA LA DEMOCRATIZACIÓN DEL RIESGO: MENOS DERECHOS Y MÁS RIESGOS

Las zonas más protegidas jurídica y sindicalmente del mundo del trabajo, disminuyen de manera significativa en los casi cuatro años de crisis: miles y miles de trabajadores/as, de sectores industriales sindicalizados y contractualmente protegidos, abandonan “voluntaria” o de manera obligada, el mundo laboral.

Los trabajadores/as que quedan en las zonas reestructuradas, empeoran “voluntariamente” sus condiciones salariales y sus condiciones de trabajo: menos trabajadores trabajan más horas, cobran menos y flexibilizan su tiempo de trabajo en función de la demanda, sacrificando “voluntariamente” su conciliación con la vida social y familiar.

Estas zonas protegidas, desaparecen y son suplantadas por modelos de relaciones laborales, donde el trabajar más tiempo (horas de trabajo), trabajar en cualquier condición (flexibilidad interna), se convierte en la norma y las condiciones de trabajo, así como el riesgo, se desprotegen para instaurar la sobre explotación de las personas.

3 Gran parte de los accidentes mortales y graves, se producen en las zonas más precarias de las relaciones contractuales: contratas subcontratas, jóvenes descualificados, inmigrantes, etc.

Page 5: ajustes de plantilla y salud laboral

Página | 5

Existe cierta relación entre salud y procesos de reestructuración, tanto en lo que se refiere al propio proceso, como a los efectos posteriores (reestructuración, trabajo temporal, de inferior cualificación, fuera del sector de procedencia, los propios efectos en las condiciones de trabajo de aquellos trabajadores que permanecen en el sector o la empresa…).

En cuanto en tanto, la salida a la crisis económica se hace sobre una mayor precarización de las condiciones de empleo, los costes en términos de salud son elevados y a la vez “escondidos” a la sociedad, pues a ésta solo se le muestra que hay menos “muertos/as”.4

La Agencia Europea para la Seguridad y Salud en el Trabajo dice algo tan obvio que resulta angelical….”La crisis financiera puede llevar a las compañías a ignorar o minimizar la importancia de la seguridad y la salud en el trabajo. Se corre el riesgo incluso de que las empresas se planteen recortar las inversiones en seguridad y salud en el trabajo”.

La “des-socialización" que sufren millones de trabajadores/as al perder el empleo (derecho fundamental o categoría central para millones de personas como elemento central de socialización), a la vez que la cada vez menor seguridad jurídica del contrato, obliga a una determinada conciencia en la persona asalariada, de hacer depender sus derechos, incluida la salud (derecho fundamental), a la única voluntad que cuenta como elemento de orden social-político, la empresarial.

La cadena de consecuencias, tanto por la frágil seguridad jurídica del contrato, como por la absoluta libertad de desprenderse del mismo, no sólo disciplina al trabajador, sino que le crea una conciencia donde el trabajar en cualquier condición (accidentabilidad, ansiedad, disociación, siniestralidad, agresiones a su salud mental social y biológica) considera que lo importante es trabajar y su seguridad física su salud, pasa al plano de la "causalidad", a ver si hay suerte y no me toca a mí.

La crisis financiera y económica provoca una nueva situación social que afecta a los trabajadores. La incertidumbre del entorno hace difícil predecir lo que ocurrirá, incluso la cuestión de si se mantiene o no el puesto de trabajo.

La ambigüedad de la situación, produce el desequilibrio entre la gran cantidad de información sobre la crisis que aparece en los medios de comunicación que contrasta con habitualmente escasa información y la inminencia de una posible pérdida del puesto de trabajo:

o Precarización de las condiciones de trabajoo Preocupación / Pánico

Cuanto más tiempo se mantenga la situación de crisis, provocadora del estrés, mayor será el desgaste para el individuo. Este hecho da lugar a un descenso de la motivación durante la jornada laboral, aumentando el riesgo de problemas psicosociales dentro del entorno laboral. Este tipo de estrés produce enfermedades cardiovasculares y lesiones músculo-esqueléticas.

Consecuencias:

o A nivel del sistema de respuesta fisiológica: Taquicardia, aumento de la tensión arterial y muscular, sudoración, alteraciones del ritmo respiratorio, sensación de nudo en la garganta, dilatación de pupilas, aumento de la glucemia en sangre, aumento del metabolismo basal, aumento del colesterol, inhibición del sistema inmunológico, etc.

o A nivel del sistema cognitivo: sensación de preocupación, indecisión, mal humor, bajo nivel de concentración, desorientación, hipersensibilidad a la crítica, sentimientos de falta de control, conflictos entre compañeros, etc.

4 La menor mortalidad no obedece, como sería de desear, a una mejor prevención o políticas de salud laboral que primen la vida

por encima de cualquier otro factor, sino que esta menor mortalidad, sólo responde a la menor actividad o decrecimiento cuantitativo de la misma.

Page 6: ajustes de plantilla y salud laboral

Página | 6

o A nivel del sistema motor o conductuales: hablar rápido, temblores, tartamudeo, voz entrecortada, imprecisión, explosiones emocionales, consumo de drogas legales como tabaco y alcohol, exceso o falta de apetito, conductas impulsivas, risas nerviosas, bostezos, etc.

Colectivos afectados: o Los trabajadores jóvenes nacidos en las décadas de los 80 y los 90 del pasado siglo, que

nunca han sufrido una coyuntura económica como la actual. No están acostumbrados a vivir bajo presión y muy sensibles a la conciliación de la vida laboral, social y familiar.

o Los trabajadores inmigrantes, generalmente en puestos de baja cualificación profesional, con contratos temporales o simplemente sin contrato, en paro principalmente por el parón de la construcción. Carecen de una red familiar y social, al estar lejos de su país, que les aporte apoyo emocional, ayuda y asistencia tanto en lo emocional como en lo no emocional.

o Los trabajadores mayores de 45 años, y en especial los que están cerca de la jubilación. La posibilidad de perder el empleo, anticiparse a las consecuencias de esta pérdida y las consecuencias derivadas en un descenso en las cotizaciones sociales y por tanto en la consiguiente pensión lo perciben como una realidad amenazante.

Impacto de la inseguridad en el empleo sobre la empresa tenemos:

o Aumento de la carga de trabajo derivada de la no renovación de contratos parciales o de nuevas contrataciones que genera en los trabajadores que quedan que tengan que ampliar su carga de trabajo, alargando su jornada laboral. Esto genera una pérdida en la conciliación entre la vida laboral, familiar y social fundamental para afrontar y reducir el estrés.

o Disminución de la carga de trabajo por la menor actividad y consumo general de las empresas. Una carga de trabajo demasiado pequeña también causa estrés. El aburrimiento y la monotonía es igualmente nocivo para la salud de los trabajadores, afectando a su autoestima. A esto debemos de añadir el descenso en el nivel de ingresos obtenidos a fin de mes debido al evidente descenso en horas o de las pagas variables por objetivos.

o Amenazas por parte de la empresa que utiliza la inestabilidad en el empleo o el despido para que los trabajadores se impliquen más y trabajen más. Esta estrategia conlleva que el trabajador vea sus tareas del día a día como especialmente estresantes, provocando estados de ansiedad o miedo crónico.